LA CONQUISTA ESPIRITUAL DE LA AMÉRICA … · zasaver dado fin a la guerra de los moros, que ......

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LA CONQUISTA ESPIRITUAL DE LA AMÉRICA ESPAÑOLA 200 Documentos-Siglos XVI

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  • LA CONQUISTA ESPIRITUALDE LA AMRICA ESPAOLA200 Documentos-Siglos XVI

  • Paulo Suess (org)

    LA CONQUISTA ESPIRITUALDE LA AMRICA ESPAOLA200 Documentos-Siglos XVI

  • Introduccin...............................................................................................................................................................

    Siglas y abreviaturas ...................................................................................................................................................

    A. FUENTES Y DOCUMENTOS ..................................................................................................................................I. Los indgenas y sus cronistas

    1. Memoria y voz indgenas2. Observacin indigenista

    II. Intervencin normativa y organizacin eclesistica1. Correspondencia romana2. Estructuracin americana

    III. Mtodos, historia y doctrina de salvacin y justiciaIV. Orden Real y legislacinV. Correspondencia indiana: cartas, informaciones, peticiones

    B. CONCILIOS Y SNODOS LATINOAMERICANOS .................................................................................................I. ContextoII. Orden cronolgicoIII. Bibliografa

    C. BIBLIOGRAFA ......................................................................................................................................................I. Guas bibliogrficasII. Fuentes (s. XVI/XVII)III. Bibliografa general

    D. NDICES ................................................................................................................................................................I. ndice cronolgico.............................................................................................................................................II. ndice analtico..................................................................................................................................................III. ndice general ....................................................................................................................................................

    SUMARIO

  • I

    Esta coleccin de 200 Documentos para la Conquista Es-piritual de la Amrica Espaola, del siglo XVI, tiene una in-tencin cientfica y estratgica. La edicin de esta documen-tacin histrica recupera una parte significativa de la memo-ria histrica sobre la gnesis del cristianismo en el continen-te latinomericano.

    El ao 1492 no fue slo el ao de la conquista de Am-rica. Fue tambin el ao de la reconquista de Granada, elda 2 de enero, y despus de nueve siglos de presencia delIslam en la pennsula Ibrica de la expulsin de los moros.Finalmente, fue tambin por el decreto del 31 de marzo el ao de la expulsin de los judos de Espaa. En la intro-duccin a su Diario del Primer Viaje, Cristbal Coln rela-ciona el descubrimiento de Amrica con la expulsin de losmoros y judos de Espaa:

    Este presente ao de 1492, despus de Vuestras Alte-zas aver dado fin a la guerra de los moros, que reinavanen Europa, y aver acabado la guerra en la muy grandeciudad de Granada, adonde () vide poner las vande-ras reales de Vuestras Altezas en las torres de la Alfam-bra, () y vide salir al rey moro a las puertas de la ciu-dad, () y luego en aquel presente mes, por la informa-cin que yo ava dado a Vuestras Altezas de las tierrasde India y de un Prncipe que es llamado Gran Can, ()como muchas vezes l y sus antecessores avan enbia-do a Roma a pedir doctores en nuestra sancta fe (); yVuestras Altezas, como cathlicos cristianos y prncipesamadores de la sancta fe cristiana () y enemigos de lasecta de Mahoma y de todas idolatras y heregas, pen-saron de enbiarme a m, Cristval Coln, a las dichaspartidas de India para ver los dichos prncipes y los pue-blos y tierras y la disposicin dllas y de todo, y la ma-nera que se pudiera tener para la conversin dllas anuestra sancta fe (); asi que, depus de aver echadofuera todos los judos de todos vuestros reinos y seoro() mandaron Vuestras Altezas a m que con armadasufficiente me fuese a las dichas partidas de India.1

    En las Indias, Espaa repite lo que le sucedi a ella mis-ma 750 aos antes. En la Crnica Mozrabe, a partir del748, la Espaa infeliz y condenada, aparece despobladapor la espada, por el hambre y por el cautiverio. Sus ciuda-des son entregadas a las llamas y aterrorizadas piden paz. Elinvasor no cumple su palabra. Sus habitantes mueren cruci-ficados, degollados o huyen a las montaas. Sus desgraciasslo son comparables con Troya, Jerusaln, Babilonia o Ro-ma.2 Con la conquista de Amrica un territorio muchas ve-ces mayor que el de Espaa, es despoblado y sus habitanteshuyen a las montaas o mueren crucificados.

    En un texto teolgicamente muy denso, en su Historia delas Indias, Las Casas se recuerda desde la lejana Valladolid:

    () porque yo dejo en las Indias a Jesucristo, nuestroDios, azotndolo y afligindolo, y abofetendolo y cru-

    cificndolo, no una, sino millares de veces, cuanto esde parte de los espaoles que asuelan y destruyen aque-llas gentes y les quitan el espacio de su conversin y pe-nitencia quitndoles la vida antes de tiempo ().3

    II

    La memoria histrica de los otros y de los pobres colocaen evidencia la negacin de su alteridad y, al mismo tiem-po, revela el origen de la asimetra social de la mayora dela poblacin de este continente. Esta memoria histrica pue-de incomodar a jueces severos y apologetas triunfalistas por-que la verdad histrica no cabe en sus esquemas maniques-tas. Con ocasin del V centenario de la introduccin delcristianismo en las Amricas, estos jueces y apologetas le-vantaron sus voces apasionadas. Algunos, ya hace tiempoidentificaron a los culpables de los males de las Amricas.Otros festejan la victoria de la cruz en el continente catli-co. Entre ambos navegan conciliadores que admiten el con-dicionamiento de la Conquista Espiritual por las vicisitudesde la historia (Puebla, 6). Una vez hecha esta salvedad, afir-man, que el saldo aparece claramente positivo4, tanto pa-ra los pases colonizadores como para los colonizados.

    Los obispos de Ecuador fueron ms cautelosos cuandoadvirtieron que el argumento de que no se puede juzgar elpasado con los criterios y valores de hoy, sobre todo en loque se refiere a la Conquista y primera evangelizacin pue-de ser una forma sutil de disculpa y pretexto para no revi-sar nuestro presente.5 Ya las organizaciones indgenas re-presentantes de 45 millones que vivem hoy en las tres Am-ricas y sus aliados militantes hablan de invasin europea ygenocidio y proponen declarar el da 12 de octubre el Dade la dignidad continental, soberana y autodetermina-cin.6 Tzvetan Todorov confirma que la palabra genocidiodescribe con precisin el exterminio de los pueblos ind-genas de las Amricas, cuya poblacin autctona de 80 a 90millones, en 1500, fue, en el plazo de un siglo, reducida a10 millones.7

    En esta tarea de reconstruccin de la memoria, el histo-riador no es un guardador de cenizas, ni un mero relator detraumas del pasado. Es un protector de la mecha humeantey descubridor de la brasa escondida, catalizador de la espe-ranza para sus contemporneos. En sus Tesis sobre Filosofade la Historia, Walter Benjamn advierte que solamente a lahumanidad redimida cabe plenamente su pasado.8 Lascondiciones histricas imponen una inversin dialctica deeste orden. El acceso al pasado genera condiciones de libe-racin. Para oprimidos integrados al sistema oficialmenteconsiderados innecesarios para el progreso, la productividady la legalidad vigentes , la anmnesis del pasado es un ins-trumento decisivo en la reconstruccin de su identidad y enla movilizacin de su resistencia.

    III

    Los vestigios de los oprimidos, a veces, se pierden en laarena de los siglos, como la sepultura de los profetas. Los

    INTRODUCCIN

    Paulo Suess

  • conquistadores no se apropian solamente de las riquezasmateriales y espirituales de los conquistados. Siempre sontambin destructores de su memoria histrica y profanado-res de los sepulcros de sus sabios. En cuanto Francisco Piza-rro gan una sepultura bien cuidada en la catedral de Lima,los restos mortales de un Bartolom de las Casas simplemen-te se perdieron. Se perdieron?

    En el convento dominicano Nuestra Sra. de Atocha, enMadrid, donde Las Casas el da 18 de julio de 1566 muri yfue sepultado, nada recuerda hoy su paso por all. La infor-macin de fray Liquete (19.7.91) es seca: Aqu l no est;nosotros no sabemos nada. En el muro de la parroquia unaplaca del Ayuntamiento de Madrid, de 1990, recuerda:Aqu muri y fue enterrado en 1566 FRAY BARTOLOMDE LAS CASAS, llamado APSTOL DE LAS INDIAS.

    Hay una tradicin que los restos mortales de Las Casashabran sido posteriormente trasladados a Valladolid y ente-rrados en la sacrista del Colegio San Gregorio. Al retornardefinitivamente de Amrica, el defensor de los indios vi-vi ms de siete aos en ese Colegio en la vecindad directadel Consejo de Indias. Hoy, San Gregorio es el Museo Na-cional de Escultura. La direccin del museo informa que,despus de haber encontrado dos osamentas del siglo XIX,las excavaciones fueron suspendidas, ahora, hace ms decinco aos. Parece que, ni a los dominicanos de Atocha, nial gobierno de Madrid, ni a los administradores de San Gre-gorio les interesa mucho encontrar los restos mortales de LasCasas. Tambin los muertos no estarn salvo del enemigo,si el vence. Y este enemigo no par de vencer9, recuerdaWalter Benjamn con acierto. Al final, Las Casas no era sloel defensor de indios. Espaa lo considera tambin fuentede la leyenda negra. Y hasta hoy Espaa vive el trauma deesta leyenda negra.

    Para vencidos y vencedores, la Conquista era un tiempotraumtico. El conquistador no es apenas un destructor de laidentidad ajena. El destruye tambin la propia integridad. Laideologa, con que se defiende, es la tentativa de instalarseen el engao de la duplicidad moral. Nadie sale ileso de es-ta maniobra. Las fuentes histricas permiten, como el sicoa-nlisis, la aproximacin al origen del tiempo perdido yabrir horizontes de una esperanza real. Esperanza, en cuan-to cicatrizacin de las heridas abiertas, slo es posible, a tra-vs de un trabajo de anamnesis, metanoia, penitencia y so-lidaridad. La solidaridad de quien est en paz con su pasa-do no tiene fronteras.

    IV

    Histricamente no es correcto computar la violencia dela Conquista al carcter nacional de espaoles o portugue-ses. En la evaluacin de la Conquista Espiritual de las Am-ricas, no est en juego la crueldad de una u otra nacin eu-ropea, sino, sobre todo, la ambivalencia del propio cristia-nismo. La integridad del Evangelio no garantiza la integridadde la accin histrica de los evangelizadores. Si bien la des-truccin de vidas y la colonizacin de pueblos no encontrargumentos en el Evangelio, de hecho encontr colaborado-res entre los evangelizadores. En nombre del Evangelio, cris-tianos destruyeron sinagogas de judos, santuarios de morosy templos paganos, quemaron brujas y herejes.

    Desde su oficializacin constantina, en el siglo IV, elcristianismo compaginaba el anatema del otro con las bie-naventuranzas de l mismo. Basta leer lo que los Santos Pa-

    dres escribieron sobre judos y paganos.10 Desde las Retrac-tationes de Augustn, telogos y misioneros, como Jos deAnchieta, por ejemplo, justificaban actitudes represivas con-tra los otros con el compelle intrare (Lc 14,23).11

    En el ao 388, Ambrosio (339-397), obispo de Miln, de-fiende a los incendiarios de la sinagoga de Kallinikn, en elro Eufrates, y califica la sinagoga de un lugar de la incre-dulidad, la patria de la ausencia de Dios, el escondrijo de lalocura condenado por el propio Dios.12 En el ao 385, enla decapitacin de Prisciliano, en Trier - a pesar de las pro-testas de Martn de Tours - por primera vez, la espada delemperador sirvi a los intereses de la Iglesia. Medio siglodespus, el papa Len Magno se declara satisfecho por la in-tervencin del Estado en el caso de los priscilianistas. La se-veridad secular fue, segn Len I, de gran utilidad a la cle-mencia eclesistica.13

    San Bernardo de Clairvaux (+ 1153), en su tratado sobreLas Glorias de la Nueva Milicia, manda a los soldados deCristo combatir sin temor alguno de pecar por ponerse enpeligro de muerte y por matar al enemigo. Para ellos, moriro matar por Cristo no implica criminalidad alguna y reportauna gran gloria.14 Con la fundacin de las ordenes milita-res asistimos a una verdadera militarizacin ideolgica de lacuestin misionera.15 Ms tarde, Toms de Aquino(+ 1274)pondera que el castigo corporal de los herticos puede re-presentar un beneficio, si los lleva a su conversin: Suntetiam corporaliter compellendi.16

    En la bula Romanus Pontifex (Doc. 29), de 1454 - por lotanto 40 aos antes de la conquista de las Amricas - el pa-pa Nicols V concede al Infante D. Henrique

    facultad plena y libre para a cualesquier sarracenos ypaganos y otros enemigos de Cristo, en cualquier parteque estuviesen, y a los reinos () tenidos y posedospor ellos, invadirlos, conquistarlos, combatirlos, ven-cerlos y someterlos; y - como un tipo de incentivo fis-cal- reducir a servidumbre perpetua a las personas delos mismos, y atribuirse para s y sus sucesores y apro-piarse y aplicar para uso y utilidad suya () sus reinos,() ducados, condados, principados, seoros, posesio-nes y bienes de ellos.

    El padre Congar mostr, como en la historia de la Iglesiael texto de la vocacin de Jeremas - Yo te constituyo en es-te da, sobre las naciones y sobre los reinos, para arrancar ypara destruir, para exterminar y para demoler, para construiry para plantar - legitim hasta hace poco tiempo las prcti-cas coercitivas contra el otro.17

    V

    La primera relacin etnogrfica de la Conquista Espiri-tual de Amrica, escrita por el fraile jernimo Ramn Pan(Doc. 17), demuestra la violencia desencadenada por la do-minacin de lo imaginario. Cuando los indgenas tiraronlas imgenes al suelo y las cubrieron de tierra y despus ori-naron encima, Bartolom Coln, hermano de Cristbal,form proceso contra los malechores y, sabida la verdad,los hizo quemar pblicamente.18

    Los conquistadores, cuando vieron el gran nmero decasas de dolos de los indgenas, llenas de demonios ydiablicas figuras (Doc.62), quedaron perplejos. BernalDaz describe cmo los soldados de Corts, camino a Te-nochtitlan, destruyeron los dioses de los totonacos que,

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  • eran de manera de dragones espantables, tan grandescomo becerros (). Y cuando as los vieron hechos pe-dazos, los caciques y papas que con ellos estaban llo-raban y taparon los ojos, y en su lengua totonaque lesdecan que los perdonasen, y que no era ms en su ma-no, ni tenan culpa, sino esos teules, que os derrocan().19

    En seguida, Corts mand que los sacerdotes retirasen yquemasen las figuras despedazadas, y habl que de ahoraen adelante consideraba a los totonacos hermanos. Luegomand instalar en el oratorio una imagen de Nuestra Seo-ra, construir un altar, celebrar Misa y, despus de una rpi-da catequesis, bautizar y distribuir las ocho doncellas quelos indgenas les haban ofrecido.20

    La Conquista Espiritual de las Amricas, en su globali-dad, no representa ruptura, sino continuidad con la prcticamisionera de los siglos postconstantinos. La Capitulatio departibus Saxoniae, del 728, de Carlo Magno (+814), dej alos sajones la misma alternativa como el requerimiento(Doc. 106), de 1513, a los indgenas: conversin al cristia-nismo o muerte. En el ao 728, en un slo da, el fundadorde la Europa cristiana mand decapitar, en Verden, 4.500rebeldes. La victoria, sin embargo, sobre los sajones paga-nos, vino slo con el bautismo de su lder, Widukind. CarloMagno - hoy sepultado en la catedral de Aquisgrn - fue supadrino de bautismo. En ambas situaciones histricas, laconversin era slo un cambio de religin por fuerza ma-yor. Tambin los mtodos misionales tienen semejanzas. Wi-llibrord profan los santuarios sajones, Bonifacio cort su r-bol sagrado, Sturmius exigi la destruccin de sus tem-plos.21

    El ambiente cerrado del patronato - casi en condicionesde laboratorio - permiti la continuidad de los patrones me-dievales en el trabajo misionero de las Amricas. Santiago,apstol de la reconquista, continu en el imaginario de laconquista como caballero apocalptico socorriendo con lacruz y la espada a los soldados de Cristo. Ahora no era msSantiago Matamoros, sino Santiago Mata-Indios.22 As Cor-ts en su segunda Carta-Relacin, de 1520, poda comuni-car a Carlos V que mand por prevencin encerrar ungran nmero de los habitantes de Churultecal en un recintocerrado. En seguida dio orden a sus soldados para matarlosy poner fuego a la ciudad: En pocas horas murieron ms detres mil hombres.23 La alianza entre cruz y espada tuvo unpapel decisivo en la fundacin de la Europa cristiana y en elforjamiento de la Amrica catlica.

    VI

    No sera justo reducir el papel de la Iglesia en las Am-ricas, en los albores de la conquista y colonizacin, a unmero instrumento de represin. Eso significara exactamenteeliminar la ambivalencia de su actuacin histrica por unaexplicacin simplista. En cada siglo hubo cristianos que ce-pillan el espritu de la poca a contrapelo. Mas en las es-tructuras del patronazgo la connivencia pareca una condi-cin de vida. Hoy, como en otras pocas, amplios sectoresdel cristianismo estn asociados a la defensa de los pobres,a pesar de sus vnculos con el sistema. El trabajo misione-ro de hoy tambin tiene que preguntarse sobre su ambiva-lencia histrica. Buena voluntad no falta y no basta.

    En el mundo etnocntrico, fundamentalista y hasta racis-ta en que vivimos no basta defender solamente a los pobres,

    sino al mismo tiempo defender tambin el derecho a la alte-ridad del otro. En el Brasil, los gitanos, son 500 mil, y cosn-tituyen el doble de la poblacin indgnea. Los negros llegana ser casi la mitad de la poblacin brasilea. Ni los gitanos,ni los pueblos indgenas, ni los negros son necesariamentelos ms pobres entre los pobres. La opcin por los pobres,sin una opcin por los otros puede todava estar imbuda deactitudes racistas y colonialistas.

    Los representantes del sistema colonial consideraban laalteridad de los pueblos conquistados como inferioridad y lareciprocidad de sus economas - base de su igualdad -, co-mo improductividad. Los Estados Nacionales modernos, pri-sioneros de la globalizacin del mercado, se tornaron nue-vos colonizadores de los otros, muchas veces incapaces deadmitir alternativas frente al macrosistema cultural y econ-mico. Vicios heredados se juntaron a nuevos vicios conyun-turales y estructurales de los cuales los Estados modernosson prisioneros y defensores.

    El pobre, histricamente defendido en la Iglesia, tambines un otro. Si bien es un otro al interior de esta Iglesia. La op-cin por los otros pobres represent bsicamente una op-cin ad intra. El pobre, en rigor, no es un otro por causa desu inferioridad social, sino por su riqueza cultural. La op-cin por los otros es complementaria a la opcin por los po-bres y representa una opcin ad extra, una apertura al mun-do y su pluralidad de culturas y credos. En nombre de estasculturas y credos asistimos a guerras de exterminio, po-groms, genocidios y etnocidios.

    No slo el hambre del pobre, sino tambin el desprecioa aquel que es diferente - su alteridad como inferioridad -,en fin, la agresin al otro, amenazan la vida de los pueblos,civilizaciones e individuos. La alteridad es una riqueza paraser defendida permanentemente. La alteridad es un arma deresistencia contra la uniformidad intrasistmica. La pobre-za, como resultante de la asimetra social, es una patologaque debe ser superada. La igualdad apunta no solamente ala superacin de esta patologa social, sino tambin a la al-teridad reconocida por todos, sin miedo y sin obligacin dejustificarla.

    VII

    Una vasta produccin literaria del siglo XVI documentahoy la Conquista de la Amrica Espaola. Esta documenta-cin - sobre todo donde representa la memoria de los pue-blos indgenas y la defensa de sus derechos - resisti las cen-suras y prohibiciones, naufragios e incendios, devastacionesmilitares y campaas de erradicacin de la idolatra. Granparte de esta documentacin fue por primera vez publicadaen la segunda mitad del siglo XIX o ya en el siglo XX. Estafue la suerte de la obra literaria de Las Casas, por ejemplo.La edicin prncipe de la mayor parte de sus obras - fuera dealgunos Tratados, publicados en 1552/1553 - tuvo que espe-rar ms de trescientos aos.

    Otros textos se perdieron, como el manuscrito de la pri-mera Relacin acerca de las Antigedades de los Indios(Doc.17), terminado por Fray Ramn Pan, en la Espaola,en torno a 1498. Hoy, el escrito de Pan slo lo conocemosa travs de resmenes o extractos. Pedro Mrtir de Angerareproduce algunos captulos en su Dcada primera (libro 9,cap.4 al 7), en latn. Tambin en la traduccin de Vida delAlmirante don Cristbal Coln (cap.61), de Fernando Coln,al italiano (Venecia, 1571), por Alfonso Ulloa, se encuentran

    LA CONQUISTA ESPIRITUAL DE LA AMRICA ESPAOLA 9

  • algunos captulos. El manuscrito original de Vida del Almi-rante, en espaol, tambin se perdi. Finalmente, Las Casas,en su Apologtica historia (cap. 120 e 166s), inserta algunoscaptulos de la Relacin de Ramn Pan. Pero ms que laprdida del manuscrito del fraile Jernimo Pan, pesa el de-saparecimiento tan temprano de los Tanos cuyos mitos,creencias y prcticas religiosas describe.

    La documentacin en torno de la Conquista Espiritual dela Amrica Espaola, del siglo XVI, podra ser clasificada porel contenido que describe (crnica, legislacin, catecismo,gramtica etc.) o por el origen tnico-geogrfico (indio, mes-tizo, espaol) y social de sus autores. El cronista-soldado(Bernal Daz, Doc. 18 y 62) ve la conquista con otros ojosque el indio conquistado (Popol Vuh, Doc. 2). El inters delhistoriador-religioso (Las Casas) es diferente del cronista ofi-cial (Gmara, Oviedo) que es un profesional al servicio di-recto del mandante de la conquista.

    Se podran agrupar los documentos en funcin de unaperiodificacin del siglo XVI: documentos de y sobre las cul-turas precolombinas, crnicas de descubrimiento y conquis-ta, y, finalmente, documentos sobre colonizacin e integra-cin al sistema colonial. Una divisin ms simple poda has-ta contentarse con establecer un divisor de aguas entre losescritos de cronistas, de juristas y de catequistas. Optamos,en esta coleccin de documentos, por la siguiente clasifica-cin de las fuentes: realidad indgena (1), legitimacin y or-ganizacin eclesistica (2), mtodo y doctrina misionera (3),legitimacin jurdica (4) y correspondencia indiana (5).

    1. Los indgenas y sus cronistas (Doc. 1-28)

    Memoria y voz de indgenas no son necesariamente pu-ras. No tenemos acceso a la ipsissima vox del indio. Su vozes filtrada por el proceso de reduccin lingstica y domi-nacin poltica. Esta voz es ambivalente. Puede ser grito porla identidad negada o consentimiento con la propia suje-cin. Anexamos a la memoria indgena (Doc. 1-15) la obser-vacin indigenista (Doc. 16-28), indispensable para la apro-ximacin al pasado indgena.

    2. Intervencin normativa y organizacin eclesistica (Doc.29-56)

    Esta parte rene documentos ligados a la Curia Romanay su intervencin en relacin a la cuestin americana (Doc.29-44). A partir de la constitucin cannica del Patronato,esta intervencin, fiscalizada en el Consejo de Indias, no de-j marcas profundas en la vida eclesial de las Amricas. Yalos documentos sobre la estructuracin institucional de laIglesia americana( Doc. 45-56) a travs de normas canni-cas, pastorales y doctrinales - negociados y reconocidos porel Consejo de Indias - representan la realidad institucionalde la Iglesia en el sistema colonial.

    3. Mtodos, historia y doctrina de salvacin y justicia (Doc.57-90)

    Estos documentos muestran diferentes propuestas en laintegracin de los pueblos indgenas al sistema colonial. Enesta integracin, la religin sirvi como campo ideolgico y,como campo alternativo de mal menor. La lucha por la jus-ticia era la lucha por derechos humanos al interior del siste-ma colonial. Las declaraciones programticas de misioneros

    y estrategas eclesisticos muestran como la ambivalenciadel campo religioso atraves todas las rdenes religiosas.

    4. Orden Real y legislacin (Doc. 91-160)

    El objetivo de la legislacin indigenista era la legitima-cin de la conquista y la proteccin de indgenas y esclavosafricanos de cuya sobrevivencia dependan los lucros. Lamaximizacin de estos lucros gener, muchas veces porprotestas de eclesisticos, una legislacin vacilante, comobien se puede observar en la cuestin de la explotacin dela mano de obra indgena (encomienda).

    5. Correspondencia indiana: cartas, informaciones, peticio-nes (Doc. 161-200)

    La correspondencia misionera del siglo XVI confronta allector con la complejidad de los problemas pastorales senti-dos por los religiosos en las Indias. Muestra el etnocentrismode los misioneros, su celo paternalista, las polmicas inter-nas entre religiosos y seculares. Muestra tambin que la ins-piracin evanglica en los confines del mundo era capaz decuestionar el sistema colonial sin poder transformarlo.

    VIII

    El ttulo Conquista Espiritual, ms all de recordar laobra consagrada de Ruiz de Montoya, resume bien la visinque los propios misioneros tuvieron de su labor.24 Misinsignificaba cruzadas en tierras lejanas, conquistas de territo-rios ocupados por enemigos de la fe, liberacin de almaspresas en las garras del demonio.

    El criterio de seleccin de esta edicin de Documentosera trasmitir al lector una visin de conjunto, inclusive de lascontradicciones en los pronunciamientos de los propios in-dgenas, de los conquistadores, legisladores y religiosos.

    Esta coleccin documental est destinada a historiado-res, estudiosos en el campo de la teologa y derechos huma-nos, militantes de las diferentes causas de los pobres y de losotros. Para tener rumbo cierto, el movimiento popular preci-sa cuidar de sus races. La bandera de la identidad - gnesishistrica y alteridad cultural - tiene que ser izada conjunta-mente con la bandera de la liberacin.

    En esta edicin dejamos los documentos, en la medidade lo posible, en su ortografa original. Dentro de las respec-tivas partes, los documentos se siguen en orden cronolgicode origen del documento o del asunto tratado. En el caso dela aparicin de Guadalupe (Doc. 65), por ejemplo, pas en-tre el hecho histrico y su documentacin ms de un siglo(1531/1649).

    El NDICE CRONOLGICO de los documentos convidaa una lectura sincrnica, independiente de la divisin inter-na de esta coleccin. El NDICE ANALTICO permite una r-pida localizacin de autores y asuntos de esta vasta docu-mentacin que el lector tiene en las manos.

    Para eliminar cualquier arbitrariedad de seleccin, laprimera intencin del coordinador de esta coleccin fuepresentar solamente documentos en su integridad. Para nodejar fuera de este compendio autores importantes comoBernal Daz, Francisco de Vitria y Jos de Acosta, se hizoalgunas excepciones. Como el enfoque de esta documenta-cin es la gnesis del cristianismo en la Amrica Espaola,los textos presentados abarcan, bsicamente, el siglo XVI.Sin embargo, ya que la historia real no coincide con el cam-

    10 200 DOCUMENTOS SIGLOS XVI

  • bio de siglo, abrimos algunas excepciones. Insertamos en es-ta coleccin el juicio del indio Poma de Ayala (Doc. 90) so-bre las doctrinas (1615) y del cacique Potyrava (Doc. 15) so-bre la actuacin de Roque Gonzlez y compaeros (1628).Tambin el anexo sobre CONCILIOS Y SNODOS LATI-NOAMERICANOS, con su bibliografa, ultrapasa el siglo

    XVI. Una amplia BIBLIOGRAFA, incluyendo Guas biblio-grficas, Fuentes (s. XVI/XVII) y una Bibliografa general, per-mite que la documentacin presentada se torne un instru-mento de trabajo cientfico y de lucha estratgica muchoms all del quinto centenario del cristianismo en las Am-ricas.

    LA CONQUISTA ESPIRITUAL DE LA AMRICA ESPAOLA 11

    Notas

    1 COLN, Cristbal. Textos y documentos completos. Madrid, AlianzaUniversidad, 1984, pg. 15.

    2 Cf. Crnica Mozrabe, de 748ss. In: MOMMSEN, Theodorus (ed.). Mo-numneta Germaniae Historica. Chronica minora. Saec. IV., V., VI, VII.Vol. II. Berlim, Ed. Weidmann, 1894, pg. 352ss.

    3 LAS CASAS, Bartolom. Historia de las Indias. 3 vols., Caracas, Biblio-teca Ayacucho (108-110), 1986, vol. 3 (liv. III, cap. 138), pg. 510.

    4 Cf. Nota Pastoral de los obispos de Portugal sobre la celebracin del VCentenario del descubrimiento, (Ftima, 19.5.1987). In: LOsservatoreRomano, Ed. Semanal port., (28.6.1987): 15.

    5 Declaracin conclusiva de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana sobrela Pastoral Indgena. Quito, 29.6.1991, pg. 4.

    6 Cf. Encuentro Latinoamericano de las Organizaciones Indgenas y Cam-pesinas, Bogot, 7-12.10.1989.

    7 Cf. TODOROV, Tzvetan. A conquista da Amrica. A questo do outro.2. ed., So Paulo, Martins Fontes, 1988, pg. 129.

    8 BENJAMN, Walter. Geschichtsphilosophische Thesen. In: IDEM, ZurKritik der Gewalt und andere Aufstze. Frankfurt a.M., Suhrkamp (ES103), 1971, pg. 79 (3a tesis).

    9 Ibidem, pg. 81s (6a tesis).10 Cf., por ejemplo, BLUMENKRANZ, Bernhard. Die Judenpredigt Augus-

    tins. Basel 1946. - IDEM. Les auteurs chrtiens latins du Moyen Age surles juifs et le judasme. Paris, 1963. - COHEN, Jeremy. The friars and thejews. The evolution of medieval anti-judaism. Ithaca/London 1982. -MAZZOLANI, Lidia Storoni. Sant Agostino e i pagani. Palermo, SellerioEditore, 1987.

    11 Cf. Carta de Jos de Anchieta a Diego Laynes, de 16.4.1563. In: LEITE,Serafim (ed.). Cartas dos primeiros jesutas do Brasil, vol. 3, So Paulo,Comisso do IV Centenrio da Cidade de So Paulo, 1954, pg. 554.

    12 Ambrosius, Epist. 40 PL 16, 1104ss.

    13 Cf. Leo I, Ep. 15,7 e 9.14 San Bernardo, Obras Completas, edicin bilinge, vol. 1, Madrid,

    B.A.C., 1983, pg. 503.15 Cf. MARTN, Jos Lus. Orgenes de la orden militar de Santiago (1170-

    1195). Barcelona, CSIC, 1974.16 Summa theologica, IIa IIae q. 10, a. 8.17 CONGAR, Yves M.-J. Ecce constitui te super gentes et regna (Jr. 1.10)

    in Geschichte und Gegenwart. In: AUER J./VOLK H. (eds.). Theologie inGeschichte und Gegenwart (Festschrift f. M. Schmaus), Mnster, 1957,pg. 671-696.

    18 PAN, Ramn. Relacin acerca de las antigedades de los indios. 8. ed.,Mxico, Siglo Veintiuno, 1988, pg. 46s (cap. 26).

    19 DAZ DEL CASTILLO, Bernal. Historia verdadera de la conquista de laNueva Espaa. 2 vols., Mxico, Porra (BP 6/7), 1980. Aqu: vol. 1, pg.161 (cap. 51).

    20 Cf. ibidem, pg. 162s (cap. 52).21 Cf. WIEDEMANN, H. Die Sachsenbekehrung. Hiltrup, Missionshaus,

    1932, pg. 43.22 Cf. CHOY, Emilio. De Santiago matamoros a Santiago mata-indios. In:

    Antropologia e historia (1). Lima, Universidad Nacinal Mayor de SanMarcos, 1979, pg. 333-437.

    23 CORTS, Hernn. Cartas y documentos. Mxico, Porra (BP 2), 1963,pg. 50.

    24 RUIZ DE MONTOYA, Antonio. La conquista espiritual hecha por los re-ligiosos de la Compaa de Jesus en las provincias de Paraguay, Paran,Uruguay y Tape [Madrid, 1639]. Buenos Aires/Rosario, Equipo Difusorde Estudios de Historia Iberoamericana, 1989. - Cf. tb. TRINDADE, Pau-lo da. Conquista espiritual do Oriente (1630-1636). 3 vols., Lisboa, Cen-tro de Estudos Histricos Ultramarinos, 1962.

  • A.G.I. Archivo General de Indias, Sevilla.BAE Biblioteca de Autores Espaoles, Editorial Atlas, Madrid.b.f. ver bibliografia final.Bibl. Biblioteca(s)BP B Biblioteca Porra, Editorial Porra, Mxico.C.D.I. Amrica Coleccin de Documentos Inditos relativos al descubrimiento () de las posesiones espao-

    las en Amrica y Oceana (). 42 vols, Madrid, 1864-1884.C.D.I. Ultramar Coleccin de documentos inditos relativos al descubrimiento () de las antiguas posesiones

    espaolas de Ultramar. 25 vols., Madrid, 1885-1932.col. coleccinC.R. Carta RealCSIC Ed. Consejo Superior de Investigaciones Cientficas, Madrid.Doc. Documento(s) reproducido(s) en esta compilacin con el respectivo nmero.Ed. Edicin(es), Editora, Editorial, etc.ed. editor(es), organizador, compilador; edicin.FCE Ed. Fondo de Cultura Econmica, Mxico.F.H.B. Medina Ed. Fondo Histrico y Bibliogrfico J. T. Medina, Santiago de Chile.fs. facsimilar, edicin facsimilar.I.P.G.H. Instituto Panamericano de Geografa e Historia, Mxico.MH MISSIONALIA HISPANICA. Revista cuatrimestral, posteriormente semestral, CSIC (Instituto Santo Tori-

    bio de Mogrovejo), Madrid, desde 1944. O CSIC edita tambien una Bibiloteca MISSIONALIA HISPA-NICA (Bibl. MH).

    Mon.Per. Monumenta Peruana. I-VI (1565-1599), Roma, 1954-1974.Mon.Mex. Monumenta Mexicana. I-VII (1570-1602), Roma, 1956-1981.Ms(s) manuscrito(s).NZM Neue Zeitschrift fr Missionswissenschaft, Schnbeck/Beckenried, Suiza, 1945ss.PUC Pontificia Universidad Catlica.R.C. Real Cdula, Real Carta.R.P. Real ProvisinS.C.C.M. Sacra Cesrea Catlica Majestad.s(s) siguiente(s).trad. traductor, traduccin.UNAM Ed. Universidad Nacional Autnoma de Mxico, Mxico.V.A.(M. ou S.) Vuestra Alteza (Majestad o Seora).

    SIGLAS Y ABREVIATURAS

  • A. FUENTES Y DOCUMENTOS

  • Se refera, se decaque as hubo ya antes cuatro vidas,y que sta era la quinta edad.

    Como lo saban los viejos,en el ao 1-Conejose ciment la tierra y el cielo.Y as lo saban,que cuando se ciment la tierra y el cielo,haban existido ya cuatro clases de hombres,cuatro clases de vidas.Saban igualmente que cada una de ellashaba existido en un Sol [una edad].

    Y decan que a los primeros hombressu dios los hizo, los forj de ceniza.Esto lo atribuan a Quetzalcatl,cuyo signo es 7-Viento,l los hizo, l los invent.El primer Sol [edad] que fue cimentado,su signo fue 4-Agua,se llam Sol de Agua.En l sucedique todo se lo llev el agua.Las gentes se convirtieron en peces.

    Se ciment luego el segundo Sol [edad].Su signo era 4-Tigre.Se llamaba Sol de Tigre.En l sucedique se oprimi el cielo,el Sol no segua su camino.Al llegar el Sol al medioda,luego se haca de nochey cuando ya se oscureca,los tigres se coman a las gentes.Y en este Sol vivan los gigantes.Decan los viejosque los gigantes as se saludaban:no se caiga usted,porque quien se caa,se caa para siempre.

    Se ciment luego el tercer sol.Su signo era 4-Lluvia.

    Se deca Sol de Lluvia [de fuego].Sucedi que durante l llovi fuego,los que en l vivan se quemaron.Y durante l llovi tambin arena.Y decan que en lllovieron las piedrezuelas que vemos,que hirvi la piedra tezontley que entonces se enrojecieron los peascos.

    Su signo era 4-Viento,Se ciment luego el cuarto Sol.se deca Sol de Viento.Durante l todo fue llevado por el viento.Todos se volvieron monos.Por los montes se esparcieron,se fueron a vivir los hombres-monos.

    El Quinto Sol:4-Movimiento su signo.Se llama Sol de Movimiento,porque se mueve, sigue su camino.Y como andan diciendo los viejos,en l habr movimientos de tierra,habr hambrey as pereceremos.En el ao 13-Caa,se dice que vino a existirnaci el sol que ahora existe.

    Entonces fue cuando ilumin,cuando amaneci,el Sol de movimiento que ahora existe.4-Movimiento es su signo.Es ste el quinto Sol que se ciment,en l habr movimientos de tierra,en l habr hambres.

    Este Sol, su nombre 4-Movimiento,ste es nuestro Sol,en el que vivimos ahora,y aqu est su seal,cmo cay en el fuego el Sol,en el fogn divino,all en Teotihuacn.

    Primera ParteLOS INDGENAS Y SUS CRONISTAS

    1. MEMORIA Y VOZ INDGENASa) Memoria mtica e histrica

    1Mito de Teotihuacn: Las cinco edades,

    el quinto sol y la creacin de la humanidad

  • Igualmente fue este Solde nuestro prncipe, en Tula,o sea de Quetzalcatl. ()

    Y en seguida se convocaron los dioses.Dijeron: Quin vivir en la tierra?Porque ha sido ya cimentado el cielo,y ha sido cimentada la tierraquin habitar en la tierra, oh dioses?Estaban afligidosCitlalinicue, Citlaltnac,Apantecuhtli, Tepanquizqui,Quetzalcatl y Tezcatlipoca.

    Y luego fue Quetzalcatl al Mictlan,se acerc a Mictlantecuhtli y a Mictlanchuatly en seguida les dijo:Vengo en busca de los huesos preciososque t guardas,vengo a tomarlos.Y le dijo Mictlantecuhtli:Qu hars con ellos, Quetzalcatl?Y una vez ms dijo [Quetzalcatl]:Los dioses se preocupan porque alguien viva en la tierra.Y respondi Mictlantecuhtli:Est bien, haz sonar mi caracoly da vueltas cuatro vecesalrededor de mi crculo precioso.

    Pero su caracol no tiene agujeros;llama entonces [Quetzalcatl] a los gusanos;stos le hicieron los agujerosy luego entran all los abejones y las abejasy lo hacen sonar.Al orlo Mictlantecuhtli, dice de nuevo:Est bien, toma los huesos.Pero dice Mictlantecuhtli a sus servidores:Gente del Mictlan!Dioses, decid a Quetzalcatlque los tiene que dejar.Quetzalcatl repuso:

    Pues no, de una vez me apodero de ellos.Y dijo a su nahual:Ve a decirles que vendr a dejarlos.Y ste dijo a voces:Vendr a dejarlo.

    Pero luego subi,cogi los huesos preciosos.Estaban juntos de un lado los huesos de hombrey juntos de otro lado los de mujery los tome hizo con ellos un ato Quetzalcatl.Y una vez ms Mictlantecuhtli dijo a sus servidores:Dioses, de veras se lleva Quetzalcatllos huesos preciosos?Dioses, id a hacer un hoyo.Luego fueron a hacerloy Quetzalcatl se cay en el hoyo,se tropez y lo espantaron los codornices.Cay muertoy se esparcieron all los huesos preciosos,que mordieron y royeron las codornices.

    Resucita despus Quetzalcatl,se aflige y dice a su nahual:Qu har, nahual mo?Y ste le respondi:Puesto que la cosa sali mal,que resulte como sea.Los recoge, los junta,hace un lo con ellos,que luego llev a Tamoanchan.

    Y tan pronto lleg,la que se llama Quilaztli,que es Cihuacatl,los moliy los puso despus en un barreo precioso.Quetzalcatl sobre l se sangr su miembro.Y en seguida hicieron penitencia los diosesque se han nombrado:Apantecuhtli, Huictlolinqui, Tepanquizqui,Tlallamnac, Tzontmocy el sexto de ellos Quetzalcatl.Y dijeron:

    Han nacido, oh dioses,los macehuales [los merecidos por la penitencia].Porque, por nosotroshicieron penitencia [los dioses].

    Fuente original: Anales de Cuauhtitln, fol. 2 y Ms de 1558, fol. 75-77.Fuente impresa: Anales de Cuauhtitln. In: Cdice Chimalpopoca. Ed. fs. ytraduccin de Primo F. Velzquez. Imprenta Universitaria, Mxico, 1945.-Len-Portilla, Miguel. Los antiguos, pg. 14-20.

    18 200 DOCUMENTOS SIGLOS XVI

    Contexto

    Segn el pensamiento de los indgenas del Mxico Antiguo, en la poca de la llegada de los espaoles ya haban pasa-do cuatro edades o soles. En la quinta edad, la poca del sol de movimiento, que tuvo su origen en Teotihuacn, surgiel mito del demiurgo prncipe Quetzalcatl, representado por la serpiente emplumada.

    Algunos de los primeros misioneros queran ver en Quetzacatl, que representa al aire (cielo) y la tierra, una prefigura-cin de Jesucristo. Interpretaron la conquista - dentro de una perspectiva mesinica como el surgimiento de la verdaderaquinta edad de los Nahuas, ya predelineado en el sueo de Nabucodonosor (Dn 2). La cristiandad entre los Nahuas sera,sobre todo en la visin de los franciscanos milenaristas, la quinta esencia, el quinto sol, el ltimo reino y, por tanto, elfin de la historia; sera el reino mesinico de los pobres que jams ser destruido y cuya soberana jams pasar a otro pue-blo: destruir y aniquilar a todos los otros, mientras que l subsistir eternamente (Dn 2, 44). En la realidad de la conquis-ta, sin embargo, los destruidos son los pobres. Tanto la ideologa del fin de la historia, como las ideologas de la historiasin fin causaron y siguen causando fatalismo e inmovilidad entre los pobres y favorecen al proyecto dominante en curso.Ver Doc. 177.

  • I

    Esta es la relacin de cmo todo estaba en suspenso, to-do en calma, en silencio; todo inmvil, callado, y vaca laextensin del cielo.

    Esta es la primera relacin, el primer discurso. No habatodava un hombre, ni un animal, pjaros, peces, cangrejos,rboles, piedras, cuevas, barrancas, hierbas ni bosques: sloel cielo exista.

    No se manifestaba la faz de la tierra. Slo estaban el maren calma y el cielo en toda su extensin.

    No haba nada junto, que hiciera ruido, ni cosa algunaque se moviera, ni se agitara, ni hiciera ruido en el cielo.

    No haba nada que estuviera en pie; slo el agua en re-poso, el mar apacible, solo y tranquilo. No haba nada do-tado de existencia.

    Solamente haba inmovilidad y silencio en la oscuridad,en la noche. Slo el Creador, el Formador Tepeu, Gucumatz,los Progenitores, estaban en el agua rodeados de claridad.1Estaban ocultos bajo plumas verdes y azules,2 por eso se lesllama Gucumatz. De grandes sabios, de grandes pensadoreses su naturaleza. De esta manera exista el cielo y tambinel Corazn del Cielo, que ste es el nombre de Dios. Ascontaban.

    Lleg aqu entonces la palabra, vinieron juntos Tepeu yGucumatz, en la oscuridad, en la noche, y hablaron entre sTepeu y Gucumatz. Hablaron, pues, consultando entre s ymeditando; se pusieron de acuerdo, juntaron sus palabras ysu pensamiento.

    Entonces se manifest con claridad, mientras meditaban,que cuando amaneciera deba aparecer el hombre.3 Enton-ces dispusieron la creacin y crecimiento de los rboles ylos bejucos y el nacimiento de la vida y la creacin del hom-bre. Se dispuso as en las tinieblas y en la noche por el Co-razn del Cielo, que se llama Huracn.

    El primero se llama Caculh Huracn. El segundo es Chi-pi-Caculh. El tercero es Raxa-Caculh. Y estos tres son elCorazn del Cielo.4

    Entonces vinieron juntos Tepeu y Gucumatz; entoncesconferenciaron sobre la vida y la claridad, cmo se har pa-ra que aclare y amanezca, quin ser el que produzca el ali-mento y el sustento.

    Hgase as! Qu se llene el vaco! Que esta agua seretire y desocupe [el espacio], que surja la tierra y que seafirme! As dijeron. Que aclare, que amanezca en el cieloy en la tierra! No habr gloria ni grandeza en nuestra crea-cin y formacin hasta que exista la criatura humana, elhombre formado. As dijeron.

    Luego la tierra fue creada por ellos. As fue en verdad co-mo se hizo la creacin de la tierra: Tierra!, dijeron, y alinstante fue hecha.

    Como la neblina, como la nube y como una polvaredafue la creacin, cuando surgieron del agua las montaas; yal instante crecieron las montaas.

    Solamente por un prodigio, slo por arte mgica se rea-liz la formacin de las montaas y los valles; y al instantebrotaron juntos los cipresales y pinares en la superficie.

    Y as se llen de alegra Gucumatz, diciendo: Buenaha sido tu venida, Corazn del Cielo; t, Huracn, y t, Chi-pi-Caculh, Raxa-Caculh!

    Nuestra obra, nuestra creacin ser terminada, contes-taron.

    Primero se formaron la tierra, las montaas y los valles;se dividieron las corrientes de agua, los arroyos se fueron co-rriendo libremente entre los cerros, y las aguas quedaron se-paradas cuando aparecieron las altas montaas.

    As fue la creacin de la tierra, cuando fue formada porel Corazn del Cielo, el Corazn de la Tierra, que as son lla-mados los que primero la fecundaron, cuando el cielo esta-ba en suspenso y la tierra se hallaba sumergida dentro delagua.

    De esta manera se perfeccion la obra, cuando la ejecu-taron despus de pensar y meditar sobre su feliz termina-cin.

    II

    Luego hicieron a los animales pequeos del monte, losguardianes de todos los bosques, los genios de la montaa,5los venados, los pjaros, leones, tigres, serpientes, culebras,cantiles [vboras], guardianes de los bejucos.

    Y dijeron los Progenitores: Slo silencio e inmovilidadhabr bajo los rboles y los bejucos? Conviene que en lo su-cesivo haya quien los guarde.

    As dijeron cuando meditaron y hablaron en seguida. Alpunto fueron creados los venados y las aves. En seguida lesrepartieron sus moradas a los venados y a las aves. T, ve-nado, dormirs en la vega de los ros y en los barrancos.Aqu estars entre la maleza, entre las hierbas; en el bosqueos multiplicaris, en cuatro pies andaris y os sostendris. Yas como se dijo, as se hizo.

    Luego designaron tambin su morada a los pjaros pe-queos y a las aves mayores: Vosotros, pjaros, habitarissobre los rboles y los bejucos, all haris vuestros nidos, allos multiplicaris, all os sacudiris en las ramas de los rbo-les y de los bejucos. As les fue dicho a los venados y a lospjaros para que hicieran lo que deban hacer, y todos toma-ron sus habitaciones y sus nidos.

    De esta manera los Progenitores les dieron sus habitacio-nes a los animales de la tierra.

    Y estando terminada la creacin de todos los cuadrpe-dos y las aves, les fue dicho a los cuadrpedos y pjaros porel Creador y Formador y los Progenitores: Hablad, gritad,gorjead, llamad, hablad cada uno segn vuestra especie, se-gn la variedad de cada uno. As les fue dicho a los vena-dos, los pjaros, leones, tigres y serpientes.

    Decid, pues, nuestros nombres, alabadnos a nosotros,vuestra madre, vuestro padre. Invocad, pues, a Huracn,Chipi-Caculh, Raxa-Caculh, el Corazn del Cielo, el Co-razn de la Tierra, el Creador, el Formador, los Progenitores;hablad, invocadnos, adoradnos!, les dijeron.

    Pero no se pudo conseguir que hablaran como los hom-bres; slo chillaban, cacareaban y graznaban; no se mani-

    2POPOL VUH: Mito de los quich de Guatemala sobre el origen del maz y la creacin del mundo

  • fest la forma de su lenguaje, y cada uno gritaba de maneradiferente.

    Cuando el Creador y el Formador vieron que no era po-sible que hablaran, se dijeron entre s: No ha sido posibleque ellos digan nuestro nombre, el de nosotros, sus creado-res y formadores. Esto no est bien, dijeron entre s los Pro-genitores.

    Entonces se les dijo: Seris cambiados porque no se haconseguido que hablis. Hemos cambiado de parecer: vues-tro alimento, vuestra postura, vuestra habitacin y vuestrosnidos los tendris, sern los barrancos y los bosques, porqueno se ha podido lograr que nos adoris ni nos invoquis. To-dava hay quienes nos adoren, haremos otros [seres] quesean obedientes. Vosotros, aceptad vuestro destino: vuestrascarnes sern trituradas. As ser. Esta ser vuestra suerte. Asdijeron cuando hicieron saber su voluntad a los animales pe-queos y grandes que hay sobre la faz de la tierra.

    Luego quisieron probar suerte nuevamente, quisieronhacer otra tentativa y quisieron probar de nuevo a que losadoraran.

    Pero no pudieron entender su lenguaje entre ellos mis-mos, nada pudieron conseguir y nada pudieron hacer. Poresta razn fueron inmoladas sus carnes y fueron condenadosa ser comidos y matados los animales que existen sobre lafaz de la tierra.

    As, pues, hubo que hacer una nueva tentativa de creary formar al hombre por el Creador, el Formador y los Proge-nitores.

    A probar otra vez! Ya se acercan el amanecer y la au-rora; hagamos al que nos sustentar y alimentar! Cmoharemos para ser invocados, para ser recordados sobre latierra? Ya hemos probado con nuestras primeras obras, nues-tras primeras criaturas; pero no se pudo lograr que fusemosalabados y venerados por ellos. Probemos ahora a hacerunos seres obedientes, respetuosos, que nos sustenten y ali-menten. As dijeron.

    Entonces fue la creacin y la formacin. De tierra, de lo-do hicieron la carne [del hombre]. Pero vieron que no esta-ba bien, porque se deshaca, estaba blando, no tena movi-miento, no tena fuerza, se caa, estaba aguado, no mova lacabeza, la cara se le iba para un lado, tena velada la vista,no poda ver hacia atrs, Al principio hablaba, pero no tenaentendimiento. Rpidamente se humedeci dentro del aguay no se pudo sostener.

    Y dijeron el Creador y el Formador. Bien se ve que nopuede andar ni multiplicarse. Que se haga una consultaacerca de esto, dijeron.

    Entonces desbarataron y deshicieron su obra y su crea-cin. Y en seguida dijeron: Cmo haremos para perfeccio-nar, para que salgan bien nuestros adoradores, nuestros in-vocadores?

    As dijeron cuando de nuevo consultaron entre s: Di-gmosles a Ixpiyacoc, Ixmucan, Hunahp-Vuch, Hunahp-Uti: Probad suerte otra vez! Probad a hacer la creacin!As dijeron entre s el Creador y el Formador cuando habla-ron a Ixpiyacoc e Ixmucan.

    En seguida les hablaron a aquellos adivinos, la abueladel da, la abuela del alba6 que as eran llamados por elCreador y el Formador, y cuyos nombres eran Ixpiyacoc e Ix-mucan.

    Y dijeron Huracn, Tepeu y Gucumatz cuando le habla-ron al agorero, al formador, que son los adivinos: Hay quereunirse y encontrar los medios para que el hombre que for-

    memos, el hombre que vamos a crear nos sostenga y alimen-te, nos invoque y se acuerde de nosotros.

    Entrad, pues, en consulta, abuela, abuelo, nuestraabuela, nuestro abuelo, Ixpiyacoc, Ixmucan, haced queaclare, que amanezca, que seamos invocados, que seamosadorados, que seamos recordados por el hombre creado,por el hombre formado, por el hombre mortal, haced que asse haga.

    Dad a conocer vuestra naturaleza, Hunahp-Vuch, Hu-nahp-Uti, dos veces madre, dos veces padre,7 Nim-Ac,Nim-Tzis, el Seor de la esmeralda, el joyero, el escultor,el tallador, el Seor de los hermosos platos, el Seor de laverde jcara, el maestro de la resina, el maestro Toltecat,8 laabuela del sol, la abuela del alba, que as seris llamadospor nuestras obras y nuestras criaturas.

    Echad la suerte con vuestros granos de maz y de tzit.9Hgase as y se sabr y resultar si labraremos o tallaremossu boca y sus ojos en madera. As les fue dicho a los adivi-nos.

    A continuacin vino la adivinacin, la echada de la suer-te con el maz y el tzit. Suerte! Criatura!, les dijeron en-tonces una vieja y un viejo. Y este viejo era el de las suertesdel tzit, el llamado Ixpiyacoc.10 Y la vieja era la adivina, laformadora, que se llamaba Chiracn Ixmucan.

    Y comenzando la adivinacin, dijeron as: Juntaos,acoplaos! Hablad, que os oigamos, decid, declarad si con-viene que se junte la madera y que sea labrada por el Crea-dor y el Formador, y si ste [el hombre de madera] es el quenos ha de sustentar y alimentar cuando aclare, cuando ama-nezca!

    T, maz, t, tzit; t suerte; t, criatura: unos, ayun-taos!, les dijeron al maz, al tzit, a la suerte, a la criatura.Ven a sacrificar aqu, Corazn del Cielo; no castigues a Te-peu y Gucumatz!

    Entonces hablaron y dijeron la verdad: Buenos saldrnvuestros muecos hechos de madera; hablarn y conversa-rn sobre la faz de la tierra.

    As sea!, contestaron, cuando hablaron.Y al instante fueron hechos los muecos labrados en ma-

    dera. Se parecan al hombre, hablaban como el hombre ypoblaron la superficie de la tierra.

    Existieron y se multiplicaron; tuvieron hijas, tuvieron hi-jos los muecos de palo; pero no tenan alma, ni entendi-miento, no se acordaban de su Creador, de su Formador; ca-minaban sin rumbo y andaban a gatas.

    Ya no se acordaban del Corazn del Cielo y por eso ca-yeron en desgracia. Fue solamente un ensayo, un intento dehacer hombres. Hablaban al principio, pero su cara estabaenjuta; sus pies y sus manos no tenan consistencia; no te-nan sangre, ni sustancia, ni humedad, ni gordura; sus meji-llas estaban secas, secos sus pies y sus manos, y amarillassus carnes.

    Por esta razn ya no pensaban en el Creador ni en el For-mador, en los que les daban el ser y cuidaban de ellos.

    Estos fueron los primeros hombres que en gran nmeroexistieron sobre la faz de la tierra.

    III

    En seguida fueron aniquilados, destruidos y deshechoslos muecos de palo, y recibieron la muerte.

    Una inundacin fue producida por el Corazn del Cielo;un gran diluvio se form, que cay sobre las cabezas de losmuecos de palo.

    20 200 DOCUMENTOS SIGLOS XVI

  • De tzit se hizo la carne del hombre, pero cuando la mu-jer fue labrada por el Creador y el Formador, se hizo de es-padaa11 la carne de la mujer. Estos materiales quisieron elCreador y el Formador que entraran en su composicin.

    Pero no pensaban, no hablaban con su Creador y su For-mador, que los haban hecho, que los haban creado. Y poresta razn fueron muertos, fueron anegados. Una resinaabundante vino del cielo. El llamado Xecotcovach lleg yles vaci los ojos; Camalotz vino a cortarles la cabeza; y vi-no Cotzbalam y les devor las carnes. El Tucumbalam llegtambin y les quebr y magull los huesos y los nervios, lesmoli y desmoron los huesos.

    Y esto fue para castigarlos porque no haban pensado ensu madre, ni en su padre, el Corazn del Cielo, llamado Hu-racn. Y por este motivo se oscureci la faz de la tierra y co-menz una lluvia negra, una lluvia de da, una lluvia de no-che.

    Llegaron entonces los animales pequeos, los animalesgrandes, y los palos y las piedras les golpearon las caras. Yse pusieron todos a hablar; sus tinajas, sus comales,12 susplatos, sus ollas, sus perros, sus piedras de moler,13 todos selevantaron y les golpearon las caras.

    Mucho mal nos hacais; nos comais, y nosotros ahoraos morderemos, les dijeron sus perros y sus aves de corral.14

    Y las piedras de moler: Eramos atormentadas por voso-tros; cada da, cada da, de noche, al amanecer, todo eltiempo hacan holi, holi huqui, huqui nuestras caras, a cau-sa de vosotros.15 Este era el tributo que os pagbamos. Peroahora que habis dejado de ser hombres probaris nuestrasfuerzas. Moleremos y reduciremos a polvo vuestras carnes,les dijeron sus piedras de moler.

    Y he aqu que sus perros hablaron y les dijeron: Porqu no nos dabais nuestra comida? Apenas estbamos mi-rando y ya nos arrojabais de vuestro lado y nos echabais fue-ra. Siempre tenais listo un palo para pegarnos mientras co-mais.

    As era como nos tratabais. Nosotros no podamos ha-blar. Quizs no os diramos muerte ahora; pero por qu noreflexionabais, por qu no pensabais en vosotros mismos?Ahora nosotros os destruiremos, ahora probaris vosotros losdientes que hay en nuestra boca: os devoraremos, dijeronlos perros, y luego les destrozaron las caras.

    Y a su vez sus comales, sus ollas les hablaron as: Do-lor y sufrimiento nos causabais. Nuestra boca y nuestras ca-ras estaban tiznadas, siempre estbamos puestos sobre elfuego y nos quemabais como si no sintiramos dolor. Ahoraprobaris vosotros, os quemaremos, dijeron sus ollas, y to-dos les destrozaron las caras. Las piedras del hogar, que es-taban amontonadas, se arrojaron directamente desde el fue-go contra sus cabezas causndoles dolor.16

    Desesperados corran de un lado para otro; queran su-birse sobre las casas y las casas se caan y los arrojaban alsuelo; queran subirse sobre los rboles y los rboles los lan-zaban a lo lejos; queran entrar en las cavernas y las caver-nas se cerraban ante ellos.

    As fue la ruina de los hombres que haban sido creadosy formados, de los hombres hechos para ser destruidos y ani-quilados: a todos les fueron destrozadas las bocas y lascaras.

    Y dicen que la descendencia de aqullos son los monosque existen ahora en los bosques; stos son la muestra deaqullos, porque slo de palo fue hecha su carne por elCreador y el Formador.17

    Y por esta razn el mono se parece al hombre, es lamuestra de una generacin de hombres creados, de hom-bres formados que eran solamente muecos y hechos sola-mente de madera.

    IV

    He aqu, pues, el principio de cuando se dispuso haceral hombre, y cuando se busc lo que deba entrar en la car-ne del hombre.

    Y dijeron los Progenitores, los Creadores y Formadores,que se llaman Tepeu y Gucumatz: Ha llegado el tiempo delamanecer, de que se termine la obra y que aparezcan losque nos han de sustentar y nutrir, los hijos esclarecidos, losvasallos civilizados; que aparezca el hombre, la humanidad,sobre la superficie de la tierra. As dijeron.

    Se juntaron, llegaron y celebraron consejo en la oscuri-dad y en la noche; luego buscaron y discutieron, y aqu re-flexionaron y pensaron. De esta manera salieron a luz clara-mente sus decisiones y encontraron y descubrieron lo quedeba entrar en la carne del hombre.

    Poco faltaba para que el sol, la luna y las estrellas apare-cieran sobre los Creadores y Formadores.

    De Paxil, de Cayal, as llamados, vinieron las mazorcasamarillas y las mazorcas blancas.

    Estos son los nombres de los animales que trajeron la co-mida: 1 Yac [el gato de monte], Uti [el coyote], Quel [unacotorra vulgarmente llamada chocoyo] y Hoh [el cuervo].Estos cuatro animales les dieron la noticia de las mazorcasamarillas y las mazorcas blancas, les dijeron que fueran aPaxil y les ensearon el camino de Paxil.

    Y as encontraron la comida y sta fue la que entr en lacarne del hombre creado, del hombre formado; sta fue susangre, de sta se hizo la sangre del hombre. As entr elmaz [en la formacin del hombre] por obra de los Progeni-tores.

    Y de esta manera se llenaron de alegra, porque habandescubierto una hermosa tierra, llena de deleites, abundan-te en mazorcas amarillas y mazorcas blancas y abundantetambin en pataxte y cacao, y en innumerables zapotes,anonas, jocotes, nances, matasanos y miel. Abundancia desabrosos alimentos haba en aquel pueblo llamado de Paxily Cayal.

    Haba alimentos de todas clases, alimentos pequeos ygrandes, plantas pequeas y plantas grandes. Los animalesensearon el camino. Y moliendo entonces las mazorcasamarillas y las mazorcas blancas, hizo Ixmucan nueve be-bidas, y de este alimento provinieron la fuerza y la gorduray con l crearon los msculos y el vigor del hombre. Esto hi-cieron los Progenitores, Tepeu y Gucumatz, as llamados.

    A continuacin entraron en plticas acerca de la crea-cin y la formacin de nuestra primera madre y padre. Demaz amarillo y de maz blanco se hizo su carne; de masade maz se hicieron los brazos y las piernas del hombre.Unicamente masa de maz entr en la carne de nuestros pa-dres, los cuatro hombres que fueron creados.

    V

    Estos son los nombres de los primeros hombres que fue-ron creados y formados: el primer hombre fue Balam-Quit-z, el segundo Balam-Acab, el tercero Mahucutah y el cuar-to Iqui-Balam.

    LA CONQUISTA ESPIRITUAL DE LA AMRICA ESPAOLA 21

  • Estos son los nombres de nuestras primeras madres y pa-dres.2

    Se dice que ellos slo fueron hechos y formados, no tu-vieron madre, no tuvieron padre. Solamente se les llamabavarones. No nacieron de mujer, ni fueron engendrados porel Creador y el Formador, por los Progenitores. Slo por unprodigio, por obra de encantamiento fueron creados y for-mados por el Creador, el Formador, los Progenitores, Tepeuy Gucumatz. Y como tenan la apariencia de hombres, hom-bres fueron; hablaron, conversaron, vieron y oyeron, andu-vieron, agarraban las cosas; eran hombres buenos y hermo-sos y su figura era figura de varn.

    Fueron dotados de inteligencia; vieron y al punto se ex-tendi su vista, alcanzaron a ver, alcanzaron a conocer todolo que hay en el mundo. Cuando miraban, al instante veana su alrededor y contemplaban en torno a ellos la bvedadel cielo y la faz redonda de la tierra.

    Las cosas ocultas [por la distancia] las vean todas, sin te-ner primero que moverse; en seguida vean el mundo y asi-mismo desde el lugar donde estaban lo vean.

    Grande era su sabidura; su vista llegaba hasta los bos-ques, las rocas, los lagos, los mares, las montaas y los va-lles. En verdad eran hombres admirables Balam-Quitz, Ba-lam-Acab, Mahucutah e Iqui-Balam.

    Entonces les preguntaron el Creador y el Formador:Qu pensis de vuestro estado? No miris? No os? Noson buenos vuestro lenguaje y vuestra manera de andar?Mirad, pues! Contemplad el mundo, ved si aparecen lasmontaas y los valles! Probad, pues, a ver!, les dijeron.

    Y en seguida acabaron de ver cuanto haba en el mun-do. Luego dieron las gracias al Creador y al Formador: Enverdad os damos gracias dos y tres veces! Hemos sido crea-dos, se nos ha dado una boca y una cara, hablamos, omos,pensamos y andamos; sentimos perfectamente y conocemoslo que est lejos y lo que est cerca. Vemos tambin lo gran-de y lo pequeo en el cielo y en la tierra. Os damos gracias,pues, por habernos creado, oh Creador y Formador!, porhabernos dado el ser, oh abuela nuestra!, oh nuestro abue-lo!, dijeron dando las gracias por su creacin y formacin.

    Acabaron de conocerlo todo y examinaron los cuatrorincones y los cuatro puntos de la bveda del cielo y de lafaz de la tierra.

    Pero el Creador y el Formador no oyeron esto con gusto.No est bien lo que dicen nuestras criaturas, nuestras

    obras; todo lo saben, lo grande y lo pequeo, dijeron. Y ascelebraron consejo nuevamente los Progenitores: Qu ha-remos ahora con ellos? Que su vista slo alcance a lo queest cerca, que slo vean un poco de la faz de la tierra! Noest bien lo que dicen. Acaso no son por su naturaleza sim-ples criaturas y hechuras [nuestras]? Han de ser ellos tam-bin dioses? Y si no procrean y se multiplican cuando ama-nezca, cuando salga el sol? Y si no se propagan? As dije-ron.

    Refrenemos un poco sus deseos, pues no est bien loque vemos. Por ventura se han de igualar ellos a nosotros,sus autores, que podemos abarcar grandes distancias, que losabemos y vemos todo?

    Esto dijeron el Corazn del Cielo, Huracn, Chipi-Cacul-h, Raxa-Caculh, Tepeu, Gucumatz, los Progenitores, Ixpi-yacoc, Ixmucan, el Creador y el Formador. As hablaron yen seguida cambiaron la naturaleza de sus obras, de suscriaturas.

    Entonces el Corazn del Cielo les ech un vaho sobrelos ojos, los cuales se empaaron como cuando se sopla so-bre la luna de un espejo. Sus ojos se velaron y slo pudie-ron ver lo que estaba cerca, slo esto era claro para ellos.

    As fue destruida su sabidura y todos los conocimientosde los cuatro hombres, origen y principio [de la raza qui-ch].

    As fueron creados y formados de nuestros abuelos,nuestros padres, por el Corazn del Cielo, el Corazn de laTierra.

    VI

    Entonces existieron tambin sus esposas y fueron hechassus mujeres. Dios mismo las hizo cuidadosamente. Y as, du-rante el sueo, llegaron, verdaderamente hermosas, sus mu-jeres, al lado de Balam-Quitz, Balam-Acab, Mahucutah eIqui-Balam.

    All estaban sus mujeres, cuando despertaron, y al ins-tante se llenaron de alegra sus corazones a causa de sus es-posas.

    He aqu los nombres de sus mujeres: Cah-Paluna, era elnombre de la mujer de Balam-Quitz; Chomih se llamabala mujer de Balam-Acab; Tzununih, la mujer de Mahucu-tah; y Caquixah era el nombre de la mujer de Iqui-Balam.Estos son los nombres de sus mujeres, las cuales eran Seo-ras principales.

    Ellos engendraron a los hombres, a las tribus pequeas ya las tribus grandes, y fueron el origen de nosotros, la gentedel Quich. Muchos eran los sacerdotes y sacrificadores; noeran solamente cuatro, pero estos cuatro fueron los progeni-tores de nosotros la gente del Quich.

    Diferentes eran los nombres de cada uno cuando se mul-tiplicaron all en el Oriente, y muchos eran los nombres dela gente: Tepeu, Olomn, Cohah, Quenech, Ahau, que as sellamaban estos hombres all en el Oriente, donde se multi-plicaron.3

    Se conoce tambin el principio de los de Tamub y los deIlocab, que vinieron juntos de all del Oriente. Balam-Quit-z era el abuelo y el padre de las nueve casas grandes de losCavec; Balam-Acab era el abuelo y padre de las nueve ca-sas grandes de los Nihaib; Cahucutah, el abuelo y padre delas cuatro casas grandes de Ahau-Quich.

    Tres grupos de familias existieron; pero no olvidaron elnombre de su abuelo y padre, los que se propagaron y mul-tiplicaron all en el Oriente.

    Vinieron tambin los Tamub y los Ilocab, y trece ramasde pueblos, los trece de Tecpn, y los Rabinales, los Cakchi-queles, los de Tziquinah, y los Zacah y los Lamaq, Cu-matz, Tuhalh, Uchabah, los de Chumilah, los de Quiba-h, los de Batenab, Acul-Vinac, Balamih, los Canchahelesy Balam-Colob.4

    Estas son solamente las tribus principales, las ramas delpueblo, que nosotros mencionamos; slo de las principaleshablaremos. Muchas otras salieron de cada grupo del pue-blo, pero no escribiremos sus nombres. Ellas tambin semultiplicaron all en el Oriente.

    Muchos hombres fueron hechos y en la oscuridad semultiplicaron. No haba nacido el sol ni la luz cuando semultiplicaron. Juntos vivan todos, en gran nmero existany andaban all en el Oriente.

    Sin embargo, no sustentaban ni mantenan [a su Dios];solamente alzaban las caras al cielo y no saban qu habanvenido a hacer tan lejos.

    22 200 DOCUMENTOS SIGLOS XVI

  • All estuvieron entonces en gran nmero los hombres ne-gros y los hombres blancos, hombres de muchas clases,hombres de muchas lenguas, que causaba admiracin or-las.

    Hay generaciones en el mundo, hay gentes montaraces,a las que no se les ve la cara; no tienen casas, slo andanpor los montes pequeos y grandes, como locos. As decandespreciando a la gente del monte.

    As decan all donde vean la salida del sol. Una mismaera la lengua de todos. No invocaban la madera ni la piedra,y se acordaban de la palabra del Creador y Formador, delCorazn del Cielo, del Corazn de la Tierra.

    As hablaban y esperaban con inquietud la llegada de laaurora. Y elevaban sus ruegos, aquellos adoradores de la pa-labra [de Dios], amantes, obedientes y temerosos, levantan-do las caras al cielo cuando pedan hijas e hijos:

    Oh t, Tzacol, Bitol! Mranos, escchanos! No nosdejes, no nos desampares, oh Dios, que ests en el cielo yen la tierra, Corazn del Cielo, Corazn de la Tierra! Danosnuestra descendencia, nuestra sucesin, mientras camine elsol y haya claridad! Que amanezca, que llegue la aurora!

    Danos muchos buenos caminos, caminos planos! Que lospueblos tengan paz, mucha paz, y sean felices; y danos bue-na vida y til existencia! Oh t. Huracn, Chipi-Caculh,Raxa-Caculh, Chipi-Nanauac, Raxa-Nanauac, Voc, Hu-nahp, Tepeu, Gucumatz, Alom, Qaholom, Ixpiyacoc, Ix-mucan, abuela del sol, abuela de la luz! Que amanezca yque llegue la aurora!

    As decan mientras vean e invocaban la salida del sol,la llegada de la aurora; y al mismo tiempo que vean la sali-da del sol, contemplaban al lucero del alba, la gran estrellaprecursora del sol, que alumbra la bveda del cielo y la su-perficie de la tierra, e ilumina los pasos de los hombres crea-dos y formados.

    Fuente original: XIMNEZ, Francisco. Empiezan las historias del origen de losindios de esta provincia de Guatemala, traducido de la lengua quich en lacastellana para ms comodidad de los ministros del Sto. Evangelio, por elR.P.F. Francisco Ximnez, cura doctrinero por el Real Patronazgo del Pueblode Sto. Toms Chuil [1722]. In: Id. Historia de la Provincia de San Vicente(). Ms na Ayer Collection, Newberry Library, Chicago.Fuente impresa: POPOL VUH. Las antiguas, b.f., pg. 23-32 (primera parte,cap. 1-3 [I-III de esta col.]) y pg. 103-110 (tercera parte, cap. 1-3 [IV-VI deesta col.]).

    LA CONQUISTA ESPIRITUAL DE LA AMRICA ESPAOLA 23

    1. anderuvus vino solo, en medio de la oscuridad sedej ver. Los eternos murcilagos ya estaban all y lucharon[con l] en la oscuridad. anderuvus tena el sol sobre elpecho. Y trajo el eterno palo cruzado, lo coloc hacia Na-ciente, pis encima, empez la tierra [a nacer]. Hoy da, eleterno palo cruzado qued como sostn de la tierra. Luegoque l quite el sostn caer la tierra. Despus trajo el agua.

    2. Despus anderuvus encontr ander Mbaekua asu lado. Y anderuvus le dijo a Mbaekua: Encontremosla mujer! Entonces habl ander Mbaekua: Cmo ha-bemos de encontrar una mujer? anderuvus habl: Laencontraremos en la vasija! Y l hizo una vasija de barro ycubri la vasija. Momentos despus, anderuvus a Mbae-kua: Vete a ver la mujer en la vasija! ander Mbaekuafue a mirar; la mujer estaba en la vasija. Y l la trajo consigo.

    3. Despus anderuvus hizo su casa, en medio del sos-tn de la tierra. Y anderuvus le dijo a Mbaekua: Vete a

    probar la mujer! Mbaekua se fue y prob la mujer. Noquera mezclar su semen con el de anderuvus y anderMbaekua coloc su semen aparte. Y de una nica madre seform el hijo de anderuvus y de ander Mbaekua, am-bos dentro del vientre materno. Luego despus anderuvu-s se fue.

    4. Y anderuvus hizo su plantacin. A medida que ibahaciendo, atrs de l, el maizal se llenaba de espigas ver-deantes. Despus vino a su casa a comer. Despus, a su mu-jer: Vete a nuestra plantacin a traer choclo para comer. Yla mujer de anderuvus le dice a su marido: Hace apenasun momento que te has ido a trabajar y ahora ya me dices:vete a traer maz! No tengo tu hijo en mi vientre, tengo elhijo de Mbaekua! Y la mujer de anderuvus toma su ca-nasta, encaminndose a la plantacin.

    5. Y anderuvus tom la cadena de pecho, la calabazade danza y tambin el palo cruzado, la corona de plumas la

    Contexto

    POPOL VUH, escrito a mediados del siglo XVI, cuenta los mitos de la creacin del mundo y la humanidad, la mitologaheroica, y el origen de los pueblos indgenas de Guatemala, sus migraciones y guerras y la hegemona de los Quich, antesde la conquista. POPOL VUH, cuyo autor es desconocido, ya toma en cuenta los estragos de la conquista: As, pues, sehan acabado todos los del Quich, que se llama Santa Cruz. Fue Francisco de Marroqun, obispo de Guatemala entre 1537y 1563, el que consagr en 1539 la ciudad espaola que sustituy a Utatln, la antigua capital quich, con el nombre deSanta Cruz.

    La primera traduccin del POPOL VUH del quich al espaol se hizo a comienzos del siglo XVIII por su descubridor,el dominico Francisco Ximnez, partiendo del Ms que los Quich entregaron al cura doctrinero de Santo Toms Chuil, hoyChichicastenango. Fray Ximnez, natural de Andaluca y excelente lingista, incluy el POPOL VUH en su Historia de laProvincia de San Vicente de Chiapa y Guatemala (1722). Este libro qued olvidado en la Biblioteca de la Universidad deGuatemala hasta ser encontrado por el austriaco Carl Scherzer, en 1854, que lo public en Viena en 1857. Ms tarde, Char-les tienne Brasseur, encontr el manuscrito de Fray Ximnez y lo public en Pars, en 1861. El documento 2 reproduce tex-to y nota de Adrin Recinos, de 1947.

    3Mito de los Apapocva-Guaran sobre la creacin y

    destruccin del mundo contado por Kurt Nimuendaj

  • coloc en su cabeza. Sali, dio una vuelta y se fue. Lleg alsendero del tigre primitivo, hinc en el suelo el palo cruza-do, desviando sus rastros [de la persecucin de su mujer].

    6. Su esposa lleg de vuelta de la plantacin, vino lle-gando a la casa. Cuando lleg ya no estaba anderuvus.Su esposa tom la calabaza para agua, se provey tambinde la tacuara [de danza], sali, dio una vuelta [a la casa], sefue atrs de su esposo, se fue.

    7. Despus de ir un poco, su hijo pidi una flor. Cogiuna flor para su hijo, prosigui. Despus dio unos golpes so-bre el alojamiento de su hijo, y le pregunt a su hijo: Pordnde ha ido tu padre? Por aqu se ha ido. Despus deir un poco, su hijo volvi a pedir una flor. Cogi nuevamen-te una flor, ocasin en que le pic una avispa. Entonces ledijo a su hijo: Para qu fin, no estando todava en estemundo, quieres una flor y me haces picar por una avispa?

    Su hijo se qued enojado.8. Y se fue de nuevo, lleg a [donde estaba] el palo cru-

    zado. Entonces pregunt de nuevo a su hijo: Por dnde haido tu padre? Por aqu se fue! Mostr el camino del tigreprimitivo. Prosigui y lleg a la casa del tigre. La tigre-abue-la le dijo: Ven aqu que yo te esconda de mis hijos, mis hi-jos suelen ser muy desobedientes!

    La cubri con una gran fuente.9. Despus de tardecita, sus hijos vinieron llegando, tra-

    yendo buenas piezas de cerdo monts para su abuela. Losque llegaron atrasados, nada mataron. Vinieron, llegando vi-nieron. Has estado muy afortunada, madre-abuela! Luegosaltaron sobre la fuente, destruyeron la fuente; luego mata-ron a la esposa de anderuvus. Dijo la tigre abuela: Des-dentada estoy desde hace rato, mis nietos! Traedme los ge-melos, sacadlos para m, ponedlos en agua caliente, que losvoy a comer!.

    10. Los llevaron para el agua caliente. Despus lo pusie-ron en el agua caliente. Despus tocaron: se haba enfriadoel agua caliente. Despus: Pisadlo en el mortero! Los lle-varon y los pisaron.

    Despus se les estir el pescuezo. Llevadlos debajo delas brasas! Y los llevaron de nuevo a poner. Luego tocaronen las brasas: enfriadas nuevamente estaban.

    11. Y anderykey ya abra un poco los ojos. Y la tigraabuela dijo: Haban sido animales domsticos, mis nietos!Llevadlos sobre el cedazo al sol, nietos!

    Y los llevaron sobre el cedazo al sol. No haba pasadomucho rato que, anderykey, comenzaba a incorporarse.Tyvyry ya comenzaba a gatear. Luego al oscurecer, casi ya selevantaba del todo. Ya se va a pedir el aparato para matarpajaritos: hazme mi flecha de matar pajaritos, to! Ah eltigre hizo la flecha de matar pajaritos para l. Fue por el pa-tio, ensayndose a matar maripositas.

    12. Cuando ya se hizo ms fuerte, se iba por las capue-ras, matando algunos pajaritos, con su hermano. La tigreabuela le dijo: De este lado no debis ir, de este otro podisjugar, nietos mos. Despus: Con qu motivo nos dijo latigre abuela, por aqu no debis ir a jugar, hermanito mo?

    Vamos s, a ver lo que hay!Entonces se fueron con su hermanito.13. Y encontr un yac. Lo flech; vino cayendo. Y dijo:

    Por qu me flechaste, procurando, para la que mat a sumadre, comida de cacera?

    Chpame s la herida de tu flecha!Entonces le chup la herida de su flecha, curando de

    nuevo al yac, prosiguiendo camino con su hermanito.14. Y vino el papagallo.Y l cont en seguida:All, aquella abuela es la que ha matado a tu madre!

    Entonces llor su hermanito: habamos perdido nuestra ma-dre al venir al mundo!

    15. Despus se fueron anderykey con su hermanito,bajaron a un pequeo lago. Lavmonos la cara, hermanitomo, de lo contrario la tigre abuela se apercibir de que he-mos llorado! Despus se lavaron y cuando terminaron delavarse, los bordes del lago se alejaron cada vez ms. Luegoa su hermanito: basta de lavarse, estos lugares los vamos adejar!

    16. Luego despus, Tyvyry ya quera matar. Despus en-contr la carcasa de su madre e hizo su madre.

    Tyvyry quiso mamar, su madre se esfum nuevamenteEs por esta circunstancia que las mujeres no tienen los pe-chos iguales.

    17. Despus se fueron de nuevo a la casa de la tigre-abuela. Se fueron llegando. Por qu teni los ojos tan hin-chados, aqu llegando, nietos? No, no es eso, las avispasnos han picado. Estis viendo: Ahora de ese lado no va-yais, os deca siempre.

    18. Despus se fueron de nuevo a matar pajaritos. Haciadonde he dicho se encaminaron de nuevo. Tyvyry quisomamar: Ya no podemos rehacer nuestra madre, hermanito;voy a hacerte frutas! Luego pis sobre un rbol. Pis bajoel rbol e hizo vapuru.

    Tyvyry prob la tal cosa, y le dijo el hermano mayor:Tiene la semilla muy grande!19. Despus prosigui, nuevamente pis sobre el rbol,

    e hizo guaviraet. Lo prob nuevamente: Tiene mucha pul-pa nuevamente, tambin esto, hermano! Despus volvi apisar sobre la madera e hizo guaviray.

    Prob de nuevo:Esto s tiene gusto dulce! (me parece dulce!).20. Despus prosiguieron, llevando guaviraet, y guavi-

    ray. El guaviray que haban llevado lo escondieron de latigre-abuela; el guaviraet que haban llevado lo dieron a latigre-abuela.

    21. Y ellos volvieron siempre de nueva a la capuera, hi-cieron una trampita, armndola con una espiguita de maz.Despus vino el tigre: Qu cosa estis haciendo aqu?Hemos hecho una trampita, to. Esta cosa no vale nada,aqu no cae nada!

    Arroj la trampita.Despus anderykey la trajo de nuevo, la mont de nue-

    vo en su sitio. Otro [tigre] de nuevo vino:Qu estis haciendo?A mi hermanito lo estoy haciendo jugar. Esta cosa

    no vale nada, aqu nada podr caer!Arroj de nuevo su trampita, anderykey la trajo de nue-

    vo, la puso en su sitio.22. Despus: Vamos a dormir al oscurecer al pie de

    nuestra trampita, hermanito! Despus se fueron, hicieronfuego cerquita de la trampita y vigilaron. Despus al amane-cer hizo bajar una gruesa vela en la trampita. Despus a suhermanito: algo ha bajado en nuestra trampita, hermanito!Fueron a examinar la trampita, tocaron en la cuerda [quesostiene el peso]. Estaba bien tensa la cuerda. Tambin ya sevea el abismo eterno.

    23. Despus, al amanecer volvi el tigre: No ha cado

    24 200 DOCUMENTOS SIGLOS XVI

  • nada en tu trampita, nieto? No, nada ha cado.Despus dijo el tigre: Es una cosa mal hecha, en que

    nada puede caer! Siendo as, entra a probar nuestra tram-pita! Entr y cay el tigre en la trampita. Lo sac y lo arro-j al abismo. Despus vino otro:

    Ha cado algn ratn en tu trampita? Luego le contes-t: No ha cado. Despus: Esto est mal hecho, nada cae-r en l.

    Si eso es as, entra a probar nuestra trampita! Entr, ca-y tambin. Despus, los que venan atrs, ya se apercibandel mal olor de las respectivas deyecciones. Fue sacndolosy arrojndolos en el abismo, se encaminaron, se fueron.

    24. Despus, ahora s: Vamos adelante hermanito. Sefue a llevar guaviraet a la tigre-abuela.

    De dnde lo habis trado, nietos mos?Lo hemos trado del otro lado del manantial. Habis

    trado mucho, nietos mos? Hemos trado mucho de all.Maana iremos y los haris caer para nosotros!

    Entonces la tigre hembra preada:Si ya no hubiera sido de noche yo hubiera ido ensegui-

    da, maana temprano iremos!25. Y cuando amaneca: Vamos!Se fueron; a su hermanito:No vayas a impresionarte y dar vuelta al yrymom, her-

    manito mo.Despus llegaron los tigres y se echaron al agua. El gri-

    t: Vamos, hermanito, no temas por m, hermanito! Des-pus hizo que el agua se volviera cada vez ms turbulenta.Tyvyry ya est con miedo por su hermano, y da vuelta alyrymom. Los voraces peces devoraron a los tigres, uno so-lamente [consigui] ir pasando: la tigre hembra preada.

    Salt en tierra yendo, cuando los voraces peces le mor-dieron el tendn de Aquiles. Luego de pasar nacieron sus hi-jos.

    Despus de esto, volvieron [a casa]. Cuando volvieron,la tigre-abuela tambin se haba cado en la trampita. Des-pus: Por qu te has apresurado a dar vuelta al yrymom,hermanito mo? Si as no hubiera sido, hubiramos aca-bado con los que mataron a nuestra madre!

    26. Despus: El fuego vamos a conseguir, hermanitomo: Voy a ponerme hediondo para ver de conseguir el fue-go. anderykey hizo el sapo que deba ser el tragador delfuego. Despus se acost y se puso hediondo.

    27. Los cuervos se juntaron e hicieron fuego. El caraca-r sobre un rbol primitivo miraba. anderykey mir un po-quito y el caracar le vio: Eso que estis diciendo que vaisa devorar, est mirando disimuladamente. El cuervo dijo:La cosa no es as, l ya no mira!

    Traedlo s al fuego, echadlo de una vez [al fuego], va-mos a devorarlo!

    28. Despus lo tom de la pierna, de la cabeza, lo tir alfuego Entonces, anderykey sacudi el cuerpo, desparramel fuego. Los cuervos se asustaron. El rey de los cuervos di-jo: Cuidad del fuego.

    Entonces anderykey le pregunt al sapo: No has tra-gado el fuego? No he tragado. Siquiera un poquito nohas tragado? He tragado un poquitn, ahora ya estar to-do apagado. Vomtalo un poco, vamos a ver, si hay almenos un poquito.

    Vomit, mir, haba un poco, prendi el fuego.29. Despus de eso hizo de una vela una vbora; de ella

    se hizo morder. Tyvyry sali a buscar remedio para l, trajoel remedio, medic a su hermano, y lo san de nuevo.

    Despus hizo avispas, y con ellas tambin se hizo picar;

    eso no le enferm mucho.Se hizo morder de otra vbora y muri. Tyvyry sopl a

    su hermano mayor en el centro de la cabeza y lo hizo revi-vir.

    30. Despus le dijo: Vamos por aqu, hermanito mo.Se fueron. Lejos se fueron, Tyvyry a su hermano mayor:No existe realmente gente como nosotros en esta tierra,hermano? Entonces responde Tykeyry: Existe. Es buenoque yo haga cuat para llamarlos. Entonces pis un cedro,un cedro en frutas, hizo cuat. Ahora debes subir a un r-bol, hermanito!

    Entonces grit: Estos cola-estriadas, debis matar, to.He hecho cola-estriadas que debis matar!

    Despus viene llegando ay, gritando: Qu es lo queests gritando, sobrino? No es eso, estoy gritando a estoscola-estriadas que vosotros debis matar, to.

    31. Entonces vino llegando ay:Sube [al rbol] y hazlos bajar para m! Entonces sube,

    echa cuat, acaba con los cuat. Entonces dice anderykey:No me mates, por acaso, to! Entonces dijo: No puedeser, no voy a matarte, puedes bajar.

    Vena bajando, al tocar tierra, le dio tambin un golpe,dejndolo caer muerto. Entonces el muerto elimin sus he-ces.

    32. Despus ay cogi hojas de peguah envolvi [conellos] las heces, luego recogi los cuat coloc anderykeyen el fondo del canasto, encima coloc los cuat, luego hi-zo el camino para poder llevar [su carga]. Despus vino, le-vant el canasto. No lo pudo ni mover porque anderykeyse le puso pesado. Despus lo llev, lo levant para llevar-lo. Lejos lo llev, lo deposit en el suelo, y volvi a hacer elcamino.

    33. Despus se fue Tyvyry, sac los cuat que estabansobre su hermano mayor, le sopl en el medio de la cabezaa su hermano mayor, lo hizo revivir. Coloc piedras debajode los cuat, despus subieron con su hermanito arriba [so-bre los rboles]. Despus volvi ay, carg el canasto y lollev, entre ellos se quedaron.

    34. Despus ay se fue llegando a su casa. Las dos hi-jas de ay: Qu has matado, padre? De ninguna mane-ra se os ocurra ir a mirar all, he trado un cabeza-negra.Despus se fueron [a ver] las hijas, sacaron todos los cuat.No hay cabeza-negra, el fruto de tu cacera, padre! El sehaba escapado, ahora mismo voy a ver! Se fue a ver: Sehaba escapado, voy a volver por donde vine, voy a volvera encontrarlo, hija! Se fue.

    35. En ese momento hacen los gemelos, debajo del r-bol, un ciervo, de un madero seco de cedro. Despus llegade nuevo ay, ya se levanta el ciervo, ya huye de l, le per-sigue, le trae de nuevo debajo del rbol, para matarlo. Que-br un gajo de rbol contra la nariz [del ciervo]: Toma porhaber olido mi presencia, infeliz! Los gemelos bajaron denuevo, hicieron revivir al ciervo. En ese momento ay vol-va a su casa.

    36. Los gemelos: Vamos a la casa! Se fueron acercan-do a la casa. A su hermano menor: Splame en el centro dela cabeza! Le sopl y brotaron flores en la cabeza de Ty-keyry. El tambin le sopl la cabeza a su hermanito, hacien-do tambin brotar flores, despus se fueron, se fueron lle-gando a la casa de ay.

    37. Despus la hija de ay: Ahora llegan mis herma-nos. Despus pregunta. Por qu medios habis consegui-do ese aspecto, mis hermanos? Nosotros con pimiento y

    LA CONQUISTA ESPIRITUAL DE LA AMRICA ESPAOLA 25

  • uruc hemos tratado nuestra cabeza. Tambin a i le de-bis tratar as, mis hermanos! Tu padre no lo ha de sopor-tar. Por qu medios se consigue ese aspecto? Nosotrosnos quitamos la piel de la cabeza. No, quiero que mi pa-dre tenga para nosotros ese mismo aspecto. Est bien, ve-te a traer pimiento, hermanito! Trajo pimiento, despus tra-jo cuchillos de tacuara, con el cual despellej la cabeza deay fregndole despus con pimiento y uruc. Vete alsol! Se fue al sol. Procura soportar, i. Fue y se sent. Po-co rato pas y ya quera levantarse. Ya lo ves, no lo va asoportar! Un rato despus se levant. Ya lo ves, que no losoportara, lo deca yo! Ya corre: Pry, pry, pry! Corre, yal poco rato su crneo revienta. Su cerebro se convierte enmosquitos y tambin en marigu.

    38. Despus: Vamos a casarnos con las hijas, hermani-to mo! Se casaron con las hijas, despus durmieron con lasesposas. De noche, Tyvyry fornic y despus le dio mal deestmago por el resto de la noche. Apenas amanecido vinoa preguntarle a su hermanito: Qu te ha pasado hermani-to mo? Yo la he posedo a mi esposa. Despus: Yo nola he posedo personalmente, con mi flecha para pajaritosyo la he posedo.

    39. Vamos ahora a poner fuego al campo.Despus: Llevemos tambin a nuestras esposas.Despus se fueron: Vamos a prender fuego al campo,

    corred hijas!Luego pusieron fuego al campo, luego dijeron a sus es-

    posas: Corred. Corrieron. Las hermanas corrieron hacia la orilla del la-

    go, y cuando ya llegaban, se les prendi fuego en los cabe-llos y sus crneos explotaron. Entonces mosquitos y mariguse acabaron.

    40. Prosiguiendo camino, lleg de nuevo un ay.Luego hicieron su casilla de caza donde los pajaritos to-

    man su bao.En eso llega tambin ay, viene espantando los pajari-

    tos.Vete a traer pimiento, hermanito mo!Luego trajo pimientos, los estruj con las manos, y los

    puso en el agua.Ratos despus, ay volvi, desat su miembro, ech su

    miembro en el agua, lo lav. Poco tiempo despus lo sacde nuevo, lo envolvi de nuevo, no encontraba descanso.

    Lo desat y lo ech otra vez en el agua, entonces le ar-di el pimiento en el miembro, entonces se puso a correr:Pry, pry, pry!

    Se fue a caer tambin en el abismo.41. Despus, caminando hizo mandasaia. Pasando el

    tiempo Tyvyry se puso cada vez ms fuerte. Despus perfo-r [la calabaza] para su matraca [de danza]. Ya va a buscara su padre, (seguir los rastros de). Junt a los ay para en-searles a danzar, les ense a los ay la danza. Despusde cuatro lunas, vino su padre debido a eso (a la danza), yase va, ya lo lleva a su hijo anderuvus.

    Ya se iba yendo, anderykey e hizo el disgustado con supadre, Tyvyry, por su lado, slo pensaba en mamar. Enton-ces anderykey le pide a su padre sus insignias. Luego le dasus insignias (de poder) a su hijo.

    Despus l se escondi de nuevo de la vista de su hijo.Ya se va a impedir la perdicin.

    Muy a menudo est ladrando Iaguarovy (el tigre azul).42. anderykey est encima de nosotros (en el cenit).Ahora cuida de la tierra, y sostiene en sus manos el sos-

    tn de la tierra. El da que estire de l, la tierra se desmoronar.Ahora la tierra est vieja, nuestras generaciones ya no

    prosperarn [en este mundo].A todos los que ya murieron, vamos a volver a ver, cuan-

    do caiga la noche, bajar el murcilago para acabar con lageneracin que habita esta tierra.

    De noche baja el tigre azul. El tigre azul baja para devo-rarnos.

    43. El tigre mat a andesy, vino anderuvus a llevarsu alma. Ahora est viva de nuevo, la fortaleci de nuevopara s.

    Entonces anderuvus hizo [el futuro] Tup. andesynecesita de Tup, entonces andesy manda donde est Tu-p, Tup viene.

    Embarca en su banco (en forma de bote) como Jefe, dospjaros (cola de tijera) ocupan los bordes del bote, cuandoviene llegando a la casa de andesy, ya no produce truenos.

    Vuelca su apyk (bote-banco), y lo deja posarse delantede andesy, all conversan juntos.

    Desde entonces su adorno de labio no deja de brillar (re-lampaguear).

    44. Bailan durante todo el ao, entonces le viene indica-do el camino a ander, si es que lo merece (por su buencomportamiento) le viene el camino. Entonces nos encami-namos por l delante de nosotros (hacia naciente) llegamosal agua eterna (el mar). Entonces nuestro padre (ander),pasa por encima de l, sus hijos sin embargo pasan a pie,porque las aguas se secan para ellos.

    45. Vamos pasando y llegamos a la plantacin de vapu-ru.

    Estando ya por llegar a la casa de andesy est la grancapuera, el bananal.

    Despus bamos pasando, entramos en el bosque.Entonces nuestras bocas quedarn secas, entonces toma-

    remos bastante miel.Despus proseguimos y llegamos a la plantacin de yva-

    pov de esa [fruta] no comemos aun cuando nuestras bocasestn secas.

    Vamos pasando, llegamos al agua buena, de sta toma-mos.

    46. De ah vamos a la casa de andesy. Cuando nosaproximamos viene el arara (papagallo) y nos pregunta:Qu es lo que mi hijo va a comer?, dice andesy.

    All le decimos:Nosotros vamos a comer pan dulce de maz, bananas

    maduras tambin vamos a comer. Despus fuimos pasandoy nos vino al encuentro el tordo, nos enfrent y nos pregun-t: Qu va a comer mi hijo? Le dijimos: Mazamorra va-mos a comer! All l volvi a contarle a andesy. Cuandollegamos andesy se puso a llorar y nos dijo.

    47. En la tierra vais a morir todos. Ya no debis volver.Ahora quedaos aqu.

    Fuente original: El texto fue recogido por Curt Nimuendaj, que lo public enalemn, en: Zeitschrift fr Ethnologie, 46 (Berln, 1914), pginas 284 403.Fuente impresa: Literatura Guarani, b.f., pg. 155-164 (versin de Juan Fran-cisco Recalde). - NIMUENDAJ UNKEL, Curt. As lendas, b.f. pg. 143-151.

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  • 11 Ahau [1540]

    El 11 Ahau Katun, primero que se cuenta, es el katun ini-cial. Ichcaansih, Faz-del-nacimiento-del-cielo, fue el asien-to del katun en que llegaron los extranjeros de barbas rubi-cundas, los hijos del sol, los hombres de color claro.

    Ay! Entristezcmonos porque llegaron!Del oriente vinieron cuando llegaron a esta tierra los bar-

    budos, los mensajeros de la seal de la divinidad, los extran-jeros de la tierra, los hombres rubicundos, [texto destrui-do] comienzo de la Flor de Mayo. Ay del Itz, Brujo-del-agua, que vienen los cobardes blancos del cielo, los blancoshijos del cielo! El palo del blanco bajar, vendr del cielo,por todas partes vendr, al amanecer veris la seal que leanuncia.

    Ay! Entristezcmonos porque vinieron, porque llegaronlos grandes amontonadores de piedras, los grandes amonto-nadores de vigas para construir,1 los falsos ibteeles2 de la tie-rra que estallan fuego al extremo de sus brazos, los emboza-dos en sus sabanos, los de reatas para ahorcar a los Seores!Triste estar la palabra de Hunab Ku, Unica-deidad, para no-sotros, cuando se extienda por toda la tierra la palabra delDios de los cielos.

    Ay! Entristezcmonos porque llegaron! Ay del Itz, Bru-jo-del-agua, que vuestros dioses no valdrn ya ms!

    Este Dios Verdadero que viene del cielo slo de pecadohablar, slo de pecado ser su enseanza. Inhumanos se-rn sus soldados, crueles sus mastines bravos. Cul ser elAh Kin, Sacerdote-del-culto-solar, y el Bobat, Profeta, queentienda lo que ha de ocurrir a los pueblos de Mayapan, Es-tandarte-venado,