La Empresa y los 5 elementos
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LA EMPRESA Y LOS 5 ELEMENTOS Principios inspirados en la Medicina China aplicables en entornos organizacionales y empresariales
Jesús Gabriel Gutiérrez
Autor de “La Empresa y los 5 elementos. Medicina China y Management Holístico” Ed. Almuzara. Colección Economía y Empresa
http://managementholistico.wordpress.com
Naturalizar la sociedad Si retrocedemos hacia la mitad del siglo XX, nos encontraríamos con el emerger de la Teoría General de Sistemas, anunciada por Bertalanffy y Bateson, la cual ha contribuido poderosamente sobre lo que hoy vendría a ser el pensamiento complejo, sistémico u holístico. Esa época fue el inicio del despertar a una toma de conciencia y a una forma unificadora e integrativa de entender el mundo. De ese surgimiento emana, por ejemplo, la Teoría Gaia de Lovelock, la holónica de Koestler, el paradigma holográfico de Ken Wilber , el fractalismo de Mandelbrot, los Campos Morfogenéticos de Sheldrake, las lecturas del Tao de la Física de Capra y otros enfoques que ahora son expresados a través del argumentario emanado de los hallazgos de la Física Cuántica y de las Neurociencias. Un ejemplo de ello queda patente en las primeras 100 páginas del libro “Inteligencia Social”, de Daniel Goleman, que constituye un compendio ameno. La idea expresada por James Lovelock, la cual sostiene que la Tierra es un organismo vivo que se autorregula, ha sido recogida por ecologistas y no ecologistas.. Sin embargo, quedan todavía asignaturas pendientes como, por ejemplo, las relacionadas con nuevas formas de participar, gobernar y liderar empresas, organizaciones y países. Sin embargo, con el auge de internet, el peso de los blogs como transmisores de una opinión alternativa y el descrédito creciente de la política y de lo político, a lo que habría que sumar la eclosión de la actual crisis de valores, está posibilitando y acelerando que determinadas visiones que se tuvieron en la etapa fundacional de la Teoría General de Sistemas se perciban ahora como impostergables. El mundo está interconectado y siempre lo ha estado, sólo que ahora nos damos cuenta de hasta qué punto. Conciencia Sistémica Sin embargo, y esta es una de las intenciones de este artículo, los enfoques sistémicos no son nuevos. Ni tan sólo son patrimonio de la cultura occidental, la cual, hay que decirlo, ha pecado de poca conciencia sistémica. La antigua cultura egipcia fue especialmente holística y sistémica, y, sin embargo, lo que los filósofos griegos tomaron de ella llegó a nosotros de forma muy atenuada o sesgada. Para acabarlo de apuntillar, con Newton y Descartes surge el paradigma científico, todavía en uso, el cual se ha dejado notar, no sólo en el ámbito científico y académico, sino también en el laboral y organizacional a través de lo que se ha venido a llamar taylorismo, el cual propuso, e impuso con éxito, la suplantación de personas por funciones. A partir de esta perspectiva, y una vez pasado el punto de inflexión generado por el Renacimiento, nuestro mundo occidental ha pasado por alto el alma de las cosas y ha creado un paradigma en el que éstas son meras piezas funcionales desvinculadas y separadas unas de otras. El alma fue desplazada por el culto a la técnica y por un determinado modo de generar conocimiento. Así, pues, dicho conocimiento fue fragmentado en compartimentos estancos; y así es como perdimos la comprensión de conjunto, holística, que podríamos haber mantenido. Está claro que a alguien le interesó tal fragmentación. Este modo de entender el mundo ha afectado a las personas, las cuales no somos más que funcionarios que gravitan alrededor de este paradigma mecanicista, afortunadamente en extinción, que clama al cielo por inhumano y nada respetuoso con la naturaleza integral de las cosas. Ojalá esta crisis suponga el fin de una forma de entender el mundo tan des-almada. Un enfoque holístico milenario La cultura china, a pesar de haber pasado por fases de decadencia y transformación, nunca abominó de su tradición. Yo me he valido de ella y de su concepción holística de la naturaleza como inspiración que me ha llevado a captar cómo sus principios actúan más allá de lo físico, de lo anímico, de lo emocional, de lo psicológico y de lo
social, unificándose todo ello en una espiritualidad trascendente o cuántica. En otras palabras: me he puesto a observar el conjunto de funciones que nuestros órganos desarrollan en nuestro cuerpo hasta percibirlo como si se tratara de una empresa. O, si lo prefieren, me he puesto a observar el funcionamiento de una empresa como si se tratara de un cuerpo. Desde este punto de vista puedo constatar que tanto el cuerpo como las organizaciones tienen un modo de funcionar idéntico puesto que buscan el equilibrio, la prosperidad y el bienestar, y utilizan procedimientos equiparables para avisarnos de disfunciones o daños en el sistema. Por otro lado, este funcionamiento está estrechamente relacionado con el ciclo de las estaciones –cinco- tal y como están reguladas de acuerdo al calendario chino. Aunque luego me referiré a ellas más detalladamente, les adelanto que cada estación está relacionada con una función, un sistema de órganos en el cuerpo y un conjunto de departamentos en las empresas. Cada estación pone de manifiesto el estado real de cada una de esas funciones –cinco- en cuanto a su funcionalidad, salud y eficiencia. Las organizaciones sociales son seres vivos El conjunto de funciones orgánicas y meridianos, tal y como son entendidos por la Medicina Tradicional China (MTC), también pueden ser percibido en entornos organizativos, empresariales, políticos, sociales y familiares. Si un cuerpo, que está constituido por un conjunto de funciones entrelazadas actuando solidariamente entre si, y en resonancia con el ciclo de las estaciones, forma parte de una malla con el entorno, sus mismas funciones también nos las vamos a encontrar ahí fuera, por ejemplo, en las organizaciones o empresas en las que participamos. Tan sólo es cuestión de transformar la metáfora con la que cada sistema de órganos es explicado por la biología y por la fisiología mediante un lenguaje que nos permita hacer la pertinente transversalización. Una filosofía total El sistema de 5 elementos, uno de los asientos de la medicina y filosofía chinas, constituye un modo simple de captar lo complejo. Por otro lado, este sistema está estrechamente ligado a la estructura del año, cuya duración se distribuye a lo largo de 5 estaciones o estados energéticos que ponen en resonancia órganos con emociones; soma con psique; funciones organizacionales con departamentos en una empresa. Así, pues, esta percepción basada en el 5 nos ayuda a captar cómo este número regula y monitoriza tanto lo que ocurre en el cuerpo como lo que ocurre en las empresas, en la sociedad y en el paisaje mayor que las contiene. Visto de esta manera, nuestro cuerpo es expresión de lo que acontece en la naturaleza, como si esta se proyectara sobre él, y viceversa. El cuerpo es emisor, transmisor, esponja y pantalla. Y si el cuerpo es una empresa, ¿cómo no a va a ser influido su comportamiento por la gran empresa que es la colectividad de la que formamos parte? Fractalismo orgánico Ya estamos en condiciones de entender que el cuerpo es un fractal del macrocosmos y que todo en él es influido por un ciclo definido por 5 estados energéticos que en el calendario anual están representados por las estaciones; en el cuerpo, por los 5 sistemas de órganos; en las organizaciones sociales, por las 5 competencias; y en la sociedad, por los 5 pilares sobre los que está construida. En una empresa, esta misma estructura pentagonal es también perceptible a través de los departamentos que ejecutan funciones análogas a las que cada órgano desarrolla en el cuerpo. Así, pues, la sociedad, las organizaciones y las empresas cuentan con una función hepática, otra cardíaca, otra renal, etcétera. O, si lo prefieren, nuestra vida individual, cuya sede es el cuerpo, también tiene un departamento de formación, una junta directiva y, también, de vez en cuando, hacemos selección de personal. Los 5 elementos Hemos comentado cómo el tiempo –el ciclo anual- se divide en 5 estados energéticos, los cuales ponen en resonancia las 5 funciones que tanto encontramos en el cuerpo como en los paisajes mayores en los que nuestra vida se desenvuelve: relaciones, familia, sociedad, organizaciones, empresas, países, continentes, etcétera. Como si se tratara de una partitura de 5 compases que se repiten cíclicamente, el sonido producido en cada uno de ellos unifica el funcionamiento de aquello con lo que entra en resonancia. Cada compás pone en danza funciones, órganos, emociones, pensamientos, relaciones, departamentos, empresas y organizaciones. Para entender mejor esta idea, deberíamos imaginar que estas funciones tienen un origen anterior a la de la formación de los órganos (¿recuerdan la frase de Lamarck: “la función crea el órgano”?). Dicho con otras palabras: una función es un principio abstracto cuya concreción adquiere diferente forma según el contexto en el que vaya a expresarse. A continuación planteo al lector una serie de sugerencias acerca de las analogías y las relaciones que cada elemento tiene
Elemento Madera • Su función natural es favorecer el florecimiento, la manifestación del color y la vida en eclosión. • Se relaciona con la enseñanza, el talento y la creatividad. • En el ámbito familiar, su mayor vinculación es con la creación de modelos de comportamiento basados en la admiración, en el respeto por lo que cada uno es y en la confianza mutua. • La función hepática en una empresa estaría encarnada por el departamento de formación, especialmente si promueve y respeta la creatividad, la inventiva y el talento natural. El hígado social y empresarial puede quedar perjudicado si no se presta atención a la libertad, premisa desde la cual la creatividad se acrecienta. También puede quedar perjudicada esta función si la libertad está deficientemente canalizada. Las dificultades para canalizar este elemento se experimentan como una falta de conexión con la alegría de vivir, con la juventud interna y con la imaginación. También puede haber una fuerte tendencia evasiva, a procrastinar y a dificultar el inicio de la realización concreta de cualquier anhelo valioso. Elemento Fuego • Su función natural es propagar, expandir e irradiar el impulso vital hacia la plenitud. Se relaciona con el liderazgo, la autoconfianza, la cohesión interior y la toma de decisiones. • En el ámbito familiar estaría simbolizado por personas que emanan confianza, alegría, seguridad en sí mismas y que transmiten una sensación de apoyo y protección. • En la sociedad, el Fuego estaría simbolizado por los políticos, los líderes y los gobiernos. En una empresa, por la Junta directiva, sus decisiones y los actos que ponen a prueba su coherencia. • El corazón de la sociedad y de las organizaciones puede verse perjudicado por la falta de credibilidad, el caos, las contradicciones ejecutivas o la descohesión. Las debilidades relacionadas con este elemento se perciben como una desconexión respecto a lo esencial de uno mismo que se experimenta como una falta de firmeza y autoridad. Puede haber una fuerte tendencia hacia el delirio, a dar crédito a lo irreal y a lo quimérico. También puede haber una falta de ritmo, arritmias en la actitud y en la gestión de asuntos cotidianos, y una tendencia a confundir lo importante con lo urgente, a dar más importancia a lo accesorio que a lo esencial. Elemento Tierra • Su función natural es reservar, administrar, madurar, preparar y dosificar los nutrientes que luego han de enriquecer la sangre.
• En el plano familiar estaría simbolizado por la economía doméstica, los armarios, la cocina, los recursos y el trabajo como servicio que se ofrece a la colectividad. • En la sociedad, el elemento Tierra está relacionado con el dinero y con las entidades financieras. En una empresa, con el departamento financiero, administrativo y contable. • El sistema bazo-‐páncreas organizativo puede verse perjudicado por actitudes especulativas u orientadas a generar dinero manipulando los precios y actuando a despecho de los valores reales. Los acontecimientos que determinaron lo que se ha venido a llamar crisis financiera acontecieron en esta época del año (ver cuadro en el se expone, entre otras cosas, las etapas del año relacionadas con cada uno de los 5 elementos). Una relación deficiente con este elemento se experimenta como aprehensión, preocupación o hipocondría, una falta de conexión con la confianza en la vida y en el propio cuerpo. Puede haber una necesidad por controlar o mantener un orden excesivo que puede desembocar en manía. También suele haber una tendencia inconsciente a paralizar el buen curso de asuntos. Elemento Metal • Su función natural guarda relación con la comunicación entre las partes de una unidad. Por ejemplo, entre los animales de una misma especie, y entre éstos y lo que necesitan para poder vivir. • En el ámbito privado, el elemento Metal está simbolizado por las relaciones entre miembros de la comunidad como, por ejemplo, vecinos, y todas las relaciones sociales que se establecen debido a características de las personas, simpatías y coincidencia de intereses. • En la sociedad, el Metal es el patrón que favorece las relaciones comerciales y todas aquellas actividades en las que la palabra es importante. Así, pues, este elemento es el que guarda más relación con la capacidad para argumentar las propias necesidades y puntos de vista. • En una empresa, el Metal está encarnado por las actividades orientadas a dar a conocer los productos y los servicios como, por ejemplo, marketing, publicidad, organización de eventos, posicionamiento social e imagen corporativa. Un descuido del elemento Metal suele manifestarse como exageración, engaño, fraudes, excesos y promesas que no se cumplen. Una señal de disfuncionalidad relacionada con este elemento nos la encontramos a través de actitudes excesivamente sociales que ponen más el acento en lo superficial que en lo profundo. Hay un temor a sentirse desamparado que se enmascara a través de un empeño por relacionarse con los demás. En realidad hay una tendencia a sentirse insatisfecho con las relaciones externas debido a razones internas. Por ello, los objetivos pueden verse definitivamente impedidos debido a una falta de conexión real entre las personas.
Elemento Agua • Su función natural es filtrar, reciclar, aprovechar, mantener y procurar la continuidad de las cosas. Así, pues, se relaciona con las estructuras, con la familia, con los vínculos profundos, con los ancestros, con la historia, etcétera. • En la sociedad, el elemento Agua se refleja en las leyes y en todo lo que regula, atempera y ordena la voluntad individual. Las clases sociales y el sentimiento de pertenencia a ellas está muy relacionada con Agua. • En una empresa, el Agua está relacionada con los procesos de cambio generacional, al igual que en el cuerpo –el riñón es quien regula los ciclos, los recambios, los auges y las decadencias celulares-‐, la selección de personal, el headhunting, las auditorías y el respeto por la propia historia. Una patología renal en organizaciones se notaría en una frialdad en el ambiente y en un descuido sistemático de las relaciones. Cuando la conexión con este elemento es deficiente se vive como carencia familiar, en especial en la relación con los padres o con el propio pasado, lo cual puede ser un síntoma de rechazo a la vejez y a experimentar el paso del tiempo como una amenaza o como una pérdida. En realidad hay una falta de conexión con la sabiduría interior, con la fuerza atesorada en la propia biografía y con la herencia esencial transmitida por la generación anterior. Esta falta se suele experimentar como gran insatisfacción emocional, amargura, nostalgia morbosa y miedo a enfrentar lo que impide el bienestar. El Mandala Orgánico de 5 elementos Los 5 elementos forman un Mandala que opera en el tiempo, a través del ciclo anual; en el espacio, a través del feng shui; en el cuerpo humano y en las empresas, también, de forma análoga, puesto que también son organismos vivos regidos por unos mismos principios. Los órganos en el cuerpo y los departamentos en las empresas forman sus respectivos Mandalas. Entre estos elementos se crea una dinámica cuyas leyes nos pueden servir para entender que lo que sucede en el interior de nuestro organismo también sucede fuera. La ley de los 5 movimientos indica que cada uno de estos elementos tiene una particular relación con los otros cuatro, y que ésta puede resultar productiva, involutiva o limitante. En concreto me referiré al llamado Ciclo Sheng y al Ciclo Ke. El ciclo Sheng representa el circuito natural en el que un elemento transmite información al siguiente siguiendo el orden cronológico marcado por el paso de las estaciones. Así, entonces, el elemento Madera engendra y da lugar al elemento Fuego; el Fuego da lugar al elemento Tierra; etcétera. Este movimiento es generador y nos permite prever el curso de una acción, su origen y sus consecuencias. Por ejemplo: Si un acontecimiento relacionado con las finanzas ha tenido lugar, y las finanzas están relacionadas con el elemento Tierra, las consecuencias van a afectar al elemento siguiente, el Metal, relacionado con el comercio. Pura lógica simple y sencilla. El vocabulario usado por la MTC es muy evocador. En concreto, según dice la MTC, la Madera es la madre del Fuego o, lo que es lo mismo, su causa; y éste, a su vez, es el padre del elemento Tierra. O, dicho de otro modo, los asuntos financieros (Tierra) tienen su origen en un modo particular de funcionamiento del elemento Fuego (liderazgo y gobernanza) y repercuten sobre el Metal, de la manera ya comentada. ¿No les sugiere algo? Una forma de entender el poder (Fuego) ha dado lugar a una situación económica (Tierra), la cual da lugar a una situación comercial (Metal).
En este ciclo puede producirse un movimiento inverso, que es el que sucede en enfermedades que ya han enraizado y se han vuelto crónicas. Según esta posibilidad, si el movimiento natural antes descrito era engendrador, cuando el movimiento se hace inverso se dice que se vuelve debilitador. Así, entonces, si el Fuego engendra Tierra, ésta última debilita al primero de acuerdo a la peculiaridad de este movimiento. Dicho de otro modo: la economía (Tierra) debilita al gobierno (Fuego) en lugar de engendrar comercio (Metal). El gobierno (Fuego), por otro lado, si no puede resolver el tema financiero (Tierra), acabará atacando o quitando poder a los temas formativos (Madera)
El ciclo Ke es el llamado movimiento de control y supone la transmisión de abuelos a nietos. En el ciclo Sheng la relación causa- efecto era calcada a la de padre-hijo. Un efecto es hijo de una causa y luego éste será padre (causa) de un efecto. Pues bien, en el ciclo Ke, el abuelo actúa como limitación, impedimento, freno o regulador de
Otoño----------
Metal-Pulmonar----------Argumentos
Ciclo Sheng
Verano tardío----------
Tierra-Digestivo----------Producto
Invierno---------
Agua-Renal---------Auditoría
Verano----------
Fuego-Cardíaco----------Liderazgo
Primavera----------
Madera-Hepático----------
Visión
Otoño----------
Metal-Pulmonar----------Argumentos
Ciclo Ke
Verano tardío----------
Tierra-Digestivo----------Producto
Invierno---------
Agua-Renal---------Auditoría
Verano----------
Fuego-Cardíaco----------Liderazgo
Primavera----------
Madera-Hepático----------
Visión
la relación padre-hijo. Así, pues, y volviendo al ejemplo anterior, si una situación financiera (Tierra) engendrada por un modo de gobernar (Fuego) puede ser regulada y transformada desde el elemento Madera, abuelo de Tierra, mediante una revisión profunda de asuntos relacionados con la creatividad, la formación, la educación, los colegios, las universidades. ¿A que les resulta de una lógica aplastante? La vocación como medicamento homeopático Acabamos de ver cómo cada uno de los 5 elementos está emparentado con una función, con un sistema de órganos en el cuerpo y con unas actividades similares en la empresa y en la sociedad, con unos ritmos y con unos ciclos. A modo de anécdota, y para acabar, en este apartado les expondré una reflexión que les puede chocar. Las vocaciones también pueden agruparse en 5 grandes grupos que se pueden relacionar con alguno de los 5 elementos. Aquí van una sugerencias:
-‐ Madera: Formadores, psicólogos, pedagogos, coaches, entrenadores, artistas. Personas que son valoradas por su creatividad e imprevisibilidad.
-‐ Fuego: Directivos, líderes, gerentes, responsables de departamento. Personas que son valoradas por su carisma con independencia de la función para la cual han sido contratadas.
-‐ Tierra: Administradores, contables, cocineros, banqueros, transporte, logística. Personas que son valoradas por su discreción , orden y capacidad de servicio y aclimatación al cambio.
-‐ Metal: Relaciones públicas, marketing, publicidad, eventos. Personas inclinadas a las relaciones, que son extravertidas, diplomáticas, atentas con los demás y dables a participar
-‐ Agua: Auditores, observadores, críticos, investigadores, rehabilitación. Personas serias, contenidas, imparciales, neutrales, agudamente críticas.
Es posible que el lector deba imaginar en qué grupo colocar la profesión que está desarrollando. También sugiero que se pregunte cuál sería su vocación y a qué grupo la adscribiría, en el caso de no ser coincidente con la profesión habitual. Lo que he venido observando es que las personas son más felices y alcanzan la plenitud cuando su vocación se desarrolla a través de una función o profesión que se relaciona con un punto débil orgánico, el cual también puede ser adscrito a uno de los 5 elementos. Así, pues, las personas que se dedican a temas formativos suelen tener (o han tenido) problemas hepáticos o de vesícula; las personas que desarrollan facultades directivas o de liderazgo son muy sensibles a problemáticas cardíacas; quienes están al frente del departamento financiero de la empresa suelen tener predisposición a problemas derivados de una mala compatibilidad alimentaria o tendencia hacia la diabetes; quienes se dedican a temas de marketing tienden a padecer problemas respiratorios, asma o alergia; y quienes se dedican a recursos humanos o selección de personal suelen tener un riñón muy sensitivo. Curioso, ¿no?