La Educación Como Coartada Gentili

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La educación como coartada Por: Pablo Gentili | 26 de febrero de 2014 Hace algunas horas, representantes gubernamentales de los 28 países de la Unión Europea, se despedían en Bruselas, finalizado el Consejo de Ministros de Educación que los había reunido con un objetivo claro y de extrema urgencia: pensar, intercambiar y diseñar estrategias que permitieran una mayor aproximación entre la formación escolar y las demandas del mercado de trabajo. El problema parece ser claro y las respuestas presentadas un simple ejercicio de sentido común. No hubo grandes debates ni grandes controversias alrededor del tema. Se cierne sobre Europa una profunda crisis económica y el desempleo se expande como un flagelo incontrolable, especialmente entre los más jóvenes. Más de 26 millones de personas no poseen empleo en los países europeos . En Grecia, la tasa de paro alcanza a más del 27% de la población activa. En España , a más del 25%. Casi el 60% de los jóvenes griegos que aspiran a tener un empleo, no lo consiguen. El gobierno español festejaba recientemente, no sin disimulada impostura, el descenso de las tasas de paro juvenil, de 55,2% a 54,3%, aunque se mantuviera estable el desempleo estructural y muy por sobre la media europea el porcentaje de jóvenes que ni estudian ni trabajan. Miles de jóvenes españoles dejan el país en busca de oportunidades, especialmente, en las regiones más castigadas por la crisis. En Galicia, por ejemplo, se estima que cerca de 100.000 jóvenes han emigrado desde 2010 hasta la fecha . No deja de ser curioso que los ministros y ministras de educación de Europa recibieran un tirón de orejas nada menos que de una dirigente griega, la Comisaria de Educación, Androulis Vassiliou , quien instó a que los sistemas educativos, en la actual coyuntura, deberían “ser más eficaces”, mejorando los puentes entre la formación y la demandas del mercado de trabajo. La opinión fue compartida por el ministro de educación y asuntos religiosos de Grecia, Kostantinos Arvanitopoulos, como si poco tuviera que ver con el asunto. Lecciones griegas aparte, lo cierto es que la declaración final de los principales representantes europeos en el campo educativo, señala con énfasis que el fortalecimiento de los procesos formativos, el acento en el desarrollo de ciertas competencias laborales y la mejora de los sistemas escolares, constituyen los

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La Educación Como Coartada Gentili

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La educacin como coartada

Por: Pablo Gentili | 26 de febrero de 2014

Hace algunas horas, representantes gubernamentales de los 28 pases de la Unin Europea, se despedan en Bruselas, finalizado el Consejo de Ministros de Educacin que los haba reunido con un objetivo claro y de extrema urgencia: pensar, intercambiar y disear estrategias que permitieran una mayor aproximacin entre la formacin escolar y las demandas del mercado de trabajo.

El problema parece ser claro y las respuestas presentadas un simple ejercicio de sentido comn. No hubo grandes debates ni grandes controversias alrededor del tema. Se cierne sobre Europa una profunda crisis econmica y el desempleo se expande como un flagelo incontrolable, especialmente entre los ms jvenes. Ms de 26 millones de personas no poseen empleo en los pases europeos. En Grecia, la tasa de paro alcanza a ms del 27% de la poblacin activa. En Espaa, a ms del 25%. Casi el 60% de los jvenes griegos que aspiran a tener un empleo, no lo consiguen. El gobierno espaol festejaba recientemente, no sin disimulada impostura, el descenso de las tasas de paro juvenil, de 55,2% a 54,3%, aunque se mantuviera estable el desempleo estructural y muy por sobre la media europea el porcentaje de jvenes que ni estudian ni trabajan. Miles de jvenes espaoles dejan el pas en busca de oportunidades, especialmente, en las regiones ms castigadas por la crisis. En Galicia, por ejemplo, se estima que cerca de 100.000 jvenes han emigrado desde 2010 hasta la fecha.

No deja de ser curioso que los ministros y ministras de educacin de Europa recibieran un tirn de orejas nada menos que de una dirigente griega, la Comisaria de Educacin, Androulis Vassiliou, quien inst a que los sistemas educativos, en la actual coyuntura, deberan ser ms eficaces, mejorando los puentes entre la formacin y la demandas del mercado de trabajo. La opinin fue compartida por el ministro de educacin y asuntos religiosos de Grecia, Kostantinos Arvanitopoulos, como si poco tuviera que ver con el asunto. Lecciones griegas aparte, lo cierto es que la declaracin final de los principales representantes europeos en el campo educativo, seala con nfasis que el fortalecimiento de los procesos formativos, el acento en el desarrollo de ciertas competencias laborales y la mejora de los sistemas escolares, constituyen los caminos ms firmes para superar la enorme crisis social derivada del desempleo juvenil. Un desafo que dicen estar dispuestos a asumir.

La reunin de Bruselas es uno de los tantos ejemplos de cmo la educacin suele estar sujeta a los vaivenes de explicaciones que tranquilizan el sentido comn, pero contradicen un anlisis ms cuidadoso de las razones que permiten comprender el desarrollo de las naciones y el xito de las personas en el mercado laboral.

En efecto, el debate all planteado parte de un sorprendente truco de magia retrico: la milagrosa inversin de la consecuencia de un fenmeno en la causa del mismo. El desempleo es una de las tantas secuelas de la crisis econmica. Sin embargo, los ministros de educacin de Europa y quizs los de buena parte del mundo, parecen entusiasmarse con la idea de que el desempleo es el factor principal que produce la crisis. De tal forma, acciones educativas destinadas a combatirlo podran funcionar eficazmente para superar los infortunios vividos. El desempleo se vuelve la causa del problema y la crisis econmica su consecuencia. Estamos como estamos porque las personas de manera general, y los jvenes en particular, carecen de las competencias y de los atributos cognitivos necesarios para volver nuestras economas ms dinmicas y competitivas. No es el desempleo la consecuencia de un fracasado modelo de desarrollo; por el contrario, es el dficit de una fuerza de trabajo debidamente capacitada lo que permite explicar nuestra incapacidad por desarrollarnos como deberamos. Si no deja de ser sorprendente que el ministro de educacin griego explique la solucin de los problemas que enfrenta Europa, tampoco lo es que todos los ministros y ministras de educacin de buena parte del mundo parezcan estar convencidos que los fundamentos de la crisis estructural que enfrentamos encuentra su origen, nada menos, que en el supuestamente improductivo trabajo que realizan cotidianamente nuestras escuelas.

Muidos de un peculiar espritu de autocrtica, los responsables de la gestin educativa de casi todos los pases del planeta, asumen los cargos que generalmente le endosan economistas y tecncratas de la ms diversa especie: en la educacin est la fuente y el origen de todos nuestros males.

La educacin es la coartada que se utiliza para poner el debate en un lugar equivocado, apoyndose en el sentido comn que atribuye al conocimiento un papel providencial en la conquista de la felicidad, la riqueza y el progreso humanos. Una bella pero muy mal contada historia que vuelve heroica la labor educativa y que acaba condenndola ante las aparentes evidencias de su ineficacia para responder a los retos del presente.

Me he vuelto definitivamente loco?Si Ud. ha llegado hasta aqu, podra pensar que me he vuelto definitivamente chiflado al cuestionar el papel redentor y prometeico de la educacin; una tarea que podra corresponderle a los enemigos del progreso y nunca a alguien que, como es mi caso, suele pronunciarse con cierta vehemencia sobre el papel emancipatorio y liberador de la escuela, particularmente de la escuela pblica.

Permtame explicar mejor mis argumentos.

Disponemos de numerosas evidencias acerca de cmo la formacin escolar mejora las posiciones de las personas en el mercado de trabajo. En este sentido, un sujeto con ms instruccin escolar posee mejores condiciones para ampliar sus oportunidades de empleo cuando se lo compara con personas semejantes a l y sin las mismas credenciales educativas. Un alemn de sexo masculino, blanco, de 25 aos, residente en Berln y con diploma universitario, tendr, en trminos estadsticos, ms y mejores condiciones de empleo ms y mejores ingresos, que otro alemn, tambin de sexo masculino, blanco, de 25 aos, residente en Berln y con estudios primarios incompletos. Una regla que se aplica a dos bolivianos con el mismo diferencial educativo, residentes en La Paz, o a dos senegaleses, residentes en Dakar. En este sentido, y casi exclusivamente en este sentido, puede afirmarse que la educacin es un factor de progreso econmico y acta como dispositivo que potencia el bienestar de los individuos y, consecuentemente, de ciertos grupos sociales.

Sin embargo, esta ecuacin (+ educacin = mejores empleos y + ingresos), debe ser generalizada con sumo cuidado. En primer lugar, porque la comparacin entre el joven alemn, el boliviano y el senegals nos mostrara atributos y potencialidades que los diferencian enormemente entre s, ms all de sus semejanzas. Tambin, porque cuando se comparan, por ejemplo, alemanes, bolivianos y senegaleses del sexo masculino y alemanas, bolivianas y senegalesas del sexo femenino, las diferentes oportunidades de acceso al empleo y a la renta, an con los mismos niveles de formacin, tambin suelen ser inmensas. Las mujeres, sin lugar a dudas, fueron el sector social que ms se ha beneficiado de la expansin de los sistemas educativos en todo el mundo. Sin embargo, las diferencias salariales entre hombres y mujeres con la misma formacin, continan siendo elevadas en casi todos los pases. En tal sentido, la educacin les sirve a todos para progresar, pero a unos ms que a otros, o a otras.

Naturalmente, una mujer con nivel universitario tendr mejores oportunidades de empleo y renta que una mujer analfabeta, lo cual permite observar que las dinmicas que producen y reproducen las desigualdades sociales y escolares, son ms complejas de lo que parece.

No cabe duda que individuos con los mismos atributos se benefician de manera semejante de las oportunidades que brinda el sistema escolar. El problema es que nuestras sociedades estn constituidas por personas que no poseen, homogneamente, los mismos atributos: hay hombres y mujeres, personas blancas y personas negras, hijos de padres ricos e hijos de padres pobres, personas cuya ciudadana nunca es cuestionada e inmigrantes condenados a la clandestinidad, gente que vive en ciudades opulentas y gente que vive en pauprrimas periferias, gente, en suma, diversa, gente desigual.

Suponer que la educacin es un factor de progreso econmico, generando los mismos beneficios para todos, no pasa de una ilusin que se desmorona ante la ms elemental observacin de las sociedades en que vivimos. Pensar que el acceso a la escuela puede, por si solo, borrar las desigualdades de origen, es una suposicin que la investigacin sociolgica ya ha cuestionado hace ms de dos siglos. No estara mal que los ministros y ministras de educacin europeos se enteraran del asunto.

Los horrores de las comparaciones horrorosasPor otro lado, la situacin se ha vuelto ms compleja, y de cierta forma ms pattica, con la multiplicacin de pruebas y encuestas internacionales que organizan a los pases en listas de rendimiento escolar diferenciadas. He realizado algunas consideraciones sobre el asunto en Rankingmana: PISA y los delirios de la razn jerrquica. En efecto, estos dispositivos de medicin de competencias suelen tambin producir una imagen ms que distorsionada de la realidad educativa y social existente hoy en el mundo. Parten de un presupuesto pasteurizador de las diferencias y, lo que es peor, invierten nuevamente las pruebas, generando explicaciones disparatadas acerca del desarrollo de las naciones.

Como quiera que sea, PISA parecera servir para explicar por qu los chinos, los coreanos y los vietnamitas han alcanzado el xtasis del progreso econmico, gracias a las virtudes de sus sistemas escolares. Aqu la inversin de la prueba sirve para posicionar a la educacin en el papel redentor que tanto nos gustara que tuviera. Es una pena que se trate de una explicacin falsa e histricamente desinformada. Ha-Joon Chang, un destacado economista de la Universidad de Cambridge y autor del excelente libro, 23 cosas que no te cuentan sobre el capitalismo, muestra de manera simple y convincente cmo pases como Corea comenzaron sus ciclos de crecimiento y expansin econmica cuando tenan an sistemas escolares atrasados y muy bajos niveles educativos en buena parte de su poblacin. No ha sido porque los coreanos se desempeaban bien en PISA que pudieron desarrollarse y volverse competitivos en la economa mundial. El alto nivel educativo de la poblacin coreana es la consecuencia de su desarrollo econmico, no la causa. (Un argumento semejante desarrolla William Easterly en su valioso libro, The Elusive Quest for Growth: Economists' Adventures and Misadventures in the Tropics).

Por otro lado, la economa china demuestra un extraordinario dinamismo y algunos de sus ciudadanos, especialmente los que viven en Shanghi, exponen un excelente desempeo en las pruebas que administra PISA. Entre tanto, atribuir a esto la causa que explica por qu el pas es el mayor exportador de manufacturas de alta tecnologa del mundo, no deja de ser otra simplificacin extrema.

Foxconn, por ejemplo, es la mayor productora mundial de insumos electrnicos. Casi todos los productos de informtica y telefona que usamos o consumimos, de casi todas las marcas, los ha producido esta empresa china, que emplea a ms de 1.200.000 personas y factura ms de 100 mil millones de dlares por ao. Alguien podra suponer que esta enorme corporacin existe gracias a la alta calidad educativa de la mano de obra china y no al hecho de que paga salarios miserables, de la inexistencia de sindicatos y derechos laborales mnimos, gracias al abuso (decenas de veces denunciado) de trabajo infantil y a un sistema empresarial opresivo que difcilmente estaramos dispuestos a aceptar en cualquier sociedad democrtica? Pensar que el iPad que tanto nos deslumbra se fabrica all y no en Latinoamrica, simplemente porque los taiwaneses se sacan mejores notas en matemtica o ciencias que los jvenes argentinos o brasileos, parece una explicacin demasiado simple para ser cierta.

Dicho de otra forma, podramos suponer que si un hipottico da los jvenes argentinos o brasileos igualan a los chinos en el tipo de desempeo escolar que mide PISA, Argentina y Brasil se transformaran en la manufactura mundial de productos microelectrnicos a precios ms baratos que las bananas? Quizs s. Aunque para esto habra que destruir los an incipientes y no siempre estables derechos humanos y sociales conquistados por estos pases. Una idea que probablemente entusiasme a ms de un tecncrata deslumbrado por los milagros interpretativos que genera la megalmana empresa evaluativa promovida por la OCDE.

No creo que el anlisis del sistema educativo chino, enormemente desigual y con muchsimas particularidades, pueda explicar las razones del por qu China es hoy una de las economas ms poderosas del planeta.

En este mismo sentido, tampoco la educacin permite, por ejemplo, entender el significativo poder econmico del Brasil, hoy entre las siete potencias industriales del planeta. El pas ocupa los ltimos lugares en PISA y, aunque durante la ltima dcada ha experimentado un extraordinario avance social y educativo, poco podran explicar esas conquistas su papel estratgico en la geopoltica mundial. Brasil tiene en la actualidad una de las tasas de desempleo ms bajas de toda su historia; por cierto, muchsimo menores que las de Espaa y Portugal, a quienes no les va muy bien en PISA, pero s bastante mejor que a los estudiantes brasileos.

No quiero parecer antiptico, pero hoy Senegal tiene tasas de desempleo ms bajas que Espaa o Grecia y, aunque el pas no participa en PISA, seguramente cuando lo haga, sus estudiantes no ocuparn una mejor posicin en el ranking mundial que los jvenes espaoles o griegos.

Los resultados de PISA fueron psimos en todos los pases latinoamericanos, no slo porque los estudiantes ms pobres respondieron con bajo desempeo las pruebas aplicadas. Tambin, porque los sectores ms ricos demostraron no estar aprendiendo lo que la OCDE considera que son las competencias necesarias para promover la empleabilidad y la produccin de riqueza. Sin embargo, los sectores ms ricos en Latinoamrica, aunque salgan ltimos en cualquier olimpada mundial de matemtica o ciencias, son los que ms dinero ganan y acumulan proporcionalmente en el mundo. La lite mexicana, brasilea, colombiana, chilena o argentina apenas aprende un poco ms que los alumnos ms pobres de las escuelas pblicas en Espaa. No por eso dejan de ser cada vez ms ricos y poderosos. Si de eso dependiera, seran cada vez ms pobres. Esa aparente mediocridad escolar en nada ha limitado la reproduccin de un sector que ampla sus privilegios y sus fortunas. Es el modelo de desarrollo y acumulacin, el proceso de produccin de miseria e de injusticias histricamente existente en esos pases, lo que hace tan ricas a unas pocas familias latinoamericanas, no sus virtudes escolares.

En suma, la relacin entre educacin y progreso econmico es ms compleja, ms dinmica, mucho ms enmaraada y multicausal que lo que parecen estar dispuestos a aceptar los ministros de educacin de las naciones ms poderosas del planeta en las fras y aburridas jornadas de debate que se realizan en Bruselas. Es una pena que los ministros y ministras de educacin europeos hayan perdido el tiempo criticando la educacin de sus pases y no el discriminatorio mercado de trabajo o las injusticias y desigualdades que se gestan cotidianamente en el seno de sus sociedades. Prefieren criticar la educacin y esperar de ella milagros. Europa, sin lugar a dudas, vivi momentos mejores.

Para qu sirve entonces la educacin?Espero que estos comentarios crticos acerca del vnculo entre educacin, empleo y desarrollo no desanimen a quienes defienden y luchan por la ampliacin del derecho a una escuela de calidad para todos. La educacin pblica es, sin lugar a dudas, una de las principales herramientas que tenemos para construir el progreso y el bienestar de nuestras sociedades. Y lo es, porque puede ayudarnos a pensar, imaginar, soar y construir una idea de progreso y bienestar que no se limite slo a mejorar la posicin de las personas en el mercado de trabajo o de nuestros pases en un cada vez ms competitivo y salvaje sistema mundial.

Debemos, claro est, construir sociedades ms desarrolladas econmica y tecnolgicamente. Sera bueno, por cierto, que los economistas convencionales, adems de dedicarse a criminalizar y cuestionar a la escuela y a los docentes, utilizaran su imaginacin para ayudarnos a transitar por estos los caminos del bienestar econmico. Hacindolo, realizaran mejor su trabajo y un valioso aporte al futuro de la humanidad.

No es a la escuela a quien le cabe producir los insumos para que la economa se vuelva ms competitiva. Por el contrario, la educacin debe transformarse en una oportunidad para comprender el mundo en que vivimos y ayudarnos a construirlo sobre los principios de la solidaridad, la igualdad y la ms radical defensa de los derechos humanos, la paz y la justicia social. Ya lo hemos repetido ms de una vez, inspirados en Paulo Freire y en las pedagogas emancipatorias que tanto nos ayudan a imaginar un porvenir mejor para nuestros pueblos: la educacin no cambia el mundo, la educacin cambia las personas, y son ellas las que harn del mundo un lugar ms digno y acogedor. La educacin es el espacio, la plataforma, la cuna donde se gestan la esperanza y la utopa que brindan energas a nuestra lucha por sociedades donde el ser humano sea algo ms que un valor de cambio y el conocimiento un bien comn del que todos puedan apropiarse.

Desde Buenos Aires