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Norba 11-12 Revista de Historia. Cáccres, 1991-1992: 199-220. LA EXTREMADURA CRISTIANA (1142-1230): ELPOBLAMIENTO1 JUAN LUIS DE LA MONTAÑA CONCHIÑA. 1.INTRODUCCION: MARCO TERRITORIAL Y FRONTERAS. La Alta Extremadura durante los siglos XII y XIII se va a caracterizar por decantarse como zona de frontera con la España almohade y como zona de expansión de los reinos cristianos del norte. Los acontecimientos históricos y los condicionamientos geográficos la dotaron de unas características peculiares que contribuyeron en la permanencia de este sector como frontera. El proceso de conquista en la Transierra se iiiicia con la temprana conquista de Toledo (1086), ŭ nico centro importante de la frontera meridional musulmana, tras la cual un gran sector de la Meseta Central y la Mancha fueron paulatinamente ocupados. Por el contrario, en la Transierra extremeña la permanencia de centros neurálgicos dentro de la administración musulmana, como Badajoz, Mérida y todo el territorio contenido al sur del Guadiana, ralentizó considerablemente la conquista. No podemos olvidar el marco físico de la zona, pues los condicionamientos fueron suficientes como para hacer de la Alta Extremadura una región de especiales condiciones físicas; el relieve montañoso, la dificultad en los accesos, el encajonamiento de los ríos y las condiciones edafológicas dificultaron la defensa, la conquista, y por ŭ ltimo el asentamiento de los pobladores. El conjunto de características descritas va a influir en la pervivencia de la frontera durante el periodo de tiempo suficiente como para que ésta adquiera una doble identidad, que a corto y medio plazo va a jugar un papel fundamental en la estructuración cristiana del espacio. Si bien Extremadura se mantiene bajo dominio musulmán sin apenas resistencia hasta 1142; en poco más de ochenta años, y del mismo modo, se pasa a la constitución de un espacio de claro carácter político-fronterizo en el que las políticas expansionistas de castellanos, leoneses y portugueses se convierten en determinantes de la presencia cristiana. Es de esta forma que la Alta Extremadura se establece como zona de frontera transitoria hasta 1230 en la que los contendientes cristianos se debaten en un doble ámbito: el enemigo musulmán y la voracidad expansionista cristiana. La frontera con los musulmanes no es una línea rígida. Las acciones militares recogidas en las fuentes, marcan el continuo desplazamiento de las fronteras norte-sur con eje en el río Tajo. Es a partir de la segunda mitad del siglo XII cuando los acontecimientos militares adquieren mayor importancia. La conquista de Alcántara por Fernando II en 1165 -nunca intentada con anterioridad- abrió nuevas expectativas expansionistas para el reino, pues poco después se conquistaba la ciudad de Badajoz (1169) y se fortalecía toda la zona aledaña con la entrega de numerosos castillos a las órdenes militares. La respuesta almohade de 1174 fue contundente. En un corto espacio de tiempo recuperaron todos los castillos ubicados al sur del Tajo, e incluso intentaron la recuperación de la ciudad de Coria. El presente trabajo constituye una sintesis-reelaboración de lo que en líneas generales es nuestra memoria de Licenciatura titulada : La Extremadura Cristiana: 1142-1230, leída en la Facultad de Filosofía y Letras de Cáceres en noviembre de 1991, donde tratamos más detenidamente los diversos aspectos fundamentales del proceso de ocupación cristiana en los siglos XII y XIII. Aquí sólo abordamos el tema relacionado con la ocupación y tipología del poblamiento.

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Norba 11-12

Revista de Historia.

Cáccres, 1991-1992: 199-220.

LA EXTREMADURA CRISTIANA (1142-1230):ELPOBLAMIENTO1

JUAN LUIS DE LA MONTAÑA CONCHIÑA.

1.INTRODUCCION: MARCO TERRITORIAL Y FRONTERAS.La Alta Extremadura durante los siglos XII y XIII se va a caracterizar por decantarse como zona

de frontera con la España almohade y como zona de expansión de los reinos cristianos del norte.Los acontecimientos históricos y los condicionamientos geográficos la dotaron de unascaracterísticas peculiares que contribuyeron en la permanencia de este sector como frontera. Elproceso de conquista en la Transierra se iiiicia con la temprana conquista de Toledo (1086), ŭnicocentro importante de la frontera meridional musulmana, tras la cual un gran sector de la MesetaCentral y la Mancha fueron paulatinamente ocupados. Por el contrario, en la Transierra extremeñala permanencia de centros neurálgicos dentro de la administración musulmana, como Badajoz,Mérida y todo el territorio contenido al sur del Guadiana, ralentizó considerablemente la conquista.No podemos olvidar el marco físico de la zona, pues los condicionamientos fueron suficientescomo para hacer de la Alta Extremadura una región de especiales condiciones físicas; el relievemontañoso, la dificultad en los accesos, el encajonamiento de los ríos y las condicionesedafológicas dificultaron la defensa, la conquista, y por ŭltimo el asentamiento de los pobladores.

El conjunto de características descritas va a influir en la pervivencia de la frontera durante elperiodo de tiempo suficiente como para que ésta adquiera una doble identidad, que a corto y medioplazo va a jugar un papel fundamental en la estructuración cristiana del espacio. Si bienExtremadura se mantiene bajo dominio musulmán sin apenas resistencia hasta 1142; en poco másde ochenta años, y del mismo modo, se pasa a la constitución de un espacio de claro carácterpolítico-fronterizo en el que las políticas expansionistas de castellanos, leoneses y portugueses seconvierten en determinantes de la presencia cristiana. Es de esta forma que la Alta Extremadura seestablece como zona de frontera transitoria hasta 1230 en la que los contendientes cristianos sedebaten en un doble ámbito: el enemigo musulmán y la voracidad expansionista cristiana.

La frontera con los musulmanes no es una línea rígida. Las acciones militares recogidas en lasfuentes, marcan el continuo desplazamiento de las fronteras norte-sur con eje en el río Tajo. Es apartir de la segunda mitad del siglo XII cuando los acontecimientos militares adquieren mayorimportancia. La conquista de Alcántara por Fernando II en 1165 -nunca intentada con anterioridad-abrió nuevas expectativas expansionistas para el reino, pues poco después se conquistaba la ciudadde Badajoz (1169) y se fortalecía toda la zona aledaña con la entrega de numerosos castillos a lasórdenes militares. La respuesta almohade de 1174 fue contundente. En un corto espacio de tiemporecuperaron todos los castillos ubicados al sur del Tajo, e incluso intentaron la recuperación de laciudad de Coria.

El presente trabajo constituye una sintesis-reelaboración de lo que en líneas generales es nuestra memoriade Licenciatura titulada : La Extremadura Cristiana: 1142-1230, leída en la Facultad de Filosofía y Letras deCáceres en noviembre de 1991, donde tratamos más detenidamente los diversos aspectos fundamentales delproceso de ocupación cristiana en los siglos XII y XIII. Aquí sólo abordamos el tema relacionado con laocupación y tipología del poblamiento.

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De esta forma, y sin grandes esfuerzos, se establecía la línea de frontera en el río Tajoinamovible hasta 1212.

El segundo ámbito es, si se quiere, tan significativo como el primero. El origen de las discor-dias fronterizas hay que buscarlo en el crecimiento y expansión de los reinos de Castilla y Leóndurante el siglo XII. Sin duda, el aumento demográfico y desarrollo interno de los reinos llevóconsigo la continua revisión de las demarcaciones a lo largo de la geografía peninsular, pero estapreocupación gozó de una especial atención en la zona localizada entre el Sistema Central y lacuenca media del Tajo. Ante la difícil situación que se plantea, pues los enfrentamientos pormotivos similares ya se estaban produciendo en el norte de Castilla y León, los acuerdos llevados acabo entre los monarcas de Castilla y León a la muerte de Alfonso VII no se dejan esperar. Así, en1158 se firma entre Femando II de León y Sancho III de Castilla el tratado de Sahag ŭn por el que seentrega a León una parte del territorio que pertenecía a Castilla seg ŭn el testamento de Alfonso VII.El territorio en cuestión, queda dividido hasta los aledaños del Tajo siguiendo la calzada romana dela Guinea, de modo que del río Tajo hacia Mérida todo el espacio al sur permanece en manosleonesas.

El problema de la frontera extremeña no queda del todo resuelto. Con la llegada a la mayoría deedad de Alfonso VIII de Castilla el problema adquirió nuevas perspectivas. En 1181 se firmaba eltratado de Medina de Ríoseco, en el que se revisaban nuevamente las fronteras:

"et stemus per illam quam Adefonsus imperator inter me rex fernandus patremvestrum regen Sanciam fratrem meum et usque ad flumen tagum quod teneamus etstemus per eandem divisionem quam fecit Adefonsus idem imperator "2.

La importancia del territorio quedaba puesta de manifiesto cuando en 1194 se volvía a revisar el

estado de las fronteras3.Por otro lado, la frontera con el reino de Portugal fue más problemática que la castellana. Los

conflictos surgidos a causa de la frontera entre leoneses y portugueses se extendían desde el sectornorte de ambos reinos, concretamente en Limia y Toroño, hasta el Guadiana. La línea divisoriahacia el sur no se encontraba definida. Es aquí donde radica la justificación de la accionesportuguesas sobre la zona de expansión que tanto anhelaba el reino leonés. Los portugueses, conGeraldo Sempavor a la cabeza, se aprovecharon de la debilidad estructural de las defensasmusulmanas adquiriendo en cuestión de pocos años una extensión de territorio bastante amplia. Noobstante, y a pesar de lo dicho, las reivindicaciones portuguesas sobre la frontera en esta zona noencuentran soluciones hasta bien entrado el siglo XIII.

2. LA ETAPA DE CONQUISTALa situación de la Alta Extremadura a partir de 1142 sufre un cambio estructural considerable.

La evolución en la que se ve envuelta no puede compararse con la de otras zonas aledañas de laTransierra donde la conquista es más rápida, efectiva y encuentra mayor apoyo. Podemos establecervarios periodos dentro del proceso de ocupación cristiana que se inician claramente en 1142, cuandose conquista Coria, y abarca todo el reinado de Femando II. Este periodo se caracteriza a grandesrasgos por la intensidad de las acciones militares y el proceso de fortificación que sufre la Transierraen comparación con el asentamiento aldeano que supone la presencia efectiva del poblamiento. Elsegundo periodo que podemos establecer se inicia en 1 188 y se prolonga hasta 1230. Etapafundamental porque se asientan las bases definitivas del poblamiento al margen de losacontecimientos militares decisivos, como son la conquista de Alcántara en 1212 y la de la muypoderosa fortaleza de Cáceres en 1229.

2 Julio González: Regesta de Fentando II, Madrid, 1943, pp. 299-304, Doc. 40.3 Julio González: El reino de Castilla en la época de Alfonso VIII, Madrid, 1960, pp. 105-108, Doc. 622.

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Durante e.1 primer periodo las acciones militares van a ser las protagonistas en la AltaExtremadura. En cuestión de pocos años la frontera se vio fuertemente alterada en su localizacióndebido a las acciones entre cristianos y cristianos-almohades.

La línea de frontera situada tradicionalmente en la cuenca del río Tajo pasó de un solo golpe ala cuenca del Guadiana, cuestión que favoreció la expansión de los leoneses más allá de donde lademarcación se había ubicado en un principio. El origen de los acontecimientos no tiene comoprotagonistas directos a los musulmanes. Es preciso serialar a este respecto, que las acciones de losleoneses frente a los musulmanes vinieron propiciadas por las coordinadas desde el reino dePortugal en tierras, que segŭn el tratado de Sahagŭn de 1158, correspondían al reino de León. Losportugueses con el adalid Geraldo Sempavor a la cabeza conquistaron en un breve espacio de tiempola fortaleza de Alcántara, Cáceres, Montánchez, Santa Cruz de la Sierra (1165-1168) e intentó laconquista de la ciudad de Badajoz en 1169. Esta acción fue decisiva para que Fernando II se decidieraa intervenir de forma eficaz en un territorio al que hasta entonces no había prestado excesivaatención. El enfrentamiento con los portugueses no se hizo esperar, recuperó con ayuda de noblescomo Armengol de Urgel la villa de Alcántara y las restantes plazas sometidas por Geraldo y losportugueses. Estas fueron entregadas a Fernando Rodríguez de Castro "el Castellano" donde

consolidó un pequeño señorío fronterizo de dilatada pervivencia4.La decidida intervención de Fernando II debe relacionarse con las enemistades surgidas con el

reino vecino de Portugal. Hasta entonces los enfrentamientos se limitaron a la zona de fronterapróxima a Galicia, donde los disputas habían alcanzado cierta importancia (recordar las luchas por lafrontera en Limia y Toroño). Por otro lado, no se produjo un enfrentamiento directo con losalmohades, todo lo contrario, pues el intento de conquista de Badajoz por Geraldo Sempavor fuerespondido por Fernando II con la entrega a los almohades de la ciudad para que la defendieran antela posible reincidencia de los portugueses. Esta situación, puramente coyuntural, convierte aFernando en aliado del enemigo musulmán, que por otro lado, estaba actuando del mismo modoque el rey leonés ya que las rápidas conquistas de los portugueses sucedidas en un periodo de cincoaños, mostraron la debilidad estructural del sistema defensivo establecido en la cuenca del Tajo5.

La zona correspondiente al reino castellano se mantuvo al margen de los acontecimientos. Sibien los sucesos se desarrollaron fuera de los límites correspondientes al reino, Alfonso VIIIobservó con atención los acontecimientos de Badajoz y especialmente la entrega al "Castellano" delos castillos de Montánchez, Santa Cruz, Albalat y Zuferola, que quedaban seg ŭn el tratado deSahagŭn (1158) en la zona que correspondía a Castilla. Alfonso VIII se percató de la importanciaestratégica que suponía el poseer estos castillos con vistas a futuras repoblaciones. Es por ello queel señorío fronterizo conformado por "el Castellano" estuvo dentro de las pretensiones de expansiónde Castilla y sin duda formó parte de la política de frontera desarrollada por Alfonso VIII enExtremadura. De hecho, poco después de la muerte de Femando Rodríguez de Castro los castillosson reclamados directamente por el rey que rápidamente entregó para su defensa a las órdenes

militares de Santiago y San Julián6.El poder militar musulmán había quedado en entredicho. La superioridad militar en las batallas

campales había quedado muy lejana y la iniciativa emprendida por Fernando II había dado resultadossatisfactorios. La guerra practicada ahora por los cristianos cambia de forma sustancial, se asemeja auna guerra de guerrillas, en la que los asaltos por sorpresa constituyen el pilar fundamental de loséxitos sobre el enemigo. Aquí reside el éxito que tuvo Femando II al conquistar en breve espacio detiempo una extensión territorial que abarcaba gran parte del territorio extremeño actual ubicado entreel Tajo y el Guadiana. Por otro lado, quedaba al descubierto la realidad musulmana de las plazas

4 Julio González: Regesta...ob. cit., pp. 79-81.

5 J. L. Martín: Orígetzes de la orden militar de Santiago, Barcelona, 1974, pg.6.

6 J. González: El reino de Castilla...ob. cit., vol. 1, pg. 583.

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fortificadas que protegían el acceso al valle del Guadiana. Esta realidad, no era otra que una profundadebilidad que posiblemente se podía concretar en efectivos personales y estructurales. Es por estemotivo y otros relacionados con la caída sistemática de la frontera, por los que los almohades en1174 se aventuraron en una campaña de castigo y devastación realizada a lo largo de la Extremaduraleonesa7.

La campaña de 1174 debe relacionarse con la llegada de Yusuf I a la península entre 1171 y1176 con el ánimo de romper el avance cristiano que en todos los sectores de la frontera comenzabaa hacer mella 8 , de hecho, no sólo se conocen expediciones encabezadas por el rey o por nobles,sino que existe la constancia de numerosas expediciones realizadas por milicias concejiles, como lasde los abulenses, que llegaron hasta la propia tierra de Sevilla, de donde regresaban con cantidadesingentes de cautivos y ganado. Abu Hafs, desde Sevilla se puso en camino con un poderosoejército, el objetivo era muy concreto: la recuperación de las plazas perdidas en manos cristianas. Lacampaña realizada por los almohades fue un fracaso para las aspiraciones leonesas (pues el reinocastellano mantenía treguas con los musulmanes y no fue atacado) ya que sufrieron la pérdida de loslugares adquiridos no mucho antes. Los primeros centros en ser controlados fueron Badajoz yCáceres, a la sazón defendida por la recién creada orden de Santiago, a los que se unió Alcántara.Los intentos de los musulmanes llegaron hasta Coria, pero seguramente el avance de un ejércitomermado en fuerzas y las intenciones iniciales de Yusuf I, les obligó a una retirada que se saldó con

•la vuelta al establecimiento de la línea de frontera en el Tajo.La pérdida de las plazas de Alcántara y Cáceres en 1174 sosegó el impulso inicial protago-

nizado por los leoneses. De esta forma, se abre un periodo de relativa calma en el que estuvieronausentes las acciones militares protagonizadas por alguno de los contendientes. Los leonesesdedicaron sus esfuerzos a la repoblación de la Transierra extremeria que tenía como centro a la ciudadde Coria, y los castellanos mantuvieron su espacio fronterizo intacto gracias a la persistencia delseñorío "tapón" de Fernando Rodríguez de Castro. Como anuncio de los acontecimientos quesobrevenían, en 1173, Portugal y Castilla firmaron treguas con los almohades. Por su parte,Fernando II intentó obtener parte de lo perdido y realizó una serie de expediciones entre 1176 y1177 que llegan hasta Jerez, y que no tienen respuesta por parte almohade. Poco después debiófirmar treguas con los almohades pues en diciembre de 1183 cuando se firmaba el tratado de Fresno-Lavandera una cláusula dejaba constancia de que ambos monarcas reanudarían las hostilidades puesexpiraban las treguas firmadas 9 . La prueba fehaciente fue el cerco que puso a la ciudad de Cáceresen enero de 1184 y que levantó en junio del mismo ario, cuando recibió el aviso enviado por elmonarca portugués sitiado por los almohades en Santarem10.

El periodo de calma, obligó tanto a musulmanes como a cristianos a reorganizar y a poner apunto los emplazamientos defensivos más importantes. El caso de los almohades en Alcántara, a laque fortificaron ampliando la zona defendida, o el caso de Cáceres a la que se dotó de numerosastorres y elementos defensivos de distinta índole. Para los castellanos ocurre otro tanto. En 1185Alfonso VIII recuperó los castillos que hasta entonces poseyó la familia Castro y aseguró el controlde los pasos del Tajo a la altura de Albalat y Monfragrie. La adquisición de las fortalezas indicadaspor Alfonso VIII constituye un hecho político transcendental: se coloca definitivamente la línea defrontera con el reino de León en la Vía de la Plata o Guineal 1 • Esta reafirmación del poderío

7 El tema de la fortificación de la Transierra extremeña en época musulmana queda perfectamente desarrolladopor J. Clemente Ramos : "La Extremadura musulmana, 1142-1247, A. E. M, (en prensa).8 Derek W. lomax: La Reconquista, Barcelona, 1984, pp. 148-150.

9 J. González: Regesta... ob. cit., pp. 315-321, doc. 46.10 Ibidem, pg. 153.

I I B. Palacios Martín: "Alfonso VIII y su política de frontera en Extremadura", A. E. M, Barcelona (1989),pg. 160.

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cristiano ante el todavía desorganizado poder almohade Ilevó a las tropas del rey, órdenes militares ymilicias concejiles a realizar numerosas expediciones que se saldaron con la conquista de plazas tanmeridionales como Setefilla (1182), Alarcón (1184), Reina, Magacela y Baños (1189). Pocodespués, en 1190, finalizaban las treguas establecidas.

La situación parecía en calma sino es por los acontecimientos surgidos entre los propioscristianos. Las disputas territoriales resurgieron nuevamente en el norte peninsular. Tal vez laausencia de conflictos serios con los almohades, que se limitaron sólo a realizar pequeñas razziasque no enturbiaban el clima de tranquilidad impuesto, llevó a leoneses y castellanos a reiniciar unviejo conflicto surgido con la muerte de Alfonso VII. La gravedad de la situación produjo la venidaa la Península del legado pontificio, el cardenal Gregorio, que sin preámbulos reunió a amboscontendientes y trató de buscar una solución que acabara no sólo con las disputas entre cristianos,sino buscar una forma de reorientar los esfuerzos para luchar contra el enemigo comŭn. La pazfirmada en Tordehumos en 1194, deja claro este aspecto 12 . La pausa llevada a cabo entre loscontendientes favoreció que ambos reyes dedicaran mayor atención a la frontera, hasta entoncesbastante descuidada, fortificándola y realizando una serie de donaciones que contribuyeran a ladefensa de los territorios adquiridos.

Si desde la década de 1180 los acontecimientos militares habían sido favorables a los cristianos(baste recordar numerosas conquistas realizadas en torno a la frontera manchega), la siguiente va aser especialmente fatal. Una vez concluidas las treguas de 1190, los almohades se prepararon paracastigar nuevamente a la Transierra extremeña. Esta vez los ataques se dirigieron hacia lasposiciones castellanas, pues los leoneses se adelantaron a los hechos y con ayuda del hijo deFernando Rodríguez de Castro firmaron treguas. Los hechos, fatales para las fuerzas cristianasencuentran su inicio en la derrota de Alarcos en julio de 1195. Un año después, las tropasmusulmanas se dirigieron hacia las plazas de Montánchez, Santa Cruz, Trujillo, Albalat y

Plasencia, esa ŭltima destruida cuando todavía no había terminado de fortificarse 13 . Desde aquí elgrueso del ejército se dirigió al territorio de Talavera, desde donde atacaron Madrid, Alcalá, Uclés,Cuenca y Huete, provocando el desmoronamiento de las antiguas posiciones conseguidas porAlfonso VII en la Mancha. Esta derrota, al margen de las pérdidas materiales, supuso el fin de lapolítica de Alfonso VIII en el frontera extremeña y la reafirmación del poder de los musulmanes.Los castellanos, tras la recuperación de Plasencia y los castillos de Monfragiie y Albalat en

1197 14 , se decidieron a mantener paces con los almohades hasta finales de 1210.La paz que se consiguió entre los reinos cristianos, la Cruzada predicada el norte de los Pirineos

por el nuevo arzobispo de Toledo, Rodrigo Jiménez de Rada, y la sanción pontificia a la Cruzada,posibilitaron el inicio de acciones definitivas contra los musulmanes. La victoria cristiana de LasNavas de Tolosa (1212) supone en el orden material la apertura del camino para la futura conquistade Andalucía, y en el político un cambio total en la correlación de fuerzas entre cristianos ymusulmanes en la Península. En Extremadura, León y Castilla se comienza a llevar una políticaagresiva que dada la solidez defensiva de la zona no dará frutos sino lentamente.

La derrota en Las Navas condicionó a los cristianos para Ilevar a cabo la conquista de Alcántaraque cae definitivamente en 1213. El control del Tajo está en manos cristianas. No obstante, elsiguiente paso que consistía en la conquista de Cáceres no se realiza hasta una década después. Lacaída de la Mancha en manos cristianas y la derrota sufrida en una batalla campal situaba a losalmohades en condiciones de inferioridad, y ello les Ilevó a guarnecer el ŭnico sector de la frontera

12 J. González: El reino de Castilla.... ob. cit., vol. 11, pp. 105-108, Doc. 622.

13 Ambrosio Huici Miranda: 1.4rts grandes batallas de la Reconquista, Madrid, 1956, pg. 171.

14 Carlos Callejo Serrano: "Barones catalanes en la Reconquista de Extremadura", R. E. E. T. XLII, n° 3,(1986), pg. 656. Afirma que Monfragiie junto a Albalat y a la ciudad de Plasencia fueronreconquistados al aftosiguiente de la pérdida en manos musulmanas.

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que todavía se encontraba intacto. Aquí, quizás, podamos encontrar las causas del porqué las fuerzascristianas no pudieron reconquistar la plaza de Cáceres y quedar expedito el acceso al valle delGuadiana. Los intentos de conquistarla se sucedieron durante los años siguientes a 1218 que seasedió por primera vez. Así, tenemos noticias de nuevos intentos en 1222, 1223 y 1225. Encualquier caso, 1212 supone el fin de las condiciones que han permitido la división de Extremaduraen una zona cristiana y otra musulmana con el Tajo como frontera.

3. REPOBLACION Y OCUPACION DEL ESPACIOEl periodo comprendido entre 1142 y 1230 supone para la Transierra extremeña una ocupación

progresiva del espacio por parte de los cristianos. Si bien no podemos hablar de una ocupación entoda regla, es decir, una ocupación efectiva y consistente, debido a la escasa afluencia de pobladoresnecesarios para la puesta a punto de la tierra conquistada, es preciso quedar claro que en el periodoestudiado se tienen las noticias suficientes como para asegurar el desarrollo de una ocupaciónsistemática. Es preciso, del mismo modo, dejar constancia de la existencia de un desigual desarrollodel poblamiento en la Transierra leonesa y en la castellana. En la primera zona, los acontecimientosmilitares tienen como consecuencia más inmediata la llegada de contingentes militares querápidamente se asientan en los n ŭcleos abandonados por los musulmanes. Este tipo de asentamientode claro carácter fronterizo no está exento de la llegada de pobladores que junto a los efectivosmilitares forman la globalidad de la población. La conquista de Alcántara y las plazas ubicadas alsur del Tajo precipitan la llegada de pobladores que en los primeros momentos se asientan en laszonas comprendidas entre Coria y el Sistema Central. En el lado castellano los hechos siguen unrumbo bastante diferente al propuesto para el leonés. La política de repoblación fomentada porAlfonso VIII sigue las líneas marcadas por los abulenses, a quienes correspondía todo este espacio

hasta el Tajo seg ŭn privilegio real dado en 1181 15 . La repoblación llevada desde Avila erademasiado lenta como para satisfacer las intenciones que el monarca tenía sobre la zona. Los planescambiaron y la fundación de Plasencia -con el consecuente desgajamiento del término de Avila-aceleró la ocupación. Hasta entonces, la característica fundamental que define al área castellana es suescaso poblamiento y la localización de éste al norte del río Jerte. Plasencia como ciudad másimportante custodia los ŭnicos asentamientos aldeanos documentados; todo el espacio meridionallocal izado entre la ciudad y el Tajo sólo se constituye como zona de defensa en el que las fuentes

tanto musulmanas como cristianas hacen referencias exclusivamente a la estructura defensiva16.Al igual que en la evolución política, para la ocupación podemos establecer etapas cronológicas

claramente delimitadas: la primera abarca el final del reinado de Alfonso VII y todo el reinado deFernando II; la segunda se centra fundamentalmente en el reinado de Alfonso IX. De esta forma, lasdos etapas tienen como fechas significativas 1188 y 1230.

El reinado de Fernando II posee una líneas de desarrollo bastante específicas. La repoblacióndurante este periodo no constituye la base de la política fernandina. En este momento, y dadas lacircunstancias, la ocupación que registra la Transien-a posee un marcado carácter militar.

Son citadas numerosas fortalezas ocupadas rápidamente por las tropas cristianas. Coria es elprimer punto que parece reforzarse, junto a los castillos "antiquis" que le son atribuidos. Pocodespués de la repoblación de Ciudad Rodrigo, en 1162, Fernando II hace donación de la ciudad a lacatedral de Santiago de Compostela en la que se cita la existencia de nuevos castillos y todas sus

15 J. González: El reino de Castilla...ob. cit, Madrid, 1960, Vol. II, pp. 628-629, Doc. 365.16 Elisa Carolina de Santos Canalejo: La historia medieval de Plasencia y su entorno geo-histórico, Cáceres,1986, pg. 36.

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pertenencias 1 7 . Con posterioridad esta misma ciudad es donada a la orden del Temple, concreta-mente en 1168, con la misión que quizás la catedral de Santiago no pudo realizar con garantías: la

defensa de la ciudad y su territorio 18 . Este dato parece sintomático de lo que va a constituir duranteeste periodo el asentamiento cristiano. Con seguridad muchos de los castillos reocupados por loscristianos proceden de tiempos musulmanes. Es posible que otros fueran construidos por lospropios cristianos e incluso reaprovecharan asentamientos de alto valor estratégico de época anteriora la Ilegada de los musulmanes.

La estructura defensiva que encuentran establecida los cristianos facilita su rápido asentamiento.Las órdenes militares van a jugar al respecto un papel fundamental, especialmente la orden delTemple que se va a convertir en la principal posesora de fortalezas al norte del Tajo. Segŭn AntonioFloriano, los templarios se encontraban asentados en el castillo de Alconétar desde los tiempos delEmperador 19 . Es posible que dominaran otros castillos como los de Portezuelo y Santibáñez elAlto, además de la ciudad de Coria que Fernando II donó en 1168. Con respecto a otras fortalezas,parece que durante el ŭ ltimo tercio del siglo XII se encuentran dominadas por los cristianos.Durante la estancia del rey en Coria en el mes de octubre de 1180 se hace patente la necesidad dereforzar la frontera, es por ello que un año después se produce la donación de las fortalezas deAlmenara y Santa Cruz de Paniagua al noble catalán Armengol de Urgel, activo participante en la

reconquista durante el reinado de Fernando 11.20 Junto a estas fortalezas son destacables las deTrebejo, donada en 1184 a la orden del Hospital, y Granadilla fundada por Fernando II en torno a1185-1188.

Por tanto, el periodo correspondiente al reinado de Fernando II se caracteriza principalmente poruna labor de fortificación y aseguramiento realizados sobre una zona semidespoblada. Es lógicopensar, pues, que la atención del monarca sobre esta zona, al igual que otras entidades señoriales, secentre en la función ofensiva-defensiva característica de la frontera en estos momentos. Las accionesmilitares condicionaron el establecimiento de una línea de frontera relativamente móvil, sinoconsideramos los continuos movimientos que ésta sufre en el transcurso del siglo XII. Es por elloque el poblamiento de la Alta Extremadura es un poblamiento de carácter militar. No obstante, nodebe extrañarnos la presencia de un poblamiento aldeano aunque las menciones en las fuentes seanescasas, a saber: Cozuela (Cozziola), Ranconada, Laconimurgo, Pozuelo (actual Pozuelo de Zarzón)

y el Guijo21 . Localizados en torno al río Alagón entre el castillo de la Atalaya y la ciudad deCoria. En la parte castellana el hecho más significativo fue la fundación de la ciudad de Plasencia en

17 A. López Ferreiros: Historia de la Santa Apostólica Metropolitana Iglesia de Santiago de Compostela,Santiago, 1902, pp. 82-83. El motivo de la donación se puede encontrar en la falta de recursos del obispadocauriense para fomentar la repoblación.18 G. Velo y Nieto: Coria. Reconquista de la Alta Extremadura, Cáceres, 1956, pp. 196-197, apéndice VII.Hasta el momento la ŭnica orden efectiva en la Transierra era la orden del Temple, que recibió numerosasdonaciones de castillos y villas con el fin de preservarlos de nuevos ataques musulmanes. Para este tema vid.Carlos Estepa: "La disolución de la orden del temple en Castilla y León", Cuadernos de Historia, anexo de larevista Hispania, n° 6, Madrid. 1975, pg. 135.19 A. Floriano Cumbreño: Castillo de la Alta Extremadura, Cáceres- Madrid, 1968, pg. 15. Los distintosdocumentos conservados en los siglos XII y XIII hacen referencia a la presencia de los templarios en Alconétar.La evidencia más anti gua que se conserva es de 1181: "El 1 de septiembre de 1181, hallándose la corte enCiudad Rodrigo y en ella nobles como el aragonés Ponce Osor, que a la sazón era comendador de Alconétar". J.González: "Repoblación de la Extremadura Leonesa", Hispania, III, (1943), pg. 236.

20 J. González: Regesta...ob. cit.. pg. 476. La data correcta es de 1181 y no de 1179 como señala G. Velo yNieto.21 G. Velo y Nieto: Coria ....ob. cit., pg. 196.

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junio de 1186, en los que antes era un pequerio villar y restos de una iglesia antigua 22 . Junto a laciudad creada exnovo, fruto de las política repobladora y defensiva de Alfonso VIII en la frontera, se

mencionan las aldeas de Segura y Oliva, poblamiento de posible origen abulense.23El periodo correspondiente al reinado de Alfonso IX posee unas características esencialmente

distintas a las del reinado anterior. Los intentos por parte de la monarquía de repoblar la zona encuestión tienen que valorarse en el conjunto de la polftica de afianzamiento del poder real en el reinode León. Comienza una sistemática fundación de pueblas, aldeas y castillos que pasan a dependerjurisdiccionalmente del rey, como respuesta al aumento de lugares en manos de señores y órdenesmilitares. Junto a la actividad general de repoblación, hay que dejar constancia de la importancia queen el papel de la colonización poseyeron las órdenes militares. Especialmente la orden de Santiago,fundada en Cáceres (1170), y que aunque se mantenía alejada del reino de León (poseía su casaprincipal en Castilla, en la villa de Uclés), la labor de defensa de la frontera era lo suficientementeimportante como para ser tenida en cuenta a la hora de participar en el repartimiento de las nuevaspoblaciones. Durante este periodo las donaciones son cualitativamente importantes, de entre ellaspodemos reseriar la Atalaya de Pelayo en la que el monarca pretendía que la orden fundara su casaprincipal, también recibirán la villa de Granadilla, cercana a la frontera con el reino de Castilla. Demodo idéntico la orden de Alcántara encontró en la polftica real de Alfonso IX el apoyo necesariopara crecer y rivalizar en poder con las demás órdenes. Puede considerarse a la orden de Alcántaracomo genuina extremeria, de hecho asentará su casa en estas tierras, en la villa que con posterioridadle dio nombre. Las donaciones de las que será objeto son más importantes cuantitativa ycualitativamente que las de la orden de Santiago. Ésta y su homónima van a consolidar un amplioespacio jurisdiccional que se extiende desde la sierra de Gata hasta la Sierra de San Pedro, limitandocon Coria en el Tajo y el Alagón. Poseerán villas y castillos de la importancia de Salvaleón,Milana y San Juan de Máscoras (Santibáriez el Alto).

La colonización de la Transierra durante el periodo de Alfonso IX se inicia nada más acceder alpoder. El aseguramiento de la frontera constituye la primera labor importante a realizar y es por elloque las donaciones de castillos y villas fortificadas son los primeros lugares que interesan sercontrolados con vistas a posibles maniobras militares por parte de musulmanes o castellanos. Laorden de Santiago va a recibir, además de la plaza de Trebejo entregada por Fernando II en 1186, elseriorío de Granadilla (1191), el castillo de Palomero (1195) y la Atalaya de Pelayo Velidiz(1203) 24 . Por su parte, la orden de Alcántara va a recibir, como primeros lugares aldeas yasentamientos sin excesiva importancia, la aldea de Purioenrrostro en 1204 y Cadalso en 1205 queanteriormente había recibido la iglesia de Santiago de Compostela, a cambio recibe la aldea dePuñoenrrostro y diez yugadas en la primera 25 . En la segunda década del siglo XIII la orden deAlcántara se convierte en la propietaria de las donaciones territoriales más importantes de laTransierra extremeria. La acogida que la orden de Calatrava dispensa dentro de su regla a losalcantarinos en 1218 los sitŭa en una posición privilegiada con respecto a sus más directoscompetidores: los santiaguistas. Reciben la villa de Alcántara en 1217 y en 1220 reciben, conprobabilidad, los castillos de Portezuelo y San Juan de Máscoras, seg ŭn se desprende de losdocumentos conservados en los que se conocen los pleitos mantenidos entre alcantarinos y

22 J. González: El reino de ...ob. cit., Vol. II, pg. 779.

23 La actividad repobladora de esta zona por los abulenses comienza a desarrollarse a part ŭ de la segunda mitaddel siglo XII. Entre 1186 y 1187 el papa Urbano III confirma al obispo de Avila el derecho diocesano deSegura (Segura de Toro). Angel Barrios García: Documentación medieval de la Catedral de Avila, Salamanca,1985, pp. 26-27, Doc.24 J. González: Alfonso....ob. cit., pg. 77, Doc. 48: pg. 248, Doc. 176: pp. 137-138, Doc. 92.25 Ibidem, pp. 261-262, Doc. 187, y pp. 276-277, Doc. 198.

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templarios antieuos posesores de estas fortalezas 26 . A finales del periodo de estudio obtienen porvoluntad real los castillos de Bemado (actual castillo de las Moreras) y Milana, ambos en 1226, y

en tomo a 1231 la villa de Salvaleón27.En el reino de Castilla la situación es totalmente distinta. La desigual colonización producto de

la lenta colonización de los abulenses, que Alfonso VIII intentó potenciar con la fundación dePlasencia, tiene como objetivo fundamental proteger el alfoz de Plasencia poblando los castillosdel Tajo. La orden de Monfragiie, orden local de vida efírnera, recibe el castillo de Monfragiie en

1218, que comparte con la aldea de Segura, bajo su dominio desde 1199 por donación rea1.28Pocos años después, en 1221, el citado castillo pasó a la orden de Calatrava junto a algunasposesiones en la ciudad de Plasencia29.

Durante el reinado de Alfonso IX las fronteras con los reinos vecinos encuentra un punto desolidez que hasta entonces no había tenido. Para comprender este dato debemos atenernos a lacronología propuesta. Así, es la fecha de 1212 con Las Navasvde Tolosa cuando las situaciónde la frontera con los musulmanes sufre un cambio cualitativo de tremenda importancia. La villade Alcántara, hasta entonces ŭnico punto fortificado de valía conservado por los musulmanes enel Tajo, cae. La consecución de este importante punto puso a los leoneses en una situaciónventajosa, que les obligaría a reforzar militarmente los demás lugares fronterizos con vistas aposibles ataques. Por otro lado, los enfrentamientos con los portugueses habían cesado, así comolos protagonizados con los castellanos, que por el momento se ocupaban más intensamente de larepoblación del Tajo.

Los castillos fronterizos con los reinos cristianos aumentaron en n ŭmero e importancia, dehecho no sólo se construyen pequeñas fortalezas que pudieran frenar momentáneamente el impetu delos asaltantes, sino que se procede paralelamente a la colonización del territorio fomentando lapresencia de villas fortificadas que a la postre surten un efecto de igual consideración. En la línea defrontera con Portugal, Alfonso IX construye los castillos y villas de Salvatierra, Salvaleón yposiblemente Bemardo (cercano a Peñafiel de la Zarza), de modo que, junto a la villa de Alcántara yalgunas posesiones de esta orden —muy ŭtil para Alfonso en la defensa frente a los portugueses-en tomo a Valencia de Alcántara y las estribaciones de la Sierra de San Pedro, se controlaba todo elsector occidental de la frontera no exenta de peligro después de los acontecimientos surgidos en lafrontera portuguesa de Galicia. La frontera con los castellanos estaba igualmente protegida tanto porfundaciones fortificadas reales como las entregadas a órdenes militares. La posesión de la villa deGranadilla por parte de la orden de Santiago repite los mismos esquemas que para el lado portugués.La orden de Santiago acumuló sus principales posesiones en tomo a la Guinea, frontera conCastilla, reino en el cual tenía su casa y gozaba de mayores privilegios. La defensa se completa con

la fundación de la villa de Galisteo (después de 1212?) y la presencia Templaria en el Tajo30.

26 J. I. Ortega y Cotes: Bullarium ordinis militiae de Alcántara, Madrid, 1719, pg. 23.

27 Ibidem, pg. 26.

28 J. I. Ortega y Cotes: Bullarium ordinis militiae Calatrava, Barcelona, 1981, 1254, abril 27. Cambio a laorden de Monfragne de la aldea de segura en el término placentino segŭn un documento de 1199, abril9."...concedo in comcambium pro Segura, qua nunc esta aldea de Placencia, quam quondam vobis dederam, &postmodum eam a vobis accepi, exceptis sernis vestris, & molendinis, quae ibidem in Segura habetis, quaevobis perenniter habenda, & sine sine possidenda dimissi...".29 J. González: Reinado y diplomas de Fernando 111, Córdoba, 1980, Vol. II, pg. 160, Doc. 133. B. PalaciosMartín: "Fundación y....", art. cit., Doc. 2.30 Eugenio Escobar Prieto: "Galisteo", Revista de Extremadura, (1906), T. VIH, 12-25, 66-78. Coincidimosen señalar el origen cristiano de la villa. No existen pruebas directas que confirmen el origen musulmán. En lasdelimitaciones de términos de la Atalaya de Pelayo Velidiz y Granadilla nunca se mencionan los límites de lavilla. La primera mención que se tiene data de 1217.

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La función repobladora propiamente dicha es quizás el aspecto fundamental del reinado deAlfonso IX. El panorama poblacional durante este periodo es significativamente más importantedebido al surgimiento de numerosos nŭcleos de distinta importancia. Si bien los castillos que seconocían en el periodo anterior constituyen la base de numerosos asentamientos, la formación devillas fortificadas y aldeas supone el reforzamiento de una política extendida por toda la Transierra.Con anterioridad a 1212 los n ŭcleos de poblamiento no son importantes, sólo conocemos algunasaldeas próximas a Coria, en el valle del Alagón, que en estos momentos vuelven a ser citadas, perosu importancia queda eclipsada por el surgimiento de otros n ŭcleos poblaciones localizados en tornoal Sistema Central. La parte leonesa registra un mayor aumento de los lugares poblados, frente allado de Castilla que registra una población similar al periodo anterior. Se mencionan más aldeas,algunas de ellas de posible fundación anterior que no podemos constatar. Aparecen las aldeas deSotofermoso (actual Abadía), aldea de Granadilla seg ŭn deducimos de la donación que hizo en 1260Alfonso X al concejo de la villa3 I ; Aldeanueva (1188, actual Villanueva de la Sierra) 32 . Más alnorte se citan, por un conflicto entre las diócesis de Ciudad Rodrigo y Coria, las aldeas deRobledillo, Descargamaría y Puñosa 33 . En las Hurdes se mencionan Mestis y Ovejuela (1199,esta ŭ ltima bien pudiera ser la aldea de Ribera Oveja), ambas localizadas en el término del castillode Palomero, también se cita la aldea de Santa María de Palomero (quizás el actual Casar dePalomero)34 . En la sierra de Gata los principales asentamientos son los de Cadalso y Putio-enrostro (1204-1205) 35 . Este poblamiento se caracteriza por realizarse en torno a los lugaresfortificados.Escasos centros de poblamiento localizados en torno al valle medio-inferior del Alagónson mencionados anterioridad a 1212, entre ellos podemos destacar Molia Sedas (Mohedas ?) citadaen la delimitación de 1203 de la Atalaya de Pelayo ya delimitada con anterioridad en 1183 y 1188,Renconada y Cozuela, ésta ŭltima localizada a medio camino entre Coria y Galisteo junto alAlagón 36 . Con Las Navas de Tolosa la situación sufre un cambio cuantitativo considerable. Lasmenciones a aldeas son más numerosas, pero quizás lo más significativo es que aparecen localizadasentre el Alagón y el Tajo. El crecimiento del poblamiento sigue las pautas impuestas en etapasanteriores. Los asentamientos se producen comenzando por las estribaciones del Sistema Central,Sierra de Gata y las Hurdes. Aunque son los menos. En el espacio localizado entre la ciudad deCoria, la villa de Galisteo y Alcántara se mencionan nuevos asentamientos de tipo aldeano como elCasal de Martín Yáñez "cum omnibus pertinentiis suis , et iacet inter Cauriam et Portuzolum",donado en 1215 a la orden del Hospital; también se cita el Villar de Asno próximo a Galisteo, y yaen su término conocemos la existencia de la aldea de Holguera, en la que el monasterio de Valdediósrecibió tres yugadas de heredad37.

En el reino de Castilla la situación parece decantarse claramente hacia una evolución delpoblamiento más consistente. Ciertamente la fundación de la ciudad de Plasencia y la dotación detérminos de la que fue objeto en 1189 convertía a toda la zona en área de control y expansiónorganizado desde el concejo. Los nuevos lugares documentados son los de Aldea de Río Torriello,

31 J. González: El reino de...ob. cit., Vol. I, pg. 704. El 9 de junio de 1262 Alfonso X donaba esta aldea ala villa de Granadilla. Catálago de documentos de la casa de Alba, publicado por la duquesa, colección, pg. 5.32 J. González: Alfonso...ob. cit, pg. 17. Doc. 7.

33 J. González: "Repoblación de la Extremadura", art.cit,pg. 232.

34 J. González: Alfonso...ob. cit, pp. 137-138, Doc. 94, y pp. 176-177, Doc. 123.

35 Ibidem, pp. 261-262, Doc. 187 y pp. 276-277, Doc. 198.

36 J. E. Casariego: El libro de la Montería de Alfonso XI , Madrid, 1976, pg. 254, en el siglo XIV soncitados como montes, lo que deja claro su anterior despoblación y la poca importancia de estos asentamientos.37 J. González: A/fonso ...ob. cit, pp. 419-420, Doc. 316, pg. 508. Doc. 394.

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mencionada en 1218 y los castillos de Miravete y Belvís, éste ŭ ltimo entregado a Plasencia no sinnumerosos problemas con el concejo de Avila, pues el Campo Arañuelo, reconocido como parte deltérmino de Plasencia, era reclamado igualmente por los abulenses38.

En la segunda década del siglo XIII los asentamientos son más numerosos. Conocemos laexistencia de dos villas fundadas por Alfonso IX, son Salvaleón y Galisteo 39 , ambas con unafunción establecida: la custodia de la frontera. Otro asentamiento a la postre importante, es el de lavilla de Moraleja, aparece como villa de Coria en las fuentes, pero es probable que se tratara de unpequeño asentamiento rural, así se deduce del deslinde que realizó el monarca en 1226 entre Milana,que pertenecía a la orden de Alcántara, y la citada Moraleja. En torno al castillo de Santibáñez selocalizan también algunos asentamientos. En el deslinde del castillo, realizado siete años después desu donación en 1220 a la orden de Alcántara, aparecen las aldeas de Pozuelo con sus términos, en lamisma dirección sitŭa La Parra (mencionada en 1215) y Broceras. En torno a Puerto Murioz selocalizan Robledillo y Buen Consello40.

4. TIPOLOGIA DEL POBLAMIENTO

Ya hemos dejado constancia de que entre 1142 y 1230 la Transierra extremeña sufre un procesode ocupación a través del cual la situación inicial de despoblación queda relegada a otra situaciónclaramente distinta. El poblamiento cristiano se desarrolla lentamente, pero de manera eficaz a lolargo y ancho de la geografía altoextremeña en contraposición con el poblamiento musulmánescaso y muy localizado. En ello tiene gran transcendencia la política desarrollada por los monarcasde Castilla y León, junto a las órdenes militares -sus más eficientes colaboradores-, la iglesia,representada por los obispados de Coria y Plasencia, y por ŭ ltimo, aunque no tenemos datosdirectos, no debemos olvidar la repoblación particular individualizada o por grupos. En conjunto ycomplementándose, se alcanza un punto de desarrollo importante, si bien no llega a los niveles deintensidad que se alcanzan en el resto de la Transierra y la Mancha. Para esta zona de expansión sólohay que recordar la labor desarrollada por las órdenes militares de Calatrava y Santiago enfrentadascon el arzobispo de Toledo Rodrigo Jiménez de Rada por la jurisdicción de numerosos castillos yaldeas, son mencionados lugares de índole distinta, pero en líneas generales el poblamiento aldeanoes mucho mayor que en el sector occidental de la Transierra41.

4.1. CONDICIONAMIENTOS GEOGRAFICOSEl asentamiento de los pobladores en los distintos lugares de la Transierra extremeña está

condicionado por diversos factores de muy distinta índole entre los que podemos destacar losgeográficos, y los históricos, relacionados directamente con la frontera 42 . Todos ellos establecencontrastes poblacionales que podemos estudiar. En cuanto a los primeros, debemos dejar constanciade las difíciles condiciones geográficas que presenta el nuevo espacio objeto de repoblación. Las

38 B. Palacios Martín: "Fundación y organización.."art. cit. Docs. 1 y 2 respectivamente. J. González:Reinado y diplomas de Femando 111, Córdoba, 1983, Vol. 11, pp. 169-170, Doc. 141.39 J. Puyol: Cronica de España por Lucas, obispo de Tuy, 1926, pg. 412. Señala la fundación de Galisteo ySalvaleón como obra de Alfonso IX.40 J. I. Ortega y Cotes: Bullarium..ob. cit., pg. 27.

41 Reyna Pastor de Tognery: "Poblamiento, frontera y estructura agraria en Castilla la Nueva (1085-1230),C. H. E XLIX-L, (1968), pp. 190-191. Afirma que la provincia de Cáceres se incluye dentro de las zonas deescaso poblamiento en este momento y en épocas posteriores.42 Luis Miguel Villar: La Extremadura Castellanoleonesa. Guerreros, clérigos y campesinos (711-1252),1986, pg. 290.

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zonas de montaria en conjunto con las escasas corrientes de agua y la sinuosidad del terrenorepercuten en la solidez de los asentamientos. Desde este punto de vista el paisaje durante la llegadade los cristianos nos da una información significativa. La mayoría de las noticias que poseemos serefieren a delimitaciones de términos y quizás, por el valor económico que en la economía medievalse da a los extremos, no se valore en justa medida la existencia de un paisaje escasamentehumanizado. En general, la imagen que nos ofrecen los documentos es la de una zona desocupada ypoblada por amplias extensiones de arboleda, monte alto y bajo; en resumen, espacios yermos enlos que la mano del hombre no ha tenido ning ŭn tipo de incidencia.

Los relieves montañosos constituyen uno de los condicionantes más importantes para elasentamiento. Destaca por su importancia el Sistema Central, verdadero distribuidor de lapoblación. Este carácter de barrera compacta dificultó la penetración humana a lo largo de lahistoria; pero se convirtió en una zona de paso obligada, gracias a una serie de facturas transversalesentre las que destaca la de Béjar, que constituye el nudo de comunicaciones entre la Submeseta

Septentrional y Extremadura. 43 El sector occidental de la Sierra de Gredos está constituido por laSierra Llana, que al mismo tiempo está fracturada por la falla de Plasencia-Odemira, donde seinstalan los cursos fluviales del Jerte y Aravalle. Las alturas oscilan por encima de los 2.200metros, donde ŭnicamente el puerto de Tornavacas (1.285 metros) es el punto de tránsito. En eloeste el macizo de Gredos-Béjar queda interrumpido por el Valle del Alagón y a través de estepasillo se canalizan importantes comunicaciones, que los repobladores del siglo XIII no olvidan. Eneste sentido, el corredor formado en la depresión del Alagón se repuebla entre 1188 y 1230. Losasentamientos realizados por Alfonso IX propiciaban la entrada de pobladores hacia la depresióntranserrana del Tajo. Conocemos la repoblación de Miranda del Castañar, Monleón, Carpio,Monreal, y San Martín del Castafiar, no sólo como el resultado de unas necesidades defensivas quecaracterizó al periodo propuesto, sino como el afianzamiento necesario de los pasos serranos hacianuevas tierras posibles de colonización 44 . El Alagón se erige como canal fundamental en ladistribución del poblamiento. La respuesta a la colonización de estos espacios serranos en laTransierra altoextremeña lo tenemos en los asentamientos de Granadilla y Palomero con sus aldeas,de pronta aparición, que aprovechan las mejores condiciones del terreno para continuar la tendenciadesanollada. En el valle del Jerte -zona de temprana humanización- conocemos los asentamientos deOliva y Segura de Toro, ésta ŭ ltima representativa del poblamiento de montaña.

Más hacia el oeste comienzan nuevamente las elevaciones a través del macizo de Peña deFrancia y Gata. Con este macizo se inicia el relieve escarpado de las Hurdes. Una vez más, latectónica se encarga de favorecer las comunicaciones con el Puerto de Perales, otra de las grandesvías de penetración, junto al Puerto Murioz45.

En la Sierra de Gata y concretamente a través de los puertos citados los asentamientos correnparalelos a los caminos y corrientes de agua, donde los suelos presentan mayores índices deproductividad y aumenta el espacio agrario. Destacan especialmente las aldeas de Cadalso,Robledillo, Puñoenrostro, Buen Consello, Aldeanueva, y algunas fortificaciones como Santibáriez.En torno a la ribera de Gata, nos encontramos con Trebejo y la villa de Moraleja.

En conjunto tanto el Arrago como la ribera de Gata, por un lado, y el Alagón y Jerte por otroconstituyen las vías de penetración más importantes para la Transierra extremeña, de hecho lamayoría de los asentamientos de carácter rural que se producen antes de 1230 se llevan a cabo enestas zonas. Esta afirmación se confirma porque estos centros poseen una evidente significación: la

43 G. Barrientos Alfageme: Geografi'a de Extremadura, Badajoz, 1990. M. de Terán: "Submeseta meridional.Castilla la Nueva y Extremadura". Geografi'a regional de Espatia, Barcelona, 1969, pp. 155-194.44 L. M. Villar García: La Extremadura... ob. cit., pg. 292.

45 F. Hernández: "Los caminos de Córdoba hacia el Noroeste", Al-Andalus, vol. XXII, (1967), pg. 48.Describe con bastante precisión los puertos más importantes del Sistema Central conocidos en la Edad Media.

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consolidación efectiva del proceso de concentración de efectivos humanos. Para entender mejor laconsolidación del poblamiento en esta zona es imprescindible resaltar el resto de los elementos quefavorecen la humanización de estas zonas. Los suelos en general son bastante más ricos que los dezonas meridionales, debido a factores como la mayor cubierta vegetal y el mayor indice depluviosidad. Destacan los suelos de tierra parda h ŭmeda y subhŭmeda, extendidos por la mayor partede las zonas comprendidas en el Sistema Central, son suelos de vocación forestal en los que loscultivos son productivos, sin tener en cuenta los impedimentos que impone el relieve.

La segunda gran zona de expansión se localiza en torno al valle medio del Alagón y tiene comocentros principales la ciudad de Coria y la villa de Galisteo. En el Alagón el poblamiento encuentraunas condiciones geográficas más propicias para el desarrollo de otro tipo se asentamiento y otrotipo de dedicaciones económicas. Predominan las extensiones llanas o semillanas donde los cultivosextensivos de cereales y las dehesas constituyen las principales actividades de los pobladores.

Las elevaciones montañosas son escasas y no muy importantes, predomina la penillanura de300 a 500 metros, a su vez delimitada por la fosa del Tajo. Al norte de ese río la penillanurapropiamente dicha es poco representativa, ya que la tectónica se ha encargado de favorecer lacreación de las fosas del Alagón, Tiétar y sus afluentes. Los centros poblacionales localizados entorno al valle del Alagón, como Milana, Holguera, Pozuelo, y La Atalaya de Pelayo Velidiz,presentan otra fisonomía debido a la ausencia de fuertes relieves que condicionan en general laextensión y morfología de los asentamientos. Las condiciones edafológicas son igualmentebeneficiosas, predominan los suelos pardos calizos y rojos mediterráneos donde se dan diversoscultivos como la vid, arbustos frutales, leguminosas, pastos y los cereales más conocidos.

El segundo gran condicionamiento que presenta el establecimiento de la población en laTransierra se debe a su propio carácter de frontera. El repoblador, en general, siempre se comportade forma recelosa ante lo que puede suponer la pérdida de casa y bienes en genera1 46. El peligro queencierra poblar en una zona de este tipo es lo que llevó a los pobladores a desarrollar una forma dehábitat muy particular y como consecuencia directa a practicar una economía basada en bienessemovientes: la ganadería47 . Este hecho provoca que la afluencia de pobladores no sea en unprimer momento la deseada y que los n ŭcleos donde comienzan a asentarse no presenten unaconstitución sólida.

La escasa afluencia de población provoca que los asentamientos sean muy reducidos y crezcande manera lenta y anárquica en los que, además, no se tienen datos indirectos que nos facilitenconocer el nŭmero de pobladores. Las menciones a iglesias son prácticamente inexistentes.

El poblamiento de la frontera se halla fuertemente condicionado en cuanto a su estructuramorfológica y extensión por la exposición permanente a la que está sometido. Podemos afirmar queel tipo de asentamiento que domina en un primer momento de toma de contacto con el espacio, escuantitativamente más reducido que el existente en otras zonas. Sin abandonar el carácter rural delos mismos, sus dimensiones son reducidas debido en parte a los condicionamientos físicos, asaber: altitudes, suelos, vegetación, espacio; pero también porque muchos de ellos crecen -a partirde pequeñas células de carácter familiar- a la sombra y dentro de otro tipo de asentamientoclaramente fronterizo: el castillo y la villa fortificada. A este respecto el poblamiento conocido enotras áreas de la Transierra presenta el mismo aspecto. Suelen ser lugares de reducidas dimensiones

46 Significativos son los estudios de J. M. Lacarra: "Acerca de la atracción de pobladores en las ciudadesfronterizas de la España Cristiana (S. XI-XIII)", en Homenaje al profesor Salvador de Moxó, Madrid, 1982,pp. 485-498. "Las ciudades fronterizas en la España de los siglos XI-XII", en Colonización, parias,repoblación y otros estudios, Zaragoza, 1981, pp. 97-110.47 Carlos Julián Bishko: "El castellano, hombre de llanura. La explotación ganadera en el área fronteriza de laMancha y Extremadura durante la Edad Media", en Homenaje a Jainze Vicens Vives, Barcelona, 1967.

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en los que la población debía ser mínima 48 , pero que irían creciendo paulatinamente conforme lasituación de la frontera se estabiliza. Las aldeas conocidas en la Transierra entre 1142 y 1230 secorresponden con los presupuestos dados, son escasas en n ŭmero, extensión y muy posiblementeen pobladores. Los datos que poseemos en cuanto a las rentas cobradas por el obispado de Coria enlas iglesias de la orden de Alcántara a mediados del siglo XIII son significativas. En ninguno de loscasos conocidos se mencionan en torno a la mitad del siglo XIII má g de dos iglesias. Lugares comoSantibáriez el Alto -de antigua población-, el castillo de Milana y Granadilla, por citar algunos,poseen sólo una iglesia. El poblamiento localizado dentro de las villas fortificadas responde a losmismos criterios que los asentamientos aldeanos, es decir, reducido n ŭmero de pobladores concen-trados en torno una sola iglesia.

4.2. JERARQUIZACION Y TIPOLOGIAVista la importancia del medio físico por un lado, y la decisiva transcendencia de la frontera por

otro, podemos adentrarnos en el estudio de las formas de poblamiento desarrolladas en la AltaExtremadura durante el siglo XII y principios del XIII. El estudio pormenorizado del poblamiento,su tipología, evolución y entorno geográfico podemos realizarlo deslabazando los distintos tipos deasentamientos recogidos en las fuentes.

El poblamiento de la Transierra y su geografía responde a unos modelos extendidos por toda laExtremadura histórica que a su vez se ven condicionados por unas circunstancias que podríamosdenominar coyunturales. La frontera con los musulmanes y los condicionantes geográficos, yaanalizados, marcan las pautas del desarrollo del poblamiento y del hábitat que se genera. Losasentamientos se concentran en torno a lugares de relativa habitabilidad, que desde los máspequeños, como los lugares y aldeas, hasta los mayores, como castillos, villas y ciudades, inicianla ocupación y ordenación del territorio. Esta gradación que se produce en el poblamiento -si sequiere jerarquización- favorece la primacía física y jurídica de los nŭcleos mayores en torno a losque se concentrarán los de menor entidad. Esta realidad configura una cadena de interdependenciasdonde predominan, de forma relativa, los asentamientos urbanos. Ciudades y villas son elementosbásicos en la ordenación del territorio y a su vez depositarias de la institución concejil. Se puedeafirmar, sin miedo a equivocarnos, que a grandes rasgos la reconstrucción de viejas ciudades asícomo la creación de otras nuevas, supuso un intento de globalización a partir de nuevos centrosneurálgicos. Alrededor de ellos se adensó una red de pequerias aldeas que distribuidas por las diversascomarcas iniciaron la transformación de los campos49.

Pero conviene, antes de continuar con el plan propuesto, hacer una serie de aclaraciones alrespecto. El poblamiento y su evolución están estrechamente ligados a la estructura de frontera.Ésta, provoca un carácter jerárquico en los establecimientos y los nombres con que las fuentes loscitan. Se establece, de esta forma, un problema de terminología. La ambigtiedad de las fuentescristianas no nos proporciona datos exactos sobre los distintos tipos de emplazamientos, es decir,no poseemos una información detallada acerca de los lugares a los que se alude con términosdiferentes e incluso similares. Así, para centros de tipo poblacional rural como las aldeas se utilizael término de villa. Conocemos los casos de Cadalso y Moraleja, la primera se menciona siemprecomo aldea realenga hasta que es donada a la orden de Alcántara cuando se le denomina villa, eincluso la segunda aparece citada como villa cuando se deslindan sus términos en 1226. En amboscasos la aplicación de esta voz no condiciona la existencia de una villa tal y como los documentos

48 Angel Barrios: Estructuras agrarias y de poder en Castilla. El ejemplo de Avila (1085-1320), Salamanca,1984, pp. 38-41. Plantea la misma situación, en torno a 1250 el poblamiento de la zona de la Sierra erareducido, no sólo en cuanto a los n ŭcleos sino en cuanto al n ŭmero de pobladores.49 Ermelindo Portela Silva: "Del Duero al Tajo", en Organización social del espacio en la España Medieval.La Corona de Castilla en los siglos V111-XV, Barcelona, 1985, pp. 103-104.

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y los emplazamientos nos indican, todo lo contrario, la palabra villa puede referirse a unasentamiento de carácter rural abierto o cercado por muros tal y como se ha desarrollado en otraszonas del reino de León, donde la villa obtiene el sentido pleno de unidad de poblamiento al margende su morfología, equiparándose al de aldea50.

Otros términos recogidos en las fuentes nos mencionan diversos centros de hábitat cuyasdiferencias giran en tomo a la población que pudieran albergar y las dedicaciones de la misma. Así,Civitas alude normalmente a antiguas ciudades que se reaprovechan y que son sedes de obispados,para diferenciarlas de las villas que seguirán conservando rasgos específicamente urbanosconjugados, a su vez, con los defensivos. Las ciudades y las villas poseen una característica com ŭnque es su amurallamiento y la adaptación a la vida de frontera. Murallas y torres defienden a lapoblación que comienza a crecer en su interior, como los casos de Plasencia, Coria, Granadilla yGalisteo.

Los castillos representan por excelencia la estructura defensiva de cualquier frontera. En lasfuentes aparecen denominados de formas diversas, pero hay una que los agrupa: castellum. Eltérmino empleado no hace distinción sobre las dimensiones y ubicaciones de los mismos, pero almargen de su morfología, nos indica la funcionalidad y la dedicación de las gentes que lo pueblan.Con la favorable evolución de la frontera los castillos se van a convertir en los centros de atracciónde nuevos pobladores. En este apartado el término villa asociada al castillo no aparece con claridad,por lo que no se puede comparar con las villas propiamente dichas, es decir, las primeras sonemplazamientos destinados casi desde un principio a albergar un n ŭmero relativamente alto depobladores y a activar la vida urbana con todas las connotaciones políticas y económicas queconlleva un acto de este tipo en la zona que queda bajo su radio de acción. Mientras, las segundashacen referencia a un asentamiento, posiblemente reducido, que sin estar protegido por defensasestaba creciendo a la sombra de unos muros.

Las ciudades y villas constituyen el centro de la población altoextremeria. Junto a estasunidades mayores, el reaprovechamiento de los asentamientos antiguos forma parte de la tradiciónrepobladora iniciada en el reino de León. Se rehabilitan lo que las fuentes denominan villares ycasares, que en muchos de los casos se trata de antiguos poblados musulmanes e incluso de épocasanteriores, a juzgar por los restos arqueológicos encontrados en muchos de ellos. Pero, la ocupacióndel espacio en la frontera extremeria tiene una serie de prioridades que se sintetizan en laconformación de un poblamiento localizado en centros globalizadores desde los que de formajerárquica se procede a la creación de nuevos centros.

Para ello, las ciudades y las villas constituyen el eje fundamental de la ordenación delespacio51.

La llegada de los cristianos a la Transierra marca el inicio de la ocupación definitiva, se con-quista la ciudad de Coria, a la que rápidamente se dota de un amplio territorio que en sus orígenes seextendía desde los puertos de sierra de Gata y Hurdes hasta el Tajo. Poco después de comenzar elasentamiento cristiano dirigido desde la ciudad, en la zona castellana se funda la ciudad de Plasencia(1186). La fundación, supuso la adquisición de un amplio territorio prácticamente despoblado hastala orilla del Tajo. Las noticias que poseemos al respecto son obvias, desde las aldeas repobladas porlos abulenses en plena sierra hasta los castillos ubicados en el Tajo, no se conoce ninguna zona queregistre cierto grado de humanización. Es por ello, por lo que se encargaba a la ciudad la importantefunción de dirigir, facilitar, y en algunos casos, impedir los asentamientos.

50 Ermelindo Portela Silva: "Aproximación al estudio de las explotaciones agrarias en Galicia en los siglosIX-XII", Actas de las I Jornadas de metodología aplicada de las ciencias históricas, Santiago de Compostela.1975, pp. 104-108. L. M. Villar García: La Extremadura...ob. cit., pg. 307.51 Ermelindo Portela Silva: "Del Duero al Tajo", art. cit., Barcelona, 1985, pg. 99.

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Coria para los leoneses y Plasencia para los castellanos, desde muy temprano nos encontramoscon dos nŭcleos de funciones rectoras que suponen el principio de un poblamiento organizado. Lasdos ciudades presentan analogías que podemos estudiar. Desde el punto de vista funcional ambaslocalidades se presentan como detentadoras de las funciones religiosas, por ser sedes diocesanas. Laimportancia de este hecho se constata en el dominio ejercido por la institución eclesial en elcontexto de la vida social de la ciudad. En Coria, el obispo es el máximo detentador de bienes yposesiones territoriales, es el encargado por la monarquía de llevar a cabo la repoblación de toda lacomarca y en ello va a rivalizar con el concejo de la ciudad. En Plasencia el obispo domina en laciudad desde el primer momento. Pero ante todo la ciudad se presenta como un n ŭcleo de funcionesmilitares, la existencia de murallas y la presencia de una población de dedicaciones especialmentemilitares las convierten en poderosos centros guerreros desde donde se realizan continuasexpediciones hacia territorio enemigo, sin contar con la protección que desde estos lugares se ofreceal resto de la población esparcida por sus términos.

Desde el punto de vista morfológico, la ciudad se caracteriza externamente por la existencia demurallas que rodean en su conjunto a la población. En el caso de Coria éstas son antiguas (deprocedencia romana) retocadas por el paso de los musulmanes y condicionadas por los cristianos,registra numerosas torres y elementos defensivos ariadidos con el paso del tiempo. Plasencia, por suparte, presenta una poderosa construcción defensiva jalonada de cubos y precedida por una barbacanao antemural. En su parte más alta se encuentra el castillo o alcázar, ŭltimo reducto de defensa encaso de que el resto de la ciudad cayera. Una característica fundamental a pesar del distinto origen deambos nŭcleos, es su emplazamiento. Ambas ciudades se localizan en la margen más defendible delos ríos Alagón y Jerte, en torno a los 280 y 350 metros, respectivamente, donde predominan lavisibilidad y la falta de relieves. Se trata de encontrar un mayor entendimiento entre las necesidadesde la población y la defensa. Los planos delatan cierta afinidad, en Coria se detecta la pervivencia deun plano rectangular de origen romano que no es muy distinto en Plasencia. Como ciudad ex novopresenta las técnicas de construcción desarrolladas en la época, el plano exteriormente tiende a laforma rectangular, al igual que Coria, pero en el interior no presenta el enmarariamiento que sí sedeja ver en Coria como producto del crecimiento orgánico de la misma. Aquí reside la diferenciamorfológica entre una ciudad de tradición antigua y la ciudad nueva producto de unas necesidadesmás concretas.

La extensión de ambas es variable. Plasencia es una ciudad mucho más grande que Coria. Éstaŭltima posee unas 6 hectáreas intramuros, lo que le hace ser pequeria con respecto al conjunto de lasnuevas villas fundadas no sólo en la frontera, sino en el resto del reino castellanoleonés. En suinterior se localiza un espacio que progresivamente tiende a se ocupado.

Esta ocupación la registramos a partir del nacimiento de parroquias que se conocen intramuros.Las fuentes son más benévolas con Plasencia, que a mediados del siglo XIII posee cuatro iglesiascentro, cada una, de las cuatro collaciones en las que se divide la ciudad, son las iglesias de S.Nicolás, S. Martín, S. Esteban y S. Vicente. En Coria las noticias son escasas, exceptuando laexistencia de la iglesia catedral sede del obispo y su cabildo, no tenemos más información sobre lapervivencia o nueva creación de iglesias o parroquias que favorezcan la concentración de lapoblación. La ciudad posee otros rasgos diferenciadores de corte jerárquico que no se limitan ni a losrasgos externos ni a la posibilidad de albergar un conjunto poblacional mayor. Quizás el másimportante y clarificador de todos es la distinción con respecto al resto de n ŭcleos poblados enfunción del conjunto socioeconómico que alberga cada una de ellas. Los habitantes y las especialesdedicaciones económicas específicas como la guerra, la ganadería y, de forma menos importante, laartesanía, marcan diferencias con respecto a otras poblaciones de dedicaciones más explícitas, talescomo las estrictamente agroganaderas.

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El siguiente escalón dentro de la tipología poblacional transerrana lo ocupan las villas. La villafortificada constituye, al igual que la ciudad, un centro globalizador de poblamiento con unos rasgosque la distingue de otro tipo de asentamiento. Las diferencias externas están claras, se rodean demurallas. En cuanto a sus diferencias funcionales son centros que albergan cantidades de poblaciónsuficiente de dedicaciones diversas. Normalmente suelen constituirse en centros de poder máslocalizado a cargo de una zona sobre la cual ejercen su dominio. Las villas transerranas llevanaparejadas una doble función, por un lado la militar de tipo ofensivo-defensivo y la repobladora.Desde estos centros con los concejos a la cabeza se va a llevar a cabo una importante labor deocupación de tierra en Extremadura. En palabras de otros autores:

"la villa se define por estar rodeada por una muralla, donde las puertas además deponer en comunicación el exterior con el interior de la villa tienen una funciónordenadora del espacio. Otro elemento esencial es la existencia en el interior de una

autoridad y por ŭltimo existe una diversidad en las actividades de sus habitantes"52.

Los caracteres externos de las villas son similares a los presentados por las ciudades. Presentanel amurallamiento del espacio intramuros en el que se procede al asentamiento del vecindario. Estamuralla puede realizarse con diversos materiales, así se puede destacar el tapial (Granadilla), loscantos rodados de los ríos (Galisteo), la pizarra (Salvaleón). Como prueba irrefutable de lacondición de centros repobladores, es la ausencia de bastiones fortificados que jalonen el cerco53.

Ello, lejos de lo anecdótico, representa el segundo plano en el que se encuentra la funciónexclusiva de defensa que presentan estos lugares. La fundación de estas villas, en torno a la primeradécada del siglo XIII y como mínimo finales del XII, pone en evidencia lo que venimos señalando:la mejoría de la frontera.

Todas son fundadas en terrazas fluviales donde la visibilidad es buena y donde mantienen unascondiciones naturales de defensa. Sirvan como ejemplos Galisteo, emplazada a unos 300 metros dealtitud está ubicada en un pequeño otero que rodea el Alagón sin apenas relieves importantes quedesmejoren su posición, el resto del paisaje está constituido por extensiones llanas muy propiciaspara los distintos tipos de cultivo. La villa de Salvaleón oscila en torno a los 370 y su paisaje sepresenta más abrupto donde predominan los pastos, se localiza en una pequeña elevación en laconfluencia de los ríos Basadiga y Vega. Granadilla con alrededor de los 430 metros posee unaposición más privilegiada, se ubica junto al Alagón en una disposición de claro dominio en su ladooeste, no aparece rodeada de relieves importantes y sí de corrientes de agua que facilitan el cutivo.Las dimensiones van acorde con las condiciones geográficas del terreno. El aprovechamiento de lasterrazas fluviales proporciona la creación de planos irregulares donde priman las formas circulares.El caso más representativo es de Granadilla, de plano totalmente circular y carente de bastionesdefensivos, posee 924 metros de diámetro. La villa de Salvaleón posee un plano elíptico de 286metros, no así Milana de forma rectangular y posee alrededor de los 100 metros en uno de suslados. En conjunto las escasas dimensiones de los planos denotan la precariedad de su construccióndebido a la rapidez de la misma y las condiciones en las que se realizó. En este sentido, podríamosplantearnos qué cantidad de población pudieran albergar. Ciertamente ésta debía ser escasa por loreducido de los planos, baste comparar las dimensiones otras villas castellano-leonesas y lasextremeñas. Las villas de Tierra de Campos oscilan entre las 9 y 20 hectáreas, en nuestra zona la

52 Beatriz Arizaga Bolumburu: El nacimiento de las villas guipuzcoanas en los siglos XIII-XIV , SanSebastián, 1978, pp. 21-22.53 J. Avelino Gutiérrez González: "Arquitectura militar y sistemas de fortificaciones en el reino de León",Castillos medievales del reino de León, Madrid, 1990. Marca la diferencia de un tipo de villa caracterizado porla ausencia de bastiones. Esta se compone ŭnicamente del cerco murado que define claramente su carácter decentro organizador de la población.

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más grande es la de Granadilla con 6,2 hectáreas, las demás están entre las 1,9 hect. de Salvaleón,

las 0,6 de Milana54 . Así, si exceptuamos la villa de Granadilla, los demás lugares no poseían elsuficiente espacio para albergar una población digna de considerarse. Confirmado este aspectopodemos ariadir las menciones de iglesias que se hacen de estos lugares a mediados del siglo XIII, eincluso con anterioridad. En las recaudaciones de derechos que hace el obispado de Coria en tierraspertenecientes a su jurisdicción sólo se cita una iglesia intramuros en Salvaleón y Milana, otrotanto ocurre con Granadilla 55 y Galisteo.

Las construcciones defensivas adquieren una importancia inusitada en el periodo queestudiamos. Los puntos defensivos en la alta Extremadura aparecen ligados a una estructura generalvigilante de los principales pasos montañosos y caminos que controlan el acceso de la población y

aseguran el desarrollo de la humanización del espacio56 . La red defensiva establecida en laTransierra responde a una estrategia desarrollada por los cristianos que responde perfectamente a lasdistintas etapas de ocupación. En el primer periodo establecido (1142-1188) los castillosmencionados se sitŭan principalmente en torno a las estribaciones del Sistema Central, Sierra deGata y Hurdes, principalmente, de modo que se controlaban los pasos conocidos que facilitaban elacceso de la población. En esta situación se encuentran los castillos de Trebejo, Almenara,Santibáñez el Alto, y Santa Cruz de Paniagua. Todos ellos se configuran como centros de llegadade los primeros pobladores. El segundo periodo facilita la presencia de castillos en torno al Alagónaunque en menor medida, siendo sustituidos por la presencia de villas fortificadas.

El emplazamiento estratégico de los castillos responde al origen de sus necesidades. Las zonasaltas y escabrosas de difícil acceso y fácil defensa son las elegidas para sus ubicaciones. Laubicación era variable y en función de ella se puede establecer una tipología. El primer grupo loconstituyen las fortalezas roqueras, ubicadas en lugares difíciles y escarpados (Almenara, Trebejo).Otro grupo lo constituyen los castillos a modo de atalayas, como la Atalaya de Pelayo. El grupo delos castillos campestres en el que se puede incluir el de Bernardo, ubicado en un otero de 381metros. Puede establecerse otro grupo entre aquellos castillos en los que los cursos fluviales fuerandecisivos para su defensa, se pueden destacar los emplazamientos de Salvaleón o Milana a 301metros.

Quizás la importancia de estas construcciones no se limiten exclusivamente a la labordefensiva. Se pueden asociar perfectamente a labores de repoblación como se puede demostrar en elcaso extremeño. Las condiciones de la frontera y las condiciones físicas no favorecieron eldesarrollo de un poblamiento importante cualitativamente. Los n ŭcleos poblados eran escasos y depequeñas dimensiones. Es por ello que los castillos se constituyeron en centros administrativos,dotados de alfoces, desde los que se promocionará la ocupación del espacio. Numerosos lugarescrecen en torno a las fortalezas. Conocemos los casos de Cadalso, Santibáñez, que con posterioridadverá crecer una villa en su interior y registra la presencia de aldeas en su término, Santa Cruz de laSierra, Palomero, etc. gran parte de las aldeas citadas en estos momentos se desarrollan en torno alas construcciones defensivas.

Las aldeas. El poblamiento aldeano resulta ser producto directo de la ocupación efectiva delterritorio, y es muy variable en función de los periodos que hemos establecido. Antes es preciso

54 Pascual Martínez Sopena: La tierra de Campos occidental. Poblamiento, poder y comunidad del siglo X alValladolid, 1985, pg.I 61. La villa más pequeña en extensión es la de Bolaños con 9,3 hectáreas.

55 M. Terrón Albarrán: La Extremadura musulmana, Badajoz, 1990, pp. 467-468. Cita documento de 1199.En la confirmación de las posesiones y prerrogativas de la iglesia compostelana realizada por el papa...." Inepiscopatu Cauriense castrum, quod dicitur Attalaia Pelagii Velidiz cum terminis suis, et ecclesiam de Granataque dicitur S. lacobi cum dominibus et piscariis et alis possessionibus, quas ibi acquisivistis".56 Henri Terrasse: Les forteresses de L'Espagne musulmane, Madrid, 1954, pg. 12.

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aclarar la terminología que las fuentes emplean. Así, para definir un asentamiento rural las fuentesutilizan indistintamente el término aldea o villa -al igual que en el resto de la Extremaduracastellano-leonesa- por lo que comprobamos una total equiparación de términos. No obstante, lasfuentes y especialmente los datos tangibles inclinan a identificar aldea con n ŭcleo rural de

dedicación económica muy determinada57.La llegada de los pobladores se realiza de forma constante, pero lenta. La ocupación militar del

territorio, va seguida de la creación de asentamientos rurales desde los que se procede a la roturacióny puesta en cultivo de los campos. Es por ello, que las primeras aldeas nacen en la vertientemeridional del Sistema Central al abrigo de posibles ataques, siguiendo perfectamente los pasosmontañosos y los valles que conforman las corrientes de agua. La mejoría de la frontera favoreció elasentamiento en zonas meridionales próximas al Tajo. En cualquier caso son pequerios n ŭcleos delos que no tenemos noticias alguna salvo su existencia. No se conocen los límites de sus territoriosexceptuando un caso, el de Villanueva de la Sierra, dada en 1188 al obispo de Coria58 . De suspobladores y dedicaciones tampoco conocemos nada, aunque por el carácter de los asentamientos yla toponimia del momento es fácilmente deducible. Sus funciones se ligan estrechamente a laactividad agroganadera desarrollada en función de las posibilidades de los asentamientos. Para ello,sus emplazamientos topográficos son muy importantes. Las primera aldeas conocidas están situadasen torno al Alagón. Mencionadas en 1181 en la donación de los castillos de Almenara y Atalaya:Cozuela, Renconada y Laconimurgo, parecen constituir n ŭcleos de ocupación antigua inclusoanterior a la llegada de los cristianos. Pero los sintomas de verdadero crecimiento hay que buscarlosen el norte de la región. Las aldeas surgidas durante el reinado de Fernando II se localizan en unentorno geográfico propio del momento. La altura es el primer rasgo destacable, estas oscilan entrelos 600 metros de Segura de Toro, donde predomina un paisaje de alta montaña de relievesescarpados, vegetación abundante y escasos accesos; y los 700 metros de Robledillo, asentado en laladera occidental del monte del mismo nombre, junto a una de las principales vías de acceso, defuertes pendientes, vegetación espesa y pequeñas corrientes de agua. Otros n ŭcleos, como el deAldeanueva (Villanueva de la Sierra), se sit ŭa en torno a los 480-500 metros en un valle natural queresulta de la existencia de sierras en su vertiente meridional. La distinta ubicación de los aldeas va afavorecer el desarrollo económico de determinadas prácticas económicas.

Predomina la ganadería sobre la agricultura, que se va a desarrollar en espacios reducidos. Otrasaldeas que surgen en el primer momento de ocupación se establecen en lugares similares a losanteriores y nos dan muestras del paisaje existente, son las de Sotofermoso (actual Abadía); otras,como Mestis y Ovejuela (término de Palomero), nos muestran claramente el predominio de laganadería en su actividad económica.

El segundo periodo en el que las condiciones de la frontera ha mejorado sustancialmente, secaracteriza por presentar un asentamiento rural más acorde con las características de este tipo. Semencionan nuevos asentamientos en las zonas elevadas del Sistema Central, pero, en parte,constituyen el resultado del crecimiento natural de los asentamientos anteriores. A partir del sigloXIII se procede a la colonización del valle del Alagón. Se mencionan aldeas como Holguera yPozuelo, localizadas en lugares más permisivos que junto a las mejores condiciones edafológicas,desarrollan un tipo de economía más vinculada a la agricultura.

En general las dimensiones de las aldeas son mínimas. Es posible que en origen estuvieranconstituidas por pequeñas casas de anárquica distribución que aprovecharan las incidencias del

57 L. M. Villar: La Extremadura...ob. cit., pg. 307.

58 Los límites dados en el documento de 1188 se corresponden en su mayor parte con los conocidos en laactualidad. Es el ŭnico asentamiento aldeano del que conocemos deslinde en esta fecha. Con posterioridad losdeslindes de términos aldeanos en la Sierra de Gata y las Hurdes van a ser constantes.

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terreno para facilitar mejor la construcción de la vivienda. De sus planos no tenemos noticias, puesse han producido numerosas transformaciones a lo largo de los siglos, pero es de suponer la totalfalta de urbanidad. Todas ellas se caracterizan por crecer en torno a la unidad parroquial, que citan lasfuentes en un periodo posterior al de estudio.

Pero no sólo los n ŭcleos poblacionales de estructura bien definida y mencionada en ladocumentación puede ser estudiada desde el punto de vista repoblador.

A través de la observación cualitativa de aspectos indirectos podemos establecer unas pautas quenos señalan la transformación del paisaje paralelo a la ocupación aldeana del territorio. Lahumanización del espacio se realiza de formas distintas. Si bien las fuentes nos indican la existenciade nŭcleos humanos perfectamente constituidos desde el punto de vista jurídico, podemos incluirdentro de este grupo una serie de términos que el vocabulario medieval utiliza para designar espaciospoblados. Las expresiones que aparecen en las fuentes son las de lugar (locum), villar o villares(villar), Casares (Casal) y Corral . La palabra locum ha de tenerse en cuenta a la hora de detectar lapresencia de pequeños asentamientos de escasa importancia o de sitios que debido a diversascircunstancias fueron poblados. Los diversos lugares tratados como lugar denotan una jerarquíapoblacional menor con relación a otros tipos. En el caso que nos ocupa las menciones a lugarescomo la Atalaya de Pelayo, posteriormente castillo, constituyen nŭcleos inicialmente inmersos enlos términos de otra unidad de población mayor como la villa o la ciudad. La expresión locum aludesiempre a nuevos asentamientos y hace referencia a espacios relativamente marginales que sirvencomo punto de partida para futuras poblaciones.

El término casal y corral nos aparecen por primera vez en 1215 y 1221, respectivamente.Aluden fundamentalmente a pequerios n ŭcleos (casal=casas, corral=chozas en León) desde los que sepone en práctica la explotación de los espacios más inmediatamente cercanos a la villa, en este casolos de Coria y Galisteo. En el documento de 1215 en el que Alfonso IX da a la orden del Hospitalel casal de Martín Yáñez:

"...vobis in concambium casale de Martino Iohannis cum omnibus pertinentiissuis, et iacet inter Cauriam et Portuzolum...".

Puede considerarse al casal como una forma de poblamiento integrado en el marco de la villa.Nos inclinamos a pensar que el casal, similar al lugar, se identifica con un poblamiento dispersodesde el que se procedía a la puesta en explotación de lugares marginales. Es factible pensar quepudiera tratarse de un nŭcleo de poblamiento alejado de la civitas o villa resultado del proceso deocupación desarrollado desde los n ŭcleos rectores.

El corral, analizado por Julio González para Castilla la Nueva, se aplica para designar laformación de aldeas en zonas poco pobladas. Si tenemos en cuenta que el topónimo Corral Regiscomni Fernandi aparece en la delimitación de términos de Palomero y Granadilla en 1221,podemos pensar en la existencia de células poblacionales reducidas de err ŭnente carácter agrario.

De la misma forma, el término villar nos indica la existencia de un poblamiento rural disperso.Al parecer la existencia de estos villares o antiguas villas desiertas y en ruinas son reaprovechadospara formar pequerios nŭcleos poblacionales. Son numerosos los lugares que poseen en su nombreel origen de villar. El caso que conocemos es el de Villar de Asno en la villa de Galisteo en 1217:

"...in loco qui cognominatur Villare de Asino quomodo departir per carreran perrivum ad sursum...".

A modo de conclusión podemos señalar que el poblamiento de la Transierra extremeña en tornoa 1230 se encuentra en clara fase de formación. Las condiciones impuestas por la frontera: peligrosmilitares y condiciones físicas, crea una situación especial debido a la cual el asentamiento de

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pobladores, en definitiva, el desarrollo del poblamiento fue más lento que en el resto de laTransierra. Los datos revelan que la lentitud de la conquista del territorio fue mayor que en Castillala Nueva, donde las órdenes militares y el obispo de Toledo, principalmente, desarrollaron unapolitica de repoblación que a finales del siglo XII ya había dado resultados importantes. Estasdiferencias repobladoras entre unas zonas y otras, hicieron de la alta Extremadura uno de los ŭltimosreductos musulmanes al norte del Guadiana. Quizás, la falta de medios por parte de los cristianos ylas desavenencias desarrolladas entre ellos, impidieron un rápido avance por tierras extremeñas y portanto la pervivencia durante más tiempo de la frontera activa. Pero en cualquiera de los casos, elasentamiento de pobladores comienza a ser una realidad a partir del momento en el que las miraspoliticas y expansionistas de los reyes de Castilla y León encuentran en estas tierras su máximoexponente.

El proceso de ocupación y de humanización de la Transierra extremeña durante los siglos XII yXIII está sujeto a una evolución paralela a la que sufre la frontera. Los continuos avatares en la quese ve envuelta, condicionó fuertemente la presencia de pobladores que de forma individual y conpatrocinio de alguna entidad señorial comenzaron a asentarse en lugares nuevos o abandonados porlos musulmanes. Esta condición impuesta por la frontera está acompañada de los impedimentos quela realidad física del espacio que estudiamos impone, relieve acusado, malos suelos y escasassuperficies cultivables, componen el elenco. Se pueden establecer dos periodos dentro del proceso deocupación y evolución del poblamiento. La primera se centraria en el reinado de Fernando II, éstatuvo un carácter eminentemente militar, siendo escasos los asentamientos aldeanos.

El segundo periodo es el más significativo para la Transierra. Como prolongación de la políticadesarrollada por Alfonso IX en otras tierras peninsulares, el fomento de la repoblación bajo auspicioreal fue un hecho. Surgen villas, ciudades y se recuperan castillos a los que se dotan de numerososprivilegios que favorecían la llegada de pobladores. En este contexto se desarrolla el procesoevolutivo del poblamiento altoextremerio. Los asentamientos que se realizan buscan un elementoprimordial para su subsistencia: la defensa. Castillos, ciudades amuralladas, y villas fortificadas sonlos centros coordinadores del poblamiento en la Transierra. En torno a este tipo de n ŭcleo mayordiferenciado por rasgos externos e internos -representados por la población y su dedicacióneconómica-, a cargo de concejos y órdenes militares, surgen n ŭcleos rurales que suponen laocupación efectiva del territorio. Ciertamente no se puede hablar de una ocupación importante, sinode un proceso timido pero paulatino en el que la conformación de villas concejiles, asentamientosde carácter rural y deslindes de términos confirman lo que fue la tónica de la Transierraaltoextremeña durante los siglos XII y XIII.