TRABAJO INDEPENDIENTE DE PSICOLOGIA

“LA BUENA CRIANZA”

PRESENTADO POR

DIAZ CORREA MARIA ALEJANDRA

DIAZ MARQUEZ ANGIE PAOLA

JAIME PUENTES LISNEY

RIASCOS RODRIGUEZ JONALYS

RODRIGUEZ SANTOFIMIO BELKYS ANDREA

PRESENTADO A

DOC. MILTON CARDONA

ENFERMERIA IIA

UNIVERSIDAD METROPOLITANA

BARRANQUILLA-ATLANTICO

AGOSTO DEL 2015

LA BUENA CRIANZA

Para los padres nunca ha sido fácil la crianza hacia sus hijos, pues estas marcan las primeras relaciones de los niños con sus progenitores. Los padres y/o progenitores son los responsables de todo lo que sucede en el proceso de una excelente lactancia, pues sus primeros años de vida son los más importantes para su salud y desarrollo sano, que ayuda que los niños con diferentes habilidades requieran cuidados especiales. Cuando se emplea de manera satisfactoria un buen cuidado para el crecimiento de los hijos se brinda y se da soporte a la actividad emocional, el desarrollo social y desarrollo intelectual. En este el responsable es la genética, ya que es la que se ocupa del conocimiento y del estudio de los procesos que intervienen en la educación de los hijos.

Al momento de criar hijos debemos enfocarnos hacia el futuro y dejar atrás el pasado, puesto que se está dando inicio a una nueva vida, una nueva etapa, nuevas responsabilidades que se van a obtener para lograr en ellos un planteamiento de su progreso en su porvenir. La mayoría de los padres siempre luchan por ser el mejor ejemplo para sus hijos en todo momento, pero no siempre se obtendrá lo deseado. Cuando los padres dejan el pasado atrás, toman este como referencia de lo que deben mejorar sin llenarse de culpa, ya que buscan en un futuro un nuevo cambio y una mejor u/o moderna forma de vida. La materia prima, es decir la genética, es fundamental ya que siempre habrá un hijo difícil que sin importar lo que haga tendrá dificultades, por consiguiente es necesario que el papel de padres se haga notar por medio de recomendaciones de cómo interactúan con sus hijos para que estos sientan un apoyo óptimo de sus padres en todo momento y sepan que sus procreadores dan lo mejor de sí siempre.

En el momento que se decide ser padre todo cambia, aparecen dentro del nuevo ámbito familiar experiencias nunca vividas ni conocidas, se manifiesta la preocupación por el bienestar de los hijos con el fin de que ellos siempre estén bien, surge el amor paternal que es digno de admirar por ser aquel que siempre está en primer lugar, aquel que ofrece a los hijos los mejores valores en su desarrollo, tales como: cariño, comprensión, protección, afecto, dedicación, respeto, familiaridad, unión y responsabilidad hacia ellos mismos y con el prójimo. Surge el sacrificio de dejar todo a un lado por estar siempre con ellos en cada etapa de la vida, los hijos se convierten en su mundo y/o entorno con tal de verlos sonreír. Aunque algunos se encuentren en condición de trabajo y sienten que el espacio que les queda no es suficiente para compartir con sus hijos, aprovechan al máximo ese pequeño tiempo con el propósito de recuperar lo perdido

Siempre es necesario que los padres se autoevalúen y sepan que hacen bien y que hacen mal con la finalidad de hacer reconocer los errores para poder ser corregidos. Los errores son conocidos como la única manera de aprender a mejorar; en la crianza existen errores muy frecuentemente por partes de los hijos y padres, ya que no existen hijos perfectos, ni padres perfectos. En esta etapa de la crianza es muy importante el saber cómo cuidar a los hijos, no llegar a ser padres sobreprotectores que le prohíban elementos o principios básicos de todo niño en su infancia y adolescencia; ni ser permisivos en todo momento puesto que un futuro pueden

volverse manipuladores. La meta del papel de los padres es llevar alegría a sus hogares para formar una familia unida enriquecida y fortalecida en valores.

Tiempo atrás nuestros padres fueron criados de manera diferente a como es hoy en la actualidad, puede que en esa entonces sus enseñanzas son distintas al hoy y al encontrarse grabadas en su inconsciente logren que afecten de manera directa la crianza hacia sus propios hijos y adquieran ellos el carácter que los padres poseen de acuerdo a su educación, es decir, si nuestros padres son muy posesivos lo más probable es que nosotros adquiramos esa forma de ser, ya que los tenemos a ellos como un gran ejemplo a seguir o simplemente por ser ellos nuestros directores. Cabe resaltar que en el proceso de la crianza influye la edad de los padres, la personalidad y el momento de vida de sus hijos. Al hablar de la edad sabemos que entre más jóvenes sean los padres más libertad tendrán los hijos al instante en que quieren ser conocidos o quieren conocer la sociedad; la personalidad va de la mano con el carácter porque demuestra cómo fueron criados sus padres y como criaran a sus hijos; y el momento de vida de los hijos se somete a la edad en la que este se encuentre, si hablamos de un bebe: los métodos de crianza que este requiere son sencillos y amorosos; en cambio al hablar de adolescentes los procedimientos necesarios serán más complicados por encontrase en una nueva etapa de la vida.

A medida que crecen los hijos los padres también crecen pero si comparamos el desarrollo de ambos en cuanto a ese crecimiento se verá notoriamente que los padres tienden a no aceptar ese cambio, comienzan a quedarse en ciertas etapas, protegiendo u ayudando más de lo necesario. Nuestros padres tienden a vendar sus ojos con la idea ficticia de que estarán solos eternamente, una frase muy conocida en el mundo dice “ante los ojos de los padres siempre seremos niños “y no miente al decir que lo seremos siempre, sin embargo, no hay que utilizar este hecho como una excusa; los cambios tanto físicos como emocionales en los hijos no se pueden impedir, desde el nacimiento , el primer día de escuela, la adolescencia , la graduación y muchos acontecimientos más son el primer entorno de ese cambio. Reconocer el cambio mucho antes que sucedan estos acontecimientos les sirve para prepararse y estar listos. La adolescencia es un factor muy importante en las etapas de cambio, pero pueden influir de una manera negativa en las emociones de los padres, permitirles pasar de una etapa a otra es difícil a nivel emocional, ver la autonomía que van adquiriendo con el pasar del tiempo.

Es esencial poder participar de actividades que puedan generar una mayor unión familiar por parte de padres e hijos, buscar actividades placenteras o que generen agrado a los hijos a medida que crecen, teniendo en cuenta que tales actividades deben estar relacionadas con las obligaciones o labores de hogar para ellos, de dicha forma se puede esperar un cambio menos drástico tanto para los hijos como a los padres. También se sabe actualmente que el movimiento puede producir más serotonina y endorfinas lo cual nos permite tener un mejor estado anímico, todo esto revertirá de manera positiva en los hijos recordando que los padres son multiplicadores o emisores de salud mental, por lo tanto el autocuidado es una manera eficiente de cuidar a los hijos.

En esta nueva generación podemos observar a padres más activos, que buscan ayuda, se informan y hacen lo mejor para sus hijos, se esfuerzan lo necesario por complacer tanto sus

necesidades como fantasías ,los ayudan y protegen, sin embargo, tienden a interpretar de una forma este cuidado un tanto exagerado que puede generar cambios positivos o negativos en la personalidad de los hijos, es entendible que deseen que sus hijos puedan alcanzar lo que ellos no pudieron, no desean que sus hijos vivan o tengan los mismos tropiezos de ellos, pero, lo que no pueden predecir es cuales son las consecuencias que traerán en ellos. Una realidad es que esta generación de padres también se torna insegura, cuestiona sus métodos de crianza y tiende a ser temerosa en las decisiones tomadas para el bienestar de sus hijos y al generar tensión puede afectar a los hijos.

La verdad es que esta generación de hijos a pesar de los esfuerzos de sus padres no está siendo tan equilibrada como se espera; muchos de estos viven sobreprotegidos que no toleran la más mínima frustración, desean todo al tiempo y terminan desesperándose de manera manipuladora, viven en una burbuja imaginaria en la que ellos son el centro de todo y sus padres sus súbditos, a su vez estos niños van perdiendo poco a poco su autonomía lo que puede generar inseguridad en los diferentes aspectos en los que se vean relacionados , falta de fuerza para poder afrontar los problemas cotidianos en los que se pueden ver involucrados, es decir, se pierden en el proceso de crecer y a lo único que se atienen es a sus padres. Es un motivo muy importante para poder reflexionar en cuanto al tipo de crianza que están dando, tampoco hay que cuestionar tales métodos, si son muy medievales o actuales, lo principal es encontrar el adecuado.

Los padres son los primeras personas influyentes a nivel emocional en los hijos, de ellos sobrecae la solemne responsabilidad de criar futuros ciudadanos de bien en cada nación, existe una frase un tanto religiosa “los hijos son prestados por Dios “y es así, las responsabilidades o deberes de los padres es fortalecer su autonomía para que puedan desenvolverse de manera eficaz en una sociedad que puede tornase gris o colorida dependiendo de cómo ellos puedan posicionarse. Sin embargo, el albedrio o tomar decisiones por ellos mismos deja a un lado la crianza recibida por parte de sus padres.

Existen padres preocupados y sus razones son válidas, niños que no son felices que no se ajustan a los patrones convencionales, que tienen poder y solo desean satisfacer sus necesidades pasionales o placeres fantasiosos, hay muchos factores que generan esto en los hijos si pensamos en una la principal seria “la permisividad” y es lo que actualmente se está apoderando de los hogares tradicionales, la falta de figuras paterna en estos hogares, madres como padres que trabajan al mismo tiempo que sus hijos están solos en casa , son causas que generan este gran fenómeno como podría llamarse en la nueva generación de hijos actualmente .

En la crianza son fundamentales los límites familiares pero no es exceso, principalmente los límites se establecen en edades tempranas como los hábitos de higiene, la hora de dormir, etc. No pensemos en autoritarismo, pero sí pensemos en la autoridad necesaria de parte de los padres para enseñarles a sus hijos que existen situaciones, hechos que son peligrosos. Cuando se sabe hasta donde se puede llegar o qué se puede esperar una sanción, se tiene seguridad en el quehacer, no importa que se trate ese quehacer. Aprender cuales son los límites propios y/o ajenos refuerzan la independencia de cada uno. Un castigo no es un método para enseñar algo a

un chico, ya que tiene como finalidad hacer que se sienta mal. Lo que sería más una represalia, o una venganza.

Para obtener mejores resultados se sugiere dar la indicación con firmeza, las normas se negocian y a la vez se instruyen mediante actividades sencillas y cotidianas para un aprendizaje significativo, aplicando conductas consecuentes, las cuales pueden darse por naturaleza o establecidas previamente en la familia, habría que decir también que entre menos reglas más fácil es su cumplimiento siempre y cuando nunca se impongan; porque esto provoca rechazo, rebeldía y otras consecuencias negativas, debido a que el niño debe sentir que sus derechos son tomados en cuenta y respetados por parte de los adultos, ellos no van a respetar a quienes imponen y no les respetan, el respeto se gana con respeto mutuo.

Cuando los hijos aprenden que sus propios actos determinan sus acciones positiva o negativamente, es cuando adquieren dimensión de sí mismos; y pueden ir creando su propio sistema que los conduzca actuar correctamente y van a obtener resultados responsables y satisfactorios, tanto a nivel personal como de grupo familiar. En estos procesos no hay ganador, hay victoria de grupo y satisfacción.

En cambio cuando el niño, a veces no encuentra el límite a su agresividad y necesita quien le diga que algo no se puede. Los padres tienen la responsabilidad como adultos de orientar a sus hijos, aunque estos se enojen. Puede haber diversos motivos para la no puesta de límites, pero sobre todo prevalece el miedo a dejar de ser querido. Hay casos de niños y/o jóvenes donde sus padres tienen el temor de negarle privilegios por el miedo de perder el cariño de ellos no se atreverían a negarles nada, ya que quieren evitar enfrentarse con sus hijos, para que no hubiera conflicto. Todo esto se relaciona más los padres contemporáneos a diferencia de los padres de antes, dado que explican mucho, lo cual es bueno, siempre y cuando estas explicaciones no sean motivadas por su inseguridad para poner los límites necesarios. El explicar mucho puede funcionar como un retraso a no actuar o resolver en el momento. Es importante tener claro que son los adultos quienes deciden, sin sentir culpa por ello.

El aprendizaje juega un papel de mucha importancia con todo esto ya que es posible aprender el diálogo y la comunicación a través de los modelos que se le ofrecen en el estudio. Los niños tienen que ver cómo los adultos enfrentan y resuelven diariamente situaciones conflictivas. ¿Cómo se ponen los límites? Los niños, desean, aprenden normas y valores tratando de parecerse a los adultos con quienes interactúan “los miembros de su familia”, y son los que, básicamente, deben ofrecerles modelos para identificarse. Desde el nacimiento el niño se va adaptando a través de identificaciones, apropiándose de rasgos de sus padres, al principio en forma total, luego paulatinamente se identifica con algunos rasgos y también con los de otros adultos significativos y más tarde con rasgos de sus pares (con los chicos del jardín, de la escuela, amigos del club, personajes de películas y dibujos animados, parientes, vecinos, etc.). Pero hay que tener en cuenta que incorpora, además, una manera de enfrentar situaciones. Es de suma importancia que se le enseñe a buscar soluciones. Por ejemplo cuando Yorbis está enojado golpea violentamente la puerta, el papá con mala cara y gritando le dice ¡Qué haces, que animal eres! Opinamos como más apropiado que el padre hubiera podido aceptar el enojo del chico,

enseñándole que uno puede mostrar el enojo pero no con esa expresión y forma, ya que fue tan violento como el golpear la puerta, o más, por provenir de un adulto. Si bien es cierto que existen muchos obstáculos para una adecuada puesta de límites (amenazas incumplidas, comparar y fomentar la competencia, ofrecer sobornos o recompensas, obligar a pedir perdón, buscar un chivo emisario, ofrecer opciones que no son tales, dar premios, etc.) hay que tener en cuenta que sí es posible enseñar a buscar soluciones, y que no es conveniente juzgar y/o culpabilizar. Esto sería un obstáculo en la puesta de los límites, lo que llevaría, entre otras consecuencias, a tener niños insatisfechos e insaciables. Demasiada tolerancia ayuda a concederle al niño el lugar de quien decide y de quien verá todos sus deseos satisfechos. Es necesario que el niño experimente los límites de sus acciones para que pueda continuar teniendo deseos.

El deseo siempre satisfecho implica la muerte del deseo. El niño puede manifestar su desagrado al límite, pero el grado de tolerancia no debe impedir que los límites existan. “no es bueno que el niño con el pretexto de que se expanda libremente, nunca halle resistencia, es preciso que encuentre otros actos de deseo, el de los demás y que correspondan a edades diferentes a la suya. Si al niño se le cediera todo, se anularía por completo sus poderes creativos, que son la ardiente búsqueda de satisfacer un deseo jamás colmable y que, en la parte que se satisface se desvía en esto menos del objeto y que se satisface de otra manera” Esto último nos lleva a ver como el pasaje a través de distintos sistemas influye en el aprendizaje de los límites y de las normas. Si en el sistema familiar los niños aprenden a negociar, cooperar, competir, les será posible en otros sistemas tener buenas relaciones con sus pares y con los adultos, experiencias que a su vez los niños pueden llevar a su familia, lo que posibilitará también, si existe flexibilidad, su enriquecimiento con los nuevos aportes. Aprender a negociar no significa la negociación permanente ni el chantaje. Cuando los niños entran en contacto con sus iguales de otros sistemas, intentan actuar de acuerdo con las modalidades de su mundo familiar. Si aprenden formas alternativas de participación, van a incorporar las nuevas experiencias a la familia.

Hoy en día se sabe que el papa juega un papel muy importante en la vida de los hijos para crecer sanos, íntegros, con buenos modales, no estamos menos preciando a la madre pero, para estar equilibrados necesitamos tener a los dos PAPA Y MAMA. La mitad de la educación parental la proporciona el padre, el papa tiene funciones únicas y especiales, como ser compañero proveedor maestro y guía moral de sus hijos. Los papa tienden a usar un lenguaje más complejo, lo cual es bueno para el desarrollo verbal y la inteligencia, son más exigentes por naturaleza y fijan expectativas más altas. Para un hijo en sus primeros años de vida tener una relación cercana y segura con la madre es vital. Sin embargo, reconociendo que el padre es también una figura central para el desarrollo físico y emocional de un niño o niña. Un papá presente y cercano a la crianza de sus hijos es necesario en dos dimensiones; La primera tiene que ver con su relación directa con el hijo o hija, Cuando el padre participa en los controles prenatales, puede mirar el desarrollo de su hijo en las ecografías o escuchar su corazón, tiene más posibilidades de ir desarrollando una relación afectiva con él desde antes de que nazca. Esta relación que para las madres es tan obvia porque sienten los cambios en su cuerpo y el movimiento del niño dentro de ellas, para el hombre no lo es. Su experiencia del embarazo es a

través de lo que vive la mujer, y por lo tanto toda experiencia “directa” con el hijo le va haciendo más real su presencia en su vida. El hijo desde su infancia siente un instinto de querer complacer a su padre y que este se sienta orgulloso es importante que su papa lo apruebe ya que se sentirá motivado para querer demostrar que puede llegar hacer alguien en la vida, cumplir sus sueños y sus metas, por eso es bueno que los papas alaben y feliciten a sus hijos, eso mantiene el autoestima del niño y lo estimula a seguir desarrollándose.

Mirando algunos aspectos de la especificidad que aporta el padre, algunos autores señalan que los padres son los que aportan más en el desarrollo motor del niño, por el tipo de juegos que tienden a hacer con ellos; les ayudan a salir al mundo y en el proceso de “destete” de la mamá, y también son un modelo de identificación masculina para los niños, y un modelo de diferenciación para las niñas. Los niños que cuentan con un papá activamente involucrado en su crianza suelen desenvolverse mejor en la vida que aquellos que no tuvieron una figura paterna durante su desarrollo infantil, los niños que crecen sin una figura paterna, generalmente evidencian trastornos en la adolescencia porque no encuentran una identidad. Los jóvenes sufren de inseguridad, soledad y depresión, que pueden plasmarse en el fracaso escolar, consumo de drogas y vagancia. En definitiva, no tienen la capacidad para controlar sus impulsos y no pueden autorregularse. Es importante que exista en la vida de todo niño, una figura paterna, sin importar quien ejerza esas funciones, debe existir la persona que le preste apoyo a la madre en los primeros meses después del nacimiento del niño, que ofrezca seguridad al niño, que le trasmita valores y le imponga límites. El Padre es una figura de apoyo y seguridad absoluta para el niño, esa interacción ayudará a que el niño desarrolle una personalidad y una confianza en sí mismo, necesaria para adaptarse más adelante al mundo exterior. Ofrecer ese espacio seguro es uno de los roles más importantes del Padre en la familia.

Anteriormente, el Padre se limitaba a proveer, era la figura de autoridad pero su papel en la dinámica familiar era más que todo externa a la vida diaria del hogar y la cotidianidad de la vida y desarrollo de los hijos, esta visión está cambiando radicalmente, hoy en día la Madre sale a trabajar y eso tiene como consecuencia que los roles familiares tengan que compartirse, por eso ahora los Padres están mucho más involucrados en el cuidado diario de los niños, desde darles el baño, hasta supervisar las tareas, darles la comida y muchas otras labores.

La paternidad es una de las tareas más importantes y retadoras para todo ser humano y por supuesto la más gratificante, estos cambios les dan una gran oportunidad a los Padres para crear relaciones cercanas y de verdadera confianza con los hijos, una oportunidad de ser una presencia importante en sus vidas, porque hay que estar muy claros en que no se puede ser Padre si no se está allí para los niños, ofreciéndoles toda la atención, el cariño y los cuidados que ellos necesitan y esperan de nosotros. A todos los Papás, este es el mejor momento del mundo para hacer de nuestros hijos grandes hombres y mujeres.

La comunicación es indispensable en cualquier etapa de nuestras vidas, ya que desde el vientre materno la madre está en constante comunicación con él bebe y esto estimula en su desarrollo fetal por eso es bueno utilizar la estimulación intrauterina con procesos comunicativos como canciones suaves que permitan estimular al niño y generar un proceso de apego con su

madre. Luego notamos que en el desarrollo del niño para la generación de apego es necesario que la madre constantemente este diciéndole palabras al bebe como te estamos esperando, todos te queremos etc... Que le permitan al niño establecer un vínculo con su madre de ahí la importancia de la comunicación, al medida que el niño crece llega la etapa escolar y en esta necesitan socializar con sus compañeros las diferentes experiencias de cada día que le ayudaran a moldear su personalidad También debemos tener en cuenta los sentimientos del niño y saber entenderlo para que él pueda tener la libertad y la confianza de poder contarle a sus padres y a sus cuidadores sus experiencias.

En la etapa de la adolescencia se empieza a generar una mayor independencia alejándose más de sus padres con el fin de encajar en un diferentes grupos sociales se empiezan a tener intereses por elegir una pareja, una carrera y una necesidad de autorrealización y gracias a la comunicación el podrá expresar toda esta serie de experiencias internas que suelen ser muy difíciles de expresar por los diferentes altibajos emocionales que se presentan en esta etapa.

En la etapa de la adultez las personas empiezan a hacer balances sobre lo que ha sido su vida hasta ese momento es una etapa donde se tienen muchas responsabilidades y por lo general las personas en esta etapa necesitan comunicar a los demás sobre las diferentes cargas y responsabilidades que tienen como por ejemplo con sus hijos y con el establecimiento de un hogar. En la vejez es importante la comunicación ya que a esta edad las personas empiezan a sentirse muy solos y empiezan a evaluar lo que lograron en sus vidas y necesitan estar comunicándose para aliviar esta angustia normal de esta etapa.

En conclusión críar bien es un arte y una ciencia, pero más que nada debe ser una experiencia maravillosa. Cuando los padres están en medio de pataletas, luchas por terminar las tareas, peleas entre hermanos o angustias por el futuro, muchas veces pierden de vista lo importante del proceso: Disfrutar sus hijos.

BIBLIOGRAFÍA

De Acevedo, Annie. (Ed.). (2000). La Buena Crianza. Recuperado de: https://books.google.com.co/books?id=fnJCp6-n7UEC&printsec=frontcover&dq=editions:rtJoNVJhSO0C&hl=es-419&sa=X&ved=0CCEQ6AEwAWoVChMI07nh9NLKxwIVC6keCh0qAgII#v=onepage&q&f=false