La Entrada Triunfal en Jerusalén Juan 12

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13 de abril 2014 Monte Sinaí A. de I. Alfredo Serrano [LA ENTRADA TRIUNFAL EN JERUSALÉN] Sermón dominical cuya reflexión se centra en la entrada de Jesús a la Ciudad de Jerusalén, con base en lo descrito en el Evangelio de San Juan Capítulo 12, versículos 12 al 19. El sermón se desarrolla en torno al significado de las palmas dispuestas para su entrada a la Ciudad y cómo esta era señal profética y es, también, apocalíptica, en el sentido de que habrá de cumplirse su designio.

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Reflexión reformada de la entrada de Jesús a Jerusalén

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13 de

abril 2014 Monte Sinaí

A. de I. Alfredo Serrano

[LA ENTRADA TRIUNFAL EN JERUSALÉN]

Sermón dominical cuya reflexión se centra en la entrada de Jesús a la Ciudad de Jerusalén, con base en lo descrito en el Evangelio de San Juan Capítulo 12, versículos 12 al 19. El sermón se desarrolla en torno al significado de las palmas dispuestas para su entrada a la Ciudad y cómo esta era señal profética y es, también, apocalíptica, en el sentido de que habrá de cumplirse su designio.

Iglesia Nacional Presbiteriana de México “Monte Sinaí” La entrada triunfal en Jerusalén. Juan 12:12-19

Sermón del culto de adoración al Señor, celebrado el domingo 13 de abril de 2014.

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La entrada triunfal en Jerusalén Juan 12:12-19 12 El siguiente día, grandes multitudes que habían venido a la fiesta, al oír que Jesús venía a Jerusalén,

13 tomaron ramas de palmera y salieron a recibirle, y clamaban: ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor, el Rey de Israel! Sal118:25-26

14 Y halló Jesús un asnillo, y montó sobre él, como está escrito:

15 No temas, hija de Sion; He aquí tu Rey viene, Montado sobre un pollino de asna. Zac 9:9

16 Estas cosas no las entendieron sus discípulos al principio; pero cuando Jesús fue glorificado, entonces se acordaron de que estas cosas estaban escritas acerca de él, y de que se las habían hecho.

17 Y daba testimonio la gente que estaba con él cuando llamó a Lázaro del sepulcro, y le resucitó de los muertos.

18 Por lo cual también había venido la gente a recibirle, porque había oído que él había hecho esta señal.

19 Pero los fariseos dijeron entre sí: Ya veis que no conseguís nada. Mirad, el mundo se va tras él.

Introducción

Era día de festividad pues se acercaba la Pascua y para formar parte de esta ceremoniosa celebración, acudieron al Templo Sagrado en Jerusalén. No obstante, y como parte del cumplimiento de la profecía, mandó buscar el asno para hacer su entrada sobre él, con lo que le proclamaban Rey.

Con los prodigios que Jesús había efectuado, grandes multitudes pretendían acercarse y más que acudir a la fiesta, querían verle y ver a Lázaro resucitado. Este hecho ponía en riesgo la estabilidad de los sacerdotes pues veían que sus predicaciones, sus actos y su vida misma lograban más seguidores que ellos mismos con su labor eclesiástica.

El impacto que causó llevó al pueblo a recibirle a la entrada de la ciudad con palmas a su paso, en señal de que el suelo que pisaba merecía estar ornamentado. Las exclamaciones de gozo y bendición: los Hosanas expelidos a su paso reflejaban el momento jubiloso del Rey de los Cielos hecho hombre y triunfante ante las potestades terrenales.

Desarrollo

Recordemos que la época de Jesús era un momento en que el pueblo judío anhelaba la liberación de la esclavitud de Roma. En este sentido, los grupos disidentes seguramente se adherían a las multitudes para velar por sus intereses que más que de obtención de la paz social, radicaba en la libertad económica puesto que los tributos pagados al César eran excedentes y esta era la opresión que más les pesaba.

Iglesia Nacional Presbiteriana de México “Monte Sinaí” La entrada triunfal en Jerusalén. Juan 12:12-19

Sermón del culto de adoración al Señor, celebrado el domingo 13 de abril de 2014.

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El cumplimiento de uno de los mandatos de Dios, como era el caso de la celebración de la Pascua, implica no solo el conocimiento de su Ley o de su Palabra, sino la capacidad de obedecer su voluntad. De este modo, el pueblo judío acudía a la celebración de los panes sin levadura, lo que marcó el inicio de un nuevo pacto signado entre Dios y su pueblo antes de la liberación de su esclavitud en Egipto. Jesús debía igualmente cumplir con este mandato pues de esta manera reforzaría su mensaje de obediencia a Dios y tendría la oportunidad de demostrar no solo ante el pueblo, sino ante las autoridades judías que como hijo de Dios, se estaban cumpliendo las profecías sobre él escritas.

Es decir, la entrada triunfal que hace Jesús a la Ciudad de Jerusalén, ya estaba prescrita por el profeta Zacarías:

9:9 Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna.

El hacer la entrada montado sobre un asno no indica, en el antiguo Oriente, sentido de pobreza; servía de cabalgadura a reyes y nobles:

Gen 22:3 Y Abraham se levantó muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó consigo dos siervos suyos, y a Isaac su hijo; y cortó leña para el holocausto, y se levantó, y fue al lugar que Dios le dijo

Ex 4:20 Entonces Moisés tomó su mujer y sus hijos, y los puso sobre un asno, y volvió a tierra de Egipto…

Núm 22:21 Así Balaam se levantó por la mañana, y enalbardó su asna y fue con los príncipes de Moab.

Sin embargo, en esta época venía a indicar falta de ostentación, frente a las mugías y caballos usados. Era, pues, la entrada de un rey pacífico, sin el brillo ostentoso del dominador.

Pero sobre todo, una gran parte el pueblo era movido por las circunstancias acaecidas previamente: los diversos milagros realizados por Jesús, en particular por la resurrección de Lázaro de entre los muertos (17, 18) porque quienes habían escuchado del milagro, querían constatar que, efectivamente, Lázaro se hallaba entre esa multitud y entre los seguidores de Jesús, jubiloso igualmente de celebrar la Pascua una vez más.

El hecho de que colocaran ramas de palmera sobre el suelo habla de la grandeza y fortaleza que sustentaba a Jesús (Sal 92:12). El salmista señala la característica principal del justo, equiparándola con la palmera, la cual crece alta, erguida y frondosa, con raíces profundas y frutos deliciosos.

Si comparamos el término palmera con el de palma, nos encontramos con el pasaje de Isaías 49:16

“He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de mí están siempre tus muros.”

Esto nos remite a los versículos 10 al 16 en los que la promesa planteada al pueblo, la cual es la protección que habrá de recibir por el simple hecho de que es la voluntad de Dios:

49:10 No tendrán hambre ni sed, ni el calor ni el sol los afligirá; porque el que tiene de ellos misericordia los guiará, y los conducirá a manantiales de aguas. 49:11 Y convertiré en camino todos mis montes, y mis calzadas serán levantadas.

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Sermón del culto de adoración al Señor, celebrado el domingo 13 de abril de 2014.

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49:12 He aquí éstos vendrán de lejos; y he aquí éstos del norte y del occidente, y éstos de la tierra de Sinim. 49:13 Cantad alabanzas, oh cielos, y alégrate, tierra; y prorrumpid en alabanzas, oh montes; porque Jehová ha consolado a su pueblo, y de sus pobres tendrá misericordia. 49:14 Pero Sion dijo: Me dejó Jehová, y el Señor se olvidó de mí. 49:15 ¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti. 49:16 He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de mí están siempre tus muros.

La entrada triunfal no solo se acompañó de la disposición de las ramas de palma, sino de la jubilosa exclamación de Hosanas!! Acompañada de cantos y palmadas rítmicas que reflejaban dicho júbilo entre los seguidores Jesús, los apóstoles y el resto del pueblo que encontraba una forma un tanto novedosa de llevar a cabo la celebración pes el mesías se hacía presente.

Conclusión

Amados hermanos, pensemos que la Palabra de Dios nos invita a ser obedientes en sus propósitos para cada uno de nosotros, y que tal obediencia nos debe proporcionar siempre un júbilo espiritual, porque la recompensa viene de recibir al Rey de Reyes y Señor de Señores para que gobierne nuestras vidas, nuestros pensamientos, nuestras miradas, nuestras palabras y nuestros actos.

Seamos como él no solamente santos, sino en particular, humildes y confiados en Dios. Celebramos hoy su entrada triunfal porque sabemos que Dios estaba con él. Porque Dios era Él mismo que el devenir de los días subsecuentes marcarían el nuevo pacto: Pacto de Gracia y la redención de la humanidad, para glorificar su Santo y bendito nombre.

Oremos.