LA ESPAÑA DEL QUIJOTE Y LA SERBIA OTOMANA: … · La decadencia árabe en España coincide con la...

13
LA ESPAÑA DEL QUIJOTE Y LA SERBIA OTOMANA: RECEPCIÓN TARDÍA DEL QUIJOTE EN LAS LETRAS SERBIAS 1. Introducción DRAGANA BAJIT NIKOLIé Estamos, lector, en Argamasilla de Alba ... (Azorín: La ruta de Don Quijote) Cualquier gran creación del espíritu humano es como un oxímoron: cuanto más trasciende a sus circunstancias personales y a su marco histórico-cultural específico, más pertenece al patrimonio general y a todos los tiempos. La cuestión de la recepción se plantea en una dimensión universal: ¿cómo una obra de arte cuyo exclusivo instrumento de expresión es la lengua cruza el umbral de su casa para salir al mundo? Si nuestro pensamiento es vano sin palabras, una obra literaria es vana sin recepción fuera de su marco local. Desde que las lenguas se confundieron en la Torre de Babel, se hizo claro que en el principio de la recepción fue, es, la traducción. Entendemos la traducción como re-producción o re-creación de un acto personal ajeno perteneciente a una cultura ajena y a menudo a una época ajena. Por lo tanto, nos ocuparemos del marco histórico del Quijote por un lado y, por otro, del de la Serbia del mismo período para ver cómo se refleja la influencia de este contraste entre dos culturas en la fecha de recepción y en sus características. 265

Transcript of LA ESPAÑA DEL QUIJOTE Y LA SERBIA OTOMANA: … · La decadencia árabe en España coincide con la...

LA ESPAÑA DEL QUIJOTE Y LA SERBIA OTOMANA: RECEPCIÓN TARDÍA DEL QUIJOTE

EN LAS LETRAS SERBIAS

1. Introducción

DRAGANA BAJIT NIKOLIé

Estamos, lector, en Argamasilla de Alba ...

(Azorín: La ruta de Don Quijote)

Cualquier gran creación del espíritu humano es como un oxímoron: cuanto más trasciende a sus circunstancias personales y a su marco histórico-cultural específico, más pertenece al patrimonio general y a todos los tiempos. La cuestión de la recepción se plantea en una dimensión universal: ¿cómo una obra de arte cuyo exclusivo instrumento de expresión es la lengua cruza el umbral de su casa para salir al mundo?

Si nuestro pensamiento es vano sin palabras, una obra literaria es vana sin recepción fuera de su marco local. Desde que las lenguas se confundieron en la Torre de Babel, se hizo claro que en el principio de la recepción fue, es, la traducción. Entendemos la traducción como re-producción o re-creación de un acto personal ajeno perteneciente a una cultura ajena y a menudo a una época ajena. Por lo tanto, nos ocuparemos del marco histórico del Quijote por un lado y, por otro, del de la Serbia del mismo período para ver cómo se refleja la influencia de este contraste entre dos culturas en la fecha de recepción y en sus características.

265

Dragana BAné NIKOué

2. Marco histórico

Dado que un determinado momento histórico SIempre es consecuencia de los acontecimientos que le preceden, nos remontaremos algo más en el pasado. Se considera que con los Reyes Católicos acaba la Edad Media y se empieza a consolidar el estado. Ellos consiguieron la unidad política y religiosa, conquistaron el Reino de Granada y con el descubrimiento de América dieron paso a la «monarquía universal» [García de Cortázar y González Vesga, 1994]. Con Carlos I el Imperio alcanzaría su apogeo. En las últimas décadas del XVI se produce un ofuscamiento de este glorioso siglo que en el ámbito cultural hace que el humanismo renacentista ceda ante la exhuberancia barroca.

En el mismo período, en la península balcánica, la Serbia medieval había sido ya engullida por los otomanos. El gran Imperio Serbio había vivido su máxima expansión territorial, política y religiosa en el siglo XIV con Dusan el Poderoso Emperador de Serbios y Griegos. El principio del fin estuvo marcado por la catastrófica derrota en la batalla del río Maritsa (Bulgaria) en 137l.

En Serbia siguieron las luchas nobiliarias y los turcos siguieron avanzando desde el sur. La segunda gran derrota ocurrió en la batalla de Kosovo en 1389, que se convirtió en el mito nacional.

El territorio estatal cambiaba sin cesar sus fronteras, siempre hacia el norte. Al principio del siglo XV el trono se traslada a Belgrado y, cuando lo conquistaron los húngaros, se construye Smederevo, la nueva capital. En 1453 cae Constantinopla, en 1459 Smederevo, en 1463 Bosnia, en 1482 Herzegovina y en 1499 Montenegro. La nobleza y gran parte del pueblo serbio se refugian en los territorios húngaros al norte de los ríos Sava y Danubio. El estado medieval sigue en agonía luchando contra los turcos bajo la corona húngara. En 1541 cae Buda y Hungría se divide entre los otomanos y Austria.

2.1. Dtferencias y similitudes

Después de este breve repaso histórico, saltan a la vista las diferencias abismales entre la península ibérica y la balcánica del siglo xv. Los pocos puntos en común no sobrepasan el nivel de la apariencia. Uno es la condición peninsular que, como mero hecho geográfico, aquí es irrelevante. Otros son: a) la cultura del dominador y su contexto socio-político, b) la presencia del Islam, c) la multinacionalidad de los imperios español y otomano y la conversión religiosa, d) la propagación de la lengua y, finalmente, e) las migraciones. Los factores culturales, religiosos y demográficos tienen suma importancia, pero son de carácter totalmente opuesto en España y en Serbia. Analizaremos brevemente estos datos.

266

La España del «Quijote» y la Serbia otomana ...

2.1.1 Cultura

Los árabes del s. VIII que poblaron la península ibérica representaban una gran civilización. Los osmanlíes que conquistaron los Balcanes en el XV eran potencia militar bruta. La decadencia árabe en España coincide con la decadencia del Imperio Bizantino y su gran cultura, con los que el estado medieval serbio guardaba más que considerable unión.

2.1.2 Islam

En 1469 la unión de los Reyes Católicos significó el triunfo del cristianismo, que sería reafirmado con la institución de la Inquisición, mientras que en la misma época en Bizancio y en los Balcanes cristianos triunfaba el Islam. La España de Carlos 1 sigue expandiéndose y los turcos también: Hemán Cortés descubre Méjico y Solimán 11 el Magnífico conquista Belgrado y gran parte de Hungría; Francisco Pizarro conquista Perú y Solimán asedia Viena.

En la época de Felipe JI y de Cervantes el estado serbio, después de 166 años de lucha, dejó de existir siquiera como súbdito de otra corona. Fue completamente absorbido por el Imperio Otomano y así permanecería hasta bien entrado el siglo XIX, a pesar de los intentos de rebelión y de las alianzas con los austríacos.

2.1.3 Multinacionalidady conversión religiosa

Formados ya los dos imperios, el español y el turco, surge el fenómeno del plurietnicismo en sus enormes territorios. Uno de los objetivos fundamentales de la monarquía española era la propagación del catolicismo, lo que se reflejó en un altísimo porcentaje de población indígena evangelizada. Sin embargo, la islamización de los países cristianos adquiridos por los otomanos no fue objetivo en sí, sino más bien consecuencia de su estructura estatal que, a pesar de que se fundamentaba en el Corán, no obligaba a los súbditos a convertirse. Las provincias cristianas no tenían mayor interés salvo como fuente de ingresos y para los musulmanes constituían un mundo inferior.

La desigualdad ante la ley fue una de las razones que más peso tuvo en las conversiones voluntarias, primero entre los nobles y luego también entre las capas más bajas. La conversión forzosa se realizaba sobre todo a través del así llamado «tributo de sangre» que consistía en la captura de los niños varones por parte de los turcos.

Otra diferencia entre los dos imperios estriba en el comportamiento con los conversos. Los cristianos islamizados se convertían en miembros legítimos de la sociedad otomana sin sufrir ningún tipo de discriminación. De hecho, podían

267

Dragana BAné NIKOLIé

llegar a altos cargos en la corte, como es el caso del gran visir Mehmet Pachá Sokolovié. Mientras, el imperio español exhibía una clara intolerancia hacia el elemento cristianizado que se reflejaba en la distinción entre los cristianos viejos y nuevos. Dicha intolerancia era una prolongación lógica de la ya existente que acabó con la expulsión de los judíos primero y de los moriscos después de algo más de cien años.

La pérdida del estado supuso para los serbios una identificación total entre la etnia y la confesión que resultó en lo que se conocía como la «religión serbia». La zona jurisdiccional del patriarcado, restituido en 1557, no estaba demarcada ni por las fronteras políticas ni por las religiosas, sino por las étnicas. Dentro de su incumbencia se hallaban todos los serbios que, además de en Serbia, vivían en Macedonia, Bulgaria, Montenegro, Bosnia, Herzegovina, Croacia y Hungría. Todos los conversos se consideraron también renegados de la nación.

2.1.4. Lengua

Las políticas lingüísticas del imperio español y del otomano también fueron muy diferentes. El español dominó por completo las lenguas indígenas en las colonias, mientras que el turco nunca se impuso a las otras lenguas, aunque dejó huellas visibles, sobre todo en el léxico.

2.1.5. Migraciones

Cabe distinguir entre dos tipos de migraciones: la interna y la externa. En la España de Felipe II los judíos, especializados en el comercio, la artesanía y las actividades bancarias, llevaban ya mucho tiempo fuera. La expulsión de los moriscos, otro elemento trabajador que había contribuido considerablemente al desarrollo de la ganadería, la agricultura, la artesanía, la explotación minera, el transporte y, por lo tanto, a la expansión económica en general, era inminente por la insistencia en el concepto de la limpieza de sangre. El crecimiento demográfico no era proporcional a la productividad de las cosechas y la población rural emigraba hacia las ciudades.

En el proceso de urbanización del s. XVI la burguesía se dedicó al comercio y comenzó a equipararse con la nobleza. Aumentó la burocracia. La tierra se fue concentrando en pocas manos y el campesinado fue empobreciéndose. La Iglesia se euriqueció amparándose en la monarquía. La corrupción se propagó en lo civil y en lo religioso. De las colonias venían los medios, pero la política imperial era desastrosa. En busca de las salidas existenciales surgió la famosa alternativa «o las armas, o las letras». «Las armas» principalmente significaban la emigración, cuya parte más importante iba a las Indias. Allí los españoles eran amos y señores

268

La España del «Quijote» y la Serbia otomana ...

y no se veían obligados a adaptarse a las formas de vida de nadie ni a aprender la lengua de nadie.

En el otro lado, en la península balcánica con la invasión osmanlí también hubo continuas migraciones, pero cualitativamente muy diferentes. Los movimientos demográficos interiores se desarrollaban en la relación montaña-llanura y no campo-ciudad. La población serbia se dedicaba básicamente a la ganadería y a la agricultura para lo cual eran mucho más apropiados los valles de los ríos. Los turcos vivían en las ciudades.

Aquella parte del pueblo que no quería vivir bajo los otomanos emigraba en dos direcciones: hacia el norte, a la vasta llanura de Panonia, o hacia Dalmacia y Croacia. En las regiones abandonadas por ellos se asentaban además de turcos, griegos, arrurnanos, gitanos y, después de la expulsión de España, sefardíes. Puesto que los nuevos gobernadores no imponían su lengua, hubo grandes desplazamientos dialectales con la expansión y la supremacía de dos de ellos cuya base étnica era serbia; como consecuencia se produjo una unificación que sería la base de la lengua estándar moderna.

2.2. Cerrando el círculo

Todos estos hechos, claramente entrelazados, indican que los posibles paralelismos históricos entre las dos penínsulas se dan solo en el nivel nominal y que, hacemos hincapié, les subyacen fenómenos completamente diferentes. Por eso, cerramos el círculo volviendo al ámbito cultural y a sus manifestaciones posteriores.

España iba más o menos al compás de los acontecimientos y corrientes culturales de Europa. La decadencia del final del siglo XVI fomentó el crecimiento intelectual y artístico que originó el movimiento barroco. Por su extraordinaria producción artística, tanto en sentido cuantitativo, como cualitativo, el siglo XVII español fue denominado Siglo de Oro. El oxímoron es su figura por antonomasia, su esencia. La adicción a la representación como forma choca contra la supervivencia como contenido. Los propios géneros literarios coexisten en disparidad, incluso en la figura de un mismo escritor. Quevedo, por ejemplo, es autor de picaresca a la vez que de poesía conceptista y Cervantes del Quijote a la vez que de Persiles. El propio don Quijote se ve viviendo en la edad de hierro y anhelando y pugnando por la de oro. El sentimiento de decepción y desencanto es lo que le acerca a todas las épocas incluyendo la nuestra, posmoderna.

A pesar de su universalidad, tendrían que transcurrir casi trescientos años antes de que se tradujera al serbio. Las razones de tanto retraso hay que buscarlas en el desligamiento forzoso de Serbia del resto de Europa mientras luchaba por

269

Dragana BAJIé NIKOué

detener la invasión otomana. Eran dos mundos completamente diferentes en todos los sentidos.

Al haber perdido su independencia política después de más de un siglo y medio de agonía, para los serbios la iglesia era la religión, el estado y la tradición social y cultural. Las relaciones con el resto de la Europa cristiana desde dentro de un estado musulmán eran prácticamente inexistentes. El desarrollo más lógico que se podía esperar y que efectivamente ocurrió era la vuelta a la tradición medieval y a sus valores. Dentro de ella cabe distinguir entre dos corrientes independientes.

Una es la así llamada cultura posbizantina, prolongación directa y casi sin interrupción de la simbiosis cultural, política y religiosa serbo-griega. Esta cultura se desarrolló en el seno de la iglesia y perduró bajo el imperio otomano casi 400 años. Sus principales manifestaciones fueron la arquitectura y la pintura de frescos, iconos y miniaturas. Una vez restituido el patriarcado de Peé, en los años que siguieron se restauraron y construyeron más de cien iglesias y monasterios. La actividad literaria consistía en copiar e imprimir libros que servían para cubrir las necesidades de la iglesia. La creatividad estuvo casi apagada y solo hay unos pocos ejemplos de vidas de santos y biografías de reyes. La primera imprenta de escritura cirílica aparece en el año 1493, en Montenegro. Después de su caída en 1499, las imprentas serbias se trasladaron a Venecia donde perduraron hasta la segunda mitad del siglo XVI. Hubo imprentas también en otras ciudades y monasterios, pero el último libro impreso salió en 1638. Mientras en Europa la galaxia de Gutenberg iba cogiendo fuerza, en la Serbia de los turcos se acusaba un claro retroceso y los libros se volvieron a copiar manualmente. La entrada del Renacimiento, cuya influencia venía de Italia a través de Dalmacia, fue frenada y quizá solo se puedan encontrar algunos de sus rasgos en ciertas pinturas de frescos.

Otra corriente era la cultura popular, que en su forma precristiana había caído en el olvido por no haber dejado huellas escritas y que empezó a reavivarse influenciada y modificada por el Bizancio medieval. Sus principales centros fueron las zonas montañosas del interior, las menos comunicadas y con las condiciones de vida menos favorables. De ahí se irradió en todas las direcciones hacia las ciudades, manifestándose en todas las áreas de la vida material y espiritual: viviendas, artes plásticas y aplicadas, trajes, música, costumbres y mitología. El lugar más destacado pertenece a la literatura oral que abarca todos los géneros: poesía lírica y épica, baladas, romances, cuentos fantásticos, relatos humorísticos, anécdotas, refranes y adivinanzas. Precisamente esta fue la que con su vigor mantuvo la continuidad de la literatura serbia a través de los siglos.

270

La España del «Quijote» y la Serbia otomana ...

Durante la larga convivencia con el Islam, se produjo el inevitable contacto de las dos culturas, especialmente en las zonas urbanas. Como el imperio otomano era sobre todo un imperio militar, donde más huellas dejó fue en la cultura material. Pero también enriquecieron el léxico y en la literatura popular pueden encontrarse elementos de tradición oriental; existió la literatura aljamiada escrita con caracteres árabes; otra escritura de los musulmanes de regiones serbias fue el cirílico.

En el siglo XVIII empezó a desarrollarse la cultura burguesa. Desde los inicios de la invasión otomana hubo migraciones, pero en l690 ocurrió lo que se conoce con el nombre de la Gran Migración que tuvo enorme trascendencia política y cultural. En la segunda mitad del s. XVII el patriarca Arsenie III Carnojevié se acercó a Venecia y Austria que formaban (junto con Polonia) la Liga Santa. Los privilegios del pueblo serbio dentro de la monarquía austro-húngara se mantendrían hasta 1918, es decir, hasta el final de la Primera Guerra Mundial, cuando la monarquía bipartita dejó de existir.

En su nuevo estado los serbios intentaron conservar su identidad cultural reflejada en la tradición posbizantina. Sin embargo, en contacto con la cultura austro-húngara y, a través de ella, más ampliamente con la europea, empezaría la adaptación y aceptación de nuevos valores. El siglo XVIII representó el período de transición entre la Edad Media y la Moderna. El intermediario en este proceso fue Rusia, cuyo dominio cultural fue absoluto. A los serbios no les estaba permitido tener sus propias imprentas, por lo que todos los libros venían de Rusia, el idioma eslavo-serbio fue sustituido por el eslavo-ruso y los rusos fundaron las escuelas.

Es solo entonces cuando en las artes penetró el estilo barroco. Por otro lado, en la segunda mitad del siglo XVIII comenzó el cambio del modelo cultural con el movimiento de la Ilustración. Un papel principal tuvo el clima de tolerancia del período del josefinismo. Aparecieron las primeras escuelas secundarias, el primer teatro, se dieron los primeros pasos periodísticos y se cultivaron los géneros literarios modernos.

3. Recepción del Quijote previa a su traducción

Bajo dichas circunstancias, es obvio que para la incipiente europeización serbia, muy marcada por la influencia rusa, España y todo lo que venía de ella se hallaba muy lejos y era completamente desconocido. Las primeras lecturas del Quijote serían las de los intelectuales que viajaron y estudiaron, sobre todo en Francia o Alemania, a través de las traducciones a las lenguas de estos dos países. Por esto estructuraremos nuestro repaso de la recepción del Quijote en tres partes: antes de la traducción, la misma traducción y después de la traducción.

271

Dragana BAJIé NIKOué

En la obra de DOSITEJ OBRADOVlé (1739-1811), gran figura de la Ilustración serbia, encontramos la primera mención del Quijote.

Dositej fue el primer reformador de la literatura serbia en el sentido lingüístico, así como en el de los géneros literarios. A pesar del paralelismo que se pudiera establecer con el Quijote por su obsesiva lectura de las vidas de santos, su «primera salida» del entorno familiar para hacerse monje y su «segunda salida» para huir del monasterio, su espíritu era muy diferente.

Sus aberraciones juveniles nunca se convirtieron en falta de cordura. El abandono del monasterio fue porque se le había quedado pequeño y porque ansiaba más conocimientos. Sabía griego clásico y moderno, latín, italiano, francés, alemán e inglés. Sus nobles ideales de traer la cultura y la modernidad europeas a su pueblo no eran una lucha contra los molinos de viento, sino que realmente contribuyeron al cambio del clima intelectual. Don Quijote ve la realidad como una despreciable e indigna Edad de Hierro y anhela la de Oro. Dositej critica el pasado pero con entusiasmo decide escribir y traducir para mejorar el nivel cultural de su época y del futuro. Su humanismo y el de Cervantes también son muy diferentes, ya que las experiencias de sus vidas eran muy diferentes: el de Cervantes es triste y doloroso, es un humanismo sin el cual no habría existencia digna; el de Dositej es sereno y extrovertido, él cree en la «bondad natural de nuestro corazón» [Obradovié, 1997: 20].

El humor del Quijote está en función de la ironía y de la crítica. El humor de Dositej es alegre, sin notas amargas, en función de la vida misma.

Desde el punto de vista formal, tampoco puede haber comparaciones, ya que el Quijote no plantea dudas a la hora de determinar su género, mientras que de toda la obra de Dositej, solo Vida y aventuras se podría definir, en el mejor de los casos, como un amago de novela.

En conclusión, el Quijote para él no fue un modelo, sino más bien un instrumento en la tarea de educar e ilustrar, una gran obra literaria que, junto con varias otras, deseó acercar a su pueblo.

JOVAN STERIJA Popov¡é (1806-1856), intelectual de la clase burguesa de los serbios de Hungría, cultivó casi todos los géneros de la época, pero en la historia de la literatura serbia es más conocido como autor de dramas satíricos.

Que leyó el Quijote en una de las traducciones alemanas se sabe por la trascripción de los nombres Sancho y la Mancha (como Sanjo y Manja). Y no solo esto, sino que en una de sus creaciones lo utilizó directamente como pre-texto. Esta obra pretende ser una novela, pero como dice el título, Roman sin novela 1, es su antítesis. Fue escrita en 1832 y se publicó en 1838. Consta de un prólogo y dos partes, aunque el autor promete una tercera que nunca escribió.

V. Pavlovié-Samurovié [1995].

272

La España del «Quijote» y la Serbia otomana ...

Al parecer, tampoco tuvo la intención de acabar la presunta novela, ya que su objetivo, la parodia, fue plenamente conseguido.

Sin embargo, el mimetismo no va más allá del mero uso de ciertos elementos -una oreja cortada, unos encantamientos, etc.-, nombres -Dulcinea, Rocinante- y procedimientos literarios de la obra de Cervantes. Uno de ellos, la ironía, es instrumento inherente a un escritor con preferencias satíricas como lo era Sterija, pero su humor es más directo y mordaz que el del Quijote y va deshaciendo la urdimbre del texto antes de que este llegue a tejerse. Otros préstamos son el encubrimiento de la autoría y la paternidad espiritual, ambos también en función de la parodia.

Además de al Quijote, Sterija hace constantes referencias a otras obras europeas, a autores clásicos, a Dositej y a la literatura popular serbia. Todo esto y la ausencia de una estructura y de un final bien definidos inducen a pensar en lo que en términos actuales se definiría como una obra experimental, caracterizada por una fuerte intertextualidad y plenamente abierta. Tan abierta que entrarán en ella en este siglo XXI. La novela, que no lo es, de modesto tamaño y de 173 años de edad, demostró así ser una gran obra moderna que se adelantó a su tiempo.

4. Traducciones del Quijote

Después de doscientos noventa años desde su primera publicación en España y de más de cien años desde su primera mención en la literatura serbia, el Quijote, por fin, sería traducido. A las circunstancias históricas que condicionaron la recepción tan tardía hay que añadir también que el ámbito cultural de Serbia aparte de Rusia, gravitó más sobre la zona centroeuropea y sobre Francia. España era un país lejano y casi exótico. No es de extrañar, pues, que no hubiera nadie que supiera español y menos que fuera hispanista.

La traducción del Quijote empezó a editarse en 1895 en Belgrado y acabó el año siguiente con el cuarto y último libro, ofreciendo así al público la novela íntegra de Cervantes. Es la primera traducción no solo al serbio, sino a una lengua eslava meridional. Su autor fue DJORDJE POPovlé DANICAR (1832-1914), humanista, hombre de letras y traductor del húngaro, ruso, polaco y francés. En el amplio prefacio que consta de dos partes, una está dedicada a la vida y obra de Cervantes y otra a la propia novela.

Danicar leyó el Quijote varias veces en su juventud en diferentes traducciones alemanas y reconoció haber sido conquistado por su grandeza. El aprecio que tenía por Cervantes, que le había incitado a aprender español, se lee en muchos lugares del prefacio. No se sabe sobre qué edición trabajó, ni de qué diccionarios se sirvió, solo que utilizó los comentarios de Viardot. El valor de

273

Dragana BAJIé NIKOué

su traducción se halla en el afecto y entusiasmo que respira el texto, mientras mantiene los valores esenciales y la vitalidad original.

Danicar fue un visionario cuando supuso que no saldría una nueva traducción en muchos años. La primera reimpresión de la suya apareció en 1938 en dos volúmenes y con la reproducción de la primera edición española de 1605. Al nombre 'Quijote' se le quitó la e final para adaptarlo mejor a la declinación serbia.

La segunda reedición de cuatro volúmenes data de 1952, está ilustrada con los dibujos de Gustave Doré tan deseados por los primeros editores y está ortográficamente modernizada. Las siguientes ediciones fueron reimpresiones de este texto modernizado. En una de ellas, la de 1968, como prólogo apareció un ensayo del filósofo Sreten Marié, El loco trágico. Todas estas ediciones seguían desprovistas de las poesías que encabezaban la novela original.

La segunda traducción, con el título abreviado Don Quijote, apareció en dos tomos en 1988. Su autor, DUSKO VRTUNSKI, licenciado en literatura comparada, igual que Danicar fue autodidacta en el aprendizaje del español. Esta traducción incluye las poesías anteriormente omitidas. Como texto original sirvió la edición de Espasa-Calpe (Colección Austral). La edición concluye con el ensayo mencionado de Sreten Marié. La segunda edición de esta traducción, también en dos tomos, vio la luz en 1998 y está ampliada con una breve cronología de la vida y obra de Cervantes.

La tercera traducción es muy reciente, apareció en otoño de 2005 y su autora es ALEKSANORA MANca':. Es la primera realizada por una hispanista y traductóloga con varias obras significativas del Siglo de Oro en su trayectoria profesional. Trabajó principalmente sobre la edición de Francisco Rico, aunque también utilizó la de Martín de Riquer. Además, al mismo tiempo publicó Molinos de lengua. Diario de una traducción del «Quijote». en el que explica su excepcional experiencia lingüística y cultural. A la obra le devolvió su nombre original, el Quijote, con la e al final como en la primera traducción de Danicar. Contó con la subvención de la Dirección General de Libro, Archivos y Bibliotecas del Ministerio de Cultura de España.

5. Recepción del Quijote después de su traducción

Después de la traducción del Quijote, cabe dis tinguir en tre lo que es la recepción directa de la obra y un fenómeno que ha venido a llamarse el 'quijotismo'. No profundizaremos en las definiciones del concepto, sino que nos atendremos, en el sentido orteguiano, al quijotismo del personaje.

Un ejemplo es el relato del escritor satírico RAOOJE DOMANOVlé (1873-1908) titulado Marko Kraljevié de nuevo entre los sabios.

274

La España del «Quijote» y la Serbia otomana ...

Marko Kraljevié es un personaje real del siglo XIV que reinó como vasallo de los turcos. Su papel histórico no se corresponde en absoluto con el que logró en la tradición popular. Protector de los pobres y defensor de la justicia, es el héroe más popular de la épica serbia que, además, le atribuyó elementos fantásticos como una corpulencia y fuerza física excepcionales y una vida de más de 300 años. Domanovié aprovecha su personaje para su sátira contra el régimen de la época. Publicó su relato en 1901 cuando la primera traducción del Quijote ya existía. No nos consta que tuviera la oportunidad de leerlo, pero los paralelismos que pueden establecerse son evidentes: un héroe que pertenece a otra época, noble por sus ideales e inadaptado en el prosaico mundo real, el humor y la ironía, la decepción y la muerte como solución final.

La recepción directa la ilustraremos con obras de tres escritores de diferentes generaciones. Son dos ensayos y una novela.

Uno de los ensayos es de ISIDORA SEKuué, escritora de la primera mitad del s. XX, publicado en 1929, lleva un título neutro Anotaciones de lectura: Cervantes, y reflexiona sobre la sed de fama. La autora ve el fenómeno desde un punto de vista universal, como una de las fuerzas motoras de la vida humana, por lo que don Quijote se convierte en un símbolo. Por un lado relaciona esta ansia de fama con la imaginación y, por otro, con la virtud como la parte más noble de las personas. Pero estas propiedades no siempre van unidas: cuando la imaginación, la sed de fama y la virtud se dan en una misma persona, esta suele resultar ridícula en su entorno real. A través de un breve análisis retrospectivo concluye que en la época moderna la fama se convierte en poder, dictadura, riqueza y soberbia y advierte sobre la paradoja de que, mientras que a la fama se le aplaude, a la sed de fama se le observa con recelo. Sekulié había leído también otras obras de Cervantes, ya que indica que le interesaban todas las combinaciones de estos fenómenos y destaca como contrapartida de don Quijote a Pedro de Urdemalas. Este conciso estudio del espíritu quijotesco nos parece muy original, tanto más si se tiene en cuenta que en la Serbia de principios del s. XX el Quijote se leía menos que en el XIX a pesar de la existencia de la traducción.

El otro ensayo es del filósofo contemporáneo SRETEN MARré y se titula El loco trágico. Como hemos mencionado, apareció por primera vez en 1968. Si para Ortega y Gasset [1998: 119] Don Quijote era «el libro-escorzo por excelencia», podríamos decir que este sería un ensayo-escorzo, ya que Marié se adentra con una considerable amplitud de perspectivas, desde la histórica hasta la filosófica y la literaria, no solo en las culturas europeas tradicionalmente más conocidas y, por lo tanto, más cercanas a la serbia, sino también a la española a través de las referencias activas a Américo Castro, Miguel de Unamuno, Ortega y Gasset y Salvador de Madariaga. Parece que especialmente este último le ha inspirado a la reflexión sobre los mitos renacentistas de Europa y sobre las similitudes y

275

Dragana BAJIé NIKOué

diferencias entre don Quijote y Hamlet. Se enfrenta a Américo Castro en cuanto al antidogmatismo quijotesco y entra en un diálogo abierto con Ortega y Gasset para discrepar fuertemente de su opinión: «para esos hombres (Schelling, Heine, Turgueniev ... ) era el Quijote una divina curiosidad: no era, como para nosotros, el problema de su destino» [Ortega y Gasset, 1998: 167]; Marié le responde que desde Stem a Dostoievski eran precisamente los extranjeros los que acertaban directamente en el corazón de la obra y que el Quijote se había convertido en la clave del pensamiento español solo después de sus andanzas por el mundo en las que había ido adquiriendo sus proporciones actuales. El ensayo acaba con la curiosidad sobre el destino de Sancho después de la muerte de don Quijote. A falta de la novela recién salida de Andrés Trapiello Al morir don Quijote, el autor concluye que el que murió fue Alonso Quijano, que don Quijote es inmortal y solo cambia de cuerpo, así que sería interesante saber en qué cuerpo se halla hoy.

El último retoño quijotesco de las letras serbias se publicó en 2004 con el conocido título de Roman sin novela de MIRoSLAV Josré VISNJIé. De hecho, el Quijote está presente en su novela indirectamente, ya que esta es la prolongación, la prometida tercera parte de la novela de Sterija. Tal y como Sterija utilizó el Quijote, Josié Visnjié utiliza Roman sin novela como mero pretexto para crear su novela paródica, una sátira de espíritu «sterianiano».

6. Nota final

Tras lo dicho sobre las diferencias históricas y culturales entre España y Serbia y teniendo en cuenta que aquí hemos elegido solo algunas muestras de la recepción, todas ellas del Quijote, nos parece que la situación ofrece razones para el optimismo, por lo menos en el lado serbio. Conociendo bien el estado de la recepción de la literatura serbia en España, mejor dicho de la ausencia de su recepción, nos parece que en las últimas tres o cuatro décadas en Serbia se han dado grandes pasos en este sentido, mientras que su literatura en España sigue siendo una gran incógnita.

Bibliografía

AYALA, Francisco [2004]: «La invención del Quijote», en M. de Cervantes, Don Quijote de la Mancha, ed. del IV Centenario, Real Academia Española-Asociación de Academias de la Lengua Española, Madrid pp. XXIX-XLIII.

CERVANTES, Miguel de [1996]: Don Quijote de la Mancha, 1-11, ed. de Florencio Sevilla Arroyo y Antonio Rey Hazas, Madrid, Alianza Editorial.

276

La España del «Quijote» y la Serbia otomana ...

- [2004]: Don Quijote de la Mancha, ed. del IV Centenario, Real Academia Española-Asociación de Academias de la Lengua Española, Madrid.

- [1996]: Veleumni plemié don Kohote od Manee, I-IV, Beograd, Zaduzbina Ilije M.Kolarca (ed. facsímil de la 1 a traducción de Borde Popovié-Danicar).

- [1988]: Ostroumni plemié don Kihot od Manee, 1-11, Matica srpska, N. Sad-Vajat, Beograd (traducción de Dusko Vrtunski).

DERETlé, Jovan [1983]: Istorija srpske knjiievnosti [Historia de la literatura serbia], Nolit, Beograd. [2001]: Ku/turna istorija Srba [Historia de la cultura serbia], Filoloski fakultet-Kragujevac, Nova svetlost, Beograd.

DOMANOVlé, Radoje [2000]: Satire i pripovetke [Sátiras y relatos], Priredio Dragisa Zivkovié, Beograd, ZUNS.

GARCÍA DE CORTÁZAR, Fernando, y GONZÁLEZ VESGA, José Manuel [1994]: Breve Historia de España, Madrid, Alianza Editorial, LB.

JANIéUEVIé, Jovan (ed.) [1996]: Ku/turna riznica Srbije [Tesoros de la cultura serbia], Grupa izdavaca, Beograd.

JOSIé VISNJIé, Miroslav [2004]: Roman bez romana, [Roman sin novela], Narodna knjiga, Beograd.

MADARIAGA, Salvador de [2005]: Guía del lector del «Quijote», Espasa Calpe, Col. Austral, Madrid.

MARIé, Sreten [1988]: «Tragicna luda [El loco trágico]», en Miguel de Cervantes, Ostroumni plemié ... , trad. de Dusko Vrtunski.

OBRADOVlé, Dositej [1997]: Zivot i prikljueenija, [Vida y aventuras] Beograd, ZUNS.

ORTEGA y GASSET, José [1998]: Meditaciones del Quijote, Cátedra, Madrid. PAVLOVIé-SAMUROVIé, Ljiljana [1995]: <<Don Quijote de Cervantes-

Modelo plurivalente de la novela Roman bez romana (1838) del escritor serbio Jovan Sterija Popovié», en Actas del 1J Congreso Internacional de la Asociación de Cervantistas, AION-SR XXXVII, 2, Ed. Giuseppe Grilli, Societa Editrice Intercontinentale Gallo, Napoli, pp. 855-861.

PAVLOVlé-SAMUROVlé, Ljiljana [2002]: Knjiga o Servantesu [Libro de Cervantes], Naucna knjiga, Beograd.

RODRÍGUEZ SÁNCHEZ, Ángel, y José Luis MARTÍN [2004]: Historia de España, vol. 5: La España de los Reyes Católicos, Espasa-Calpe, Biblioteca El Mundo, Madrid.

SEKUué, Isidora [1929/1962]: Beleske uz eitanje: Servan tes [Anotaciones de lectura: Cervantes], u «Sabrana dela», Matica srpska, N. Sad, pp. 102-107.

SKERUé, Jovan [1967]: Istorija nove srpske knjiievnosti [Historia de la nueva literatura serbia], Prosveta, Beograd.

STERIJA POPOVIé, Jovan [1838/1982]: Roman bez roman, Nolit, Beograd.

277