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La Paz, agosto de 2016 Página Periódico mensual Agosto 2016 Qollasuyu Bolivia Año 10 Número 120 Edición electrónica LA DESCOLONIZACIÓN ha sido concebida como exclusión, aniquilación o romántica coexistencia reciprocitaria. ¿No podría interpretarse más bien la descolonización como un proyecto nacional común, en la creación de una nueva identidad politica, con el indio en la vanguardia de ese proceso?

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La Paz, agosto de 2016 Página

Periódico mensualAgosto 2016QollasuyuBoliviaAño 10Número 120

Ediciónelectrónica

LA DESCOLONIZACIÓN ha sidoconcebida como exclusión, aniquilación o románticacoexistencia reciprocitaria. ¿No podría interpretarse másbien la descolonización como un proyecto nacionalcomún, en la creación de una nueva identidad politica,con el indio en la vanguardia de ese proceso?

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Director:Pedro Portugal MollinedoComité de redacción:Nora Ramos SalazarDaniel Sirpa TamboCarlos Guillén

Colaboran en este número:Quintín ApazaOlga ZeballosCarlos MacusayaJosé Luis SaavedraPedro Hinojosa PérezAtawallpa Oviedo Freire Lo

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Ilustración tapa: Frontispicio de América (Alegoría de América). En Jacques Grasset de Saint-Sauveur,Encyclopédie des voyages: América, 1796. Bibliothèque Nationale de France. Fuente: http://www.revistacredencial.com/credencial/historia/temas/arte-heroico-en-colombia-algunas-cuestiones-de-representacion-institucionalidad

El viaje del cancillerChoquehuanca

A mediados de julio el cancillerboliviano David Choquehuancaencabezó una delegación quevisitó los puertos de Arica y Anto-fagasta, para constatar lo funda-do o no de denuncias de camione-ros bolivianos sobre mal trato ydiscriminación en las instalacio-nes de esos puertos.

Desde el inicio ese viaje contócon mal augurio. Cuando se hizooficial ese viaje de «inspección»,el canciller de Chile, Heraldo Mu-ñoz, indicó que si el canciller lle-gara a ir, sería como turista, pues«no admitimos ningún tipo deinspección de autoridad extran-jera alguna en nuestro territorio».

A esa declaración siguió otra, de parte del presidente Evo Moralesen su cuenta Twitter: «Canciller chileno dice que si canciller bolivianoDavid Choquehuanca visita #Chile ‘llegará en condición de turista’...esta es la prueba más contundente del neocolonialismo racista quegobierna #Chile y que no reconoce a un Canciller Indígena».

Se inició así una saga en la que el canciller y su comitiva salieronmal parados, inmersos en un medio de discriminación y de humillaciónal que no pudieron reaccionar sino chabacanamente. No ayudópara nada las altisonantes declaraciones que surgieron en Bolivia.

El cálculo de las autoridades era convertir el viaje de Choque-huanca en simpatía hacia la indigenitud del canciller y así orientarla opinión pública hacia la solidaridad con la causa marítima boliviana.El resutado parece haber sido lo contrario.

El salvoconducto de la identidad indígena y de los «500 años deopresión» es cada vez menos soportado en cualquier ambiente quese trate. En lugar de motivar simpatía, como era común hace añosatrás, provoca empalago y hasta repulsa. El gobierno del MAS haquitado significado a símbolos y discursos indígenas y ha banalizadoa sus portadores. Por otro lado, los sinsabores de nuestro cancillerno fueron amortiguados por ninguna «diplomacia de los pueblos»,como seguramente el gobierno lo esperaba.

El fiasco del viaje del canciller se lo quiere presentar como éxito,para ello se hace jugar el concepto de «dignidad», como si fuesedigno, por ejemplo, que una autoridad espere seis horas ser recibido.El uso distorsionado del concepto de dignidad mimetiza en realidadla impotencia para encarar y enfrentar adecuadamente lo real.

Un efecto del viaje de Choquehuanca, quizás indesado, es que selo interpreta ahora como el inicio -malogrado- de su campaña comocandidato presidencial en las próximas elecciones nacionales. Algoseguramente impensado por Evo y por otros miembros de sugobierno. Las consecuencias del viaje del canciller solo empiezan ytraerán repercusiones allá donde menos se espera, no sabemos sipara dicha o desdicha de nuestra esotérica autoridad.

El cálculo de lasautoridades era

convertir el viajede Choquehuancaen simpatía haciala indigenitud del

canciller y asíorientar la opinión

pública hacia lasolidaridad con la

causa marítima.

Formas de gobierno normales yanormales en un Estado

Quintín Apaza*

Aristóteles, filósofo griego, escribió la historia de las constituciones griegasy la Constitución de Atenas. Su obra fundamental es “La Política”, dondedivide su pensamiento en dos partes, una que se ocupa del Estado ideal yotra del Estado real.

Para Aristóteles “la política es ciencia y arte para gobernar un Estado”.Como ciencia debe ocuparse del Estado ideal y del Estado real sin prefe-rencias, describiéndolas en su conformación y naturaleza, enseñandoorganizar Estados y el arte de gobernarlos, cualesquiera fueren las formasde gobierno. El político debe saber también construir el Estado ideal, encircunstancias y condiciones no propicias, debe saber construir el mejorEstado posible y debe saber qué forma de gobierno es la más adecuada.

El Estado real factible es el arte del político: “el soberano es la Ley y noninguna persona física”. La relación entre gobernante obediente a la Ley ysus súbditos es perfectamente compatible con la realidad de hombres libres;existe básicamente una obediencia a la Ley entre gobernante y ciudadanos.El mejor Estado no es el gobernado por el más virtuoso o el más sabio de loshombres, sino el que está sujeto a las mejores leyes, el derecho más perfecto.“El Estado con arreglo a derecho es el único compatible con la dignidad, lalibertad y la democracia; el gobernante que se somete al derecho tienesúbditos libres que lo obedecen voluntariamente”.

Para Aristóteles, el Estado de derecho ofrece tres caracteres esenciales:1º, el gobierno representa el interés público general, mientras el gobierno declase o tiránico solo representa el interés de una clase o de un grupo; 2º, esun régimen jurídico que se desarrolla mediante normas generales y no poractos arbitrarios del gobernante; 3º, ES UN GOBIERNO AL QUE LOS CIUDADANOSOBEDECEN VOLUNTARIAMENTE Y NO CONSTITUYE UN DESPOTISMO QUE LOGRA LAODEDIENCIA A LA FUERZA. El Estado está regido por el derecho o el conjuntode normas jurídicas; a su vez, el derecho es complementado en su accionarcon la justicia. La justicia es todo lo que está de acuerdo con las leyes y,todo lo que infringe y transgrede la Ley, resulta injusto”. Hay dos clases dejusticia, una justicia conmutativa y otra justicia distributiva; la justiciaconmutativa es la distribución de las equivalencias, y la justicia distributivaconsiste en el reparto de bienes y cosas dando a cada uno de acuerdo a susméritos y en conformidad con las necesidades de los ciudadanos.

Aristóteles considera las formas de gobierno como “modos de vida del Es-tado”. En toda forma de gobierno es capital la organización, el principio vitaldel Estado, que es distinto en la aristocracia, la oligarquía y la democracia;en la aristocracia su principio vital es la virtud; en la oligarquía es la riquezay en la democracia, la libertad. Para la clasificación de las formas de gobiernose toma en cuenta el número de gobernantes: una persona, algunos sectoresy la mayoría. En segundo lugar, se toma en cuenta la sumisión a la Ley y larealización del bien común; de allá nacen los gobiernos normales y los anormaleso degenerados. Bajo las formas normales, los gobernantes obedecen a laLey y se preocupan por el bien común de la colectividad; bajo las formasanormales, los gobernantes desconocen y desobedecen la Constitución ylas Leyes, solo se ocupan de asegurar su utilidad personal o de grupo.

Aristóteles plantea pues “tres forma de gobierno normales que son laMonarquía, la Aristocracia y la Democracia y tres formas de gobiernosanormales o degenerados, que son; la tiranía, la oligarquía y la demagogia”.A estas tres formas de gobierno normales corresponden las tres formas degobierno anormales.

De acuerdo al Art. 1º de la Constitución Política del Estado, “Bolivia es unEstado Unitario Social de Derecho Plurinacional…”, como tal todos los bolivianosy bolivianas estamos obligados a cumplir la Ley, tanto gobernantes comogobernados. Sin embargo, los Órganos del Estado no cumplen ni hacencumplir la Constitución y las Leyes. El Estado de Derecho significa que elgobierno debe cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes comoprimera atribución del presidente (Art. 172-1-CPE). El Presidente Evo Moralesha violado la Constitución varias veces, por tanto podemos considerarlocomo un gobierno anormal.

Para hacer cumplir la Constitución Política del Estado tenemos dosinstituciones: las Fuerzas Armadas de la Nación y el Tribunal ConstitucionalPlurinacional. Las Fuerzas Armadas tienen “la misión fundamental de asegurarel imperio de la Constitución” y es tutelar del Estado (Art. 244 CPE); y elTribunal Constitucional Plurinacional tiene tres misiones: 1º, “Velar por lasupremacía de la Constitución; 2º, ejercer el control de la constitucionalidad,y 3º, precautelar el respeto y la vigencia de los derechos y las garantíasconstitucionales”, que significa el respeto de los derechos humanos individualesy colectivos. El Tribunal Constitucional no está cumpliendo su atribución,está dictando sentencias en contra de la Constitución violando el Art. 168de la CPE respecto a la segunda reelección del Presidente y Vicepresidente,y, ¿qué dicen las Fuerzas Armadas al respecto?* Quintín Apaza es abogado y ex Mallku de Jach’a Carangas.

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Semblanza:

Xavier Albó, de ideólogo delMAS a crítico de su procesoOlga Zeballos*

El jesuita Xavier Albó desempeña un papel importante en el desarrollo de las ciencias sociales bolivianas y, a travésde ellas, en el acontecer político en este país. Ultimamente ha sido noticia sus declaraciones contra la reelección deEvo Morales, hechas públicas durante la condecoración con el «Cóndor de los Andes» impuesta a Albó por el mismopresidente. En la foto, Xavier Albó (con boina vasca) junto a Iván Finot, durante una reciente presentación del libro deeste último Democratizar el Estado. A 25 años de una propuesta de descentralización para Bolivia, en locales de laFundación Friedrich Ebert (FES). Foto: Olga Zrballos

Llegó a Bolivia en el año de laRevolución Nacional. De inme-diato empezó a trabajar con loscampesinos, luego con los indí-genas. Su vasta producciónintelectual sustenta una partedel discurso del Movimiento alSocialismo. Sin embargo Albó,a lo largo de los últimos años,se convirtió en un crítico delgobierno. Pese a eso, fue con-decorado con el Cóndor de losAndes, ocasión en la que sacó arelucir con más fuerza suscríticas.

Para entender la influencia deXavier Albó en la política bolivianadebemos remontarnos a sullegada al país en 1952, el añode la Revolución Nacional. Talparece que la vida del sacerdotejesuita está ligada íntimamenteal acontecer político de estosúltimos 50 años, marcados porel golpe de Banzer, la huelga dehambre para recuperar la demo-cracia al final de ese gobierno,su cercanía en la creación de laConfederación Sindical Única deTrabajadores Campesinos deBolivia, y su ligazón con el kata-rismo, su ligazón con el actual“proceso de cambio”, influen-ciado por las posturas de Albóen cuanto a la plurinacionalidady las autonomías indígenas, y,por último, su aparente rupturacon el gobierno a pesar delreconocimiento que recibió conel Cóndor de los Andes, preseaimpuesta por el mismo EvoMorales.

A esta línea de desarrollopolítico también hay que añadirsu producción intelectual desdeun inicio totalmente campesi-nista, en el que al igual que lascorrientes de izquierda veían alcampesino como parte de unalucha de clases, hasta llegar aun final totalmente pachama-mista, como dirían los detrac-tores de este sacerdote jesuita.

Su llegada al paísXavier Albó Corrons nació el 4

de noviembre de 1934 en LaGarriga (Catalunya, España),más que español él se dice“catalán, para ser más preciso”. En 1951 se hizo miembro de laCompañía de Jesús. Emigró aBolivia en 1952, en agosto deese año, cuatro meses despuésde la revolución del 9 de abril.

Bolivia vivía en ese entoncesuna efervescencia revolucionariamuy fuerte, el MNR había tomadoel poder mediante una subleva-ción popular, después de que elgobierno de Mamerto Urriolagoi-tia desconociera la elección enla que había ganado Paz Esten-soro. Bolivia vivía en ese mo-mento una realidad diferente, seveía mucha presencia indígenaen las calles y sobre todo en laplaza Murillo. No olvidemos queantes de la Revolución y dada lasituación de opresión que vivía,el campesino e indígena no podíaingresar a las principales plazasde las ciudades más impor-tantes. No hay que olvidar quehabía letreros que decían

“prohibida la entrada a indios yperros”. 

Ese era el ambiente cuandollegó Albó a Bolivia y él cuenta:“Me invitaron a escoger dóndeir a hacer misión y dije yo meapunto para ir a Bolivia. Yo pen-saba más en la India, jamás pen-sé quedarme en España y me-nos en Catalunia, pensé en laIndia, pero Luis Espinal fue des-tinado a la India pero a la finalterminó en Bolivia, porque en laIndia no toleraban tener misio-neros” .

En la década del 50 y 60, Albóes un veedor crítico de la rea-lidad, además que aprovechaesos años para profesiona-lizarse.  Como se puede ver, elhombre se armó de herramien-tas que décadas después daránmucho de qué hablar, pues sucercanía en el trabajo pastoralcon las poblaciones campesinasde La Paz, Jesús de Machaca, laComunidad de Corpa, concreta-mente en la Provincia Ingavi, leacercó a una realidad diferenteque le hizo comprender el fra-caso de la Revolución Nacional,

pues si bien es cierto que “elindio se volvió campesino y eradueño de su tierra éste habíasido abandonado a su suerte”.

Xavier Albó y otros dos jesui-tas, Luis Alegre y Francisco Ja-vier Santiago, fundaron en octu-bre de 1971 el Centro de Inves-tigación y Promoción del Cam-pesinado (CIPCA), tres mesesdespués del golpe de HugoBanzer Suarez, lo que demues-tra una vez más que todo lorelacionado a Albó está íntima-mente ligado a los hitos impor-tantes de nuestra historia.

Xavier Albó fue el primer di-rector de CIPCA. Con relación aesta situación Albó es clarocuando indica “que la instituciónoptó por los campesinos y nopor los mineros, porque eranuna mayoría demográfica, ade-más los mineros ya tenían con-ciencia de clase” El CIPCA quería“buscar los caminos más efica-ces para que los campesinos deBolivia encuentren cauces pro-pios para su desarrollo estruc-tural y su integración en el país”.

Ya para finales del gobierno de

* Este artículo fue publicadooriginalmente en el Blog delDiplomado en Derechos Humanos yJusticia Restaurativa, en fecha 17 demayo de 2016:http://ddhhjr.blogspot.com/2016/05/xavier-albo-el-jesuita-que-le-dio.htmlEn base a ese original, el presente textoha sido editado por la autora.

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Banzer, Albó junto al cura jesuitaLuis Espinal Camps hacen partede la huelga de hambre lideradapor Domitila Chungara, Aurorade Lora, Nelly de Paniagua, An-gélica de Flores y Luzmila de Pi-mentel, las amas de casa mine-ras, medida que representó elfin de la dictadura militar delgeneral Banzer en la Navidad de1977.

Toda la década del 80 encon-tramos las obras escritas porAlbo: Achacachi, medio siglo deluchas campesinas; El futuro delos idiomas oprimidos; Desafíosde la solidaridad aymara y mu-chas más donde ve a los cam-pesinos como actores impor-tantes del desarrollo del país. 

A mediados de los 80 ya se veen la obra de Albó una mayoraproximación hacia los sectoresindígenas y no solo campesinos.En su producción intelectualaparecen los aymaras indígenasy es así que se producen traba-jos como Chukiyamu: La caraaymara de La Paz,  Bolivia Plu-rilingüe: guía para planifica-dores y educadores, Pueblosindios en la política; todoscorrespondientes a algunoscuadernos de investigaciónelaborados por Albó en CIPCA.

Encontramos en Albó un com-promiso progresista con losanhelos de los sectores empo-brecidos y marginados, solo asípodemos entender su partici-pación en la huelga de hambreque derrocó a Banzer. Albó esbien claro cuando habla de Es-pinal: “vivíamos en la mismacasa, en el mismo cuarto, enrealidad para mi Luis Espinal esun modelo de cristiano compro-metido”. Ese compromiso hahecho de Albó alguien queestuvo inmerso en todo lo quehace al devenir político de loscampesinos en un principio y delos indígenas en una etapaposterior.

En el primer gobierno del MAS,en la etapa donde Evo Moralestuvo una propuesta políticahasta progresista, trató debuscar un proceso descoloni-zador en el país, para ello seaprobó una nueva Constitución,se aprobó la obligatoriedad quepara ser autoridad política sedebía hablar por lo menos unidioma nativo, se formalizó comosímbolo nacional a la wiphala, seinstauraron las posesiones indí-genas en Tiwanacu, aunque paraello tuvieron que “recrear” lo quelos ideólogos del MAS entendíanpor “posesión indígena”. Fueuna década bastante interesanteen lo que se refiere a los dere-chos de los pueblos indígenas alos que Albó dice apoyar, pero

ese primer ímpetu gubernamen-tal indígena se fue diluyendo añotras año y en la actualidad todaesa vertiente indígena en elgobierno del MAS quedó en lahistoria. 

Esta situación también hizoque Albó se vaya alejando delMAS y empiece a adoptar pos-turas más críticas y cada vezmás duras frente al actual go-bierno. Pero. para sorpresa detodos, el 5 de abril de este año,Xavier Albó y Mauricio Bacarditson condecorados con el Cóndorde los Andes.

Albó, en su intervención du-rante la recepción de la medalla,lo primero que planteó fue incluirentre los principios del «amasuwa, ama llulla, ama quilla» elno ser adulón y no callar. Pedro Portugal: Eldiscurso de lacondecoración fue undesplante

Pedro Portugal, director delperiódico indianista Pukara,habla del rol de este sacerdoteen el desarrollo de las organi-zaciones sociales indígenas:

¿Qué opina de la labor queviene desarrollando Xavier Albó,en las ciencias sociales? 

A nivel de ciencias sociales, esun aporte muy interesante. Esuna persona con mucho dina-mismo, con mucha inteligencia.En el conocimiento, en el rela-cionamiento social, ha mostradocon ello aportes muy intere-santes para las ciencias socialesen Bolivia. Además, ha tenidouna influencia política en losacontecimientos.

¿Cuál la influencia de Albó enla corriente política de losindianistas y kataristas?

No ha sido lo mismo respectoa los movimientos campesinosy los indianistas, no ha sidopercibido y recibido de la mismamanera, sino de manera dife-rente. Albó, al ser un cientistasocial es también un activista,un activista con aspectos muyespeciales; es decir, que le inte-resa dirigir los acontecimientoshacia las ópticas que él estudiay determina. En los años 70hubo el movimiento indígena,que tuvo una sensibilidad kata-rista que buscaba la articulacióncon gente como Albo, con laizquierda, con la iglesia, etc., yhubo también otra sensibilidad[la indianista] que era muy rea-cia, que veía en las actitudes deAlbó una forma de mantener elcolonialismo, de mantener el pa-ternalismo e impedir el surgi-miento de ideas propias. Albópor su carácter y su manera deser, tuvo mayor aceptación y se

sintió más a sus anchas en elsindicato campesino de enton-ces, y tuvo bastantes problemaspor lo mismo con los dirigentesde los movimientos indianistas.

¿Qué opina de la reacción deAlbó en su acto de condeco-ración? 

Albó y otros diseñaron losplanes de gobierno en la primeragestión del gobierno [del MAS].Las ONGs, tuvieron una injeren-cia muy activa. Ahora, la conde-coración a Albó me parece unhecho político, porque Albó haestado muy comprometido condar línea sobre el aspecto indí-gena en Bolivia, línea que laasumió el gobierno, pero quelenta y progresivamente la haido abandonando. Eso, habríaque analizar por qué. 

Y la reacción de Albo tiene mu-cha audiencia entre la intelec-tualidad boliviana, es una opiniónque pesa harto sobre todo enestos momentos en los que seempieza a fortificar una perspec-tiva negativa de la intelectualidadhacia el actual gobierno. A mimodo de ver, el gobierno le con-decoró como una cuestión polí-tica de querer acallar sus críticas,pues también condecoraron aotro cura que también juega unrol con una ONG en Santa Cruz.Solo que el gobierno no tomóen cuenta el carácter de Albó.Ya la ruptura entre Albó y elgobierno ha sido tan fuerte yradical que les hizo un desplante,desplante que, bueno, fue reci-bido con ovaciones por parte dela oposición.

¿Xavier Albó y Jurgen Risterse dividieron el control de lasorganizaciones campesinas enel occidente y oriente, eso dicemucho de la autonomía denuestras organizaciones. No esasí?

Eso muestra el rol político ydirector que juegan algunas per-sonas y las ONGs. General-mente vienen extranjeros aBolivia y muchos con muy buenapreparación; pero, su potencialdigamos positivo que puedentener se va disolviendo porquesin darse cuenta entran en unesquema colonial que no hacambiado en Bolivia, en el cualellos —por ser extranjeros—tienen una ventaja. El criollo,sobre todo, gira alrededor deellos, que articulan a veces conONGs en el aspecto financiero yaque es muy importante enBolivia. Y lenta e impercepti-blemente, aunque no haya sidosu voluntad primera, entran aser directores políticos y esto endesmedro de lo que puedanhacer ellos.

Es una actitud meramentecolonial. En 1983 teníamos unainstitución que se llamó Chita-kolla, que era la única a nivelindígena que existía y fuimosinvitados a una reunión en Tri-nidad  [Beni] para un encuentrodonde dirimirían entre Riester yAlbó, entre APCOB y CIPCA (susrespectivas instituciones), lo queiba a ser el futuro de la orga-nización política campesinaindígena en Bolivia. Albó defen-día la tesis que todos los indí-genas tenían que estar en laConfederación Única Campesina[CSUTCB] y Riester defendía laposición que los Indígenas delOriente tenían que  tener unaorganización propia, porquetenían características diferentesy condiciones particulares.  

Ahí se dio un enfrentamientoentre las dos personas, y ganóla posición de Riester. Y es im-portante ver cómo la mitologíanos hace ver que los indígenas,campesinos son autónomos,cuando la realidad en este casono es ello y seguramente situa-ciones como estas se siguenrepitiendo y ojalá no se sigandando en el futuro.La fundación XavierAlbó, un homenaje a unhombre comprometido

“El nombre de la FundaciónXavier Albó lo pusieron a pesarde mi oposición, la fundación nome pertenece, solo lleva minombre”, dice Xavier Albó.

Lola Paredes, responsable dela Biblioteca, explica que fue unadecisión de directorio formar en2006 la Fundación Xavier Albó,en reconocimiento al trabajo queha hecho, para que la bibliotecase mantenga, ya que la mayoríade las ONGs  han formado susbibliotecas y después  han desa-parecido  y, como ya no hay fi-nanciamiento, lo primero quehacen es hacer desaparecer lasbibliotecas; en cambio Xavier haimpulsado y prácticamente haluchado para que la biblioteca síse  mantenga y  que nunca  secierre.

Gracias al impulso de Xavier esque se decide dar paso a la bi-blioteca,  hasta la fecha ya ten-dríamos más de cien mil libros.

Por eso, cuando las ONGs cie-rran sus bibliotecas por falta definanciamiento ven en la Biblio-teca de la Fundación el lugardonde sus libros tendrán toda-vía utilidad, hasta este momentotenemos más o menos 15 biblio-tecas que se han juntado. Poreso la fundación intenta hacerun homenaje en vida a un hom-bre muy comprometido con lasciencias sociales.

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Ideología:

La apariencia de lo ancestral yla necesidad de la teoríaCarlos Macusaya

En Bolivia, en estos más de diezaños de “gobierno indígena”, se hamovilizado profusamente el prejui-cio racista de que todo lo que tieneque ver con “indios” es “milenario”o “ancestral”, pues se supone quecorrespondería a seres que vivenen un mundo aparte y donde esta-rían por fuera de la historia. En talsituación tendrían una cultura in-mutable, radicalmente opuesta yajena a la de los “occidentales”;cultura petrificada “desde tiemposinmemoriales”. En función de talesideas se asumió que lo mejor quese debería hacer era ayudar “hu-manitariamente” a que esa petrifi-cación continúe, manteniendo lasdiferencias culturales “propias delos indígenas”. Este trabajo “huma-nitario” (en el fondo racismo encu-bierto por buenas intenciones) sepuso en marcha en el “proceso decambio” y así la “descolonizacióna la boliviana” fracasó de modorotundo.

Cierto que este prejuicio no escreación del “gobierno indígena”,aunque éste, al igual que variosoperadores de ONG’s, ha sabidosacarle provecho. Además, el fun-cionamiento de dicho prejuicio nosolo tiene que ver con el “procesode cambio” y sus partidarios sinotambién con muchos de sus oposi-tores. Pero no se trata solo deuna cuestión del gobierno y susopositores, pues el problema fun-damental no involucra directamen-te a estos, sino que tiene que vercon los nuevos actores que de apoco van emergiendo: la nuevageneración de indianistas y kata-ristas.

Es esta nueva generación la quetiene ante sí una serie de retos ydesafíos a encarar, y para ello debeclarificar su situación. En esta cla-rificación deberá consolidar eltránsito definitivo que va de la“defensa” ingenua y emocional deuna identidad idealizada a la for-mación de una organización queno solo perfile posturas defensivassino que despliegue un accionarde ofensiva, comprendiendo elcontexto en el que le toca actuar.Para que esto sea posible es ine-ludible el trabajo de teorización,poniendo en acción una actividadreflexiva y crítica, tanto sobre los“otros” y sobre aquello que asu-mimos como “nuestro” y “sagrado”.

Es en esta perspectiva que quieroplantear algunas observaciones yconsideraciones sobre el prejuicioque implica la apelación a un su-puesto carácter “milenario” o“ancestral” con respecto a todoaquello que se considera comoalgo propio de los “indios”.

Se trata de un problema que hatenido y tiene consecuencias prác-ticas, y no solo porque en el “pro-ceso de cambio” haya funcionadode modo muy efectivo, sino porquepara muchos “indígenas” la creen-cia en una “ancestralidad” clara yevidente de por sí, solo por tra-tarse de “ser indígenas”, ha sidoy aun es (des)orientador en su ac-cionar. Cuando alguien defiende la“cultura indígena” lo hace en nom-bre de una antigüedad indetermi-nada, resaltando ello en la apela-ción a lo “milenario” y “ancestral”de su naturaleza. Esta defensa hapasado a tomar cierta aparienciaacadémica. Por ejemplo, se hanlanzado ideas sobre dos matricescivilizatorias, una “matriz milenaria”y otra “matriz centenaria”, siendola segunda propia de los coloniza-dores y sus descendientes, mien-tras la primera correspondería alos “indígenas”. Una sería más anti-

gua que la otra por su “aparición”en estas tierras y en esta anti-güedad residiría su legitimidad,siendo el objetivo (ingenuo) quelo más antiguo prevalezca por serantiguo sobre lo más reciente.

Esta candorosa forma de “enten-der” o buscar la legitimidad de una“matriz milenaria” en su antigüedadrecuerda a un gesto de amabilidadque ya no se ve mucho: que unjoven ceda su asiento a un viejopor ser viejo. Pero es en el jovenen quien recae la potestad de de-cidir dar o no el asiento que ocupaal viejo. Es decir que si el viejorecibe el favor de tomar el asientoque ocupaba el joven es porqueéste último se lo cedió por su bue-na voluntad. Quienes buscan lalegitimidad de “lo indígena” por suantigüedad, por ser “milenario”,tendrán que esperar que el “joven”que tiene el poder de decidir, puesse trata acá de relaciones de po-der, ceda su lugar a quien está enuna situación desfavorable en talrelación, y no solo es dudoso queesto suceda sino que de hechonunca sucederá. Por lo tanto setrata de una “interpretación aca-démica” que en nombre de lo“milenario” y “ancestral” inútil e

ingenuamente espera la “buenavoluntad” de los portadores de la“matriz centenaria”, los “q’aras”.

Pero además de ser una formade mendigar “buena voluntad”, lasapelaciones a lo “ancestral” y “mi-lenario” conllevan algo que tienerelevancia, pues al referirse a unaantigüedad indeterminada despla-zan la atención que se debería te-ner sobre la historicidad de aquelloque es “defendido”, atendiendomás bien la apariencia “ancestral”que tiene la “cultura indígena” ypor lo tanto obviando los fenóme-nos que le dieron la forma en laque hoy podemos percibirla. Asíse logra dejar de lado la historiaque hace a las expresiones de esos“indígenas”. Se trata de un juegoretorcido en el que el ejerciciohistórico es anulado en nombre delo “ancestral” y esto que se supo-ne “ancestral” es dejado comoalgo claro y evidente por ser “an-cestral”, permaneciendo a “salvo”de ser ubicado históricamente.

Un ejemplo de lo dicho, de losmuchísimos que hay, es lo que seexpresa en el primer párrafo delpreámbulo de la Constituciónboliviana: “Poblamos esta sagradaMadre Tierra con rostros diferen-

No es lo mismo el interculturalismo en las sociedades «desarrolladas» y en las que todavía hay colonialismo interno. Enestas últimas se sobrevalora lo exótico de la primera, soslayando los derechos sociales y políticos de los colonizados,manteniendo la dominación bajo aspectos de defensa de la cultura aborigen. El colonizado pasa a ser un depositario decuentos y tradiciones, rol subordinado pero aleccionador de la sociedad que lo domina. La liberación implica, por tanto,la reflexión ideológica y política, que tiene que estar libre de la contaminación folklorista. En la foto, un contacuentosaborigen en la inauguración de la Biblioteca Popular plurilingüe en aymará, quechua, guaraní y mapuche, en Argentina.Fuente foto:http://moron.enorsai.com.ar/politica/20181-cuentos--mitos-y-leyendas-de-nuestros-pueblos-originarios.html

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tes, y comprendimos desde enton-ces la pluralidad de todas las cosasy nuestra diversidad como seresy culturas”. Se toma a los “indí-genas” como seres que de por síy desde que poblaron esta tierraforman y comprenden la pluralidady diversidad, pues así fueron, asíson y así deben permanecer. Esdecir que vivieron fuera de losprocesos históricos, mantenién-dose tal cual fueron “desde tiem-pos inmemoriales”, siendo esto una“cualidad preservable”. Se trata deun discurso que ha estado muyde moda en los últimos diez añospero que surgió varias décadasatrás y se posicionó con fuerzadespués de que el “socialismo real”cayera, siendo el refugio demuchos “revolucionarios”.

Sí se asume que “desde tiemposinmemoriales” los seres considera-dos colonialmente como “indíge-nas” se han mantenido tal cual,entonces no tiene sentido ningúnesfuerzo por determinar momentosespecíficos, configuraciones políti-cas o desplazamientos poblacio-nales, por ejemplo. Es más fácildecir que algo es “ancestral” quedefinir el cómo y cuando surgió,qué factores lo condicionaron, quécambios ha sufrido desde su apa-rición, etc. Queda claro que laapelación a lo “ancestral” y “mile-nario” es una manera muy cómodade evitar referirse a los procesoshistóricos específicos en queemergieron ciertos elementos hoyconsiderados “milenarios”. Es unaforma de encubrir el desconoci-miento que se tiene de eso quese supone es “ancestral” y quepor tanto se cree que “siemprefue así”.

Se han tomado referencias tanvagas sobre eso que se suponees “milenario”, y por lo mismo elpasado ha quedado desfigurado ymal comprendido, que se llegó alpunto de creer que todo lo quehoy quisiéramos existió en esepasado precolonial. La idea de queantes de la colonización “todoséramos hermanos, vivíamos encomunidad y en armonía con lanaturaleza” y que incluso “fuimosplurinacionales” responde a quehoy vemos y vivimos confronta-ciones, contradicciones y proce-sos de individualización que se dana la vez de que la explotación delos recursos naturales deja másen claro la fragilidad de la relacióndel hombre con la naturaleza. Esdecir que nuestra situación pre-sente es invertida en una proyec-ción que se dirige hacia el pasado,ubicando en ese pasado lo quehoy creemos nos hace falta, porlo que buscamos “recuperarlo” sinconsiderar cómo es que se ha for-mado esa idea sobre ese supuestopasado, pues todo queda nubladopor el efecto cognitivo que con-lleva el prejuicio de lo “ancestral”y “milenario”. En algo se pareceesto a esa forma de ver el pasado

de muchos “viejos”: “en mis tiem-pos las cosas eran mejores”; peroen esta frase lo que se expresaes que los cambios ocurridos y quediferencian a este tiempo de esos“tiempos mejores” no son com-prendidos.

Cabe cuestionarse no solo enqué tiempo emergieron esas“cosas” que hoy se consideran“ancestrales” y “milenarias” sinotambién en qué tiempo emergieronlas iniciativas que precedieron ycondicionaron su aparición y quétipo de relaciones se configuraronen ese entonces, y no solo en lolocal. ¿Cómo explicar que en losaños 50 los “campesinos” vivabana Víctor Paz, mientras que en los70 empezaron a decir “jallalla TupajKatari”? En este último caso, sino se esclarece el papel del india-nismo en su primer periodo (1960-1971), la “resurrección” de TupajKatari y su introducción en el len-guaje político en los sindicatoscampesinos no es entendible y selo puede atribuir fácilmente a unaimaginada “memoria larga”, mismaque se articula sin problemas a losprejuicios de lo “ancestral”. Solorastreando las huellas históricasdel indianismo se puede compren-der cómo Tupaj Katari fue “revivi-do” como un elemento central enlas apelaciones discursivas queapuntaban a politizar la identidadentre los aymaras, y solo analizan-do los cambios que se operaroncon el “Estado del 52”, y sus fraca-sos, se puede comprender laemergencia del indianismo y delkatarismo.

Si queremos tatar el tema conseriedad no se puede pasar poralto los cambios y limitaciones queconllevó la instauración del “Es-tado nacionalista” desde 1952, loscuales formaron el escenario enel que surgieron los movimientosindianistas y kataristas, movimien-tos que trabajaron en el posiciona-miento de discursos y de símbolos,de referencias históricas (“alar-gando la memoria”) y organiza-ciones políticas, aspectos en losque la identidad tenía un lugar pre-ponderante. Solo en este marcose puede comprender no solo cómose “resucitó” a Tupaj Katari, sinocómo se confrontaron, por ejem-plo, símbolos como la Wiphala a labandera boliviana, ello en funciónde demarcar diferencias identita-rias a partir de diferencias raciali-zadas en las relaciones de poder.

Este proceso implicó a la vez laidealización del pasado y la ela-boración de mitos movilizadoresdirigidos a interpelar a quienes ha-bían asumido su condición histó-rica de “indios” (de seres racializa-dos) como una condición natural.Se trata de la formación de ideasy símbolos que aun hoy están muyvigentes, no tanto por su validez,sino por el terreno en el que fun-cionan. Mucho de este trabajo fue“cosechado” por varias ONG’s que

por medio de sus operadores seencargaron de vaciarlas de sucontenido político, reduciéndolasa expresiones culturalistas y arti-culándolas a otro tipo de movi-mientos, como al ecologismo sur-gido en “Occidente”. Este proce-der está íntimamente ligado alpapel político que estas institu-ciones fueron jugando, papel de-terminante en definir no solo quiény qué es “indígena”, sino en definirqué es lo que quieren esos seresllamados “indígenas”.

La misma alusión y defensa dela pluralidad y la diversidad quese hace en el texto citado de laConstitución, como aspectos pro-pios de los “indígenas”, no se pue-de entender sin tomar en cuentael papel de las políticas de la dife-rencia y de las ONG’s desde losaños 80, años en que el llamadoneoliberalismo se imponía no solocomo una política que daba víalibre a la circulación de una multi-plicidad de mercancías, sino comouna forma de dar “vía libre” a unamultiplicidad de identidades cuyadefensa e invención eran comer-cializables y rentables para quie-nes “vivían bien” (y aun lo hacen)hablando (fabulando) sobre la“ancestral cultura indígena”. Portanto, esa preocupación por ladiferencia y la pluralidad nacen enun contexto y no son “ancestra-les”, menos se la halla en la dé-cada de los 60, por ejemplo, en eldocumento de fundación del primerpartido indianista, el Partido AgrarioNacional (PAN).

A estas alturas, lo que pareceresquebrajarse con estos cuestio-namientos es aquello que muchoshan asumido como lo que da sen-tido a su identidad, colocándolosen algo así como una situación devértigo, en la que el terreno sobreel cual se levantaron una serie deideas, apuestas, organizaciones,etc., se desvanece. Así el yo que-da aparentemente en medio de lanada, en medio de una crisis y an-gustiado porque aquello a lo quese aferraba apasionadamente sedeshace de modo irremediable. Elproblema del sí mismo, del yo, entraen juego en esta situación y semanifiesta como crisis de identi-dad, crisis que debe ser atendidapara pasar a otro nivel en nuestralucha, asimilando como “momentoscontradictorios pero necesario ala vez” tanto la defensa sentimen-tal y ciega de una identidad asícomo el paso a cuestionarla cues-tionándonos nosotros mismos.

El confrontar estas “cosas” su-puestamente ancestrales y mile-narias implica necesariamente cla-rificar históricamente aquello quese considera propio y que nosconstituiría. Esto va contra losprejuicios que funcionan en un tipoespecífico de relaciones socialesen las que los sujetos racializadoscomo “indios” son consideradosseres inmutables, ajenos a la his-

toria, mientras que los otros sonquienes personificarían los cambiosy serían los portadores elegidosdel devenir de la historia. Los unos,los “indios”, vivirían repitiendo co-mo disco rayado una forma de vidadesde quien sabe cuándo, mien-tras los otros vivirían de modoopuesto.

Como uno es definido y pensadoy como uno se define y se piensaa sí mismo es fundamental en estasituación, más aun cuando quienesson racializados como “indios” sepiensan de un modo inmediatocomo han sido pensados por los“otros” y en este pensarse a símismos asumen las categoríasracializantes como referenciasidentitarias. No podía ser de otromodo pues se parte de una situa-ción que no es clara ni evidentede por sí, sino que su clarificaciónconlleva de inicio el uso de esascategorías racializantes que estáncargadas de esos prejuicios de lo“ancestral” y cosas por el estilo.De tal forma que el asumir la iden-tidad “indígena” (“originaria” o “in-dia”) funciona en muchos casoscomo momento de indignación yde denuncia de los procesos deracialización pero sin salir de lascategorizaciones racializantes. Porlo mismo no es de extrañar quehaya quienes sientan repulsión ymiedo ante el trabajo de desva-necer lo “milenario” y considerenesto un ataque a la identidad quedicen defender, pues al habersequedado apenas en el inicio de laclarificación de su condición histó-rica, y por tanto no han clarificadoaun el asunto, solo tienen comopunto de apoyo lo establecidocomo “indio”, aunque sea tomado,por inversión valorativa, ya nocomo algo negativo, sino comoalgo original, una particularidad enel mundo de la que habría queenorgullecerse.

En este enorgullecimiento lossentimientos de autosuficienciaentrampan a uno en el juego decerrarse en sí mismo, rechazadotodo aquello que se considera aje-no y distinto de lo que es asumidocomo propio; delimitando ideal-mente una imaginada disposiciónsocio-natural en la que “lo quepasa en el mundo occidental no lepasa a mi cultura”. La mismidadde quien está enredado en juegoes tenida como algo inmaculado adiferencia de lo otro. Así, el simplesentimiento de seguridad sustituyetontamente la necesidad del cono-cimiento sistemático y certero, gi-rando todo en función de auto-complacerse. A partir de estasituación se ha criticado acida yapasionadamente lo “foráneo” y atodo aquello que devela nuestrospropios “desatinos” y contradic-ciones, por tanto este procedi-miento “crítico” no afecta a quiencritica y esta limitación “autoim-puesta” es la debilidad, a la vezque limite de dicha crítica. Perdido

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en el dominio caótico de lo inme-diato, este ejercicio crítico no hasido más que sentimentalismo querechaza ciegamente todo lo quehiere y con apasionamiento buscasolo aquello que gratifica. Pero delo que se trata no es de expresarlo que sentimos respecto a tal ocual problema sino de que supe-rando la pura emocionalidad, másallá de lo hiriente o gratificanteque esto entraña, se avance haciael entendimiento frío del asunto(entre “la pasión razonada y larazón apasionada”).

La necesidad de hacerse uncuestionamiento radical inclusodirigido hacia quien cuestiona, esdecir hacia uno mismo, es unacondición para avanzar. Quien secuestiona sobre su ser es quienha sido racializado como “indio” yesta situación es una ubicaciónespecifica que funciona muy apesar de que el sujeto racializadotenga o no plena conciencia deello. Cierto que se ha hecho algocon la conciencia de quienes hansido racializados como “indios” eineludiblemente tenemos que partirde eso ya hecho para hacer algocon ello. Al cuestionarse la iden-tidad no partimos de nada, perosi partimos es para no quedarnosahí y el esclarecimiento de la iden-tidad es una trampa si se la tomadesvinculada de otros factores, eincluso se llega a creer que todose trata de “recuperar” algo quecreemos tuvimos. El explicar losprocesos en los que estamos invo-lucrados no es posible si queremoshacerlo a partir de fundar dichaexplicación en lo que no hay, enlo que falta o en lo que habría querecuperar, sino que tal explicacióndebe hacerse necesariamente porlo que hay en eso que llamamosnuestra realidad, por las relacio-nes sociales que nos configuran.

Ciertamente que nuestras preo-cupaciones e inclinaciones porbuscar alguna particularidad quenos permita diferenciarnos de losotros, asentando en ello nuestramismidad y nuestra pasión por lopropio, es un fenómeno muy recu-rrente pero tiene que quedar claroque puede ser tramposo si no seva más allá, pues podemos quedarenredados en los aspectos parti-culares, esforzándonos por delimi-tar esa particularidad en sí mismade tal forma que aislada de otroselementos se hace incomprensi-ble. Ir más allá de lo inmediato deesa particularidad, comprendiendocómo las relaciones que le dan for-ma como fenómeno y, además, quecondicionan esa forma inmediatade aparición, son problemas quepueden resolverse encarando eltrabajo teórico sobre eso que asu-mimos como propio o “milenario”.

Hace falta teorizar sobre todosestos procesos y relaciones quecondicionan y constituyen el yo ylo propio, rebasando la experienciainmediata y sus limitaciones. Se

trata de que todos esos procesosy experiencias, que se nos mues-tran caóticamente, dejen de sersolo apuntes sueltos sin vincula-ción y sean objeto de teorización.No se trata de un simple ejerciciode “pura teoría” o de satisfaceralgunos requisitos académicos pa-ra validar algún trabajo aislado, si-no de dar contenido y forma a unmovimiento de ideas que se nutrany surjan de las experiencias de lu-cha, de los problemas y contradic-ciones, de los avances y fracasos.Estos procesos deben ser la sus-tancia a partir de la cual puede ydebe emerger un proceso de gene-ralización teórica que permita queesas experiencias de lucha, consus contradicciones, que han pa-sado a ser teorizados (incluido el“proceso de cambio”), se convier-tan en ese estado, como teoría,en una condición que nos permitallegar a otro nivel en nuestra lucha.

Si no asumimos esos procesoscomo “cosas” que deben ser es-clarecidas por medio de la reflexiónteórica será muy dificultoso el quesuperemos una situación especí-fica en el accionar político: buscarrecuperar una identidad milenariailusoria y un mundo ancestral ima-ginado que nunca existió, ocul-tándonos de, y ocultando, nues-tros problemas y debilidades. Sinembargo, la fuerza de los hechosse impone y de a poco nos vemosobligados a reconsiderar aquelloque era asumido ciegamente como“ancestral”; muchos simplementese desilusionan y se alejan de loque se va desplomando, pero otrosempiezan a asumir que en todoesto debe forjarse una explicacióncoherente y que articule los dis-tintos fenómenos y sus relaciones.Si por buen tiempo se atacaba ala teoría por ser “racionalismooccidental” y se privilegió los sen-timientos, muchas veces de culpa-bilidad o de víctima, hoy la nece-sidad de teorización obliga no soloa pensar lo que mueve esos sen-timientos sino fundamentalmentelas posibilidades de lucha quetenemos.

Cierto que si se desvincula elsentido práctico que tiene la teoríaen la lucha podemos caer fácil-mente en los juegos del pachama-mismo, como ha sucedido. Larelación entre aquello que esobjeto de teorización y sus resul-tados como forma de conocimientoteórico deben ser necesariamentearticulados en otro nivel de lucha,donde la idealización del pasado olas expresiones simplemente sim-bólicas son comprendidas en suscondiciones de formación y en sufuncionamiento. Entonces se tratade dar con el sentido concreto deesas experiencias y procesos, ycon ello se desvanece la aparien-cia de “ancestralidad” que haestado nublando el pensamientode muchos. Se trata de entenderlos fenómenos de autonegación en

las poblaciones racializadas y comoal tomar conciencia de su situaciónpasan por la idealización. Así po-demos llegar a explicarnos cómoes que las expresiones más racistascontra los “indios” son proferidaspor gente que por su origen yrasgos físicos pueden ser consi-derados “indios”, podemos explicarcómo del desprecio de los propioy la negación del sí mismo se pasaa idealizar aquello que se negaba,como el modo en que germinal-mente la conciencia política vaemergiendo. Y los más importante,el reflexionar sobre estos procesosnos permitirá mapear nuestrorecorrido histórico, ubicar mo-mentos específicos de distintanaturaleza pero que hacen partede ese recorrido, y todo ello enfunción de entender que lo quehoy vivimos no es descifrable sinanalizar los hechos que presidierony configuraron este hoy.

En general, los distintos fenó-menos aludidos expresan condicio-nes de vida históricamente deter-minadas y que deben ser clarifi-cados para tener mayor efecti-vidad en las acciones políticas,pues éste accionar se pone enjuego en un contexto en el quelas relaciones de los distintos ac-tores es determinante para iden-tificarse e identificar a los otros,lo que implica una noción mínimade la diferencia entre esos acto-res. En el despliegue de éste ac-cionar el conocimiento certero desí mismo es fundamental y puedelograse solo a condición de quese entienda ese sí mismo comoalgo en el que se entrecruzanvarias relaciones con los otros, aquienes diferenciamos a partir denuestro posicionamiento en rela-ción a ellos. Las ideas que apuntana una supuesta naturaleza ances-tral propia de los “indígenas” blo-quean la comprensión de estasrelaciones, llegando incluso a creerque la mismidad nuestra sea asu-mida como algo al margen de di-chas relaciones, como algo prede-terminado, como si respondiera aun orden de pre-social y natural,por lo que los procesos concretosy específicos son simplementeevacuados por ser incómodos,“sucios” y desperdicios inútiles.

En este trabajo de teorizaciónse irá pasando de las ideas vagasy generales, por ejemplo, sobre ladominación colonial. No solo seidentificará aquello que es generalen el proceso que se ha dado des-de la colonización hasta el presen-te, sino que se establecerán lasdiferencias que se han ido dantotanto en el tiempo como en el es-pacio en ese tipo de dominación.Las ideas generales, vacías de esecontenido que emerge del análisisescrupuloso, no explican nada yse vuelven en frases huecas. Sedebe hacer comprensible el pro-blema determinando aquelloselementos que no son generales

y que se presentan solo en deter-minados momentos dándole espe-cificidad y diferenciándolo de otrosmomentos. La formación de gru-pos; sus relaciones en el ordende la producción y las jerarquíasde mando; los cambios que se hanido dando a lo largo del tiempo encuanto a la gestión y propiedadde la tierra; los movimientos po-blacionales y la ocupación de nue-vos espacios; los cambios en lasrelaciones sociales en cuanto a lostipos de vínculos con la economíamundial; qué tipo de relacionessociales se están generalizando,etc.; son aspectos que deben sertrabajados para una mejor com-presión de nuestra situación.

Nuestros problemas se desarro-llan en un terreno en el que debe-mos desenvolvernos y por lo mismono podemos negar la existencia deese terreno ni pretender que esta-mos al margen de él, menos aunen nombre de una “ancestralidad”que no explica nada pero quetratada con seriedad puede serexplicada. La realidad es un con-glomerado de hechos que de modoinmediato pueden parecer caóti-cos y de esta forma se impone elproblema elemental de determinarcuáles de esos hechos son rele-vantes. Si nos alejamos de losprocesos que han dando forma alo que hoy es nuestra realidad, ale-jamiento que se ha dado en nom-bre de lo “milenario”, dejaremos lasexperiencias que, luego de un tra-bajo de reflexión serio y sistemá-tico, nos permitirán determinaraquello que es relevante para darforma a un cuerpo teórico que seaun dispositivo para futuras accio-nes de lucha.

Nuestra situación actual debeser clarificada y comprendida porla nueva generación de indianistasy kataristas, y para ello deberánir a contra corriente de toda esamoda que, a pesar de la “buenavoluntad” de sus partidarios, hanublado el pensamiento movi-lizando prejuicios “ancestrales”. Setrata de ir más allá de aquello quepuede ser objeto de denuncia ode “homenaje” y pasar a hacerloobjeto de nuestra reflexión, cuyosresultados puedan ser elementosde fundamentales para el accionarpolítico. La critica debe extender-se a eso que consideramos propio,ubicándolo históricamente, bus-cando no una esencia inmutablee inalterada a pesar de los proce-sos económicos y políticos a lo lar-go de la historia (como si fuerauna pieza de museo que debe recibirmantenimiento), sino apuntando aidentificar la capacidad que lossujetos racializados tienen pararehacerse a sí mismos en determi-nadas condiciones, reinterpretan-do y reescenificando su cultura,expresando en ello la capacidadque tienen de aprender de sus ex-periencias con los “otros”, posicio-nándose en distintos espacios.

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Teoría política:

Para una descolonizacióncomo proyecto común nacionalPedro Portugal Mollinedo

Uno de los intentos por constituir una «nación viable» se dio a partir de la Revolución Nacional de 1952, favorecida porla participación activa de obreros y campesinos en esa revolución. Su fracaso señala todavía esa tarea pendiente.Fuente foto: https://agendarevolucionaria.wordpress.com/2015/05/14/el-gobierno-obrero-y-la-revolucion-boliviana-de-1952/

En este mismo Paraninfo, enotra oportunidad y hace algunosaños ya, decía que teníamostodos el privilegio de vivir enBolivia en un momento históricomuy importante, porque raravez, por esos ciclos que tieneBolivia, uno puede ser contem-poráneo de esos intentos deruptura y de transformación quese suceden en el país: la am-bivalencia del proceso de “inde-pendencia”, la transición fallidadel modelo feudal al liberal a finesdel siglo XIX, la frustración dela Revolución Nacional de 1952.

Me refería en esa ocasión al“proceso de cambio” inauguradoa fines del 2005. Ahora, añosdespués, podemos valorar cómoestá culminando ese proceso.Desgraciadamente, parece quelos enfoques más pesimistassobre el mismo tuvieron razón.La historia ha dado razón a esepunto de vista, porque este“proceso” está terminando igualque los otros ciclos de cambioque vivió Bolivia: en frustración.

Bolivia, se dice, fue el primerpaís que luchó por la indepen-dencia a partir de 1809 y reciénen 1825 la obtuvo, sobre todopor la acción de tropas Gran Co-lombianas. Los actores localesprimordiales de ese aconteci-miento, los llamados “guerrille-ros de la independencia”, termi-naron marginados. Fueron quie-nes se oponían a la libertad —los realistas criollos— quienes sedieron la vuelta y convirtiéndoseen independentistas de últimahora gobernaron nuestro país.El caso de los “Olañetas” esparadigmático.

Ese poder, luego en Bolivia,consolidó el feudalismo, con-virtiéndolo en el obstáculo queimpidió la entrada de la nuevarepública en la dinámica mundialde comercio, en el proceso delibre intercambio de valores que

seconsolidaba entonces en Eu-ropa. El liberalismo se constituyóasí en la tendencia progresista.Hubo una guerra civil que los li-berales ganaron. La razón visiblede ese conflicto era por la capi-talía. Los liberales proclamabanun Estado Federal. Finalmentetriunfan los liberales, pero Boliviano es federal, lo único que sehace es una especie de camba-lache ambiguo: la capital siguesiendo Sucre y la Sede de Go-bierno La Paz. Y aquello que sepretendía destronar empieza areinsertarse: la feudalidad se-guirá siendo un problema hasta1952, cuando se vuelve a inten-tar desestructurar ese régimena partir de la nacionalización delas minas, el voto universal, lareforma agraria, la Bolivia mesti-za y la unidad nacional. Las ten-siones y contradicciones que ge-nera la Revolución Nacional del52, sólo concluyen en el deterio-ro de su proyecto y, el actual“proceso de cambio” es, de

muchas maneras, consecuenciade esa frustración política.

Así, en ese contexto el MAS yEvo Morales plantean comosolución transformadora la des-colonización. Pasados diez añosde esa propuesta podemosconstatar la culminación de todoeste proceso. La evidencia esque vivimos el mismo fiasco, elmismo retroceso.

Esta fatalidad escapa, por su-puesto, a la voluntad de las per-sonas. ¡Si solo diésemos créditoa la buena voluntad, a las ideasy a la elocuencia de expresarlas!Seguramente muchas personasque están aquí recordarán queen las aulas de esta universidaderan catedráticos algunos de losprincipales personeros del actualgobierno, que las ideas que ex-presaban llenaban de esperanzay algarabía a muchos de susoyentes y alumnos. Esas ideascausaban entusiasmo entonces,pues explicaban convincen-temente cómo tenía que ser la

gran transformación en Bolivia.El resultado, sin embargo, es eldecaimiento y el inmovilismo queahora constatamos.Una caracterizacióncorrecta de ladescolonización y de losderechos indígenas

Es difícil creer que entoncesesas personas hayan tenido undiscurso doble, un discurso im-pertinente respecto a la realidad.Es más probable que ese dis-curso hubiese obviado o defor-mado radicalmente aquello sin locual un intento de transformarBolivia es totalmente irrelevante:la caracterización correcta de ladescolonización y de los dere-chos indígenas.

Es probable que esa mismaconsideración sea útil para en-tender las anteriores frustracio-nes en nuestra historia y quepueda servir para hacernos en-tender cómo podría ser real-mente un cambio, un cambio

* Ponencia presentada en la XXIV CátedraLibre Marcelo Quiroga Santa Cruz “Análisis yalternativas a la dependencia y el extrac-tivismo en el marco de la crisis económicamundial”, realizada el martes 16 de febrerode 2016, en el Paraninfo de la UniversidadMayor de San Andrés. Fue editada por el autorpara este medio,

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posible y en beneficio de Bolivia.Esta consideración nos permitiríainterpretar adecuadamenteciertos “actos repetitivos” ennuestra historia.

La base territorial de la Revo-lución Nacional de 1952 fue eloccidente y sus protagonistaslos mineros y campesinos orga-nizados en regimientos de indiosy obreros alzados en armas.Una región se oponía a este pro-ceso por el problema del pe-tróleo, por las regalías: SantaCruz, región a la que entoncesse tildaba ya de “separatista”.Esa protesta regional, enarbola-da por la FSB, la oposiciónentonces al MNR, origina unestado de enfrentamiento quesobrepasa la simple demandapor mayores regalías para serun cuestionamiento político delas medidas implementadas porel gobierno. Para sofocar eseconato contrarrevolucionario elgobierno envía indios de Cocha-bamba, acción que termina conuna masacre en Terebinto.

Curiosamente, algo parecidohemos vivido en Bolivia durantelos años 2008 y 2009. Es decir,el mismo fenómeno, el mismomiedo, la misma categorizacióncomo enemigo al oriente y todoshemos entrado en ese juego. Ytambién el mismo recurso deutilizar al indio para sofocar lasrebeliones, para amedrentar lasgrandes pretensiones de SantaCruz. ¿Qué pasó después?: enel gobierno del MNR las mayoresinversiones se dieron en eloriente y la oligarquía que hizoel MNR subsiste en Santa Cruz.Ahora, el MNR, como fuerza polí-tica, no existe en La Paz, enoccidente, pero sí en SantaCruz. Estamos viendo el mismofenómeno con el MAS. Ese parti-do para resolver simples cues-tiones de poder despertó mie-dos y utilizó traumas y aspectosirresueltos de nuestra historiaen provecho de una oportunidadprosaica y en nada próxima aideales revolucionarios. Ahoravemos que es normal ser, enSanta Cruz, del MAS; es decir,que lo sea su oligarquía. EvoMorales ya no es el infrecuen-table de hace años, la Fede-ración de Empresarios Privadosy el pintoresco pero retrógradoalcalde de esa ciudad, PercyFernandez, se disputan el honorde ser anfitrión de Su Excelenciay compartir con él los bailes decarnaval.

Este retroceso terrible que vi-vimos quizás ni siquiera lo valo-ramos con la intensidad que me-rece, pues somos parte de estarealidad. Es como cuando tene-mos un niño, no nos damoscuenta de sus transformaciones

conforme va creciendo; noso-tros mismos, difícilmente somosconscientes del nuestro propioproceso de envejecimiento. Hoynos parecen común el Dakar, lasentradas de carnaval, las mun-danidades y veleidades que sonpresentadas como éxitos del“proceso de cambio”. ¿Quiénhubiera pensado el año 2003 o2005 que esto iba a ser enar-bolado como prueba del caráctertransformador de un gobiernorevolucionario?

Hago estas observaciones co-mo preámbulo para que se com-prenda que es necesario enten-der y debatir elementos y pecu-liaridades de nuestra formaciónsocial, para poder explicar granparte de estos de retrocesos yfrustraciones.

Dinámica social ytransformación

Existen varios elementos quemotivan y hacen de dinamizadorsocial provocando las transfor-maciones del movimiento social.Evidentemente el aspecto eco-nómico es uno de ellos; perootro aspecto y del cual fueronactores los pueblos del TercerMundo es la descolonización.

La colonización se da cuandouna población local es privadade sus derechos y relegada aun segundo puesto por una po-blación que viene de otro lugar.No es un fenómeno superficial,simbólico: es un hecho consti-tutivo a partir del cual se vancreando instituciones, podereseconómicos y relaciones quegarantizan esa arbitrariedad.Eso vulnera el derecho de loscolonizados a vivir libremente,desarrollar su capacidad. Estoprovoca en el mundo lo que sellama la descolonización, en-tendida no como acostumbra-mos últimamente como actos deconciencia, de identidad, expre-sados, por ejemplo, en que losmilitares desfilen con ponchosrojos u otras superficialidades,sino como hechos profundos,estructurales, para que una po-blación relegada pueda tener elderecho de vivir libremente.

Entonces, esa descolonizaciónse dio en el mundo, fue un fenó-meno mundial bajo diferentesformas: desde descoloniza-ciones pactadas, descolonizacio-nes en que se llegaron a acuer-dos, el caso de Sudáfrica, porejemplo, y descolonizacionesviolentas.

El caso en Bolivia es que esadescolonización está haciéndoseesperar.

Hemos vivido una cierta formade descolonización porque laindependencia de Bolivia contodas las fallas que le podríamos

encontrar, ha sido el hecho deliberarse de una potencia ex-tranjera. Pero ese acontecimien-to no tomó en cuenta el papelimportante de la población origi-naria, fue un hecho eminente-mente criollo. Es un aspectoconstantemente en debate, ymientras no sea encarado serásiempre la pata coja que des-parramará el contenido quetenga esa mesa.

Ello es una constante en nues-tra historia. En la guerra civil(1900) está Zárate Willka, unode los bandos ganó porque reci-bió el apoyo indígena. El 52 clau-suró el ejército que fue sus-tituido por regimientos obrerosy campesinos y más reciente-mente se pensó que para EvoMorales la masa indígena era subase incondicional de sustento.Ese protagonismo adquiriereformas nuevas, compartimen-tada en los inicios, a formas decomunicación más intensas enotros momentos.Extractivismo yposmodernismo

¿En qué se liga esto con elfenómeno del extractivismo?Actualmente, lo que podía habersido un momento histórico dedescolonización, una liberaciónindígena, y oportunidad paraconstituir un ser nacional con-junto, emerger formas nuevasde producción y de relaciona-miento social, culminaron másbien en el reforzamiento del colo-nialismo interno, en la difusa(que sería peligrosa si tuviera unmínimo de correlato con larealidad social, pero felizmenteno la tiene) idea de la pluri-nacionalidad y en el apogeo delextractivismo.

¿Por qué ese fenómeno? Porsupuesto intervienen variosfactores, pero insistiré aquí enla importancia de algunas con-cepciones básicas.

El gobierno de Evo Morales fuevíctima de la corriente de ideas—imperante en ese momento—del relativismo culturalista pos-moderno, que en Bolivia seconoce como pachamamismo.La irresolución del conocimiento,la relatividad de evidencias esen-ciales, el libre albedrío de lasfantasías, son componentes deuna moda que curiosamentesurgió en sociedades económi-camente estables de tipo liberal,de capitalismo consolidado y deinstituciones en plena funcio-nalidad, pero que fueron recu-peradas y legitimadas por laizquierda tercermundista.Paradójicamente, esta izquierdaantes tenía —quizás en demasíay de manera deformada— unavisión científica de la evolución

de la sociedad. Esta izquierdacolapsó conceptualmente, dan-do origen a una confusión y a lacreación de errados paradigmas.

Se pensó que el indígena erauna visión diferente de la realidady que ella no tenía nada que vercon la economía occidental: Elindígena era una manera distintade relacionarse, de desarrollaruna economía alterna y de vivirvalores diferentes, constituyén-dose así en “la reserva moral dela humanidad”.

Sin embargo, todos recorda-mos que en los primeros añosde gobierno del MAS hubo unaocupación fuerte de las minas,sean del Estado, privadas o coo-perativistas, por parte de las co-munidades. Pero, esas comuni-dades no intervenían estasminas porque estaban en contradel extractivismo sino porquequerían a administrarlas ellasmismas. En esto, lo sucedido enBolivia es quizás diferente a loque pasa en los otros paísescomo Perú y Ecuador, respectoa las comunidades indígenas yel extractivismo.

La experiencia de gobierno delMAS ha demostrado a lo largode toda su gestión que el indí-gena es una fuente importantede dinamismo económico, peroque ese dinamismo económicoestá encuadrado en las leyes ycategorías más elementales delcapitalismo, lo más “salvaje”posible. Las “élites emergentes”indígenas no son de quiméricosoperadores de utopías, sino depragmáticos implementadoresde sobrevivencia en los resqui-cios que le deja un sistema yuna estructura nacional en el cualtodavía son exógenos.

El MAS no ha comprendido niha podido administrar esa rea-lidad. Sus utopías pachamamis-tas no pudieron interpretar ymenos encuadrar ese fenóme-no, que al final los desbordó.¿En el Chapare serespeta a la madre tierrao a la cotizacióninternacional de la coca?

La imagen de empoderamientoindígena que tenía el MAS, y queexponía por medio de los esca-sos e incompetentes elementosde origen indígena en funciónadministrativa que dispone, lasconsignas posmodernas sobreel indígena, son ahora sin sentidofrente a una emergente burgue-sía indígena, producto sorpren-dente e indeseado de este pro-ceso. Sin embargo, la parte másimportante de esta “burguesíaindígena” no es el monstruo deun Frankestein en función de

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Profocom:

La estafa de la «Revolución enla Educación»José Luis Saavedra*

“Soysustantivamentepolítico, y sóloadjetivamentepedagógico”Paulo Freire

El pasado 1, 2 y 3 de julio (de2016) se ha realizado, en laLlajta (ciudad de Cochabamba),el Congreso internacional deEducación Católica con elpropósito de proyectar “Laeducación católica en el sigloXXI”, donde me cupo participarcomo expositor con el tema(asignado) “Alcances y desafíosde la Ley de la Educación AvelinoSiñani y Elizardo Pérez”.

Los ejes básicos de la argu-mentación de y en nuestra Po-nencia comprenden, primero, ladeterminación del modelo deeconomía y política hoy impe-rante en el país y su relación (ono) con el paradigma pedagó-gico propuesto. Segundo, lacaracterización de las principalesproblemáticas socio-pedagó-gicas emergentes de la educa-ción boliviana. Tercero, last butnot least, el planteamiento dela propuesta educativa decarácter radicalmente bio-céntrico.

La primera parte de la ponenciano es sino un extracto de milibro “El MAS abraza el modelocapitalista” (La Paz, Autodeter-minación, 2015), es por ello queen este artículo, sólo voy areseñar, por razones de espacio,la segunda parte de la Ponencia,referida a las insu(de)ficienciaspolíticas y pedagógicas de la Leyde la Educación (Nº 070)1. Es-pero, en otra oportunidad, re-sumir la tercera parte corres-pondiente a las propuestaseducativas emergentes de lasnaciones andinas.

Modelo extractivista yeducación bio-céntrica

Desde el 2006, el gobiernoboliviano propuso al país ladenominada “revolución en laeducación” mediante la Ley (dela Educación) Nº 070 “AvelinoSiñani–Elizardo Pérez”, susten-tada, según sus autores, en ladescolonización, la intra e inter-culturalidad y la educación técni-ca y productiva bajo un modelodenominado “socio-comunita-rio”.

El principal aporte de la Ley dela Educación Nº 070 “AvelinoSiñani-Elizardo Pérez” es, sin du-da alguna, plantear como el hori-zonte primordial de la educaciónboliviana, formar para vivir bienen armonía y complementariedadcon la Madre Tierra. En este sen-tido, la praxis educativa adquiererazón y valor desde y a partirdel desarrollo de la cultura de lavida y de la vida en toda suplenitud (Jn 10, 10).

No obstante la retórica de la“Revolución en la Educación”,cuyas tesis fundamentales nodejan de ser interesantes, princi-palmente por apuntar hacia unhorizonte plurinacional, intercul-tural y descolonizador, colisionafrontalmente con el modelo eco-

nómico y político imperante enel país y que no es sino el patróndel capitalismo extractivista ydepredador de nuestros recur-sos naturales. Hoy como ayer,las empresas trasnacionales(que constituyen la materialidadorgánica de la dominación impe-rialista) siguen siendo (con todoy nacionalización) las verdaderasdueñas y señoras de nuestrasriquezas.

En este contexto, veamos, rá-pidamente, algunos datos reve-ladores de la dramática situaciónboliviana (más allá -¿o más acá?-de las ingentes reservas interna-cionales, de las que siempre sejacta el gobierno). Para empezar,en Bolivia al menos 800 mil fa-milias viven por debajo de la líneade la pobreza, es decir 4,5 millo-nes en total (técnicamente lamitad de la población boliviana),y la mitad de ellas vive en lapobreza extrema2.

Más aún, uno de cada cuatroniños (en Bolivia) tiene desnutri-ción crónica. En las áreas rura-les, dos de cada cuatro (es decirla mitad, 50%) de esos niños(del campo) sufre malnutrición(con profundas consecuencias,sobre todo en el subdesarrollodel sistema nervioso central y

por tanto en el subdesarrollo delas capacidades cognitivas). Mástodavía, 39 niños, de cada milnacidos vivos, mueren antes decumplir los cinco años, el por-centaje más alto de la región (enUruguay mueren ocho). Haypues una lacerante realidad dela pobreza (por supuesto, erapeor hace una década, pero aúnhoy seguimos a la cola del conti-nente).

En el campo de los indicadorespedagógicos, a pesar de algunoslogros alcanzados en la últimadécada, Bolivia aún se encuentraen los últimos lugares a nivel deAmérica Latina. Las principalesdeficiencias del sistema edu-cativo boliviano han estado yaún están vinculadas a la baja ydesigual cobertura de la matrí-cula educativa y, por tanto, a labaja calidad de la educación.Bolivia cuenta con la más bajatasa de matriculación en el nivelde educación secundaria y, entérminos de las desigualdadesy diferencias, aquí la poblaciónmasculina tiene un mayor núme-ro de años de educación que lapoblación femenina.

Bolivia (además de ser –en laregión- el país con el mayor índi-ce de desigualdad socioeconó-

* Intelectual quechua, militantekatarista y ex-Viceministro deEducación Superior, Ciencia yTecnología.

Fuente ilustración: https://debateduca.wordpress.com/tag/profocom/

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mica3) es aún uno de los pocospaíses de la región latinoameri-cana donde la población femeni-na presenta menos años de edu-cación en comparación con lapoblación masculina. Igualmen-te, la brecha de nivel educativoalcanzado tiende a ser mayorentre las poblaciones urbana yrural, aquí la población urbanatiene en promedio 10,8 años cur-sados, mientras que la poblaciónrural sólo 5,8 años en promedio.Por consiguiente, Bolivia practicauna evidente situación de discri-minación (negativa) en contra delos pueblos y naciones indígenaoriginaria campesinas.Las insu(de)ficienciaspedagógicas

En el campo de las insu(de)-ficiencias pedagógicas, la Ley dela Educación Nº 070 “Avelino Si-ñani - Elizardo Pérez” (AS-EP),a diferencia del neoliberal Pro-grama de Reforma Educativa de1994, contiene una visión másideológica que científica sobre laeducación. En general, estamosante una reforma o “revoluciónen la educación” sin rumbo e im-provisada, sin resultados signifi-cativos en casi una década deaplicación y aún no se ha logradodesarrollar las condiciones ele-mentales para implementar elnuevo currículo (denominadoCurrículo base del sistema edu-cativo plurinacional). Peor toda-vía, la Ley AS-EP vuelve a la tra-dicional ampulosidad y disper-sión curricular.

El nuevo currículo educativoposee una visión indigenista yculturalista, en desmedro de lasdimensiones científicas y tec-nológicas. De acuerdo con laHna. Micaela Princiotto, la Ley070 tiene un fuerte componenteandino-céntrico con base indi-genista. Además, persiste laconfusión tradicional del currí-culo con un mero plan de estu-dios, es decir, el antiguo reduc-cionismo curricular (que lo res-tringe) a una mera distribuciónde ‘materias’. Las áreas deconocimiento no tienen concre-ción didáctica y la lista de adje-tivos (revolucionario, socialista,liberador, comunitario, etc.) nosustituye a una concepción seriay viable de cambio educativo.

Según el pedagogo ÁlvaroPuente, el gobierno crea e impul-sa la ley educativa AS-EP parautilizarla como un instrumentode «aculturación indigenista» dela población boliviana. Se pro-sigue pues con la tradicionalpráctica de la educación comoun mero instrumento de ideo-logización de los niños y jó-venes4. Y aun cuando se men-cione la educación técnica para

el nivel secundario como unameta novedosa, sin embargo, noexiste una propuesta curricularpara ello, ni docentes formadospara esa tarea. ¿Infraestructuray equipamiento?: cero. Portanto, la formación técnica de losbachilleres, así como la ense-ñanza de las lenguas nativas,han sido simples “cambiosnominales” hasta la fecha.

Víctor Hugo Cárdenas consi-dera que la Ley “AS–EP” es unmero pretexto ideológico y noasí un proyecto pedagógico. Dehecho, el Gobierno carece de unproyecto educativo explícito. “Seimprovisan acciones, se corrigensobre la marcha y se con-tradicen con mucha frecuencia”.“Hasta hoy carecemos de un plande modernización tecnológica”,uno de cuyos componentes sonlas computadoras repartidas pormotivos electorales. Tampocohay una evaluación sobre losavances, logros, dificultades yfracasos de la capacitaciónmasiva del Profocom.

A propósito, aun cuando la leydiga que la educación es un biende la sociedad; el Gobierno tienela absoluta potestad de y en laformación docente. “Hacen mu-cho énfasis en la capacitacióndocente (Profocom), pero noexiste una verdadera formacióndel maestro sino un mero adoc-trinamiento de los mismos”.Bolivia se caracteriza además porla tradicional marginación laboral,social y pedagógica de los pro-fesores, aparte de los sueldostradicionalmente bajos (¡los másbajos de Sudamérica!). Deacuerdo con Cárdenas:

“En Bolivia, seguimos con lainercia de la desvalorización deltrabajo docente.

“El maltrato salarial, el bajoprestigio social y la escasa preo-cupación por la calidad del tra-bajo docente, entrampan a loseducadores en un horizonte gre-mialista y de desatención estataly social por el mejoramiento desus condiciones laborales (…)”5.Más aún, se proclama la do-

cencia como una profesiónestratégica, pero hay pocos onulos esfuerzos gubernamen-tales por crear nuevas y eficacesmodalidades de formación ycapacitación docente.¿Innovaciones oestafas?

El Gobierno boliviano ha emiti-do la Resolución Ministerial 001/2014 que instruye cómo será lanueva gestión curricular. La nor-mativa establece el retorno alsistema bimestral, la eliminaciónde los reforzamientos a fin deaño, la calificación sobre 100puntos, la formación técnica de

los bachilleres, el salto de grado,la enseñanza de lenguas: nativay extranjera; y, a diferencia deaños anteriores, el criterio deevaluación no está orientadosólo al conocer, sino también alser, saber, hacer y decidir.

En el campo específicamentedidáctico, los burócratas del Mi-nisterio han impuesto la elabo-ración de la Planificación y de losinformes del plan anual bimes-tralizado, con evidencias, quecomprenden: fotos, videos, es-tadísticas… del proceso curricu-lar, de la lengua originaria, del‘libro del mar’…, además de unaserie de instrumentos de se-guimiento (rastrillaje) a los pro-fes, tales como formularios, fi-chas, tarjetas… que deben serpresentados al director de launidad y a la respectiva Comisióntécnico-pedagógica.

Esta labor oficinesca satura yfastidia el trabajo de los profe-sores: quienes “están en funciónde los informes, ya que si no (lohacen) reciben memorándums”.En este contexto es evidenteque “Los profesores se aburren,se cansan”. Todo lo cual cons-tituye “¡un verdadero martirio!”.Hay pues un control excesivo,se trata (como diría Foucault) de“vigilar y castigar”6: que obvia-mente ¡no deja pensar! (acciónbásica de todo proceso discipli-nario). Recordemos que, ade-más, por órdenes manifiestasdel vicepresidente Gracía Linera,está expresamente prohibido elejercicio del (libre) pensamiento.Al parecer los maestros no sonciudadanos sino “soldados” delproceso de cambio.

A propósito del Linera, no dejade ser llamativo (aunque no sor-prendente) la extraordinaria coin-cidencia entre las expresiones deldizque intelectual del proceso decambio, que habría leído no sécuántos mil libros y las del hom-bre fuerte de la dictadura narco-fascista de 1980. Recordemosque hace muy poco (15 Junio)Linera acaba de amenazarnos enel sentido que: “no vamos a per-donar” a los que osen pensar li-bremente (“tienen que ir a lacárcel”) y el atrabiliario ministrode la cocaína Arce Gómez, quientambién nos amenazaba, en1980, con que “todos aquelloselementos que contravengan aldecreto ley tienen que andar consu testamento bajo el brazo,porque vamos a ser taxativos,no va a haber perdón”. Estascoincidencias (nada casuales)son en verdad terroríficas y nohay por qué tomarse a la ligeralas violentas intimidaciones deLinera7 (no son meras bravatas,

sino son voces de mando).Volviendo al campo educativo,

es pues obvio que en este con-texto opresivo y (más aún) re-presivo, no hay posibilidad algu-na de buscar otras pedagogías,ni otros tipos alternativos de en-señanza-aprendizaje, “estamosestrictamente limitados a lo queimpone el Minedu”. El trabajo dey en el aula se torna es extre-madamente burocrático. Para elcolmo, no hay ninguna orienta-ción psicopedagógica, ni didác-tica. ¿Y no hay algún tipo de reac-ción de los profes? Ellos se limi-tan a cumplir, no pueden recla-mar, no abiertamente, menoscontradecir (recuérdese las colé-ricas amenazas del Linera). Losprofes cumplen… para los infor-mes. Aunque, en una comuni-dad andina he visto interesantesresistencias: “¡ya basta de tan-tas exigencias!”, “¡déjennos tra-bajar!”, “¡déjennos crear nues-tras propias metodologías!”.¿PROFOCOM?“¡No me hable!”

Los facilitadores no enseñan,ni aportan nada, tampoco exi-gen. Los participantes ven queno hay nada novedoso para eltrabajo de aula. “No hay ningúnavance, ni actualización”. Losprofes ya conocen. “Es una pér-dida de tiempo”. Peor aún, sereproducen los mismos proble-mas de la Normal y es obvio queno hay nivel universitario. Tam-poco hay aprovechamiento, “esun desastre”.

Si bien los profes tienen que«investigar», los trabajos sonsencillísimos y lo “hacen por ha-cer”, sólo porque es obligatorio.Reiteramos, no hay ningúnmejoramiento. En general, a losprofes no les interesa, “presen-tan el trabajo y dejan el aula” o“exponen y se van”.

Si bien hay todavía una seriede temas problemáticos, comoel de la ausencia de la educaciónintercultural y bilingüe en loscentros educativos, las defi-ciencias didácticas en la ense-ñanza de las lenguas indígenas,la no construcción de la equidadlingüística, además de la su-puesta modernización educativa,que carece de manifestacionescurriculares, tecnológicas, ac-tualizaciones docentes y adap-taciones de la infraestructuraescolar.

En La Paz hay colegios cuyosbachilleres (estudiantes de 6º desecundaria) utilizaron las com-putadoras Kuaa (que son laslaptops ensambladas por la em-presa estatal Quipus) sólo cua-tro veces desde su entrega, en2014 (véase La Razón, 19 de junio

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Análisis:

Consecuenciadel proceso de urbanizaciónPedro Hinojosa Pérez

AntecedentesDe acuerdo a Valladares y

Coelho “En el año 2000 AméricaLatina será la región más urba-nizada del mundo en desarrollo.Tras un siglo de urbanización yexpansión demográfica explosi-vas, se están configurando nue-vas tendencias urbanas queplantean nuevos retos a la in-vestigación y el desarrollo urba-nos. Los índices de fecundidadhan disminuido y en varios paí-ses la transición demográfica hatenido ya una repercusión con-siderable en los padrones deurbanización.

La creciente globalización de laeconomía internacional ha empe-zado a introducir cambios im-portantes en las estructuras es-paciales de la producción. Ladescentralización de la industria,los cambios tecnológicos y lacreciente orientación hacia el co-mercio mundial han contribuidoa una geografía cambiante de laindustria y del empleo.

Las reformas introducidas porlas políticas neoliberales y loscambios macroeconómicos hantenido también una importanterepercusión en el conjunto dela región. La recesión y los ajus-tes han acarreado reduccionesen los servicios públicos, privati-zaciones de empresas adminis-tradas por el Estado, disminu-ción de las nuevas posibilidadesde empleo y descenso de los sa-larios reales. Las duras políticasde estabilización aplicadas parahacer frente a la crisis económicay a la deuda externa han origina-do descensos considerables delos indicadores macroeconó-micos nacionales.

Tales transformaciones hanafectado de manera diferente alos distintos países dado que sehallan en diversas fases de desa-rrollo político-económico y urba-no y varía también su dependen-cia respecto de la economía in-ternacional”.

En el análisis realizado con-tinúan manifestando que: “En laactualidad América Latina es uncontinente predominantemente

urbanizado. Ya en 1965 ocho deun total de 16 países habíanatravesado el umbral de urba-nización (el 50% de la poblacióntotal en las ciudades): Argenti-na, Brasil, Chile, Colombia, Mé-xico, Perú, Uruguay y Venezue-la. A fines de la década de los80, todos los países salvo CostaRica, El Salvador, Guatemala yHonduras habían cruzado eseumbral.

Puede agruparse los países deconformidad con su grado de ur-banización. El primer grupo (ur-banizados en más de un 70%)comprende Argentina, Uruguay,Chile, Venezuela, Brasil, Méxicoy Perú. En Argentina, Uruguayy Chile la urbanización se iniciómuy pronto, en los años 20 y30. México, Venezuela, Perú yBrasil iniciaron su «despegue»urbano en los 40. Un segundogrupo, con una población urbanaque representa entre el 50 y el70% del total, lo forman Colom-bia, Nicaragua, Ecuador, Panamáy Bolivia. Los países de AméricaCentral integran un tercer grupoformado por sociedades predo-minantemente rurales.

En América Latina la urbaniza-ción ha estado siempre asociada

con altos índices de crecimientodemográfico. Sin embargo, des-de hace unas decenas de añosla población urbana ha aumenta-do rápidamente mucho más quela población total. En el periodode 1965 a 1980, mientras elíndice de crecimiento anual me-dio de la población urbana entodos los países era superior al3%, el de la población total sólosuperaba el 2%. Las únicas ex-cepciones eran Uruguay, Argen-tina y Chile, los tres países másurbanizados del continente.

Otro rasgo tradicional de la ur-banización en América Latina hasido la importancia de la emi-gración del campo a las ciudadesrelacionada con un sistema ca-racterizado históricamente porla primacía de una ciudad. Hastalos años 60 la población urbanade la mayoría de los países seconcentraba en sus principalesciudades: Montevideo, BuenosAires, Ciudad de México, Cara-cas, Santiago, Lima, San José yPanamá son ejemplos notoriosde macrocefalismo; Quito-Gua-yaquil y Rio de Janeiro-Sâo Pauloeran ejemplos de concentraciónacentuadamente bicefálica.Colombia era el único país cuya

red urbana estaba más equili-brada en el decenio de los 60.

Los datos de los censos re-cientes ponen de relieve cambiosimportantes en los padrones deurbanización: a) los índices decrecimiento demográfico y urba-no han disminuido considerable-mente; b) las ciudades más po-pulosas están creciendo menosrápidamente de lo que se espe-raba. México y Sâo Paulo sonhoy ejemplos de inversión de latendencia al crecimiento explosi-vo de las ciudades; y c) en lared urbana de los años 90 seobserva ya una jerarquía relati-vamente equilibrada de lasciudades, creciendo en impor-tancia las de tamaño medio”.

De la evaluación realizada sedesprende que:* en la totalidad de América La-tina el campo de los estudiosurbanos refleja las grandestransformaciones históricas quese han producido en los últimosdecenios, impulsando al conti-nente hacia la urbanización, laindustrialización, la moderniza-ción y la democratización insti-tucional;* la investigación urbana hacontribuido a mejorar la com-

La urbanización es un proceso global que involucra todas las sociedades. Conlleva transformaciones en la mentalidad yactitudes de los pobladores, que influyen en la caracterización de sus problemas y en la forma de solucionarlos. EnBolivia, a nivel político, el hecho de que haya dejado de ser un país eminentemente rural promueve modificaciones enlos planteamientos de los partidos polítivos. Fuente foto: http://thisismycitynow.blogspot.com/2015_07_01_archive.html

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prensión de los distintos mode-los y problemas del desarrollomostrando las repercusiones delos procesos estructurales tantoen la urbanización como en laorganización de las ciudades yde la sociedad;* sin embargo, la investigaciónurbana no ha alcanzado el mis-mo grado de desarrollo en todoslos países. América Central, lamenos urbanizada de las subre-giones, no posee aun una tradi-ción en materia de investiga-ciones urbanas. Por otra parte,las crisis políticas han obstacu-lizado la continuidad de lasinstituciones y de los estudios;* en los últimos años la investi-gación ha hecho menos hincapiéen la teoría. Predominan los es-tudios empíricos, que han dadolugar a una comprensión máscentrada y puntual de los pro-blemas urbanos. Con algunasexcepciones, la teorización ha si-do de alcance limitado. Mientrasque en el decenio de los 70 hubograndes proyectos dignos denotar, en el de los 80, comoresultado de la crisis y de la faltade recursos, lo normal fueronlas pequeñas investigaciones;* en todas partes se ha mani-festado una preferencia porestudiar las grandes ciudades,aunque se ha reconocido la im-portancia de las ciudades detamaño medio.

Se puede agrupar cuatro te-mas pendientes que surgen deeste proceso y que se reprodu-cen en todos los países latinos:* El proceso de urbanización* La migración interna* Los asentamientos populares* La pobreza urbanaEl caso de Bolivia

La realidad del caso bolivianoy que será motivo de análisis,son las siguientes cifras resumi-das: desde aproximadamente elaño 1988, Bolivia dejó de serun país rural. El censo nacionalde 1992 reportó que 58 de cada100 habitantes residían en ciu-dades. De acá también se dedu-ce que las ciudades definen laorientación del voto para eleccio-nes nacionales. Ya es historia esecuento de las mayorías rurales.De acuerdo al informe de Desa-rrollo Humano: Desde el puntode vista político, el devenir deldesarrollo de las regiones me-tropolitanas también ha signifi-cado una creciente importanciaen términos de representaciónpolítica, ya que el peso relativode estos espacios se ha amplia-do paulatinamente. De acuerdoa los criterios de representativi-dad fijados por el Tribunal Su-premo Electoral (TSE) en 2014,los escaños correspondientes a

las regiones metropolitanas al-canzan un número estimado de45, cifra que constituye el 35%de representantes de la Cámarade Diputados. Pero más allá desu importancia en la represen-tación política formal, las regio-nes metropolitanas son espaciosdonde están emergiendo nuevasformas de hacer política, connuevos actores cuyo activismoestá signado por la emergenterealidad social en la que se de-senvuelven. Estos actores de-mandan formas diferentes dehacer gobierno, plantean nue-vos paradigmas de los espaciosterritoriales y demandan unanueva generación de políticaspúblicas acordes con las nuevasnecesidades y retos con los quetienen que lidiar desde las pers-pectivas sociales, económicas yculturales que les impone la urbe.

Para el año 2001, el nivel urba-no de Bolivia subió a 62 % y elnivel rural descendió a 38%. Lapoblación urbana crece más rápi-damente que la población en suconjunto y que la población ru-ral. En otras palabras la mayorcantidad de población está vi-viendo en las ciudades por loque su peso es decisivo para to-dos los fines que convengan.Esto quiere decir que la mayoríapoblacional es la clase mediaemergente y vulnerable; y quela gran mayoría tiene como prin-cipal fuente de ingreso para sumanutención el trabajo informalque en definitiva, incita el merca-do interno que es el soporte dela economía nacional. Entoncesse percibirá que existe una es-trecha relación entre lo que esel mercado interno, la informa-lidad, la clase media y el entornodonde vive.

Indudablemente, las ciudadesespecialmente La Paz, Cochabam-ba, Santa Cruz, están acumulan-do pobreza a consecuencia dellento proceso de depaupera-ción, esta afirmación tiene surespaldo en la tasas de creci-miento a nivel regional y nacional.

En los últimos 60 años se hapresentado una tendencia sos-tenida del cambio en la propor-ción entre la población urbana yrural. En 1950, de cada 100habitantes, 74 residían en el árearural, y desde el 2012, de cada100 habitantes, solamente 32viven en el área rural.

El escenario planteado en elpaís es el siguiente: los indi-cadores sociales y económi-cos, con grados diferencia-dos, muestran un desempleoque disfrazado de empleo nosmuestren casi todas las callesconvertidas en mercados, laexclusión social genera des-contento cada vez más ex-

plosivo, la pobreza de acuerdoinformación oficial da cuenta quehoy en Bolivia existen 5,67 mi-llones de personas que no cuen-tan con ingresos suficientes co-mo para sufragar sus principalesnecesidades. De acuerdo a inf-ormación proporcionada por elINE al año 2007, la pobreza estadesagregado de la siguientemanera: 49.10% está ubicadoen el área urbana y 22,71 en elárea rural. En cuanto a la dis-ponibilidad de baños o letrinasse cuenta con los siguientesdatos: urbano 83.76% y rural47.42%.

Este fenómeno social no estu-vo acompañado en las mismasproporciones por medidas cola-terales como ser la dotaciónmínima de infraestructura, edu-cación, producción y empleo.Aspecto crucial ya que nos indicalos principios del empobrecimien-to de la población en las ciuda-des. En resumidas cuentas noexistió planificación, sino queimperó el crecimiento caótico.

Se observará que la poblaciónurbana, especialmente de laciudad de Santa Cruz, creció demanera desproporcional en rela-ción al resto del país (tasa anualde crecimiento entre 1992 y 2001es de 4.29%). Según el censonacional último los datos indicanque la mayor población estáasentada en Santa Cruz. Y nose detendrá ahí, según informa-ciones obtenidas de las inmobi-liarias se estima que cerca de unmillón de personas llegarán avivir en los próximos años sobretodo en el Urubó. Será con todaseguridad otra ciudad paralela ala de Santa cruz con una pobla-ción similar o mayor.

El Urubó, de acuerdo a un dia-rio de la ciudad de Santa Cruz ,es sin duda una de las zonas demayor plusvalía en Santa Cruz,aunque esto se debe solo a lainiciativa privada, según lo reco-nocen las mismas autoridadesde Porongo, municipio al quepertenece esta zona. La proyec-ción es que se expanda hastaalbergar a cerca de un millón dehabitantes. Esto pues solo cua-tro o cinco urbanizaciones de las124 aprobadas hasta mayo es-tán pobladas. Este posible granincremento de la población preo-cupa al resto del municipio ya

que las autoridades no los hacenparticipar ni les informan de laplanificación para que el munici-pio soporte este posible cambio.Especialmente, en cuanto a ladotación de servicios básicos,que hasta la fecha fueron porinversión privada

En los cuadros de abajo obsér-vese el fuerte cambio en la es-tructura poblacional especial-mente de Santa Cruz; Cocha-bamba, presenta también unavariación pero no con tantorigor como la del primero.

Este traslado poblacional esmás notorio hoy en las regionesde Santa Cruz y Cochabamba,que además de la tasa de creci-miento regional asumen el papelde receptores de migrantes deloccidente del país. Consiguien-temente los índices de pobrezatambién se trasladan en la mismaproporción en tanto no exista unplan de desarrollo nacional y re-gional consensuado con sus res-pectivas partidas presupuestarias.

Este proceso de la expansiónurbana se manifiesta con proble-mas reflejados en los siguientesaspectos puntuales y que inci-den de manera predominante enel aumento de la pobreza:* Calidad de agua* Calidad atmosférica* Consumo de energía eléctrica* Crisis alimentaria* Generación de basura* Modificación en el uso del suelo* Crecimiento de la mancha urbana* Segregación socio espacial* Precarios medios de trans-porte* Insuficiencia vial* Inseguridad ciudadana, etc.

El aumento de la poblaciónurbana trae aparejada el aumen-to de la pobreza. El aumento dela pobreza en las ciudades hade ser explosivo al influjo del cre-ciente desempleo, la informa-lidad, la constante migraciónproveniente del campo y porconsiguiente existirá una reduc-ción del consumo porque los in-gresos son cada vez más limita-dos. De continuar el panoramacomo esta seguramente esta-remos ingresando en el círculovicioso de la pobreza. Así porejemplo, casi todas las serraníasde los alrededores de Cocha-bamba están llenas de casas queno cuentan los servicios básicos.

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Si bien, la pobreza en Bolivia dis-minuyó en los últimos años, nose llegó a cumplir los objetivos deDesarrollo del Milenio que era lade reducir la pobreza extrema a lamitad hasta el año 2015.

De acuerdo al informe «Universode Ciudades Emergentes», del Ban-co Interamericano de Desarrollo(BID), América Latina es la se-gunda región más urbanizada delplaneta, al pasar de una tasa deurbanización de 62 % en 1980 a81 % en 2015. Se estima que estatendencia continúe hasta llegar a90 % en los próximos 20 años.

«Hay que pensar en el futuro yen ese crecimiento de las zonasurbanas. Cada día hay queplanear más las ciudades”

Finalmente, de acuerdo a análi-sis efectuado por el PNUD y pre-sentado en el Informe sobre De-sarrollo Humano 2015 manifiestanque: “Desde 1992 el número depersonas que habitan en los cen-tros urbanos de Bolivia aumentóen casi tres millones. De acuerdoa los resultados del Censo 2012(INE, 2013), el 67% de la pobla-ción boliviana reside en áreas ur-banas y el 57% habita en las nue-ve ciudades capitales más El Alto.El peso poblacional de los 20 muni-cipios que integran las regionesmetropolitanas de los departa-mentos de La Paz, Cochabamba ySanta Cruz alcanza al 46%. Seestima que este proceso de urba-nización continuará en los próximosaños: en 2030, casi ocho de cada10 bolivianos residirán en áreasurbanas.

Esta situación da cuenta de queel proceso migratorio campo-ciudad es un fenómeno irre-versible y que las conglomera-ciones urbanas son una realidadconsolidada que aumentará suimportancia en el futuro.

Sin embargo, las potenciali-dades asociadas a la urbaniza-ción se ven matizadas por la faltade planificación y el crecimientourbano desordenado. En suconjunto, los detonantes de latransformación social han con-figurado un nuevo escenario quese caracteriza por tres elementoscentrales: la ampliación de lasclases medias, la aparición deregiones metropolitanas y elsurgimiento de nuevas demandasy necesidades aparejadas a estos.Ello da como resultado un pano-rama que constituye un reto parala construcción de una nuevaagenda de desarrollo.

Fuentes:* La Investigación Urbana enAmérica Latina; Tendencias Actualesy Recomendaciones. LiciaValladares & Magda Prates Coelho.* El Día, 29 de junio de 2016.* La crisis enmascarada, PedroHinojosa Pérez. 2* El nuevo rostro de Bolivia; InformeNacional sobre Desarrollo Humanoen Bolivia.2015. PNUD

de 2016). La falta de infraestruc-tura e instalación de las laptopsy de capacitación de los maes-tros son factores que traban eluso eficiente de los equipos.

A nivel del sistema educativonacional aún el aprovechamientode las TIC (computadoras einternet, celulares inteligentes,redes sociales entre otros) esmuy bajo. Como bien dice MaxTorres «Hay un rezago preocu-pante tanto en el acceso comoel uso de las Tics en la educa-ción. Mientras se aceleran losnuevos inventos en este rubro,la socialización y el aprendizajede sus usos es muy lento”.

Por razones de espacio que-remos cerrar este texto con unpar de reflexiones propositivas.Una, se impone (con absolutaurgencia) virar radicalmente laperspectiva formativa y tendera la articulación de una propues-ta realmente alternativa, queresponda a nuestras especifi-cidades económicas, sociales yculturales y a los desafíos emer-gentes de la globalización.

Otra, aun cuando el gobierno

insista en privilegiar la intra-culturalidad sobre la intercultu-ralidad, es decir, el particularismobloqueador de cualquier cons-trucción lingüística y cultural co-mo un proyecto común a partirde la diversidad socio-étnica, seimpone, por un imperativo ético-político y pedagógico, la cons-trucción de una utopía democrá-tica, intercultural, multi-civiliza-toria y basada en la criticidad ycreatividad de los estudiantes,estimulada en su concreción porel método del constructivismo.

1 En relación con la citación de lasfuentes, debo advertir que, en variospárrafos, voy a omitir los nombres delas personas entrevistadas, básicamen-te por la política de amedrentamientoque ejerce el Ministerio de Educaciónen contra de los maestros que seaniman a expresarse de maneramedianamente crítica. Consecuente-mente, yo y solamente yo soy elresponsable de todas y cada una de lasafirmaciones de y en este opúsculo.

2 A propósito, recordemos las recien-tes declaraciones del Senador Montes(jefe de bancada del MAS) en el sentidoque: «Lo que hoy estamos viendo esque no hay fuentes de trabajo, (aquí)sólo hay miseria y hambruna» (27 dejunio). Como quien dice “a confesiónde parte, relevo de pruebas”, un axiomajurídico que significa que quien confiesaalgo libera a la contraparte de tener queprobarlo.

3 Alrededor de dos tercios (66.4%)de los habitantes del campo boliviano

gobierno, ¡sino que es base yorigen de este proceso!: Laburguesía de los cocaleros.

Sería empalagoso insistir quenuestros hermanos del Chapareno están defendiendo la MadreTierra,ni la cosmogonía de lacoca u otras fantasías que sepensaban hace años.Estándefendiendo algo muy concreto,que es una entrada regular ypermanente de cantidades im-portantes de dinero, gracias ala producción de coca, lo que lespermite “vivir bien” y tener poderen este momento.

En este período hubo muchosfiascos, entre ellos el de lasautonomías indígenas. Perodonde realmente hay territoriosautónomos, es en las regionescocaleras. Ahí la ley la hacenquienes están trabajando,quienes producen y comercia-lizan su producto.

Entonces ¿en qué podemosconcluir? Principalmente quepara luchar con éxito contra elextractivismo no hay que escu-darse en supuestas cosmovi-siones indígenas. El valor y elpapel de los indígenas no es elde aportar respuestas ilusoriasa los criollos, sino el de lucharpor su descolonización. Es estalucha la que puede establecervínculos y proyectos generales

y —seguramente— un proyectocomún nacional.

Un proyecto nacional implica laidea de un modelo socio econó-mico. Este modelo no puede sereregido en base a ilusiones,como una supuesta negaciónpor parte de los indígenas de laeconomía contemporánea. Tam-poco se puede sugerir la asimila-ción ciega a esta. En ese marco,el extractivismo es algo a com-batir y sustituir, porque daña yperjudica a todos aquellos quese involucran en él. Pero, es unmodelo a crear, no a recuperar.

Vivimos momentos socialesinteresantes, en los se devastanideas existentes,se deshacenconvicciones que creíamos fir-mes y dejan todo un campo enel que es necesario trabajarpara entender, para interpretary para que después la sociedadse mueva. Porque tenemos undinamismo en el que mientrasno haya resolución justa de lascuestiones injustas que existen;mientras no se resuelvan cosasbásicas: de relaciones entre per-sonas, relaciones entre grupos,relaciones entre países, esto vaa seguir siendo motivo de movi-lización, de organización y detransformación en la sociedad.

Entonces, tenemos un nuevomarco en el que hay que entrary mí me parece importante,revalidar aquello que se quisodesplazar un poco: una con-

cepción concreta y correcta delo que es la economía entendidaesta como una cuestión mate-rial.

El marco social en el que esteproyecto económico puede de-senvolverse es el de la desco-lonizacón, entendida como unproyecto de construcción nacio-nal común y al mismo tiempo elúnico que puede garantizar unempoderamiento indígena.

El movimiento indígena tendráéxito en Bolivia en la medida quese embeba no solamente conlo que sucede en el territorioboliviano, sino que se relacionecon lo que pasa a nivel mundial.

Esto le conduce, al mismotiempo, a ser crítico consigomismo para poder ser crítico consu entorno y darse cuenta asíque no está solo en un combatede una supuesta identidadcontra una supuesta metrópoli.sino que se trata de un proyectode construcción nacional en elque hay que debatir y trabajarconjuntamente con quien estáa su lado. El debate sobre elextractivismo hace parte de ello.Y eso significa ser contempo-ráneo, desarrollar capacidades yactitudes. El reto y desafío esproyectarnos para así poder daruna opinión diferente y, ojalá,contribuir de esa maneras a quelas frustraciones que Bolivia hasufrido hace tiempo ya no seproduzcan más.

son pobres moderados y más de dosquintos (45.5%) se encuentran en la mi-seria, de acuerdo con el INE. Además,el Fondo de Población de Naciones Uni-das ha afirmado que «las incidenciasde la pobreza en áreas rurales son su-periores en al menos 50% a las obser-vadas en zonas urbanas, mientras quelas incidencias de la pobreza extremarural más que duplican a las urbanas”.Actualmente, el coeficiente de Gini, quemide la desigualdad en ingresos, sitúaa Bolivia entre los países de AméricaLatina con mayor desigualdad, pues talindicador llega a 0.56 según la CEPAL.La FAO señala al respecto: «el país pre-senta una de las distribuciones delingreso más desiguales de la región,con un coeficiente de Gini de aproxima-damente 0,60, que evidencia diferen-cias significativas en la disponibilidad decapital y tierra, así como en la capa-cidad de generar ingresos según géne-ro, grupo étnico y localización geográ-fica”. Cfr. Jiménez, José Ignacio, “Elrostro de la desigualdad en Bolivia”, en:Página Siete, 20 de julio de 2014.

4 Véase: Ideología y aparatosideológicos de Estado de Louis Althusser(Nueva Visión, Buenos Aires, 1988).

5 Cárdenas, Víctor Hugo, “Evaluacióndocente: una asignatura pendiente”, en:Página Siete, 30 de agosto de 2015

6 Cfr. Foucault, Michel, Vigilar y casti-gar: nacimiento de la prisión. BuenosAires: Siglo XXI Editores Argentina,2002.

7 Para una crítica lúcida de las impos-turas del Linera léanse las recientesdeclaraciones de Osvaldo Chato Peredo,quien indica: «Álvaro García Linera fueútil en el momento de la primera elec-ción, ahora ya es un estorbo, ya es unfreno al proceso de cambio, nunca fuesocialista (…)”, Erbol, 12 de julio de 2016.

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Debate:

La «hegemonía kolla» ¿nuevomatiz del discurso fascista?Atawallpa Oviedo Freire*

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Me he quedado absorto y ano-nadado con el artículo de José LuisSaavedra en la revista electrónicaPukara Nº 1191 con respecto a unaponencia resumida de FernandoUntoja en un encuentro realizadoen la UPEA. La “lectura de la rea-lidad” y la propuesta que hace Un-toja sobre la “hegemonía kolla”, mesuena o se asemeja a la hegemoníaaria propuesta por Hitler y losnazis, o la de los rojos comunistasenarbolada por los estalinistas, ycontemporáneamente, la hegemo-nía judía por los sionistas israelitasy la hegemonía islámica por el ISIS.Sin dejar de mencionar al socialistade García Linera y su hegemoníaplebeya2 y al populista de DonaldTrump y su hegemonía global deEEUU. Todas estas expresiones deun fascismo de distintos matices.

Untoja habla de que por el mo-mento se está produciendo una“dominancia kolla” y que luego de-be producirse la “dominación kolla”,para finalmente lograr la “hegemo-nía kolla”, y para esto último daun ejemplo lapidario: “tenemos quereducir el carnaval cruceño a unafiesta de barrio”. Y así una seriede argumentos con el propósitode “reducir” a los q’aras (blancos),en su idea de revertir todo el so-metimiento contra quienes los hanhegemonizado por 500 años. Siellos nos han hegemonizado por500 años ahora nosotros los vamosa reducir a ellos, es el argumentoprincipal de Untoja. Y por lo quepuedo entender, ésta es una visióncompartida por algunos kataristase indianistas, aunque otros, quehan leído a Untoja me han comen-tado que están totalmente endesacuerdo, especialmente aque-llos que se definen como “kata-ristas de Tupak Katari”.

Para hacer posible el “poder ko-lla”, Untoja plantea que hay queapoyarse en el sistema de feudosy en el capitalismo para devenirultra liberales, con el objetivo deque los kollas a través de los qami-ris (aymaras ricos) vayan “asal-tando” poco a poco toda Bolivia yluego los Andes. En otras pala-bras, serán los qamiris los que vana lograr la “dominación” para todoslos kollas, ellos harán el trabajopara que todos los kollas pasen ala dominación de los demás sec-

tores, pero la “hegemonía kolla”será obra de los kataristas. Paraello, plantea una alianza estraté-gica de los kataristas con losqamiris, (quienes para Untoja sonla “vanguardia” kolla de este tiem-po y en estas condiciones capita-listas). Los cuales, una vez quecontrolen los bancos, asegurado-ras, comercio internacional y de-más instituciones de Bolivia, apa-recerán los kataristas y procede-rán al asalto del poder e impondrándefinitivamente la hegemonía kollaque conducirá a la instauración del“poder kolla”. ¿Por qué los kataris-tas? Porque son los fieles repre-sentantes del pensamiento kolla,pues todos los demás son inge-nuos, “la gente, los dirigentescampesinos, y los (cocaleros) delChapare” que se dejan llevar porformas coloniales de la izquierda.“El katarismo es la expresiónfilosófica y política de los kollas.”

Untoja seguramente cree que losqamiris por el solo hecho de quelos kataristas son kollas van aaceptar fácilmente la alianza conellos, o que los van a convencer,a los cándidos qamiris, de volversekataristas, o de que los kataristasserán muy hábiles y les despla-zarán a los qamiris sin mayor resis-tencia. O en último caso, se con-tentarán de que sean los qamirislos que controlen todo, pero queya no sean los q’aras. Siendo estolo que al final le importa a Untoja,preferible que los kollas seanempleados de los qamiris que delos q’aras. No quiere un sistemakolla comunitario complementariosino un capitalismo moderno kata-rista basado en la rivalidad, dondeunos pongan orquestas más gran-des que el otro, por ejemplo. ParaUntoja, lo comunitario es un“cuento” de los antropólogos.

Untoja cree que el capitalismoes simplemente cuestión de habi-lidades económicas y raciales, enla que los qamiris son los genioskollas de la economía que lograránquitarles todo a los q’aras y sesuperpondrán a ellos. Todo estoen la creencia de que a los qamirisles importa la cultura kolla y quedesprecian a los q’aras, no porquesean ricos sino porque no sonkollas, es decir, por su raza. Sinembargo, no conozco que los ricosen alguna parte del mundo pongan

en primer lugar su etnia paraenfrentarse a las otras, todo locontrario, lo que manda en últimainstancia es el capital. Como tam-poco creo que a los qamiris lespueda gustar la idea de reconstruirun sistema comunitario kolla, ninada que signifique un sistema enel cual pierdan sus privilegios y ca-nonjías. Y peor creer, que los qami-ris sean tontos útiles para entre-garles el poder a los kataristas, amenos que estos quieren imponerun capitalismo ultra liberal y seplanteen ser la nueva potenciamundial para “virar la tortilla” con-tra los blancos del mundo. Y eso,es al parecer lo que sueña Untoja.

Este planteamiento de Untoja meconecta con el de Hitler, quiéntambién planteaba la alianza conlos ricos alemanes para eliminar alos judíos ricos que se estabanapoderando de Alemania. Comoasimismo para borrar del territorioalemán a los gitanos, los homo-sexuales, discapacitados, y de to-dos aquellos que no eran arios oque siendo arios eran lo peor o lavergüenza de la raza aria. Su dis-curso exacerbaba el etnocentris-mo de los arios, a los cuales ade-más consideraba la mejor raza delmundo. De ahí su propuesta de lahegemonía aria en Alemania y paratodo el mundo. Muchos arios, seanpobres o ricos, creyeron que Hitlerharía justicia para todos los arios,por el simple hecho de ser arios.Según Hitler, el problema no era elcapitalismo sino la raza aria.

En todo caso, la realidad de aho-ra (y no la utopía que imagina Un-toja), es que a los qamiris no lesimporta sus hermanos kollas, enel sentido de que hagan algo porterminar con su situación de po-breza, por el contrario, no tienenel empacho de ponerlos como sussirvientes y hacerles trabajar duropara que ellos se sigan enrique-ciendo. Que es lo que les interesaen última instancia y para nada lacultura e identidad kolla, al menosen su sentido precolombino sinomáximo en lo poscolonial o repu-blicano (mestizaje). 

Untoja dice que los kollas estánlogrando la dominancia en Boliviacon la expansión de la “cultura eidentidad kolla” y para ello ponede ejemplo, el Gran Poder, el carna-val, la morenada y los caporales.

Lo cual es totalmente falso, puestodas esas expresiones son mani-festaciones españolas a las cualesse les ha dado matices kollas, perola estructura y los principios bási-cos son europeos. En todo caso,se podría decir que son sincréticospero para nada kollas. Esto paradecir, que ni a los qamiris ni a estoskataristas les interesa lo milenarioo autóctono, que es lo kolla pro-fundo que todavía vive y sobrevi-ve en algunas regiones remotasde Bolivia y Perú sino, lo que lesinteresa es la modernidad capita-lista ultra liberal. Como los cholets,que tienen cierto rostro kolla peropor dentro y sobre todo en la es-tructura y arquitectura son plena-mente euro centrista. Muy dife-rente a una comunidad modernaque conocí en Quillacollo (Cocha-bamba), cuyas chozas tenían laforma y materiales de tipo uro-chipaya pero incorporados algunoselementos modernos. Me decía:qué lindo sería ver a buena partede Bolivia así y no en las cajasmodernas en que viven actual-mente.

En otras palabras, lo cholo y lochola son expresiones pachama-mistas de los remanentes de lokolla, que como todo folclorismosolo se lo vive en ciertos momen-tos, pero en la cotidianeidad de lavida común y corriente se buscaser más occidental que los propiosoccidentales. Ese el neocolonia-lismo de nuestro tiempo, ahoratambién defendido y empujado porcierta gente con fenotipo kollapero con mentalidad ultra liberal.Incluso, muchos ya no hablanidiomas originarios, y como se sabecientíficamente, cuando se pierdeel idioma se pierde la manera depensar y de sentir de la cultura ala que pertenece la lengua.

Éste el pachamamismo cosifica-dor de estos kataristas, que es elotro lado del pachamamismo mar-xista del MAS, quienes creen queponiendo rostros kollas a dirigir elEstado q’ara ya existe un Estadoplurinacional. Por cierto, hay unaafinidad entre Untoja y Choque-huanca, cuando éste último quieretambién solo gente indígena en elgobierno. Ni los del MAS ni estoskataristas, han entendido que delo que se trata es de reverdecerlas ontologías y epistemologías de

* Es miembro de Red Sur Global.

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los kollas en estos tiempos y enestas situaciones coloniales y ca-pitalistas. No se trata de utilizarel pigmento kolla para hablar anombre de todos los kollas, paraconstruir un poder katarista o unpoder plebeyo, como supuestosideales de lo verdadero kolla.

Eso lo entiende el kolla profundo,por ejemplo, ellos diferencian cla-ramente entre música folclórica (omestiza) y música autóctona. Sa-ben qué es lo propio y qué es lomezclado o desvirtuado, por lo queno se dejan llevar fácilmente porlos cuentos de sirena de los qamiriso de los socialistas o de estos ka-taristas. Por eso se mantienen enel campo y no se han dejado atra-par ni engatusar por el urbanismodevorador. Se conservan ahí,guardando y cuidando sus con-cepciones o maneras de ver lavida. Esto no significa que quieranvolver al pasado o no utilizar cier-tas tecnologías, ciencias y episte-mologías modernas, como criticanalgunos kataristas; es tomar laslógicas y principios milenarios paraaplicarlos en el presente de lasnuevas diferencias, para cuestio-nar y recrear su nueva vida apartir de sus propios fundamentosy no con los del opresor.

Un ejemplo -aún más claro- paracomprender este fenómeno pacha-mamista o mestizo es el de lascholas paceñas, quienes presumende sus vestidos cuando estos lesfueron impuestos por la coronaespañola, y si bien lo han asimiladono quiere decir que necesariamen-te ahora respondan a lo racionali-dad kolla y que quieran un sistemakolla. Además, que ellas mismasse reconocen como mestizas, espor ello que han disminuido losoriginarios en la última encuestarealizada. Es más, estas cholaspaceñas se sienten superiores alas indígenas de otras etnias, algu-nas de las cuales sí guardan losvestidos ancestrales, como asimis-mo otros detalles y elementos. Elkolla autóctono sabe que ellos sonnuevos mestizos y pone límites,como por ejemplo, me decía unamujer kolla de Italaque (provinciaCamacho) cuando yo miraba estu-pefacto la gran cantidad de basu-ras acumuladas en un riachuelo:“Antes nuestro pueblo era bien lim-pio, pero desde que se fueron aLa Paz y regresan de vez en cuan-do lo ensucian todo. Es la gentede la ciudad que viene con esasmalas costumbres: borrachos,fiesteros, sucios. Así no eranuestro pueblo”.

Lo kolla está bien adentro y esoes el que hay que enarbolar paragenerar un mundo inclusivo paratodos, y no una hegemonía de losqamiris o de los kataristas, queno necesariamente sería de loskollas. Lo que pasaría, en un casohipotético como el que señalaUntoja, es por ejemplo lo quesucedió en la India. Sacaron a los

ingleses de su territorio y su lugarlo tomó la posta la casta más rica,pero la situación de pobreza semantuvo igual y el capitalismosigue perviviendo, dándose el casode que actualmente hay unoscuantos multimillonarios y que tresde ellos están entre los más ricosdel mundo, en uno de los paísesmás pobres del planeta. O lo quepasó en Sudáfrica, que ahora unacasta rica compuesta por blancosy negros son los que gobiernanpero el capitalismo sigue some-tiendo a las inmensas mayoríasnegras. Y eso es lo que pasaríaen Bolivia con el capitalismo qamiri,de que ya no serían solo los q’arassino también unos pocos aymaraslos que sigan dominando y hege-monizando a todos los kollas,q’aras pobres, mestizos, kataris-tas, indianistas…

Y este es el asunto de fondo,es un problema de racismo y denacionalismo, en la que estoskataristas están dispuestos a queel capitalismo neoliberal y la mo-dernidad occidental se consolideen Bolivia, para dizque así eliminara los q’aras. Por ello, Untoja solocritica a los q’aras del MAS y seolvida intencionalmente de los ko-llas del MAS, seguramente tam-bién pensará que son hermanosperdidos o deformados, pero quedespués reaccionarán cuando asi-milen la filosofía kolla, que es laque manejan los kataristas de Un-toja. Este es el más puro racismo,desde el otro lado, cuando sueñancon reducir a los q’aras enreservas como hicieron los inglesescon los indios norteamericanos.

Esta la mentalidad neo-fascistade Untoja y al parecer de ciertoskataristas e indianistas, en que suodio o venganza es hacia lo q’aracomo tal y no al sistema q’ara ocapitalista. El qamiri quiere ser ricoy punto. Lo que mueve a este gru-po katarista es su deseo de ven-ganza y no de revalorizar lo kollamilenario, sino de utilizar lo kollapara insuflar el nacionalismo y eletnocentrismo, como lo han hechootros con el discurso de lo ario ode lo judío o de lo islámico, etc.Por eso hablan de dominancia,dominación, hegemonía.

Por cierto, algo parecido a lo queplantean sus pares izquierdistasortodoxos, y a los cuales conside-ran sus enemigos, pero que tienenmétodos y objetivos similares. Así,hablan de instaurar la dictaduradel proletariado o de dominar a laburguesía para instaurar la hege-monía del proletariado. O Linera,que ahora habla de la hegemonía“plebeya”, pero que es lo mismo.Dicen estas izquierdas, que a tra-vés de esta dictadura o hegemoníaimpondrán el socialismo, para lue-go construir el comunismo. Mo-mento en el cual ya no utilizaránmétodos hegemónicos como elEstado, el partido, la democracia,y procederán a su disolución. Pero

que por el momento son necesariosestos métodos hegemónicos has-ta someter a los burgueses y alimperialismo, para proceder aconstruir la patria de todos y paratodos. (Es decir, nunca).

Realmente resulta difícil enten-der a estos grupos hegemonistas,que dicen que quieren construiruna patria des-hegemonizada,pero para lograr aquello primerohay que hegemonizar. Como ahoralos del MAS que dicen que parasalir del extractivismo hay que uti-lizar más extractivismo, lo quepara ellos también significa haceruna alianza con la burguesía nacio-nal o producir una revolución de-mocrática burguesa andino-ama-zónica (Linera) para luego construirel socialismo. De ahí su fracaso ynuevamente el regreso de la dere-cha en Argentina y Brasil, (parcial-mente en Venezuela). ¿Cuál la se-mejanza y diferencia entre el fas-cista de Untoja y el fascista deLinera? Ambos apuestan pasar porel capitalismo y la alianza con losricos para construir sus nuevas so-ciedades. Y también les asemejaque ambos se han declarado kata-ristas, pero con la diferencia deque el uno quiere construir lahegemonía étnica y el otro unahegemonía de clase.

En este sentido, Untoja debe es-tar aspirando que regrese la dere-cha más rancia al poder, para queel capitalismo neoliberal florezcacon el trabajo de los kollas y deello se aprovechen los qamiris paraenriquecerse más. Aunque, losfinalmente beneficiados de todoello serán los kataristas que asílograrán instaurar el poder kolla.¿Alguien más se lo cree?

Mientras unos hacen luchas con-tra hegemónicas y no se planteangenerar una otra hegemonía, sinoque buscan romper con toda he-gemonía para construir un mundodonde quepan todos (como dicenlos indios zapatistas), o un mundodonde puedan vivir todas las for-mas de vida (como dicen los indioscolombianos). Pero, seguramentepara estos kataristas estos indiostambién están equivocados y notienen capacidad estratégica parahacer alianzas y utilizar el propiomedio de los q’aras para terminarcon ellos.

Valga asimismo anotar, que esel mismo argumento de los nacio-nalistas europeos y que ahora conel Brexit se acelera en todo esecontinente, quienes amenazantambién con “reducir” a los extran-jeros y de recuperar los espaciosque han ganado los foráneos parareinsertar nuevamente la hegemo-nía étnica en cada región de Euro-pa. Toda la xenofobia y homofobiase ha activado en el mundo entero,y es lamentable que entre losindios también hayan algunos.Afortunadamente los xenófobostodavía son muy pocos en el pla-neta, y menos en Amerindia, y

ojalá nunca alcancen el poder co-mo lo lograron Hitler, Franco o Mu-ssolini. No conozco casos similaresen ninguna otra parte de Américaindígena con posiciones etnocen-tristas como la de estos kataristas,al menos en alianza con el capita-lismo como ellos propenden.

Las más sangrientas hegemoníasen la historia mundial son las quese han fundamentado en la xeno-fobia, en la supuesta idea de unaraza superior o de liberar a unaraza. Ese ha sido el discurso detodos los conservadores de dere-cha, que antaño y hogaño, partenpara hacer sus postulados etno-centristas dentro de sus visionesy concepciones totalitarias.

La mayoría de lo que hoy se dicepropio, es cholo y chola (mestizo).Y si hay que revalorizar lo kolla,no es para generar una hegemoníade unos cuántos, pues al final eneso se convierte una hegemonía,sino que habrá que atizar lo kollaautóctono para construir un mun-do de complementariedad y armo-nía, que eso es en esencia lo kolla.La descolonización es de lo mestizo(pachamamismo) en todas susmanifestaciones y expresiones, yde quienes pretenden estructurarel capitalismo y consolidar la mo-dernidad occidental, para luegodizque desestructurarlo en lo kolla.Montar para luego desmontar, esel oxímoron más absurdo.

La terminación de lo q’ara es laterminación del patriarcalismo, delcapitalismo y de la modernidad,para recrear un mundo kolla respe-tuoso de las diversidades y de lasdiferencias, para construir un mun-do donde las contradicciones, lasdisputas, las diferencias, las rivali-dades, que son naturales y norma-les en la experiencia humana, seanaliviadas a través del método dela complementariedad, en la bús-queda de consenso, intermedia-ción, conciliación, entre posicio-nes opuestas. La armonía, no esun mundo rosa o idealista o utópi-co o paradisiaco, como creen algu-nos kataristas, es el punto de en-cuentro entre posiciones diver-gentes o el taypi (equilibrio) entreposiciones antagónicas.

La visión de Untoja es una pro-puesta nacionalista por ende ultraconservadora, que pretende haceruna crítica al pachamamismo perodesde el lado del pachapapismo,es decir, criticar con lógicas pa-triarcales propias del positivismo,del ilustrismo, del objetivismo y dellogocratismo q’ara. De ahí, su si-militud de posiciones y convergen-cia de visiones. Q’aras, qamiris,mestizos, neonazis, leninistas,bushistas, untojistas, lineristas, lasdiferentes caras de la misma mentefascista.

1 http://www.periodicopukara.com/archivos/pukara-119.pdf

2 http://www.alianzapais.com.ec/wp-c o n t e n t / u p l o a d s / 2 0 1 5 / 1 0 /CONFERENCIA-MAGISTRAL-ALVARO-GARCIA-LINERA-EN-ELAP-2015.pdf

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