La Etica Samurai en El Japon Moderno
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7/23/2019 La Etica Samurai en El Japon Moderno
1/1
ENS YO
ibros
Latiea samurai
y
el
Japnmoderno
Leccionesespirituales
para losjvenessamuris
y otrosensayos
YUKJOMISHIMA
TraduccindeMartinRaskin
La EsferadelosLibros.Madrid2001
256pgs.;15 63euros2.600ptas.
M
UCHASde las palabras que
contiene este libro ya fueron
escritas en otra poca, y en otras dr
cunstancias. Yodescubr que la vo
cacin del samuri es la muerte. Si
t tienes que escoger entre la
muerte y la vida escoge, sin dudar,
la muerte. Esas palabras fuern
dictadas, a principios del XVffl, por
el samuri Jocho Yamamotoy publi
cadas en el libro
Hagakur
que se
convirti en el manual ms apre
ciado para la formacin de samu
ris.
Oculto entre las hojas:
tal es el
significado de Hagakur. Y, cierta
mente, no es extrao tropezar con la
inspiracin sobrexcitada de Jocho
Yamamoto ocult entre las hojas de
estas nuevas
Lecciones espirituales
para losjvenes samuris. A medida
que Mishima las reescriba, los pen
samientos de Yamamoto anudaban
los dedos del escritor a la fasci
nacin por la muerte. Inmvil,
oculto entre las hojas / En las solita
rias flores que descansan en los r
boles / Meparece sentir / La presen
cia de ella / Por quien suspiro en se-
creto, dice un poema del monje
Saigyo.
Lo que nos permite escuchar a
Mishima, sobre la voz de Yamamoto,
es una conmocin interior: la vio
lenta batalla entre un Japn ideali
zado, ancestral, y el nuevo Japn
que impuso la influencia de Occi
dente. Mishima quiere tener la mi
rada fija en la tradicin y, sin em
bargo, su obra literaria nos revela
hasta qu punto asimil los modelos
occidentales. En ella, el Japn que
intentaba preservar se dividi en
fragmentos. Las ideas tradicionales
en una sociedad que ha cambiado
aunque conservan su brifio de joyas
no dejan de ser desperdicios.
Al reescribir una tica samuri
Mishima quiso perfilar la construc
cin de su vida, cuya conclusin te
na intencin de confiar a la espada.
Puede apreciar el color quien ha de
cidido cegar sus propios ojos? Por
que Mishima se refiere a todos los
aspectos de su existencia: habla de
las relaciones de la vida con la li
teratura, del arte, del cuerpo, del va
br y la accin; habla de los cuatro
ros en los que haba dividido su
vida, que habran de confluir en
mar de la fertilidad cuando la es
padahiciera rodar su cabeza.
Abrir este libro es como abrir un
cajn y encontrar los ltims escri
tos de un suicida: hay un invita
cin a la accin, un testamento, las
razones por las que Mishima cre
La Sociedad de los Escudos, cuyos
miembros le secundaron en su in
molacin, el balance nada hala
geo de los ltimos veinticinco
aos de su vida y la justificacin
tica de su acto.
Lo que otorga espesor a las pala
bras de Mishima es que son defmiti
vas. Desde su juventud, el suicidio le
atra como un modo de resolver la
refriega interior entre lo que era un
escritor comprometido con su
tiempo y lo que hubiera querido ser:
iiii samri. Durante la II Guerra
Mundial se ofreci para una accin
militar suicida, pero fue rechazado;
tres aos despus de haber escrito
este ensayo, en 1970,sedio muerte
segn el ritual
seppuku
loque co
nocemos como haraquiri. Lo hizo en
un cuartel del ejrcito, donde haba
secuestrado a un general, para obli
gar a sus soldados a escuchar una
proclama, cuyas palabras ahogaron
los zumbidos de un helicptero de la
polica, pjaro de metal en el que no
es difril reconocer el mundo mo
derno. Quin querra escuchar sus
palabras? Palabras tan incomunica
bles com las dos cabezas cortadas,
sobre la alfombra, en el despacho del
general, que los soldados encontra
ron poco despus.
RamnMayrata
Exaltacin del error
CarlorHugodeBorbnParma.
Historiadeunadisidencia
JOSEPCARIES
CLEMENTE
Planeta.Barcelona2001
281pgs.;22 84euros3.800ptas.
E
Nlos ltimos aos el duque de
Parma, Carlos Hugo de Borbn
Parma, haba preterido sus veleida
des carlistas y se haba reivindicado
en su legtimo ttulo parmesano
como cabeza de la Casa Real que all
rein durante dcadas. Mas quien es
incapaz de hurtarse al halago incon
sistente acaba tropezando con libros
como ste, que firma Josep Caries
Clemente, en el que se pretende rees
cribir la historia; y de paso se logra
perder la respetabilidad recuperada
hogao.
laizquierda
El esfuerzo ms pattico de la
obra es el constante y contradictorio
intento por presentar el carlismo
como un movimiento situado ideol
gicamente a la izquierda del es
pectro poltico, con las matizaciones
que ese trmino pueda requerir a lo
22
largo de 150 aos. La adhesin del
carlismo al Bloque Nacional de
Calvo Sotelo en 1934 se hace a es
paldas del Rey y del pueblo carlista
pg. 38). Y ello, sin duda, porque el
bloque de Calvo Sotelo era monr
quico y segn el autor la Segunda
Repblica fue saludada con entu
siasmo por los carlistas pg. 37).
Justifica por ello la destitucin de
Rodezno, Oriol y otros, pero no cri
tica la adhesin del sustituto de s
tos, Fal Conde, al Alzamiento Na
cional en el que segn el autor, don
Javier, padre de Carlos Hugo, des
taca por su colaboracin enia pre
paracin pg. 40). Quiz pensaban
que era un movimiento de izquier
das y fueron engaados. Tal vez por
eso se explica despus que en 1955
Carlos Hugo y tres de sus hermanas
recorren casi toda Espaa visi
tando crculos carlistas y suscitando
adhesiones dinsticas. Esta van
guardia poltica de la dinasta sera
la llave que apartara la costra inte
grista y tradicionalista enquistada
en el partido, permitiendo con ello,
bajo la paciente y eficaz direccin de
Carlos Hugo, el inicio de la evolu
cin ideolgica j)g. 58). Es decir,
que aunque el verdadero carlismo
era de izquierdas, la evolucin ha
cia la izquierda) comenz en 1957y
se complet en 1965en el Monteju
rra del cambio ideolgico pg.
114).
Las discrepancias doctrinales de
Carlos Hugo con su hermano menor
Sixto son despachadas sin apenas
mencin. La adhesin de un nutrido
grupo de carlistas al Conde de Bar
celona, es descrita as: El 31 de
mayo de 1957,el franco-juanismo or
ganiz el acto de Estoril, mediante el
cual falsos ex carlistas rendan plei
tesa a don Juan, en concordancia
con el general Franco pg. 59). La
bien conocida realidad es que ese
acto, que tuvo lugar el 20 de diciem
bre del 57, fue organizado por Sainz
Rodrguez para demostrar que
Franco no tena el pleno apoyo de la
Comunin Tradicionalista.
El libro tiene amplias citas del
propio Carlos Hugo que bastan para
justificar la confusin de sus leales.
En 1957proclama en Montejurra el
viejo lema la Monarqua ser Tradi
cional o no habr Monarqua, para
luego propugnar la compatibilidad
del carlismo con el socialismo auto
gstionario y entremedias afirmar
que la designacin de Don Juan Car
los como sucesor a ttulo de Rey co
loc el carlismo en una situacin im
posible. Realmente, el carlismo tena
que ir a un planteamiento republi
cano pg. 149)y sentenciar que en
1977 el de la UCD era un Gobierno
enteramente fascista pg.157).
Propsitosdinsticos
Mencin aparte ilierecen los des
propsitos dinsticos. Entre otros,
senarra la proclamacin de don Ja
vier como Rey de Espaa, pero se
oculta piadosamente que tan tras
cendental acto tuvo lugar en el saln
de actos de los padres carmelitas de
la Diagonal barcelonesa. Y la apari
cin en escena de la Princesa Irene
de Holanda, que se cas con Carlos
Hugo en 1964,es descrita como su
incorporacin al carlismo. Como
buen socialista, la ideologa antes
que la familia.
Clemente ha escrito un libro para
hablar del xito poltico de Carlos
Hugo pg. 91). Hubiese sido ms
leal con su seor dejndole dormir
en el olvido de Espaa mientras re
parte con generosidad sus rdenes
nobiliarias en Parma y Lucca.
Ramn Prez-Maura
Abrir estelibro
es
como abrir
un cajn y
encontrar los
ltimos
escritos de
un suicida
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