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LA DEUDA EN NUESTRAS VIDAS Crisis, negociaciones y alternativas ECONOMÍA Y FINANZAS La deuda en Argentina es una presencia permanente que ronda el debate público y las discusiones políticas desde hace décadas. Una vez más, es centro de gravitación de las políticas públicas del gobierno nacional del Frente de Todes. La deuda está en nuestras vidas porque la deuda es responsable de sucesivas crisis sociales, políticas y económicas, que las distintas negociaciones no han logrado resolver. Tal vez sea momento de analizar alternativas. Esta publicación brinda herramientas para un análisis crítico que caracterice, discuta salidas y posibilidades a la crisis de la deuda en un contexto de crisis conómica y geopolítica mundial como consecuencia del COVID-19. ANÁLISIS pÉêÖáç=^êÉäçîáÅÜ=J=gì~å=m~Ääç=_çÜçëä~îëâó== cê~åÅáëÅç=`~åí~ãìííç=J=iìÅá=`~î~ääÉêç=J=sÉêμåáÅ~=d~Öç= m~Ääç=kÉãá¥~=J=j~ê∞~=bäÉå~=p~äìÇ~ë= gì~å=j~åìÉä=qÉäÉÅÜÉ~=J=j~ê∞~=bãáäá~=s~ä Septiembre 2020

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LA DEUDA EN NUESTRAS VIDASCrisis, negociaciones y alternativas

ECONOMÍA Y FINANZAS

La deuda en Argentina es unapresencia permanente que rondael debate público y las discusionespolíticas desde hace décadas. Unavez más, es centro de gravitaciónde las políticas públicas delgobierno nacional del Frente de Todes.

La deuda está en nuestras vidasporque la deuda es responsablede sucesivas crisis sociales,políticas y económicas, que lasdistintas negociaciones no hanlogrado resolver. Tal vez seamomento de analizar alternativas.

Esta publicación brindaherramientas para un análisiscrítico que caracterice, discuta salidas y posibilidades a la crisis de la deuda en uncontexto de crisis conómica ygeopolítica mundial comoconsecuencia del COVID-19.

A N Á L I S I S

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LA DEUDA EN NUESTRAS VIDAS

Crisis, negociaciones y alternativas

ECONOMÍA Y FINANZAS

bå=ÅççéÉê~Åáμå=Åçå

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ðåÇáÅÉ

NK rk^=sbw=jžpI=i^=abra^=por Francisco Cantamutto 2

OK bi=lofdbk=por Juan Manuel Telechea 4

En sus marcas, listos… 4

Las deudas son de nosotros 6

PK i^=obbpqor`qro^`fþk=ab=i^=abra^=^odbkqfk^=bk=bi=`lkqbuql=ab=i^=m^kabjf^=dil_^i=por Pablo Nemiña y María Emilia Val 7

Introducción 7

Nueva crisis de deuda, insostenibilidad y reestructuración 7

Reestructurar la deuda en tiempos de pandemia 8

Reflexiones finales 10

QK abra^I=obkbdl`f^`fþk=v=abpmr°p=por Sergio Arelovich 11

RK= `lkqo^=bi=buqo^`qfsfpjl=cfk^k`fbolW=buqbkabo=i^=`r^obkqbk^=^=i^p=cfk^kw^p=por Lucia Cavallero y Verónica Gago 15

La producción de nuevas deudas 16

Vivienda 16

Conectividad 17

El circuito completo: ¿quién pagará la crisis? 17

Referencias 18

SK= fiqla^p=i^p=abra^p=ab_bk=m^d^opb\=por Juan P. Bohoslavsky 19

TK= ^odbkqfk^=bk=qfbjmlp=ab=m^kabjf^W=prpmbkpfþk=ab=m^dl=ab=i^=abra^=m²_if`^=v=^rafqloð^=mlmri^o=por María Elena Saludas 21

La deuda como mecanismo de dominación en los países periféricos 21

La función del endeudamiento en la Argentina y en América Latina y Caribe 21

¿Por qué hablamos de suspensión de pago de la deuda pública

y auditoría popular en la Argentina? 22

Bibliografía 24

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TEORÍAS DE DETERMINACIÓN DEL SALARIO

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La deuda, en la Argentina, es una presencia perma-nente, que ronda el debate público y las discusiones po-líticas desde hace décadas. Una vez más, es centro degravitación de las políticas públicas del aún novel go-bierno nacional de Alberto Fernández, como cabeza delamplio Frente de Todes. La deuda, de la que tanto he-mos hablado, y aún queda tanto por comprender...

Durante la última dictadura (1976-1983), la economíanacional mostró un quiebre cualitativo significativo. Solopara mantener eje en lo que convoca los textos de estacompilación es importante considerar lo siguiente: ladeuda, desde aquel entonces a la fecha, no ha finan-ciado el desarrollo del país. La deuda no vino a cubrirfalta de ahorro nacional, ni problemas de falta de re-cursos fiscales. El crédito, fundamentalmente externo,vino a financiar el enriquecimiento de una elite econó-mica que ha tomado como su negocio principal –deforma cada vez más obvia− la valorización financiera.No podemos decir aquí “ruleta” porque eso hablaría deun juego con componentes de azar que en la economíapolítica argentina han sido minimizados. La elite econó-mica local se ha reconvertido y, de forma cada vez másperversa, ha logrado que el Estado se vuelva paño y ga-rante de sus apuestas.

Si bien se pueden identificar ciclos en esta lógica –talcomo describen Pablo Nemiña y María Emilia Val−, el le-gado se acumula con el peso de un destino inevitable.Lo que es más, permea de forma cada vez más evidenteel comportamiento de una parte del pueblo argentino,que se ajusta a este proceso, entendiéndolo como mé-todo de éxito –siempre aspiracional−.

Y para aquellas amplias capas de la sociedad a las queel sueño no llega como promesa, llega como castigo. Laprecarización de la vida viene de la mano de las prome-sas de nuevos pagos al capital, como anverso de unamisma moneda. El proceso de colonización financieraque explican Luci Cavallero y Verónica Gago es abru-madoramente claro, y pesa de forma asimétrica sobrelos días y las noches de las mujeres y las personasLGBTTIQ que deben cargar con más tareas que resuel-

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van el vacío dejado por el mercado y el Estado. Si la ga-rantía macroeconómica de la apuesta la ofrece el Es-tado, el respaldo de valor lo ponen nuestras vidas. Espor ello significativo el planteo de Juan Pablo Bohos-lavsky sobre una noción amplia de sostenibilidad de ladeuda: no puede solo recaer sobre perfiles de creci-miento de las exportaciones, sino que debe incluir deforma necesaria nuestros derechos como seres huma-nos, como personas, a una vida digna. Y ante lo que sepresenta como un conflicto de derechos, la noción devida debería aparecer como superlativa.

No se trata solo de un problema de ética o un sondeoprofundo de axiología de papel. Nuestras vidas están enjuego. La deuda soberana se contrae con múltiples vul-neraciones a la ley vigente, tanto nacional como inter-nacional. Esto no es una anomalía, sino un mecanismosistémico. De allí la importancia de auditar lo que existepara proponer caminos de salida, tal como exploran Ser-gio Arelovich y María Elena Saludas en esta compilación.Una auditoría que permita determinar desfalcos, ilegiti-midades, ilegalidades y conductas oprobiosas. Porquede ellos deberán rendir cuentas los responsables.

Pero frente a estas evidentes ruinas del derecho, laprensa masiva y los especialistas interesados no levantandudas: lo relevante, parece, es garantizar los contratos,sin importar si estos tienen orígenes turbios. El apremiopor lograr un arreglo ante una nueva crisis solo se com-para con su anverso: la falta de consideración de queson nuestras vidas las que están en juego. Nuestros de-rechos en tanto personas no solo están protegidos porleyes, sino garantizados en la Constitución Nacional, quepone en ese rango jurídico a los tratados internaciona-les sobre derechos humanos firmados por el país. Ladeuda y la vida están frente a frente, quizás como nuncaantes con tanta claridad.

Desde el anterior estallido de crisis mundial, en 2008, lospaíses centrales inundaron el mundo de crédito barato.Esto alivió el problema, pero de ninguna manera lo re-solvió. Desde entonces, el mundo creció menos, los flu-jos de inversión productiva, así como el comercio

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UNA VEZ MÁS, LA DEUDAFrancisco Cantamutto

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1 http://www.bcra.gov.ar/Pdfs/PublicacionesEstadisticas/Informe-Mercado-cambios-deuda-%20formacion-de-activos%20externo-%202015-2019.pdf

internacional, dejaron de ser motor de crecimiento. ¿Quése expandió en esta larga década? La deuda, en especialla de los Estados y las empresas. La deuda creció más de40%, representando más del 330% del PBI mundial. Esaexpansión inusitada de la deuda nunca puede cubrir re-querimientos mínimos de sostenibilidad. Y, de hecho, nolo hizo: de forma creciente, países y empresas lograronvaluaciones forzadas de sus deudas, de modo de alcan-zar el mínimo de calidad necesario para participar de lascarteras de inversión de grandes fondos. Pero claro, ape-nas se evidencie el deterioro de estas promesas de pago,los problemas de cobro se desplazarán a los acreedores,cual fichas de dominó. Ese es el pánico con el que se ob-serva el mundo hoy. La pandemia se montó sobre unacrisis estructural que dejó en claro todas las precarieda-des sobre las cuales se construyó la normalidad previa.

A este festival de deuda fue que se sumó Cambiemosdesde que asumió la presidencia, tal como relata el textode Juan Manuel Telechea. Con una dinámica explosiva, delas más veloces e intensas del mundo, la Argentina arre-gló incluso acreencias sin registro por participar de estaeconomía casino. Y su función fue clara desde el inicio: fi-nanció un proceso de atesoramiento privado –como secomprobó con un reciente informe del Banco Central1−,que alcanzó no solo a la elite, sino a capas medias de lasociedad –que tal vez por un corto período creyeron serparte de esa fiesta−. Compra de dólares, importaciones,turismo en el extranjero: esos fueron sus regalos para ten-tar simpatías a quienes tuvieran los ingresos necesarios.

Es claro: la deuda no financió grandes obras públicas,ni proyectos de reconversión productiva, ni subsanó ca-rencias fundamentales de la población. Más bien, alcontrario, y como se hizo evidente tras las elecciones le-gislativas de 2017, el flujo de deuda para financiar elbienestar de una minoría requería de prendas de cam-bio. Por eso, lo que Mauricio Macri llamó “reformismopermanente” se expresó de forma rápida en sendosproyectos de reforma fiscal y previsional, que lograronacuerdo legislativo en medio de una conmoción social.Antes que un cimbronazo financiero mundial, fue laaceleración del programa económico oficial lo que inicióla tensión social y política. Cambiemos gobernó condeuda, y logró –con la anuencia del FMI y sus principa-les accionistas− sortear hasta el final de su mandato unafenomenal crisis económica.

El saldo fue una caída en picada de los salarios, aumentode la pobreza y desempleo, precarización de los trabajos,

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pérdida de derechos sociales, aumento de la inflación,caída del nivel de actividad. Y sobre ello, una deuda des-comunal, tan impagable que sus propios ministros se vie-ron obligados a reconocerla tal con el eufemismo“reperfilar”: o sea, patear el problema para adelante. Lareestructuración de la deuda dejó de ser una decisiónpolítica para ser una imposición de los hechos.

A esta tarea se ha dado el gobierno del Frente de Todes,incluso desde la campaña. Lo hace retomando los princi-pios de la heterodoxia económica mundial y el ejemplodel canje de 2005 de Néstor Kirchner. Busca garantizar elpago de la deuda, aunque poniendo como límite la re-cuperación de la actividad local. Pagar, pero creciendo.Desde el punto de vista de nuestras vidas, no es lo mismoque la lógica de pagar ajustando hoy, como ya hemos vi-vido en el pasado más de una vez. Pero es también pagara costa de la mejora de nuestras vidas en los momentospor seguir. En medio de una crisis mundial de escala y al-cance aún desconocidos, pandemia mediante, garanti-zarle el cobro a los acreedores frente a las incertidumbresde nuestro porvenir resulta un sinsabor. Más aún si la sos-tenibilidad nuevamente se basará en contener el gastofiscal –para destinar recursos fiscales al pago− y fomen-tar el extractivismo −como forma de obtener las divisaspara el pago de las obligaciones externas−.

Las presiones sobre la negociación en curso son mayús-culas, en especial en esta primera etapa respecto de lasobligaciones bajo legislación extranjera. Y no solo porel riesgo real de juicios en el extranjero de parte de bui-tres, así como otras aves financieras con menos fama derapaces pero semejante apetito. Entre los acreedores fi-guran verdaderos titanes de las finanzas globales, fon-dos de inversión que manejan carteras decenas de vecessuperiores al PBI argentino, algunos de ellos directa-mente asociados a gobiernos de países centrales (casoBlackRock con Estados Unidos). Estos acreedores, y lasinstituciones financieras mundiales en general, necesi-tan que la Argentina no se salga del redil, porque tras sunegociación esperan casi un centenar de países cuyasdeudas están también al límite de sus posibilidades.

Los condimentos propios de la crisis argentina se mon-tan ahora sobre una crisis económica y geopolítica mun-dial que excede los alcances de por sí masivos delcoronavirus (COVID-19). Está en juego la consistenciamisma de la arquitectura financiera internacional. Antetal tarea, no resulta extraño que las presiones se mon-ten sobre miedos e incertidumbres enraizadas. Al mismotiempo, no sobra decir, es cuando alternativas que pa-recían osadas en otros momentos se vuelven viables porfuerza mayor. Quizás sea hora de explorarlas en buscade una salida a este ya demasiado largo camino que lle-vamos con la deuda como guía y guardián.

UNA VEZ MÁS, LA DEUDA

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¿Cuál es el parásito más resistente? ¿Una bacteria? ¿Un virus? Una idea. Resistente. Altamente contagiosa. Una vez que una ideaque se ha apoderado del cerebro es casi imposible erradicarla. Una

idea completamente formada y entendida, que se aferra.

El origen (2010), película.

En economía, muchas veces no podemos identificar co-rrectamente el origen o las causas de cierto fenómeno.Se combinan varios factores, cuesta determinar la im-portancia de cada uno, pueden aparecer elementos dis-ruptivos externos y varias cuestiones adicionales quehacen que la identificación se torne muy dificultosa.

Nada de esto sucedió con el proceso de reestructura-ción de deuda que atraviesa hoy en día la economía ar-gentina. Este problema se puede asociar directamentecon el gobierno de Cambiemos, que desde el inicio desu gestión adoptó una estrategia agresiva de endeuda-miento en dólares.

Desde ya, esto no significa afirmar que la economía notenía problemas antes. El punto es que, a partir de ladecisión de utilizar el endeudamiento en moneda ex-tranjera como parte integral de las herramientas para elmanejo de la economía, no solo se agravaron los pro-blemas heredados, sino que además se incorporó unonuevo: la dificultad para pagar esa misma deuda.

El otro aspecto importante que busca mostrar esta notaes que la crítica no es atribuible al endeudamiento endólares per se. La gran mayoría de los países lo utiliza sinque eso ponga en jaque la sostenibilidad de su econo-mía. Aquí el problema es que la cantidad y la velocidadde la deuda tomada fue a todas luces imprudente, algoque quedó claro cuando tan solo dos años después deasumir, el gobierno de Cambiemos tuvo que recurrir alFMI para evitar el cese de pagos de la deuda pública.

EN SUS MARCAS, LISTOS…

El primer hito llegó a los cuatro meses de gestión, tras laemisión de 16.500 millones de dólares (catalogada comola colocación más grande en la historia de un país emer-

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gente), que fueron utilizados en su mayoría para cerrar elacuerdo con los holdouts, un paso necesario para reabrirel acceso a los mercados financieros internacionales.

Un mes después vino el segundo. La emisión de Letrasdel Tesoro en dólares, unos títulos de corto plazo –venci-miento a 3-6 meses− con tasas muy atractivas (piso de3,5% anual en dólares). Esto llevó a una rápida acumu-lación de pasivos, que para fin de año ya superaban los10.000 millones de dólares. Básicamente, la dinámica erala siguiente: el gobierno emitía una letra, y a cambio re-cibía una cierta cantidad de dólares. Esa letra se pagabaa los pocos meses (en la misma moneda), sumada a losintereses. Pero para pagarla emitía una nueva letra (lo quese conoce como “roll over”), con lo cual solo pagaba losintereses. El atractivo de este instrumento hizo que alprincipio las emisiones superaran ampliamente a los pa-gos, con lo cual el stock de letras creció aceleradamente.

Así, el gobierno finalizaba su primer año de gestión conun total de emisiones –netas1− de deuda en monedaextranjera por 32.000 millones de dólares, que en tér-minos de PBI representaba 6,2%, el nivel más alto delos últimos 30 años. A pesar de eso, el ratio de la deudapública (principal indicador asociado a la sostenibilidad)solo se incrementó 0,4 p.p. pasando de 52,7% en 2015a 53,1% en 2016.

A principios de 2017, en un trabajo publicado2 por el Ins-tituto de Trabajo y Economía, advertíamos lo siguiente:

El estudio de la sostenibilidad de la deuda es un temaque vuelve a surgir después de varios años. Si bienlos niveles y la mayoría de los indicadores de endeu-damiento no muestran por ahora señales claras dealarma, la velocidad con la que el nuevo gobierno

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EL ORIGEN

N Se descontaron las letras en dólares que se emitieron y vencieronen el mismo año.

2 https://d30.7be.myftpupload.com/wp-content/uploads/2016/10/NdE-8-La-Inc%c3%b3moda-Aritm%c3%a9tica-de-la-Deuda-1.pdf

Juan Manuel Telechea

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está llevando a cabo su política de endeudamientohace necesario seguir de cerca este frente.

Ante un escenario de ingreso de deuda y/o de capi-tales privados, con la consecuente apreciación realdel tipo de cambio y algo de crecimiento, el ratio dela deuda probablemente muestre un crecimientomoderado en los próximos años. Eso no significa quedicha dinámica sea sostenible, dado que la acumu-lación de deuda y el incremento de sus intereses po-drían derivar en una devaluación real del tipo decambio, que elevaría rápidamente ese ratio, comoya sucedió en experiencias previas.

Precisamente eso fue lo que ocurrió en 2017, aunque auna velocidad todavía mayor a la del año anterior. Semantuvo el ritmo creciente de emisiones de letras, quesiguió impulsando el stock de esta deuda, sumado anuevas colocaciones de bonos en los mercados interna-cionales. Así, las emisiones –netas− totales fueron de43.000 millones de dólares (7,6% del PBI), mientras queel ratio de la deuda solo se incrementó 3,5 p.p., ubi-cándose en 56,6% del PBI.

En 2018 llegaría el cimbronazo. Aparecieron las primerasdudas acerca de la sostenibilidad del modelo y eso se tra-dujo automáticamente en un pequeño salto del tipo decambio del 15%, ante un Banco Central que para eseentonces todavía sostenía tener un régimen cambiario“flexible”. Solo hizo falta ese soplo para que se derrum-bara todo el castillo de naipes, lo que se materializó almes siguiente con el anuncio del gobierno acerca de que

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recurriría al FMI (prestamista de última instancia), antici-pando el cierre de los mercados financieros.

Aun así, 2018 terminaría con un nivel récord de emisio-nes en moneda extranjera, por un total de 57.700 mi-llones de dólares (ver gráfico 1). Pero esta vez el ratiode la deuda sí acusó recibo, tras la fuerte devaluacióndel tipo de cambio que lo impulsó al alza, llevándolo al86% del PBI.

A pesar de haber recibido del FMI el préstamo másgrande en su historia, durante 2019 las dudas acerca dela capacidad de pago del gobierno persistieron. Tras ladura derrota electoral en las PASO y una nueva deva-luación del tipo de cambio, la incertidumbre se mate-rializó con el “reperfilamiento” de las Letras del Tesoro.El gráfico resume bastante bien lo anterior. Se puedever cómo en 2018 se logró mantener el ritmo de finan-ciamiento gracias al aporte del FMI, que fue de 28.600millones de dólares, reemplazando en su mayoría a lascolocaciones en moneda extranjera, tanto de letrascomo de bonos. En 2019, si bien hay una caída en lacantidad emitida, no parece tan drástica. Pero si en lu-gar de mirarlo en términos anuales se analiza lo que su-cedió tras las PASO, resulta evidente el freno total acualquier tipo de financiamiento. Como lo muestra elcuadro (arriba a la derecha), al comparar las emisionesde deuda en moneda extranjera entre enero y julio no seobservan grandes diferencias (la contracción es de12%), mientras que para el período post-PASO −agostoa diciembre− el freno en las colocaciones de deuda esevidente (la caída es de 83%).

EL ORIGEN

2016 2017

Bonos USD Letras USD FMI

2018 2019

32.000 M

43.000 M

57.700 M

38.700 M

2018 2019

40.800 35.900 Ene - Jul

16.900 2.800 Ago - DicFuente: Instituto de Trabajo y Economía (ITE).

Gráfico 1Emisiones de deuda en moneda extranjera 2016-2019

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LAS DEUDAS SON DE NOSOTROS

Con la derrota electoral, concluyó así otro episodiodonde se quiso utilizar al endeudamiento en dólarescomo la herramienta principal para tratar de sortear losproblemas que tenía la economía. Una estrategia que,sin lugar a dudas, fue equivocada ya que la situacióneconómica empeoró considerablemente. La actividadpasó del estancamiento a la recesión (-4% promedio latasa de crecimiento del PBI para los 4 años) y la infla-ción se terminó duplicando, de la mano de un BancoCentral que perdía 20.000 millones de dólares de re-servas en pocos meses y volvía a establecer estrictas re-gulaciones cambiarias. La reducción del déficit fiscalprimario quedaría como el único aspecto positivo a des-tacar en términos macroeconómicos, aunque al incor-porar el pago de los intereses de la deuda también lucíadesdibujado (se terminaría ubicando en -3,8% del PBI).

Todo esto sin contar con el legado en materia de venci-mientos de la deuda que dejaba el gobierno de Cam-biemos. Al analizar cualquiera de los indicadores desostenibilidad más utilizados se puede apreciar lo com-plejo del asunto. (Ver Tabla 1)

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Otra manera de analizarlo es comparar las obligacionesde deuda (en moneda extranjera) que enfrentaba Cam-biemos al comenzar su gestión y las que dejó al go-bierno que lo sigue. Al momento de asumir, tenía quehacer frente a vencimientos de capital e intereses enmoneda extranjera por un total de 52.500 millones dedólares repartidos a lo largo de sus cuatro años de man-dato, con un máximo de 17.520 millones de dólares enel segundo año (es decir, en 2017).3

Finalizada su gestión, le deja al gobierno entrante exac-tamente el triple de vencimientos, por un total de154.000 millones de dólares, para los próximos cuatroaños; en uno solo de ellos (2022) debe afrontar 47.000millones de dólares, casi lo mismo que había recibidoMacri para el total de su gestión.

A modo de cierre, retomamos lo dicho al principio. Eneconomía hay un montón de discusiones que no se pue-den saldar, pero el tema del endeudamiento masivo endólares no debería ser una de ellas. A partir de lo suce-dido tendría que quedar en claro que es una estrategiaque no funciona. Y ojalá esta vez logremos implantaresa idea definitivamente, para que nunca más tenga-mos que volver a discutir este tipo de cuestiones.

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Tabla 1Indicadores de sostenibilidad de la deuda pública

Fuente: Ministerio de Economía de la Nación.

3 Para el cálculo de los vencimientos 2016-2019 se tomaron losdatos oficiales al 31/12/2015 (incluye la deuda con los holdouts).

2015 2019

Deuda total del Gob. nacional (respecto del PBI) 53% 89%

Deuda con privados y org. mult. (ídem) 23% 54%

Deuda externa (ídem) 14% 43%

Deuda en moneda extranjera (respecto de las exportaciones) 213% 314%

Intereses (respecto de los recursos tributarios) 8% 18%

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INTRODUCCIÓN

Desde su asunción en diciembre de 2019 el actualgobierno encaró una estrategia de renegociaciónsostenible de la deuda externa en cuatro etapas:reestructurar los títulos bajo legislación extranjera, losbonos regidos por ley local, avanzar en un nuevo acuerdocon el FMI y refinanciar los pagos al Club de París.

Aunque esta tarea cuenta con numerosos precedentes,desde marzo se desarrolla en un contexto inédito: el dela extensión planetaria de la pandemia de COVID-19.Nos proponemos analizar la dinámica política de la ne-gociación en curso con los tenedores privados de títulosbajo legislación extranjera y cómo repercute la pande-mia sobre ese proceso. El trabajo se organiza de la si-guiente forma: al repaso del derrotero que llevó alestallido de la crisis de la deuda al final de la gestión deCambiemos sigue un análisis político de la reestructura-ción de deuda en el marco de la pandemia. Cierra unbreve apartado de reflexiones.

NUEVA CRISIS DE DEUDA, INSOSTENIBILIDADY REESTRUCTURACIÓN

El gobierno de Cambiemos alentó el tercer ciclo de en-deudamiento en la historia económica argentina reciente,que continuó al de la dictadura y la convertibilidad. Lostres tienen cuatro puntos en común: promo- vieron el fi-nanciamiento en divisas y bajo legislación extranjera (cré-ditos comerciales en la década de 1970, títulos públicosa partir de 1990) para cubrir una muy deficitaria cuentacorriente; sostuvieron procesos de significativa apreciacióncambiaria, que reforzaron –a su vez− el déficit externo; re-currieron al FMI cuando se volvió insostenible mantenerel financiamiento privado; y fueron seguidos por com-plejas reestructuraciones de deuda. Sin embargo, el en-deudamiento durante Cambiemos fue diferente en su du-ración, intensidad y actores afectados.

Entre 2016 y 2018, la Argentina emitió más de 88.000millones de dólares de nueva deuda externa pública y

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privada (equivalentes a 13% del PBI)1, seguida por44.000 millones de dólares del FMI, en lo que fue elcrédito condicional más alto de la historia del organismohasta la fecha. Este proceso aumentó significativamenteel nivel de deuda (llegando en el tercer trimestre de 2019a 332.000 millones de dólares, y aumentando pocomenos de 110.000 millones de dólares respecto de2015) y empeoró su composición, pues se incrementó laproporción de títulos en moneda extranjera al tiempoque disminuyó la vida promedio de los créditos.

El creciente déficit de cuenta corriente y la persistenciadel déficit fiscal −influido por la disminución deimpuestos progresivos como el de los bienes personalesy las retenciones− en un contexto de apreciación realdel tipo de cambio disparó una corrida cambiaria quegeneró una depreciación considerable de este. A lasalida de capitales externos de portafolio se sumó elaumento del ritmo de dolarización de excedentes porparte de los actores económicos locales. En pocosmeses, la Argentina pasó de estrella de los mercadosfinancieros globales a paria de los fondos de inversión.

El programa con el FMI logró ajustar la cuenta corriente,pero a costa de un desplome de las importaciones comoresultado de una profunda recesión. Esto agravó lasostenibilidad de la deuda y aceleró la fuga de capitales,lo que obligó al gobierno de Cambiemos a reinstaurarlos controles de cambio que había eliminado cuatroaños antes.

El nuevo gobierno peronista, que llegó al poder en di-ciembre de 2019, asumió las dificultades existentes conrelación a la deuda pública y encaró una estrategia encuatro tiempos, definidos por la premura de los com-promisos y el margen para renegociarlos: reestructurar

LA REESTRUCTURACIÓN DE LA DEUDA ARGENTINA EN EL CONTEXTO DE LA PANDEMIA GLOBAL

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LA REESTRUCTURACIÓN DE LA DEUDA ARGENTINA EN EL CONTEXTO DE LA PANDEMIA GLOBAL

1 Bortz, Pablo y Nicolás Zeolla (2018): “Argentina: From the “Con-fidence Fairy” to the (still Devilish) IMF”, Critical Macro Finance. Disponible en https://criticalfinance.org/2018/05/17/argentina-from-the-confidence-fairy-to-the-still-devilish-imf/

Pablo Nemiña y María Emilia Val

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los títulos bajo legislación extranjera, por entender queera el tramo más complejo en términos legales y finan-cieros debido al peligro que presentan los comúnmentellamados “fondos buitre”; seguidos por los títulos regi-dos por ley local (que, según anunció el gobierno, repli-carán los criterios definidos para los bonos bajo leyextranjera); avanzar en un nuevo acuerdo con el FMIque permita refinanciar los vencimientos por más de15.000 millones de dólares anuales que vencen en 2022y 2023, y refinanciar los pagos al Club de París.

La deuda para la primera reestructuración asciende a68.800 millones de dólares, de los cuales un tercioaproximadamente corresponde a los títulos Par yDiscount emitidos en los canjes de 2005 y 2010, y elresto a los bonos emitidos desde 2016 (BIRAD, BIRAE yBIRAF). A mediados de abril el gobierno presentó laoferta de canje que establecía un menú de títulos quesuponen un alargamiento de los plazos, una reducciónsignificativa de los intereses (con un período de graciade 3 años) pero mucho menor de capital (62% y 5,4%en promedio, respectivamente).

Atendiendo a las recomendaciones del análisis desustentabilidad de la deuda realizado por el staff del FMI,la propuesta busca restablecer un sendero sosteniblepara la deuda; es decir, que presente un nivel, estructuray perfil que, acompañados por un programa compatiblecon un crecimiento económico estable y equitativo,permita atender regularmente los compromisos de pagojunto con las necesidades de la población −en particularlas de los sectores más vulnerables−, evitando una nuevacrisis en los próximos años.

Aunque la intención de compartir con los acreedoresprivados el costo del ajuste rememora el canje de Nés-tor Kirchner, la estrategia se da en un escenario muy dis-tinto, lo que ha instalado una compleja negociación porvarios motivos. Primero, la delicada situación externa yeconómica argentina genera expectativas en empresasy provincias en torno a un probable regreso a los mer-cados en el mediano plazo, por lo cual incitan una re-solución de la disputa que morigere los costos finan-cieros y reputacionales ligados a la crisis. Segundo, eluniverso acreedor presenta una estructura más homo-génea que en 2001, muy concentrada en grandes ac-tores (se destacan los fondos de inversión estadouni-denses BlackRock, Fidelity, Pimco, Templeton y Grey-lock) que poseen la expertise y los recursos para nego-ciar con mayor dureza, así como para influir sobre el sis-tema político, lo que fortalece sus reticencias a aceptarquitas y cambios sustantivos en las condiciones de re-pago, así como también sus posibilidades de bloqueo alas iniciativas gubernamentales. Por último, hay quedestacar el papel del FMI, que ha apoyado la estrategia

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del gobierno frente a los acreedores privados, lo quepuede explicarse por dos factores. En primer lugar, laArgentina y el FMI son socios: nuestro país debe casiuno de cada dos dólares que tiene prestados el orga-nismo en créditos no concesionales, y este posee el11% de la deuda bruta de la Nación. En este marco,apoyar una quita sustantiva a los acreedores privados re-fleja el interés del organismo por liberar más divisas paraasegurarse el cobro de sus acreencias. En segundo lu-gar, expresa un paulatino reconocimiento del Fondo res-pecto de la insostenibilidad financiera y la inviabilidadpolítica de imponer ajustes desproporcionados a losdeudores para pagar sus deudas. En este sentido, el or-ganismo publicó una nota técnica2 en la cual reconocióla insostenibilidad de la deuda argentina, requiriéndoseen este caso importantes recortes en el stock de deuday en el servicio anual de ella.

Si los puntos precedentes y los desarrollos de lasnegociaciones (que incluyeron el rechazo por parte de losacreedores de los términos de canje y la presentación decontrapropuestas, la extensión del período de aceptaciónen numerosas oportunidades, un nuevo default selectivoy una inminente nueva oferta) muestran las desigualesrelaciones de fuerza y los limitados márgenes que poseeel gobierno para sostener su estrategia, la aparicióninesperada de la pandemia sumó incertidumbre a esteproceso, de por sí complejo.

REESTRUCTURAR LA DEUDA EN TIEMPOS DE PANDEMIA

El escenario global, que ya mostraba tensiones derivadasde la disputa política y económica entre Estados Unidosy China, el paulatino aumento del proteccionismo y lavolatilidad en el precio del petróleo, se vio sacudido porla aparición y rápida expansión del COVID-19. Ante elcrecimiento de casos y muertes, y el riesgo de desbordede los sistemas de salud, los gobiernos declararonmedidas de aislamiento físico prácticamente simultáneas3

para evitar una catástrofe sanitaria, que frenaron laactividad económica. El shock de oferta desató unaabrupta recesión global, que el FMI ya considera “tanmala o peor que la de 2009”4.

En términos financieros se observa un aumento signifi-cativo del riesgo de una crisis global de deudas corpo-

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2 Https://www.imf.org/es/Countries/ARG/summary-of-staff-tech-nical-note

3 Hubo casos en los que se observaron preocupantes demoras yflexibilizaciones −en términos de sus consecuencias sanitariasy humanitarias− como Brasil y EEUU.

4 La Nación (27/3/2020) https://www.lanacion.com.ar/economia/georgieva-advirtio-recesion-pandemia-puede-ser-peor-nid2348033

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rativas y soberanas de los países de ingreso medio ybajo, debido a una combinación de factores. Al impactode la suspensión de la mayor parte de las actividadesproductivas y comerciales, se suma la caída del preciode las materias primas y la salida de capitales de lospaíses en desarrollo a un ritmo que supera el de la crisisde 20085. Ante este escenario, se ha observado una re-acción generalizada −aunque con baja coordinación−de los gobiernos tendiente a promover medidas fiscalesy monetarias contracíclicas que permitan morigerar elimpacto económico de la crisis, al tiempo que acceder alos insumos sanitarios necesarios para enfrentar la pan-demia. Entre estas medidas se destacan las transferen-cias monetarias directas, los subsidios al desempleo, laasistencia al pago de aportes patronales y la baja de latasa de interés, entre otras. Naturalmente, las econo-mías centrales y con sólida situación fiscal tienen mayormargen para implementarlas; pero los países pobres yaquellos con alto endeudamiento (como la Argentina)disponen de márgenes mucho más estrechos, lo cualpodría agravar la crisis sanitaria o económica.

Con relación a la reestructuración de la deuda argen-tina, puede plantearse que la pandemia trae conse-cuencias contrapuestas. Por una parte, la situación fiscalse verá afectada debido a la caída de la recaudación porla recesión local y global, más el aumento del gasto paraatemperar el impacto de la crisis. El esfuerzo fiscal parafortalecer el sistema de salud y sostener las transferen-cias a las pequeñas empresas, los trabajadores, jubila-dos y la economía informal requerirán un aumento de laemisión monetaria que podría presionar la inflación6.Este escenario podría disminuir la aceptación del canjede deuda, al incrementar la incertidumbre por parte delos acreedores sobre la capacidad de repago de la Ar-gentina. Sin embargo, este efecto podría verse com-pensado por la disminución de la tasa de interés global,que reduce la aversión al riesgo de los acreedores enbusca de rendimientos más elevados que los disponiblesen los países centrales.

Por otra parte, el relativo consenso internacional entorno a la consideración de la situación extraordinariade la pandemia y la duración extendida de sus efectos–que ha despertado algunas moderadas iniciativas mul-tilaterales, como la del G20, tendientes a generar alivios

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financieros para los países pobres− podría también ope-rar a favor de la Argentina. Las dificultades sociales yeconómicas domésticas7 potencian la necesidad de unareestructuración compatible con el crecimiento y el cui-dado de la población, tal como lo plantea el gobierno,lo que se hace más evidente en el contexto actual decrisis superpuestas con repercusiones futuras aún in-ciertas. Sin embargo, este consenso encuentra límitesclaros en la tibia coordinación global en torno a la crisisde deuda y el poder de los grandes fondos inversoresen países en debt distress.

Si bien diversos especialistas han reconocido el riesgode una crisis de deuda global8, con especial impacto enlos países con bajo o nulo acceso a los mercados inter-nacionales de deuda, las diferencias en la gobernanzafinanciera limitaron una respuesta sustantiva y coordi-nada. Mientras que países en desarrollo alientan un au-mento de la liquidez global vía una emisión de derechosespeciales de giro y la flexibilización de los criterios de fi-nanciamiento (propuesta respaldada por el propio FMI)y la UNCTAD llama a establecer un marco para contri-buir de manera significativa al alivio de la deuda; Esta-dos Unidos obturó los intentos de asistencia multilateralsignificativa y circunscribió la ayuda a la provisión de me-jores condiciones de liquidez a través de bajas tasas deinterés y emisión monetaria. La política financiera es-tado-unidense permite “patear el problema para ade-lante” a los países con acceso a los mercados de deuda,que recurrieron al financiamiento privado9, pero a costade aumentar la proporción de deuda sobre un productoen caída. Por otra parte, no ofrece respuestas categóri-cas a los países de ingreso bajo o sin acceso a los mer-cados privados de deuda, quienes descansan más bienen el financiamiento multilateral, las remesas o la ayudaoficial (tres ventanas de financiamiento restringidas porel momento).

Si bien el gobierno contó con el apoyo público deespecialistas extranjeros y locales, la intransigencia quemuestran algunos de los poderosos fondos queadministran tenencias de la Argentina les ha permitido

LA REESTRUCTURACIÓN DE LA DEUDA ARGENTINA EN EL CONTEXTO DE LA PANDEMIA GLOBAL

5 The National (9/4/2020) https://www.thenational.ae/business/emerging-markets-to-see-sharp-decline-in-capital-flows-due-to-covid-19-and-low-oil-prices-iif-says-1.1003809

6 Según datos del INDEC, el año 2019 cerró con una inflación del53,8%. En abril y mayo de 2020 la variación del índice fue del1,4% y 1,5%, respectivamente, aunque en el marco de una iné-dita caída de la actividad.

7 La Argentina cursa el segundo año consecutivo de caída del pro-ducto y ha visto aumentar la pobreza llegando a más del 35% dela población.

8 Reinhart, Carmen y Kenneth Rogoff (2020), “Una moratoria alas deudas de economías emergentes y en desarrollo”, ProjectSyndicate. Disponible en https://www.project-syndicate.org/commentary/suspend-emerging-and-developing-economies-debt-payments-by-carmen-reinhart-and-kenneth-rogoff-2020-04/spanish

9 Financial Times (14/6/2020) “Developing economies borrowmore despite debt relief initiative” https://www.ft.com/content/54c545aa-01b5-4e95-8adc-e680f5d82be1

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obtener diversas mejoras a la oferta inicial, queaumentaron el valor de recupero y acercaron la oferta alumbral de la sustentabilidad, aunque sin asegurar unatasa de aceptación que permita cerrar la negociación.

REFLEXIONES FINALES

Nuevamente estamos frente a una reestructuración dedeuda. Sin embargo, esta vez sí es diferente, pues porprimera vez en la historia financiera reciente se realizaráen el marco de una pandemia global.

Si bien el gobierno argentino ha buscado desplegar unaestrategia que reparta los costos con los acreedores, elcontexto de mayor incertidumbre financiera –que anti-cipa serios problemas de deudas para los países deingresos bajos, las economías emergentes y las corpo-raciones−, una contraparte más homogénea y poderosa

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y la urgencia doméstica que supone más de un tercio dela población en la pobreza generan dudas sobre losresultados de esta experiencia.

Una vez más, la Argentina pondrá a prueba la arquitec-tura financiera de las reestructuraciones soberanas y losresultados que se obtengan segura-mente sentarán pre-cedentes (para bien o para mal) que los diferentes ac-tores buscarán replicar en las sucesivas renegociaciones.Si la rápida expansión del COVID-19 resaltó la necesi-dad de una intervención decidida y coordinada a nivelmultilateral, la incertidumbre que afecta a la reestruc-turación argentina evoca la insostenibilidad de los me-canismos de mercado para resolver las cesaciones depago, lo que hace perentorio profundizar la discusiónen torno a las iniciativas de consolidación de instanciasinternacionales que organicen estos procesos asegu-rando igualdad de trato entre acreedores y deudores.

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Ha terminado el mes de junio y la centralidad de la pan-demia hace que todos y todas nos preguntemos cómofue que transcurrieron más de doscientos días desde laasunción del nuevo gobierno. Uno de los planos sobre elcual aparece ese interrogante se refiere al tema de ladeuda financiera pública de la Administración central delEstado nacional y su sostenibilidad. La larga puntualiza-ción que sigue a la palabra deuda es imprescindible por-que si bien se trata de la más relevante por su monto, noincluye la de agencias y empresas del Estado nacional,tampoco la de los Estados subnacionales (provincias, mu-nicipios y comunas), menos aún aquella que tiene pordeudor al sector privado corporativo residente en la Ar-gentina, ya se trate de compañías locales o extranjeras.

El largo proceso de negociación con los principales ad-ministradores de títulos públicos emitidos en monedaextranjera y sujetos a legislación homóloga guarda si-militudes con la prolongada pelea mantenida con los lla-mados holdouts, aunque la imagen pública que dejatraslucir la actual coyuntura aparente niveles menoresde hostilidad.

Son administradores de títulos porque se trata de em-presas dedicadas a proveer de tal servicio a tenedorescuya identidad permanece en la opacidad. Identidadque probablemente incluya a conocidos residentes enla Argentina, sean corporaciones o personas humanas.Y sin perjuicio de que tales empresas administradorassean, a la vez, titulares de deuda argentina es claro quesu negocio es otro.

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Cuando el gobierno nacional lanzó la propuesta delcanje de títulos lo hizo sobre una parte de los emitidosen moneda extranjera y referida a los contratos que con-tenían prórroga de jurisdicción. Al 29 de febrero de2020 la deuda pública financiera del Estado nacional su-maba –expresada en dólares− 324.374 millones. (VerTabla 1)

El canje propuesto se circunscribía solo a algo más de20% del total de aquella deuda. El capital adeudado su-jeto al operativo sumaba, expresado en dólares, 66.238millones, si bien contenía contratos en otras monedas(centralmente en euros).

La propuesta inicial del gobierno nacional consistió enhacer una doble quita: al principal o capital una sumaestimada en 3.600 millones de dólares (5,4% en pro-medio), a los intereses una de envergadura mayor,37.900 millones de dólares (62% en promedio). La tasade interés ofrecida para los nuevos títulos variaba segúnlos vencimientos y la moneda de canje, como lo expresasintéticamente la siguiente tabla.

DEUDA, RENEGOCIACIÓN Y DESPUÉS

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DEUDA, RENEGOCIACIÓN Y DESPUÉS

324.374

LEGISLACIÓN NACIONAL

182.640 EN PESOS Y PESOS + CER 110.674 34,1%

EN MONEDA EXTRANJERA 71.966 22,2%

LEGISLACIÓN EXTRANJERA

141.734

ORGANISMOS INTERNACIONALES 67.604 20,8%

ORGANISMOS OFICIALES 5.270 1,6%

ATRASOS 95 0,0%

NO INGRESADOS CANJE 2005/2010 2.527 0,8%

TÍTULOS A CANJEAR 66.238 20,4%

Tabla 1

Tasa de interés anual

Vencimiento Dólares Euros

2030 De 0,5% a 1,750% De 0,5% a 0,750%

2036 De 0,5% a 3,875% De 0,5% a 2,500%

2039 De 0,6% a 4,500% De 0,6% a 3,250%

2040 De 0,6% a 4,875% De 0,6% a 3,875%

2047 De 0,5% a 4,750% De 0,5% a 3,500%

Sergio Arelovich

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El ofrecimiento de la Argentina contenía una perspectivainteligente en relación con el antecedente 2005-2010 yen el marco de la turbulencia en los mercados financie-ros internacionales. La quita nominal del capital era ra-zonable, la quita de intereses era fruto de una reducciónde la sobretasa de riesgo en la cual se habían confor-mado los contratos de deuda. El alargamiento de plazoscontenido en la propuesta era adecuado a la propor-cionalidad de las tenencias y su composición por tipo yperfil original de vencimientos.

La composición de los títulos a sustituir era la siguiente:

Podría decirse que la propuesta argentina contenía unalto grado de racionalidad en el marco de la situación yaestructural de volatilidad presente en los mercados fi-nancieros internacionales. Sin embargo, no es la racio-nalidad ni la mesura lo que caracteriza tanto aadministradores como tenedores de deuda soberana,sino una expectativa de obtención de ganancias ex-traordinarias en el corto plazo, típica del comporta-miento parasitario o rentístico.

Esta es la razón que permite explicar los oscuros sende-ros por los que se desenvuelve el ya largo proceso denegociación, en el cual se alternan en el papel del bueno

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y del malo unos u otros fondos de administración dedeuda soberana. Un capítulo especial merecería el aná-lisis de la magnitud, calidad e incumbencias de tales fon-dos administrados, cuestión que excede el propósito deeste escrito. Si bien se desconoce el detalle de lo cedidoen el terreno de la conversación que mantiene el minis-tro Martín Guzmán con administradores y acreedores,es indudable que los elementos de la mesa de negocia-ciones involucran: tenor de la quita de capital, nivel detasas de interés, nuevos plazos de vencimiento, acorta-miento del período de gracia y condiciones de mayorprotección (léase de impunidad) a tenedores ante pro-cedimientos o recursos de acción colectiva. El gobiernonacional insiste públicamente en su compromiso paraconstruir una salida negociada que se presente comosostenible. Nada hace pensar que sea el único caminoposible, sin descartar como alternativas un arreglo par-cial y/o la suspensión de pagos junto a una reestructu-ración unilateral.

Ocurre que además de la deuda ofrecida en canje hayotra importante porción sujeta a legislación extranjera ycontratada en moneda diferente de la argentina. Incluyeuna superior a los 67.000 millones de dólares con or-ganismos financieros internacionales dentro de los cua-les la que tiene por acreedor al FMI representa 64%.También hay una deuda con el Club de París y queda elrezago de lo no ingresado al canje 2005-2010 que al-canza entre capital e intereses vencidos unos 2.500 mi-llones de dólares.

La quita de capital y de intereses contenida en la pro-puesta inicial no tiene por qué circunscribirse a la partede la deuda antes descripta. El 22 de diciembre de 2005la prensa en el mundo anunciaba que el FMI había de-cidido dar por incobrable la deuda exterior de 20 paísestomada con el organismo. En el argot utilizado por elFMI, se trató de un Alivio de la Deuda Multilateral(IADM). Lo hizo determinando una quita de 100%, elantecedente temporal más cercano en este tema. Lospaíses beneficiados por tal medida fueron: Benín, Boli-via, Burkina Faso, Camboya, Etiopía, Ghana, Guyana,Honduras, Madagascar, Malí, Mauritania, Mozambi-que, Nicaragua, Níger, Ruanda, Senegal, Tanzania, Ta-yikistán, Uganda y Zambia. La suma de la quita llegó alos 2.503 millones de SDR: esta sigla traducida al espa-ñol significa Derechos Especiales de Giro, una monedade cuenta en la cual se registran las operaciones delFMI, resultante de la cotización de una canasta de mo-nedas. Al 30 de abril de 2006, fecha de cierre del ejer-cicio anual del FMI en el cual se aplicó la quita, eraequivalente a 3.960 millones de dólares, porque 1 SDR= 1,58 dólares estadounidenses. La Argentina no estáen una situación grave de insolvencia como lo estabanlos 20 países mencionados, pero los dichos de la vice-

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BIRAD Bonos Internacionales de la República Argentina emitidos en dólares

Abr. 2021 6,875%

Ene. 2022 5,625%

Ene. 2023 4,625%

Abr. 2026 7,500%

Ene. 2027 6,875%

Ene. 2028 5,875%

Jul. 2028 6,625%

Jul. 2036 7,125%

Abr. 2046 7,625%

Ene. 2048 6,875%

Abr. 2117 7,125%

BIRAE Bonos Internacionalesde la República Argentinaemitidos en euros

Ene. 2022 3,875%

Ene. 2023 3,875%

Ene. 2027 5,000%

Ene. 2028 5,250%

Nov. 2047 6,250%

BIRAF - Francos Dic. 2020 3,375%

Bono par USD Canje 2005

Bono par Euros Canje 2005

Bono Discount USDCanje 2005

Bono Discount EurosCanje 2005

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presidenta Cristina Fernández marcaron la naturalezadel problema: el préstamo fue tomado para salvar laropa de acreedores amigos del poder y a la vez permi-tir la dolarización de las ganancias obtenidas en pesos,lo cual implicó una brutal fuga de reservas internacio-nales. El FMI y el gobierno nacional sabían del destinopresunto de los préstamos recibidos y si hubiere algunaduda, basta con mirar cuando se generaron los desem-bolsos del FMI, cómo y por qué conceptos fueron ba-jando las reservas internacionales.

Una mirada retrospectiva de corto plazo en relación conel stock permitiría señalar un conjunto de elementospara completar la visión sobre el problema de la deuda.Para eso quizá sea necesario preguntarse cuál es lafuente de financiamiento de la atención de los compro-misos en moneda extranjera. La respuesta no por obviadeja de ser relevante: parte del saldo positivo de la ba-lanza comercial (exportaciones menos importaciones).¿Por qué parte? Porque hay otros compromisos quecomponen la demanda de moneda extranjera, talescomo la remesa de utilidades de las empresas extranje-ras radicadas en el país, las obligaciones financieras enmoneda extranjera del sector privado corporativo, elflujo neto tendencialmente negativo del turismo, la pre-sión −aunque administrada− de la formación de activosexternos, etc.

La última información pública disponible al momentode redacción de estas líneas data del 31 de mayo de2020. De ella surgen algunas claves a tener en cuenta:

• La deuda en moneda extranjera expresada en dó-lares asciende a los 249.000 millones de esa mo-neda, stock que se ha mantenido casi sin variantesdesde agosto de 2019. Esto implica que no ha ha-bido cancelaciones netas de capital, en pocos casossustituidas por renovaciones de idéntica magnitud.El stock de deuda en moneda extranjera al final deltercer trimestre de 2015 ascendía a 164.000 millo-nes de dólares, lo cual exhibe una variación netade algo más de 85.000 millones de dólares.

• La deuda en pesos se compone de partidas noajustables y otras ajustables por el CER. Ascendíaal 31 de mayo a algo más de 5 billones de pesos,habiendo experimentado un crecimiento respectode enero de 2019 algo mayor a 67%.

• Este incremento se explica fundamentalmente porlos contratos ajustables por CER, que pasaron desumar 816.000 millones de pesos a 2 billones206.000 millones de pesos, en parte por la capita-lización del ajuste. Si bien es más cómoda unadeuda en pesos que en moneda extranjera debe

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decirse que en términos de administración presu-puestaria la deuda ajustable eleva la tensión dadoque el ritmo de la recaudación está marchando pordebajo del crecimiento de los precios internos.Cabe aclarar que la porción mayoritaria de los con-tratos ajustables por CER procede del canje dedeuda 2005-2010.

Todo cuestionamiento a los niveles de deuda existentesrequiere ampliar la mirada y al mismo tiempo reconocerlas restricciones para su abordaje, sin descartar el uso devías colaterales o incidentales para atenuar su peso en eldesarrollo de la economía doméstica. El peor consejo esel empleo de reduccionismos frente a situaciones com-plejas y multidimensionales como esta. Y hay un condi-mento especial en esta coyuntura: el incremento dedeuda lo fue por decisión de un gobierno elegido por elvoto popular y avalado en el tratamiento del presupuestopor una mayoría de diputados y senadores. En esta líneadebiera pensarse el diseño de las acciones a desarrollar.Acciones referidas a tres planos independientes y a la vezparte de una misma mirada estratégica.

Arreglo

Dada la imposibilidad de atención de los vencimientos yla proporción de ellos sobre las cuentas públicas y el PBI,es claro que no se trata de un problema de liquidez so-lucionable con un reescalonamiento de plazos. Se tratade un problema de solvencia: ni el Estado nacional ni eltejido social argentino tienen condiciones materialespara atender los compromisos. La solución pasa por unaquita y a continuación un reescalonamiento, procesoque debe incluir un período generoso de gracia más unarevisión de las tasas de interés de los nuevos contratos.

Procesos de investigación

La toma de deuda durante el gobierno de Cambiemosmerece ser investigada en alguno o en todos estos pla-nos: administrativo, parlamentario y judicial.

Tal necesidad se apoya en varios pilares, tales como lossiguientes:

• Fuga de capitales, que en la jerga cambiaria se lallama formación de activos externos

• Alto nivel de tasas de interés de las operaciones

• Operación a 100 años: que deberán resolver los hi-jos de padres que aún no nacieron

• Comisiones cobradas por bancos, agencias, con-

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sultoras de riesgo y otros por la colocación dedeuda

• Conflicto de intereses en el doble rol de personas:funcionarios y a la vez socios o exsocios de fondosde inversión, consultoras, etc.

• Operación de deuda (MHyFP res. 146/2016) paracancelar reclamo de los fondos buitres por 16.500millones de dólares

• Toma de deuda con ANSES del Fondo de Garantíade Sustentabilidad (FGS)

• Toma de deuda en varias oportunidades del Bancode la Nación Argentina lesionando su solvencia pa-trimonial y quitando participación en el mercado.Solo en 2016 el BNA prestó al Tesoro 72.848 mi-llones de pesos

• Términos de negociación con el FMI de acceso ne-gado al público

• Revisión del marco legal del blanqueo de capitalesy su colisión con el régimen penal tributario

• Programa de reparación de daños por el endeu-damiento público generado por el gobierno deCambiemos

• Responsabilidades emergentes en el Poder Ejecu-tivo, Poder Legislativo y Poder Judicial

• Acciones de reparación patrimonial del Estado na-cional

Protocolo legal

La Argentina no debe permitirse caer nuevamente enuna situación de crisis de deuda. Para evitarlo se re-

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quieren varias acciones. Entre ellas podrían enumerarselas siguientes:

1. La eliminación del derecho consagrado al PoderEjecutivo en la Ley de Administración Financiera detoma de deuda con organismos multilaterales decrédito sin necesidad de aprobación por parte delCongreso de la Nación, lo cual viola el artículo 75de la Constitución Nacional.

2. Dictar un Código de fondo relativo a la deuda pú-blica interna y externa, estatal y privada.

3. Invitar a los gobiernos provinciales a adherir al ré-gimen federal de deuda pública contenido en talCódigo. En este cuerpo legal debieran definirsecuestiones tales como:

• La pertinencia de deuda a corto plazo y demediano-largo plazo. Corto plazo: para re-solver cuestiones coyunturales de liquidezque debiera ser siempre en moneda local.Mediano y largo plazo: con fuente de finan-ciamiento de residentes y en forma accesoriay marginal de no residentes.

• Análisis de pertinencia de la prórroga de ju-risdicción en contratos con no residentes.

• Por defecto, toda toma de deuda debiera sercon afectación específica y no en emisionesutilizables con fines diversos. Esto debe iracompañado de un límite a la porción dedeuda de títulos de libre circulación en mer-cados secundarios.

• Restringir la posibilidad de toma de deuda enmoneda extranjera a los casos en los cuales eldestino hubiere estado asociado con la ge-neración de ingresos en idéntica moneda.

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En plena crisis global por la pandemia, todas lasdinámicas de cambio están en disputa. Es claro que estáen marcha una reconfiguración de las relaciones socialesen múltiples planos, pero su orientación es lo que no esevidente: está en pugna ahora mismo. Podemosobservarlo de modo directo con algunas preguntas:¿cuáles son los sectores que hoy están “parados” ycuáles los que no dejan de crecer? ¿Cuáles son lxstrabajadorxs superexplotadxs y peor remuneradxs frentea las exigencias del momento? ¿Sobre qué territorios seconcentran hoy los efectos del despojo de infraestructuray servicios públicos? Creemos que la deuda −dispositivoprivilegiado del capitalismo bajo hegemonía financiera−es un terreno de batalla clave en esa reconfiguración.Más concretamente: ¿qué papel está jugando el endeu-damiento a nivel global y a nivel doméstico en estemomento de crisis?

En nuestra investigación Una lectura feminista de ladeuda (2019) hemos desarrollado cómo el endeu-damiento público, acelerado exponencialmente en losúltimos cuatro años en la Argentina, se tradujo enpolíticas de ajuste que se derramaron en los hogarescomo deuda doméstica. Así, junto a la inflación y laconsecuente pérdida de poder adquisitivo de subsidiosy salarios, se produjo una realidad en la cual se volviónecesario el endeudamiento para acceder a bienes tanbásicos como alimentos y medicamentos.

La deuda deviene así obligatoria para la reproducciónsocial. Esta es la hipótesis en la que venimos trabajando:comprender la deuda llamada privada como un disposi-tivo de colonización financiera del territorio doméstico.En esta clave también hemos concep-tualizado cómo lasfinanzas deben comprenderse en términos de la lógicaextractiva del capital, para caracterizar la situación con-temporánea en términos de “extractivismo financiero”(Cavallero y Gago 2019).

Esta situación, claro está, no se genera de un día para elotro. Hay una genealogía que muy rápidamente pode-mos sintetizar para nuestra región. Si en los años 80 el

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endeudamiento disciplinó las transiciones democráticasen América Latina como vía de salida de las dictaduras;luego, en los años 90, la forma “Consenso de Was-hington” de las reformas neoliberales impusieron nue-vos umbrales de deuda; y estos últimos años asistimosa un fuerte relanzamiento de la colonización financierasobre nuestros países, combinada con situaciones depobreza y despojo de recursos cada vez más intensivas.

Esta colonización financiera derramada en términos dedeuda doméstica tomó como territorio de conquista alas poblaciones más empobrecidas y precarizadas. Estose vincula a su vez, en términos retroactivos, con elmodo en que se han conectado los subsidios socialescon la bancarización masiva, en un proceso que llevamás de una década en la región. En la Argentina estefenómeno tomó una forma particular en los últimosaños: según un estudio de 2019 del Centro de Econo-mía Política Argentina (CEPA)1 sobre el endeudamientode los hogares pobres, la cantidad de créditos pedidospor (y otorgados a) las beneficiarias de AUH (Asigna-ción Universal por Hijo) llegó a 92% de las asignacionesexistentes.

Vemos así cómo, cuando la relación de deuda se derramahacia abajo, se difunden los efectos de la deuda tomadapor los Estados a modo de cascada. Es decir, los despo-jos y privatizaciones a los que obliga el endeudamientoestatal se traducen como endeudamiento compulsivohacia los sectores subalternos, que pasan a acceder abienes y servicios a través de la mediación de la deuda.Esto tiene el efecto, tanto de modificar la relación entreingreso y deuda, como también entre deuda y acceso aderechos.

En esta clave, subrayamos la importancia de conectar ladeuda externa y la deuda doméstica para dar cuenta del

LA REESTRUCTURACIÓN DE LA DEUDA ARGENTINA EN EL CONTEXTO DE LA PANDEMIA GLOBAL

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CONTRA EL EXTRACTIVISMO FINANCIERO: EXTENDER LA CUARENTENA A LAS FINANZASLuci Cavallero y Verónica Gago

1 “Los impactos del ajuste económico en las políticas de niñez yadolescencia, 2016-2019”https://centrocepa.com.ar/informes/230-los-impactos-del-ajuste-economico-en-las-politicas-de-ninez-y-adolescencia-2016-2019.html

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circuito completo. Y aún más: es esta cartografía espe-cífica la que nos permite ver sobre qué cuerpos, econo-mías y territorios esa deuda se produce. Esta es la me-todología feminista que venimos desplegando, que va delas finanzas a los cuerpos. ¿A quiénes se endeuda?¿Cómo? ¿Con qué tasas de interés? ¿Qué tipo de tra-bajo, remunerado y no remunerado, caracteriza a lapoblación más endeudada? Estas fueron algunas pre-guntas que en los últimos años hemos desarrollado,tanto en términos de acción política como de producciónde conocimiento e información.

LA PRODUCCIÓN DE NUEVAS DEUDAS

En los meses que llevamos de aislamiento social, pre-ventivo y obligatorio se constata el aumento aceleradode la pobreza y situaciones de precariedad generalizaday, en consecuencia, el incremento de deudas en los ho-gares, aun si el gobierno otorgó un ingreso familiar deemergencia (IFE) que alcanzó alrededor de nueve millo-nes de personas. La disminución de ingresos para lagran parte de la población que no tiene empleo asala-riado fijo, el recorte de sueldos incluso para quienes sí lotienen, y los despidos (aunque están prohibidos por ley)forman parte del paisaje de veloz pauperización.

En simultáneo, se produce una superexplotación enciertos trabajos: los trabajos domésticos, barriales,campesinos, que hoy son los más precarizados y a la vezvisibilizados en su rol de “esencial” para enfrentar lacrisis. Son estos trabajos también los que aseguran lalogística popular que debe responder a las urgenciascotidianas: de la emergencia alimentaria a la sanitaria,pasando por las violencias de género. Mientras, losdelivery por plataformas aseguran logísticas baratas yprecarias de reparto para que un sector de la poblaciónpueda cumplir con el aislamiento.

Entendemos que estamos en un momento en que ladisputa sobre los modos de trabajo es fundamental: sepretende forzar la constitución de una nueva clase servil(Sassen 2003) que provea servicios para cierta otra clasede trabajadorxs híperproductivxs (quienes son hoy focode la reconfiguración vía teletrabajo), disciplinando asectores subalternos que vienen luchando por elreconocimiento y remuneración justamente de esastareas históricamente devaluadas y mal pagas. Aquí laclave feminista para leer este conflicto es fundamental.

A su vez, a mayor precarización del trabajo, sobre todoen ciertos sectores, vemos un engranaje concomitantede aumento y diversificación del endeudamiento. Enesta línea, es fundamental subrayar el carácter femini-zado de las economías precarizadas que son hoy objetopreferido de endeudamiento. Lo feminizado tiene una

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doble acepción. Por un lado, cuantitativa: por la mayo-ritaria presencia de mujeres, lesbianas, travestis y transen el rol de “jefas de hogar”, es decir, principal sosténfamiliar (en familias que son familias ampliadas, ensam-bladas y también implosionadas). Por el otro, cualitativa:en relación con el tipo de tareas que se realizan y quetienen que ver también en términos mayoritarios con la-bores de cuidados comunitarios, de provisión de ali-mentos, de seguridad y de limpieza barrial y, de modoextenso, de producción de infraestructura de serviciosbásicos para la reproducción de la vida.

Una lectura feminista del problema financiero, tal comolo venimos desarrollando (Cavallero y Gago, 2019)confronta la dinámica abstracta de las finanzas en surelación con la vida cotidiana, con las formas de laviolencia en los hogares y en los diversos territorios ycon las modalidades actuales de explotación del trabajo.Queremos puntualizar aquí las nuevas formas deendeudamiento que se están produciendo en la crisis, apartir de un trabajo de encuestas2 y entrevistas querealizamos sumado a otras fuentes que estamosrevisando.

Vivienda

Uno de los centros del conflicto actual es la vivienda. Apartir del imperativo #QuedateEnCasa se ha revelado ladificultad de lo que esto significa en el contexto actualy, en particular, con el aumento de violencia de géneroque se registra en condiciones de confinamiento.Hacinamiento, barrios enteros sin agua y alquileres quese vuelven impagables. Esto, por supuesto, intensificalos efectos de lo que Raquel Rolnik (2017) llama“colonización financiera del suelo y la vivienda” paranombrar el proceso de financiarización del acceso a lavivienda.

En relación con la situación de lxs inquilinxs, según unaencuesta realizada por la Federación de Inquilinos3, másdel 60% de quienes alquilan se endeudaron de algunamanera (con préstamos bancarios y no bancarios o confamiliares o amigxs) frente a la imposibilidad de pagar elalquiler del mes mayo.

Hoy, entonces, la deuda por razón de la viviendaexpresa lo que denominamos violencia propietaria. Esto

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2 Agradecemos especialmente la colaboración de Mónica Sla-dogna en la realización de esta encuesta a trabajadoras delhogar.

3 https://www.inquilinosagrupados.com.ar/la-situacion-de-los-as-inquilinos-as-se-ve-agravada-mes-a-mes-por-los-efectos-economicos-de-la-pandemia/

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se concreta en el abuso directo de dueñxs e inmo-biliarias que aprovechan la situación crítica paraamenazar, amedrentar, no renovar contratos o direc-tamente desalojar a inquilinxs. Esta es una situación quese agrava aún más cuando se trata de mujeres con hijxs,lesbianas, travestis y trans, traduciéndose en formasdirectas de violencia de género. Sabemos que paramuchxs, la deuda es la antesala del desalojo y, a la vez,la manera de aplazarlo, de postergarlo.

Pero esa violencia propietaria también recrudece en elmercado inmobiliario informal, cuando las casas sonhabitaciones de hotel o cuartos alquilados en una villa ocasas compartidas en asentamientos, donde en generalno hay contrato ni recibo de pago de por medio, perolos costos y el ajuste inflacionario de los montos soniguales o mayores a los que implica el alquiler de undepartamento pequeño.

Estas deudas, además, pretenden confiscar desde ahoraingresos a futuro: sean sueldos prometidos para el fin dela pandemia, subsidios o, más directamente, obligan ala toma de nuevas deudas con circuitos familiares einformales. Esto también se convierte en un botín paralas financieras que están comprando deuda para másadelante ejecutar las propiedades. Lo cual, a su vez,plantea una analogía con un circuito global de fondosde inversión que en varios países del mundo hoy estánhaciendo grandes negocios con los desahucios ydesalojos.

No es casual que los barrios que hoy son noticia por elaumento exponencial de los contagios sean las villas dela ciudad de Buenos Aires, donde la crisis habitacional esuna prioridad de la agenda política de sus habitantes.

Conectividad

Otra de las fuentes de nuevas deudas que relevamos serelaciona con los teléfonos celulares. Esto se debe a laintensificación del uso de los teléfonos para acceder ainternet, canal de conexión obligatorio con laescolaridad de lxs hijxs. Hacer las tareas escolares hoyrequiere para muchxs un uso enorme de datos que secompran casi a diario. De esta manera, la cuenta delcelular alcanza cifras récord en un momento que, comoseñalábamos, se caracteriza por la pérdida de ingresos.

Así, la situación es directamente de despojo. Por unlado, constatamos que muchas beneficiarias del IFElanzado por el gobierno se ven obligadas a destinarbuena parte de ese ingreso a pagar las tarifas de lasempresas telefónicas. Por otro, vemos una realidad quese caracteriza por una mediación privada para el accesoa la educación pública.

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A su vez, cada una de estas situaciones “nuevas” deendeudamiento ratifica y amplifica la situación de crisisactual en que cada deuda se paga con más deuda. Deeste modo, se conforman verdaderas “canastas” dedeuda, que se van refinanciando entre sí, combinandodiversas tasas de interés, formas de amenaza porincumplimiento y distintos cronogramas de vencimiento.Si Michael Denning (2011) habla del trabajador actualcomo un “recolector de ingresos” que ya no puedegarantizar su reproducción a través de un salario únicoy estable, podemos hablar de “recolectora de deudas”como una profundización del despojo y la precarizaciónde la fuerza de trabajo contemporánea.

EL CIRCUITO COMPLETO: ¿QUIÉN PAGARÁ LA CRISIS?

Este diagnóstico que empieza relevando la multiplicaciónde las deudas privadas en la crisis y los trabajos yterritorios que explota, nos permite trazar, a la vez, losdilemas políticos del momento. Por un lado,constatamos cómo gran parte del IFE otorgado por elgobierno nacional y los ingresos por subsidios y salariosson absorbidos por los bancos, supermercados,empresas de telecomunicación, empresas de plataformasy por pago de deudas. Y, por otro, que las formas de laprecarización laboral que vemos acelerarse expresan lasdisputas al interior de la crisis. En este sentido, otra denuestras hipótesis de trabajo en curso aparece comorelevante: el espacio doméstico se vuelve laboratoriopolítico del capital (Cavallero y Gago 2020). De modomás directo, nos preguntarnos cómo el capitalaprovechará la situación de crisis para reconfigurar lasformas de trabajo, los modos de consumo, losparámetros de ingreso y las relaciones sexo-genéricas.Más concretamente: ¿estamos ante una reestructuraciónde las relaciones de clase que toma como escenaprincipal el ámbito de la reproducción?

Sin dudas, hay sectores para los cuales el momentoactual no solo no significa una detención de susactividades debido a “la cuarentena”, sino querepresenta más bien una oportunidad para acelerar supropia lógica de ganancias, en un contrapunto evidentecon el no reconocimiento salarial a las mujeres,lesbianas, travestis y trans que están sosteniendo laemergencia en los barrios. Es urgente entonces avanzaren iniciativas que confrontan concretamente con lacapacidad de extracción de rentas de esos sectores:desde una regulación de los contratos de alquiler a laprovisión de la conectividad de forma gratuita en losbarrios; pasando por reformas tributarias capaces degravar las grandes fortunas o de incrementar losimpuestos a los bancos, así como el cuestionamiento delas concentraciones empresariales en la producción de

LA REESTRUCTURACIÓN DE LA DEUDA ARGENTINA EN EL CONTEXTO DE LA PANDEMIA GLOBAL

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alimentos4 y medicamentos. Aquí se juega unaconcepción sobre el trabajo, sobre quiénes producenvalor y sobre qué modos de vida merecen ser asistidos,cuidados y rentados y también de dónde saldrán esosrecursos si apuntamos a una reorganización global deltrabajo.

REFERENCIAS

Cavallero, Luci y Verónica Gago (2020). “Deuda, vivienday trabajo: Una agenda feminista para la pospandemia.Revista Anfibia.

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Cavallero, Luci y Verónica Gago (2019). Una lecturafeminista de la deuda. “Vivas, libres y desendeudadasnos queremos”, Buenos Aires: Fundación Rosa Luxem-burgo.

Denning, Michael (2011). “Vida sin salario”. New LeftReview, nº. 66, pp. 77-96.

Rolnik, Raquel (2017): La guerra de los lugares. Lacolonización de la tierra y la vivienda en la era de lasfinanzas, LOM: Santiago de Chile.

Sassen, Saskia (2003). Contrageografías de la globali-zación. Género y ciudadanía en los circuitos transfron-terizos. Traficantes de Sueños: Madrid.

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4 La reciente comunicación del gobierno argentino del proyectode expropiación de una de las empresas exportadoras de ali-mentos más importantes de la Argentina (Vicentín) puede leerseen ese sentido.

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Los artículos de esta publicación colectiva de la FES-Ar-gentina presumen, de manera más explícita que implí-cita, que existen ciertas circunstancias en las que nopagar la deuda pública es una opción jurídicamente po-sible. ¿Es así? En esta breve nota intentaré contribuir aresponder a ese interrogante fundamental, no solo parala Argentina sino para todos los países que están en-deudándose fuerte y rápidamente para poder disponerde recursos de emergencia para capear la pandemia delCOVID-19.

A menudo se considera que el principio pacta sunt ser-vanda −el principio de que los acuerdos deben hon-rarse− es una norma general y absoluta, incluso en elderecho internacional. Se lo considera una de las basesjurídicas que obligan a los Estados a respetar calendariosde pago de la deuda sea como sea.

Pero, cualquier caracterización “absolutista” de estanorma (es decir, negando la posibilidad de examinar po-sibles excepciones a la obligación de reembolso) sincomprender el contexto soberano subyacente suele sersimplista y, por lo tanto, incompleta. Este debate no espuramente teórico, sino que tiene amplias consecuen-cias financieras, dado que el alcance del principio pactasunt servanda en el ámbito de la deuda soberana puededeterminar, en gran medida, en quién/es recae/n las pér-didas financieras derivadas de las reestructuraciones.

Se reconoce que cualquier contrato entre dos o máspartes suele estar sujeto a las normas de la sociedad engeneral2. Por lo tanto, los contratos no pueden ser eje-cutados si violan las leyes y los valores de la comunidad

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en su conjunto, aun si las partes contratantes habíanconvenido inicialmente en los términos de dichos con-tratos. Esto se aplica tanto en los casos en que la partecontratante es una persona como en los que se trata deuna empresa o cualquier otra entidad que debe ajus-tarse a estas reglas más amplias. No hay razón para su-poner que esta misma limitación sea menos pertinentecuando la parte contratante es un Estado soberano.

Un enfoque más matizado del principio pacta sunt ser-vanda es de importancia decisiva para el examen de losvínculos entre la deuda y los derechos humanos. Unaversión absolutista de este principio no puede conside-rarse parte ni del derecho positivo ni del derecho con-suetudinario internacional. Los contratos de deuda exis-ten en un universo jurídico y económico más amplio enel que la relación entre los Estados −en particular en laesfera financiera− y sus poblaciones se debe basar en lospreceptos del derecho internacional de los derechos hu-manos. Quizás los prestamistas prefieran no recono-cerlo, pero no es que no sean conscientes de este vínculo−de ahí sus mayores deberes de diligencia para evitar fi-nanciar violaciones de derechos humanos−.

La creciente importancia que se asigna a la sostenibili-dad como un principio del derecho de la deuda sobe-rana3 es compatible con la noción de pacta suntservanda basada en el entendimiento contemporáneode la soberanía, la legitimidad y los derechos humanos.Las carteras de títulos de deuda sostenibles y los acuer-dos de reestructuración de la deuda deberían incluir lacapacidad de crecimiento y reembolso, pero tambiéndeberían tener en cuenta sus repercusiones en la reali-

¿TODAS LAS DEUDAS DEBEN PAGARSE?

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¿TODAS LAS DEUDAS DEBEN PAGARSE?1

Juan Pablo Bohoslavsky

1 Esta nota presenta las principales conclusiones del informe queel autor presentara en 2015 a la Asamblea General de la ONU(UN Doc. A/70/275).

2 Lienau, Odette, Rethinking Sovereign Debt: Politics, Reputation,and Legitimacy in Modern Finance (Harvard University Press,2014).

3 Bohoslavsky, Juan Pablo y Matthias Goldmann (2016), “An In-cremental Approach to Sovereign Debt Restructuring: SovereignDebt Sustainability as a Principle of Public International Law”,Yale Journal of International Law, Vol. 41, pp. 13-43.

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zación de los derechos económicos, sociales y culturalesde la población del deudor soberano. Si los derechoshumanos no son relevantes en la ecuación económica ylegal del reembolso de las deudas debemos aceptar que,por ejemplo, sería legítimo que los acreedores exigieranque la población venda sus órganos para asegurar el su-perávit primario.

Una definición amplia de la sostenibilidad de la deudaincorpora la sostenibilidad económica, social y ambiental,en el sentido de que la sostenibilidad de la deuda solo selogra cuando el servicio de la deuda no conlleva la vul-neración de los derechos económicos y sociales, no obs-taculiza el logro de los objetivos internacionales dedesarrollo ni impide que se puedan desplegar políticassanitarias y sociales robustas para capear una pandemia.

Una comprensión amplia del principio pacta sunt ser-vanda no traería consigo incertidumbre jurídica. No soloporque en la Convención de Viena sobre el Derecho delos Tratados hay reglas de larga data establecidas parainterpretar normas internacionales en conflicto, con in-clusión de una útil guía elaborada por la Comisión deDerecho Internacional4, sino también, y por sobre todas

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las cosas, porque negar o no confrontar la existencia deun conflicto normativo es, de hecho, lo que provoca unagran incertidumbre. Si las obligaciones financieras y losderechos humanos se consideran obligaciones mutua-mente excluyentes, sin la posibilidad de diálogo entreambas, en una dinámica en que los factores políticos yeconómicos son los que determinan que una prevalezcasobre la otra se perpetuará la incertidumbre. Esta tam-bién es una razón fundamental para establecer unmarco jurídico e institucional multilateral para los pro-cesos de reestructuración de la deuda soberana con au-toridad para determinar e interpretar las reglas. Esemarco contribuiría también a reducir las incertidumbresjurídicas en este ámbito.

Por lo pronto, una pandemia es un caso de estado denecesidad de manual que obliga a las partes a recalibrarlos contratos para asegurar que ambas puedan, literal-mente, seguir existiendo. La escala e implicaciones delas políticas públicas sanitarias recomendadas por la Or-ganización Mundial de la Salud deben ser proporciona-les al espacio fiscal que necesitan los Estados paraimplementarlas y de todo esto debe informar los con-tratos de deuda.

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4 UN Doc. A/CN.4/L.702. https://undocs.org/en/A/CN.4/L.702

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LA DEUDA COMO MECANISMO DE DOMINACIÓN EN LOS PAÍSES PERIFÉRICOS

La deuda y la imposición del “libre comercio” actuaronsiempre como poderosos factores de sometimiento delos Estados y de transferencia de riqueza de los pueblosde la periferia hacia las clases capitalistas del centro,mientras que las clases dominantes locales recibían sucomisión.

Por lo tanto, es válido pensar la deuda como un condi-cionante estructural, de la economía, de las políticas pú-blicas, del modelo de desarrollo e, incluso, del modelode inserción global. Esto fue así, históricamente, en laArgentina y en todos los países del Sur Global.

Desde fines de los años 70 comienza la primacía del ca-pital financiero mundial, este proceso se vale del en-deudamiento como mecanismo fundamental para laacumulación de riqueza. Son los tiempos del neolibera-lismo, con su completa desregulación y libre circulaciónde capitales y mercancías, régimen preferido por el ca-pital financiero, ya que termina siempre, generando pro-cesos de megadeuda.

Se va conformando así un verdadero esquema de ilega-lidades e ilegitimidades que llamamos Sistema de laDeuda. Este mecanismo ha beneficiado, fundamental-mente, a los grandes bancos internacionales (entre treintay cincuenta en el mundo), a las instituciones financierasinternacionales (IFI): FMI, Banco Mundial (BM), BancoInteramericano de Desarrollo (BID), a las empresas trans-nacionales (ETN) y, a los capitales especulativos, tanto ex-tranjeros como locales (fondos de pensión privados, com-pañías de seguros, fondos de inversión, como BlackRock).

LA FUNCIÓN DEL ENDEUDAMIENTO EN LA ARGENTINA Y EN AMÉRICA LATINA Y CARIBE

A fines de los años 70 se produjo un endeudamientoacelerado, que sirvió para absorber el exceso de liqui-

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dez provocado por la decisión unilateral que puso fin ala paridad dólar-oro. A esto se sumó un exceso de ofertade créditos por la banca privada internacional. En nues-tra América esta toma de “créditos” tuvo como funciónfinanciar a las dictaduras militares y comenzar a redi-reccionar los recursos hacia megaproyectos para viabili-zar la explotación de riquezas naturales con miras ademandas del Norte.

Durante los años 80, ante la crisis de deuda provocadapor la elevación unilateral de los tipos de interés porparte del Sistema de la Reserva Federal (FED, por sus si-glas en inglés) −controlado por la banca privada esta-dounidense− se produce la fuerte interferencia del FMIcomenzando la aplicación de los planes de ajuste fiscal,recorte de gastos sociales, sumisión económica y finan-ciera de los países y fuerte saqueo de recursos financie-ros y naturales.

A partir de los años 90, y siguientes, se profundizan lasprivatizaciones, la apertura financiera y comercial, lafirma de múltiples Tratados de Libre Comercio. En si-multáneo, se va dando el proceso de transformación de“deuda externa” en “deuda «interna»”, producto derescates bancarios y de grandes empresas nacionales ytransnacionales.

Son los tiempos, también, de crecimiento de los “mer-cados financieros” con la creación de “productos fi-nancieros” (acciones, mercado de futuros, productosderivados), especulación inmobiliaria, con materias pri-mas, con alimentos, sobre los tipos de cambio de mo-nedas, la compra de títulos de deuda, la manipulaciónsobre los stocks de materias primas y de productos agrí-colas, burbujas financieras, etc.

Estas políticas, defendidas en casi todo el planeta, hoy,han quedado al desnudo, evidenciándose lo que signi-fica la globalización neoliberal capitalista.

No hay duda de que la dupla FMI-BM, con sede en Es-tados Unidos, cumple un papel fundamental en la pro-fundización de este sistema de explotación y muerte.

ARGENTINA EN TIEMPOS DE PANDEMIA: SUSPENSIÓN DE PAGO DE LA DEUDA PÚBLICA Y AUDITORIA POPULAR

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ARGENTINA EN TIEMPOS DE PANDEMIA: SUSPENSIÓN DE PAGO DE LA DEUDA PÚBLICAY AUDITORÍA POPULARMaría Elena Saludas

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La caracterización que hacemos de los tiempos que co-rren consiste en reiterar que estamos frente a una crisismultidimensional a lo que se suma la pandemia delCOVID-19. Hablamos de una crisis: económica, finan-ciera, alimentaria, energética, climática, en fin, civili-zatoria. Todas son parte de la misma crisis, de un sis-tema que ha contribuido, incluso, a la crisis sanitaria.Esta situación presente en el mundo todo está lejos determinar.

¿POR QUÉ HABLAMOS DE SUSPENSIÓN DE PAGO DE LA DEUDA PÚBLICA Y AUDITORÍA POPULAR EN LA ARGENTINA?

Una de las primeras consideraciones: en la Argentina senecesitan divisas para pagar deuda, por lo tanto, seprofundiza el modelo agro-exportador-extractivista e in-cluso se pondera ese modelo. Escuchamos, habitual-mente, que la “Argentina produjo el año pasado un ré-cord de 147 millones de toneladas de granos, suficientepara alimentar a 450 millones de personas”. Realmente,¿es así y cuáles son las consecuencias... de la sojizacióny de su “paquete tecnológico asociado”? ¿Cuáles son lasconsecuencias de la megaminería a cielo abierto, delfracking en Vaca Muerta…?

La deuda pública en la Argentina (externa e interna) enla actualidad ronda los 324.449 millones de dólares. Sise divide por los cerca de 44,5 millones de habitan-tes, cada uno debe una cifra cercana a los 7.300 dóla-res. Es válido señalar que, durante el gobierno deMauricio Macri, esta creció casi 100.000 millones de dó-lares, alcanzando el 90% del PBI.

Hoy estamos frente a un proceso de reestructuración,presentado por el gobierno de Alberto Fernández y porel ministro de Economía, Martín Guzmán. Desde la Au-toconvocatoria por la Suspensión de Pago e Investiga-ción de la Deuda no acordamos con este proceso, ni conla cancelación que se hizo (según información oficial) enel primer trimestre de 2020, que alcanza más de 3.200millones de dólares.

El acuerdo final no se ha cerrado, interesa por tal motivoconocer quiénes son los “bonistas y las presiones queejercen”. Uno de ellos, si bien no tiene una parte sus-tancial de deuda en proceso de reestructuración (1.600y 2.000 millones de dólares) es el famoso “fondo de in-versión” BlackRock, que cumple un rol muy importante,ya que actúa como agente financiero del Tesoro deEEUU, gestiona activos por más de 6 billones de dólares,es el mayor administrador de fondos de inversión, co-propietario de 17.000 empresas y con un poder econó-mico de tal magnitud que solo dos países tienen untamaño económico superior (PBI): EEUU y China.

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Otro tema que merece reflexión es que la propuesta dereestructuración y los bonos que se emitirán deben serenviados a la Comisión de Valores estadounidense: Se-curities and Exchange Commission (SEC) para que losregistre. Esto nos permite percibir que una parte esen-cial de los procesos de reestructuración se deciden fron-teras afuera.

Si bien no existe demasiada información, a través de losmedios ha trascendido que entre los posibles endulzan-tes para los bonistas puede haber un pago de 500 mi-llones de dólares el próximo año. También se evalúausar un instrumento en el que se comprometen, desdeel gobierno nacional, a mayores desembolsos si crecenlas exportaciones. Ahora, el interrogante es: ¿qué ex-portamos? Claramente, esto significa una profundiza-ción del actual modelo productivo.

Sorprende, a los desprevenidos, el rol del FMI que dio unaval relevante a la propuesta argentina al declarar ladeuda como insostenible y pedir a los acreedores priva-dos un “esfuerzo sustancial”. Suena extraño. Ese FMIque tanto conocemos, en la Argentina y en el mundo,busca instalarse, hoy, como un actor que apoya a laseconomías en crisis. No le creemos nada. Sabemos quecontinuará con su tradicional recetario de ajuste, re-forma laboral y previsional, en fin, con las conocidas po-líticas de ajuste estructural.

Finalmente, hubo una nueva propuesta, cada vez más fa-vorable a los tenedores de títulos de deuda, presentadael 6 de julio pese al panorama de incertidumbre en elmercado financiero y a una situación de profundizacióndel endeudamiento público y privado a escala global.

Esta, según ha trascendido, no se moverá de la si-guiente cifra: 53,5 dólares (la cual está por encima dellímite de sostenibilidad planteado por el FMI). Es lo que,supuestamente, recibirán los acreedores que acepten,lo cual se conocerá a fines de agosto. La quita prome-dio de capital se reduce de 5,2 a 1,9%. Y el primerpago de intereses será en 2021, con una tasa promediode 0,125% anual.

Este proceso de renegociación es solo del 20% del to-tal de deuda pública mencionada al inicio. No se puedeolvidar la deuda con los organismos multilaterales comoFMI (por crédito Stand By entraron 44.000 millones dedólares). Con el Club de París: 2.100 millones de dóla-res. El vergonzante bono a 100 años, operación dise-ñada por Nicolás Caputo y sus bancos amigos. Más ladeuda emitida en pesos y bajo legislación nacional.

Este breve análisis de la deuda pública en la Argentinay su propuesta de renegociación (de una parte de ella)

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debe ser enmarcado en el contexto de una ola especu-lativa que derivó en un nuevo aumento del endeuda-miento en el mundo, que alcanzó, a fines de 2019, elnivel récord de 322% del PBI global.

Ante esta situación, brevemente descripta, un amplio ydiverso abanico de organizaciones y movimientos so-ciales, políticos, sindicales, de mujeres y disidencias, am-bientales, de pueblos originarios nos hemos nucleadopara promover una campaña por la suspensión inme-diata del pago de la deuda pública unida a la simultánearealización de una auditoría con participación ciuda-dana con el fin de identificar la parte ilegítima y anularla.Este espacio, conformado por organizaciones que vienenidentificando, desde hace años, a la deuda como el me-canismo esencial de subordinación, pasó a llamarseAutoconvocatoria por la Suspensión de Pago e Investi-gación de la Deuda.

Consideramos que es imprescindible una auditoría de ladeuda con participación ciudadana, en primer lugar, porel principio democrático elemental de “el pueblo debesaber de qué se trata”. Ella permitiría determinar quédeudas son legales y cuáles no, cuáles son legítimas ono, como así también, contar con bases sólidas y argu-mentos para enfrentar las exigencias ilegítimas y/o ile-gales de los acreedores.

En este proceso de investigación se puede recurrir al usode categorías jurídicas como la de deuda odiosa, la cualno concierne solamente a regímenes dictatoriales, sinoque es aquella:

a) contraída en contra de los intereses de la Nación o encontra de los intereses del Pueblo o en contra de los in-tereses del Estado; y

b) que los acreedores no pueden demostrar que no po-dían saber que era contraída en contra de los interesesde la Nación.

Por lo tanto, lo que cuenta es el uso que se hace de esadeuda. Si un gobierno democrático se endeuda en con-tra del interés de la población, esa deuda puede ser ca-lificada de odiosa si también reúne la segunda condición,según doctrina presentada por Alexander Sack.

Tiene fundamento, también, plantear como deuda ile-gítima a aquella deuda contraria a la ley o que consti-tuye una política pública injusta, inadecuada o abusiva;una deuda que el país endeudado no puede ser obli-gado a devolver porque el préstamo o las condicionesañadidas a la obtención del préstamo violan la sobera-nía y los derechos humanos. Por ejemplo, los préstamosconcedidos por el FMI o el BM condicionados a la apli-

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cación de políticas de ajuste estructural. Este conceptoaparece por primera vez en la sentencia oficial (año2000) en el caso “Olmos”.

La suspensión del pago de la deuda forma parte de losmedios que un país puede utilizar para afrontar una si-tuación de crisis financiera y/o humanitaria. El país puededecretar una suspensión de manera unilateral y soberanano solo para aquellos títulos bajo jurisdicción local. Nu-merosos países utilizaron este recurso, por ejemplo, lapropia Argentina a partir de 2001 y hasta 2005, por unmonto cercano a 80.000 millones de dólares.

Ante la crisis social y sanitaria que atraviesa la Argentinaexisten, también, argumentos jurídicos que pueden apo-yar una decisión unilateral de suspensión de pago en elactual contexto.

Un Estado puede renunciar a proseguir con el pago dela deuda porque la situación objetiva (de la que no esresponsable) amenaza gravemente a su pueblo y, porconsiguiente, la continuación del pago de la deuda im-pediría responder a las necesidades más urgentes de supoblación; para ello es posible utilizar la noción de de-recho conocida en tribunales internacionales como “es-tado de necesidad”. Otros argumentos son “el caso defuerza mayor” y el de “cambio fundamental de cir-cunstancias”, en forma independiente de la voluntaddel deudor.

Desde Autoconvocatoria por la Suspensión de Pago eInvestigación de la Deuda hemos solicitado audiencias alpresidente de la Nación, Alberto Fernández, a la direc-ción del Banco Central y a las autoridades de la Comi-sión Bicameral Permanente de Seguimiento y Controlde la Gestión de Contratación y de Pago de la DeudaExterior de la Nación para dar a conocer nuestro posi-cionamiento y solicitar información, conscientes de laimportancia de la presión y el control popular para quelos recursos destinados al pago de la deuda sean cana-lizados a la emergencia social y sanitaria que estamosatravesando.

La crisis en la que estamos inmersos representa un de-safío, es la ocasión para romper con la “normalidad” quenos trajo hasta aquí. Hay que repensar y cambiar, fun-damentalmente, el modo de producción, las relacionesde propiedad, las relaciones de los seres humanos con lanaturaleza, el modo de vivir. Son tiempos de incerti-dumbre pero, también, de esperanzas.

ARGENTINA EN TIEMPOS DE PANDEMIA: SUSPENSIÓN DE PAGO DE LA DEUDA PÚBLICA Y AUDITORIA POPULAR

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BIBLIOGRAFÍA

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Millet, Damien y Éric Toussaint (2011). 60 preguntas 60 respuestas sobre la deuda, el FMI y el Banco Mundial. CIM: Caracas http://www.cadtm.org/60-preguntas-60-respuestas-sobre,6891

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Toussaint, Éric (2014). “La trampa de endeudamiento.Serie: 1944-2020, 76 años de intervenciones del BancoMundial y del FMI”, CADTM http://www.cadtm.org/La-trampa-del-endeudamiento

FRIEDRICH-EBERT-STIFTUNG - LA DEUDA EN NUESTRAS VIDAS. CRISIS, NEGOCIACIONES Y ALTERNATIVAS

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EDITOR

Fundación Friedrich Ebert Marcelo T. de Alvear 883 | 4º Piso (C1058AAK)Buenos Aires – Argentina

Equipo editorial Christian Sassone | Ildefonso [email protected]

Tel. Fax: +54 11 4312-4296www.fes-argentina.org

ISBN: 978-987-4439-37-6

AUTORES

Sergio Arelovich. Docente de la Universidad Nacional de Ro-sario, coordinador del MATE - Mirador de la Actualidad del Tra-bajo y la Economía, asesor gremial.

Juan Pablo Bohoslavsky. Especialista en finanzas y derechos hu-manos.

Francisco Cantamutto. IIESS UNS-CONICET, SEC.

Luci Cavallero. Integrante del GIIF −Grupo de Investigación eIntervención Feminista−. Coautora del libro Una lectura femi-nista de la deuda. “Vivas, libres y desendeudadas nos quere-mos” (Fundación Rosa Luxemburgo, 2019).

Verónica Gago. Integrante del GIIF −Grupo de Investigación eIntervención Feminista−. Coautora del libro Una lectura femi-nista de la deuda. “Vivas, libres y desendeudadas nos quere-mos” (Fundación Rosa Luxemburgo, 2019).

Pablo Nemiña. Investigador del CONICET – IDAES/UNSAM yFLACSO.

María Elena Saludas. ATTAC – Argentina - CADTM – AYNA(Comité para la Abolición de las Deudas Ilegítimas).

Juan Manuel Telechea. Director del Instituto de Trabajo y Eco-nomía (ITE).

María Emilia Val. Becaria postdoctoral CONICET – IDAES /UNSAM, UBA.

La Fundación Friedrich Ebert es una institución alemana sinfines de lucro creada en 1925. Debe su nombre a FriedrichEbert, el primer presidente elegido democráticamente, y estácomprometida con el ideario de la democracia social. Realizaactividades en Alemania y en el exterior a través de programas

de formación política y cooperación internacional. La FES tiene18 oficinas en América Latina y organiza actividades en Cuba,y Paraguay, que cuentan con la asistencia de las represen-taciones en los países vecinos.

El uso comercial de todos los materiales editados y publicados

por la Friedrich-Ebert-Stiftung (FES) está prohibido sin previa

autorización escrita de la FES. Las opiniones expresadas en esta

publicación no representan necesariamente los puntos de vista

de la Friedrich-Ebert-Stiftung.

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La deuda en Argentina es una pre-sencia permanente que ronda eldebate público y las discusionespolíticas desde hace décadas. Unavez más, es centro de gravitación delas políticas públicas del gobiernonacional de Frente de Todes. Ladeuda es eso de lo que tanto hemoshablado, y aún queda tanto porcomprender.

Se presenta aquí una recopilaciónde artículos escritos en el contextode pandemia y de negociaciones delgobierno argentino con acreedoresde bonos emitidos bajo ley extran-jera. La publicación es introducida

por Francisco Cantamutto. En pri-mer lugar, Juan Manuel Telecheapresenta una caracterización de lasituación del endeudamiento argen-tino hacia el final del gobierno deCambiemos. Luego, el texto dePablo Nemiña y María Emilia Valanaliza la dinámica política de lanegociación en el marco de la pan-demia. El tercer artículo, de SergioArelovich, propone diferentes sali-das que pueden enfrentarse pararesolver la situación del endeuda-miento. A continuación, VerónicaGago y Luci Cavallero realizan unanálisis en perspectiva feminista,que se complementa con la pro-

puesta de Juan Pablo Bohoslavskydonde se pregunta acerca de la legi-timidad del pago desde unaperspectiva de derechos humanos.Por último, María Elena Saludasbrinda herramientas para sostener lapropuesta de auditoría popular.

La deuda está en nuestras vidas por-que la deuda es responsable desucesivas crisis sociales, políticas yeconómicas, que las distintas nego-ciaciones no han logrado resolver.Tal vez sea momento de analizaralternativas y esta publicación buscabrindar herramientas para un análi-sis crítico en ese sentido.

LA DEUDA EN NUESTRAS VIDASCrisis, negociaciones y alternativas

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