La espiritualidad del universitario

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1 LA ESPIRITUALIDAD DEL UNIVERSITARIO P. Crispin. 1. Preámbulo Hablar de espiritualidad es hacer referencia a un eje fundamental de la vida cristiana en sus dimensiones más importantes: sacramental, catequética y de caridad. La espiritualidad sostiene la vida del discípulo, le da sentido y dirección tanto en el aspecto personal como comunitario. Nuestro tema se enfoca en la espiritualidad del universitario, lo cual exige hablar de los aspectos esenciales y los medios propicios que hacen posible que ésta sea de acuerdo a los criterios de Cristo y su Espíritu. 2. El Espíritu Santo es el actor principal en la espiritualidad El Espíritu Santo es la fuerza vital en la creación, el impulsor del ministerio profético de Jesús, suscitador de los carismas en la Iglesia, autor de la unidad en ella y motor de la evangelización. El Espíritu Santo es quien nos «enseñará todo y os recordará todo» Jn 14,26; de tal forma que “no es posible entender ni realizar nada significativo en el Ministerio pastoral sin referencia continua al Espíritu de Jesús… la comunión con el Espíritu lleva a comprender que la vida pastoral se abre, se realiza y se culmina plenamente en Él. 1 3. Qué cosa es la espiritualidad La espiritualidad es una forma de orientar la vida mediante la luz del Espíritu Santo, siguiendo los criterios evangélicos de Jesús, que conducen al ser humano a la vida de gracia con Dios. Espiritualidad es vivir según las exigencias del Espíritu Santo, es tomar un estilo de vida adecuado a los criterios y valores de Jesús, es tener una actitud o disposición permanente para vivir y hacer el bien inspirado por el Espíritu de Dios. Para ello, debemos estar en constante comunicación con Dios, conocer su voluntad y ponerla en práctica. La espiritualidad tiene algunos rasgos específicos: puede ser cristocéntrica, mariana, laical, sacerdotal, carismática, de comunión, de la acción pastoral, misionera, institucional, etc. Pero la espiritualidad no se reduce a rezos o devociones sino que incluye 1 MERLOS Arroyo, Francisco; Teología contemporánea del Ministerio Pastoral ; p. 298. Ed. Palabra, 1ª edición, México D.F., Universidad Pontificia de México; Enero del 2012.

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LA ESPIRITUALIDAD DEL UNIVERSITARIO P. Crispin.

1. Preámbulo

Hablar de espiritualidad es hacer referencia a un eje fundamental de la vida cristiana en sus dimensiones más importantes: sacramental, catequética y de caridad. La espiritualidad sostiene la vida del discípulo, le da sentido y dirección tanto en el aspecto personal como comunitario. Nuestro tema se enfoca en la espiritualidad del universitario, lo cual exige hablar de los aspectos esenciales y los medios propicios que hacen posible que ésta sea de acuerdo a los criterios de Cristo y su Espíritu.

2. El Espíritu Santo es el actor principal en la espiritualidad

El Espíritu Santo es la fuerza vital en la creación, el impulsor del ministerio profético de Jesús, suscitador de los carismas en la Iglesia, autor de la unidad en ella y motor de la evangelización. El

Espíritu Santo es quien nos «enseñará todo y os recordará todo» Jn 14,26; de tal forma que “no es posible entender ni realizar nada significativo en el Ministerio pastoral sin referencia continua al Espíritu de Jesús… la comunión con el Espíritu lleva a comprender que la vida pastoral se abre, se realiza y se culmina plenamente en Él.”1

3. Qué cosa es la espiritualidad

La espiritualidad es una forma de orientar la vida mediante la luz del Espíritu Santo, siguiendo los criterios evangélicos de Jesús, que conducen al ser humano a la vida de gracia con Dios. Espiritualidad es vivir según las exigencias del Espíritu Santo, es tomar un estilo de vida adecuado a los criterios y valores de Jesús, es tener una actitud o disposición permanente para vivir y hacer el bien inspirado por el Espíritu de Dios. Para ello, debemos estar en constante comunicación con Dios, conocer su voluntad y ponerla en práctica.

La espiritualidad tiene algunos rasgos específicos: puede ser cristocéntrica, mariana, laical, sacerdotal, carismática, de comunión, de la acción pastoral, misionera, institucional, etc. Pero la espiritualidad no se reduce a rezos o devociones sino que incluye necesariamente la vida, el trabajo y la oración, y la interacción entre ellas, de tal modo que la vida misma se convierta en una oración, que el trabajo sea un cántico de alabanza a Dios y que la oración sea un compromiso por la vida. Una persona “cuánto más cultiva sus valores, su ideal, su mística, sus opciones profundas, su utopía…más espiritualidad tiene.”2

La espiritualidad debe encauzar al conocimiento y la experiencia de Dios, por tanto, debe proveer de medios que acerquen al ser humano a Dios, que lo ubiquen en el camino de su gracia. Podríamos tener excelentes técnicas de planeación, organización, programación y evaluación, pero ninguna de ellas podrían, por más precisas y eficaces que fueran, bajo algún argumento, “…reemplazar la acción discreta del Espíritu.”3

1 MERLOS Arroyo, Francisco; Teología contemporánea del Ministerio Pastoral; p. 298. Ed. Palabra, 1ª edición, México D.F., Universidad Pontificia de México; Enero del 2012. 2 CASALDÁLIGA, Pedro y VIGIL, José María; Espiritualidad de la Liberación, p. 28; Ed. Sal Terrae, Colección Presencia Teológica; Santander, España 1992. Por ello, “su espiritualidad será la talla de su propia humanidad.” Ibíd 3 Evangelii Nuntiandi # 75

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4. Aspectos esenciales de la espiritualidad

4.1 La primacía de la gracia

El Papa Juan Pablo II nos invita a “trabajar con mayor confianza en una pastoral que dé prioridad a la oración personal y comunitaria;” lo cual “significa respetar un principio esencial de la visión cristiana de la vida: la primacía de la gracia:” 4 trabajar como si todo dependiera de nosotros y orar como si todo dependiera de Dios, para no olvidar que sin Cristo, «no podemos hacer nada» (Jn 15,5).

4.2 La perspectiva de la santidad

Los discípulos misioneros estamos llamados a vivir en santidad, porque “Dios, que es Santo y nos ama, nos llama por medio de Jesús a ser santos.”5 Esta santidad se refleja en las acciones, actitudes y modos de ser cristiano, por eso, “al participar de esta misión, el discípulo camina hacia la santidad. Vivirla en la misión lo lleva al corazón del mundo. …la santidad no es una fuga de la realidad…”6

4.3 La exigencia de la conversión

La llegada del Reino de Dios exige arrepentimiento y conversión, por lo tanto, renuncia al mal, reorientar el camino de la vida y dar frutos dignos de ese cambio (cf. Mt 3,1-12). Jesucristo nos invita a ser parte de Él, para lo cual exige actitudes nuevas en la manera de ser y de trabajar. Es importante “re-comenzar desde Cristo,”7 siendo hombres y mujeres nuevos en el corazón de la Universidad.

4.4 El sentido de la comunión

La comunión en la Iglesia es una vocación, (Cf. Hech 2, 42-47), por ello debemos ubicarnos en la perspectiva de la espiritualidad de comunión, que es “una mirada del corazón sobre todo hacia el misterio de la Trinidad que habita en nosotros, y cuya luz ha de ser reconocida también en el rostro de los hermanos que están a nuestro lado… llevando mutuamente la carga de los otros y rechazando las tentaciones egoístas que continuamente nos asechan y engendran competitividad…” 8

4.5 El discernimiento pastoral

Un sano discernimiento comunitario “es un juicio maduro y ponderado que se hace sobre la realidad, apoyándose en el análisis y en la reflexión, a fin de descubrir lo más valioso, decidir lo mejor y actuar en el sentido del proyecto de vida que se quiere realizar.”9 Este discernimiento siempre debe tomar en cuenta la voluntad de Dios, saber qué es lo bueno, lo justo, lo correcto, lo que a Él le agrada (Cf. Rm 12, 2) y diciéndole a Jesús: trabajaremos a tu servicio, ‘contigo y a tu modo.’10

4 Juan Pablo II, Novo Millennio Ineunte # 385 Documento de Aparecida # 130; Cf. Ef 1, 4-5 y todo el capítulo 4 del Documento de Aparecida6 Ibíd # 148 Cf. DI # 3. Toda acción pastoral debe situarse en la perspectiva “de la santidad.” Cf. NMI # 307 Ibíd # 12 (Cf. NMI 28-29). “Revitalizar nuestro modo de ser católico y nuestras opciones personales por el Señor.” DA # 138 NMI # 439 MERLOS Arroyo, Francisco; o.c., p. 31010 Cf. Mons. Hector Luis Morales Sánchez, Presidente de la Dimensión Adolescencia y Juventud, CEM 2009-2012.

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5. Medios propicios para la espiritualidad de la acción pastoral universitaria

5.1 La importancia de la oración

La oración personal y comunitaria es el espacio donde el discípulo, alimentado por la Palabra y la Eucaristía, cultiva una relación de profunda amistad con Jesucristo.11 Esta es la forma más común y eficaz de estar unidos a Dios, pues la oración es una relación espiritual de amor con el Padre, un diálogo permanente con nuestro hermano Jesús y una confianza firme en nuestro guía el Espíritu Santo.

5.2 La centralidad de la Palabra de Dios

La Palabra está siempre presente en la celebración de los sacramentos (Cf. VD # 61), sobre todo, en el sacramento de la Eucaristía. No puede faltar la Palabra de Dios en los retiros, el kerigma, la evangelización. También sabemos que “todo acto litúrgico está por su naturaleza empapado de la Sagrada Escritura;”12 además, podemos orar, rezar, dar temas y reflexiones con la Biblia.

5.3 La Eucaristía como centro y culmen de la vida cristiana

La Eucaristía “es verdaderamente fuente y culmen de la vida y de la misión de la Iglesia,”13 por lo cual se afirma que de ella “mana hacia nosotros la gracia como de su fuente y se obtiene con la máxima eficacia aquella santificación de los hombres en Cristo y aquella glorificación de Dios, a la cual las demás obras de la Iglesia tienden como a su fin.”14 El universitario debe buscar su fuerza de fe en ella.

5.4 Los sacramentos como medios de salvación

Los sacramentos son medios que confieren la gracia de Dios, pues “están ordenados a la santificación de los hombres, a la edificación del Cuerpo de Cristo y… a dar culto a Dios…”15 Por medio de ellos se puede potenciar la espiritualidad de la pastoral universitaria para acercar a los jóvenes a la vida de gracia con Dios. Es preciso saber quiénes no los tienen y prepararlos para que los reciban.

5.5 La caridad como origen y meta de la acción pastoral universitaria

La caridad, como don de sí a los demás, se convierte en el horizonte de nuestra acción pastoral universitaria, haciendo de ella “el termómetro de nuestra espiritualidad”. Por ello, debemos trabajar para los demás haciendo siempre el bien, “porque sólo la caridad desinteresada y comprometida y gratuita santifica, y en la tarde de la vida –diría San Juan- seremos juzgados en el amor.”16

CONCLUSION: No se puede ser cristiano sin Cristo, pues “no se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona…” (Deus Caritas Est # 01). Nosotros no elegimos ser discípulos, pero si elegimos quedarnos con Él.

11 APA # 25512 Verbum Domini # 5213 Benedicto XVI, Exhortación apostólica postsinodal Sacramentum Caritatis # 1714 Vaticano II, Constitución dogmática Sacrosanctum Concilium # 10 15 Sacrosanctum Concilium # 5916 CASALDÁLIGA, o.c., p. 16