La enseñanza del ENL en Ceuta. Modelo de formación.

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“LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN: DE LA INFORMACIÓN A LA FORMACIÓN DEL PROFESORADO. EL CASO DE LA ENSEÑANZA DEL ESPAÑOL COMO SEGUNDA LENGUA EN CEUTA” ÍNDICE DE TEMAS TRATADOS: 1.- Justificación. 2.- Objetivos. 3.- Caminando hacia la formación dialógica del profesorado. 3.a.- ¿Qué entendemos por formación dialógica? 3.b.- Agentes y contextos formativos. 3.c.- Medios de comunicación, medios de formación. 4.- La enseñanza del español como L2 en Ceuta: ejemplo de itinerario formativo integral. 4.a.- Historia del español como segunda lengua en Ceuta y la enseñanza del EL2 en contextos formales. 4.c.- Contextos no formales e informales: otra manera de aprender. 4.d.- Reflexión final. 5.- Conclusiones. 6.- Bibliografía.

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Enseñanza del español en Ceuta. COntextos no formales e informales de formación del profesorado.

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“LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN: DE LA INFORMACIÓN A LA FORMACIÓN DEL PROFESORADO. EL CASO DE LA ENSEÑANZA DEL ESPAÑOL COMO SEGUNDA

LENGUA EN CEUTA”

ÍNDICE DE TEMAS TRATADOS: 1.- Justificación. 2.- Objetivos. 3.- Caminando hacia la formación dialógica del profesorado. 3.a.- ¿Qué entendemos por formación dialógica? 3.b.- Agentes y contextos formativos. 3.c.- Medios de comunicación, medios de formación. 4.- La enseñanza del español como L2 en Ceuta: ejemplo de itinerario formativo integral.

4.a.- Historia del español como segunda lengua en Ceuta y la enseñanza del EL2 en contextos formales.

4.c.- Contextos no formales e informales: otra manera de aprender. 4.d.- Reflexión final. 5.- Conclusiones. 6.- Bibliografía.

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1. Justificación.

Continuamente leemos y escuchamos que la sociedad actual no se parece a la del siglo pasado, que todas y todos debemos adaptarnos a los nuevos tiempos, que el mundo está cambiando a un ritmo vertiginoso… y frases similares. Esto es totalmente cierto, lo es hoy y también lo fue para los ilustrados del XVII, para los románticos del XIX o para los parisinos de principios del siglo XX. Parece, pues, que de nuevo –como dijo Benedetti- “cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto, nos cambiaron las preguntas”. Otra vez andamos tras la solución a nuevos problemas y renovados retos.

No negaré que los cambios producidos en los albores del siglo XXI no tienen parangón con otros cambios vividos por otras sociedades y colectivos. No obstante, me interesa destacar que la sociedad en la que vivieron y se formaron los docentes que ejercen actualmente es muy distinta a la actual, que la formación que recibieron guarda relación con un sistema económico, político y social distinto al de ahora y que cuestiones como el concepto de autoridad o de educación carecían del enfoque actual.

Por ello, es necesario introducir nuevas formas y vías de asesoramiento y formación, no sólo porque las consideramos más acordes con la sociedad actual, sino porque consideramos que es más fácil enseñar y transmitir algo que se ha vivido y experimentado en primera persona que algo impuesto. Desde el convencimiento de que el aprendizaje se produce cuando hay interacción, en el Centro de Profesores y Recursos de Ceuta abogamos por un nuevo modelo de formación del profesorado: el modelo dialógico.

Así pues, si los y las docentes viven un proceso formativo integral, basado no sólo en la adquisición de información y conocimiento a través de los cauces tradicionales, sino también a través de contextos no formales e informales (la misma idea que intentan fomentar los Reales Decretos de desarrollo de la Ley Orgánica de Educación, de 3 de mayo de 2006), estarán en disposición de transformar sus aulas en espacios de aprendizaje donde primen el diálogo, las interacciones, el uso de variadas fuentes documentales para promover y generar conocimiento y juicio crítico, etc.

En medio de esta situación observamos cómo los medios de comunicación cada vez son más conscientes de su responsabilidad en y

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para la sociedad, como agentes formadores y también como vehículo de información que da paso al conocimiento. La Sociedad de la Información y del Conocimiento se erige en recurso, modelo y fuente de formación a lo largo de toda la vida. Contamos, pues, con los medios de comunicación como “aliados” en la formación del profesorado.

El papel que los medios de comunicación han jugado en la concienciación del profesorado respecto al conocimiento, la consideración y la valoración que tiene la sociedad ceutí sobre las lenguas ha sido importantísimo. La trayectoria que ha seguido la enseñanza del español como segunda lengua (EL2) en Ceuta está muy ligada a la difusión mediática de la información.

Los titulares de la prensa local durante los trece años que ha durado la “lucha” por el reconocimiento de una nueva forma de abordar la enseñanza de la lengua española, muestran cómo los periodistas han ido interiorizando información y a la vez generando conocimiento en la masa social, con lo que se ha llevado a cabo exitosamente un proceso de retroalimentación formativa –consciente o inconsciente.

2. Objetivos.

Con este trabajo pretendo:

Mostrar que en la Sociedad de la Información y la Comunicación (SIC) podemos encontrar las claves del proceso formativo de los docentes en los denominados contextos no formales e informales. Si los medios se sienten agentes formadores a través de la difusión de información que deviene en conocimiento y concienciación, entonces se promoverá la formación del profesorado.

Mostrar cómo los cambios de actitud del profesorado y, consecuentemente, de las Administraciones educativas son muy lentos, necesariamente lentos. La historia del EL2 en Ceuta (1997-2010) puede ser un buen ejemplo de ello.

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Justificar el motivo por el que el Centro de Profesores y Recursos de Ceuta ha realizado una apuesta decidida por la formación dialógica del profesorado.

Mostrar el proceso en el que está inmerso nuestro CPR, en el que intentamos “vivir” lo que queremos que vivan los docentes en los centros educativos, para conseguir una formación inclusiva y equitativa, para todas y todos, entre todas y todos.

3. Caminando hacia la formación dialógica del profesorado.

Si nuestra sociedad ha cambiado y, con ella, los requerimientos escolares, no tiene mucho sentido que la formación del profesorado siga basándose únicamente en elementos formales unidireccionales -cursos, jornadas- carentes de intercambios comunicativos generadores de aprendizajes que redunden en la mejora del éxito escolar.

La primera medida que hemos tomado en la planificación de la formación del profesorado ceutí es la de ir reduciendo las modalidades menos participativas –cursos y jornadas, como hemos mencionado- para revalorizar los seminarios, grupos de trabajo y proyectos de formación en centros. Asimismo, numerosos grupos de trabajo (fundamentalmente los relacionados con el desarrollo de la competencia comunicativa y con los Programas de Refuerzo y Apoyo Escolar) han contado este año con una fase formativa impartida por las propias asesoras del ámbito correspondiente, propiciándose así un espacio de debate y de diálogo inimaginable hace unos años. Sólo con este pequeño detalle, tanto la imagen de las asesoras y asesores como el reconocimiento de nuestro trabajo se ha visto mejorado.

Pese a todo, desde el pasado curso escolar, en las reuniones que mantiene el equipo pedagógico del CPR Ceuta siempre sale a colación la necesidad de dar un paso más. Desconocíamos el motivo, pero notábamos que la formación era mejorable y a menudo nos hacíamos preguntas como las siguientes:

¿Qué rumbo debe –a nuestro entender- llevar la formación del profesorado?

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¿Qué actuaciones podríamos llevar a cabo para hacer más exitosa la formación, implicar a la sociedad en general y aumentar los resultados académicos del alumnado?

¿Por qué la formación actual no está redundando en una disminución del fracaso escolar?

¿Por qué tenemos la sensación de que cada vez que un grupo de docentes se propone reflexionar y trabajar sobre un aspecto educativo concreto parte de cero?

¿No resulta un tanto incongruente pedir un cambio de modelo al profesorado y ofrecer “más de lo mismo” en su formación?

Para estas cuestiones no hemos encontrado respuestas concretas –tal vez no las haya, o no sean tan concretas como desearíamos- pero consideramos que la clave puede estar en el diálogo, en las interacciones, en la escucha activa… en definitiva, en el modelo de aprendizaje dialógico, tan aplicable a la formación del alumnado como a la del profesorado.

3.a. ¿Qué entendemos por formación dialógica?

Antes de definir lo que entendemos por “formación dialógica” recurriremos a un concepto más general en el que enmarcarla, el de la sociedad dialógica.

Las sociedades dialógicas son aquéllas basadas y fundamentadas en el diálogo como elemento sobre el que construir conocimiento, relaciones humanas y sociales… En efecto, “las transformaciones más recientes de la sociedad, el crecimiento de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, los procesos de globalización y las realidades cada vez más plurales en que vivimos están aumentando la necesidad y la búsqueda de diálogo. Los cambios sociales dialógicos requieren que la escuela también adopte alternativas basadas en el diálogo entre las personas que conviven en ella” (Elboj et al., 2002, p.25).

Adoptar esta perspectiva dialógica para su puesta en práctica en el terreno formativo no resulta descabellado, pues ha habido otros movimientos sociales que han dado un giro dialógico: es el caso del feminismo dialógico (Puigvert, 2001 y Puigvert y Redondo, 2005) que

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cobra importancia dentro de este marco conceptual al hacer visibles las voces de todas las mujeres –no sólo de las letradas, instruidas o expertas- en un diálogo basado en la fuerza de la argumentación, no en la persona que argumenta. Lo mismo podría decirse de la formación del profesorado, que debe abrirse a quienes tienen mucho que aportar pero que no pertenecen al ámbito académico.

Mediante la “formación dialógica” se produce el aprendizaje, pero un aprendizaje basado en la escucha, en la participación, en el diálogo igualitario, en la interacción con todos los agentes que tienen algo que decir en la educación de las niñas y los niños. El aprendizaje dialógico (Elboj et al., 2002, pp. 91-107) se fundamenta en un transformación de los aprendizajes en consonancia con el giro dialógico de la sociedad.

Desde este enfoque comunicativo podemos afirmar que la concepción dialógica plantea que el aprendizaje depende principalmente de las interacciones entre personas, pues “es a través del diálogo con las personas “no expertas” como es posible el desarrollo de teorías más inclusivas y científicas” (Aubert et al., 2008, p. 31). En la actualidad, debido a la denominada “desmonopolización del conocimiento experto” (Beck, Giddens y Lash, 1997), todos los sectores participan en la formación, desde la diversidad, en un plano de igualdad. Ya no existe un único modelo, una única referencia a la que seguir ciegamente, de hecho, la Sociedad de la Información y la Comunicación trata de hacer accesible a todos el conocimiento –el ejemplo de la persona que va al médico para contrastar opiniones o para corroborar algo que ha leído en Internet sobre su enfermedad es cada vez más común.

En las aulas, como en los centros de profesorado, está ocurriendo algo parecido. Hacíamos referencia anteriormente al progresivo desarrollo de grupos de trabajo en lugar de cursos o jornadas debido a su unidireccionalidad, pero también porque la educación, en general, está dejando de ser abordada por “expertas” y “expertos” para ser definida por los intercambios comunicativos y el consenso -los procesos de intervención sociocomunitaria o de comunidades de aprendizaje constituyen una buena

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muestra de ello1. Es un cambio lento, ha de ser lento, si queremos que se afiance y dé buenos resultados.

3.b. Agentes y contextos formativos.

En consonancia con lo anterior, las asesoras y asesores técnicos docentes debemos encauzar y guiar la formación a través de la interacción, del diálogo entre iguales y de la apertura a otros miembros de la comunidad para poder enriquecernos y generar un conocimiento acorde con las demandas sociales actuales. “El asesoramiento se concibe así como un espacio de encuentro donde poder dialogar y compartir inquietudes” (Ventura, 2008: 5), a lo que habría que añadir “y aumentar el conocimiento”.

Esta es la perspectiva asesora que pretendemos fomentar en el Centro de Profesores y Recursos de Ceuta, donde intentamos ejercer nuestra labor desde un enfoque comunicativo de profundización profesional y, a la vez, de compromiso social y comunitario, ya que consideramos que tenemos una gran responsabilidad no sólo con el profesorado sino con la sociedad.

En el CPR de Ceuta estamos sumergidos en un proceso de constante renovación, retroalimentación y enriquecimiento profesional y personal basado en las interacciones. Hemos iniciado el camino hacia el trabajo fundamentado en el aprendizaje dialógico, acorde con la Sociedad de la Información y la Comunicación.

La clave de haber elegido esta utopía para caminar tal vez se encuentre en que nuestro gran esfuerzo ha sido haber reflexionado sobre nuestro papel como generadores de espacios y situaciones de diálogo, con una actitud de escucha activa. Eso nos ha permitido ver y conocer las fortalezas y debilidades del profesorado y planificar su formación.

Intentamos fomentar en el profesorado todo tipo de interacciones, bajo el sueño de “conseguir una formación entre todos y todas, para todos y todas” (Navarro, 2010); una formación de carácter equitativo e inclusivo, en la que los medios de comunicación juegan un importantísimo papel.

1 Para una aproximación a ambos procesos en Ceuta, véase Testa (2010), un buen ejemplo de recurso de formación del profesorado en contextos informales y de cómo los medios de comunicación informan, forman y generan conocimiento.

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Si los contextos de aprendizaje se han expandido y globalizado, y puede afirmarse que una persona está continuamente expuesta a situaciones que aumentan su aprendizaje, del mismo modo se ha ampliado el círculo de los agentes formadores. Como decíamos anteriormente, se ha “desmonopolizado” el conocimiento experto y ahora es tan válido un curso como una tertulia pedagógica en la que intervienen asesoras y asesores, docentes, periodistas…

3.c. Medios de comunicación, medios de formación.

Los medios de comunicación tienen un fuerte compromiso contraído con la sociedad y una gran responsabilidad que queremos y debemos compartir. Pese a que existen diversas teorías sobre el papel que deben desempeñar los medios, desde el CPR de Ceuta apostamos por considerarlos “aliados” en la información y en la formación y, por ende, generadores de conocimiento en el profesorado que repercute, a su vez, en la información, la formación y el conocimiento de las niñas y niños que acuden a la escuela.

Los medios de comunicación poseen en común con el colectivo docente tres características fundamentales:

1. Ambos basan su actividad en el deseo y el deber de informar al auditorio (ya sean lectoras o lectores, oyentes, televidentes o alumnado) para que éste procese la información y tenga acceso al conocimiento.

2. Ambos poseen una gran responsabilidad social, estén de acuerdo con ello o no, la fomenten y promuevan conscientemente o no, la acepten o no. Por el mero hecho de seleccionar un tipo de información u otra tanto periodistas como docentes se posicionan socialmente, se comprometen con una visión u otra de la realidad y ayudan a la formación generando un pensamiento crítico.

3. La docencia y el periodismo son –como otras profesiones denominadas “vocacionales”- ocupaciones a jornada completa. Como decía Tomás Eloy Martínez “no es algo que uno se pone encima a la hora de ir al trabajo. Es algo que duerme con nosotros,

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que respira y ama con nuestras mismas vísceras y nuestros mismos sentimientos”2.

Además de recoger estas consideraciones y de observar que la realidad “invita a relevar la función social de los periodistas [léase también docentes] como facilitadores y promotores de conocimientos y de relatos de actualidad que puedan ser incorporados a procesos de sentido, racionales y personales o no” (Raigón, 1998, p.2), hemos de recordar que ya el Informe Delors apunta a la Sociedad de la Información y la Comunicación como marco en el que desarrollar la formación continua del personal docente (Delors, 1996, p.40).

Los medios de comunicación otorgan, además, unas posibilidades estupendas para recrear conceptos y significados, unos espacios de reflexión individual que se enriquecen con otras individualidades conformando una actitud más crítica, propiciando cambios del que surgen voces constructivas para la escuela. Como mencioné anteriormente, los cambios, las transformaciones, son muy lentos, y es la información reiterada sobre un tema, con sus perspectivas, ángulos y prismas distintos, la que va transformando el pensamiento docente hasta llegar al cambio educativo. Una ley no basta para cambiar la escuela. Los cambios en educación, como en otros ámbitos, necesitan de personas que los lleven a cabo y esto no puede suceder si la profesora o el profesor no siente la necesidad de cambiar (algo a lo que podemos contribuir gracias a la ayuda de las nuevas tecnologías y los medios de comunicación). En estimular esa necesidad de cambio tienen mucho que decir los medios, que tiene la preciosa misión de “revelar los abismos y las luces más secretos del hombre, agitar las aguas, estimular la imaginación, provocar el cambio, luchar sin sosiego para que las perezas y los conformismos que adormecen la inteligencia sean derribados” (Martínez, T. E., 1996).

Por otro lado, si conseguimos llegar a través de los medios de comunicación a toda la ciudadanía será la propia sociedad la que, con el conocimiento, demande nuevas formas de actuar en educación. Este ha sido el objetivo que ha guiado una serie de actuaciones llevadas a cabo por primera vez durante los cursos 2008/09 y 2009/10:

2 Martínez, T. E. (1996). Defensa de la utopía. Taller “Situaciones de crisis en medios impresos”, Santa Fe de Bogotá, 11-15 de marzo.

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Realización de “desayunos de trabajo” (en general, previos a otra actividad como ruedas de prensa o presentación de actividades). En ellos se ofrece a los periodistas que asisten un amplio dossier con información sobre la actividad que estamos desarrollando, ponentes, cómo se ha llevado a cabo la actividad en otras comunidades, etc.

Convocatoria de ruedas de prensa para dar a conocer nuestro Plan Anual de Formación, para ofrecer a los medios la posibilidad de entrevistar a los y las ponentes…

Envío de notas de prensa con nuestras actividades. Hace unos cursos sólo enviábamos los programas de nuestras actividades pero ahora, mediante la difusión de notas de prensa, hemos comprobado que la información se adecua más a la realidad y que se utiliza una terminología más específica y adaptada al ámbito docente (con la consiguiente mejora no sólo de la información, sino de la formación del profesorado).

Elaboración de artículos de opinión sobre temas educativos de actualidad (intervención sociocomunitaria, comunidades de aprendizaje, educación inclusiva…) y envío a los diarios digitales y prensa escrita.

Participación de las asesoras y asesores, junto con ponentes, miembros del servicio de Inspección Educativa, del Equipo de Orientación y Evaluación Psicopedagógica, etc. en tertulias y debates televisivos.

Creación de un servidor “ftp”. Mediante una contraseña, los periodistas pueden acceder a nuestro file transfer protocol (creado este curso) y encontrar fotografías, vídeos de nuestras actividades, las notas de prensa y artículos de opinión elaborados por el CPR y cuanta información consideramos oportuno difundir. Esta es una herramienta de ayuda a los medios, que cuentan con recursos televisivos y material visual de apoyo informativo.

Creación de un perfil en la red social facebook para difundir actividades formativas y artículos de prensa interesantes.

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Finalmente, me parece interesante remarcar que las nuevas tecnologías y los medios están generando un nuevo modelo de “autoridad” acorde con una sociedad democrática, basado más en qué se hace y se sabe hacer con el conocimiento que en el conocimiento en sí (al que cada vez más, afortunadamente, podemos acceder). Así pues, gracias al acercamiento de la figura del docente a los medios, las profesoras y profesores ganan en prestigio y autoridad –concepto tan de moda en los últimos tiempos-, entendiendo por ésta no un estatus que per se posee una persona, sino un reconocimiento que la sociedad otorga a la figura docente por su manera de trabajar, por su compromiso y, finalmente, por los resultados que consigue –en forma de ciudadanas y ciudadanos críticos y comprometidos con el mundo que les rodea.

4. La enseñanza del español como L2 en Ceuta: ejemplo de itinerario formativo integral.

4.a. Historia del español como segunda lengua en Ceuta y la enseñanza del EL2 en contextos formales.

Como ejemplo de formación integral para el profesorado, fundamentada no sólo en las actividades propias de los contextos formales sino también de los no formales e informales, propongo hacer un recorrido por lo que podría denominarse “La historia del español como segunda lengua en Ceuta”.

Ceuta es una ciudad peculiar y llena de contrastes en la que cohabitan ciudadanas y ciudadanos pertenecientes -en número significativo- a cuatro culturas: la occidental-cristiana, la árabo-musulmana, la hindú y la hebrea. Como en todas las ciudades españolas, el castellano es la lengua oficial de la Ciudad Autónoma, si bien el 70% del alumnado que estudia en centros educativos de titularidad pública no posee esta lengua como código familiar de intercambio comunicativo, dándose una situación que se denomina de “doble diglosia” del árabe ceutí respecto al castellano y al árabe fusha (Rivera, 2009). Por otra parte, la tasa de fracaso escolar que posee la ciudad es la más alta de España y los datos de la Evaluación General de Diagnóstico (realizada por vez primera en nuestra ciudad el pasado curso 2008/09) muestran serias deficiencias en la adquisición y el

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desarrollo de la competencia en comunicación lingüística por parte del alumnado ceutí.

Fruto de la cohabitación mencionada y de la ausencia de dinámicas sociales basadas en la interculturalidad, el enfoque metodológico que ha tenido la enseñanza de la lengua española en Ceuta –donde no existen aulas de enlace, ATAL o similares- apenas ha diferido del que se tiene en aulas donde el 100% del alumnado posee el castellano como lengua materna.

No obstante, el Centro de Profesores y Recursos de Ceuta ha apostado desde 1997 por la inclusión educativa y por la utilización de una metodología de enseñanza-aprendizaje basada en los métodos de enseñanza de español como segunda lengua, pues nuestro compromiso con la sociedad hacía que no pudiéramos permanecer impasibles ante esta situación que podríamos denominar de “discriminación lingüística”.

En un principio, las actividades organizadas por el CPR –y difundidas en los medios de comunicación locales- iban encaminadas hacia el desarrollo del lenguaje oral, hacia un enfoque comunicativo de las lenguas, hacia “otras formas de enseñar lengua”, pero no se hacía referencia abiertamente –tal vez por motivos políticos- a la expresión “enseñanza del español como segunda lengua”, ni siquiera a la lengua materna de la mayoría de las niñas y niños. Los cursos que organizaba el CPR tenían los siguientes títulos: “Nuevos enfoques en la enseñanza escolar”, “Enseñanza del español a alumnos de otras lenguas maternas”, “Jornadas sobre lenguaje oral”, etc.

Posteriormente, vimos la necesidad de ofrecer al profesorado unas herramientas idiomáticas básicas para que fuera menos traumático el acceso al currículum del alumnado con carencias en el uso del castellano, además de ofrecer un enfoque afectivo del aprendizaje del árabe ceutí. Los medios de comunicación, como la sociedad ceutí no árabo-musulmana, no tenían aún muy claro qué hablaban sus vecinos. Titulares como “El CPR dedica un curso al dialecto árabe que se habla en Ceuta” convivían con “Ocupadas todas las plazas para el curso sobre Daríya”. La formación, pues, iba en dos sentidos: unos conocimientos mínimos de árabe ceutí y la profundización en metodología de EL2.

Durante los años 1997-2008 se fueron desarrollando –sobre todo en la educación primaria- programas enfocados hacia la enseñanza del español como L2, pero fue a partir de la organización de las “I Jornadas de

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Español como Nueva Lengua en Ceuta” cuando cambió la situación. Desde Mayo de 2008 la implicación de los medios de comunicación –no sólo locales, sino nacionales- aumentó, al “socializarse” y “politizarse” una actividad formativa que fue mal entendida: ¿por qué? Según los que criticaron estas Jornadas, por “el hecho de que unas jornadas califiquen y presenten al español o castellano como "lengua nueva" en Ceuta. Suena esto [sic] mal y raro, suena como si el habla mayoritaria y oficial en la ciudad "caballa" fuera un idioma recien [sic] importado o llegado, como si los más de 500 años de españolidad se hubieran esfumado, borrado o desaparecido. Habría que ver si para los "cabezas pensantes" de tales jornadas, el árabe es el "viejo, autóctono y pluscentenario […] idioma" de Ceuta y el español, una "minoritaria, ajena, importada, reciente, novedosa y extranjera habla". Porque de lo contrario, no se entiende esa calificación de "lengua nueva" presentada en esas jornadas”3. Como puede observarse por la vehemencia de estas palabras, en nuestra ciudad existen aún temas “intocables”, asuntos que hacen aflorar unos sentimientos que nos muestran el largo camino que nos queda por recorrer. Afortunadamente, cada vez somos más las y los que sumamos esfuerzos para no desfallecer en el tránsito hacia espacios de diálogo, inclusión e intercomprensión.

Tras las polémicas Jornadas, que tuvieron una amplia cobertura mediática y disfrutaron de un espacio propio en los diarios locales durante el tiempo que duraron, parece que el profesorado ya no se alarma al oír expresiones como “español como segunda o nueva lengua”. Como causa de ello podemos apuntar el hecho de recibir una gran cantidad de información y que ésta se viera reforzada unos meses después con el anuncio por parte del Ministerio de Educación de una Orden4 que promueve la enseñanza del EL2 en ciertos contextos. Por lo tanto, en este caso la labor de información y concienciación –pretendida o no- de los medios de comunicación ha sido

3 Tomado del post Mayo en Ceuta y sus “cruces”, en http://ricosorgob.blogspot.com Para una visión opuesta de esta cuestión, véase la entrada El español como nueva lengua, en http://africapuente.wordpress.com/2009/01/31/el-espanol-como-nueva-lengua 4 La Orden Ministerial “EDU 849/2010, de 18 de marzo de 2010, por la que se regula la ordenación de la educación del alumnado con necesidad de apoyo educativo y se regulan los servicios de orientación educativa en el ámbito de gestión del Ministerio de Educación, en las ciudades de Ceuta y Melilla” indica, en su artículo 43, lo siguiente: “el alumnado cuya lengua materna no sea la lengua castellana […] recibirá una atención educativa específica […] y se realizará de acuerdo con la metodología propia del aprendizaje y la enseñanza de una segunda lengua”.

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crucial para cimentar la futura formación docente en un ámbito tan importante y, a la vez, comprometido.

Finalizadas las Jornadas, la polémica y los debates, se produjo un cambio en la actitud de parte del profesorado, que vio fortalecida su labor y que comenzó a desarrollar Proyectos de Formación en Centros como este del C.E.I.P. “Reina Sofía”, titulado “Hablar, leer y escribir para algo real”. Entre sus objetivos destacan “el aprendizaje funcional y comunicativo del castellano” o la “adquisición del español como segunda lengua”.

Cartel del P.F.C. “Hablar, leer y escribir para algo real”.

4.b. La historia del EL2 en imágenes.

4.b.1. Inicios (1997-2008).

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4.b.2. I Jornadas de Español como Nueva Lengua en Ceuta.

El “polémico” cartel

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4.c. Contextos no formales e informales: otra manera de aprender.

Puesto que hablamos desde el prisma de la Sociedad de la Información y el Conocimiento, me aventuro a realizar el siguiente paralelismo entre la formación del profesorado y la web:

Si sólo utilizamos la ayuda que nos proporcionan los medios de comunicación como herramientas para la difusión de actividades –como medios de información- nos quedamos en lo que podríamos denominar “formación 1.0”. En la formación del profesorado no podemos quedarnos ahí; estamos dando el salto a la “formación 2.0” y avanzando en la etapa de las interacciones -necesaria, enriquecedora y positiva- pero no podemos estancarnos en ella. La “formación 2.0” no toma el poder y no goza de la fortaleza suficiente para pensar que sus aportaciones son válidas si están bien argumentadas y fundamentadas. Por lo tanto, es necesario avanzar hacia la “formación 3.0”, la que utiliza a los medios como herramientas e interactúa con ellos, pero también tiene muy en cuenta sus aportaciones como miembros activos e influyentes en la sociedad, unas aportaciones basadas en el debate dialógico que da paso al aprendizaje dialógico del profesorado.

El éxito escolar es tarea de todos, pues vivimos en una sociedad educativa (Delors, 1996, p. 17), por eso utilizamos todos los recursos para la formación. Puesto que la formación que nos compete es la del profesorado, acudimos a la educación a lo largo de la vida en el sentido en que la concibe la Comisión Internacional sobre educación para el siglo XXI: “para conciliar la competencia que estimula, la cooperación que fortalece y la solidaridad que une”. (Delors, 1996, p.14).

4.d. Reflexión final.

Puesto que nos encaminamos hacia el “modelo dialógico de formación del profesorado”, hemos de estar preparados también para el cambio conceptual y actitudinal que éste conlleva. Así pues, las actividades formativas habrán de implicar una “formación para todos y todas, entre todos y todas”, no sólo para el profesorado. Además, los cauces de formación no serán sólo los tradicionales (formación en centros, cursos presenciales y/o on-line, etc.) sino que toda la sociedad tendrá que poner de su parte en este proceso. Igual que está científicamente demostrado que un alumno aprende mucho más trabajando con personas diferentes a él, en

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grupos interactivos, de la misma manera el profesorado aprenderá mucho más si vive el proceso formativo desde este punto de vista.

Queda claro que “Nada está definitivamente escrito, pero los tiempos de cambios obligados ante la seria crisis del modelo educativo desarrollado juegan a favor y obligan a una tarea corresponsable” (Flecha, R. y Luengo, F., 2008, p.32). Así como el fracaso escolar es un síntoma de fracaso social, el éxito escolar lo es de una sociedad responsable y comprometida.

Estamos intentando en nuestro CPR aplicar el enfoque comunicativo-dialógico tanto a la planificación de la formación como a la formación misma, con la participación de todos los agentes –aquí se incluyen de manera especial los medios de comunicación- y todos los contextos formativos. Todo ello con el fin último de llevar a cabo lo que podríamos denominar “acciones formativas de éxito” (Navarro, 2010). Puesto que está demostrado por la comunidad científica internacional que existen prácticas y actuaciones educativas de éxito, consideramos muy necesario que tanto el profesorado como los asesores y asesoras de formación “vivamos” el proceso dialógico para enriquecernos con las interacciones, para compartir y construir buenas prácticas docentes que a medio plazo reviertan en el alumnado y, consecuentemente, en la mejora de los resultados académicos.

Por último, una reflexión: estas ideas que hoy compartimos, las investigaciones y conclusiones que estamos dando a conocer en este “Congreso Nacional de Formación del Profesorado”, ¿dónde se difundirán?, ¿llegarán las conclusiones a las aulas?, ¿el CD en el que se recogerán las actas, lo leerán las profesoras y profesores?, ¿leerá una madre, un periodista, un voluntario, este artículo? Si estuviéramos hablando de salud seguro que las conclusiones más relevantes de este Congreso saldrían a la luz pública. ¿Es una campaña de salud o de tráfico más importante que una sobre educación?, ¿por qué? Reivindicamos la nueva autoridad del profesorado del siglo XXI, la educación inclusiva en la que todas y todos tenemos mucho que decir. Sin embargo aún me pregunto el motivo por el que en cualquier magazine televisivo que se precie hay una sección dedica a la salud, donde los oyentes o televidentes pueden realizar consultas personalizadas y no ocurre lo mismo con la educación.

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5. Conclusiones.

Transitar del modelo tradicional de formación del profesorado al “modelo formativo dialógico” es un proceso lento –como lo ha sido y lo sigue siendo, en nuestra ciudad, el tratamiento de la diversidad lingüística. No se trata, como he mostrado, de modificar nuestras prácticas formativas tradicionales sino de abrirlas a todos y a todas, haciéndolos y haciéndolas partícipes de la formación. Si en un proceso de formación basado en el aprendizaje dialógico participan padres, madres, docentes, asesores y asesoras, medios de comunicación… nos resultará más fácil llegar a nuestra meta: la mejora de los resultados académicos del alumnado, de la que dependerá su incorporación exitosa al mercado laboral y su participación activa en la sociedad.

Con esta manera de actuar, ofreciendo a todos los agentes educativos el papel y el lugar que se merecen, las asesoras y asesores ganamos en autoridad, satisfacción personal y profesional. De todos modos, conviene también señalar que al aumento del reconocimiento de nuestra labor por parte del profesorado se une el rechazo o las suspicacias de una parte de los docentes, fundamentalmente de los que no conocen nuestra labor y aún consideran que la familia actúa (o debe actuar) por un lado, la sociedad por otro y la escuela por otro.

Es necesario transitar hacia lo que he denominado “formación 3.0” y utilizar los medios de comunicación para hacerlos partícipes de la formación desde un diálogo igualitario. Es necesario hacer ver a los medios que son influyentes, para contagiarles un entusiasmo e interés que será fundamental en la etapa de concienciación del profesorado y las familias. Por lo tanto, hay que “rentabilizar” la función social de los medios siguiendo la idea de que tienen mucho que aportar, que son necesarios no sólo como informadores, sino como formadores, como generadores de intereses, interrogantes, curiosidad y ganas de profundizar sobre un determinado aspecto. “Los medios de comunicación y sus profesionales pueden contribuir con sus medios y su experiencia al desarrollo de esta propuesta […] promoviendo la formación del profesores, editando cuadernos especiales en periódicos, programando tiempos de radio y televisión y sitios de Internet” (Raigón, 1998, p. 6).

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En el CPR de Ceuta hemos iniciado un camino que no es sencillo pero que nos enriquece cada día. Las teorías y conceptos que han aparecido en este artículo los aplicamos internamente porque consideramos que no podemos abordar la formación ofreciendo recetas cuyos resultados no conocemos. En nuestro equipo de trabajo intentamos caminar por el sendero del aprendizaje dialógico para conseguir una formación integral y de calidad que llegue a toda la sociedad -que no se quede en los apuntes de un curso o en las dotes comunicativas y persuasivas de un ponente- con el sueño de que todos nuestros esfuerzos, nuestras lecturas, nuestros debates y nuestras ilusiones reviertan en todos los niños y en todas las niñas.

La utopía de conseguir nuestro sueño de una formación integral con calidad es la que nos guía, la que a veces nos desanima, la que nos enriquece, la que nos enfurece y da fuerzas para seguir soñando y luchando por nuestros sueños. “Una utopía, pensarán, pero una utopía necesaria, una utopía esencial para salir del peligroso ciclo alimentado por el cinismo o la resignación” (Delors, 1996, p.18).

En el largo camino que nos queda por recorrer no podemos ni queremos estar solos. Es necesario que compartamos un sueño común que nos haga trabajar para que las niñas y niños ceutíes alcancen los máximos niveles educativos con calidad, para que sean ciudadanas y ciudadanos críticos, comprometidos y solidarios.

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