La esfera de las relaciones - un ensayo de interpretración

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  61 LA ESFERA DE LAS RELACIONES. UN ENSAYO DE INTERPRETACIÓN ALEJANDRO MARTÍN (*)  La  Esfera de las relaciones (la  Esfera), la obra que me propongo interpretar, es un proyecto para Internet de Santiago Ortiz, quien, después de estudiar matemáticas, ha desarrollado una larga serie de proyectos interactivos donde ha cruzado de modo muy interesante la programación con su interés por distintos puntos de cruce de la ciencia, arte, diseño y tecnología. La  Esfera constituye un hito que, en su simplicidad, condensa varias de las potencialidades más interesantes de la red Internet para la creación de objetos que desarrollan, en estos nuevos contextos, tradiciones como lo son la escritura y la diagramática. El estudio minucioso que pretendo llevar a cabo va desde la observación detallada de la  Esfera como objeto dado, pasando por su contextualización en el plano amplio de la obra de Santiago Ortiz (y las tradiciones científicas y estéticas que él desarrolla), hasta terminar en una lectura que inserta esta esfera particular en una larga tradición de representaciones esféricas. (*)  Biblioteca Luis Ángel Arango, [email protected].

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La Esfera de las relaciones (la Esfera), la obra que me propongo interpretar, es un proyecto para Internet de Santiago Ortiz, quien, después de estudiar matemáticas, ha desarrollado una larga serie de proyectos interactivos donde ha cruzado de modo muy interesante la programación con su interés por distintos puntos de cruce de la ciencia, arte, diseño y tecnología. La Esfera constituye un hito que, en su simplicidad, condensa varias de las potencialidades más interesantes de la red Internet para la creación de objetos que desarrollan, en estos nuevos contextos, tradiciones como lo son la escritura y la diagramática. El estudio minucioso que pretendo llevar a cabo va desde la observación detallada de la Esfera como objeto dado, pasando por su contextualización en el plano amplio de la obra de Santiago Ortiz (y las tradiciones científicas y estéticas que él desarrolla), hasta terminar en una lectura que inserta esta esfera particular en una larga tradición de representaciones esféricas.

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    LA ESFERA DE LAS RELACIONES.

    UN ENSAYO DE INTERPRETACIN

    ALEJANDRO MARTN(*)

    La Esfera de las relaciones (la Esfera), la obra que me propongo interpretar, es un proyecto para Internet de Santiago Ortiz, quien, despus de estudiar matemticas, ha desarrollado una larga serie de proyectos interactivos donde ha cruzado de modo muy interesante la programacin con su inters por distintos puntos de cruce de la ciencia, arte, diseo y tecnologa. La Esfera constituye un hito que, en su simplicidad, condensa varias de las potencialidades ms interesantes de la red Internet para la creacin de objetos que desarrollan, en estos nuevos contextos, tradiciones como lo son la escritura y la diagramtica. El estudio minucioso que pretendo llevar a cabo va desde la observacin detallada de la Esfera como objeto dado, pasando por su contextualizacin en el plano amplio de la obra de Santiago Ortiz (y las tradiciones cientficas y estticas que l desarrolla), hasta terminar en una lectura que inserta esta esfera particular en una larga tradicin de representaciones esfricas.

    (*) Biblioteca Luis ngel Arango, [email protected].

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    Este ejercicio de interpretacin pondr a prueba la capacidad del lenguaje para describir estas representaciones grficas y tratar de evidenciar tanto las estructuras de expresin, como la siempre difcil eleccin de las metforas necesarias en cada caso. Y servir, espero, para pensar toda una serie de temas (la representacin, lo virtual, el texto, la imagen) y de disciplinas (ciencia, arte, diseo, tecnologa) que estn fuertemente imbricados en la concepcin de la Esfera de las relaciones y en todo el trabajo de Santiago Ortiz.

    1. UN VIAJE A LA ESFERA En la pantalla del computador, sobre una ventana de fondo negro, encontramos dispuestos diversos puntos de colores de distintos tamaos si bien todos relativamente pequeos, cada uno de ellos acompaado de una palabra. Al usar el ratn para mover los puntos, reconocemos que stos se encuentran dispuestos sobre una esfera y el tamao de los puntos es relativo a su cercana o lejana. Es importante sealar cmo somos conscientes de la tercera dimensin del objeto al que nos enfrentamos, justo en el momento en que ponemos los puntos en movimiento. Si bien los puntos se mueven, pronto nos damos cuenta que sus posiciones relativas dentro de la esfera virtual son siempre las mismas. Se destaca la fluidez del movimiento y, en especial, esa inercia que hace que, al soltar el ratn, la esfera se detenga suavemente manteniendo por un corto rato algo del impulso. En la pantalla plana, vemos y experimentamos la esfera. Es ms, al mover los puntos-palabras, literalmente jugamos con esa pelota de palabras (ver figura 1).

    Al situar el puntero del ratn sobre cualquiera de los puntos de la esfera, aparece una serie de lazos verdes que une ese punto con todos los dems. Si damos en otro punto, aparece un lazo rojo que une los dos puntos y unas frases entre cajitas que van unidas por unos elsticos lazos azules con cada una de las dos palabras; adems, al lado derecho, sale una cajita que nos pregunta cul es la relacin entre las dos palabras que van con los puntos que acabamos de unir. Si escogemos: el mar y el odo, la esfera nos propone: las caracolas y las ondas que vibran por un rato en sus cajitas sostenidas por sus lazos hasta detenerse y dejarnos pensando en esos dos sutiles puntos de contacto.

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    Figura 1 Esfera de las relaciones [Ortiz 2004a]

    LOS PUNTOS DE VISTA Al abrir la ventana con la Esfera, el visitante se encuentra con los puntos distribuidos de manera aleatoria1 sobre la superficie de la esfera, repartidos de una manera que no hay zonas vacas demasiado grandes. Se la percibe como un todo completo, el punto de vista es el de un astronauta que, al superar la atmsfera, puede ver al planeta en toda su redondez. Sin embargo, a diferencia de los astronautas que hemos visto en televisin y que desde el espacio slo pueden ver una cara de la Tierra, de nuestra Esfera se pueden 1 A ese mismo visitante curioso se le proponen tambin otras opciones. La esfera se puede navegar en ingls y en portugus, y los puntos no slo se pueden ver distribuidos aleatoriamente, sino tambin en orden, es decir, formando anillos homogneos. En este artculo no haremos un estudio tan riguroso como el que nos permitira saber las diferencias de los visitantes en las distintas lenguas. Con relacin al orden o desorden de los puntos, en la navegacin no se observa mayor diferencia. El estar ordenado ayuda la visita sistemtica, el aleatorio hace ms divertido ver siempre configuraciones nuevas.

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    ver tanto los puntos de la parte ms cercana como los de ms atrs (como si estando sobre Amrica, pudiramos ver a la vez la China); a estos ltimos nada los tapa, pero por la distancia que nos separa de ellos, las letras son tan pequeas que no se alcanza a leer lo

    que dicen. Podemos decir que en cada momento se domina, es decir, se puede leer relativamente bien, media esfera.

    Para el visitante curioso, o para aquel que ya quiere convertirse ms bien en un habitante, se proponen otras modalidades de recorrido, otros puntos de vista (de manera anloga a lo que sucede en los videojuegos). En uno de ellos, se propone un recorrido desde la superficie, a lomo, y mientras se avanza, como quien maneja un automvil a gran velocidad durante un diluvio, las palabras golpean el parabrisas unas tras otras. En este caso la palabra que se va acercando toma un tamao mucho mayor que las dems y as se vuelve realmente protagnica. Desde esta perspectiva, el ojo no tiene siempre que escoger entre una serie de palabras ms o menos del mismo tamao, como en la visin astronmica, sino que hay una o dos que se fuerzan a la atencin, no se puede evitar notarlas. Si se pone a girar la esfera al azar, ella responder siempre con una palabra, y sern pocas las que quedan a su alrededor. Si bien no resulta una muy buena forma de navegar para que las parejas sean el resultado de una eleccin (las opciones en cada vista sern muy pocas), s lo es para ver qu palabras hay. Aqu, ms que las relaciones, las protagonistas sern las palabras.

    Hay un ltimo punto de vista propuesto, en el que el visitante puede ver las palabras desde dentro de la esfera. Curiosamente no se trata del centro, ya que hacia los bordes las palabras se ven un poco ms grandes que en la mitad. De todos modos la diferencia entre los tamaos de las palabras no es muy grande y podemos leer todas las que vemos. ste resulta ser el modo en el que, de forma simultnea, es posible leer ms palabras de la esfera, si bien siempre hay una gran porcin, la de los puntos que estn atrs del ojo, que no se puede ver. Dado que las ms grandes estn justo en los bordes y se ven muchas palabras a la vez, pero la mayora muy pequeas, no constituye un ambiente muy propio

    para jugar y uno tiende a volver a la situacin original. Aunque estoy convencido de que la mayora de visitantes navegan la Esfera tal

    como la encuentran, es decir, desde el punto de vista del astronauta (y es desde all que yo har mi lectura y he realizado la mayora de mis visitas), los otros puntos de vista

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    sirven sobre todo para dar carcter a la naturaleza de la esfera. Por un lado, son evidencias de su realidad y, por otro, confirman su virtualidad. El hecho de poderla ver desde distintos puntos de vista reafirma la Esfera como objeto, como mundo. Es un algo que, independientemente del punto de vista que se lo mire, es el mismo siempre. Por otro lado, los distintos puntos de vista, pensados como reconstruccin geomtrica de una informacin, hacen patente su carcter de base de datos. Cada punto est dado por unas coordenadas ligadas a una palabra, las posiciones no son ms que casillas de una matriz. Existe una serie inmensa de visualizaciones posibles para la base de datos. En este caso el programador/diseador escogi tres puntos de vista, y decidi mantener siempre la forma de la esfera. LAS PALABRAS Y SUS RELACIONES Sigamos navegando y comencemos a jugar, a leer. Escojo el punto que viene acompaado con la vista y, por una tendencia fcilmente previsible, lo enlazo con el punto que viene con la verdad. Ante la pregunta, cul es la relacin entre la vista y la verdad?, encontramos propuestas: lo que ves es verdad, o no? y toda. La primera respuesta est escrita en una intrigante segunda persona, se dirige al lector y lo interroga, o le pregunta a la Esfera? La afirmacin seala la tradicional identificacin de la vista con lo verdadero (ver para creer) y, a la vez, en el giro interrogativo posterior, con humor, la pone en cuestin. La segunda, ms rpida, aboga por una identificacin total, que en su carcter de respuesta rpida la hace anloga a una que encontraremos muchas otras veces: ninguna.

    Si continuamos y, esta vez, buscando una relacin ms implausible, tomamos una zebra y la va lctea, la Esfera nos propone: que la zebra tiene pito, la va lctea no, ninguna, el k ha puesto ninguna es gilipollas. La primera hace un chiste, cuyas variaciones encontraremos luego varias veces. La relacin est dada por el no tener algo en comn, ante la infinitud de posibilidades la opcin por un elemento tab busca la risa. El dar como relacin la no-relacin pone en cuestin de modo muy fino la Esfera como un todo, una puesta en cuestin que permite, a la vez, rerse de la Esfera y rerse con la Esfera. Ser que el que lo escribi se rea solo mirando la pantalla? En segundo lugar, la

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    respuesta que se repite por toda la esfera, ninguna (tan cercana a la otra nada), de una honestidad quizs innecesaria, muestra tal vez que quien se mete en la Esfera se siente comprometido a responder, as no tenga nada que decir. Y, por ltimo, aparece una reaccin a esa falta de imaginacin, de una violencia innecesaria, pero que nos recuerda el carcter de dilogo de la Esfera: no slo se habla con la Esfera, se conversa con los visitantes que han dejado all su huella.

    Dejando el azar de lado y buscando de manera consciente una pareja para escribir yo una relacin, voy dando vueltas a la esfera, hasta encontrar un diccionario, que al ser un tema que vengo tratando por un tiempo y que tiene que ver con el que me ocupo ahora, se me ocurre que podr sugerirme algo. Luego busco la palabra para relacionarla y, de todas las que veo, me parece que el universo puede ser la ms cercana. Al unirlas aparecen las siguientes relaciones propuestas: la ambicin de contenerlo todo y nada. A la vez, la Esfera me pregunta: qu relacin hay entre un diccionario y el universo? y yo me quedo mudo. La primera respuesta dice quizs mucho mejor lo que yo habra querido decir: el universo como esa pretensin humana de meter en una palabra, en una nocin, una totalidad inabarcable (quizs lo nico que hace uno al universo es la palabra universo), y el diccionario como paradigma de la pretensin de atrapar en un solo libro todo el lenguaje (que en su paridad con la enciclopedia busca a la vez atrapar a travs del lenguaje al universo entero). De todos modos, algo tengo que poner, y ya que ahora mismo estoy metido en el estudio de la Esfera, me parece que ella misma, como pocas cosas, es a la vez un diccionario y una imagen del universo entero, tantas veces concebido a partir de esa misma forma geomtrica, as que respondo: La esfera de las relaciones.

    Con este juego, en el que distintos visitantes, desde distintas esquinas del planeta, van respondiendo la pregunta, se va llenando la esfera de relaciones. La cantidad de palabras con que nos encontramos de entrada es mayor que la que podemos apreciar con una ojeada, por lo que pensamos que son muchas, y, por lo tanto, la cantidad de parejas posibles es an mucho mayor2. Nos sorprende entonces ver que para cualquier pareja que escojamos, siempre haya alguna relacin que otro visitante ya dej all. Pero lo ms

    2 Si consultamos en su pgina, se dice que son 122. Por lo tanto, la cantidad de parejas de palabras se puede calcular mediante la frmula combinatoria 122 x 121 / 2 = 7381.

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    interesante son las ubicuas emergencias, entre las conexiones sugeridas para cualquier pareja dada, de relaciones sorprendentes, ya sea por su ingenio, su agudeza, o por el sentido del humor. An en algunos casos, no tan comunes pero tampoco escasos, las imgenes con que nos tropezamos alcanzan a ser realmente poticas.

    Quizs lo ms llamativo resulta ser que, entre menos obvia la relacin, suelen ser ms interesantes las propuestas: qu relacin hay entre los santos y las telenovelas?: las dos son psimas representaciones, la televisin es el templo del siglo XXI. Junto a esas dos respuestas agudas, que van al fondo de cuestiones fundamentales de la humanidad en sus distintos momentos (aquello en que creemos, aquello que organiza la vida, aquello que nos une), viene el sacro evangelio de Betty la fea, que, por la misma lnea de relacin y por la clave del chiste, introduce en la Esfera uno de los personajes ms reconocidos de la historia de la televisin colombiana, a la vez una reelaboracin de un cuento clsico y una fbula intemporal. No ser que esa relacin es una respuesta a la anterior, reelaborada y sofisticada para poner en evidencia las contradicciones all expuestas?

    Cuando se da con parejas que resultan demasiado conectadas ya sea por sus mltiples relaciones, o porque, en el contexto del juego, o por lo evidente de su relacin, como es el caso con las matemticas y el azar, las mujeres y un espejo, los pobres y los ricos, el nmero de relaciones propuestas es muy amplio el sistema de algn modo colapsa. La estrategia de visualizacin que hace que las frases propuestas estn sujetas como por un par de resortes sostenidos por las dos palabras en relacin, vibrando hasta dar con un cierto equilibrio, no funciona en este caso, y las relaciones rebotan demasiado rpido y se superponen unas a otras sin dejar leer nada.

    La lista de palabras de la Esfera nos da una idea de las relaciones que pueden resultar y de la estrategia general del proyecto. Intentar una seleccin que nos d una idea del todo: una escultura, una partitura, la riqueza, la simetra, lo blanco, lo azul, el universo, la mente, el espritu, el rin, la mierda, la vista, el odo, los viajes, los hongos, el dinero, el sexo, la poltica, las matemticas, la filosofa, el azar, la magia, las clulas, las bifurcaciones, los polticos, la mujer, un espejo, una amonita, un tiburn martillo, los ricos, los pobres, los libros, las flores, el lenguaje, el zen. Por lo general, se trata de nociones muy

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    comunes y generales, aquellas de las que se suele ocupar la filosofa y que son las mismas con las que tienen que lidiar todos los humanos en su da a da. Hay algunos caprichos, una tigresa blanca, un oso de anteojos, trminos que mencionan gneros muy singulares, que parecen estar para provocar extraeza y forzar un cierto cambio de plano, exigir al lector-escritor. Estn tambin los trminos relativos al dominio en que se mueve la Esfera como proyecto, en particular al dominio de la complejidad, y que recoge nociones como el azar, la biologa, el lenguaje y sus mltiples lecturas, tanto estrictamente disciplinares como metafricas. En algunos casos, hay palabras que de modo obvio provocaran ciertas tensiones que el pblico no podra evitar dejar por sentadas y que el autor de la Esfera no se poda permitir dejar fuera: algunos trminos, como los polticos, invitarn a los ciudadanos descontentos (es decir, a todos) a quejarse de todas las maneras posibles y desde todas las perspectivas posibles, utilizando mltiples combinaciones; otros, como la mierda, sugerirn de modo inmediato todo tipo de chistes escatolgicos, donde la privacidad de cada uno de los que juega lo liberar para proponer sin remilgos lo que se le venga a la cabeza o, mejor, a las tripas.

    2. ESCRITURAS Y DIAGRAMAS Este proyecto de Santiago Ortiz est en el cruce de caminos entre sus experimentos de formas de narracin textual no lineal y sus proyectos de visualizacin de la informacin. En ambos casos, somos testigos de una bsqueda de estructuras distintas de las que soportan la escritura y la lectura tradicional. Los primeros van en la lnea de los distintos experimentos de poesa visual y de las investigaciones narrativas y narratolgicas de Oulipo, los segundos dentro de la tradicin de distintos tipos de diagramas del conocimiento, desde aquellos medievales y renacentistas, hasta los que hoy han configurado una disciplina del diseo (visualizacin de la informacin) que interacta con la economa, la poltica, el periodismo, las distintas ciencias, y que resulta cada vez ms fundamental dentro de la retrica de cada una de las instancias e instituciones que dialogan hoy en da en la esfera planetaria.3

    3 Dejo fuera de este panorama otras dos lneas que atraviesan todo el trabajo de Santiago Ortiz: su inters por los autmatas y los distintos modelos de vida artificial, y sus experimentos con sonidos y los distintos

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    EXPERIMENTOS TEXTUALES

    El rectngulo es quizs el patrn de organizacin ms apto para la escritura y la lectura, pero, por otro lado, es el que en trminos de presentacin hace menos justicia a varias de las ms importantes propiedades y formas inmanentes en el lenguaje verbal. El lenguaje, cualquier lengua, es entre muchas otras cosas, y sin que muchas entren en conflicto con las dems: no-lineal, topolgicamente asociable a redes, difuso, dinmico, inestable, abierto, complejo, recursivo, autorreferencial, evolutivo, fractal.

    Santiago Ortiz nos seala aqu una de las motivaciones principales de su trabajo, que consiste justamente en experimentar con otras formas de escritura y de lectura que se salgan de la disposicin rectangular y la lectura lineal, algo que logra de un modo tan elegante con la Esfera de las relaciones. En la cita, Ortiz presenta su proyecto de rboles de textos [Ortiz 2005a], donde propone una re-escritura de algunos poemas (cuyo tema son los rboles), haciendo que las palabras pasen a ser ramas de un rbol mediante un algoritmo fractal: las palabras ms largas van primero en la estructura de las ramas del rbol, siendo la ms larga de todas el tronco. Una vez re-escrito todo el poema en forma de rbol, un hilo verde, al recorrer el orden inicial de las palabras, dibuja una especie de follaje (ver figura 2). Ortiz enfatiza aqu el carcter metafrico de las estrategias clsicas para hacer diagramas, en este caso, el rbol. Un objeto natural da nombre a una estructura matemtica que parece ser puramente abstracta, pero Ortiz hace que volvamos a ver lo que el nombre de la estructura nos dice, pero que tomamos por un mero nombre. En este caso considero ms interesante que el hecho de que un poema sobre rboles tenga

    forma de rbol el hecho de que veamos el esquema rbol como rbol. Para eso resulta

    notable el hecho de que no slo utilice la estructura de ramificaciones (como en los

    rboles matemticos), sino tambin el hecho de que al ramificarse los sistemas naturales

    tienden a hacer que las ramas sean cada vez ms finas4. En relacin a la Esfera de las relaciones esto nos obliga a pensar en la metfora escogida para organizar en ese caso el todo dado: la esfera misma (ver seccin 3, infra).

    tipos de interfaces para producirlos. 4 Un proyecto anlogo de organizar palabras con una estructura dada (Coprolalia) [Ortiz 2004b] desbarata un texto para meterlo en un ducto digestivo y luego intestinal. En ese caso, se hace evidente la carga metafrica de la idea de digerir un texto, incluso de un modo humorstico se puede decir tambin que elabora lo que se conoce como: hablar mierda.

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    Figura 2 rboles de textos [Ortiz 2005a]

    En la lnea de los poemas visuales, sin duda el ms contundente y hermoso que

    encontramos en su pgina web es su re-elaboracin del poema de Borges, Lmites (ver figura 3). Basado en la estructura gramatical del poema, Santiago Ortiz disea un generador de versos, que explota el poema original de modo combinatorio. En Lmites, Borges escribe: Hay una lnea de Verlaine que no volver a recordar. / Hay una calle prxima que est vedada a mis pasos, / hay un espejo que me ha visto por ltima vez, / hay una puerta que he cerrado hasta el fin del mundo. / Entre los libros de mi biblioteca (estoy vindolos) / hay alguno que ya nunca abrir. / Este verano cumplir cincuenta aos; / La muerte me desgasta, incesante. Fijando esa estructura gramatical recurrente: Hay que, se configura un mecanismo que va llenando cada uno de los vacos: dos crculos de palabras en rotacin (como dos relojes). Para llenar la primera casilla, se

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    escogen objetos que encontramos en el poema de Borges como: una lnea de Verlaine, un espejo5, aadiendo otros similares como: una postal, un hombre de barba; para la segunda, se toman frases del estilo no volver a recordar, est vedada a mis pasos, etc. Los crculos sugieren una periodicidad infinita, sus distintos tamaos nos aseguran que no suceder que los mismos objetos irn con las mismas frases, sino que se trata de una combinatoria que hace que la cantidad de frases sea inmensa. Podemos notar cmo la estructura combinatoria de parejas es anloga a la de la Esfera, y podemos reconocer de nuevo un modo muy hbil para hacer que en cada caso la combinacin haga chispa. Es decir, no slo cada una de las frases tiene sentido (preocupacin bsica de este tipo de experimentos), sino que, por lo general, alcanza una potencia potica singular (aquello que de verdad da valor y fuerza a la obra, que sea en realidad un poema)6.

    Figura 3 Lmites [Ortiz 2005d]

    5 El uso del artculo indeterminado un/una que se repite aqu ser usado de modo muy hbil en la Esfera, all s contrastado con las palabras que aparecern con el artculo determinado el/la. 6 Esta misma preocupacin orientar su proyecto: El cerebro de Edgardo (el inventor de historias) [Ortiz 2004c]. En ese caso se trata de crear un mecanismo para que Edgardo cuente historias siempre gramaticalmente correctas y a la vez hilarantes. De nuevo se recurre a motivos borgianos el espejo, el laberinto cruzados con distintos elementos humorsticos. La correccin de la gramtica se asegura creando un grafo dirigido en el que para cada palabra se seala cules son sus posibles sucesores. El inters del proyecto se consolida haciendo que el texto sea ledo (se escucha la voz de un argentino que cuenta) y visualizando el grafo en movimiento.

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    Ortiz lo consigue citando y recurriendo a Borges, soador incansable de mltiples

    estructuras y especulador sin parangn de las posibilidades del texto. Aprovecha adems una de las manas y marcas de estilo de Borges: las enumeraciones, esas listas con un orden aparente que son quebradas tambin de modo sistemtico. De las mltiples enumeraciones de Borges, quizs la que ms recuerda la Esfera es la del Aleph: Vi el populoso mar, vi el alba y la tarde, vi las muchedumbres de Amrica, vi una plateada telaraa en el centro de una negra pirmide, vi un laberinto roto (era Londres) vi en Inverness a la mujer que no olvidar, vi la violenta cabellera, el altivo cuerpo, vi un cncer en el pecho vi las sombras oblicuas de unos helechos en el suelo de mi invernculo, vi tigres, mbolos, bisontes, marejadas y ejrcitos. Con esa pista, y recordando el modo como la Esfera va recopilando relaciones de todas las esquinas del mundo, podemos verla tambin como un particular reflejo de la totalidad cambiante.

    En la lnea de los experimentos textuales, Gramatrama y Diorama, son ensayos en red que dan buena cuenta de las referencias y motivaciones de Santiago Ortiz. Gramatrama [Ortiz 2005b] es un convencional hipertexto en donde cada uno de sus elementos, pequeas reflexiones en prosa alrededor de un tema concreto, est enlazado con aquellos con los que tiene alguna relacin. Mientras en la parte derecha de la pantalla leemos los textos, en la parte izquierda se va creando un mapa de la lectura, en el que las bifurcaciones son dibujadas como tales y el texto, en lugar de armar las convencionales cajas rectangulares, va dibujando un camino en donde se ven los mltiples senderos que tomamos.

    Las reflexiones se mueven todas alrededor de distintas temticas de esa particular y heterognea disciplina, an en configuracin, que se conoce con el nombre de complejidad: sistemas dinmicos, emergencia, autmatas celulares, simetra, fractales, gentica, teora de juegos, narrativas, cdigos, patrones, representaciones tridimensionales, algoritmos, mapas, etc. Pensando en la Esfera, nos llama la atencin cmo Ortiz nos hace conscientes de la historia del mapamundi y de lo que motiva los distintos tipos de representaciones. Para lograrlo enfrenta, en un dilogo elocuente, un mapa de metro con un plano de la ciudad, evidenciando las

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    particularidades de cada una de las estrategias de representacin (las relaciones mtricas vs. las relaciones topolgicas). Una afirmacin resulta especialmente pertinente para pensar la Esfera: En un mundo de relaciones los mapas relacionales no slo ayudan a entender partes de ese mundo sino que se funden naturalmente con el mundo.

    Los textos de Ortiz estn escritos con la frescura y la soltura de quien reflexiona sobre su trabajo, de quien da pistas y, a la vez, no est preocupado por criterios acadmicos (incluso, consigue rerse de ciertas actitudes acadmicas). De todos modos, como se hace ms evidente en Diorama [Ortiz 2004d], domina toda una serie de referencias clsicas sobre el tema y todo su trabajo tiene una importante carga acadmica. Ese universo de referencias, si bien tiene que ver con una diversidad de disciplinas, forma un todo muy coherente. Diorama es un diagrama de nodos y relaciones, cuyos nodos estn divididos en temas, comentarios, libros, citas, enlaces, imgenes, acciones. Los temas vienen a ser los mismos de Gramatrama, pero un poco ms estructurados, y funcionan como unas etiquetas que articulan todas las referencias, desde los comentarios y algunos ejemplos concretos (llamados acciones) del propio Ortiz, hasta las conexiones con citas, libros y enlaces de otros autores.

    En una nota a unos textos anexos a Gramatrama (Transtextos), Ortiz seala cmo le cuesta escribir un texto linealmente y cmo comienza entonces a acumular reflexiones y referencias que luego puede organizar en red. Los Transtextos son el resultado de hacer ciertos recorridos para luego organizarlos y articularlos de modo lineal. Debo confesar que, dada la cantidad de referencias y conexiones a las que invita la Esfera de las relaciones, resulta todo un esfuerzo articular un ensayo lineal al respecto y no perderse en la dispersin de ideas y referencias que aparecen por el camino. Me llam mucho la atencin ver de alguna manera en Diorama el ensayo en red que hablaba de lo que yo quera hablar, presentando incluso referencias concretas que yo quera elaborar (como los experimentos de Oulipo)7.

    Cmo ubicar la Esfera de las relaciones? He presentado la re-configuracin grfica de unos poemas (rboles de textos), un poema mecanismo (Lmites), la ficcin en

    7 Qu es entonces lo que se puede aportar aqu? Mi esperanza sera que el lector pueda observar que la lnea del texto que lee no es una mera lnea sin quiebres, sino que est cargada de estructura: partes, referencias cruzadas, reflejos al interior del todo.

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    prosa producto de un delirio combinatorio (Edgardo, el inventor de historias), un ensayo hipertextual con su representacin grfica del recorrido (Gramatrama), y un ensayo en red cuya estructura finalmente nos recuerda ms bien una enciclopedia o la disposicin sistemtica de un archivo (Diorama). Al verla en este contexto, llama mucho la atencin cmo la Esfera dinamita los bordes, cmo funciona tan acertadamente en el esquema del conocimiento (la enciclopedia) y en la bsqueda de la alquimia creativa (la poesa). Ms adelante elaboraremos lo acertada que resulta la escogencia de la figura que organiza ese todo tan particular: la esfera. DIAGRAMAS Y VISUALIZACIN DE LA INFORMACIN La historia de los diagramas que buscan dar una organizacin esquemtica a cierta informacin se retrotrae hasta muy atrs en el tiempo, y siempre ha tenido que ver con la lectura que hacemos de las imgenes y la forma como interpretamos, a manera de gramtica, las relaciones topolgicas y geomtricas entre los elementos que all encontramos. Los trabajos de Santiago Ortiz se inscriben en un momento muy particular de esa historia, el momento en que los computadores y la red Internet entran en juego. De los computadores quisiera fijar la atencin sobre tres elementos: el archivo estructurado de la informacin (base de datos), su poder calculstico (algoritmos) y la plasticidad de la representacin en la pantalla (interfaces). En particular, me interesa llamar la atencin sobre el carcter dinmico de los tres y quisiera recalcar cmo los tres elementos no estn desconectados, sino que tienen lugar justamente en una serie de trnsitos en los que el algoritmo es pivote. De Internet, me contentar con sealar cmo constituye el cuerpo de informacin ms vasto concebible hasta ahora, y cmo, desde toda una serie de hogares y mundos (pginas web, portales, correspondencias), exige siempre una conciencia y una reflexin sobre la importancia de la forma como todo est all dispuesto. El hecho de que cada vez ms vivimos en Internet nos recuerda cmo quienes configuran ese mundo tienen un papel anlogo al de los arquitectos, obligndonos a tomar con ms seriedad aquella nocin en apariencia meramente tcnica de arquitectura de la informacin.

    Resulta muy provechoso el hecho de que los proyectos de Santiago Ortiz vengan muchos con un texto que da luces, tanto de las motivaciones como del proceso de

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    reflexin. Hay uno particularmente elocuente, ya que se ocupa justamente de la interseccin de dos de sus primeros proyectos ms ambiciosos: el de visualizar Quiasma y aquel de aplicar las mismas estrategias grficas a un proyecto de investigacin en gentica. Quiasma [Ortiz 2004e] parte de un proyecto artstico de Andrs Burbano, Clemencia Echeverri y Brbara Santos (www.quiasma.org), en el que los tres recogieron videos, imgenes y audios de fiestas que tienen lugar por todo el territorio colombiano, interesados por ese contraste entre la celebracin y la violencia que atraviesan todo el territorio. Santiago Ortiz entra en el proyecto en el momento en el que se debe pensar cmo organizar ese inmenso archivo para darlo a la lectura de los posibles interesados en l8. Las propuestas resultantes son descritas as [Burbano et. al. 2004, nuestra traduccin]:

    Quiasma: Orculo y Quiasma: Paisaje son dos interfaces articuladas que buscan generar un tratamiento meditico alejado de la linearizacin convencional manipulada por los medios de comunicacin de masas. En Colombia, la idea que la mayora tienen del resto del pas est mediada por las cadenas de televisin y de radio que pertecen a los grupos econmicos dominantes. Por otro lado, el recorrido fsico, el viaje, es difcil e incluso peligroso, por la continua tensa situacin.

    Lo primero que debo sealar es que este proyecto, como la mayora de los que procede Ortiz a visualizar, es organizado originariamente como un grafo de nodos y relaciones. En este caso los nodos son los videos, audios y sonidos, y las relaciones estn dadas a partir de la informacin de cada nodo. Quiasma: Orculo corresponde a la organizacin de la red en una de las formas convencionales de representar los grafos, que recibe por parte de Ortiz el espectacular nombre de orculo. sta consiste en poner todos los nodos en la circunferencia de un crculo y trazar las relaciones mediante lazos que unen esos puntos. Otras formas clsicas, descritas en Gramatrama, son matriz de relaciones, red trazada manualmente, arcos, corset. Comparando con las dems formas clsicas, podemos encontrar dos razones fundamentales para escoger el orculo: permite ver simultneamente toda la red (poder sinttico) y los puntos estn todos en una misma situacin (homogeneidad del crculo). El orculo funciona como un mapa del territorio, que nos permite ir instantneamente a cualquiera de sus puntos (anlogo al orden

    8 Lectores, visitantes, usuarios, participantes, jugadores?

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    alfabtico en el diccionario), y nos permite percibir globalmente el comportamiento de las relaciones para hacer afirmaciones generales sobre la totalidad. La sensacin que tenemos al usarlo es la de estar ante un archivo muy bien organizado, donde es muy fcil pasar de un lugar a otro. Pero las relaciones son difciles de seguir y no nos orientan mucho, as que nos sentimos un poco abandonados a nuestro camino. El ejercicio de evitar una escritura lineal los lleva, por este lado, a un extremo demasiado radical que deja quizs demasiado solo al lector.

    La simetra total y la extrema capacidad de sntesis del Orculo no resaltan ninguno de los puntos, ni invitan a ningn tipo de recorridos. Eso es lo que se propone Quiasma: paisaje. A partir de la metfora del paisaje, se organiza todo el contenido en un mundo virtual tridimensional que nosotros (con fondo de montaas sintticas), como si furamos unos visitantes, recorreramos a pie para ir tropezando con los distintos nodos que aparecen a nuestro paso y disparan automticamente imgenes, sonidos y videos. Se hace mucho ms fuerte la conexin con la idea de territorio que organiza el proyecto original, slo que la distribucin de los nodos no se hace siguiendo el patrn geogrfico colombiano, sino ms bien escogiendo relaciones de cercana a partir de un anlisis de las relaciones conceptuales propuestas. La tridimensionalidad/espacialidad de la interfaz propuesta, anloga a la que encontramos en tantos juegos de computador (sobre todos aquellos de matar monstruos y todo tipo de enemigos tipo Doom), enfatiza la concepcin de lo propuesto como espacio (habitable, recorrible). El hecho de que nos encontremos con los distintos nodos hace que stos nos llamen la atencin y nos inviten a mirarlos (de manera anloga a lo que suceda con la navegacin superficial de la Esfera). De ese modo nos vamos metiendo dentro de Quiasma, lo vamos experimentando como un viaje propio. Pero, de modo similar a lo que nos suceda sobre la superficie de la esfera, muy pronto nos sentimos perdidos y comenzamos a girar en crculos en las mismas imgenes y videos. Se siente una prioridad demasiado grande del espacio virtual por encima de los nodos. El ambiente le gana en protagonismo a los elementos que deberan configurar nuestro recorrido. Con relacin a los puntos de vista, Quiasma resulta anloga a la Esfera de las relaciones, pero con una diferencia que resulta crucial: en lugar de distintas vistas del mismo territorio, tenemos un plano esquemtico enfrentado a un ambiente tridimensional. La Esfera, vista desde el punto de vista astronutico, cumple el papel de

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    la representacin Orculo, pero lo interesante es que no sentimos estar viendo un diagrama de la esfera, sino la Esfera misma.

    Esos dos mismos esquemas, Orculo y Paisaje, son utilizados por Santiago Ortiz para presentar, en llave con el laboratorio de genmica y protemica Protein Group, visualizaciones del genoma de la bacteria: Escherichia Coli. En este caso, el Orculo organiza muy bien los genes de la bacteria y las relaciones entre ellos, y consigue un modo muy sinttico de ver una serie inmensa de interacciones. El Paisaje funciona ms bien como una excusa caprichosa de moverse por esa red de relaciones, pero no parece dar mayor informacin sobre el dominio tratado. Lo que nos interesa a nosotros es el contraste entre dos visualizaciones iguales de dos bases de datos tan diferentes. Ortiz, ante la pregunta de cmo es posible que dos contenidos tan diferentes puedan admitir un tratamiento meditico estructuralmente equivalente?, responde [Ortiz 2005c]:

    Una primera respuesta, parcial, es que ambos proyectos se basan en estructuras de red. Las topologas de las redes, sabemos, pueden ser identificadas en distintos campos paradigmticos, en diferentes escalas espaciales y temporales, conectando lo mitolgico con lo matemtico, lo musical con lo fsico, los mundos imaginados y los mundos observados y realidades humanas radicalmente distintas. Aun si admitimos que esta equivalencia estructural es posible y conveniente, qu sentido o sentidos tiene contraponer, mostrar y reflexionar universos de pensamiento tan distintos? Creemos que el sentido de contraponer estas dos piezas -que conforman una sola- radica precisamente en delatar la paradoja del pensamiento humano, que a la vez se ocupa de asuntos terrenales, divinos, ntimos, cientficos, sensoriales, abstractos, afectivos, fsicos,... y un muy largo etctera...

    Por lo pronto, a m me sirven para evidenciar cmo contenidos distintos representados de una misma forma dan resultados muy diferentes: contrastados con la Esfera, evidencian lo acertado de la estrategia escogida en ese caso.

    3. LA METFORA DE LA ESFERA Que el mundo sea cosmos fue una de las decisiones constitutivas de nuestra historia espiritual... retomada

    en las imgenes del mundo como polis, el mundo como ser vivo, en la metfora del mundo como teatro y del mundo como mecanismo de relojera.

    Blumenberg, Paradigmas para una metaforologa (1960)

    El universo es esfrico; en parte porque esta forma, al ser una totalidad completa, que no necesita junturas, es la ms perfecta de todas; en parte porque constituye la forma ms espaciosa que es as apta para contener

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    y retener todas las cosas; o tambin porque todas las partes del mundo, quiero decir el sol, la luna y los planetas, aparecen como esferas.

    Coprnico, Sobre las revoluciones de las esferas celestes (1543)

    Quiz la historia universal es la historia de unas cuantas metforas Borges, La esfera de Pascal (1952)

    Dentro de la teora de la visualizacin de la informacin, se llama metfora a una imagen, concepto o marco, que da estructura a los elementos dentro de un diagrama dado. Es un uso de la palabra metfora que puede sonar extrao para quien la piensa solamente como un recurso potico que busca adornar una expresin. Pero si se mira con cuidado, es una muy buena extensin del uso del trmino en la retrica, ya que la metfora textual lo que hace en realidad es eso: estructurar a partir de una imagen conocida un cierto plano del que se quiere hablar. Por ejemplo, una metfora comn para el contexto que nos ocupa, el Internet, es la del ocano, imagen que trae consigo tanto la idea de inmensidad como la de caos, a la vez que denomina muy bien el movimiento que hacemos en su interior como un disperso e incesante navegar. El Internet como el ocano es un mundo en apariencia imposible de dominar y de abarcar como un todo, y para el cual sin embargo concebimos brjulas, mapas y estrategias de recorrido.

    Esa concepcin bsica de la metfora, la de una cierta imagen que da estructura a un todo dado, conecta de manera profunda con la reflexin filosfica contempornea sobre la metfora. Filsofos como Nietzsche9, Blumenberg, Sloterdijk y Harries han analizado la nocin de metfora para estudiar las maneras cmo los hombres (y sobre todo la filosofa clsica, desde Parmnides hasta Kant, y la fsica, desde Aristteles hasta Einstein) han concebido, a partir de ciertas imgenes comunes, las totalidades ms inabarcables: el ser, el espritu, el lenguaje. Blumenberg, de manera ms sistemtica que ningn otro, se ha dedicado a esta metaforologa, mejor descrita como la historia de las imgenes del mundo, y ha llamado metforas absolutas a estas formas figuradas que no pueden traducirse por formas propias de hablar, y que nos brindan una herramienta muy original, tanto para aproximarnos al pensamiento (en su globalidad) de los distintos filsofos de las totalidades (los grandes filsofos), como para comparar las

    9 Ver el ensayo Sobre verdad y mentira en sentido extramoral [Nietzche 1872].

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    aproximaciones de uno y de otro10 haciendo un seguimiento minucioso de su uso de las figuras al escribir.

    Por su lado, Peter Sloterdijk ha dedicado una serie de tres volmenes a revisar en detalle la historia de las representaciones esfricas desde sus ms mltiples connotaciones. En particular, el segundo tomo [Sloterdijk 1999], dedicado a la esfera como globo, nos resulta til para ver los sentidos que carga esta imagen que utiliza Santiago Ortiz para organizar las palabras. Sloterdijk nos presenta imgenes sucesivas, desde la bola que rene las miradas de los filsofos en el mosaico romano del siglo I (ver figura 4) hasta la pesada carga que deben soportar las distintas representaciones del Atlas mitolgico, pasando por la pelota que sola situarse en las manos de los poderosos (o de los cientficos que se ocupaban de los astros) en el Renacimiento, y por la bola perfecta que sobre un cubo configura el Altar de la buena suerte de Goethe.

    Figura 4

    Mosaico de los filsofos de la Torre Annuniziata, siglo I A.C. (Museo Nazionale de Npoles)

    10 Borges en La esfera de Pascal hace un resumen de la historia de aquella figura imposible que ha representado el Ser (Parmnides), Dios (Hermes Trimegisto) y el Universo (Coprnico / Pascal), aquella esfera infinita con centro en todas partes y circunferencia en ninguna, tema que, desde una interpretacin literalmente Blumenbergiana, explora en toda su minuciosidad Karsten Harries en Infinito y perspectiva [Harries 2001].

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    As, el mosaico romano inspira en el filsofo alemn este resumen de su visin

    general de la esfera en el contexto filosfico [Sloterdijk 1999/2004, p. 17]: Pero la sphaira, lo Uno como forma es el Dios que da qu pensar. No es por medio de oraciones e imprecaciones como se hace accesible ese Uno, sino a travs de anlisis, mediciones y argumentos. Su culto consiste en ponderaciones precisas de propiedades; la devocin del pensar se manifiesta esta vez en la capacidad de contemplar esa construccin formal desde su fundamento. La bola desea ser considerada y venerada tanto como calculada y hecha efectiva. Su espacio interior reclama un espritu congnere que la vivifique; y vivificar significa aqu conformar y medir. Inteligencia es elastidad esfrica; la inspectio de lo inmenso se transforma en circunspectio suya. En las sensaciones de evidencia que se avivan en el alma notica, cuando se piensa correctamente, se deja ver el Dios, el Uno, unnime, a los que piensan-miran. Por el entusiasmo lgico confirma a sus devotos que est presente en ellos: su presencia es la unidad de circunscribir y ser circunscrito.

    La esfera es el paradigma de unidad, homogeneidad, perfeccin, razn por la cual es la imagen del Ser para Parmnides y, a la vez, imagen del espacio para Tolomeo. Lo es incluso para un Coprnico que, al cambiar de centro, no rompe en ningn caso con la concepcin esfrica del universo, aunque construye una trama mucho ms compleja de las esferas, unas dentro de otras, reformada de manera anloga a su modelo mecnico, aquellas esferas ancilares diseadas para calcular las posiciones relativas de los astros en el cielo (siempre dibujado esfricamente). Los clculos de Kepler modulan los recorridos de los planetas con sofisticadas figuras elpticas, rompiendo as la perfeccin platnica de las esferas, pero incluso el mismo Kepler mantena la mstica de la esfera, y busc esferas donde no las haba para justificar con ellas las distancias entre las rbitas de los planetas.

    La esfera cosmolgica est ligada con dos manifestaciones geomtricas de la esfera: los cuerpos esfricos (planetas, estrellas) y la totalidad esfrica (el universo, el cosmos). Las primeras tienen que ver sobre todo con la propiedad de ciertos cuerpos donde la masa se rene homogneamente alrededor de un centro, las segundas con el efecto ptico que nos hace concebir como una esfera el lmite de todo lo percibido. Con relacin a los volmenes esfricos, resulta muy significativo el cambio de escala, desde caminar sobre una superficie esfrica como el planeta tierra cuyo suelo sentimos como plano, hasta concebir su modelo del tamao de una pelota inflable que nos permite imaginar que jugamos con ella. Por su parte, la esfera total ha inspirado toda una serie de pantallas

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    esfricas, que va desde los domos medievales y renacentistas donde se instanciaba el cielo hecho de dioses/astros, hasta los modernos planetarios y cines Imax que buscan sumergirnos completamente y crear experiencias efectistas con pretensiones de ilusin total.

    All se encuentran los tres modos de experiencia de la Esfera de las relaciones: el planeta autnomo que podemos ver desde una cierta distancia como un todo homogneo y compacto, la superficie en la que nos movemos que siempre percibimos parcialmente, y ese globo csmico que nos rodea, totalidad sin fin que imaginamos esfrica. Imgenes en apariencia llanamente geomtricas, pero que cargan inevitablemente con las mltiples interpretaciones de lo esfrico que ha acumulado la historia. EL SENTIDO DE LA ESFERA

    Quin nos dio la esponja para borrar el horizonte entero? Qu hicimos cuando desenganchamos la tierra de su sol? Hacia dnde se mueve ahora? Lejos de todos los soles? No nos precipitamos constantemente

    al vaco? Y de espaldas, de lado, hacia adelante, hacia todas partes? Hay todava un arriba y un abajo? No andamos errantes como vagando a travs de una nada infinita? No nos absorbe el espacio vaco?

    No hace ms fro? Friedrich Nietzsche, La gaya ciencia (1882)

    Desorientado, el hombre de la multitud escoge al azar un camino entre mil direcciones posibles. El sendero

    se encuentra lleno de imgenes virtuales que el caminante no alcanza a descodificar; descubre valles y montaas pero, curiosamente, no siente ningn esfuerzo al ascender o descender; el ritmo del

    desplazamiento es el mismo, ya sea al lado de un profundo acantilado, ya sea en un buclico jardn florido. El hombre parece haber perdido toda nocin de relieve, y no es capaz de percibir los continuos altibajos del

    terreno. Fernando Zalamea, Ariadna y Penlope (2004)

    Esto es un manicomio babilnico; por mil ventanas le gritan al transente mil voces, mil msicas, mil ideas

    diferentes, y est claro que el individuo se convierte as en un tablado para motivos anarquistas y la moral se disgrega junto con el espritu.

    Musil, La Europa desamparada (1922)

    Lo que llegaremos a ser sigue siendo hijo de lo que quisiramos ser. As que se vuelve importante el cuidado cotidiano, la atencin, la vigilancia. Tan intil y grotesco es el permanecer erguido por tantas

    murallas arremolinadas en una frontera que no existe, como til sera ms bien una inteligente navegacin en la corriente, todava capaz de un rumbo, y de sabidura marinera.

    Baricco, Los Brbaros (2008)

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    Yo quera concebir y pensar la esfera como diagrama (esa era la pista peirceana orginal para acometer el ensayo) y fracas en el intento. Y aunque era una idea natural dado el contexto diagramtico en el que suceda, era una idea equivocada: la imagen que vemos no responde a la informacin que tenemos (no hay, como tal, visualizacin de la informacin), la imagen esfrica no es a posteriori, es a priori y no representa ni responde, sino que esquematiza y organiza. Dan ganas de pedirle a Santiago Ortiz que nos d diagramas de lo que recoge la Esfera: diagramas donde se vean cuntas relaciones hay entre los nodos, el ritmo de crecimiento de la informacin, qu palabras se utilizan ms, qu relaciones son ms inspiradoras. Incluso estamos tentados a proponerle el reto de que piense, a partir de las relaciones recogidas, distancias y geografas para los nodos, que imagine maneras como la esfera no solo ingiera la informacin, sino que la digiera y se transforme con la misma, una imagen dinmica que cambie a medida que recibe las relaciones.

    Pero no por eso la imagen esfrica pierde fuerza ni sentido, quizs al revs. La forma esfrica es la que hace posible la navegacin y la interaccin, no se trata de representar una informacin, sino de presentar unos nodos a unos visitantes, de prestarse de la mejor manera a la correlacin de las parejas. Como tal, como esfera, con sus nodos-palabras y sus relaciones escondidas, con su pregunta abierta para todo visitante, se presenta como una imagen potente de un todo. Un todo uniforme que en muchos casos es la mejor representacin del caos, donde al final, por lo general, el azar es el que escoge. Todas las palabras (todos los conceptos) son iguales, son puntos sobre la esfera, que montonamente dispuestos, estn a un mismo nivel. Anloga al desierto, que resulta ser el ms sofisticado de los laberintos en uno de los cuentos borgianos, la esfera nos presenta, ingenua, desde su completa homogeneidad, el aplanamiento de todas las diferencias.

    Vista como una pelota de letras, resulta ser un divertido juguete, pensado como reflejo de Internet, y del mundo, podra ser la imagen de una pesadilla. Un mundo donde lo que importan son las conexiones, donde se vive brincando de un lado a otro, donde cada uno puede hacer su aporte, pero por lo general se pierde la referencia a los autores. Donde todo est a un mismo nivel, en un mismo plano, sin fronteras ni bordes, sin montaas ni valles. Un lugar donde estamos perdidos sin salida. Es justamente el paisaje

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    que dibuja Fernando Zalamea al comienzo de su libro, Ariadna y Penlope, en el captulo dedicado a la desorientacin que vive el habitante del mundo contemporneo: el resultado neto de una tal pluralidad consiste a menudo en la confusin de todas las direcciones y en la prdida de los referentes fundamentales de posicin (arriba, abajo, cuatro puntos cardinales): el aplanamiento del relieve y la uniformizacin del horizonte pueden llegar a hacernos creer que recorremos siempre un mismo lugar, aunque en cada recorrido estemos realmente transitando por un lugar diferente [Zalamea 2004, p. 32].

    Internet ha hecho posible la Esfera, y la Esfera es un reflejo potente de la red. La Esfera es una base de datos, esquematizada grficamente, que se va actualizando todo el tiempo. Al igual que Internet, es un universo en el que navegamos y nos perdemos, donde lo ms preciado y lo ms despreciado estn a un mismo nivel, mezclados, indiferenciados. De nodo en nodo vivimos haciendo conexiones, dispersndonos, extravindonos. Cada vez que entramos nos enfrentamos a lo mismo. Lo que aadimos se pierde en la masa, hay tanto que cada aporte es nada. El aplanamiento de la red, su siempre presente inmensidad wide web la anulacin de escalas y de puntos focales conforman una fiel imagen del complejsimo laberinto en el cual debemos debatirnos [Zalamea 2004, p. 40]. El todo vale, que viene con el aplanamiento del mundo que Zalamea describe, puede ser ledo de diferentes maneras: lleva a cuestas la posible prdida de cualquier valoracin posible, pero tambin nos ofrece la posibilidad de un cambio de valoracin, de poner en cuestin los valores establecidos. Todo vale en la Esfera? Vale todo en Internet? La escogencia de los trminos a relacionar por parte de Santiago Ortiz nos da muestra desde un comienzo de una intencin juguetona de poner al mismo nivel cosas que suelen separarse. La posibilidad real de hacer conexiones entre lo ms sagrado y lo ms profano nos hace pensar justamente en esa posible mixtura de todo lo existente. Su decisin de no editar las colaboraciones invita a la anarqua. El anonimato de las colaboraciones se presta para tener una actitud completamente libre y desvergonzada. La actualizacin en tiempo real acoge al visitante, la posibilidad de reaccin ante lo que los otros han dicho crea la sensacin de hacer parte de una conversacin.

    La esfera pertenece a una generacin de proyectos de Internet que han sido denominados con el trmino Web 2.0, cuya caracterstica fundamental est dada por el

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    hecho de que lo que brindan los creadores es una herramienta (un motor de bases de datos y una forma de visualizar la informacin), mientras que los contenidos son dados por los usuarios. Los ejemplos ms conocidos son los blogs, Wikipedia, Twitter, Facebook, que llevaron la red a un nivel completamente diferente durante la primera dcada de los 2000 y concretaron lo que muchos consideraban el potencial principal de Internet.

    Wikipedia, cuyo logo tambin es una esfera11, ejemplifica muy bien las cuestiones candentes que estn en juego. Los trminos correspondientes a muchos de los elementos (y personajes) fundamentales de las diferentes culturas recibieron por primera vez una definicin digna de su importancia. Sin embargo, existe permanentemente la cuestin de la validez de las entradas, de su legitimidad. La manera como el pblico ha asumido la informacin que all se presenta por un lado las valida y, por otro, da lugar a cuestionar su capacidad de discernimiento. Las polticas de edicin y los mecanismos de validacin sealan una muy interesante reflexin editorial. La generosidad de las colaboraciones individuales, que en ningn caso refieren a sus autores, indican una concepcin y una vivencia de lo comn que choca con cierto individualismo por otras partes rampante.

    Baricco, en su libro Los brbaros, lee positivamente el desorden de las clasificaciones clsicas que ha efectuado el mundo contemporneo y celebra la prdida de la profundidad a cambio de la superficialidad, ve en la red un ocano por aprender a navegar, y ve en Google, en la forma como sus algoritmos interpretan las dinmicas sobre la red, la clave para orientarnos en este nuevo contexto. Navegar en la red, as decimos los italianos. Nunca han sido ms precisos los nombres. Superficie en vez de profundidad, viajes en vez de inmersiones, juego en vez de sufrimiento [Baricco 2008, p. 90]. La Esfera, Wikipedia, Twitter son sistemas que nos hacen pensar en las dinmicas con las que se mueven. Dinmicas que estn dadas por las maneras como ingieren y como muestran las colaboraciones de los usuarios. La esfera a priori, esa indeterminacin plana de todo lo que ha de ser recibido, poco a poco puede irse convirtiendo en paisaje. Las herramientas pueden ir cambiando para adaptarse a sus visitantes, a la informacin que se recibe, a las relaciones que tienen lugar en ella. La concepcin general de Peirce de la mente (que reconoce como mente muchos entes ms que aquellos responsables del

    11 En este caso, se trata de una esfera incompleta, un rompecabezas donde cada una de las fichas es una letra en un alfabeto diferente, siempre en proceso de crecimiento.

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    pensamiento de cada ser humano) resulta hoy ms actual que nunca. Qu es una mente? Qu podemos atribuir a otras mentes? La Esfera, como Internet, parece estar viva, piensa y nos piensa, y pensamos a travs de ella. Las relaciones, como sinapsis, se van acumulando y van proveyendo la base de nuevas conexiones. La Esfera recuerda aquel planeta de Solaris que responda al personaje creando imgenes tridimensionales de sus sueos (convirtindolos en pesadillas), as como Google nos recuerda al HAL de 2001, Odisea del espacio y nos hace temer el momento en que se desconecte, o nos hace pensar si ya mismo no lleva una vida propia. Estamos ante procesos semiticos, de signos que responden a signos, sistemas que son codificados por sofisticados algoritmos y cuya clave est en saber reaccionar, en integrar las mltiples informaciones que reciben del exterior. El creador no se ocupa de construir un objeto acabado, presenta un contexto de interpretacin, una dinmica de transformacin. Los conos, ndices y smbolos de Peirce configuran la ms precisa gramtica de estos nuevos lenguajes de nodos y relaciones, su mxima pragmtica es la clave de las dinmicas de interpretacin.

    La desorientacin es real. La esfera est all. Puede resultar pavoroso el cambio total de perspectiva, pero puede considerarse tambin como un borrn y cuenta nueva, una posibilidad para romper con un paisaje heredado, opresivo e injusto. All donde Zalamea ve un desierto desolador, Baricco ve un mar de diversiones. Sin embargo, ambos apuntan a una misma cuestin: el habitar, el navegar, el cuidado, la necesidad de pensar en un mundo nuevo. Los dos, apoyndose en imgenes elaboradas por filsofos de finales del siglo XIX y comienzos de siglo XX, Zalamea en Peirce, Baricco en Benjamin, apuntan a buscar cartas de navegacin posibles. En estas geografas, que son a la vez geometras y topologas, cuestiones dinmicas a resolver con sistemas diferenciales e integrales, el hombre ha de hacer su casa, o, al menos, su deambular. Para ello har sus marcas, inventar sus brjulas, dibujar sus mapas, crear sus redes.

    Herramientas de visualizacin de la informacin, como las que ha venido realizando Santiago Ortiz, y que se han venido sofisticando infinitamente desde su creacin de la Esfera, prestarn un instrumentario valioso para el diseo de ese nuevo paisaje, que, si bien cargar con muchos de los lastres del pasado, ojal al menos realice tambin algunos de nuestros sueos.

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    Agradecimientos. A todos los miembros del Centro de Sistemtica Peirceana, quienes, en la reunin de Mlaga, Villa de Leyva, me ayudaron a precisar el estatus de la Esfera como sistema de representacin (diagrama, metfora, signo virtual). Artculo publicado en "Cuadernos de Sistemtica Peirceana" Nmero 2 - 2010. Editado por Fernando Zalamea y Arnold Oostra.Centro de Sistemtica Peirceana (CSP) - Bogot - 2010.

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