La Espiritualidad en Las Personas Que Participan en La Liturgia

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La espiritualidad en las personas que participan en la Liturgia Padre Walter Necesitamos entrar al Misterio Divino para llenarnos de la espiritualidad. Seguir el rito de la liturgia, nos llena de ese misterio. La estructura, las personas que participan, los momentos… todo en sí son parte del rito y nos van introduciendo gradualmente para experimentar ese misterio. El misterio como tal, no tiene un principio y un fin; nosotros nos sumergimos en él para vivirlo. Saberse la secuencia del rito es una cosa. Pero en la medida en que estoy consciente de lo que está sucediendo durante la Eucaristía, va haciendo que yo viva una experiencia que me permite ir creciendo en la espiritualidad. Pero además, para poder enriquecerme necesito saber cuál es el Plan de Dios, el rol del Padre, el del Hijo y el del Espíritu Santo en todo este Misterio. El misterio es claro y simple: El Plan de Dios -su intención- es que lo conozcamos, Quiere que celebremos su plan llevado al éxtasis por medio de Jesucristo. Y que lo hagamos vida mediante la acción del Espíritu Santo Si Adán y Eva hubieran obedecido en todo a Dios, aún viviéramos en el paraíso. Pero el “hubiera” no existe. Así que luego de que se rompe el vínculo tan cercano que tenían con el Padre, el hombre tiene qué conseguir casa y sustento mediante el fruto de su trabajo y deberá esforzarse por alcanzar la gracia de Dios. A partir de Abraham ya tenemos una historia concreta: El pueblo de Dios comienza a multiplicarse y Él espera que su pueblo lo ame. Pero el pueblo no fue capaz de sostener la alianza de amor que el Señor hizo con ellos. Desde los hijos de Israel (Jacob) comienzan a darse envidias, divisiones. Durante el éxodo, el pueblo recrimina a Moisés del maná que habían recibido durante un tiempo, diciendo que estaban mejor en Egipto, donde tenían ollas con alimento. Más adelante David, el escogido, sucumbe a la tentación con Bethsabé, la esposa de Urías. Sin embargo en todos estos casos Dios le permite al pueblo que tomen sus decisiones: hicieron dioses de oro, de bronce, nombraron jueces que no los beneficiaron; se llenaron de soberbia por las obras que construían. Vieron que se equivocaron y a pesar de todo Dios los perdona y en cada ocasión hace una nueva alianza con ellos. Dios quiere que lo quieran; una y otra vez envió, profetas, reyes para anunciar su mensaje divino; pero muchos de los enviados fueron ignorados o asesinados. Al igual que en la parábola de los viñadores infieles, Mateo 21, 33-43. 45-46 En aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo esta parábola: "Era un propietario que plantó una viña, la rodeó de una cerca, cavó en ella un lagar y edificó una torre; la arrendó a unos labradores y se ausentó. Cuando llegó el

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Transcripción de una plática en retiro para los equipos de liturgia

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  • La espiritualidad en las personas que participan en la Liturgia

    Padre Walter

    Necesitamos entrar al Misterio Divino para llenarnos de la espiritualidad.

    Seguir el rito de la liturgia, nos llena de ese misterio. La estructura, las personas que participan, los momentos todo en s son parte del rito y nos van introduciendo gradualmente para experimentar ese misterio.

    El misterio como tal, no tiene un principio y un fin; nosotros nos sumergimos en l para vivirlo.

    Saberse la secuencia del rito es una cosa. Pero en la medida en que estoy consciente de lo que est sucediendo durante la Eucarista, va haciendo que yo viva una experiencia que me permite ir creciendo en la espiritualidad.

    Pero adems, para poder enriquecerme necesito saber cul es el Plan de Dios, el rol del Padre, el del Hijo y el del Espritu Santo en todo este Misterio.

    El misterio es claro y simple:

    El Plan de Dios -su intencin- es que lo conozcamos, Quiere que celebremos su plan llevado al xtasis por medio de Jesucristo. Y que lo hagamos vida mediante la accin del Espritu Santo

    Si Adn y Eva hubieran obedecido en todo a Dios, an viviramos en el paraso. Pero el hubiera no existe. As que luego de que se rompe el vnculo tan cercano que tenan con el Padre, el hombre tiene qu conseguir casa y sustento mediante el fruto de su trabajo y deber esforzarse por alcanzar la gracia de Dios.

    A partir de Abraham ya tenemos una historia concreta:

    El pueblo de Dios comienza a multiplicarse y l espera que su pueblo lo ame. Pero el pueblo no fue capaz de sostener la alianza de amor que el Seor hizo con ellos. Desde los hijos de Israel (Jacob) comienzan a darse envidias, divisiones. Durante el xodo, el pueblo recrimina a Moiss del man que haban recibido durante un

    tiempo, diciendo que estaban mejor en Egipto, donde tenan ollas con alimento. Ms adelante David, el escogido, sucumbe a la tentacin con Bethsab, la esposa de Uras.

    Sin embargo en todos estos casos Dios le permite al pueblo que tomen sus decisiones: hicieron dioses de oro, de bronce, nombraron jueces que no los beneficiaron; se llenaron de soberbia por las obras que construan. Vieron que se equivocaron y a pesar de todo Dios los perdona y en cada ocasin hace una nueva alianza con ellos.

    Dios quiere que lo quieran; una y otra vez envi, profetas, reyes para anunciar su mensaje divino; pero muchos de los enviados fueron ignorados o asesinados.

    Al igual que en la parbola de los viadores infieles,

    Mateo 21, 33-43. 45-46 En aquel tiempo, Jess dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo esta parbola: "Era un propietario que plant una via, la rode de una cerca, cav en ella un lagar y edific una torre; la arrend a unos labradores y se ausent. Cuando lleg el

  • tiempo de los frutos, envi sus siervos a los labradores para recibir sus frutos. Pero los labradores agarraron a los siervos, y a uno le golpearon, a otro le mataron, a otro le apedrearon. De nuevo envi otros siervos en mayor nmero que los primeros; pero los trataron de la misma manera. Finalmente les envi a su hijo, diciendo: "A mi hijo le respetarn." Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron entre s: "Este es el heredero. Vamos, matmosle y quedmonos con su herencia." Y agarrndole, le echaron fuera de la via y le mataron. Cuando venga, pues, el dueo de la via, qu har con aquellos labradores? Les dijo: A esos miserables les dar una muerte miserable arrendar la via a otros labradores, que le paguen los frutos a su tiempo. Y Jess les dice: No habis ledo nunca en las Escrituras: La piedra que los constructores desecharon, en piedra angular se ha convertido; fue el Seor quien hizo esto y es maravilloso a nuestros ojos? Por eso os digo: Se os quitar el Reino de Dios para drselo a un pueblo que rinda sus frutos. Al or estas palabras, los sumos sacerdotes y los fariseos comprendieron que Jess las deca por ellos y quisieron aprehenderlo, pero tuvieron miedo a la multitud, pues era tenido por un profeta.

    La ltima Alianza: Nueva y eterna

    El pueblo no valor las distintas alianzas de amor que a travs del tiempo hizo con el pueblo escogido.

    As que Dios decide venir personalmente para que ese pueblo no se perdiera.

    Hasta antes de la crucifixin de Jesucristo los cielos no estaban abiertos; por eso los que moran se iban al infierno (lugar donde Dios est ausente) conocido como Hades (en griego) o sheol (en hebreo).

    El Hades ANTES de la cruz de Cristo, era un lugar con dos compartimentos muy opuestos. Uno era el lugar de consolacin o seno de Abraham, que tambin era conocido como Paraso por los antiguos, donde llegaban todos los creyentes del Antiguo Testamento, y el otro corresponda al lugar de tormento donde eran enviados todos los incrdulos e impos.

    Esto se aprecia en el siguiente fragmento de la parbola de Lzaro y el rico Epuln:

    "haba un hombre rico que vesta de prpura y lino finsimo, y cada da celebraba esplndidos banquetes. Un pobre, en cambio, llamado Lzaro, yaca sentado a su puerta, cubierto de llagas, deseando saciarse de lo que caa de la mesa del rico. Y hasta los perros acercndose le laman sus llagas. Sucedi, pues, que muri el pobre y fue llevado por los ngeles al seno de Abrahn; muri tambin el rico y fue sepultado. Estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantando sus ojos vio a lo lejos a Abrahn y a Lzaro en su seno; y gritando, dijo: Padre Abrahn, ten piedad de m y enva a Lzaro para que moje la punta de su dedo en agua y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en estas llamas. Contest Abrahn: Hijo, acurdate de que t recibiste bienes durante tu vida y Lzaro, en cambio, males; ahora, pues, aqu l es consolado y t atormentado. Adems de todo esto, entre vosotros y nosotros hay interpuesto un gran abismo, de modo que los que quieren atravesar de aqu a vosotros, no pueden; ni pueden pasar de ah a nosotros.

    Una vez que Jesucristo consum su obra expiatoria en la cruz y pag el precio por todos nuestros pecados, va por los justos que estaban en el seno de Abraham; se abri definitivamente la puerta al cielo para el pecador perdonado.

    Por ello en el credo decimos: fue crucificado, muerto y sepultado, descendi a los infiernos subi a los cielos y est sentado a la derecha del Padre

  • Cuando celebramos la Eucarista, hay un mandamiento: Hagan esto en CONMEMORACIN MA

    Esto nos dice que no es otra Eucarista; LA NICA FUE LA LTIMA CENA. Por ello lo que hacemos en la santa misa, es un memorial.

    En la cruz, Cristo est en lo alto y con esto se cierra el crculo del paraso, para volverlo a abrir.

    Esa es la Alianza Nueva y Eterna; ya no habr otra alianza y con ello todo queda listo para abrirnos nuevamente el paraso.

    La redencin: El Goel

    En la misa experimentamos cada vez el Misterio de Redencin.

    Redimir es:

    Liberar a alguien del dolor o de una mala situacin. Volver a adquirir algo que se haba perdido. Conseguir mediante pago la libertad del esclavo o el cautivo. Comprar de nuevo una cosa que se haba vendido o empeado

    Cuando alguien perda su libertad y era vendido como esclavo, nicamente el familiar ms cercano era quien tena el derecho de pagar el precio para sacar a su familiar de la condicin de esclavo. A este familiar se le llamaba goel. Cristo es nuestro Goel.

    l nos redime, sacndonos de la esclavitud del pecado y nos restablece como hijos de Dios para llevarnos a la vida de la gracia.

    El sacramento de la Reconciliacin, antes que ser un requisito para acceder al sacramento de la comunin, es un medio para que nosotros como pecadores tengamos la posibilidad de obtener el perdn de nuestros pecados y reconciliarnos con Dios y la Iglesia. El sacramento nos lava y limpia, y nos renueva en Cristo y nos regresa a la condicin que tenamos en nuestro bautismo.

    Ahora, nuestro propsito es que ese sacrificio de amor no haya sido en vano, porque:

    El pecado sigue existiendo;

    Nosotros tenemos qu transitar diariamente trabajando para no caer en el pecado

    Dios nos pone al Espritu Santo para que nos acompae y nos aconseje cmo cumplir el Plan divino y que no nos volvamos a perder. De esa forma:

    Mediante el don de CONSEJO, nos habla y nos aconseja. Mediante el don de FORTALEZA nos da elementos para vencer la tentacin y alejarnos de

    la condicin de pecado. El don de TEMOR, nos previene para no ofenderlo El don de SABIDURA para saborear las cosas que l nos ofrece para nuestra salvacin

    Es importante conocer lo que cada uno de los dones, recibidos en el bautismo nos ofrece y saber cmo hacerlos vida.

    En esto debemos enfocarnos:

  • El Padre tiene un Plan: que lo amemos como l nos ama. El Hijo ya se ofreci para salvarnos El Espritu Santo acta para que no nos perdamos.

    El Espritu Santo acta en nosotros y debemos aprender a vivir con dignidad y en santidad.

    Cuando ponemos en prctica todo esto, vivimos esa Espiritualidad del Misterio Divino.

    La paz est contigo

    Este deseo significa: espero que pongas tu confianza en Yaveh; l se har cargo de nuestras cargas. Confaselas a l y enfrenta tus problemas con amor; rebasando las comodidades terrenales; (renunciando a ti) y ofrece tus acciones por amor, a Dios y a los dems

    Todo eso nos har sentirnos en paz.

    No puedo tener un pie en la gracia y otro en el pecado. Enfrentamos las dificultades con el valor humano y con el valor divino.

    Conclusin

    La Espiritualidad es la vivencia del Misterio Divino

    Tenerle confianza a la compaa del Espritu Santo

    Fortalecemos nuestra espiritualidad creando un ambiente diario y total formado por

    La oracin diaria La eucarista Rezando el Rosario