Autorías y manuscritos del Quijote en el Quijote

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  • AUTORIAS Y MANUSCRITOS DEL "QUIJOTE"EN EL "QUIJOTE"

    Jose Angel ASCUNCEUniversidad de Deusto

    BIBLID (0213-2370 (2007) 23-1; 41-591

    El "Quijote" no es una obra unica en su eseritura ni singular en su autoria. Una de las notas mdssorprendentes de la obra cervantina es la pluralidad de manuscritos existentes sobre el personajemanchego y, como consecuencia de este hecho, la multiplicidad de autores. Esto nos lleva a defenderla existencia de diferentes historias de Don Quijote y de distintos autores dentro de la novela cer-vantina. Presentar y explicar esta variedad de manuscritos y la diversidad de autores es la basa yrazdn de este estudio.The "Quijote" is neither unique in its writing nor a work of single authorship. One of the mostsurprising features of Cervantes' novel is the variety of manuscripts concerning the main characterand the variety of authors contained in the novel. This diversity allows us to posit the existence ofdifferent stories concerning Don Quijote and the presence of different authors in Cervantes' novel.The article aims at presenting the alleged variety of manuscripts and the resulting diversity ofauthors within the "Quijote".

    PRESCINDIENDO DEL QUIJOTE COMO REALIDAD EXTRATEXTUAL, donde unautor hisr6rico, en este caso Miguel de Cervantes, escribe una novela en untiempo y en un espacio concretos, la Espana de prineipios del siglo xvii, paraunos receptores especificos, los lectores reales de la obra, y limitando nuestroanalisis al ambito del puro texto o de la propia diegesis, se puede afirmar queel Quijote no es una obra linica en su eseritura ni singular en su autoria.' Unade las notas mas sorprendentes de la obra cervantina es la pluralidad demanuscritos existentes sobre la figura y las acciones del caballero manchego y,como consecuencia de esta realidad, la multiplicidad de autorias que escribensobre este mismo personaje.^ Quien quiera penetrar y entender este complejoy hasta paradojico mundo narrativo tiene que captar los origenes diferentes ylos resultados distintos que ofrece el Quijote como realidad narrativa.Teniendo presente este planteamiento de base, propongo como tesis de mitrabajo, compartida con gran parte de la critica, la existencia de diferentesQuijotes y distintos autores dentro del cuerpo del relato de la novela.

    Se puede hacer una primera division entre la Primera Parte y la SegundaParte basada en la diferente titulaci6n que ambos conjuntos presentan: Pri-mera Parte del ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha y Segunda Parte delingenioso caballero Don Quijote de la Mancha. No solo son dos partes distin-

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    tas sino que ambas partes diferencian la naturaleza del personaje, ya que en laPrimera Parte sobresale su condicion de "hidalgo" y en la Segunda Parte sucaracter de "caballero". En terminos generales se puede decir que el autor deambas partes es el historiador y cronista arabe Cide Hamete, aunque esteaserto necesita una explicacion mas exacta y pormenorizada, como se hardcon posterioridad. Ambos cuerpos, Primera y Segunda Parte, conforman dosmanuscritos diferentes que se escriben y se publican en tiempos distintos, yaque durante el acto de eseritura de la Segunda Parte se halla ya publicada laPrimera Parte como unidad narrativa independiente de la Segunda.

    Sin embargo, profundizando mas en el tema y diferenciando las dos par-tes de la obra como dos manuscritos distintos, cada uno de ellos puede ydebe ser estudiado como unidades narrativas independientes con un sentidopropio y con una forma especifica. Igualmente, desde el punto de vista de losmanuscritos y de los autores esta division nos ofrece unas grandes posibilida-des de analisis. Por eso, vamos a dividir nuestro trabajo en dos partes:"Manuscritos y autorias en la Primera Parte" y "Manuscritos y autorias en laSegunda parte", para poder concluir con el tema real que nos ocupa en estaocasion: "Manuscritos y autorias del Quijote en el Quijote".

    Manuscritosy autorias en la Primera Parte del "Quijote"

    La Primera Parte del Quijote se subdivide, a su vez, en dos cuerpos clara-mente diferenciados. El primero abarca los ocho primeros capi'tulos y elsegundo el resto de capi'tulos. El rasgo diferencial se encuentra en la incorpo-racion del autor arabigo Cide Hamete Benengeli como autor linico delsegundo cuerpo del relato. En ambos cuerpos existe un autor primero, an6-nimo en el primero y eonoeido en el segundo. En ningun lugar del relato seidentifican ambos autores como un linico autor y si se habian de ellos comosujetos narrantes diferentes. Por eso, tambien nosotros tenemos que hablarde estas dos partes diferenciadas, dependiendo del distinto autor primero quelas compone.

    Tomando como referencia el primer cuerpo de esta Primera Parte, losocho primeros capi'tulos del relato, el texto nos dice en distintas ocasionesque en los anales y archivos de La Mancha existian escritos diferentes sobre lahistoria de nuestro hidalgo manchego. Incluso en el primer parrafo de la obrase nos dice que:

    Quieren decir que teni'a el sobrenombre de Quijada, o Quesada, que en esto hayalguna diferencia en los autores que deste caso escriben. (i, 1)

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    dicen o quieren decir? ^Que autores escriben sobre este caso? Se nosplantea desde el mismo inicio de la obra la existencia de una autoria pluralque ha "dieho" y ha "escrito" sobre la historia del Quijote. Dependiendo deesta autoria diversa se debe llegar a la conclusion de diferentes manuscritos oredacciones sobre dicha historia. Por eso, los autores se contradicen o ofrecentesis contrarias, de forma que lo que unos dicen es negado por otros,entrando la historia en un mar de contradicciones y de dudas:

    de donde, como queda dieho, tomaron ocasi6n los autores desta tan verdadera historiaque, sin duda, se debi'a llamar Quijada, y no Quesada, como otros quieren decir. (i, 1)Autores hay que dicen que la primera aventura que le avino fue la del Puerto Lapice;otros dicen que la de los molinos de viento. (i, 2)

    La historia no es linica por ser fruto de autores diferentes. Estas versionesdiferentes o bien partes de la historia se hallan, por lo que parece, desperdiga-das por los archivos y por los escritorios de la Mancha. El autor que quieraescribir una redaccidn definitiva de la historia del hidalgo tendra que asumirun papel de investigador o de historiador, que le llevara a estos archivos,donde deberd obtener las distintas versiones existentes y tendra que optar poruna li'nea argumental definitiva a base de un eotejo de fuentes coneienzudo ylaborioso. Esta es la labor realizada por el autor primero y esta es la propuestade trabajo del autor segundo cuando se encuentra con la historia inconelusade Don Quijote:

    Pero estd el dano de todo esto que en este punto y tdrmino deja pendiente el autordesta historia esta bataJla, disculpandose que no hall6 mas escrito, destas hazafias dedon Quijote, de las que deja referidas. (i, 9)Bien es verdad que el segundo autor desta obra, no quiso creer que tan curiosa historiaestuviese entregada a las leyes del olvido, ni que hubiesen sido tan poco curiosos losingenios de la Mancha, que no tuviesen en sus archivos o en sus escritorios, algunospapeles que deste famoso caballero tratasen; y asi, con esta imaginacidn, no se deses-per6 de hallar el Hn desta apacible historia. (i, 8)

    La historia de don Quijote no se ha escrito sin esfuerzo ni dedicaci6n. Sueseritura, en cada uno de sus manuscritos, ha significado una labor concien-zuda de indagaci6n, selecci6n y ordenaci6n. Llega un momento en que elautor primero proclama el fracaso de su trabajo al no poder ofrecer un relatocompleto. Ante la decepcion que esta realidad provoea, surge la voluntadlaboriosa e investigadora del autor segundo, quien eon ansia renovada se lanzaa la aventura inieialmente ineierta de rastrear por los archivos y escritos de laMancha para indagar y dar con la parte deseonoeida de la historia. Esta bus-

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    queda proclama las fuentes plurales que tiene la historia base y, como conse-cuencia, la labor de recuperacion y de eseritura que ofrece a los autores, autorprimero y autor segundo, la historia de Don Quijote.

    Sin embargo, en este lugar de analisis no interesa hablar de la labor deestos autores, quienes tendran su estudio particular en el lugar debido,importa ahora reealear en el trabajo de estos autores anonimos y eoleetivos queeseribieron "papeles que deste famoso eaballero tratasen". Por eso, por ahi per-didos y diseminados, entre los diferentes arehivos de la Maneha, se eneuentranmanuseritos, mas o menos extensos, sobre la historia del hidalgo manehego.

    En otros eontextos de la obra se nos habla de fuentes vivas, de lo que oral-mente se trasmite de generaeion en generaeion o de persona a persona. Sonmultiples comentarios o historietas puntuales que corren de boca en bocaentre los habitantes de La Mancha. Las referencias las encontramos especial-mente en la Segunda Parte, pero por logica deduetiva tenemos que proelamarla existeneia de estas fuentes orales tambien en la Primera, para asf haeerverosi'mil el relato: "hay fama, por tradicion de padres a hijos, que el autordesta verdadera historia hizo" (ii, 20); "es opinion que muchos afios fueenfermo de los rinones" (ii, 18).Aunque las fuentes vivas o la tradicion no se pueden eonsiderar eomomanuseritos, ya que una primera exigencia de estos es su caracter escrito, nopodemos olvidar que parte de la historia, por lo menos anecdotas sueitas, estaviva en la memoria popular. Los autores recurren a estas para componer susversiones. Este es el caso de Cide Hamete o bien la del autor segundo. Por eso,me ha parecido imprescindible sefialar este tipo de fuentes. De esta manera,el pueblo, la tradicion popular puede ser eonsiderada eomo otra fuenteimportante de la historia del hidalgo manehego.

    Partiendo de esta eonsideraciones, se puede piantear ya las dos clases defuentes en las que se basan los autores de esta historia: las fuentes vivas yespecialmente las fuentes eseritas. Por otro lado, sin poder preeisar el numerode posibles versiones, ya que el relato no lo eonereta, tendremos que quedareon el heeho de su diversidad. Por eso, cabe afirmar la existencia de diferentesmanuscritos sobre Don Quijote que concretan, a su vez, distintas historiassobre su vida y sobre sus acciones. Por otro lado, se impone la naturalezaanonima de estas versiones, ya que tampoco sabemos el nombre de sus auto-res. Hay que hablar, por tanto, en un primer piano, de versiones o manuscri-tos mas o menos prolijos de autor anonimo.

    Primer piano de autoria

    Versiones plurales de autor andnimo

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    Junto a las versiones del primer piano de autoria tenemos un segundomanuscrito mas elaborado y definitivo. Es una versi6n parcial de autor tam-bien an6nimo. Sin embargo, a diferencia de las autorias del primer piano,ahora nos encontramos con una historia bien ensamblada, que ha superadolas notieias simples o fragmentarias de versiones anteriores graeias a unaardua labor de busqueda e investigaeion. Las informaeiones pareiales evolu-eionan a un relato eon historia y eon sentido propio. Tenemos la primera ver-si6n verdadera del Quijote, aunque sea un relato fraeasado por su earaeterineoneluso. Del autor no se sabe nada. Solo apareee en el texto eomo instan-eia narrativa sin preseneia ni funeion en el mismo. Es simplemente el autorprimero. Estamos ante la versi6n de un autor innominado. Esta historiaoeupa el segundo piano de autoria y es el relato del autor primero.

    Segundo piano de autoria

    Versiones del autor primero (caps, i-viii)

    La versi6n de este autor primero no es una eseritura definitiva. El leetor no seeneuentra eon la versi6n de este autor primero, sino eon una eseritura modifi-eada por una instaneia narrativa superior, que, eomo tal, la adapta a sus pla-nes de redaeeion:

    Pero estd el dano de todo esto que en este punto y termino, deja pendiente el autordesta historia esta batalla, disculpandose que no halld mas escrito, destas hazanas dedon Quijote, de las que deja referidas. Bien es verdad que el segundo autor desta obra,no quiso creer que tan curiosa historia estuviese entregada a las leyes del olvido, ni quehubiesen sido tan poco curiosos los ingenios de la Mancha, que no tuviesen en susarchivos o en sus escritorios, algunos papeles que deste famoso caballero tratasen; y asi,con esta imaginacidn, no se desesperd de hallar el fin desta apacible historia, el cual,si^ndole el cielo favorable, le hall6 del modo que se contara en la segunda parte. (i, 8)

    Segiin el texto, existen un autor primero redaetor de la primera versi6n delQuijote y un autor segundo que toma la eseritura del autor innominado y laamolda a sus planes de redaeeion ereando una version nueva a partir de laoriginal. Este dato queda muy elaro si se lee eon euidado el parrafo manus-erito. Segun el mismo, en la version original de eseritura, el autor primero sediseulpaba por no poder ofreeer Ia eontinuidad del relato debido a la ausen-eia de eseritos y de fuentes. ^Donde se eneuentran esas diseulpas? En la ver-si6n segunda, eseritura del autor segundo, las diseulpas desapareeen del relato,eonvirtiendose estas en pura refereneia. Por otra parte, ^qui^n presenta la his-toria del manuserito primero? Hay que afirmar que es el autor segundo. Laversi6n primera pierde su originalidad para asumir una nueva forma mas en

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    eonsonaneia eon los eriterios y eon el programa del autor segundo. La versi6nque llega al leetor, por lo tanto version definitiva, es la que ofreee este autorsegundo. El autor innominado primero se subordina al segundo y el manus-erito primero pierde personalidad para adquirirla la version segunda y defini-tiva. Tenemos de esta manera, el tereer y definitivo piano de autoria.

    Tercer piano de autoria

    Autor segundo

    De esta manera, en el primer manuserito del Quijote (eaps. i-viii) tenemos,eomo se ha podido demostrar, tres pianos de eseritura eorrespondientes aautores diferentes. Su numero no se puede preeisar, espeeialmente porque enel piano primero tenemos un autor plural imposible de definir mas los dosautores individualizados de las dos versiones del este primer Quijote. El orga-nigrama de manuseritos y autores responderi'a al siguiente esquema:

    Primer piano de autoria

    Segundo piano deautoria

    Tercer piano de autoria

    Autor colectivo

    Primer autor

    Segundo autor

    Referencias puntuales

    Primera versi6n

    Versi6n definitiva

    Este es el esquema de las autorias y manuseritos del Quijote en su primerahistoria. Sin embargo, a partir del eapitulo noveno se nos ofreee su eontinua-eion, originando un segundo relato o segunda historia de Don Quijote. Nose puede identifiear la eseritura del primer Quijote eon la del segundo. Sondos historias diferentes que tienen eomo fuentes basieas versiones distintas.El primer Quijote se basa en el manuserito de ese autor primero innominado yla segunda eorresponde a la version del autor primero eonoeido eon el nom-bre de Cide Hamete Benengeli.

    En este segundo Quijote siguen apareeiendo eomo primera instaneia o pri-mer piano de autoria refereneias puntales a las fuentes vivas o eseritas que sinformar una historia eompleta ofreeen aspeetos eoneretos del relato. Como enel easo anterior, debido a esta pluralidad de fuentes, la eomposieion del relatosupone un esfuerzo importante, ya que su eseritura entrana una labor eon-eienzuda de busqueda, de seleeeion y de ordenaeion para, finalmente, optarpor una narraeion determinada. Es elaro el texto, euando afirma: "El eualautor no pide a los que la leyeren, en premio del inmenso trabajo que le eost6inquirir y busear todos los arehivos manehegos, por saearlas a luz" (i, 52).

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    Estos autores anonimos de earaeter eoleetivo eonforman, eomo en el easoanterior, el primer piano de autoria. Sin embargo, a difereneia del primereuerpo del relato, en este segundo topamos eon un nuevo manuserito eono-eido eomo los "pergaminos" de los "aead^mieos de la Argamasilla". Al finaldel eapitulo eineuenta y dos de la Primera Parte, ultimo eapitulo de diehaparte, se euenta:

    Ni de su fin y acabamiento pudo alcanzar cosa alguna, ni la alcanzara ni supiera si labuena suerte no le deparara un antiguo mddico que teni'a en su poder una caja deplomo que segun el dijo, se habi'a hallado en los cimientos derribados de una antiguaermita que se renovaba, en la cual caja se habi'an hallado unos pergaminos escritos conletras gdticas, pero en versos castellanos, que contenian muehas de sus hazanas ydaban noticia de la hermosura de Dulcinea del Toboso, de la figura de Rocinante, dela fidelidad de Sancho Panza y de la sepultura del mesmo don Quijote, con diferentesepitafios y elogios de su vida y costumbres.Y los que se pudieron leer y sacar en limpio fiieron los que aqui pone el fidedignoautor desta nueva y jamas vista historia. (i, 52)

    Se puede inquirir de este breve fragmento la existeneia de una version dife-rente del Quijote ("unos pergaminos eseritos eon letras gotieas") donde seeontaban diferentes aventuras de Don Quijote y diversas notieias sobre elffsieo y la psieologia de nuestros personajes. En este easo, nos eneontramoseon un autor eoleetivo representado por "los aeademieos de la Argamasilla".Sin embargo, pareee que no se pudo aproveehar mueha eosa de todas las tira-das en verso "eseritos... en versos eastellanos", aunque si se pudo dedueir lostemas tratados. Se supone que las nefastas eondieiones de los pergaminos,"por estar eareomida la letra", determino un aproveehamiento muy pareial dedieho material, ya que el autor primero solo pudo utilizar y, por lo tanto,ineluir en su versi6n las que ofreeian "epitafios y elogios" de la "vida y eos-tumbres" de nuestros personajes. El texto nos diee que graeias al esfuerzo deun aeademieo, "a eosta de muehas vigilias y mueho trabajo" (i, 52), pudoreeuperar todo el manuserito, siendo su inteneion publiearlos. La publiea-ei6n de este manuserito hubiera signifieado la tereera salida de Don Quijote.Sin embargo, o no se pudo reeuperar el texto o no se publieo, ya que la pre-sente version no eondieiona la eseritura del texto definitivo. La tereera salidaeorresponde a la versi6n de Cide Hamete y no a la del aeademieo. Por otraparte, del texto no se puede dedueir si esta version eoineidia o desentonabaeon las versiones anteriores. Solo se puede afirmar que sirvio para introdueiren el relato base de Cide Hamete los "epitafios y elogios" burleseos del finalde la Primera Parte, eon los que se remata lo que pareeia ser, en una etapaprimera de redaeei6n, la version definitiva y eompleta de Don Quijote.

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    La version de "Los aeademieos de la Argamasilla" se ubiea dentro delpiano base o piano primero de las versiones existentes sobre la vida y obra deDon Quijote de la Maneha. Oeupa un lugar identieo a los manuseritos deautor anonimo de sentido eoleetivo. En ambos easos sirven para determinaro eomplementar aneedotas sueitas y pareiales del relato definitivo. Por eso, suuso es de una utilidad mas bien limitada. De esta manera, se puede presentarya un primer piano de autoria:

    Primer piano de autoria

    Versiones de autor andnimoManuscrito de los academicos de Argamasilla

    A partir de estas fuentes base y puntuales de utilidad muy eonereta se imponeeon toda su personalidad un autor primero que reeibe el nombre de CideHamete Benengeli: "haeiendo asi, volviendo de improviso el arabigo en easte-Uano, dijo que deei'a: Historia de don Quijote de la Maneha, eserita por CideHamete Benengeli, historiador arabigo". (i, 9)A base de pineeladas impresionistas es posible proponer un euadro un tantoeompleto de la personalidad de este historiador arabe. Sabemos que ^ste esun arabe manehego relaeionado eon la eiudad de Toledo. Aunque historiadory eronista, es un einieo mentiroso eomo todos Ios de su raza. Como ereyentemahometano es un sujeto paradojieo mas eereano al sentimiento eristianoque al arabe. Como filosofo, es un pensador tan deseoneertante eomo despis-tado. Desde todos los puntos de vista, Cide Hamete apareee desealifieado ydegradado. No presenta una cualidad positiva ni aproveehable. La versi6n pri-mera del Quijote, eomo historia eon sentido pleno, se debe preeisamente a unhistoriador tan poeo reeomendable eomo Cide Hamete. Sus eualidades nega-tivas y sus earaeteristieas tan degradantes haeen que no sea fiable ni eomo per-sona ni eomo autor. Esto lo deseubrimos ademas euando se observan losmuehos elementos dudosos e ineluso fallos eloeuentes que ofreee su versi6n.A pesar de todo eabe afirmar que existe ya una version eompleta de la historiade Don Quijote eon titulo propio: Historia de don Quijote de la Mancha.

    La version de esta primera Historia de don Quijote de la Mancha, eseritapor el historiador arabe Cide Hamete, forma el segundo piano de autoria. Surelato se basa en fuentes primeras. La redaeeion, se supone, es eonseeueneiade su trabajo de seleeeion, ordenaeion y fijaeion de textos. En este segundoQuijote, eapitulos ix al LII de la Primera Parte, el autor primero esta muy pre-sente, aunque no ofrezea un juego tan eomplejo y tan sutil eomo en laSegunda Parte. Este dato debe llevar a Ios eritieos a un analisis de la propia

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    estruetura de la obra. Pero esta es ya otra historia. Lo que interesa ahora esproponer el segundo piano de autoria del relato:

    Segundo piano de autoria

    Autor primeroCide Hamete Benengeli

    A partir de la versi6n primera en lengua arabe se eneuentra la labor tradue-tora del moro aljamiado, quien traduee del arabe al eastellano el manuseritodel historiador arabe. En esta Primera Parte, a difereneia de la Segunda, elmoro aljamiado realiza una labor puramente traduetora sin tomar partedireeta en la eseritura del relato. Sin embargo, eon la traduecion eonformaotra versi6n. Esta version eastellanizada del original arabe es la que reeibe elnarrador, autor segundo, y en la que este trabaja. En este eontexto, por lasrazones presentadas, se puede hablar de un piano de tradueeion pero no deun piano de autoria. Sin embargo, el traduetor ofreee un manuserito dife-rente al original, aunque dste no presente eategoria autorial.

    Como se afirmaba eon anterioridad, pareee que la versi6n de CideHamete por sus errores y despistes es una historia un tanto fallida desde suorigen. Por eso, eabe pensar en la preseneia eontinua de un autor segundoeneargado de dar una versi6n eorregida y, por tanto, definitiva y ultima alrelato. El manuserito de este autor segundo es distinto al del primero. Inelusosus respeetivos titulos se difereneian elaramente. Cide Hamete eseribe la His-toria de don Quijote de la Mancha; el autor segundo eseribe la Primera parte delingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha o bien la Segunda parte del inge-nioso caballero don Quijote de la Mancha. Si el nombre impliea la razon de unpersonaje, de forma que a eada nombre le eorresponde una personalidad, deigual manera se puede afirmar que a eada titulo debe eorresponder una ver-si6n distinta y original. Por eso, nos hallamos ante historias diferentes porestar eompuesta por autores distintos. La prueba de este earaeter difereneiallo hallamos eoneretada en la variaei6n de titulos y en la personalidad diferen-eiada de Ios autores.

    De este autor segundo, narrador presentador de la historia, sabemos tam-bien algunas eosas que nos permiten esbozar una personalidad. Es un hom-bre eurioso, leetor impenitente, que vive en Toledo o eerea de dieha eiudad.Es, si no un historiador, por lo menos un investigador eonoeedor fino delmereado del libro y de la psieologia de los libreros. Se eneuentra embebidoen la historia de Don Quijote. Su meta es la de deseubrir los eseritos y versio-nes posibles sobre Don Quijote de la Maneha para poder ofreeer una version

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    definitiva de su historia. El hallazgo en el Aleana de Toledo de la versi6n deCide Hamete, junto a todos los datos y eseritos que posee y eonoee de estepersonaje, le permiten eseribir su propio relato. Por eso, este autor segundo esel eseritor ultimo y definitivo de la historia del eaballero manehego.

    Esto quiere deeir que Ia version que llega al leetor no es la de CideHamete sino la de este autor, narrador presentador y redaetor ultimo de lahistoria. La eseritura de Cide Hamete se subordina eompletamente a la delautor segundo. Esto lo podemos ver en muehos y diferentes eontextos. Basteuno eomo ejemplo: "Cuenta el sabio Cide Hamete Benengeli que, asi eomodon Quijote se despidio de sus huespedes y de todos Ios que se hallaron en elentierro del pastor Grisostomo". (i, 15)En este ejemplo, eomo en otros muehos, se demuestra que la instaneia pre-sentadora del relato no es Cide Hamete sino el autor segundo, quien noseuenta eomo el sabio historiador arabe relata la despedida de Don Quijote.La estruetura profunda del ejemplo presentado seria, por tanto, la siguiente:"el autor segundo presenta lo que euenta el sabio Cide Hamete sobre la despe-dida de Don Quijote". La Iinea narrativa del autor primero se subordina a ladel autor segundo, de forma que la Historia de don Quijote de la Mancha fun-eiona eomo fuente y refereneia de la historia de El ingenioso hidalgo don Qui-jote de la Mancha. La narraeion definitiva que llega al leetor es esta ultima yno la del historiador arabe. Este dato haee verosi'mil la preseneia del eapitulonoveno en torno al eneuentro del manuserito de Cide Hamete. Si no, no hayexplieaeion logiea para dieha aneedota, a no ser que tengamos que hablar deun error manifiesto de eonstrueeion. El relato del autor segundo eonforma eneste eontexto el tereer piano de autoria. De esta manera, tendriamos elsiguiente euadro de autorias y de manuseritos:

    Primer piano de autoria

    Segundo piano de autoria

    Piano de traduccion

    Tercer piano de autoria

    Autor colectivoAcaddmicos de Argamasilla

    Primer autor

    Moro aljamiadoAutor segundo

    Referencias puntuales

    Primera versi6n

    Primera versi6n castellana

    Versidn definitiva

    Entre el primer y el segundo euerpo de narraeion de esta Primera Parte, aun-que guarden una estruetura similar, existe un proeeso elaro haeia la eompliea-eion narrativa y haeia la profundizaeion semantiea. La inelusion del manus-erito de los "aeademieos de la Argamasilla" anade una version mas al relatopero no eompliea Ia dinamiea narrativa. Como se ha visto, es un elemento de

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    refereneia mas dentro del primer piano de autoria. Como tal, no es en si unaversi6n sino una fuente. Sin embargo, la aparieion de Cide Hamete, sin lle-gar a las irisaeiones semantieas de la Segunda Parte, ofreee ya unas posibilida-des narrativas deseonoeidas, aunque eseasamente utilizadas por el autor real.El Quijote va eamino haeia una eomplejidad formal y haeia un ealado signifi-eativo tan sorprendente eomo ilimitado.

    Manuscritos y autorias de la Segunda Parte del "Quijote"

    En la Segunda Parte del Quijote se ofreeen basieamente tres versiones al mar-gen de todas aquellas aportaeiones puntuales que ofreeen los autores eoleeti-vos del primer piano de autoria, ya respondan ^stas a fuentes eseritas o afuentes orales. Por eso, en esta Segunda Parte habri'a que hablar de estos auto-res innominados de sentido eoleetivo. Para evitar repetieiones sin aportaeio-nes semantieas, damos por supuesto este piano para eentrarnos en las versio-nes o manuseritos reales que desempenan papeles funeionales dentro delrelato definitivo. Estos manuseritos son basieamente tres:

    -Primera Parte del ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha.-Don Quijote de la Mancha de Avellaneda.Segunda Parte del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha.

    La Primera Parte del ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha apareee enla Segunda Parte eomo elemento de refereneia eon una funeion importantedentro del relato. Es quiza el ejemplo mas perfeeto de la teeniea de la fieeiondentro de la fieeion. El relato del Quijote ha sido publieado y en forma delibro se eonvierte en medio de informaeion para los personajes que llenan elmundo del relato. De oi'das o de leidas muehos personajes del relato eonoeenla historia de Don Quijote. Por una parte, eiertos personajes pueden erear suspropias aventuras a partir de la supuesta alueinaeion del eaballero. Por otrolado, el heeho de la publieaeion de la Primera Parte afeeta de manera defini-tiva a la psieologia de nuestros hdroes de forma que sin esta refereneia esimposible entender eon propiedad su personalidad profunda. La historia vitalde nuestros personajes en la Segunda Parte es eonseeueneia de la historiaeserita que revela las andanzas de los mismos en la Primera Parte. La vida deDon Quijote eomo realidad eserita determina la existeneia de nuestros perso-najes eomo proyeeto de existeneia que se va haeiendo en un tiempo y enespaeio, aunque estos pertenezean al mundo de la pura fieeion. El Quijoteeomo libro ofreee un heeho de vida fijo e inmutable; el Quijote eomo exis-teneia revela una vida en proeeso de realizaeidn. El libro afeeta y determina el

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  • 52 ASCUNCE. AUTORlAS Y MANUSCRITOS DEL "QUIJOTE"

    eomportamiento de vida de nuestra pareja y de los demas personajes de laobra. Por tanto, la Primera Parte eomo realidad eserita presenta una funeionaltamente operativa en lo que sera Segunda Parte del Quijote.

    Esta Primera Parte responde al esquema de autorias y manuseritos presen-tado eon anterioridad. El autor segundo eseribe su version del Quijote a partirde la de Cide Hamete Benengeli mas aquellos datos puntuales que le ofreeenlas fuentes de los autores anonimos del piano base. Esta version eonereta elmanuserito de la Primera Parte del ingenioso hidalgo don Quijote de la Man-cha. Esta es la version que llega tanto a los leetores reales eomo a los persona-jes de fieeion y graeias a ella estos, destinatarios reales o fietieios, eonoeen lahistoria del hidalgo manehego.

    Un segundo manuserito es el Quijote de Avellaneda. Es una obra impresay, eomo tal, funeiona de la misma manera que la Primera Parte del Quijote alser una realidad fijada a traves de la eseritura. Ineide sobre el propio mundode la fieeion quijotesea. Es otro ejemplo altamente valido de la literatura den-tro de la literatura. La Segunda Parte en buena medida se halla determinadapor la preseneia de este manuserito. De esta manera, si el relato de laSegunda Parte del Quijote se halla altamente eondieionado por la apariei6nde la Primera Parte, su eonelusion se eneuentra determinado por la preseneiadel Quijote de Avellaneda. La literatura eserita se fieeionaliza para erearmayor dinamismo narrativo y un perspeetivismo mas profundo.

    ^Que representa el libro de un segundo Quijote eserito por un autor lla-mado Avellaneda? Las elaves las tenemos en el propio texto. El falso Quijote oQuijote de Avellaneda apareee por primera vez en el eapitulo eineuenta ynueve de la Segunda Parte. La reaeeion del autor segundo es tan fulminanteeomo despiadada. La gran venganza del autor real es eonvertir la obra deAvellaneda en elemento de fieeion y dejar tanto la historia eomo a su autoren manos de un airado narrador que se desfoga eruelmente eon sus persona-jes y eon la ealidad del relato. Fieeionalizado el Quijote de Avellaneda, elnarrador presentador del relato veridieo -en oposieion al falso Quijote lopuede manejar, ineluso manipular, a su gusto y deseo. Lo primero que haeees degradar al Quijote bastardo hasta la desealifieaeion maxima. Para distan-eiarse del falso Quijote, el autor eambia de rumbo y eneamina a sus persona-jes haeia Bareelona en vez de haeerlo haeia Zaragoza. Asi difereneia las dosversiones. Pero quiza la venganza mas eruel que realiza este autor segundosobre el autor del Quijote ilegitimo sea olvidar su nombre y negarle, de estamanera, su autoria real. Si en Ia Primera Parte no queria aeordarse del nom-bre de la aldea, euna de Don Quijote, ahora no quiere aeordarse del autorreal del Quijote de Avellaneda. Son sileneios voluntarios muy signifieativos.

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    Las eonseeueneias de la aparieion del Quijote de Avellaneda van a serimportantes en la dinamiea interna de la obra. Lo primero que se observa esuna metamorfosis valorativa de autorias. Es importante detenerse breve-mcnte en este apartado.

    Cide Hamete Benengeli quedaba de tal manera degradado y deslegiti-mado en la Primera Parte del Quijote que era imposible eneontrar en todo elrelato un personaje que reeibiera un tratamiento tan negativo. La valoraei6nque se haeia del autor arabe era a todas luees sareastiea, mueho mas que par6-diea. Cide Hamete no se salvaba ni eomo autor ni eomo historiador, menoseomo persona y, aiin menos, si eabe, eomo ereyente y eomo arabe. Su figuradentro del relato era una earieatura esperpentiea de un autor eronista que nosabia haeer su trabajo por falta de eualidades y de prineipios. Pues bien, a par-tir del eapitulo eineuenta y nueve de esta Segunda Parte se verifiea una trans-formaei6n valorativa eompleta del autor arabe eomo estrategia efieaz y logradade deslegitimaei6n del autor advenedizo y de la obra falsa. El leetor, sin darseeuenta de toda la experieneia pasada, aeepta sin reserva alguna la nueva figuradel autor arabe y reehaza, eomo eonseeueneia, la del autor ilegitimo.

    El autor del Quijote de Avellaneda queda invalidado por sus "malsonantesy mentirosas razones" (ii, 61), por su "falta de invenei6n, pobre de letras yriea en simplieidades" (ii, 61), por ser obra "malfsima" (ii, 70), por habersido eserita "eon pluma de avestruz grosera y mal delinada" (ii, 74), muy enla lfnea del "resfriado ingenio" (ii, 74) de su autor. Coneluye este alegato afir-mando la falsedad y la inautentieidad del Quijote de Avellaneda. CideHamete es legitimado a trav^s de la desautorizaeion del autor bastardo.Entramos asf en unos espaeios eontradietorios y paradojieos en torno a lapresentaei6n y valoraei6n de estos narradores. El autor arabe que ha sido a lolargo de todo el relato degradado y desautorizado es finalmente reivindieadoeomo autor verdadero, legftimo, ete. Quien ha sido mentiroso, perfido y sar-eastieamente zaherido es revalorizado al final eomo hombre sineero y veraz.El moro embustero se trasforma en persona honesta y eabal. Inversamente, elautor aragon^s, espafiol y eristiano, es degradado por ser un mentiroso y unfalsario. El autor moro es magnifieado a travds de la degradaeion del autoreristiano. Pareee que el mundo ha girado eiento oehenta grados. Entramos delleno dentro del t6pieo barroeo del mundo al reves. La raz6n de esta transfor-maei6n se debe a la apariei6n del Quijote de Avellaneda.

    Finalmente es neeesario hablar del tereer manuserito de Cide Hamete.Basieamente responde a la estruetura de lo visto en la Primera Parte. Sinembargo, ahora, en la Segunda Parte, ^ste adquiere una eomplejidad lfmitedebido al juego de perspeetivas narrativas que se erea entre el autor primero.

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  • 54 ASCUNCE. AUTORlAS Y MANUSCRITOS DEL "QUIJOTE"

    Cide Hamete Benengeli, el traduetor, autentieo autor segundo, y el narradorpresentador, autor tereero, aunque en el relato aparezea eomo autor segundo.

    En este easo tenemos la primera version del relato de Don Quijote reali-zada por el historiador arabe Cide Hamete. Salvo al final del relato, ^ste apa-reee eomo mentiroso, falsario, mal historiador, persona de dudosa moralidad,ete. ^Que se puede esperar de un autor de esta ealana y de esta falta de euali-dades? Cualquier eosa. Pues bien, el autor de la primera version del Quijote eseste eronista de tan mala reputaeion. El es, segiin debe suponer el leetor, eleneargado, por segunda vez de reeabar la informaeion neeesaria por los arehi-vos de la Maneha para poder eomponer la historia de nuestro eaballero. Laautorfa de Cide Hamete eomo padre de la version primera del Quijote esindiseutible. Este es el manuserito base, version en arabe, eneontrado por elnarrador en el Aleana de Toledo. Es el manuserito de Cide Hamete Benengeli.

    La eseritura de Cide Hamete, eomo autor arabigo, esta heeha en lenguaarabe, lengua que deseonoee el autor segundo. Si quiere aeeeder este a la eseri-tura de la version primera el manuserito tiene que ser tradueido del arabe aleastellano. Aquf entra la figura y la funeion del traduetor. Este apareei'a eomotal traduetor en el eapftulo noveno de la Primera Parte. Sin embargo, el papeldel moro aljamiado en la Primera Parte era mi'nimo, simplemente la de fiel

    . traduetor. Se supone que eumpli'a eon plena honestidad la labor eneomen-dada y que reeibi'a por ello el pago aeordado. Era un simple intermediarioentre el relato en arabe y la version en eastellano. Sin embargo, en la SegundaParte, este traduetor que debfa seguir eumpliendo su labor revela un eompor-tamiento y un sentido eompletamente distintos.

    Lo primero que advierte el leetor sin neeesidad de una leetura muy detee-tivesea es su intromision en el euerpo de la historia. Por una parte, eomoeonseeueneia de estas ingereneias se eonvierte en un autor-narrador mas delrelato y, por otro lado, invalida en gran medida la labor del autor primero. Loque en un prineipio podfa ser una preseneia de verdad y de verosimilitud, a lalarga se eonvierte en una fuerza opuesta, en una voz imperativa que niega laverdad y el sentido del relato del historiador arabe. Entre autor y traduetorno existe una reeiproeidad de afirmaeion, sino, todo lo eontrario, una pugnaviolenta de invalidaeion y aniquilaeion.

    En el eapftulo dieeioeho de la Segunda Parte eneontramos, entre otras,una preseneia altamente eselareeedora de las funeiones de este traduetor. Elrelato nos euenta el eneuentro de Don Quijote eon el Caballero del VerdeCabin, don Diego de Miranda. Diee la historia:

    Aqui pinta el autor todas las circunstancias de la casa de Don Diego; pintdndonos enella lo que contiene una casa de un caballero labrador rico; pero al traduetor desta his-

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    toria le pareci6 pasar estas y otras semejantes menudencias en silencio; porque noveni'an bien con el proposito principal de la historia; la cual mas tiene su fuerza en laverdad, que en las frfas digresiones. (il, 18)

    Es imposible eneontrar un texto tan eompleto y tan demostrativo de laaeei6n del traduetor, igualmente de la del narrador presentador, sobre el aetode eseritura base. Segiin nos euenta el relato, el autor primero eseribio en estaparte del relato una larga y prolffiea deseripeion de la easa de don Diego deMiranda eomo ejemplo de la mansi6n de un labrador prineipal rieo. ^Cuan-tas paginas podrfa abarear la eseritura de esta deseripeion? Hay que pensarque unas euantas, ya que en elks se ofreeen hasta las "menudeneias" de unaeasa importante y riea. Este relato, la eseritura del autor primero CideHamete, representarfa la version primera del relato. Sin embargo, el tradue-tor en vez de tradueir de manera objetiva y fiel la version de Cide Hamete, taleomo se esperarfa de la labor de un traduetor, deeide sileneiar la parte de ladeseripei6n sefialada por eonsiderarla inapropiada e inoportuna. Simple-mente no la traduee por valorarla eomo elemento ajeno a la historia delhidalgo o eomo "frfa digresion", tal eomo asegura el narrador presentador.

    Meditemos un poeo sobre la eondueta de este traduetor. ^Que signifiea sudeeisi6n de sileneiar partes del relato original? En primer lugar, el traduetoreensura la narraeion base, anulando de la historia una parte de su eseritura.El lapicero rojo del eensor aetua elaramente sobre el heeho de eseritura, modi-fieando el eontenido y la aeeion de la historia. El traduetor funeiona en esteeaso eomo eensor. En segundo lugar, justifiea y ofreee las explieaeiones debi-das para vindiear su aeei6n eensora: "porque no venfan bien eon el propositoprineipal de la historia". El traduetor no solo es eensor, sino tambien, eomoeonseeueneia de su eondueta eensora, se eonvierte en erftieo literario de lapropia historia.

    El traduetor, de esta manera, se nos presenta, primero, eomo traduetor dela historia primera de Don Quijote; segundo, eomo eensor de la version delautor Cide Hamete; tereero, eomo autor de una nueva versi6n del Quijote, yaque eon sus intromisiones modifiea el orden y la eomposiei6n de la eserituraoriginal; euarto, eomo erftieo de la historia base. El papel de este personaje esmuy superior y mueho mas eomplejo de lo que en un primer momento sepodfa esperar de el eomo mero traduetor. Todo esto haee que la historia delQuijote presente una segunda versi6n eon una segunda autorfa: la del tradue-tor. Por eso, la segunda version del Quijote eorresponde al relato del tradue-tor. Esta es una version eorregida, por lo tanto, nueva y diferente de la ver-si6n primera de Cide Hamete. Nos eneontramos ante el manuserito del

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  • 56 ASCUNCE. AUTORfAS Y MANUSCRITOS DEL "QUIJOTE"

    traduetor, manuserito segundo, quien debio entregarlo al narrador presenta-dor una vez eorregida la version primera de Cide Hamete.

    Todavfa no queda resuelto el euadro de eserituras y manuseritos del Qui-jote. El leetor eneuentra una nueva version, ya que el Quijote es el relato deun autor tercero, quien reeoge la "tradueeion personalizada" de un moriseoaljamiado, autor segundo, sobre el eserito redaetado por el historiador CideHamete, version y manuserito primero, en torno a un hidalgo loeo y a uneampesino simple. A partir de esta definieion quedan perfeetamente plantea-dos los diferentes niveles de eseritura, las distintas autorfas y el numero deversiones y manuseritos de la historia de Don Quijote.

    El primer heeho verifieable a partir de la preseneia del traduetor aljamiadoes el desplazamiento de autorfa que estos personajes experimentan dentro dela obra. Cide Hamete Benengeli es en eualquier easo el autor primero, aunqueel leetor tiene que tener presente que este ealifieativo lo reeibe en el segundoeuerpo de la Primera Parte del relato. El narrador presentador que en un prin-eipio apareefa de forma inequfvoea eomo autor segundo ("el autor segundodesta obra no quiso ereer que tan euriosa historia estuviese entregada a lasleyes del olvido", i, 8) tiene que renuneiar a esta denominaeidn a favor deltraduetor. Tal eomo se ha analizado en el apartado anterior, el traduetoradquiere una indiseutible eategorfa de autor en la medida en que parte deleserito es obra de su mano y de su talante. De esta manera, el primer filtroerftieo que tiene que pasar el relato de Cide Hamete es preeisamente el deltraduetor, quien en oeasiones modifiea el texto original eon alteraeiones, een-suras, afiadidos, ete. Esta labor ereadora le eonfiere la eategorfa de autorsegundo a pesar de lo que pueda afirmar la propia historia. Por eso, la eatego-rfa de autor segundo pasa del narrador presentador al traduetor aljamiado. Apartir de aquf se verifiea un nuevo y definitivo filtro erftieo. El autor eris-tiano, narrador presentador y supuesto autor tercero, sera el eneargado de darforma material definitiva a la obra. Presenta, desde un primer momento, unaelara voluntad ereadora que se superpone a los eseritos o versiones del histo-riador arabe y del traduetor moriseo. La historia de Don Quijote es la versi6nultima y definitiva de este narrador presentador o autor eristiano, eneargadode dar A placet cstAi^uzo y formal a las aventuras de Don Quijote.

    Para demostrar lo dieho nos podemos remitir al mismo pasaje que nos haservido para demostrar el earaeter autorial del traduetor. Volvamos al mismopara preeisar estas ideas. El texto nos diee: "Aquf pinta el autor... pero al tra-duetor desta historia... la eual (historia) mas tiene su fuerza en la verdad, queen las frfas digresiones" (ii, 18). Claramente se deteeta en este parrafo unainstaneia narrativa que funeiona eomo voz presentadora del relato del autor("Aquf pinta el autor...") y del traduetor ("pero el traduetor desta histo-

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    ria..."), e ineluso saliendo de los espaeios de la pura presentaeion se permiteofreeer sus propias ideas: "la eual mas tiene su fuerza en la verdad". A partirde aquf se expliea perfeetamente su funei6n dieg^tiea dentro del relato. Pri-mero ofreee la aeei6n eseritural de los autores base; segundo, altera la narra-ei6n base del autor primero y la del traduetor para ofreeer su propia versi6n;tereero, eomo el traduetor, realiza una labor erftiea, donde aporta sus propiospuntos de vista sobre la eseritura de los dos primeros autores (desde esta pers-peetiva justifiea y valora positivamente la aeei6n eensora del traduetor, desea-lifieando al autor primero por eonsiderar su trabajo eomo un heeho fallido deeseritura); finalmente, euarto, a partir del manuserito segundo del traduetoreompone la versi6n definitiva del relato, tereer manuserito.

    La versi6n o manuserito que llega al leetor no es la eroniea eserita porCide Hamete, autor primero, ni la del traduetor aljamiado, autor segundo,sino la narraei6n supervisada, eensurada y reeserita por el narrador presenta-dor o autor tercero, tereer manuserito. De esta manera quedan perfeetamenteplanteados los niveles de eseritura en torno al relato de Don Quijote:

    Autor primero manuscrito primero Cide Hamete BenengeliAutor segundo manuscrito segundo traductor aljamiadoAutor tercero manuscrito tercero narrador presentador

    A partir de este euadro queda delimitado y definido el eorpus de la historiade Don Quijote. Como se deefa eon anterioridad, el relato del hidalgo man-ehego es la historia supervisada por un narrador eristiano que reeoge la tra-dueei6n eensurada de un traduetor aljamiado a partir del relato base de unhistoriador arabe. El Quijote eomo historia es el resultado de tres filtrosnarrativos: historiador, traduetor y narrador.

    Para tener una idea eorreeta de la er6niea que nos oeupa, no nos podemosolvidar de los materiales base que sirven para eomponer la historia. Dentrode este espaeio pre-eseritural se eneontrarfan los multiples relatos que ofreeenlos distintos arehivos y eseritorios de la Maneha junto a las fuentes orales quetrasmiten notieias puntuales de la vida del hidalgo manehego mas las dos his-torias eseritas de Don Quijote: el Quijote de Cervantes, Primera Parte delingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, y el Quijote de Avellaneda. Larepresentaei6n grafiea de las versiones y manuseritos de los quijotes en estaSegunda Parte serfa la siguiente:

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  • 58 ASCUNCE. AUTORfAS Y MANUSCRITOS DEL "QUIJOTE"

    Primera versi6n - Primer manuscritoQuijote de Cide Hamete Benengeli (arabe)

    Segunda versi6n - Segundo manuscritoQuijote del ttaductor (eastellano)

    Tercera version - Tercer manuscritoQuijote del narrador presentador

    Como se deefa, el manuserito del Quijote que llega a los leetores del mundoreal es la version del narrador eristiano, tereera version, que reeibe el nombrede Segunda Parte del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha.

    Manuscritos y versiones del Quijote en el Quijote

    Si hieieramos un reeuento de todas las versiones y manuseritos que eorrenpor el mundo de la fieeion sobre el famoso eaballero de la Maneha, DonQuijote, tendrfamos los siguientes pianos de eseritura segun, primero, elespaeio narrativo donde apareeen y, segundo, el numero de manuserito segiinorden de aparieion:

    Fuentes primeras: orales y eseritas

    A lo largo de toda la obra e independientemente del espacio denarracion se encuentran desperdigados por archivos y en la tradi-ci6n oral relatos sueltos y andcdotas puntuales. Forman las fuentespdmeras ya sean estas orales o eseritas. No se consideran comomanuscritos por no presentar en Ia obra una individualidad deeseritura. De este cuadro hay que exeluir la versi6n de los acaddmi-cos de la Argamasilla por tratarse de un manuscrito diferenciado.

    Primera parte(caps, i-viii)

    Primera parte(caps. ix-Lii)

    MANUSCRITOS Y VERSIONES

    Versidn del autor primeroVersi6n del autor segundo

    Version Acaddmicos deArgamasilla

    Versi6n de Cide HameteBenengeli

    Versi6n traductorVersidn narrador presentador

    Manuserito 1Manuserito 2

    Manuserito 3

    Manuscrito 4

    Manuscrito 5Manuscrito 6

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  • ASCUNCE. AUTORfAS Y MANUSCRITOS DEL "QUIJOTE" 59

    Segunda parte Quijote Cervantes (Primeraparte)

    Quijote AvellanedaQuijote Cide Hamete

    BenengeliQuijote traductor

    Quijote narrador presentador

    Manuscrito 7

    Manuscrito 8Manuscrito 9

    Manuscrito 10Manuscrito 11

    Si mi valoraei6n es eorreeta, de la leetura del Quijote se deduee una sorpren-dente pluralidad de versiones y de manuseritos que haeen de la obra eervan-tina un relato de gran eomplejidad teeniea y de fuerte perspeetivismo seman-tieo. Objetivamente se nos ofreeen, por lo menos, onee manuseritosdiferentes que pululan por una o por otra parte del Quijote. A su vez, estamultiplieidad de versiones supone una gran variedad de voees narratorias yde pianos de narraei6n. Sin lugar a dudas, esta realidad revela para la dpoeade su eseritura una originalidad tan fuerte que puede ser eonsiderada eomouna obra extraiia para su tiempo y propia de tiempos aetuales. A pesar de loque afirman algunos eritieos, estamos ante una obra de rabiosa aetualidad. Lamejor prueba de lo que ofrezeo es la preseneia de un eomplejo mundo narra-tivo basado en la diversidad de autoria, en la pluralidad de pianos de narra-ei6n y en la multitud de manuseritos, ete, para eomponer un telato tan suge-rente eomo deseoneertante. Ante la obra eervantina el leetor y el eri'tieoeareeen de eertezas, de seguridad, solo poseen la logiea deduetiva. Nada masni nada menos. Un ejemplo de lo afirmado es preeisamente el tema que nosoeupa de las autorias y manuseritos del Quijote en el Quijote.

    NOTAS

    1. Por simples razones de extension, me he visto obligado a prescindir del cuerpo critieode la obra. Si hubiera cumplido con el apartado de las notas, me hubiera visto impo-sibilitado a realizar este trabajo con un desarroUo lo suficientemente pormenorizadocomo para aclarar todo el complejo entramado que el tema entrana. Se ha sacrificadoel aparato critieo en nombre de la claridad expositiva. Espero que surja alguna nuevaocasi6n para reponer la parte sacrificada.

    2. El presente estudio quiere ser un dialogo abierto con dos obras de gran calado crftico.Me refiero en concreto a los estudios de James A. Parr Don Quixote: An Anatomy ofSubversive Discourse (Delaware, Juan de la Cuesta, 1988) y de Maria Stoopen Losautores, el texto, los lectores en el Quijote (Mdxico, UNAM, 2002). Con estos dos estu-dios guardo muehas analogi'as pero tambidn mareadas diferencias. Conste mi deudaen esta nota, que me posibilita no citar eontinuamente diehos estudios.

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