LA COSMETICA NATURAL -...

LA

COSMETICA NATURAL

MAYO 2012

María Firvida Maryke Liesting Pilar Medall Carmen Muñóz Grupo Postgrado “Calidad de Vida y sus Componentes”

de 31 A COSMETICA NATURAL 26-6-2012

A todas las personas comprometidas a crear un mundo mejor


I N D I C E

Página

INTRODUCCION ……………………………………………………… 4

CAPITULO I – FANGOS Y ARCILLAS ……………………………… 6

CAPITULO II – LAS AGUAS TERMALES ………………………….. 10

CAPITULO III – FRUTAS Y VERDURAS …………………………... 14

CAPITULO IV – LOS ACEITES ……………………………………… 17

CAPITULO V – LAS ALGAS MARINAS ……………………………… 21

CAPITULO VI – LAS VITAMINAS ……………………………………. 24

CONCLUSIONES ……………………………………………………… 28

WEBGRAFIA …………………………………………………………… 31


I NTRODUCCION

En los últimos años la cosmética natural está experimentando un auge notable

y nos parecía interesante adentrarnos un poco más en los beneficios que sin

duda tiene para las personas en la vida moderna. En todos los medios de

comunicación nos bombardean con publicidad de productos cosméticos,

pastillas y dietas para quitarnos las huellas del tiempo y adquirir una forma

física sin esfuerzo alguno. Pero cabe preguntar: ¿qué sustancias contienen

todos estos productos? ¿Qué efectos tienen sobre nuestra piel?

Hoy en día existe una fuerte tendencia a la utilización de la cosmética natural,

con lo cual volvemos a las prácticas de los antiguos egipcios, griegos y

romanos que, lógicamente, utilizaban productos naturales. Los egipcios

utilizaron las hierbas aromáticas en sus perfumes. Para los griegos la higiene y

el cuidado corporal era una prioridad absoluta para conseguir un cuerpo

perfecto, y los romanos tenían verdadera obsesión por la estética. Todos ellos

lógicamente hacían uso de los productos que ofrecía la naturaleza.

Más tarde, en la Edad Media, con las guerras y por lo tanto la pobreza y

epidemias se abandonó el culto al cuerpo, aparte del hecho de que la iglesia

católica consideraba pecado la utilización de productos para que las mujeres

estuvieran más atractivas.

Con el Renacimiento se recuperó la cosmética de los antiguos romanos y

griegos. El cuidado de la piel era muy importante, pero sin embargo, la higiene

no era prioritaria y con estos productos intentaban disimular los males olores y

la suciedad.

En los últimos siglos los productos naturales dejaron de ser los ingredientes de

la cosmética y cada vez más los científicos iban investigando y fabricando

productos con sustancias químicas. Hasta hace unos años se mantuvo esta


tendencia, pero en la primera década del siglo XXI se iba tomando conciencia

de los beneficios de los productos naturales en la alimentación y también en la

cosmética. Según un estudio de la organización alemana BIOFACH, a partir

del año 2008/2009 existe un fuerte crecimiento en todo relacionado con el

cultivo y las ventas de productos ecológicos en países como Alemania,

Dinamarca, Austria y Suiza. Francia se encontraba en la cola, pero al final

muestra también un gran tirón. La excepción era Gran Bretaña que reflejó un

descenso del 13% para 2009, pero por otra parte las ventas de cosmética

natural crecieron en un 40% en el mismo período, lo cual deja bien claro que

los usuarios reclaman productos naturales para el cuerpo, tanto para el interior

como el exterior.

Entre los productos naturales que empleamos para el cuidado de nuestra piel y

nuestro bienestar podemos mencionar las plantas, los minerales, aceites,

algas, arcillas, aguas termales, frutas, verduras y vitaminas. En este trabajo

queremos ilustrar algunos de ellos.


CAPITULO I - FANGOS Y ARCILLAS

Desde tiempos inmemorables la arcilla y el fango han sido utilizados para el

cuidado de la piel, tanto para mejorar su aspecto como para tratar ciertas

enfermedades.

Hoy en día se elaboran cremas con ayuda de la tecnología y la química, a las

cuales se les añade fangos y arcillas. Los dos son barros pero su procedencia

es distinta.

Los fangos provienen del fondo del mar o de las manantiales y contienen las

sustancias conocidas como oligoelementos, entre ellos el hierro, magnesio,

zinc, calcio, cobalto y yodo, que nuestro organismo no produce pero necesita

para sus funciones respiratoria, digestiva, neurovegetativa y muscular, como

reguladores y equilibrantes.

La arcilla o barro puede encontrarse en terrenos volcánicos cercanos a

manantiales de aguas termales profundas o de grutas. En las capas profundas

de la tierra se encuentran las sustancias radioactivas que contienen la mayor

acción curativa del barro. Debido a sus poros tiene capacidad de absorber y

desinfectar. La clave de su eficacia parece estar en sus componentes minero-

medicinales y energéticos que contribuyen a poner en marcha los mecanismos

que ayudan al cuerpo a recuperar la salud perdida.

Con la aplicación del barro sobre nuestra piel penetran en ella sustancias que

eliminan toxinas y venenos que pasan al barro. Es un remedio que ya utilizaban

en la antigüedad los griegos, romanos, árabes y

pueblos civilizados de oriente para curar todo tipo

de afecciones, heridas y problemas inflamatorios,

incluso para sus animales (es consabido que los

animales solían revolcarse en el barro cuando

estaban heridos y en ocasiones lo ingerían para encontrar alivio).


El proceso de preparación de la arcilla consiste en sacar la veta a la luz,

limpiarla, hacer una selección y secarla en un suelo de hormigón, extendida al

sol, permitiendo el almacenamiento de más energía de los rayos solares aún.

Se hace otra selección, manual, se eliminan las impurezas residuales y se pasa

a su trituración hasta obtener la granulación adecuada para que se disuelva

rápidamente. Para conseguir un polvo superfino y agradable de utilizar debe

ser machacada y micronizada.

Para potenciar los efectos de los fangos y arcillas utilizados en tratamientos -

en articulaciones y piel fundamentalmente -, se combinan con los aceites

esenciales, plantas, aguas minero-medicinales y agua de mar, y su uso en

mascarillas y envolvimientos mejoran muchas patologías, incluso, como se ha

indicado anteriormente, desde un punto de vista médico.

Se trata en suma de una posibilidad terapéutica al alcance de todos, natural,

sin efectos secundarios, y de contrastada utilidad,

Hipócrates, considerado el padre de la medicina, ya mencionó el efecto

terapéutico del barro, así como Dioscórides, Galeno y Avicena

Posteriormente el uso de los métodos naturales cayó en el olvido, pero al final

del siglo XIX volvieron a la actualidad de la mano del abad alemán Sebastián

Kneipp (1821-1897), quien impulsó el uso de los baños y chorros de agua, lo

que es hoy en día la hidroterapia, y añadió a las prácticas naturistas conocidas

el empleo de la tierra, y sobre todo de las plantas medicinales inofensivas.

Otro alemán, Adolf Just (1859-1936), siguió con las investigaciones y creó en

1896 un sanatorio donde se aplicaba la arcilla tanto de forma típica (uso

externo y local) como de forma sistémica (al organismo en su conjunto)., y en

los años 80 del siglo XX el naturópata francés Raymond Dextreit escribió varios

libros sobre el uso terapéutico de este elemento (“El poder curativo de la arcilla”

<Editorial Ibis> y “Nuevo Tratado de Medicina Natural, Nuestra Tierra, Nuestra

Cura <Editorial Edad>).

Según su teoría la arcilla es una sustancia viva que actúa con discernimiento y

frena la proliferación de cuerpos parasitarios, microbios, o bacterias patógenas,


a la vez que favorece la reconstrucción celular sana. La arcilla actúa en el foco

de la enfermedad y efectúa una limpieza completa, eliminando las impurezas

de los tejidos. Estimula la radioactividad de los cuerpos sobre los que se aplica

si ésta es deficitaria, o en caso de superabundancia absorbe su exceso, es

decir, que tiene un efecto regulador.

En general los diferentes tipos de arcilla poseen las mismas cualidades, pero

en proporciones diferentes. Por esta razón es importante consultar a un

especialista antes de decidir por una o por otra. El indicará según la persona y

su dolencia la más adecuada. Las más solicitadas en los herbolarios por su

eficacia y disponibilidad son las siguientes:

Arcilla verde

Es la más utilizada. La mejor es la montmarillonita o bentonita (suele

ser verde, pero puede ser blanca o azul). Es muy rica en magnesio y

contiene ricillo, potasio, cal y fosfatos, entre otros elementos. A la

vez es desintoxicante, remineralizante y absorbente. En forma de cataplasma

sirve como antiinflamatorio y analgésico, ingerida regula las funciones del

intestino, entre otras propiedades.

Arcilla blanca

Llamada también caolinita Está compuesta principalmente por silicio y

aluminio. Interesante para la protección de las mocosas gástricas e intestinales.

Arcilla roja

La atapulgita, que también puede ser blanca o verde. Muy utilizada por sus

virtudes medicinales en curas gástricas, úlceras y colitis. El color rojo se debe a

su alto contenido en óxido de hierro.

Arcilla negra

En el mercado también se puede encontrar arcilla negra, principalmente de

efecto cicatrizante y regenerador.


Ya que las arcillas o barros combinados con hierbas y aceites forman una parte

muy importante en la cosmética natural de nuestros días, no queremos cerrar

este capítulo sin dar la receta para una mascarilla.

Se mezcla el agua (siempre destilada o sin cloro)

con la arcilla hasta formar una pasta. Se deja

reposar unos minutos. Después de limpiar el

rostro, se aplica la mezcla (si la mascarilla es

para la cara, con una cucharada de arcilla es

suficiente), evitando el contorno de los ojos y los

labios. Se deja secar entre 15-20 minutos. Se

retira con agua fría, pasados unos minutos se

aplica una crema hidratante.


CAPITULO II - LAS AGUAS TERMALES

Las antiguas civilizaciones utilizaban el baño como medida terapéutica o como

instancia para socializar. Los griegos y romanos no solo consideraban que era

bueno para cuerpo y mente, sino los baños eran también un sitio de encuentro

de eventos sociales, deportivos, comerciales y de ocio.

La responsabilidad de cuidar estas actividades era fundamental para los

soberanos griegos y romanos, de ahí el gran número de casas de baños y

escuelas deportivas que existían. Los hallazgos más antiguos de

construcciones dedicadas a este fin datan ya de más de 2000 años antes de

cristo.

Los primeros registros del uso del agua caliente en las termas son de finales

del S. V a.C. en Grecia. Homero, quien vivía alrededor del año 850 a.C., ya

describía los distintos sitios de baño, desde toneles de agua caliente hasta

baños de aire caliente, para lo cual según los escasos datos históricos de que

disponemos, utilizaban piedras calientes, o quemaban carbón.

Los romanos, y en concreto Agripa, construyeron el primero de sus baños

termales (“thermae”) alrededor del año 25 a.C., que se convirtieron luego en

complejos enormes con sus vestuarios, baños de agua fría, tibia, caliente,

espacios para sudar, descansar y masaje, como se

puede ver en la foto de la maqueta que representa

una reconstrucción de la terma de Agripa. Fuera

había un baño al aire libre e instalaciones para el

deporte. Incluso utilizaban calefacción de suelo y de

pared. El pavimento no se apoyaba en el suelo, sino

en pilas de piedras, y en el espacio libre se introducía aire caliente. La

calefacción por la pared se realizaba mediante tubos huecos por los cuales

pasaba aire caliente.


En Italia una de las construcciones más célebres eran

los baños de Caracalla, que se hicieron al principio

del siglo III. Contenían gimnasios, bibliotecas y salas

de masaje. Fuera de Italia los baños termales más

famosos y mejor conservados se encuentran en Bath

(Gran Bretaña). La construcción de lo que es el

templo empezó en los años 60-70 bajo el dominio romano y durante 300 años

se fueran ampliando las instalaciones.

.

En la actualidad la cura termal es uno de los sistemas terapéuticos que ha

adquirido mayor trascendencia. Cuando una persona se expone a un baño

termal, recibe la acción directa de la temperatura en forma de shock y los

minerales comienzan a ser absorbidos en pequeñas concentraciones por la

piel. Una vez en el organismo los minerales son depositados en el tejido celular

subcutáneo y desde allí ejerce su acción activando el metabolismo orgánico a

través del eje hipotálamo-suprarrenal.

El secreto termal estriba en el juego rítmico que se provoca, traduciéndose en

tensión-relajación actividad-reposo.

Hay varios tipos de aguas termales, clasificadas según su origen, temperatura,

procedencia geológica, composición química y

composición mineral. En cuanto a su procedencia

geológica existen dos tipos: las aguas magmáticas

y las telúricas. Las primeras tienen un origen de

carácter eruptivo y un caudal constante en

composición y temperatura. Las segundas

provienen de la infiltración de las lluvias y por lo tanto su caudal varía según la

época del año.

En lo que se refiere a la temperatura del agua hay que indicar que para que

ésta se considere termal debe de cumplir el único requisito de estar a 5º C. o

más por encima de la del suelo en que se encuentra, o de la de las aguas que

discurren en superficie.


Esto quiere decir que en zonas muy frías el agua termal puede ser también de

baja temperatura, siempre y cuando cumpla con el mencionado requisito.

Así, las aguas termales se pueden clasificar según su temperatura de la

siguiente forma:

Aguas termales frías (menos de 20° C)

Aguas hipotermales (20-35º C)

Aguas mesotermales (35-45º C)

Aguas hipertermales (45-100º C)

Aguas supertermales (100° C en adelante)

Esta variedad se debe a que la temperatura depende del origen y de la

distancia recorrida por el agua desde su origen así como de su composición,

temperatura de las rocas que atraviesa, su emplazamiento geográfico, y otras

circunstancias.

La temperatura de las aguas magmáticas es más elevada, en general mayor

de 50º C. Los elementos más comúnmente encontrados en ellas son arsenio,

boro, cobre, fósforo y nitrógeno.

Las aguas telúricas por ser filtradas contienen menor cantidad de

mineralización, y tienen por lo general bicarbonatos, cloruros, sales de cal y

otros.

¿Cómo se producen los efectos beneficiosos de las aguas termales en el

cuerpo?:

Cuando nos sumergimos en aguas termales, la temperatura de nuestro cuerpo

aumenta, lo que conduce a la eliminación de gérmenes, entre ellos los virus.

Este aumento de la temperatura ayuda a disolver y eliminar las toxinas del

cuerpo. Además debido a la presión hidrostática que recibe nuestro cuerpo se

estimulan la circulación sanguínea y la oxigenación.


Resumiendo, según investigaciones el uso periódico de las aguas termales

ayuda a mejorar la salud externa (piel) e interna de nuestro cuerpo.

Para aprovechar correctamente los múltiples beneficios de los baños termales

es aconsejable consultar a un médico termalista que indica la conveniencia o

contraindicación de un programa de baños, el tiempo de duración de cada baño

según la resistencia orgánica de la persona, además el régimen de comidas

correspondiente que debe acompañar en cada caso a la balneoterapia.


CAPITULO III - LAS FRUTAS Y LAS VERDURAS

Hay un dicho que reza: “Eres lo que comes”, y esto es cierto en gran medida

porque es de sobra conocido que la ingestión de fruta, verdura y otros

alimentos complementarios tiene múltiples efectos beneficiosos en los

organismos de nuestro cuerpo. Por ello, en tiempos más recientes se ha

descubierto que los alimentos y la cosmética son perfectamente combinables

para conseguir propiedades altamente recomendables para cuidar nuestra piel

tanto por dentro como por fuera. Cada vez hay más fabricantes de productos

cosméticos naturales que lanzan nuevas líneas al mercado que incluyen estos

ingredientes.

Existen varios tipos de preparados que se usan, según el producto a conseguir.

Los principales son:

Extractos: liposolubles (solubles en grasa) e hidrosolubles (solubles en agua).

Fitoleches: las más conocidas son las de cereales, pero también hay basadas

en frutas, y vegetales: apio, berro, espárrago, guisante y tomate, entre otros.

Pulpas de frutas secas: de limón verde, naranja dulce y pomelo, todas ricas

en vitamina C, así como de kiwi y melón, que son ricas en potasio, azúcares y

vitaminas (para pieles cansadas y maduras).

Aguas vegetales: son nuevos ingredientes cosméticos extraídos del agua de

las plantas o de las frutas y contienen aceites esenciales, vitaminas, trazas de

oligoelementos y sales minerales.

Aceites: sobre todo los que tienen un alto contenido en ácidos grasos

esenciales, que son importante para el funcionamiento de la inmunidad e

integridad de la membrana celular. Normalmente se usan aceites de origen

exótico (coco), de frutos (aguacate, albaricoque, oliva…..), de frutos secos

(almendra, avellana) y de semillas (calabaza, girasol, kivi, etc.).


Mantecas: se usan como espesantes naturales, por ejemplo en barras de

labios (cacao).

Insaponificables: son moléculas importantes en el metabolismo general, y

cutáneo en particular. Se encargan de la reestructuración, regeneración y

protección de la epidermis. Se extraen de aguacate, maís y soja.

Proteinas: Se extraen de las gramíneas (avena, trigo y maíz, principalmente) y

de leguminosas (soja). Hidratan, nutren y dan elasticidad a la piel. Dan cuerpo

volumen y protección al pelo, y reparan la cutícula.

Aceites esenciales: se usan en varios campos. Los más importantes son los

de limón y naranja.

Polvos: tienen una acción exfoliante. Se fabrican en diferentes tamaños y

presentan diversos grados de dureza, para adaptarse a todos los tipos de piel y

zonas del cuerpo. Para su fabricación se usan los siguientes productos: el

caparazón de crustáceos; frutos completos secos y molidos; las semillas, los

huesos y las cáscaras de los frutos (en el caso último la almendra, el coco y la

nuez).

Para completar la información sobre

la fruta y la verdura en la cosmética,

en la página siguiente se muestran

unas tablas que reflejan las

acciones beneficiosas que ejercen

los extractos de las frutas y

verduras que más se utilizan en

cosmética.


TABLA 1 – LAS FRUTAS

TABLA 2- LAS VERDURAS

Acciones

Aguacate • Suavizante • Cicatrizante • Antiarrugas • Tratamiento de pieles secas

Albaricoque • Suavizante • Antiarrugas • Regenerador tisular • Tonificante

Arándano • Antiséptico • Astringente y prevención de la fragilidad capilar

Fresa • Limpiador de pieles grasas • Suavizante

Limón • Antiséptico • Tónico • Despigmentante • Cicatrizante • Hidratante

Manzana • Suavizante • Antiséptico • Refrescante

Papaya • Limpiador • Cuidado de las pieles grasas • Tratamiento de la celulitis

Piña • Tónico • Astringente • Cuidado de las pieles grasas

Pomelo • Tónico • Refrescante • Astringente • Antiséptico • Despigmentante

Vid • Astringente, vasoconstrictor, tratamiento cuperosis, tónico

Calabaza • Seborregulador • Antiinflamatorio

Espárrago • Remineralizante • Antiedad

Guisante • Antiarrugas

Lechuga • Suavizante • Antiinflamatorio • Despigmentante

Pepino • Suavizante • Refrescante • Astringente • Hidratante

Tomate • Astringente • Refrescante • Equilibrante • Antioxidante

Zanahoria • Tónico • Suavizante • Colorante • Prolongador del bronceado


CAPITULO IV - LOS ACEITES

Hoy en día la cosmética, y lógicamente sobre todo la cosmética natural, utiliza

los aceites vegetales como componente básico para muchas formulaciones y

también para masajes como una alternativa a las grasas del petróleo y de los

animales. Debido a su gran poder de absorción, al aplicarlo penetra en

gotículas muy finas por el sistema (poli)sebáceo en combinación con los lípidos

cutáneos, lo cual no ocurre con los aceites y grasas minerales como por

ejemplo la vaselina. Naturalmente no todos los aceites tienen la misma

penetrabilidad, y algunos dejan más residuo que otros.

Los aceites vegetales, llamados “insaturados” (su consumo está asociada con

mayores niveles de colesterol bueno, al contrario de los aceites saturados, que

son de origen animal y su consumo está. relacionado con un aumento del

colesterol sanguíneo y con la aparición de enfermedades cardiovasculares) se

obtienen por extracción de los frutos y semillas de las plantas oleaginosas. El

sistema que se usa es el de presión en frío, el cual garantiza que los

constituyentes y propiedades quedan intactos.

La calidad del aceite viene determinada básicamente por la naturaleza de sus

ácidos grasos, llamados ‘ácidos grasos esenciales’ que son necesarios para el

equilibrio nutricional de nuestra piel.

Las propiedades dermatológicas y cosméticas de los aceites se caracterizan

por su total afinidad con la piel, no irritan, los ácidos grasos les confieren

propiedades biológicas que mantienen la salud de nuestra piel, son emolientes

e hidratantes.

Los aceites esenciales más ricos en ácidos grasos son de aguacate, avellana,

germen de maíz, germen de trigo, jojoba, sésamo, manteca de karité y

macadamia. Los principales fines terapéuticos de todos ellos son los

siguientes:


Aguacate:

Buena capacidad de penetración. Debido a su alto contenido en

vitaminas (A, D y E) tiene propiedades nutritivas. Para la piel

desvitalizada, tratamiento del contorno de ojos, arrugas y estrías.

Avellana:

Contiene sustancias protectoras, hidratantes y reguladoras de las

glándulas sebáceas. Para pieles grasas, dermatitis seborréica y/o acné.

Es un aceite nutritivo y ayuda a cerrar los poros.

Germen de maíz:

es rico en vitamina E, D, E, ácidos linoléicos y oléicos. Da protección

contra los efectos del agua calcárea, viento, sol….. Limpia y depura la

piel (desmaquillador de pieles muy secas y sensibles).

Germen de trigo:

El germen es la parte más rica del grano de trio, ya que contiene

aminoácidos esenciales entre otros. Es un gran fuente de vitamina E

“Tocoferol”. Regenera la piel. Tratamiento de eccemas y urticarias. Buen

protector solar.

Jojoba:

Regula la oxidación de los radicales libres, es indicado para pieles

secas, sensibles, irritadas y/o con cuperosis. Protege de las radiaciones

solares. Revitaliza y devuelve al tejido su resistencia.

Sésamo:

Actúa como filtro solar. Estimula el bronceado natural y protege de la

deshidratación. Tratamiento de flacidez de la piel.

Manteca de Karité:

Este árbol crece en el centro de Africa. Su fruto maduro contiene 2 o 3

semillas de Karité, de las cuales se extrae la manteca de color marfil.


Es anti-irritante para pieles que enrojecen

fácilmente, con tendencia a alérgica y cuperosis,

también en climas extremas. Ideal para masaje

terapéutico, tratamiento de dolores articulares etc.

Macadamia:

el arbol se encuentra en Australia. Por su composición de ácidos,

oleicos, linoléicos y esteroles es suavizante y calmante. Es un aceite

fino, fluido y ligero, que aporta los elementos nutritivos necesarios para

conservar la piel luminosa y sana. Tonifica la piel desvitalizada.

Rosa Mosqueta

Una mención especial merece el aceite de la Rosa Mosqueta que se obtiene

de las semillas de la planta Rosa Rubiginosa que crece en lo alto de la

cordillera de los Andes. Los primeros que descubrieron las propiedades

curativas de la Rosa Mosqueta fueron

investigadores de la universidad de

Chile en 1983 que constataron sus

efectos regenerativos en quemaduras y

cicatrices quirúrgicas o traumáticas así

como en pacientes que sufrían un

envejecimiento prematuro de la

piel. Estudios más recientes llevados

a cabo en la universidad de Sevilla han dado resultados considerados más que

satisfactorios en más del 90% de pacientes con cicatrices pos-operativas y

después de acné con un uso continuo de solo seis meses. Además pruebas

clínicas han demostrado que el aceite puro de esta planta reduce también las

arrugas y otros signos de envejecimiento como las manchas de pigmentación.

La actuación positivo de regeneración de la piel del aceite Rosa Mosqueta se

atribuye principalmente al contenido altísimo en ácidos grasos esenciales

insaturados: el gamma-ácido linolénico (44-50%), alfa-ácido linolénico (30-

35%) y ácido graso (15-20%), que son cruciales para mantener una piel sana.


No obstante, estos porcentajes no explicaron los efectos curativos de Rosa

Mosqueta en cuanto al poder del aceite de reducir cicatrices y arrugas, y

eliminar manchas de pigmentación, pero en 1988 Dr. Bertha Pareja y Dr. Horst

Kehl descubrieron que el ácido retinol fue el otro componente responsable de

sus propiedades curativas destacadas.

El ácido retinol es una fuente de vitamina A y una alternativa natural a

productos farmacéuticos como la Tretinoine que ya se está usando 30 años

para tratar las pieles dañadas por la radiación UV y exposición excesiva al sol.

El aceite Rosa Mosqueta tiene todas las ventajas de Tretinoine pero sin losa

efectos secundarios por ser un producto natural.


CAPITULO V - LAS ALGAS MARINAS

En los últimos años se ha ido dando cuenta que en el mar existe una

biodiversidad increíble que alberga a numerosos especies de algas marinas

que son consideradas un milagro de la naturaleza debido a sus varios

beneficios para la salud. Y como consecuencia estamos viendo aparecer en el

mercado cada vez más productos cosméticos con estos ingredientes del mar.

Según un estudio el uso de algas en cosmética se ha más que duplicado desde

el año 2004.

La cuna del uso de las algas está en el sureste de Asia, donde se vienen

utilizando como alimento y cosmética desde hace siglos. Los asiáticos son

conscientes de que esto es un mercado floreciente para los fabricantes que

quieren lanzar nuevas marcas y productos. Y en este momento grandes

industrias europeas y americanas hacen inversiones importantes en esta región

porque lo consideran un campo de pruebas para nuevas formulaciones

marinas.

En general las algas son organismos autótrofos, que quiere decir que obtienen

su energía mediante la fotosíntesis, proceso que utilizan para convertir la

energía de la luz en energía química, lo cual transforma la materia inorgánica

(el agua, tanto salada como dulce) en orgánica. El almidón que se produce se

mezcla con los elementos alrededor (por ejemplo las sales minerales) y

mediante reacciones químicas se produce la materia que necesitan para su

vida. Las algas crecen en los arrecifes de coral y en las rocas, siempre a una

profundidad que reciban los rayos del sol.

Los miles de variedades de algas se dividen en cuatro

grandes grupos: las rojas, las verde-azuladas, las pardas y

las verdes. Los ingredientes marinos que más son

utilizados en productos cosméticos son la Chlorella

Vulgaris y la Chlorella Pyenoidosa, la primera en el

cuidado de la piel, la segunda sobre todo para el pelo.


Ambas pertenecen al grupo de las algas verdes y sirven también como

suplemento alimenticio debido a su alto contenido en proteínas, aminoácidos,

vitaminas y minerales (sodio, magnesio, potasio, selenio, hierro, zinc y calcio).

Esta mezcla de componentes que se encuentran en las algas marinas se

asemeja de manera significativa a la del cuerpo humano, y se absorben

fácilmente por la piel.,

Si se encuentra la combinación correcta de extractos de algas, el resultado

podría ser el producto perfecto para combatir el envejecimiento y el cuidado de

la piel, que además sería completamente biológico porque si se maneja de

forma adecuada no necesita sustancias químicas.

Así mismo es importante puntualizar que aparte del campo de la cosmética,

algunos investigadores del sector de medicina están empezando a pensar que

las algas marinas por sí son la perfecta solución a un creciente número de

afecciones y enfermedades debido a las siguientes propiedades, entre otras:

• Tienen un poder gelificante, antitumoral, antioxidante, anti-úlceras,

anticolesterol.

• Son absorbidas con gran facilidad por el tracto digestivo y la sangre.

• Contienen las principales fuentes de yodo, el mineral indispensable para

el correcto funcionamiento de la glándula tiroides.

• Cumplen funciones similares a los estrógenos.

• Tienen propiedades antiinflamatorias y antritrombóticas, evitando la

formación de coágulos sanguíneos.

• Son ricas en fibras, sobre todo en mucílagos.

Por otra parte también es interesante mencionar que muchos fabricantes están

orientando sus investigaciones hacia una nueva generación de cosmética de

alta tecnología basada en ingredientes del océano que no sean algas y que se

usan cada vez más en los productos cosméticos, por ejemplo:


El colágeno marino

Este producto proviene de una sustancia que se encuentra encima de las

escamas de los peces. Según se dice ofrece soporte a la piel, mejora su

elasticidad y tiene características intensivas anti-envejecimiento. Los productos

con colágeno marina tienen un gran éxito en Asia.

El hinojo marino

La popularidad de este ingrediente muestra una tendencia alcista. Crece cerca

de las costas, sobre todo en la región del

Mar Mediterráneo. Las hojas son

comestibles (durante mucho tiempo fue un

producto muy valorado) y contiene mucha

vitamina C. El hinojo marino fomenta la

regeneración de la piel y ayuda a mejorar

las pieles arrugadas y sensibles a la

hiperpigmentación.


LAS VITAMINAS

Las vitaminas son nutrientes naturales sumamente esenciales para el correcto

funcionamiento de nuestro organismo, que sobre todo podemos encontrar en la

mayoría de los alimentos que consumimos diariamente.

Si nos queremos asegurar un correcto aporte en vitaminas lo más adecuado es

seguir cada día una alimentación equilibrada, rica en frutas y verduras frescas,

pescados y carnes blancas, frutos secos, legumbres y cereales integrales, sin

olvidar de beber por lo menos 1,5 litro de agua..

En este sentido, y sobre todo teniendo en cuenta que son muchas las vitaminas

para la piel que nos aportan beneficios útiles en su cuidado, es normal que nos

encontremos con vitaminas en cosméticos y productos de belleza natural.

Las vitaminas las podemos agrupar en dos categorías:

• Las lipofílicas, que son solubles en grasa

• Las hidrofílicas, que son solubles en agua.

Las vitaminas solubles en grasa, y por lo tanto utilizados en cremas, son la A,

C, D, E y K, siendo las solubles en agua las denominadas vitamina B, tales

como la B3 (niacina), B5 (pantenol), B8 (biotina) y B9 (ácido fólico).

Veamos un poco más en detalle los efectos beneficiosos de las vitaminas en

nuestra piel, siendo las vitaminas A, E, C y Pantenol las más importantes

formuladas para el cuidado de la misma.


La vitamina A

Nuestro cuerpo no produce vitamina A y por lo tanto hay que obtenerlo a

través de la alimentación. Hay dos formas:

o Retinol que se encuentra en productos animales, tales como

grasas para untar, pescado, leche entera y semi-desnatada así

como productos lácteos, yema de huevo, hígado.

o Carotenoides (sobre todo Beta carotina que se transforma en

vitamina A), presentes en verduras (col, verdura de hoja verde

oscura, verdura color naranja y amarillo) y fruta.

La vitamina A es la responsable de la adaptación de nuestros ojos a la

oscuridad y de una buena condición de pelo y encías. Estimula la

división celular de la piel (regeneración) y regula la keratización

(renovación celular) que combate la piel seca y ayuda en casos de

soriasis, eczema y acné. Así mismo mejora la producción de colágeno.

La vitamina E (Tocoferol) La vitamina E juega un papel en la formación de los glóbulos rojos y en

el mantenimiento de los tejidos de los músculos, así como protege las

grasas múltiples insaturadas que hay en nuestro cuerpo contra la

oxidación. Por lo tanto, como antioxidante también da protección frente a

los rayos ultravioletas, que son tan negativas para la piel. Siendo

beneficiosa para la estructura de las células, ayuda a mejorar el sistema

inmunológico y a prevenir la degeneración celular.

Las cremas cosméticas que contienen esta vitamina aumentan la micro-

circulación de la piel, asegurando una mejor alimentación del tejido, lo

cual resulta en una mayor elasticidad y una disminución de las arrugas.

Otro aspecto beneficioso es que la aplicación externa de la vitamina E

inhibe las inflamaciones y ayuda a curar las cicatrices consecuencia de

acné, o después de la cirugía.


.

Esta vitamina se encuentra en aceite de girasol, margarinas dietéticas,

pan, productos de trigo, nueces, semillas, verduras y frutas.

La vitamina C (ácido ascórbico) A diferencia de la mayoría de los mamíferos el cuerpo del hombre no

puede sintetizar (definición de la RAE: “formar un elemento o sustancia

compuesta mediante la combinación de elementos o sustancias

simples”) la vitamina C y por lo tanto la tenemos que ingerir.

Este componente juega un papel importante en el proceso de la

formación de colágeno, proteína que nuestro cuerpo necesita para un

buen funcionamiento de los tendones, huesos, cartílagos, vasos

sanguíneos, procesos glandulares, y también para aportar luz en la

córnea y reducir las inflamaciones y dolores articulares.

Ya que proporciona elasticidad y firmeza a nuestros órganos, su

aplicación sobre la piel mejora considerablemente su textura y el tono,

ayudando además a eliminar los efectos dañinos de los radicales libres

que favorecen el envejecimiento. Así mismo se utiliza para sanar heridas

y formar tejido cicatricial

La vitamina C se encuentra en gran variedad de alimentos, pero sobre

todo en frutas como los cítricos, los kiwis, las

grosellas y las fresas, así como en verduras de hoja

verde, pimientos rojos y verdes, las coles y las

patatas.

La vitamina B5 (Pantenol)

El pantenol o provitamina B5 en la piel se convierte en ácido pantoténico,

el cual es parte de cada célula y es esencial para el metabolismo celular.

Ayuda al cuerpo a asimilar y utilizar las otras vitaminas y aumenta

nuestra resistencia al estrés. Esta vitamina fomenta la regeneración de

los tejidos, manteniendo el nivel adecuado de humedad en las capas

inferiores, dándole suavidad y elasticidad a la piel. También tiene

propiedades antiinflamatorias y es aplicada en el tratamiento de


quemaduras y el acné. La crema con pantenol es emoliente, hidratante y

nutritiva.

Este componente se encuentra en el hígado, yema de huevo, nueces,

patata y pan integral, entre otros alimentos.


CONCLUSIONES

Cuando leemos toda la información sobre la cosmética natural, no podemos

hacer otra cosa que reconocer sus beneficios en detrimento de la cosmética

química, aunque no se puede negar que nada es perfecto, ni siquiera la

cosmética natural.

En cuanto a sus puntos positivos hay que mencionar los siguientes:

• Los productos funcionan mejor

No solo están indicados para pieles con problemas como el acné,

eczemas o alergias, sino también porque contienen elementos que

nuestra piel reconoce como alimento. La piel es nuestro órgano más

grande y funciona como una barrera, por ejemplo contra las infecciones.

Cuando se obstruyen los poros ya no podemos transpirar y peligra la

temperatura corporal así como la eliminación de toxinas. Lo peor son los

aceites minerales de la industria petroquímica (como la parafina y la

vaselina) que disuelven las grasas naturales de nuestra piel y la dejan

dañada, sin protección y seca, lo cual nos induce a poner otra capa sin

darnos cuenta que por debajo de esta capa la condición de nuestra piel

empeora. Sin embargo, la cosmética natural la nutre y la cuida.

• La cosmetica natural carece de productos tóxicos

No es ningún secreto que la industria cosmética química utiliza materias

sospechosas, algunos de los cuales puedan tener un efecto negativo en

la función hormonal y otros se relacionan con la aparición del cáncer o

causan anomalías en el sistema nervioso central. Si tenemos en cuenta

que el 60% de lo que ponemos sobre nuestra piel llega a la sangre, está

claro que la cosmética natural es altamente recomendable.


• La cosmética natural es mejor para el medio ambiente.

No sólo en la producción, sino también en el uso. Solo hay que pensar lo

que desaparece al alcantarillado vía el lavabo y la ducha, y que estos

elementos de alguna forma vuelven a nosotros a través de la agricultura,

la ganadería y el consumo de pescado.

• La cosmética natural no se prueba sobre animales

En el pasado los fabricantes de cosmética estaban obligados a efectuar

trece pruebas de seguridad con los ingredientes antes de lanzar un

producto al mercado. Para estas pruebas se utilizaban miles de conejos,

cavias, ratones y ratas, pero desde el 11 de marzo de 2009

existe una prohibición a nivel europeo de usar animales

para diez de estas pruebas, y de comercializar productos

que han sido probadas sobre animales. Para las restantes

tres pruebas es más difícil de encontrar un método

alternativo, pero en el 2013 tienen que estar disponibles técnicas que no

necesitan la utilización de animales.

Para dar a los consumidores una garantía de que los productos cosméticos

sean naturales, existe la certificación de calidad BDIH

(Bundesverband der Industrie- und Handelsunternehmen), una

asociación alemana (fundada en 1951 en Mannheim) de

fabricantes y empresas comerciales de productos de reforma,

dietéticos, complementos nutritivos y cosméticos. A su vez la

BDIH es miembro de la federación de legalidad de productos

alimenticios e información alimenticia. Desde noviembre del

2008 su objetivo es armonizar los estándares de cosmética

natural y biológica que sirven como distintivo internacional de calidad.

Esta certificación asegura los conceptos de la no utilización de materias primas

sintéticas o nocivas, animales de prueba y sustancias tóxicas, y garantiza

controles estrictos por un organismo independiente.


Como puntos menos favorables, pero no rotundamente negativos, se pueden

considerar:

• Su textura Muchas veces los cosméticos naturales no presentan una textura

homogénea, porque debido a que no se usan productos gigantes ésta

puede ser demasiado espesa o por el contrario demasiado líquida.

• Duración Las fórmulas de estos productos no contienen conservantes y una vez

abiertos los envases tienen una duración de 6 a 9 meses frente a los 12

meses de la cosmética tradicional. Además con sensibles a la

proliferación de bacterias y hay que atenerse a las instrucciones

indicados en el envasado.

• Eficacia

Los productos naturales anti-envejecimiento son un poco menos

eficaces que los productos químicos.

• Coste Al tratarse de productos naturales, muchas veces resultan más caros. Es

lógico porque las materias primas se cultivan ecológica/biológicamente,

y estos procesos son más costosos.

No obstante, creemos que las ventajas son bastante más importantes que los

aspectos desfavorables y si se puede elegir entre productos naturales o

tradicionales, la balanza se debería de caer en el lado de la cosmética natural.

Si te sientes bien, te sientes bell@.”


WEBGRAFIA

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