La Flor Comunal

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Juan José Rendón Monzón La Flor Comunal Explicaciones para interpretar su contenido y comprender la importancia de la vida comunal de los pueblos indios CNEII - CMPIO - CEEESCI - CSEIIO

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Juan José Rendón Monzón

La Flor Comunal

Explicaciones para interpretar su contenido y comprender la importanciade la vida comunal de los pueblos indios

CNEII - CMPIO - CEEESCI - CSEIIO

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La FLor ComunaL es una publicación del Congreso Nacional de Educación Indígena e Intercultural (Cneii), el Movimiento Pedagógico de la Coalición de Maestros y Promotores Indígenas de Oaxaca (Cmpio), la Coordinación Estatal de Escuelas de Educación Secundaria Comunitaria Indígena (CeeesCi) y el Colegio Superior para la Educación Integral Intercultural de Oaxaca (Cseiio).

La impresión corrió a cargo del Cneii con la colaboración de la Fundación Ford.

Edición: Benjamín Maldonado AlvaradoTipografía y formación: Sergio Perelló CalvoDiseño de portada: Gonzalo J. Martínez Velásquez

Las fotografías son parte del archivo audiovisual de la Cmpio.Las ilustraciones de la página 12 son fragmentos del proyecto de mural sobre la historia y cultura mixe, elaborado por Gerardo Galván Díaz con base en las ideas propuestas principalmente por el ingeniero Juan Arelí Bernal Alcántara. El mural narra la historia comunal de los mixes y se espera poder pintarlo en la comunidad donde surgió la idea: Totontepec Villa de Morelos, Oaxaca.

La Flor Comunal (páginas centrales) fue concebida por Juan José Rendón con el apoyo de más compañeros. Su expresión gráfica fue elaborada por compañeros de la Asociación de Trabajadores del Arte y la Cultura de Oaxaca “Culebra Pinta”, al cual pertenecía Rendón.

Segunda edición corregida, febrero de 2011D.R. © Coalición de Maestros y Promotores Indígenas de Oaxaca (Cmpio)

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Contenido

Nota editorial ............................................................................................ 7

Presentación: el origen de la flor comunal ................................................. 9 Manuel Ballesteros Rojo

Prólogo a la edición de 2002 .................................................................... 13 Alverino López López

Introducción ............................................................................................. 15

El elemento central: la milpa .................................................................. 19

Los cuatro elementos fundamentales de la comunalidad ........................ 21

Los elementos auxiliares de la vida comunal ......................................... 25

Los elementos complementarios de la vida individual y familiar ........... 27

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En memoria de:

FLoriberto Díaz Gómez y Juan José renDón monzón, dos de los compañeros que iniciaron y promovieron

la construcción, difusión y defensadel concepto de comunalidad.

isaías aLDaz martínez y martha patriCia pimenteL GarCía, dos de los compañeros comunalistas iniciadores

del proceso de organización delCongreso Nacional de Educación Indígena e Intercultural.

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Es importante publicar en estos momentos el texto del compañero Rendón porque los nuevos maestros en el país, que trabajan en comunidades de

los pueblos originarios, son en buena parte hijos de campesinos o de maestros jubilados bajo presión de la nueva ley del issste, por lo que deben conocer el concepto que explica la realidad de dichos pueblos, con el objeto de no perder el rumbo ni como docentes ni como herederos de esa experiencia comunal de larga historia.

La comunalidad ha sido tomada como filosofía base del quehacer del magisterio comprometido con los pueblos originarios. El Cneii lo tiene acor-dado así, por lo que realiza un intenso trabajo de difusión y discusión de la idea. En el caso específico de Oaxaca, además de lo anterior, es importante discutir ampliamente este concepto porque la comunalidad ha sido llevada por el magisterio a lugares fundamentales para su quehacer:

Entre los nuevos principios rectores del movimiento democrático de los trabajadores de la educación de Oaxaca, aprobados en el Primer Congreso Político de la Sección XXII del snte-Cnte (celebrado del 3 al 7 de abril de 2006) y ratificados en el IX Precongreso (septiembre de 2008), destacamos el siguiente considerando y el principio derivado:

Considerando que la comunalidad como forma de vida de los pueblos originarios les ha permitido resistir por más de 500 años:

Principio 21. La educación y el movimiento magisterial retomarán y fortalecerán los valores y culturas de los pueblos originarios para hacer frente a las políticas neoliberales.

A su vez, el magisterio oaxaqueño realizó durante dos años un proceso de consulta para elaborar una propuesta de nueva ley estatal de educación, que fue presentada al Congreso y de la cual se derivó la Ley Estatal de Educación (publicada en el Periódico Oficial del gobierno de Oaxaca el 9

Nota editorial

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de noviembre de 1995). En ella se establecen los cuatro principios que rigen la educación en la entidad:

Artículo 6. Los principios que orientarán la educación que imparta el estado, municipios, organismos descentralizados, desconcentrados, particulares con autorización o reconocimiento de validez oficial de estudios y las sostenidas por las empresas, en todos tipos, niveles y modalidades, serán los establecidos por el artículo 3º de la Constitu-ción Federal, además la educación será:

I. Democrática… II. Nacionalista… III. Humanista… y IV. Respetará los principios de la comunalidad, como forma de vida y razón de ser de los pueblos Indígenas.

Sin duda, la comunalidad es la base de la cosmovisión y organización de los pueblos originarios y es la semilla que contiene la esperanza de re-constitución de la nación mexicana a partir de la autonomía.

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Estudiar y comprender las características de las culturas de los pue-blos originarios y sistematizarlas para su defensa y desarrollo, fue una

tarea a la que Juan José Rendón Monzón dedicó buena parte de su vida.Después de fructíferas experiencias de trabajo cultural comunita-

rio sostenidas tanto en la península de Yucatán como en el estado de Oaxaca (sobre todo en Yalálag y en Juchitán) Juan José Rendón acepta asesorar el proyecto “Semillas del viento pasado”, a desarrollarse en comunidades mixes, zapotecas, mixtecas, zoques y chinantecas afiliadas a la Unión de Comunidades Indígenas de la Zona Norte del Istmo (Ucizoni), con sede en la ciudad istmeña de Matías Romero. Corre el año 1988.

En las reuniones de trabajo con el equipo técnico de ese proyecto, Rendón planteó la necesidad de elaborar los principios metodológicos, y propuso algunos: la participación permanente, comprometida y respetuosa en todo tipo de actividades comunitarias; el diálogo como forma de anali-zar y discutir los programas y actividades a realizarse en los pueblos; y la evaluación permanente de todas las actividades, introduciendo el concepto de la autocrítica.

Asimismo entramos en un proceso de discusión para construir un marco de referencia que fuera útil para la realización del trabajo cultural; en esa dinámica definimos conceptos como cultura, desarrollo, rescate, integralidad y otros.

Si bien ya en el modelo pedagógico de alfabetización en lengua zapoteca para la población de Juchitán y el Istmo de Tehuantepec (1986), Rendón y sus colaboradores –siguiendo a Paulo Freire– hablaban de diálogo cultural, fue hasta noviembre de 1992 que se realizó el primer taller de diálogo cul-tural en la comunidad mixe de Mogoñé Viejo, perteneciente al municipio de San Juan Guichicovi, donde participaron 30 docentes militantes tanto de la Coalición de Maestros y Promotores Indígenas de Oaxaca (Cmpio) como de la Ucizoni.

Presentación: el origen de la flor comunal

Manuel Ballesteros Rojo

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Aquí se empezó a considerar que la cultura de los pueblos indios consti-tuye un sistema, y se buscó identificar cuáles eran los elementos de la cultura no sólo de los pueblos mixes, sino de otros pueblos originarios de Oaxaca, tratando de establecer su importancia, posición y función dentro del sistema.

Igualmente se reflexionó acerca de los cambios que estaban sufriendo estos elementos de la cultura y cuáles eran las causas que los originaban. Por último se analizaron algunas alternativas para conservar y desarrollar dichos elementos.

Este primer taller de diálogo cultural nos hizo ver la necesidad de te-ner un modelo útil para explicar y comprender las culturas de los pueblos originarios. a esa tarea nos dedicamos el maestro Rendón y quienes con él colaborábamos.

Así se fue configurando una concepción teórica que permitiría identi-ficar cómo se estructura la organización económica, política, productiva y simbólica de los pueblos indios; esta estructura refleja un modo de vida al que Rendón llamó, siguiendo a Floriberto Díaz, comunal.

A este primer taller de diálogo cultural (tDC) realizado en Mogoñé Viejo, se sucedieron otros, en Rancho Blanco Güilá, en Juchitán, en Guichicovi, en la ciudad de Oaxaca (en la Cmpio y en el CeDes 22). En junio de 1994 ocurriría un hecho trascendental, a raíz de que la Coordinación Universitaria de Apoyo a Comunidades Indígenas, de la Universidad de Guadalajara, soli-citó a Juan José la realización de un tDC en el que participaron 40 personas, indígenas wixárikas (huicholes), nahuas, académicos y personal de dicha coordinación universitaria.

Durante su desarrollo hubo una conversación entre Juan José Rendón y el viejo Marakame Meterio, uno de los wixárikas participantes en el taller: éste le confió que había tenido un sueño en el cual lo que se había platicado el día anterior acerca de la cultura de los pueblos indios tenía la forma de una flor. Entusiasmado, Rendón nos comunicó el suceso. Carlos Manzo, Vicente Marcial y quien esto escribe también nos entusiasmamos: nuestro modelo que representa la cultura de los pueblos indios ya tenía un nombre y una figura: la flor comunal.

Por supuesto, el modelo teórico al que desde entonces llamamos la flor comunal, y a cuya representación gráfica han contribuido pintores como Delfino Marcial Cerqueda, Víctor Manuel y Adrián Gómez, Fernando Botas y el propio Juan José Rendón, ha experimentado modificaciones.

Es necesario señalar que la flor comunal es un modelo flexible que debe ser construido a partir de la reflexión y el estudio de los propios miembros de

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la cultura, de tal manera que, por ejemplo, en el tDC realizado en San Mateo del Mar, una población ikoots (huave) del estado de Oaxaca, los participantes propusieron que junto a la milpa se incluyera la figura de un camarón o de un pez, ya que su actividad productiva más importante es la pesca.

Por eso es conveniente insistir en que la comunalidad no es una entidad acabada, inmutable y perfecta, sino que es un modo de vida en constante cambio y movimiento, que experimenta procesos de pérdida y transformación.

Por último, en la explicación que Juan José Rendón hace de la flor comunal menciona que la comunalidad tiene tres tipos de elementos: fun-damentales, auxiliares y complementarios. En realidad son cuatro, pues a estos tres tipos se les debe de agregar un cuarto, al que el propio Rendón consideró como central: la milpa.

Este texto de Juan José Rendón fue publicado originalmente con el mismo título en junio de 2002 por la Cmpio (lamentablemente, el compañero Rendón murió en el año 2005). La presente edición fue promovida por la Cmpio ante el Congreso Nacional de Educación Indígena Intercultural; en esta ocasión el texto fue revisado y adecuado por el compañero Benjamín Maldonado Alvarado, colaborador también de Juan José y amplio conocedor de su obra.

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Niños de Coápam de Guerrero, Concepción Pápalo, Cuicatlán, Oaxaca.

La comunalidad tiene en la milpa su base material.

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El Movimiento Pedagógico impulsado en la Coalición de Maestros y Promotores Indígenas de Oaxaca (Cmpio) desde el periodo escolar 1995-

1996, ha generado varias expectativas hacia la construcción de propuestas educativas viables para las comunidades indígenas de Oaxaca, a partir de la propia experiencia de cada uno de los profesores pero apoyados en distintos planteamientos, entre ellos los de la comunalidad, el diálogo cultural y la alfabetización, propuestos por el maestro Juan José Rendón Monzón.

La flor comunal que aquí se expone es una esquematización que intenta resumir y presentar los diferentes aspectos de la vida de las comunidades indígenas, pero no como elementos aislados sino como un conjunto de conocimientos, instituciones y actividades que le dan sentido y cohesión a la vida familiar y comunal.

Los planteamientos del maestro Juan José Rendón Monzón fueron construidos a partir de la reflexión durante su convivencia y participación en comunidades indias, principalmente de los pueblos zapoteco y mixe del estado de Oaxaca.

Esto le ha dado a su planteamiento la característica de instrumento útil para que los profesores de la Cmpio y los interesados en el desarrollo de las culturas milenarias de Mesoamérica se apoyen en él para acercarse a las comunidades y profundizar en el conocimiento de su cultura, para construir juntos alguna propuesta educativa viable.

Alverino López López Cmpio

Oaxaca, junio de 2002

Prólogo a la edición de 2002

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Las mujeres son depositarias de la sabiduría del maíz.

Las fiestas celebran la comunalidad.

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Este texto pretende poner al alcance de los compañeros maestros y otras personas interesadas una explicación de la cultura de los pueblos ori-

ginarios que les ha permitido y les permite mantenerse en convivencia con la naturaleza y entre sus miembros, para persistir resistiendo durante los cinco siglos de opresión que han soportado a partir de la invasión europea y sobre todo durante el periodo etnocida mexicano.

Debemos recordar que la cultura de los pueblos indios no es una acumu-lación o suma de rasgos o elementos aislados sino una estructura compleja e integrada, en la que cada rasgo o elemento tiene que ver con todos los demás formando un tejido de múltiples cruces y contactos. Es por eso que elegi-mos representarla en forma codificada (como un códice): la cultura como una flor en la que todos los pétalos se juntan al centro, y que tiene además listones que atraviesan todos los pétalos, se conectan y se juntan entre ellos con otras cintas que también salen del centro. Esta flor representa la vida comunal o comunalidad de los pueblos indios de América y probablemente de todos los pueblos originarios de los demás continentes.

Introducción

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El trabajo comunal es la base de la organización comunitaria.

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Desde pequeños, los niños aprenden el valor de la milpa.

El elemento central: la milpa

Los pueblos de origen mesoamericano han basado su subsistencia prin-cipalmente en el cultivo de la milpa, la cual es el centro de toda su

cultura o modo de vida. También es el eje de su fuerza política, porque la capacidad de producción de sus alimentos es la base para una vida libre.

Por estas razones, el Códice de la Flor Comunal aquí incluido se lee del centro hacia afuera; en esa área está representado el cultivo de la milpa o cualquier otra actividad básica para la alimentación y el sostén de la co-munidad. Es decir, puede ser cualquier actividad agrícola, como el cultivo del café o de la caña, o también puede ser la explotación del bosque o en su caso la pesca, como entre los pueblos que viven cerca del mar, de ríos y de lagos. Estas actividades son las primeras que relacionan al ser humano con la naturaleza, con la tierra; es decir con el territorio de cada comunidad.

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El territorio es el ámbito en el que pervive la comunalidad.

Las variedades del maíz son producto de milenios de cultivo y mejoramiento.

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Los cuatro elementos fundamentales de la comunalidad

Son los que representan la vida comunal y a través de los cuales ésta se ejerce y se realiza.

El territorio comunalEs el espacio donde se asienta y vive la comunidad indígena. Desde el punto de vista físico comprende los suelos, bosques, costas, aguas y todos los recursos naturales que son aprovechados, conservados, defendidos y desarrollados por aquélla en forma comunal, ya sea de manera directa o indirecta, así como las zonas arqueológicas y los sitios ceremoniales y sagrados como cuevas, cerros, árboles, manantiales, etcétera. También hay otros aspectos que deben ser comprendidos como parte del territorio de la comunidad y son aquellos que conforman la organización comunal y se dan en su seno, los cuales podrían ser la base material y económico-cultural para un desarrollo sustentable autónomo.

Desde el punto de vista puramente agrario es aquí donde quizá se presentan los mayores conflictos y contradicciones entre las comunidades y la nación, sobre todo por el desconocimiento de los derechos que le co-rresponderían, por ejemplo los que se mencionan en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, a los que se intenta invalidar con la reforma del Artículo 27º Constitucional en 1992. Es con base en su territorio comunal que varios pueblos plantean la demanda de restitución y autonomía o de reconocimiento a su autodeterminación; lo que representa el control sobre los elementos físicos del ambiente natural y, en general, sobre los otros rasgos de la comunalidad.

Es conveniente hacer notar que al interior de las comunidades, los derechos de aprovechamiento del territorio no se reconocen por igual para las mujeres.

El poder político comunalSe ejerce a través de los sistemas de cargos para ejecutar la voluntad comu-nal. Éstos comprenden a las autoridades, comisiones y comités, tanto civiles

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como religiosos, electos en asamblea general y todos los miembros de la comunidad tienen la obligación de cumplirlos cuando les sean conferidos, a riesgo de ser multados, perder otros derechos o ser desconocidos por el resto de la comunidad si se niegan a servir a la comunidad en el cargo. El cumplimiento de los cargos requiere inversión de excedentes de la produc-ción, que son proporcionados por la misma persona que los ocupa, por sus familiares directos o por una más o menos amplia y definida red de parientes. En muy pocas comunidades se confieren cargos a las mujeres.

En este aspecto del poder comunal, hay dos tipos de conflictos: por una parte, en un gran número de comunidades se han constituido formas espurias de él, que actúan como intermediarias entre el poder local y el externo, para beneficio particular o para el ejercicio del poder de las burocracias estatales y nacionales. Tales formas son los cacicazgos y los grupos de poder que los sostienen al interior y al exterior de las comunidades. Por otra parte, también existen los problemas derivados de la penetración de los partidos políticos, los cuales, por el interés de formar una clientela electoral regional, estatal o incluso nacional, no vacilan en tergiversar o aprovechar las normas tra-dicionales (usos y costumbres) para designar a las autoridades locales con la intención de manipular o violentar la voluntad comunal. Muchas veces, esta penetración de los partidos políticos se combina con los cacicazgos mencionados arriba. Éstos violentan una institución política fundamental del poder comunal, que es la asamblea.

La asamblea es la instancia donde se define la voluntad comunal a través de la deliberación y la decisión; a la que generalmente se llega por consenso. La asamblea se organiza para atender todos los asuntos que atañen a la vida comunal, como serían los relativos al uso y defensa del territorio, el poder político, el trabajo colectivo, las fiestas comunales, las obras pú-blicas o cualquier otro que tenga que ver con la vida de la comunidad. En la asamblea se advierten las necesidades, se enfrentan los problemas y se dice también que ahí se manifiesta “el sufrimiento comunal”; es allí donde se plantean las alternativas de satisfacción y solución y, de hecho, se deciden los caminos para definir el destino de la misma comunidad.

Por lo general, todos los miembros de la comunidad tienen derecho y obligación de participar en ella. No en todas las comunidades participan las mujeres; pero en momentos de diálogo con sus maridos, trasmiten su opinión a la asamblea.

Un complemento o suplemento de la asamblea puede ser el Consejo de Ancianos. Éste está integrado generalmente por los comuneros que

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han cumplido todos los cargos y gozan de un amplio prestigio y respeto en sus comunidades e incluso en otras. El Consejo es en muchos casos el antecedente de la asamblea comunal. Una de las funciones de los ancianos es consensar la voluntad de los miembros de la comunidad, a través de la consulta personal o la plática para convencer. Otro complemento son las organizaciones sociales, civiles, religiosas, políticas, culturales, muchas de las cuales son de reciente creación.

El trabajo comunalTiene dos manifestaciones principales. La primera se practica para satis-facer necesidades familiares y se le conoce también como ayuda mutua interfamiliar recíproca; entre los zapotecos se le conoce como guelaguetza o como gozona. La segunda es el tequio, que sirve para construir y dar man-tenimiento a las obras de utilidad común; este tipo de trabajo se caracteriza porque todos los miembros de la comunidad tienen el derecho de participar en la decisión de la forma de realizarlo y la obligación de participar en su ejecución, que se hace en forma colectiva y requiere de inversión de exce-dentes de la producción. Las mujeres participan preparando los alimentos. En algunas partes a esta institución se llama fajina o faena.

Aquí conviene considerar que si bien la Constitución Mexicana y la Declaración Universal de los Derechos Humanos proscriben el trabajo per-sonal obligatorio gratuito, este trabajo comunitario se decide y se hace en forma voluntaria colectiva y es también para el beneficio colectivo. Aunque muchos caciques lo han utilizado para beneficio particular.

La fiesta comunalUna de las funciones culturales de esta institución ceremonial es rendir culto religioso a los santos patronos de los pueblos; los cuales sustituyeron a las deidades naturales antiguas, con el fin de solicitarles y agradecerles favores. Constituye también la principal ocasión para adquirir y refrendar la identidad comunal, a través de un disfrute colectivo de excedentes, en un ambiente de alegría y recreación. Esta triple celebración se organiza, se realiza y se disfruta en forma comunal. Este elemento de la comunalidad se ve amenazado, en algunos pueblos, por la penetración de sectas religiosas, contrarias a la tradición.

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Todos y todas participan en la cosecha de la milpa.

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Estos son los que ayudan a ejercer, reproducir y desarrollar la vida co-munal, están relacionados entre sí y con todos los demás aspectos de

la cultura. Son los siguientes.

Normas, valores y leyes comunitarias (el derecho indígena)En este campo se incluye todo el conjunto de reglas, costumbres, conceptos y valores éticos tradicionales que ayudan a regular la vida comunal; es la costumbre de “mandar obedeciendo” y de solucionar los conflictos mediante el diálogo y la reparación de la falta y sus consecuencias, más que a través del castigo.

Todos estos aspectos se rigen por los principios de trabajo, colaboración, reciprocidad; y de amor y respeto a la naturaleza, a la comunidad y a los semejantes, sobre todo a los niños y ancianos.

La educación tradicionalDichas normas, conceptos, costumbres y valores han de ser transmitidos por las generaciones mayores a las menores. Esta transmisión constituye lo que puede considerarse la educación tradicional que se realiza en el seno familiar y en el comunitario; es el medio para capacitar, informar y formar a los individuos desde niños, para que participen en la vida productiva y comunal, y la reproduzcan. En algunos casos que hay individuos que rompen las normas y costumbres tradicionales y violentan la tranquilidad comuni-taria, en vez de ser castigados como en la sociedad nacional no india, son reeducados con trabajos y castigos que, aunque puedan ser a veces un tanto infamantes, por ejemplo el cepo entre los wixaritari, tienen la intención de reintegrarlos a la vida familiar y comunitaria.

La lengua originariaÉsta es el medio de comunicación que se usa para educar a los hijos y para tratar los asuntos comunitarios en las asambleas, así como para hablar con las autoridades, los ancianos y los médicos tradicionales, con los parientes

Los elementos auxiliares de la vida comunal

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y los vecinos; a veces se usa también para comunicarse con las deidades. Como medio de referencia, se emplea para nombrar todos los aspectos de la cotidianidad, para designar los elementos de la naturaleza (los suelos, la flora, la fauna), el cuerpo humano, las enfermedades, los remedios

Es referente también de la cultura: los conocimientos, valores, mitos, creencias y técnicas de trabajo, los términos de parentesco, los cargos; así como de la historia pasada, presente y del futuro; con ella se habla de los problemas y necesidades, las alegrías y las penas, los proyectos familiares y comunitarios. Es también uno de los más importantes medios de identidad.

En la actualidad, las lenguas originarias de los pueblos indios atravie-san por un proceso de deterioro. Por una parte están siendo desplazadas cada vez más por la lengua castellana que es la nacional y, por otra, se han diversificado en gran medida; en algunos casos hay comunidades que se hallan a menos de diez kilómetros de distancia y no se comunican a través de ella, porque los habitantes dicen no entenderse entre sí.

La cosmovisiónAquí se incluye el conjunto de experiencias, conocimientos, mitos, saberes y creencias que dan sustento explicativo y justificación a la vida comunal, a las actividades productivas y a los diferentes comportamientos individuales y colectivos.

Ante la superioridad de las fuerzas de la naturaleza y la imposibilidad o dificultad para entenderlas y controlarlas, los individuos y los pueblos tienden a otorgarles un carácter sagrado o divino, y de esa manera las explican o las aceptan sin discusión e intentan controlarlas con proce-dimientos rituales, ceremoniales o “mágicos”. Es un proceso dinámico pues los avances en la construcción del conocimiento y el desarrollo de tecnologías adecuadas para la satisfacción de necesidades –ya sea que se logren mediante métodos científicos o empíricos, o también a través de la educación moderna–, van haciendo cambiar las concepciones originales o antiguas, de manera que lo que tradicionalmente ha sido sagrado va adquiriendo un carácter desacralizado y se les ve y trata de manera más crítica. Por ejemplo, ahora los sacerdotes y políticos pueden ser criticados, lo cual no era así en el pasado.

La cosmovisión aparece ubicada como símbolos en el nivel de estos cuatro elementos complementarios en el Códice de la Flor Comunal, y también en un nivel más amplio pues está presente en todos los ámbitos de la vida comunal y le da sentido.

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Estos son los que complementan la función de los elementos auxiliares mencionados anteriormente y ayudan a sostener la vida individual y

familiar dentro de la comunidad. Son los siguientes:

TecnologíasEn esta categoría se incluyen los siguientes elementos culturales:

Agricultura. Principalmente en torno al cultivo asociado de maíz, frijol y calabaza; incluye el aprovechamiento de otras tierras, ocasionalmente, también se cultiva el tomate, chile, flores, hortalizas, etc.

Cría de animales, pesca, caza y recolección. Es la forma de diversificar la alimentación mediante el trabajo familiar.

La preparación de alimentos. Es la puesta en práctica de un conjunto de conocimientos, tradiciones, ritos y relatos míticos en torno al fogón y al consumo familiar de la comida.

Artesanías. Saberes para la elaboración de instrumentos de trabajo, vestidos y otros objetos de uso cotidiano, instrumentos musicales.

Oficios y servicios comunitarios. Son las diversas técnicas empleadas por los médicos tradicionales, los embajadores, los abogados y los rezadores.

La vida ceremonialEste es un aspecto de carácter simbólico, ayuda a satisfacer las necesidades espirituales y a definir la identidad individual y grupal. Hay ceremonias religiosas, agrícolas, cívicas, individuales e interpersonales. De estas últi-mas, las mas sobresalientes son las fiestas comunales y las bodas. Incluye los saludos y las formas de respeto.

Los elementos complementarios de la vida individual y familiar

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La experiencia de la asamblea comunitaria da vida y fuerzaa diversos movimientos sociales

El intercambio igualitario y recíproco de productos y serviciosEl de los productos artesanales es simple, aunque actualmente está mone-tarizado; a nivel comunitario y regional, se realiza a través de pequeños comerciantes y en las plazas regionales o “tianguis” a los que se acude semanalmente. El de servicios es el que también se nombra ayuda mutua interfamiliar.

División del trabajoEsta se da entre la producción agrícola y artesanal, así como entre el trabajo masculino y el femenino; generalmente hay coincidencia entre ambas situaciones.

Relaciones interpersonalesRelación que puede ser consanguínea o adquirida, es un medio importan-te de identidad dentro de la vida comunitaria; por lo mismo, es factor de cohesión y es el medio para acordar la ayuda mutua interfamiliar, y para auxiliar a financiar los gastos que se requieren en el cumplimiento de los cargos civiles y religiosos. así como para definir la herencia de terrenos

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y otros objetos. Incluye el parentesco sanguíneo (matrimonio) y el ritual (compadrazgo), así como la reciprocidad entre vecinos y la amistad entre familias y grupos de edad.

Servicios comunitariosMédicos tradicionales, rezadores, abogados, etcétera, cuyos servicios brindan bienestar a la comunidad desde una perspectiva propia.

Expresiones artísticas e intelectualesSe dan en las artesanías, ceremonias religiosas y fiestas comunales, y en el tiempo libre. Aquí se incluyen los mitos, las historias y las interpretaciones de la realidad.

Ocupación del tiempo libre (diversión y esparcimiento)Trabajos auxiliares, educación con juegos, historias, cuentos y leyendas o mitos; práctica de deportes y creación artística.

Como toda flor, la flor comunal es hoy una expresión bella aunque también contradictoria de la vida de los pueblos indios, y es la fuerza histórica de estos pueblos pero al mismo tiempo es frágil y requiere ser cultivada todos los días, en un pesado pero alegre y gustoso estilo de vida colectiva.

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La Flor ComunalSe terminó de imprimir en los talleres

de Impretei, S.A. de C.V. en el mes de febrero del 2011

Almería No. 17, Col. Postal, 03410México, D.F. Tel. 5696•[email protected]

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