LA ESCULTURA CONTEMPORÁNEA La renovación...

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1 LA ESCULTURA CONTEMPORÁNEA La renovación escultórica del siglo XIX: Rodin El Impresionismo era un movimiento fundamentalmente pictórico, pero ejerció en las décadas finales del XIX una influencia profunda en la música, la literatura y la escultura. En principio la escultura no parece el procedimiento idóneo para representar los cambios constantes de luz en la naturaleza, pero algunos maestros supieron introducir juegos lumínicos en sus esculturas, mediante una renovación de sus técnicas. De entre todos ellos sobresale Augusto Rodin. Auguste Rodin (1840-1917), escultor francés, supone un punto de inflexión en la transición de la tradición clásica al inicio de la escultura moderna. Escultor sobresaliente en mármol y bronce, se le considera el artífice de la edad moderna de la escultura: aún influenciado por las formas idealistas a la manera de Miguel Ángel, evolucionó desde un estilo idealista romántico a uno crudo y más realista, que persigue la expresión más libre e individual. Pionero de la escultura impresionista, desdeñó la mímesis dominante en favor de las imperfecciones y desproporciones expresivas. También revolucionó el concepto de las obras escultóricas públicas. Se mantuvo fiel a su estilo pese a las críticas constantes y el rechazo académico. Su obra fue rechazada por el gran público, que no entendió su arte (a excepción de “El Beso” que disfrutó de aceptación popular). Aun así, gozó del favor de los críticos e incluso del arte oficial, ya que realizó varios encargos para el Estado. Su obra más conocida, “El pensador” (1902), es más considerada normalmente como un símbolo de la filosofía, pero su nombre original, El poeta, nos recuerda que está inspirada en la figura de Dante frente a Las Puertas del Infierno. El principal componente en la escultura de Rodìn es el movimiento y después la luz. En él se funde una técnica impresionista que, con la rugosidad de las superficies y la multiplicación de planos causada por el movimiento, obtiene efectos de luz cambiante. En los primeros años del siglo XX se manifiesta la influencia de Rodin en numerosos escultores, de tendencia más bien conservadora y clásica (predominio de la figuración o realismo en las formas, uso de técnicas y materiales tradicionales): Antonio Bourdelle (1861-1929), discípulo de Rodin, mostró gran interés por la escultura arcaica griega y la románica, su escultura es naturalista y clásica. Se caracteriza por el culto a la fuerza y su interés por representar el volumen, de formas geométricas y proporcionadas. Venus del collar” “Hércules arquero” Arístides Maillol (1861-1944), también francés, se mueve dentro de la tradición clásica. Centra su interés en las formas puras, sin preocuparse por los detalles y elementos accesorios. Se distingue por su concepción del volumen: simple, redondeado y de modelado liso. Su tema central es el desnudo femenino, robusto, de formas opulentas, compactas y pesadas. Seguidores de Maillol son los españoles Josep CLARÁ (1878- 1958) y Manuel HUGUÉ (1872-1945)

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LA ESCULTURA CONTEMPORÁNEA

La renovación escultórica del siglo XIX: Rodin

El Impresionismo era un movimiento fundamentalmente pictórico, pero ejerció en las décadas finales del XIX una influencia profunda en la música, la literatura y la escultura. En principio la escultura no parece el procedimiento idóneo para representar los cambios constantes de luz en la naturaleza, pero algunos maestros supieron introducir juegos lumínicos en sus esculturas, mediante una renovación de sus técnicas. De entre todos ellos sobresale Augusto Rodin.

Auguste Rodin (1840-1917), escultor francés, supone un punto de inflexión en la transición de la tradición clásica al inicio de la escultura moderna. Escultor sobresaliente en mármol y bronce, se le considera el artífice de la edad moderna de la escultura: aún influenciado por las formas idealistas a la manera de Miguel Ángel, evolucionó desde un estilo idealista romántico a uno crudo y más realista, que persigue la expresión más libre e individual. Pionero de la escultura impresionista, desdeñó la mímesis dominante en favor de las imperfecciones y desproporciones expresivas. También revolucionó el concepto de las obras escultóricas públicas.

Se mantuvo fiel a su estilo pese a las críticas constantes y el rechazo académico. Su obra fue rechazada por el gran público, que no entendió su arte (a excepción de “El Beso” que disfrutó de aceptación popular). Aun así, gozó del favor de los críticos e incluso del arte oficial, ya que realizó varios encargos para el Estado. Su obra más conocida, “El pensador” (1902), es más considerada normalmente como un símbolo de la filosofía, pero su nombre original, El poeta, nos recuerda que está inspirada en la figura de Dante frente a Las Puertas del Infierno.

El principal componente en la escultura de Rodìn es el movimiento y después la luz. En él se funde una técnica impresionista que, con la rugosidad de las superficies y la multiplicación de planos causada por el movimiento, obtiene efectos de luz cambiante.

En los primeros años del siglo XX se manifiesta la influencia de Rodin en numerosos escultores, de tendencia más bien conservadora y clásica (predominio de la figuración o realismo en las formas, uso de técnicas y materiales tradicionales):

Antonio Bourdelle (1861-1929), discípulo de Rodin, mostró gran interés por la escultura arcaica griega y la románica, su escultura es naturalista y clásica. Se caracteriza por el culto a la fuerza y su interés por representar el volumen, de formas geométricas y proporcionadas.

“Venus del collar” “Hércules arquero”

Arístides Maillol (1861-1944), también francés, se mueve dentro de la tradición clásica. Centra su interés en las formas puras, sin preocuparse por los detalles y elementos accesorios. Se distingue por su concepción del volumen: simple, redondeado y de modelado liso. Su tema central es el desnudo femenino, robusto, de formas opulentas, compactas y pesadas.

Seguidores de Maillol son los españoles Josep CLARÁ (1878-1958) y Manuel HUGUÉ (1872-1945)

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El panorama escultórico del siglo XX es muy complejo. No resulta fácil su sistematización y tampoco es fácil clasificar a un artista dentro de una determinada tendencia. Las innovaciones plásticas del siglo XX son de una audacia innegable. Por primera vez se produce la pérdida del humanismo, sustituido por el afán tecnicista y experimental, y por otra parte, surge un fuerte individualismo que se aparta de las normas tradicionales y de todo aquello que suponga relación con una escuela o modo de hacer determinado.

Los rasgos definitorios primordiales del arte escultórico durante el siglo XX fueron la pérdida de la condición figurativa y, a través del amplio abanico de opciones abierto por las vanguardias, la aproximación al concepto de obra de arte de cualquier objeto tridimensional, convenientemente sometido a la acción o a la interpretación del creador.

Las características más importantes de esta escultura son:

• la búsqueda de las nuevas estructuras esenciales de las figuras, humanas o animales, despersonalizándolas para destacar la naturaleza del material.

• la deformación del modelo, un recurso tradicional del artista con el que se descubren nuevas posibilidades expresivas

• la incorporación del espacio: la escultura se funde con su entorno

• la abstracción, el uso de formas sin apoyo en la realidad, renovando el lenguaje escultórico que ya no será más un “arte de imitación”

• experimentación con el valor expresivo de los nuevos materiales: piedra, metal, plásticos,…

• la gran importancia concedida al espacio, al vacío: Durante casi dos milenios la escultura fue entendida como el arte de ocupar el espacio con un volumen de un determinado material, ahora se concede especial importancia al vacío, a los huecos

• El movimiento: unión de la energía y la forma en esculturas-máquinas

LA ESCULTURA Y LAS VANGUARDIAS

Al igual que la pintura del siglo XX, también la escultura se vio afectada por los principios teóricos de los nuevos “ismos”. El espíritu rupturista de las denominadas vanguardias históricas, que revolucionaron el mundo del arte durante las primeras décadas del siglo XX, reavivó el interés por la escultura, que había permanecido en segundo plano en épocas anteriores. A este respecto cabe destacar como primera línea evolutiva la de los escultores cubistas, futuristas y constructivistas.

El CUBISMO supone la primera gran ruptura definitiva con la tradición. Se aparta de la estricta realidad figurativa reduciéndola a volúmenes geométricos. Lo que le interesa es la arquitectura plástica de las formas. Persigue la representación simultánea, incrustando unos volúmenes en otros. También se interesó por los vacíos o espacios interiores. Prestó especial atención a los materiales; al igual que en pintura, introdujo los "collages" escultóricos. Fue practicado, en algún momento, por la casi totalidad de los escultores modernos. Pablo PICASSO (1881-1973) está considerado, además de pintor y creador de varios estilos, como uno de los escultores más extraordinarios del siglo XX. Rompe con la tradición formal e introduce la descomposición geométrica y las concavidades que sirven para incorporar el vacío como elemento escultórico. Picasso aproximó pintura y escultura a través de la técnica del collage, y realizó esculturas introduciendo nuevos materiales (chapa, alambre, cordeles), que cobran vida propia con su manipulación. Por ejemplo, “Cabeza de toro, metamorfosis” resulta de la unión de un asiento y un manubrio de bicicleta.

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Julio GONZÁLEZ (1876-1942), español, amigo personal de Picasso, convirtió la técnica del forjado del hierro, hasta entonces despreciado, en un medio específicamente moderno de expresión. Se adhirió al cubismo, pero son también destacables sus primeras obras más expresionistas (“Cabeza de Montserrat gritando”, de tremendo dramatismo, reflejo del dolor de la situación de una España desgarrada por la guerra).

“Hombre cactus” (1939)

Alejandro ARCHIPENKO (1887-1964), ruso: Aunque no se le puede clasificar en una tendencia determinada, la influencia cubista se aprecia en el geometrismo de algunas de sus formas en las que alternan curvas y triángulos. Se interesa por los vacíos excavando el interior de las esculturas y seccionándolas para que resulte visible el hueco. Fue el primero en desmantelar la forma compacta. Mezcla la escultura y la pintura en algunas de sus obras. “Carrusel Pierrot” (1913)

Jacques LIPCHITZ (1891-1973), ruso, adoptó del cubismo su geometrización y simplificación de las formas reales, inventó la llamada “escultura transparente" en la que sobre todo cuentan los perfiles y sus superposiciones. Utilizó frecuentemente como material chapas de metal. Ej.: Hombre con mandolina. (1917). Mujer con guitarra (1927). Prometeo. (1936).

Raymond DUCHAMP VILLON (1876-1918). Francés. Sus primeras obras manifiestan la influencia de Rodin, posteriormente se adhiere a los principios cubistas. En

algunas de sus obras consigue la síntesis del movimiento, del espacio y de la forma, de lo orgánico y lo mecanizado.

“Cabeza de Caballo” (1914)

Pablo GARGALLO (1881-1934). Español, destaca sobre todo en su esculturas de hierro. Su estilo fue cada vez más libre y expresivo aunque menos abstracto que el de Julio González. Gusta de representar los vacíos, como en “Danzarina” (1927) y en su conocida obra:

“El profeta” (1933)

El FUTURISMO puede considerarse como una variante del cubismo. Analiza los volúmenes, pero no en un sentido estático como el cubismo, sino en un sentido dinámico. Defiende el empleo de toda clase de materiales, y fragmenta y distorsiona la figura.

Umberto BOCCIONI (1882-1916). Italiano. En su obra domina la expresión del movimiento y la interrelación del objeto con el espacio circundante. Es típico de sus obras el dar la impresión de inacabadas, consiguiéndolo al dejar abiertas algunas porciones de la escultura o al dar toques quebrados sobre las aristas.

“Formas únicas de continuidad en el espacio” (1913)

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Los escultores del CONSTRUCTIVISMO ruso adoptaron preceptos semejantes, aunque orientados hacia el maquinismo y el uso de materiales industriales. Su principal interés es la organización de la forma y de los planos del espacio. En esta corriente sobresalieron Anton Pevsner y Naum Gabo (1890-1977).

Anton PEVSNER (1886-1962), ruso nacionalizado francés, rechaza los volúmenes compactos concediendo gran importancia al vacío, a los huecos, y decía que "el espacio es parte integrante de la obra". Practica una escultura abstracta y matemática, y fue el primero en trabajar con materiales transparentes como el cristal, el plástico,..

“Visión espectral” (1949)

Constantin Brâncu �i (1876-1957) fue un artista de origen rumano que desarrolló su carrera en París. Es uno de los escultores imprescindibles para entender el desarrollo de la escultura en el siglo XX: se le considera el padre de la escultura moderna ya que se aleja del arte figurativo –sin abandonarlo nunca- para investigar la pureza de las formas geométricas, simples, esenciales, de acabado pulido y perfecto. Se le puede situar en la llamada Escultura Orgánica, caracterizada por la continuidad de las superficies curvas y los volúmenes cerrados y compactos. En Brancusi podemos identificar el referente real del que parte, pero también apreciar el concepto de “esencia” y espiritualidad de esas formas.

“La Maiastra” (1912)

Como perteneciente a la Escultura Orgánica también podemos considerar a Hans o Jean ARP (1887-1966), francés, por sus formas inacabadas y muy simples. Evolucionó hacia formas de aspecto monumental en las que el volumen, las superficies curvas, la belleza de la materia y la unidad de conjunto son los valores esenciales. Se inspira en la morfología de elementos naturales (cantos rodados, conchas pulidas) que sugieren elementos orgánicos humanos. Anticipa el informalismo o la pura abstracción, y fue uno de los fundadores del dadaísmo.

“Pastor de nubes” (1953)

El DADAÍSMO fue un movimiento cultural que surgió en 1916 en el Cabaret Voltaire de Zúrich, caracterizado por gestos y manifestaciones provocadoras, en las que los artistas pretendían destruir todas las convenciones con respecto al arte (desde la poesía a la escultura pasando por la pintura o la música) creando, de esta forma, un antiarte. Los actos dadaístas eran acciones que pretendían provocar a través de la negación y la provocación contra el orden establecido, apoyándose en lo absurdo e irracional. Para ello utilizaban nuevos materiales, como los de desecho encontrados en la calle, y nuevos métodos, como la inclusión del azar para determinar los elementos de las obras.

El artista francés Marcel DUCHAMP (1887-1968) expuso como obras de arte productos comerciales corrientes (un secador de botellas o un urinario) a los que denominó ready-mades. “Fuente” (1917)

El EXPRESIONISMO centra su interés en el contenido espiritual del hombre: expresar los contenidos anímicos más profundos del ser humano como la tragedia, la angustia o la miseria: las dos Guerras Mundiales del siglo XX tienen mucho que ver con esta concepción del Arte. Los escultores deforman los cuerpos, que dejan de ser masas cerradas y compactas. Utilizan nuevos materiales: hormigón, hierro, metales de desecho.

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Ernest BARLACH (1870-1938), alemán, quiso combinar estructuras cubistas con una expresión dramática. Su arte viene definido por el empleo de la forma-cubo y la expresión de angustia, desesperanza y, en general, todo aquello que pueda transmitir un sentimiento patético al espectador.

“El vengador” (1914)

Alberto GIACOMETTI (1901-1966), escultor suizo, es conocido por el estilo tan particular y característico que desarrolló en la década de 1940 con esculturas de figuras humanas en bronce: expresionistas, sintetizadas, de superficie rugosa y, sobre todo, extremadamente delgadas y de aspecto torturado. Los cuerpos quedan reducidos a una serie de hierros retorcidos.

“Hombre que camina” (1960)

Los grandes surrealistas españoles Salvador DALÍ (1904-1989) y Joan MIRÓ (1893-1983) también realizaron una significativa obra escultórica.

La escultura a mediados del siglo XX

Después del final de la Segunda Guerra Mundial, muchas de las grandes personalidades de la escultura de vanguardia del primer tercio de siglo continuaron su producción sin grandes cambios evolutivos. Junto a los ya citados Duchamp o Giacometti, desarrollaron sus singulares estilos una serie de escultores que aportaron visiones e interpretaciones muy personales y que, en buena medida, influirían en los movimientos plásticos de fin de siglo. Cabe destacar entre ellos a:

Henry MOORE (1898-1986), escultor británico, alterna el vacío con formas planas, convexas y cóncavas. Sus obras más conocidas son esculturas de bronce o mármol basadas en la abstracción de figuras humanas, a menudo perforadas y de curvas ondulantes. Uno de sus temas preferidos es la figura femenina reclinada, consiguiendo crear una sugerente mujer, muy vital y madre, asociada a la fertilidad, de inspiración prehistórica.

“Figura reclinada” (1951)

Alexander CALDER (1898-1977), estadounidense, es famoso por sus móviles: esculturas compuestas de elementos abstractos planos suspendidos en equilibrio que se mueven, bien por acción de las corrientes de aire o por un motor, adoptando las formas más variadas. Las obras están confeccionadas con alambres y otros elementos de diversas formas, policromadas. “Black and Yellow Dots in the Air” (1960)

Nicolás SCHÖFFER (1912-1992), creador del “espacio-dinamismo”, un nuevo constructivismo a base de movimientos. Sus esculturas son armazones de hierro de gran geometría, donde sitúa placas de metal o de plástico que a veces alcanzan hasta los 50 metros de altura. Ha incluido la cibernética en el arte: por ejemplo en su escultura-robot llamada CISP I que tiene la posibilidad de mover

16 placas policromas. A David SMITH (1906-1965), famoso por sus construcciones en metal, se le considera el precursor del movimiento minimal de los 60, con sus obras de un estilo rígidamente abstracto.

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Anthony CARO (1924-2013), escultor británico, abandonó el trabajo figurativo de sus inicios para orientarse hacia esculturas hechas con soldaduras o ensamblajes de piezas metálicas prefabricadas u objetos industriales de desecho, creando piezas de diversas formas. A menudo pintaba el producto final con colores planos vivos.

En España, destaca a mediados de siglo la generación de escultura abstracta (Pablo SERRANO, Eusebio SEMPERE, Pablo PALAZUELO, Martín CHIRINO, A ndreu ALFARO ), en la que sobresale el núcleo vasco (Jorge OTEIZA, Eduardo CHILLIDA, Agustín IBARROLA ).

Jorge de OTEIZA (1908-2003), con la experimentación heredada del constructivismo, sitúa su obra en la senda de la tradición geométrica europea, reivindicando el neoplasticismo y el constructivismo soviético. Trabaja con el espacio encerrado en formas geométricas, de factura muy cuidada, pureza y calidad de la materia.

“Caja metafísica” (1958)

Eduardo CHILLIDA (1924-2002). Trabaja el hierro, el acero, la madera, el hormigón, el granito y el alabastro. El contraste entre la masa y el hueco, entre movimiento y equilibrio, caracterizan sus piezas. Sus obras están repartidas por todo el mundo. En la playa de Ondarreta, en su San Sebastián natal, se enclava "Peine del viento" (1977), y en Gijón tenemos su “Elogio del Horizonte”

De los años 60 a la actualidad

La década de los sesenta fue un periodo de renovación de los planteamientos estéticos de la escultura. La era del POP ART abrió paso a la exaltación visual de lo doméstico y del mundo de la publicidad, expuesto de la manera más descarnada. En este movimiento destacaron:

George SEGAL (1924-2000), considerado como uno de los doiniciares del Pop Art, hace vaciados en yeso del natural, y coloca estas figuras en un ambiente en el que se respira la soledad espiritual propia del hombre moderno.

Claes OLDENBURG (1919), estadounidense de origen sueco, es conocido sobre todo por sus instalaciones de arte público que representan réplicas a gran escala de objetos cotidianos. Otro tema frecuente en su obra son las versiones en escultura blanda de objetos normalmente duros. “Sierra” (1995) Duane HANSON (1925-1996) destaca por sus esculturas hiperrealistas de personajes a escala natural, hechas de

resina de poliéster, con ropa y objetos reales, que producen sorpresa y cierta incomodidad en el espectador. Concebía sus esculturas para denunciar las injusticias sociales, pero también para exponer con ironía el arquetipo de la clase media norteamericana. “Queenie II” (1988)

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El MINIMAL ART reduce las formas a lo esencial, despojadas de elementos sobrantes, y sin ningún rastro de intención naturalista o figurativa. Todos tienden a concretar su trabajo en unidades modulares geométricas y tridimensionales, que juegan con la escala y el tamaño. Además hay un vínculo directo entre escultura y espacio, de manera que la obra está acabada cuando se instala en un ambiente concreto, previa y largamente estudiado, planificado.

Los escultores minimalistas más destacados son: Donald Judd Sol LeWitt Carl Andre Dan Flavin y Robert Morris

Richard SERRA (1939) es un escultor minimalista estadounidense conocido por trabajar con grandes piezas de acero corten. Considerado uno de los mejores escultores vivos, Serra obtuvo el Premio Príncipe de Asturias 2010. Sus construcciones minimalistas de grandes rodillos y planos de metal acentúan el peso y la naturaleza de los materiales. Sus esculturas de acero llevan un proceso inicial de oxidación, pero después de 8 a 10 años, este color se mantiene relativamente estable.

“La materia del tiempo” (1994–2005)

Los artistas del NUEVO REALISMO francés buscaban unir lo más posible la vida y el arte mediante la apropiación directa de los objetos, según ellos para conseguir un «reciclado poético de la realidad urbana, industrial y publicitaria». Los artistas recuperan los objetos de la sociedad para hacer reliquias, símbolos potentes del consumo.

CÉSAR Baldaccini experimentó a partir de 1960 con "compresiones" realizadas con una máquina hidráulica. Para aplastar y comprimir escogió coches, mezclando elementos de vehículos de diferente color. De esta manera podía controlar la superficie y el esquema de color de la pieza.

La gran aportación de ARMAN fueron las llamadas “Acumulaciones”, un reflejo de la sociedad consumista de usar y tirar. Estas obras consistían en agrupar cosas del mismo tipo, desubicadas de su lugar natural, y presentadas en una composición, pero no a la manera dadá, es decir, no predispuestas al azar.

Daniel SPOERRI es conocido por sus snare-pictures, un tipo de ensamblajes en los que captura un grupo de objetos, como los restos de comidas de individuos (incluidos los platos, la cubertería y los vasos) que fija sobre una tabla o una mesa que después se expone sobre una pared

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A finales de los sesenta y en los setenta surge con intensidad otra moda de entender la actividad artística. Se basa en la idea de cansancio del objeto artístico habitual (pintura, cerámica, escultura...) con su vergonzante utilización comercial. Esta tendencia trata de vulnerar los límites del arte, extendiendo la creatividad a intervenciones sobre la naturaleza, el propio cuerpo humano, o sobre actos cotidianos, buscando siempre la provocación y la participación del espectador.

El ARTE CONCEPTUAL es un vasto movimiento que tiene como denominador común la supremacía de la idea o concepto sobre el objeto y la preocupación por los problemas de comunicación. El artista sólo elabora propuestas, y es el espectador el que tiene que materializar o intervenir sobre ellas cuando las interpreta. El arte conceptual es una contestación al sistema de la sociedad de consumo, y busca evadir los circuitos del mercado, las galerías y los marchantes: el arte no es mercancía, sólo creatividad y ésta es necesaria para nuestra vida.

Joseph KOSUTH presenta en 1965 su obra “Una y tres sillas”, donde hay una silla real, su fotografía y su definición escrita del diccionario: Juntos configuran el concepto de silla, mucho más completo que una mera representación de su imagen. Los desarrollos o direcciones del arte conceptual son variados:

El Happening o “arte de acción” es la variante más radical de esta nueva forma de hacer arte: el objeto artístico es la propia acción, realizada en el exterior o dentro de galerías y museos. Los Happenigs son acontecimientos-espectáculos, cuyo origen está en el dadaísmo (provocación, agitación, escándalo) y en la action painting de Pollock, pero aquí el espectador se puede integrar como un participante más en la acción.

Jannis KOUNELLIS expone “Doce caballos vivos” en 1969, convirtiendo la galería en una cuadra.

Hermann NITSCH, en su obra “Colonia”, de 1974, pintó el cuerpo de un colaborador suyo con la sangre de una oveja destripada que estaba al lado.

Joseph BEUYS (1921-1986) fue un artista alemán que trabajó con varios medios y técnicas como escultura, performance, happening, vídeo e instalación y perteneció al grupo fluxus. Fue un gran provocador, con obras como presentarse él mismo con el cadáver de una liebre (“Cómo explicar cuadros a una liebre muerta”), o pasar tres días conviviendo con un coyote en una galería de arte (“Me gusta América y a América le gusto yo”, 1974)

Aunque los artistas como Beuys no tenían como objetivo producir objetos artísticos, fue tal la expectación que crearon con sus acciones que se buscaban fotografías, vídeos y restos de los montajes, que adquirieron precios astronómicos en el mercado, con lo que se lograron objetivos totalmente opuestos a sus propósitos.

Al final del siglo nos encontramos con un eclecticismo que lleva a los artistas a buscar y experimentar nuevas soluciones. Así, algunos se exponen a sí mismos en galerías, buscando un arte provocativo, como en el BODY ART . Es el caso de GILBERT and GEORGE , que utilizan su propio cuerpo como material escultórico (como en “La escultura que canta”, presentada por primera vez en 1969).

Bruce NEUMAN se fotografía en 1966 escupiendo agua por la boca (“Autorretrato como fuente”)

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Otros, buscando evadirse de las galerías y los museos y el mundo mercantilista del arte, encuentran en la naturaleza nuevos espacios para la intervención artística. Esta tendencia de los años 70 es conocida como LAND ART (arte de la tierra) y se da en Estados Unidos. Busca en glaciares, desiertos y acantilados nuevos soportes para la expresión artística. En plena sociedad industrializada, el artista modifica el espacio, amontonando tierra, haciendo espirales y trazando surcos sobre el hielo... es un arte efímero, tan efímero como la vida misma.

Destaca Dennis OPPENHEIM y sus círculos de hielo, y la gigantesca escultura “Spiral Jetty” (1970) del artista norteamericano Robert SMITHSON , emplazada en el desierto de Utah, hecha con unas 5.000 toneladas de rocas de basalto negro.

En otra línea, el búlgaro CHRISTO Javecheff embala edificios y monumentos enteros (Reichstag de Berlín, Pont Neuf de París...) y espacios naturales, como rodear once islas de

Miami con 603.850 m² de polipropileno color rosa. La obra fue finalizada el 4 de mayo de 1983 con la colaboración de 430 ayudantes y pudo ser contemplada durante dos semanas.

Desde principios de los 80 , en Europa, tanto el minimal como el postminimal son completamente “digeridos” por una nueva generación de artistas jóvenes, que los emplea como referente para desarrollar precisamente todo aquello que negaban: el contenido, la imagen y la poesía en las formas escultóricas.

El ARTE POVERA (arte pobre) nació en Italia a finales de los sesenta, y buscaba un lenguaje emotivo, íntimo, alejado del enfoque comercial del arte, siendo efímero, antiformal y trivial, dando todo el protagonismo a los materiales y a sus cualidades físicas y a su mutabilidad o transformación. Destaca por la sencillez de los medios y materiales utilizados: materiales orgánicos, pobres, en un mundo tecnológicamente rico (plantas, sacos, cuerdas, trapos viejos, grasas, tierras, leña, minerales...), siendo una crítica a la sociedad consumista del momento.

De este grupo destacan autores como Michelangelo PISTOLETTO (“Venus de los trapos”, 1968) y Mario MERZ ( autor de varios iglús), entre otros, como Giovanni ANSELMO, Alighiero BOETTI, Luciano FABRO, Piero MANZONI, Giulio PAOLINI, Gilberto ZORI O,..

La NUEVA ESCULTURA BRITÁNICA se caracteriza por la formulación de elementos visuales con una mezcla absoluta de lenguajes y materiales. Los artistas de este movimiento emplean sobre todo láminas metálicas pintadas, plásticos y fibras de vidrio.

Toni CRAGG (1949) emplea materiales plásticos para ejecutar obras como “New stones Newton's tones” formada por trozos de plástico dispuestos sobre el suelo, o aprovecha botellas de plástico en “Espirogira”, 1992.

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Anish KAPOOR (1954) es uno de los escultores indios más influyentes de su generación. Ha vivido y trabajado en Londres desde principios de los 70, y alcanzó rápidamente fama desde 1980, cuando empleaba resinas de poliéster junto a otros materiales para ejecutar esculturas

recubiertas con un velo de pigmento en polvo. Últimamente suele utilizar acero inoxidable pulido, como en su "Cloud Gate", inspirada en el mercurio, que con su forma de nube refleja el entorno del Parque “Millenium” de Chicago.

En su obra, el artista británico Richard DEACON utiliza materiales comunes, presentes en cualquier ferretería (madera, metal, remaches, tornillos), con los que manufactura piezas gigantescas a las que confiere un acabado exquisito.

A finales del siglo XX los críticos hablan de diversos movimientos (la transvanguardia italiana, el neoexpresionismo alemán, el neomanierismo, el neominimalismo, el neoconceptualismo, el simulacionismo,…), todos ellos englobados en el llamado ARTE POSMODERNO. La postmodernidad sería la superación de los esquemas del arte de vanguardia: se habla del fracaso del proyecto moderno, debido a la actual crisis política, cultural e ideológica. Ya no se cree en el progreso, no hay confianza en el futuro, se ha renunciado a las utopías, las clases sociales se han diluido, la economía se ha globalizado; es una época de desencanto, de individualismo, de introspección. Los posmodernos asumen el fracaso de los movimientos de vanguardia como el fracaso del proyecto moderno: las vanguardias pretendían eliminar la distancia entre el arte y la vida, universalizar el arte,… el artista posmoderno, en cambio, no pretende hacer una labor social.

El arte posmoderno vuelve a la obra de arte-objeto, al “arte por el arte”, incluso contenido ni significación, como simple producto de la sociedad consumista. Frente a las propuestas del arte de vanguardia, los posmodernos no plantean nuevas ideas, ni éticas ni estéticas; tan sólo plantean la repetición y reinterpretación de imágenes anteriores, creando una mezcolanza indiscriminada de temas y de estilos. También recurren a todo tipo de técnicas artísticas, desde las tradicionales a las derivadas de las nuevas tecnologías. Todo ello lo reinterpretan de una forma subjetiva, personal, pero de forma indiscriminada e irreflexiva, sin pretender evocar algún tipo de concepto o enviar ningún mensaje. Asumen el arte como objeto y como finalidad en sí mismo, no como vehículo de transmisión de una realidad cultural circundante.

Así pues, los artistas posmodernos se afanan en desmitificar la imagen, en desproveerla de su sentido icónico, representativo, conceptual. Artistas como Sherrie Levine, Jeff Koons, Julian Schnabel, David Salle, Mike Bidlo, Louise Lawler y Jeff Wall buscan despojar a la imagen de su sentido convencional, dándole nuevos significados basados en la descontextualización, en el orden-desorden estético.

Louise BOURGEOIS (1911-2010) fue una reconocida escultora y artista francesa, que abrió una vía muy vanguardista en el arte contemporáneo. Sus esculturas monumentales de arañas, construcciones oníricas, son uno de los ejemplos más conocidos.

“Maman” (1999), en el exterior del Museo Guggenheim de Bilbao

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Jeff KOONS está entre los artistas vivos más cotizados de los Estados Unidos. Clasificada a veces como minimalista y Neo-pop, su obra consistía inicialmente en escultura conceptual que fue adquiriendo monumentalidad (como en el “Puppy” de Bilbao). Aparece como artista en la década

de los 80, en plena época consumista, donde la exaltación de lo superfluo es evidente. Utiliza objetos cotidianos y de valor mínimo, colocándolos iluminados en galerías, carentes de su antigua función. También son frecuentes en algunas de sus obras chicas pin up, juguetes hinchables y demás objetos de la clase media. Muchos críticos lo han denominado como el principal artista kitsch.

Damien HIRST (1965) ha dominado la escena del arte en Inglaterra desde principios de los 90 y es internacionalmente conocido como el artista vivo con la obra mejor pagada. La muerte es el tema central de su trabajo. Es conocido sobre todo por sus series de “Historia Natural” en las que presenta animales muertos, a veces diseccionados, (tiburones, ovejas, o vacas) preservados en formol. Uno de sus trabajos más conocidos es “La imposibilidad física de la muerte en la mente de algo vivo”: un tiburón tigre de 14 pies de largo inmerso en una vitrina con formol. Debido a la descomposición del tiburón tigre, fue reemplazado con un nuevo espécimen en 2006. Su trabajo “Por el amor de Dios”, una calavera de platino con dentadura humana, toda ella incrustada de diamantes (8.601) alcanzó en una subasta los 74 millones de euros.

Juan MUÑOZ (1953-2001) comenzó en los 90 a producir obras de carácter "narrativo" -rompiendo los límites de la escultura tradicional-, con instalaciones hechas a partir de la interacción de figuras humanas de tamaño ligeramente inferior al natural, que a menudo invitan al espectador a relacionarse con ellas. Son figuras color gris plomo, fabricadas a partir de resina, poliéster o bronce. Se caracterizan por su universalidad, su falta de particularización, y esa ausencia de individualidad resulta curiosa y hasta incómoda.

“Many Times”, (1999)

Jaume PLENSA (1955), escultor español, es conocido internacionalmente por su compromiso con el arte en espacios públicos y por sus grandes esculturas formadas por letras y números. Es uno de los máximos exponentes de la escena escultórica actual.

“Fuente Crown” en Chicago