LA CITA

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LA CITA ¡¡¡Alejandrooooo!!! Me lleva la china Hilaria, ya va a empezar con sus jaladas. La semana había sido muy pesada. Su jefe había estado increíblemente torpe y, debido a la poca habilidad de éste en la computadora, Alejandro hizo casi todo el trabajo sin ayuda. Dígame, Ingeniero ¿qué se le ofrece? Mañana tenemos una cita con el jefe de sistemas del cliente que te comenté ayer. Es importantísimo que quedemos como expertos con él. Espero que te prepares bien. ¡Menos mal que no quería que le borrara un archivo! pensó Alejandro No había un solo día en que su jefe pidiera cosas que hasta un alumno de secundaria podía hacer. Por lo menos en esta ocasión se trataba de algo interesante; por fin iba a “entrar en acción”. Llegaba el momento de poner en práctica lo estudiado por semanas. La cita es mañana temprano a las 8:00. Nos vemos a las 7:30 en la oficina para llegar juntos. Por favor, no olvides venir de traje porque es un cliente muy importante. Ya es tiempo de que vistas como la gente decente. No se preocupe Ingeniero, mañana llegaré puntual y bien vestido. Era una buena oportunidad para que Alejandro demostrara sus habilidades. Regresó a su lugar para repasar una vez más los manuales y terminar la presentación que llevaría a la cita. Mientras trabajaba, sintió que alguien se acercaba a sus espaldas. Como siempre, la secretaria deseaba enterarse de las nuevas noticias. ¿Qué te dijo? ¿Esta quincena sí nos van a pagar a tiempo?

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Cuento de experiencias informáticas

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  • LA CITA

    Alejandrooooo!!!

    Me lleva la china Hilaria, ya va a empezar con sus jaladas.

    La semana haba sido muy pesada. Su jefe haba estado increblemente torpe y,

    debido a la poca habilidad de ste en la computadora, Alejandro hizo casi todo el

    trabajo sin ayuda.

    Dgame, Ingeniero qu se le ofrece?

    Maana tenemos una cita con el jefe de sistemas del cliente que te coment

    ayer. Es importantsimo que quedemos como expertos con l. Espero que te

    prepares bien.

    Menos mal que no quera que le borrara un archivo! pens Alejandro

    No haba un solo da en que su jefe pidiera cosas que hasta un alumno de

    secundaria poda hacer. Por lo menos en esta ocasin se trataba de algo

    interesante; por fin iba a entrar en accin. Llegaba el momento de poner en

    prctica lo estudiado por semanas.

    La cita es maana temprano a las 8:00. Nos vemos a las 7:30 en la oficina

    para llegar juntos. Por favor, no olvides venir de traje porque es un cliente muy

    importante. Ya es tiempo de que vistas como la gente decente.

    No se preocupe Ingeniero, maana llegar puntual y bien vestido.

    Era una buena oportunidad para que Alejandro demostrara sus habilidades.

    Regres a su lugar para repasar una vez ms los manuales y terminar la

    presentacin que llevara a la cita. Mientras trabajaba, sinti que alguien se

    acercaba a sus espaldas. Como siempre, la secretaria deseaba enterarse de las

    nuevas noticias.

    Qu te dijo? Esta quincena s nos van a pagar a tiempo?

  • Pagar? Me lleva!, se me olvid. Hubiera aprovechado para preguntarle. A

    ver a qu hora se digna salir de su oficina para pagarnos. Bueno, de todos modos

    lo voy a ver maana temprano.

    A dnde te va a llevar?

    Tenemos una cita a las 8:00 con un cliente interesado en el producto.

    La secretaria hizo un esfuerzo para que Alejandro no notara su sonrisa sarcstica.

    El problema es que no era especialista en hacer esfuerzos, sobre todo si se trataba

    de contar un chisme acerca de su jefe.

    Te recomiendo que lo dejes hablar lo menos posible dijo la mujer .

    Todas las personas que han pasado por tu puesto me han dicho que es un

    especialista en echar a perder los negocios. Adems de codo, sonzo!

    Jajajaja.

    No te ras, es en serio. Ni te imaginas cuntas cosas me han contado sobre l.

    Con que no sea maricn y me quiera arrinconar

    Pues mejor camina pegadito a la pared. Bueno, mejor despus te cuento con

    detalle lo que he escuchado sobre l. Te vas a quedar con la boca abierta.

    No era nada fcil para Alejandro trabajar en ese ambiente: un jefe tonto, una

    secretaria chismosa y, para colmo, un sueldo que cada quincena jugaba a las

    escondidas en la oficina de su jefe.

    Al final del da Alejandro tom sus cosas y camin rumbo a la base de

    microbuses para ir a su casa. Todo el camino iba pensando en la advertencia de la

    amistosa secretaria.

    El jefe ser gay? Cmo detesto a las personas que no cuentan el chisme

    completo!

    No hay mejor combustible para una mente imaginativa que un despus te

    cuento. Todo el camino estuvo pensando en cules seran esas cosas que sus

    antecesores saban del Ingeniero: Posiblemente era un asesino por naturaleza, tal

  • vez ladrn de bancos, tratante de blancas o hasta hombre lobo. Esta ltima

    imagen lo hizo sonrer porque record los brazos velludos de su jefe cuando le

    entregaba el cheque de cada quincena.

    Esa noche no faltaron las pesadillas, desde la clsica cada sin control a un

    agujero sin fondo hasta llegar desnudo a la cita. Al amanecer, como era de

    esperarse, no escuch el despertador. Los planes de llegar impecable se vieron

    afectados ante la falta de tiempo para baarse. Nada que una abundante

    aplicacin de desodorante no pudiera solucionar.

    Tratando de ahorrar tiempo, se vio obligado a tomar un taxi en lugar del

    acostumbrado microbs. Todo sea por no quedar mal con el cliente pens

    Alejandro mientras le peda al taxista que se detuviera frente a la oficina.

    Observ su reloj y suspir aliviado al ver que eran las 7:25. Ya ms tranquilo,

    toc el timbre en repetidas ocasiones. Nada. Al parecer no haba nadie que le

    abriera la puerta.

    Maldita sea!!! Dnde est? Se habr ido sin m?

    Mientras segua presionando el timbre, su eterna sombra, la secretaria, se acerc

    por detrs de l.

    Hola

    Me asustaste!

    Perdn, no fue mi intencin. Qu haces aqu tan temprano?

    Qu hago? El ingeniero y yo tenemos una cita a las 8:00. Ayer te lo cont

    En serio? Uy, la verdad no me acuerdo. Me imagino que vas a ir solo no?

    Solo? Te acabo de decir que con el jefe! Adems de chismosa, sorda

    murmur Alejandro

    Perdn?

    Nada, solo estoy rezando para que no lleguemos tarde.

    Pues si no quieres llegar tarde te recomiendo que ya te vayas.

  • No me puedo ir sin el ingeniero!!!

    Pues entonces ve a buscarlo al parque y no me grites!

    Al parque? Qu diablos hace ah?

    Paseado al perro.

    Pero tenemos una cita!

    Pues l no me avis.

    l no lo hizo pero yo s, t no vas a ir, yo s!

    Ay manito!, perdona, pero la falta de cheque me borra la memoria.

    Era demasiado, Alejandro dio la media vuelta y se dirigi al parque, a dos

    cuadras de la oficina. Seguramente su jefe haba llegado muy temprano y haba

    aprovechado para pasear al perro, su tercer hijo. Lo de menos era pasar por l y

    de ah partir a la cita. An haba tiempo suficiente.

    Definitivamente ese no era su da. Su jefe estaba en el parque pero vestido de

    pijama, pantuflas y sin perro.

    Ingeniero!

    Qu haces aqu Pepe?

    Me llamo Alejandro. Tenemos una cita a las 8:00, ya lo olvid?

    No lo he olvidado. Ya se te hizo tarde, no?

    Pero bamos a ir juntos!

    Necesitas ayuda? Quieres que te acompae?

    Creo que sera lo mejor, no cree?

    Muy bien, vamos.

    Vestido as?

    Cmo que as?

    Olvdelo, voy solo. Con suerte consigo que el cliente me d trabajo para salir

    de este manicomio.

    Qu dijiste?

  • Nada Ingeniero, solo rezaba, creo que ltimamente no lo he hecho y me hace

    mucha falta.

    Alejandro se alej corriendo para alcanzar el microbs que segundos antes haba

    pasado junto a ellos. El jefe lo segua y lo empujaba con la mirada. Calle abajo,

    la secretaria se acercaba al parque jalando a un pastor alemn de la correa.

    Aqu est su perro, lo acaba de traer el chofer. Ya se fue Alejandro?

    S, a ver si alcanza al cliente. No entiendo cmo puede ser tan desordenado e

    impuntual. La gente de su tipo no progresa, nunca llega lejos.

    Eso mismo digo yo. Espere a que le cuente lo que dice de usted.

    Lo imagino mi querida Maricarmen, slo puedo confiar en ti. Aqu tienes tu

    cheque, puntual como cada quincena.

    La secretaria dobl cuidadosamente el cheque y lo guard en la bolsa trasera de

    su pantaln. Mientras se levantaban de la banca, el perro escap corriendo hacia

    la avenida. Una escandalosa multitud llam su atencin. En el semforo, el

    cuerpo vestido de traje y desodorante de Alejandro sobresala por debajo del

    microbs.

    Trat de subirse cuando iba en marcha! explicaba el asustado chofer a la

    gente que lo miraba de manera acusadora.

    Siguiendo al perro, el Ingeniero y la secretaria se unieron a los morbosos. Al

    darse cuenta de que era Alejandro, el jefe sac de su cartera el cheque que le iba

    a entregar al regreso de la cita y lentamente lo parti en pedazos.

    Te lo dije Maricarmen, esta gente nunca llega lejos.

    HeBa - Octubre 2008