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“““OOOrrriiigggeeennn””” - ¿Dónde estoy? ... ¿Por qué está todo oscuro?… ¿Quién soy?- se preguntó una voz en la oscuridad. - Veo que por fin te has despertado- preguntó una segunda voz con tono siniestro. - ¿Quién eres?- le preguntó la primera voz. - ¿Yo?, yo no soy nada… pero tú sí eres algo… te he traído aquí para darte un cometido… -le dijo la segunda voz. - No recuerdo absolutamente nada… -dijo la primera voz. - Acabas de nacer… -le contestó la segunda voz. - ¿Pero quién soy?- le insistió la primera voz. - ¿Tú?... tú eres un Dios… el Dios de la oscuridad y las tinieblas, tu cometido es transformar el Reino de la Luz en el Reino de la Oscuridad… -contestó la segunda voz. - ¿Y cómo lo conseguiré?- le preguntó la primera voz. - Viajarás por los mundos dejando a tu paso la oscuridad, cuanto más viajes más conocimientos obtendrás… si es lo que verdaderamente quieres…-le dijo la segunda voz. - ¿Tengo un nombre?-le preguntó de nuevo la primera voz. - Sí… tu nombre es Vixen… el Buscador de la Oscuridad…- le respondió la segunda voz- cuando la oscuridad haga peligrar el Reino de la Luz… los Elegidos de las Llave Espada saldrán de sus escondites... ¿aceptas tu cometido? -Mi nombre es Vixen… y soy el Dios de la Oscuridad… seré el que gobierne sobre todo… - dijo convencido la primera voz.

Por las calles de un diminuto pueblo blanco, rodeado de bosque por un lado y mar por el otro, corría un chiquillo siendo perseguido por tres chicos más mayores. Uno de ellos era rubio, el más alto de los tres, nariz alargada y con aspecto de musculitos, aunque con unos dientes amarillos y desfigurados, el segundo era el más gordo de los tres, a la vez de el más bajito, moreno con las cejas rojas bastante anchas y un piercing en la oreja izquierda en forma de estrella. El último de los chicos era el mediano, con piel morena y bastante sucia, pelo corto y a la vez rizado, con unos labios gruesos y muy claros. - ¡Espera pequeñajo, te queremos decir una cosa!- gritó el mediano de los tíos mientras corrían cuesta abajo persiguiendo al chaval. - ¡Dejadme de una vez pesados!- les gritó el chaval de baja estatura, más incluso que el gordo, pelo corto y de un negro tan oscuro como la propia oscuridad de la noche y ojos marrones claros. - ¡Sólo te íbamos a preguntar la hora!- gritó el más alto de los tíos, alcanzando al chico y agarrándole del brazo- ya te tengo enano… - ¡No soy ningún enano! ¡Yo me llamo Fran!- les gritó el chico muy enfadado mordiendo la mano de uno de los matones. -¡Me ha mordido!-gritó el moreno. -¡Es una piraña! ¡No para de morder!- vaciló el rubio. - Ahora verás lo que es bueno- le dijo el gordo comenzando a golpearle junto a los demás y dejándolo tirado en la acera. -Mierda… no he podido defenderme, eran demasiados…-dijo Fran levantándose poco a poco tras irse los tres matones, cuando escuchó los gritos de un niño chico y tres voces riéndose alrededor- ¿otra vez? -Si nos das el cómic te dejaremos en paz- le dijo el gordo a un niño mucho más chico que Fran. - Este cómic me lo ha comprado mi padre, no os lo daré…-le dijo el crío rubio con el cómic entre los brazos. - Te lo devolveremos en seguida, ¡dámelo!- zarandeó el matón rubio al crío para intentarle quitarle el cómic. -¡Dejadlo en paz!- gritó Fran torciendo la calle y encarando a los tres chicos- ¿por qué no os metéis con alguien de vuestro tamaño? - Mira quién fue a hablar, el mocoso enano- dijo el moreno observando a Fran magullado. - ¿Quieres más?-le preguntó el rubio acercándosele. - ¡Aprenderéis a no meteros con los débiles!- gritó Fran intentando golpear al rubio, pero le agarró la muñeca antes de que le diera. El moreno se acercó y comenzó a golpearle mientras estaba agarrado por el matón rubio. Lo dejaron tirado de nuevo en el suelo y se llevaron el cómic del crío. -¡Eres un inútil!-le gritó el crío llorando por la pérdida de su cómic- ¡ha sido culpa tuya que me lo hayan quitado! ¡Eres débil! - ¡Cof!, lo siento…-dijo Fran con los ojos cerrados, tirado en el suelo y sangrando por una brecha en la frente. El crío se fue llorando a la dirección contraria al de los matones. Al cabo de unos minutos escuchó unos pasos acercándose a él.

-¿Te ayudo en algo?-preguntó una voz algo más grave que la de Fran. Era un chico alto, de pelo negro y corto, con un flequillo bastante pronunciado al igual que sus cejas pobladas. Tenía los ojos marrones y una nariz puntiaguda, iba vestido con un vaquero y una sudadera de chándal. -¿Sebas?-preguntó Fran levantándose del suelo de nuevo. - Dos palizas seguidas y sigues levantándote- comentó Sebas, el cuál llevaba una rama de árbol bastante gruesa. -¿A dónde vas con ese palo?- le preguntó Fran. - Le he dado una lección a esos tres tiparracos y recuperado el cómic del crío- contestó Sebas- ¿estás bien? -Yo sí… mi ropa no… cuando llegue a mi casa mi madre me va a dar la bronca del siglo…-dijo Fran enseñando su ropa llena de polvo y rasgada por todas partes. -Ven, te acompaño a casa- le invitó Sebas estrechándole la mano para acabar de levantarse. - No, ahora no quiero volver…-dijo Fran con ojos triste. - Entonces demos una vuelta por el paseo marítimo- volvió a invitar Sebas. Los dos caminaron por el pequeño paseo marítimo del pueblo, donde podían divisar el mar llano y tranquilo. El sol casi había desaparecido en la lejanía y un manto naranja cubrió todo el pueblo. - Vaya asco de día…-comentó Fran sentándose en el muro del paseo marítimo, antes de caer a la arena. - Dicen que esta noche habrá lluvia de estrellas- le dijo Sebas mirando al cielo- ¿te imaginas que existieran otros mundos como éste ahí fuera? - Si los hubiera, me iría en seguida de este mundo…-contestó Fran serio mientras miraba al cielo. - ¿Y qué pasaría con lo que tienes aquí? , tus padres, amigos, instituto…- volvió a preguntar Sebas. - Los visitaría de vez en cuando, pero no me quiero quedar aquí eternamente… creo que no hago absolutamente nada en este mundo…-contestó Fran con tristeza. - El mundo pone en su lugar a cada persona, sólo es cuestión de tiempo- respondió Sebas. - Yo no quiero que el mundo decida por mí, yo decidiré por mí- dijo Fran levantándose y caminando por encima del muro- si tuviera una mínima posibilidad de escapar de este mundo, no la dejaría escapar… - ¿Nos vamos ya?-preguntó Sebas cuando el sol se escondió tras el mar del horizonte. -Sí…-contestó Fran bajando del muro junto con Sebas. - Por cierto, ¿hiciste el trabajo de Ética?- le preguntó Sebas cuando bajó del muro. -Ah… ¿pero había un trabajo?- se asustó Fran. - Nunca estás atento en clase… mandó una redacción donde explicar la diferencia entre la Luz y la Oscuridad y que defendiéramos cada uno nuestra postura- informó Sebas- ¿cuál defenderías tú? - No sé… supongo que a los dos- le contestó Fran- todo tiene su lado bueno, ¿no? La luz no tiene porque ser buena, al igual que la oscuridad no tiene porque ser mala. Todo tiene su lado bueno. - Yo aún no me he decidido… bueno volvamos a casa- dijo con ánimos Sebas.

Una semana antes, en cierta isla de un mundo enano y lejano del Planeta Tierra, un chaval de pelo largo y puntiagudo, moreno y con ojos grandes y azules como el mar, comía un helado de sal marina junto a dos amigos, una chica con el pelo rosa y que le llegaba hasta la cintura, con una cara de niña mona con unos ojos iguales de azules. El otro amigo era un chico bastante más algo que los dos, pero tenía el pelo blanco y liso. Los tres amigos observaban un bonito atardecer, cuando acabaron los helados bajaron de la palmera donde estaban sentados. - Dentro de poco llegará la nave para recogerte- le dijo el muchacho del pelo blanco. . ¿Quién vendrá, Riku?- preguntó la chica, presentando el nombre del chaval. - Vienen Donald y Goofy en la nave gumi, el Rey nos ha encomendado una misión a los tres- le explicó el chaval del pelo puntiagudo y moreno. - Yo me quedaré aquí- le indicó Riku. -¿Qué está pasando en los otros mundos, Sora?-le preguntó la chica. - Desde hace unas semanas, la oscuridad se ha ido tragando los planetas de cierta zona de la galaxia, está pasando lo mismo que con Ansem pero de una forma más lenta -le contestó Sora, el chico del pelo puntiagudo- Averiguaremos qué ocurre y solucionaremos el problema enseguida, así que no te preocupes, Kairi. -Creo que ya vienen…-le indicó Riku viendo descender del cielo una pequeña nave roja. -Sora por favor, ten cuidado- le suplicó Kairi cogiéndole de las manos. -Tranquila, estaré bien- le dijo Sora con una sonrisa de oreja a oreja. Volviendo al presente en el Planeta Tierra, Fran y Sebas seguían su camino hacia sus casas. En una esquina tras una cuesta en un extenso descampado de tierra, se separaron para llegar a sus hogares. Cuando Fran llegó a casa, su madre le echó la bronca por venir con la ropa destrozada y sin dejar que le diera explicaciones, lo mandó castigado a su cuarto. El chaval triste aunque ya cansado de lo de siempre, subió en silencio al primer piso y se encerró en su diminuto cuarto. - Hoy no ha sido un buen día… ni este ni ninguno… aunque tenga a mi mejor amigo en clase, sigo sintiéndome solo…-caminó Fran en la oscuridad de su cuarto, la única luz que entraba era la de la luna por la ventana. Asomó la cabeza y pudo ver miles de estrellas en el firmamento, estrellas preciosas que parpadeaban y regalaban su luz a quienes les viera – si tuviera una, sólo una oportunidad de largarme de aquí… lo haría… - Últimamente pienso cosas muy raras… me pregunto si todo esto será real… o no –acabó diciendo Fran. Una de las estrellas, la más brillante que se podía divisar, desapareció tras un pequeño destello. Sin percatarse de lo ocurrido bajó la persiana rota hasta donde pudo y se fue a la cama a intentar dormir. Tardó mucho en conciliar el sueño, no paraba de dar vueltas en la cama sin saber qué postura tenía que poner para dormir, miraba una y otra vez la hora del reloj, cada vez era más tarde y aún no se había quedado dormido. En su mente rondaban muchísimas preocupaciones, el instituto, sus padres, los matones de siempre, su vida, no paraba de darle vueltas al tema de irse del mundo y qué haría si se fuera. Una de las veces que intentó dormir, dejó la mente totalmente en blanco y sin darse cuenta iba notando que su cuerpo se iba yendo de su control, su mente pasó a otro nivel y se olvidó de todo. Notaba que descendía en la oscuridad, no podía ver absolutamente nada. Echó la vista abajo y pudo ver como una vidriera de tres corazones azules aparecía bajo sus pies en un intenso destello. Descendió hasta llegar a pisar la vidriera redonda, dibujada en ella había los tres corazones azules pero de diferentes tonalidades. El más grande era el del centro y con un azul mar claro, el de la derecha era mucho más oscuro, aunque aún se notaba su tono azulado. Y finalmente el de la izquierda era el más claro de los tres, mezclando un azul claro con el verde.

-“Hay tanto que hacer, en tan poco tiempo…”-dijo una voz serena retumbando en el lugar, Fran seguía sin saber dónde estaba, intentaba moverse pero le pesaban mucho las piernas- “Pero ve con calma. No tengas miedo. Tu camino no acaba ni de empezar. Ahora avanza, ¿puedes?” Dio un paso adelante y en seguida notó que estaba vestido con la misma ropa del día anterior, aquello definitivamente era un sueño. Cuando se acercó a la tenue luz que tenía justo enfrente, aparecieron alrededor 3 pedestales. Encima de cada uno había un arma, en el del frente había un pequeño escudo rojo y negro. En el pedestal de la derecha apareció un bastón con el extremo formado por tres bolas azules. Y finalmente en el pedestal de la izquierda, apareció una espada. - “El poder está en ti. Si le das forma te dará fuerza”- volvió a hablar aquella voz- Elige bien. - ¿Qué tiene de especial cada uno de ellos?- preguntó Fran extrañándose un poco- ¡contesta voz! - “La espada contiende el poder del guerrero. Valentía sin igual. Una espada hecha para herir al prójimo… ¿Este es el poder que buscas?”- le preguntó la voz. - Prefiero saber de los otros dos antes de elegir…-volvió a decir Fran. - “El escudo posee el poder del guardián. Bondad para ayudar a los amigos. Un escudo cobarde que todo lo rechaza… ¿Este es el poder que buscas?”- preguntó de nuevo la voz. - ¿Y el bastón?-preguntó Fran tras pensárselo. - “El bastón tiene el poder del hechicero. Fuerza interior. Un bastón capaz de robarte el alma… ¿Este es el poder que buscas?”- volvió a explicar la voz, con un tono algo cansado. - Todavía no lo tengo del todo claro… -dijo Fran pensando. - Venga que no tengo todo el día, elige uno y renuncia otro, ¡es muy simple!-dijo la voz mosqueada. - ¡Decidido! - gritó Fran alzando los brazos- ¡Elijo los tres! - ¡¿Cómo?! ¡No puedes hacer eso!- le gritó la voz sin esperarse la respuesta del chico- ¡Venga elije bien que no tenemos tiempo! ¡Ellos ya están allí! -¡Es mi sueño y hago lo que quiera! ¡Si no me lo das tú, los cogeré yo mismo!- le grita Fran cogiendo el escudo y colgándoselo en la espalda y agarrando la espada y el bastón con las dos manos. - ¡Esto es algo inusual! ¡Nunca había pasado antes! ¡Si se lo contara a mis compañeros, no se lo creería ninguno!- se sorprendió la voz de nuevo- bueno, supongo que por esta vez podemos hacer una excepción… ¿Es esta la forma que quieres elegir? - ¡POR SUPUESTO!- gritó Fran con cara de felicidad. - Pues bien, ahora has conseguido el poder de luchar- dijo la voz cuando las tres armas desaparecieron de la espalda y las manos de Fran- ahora necesito conocerte un poco mejor… ¿Qué es lo más importante para ti? -¡La amistad!-le dijo Fran decidido. -¿Tan importante es la amistad?... entonces, ¿Qué quieres en la vida?- le volvió a preguntar la voz. - ¡Saber cómo es el mundo!- le volvió a decir Fran. -¿Qué te asusta más?-preguntó la voz.

- ¡Perder a los que me importan!- respondió Fran tras pensárselo un rato. - Tu aventura empieza de noche. No será fácil, pero en algún momento brillará el sol- acabó la voz, cuando el suelo se volvió negro y empezó a absorber a Fran en un círculo de oscuridad. Fran se resistía pero la oscuridad era demasiado fuerte y se lo tragó entero- Pero no tengas miedo. Tienes el arma más poderosa de todas. Dio un sobresalto en la cama, abrió los ojos de forma exagerada e intentó comprobar que estaba despierto. Miró a su alrededor y observó que aún era de noche. -Qué sueño más raro… ¿Cuál es el arma más poderosa?- se preguntó Fran cogiendo el reloj- Las 14:00… que temprano es… ¡CÓMO QUE LAS 14 DE LA MAÑANA! - ¿Qué ocurre Francis?- preguntó una voz femenina tras la pared. - Mamá, ¿cómo que son las 14 de la tarde y aún es de noche?-le preguntó Fran a su madre. -¿Cómo que las 14?...-preguntó su madre y saliendo de su cuarto al piso de abajo. - Esto me da muy mala espina, el cielo nunca fue púrpura- dijo Fran vistiéndose con un pantalón vaquero, una camiseta roja y su sudadera roja con gorro. Bajó al piso inferior y asomó la cabeza por la ventana del salón. Las calles aún eran visibles, pero seguía pareciendo que era de noche. Abrió la puerta de la casa y salió al exterior. Por las paredes había pegadas unas especies de gelatinas púrpuras oscuras y una neblina dificultaba un poco la visión del alrededor. Miró por los dos lados de su calle hasta que escuchó un grito ensordecedor al final de la calle. -¡Es el Apocalipsis!- gritó una monja anciana escapando de una sombra que corría libremente por el suelo rodeando a la anciana y haciéndola caer al suelo- ¡Por favor Señor! ¡Líbranos de estas sombras que intentan acabar con nuestro mundo! -¡Mamá! ¡Quedaos en casa, no salgáis!- gritó Fran entrando en su casa. - ¡Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro! – gritaba la monja cuando la sombra se levantó del suelo, una figura de un niño pequeño totalmente negro, con pequeñas antenas, garras afiladas y dos ojos totalmente amarillos. La sombra emergida saltó sobre la pobre anciana. - ¡Fuera de aquí!- gritó Fran golpeando la sombra con un palo de escoba- ¿está usted bien vieja? - Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor está contigo, bendita tú eres…- siguió rezando la monja anciana. - Ésta mujer está un poco loca, ¿pero qué son estas cosas?- se preguntó Fran cuando vio que venían hacia ellos un ejércitos de las mismas sombras al fondo de la calle- ¡son demasiados! ¡Menos mal que cerré con llave mi casa! ¡Venga señora tenemos que irnos! - Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros...-rezaba la mujer sin parar. Los seres oscuros llegaron hasta ellos, emergieron del suelo y comenzaron a saltar sobre Fran y la monja- ¡Escapa tú hijo! ¡Dios está conmigo! - ¡Señora!- gritó Fran golpeando a otra de las sombras con el palo de escoba, partiéndose en dos esta vez. -¡Huye!- le gritó la señora siendo cubierta por todos las sombras. -¡Lo siento!- gritó Fran huyendo del lugar.

Los coches chocaban unos contra otros, las personas salían huían de aquellos seres oscuros, todo era una masacre. Fran buscó la forma de defender a la gente, con los dos restos de palos de escoba comenzaba a golpear a esos bichos oscuros, pero se sumergían de nuevo en el suelo y era casi imposible acertar. El cielo se partió en dos, las nubes púrpuras comenzaron a girar sobre sí mismas creando una especie de remolino en el cielo que empezaba a succionar todo lo que había bajo suya. Los coches, árboles, incluyo pequeñas casas y varias personas salían volando y siendo tragados por el remolino oscuro. Fran se alejó lo justo para no ser tragado por el agujero, pero los seres oscuros le rodearon completamente. -¡¿Qué queréis de mí?!-les gritó Fran muy enfadado- mierda, esto no puede estar pasando… de un día para otro el mundo se acaba… ¡esto es una pesadilla! - ¡Entonces despierta de una vez!- gritó una voz, desapareciendo en un instante algunos de las sombras que había alrededor. Espalda con espalda se situó Sebas blandiendo una katana en su mano derecha. -¿De dónde has sacado esa arma?- le preguntó Fran. - Fui al gimnasio que hay al lado de mi casa y lo robé… entre el caos de todo esto me he abierto paso hasta llegar aquí. - Pues yo me he bastado con un palo de escoba- dijo Fran orgulloso cuando las sombras aumentaron en número y comenzaron a juntarse en grupos, originando sombras mucho más grandes que antes. - Quédate detrás de mí…- le dijo Sebas atacando a las sombras grandes mientras que Fran se quedaba atrás. - No puedo… tengo que hacer algo- pensó Fran mirando a su alrededor. Cogió una rama de un árbol y comenzó a repartir junto a su amigo. - ¡Te he dicho que me dejes a mí estos bichos! -le grita Sebas, cuando los seres les obligaron a separarse- además… ¡Estás haciendo el ridículo con esa rama endeble! -¡Se me ha ocurrido otra idea!- dijo Fran tirando la rama y acercándose a una bolsa de plástico que había cerca suya- ¡Estrellas de Cajas de CD! De la bolsa sacó una veintena de cajitas de CD y empezó a lanzarlas a los bichos oscuros. Las cajas rebotaban en sus cuerpos sin hacerle ningún efecto. Gastó todas las cajas de CD que había en la bolsa, quedándose sólo una en la mano. -¡Pero qué haces! ¡Pelea en serio!- le grita Sebas distrayéndose de su lucha. - ¡No subestimes mi técnica mortal de las cajas de CD!- lanzó Fran su última caja, dando justamente en el ojo de uno de los seres oscuros. El bicho dio señales de dolor y molestia, pataleando enfadado mientras se acurrucaba en el suelo- ¡Lo siento! ¡No quería hacerte daño! - ¡No te apiades del enemigo!- le gritó Sebas cuando el ser oscuro herido ordenó con un gesto a sus compañeros atacar a Fran, que lo rodearon y lo cubrieron totalmente- ¡Dejadlo en paz! - ¡Fuera bichos!... ¡mierda!- gritó Fran cuando el suelo comenzó a introducirle en un cúmulo de oscuridad. Los bichos no le dejaban escapar, mientras que él estaba siendo succionado por la oscuridad. -“Recuerda… tú tienes el arma más poderosa de todas”- dijo una voz dentro de su cabeza.

Un destello de luz dispersó a todos los seres oscuros lanzándolos por los aires y desapareciendo en una nube oscura. El suelo volvió a la normalidad y la luz se fue apagando poco a poco hasta que apareció Fran en el centro del destello, blandiendo en su mano una espada con un llavero de plata que se extendía desde la empuñadura, con el símbolo de un rostro formado por tres círculos iguales que los salían en aquel sueño. La hoja y los dientes de la espada eran de plata, y la protección del mango de oro brillante. Los dientes de la espada son formados por el contorno de una corona.

- “La Llave Espada”- dijo de nuevo la voz en su cabeza. -¿Llave Espada?- se preguntó Fran observando el arma en su mano. -¿Qué es eso?- preguntó Sebas derrotando a los enemigos que tenía alrededor. -¿Éste es el arma más poderosa?...-pensó Fran, cuando uno de los seres oscuros se abalanzó sobre él, pero de un golpe con ese arma lo lanzó por los aires y desapareció en una nube oscura- ¡Sorprendente! -¡Están aumentando en número! ¡Tenemos que irnos!-le gritó Sebas cuando el suelo se volvió negro y aparecieron una cantidad enorme de seres oscuros. Los dos corrieron en dirección al agujero oscuro del cielo ya que no les quedaba ninguna otra salida. - Como sigamos por esta dirección… ¡Nos va a succionar ese enorme remolino en el cielo!- dijo Fran notando que su cuerpo empezaba a ser más ligero. -¡Socorro!- se escuchó un grito cerca de ellos. Los tres matones del día anterior estaban siendo atacados por una horda de bichos oscuros, el trío iba armado con ramas de árboles, pero no le hacían ningún rasguño, sólo hacerles enfadar. Los seres oscuros saltaron encima de los tres matones, gritando como niñas pequeñas. Las extrañas criaturas desaparecieron tras recibir una estocada de la llave espada de Fran, colocándose justo al lado de los matones que tanto daño le han hecho. - ¿Tú?... ¿Por qué?- le preguntó el matón morenito. - Supongo que ninguna vida debe ser desperdiciada… no pude contenerme… - dijo Fran tras ayudar a los matones. -¡Fran!- gritó Sebas agarrándose a un coche, intentando no ser succionado por el remolino oscuro del cielo- ¡vienen otra vez! -¿Es que no nos van a dejar en paz?- se preguntó Fran mientras golpeaba a las sombras que tenía alrededor, sin poder avanzar hacia su amigo- ¡Vosotros largaos de aquí! -¡S...sí! – gritaron los tres matones largándose del lugar. -¡Agárrate a algo!- le grita Sebas. El remolino empezó a succionar mucho más fuerte y a disminuir el tamaño. El coche en el que estaba agarrado se levantó del suelo dirigiéndose al remolino. Sebas, agarrándose al bordillo de la calle, intentó no ser succionado pero los dedos se le resbalaron y comenzó a flotar hacia el remolino.

-¡Te tengo!- gritó Fran agarrando a Sebas del brazo. Enganchó la llave espada en una farola y agarró a Sebas lo mejor que pudo. -¡Creo que no vamos a acabar muy bien!- le grita Sebas. - ¿Eso crees?- le preguntó Fran- a lo mejor puede ir a peor… estaría interesante… -¡No digas estupideces!- dijo Sebas viendo el suelo donde estaba incrustada la farola desprendiéndose poco a poco- ¡suéltame! -¡Nunca!- gritó Fran agarrándose firmemente a su llave espada. - ¡Si no lo haces los dos seremos succionados por el remolino! ¡Tienes que soltarme ahora mismo!- le gritó de nuevo Sebas. - ¡No! ¡No quiero perder al único amigo que tengo! ¡No dejaré que te vayas!- le grita Fran a todo pulmón. -¡Ése remolino debe llevar algún lado! ¡Sé que es una locura, pero puede que nos lleve a otro mundo! ¡Juro que volveré, nos volveremos a reencontrar! ¡Por favor, suéltame!-grita Sebas desesperado viendo cómo la farola está en las últimas de separarse del suelo. -¡Me da igual lo que digas! ¡NO TE VOY A SOLTAR!- gritó Fran, desprendiéndose la farola del suelo y elevándose ambos hacia el remolino oscuro. -Agárrate que vienen curvas…-dijo Sebas cuando estaban a punto de entrar en el remolino. El agujero los succionó cuando ya se había hecho mucho más pequeño, desapareciendo al rato en una explosión de humo negro que cubría todo el pueblo y se extendía por el resto del planeta. Todo se volvió oscuro, no se veía ver ni un ápice de luz, desapareció absolutamente solo. En un solo día, la oscuridad se había tragado todas las vidas del planeta, todo por culpa de aquellos seres oscuros con ojos amarillos. Todo aquello parecía un sueño, el mundo se acabó de un día para otro, una voz que le hablaba sobre un arma poderosa, unas criaturas no muy amigables atacando a cualquier ser vivo. Fran se sentía como si estuviera en un sueño del que creía que nunca podría despertar. Desde el espacio exterior, viajando junto a innumerables estrellas, una pequeña nave espacial roja con cabina de cristal se acercaba a un pequeño mundo con tonalidades de color marrón. Aterrizó en un descampado de hierbas oscuras cerca de una enorme puerta de madera. Sus tres ocupantes bajaron de la nave, se acercaron a la puerta y la abrieron con fuerza. Tras la puerta había un pueblo de casas de piedra marrón, cada casa tenían un techo cubierto de tejas rojas acabando en pico. Donde acabaron era un patio con dos farolas en medio, a la izquierda había un bar lleno de gente con caras algo preocupadas y a la izquierda otras casas y puertas que llevaban a otros lugares. En el fondo, unas escaleras con barandillas de acero subían a un piso superior de la ciudad. Los tres viajantes llegaron algo nostálgicos al lugar. - ¡Ciudad de Paso! ¡Ha pasado mucho tiempo!- gritó el chico entusiasmado. Era Sora, el que vivía en aquellas islas junto a sus dos amigos Riku y Kairi. Iba acompañado de un pato vestido de azul de cintura para arriba con una boina con cremallera igualmente azul. También le acompañaban un perro que andaba a dos patas, vestido con pantalones amarillos y muy anchos, con una camiseta verde con rallas, igualmente llevaba un sombrero amarillo bastante alto. - Aquí fue donde te encontramos, Sora- le dijo el pato parlanchín. - Yo también tengo algo de nostalgia, ¡ajiá!- dijo el perro también parlanchín.

-Donald, Goofy, vayamos a preguntar a los “Perdidos”- les indicó Sora a los dos animales parlanchines. El pato era el llamado Donald, y el perro se llamaba Goofy. - ¿Dónde podríamos buscar primero?- le preguntó Donald. - Yo cuando vine aquí por primera vez fue en una callejuela, ¡podríamos ir a la que hay entre el Distrito 2 y el Distrito 3! - ¡ajiá! ¡Buena idea!- dijo Goofy caminando junto a sus dos amigos a la puerta situada a la derecha.

En su cabeza sólo podía ver estrellitas volando, le dolía tanto que le costaba abrir los ojos. Parecía que había dormido un buen tiempo aunque creía que aún estaba en un sueño. Había soñado que el mundo se había acabado y le habían succionado a él y a su mejor amigo en un remolino oscuro en el cielo. Unos seres oscuros aparecieron y lo destruyeron todos y un arma misteriosa se materializó en su mano cuando más lo necesitaba. Una completa pesadilla. Intentó levantarse entre unas cajas de madera rotas, como si hubiera caído encima de ellas, tenía el culo dolorido y alguna astilla clavada. Miró a su alrededor, estaba en un callejón de una ciudad bastante antigua, como si hubiera retrocedido en el tiempo. - Esto también debe ser un sueño… aunque los sueños no duelen…-dijo dolorido Fran sacándose las astillas del culo- ¿Y si lo que dijo Sebas era verdad?, ¿El remolino nos ha llevado a otro mundo? Cuando salió del callejón observó una plaza tras unas escaleras que bajaban, en el centro dos farolas encendidas de color amarillo y al fondo una enorme puerta de madera. Todo estaba rodeado de casas de piedra con tejas rojas. Fran se pellizcó varias veces para comprobar que aquello no era un sueño, subió al bordillo para contemplar mejor aquel mundo diferente. -¡Sebas!- gritó Fran sin recibir más respuesta que las miradas de los ciudadanos un poco extrañados- si yo he llegado a éste mundo, Sebas debería también estar aquí… -Oye chico…-le dijo una voz desde la plaza, bajo el muro y cerca de la escalera que llevaba al piso de la ciudad donde estaba él. Era un señor viejo con muchas canas y bastante encorvado, llevaba unas enormes gafas redondas- si buscas a alguien deberías preguntar en la “Hostal de Cid”, allí se acogen a todos los “Perdidos”. -Gracias, ¿dónde está esa tienda?-le pregunta Fran. - Justo detrás de ti…-le dijo el anciano señalándole una puerta justo al lado suya. - ¡Muchas gracias abuelo!- le dijo Fran entrando en la tienda. Abrió las dos puertas de madera y dentro de la tienda había un mostrador al fondo, unas sillas y mesas al lado y una chimenea sin encender montada con los ladrillos clásicos rojo. En el mostrador estaba el dependiente, un hombre calvo y con gafas y aspecto de viejo, estaba discutiendo con una chavala que estaba de espaldas. - ¡90%! ¿Lo tomas o lo dejas?- le gritó la chavala.

- Ya se lo he dicho señorita, no es posible que le haga descuentos en los productos porque están todos al mínimo para que los nuevos visitantes puedan comprar- dijo el dependiente. - ¡Entonces quiero que me dé todo lo que tenga en la caja y así podré comprarte algo!-le gritó de nuevo la chica, sacando de su bolsillo una varita de madera. -Tranquila señorita, no debe usar la violencia aquí- le pidió el dependiente. - ¡Ya me puedes estar dando todo lo que tengas en la caja!- gritó de nuevo la chica con un tono algo desesperada. El dependiente vació la caja y se lo dio en una bolsa- ¿Pero qué monedas son estas?, ¿No son ni Galeones de Oro, ni Sickles de Plata, ni siquiera Knuts de Bronce? - Son Derhimes, las monedas que se usan en todo el universo conocido. Si no conoces este tipo de monedas significa que a tu planeta aún no ha sido visitado por la Guardia Galáctica- informó el dependiente. -Si con esto puedo comprar me vale… dame todos los suministros de comida que quepan en esta bolsa- le ordena la chavala dándole una bolsa con cuerda que se atan a la espalda. - Señorita no debe hacer estas cosas, no conseguirá volver a su mundo así-le dijo el dependiente entregándole la bolsa con los suministros- aquí tienes suministros para tres días… - Un gusto hacer negocios con usted- acabó diciendo la chavala dándose la vuelta y viendo a Fran en la puerta. Era una mujer de piel pálida, con ojos marrones aunque el izquierdo lo tenía tapado con un rizo. Tenía el pelo totalmente rizado y largo. Iba vestida con una camisa sin mangas con el dibujo de un tiburón y unos pantalones vaqueros ajustados. Era una mujer muy delgada. Cuando vio a Fran, le apuntó con la varita mientras caminaba por la tienda hacia la puerta. -¡Espera!- le gritó Fran cuando le apuntó con la varita. La llave espada se materializó en su mano, intentando protegerse del supuesto ataque. -¡Expelliarmus! – gritó la chavala lanzando de la varita un chorro humeante rojo empujando a Fran contra la puerta y lanzándolo fuera de la tienda. -¡¿Pero qué ha sido eso?!- dijo Fran dolorido chocando su cabeza con una bota. Miró hacia arriba y vio a una persona con prendas blancas. Tenía una gabardina blanca con capucha que incluía cordeles metálicos junto a botas y guantes. Tenía la capucha puesta, por lo que no se le podía ver el rostro- ¿Quién eres tú? -¿Eres tú un nuevo elegido de la llave espada?- le preguntó una voz masculina tras la capucha. Fran seguía tumbado en el suelo boca arriba, mientras la chavala se quedó atrás suya con signos de miedo. -¿Elegido?, no sé a qué te refieres- dijo Fran con la llave espada aún en la mano- ésta arma se materializó ayer cuando las sombras me atacaron… no sé ni cómo hacer que aparezca a voluntad… oye, ¿sabes dónde estoy? - ¿Cómo puedes coger confianza a un desconocido que ni te muestra su rostro?-le dijo la chica algo extrañada. - ¿Por qué no?- le preguntó Fran mirando a la chavala. - Esto es Ciudad de Paso, el mundo donde todos aquellos que han perdido sus hogares vienen… los que han sobrevivido al desastre causado por los “Sincorazones” en sus mundos son traídos aquí… si este mundo fuera destruido, los supervivientes serían 0…- dijo el encapuchado con voz misteriosa. - No entiendo nada de lo que estás diciendo…-le dijo Fran extrañado.

- Sólo eres un niñato inmaduro sin ningún tipo de fuerza… no sabes nada, no entiendes nada y aunque te dejara con vida dudo mucho que seas una amenaza… -dijo el encapuchado haciendo un giro de muñeca, empezando a aparecer un agujero oscuro en mitad de la plaza- vaya crío inútil ha elegido tu mundo para salvarlos… -Oye, oye, ¡¿qué motivos hay para matarlo?!- le gritó la chavala al encapuchado-¡Ya te lo dije! ¡No se puede confiar en alguien que ni siquiera te muestra el rostro! -Tu nombre chico…- le preguntó el encapuchado. -¡Soy Fran!- dijo Fran su nombre bien alto. - Estate tranquilo… Bégimo se encargará de ti en un momento… no vas a tener que calentarte la cabeza en entender en lo que te has convertido… - acabó diciendo el encapuchado haciendo aparecer un portal de oscuridad. - ¿Quién eres?- le preguntó Fran serio. - Soy el Buscador de la Oscuridad… el Dios que lo gobernará todo…- se despidió el encapuchado desapareciendo tras atravesar el portal de oscuridad. - Se fue…- dijo la chavala dejando tirar la bolsa al suelo. Fran se dio cuenta del cambio de cara de la chica, algo en la plaza había aparecido que le daba extremo terror- Creo que deberías levantarte ya… - ¿Qué ocurre?.... o mejor dicho… ¡¿Qué es eso?!- gritó Fran observando un enorme búfalo de color morado, con grandes pezuñas y un descomunal tamaño. Sus ojos eran amarillos y en la cara poseía dos enormes colmillos que se doblaban al finalizar formando la silueta de un corazón. Su cara parecida a un casco de armadura. Lo más notorio era su enorme cuerno sobresaliente de su cabeza. -¡Tenemos que huir!- gritó la chavala empezando a correr pero Fran le agarró del brazo para que no se fuera. - No hay donde huir… como esa bestia embista, la ciudad quedará reducida a escombros…. no hay lugar donde huir- le informó Fran. -¿Entonces qué tienes pensado hacer?- le preguntó la chica. -¡Luchar! Si esa bestia es una versión gigantesca de esas criaturas que atacaron mi mundo, con mi llave espada lo podré derrotar y hacer que desaparezca… ¿podrías repetir lo que hiciste con esa varita?- le pregunta Fran observando al enorme búfalo. Las personas de la plaza huyeron sin remedio de la bestia, alejándose lo mayor posible del lugar. - ¡Es magia! ¡Y aún soy una novata! ¡Sólo puedo hacer una media de tres hechizos seguidos cada cierto tiempo, me agoto en seguida! ¡Ya he usado uno y no tengo ningún hechizo destructivo!- le gritó la chica muy asustada. - E-Espera… ¡MAGIA!- gritó Fran sorprendido con los ojos ensartados- ¡¿SABES USAR MAGIA?! - S-Sí… pero de eso no es lo que tienes que pensar ahora, después hablamos… ¡así que piensa inmediatamente un plan para derrotar a esa bestia!- le gritó la chica. - Es demasiado grande… si pudiera llegar hasta su cabeza podría golpearle… pero tampoco sé si podré asestárselo tan fuerte, podría comerme de un bocado…-dijo Fran en voz baja. El búfalo no paraba de dar pisotones en el suelo, creando leves terremotos, quebrando el suelo y destruyendo partes de las casas. Fijó la mirada sobre Fran y la chica, que estaban en lo más alto de las escaleras de la plaza.

-¿Sólo te hace falta ascender y golpear fuerte con esa arma?-le preguntó la chica soltando la bolsa- te puedo ayudar en eso, pero sólo tendremos un intento… - ¿Qué tengo que hacer?-le pregunta Fran. -¡¿Eres tonto?! ¡Saltar! ¡Arcanus Feather!- gritó la chavala tocándolo con la varita. -Mi cuerpo… ¡es mucho más ligero!-dijo Fran moviendo los brazos con muchísima rapidez. -¡Date prisa! ¡Salta!- le gritó de nuevo la chiquilla muy enfadada. Fran flexionó las piernas y dio un salto que sobrepasó al Bégimo- sólo me queda un hechizo… espero que lo consiga… si nos mata el bicharraco ese lo mato… ¡Arcanus Metal! Desde las nubes oscuras, en lo más alto del cielo, estaba Fran muy entusiasmado y a la vez asustado por la altura. Cuando superó el límite de las nubes, su cuerpo se sintió mucho más pesado, como si llevara consigo una tonelada. Descendió como un meteorito, partió las nubes en dos y llegó al mismo lugar de Ciudad de Paso. -¡Cuidado ahí abajo! ¡Mazazo Aéreo!- con un peso de una tonelada, asestó un golpe en la espalda del búfalo gigante que lo hizo caer contra el suelo. Los supuestos huesos del animal sonaron romperse en su espalda. Fran seguía en su espalda, algo dolorido por la caída aunque la había aguantado bastante bien. -¡Lo consiguió!- se sorprendió la chica cayendo de rodillas al suelo con signos de cansancio- tres hechizos seguidos… estoy algo agotada… -¡Ha molado un montón! ¡Hacemos un buen equipo!- le gritó Fran entusiasmado con las rodillas sangrando y temblando. -Todo lo que tú digas…-le dijo la chavala en el suelo. El enorme búfalo púrpura comenzó a levantarse muy enfadado. Fran cayó botando hasta el suelo desquebrajado mientras el Bégimo soltaba un grito ensordecedor. -¡Estamos perdidos!- gritó la chica llorando de pánico. Bégimo comenzó a pegar pisotones poderosos en el suelo, lanzando a Fran de un lado a otro pero sin pisarle. Precipitó sus enormes cuernos hacia las casas, dejándolas sólo en escombros- ¡CUIDADO! -¡Mierda!-gritó Fran cuando vio la enorme pezuña de Bégimo intentando pisarle. Cerró los ojos fuertemente, esperando que acabara toda aquella pesadilla. Únicamente notó su propia respiración, no escuchaba ningún movimiento alrededor, por un momento creyó que estaba muerto. Abrió los ojos y observó la enorme pezuña de Bégimo a escasos centímetros de su cabeza. Echó la mirada atrás y vio a un hombre con una espada parecida a la suya. Al suelo cayó un cono oscuro, era un trozo del cuerno del Bégimo, el cual estaba empezando a desaparecer en una nube oscura. - ¿Estás bien, chaval?- le preguntó el hombre. Era una persona vestida con ropajes negros y amarillos, unas hombreras metálicas y unos pantalones que le llegaban hasta los tobillos. Tenía el pelo largo, muy puntiagudo y castaño. - ¿Quién… eres?- preguntó Fran cayendo al suelo inconsciente. - Es fatiga… el cambio de peso, la caída y la pérdida de sangre le ha mareado- explicó el pato andante. - ¡Ajiá!, ¿estará bien?- preguntó el perro parlante. - Llevémoslo al “Hostal de Cid”- dijo el hombre recogiendo a Fran.

Subieron al chico inconsciente a una de las habitaciones del hostal y lo tumbaron en la cama. Allí estaba el hombre que le rescató, el pato y el perro parlantes y la chica que le ayudó a luchar contra el Bégimo. Le pusieron una toalla húmeda sobre la frente y unas pocas vendas en las piernas ya que tenía roturas internas. La llave espada, aún sin desaparecer, reposaba sobre la cabecera de la cama. La habitación era casi toda verde, hecha únicamente de madera. Había tres sillas, una mesa en medio y dos puertas. -¿Cómo lo ves?- le preguntó la chica al pato, después de extrañarse sobremanera de su aspecto. -Se recuperará…-le dijo el pato. - ¿Quién trajo a ese Sincorazón?- preguntó el hombre a la chica. - Vino un encapuchado… dijo que lo mataría por ser un elegido de la llave espada… no tengo ni idea de qué es eso…-le explicó la chica pensativa- no nos dijo su nombre… ¿Qué es un sincorazón? - ¿He estado soñando?- dijo Fran despertándose y reincorporándose en la cama- ¿Qué ha pasado? - Te mareaste… no fue buena idea el cambio de presión y peso con esos dos hechizos seguidos… todo ha sido culpa mía…- se disculpó la chica algo entristecida acercándose a la cama. - Me dolió mucho las rodillas… ¡un perro a dos patas!- gritó Fran asombrado de ver al perro. - No nos hemos presentado, ¡ajiá! , mi nombre es Goofy y soy el Líder de la Guardia Real del Reino Disney- se presentó el perro parlante. -¡Y habla!- gritó de nuevo Fran asombradísimo. - ¡No grites o vendrán a por nosotros los Sincorazones!-le gritó el pato. -¡Y ahora un pato!- se sorprendió Fran de nuevo. -¡No soy un pato cualquiera! ¡Soy Donald, el Mago de la Corte del Reino Disney!-se presentó a gritos el pato parlanchín.

- ¿Cómo te llamas chico?- le preguntó el hombre. - ¡Mi nombre es Fran!- dijo Fran con orgullo. - El mío es Sora y soy al igual que tú, un portador de la llave espada- le explicó Sora. - ¿Ése arma que apareció en mis manos?- preguntó Fran.

- Sí… a lo mejor si te lo explico todo de golpe no podrás asimilarlo del tirón, así que he pensado en enseñarte lo básico ahora y poco a poco te iremos explicando más cosas para que lo vayas pillando –le avisó Sora. - Primero de todo, ¿de qué planeta vienes?- le preguntó Donald. - Mi mundo se llama “La Tierra”-contestó Fran. - Tras ver Ciudad de Paso te habrás dado cuenta de que existen otros mundos a parte del tuyo, pues bien, a parte de este hay casi tantos mundos como estrellas en la noche- explicó Sora. - Vinieron aquellas criaturas oscuras y fui tragado por un remolino oscuro en el cielo- comentó Fran.

-¡Lo mismo que me pasó a mí!- dijo la chica sorprendida- ¡Dinos ya qué son esas cosas! - Son “Sincorazones”, son unas criaturas que nacen de lo más profundo del corazón de la gente cuando sucumben a la oscuridad… detectan los corazones y se los arrebatan a sus dueños para multiplicarse… su aspecto y formas varían según el mundo y según el tipo de personas que fueron… - explicó Sora mientras se sentaba en una silla- seguramente los que vistes en tu mundo son “Sombras”, son pequeños sincorazones, son del rango más bajo, los más débiles… pero siempre van en gran número y eso es lo que los hace peligrosos. - ¿Para qué han estado atacando nuestros mundos?- preguntó la chica algo inquieta. - Los sincorazones no tienen mente, por lo que no pueden pensar, ni manipular, sólo se mueven por intuición- le explicó Donald- eso sí, siempre se alían con el más fuerte. - ¿Qué quieres decir?- preguntó Fran. - Alguien los controla… como ha dicho Donald, los sincorazones siguen siempre al más fuerte… y ese alguien los está utilizando para algún fin en concreto… por eso hemos salido y llegado hasta aquí- les contó Sora- para averiguar quién es esa persona y desbaratar sus planes. - Los mundos de esta parte de la galaxia están siendo engullidos por la oscuridad, ¡ajiá! –comentó Goofy.

- Es decir, mis padres y amigos están… -dijo la chica por lo bajo. - No te preocupes, aquellos que han sobrevivido a la catástrofe son enviados a lugares como éste- le dijo Donald para tranquilizarla. - Ese remolino… ¿es algún tipo de portal entre mundos?- preguntó Fran. - Algo parecido- contestó Sora. - ¡Entonces Sebas también debe de estar por aquí! ¡Caímos juntos al portal! ¡Pero me desperté en un callejón sin él!- dijo Fran dándose cuenta de que faltaba alguien. - Nosotros hemos estado por los demás Distritos y no hemos encontrado a nadie más de tu edad… son todos adultos o niños pequeños…- le dijo Sora- lo siento mucho… a mí me pasó lo mismo cuando tenía tu edad… - ¿Entonces dónde puede estar?- preguntó Fran. - En otro mundo…-dijo Sora pero le interrumpieron. - ¡Ajiá! ¡Nosotros tenemos una nave gumi! ¡Puedes venirte con nosotros en nuestro viaje para encontrar a tu amigo! ¡Cuando Sora se convirtió en Portador de la Llave Espada vino con nosotros y los pudimos encontrar!-le animó Goofy. -¿Portador de la Llave Espada?, ésa arma que se me apareció en mi mundo cuando luchaba contra los Sincorazones… -se preguntó Fran mientras miraba el arma colocada al lado de su cama, desapareciendo y apareciendo en su mano- ¿Qué es exactamente la Llave Espada?, y ¿por qué la tengo yo y no otro? - La Llave Espada es un arma única y poderosa que elige a su portador por su corazón excepcionalmente fuerte... cuando un mundo está en peligro, suele otorgar éste poder a alguien para que pueda salvarlo de las tinieblas- explicó Sora. -¿Entonces la llave espada es el arma más poderosa de todas?- preguntó Fran con inocencia. - Has estado en el “Descenso al Corazón”, ¿no?- dijo Sora- Antes de que alguien se convierta en portador de la llave espada, se desciende en un sueño hasta su propio corazón para probar su propia valía… y eso del arma más poderosa… no es la llave espada… -¿Entonces qué es?- le preguntó Fran. - Eso es algo que tienes que averiguar tú mismo-le dijo Sora dándole un toque en el pecho. - ¡Quiero ir con vosotros a buscar a Sebas!-gritó Fran. - ¡Eh, eh!- gritó Donald- ¡La nave gumi únicamente funciona con caras alegres! ¡Así que debes entrar con una sonrisa! -¿Así?- le preguntó Fran sacando todos los colmillos y sonriendo. Todos se echaron a reir, incluso la chica. - ¡Entonces partiremos ya mismo!- gritó Sora alzando el brazo derecho siguiéndoles los demás. - ¿Puedo ir con vosotros?- les preguntó la chica. - No sé si habrá sitio para un quinto tripulante en la nave, está pensada para tres y ya nos excedemos…-le dijo Donald.

-¡No digas tonterías! ¡Vente con nosotros!- le gritó Fran con entusiasmo- por cierto, ¿Cómo te llamas? - ¡Mi nombre es Xamo! ¡Y soy una maga!- dijo la chica presentándose al fin. En lo más recóndito de Ciudad de Paso, donde la luz de las farolas no llegaba, se escuchaban unos pasos bajando unas escaleras de piedra. Aquella persona tropezó y calló rodando por las escaleras hasta llegar bajo una farola. La luz no llegaba tan lejos pero podía observar el suelo con tonos marrones y la luz de la farola amarillenta. Más allá de la luz de la farola, pudo divisar una fila llena de ellas y caminando entre ellas, un hombre con gabardina blanca y con la cabeza tapada con capucha. El encapuchado llegó donde estaba él, se agachó y recogió del suelo una katana enfundada. -¿Quién eres?- le preguntó el chico. - Es una katana preciosa… -dijo el encapuchado con la katana en la mano, emanando de ella un aura oscura- Mi nombre es Vixen, el Dios de la Oscuridad… -¿Dónde estoy?... caí en un remolino junto a un amigo… -se preguntó el chico. - Esto es Ciudad de Paso… un lugar especial al que van algunos que han perdido sus mundos… el tuyo ha sido engullido por la oscuridad… -le explicó el encapuchado- Es de mala educación que uno se presente y no reciba el mismo trato… - Sebas es mi nombre y tengo que buscar a Fran enseguida…- dijo Sebas pidiendo con la mano su katana. - Conozco a ese chico… es un nuevo elegido de la llave espada. Pero por desgracia no está en éste mundo- dijo el encapuchado. -¿Cómo lo sabes?, ¿Lo conoces acaso?- preguntó Sebas recogiendo su katana. - Lo he visto en otro mundo… soy capaz de viajar entre ellos usando el poder de la oscuridad… puedes venirte conmigo… - le propuso el encapuchado. - ¿Y qué querrás a cambio?- le preguntó Sebas con desconfianza. - Nada del presente… - le dijo el encapuchado soltando una risotada, abriendo un portal oscuro con su mano- si me acompañas, te ayudaré a reencontrarte con tu amigo… -¡Acepto!- dijo Sebas decidido introduciéndose en el portal. Tras la enorme puerta de madera del Distrito 1 de Ciudad de Paso, estaba la nave de Sora y sus dos amigos. Era una nave roja con cabina esférica de cristal, alas finas de color claro y unos propulsores en la parte trasera. Subieron todos tras levantarse la cabina, encendieron motores y despegó hacia las nubes rumbo al espacio. Aquella sensación que experimentó Fran fue la mejor que le había pasado, estaba viajando en una nave espacial, un sueño hecho realidad. Gracias a la cabina de cristal pudo ver la inmensidad del espacio, cada una de las estrellas que le rodeaban parpadeaba con hermosura y podía divisar pequeños planetas cerca de ellos. Los ojos de Fran se tornaron de estrellas, flipando en colores en aquel viaje. -¡El espacio! ¡Esto es increíble!- gritó Fran muy contento en la cabina. Dentro de la cúpula sólo había tres asientos donde estaban Sora, Donald y Goofy. Atrás estaban Fran y Xamo, en un pequeño hueco donde estaban algo justos. - ¿Te gusta?, ¡Entonces vas a fascinar cuando visitemos mundos!- le anima Sora. - Todo esto es genial, nunca había salido al espacio… - dijo Xamo igual de sorprendida, pegando la cara al cristal.

- ¿Cuánto tiempo tardaremos en llegar a un mundo?- preguntó Fran muy entusiasmado. - En casi tres horas de viaje llegaremos al siguiente mundo- le informa Donald. - Quiero comprobar si le van bien las cosas a unos amigos… con todo el revuelto que hay con ese hombre encapuchado blanco, me preocupa qué podría estar pasando allí…- le contestó Sora levantándose del asiento izquierdo- Xamo puedes sentarte en mi sitio, quiero trabajar una cosa con Fran. - ¿El qué?- le preguntó Fran dudoso cuando Sora se sentó a su lado. - Te acabas de convertir en portador de la llave espada y no tienes ninguna práctica de lucha… como no tenemos espacio para luchar, he pensado que lo hagamos en el “Descenso al Corazón” – explicó Sora. - Recuerdo que me dijiste algo de ese sitio… - dijo Fran pensativo. - Ese sitio está en tu corazón al igual que yo tengo el mismo propio en el mío. Yo soy capaz de viajar a ese lugar a voluntad. Sólo cierra los ojos…- le pidió Sora mientras Fran cerró los ojos. Cuando Sora posó su mano derecha sobre la cabeza de Fran, comenzó a notar que estaba soñando. Comprobó su cuerpo caer lentamente sobre una vidriera circular. En la vidriera azul estaba dibujado Sora mucho más joven, aproximadamente cuando tenía la edad de Fran, con su llave espada original. Alrededor de él había círculos con los dibujos de sus amigos Donald, Goofy y otros más desconocidos. - ¡Es muy parecido a aquel sueño que tuve!- se sorprendió Fran observando la vidriera bajo sus pies. - Es el lugar de partida de todo portador de la llave espada… el “Descenso al Corazón”, aquí te podré enseñar manejar la llave espada mientras viajamos hacia el siguiente mundo… el tiempo aquí pasa mucho más lento, así que tendremos de sobra para entrenar- le informa Sora llegando al igual que él. - ¿Yo también puedo llegar a mi “Descenso al Corazón” cuando quiera?- le preguntó Fran. - Me temo que aún no… no soy un elegido como tú… yo soy un “Maestro de la Llave Espada”, algo que va mucho más allá de lo que eres tú…-comentó Sora- no es por ofenderte… - ¡Anda ya! ¡Al contrario! ¡Quiero que me enseñes ya mismo para volverme mucho más fuerte!- grita Fran con entusiasmo. - Como lo suponía, ¡comencemos el entrenamiento! – gritó Sora haciendo aparecer también su llave espada. Fuera del subconsciente de Fran y Sora, la chica estaba sentada en el asiento de Sora observando por la ventanilla la inmensidad de la galaxia con cara de tristeza. Bajo su ojo izquierdo se derramó una lágrima de tristeza, apoyó la frente en la ventanilla y se mordió el labio inferior para no romper a llorar. Sus intentos de esconder su tristeza fueron inútiles, los dos animales parlanchines se percataron de las lágrimas de la chica. - ¡Oye! ¡Dijimos que nada de caras tristes!- dijo Donald con un tono bastante alto. - Donald, será mejor que la dejes en paz… - le calló Goofy sin soltar el volante. - ¿Qué te ocurre Xamo?- preguntó Donald con una voz más baja. - Mi mundo… mi familia… mis amigos… todos se han ido… estoy contenta de estar viajando por el espacio… es un sueño hecho realidad… ¡Pero el precio que se ha pagado es demasiado alto! –rompió a llorar Xamo. - No tienes porque preocuparte tanto… - intentó tranquilizar Donald.

-¡Ajiá! ¡Esto me recuerda cuando conocimos a Sora!- dijo Goofy. - ¿Estás seguro de contarle eso?- le preguntó Donald. - ¿Qué es eso que dices?- preguntó Xamo secándose las lágrimas. - Hace mucho tiempo el mundo de Sora fue engullido por la oscuridad. Nosotros teníamos la misión de encontrarle y junto a él derrotamos al responsable de aquellos desastres. Tras la victoria, la mayoría de los mundos que fueron engullidos volvieron a la normalidad junto a todos sus habitantes- explicó Goofy detalladamente. - ¿Podré volver a mi mundo si derrotamos a ese tipo encapuchado?- preguntó Xamo con algo de esperanza. - Es una posibilidad que vuelva a su estado normal pero también está el riesgo de que se convierta en un mundo dormido- acabó de explicar Donald. - ¿Qué es eso de un mundo dormido?- les preguntó Xamo empezando a decaerse. - Son mundos que no han conseguido volver al Reino de la Luz… están en un lugar intermedio entre los dos reinos, un reino de sueños del que jamás podría despertar… por eso te digo que no te ilusiones demasiado… - explicó Donald observando la cara de Xamo secándose las lágrimas que le quedaban. - ¿Sólo tengo que confiar en estos dos para que salven mi mundo?- se preguntó Xamo a sí misma- no lo tengo muy claro… El tiempo del viaje en aquella pequeña cabina se hizo eterno. Si miraban por la ventanilla sólo veían estrellas y oscuridad, ningún planeta a la vista. Goofy daba grandes bostezos, a los que le seguía Donald y luego Xamo. La chica comenzó a sacar de su bolsa algunos de los suministros que le dieron en la tienda de Ciudad de Paso y a regañadientes invitó a Donald y a Goofy a un trago. Dentro de la bolsa de Xamo había un viejo libro con portada de cuero. Cuando los dos animales parlantes se percataron de lo que tenía en la bolsa, Xamo la cerró inmediatamente y comenzó a mirar hacia otro lado disimulando. En cierto mundo cercano a la nave gumi, donde el agua era lo que más prevalecía en el planeta, había un grupo de islas tropicales habitadas por humanos. Estas personas vivían plácidamente y en paz en el mundo, sin ningún incidente que les preocupara o les llamara la atención. Era todo un paraíso para vivir, playas de arena finas y aguas cristalinas, simpáticos animales saludaban a los surfistas y las tranquilas palmeras ondeaban suavemente con el viento del sur. En cierta casa alejada del pueblo de la isla más grande, una casa hecha de madera subida a una pequeña meseta de tierra a la cuál se podía llegar subiendo unas escaleras de maderas con barandillas blancas. La gran casa tenía como característica una torre que sobresalía del tejado formando en cúpula al final. Dentro de esta cúpula había un dormitorio con dos camas litera. En la litera de abajo dormía una especie de extraterrestre azul peludo con orejas enormes y nariz de perro. Tenía unas garras afiladas y dientes redondos. El bicho tenía la misma estatura que la de un pequeño perro y aunque parecía peligroso por el simple hecho de ser extraterrestre, dormía con un pijama con gorro puntiagudo que acababa en bolita de pelusa blanca. El extraterrestre parecía incómodo en la almohada, como si estuviera teniendo una pesadilla, dando gritos y revolviéndose en la cama. De la litera de arriba bajó una pequeña niña morena de pelo negro largo vestida con un pijama verde. - Despierta Stitch, despierta…- le dijo la niña intentando despertar al extraterrestre. El animal dio un sobresalto y se pegó con las patas al techo que correspondía a la litera de arriba. La niña con tranquilidad lo agarró entre sus brazos y lo bajó con suavidad- Tranquilo no te asustes, estabas teniendo otra pesadilla… Stitch agarró un pequeño peluche de la cama y se arrinconó entre la almohada y las mantas temblando de miedo.

- Y parecía horrible… ¿Sabes qué hay que hacer ahora, no?- le preguntó la niña, a lo que Stitch asintió. Los dos se colocaron en un sillón colocándolo como si estuvieran en el psicólogo. La niña se colocó unas gafas enormes y redondas y comenzó a pedirle explicaciones de la pesadilla que tuvo al extraterrestre Stitch. El animal comenzó a hacer gestos y gesticular algunas palabras en el idioma humano, explicando a la niña toda su pesadilla. - Ya veo… así que has soñado que te volvías malo otra vez… bueno no te preocupes demasiado. Desde que te convertiste en bueno no has causado ningún problema de forma intencionada así que no hay de qué preocuparse- le animó la niña con unos ojos tan negros como el azabache, cogiendo un papel y dibujando al extraterrestre pintado totalmente de azul y entregándoselo a Sticht - Mi diagnóstico es que tu nivel de bondad es altísimo. - ¡Lilo, Stitch! ¡Vais a llegar tarde a clase de Hula! – gritó una voz femenina y joven. - ¡Ya voy!- gritó la niña saliendo corriendo por una plataforma que la descendió hasta la casa. Stitch se dispuso a salir también pero notó algo raro en su cuerpo. Comenzó a temblar y dar saltos involuntarios, encendiéndosele los ojos de verde y revolviéndose en el suelo. - ¡Vamos daos prisa!- gritó una joven guapa mucho mayor que la niña. Las dos eran iguales, con el pelo largo y morena. Estaba en la cocina recogiendo los platos junto a dos extraterrestres más. Uno de ellos era lo más parecido a un fideo verde, con una gran cabeza con un solo ojo y dos lenguas. Tenía una antena verde en la cabeza, tres piernas y unos brazos flácidos con únicamente tres dedos, tenía un pijama verde al igual que el otro extraterrestre. Era un grandullón con cuatro ojos y piel suave de color púrpura y marrón, bastante gordo y con solo tres pelos en la cabeza- ¿Podéis echarme una mano chicos?, hoy hay reunión familiar y quiero que la casa reluzca. - Yo no poder, tener un importante proyecto en el que trabajar- le dijo el extraterrestre grandullón zampándose todo el cuenco de cereales y entregándoselo a la joven cargada de tiestos de cocina. Se levantó de la silla y se dirigía fuera de la cocina. - ¡Nada de abducciones!- le gritó la joven cabreada. - ¿Eh?, ¡Jó! ¡Si los demás extraterrestres las hacen!- dijo el grandullón largándose algo mosqueado y refunfuñando como si de un niño chico se tratase. - ¿Y tú?- le preguntó la joven al otro extraterrestre, el cuál sostenía un periódico y un enorme tazón de café. - No puedo Nani, estoy muy ocupado investigando sobre La Tierra… - le dijo el extraterrestre flácido. - ¿Viendo la tele y viendo revistas de cotilleos?- le preguntó Nani, la joven. - Sí y es agotador- dijo el extraterrestre dando un sorbo al café. - ¿Podemos llevarnos la aeronave, por favor?- preguntó Lilo, la niña pequeña junto a su amigo Stitch. - Sabéis que es demasiado peligroso, además alguien podría veros- le dijo la joven acariciando a la niña. - Por favor…- suplicaron los dos con las manos juntas. - Muy bien, podéis llevárosla si sois capaces de encontrarla- les dijo Nani con confianza. - ¡Sí!- gritó Lilo, la niña pequeña saliendo corriendo junto a Stitch fuera de la casa. - ¡Esta vez la he escondido tan bien que no podrán…!- dijo Nani cuando vio a Lilo y Stitch en una pequeña nave roja parecida a un deportivo sin capó.

- ¡Gracias Nani!- gritaron Lilo y Stitch largándose en la pequeña nave sobrevolando las palmeras. - Huy… tengo que encontrar un lugar mejor para esconder ese cacharro…- dijo Nani colocando la mano sobre su frente. Pasaron las horas y el grito de Goofy hizo despertar a la chica en un intento de dormir. Observaron los tres al horizonte donde se veía un pequeño mundo azul, aparentemente sin ninguna pista de tierra. - ¡Sólo hay agua!- gritó Xamo algo decepcionada pero a la vez impresionada por el mundo. - Goofy déjame ver en qué coordenadas estamos…- le dijo Donald acercándose al monitor que había encima del volante- ¡En efecto! ¡Estamos en las Islas Hawaianas! -¡Sora se pondrá muy contento cuando se entere! ¡ajiá!- dijo Goofy mientras que la nave comenzó a entrar en la atmósfera del planeta. La nave comenzó a temblar y empezó a notarse la velocidad en la caída. Tras traspasar la atmósfera, Sora y Fran se despertaron con un sobresalto. - ¡¿Ya hemos llegado?!- gritó Fran levantándose del suelo y chocándose con el techo. - ¿Qué habéis estado haciendo tanto tiempo?- preguntó Xamo confusa. - Quería entrenarle en el manejo de la llave espada antes de llegar a nuestro destino… ¿Qué mundo es?- preguntó Sora ocupando el asiento donde estaba Xamo. - ¡Las Islas Hawaianas!- gritó Donald. - ¡Wow! ¡Es genial chicos!- gritó Sora entusiasmado. - ¡Por fin un nuevo mundo! ¡Allá voy!- gritó Fran alzando el brazo hacia arriba, pegándose los nudillos con el techo, soltando un sonido ensordecedor de dolor- ¡Gyaaa! Bajo las nubes se pudo divisar un conjunto de islas, unas más grandes que otras y con un aspecto de clima tropical. Había un total de diecinueve islas y la más grande de ellas tenía una montaña que acababa en volcán. La nave descendió hasta el mar y navegó a raso del agua hasta llegar a la isla más grande. Se introdujo en el bosque lleno de vegetación típica de islas tropicales, llenas de palmeras y hojas gigantes con todos los tonos de verde. Aquello era un verdadero paraíso. Nada más subir la cúpula de cristal, salió Fran dando un enorme salto y aterrizando en el suelo blando de la isla, aquello no era ni arena ni tierra dura. - ¡Voy a explorar la isla entera!- gritó Fran muy entusiasmado. - Esto no es ninguna excursión zopenco, venimos a… ¿A qué venimos?- preguntó Xamo extrañada. - A buscar información sobre el encapuchado y a los sincorazones- contestó Sora. - ¡Si seguimos el rastro de los sincorazones podremos hallar con el culpable!- gritó Donald bajando de la nave. - ¡Ajiá! ¡Y además salvaríamos este mundo de ser engullido por la oscuridad!- dijo Goofy igual de entusiasmado. - ¡Dos pájaros de un tiro!- gritó Fran de nuevo entusiasmado empezando a correr cuesta abajo. - ¡Ey, espera!-le gritó Xamo comenzando a perseguir a Fran. Al principio de la cuesta tropezó con una raíz, cayó y rodó cuesta abajo, chocándose con Fran y rodando hasta la carretera de un pueblo. - ¡Mi espalda!- gruñó Fran tumbado en el suelo con Xamo sentada en su espalda.

- ¿Estáis bien?- preguntó Donald junto a Goofy y Sora, llegando donde estaban los dos. - Algo amortiguó mi caída- se rió Xamo. - Sí… algo muy blando diría yo- dijo Fran con sarcasmo. - Hemos llegado a Honolulu, la isla principal- señaló Sora el pueblo que se mostraba frente a sus ojos. Era un lugar de casas de madera y muy pequeñas. Los automóviles escaseaban y la gente abundaba poco. Todos eran muy morenos debido al clima tropical de la isla y llevaban ropas veraniegas con símbolos de palmeras. El calor era tan agobiante que se tuvieron que deshacer de las sudaderas y la mayoría de las ropas. Fran se quedó en mangas cortas y descalzo, ya que la calle estaba llena de tierra blanda sin piedrecitas pequeñas. Caminaron a lo largo de todo el pueblo mientras que los habitantes miraban raro a Donald y Goofy. Llegaron hasta una heladería ambulante, se pararon y Sora les invitó a cada uno un helado para combatir el calor. - ¡Qué rico!- gritó Fran saboreando el cucurucho. - ¡En esta isla lo mejor para combatir el calor es la playa y los helados!- dijo Sora entregando un polo de naranja a Xamo. - ¡Yo quiero también quiero un cono de vainilla!- gritó Xamo mientras cogía el polo de naranja. - ¡Eh! ¡No podemos estar gastando tanto dinero!- respondió Donald enfurecido. - ¡Yo siempre me como estos dos helados! ¡Ya sea verano o invierno!- le gritó Xamo frunciendo el ceño. - ¡Gyaah!- se escuchó un grito cercano. - ¿Qué ha sido ese grito?- preguntó Goofy. - Me temo lo peor…- dijo Sora comenzando a correr junto a Fran- ¡Ten preparada la llave espada! ¡Recuerda todo lo que te he enseñado en el “Descenso al Corazón”! - ¡S-Sí!-asintió Fran torciendo la calle, encontrando una horda de sincorazones de estatura mediana con cascos de soldados y garras rojas afiladas. - ¡Son Soldados! – gritó Donald llegando al lugar junto a Goofy y Xamo. - ¡Mira quién es!- gritó una niña pequeña con vestido rojo y estampados de flores. Tenía el pelo negro y largo, unos enormes ojos y nariz y un tono de piel típico de la isla. - ¡Lilo!- gritó Sora sorprendido, observando la nave pequeña roja estampada contra una palmera. - ¡Veníamos de clase de Hula y nos atacaron estos bichos! ¡Stitch salió volando y no sé donde está!- gritó Lilo siendo defendida de los sincorazones. - Están aumentando de número…- dijo Fran colocándose cerca de Sora. - ¡No os acerquéis a mí! ¡Que estoy muy loca!- gritó Xamo sacando su varita. - ¡Ajiá! ¡Tranquila Xamo!- le dijo Goofy alzando su escudo. - Poneos atrás mía…- ordenó Sora a los demás.

- ¡Hazle caso!- le gritó Donald a Fran. Todos se colocaron detrás de el mientras que alzaba su llave espada colocándola en su hombro. Tras pasar unos pocos segundos, movió el arma con una rapidez increíble y los sincorazones cayeron al suelo rebanados en dos. El movimiento levantó una ventolera que hizo temblar todas las palmeras del alrededor. - Eso ha sido… ¡Increíble!- gritó Fran muy sorprendido. - No ha sido nada… - dijo Sora con tranquilidad sin apartar la mirada hacia arriba. - ¡Stitch!- gritó Lilo preocupada. Encima de una casa estaba un muchacho de la misma estatura de Fran, con vestimentas parecidas a las de Sora pero con todos oscuros y púrpuras. Tenía sobre la cabeza una capucha que impedía que se le pudiera ver la cara, aunque de ella sobresalía un pelo puntiagudo y plateado. El extraño chico tenía sobre sus manos alzadas al extraterrestre azul parecido a un koala llamado Stitch, el cuál estaba intentando soltarse del chico. - ¿Es él el encapuchado de Ciudad de Paso?- preguntó Sora. - No… es totalmente diferente su ropa y estatura- le indicó Xamo. - Vaya, vaya… ¡Por fin veo a otros elegidos! ¡Y dos de la Luz!- gritó sorprendido el chico sin quitarse la capucha- El gran Maestro Sora… ¡Un honor conocerte en persona! ¡Son muchas las leyendas que hablan de ti! - ¿Qué quieres de Stitch?- le preguntó Sora. - Convertirlo en Sincorazón, simplemente eso… Esta especie de alimaña es un experimento genético… no debería existir… no debería tener corazón… - decía el chico acercando cada vez más su otra mano a Stitch envuelta en un aura oscura. - ¡Piro!- gritó Donald lanzando una bola de fuego de su bastón de mago. El chico esquivó el ataque soltando a Stitch. - Vale, vale, tranquilo pato esquizofrénico- le dijo el chico mientras Lilo recogía a Stitch en el aire. - ¡Yo no estoy esquizofrénico! ¡Mi madre me hizo pruebas!- le gritó Donald. - Esto se ha complicado por momentos… pero no me iré sin convertir a ese experimento en un sincorazón… - dijo el chico saltando hacia atrás y corriendo a través de las palmeras en dirección al bosque. - ¡Espera! – gritó Sora corriendo en dirección al chico encapuchado. - ¿¡Dónde vas Sora!?- le gritó Fran comenzando a correr con él. - ¡Tú quédate aquí! ¡Yo perseguiré al chico!- le ordenó Sora. - ¡Nosotros sí que vamos contigo!- dijeron Donald y Goofy. - ¡Lilo! ¡Quédate con Fran y Xamo hasta que nosotros volvamos!- gritó Sora marchándose junto a sus dos amigos por el bosque. - ¿Quién era ese tipo?- se preguntó Xamo extrañada. - Supongo que las órdenes son las órdenes…- dijo Fran agachándose para saludar a la niña- Mi nombre es Fran y esta malhumorada es Xamo. - ¡Yo soy Lilo! ¡Y este de aquí es Stitch!- se presentó la niña mientras señalaba a Stitch.

- ¡Así que tú eres un extraterrestre! ¡Increíble!- se sorprendió Fran. - Oye Lilo, ¿Qué hacemos mientras esperamos a los demás?- le preguntó Xamo. - ¡Oh! ¡Podéis veniros a mi casa! ¡Hoy hay cena familiar!- les invitó Lilo entusiasmada. - No sé si deberías invitar a desconocidos… - dijo Xamo. - ¡Los amigos de Sora son nuestros amigos! ¿Verdad Stitch?- le preguntó Lilo, el cuál asintió con un “Sí”. -¡Guau! ¡Y habla!- se sorprendió Fran de nuevo. - Habla nuestra lengua aunque le cuesta un poco decir muchas palabras seguidas- explicó Lilo mientras Stitch se subió al hombro de Fran comenzando a olisquearle. - ¡Encantado Stitch! ¡Yo soy Fran!- le saludó Fran estrechándole la mano. -¡Venga, vamos a mi casa! – les invitó Lilo comenzando a caminar. Llegaron a la casa a través del camino de tierra y palmeras a los lados. Subieron por las escaleras de madera entraron en la casa. Nada más entrar estaba el salón, con una tele mediana y un sofá de madera con un colchón encima para hacerlo cómodo. A la izquierda se podía ver una puerta que conducía a la cocina y al frente un pasillo con unas escaleras al piso superior. - Tengo que deciros que os gustará mi Ohana- les dijo Lilo. -¿Qué es Ohana?- le preguntó Fran. - Ohana significa familia, es decir, siempre estaremos juntos… - explicó Lilo un poco por lo bajo. - ¡Hola Lilo! ¿¡Cómo ir clase de Hula!?- preguntó el extraterrestre grandote entrando desde la cocina- ¡Oh! ¡Humanos! - ¡Espera Jumba! ¡Son amigos de Sora!- le gritó Lilo cuando vio a Jumba correr hacia dentro de la cocina. - ¿Sora? ¿Aquel chico de llave?- preguntó asomándose de nuevo. - ¡Un extraterrestre!- gritó Fran sorprendido. - ¡Lilo! ¡Tienes una familia muy rara!-le gritó Xamo asustada. - ¡Encantado! ¡Yo ser Jumba Jookiba! ¡Científico malvado! ¡Ven Pleakley! ¡Tenemos visita! - rió Jumba mientras llamaba al extraterrestre delgaducho. - ¡Humanos extraterrestres! ¡¿Quién iba a decirlo?!- gritó Pleakley cuando bajó las escaleras y vio a Fran y Xamo embobados- ¡Yo soy Pleakley! ¡Soy un experto de este planeta! - Encantado… Mi nombre es Fran- saludó Fran flipando en colores. - ¡Y dinos Fran! ¿A qué venir a este planeta?- le preguntó Jumba - Bueno, venimos acompañando a Sora… nuestros mundos fueron engullidos por la oscuridad y estamos en este viaje para encontrar al responsable y restaurar los mundos- le explicó brevemente Fran. - Parecer tarea difícil- concluyó Jumba.

- Sora ha ido a buscar a un hombre malo que quería llevarse a Stitch, así que Fran y Xamo se quedarán con nosotros hasta que vuelvan- les dicho Lilo. - ¡Me parece bien! ¡Avisaré a Nani para hacer dos raciones más para la cena!- gritó Pleakley entusiasmado. - Sin duda es una familia peculiar…- dijo Xamo.

- Bueno, ¿Qué hacemos mientras?- le preguntó Fran. - ¡Yo tengo que seguir practicando para el concurso de la “Fiesta de la Primavera”! – dijo Lilo en voz alta. - ¿Fiesta de la primavera?- preguntó Xamo. - Es un concurso de Hula que hay mañana por la tarde y tengo que practicar junto a Stitch- comunicó Lilo. - ¿Te podemos ayudar?- preguntó Fran. - ¡Me encantaría! ¡Podéis veniros conmigo en la casa del árbol!- les invitó Lilo cogiendo una bolsa de mano y largándose por la puerta junto a Stitch. - No hay otra cosa mejor que hacer…- suspiró Xamo. Detrás de la casa había unos tablones en forma de escaleras que subían a un alto árbol. Encima había una gran superficie de madera con una hamaca atada a las ramas. Lilo se subió a una mesa de madera y comenzó a bailar mientras los demás les observaban. Para ser muy pequeña, bailaba estupendamente aquella danza típica de la isla y se le veía con bastante entusiasmo. Stitch cogió una cámara de fotos instantáneas y comenzó a realizar un reportaje fotográfico a la pequeña niña danzarina. - ¡Bailas muy bien Lilo!- le felicitó Xamo aplaudiéndola. - ¡Seguro que ganas ese concurso!- dijo Fran entusiasmado. - Gracias chicos, deseo con todo mi corazón ganar ese concurso… - decía Lilo con el tono de voz cada vez más bajo. - ¿Tienes algún motivo en especial para ganar el concurso?- le preguntó Fran dándose cuenta de la tristeza de la pequeña. - Mi madre ganó éste mismo concurso cuando tenía mi edad… siento que si no lo gano… no se sentirá orgullosa… - dijo Lilo agachando la cabeza.

- ¿Tú madre?- preguntó Xamo algo sorprendida. - Mis padres murieron cuando era muy pequeña… sólo tengo a mi hermana… - volvió a decir Lilo sentándose en la mesa. - Tu madre estará orgullosa ganes o pierdas el concurso- la tranquilizó Fran sentándose al lado suya- seguro que ahora mismo está observando con orgullo cómo estás viviendo… feliz con tres extraterrestres en casa… - ¡Sí! ¡Jumba y Pleakley son muy graciosos y buenos!- dijo Lilo algo más animada- ¡Venga Stitch! ¡Haremos nuestro mejor esfuerzo en el concurso de mañana! - ¡Sí!- asintió Stitch. - ¿Qué ocurre Xamo?- le preguntó Fran cuando la vio con la cabeza agachada. - Nada… sólo estaba absorta en mis pensamientos… - concluyó Xamo en voz baja- mamá… papá… La noche cayó y la fiesta familiar que preparó la hermana de Lilo estaba a punto de comenzar. Se sentaron todos en la mesa y mientras comían, Jumba comenzaba a contarles todas sus anécdotas de científico malvado y Pleakley les explicó la importancia de los mosquitos en aquel planeta. La cena acabó rápido y todos se sentaron en el salón para ver una película de terror sobre invasiones alienígenas y hormigas gigantes mutantes come-hombres. - ¿Todo el mundo se divierte?- preguntó Nani trayendo consigo una bandeja llena de comida. - ¡Oh, sí, es una fiesta genial!- asintieron todos con un poco de terror al enfado de la hermana de Lilo. - Perfecto, he hecho unos canapés alienígenas para ambientarnos- dijo Nani colocando la bandeja en la mesa del salón- tenemos cucarachas de Marte fritas… - Creo que voy a vomitar… - dijo Pleakley cuando vio comerse Nani una cucaracha roja de goma. - ¡Báh! ¡Alguien haberlo hecho ya!- le indicó Jumba señalando un líquido rojo lleno de ojos flotando. - Nani, ¿esto qué es?- le preguntó Fran mientras cogía un ojo de goma. - ¡Ojos estofados de extraterrestres!- dijo Nani asustando a los chicos. - ¿Qué clase de broma pesada es esta?- dijo Pleakley cogiendo un ojo y mostrándolo junto a su único ojo. - Tú no hacer que se enfade, ¡comer!- le gritó Jumba obligándole a tragarse el ojo estofado, atragantándose por un momento. - ¡Qué rico!- señaló Pleakley tras tragárselo. - Venga veamos la película…- les dijo Nani. Tras una hora, la película parecía que no se acababa y Nani se derrumbó contra su brazo con mucho sueño. Lilo y Stitch estaban sentados enfrente de la tele con unas máscaras hechas de bolsas de papeles de plástico con antenas y ojos de hormigas. Xamo también se quedó dormida y Fran siguió viendo la película con gran entusiasmo como Jumba. - La fiesta es algo monótona, ¿no crees?- preguntó Pleakley. - Intento ver película- le calló la boca Jumba.

- Qué asco…- señaló Pleakley mientras venía en la película una hormiga gigante dejando caer un esqueleto humano al suelo. - Bonita escena- dijo Jumba llorando por sus cuatro ojos. Mientras, Stitch comenzó a reírse por aquella escena con la bolsa de papel en la cabeza cuando de repente su cuerpo empezó a temblar y a hacer movimientos involuntarios. Le salió su tercer brazo derecho y extrañado volvió a introducirlo dentro de su cuerpo. -¿Eh?- se preguntó Stitch cuando volvió a pasarle lo mismo. Sus ojos se tornaron de verde y comenzó a saltar al techo y caer sobre toda la comida de la mesa, pegando patadas y puñetazos a todos los platos. Todos se sobresaltaron ante el extraño comportamiento de Stitch que chocó contra la pared y comenzó a salirle antenas en la cabeza y en la espalda. - Oh Stitch… - dijo Jumba mirando al pequeño extraterrestre retorciéndose y volviendo a la normalidad agarrándose la cabeza- ¡Oh no! - ¡¿Dónde vas Jumba?!- se alarmó Pleakley cuando Jumba salió de la casa y se dirigió por un camino ascendente de tierra. Pleakley y Fran salieron corriendo tras él, parecía que algo le había preocupado. - ¡Jumba, despacio!- le grita Fran subiendo la cuesta junto al extraterrestre fideo. - ¡¿A dónde vas?!- gritó Pleakley llegando donde estaba Jumba. - Algo ir mal con 626- indicó Jumba. - ¿Qué es?- le preguntó Fran. - ¡No saber!- le gritó Jumba mientras caminaba. - ¿No sabes o te lo callas?- le dijo Pleakley persiguiéndole y chocándose con una rama- ¡Ahí! ¡Mi ojo bueno! - ¡Espera! – le siguió Fran hasta llegar a una enorme nave roja, era casi veinte veces más grande que la nave gumi y parecía mejor equipada. Jumba se introdujo dentro de ella junto a Fran y Pleakley. - ¡Con esto comprobar qué le ocurre a 626!- indicó Jumba introduciendo unas cuantas muestras de pelo en un vaso que salió de un panel de control. La nave por dentro era muy espaciosa y tenía incontables paneles y botones. En el panel se mostró una silueta de Stitch y un cono relleno de verde que disminuía poco a poco- ¡No! ¡Esos policías inútiles! ¡Yo confiar en que éste día nunca llegaría! - ¿De qué estás hablando?- le preguntó Fran preocupado- ¿Qué le ocurre a Stitch? - Durante su creación Stitch nunca llegar a cargarse del todo… cuando instalé el cargador de moléculas llegó la Guardia Galáctica y lo desconectó… habiendo quedado muy poco… era la parte más importante… ¡y ahora sus circuitos fallar! - ¡Por eso estaba tan raro en casa!- se preocupó Pleakley. - Él no controlarlo… ¡si continuara así sus circuitos desintegrarse como gran supernova!- gritó Jumba exagerando. - ¿Le habría hecho algo aquel encapuchado?- se preguntó Fran. - ¿Podrás arreglarlo?- le preguntó Pleakley. - Debo hacerlo o mi pequeño Stitch apagarse para siempre… ¡hay que hacer una cámara de fusión!- dijo Jumba convencido.

- ¿Puedes construirla?- preguntó Fran impresionado. - Sí… pero no con tecnología terrestre… puede que funcione o puede que no… necesitar ciertos objetos terrícolas y rezar con que funcione… - respondió Jumba. - ¡De eso no te preocupes! ¡Ya me encargo yo!- se propuso Pleakley. - Creo que hay alguien que podría ayudarnos…-se puso a pensar Fran. - Como mucho tener que construirlo mañana…- dijo Jumba mientras veía la gráfica de Stitch descender poco a poco. Todos se fueron a dormir sabiendo perfectamente qué hacer el día siguiente. En la habitación de Lilo pudieron quedarse Fran y Xamo para pasar la noche aunque ninguno de los dos pudo pegar ojo ya que estaban preocupados por Sora y los demás, no habían vuelto desde la tarde y su ausencia les asustaba. Cuando Fran consiguió concebir el sueño, un leve portazo le despertó. Miró a su alrededor y se fijó en que Xamo ya no estaba allí. Ni Lilo ni Stitch se despertaron, por lo que se levantó de la hamaca y miró por la ventana, viendo cómo Xamo salía de ella en dirección al pueblo. El día comenzaba a venir y con ella unas nubes de tormenta acechaban las tranquilas islas. Fran bajó y fue a buscar a su amiga, las gotas comenzaron a caer y el sol aparecía en el horizonte. - ¡Xamo!- le gritó mientras corría para alcanzarla. - ¡Vete!- gritó Xamo sin mirar atrás. - ¡Pero espera!- volvió a gritarle Fran- ¿A dónde vas? - ¡A por la nave gumi! ¡Me voy de este planeta!- volvió a gritarle Xamo. - ¿¡Qué motivos tienes para dejarnos tirados!?- preguntó Fran agarrándola del brazo. - ¡No sabes nada de mí! ¡No sé quién eres! ¡No soy tu amiga!- gritó Xamo volviendo a caminar y soltándose de Fran. - ¿Es por tu mundo?- dijo Fran, parándose Xamo enseguida. - ¿Qué sabes de mi mundo?- dijo Xamo mirándole. - No sé nada, pero ya te dijo Sora que es posible restaurar tu mundo cuando hayamos derrotado al encapuchado que está detrás de esto- explicó Fran. - Donald y Goofy me dijeron que eso sólo es una probabilidad… ¡pero no puedo estar aquí parada!- indicó Xamo enfadada. - ¿Por qué?, ¿Por qué tienes tantas prisas?- preguntó Fran confundido. - Porque mi padre aún no ha vuelto de la mar… ¡y tengo que encontrarlo!- siguió caminando Xamo. - ¡Si te vas ahora, no encontrarás nunca tu mundo y la oscuridad te engullirá! ¡¿No ves que es inútil ir ahora?!- le gritó Fran alcanzándola de nuevo, comenzando a llover- ¿Qué te ocurrió? - Mi madre no sabe que estoy bien…- comenzó a decir Xamo, volviendo sus recuerdos a su cabeza.

Ella era muy pequeña cuando supo que era una maga, estaba sentada en una vieja casa alejada del pueblo, estaba llena de árboles silvestres y para entrar a la pequeña casa había que pasar un pequeño puente de madera por donde pasaba un arroyo. El techo de la casa estaba hecho de paja y los cristales de las ventanas estaban llenos de suciedad. Dentro de ella estaba sentada una pequeña niña con el pelo muy largo y rizado que le llegaba hasta el trasero, sus mofletes estaban colorados y sus lágrimas comenzaban a caer sobre el pie de una cama. Allí descansando estaba una anciana tapada de la mitad para abajo con mantas, la expresión de la anciana de piel arrugada y pelo blanco mostraba felicidad. - Hija mía no llores por mí…- le dijo la anciana mientras miraba a la niña. - Pero abuela… ¡no quiero que te vayas!- gritó la niña llorando. - Tienes que ser una chica fuerte y ayudar a tus padres… te voy a contar un secreto que te han estado ocultando tus padres… - comentó la anciana colocando su mano sobre la cabeza de su nieta. - ¿Estás segura madre?- le preguntó una mujer alta detrás de la niña. Era muy parecida a la niña, aunque tenía el pelo negro y rizado. - Ella es la única en la familia que puede seguir mis pasos… - dijo la anciana sacando de detrás de la almohada una caja de madera. Cuando abrió la caja y dentro había una varita- hija mía… eres una maga… - ¿Una maga?- le preguntó a su abuela. - Sí… tus padres no te lo quisieron decir hasta que fueras algo mayor… pero yo ya no puedo seguir más así que te dejo mi varita mágica… por favor, cuídala bien… -le pidió la abuela- por ahora tú y yo somos las únicas en la familia que son capaces de usar la magia… - Gracias abuela… la cuidaré mucho… pero no sé si soy una maga, es la primera vez que escucho que existe- le dijo la niña confundida. - Dámela un momento…-le pidió la anciana la varita, sosteniéndola entre su mano pálida. De un movimiento hizo que uno de los platos comenzara a flotar y colocarse sobre la mesa junto a dos vasos y platos más- ¿Ves hija mía? - Tu padre y yo no somos magos… es algo en lo que no hemos podido convertirnos por sangre…- le explicó su madre. - Hija mía… cuando la niña tenga los 11 años… apúntala a Hogwarts… allí podrá aprender todo sobre el mundo mágico… hija mía quiero que seas una buena maga y hagas cumplir todos tus deseos… hazlo por mí…- le dijo la anciana comenzando a apagarse poco a poco. - ¡Abuela!- gritó la niña mientras sostenía con fuerza la varita. Pasaron los años y Xamo se había vuelto bastante alta para su edad. Sus padres se mudaron a las afueras del pueblo, cerca de la costa donde su padre se iba a trabajar de marinero y volvía en cada cierto tiempo para ver a su familia y traerles la comida que había pescado. Su familia era pobre y con lo poco que tenían eran felices. Un día, Xamo estaba corriendo por unas estrechas calles sosteniendo una enorme bolsa de plástico y llena de parches en la cabeza. Algunos aldeanos perseguían a la niña llamándola ladrona y casi nunca conseguían atraparla. Todo el pueblo conocía a la familia de Xamo, tanto que cuando la niña iba a robar al pueblo, los ciudadanos ni se molestaban en llamarles la atención a sus padres ya que sabían cómo era su situación económica. Xamo llegó a su casa la cuál se parecía mucho a la de su abuela pero estaba a pie de playa cerca del puerto del pueblo. La niña llegó con el saco lleno de comida y entró en su casa entusiasmada para enseñársela a su madre.

- ¡Mamá! ¡Hoy traigo mucha comida!- le gritó Xamo entrando en la cocina donde estaba su madre intentando calentar una cacerola. - ¡Niña mala!- le golpeó su madre en toda la cara- ¡Ya te he dicho que está mal robar! - ¡Pero mamá! – comenzó a llorar Xamo- si no traigo nada nos moriremos de hambre… - Comeremos cuando tu padre llegue de la mar… seguro que nos trae mucho y rico pescado a casa…-le dijo la madre abrazándola- por favor hija no robes más… - ¡Ya estoy en casa!- dijo una voz masculina entrando por la puerta. Era un hombre tan alto como la madre de Xamo, tenía la piel pálida y pelo corto y castaño. Los ojos eran iguales que los de Xamo. - ¡Papá! ¡Por fin has vuelto!- gritó Xamo corriendo para abrazar a su padre. - ¡Hombre, mi niña! ¡Me alegro de verte!- gritó el padre cogiendo en brazos a su pequeña hija. - ¡Qué alivio que estés bien!- suspiró la madre. - Lo siento… me perdí a la hora de volver… aunque he traído bastante pescado- dijo aliviado el padre. - Papá, ¿te acuerdas cuando fui contigo al último viaje?- le preguntó la niña volviendo su padre a ponerla en el suelo. - ¡Sí! ¡Fue un viaje muy divertido! ¿Por qué lo preguntas cariño?- preguntó su padre cuando la niña comenzó a correr a su cuarto y volvió con un enorme papel. - ¡Te he hecho un dibujo!- le dijo la niña enseñándole el dibujo que había hecho. -¡Esto es impresionante! ¡Es completamente impresionante! ¡Me quedo sin habla!- se sorprendió mucho su padre. - ¿Qué es, querido?- le preguntó su madre. - La niña ha hecho un mapa marítimo con la ruta que hicimos cuando viajamos… ¿Cómo lo has hecho? ¡Si tan sólo tienes 10 años! - le preguntó su padre sorprendido viendo el dibujo de la parte del continente totalmente detallado y la ruta del mar donde siguieron. - Me gusta mucho dibujar, ¡es lo que más me gusta hacer!- dijo Xamo alegremente- ¡Mi mayor sueño es dibujar rutas marítimas y convertirme en una gran maga! - ¿Por qué rutas marítimas y no otras cosas?-le preguntó su padre. - ¡Para que siempre encuentres el camino de vuelta a casa!- dijo la niña sonriente. - ¡Muchas gracias hija mía!- lloró su padre mientras la abrazara fuertemente- Te prometo que irás a Hogwarts sí o sí, ¡aunque lo tenga que vender todo! Cuando los jóvenes magos cumplen 11 años, las lechuzas mensajeras comienzan a llamar a sus puertas con mensajes para invitarlos a ir a la escuela de magia de Hogwarts. El día 10 de Junio, la carta de Xamo llegó a su casa junto a una pequeña lechuza blanca. La niña entusiasmada, fue corriendo a avisarles a sus padres. - ¡Mamá! ¡Papá! ¡La carta de Hogwarts ha llegado!- gritó la niña llegando a la cocina donde estaba su madre limpiando un pescado y su padre fumando mientras leía el periódico matinal. - ¡Qué alegría hija! ¡Me alegro mucho por ti!- le felicitó su madre- ¡Aunque mucho más importante! ¡Feliz cumpleaños!

- ¡Felicidades hija mía!- felicitó su padre dejando de ver el periódico- Ven aquí que te daré tu regalo. - ¿Un regalo?- se preguntó Xamo entusiasmada. - ¡Es el nuevo Libro de Hechizos de la gran maga Hermione Granger!- le dio su madre un gran libro pesado de tapa dura y marrón con hojas amarillas. - ¡Un libro de magia!- se quedó sorprendida Xamo sosteniendo el enorme libro- ¡Con esto seré la primera en la clase! - Respecto a eso… hija mía… no podrás ir a Hogwarts…- le dijo su madre con tristeza. - ¿Pero por qué?- preguntó Xamo asustada- ¡Pero me lo prometisteis! - Lo sé hija… pero no nos llega el dinero para poder llevarte… sólo nos llegó para el libro de hechizos… y tuvimos que vender gran parte de lo que trajo tu padre de la mar…- se disculpó su madre. - ¡Pero papá!- empezó a llorar Xamo. - Lo siento mucho hija… te prometo que para el año que viene podrás ir… - le dijo su padre con tristeza. - ¡NO! ¡YO QUIERO IR ESTE AÑO!- gritó Xamo corriendo a su cuarto encerrándose en él. - No te tienes que sentir culpable… - le pidió la madre de Xamo a su marido. - No… sí es nuestra culpa… debería haber trabajado más… me duele mucho no haber cumplido mi promesa…- dijo el padre soltando unas lágrimas encima del periódico. Xamo estuvo todo el día encerrada en su cuarto sin parar de llorar. Su madre no consiguió tranquilizarla y ordenó que nadie entrara en su cuarto. Cuando parecía que paró de llorar al anochecer, su padre se acercó a su cuarto para verla. - Hija, ¿estás bien?- le preguntó su padre asomando la cabeza en el cuarto. Era una pequeña habitación llena de pósters de magos y una cama de madera. - Vete… no quiero hablar contigo… - dijo Xamo en voz baja. - Ya no tienes fuerzas ni para llorar- se sentó su padre en la cama mientras intentaba ver a su hija tapada entre las mantas- Hija… la verdad es que lo siento mucho… todo es culpa mía… tendría que haber trabajado mucho más para pagarte el viaje a Hogwarts… - La abuelita me dijo que quería que fuera a Hogwarts a entrenarme como maga… y lo que no quiero es decepcionarla… aunque sé que sin dinero no podré ir jamás…- dijo Xamo tapándose la cara con la manta. - Ambos somos iguales… no somos capaces de cumplir nuestros sueños…- le dijo su padre con tristeza. - ¿Tienes un sueño?- preguntó Xamo quitándose la almohada de la cara. - Sí… mi sueño está en visitar el lugar que indica éste libro…- dijo cogiendo un viejo libro de tapa dura y roja, llego de polvo y esquinas rotas. - ¿El Planeta del Tesoro?- preguntó Xamo cogiendo el libro- ¡La historia del Capitán Flint y el Botín de los Mil Mundos!

- Sé que te lo has leído cientos de veces… pero éste libro me lo dio un anciano antes de su muerte… lo encontré vagando en el mar en un extraño barco cuando yo tenía tan sólo quince años… el barco se hundía y yo lo rescaté de ser ahogado, pero tenía heridas de batallas y murió al poco rato… aunque me dejó éste libro único en el mundo…- explicó el padre. - ¡Pero ése lugar está fuera de nuestro planeta!- dijo Xamo sorprendida. - Por eso es un sueño… ojalá llegue el día en el que podamos salir de este mundo y encontrar ese lugar lleno de tesoros y riquezas… ¡entonces ya jamás pasaremos hambre y tú podrás ir a estudiar a cualquier escuela de magia! - El Planeta del Tesoro… ¡Yo también quiero ir!- gritó Xamo abrazando fuertemente el libro. Pasaron los años, los viajes del padre de Xamo se hacían cada vez más largos y ella no paraba de practicar magia con la varita que le dio su difunta abuela. Todos los hechizos que había en el libro eran demasiado complejos y difíciles de ejecutar y tan sólo podía ejecutar un par de hechizos a la vez ya que luego caía al suelo cansada. Tras haber pasado 3 años y cumplido los 14 años, Xamo se había vuelto toda una experta ladrona. Ya no sólo de comida sino de dinero y objetos valiosos. Su madre estaba algo decepcionada con ella ya que no toleraba ningún tipo de robo. Durante uno de los viajes de su padre, Xamo volvía del pueblo con todo un saco de dinero, mientras que veía en el horizonte una gran cantidad de nubes oscuras. - ¿Qué serán esas nubes tan extrañas?- se preguntó Xamo mientras caminaba por el sendero hacia su casa, llegando en poco tiempo- ¡Mamá ya estoy aquí! - ¿¡Ya has vuelto de robar!?- le gritó su madre agarrándola de la oreja- ¡Te tengo dicho millones de veces que está mal robar! - ¡Lo que más me gusta en este mundo es dibujar y el dinero! ¡No me quites una de mis aficiones!- le gritó Xamo enfadada. - ¡Eso no se le puede llamar afición! ¡Eso es una enfermedad tuya! ¡Te obsesionas mucho con el dinero!- gritó de nuevo su madre. - ¡Quizás será porque nunca hemos tenido dinero y soy la única que hace que esta familia siga a flote!- gritó de nuevo Xamo. - ¡Castigada a tu cuarto! ¡Vuelve a leer tu estúpido libro de naves espaciales y tesoros escondidos!- obligó la madre a su hija. - ¿Sabes lo que te digo? ¡Ojala hubiera nacido en una familia rica que no le hiciera falta de nada!- gritó Xamo pegando un portazo, dejando a su madre rompiendo en lágrimas. Xamo cogió su varita y conjuró la puerta para poner el pestillo. Su cuarto seguía estando igual que hace 3 años, los mismos pósters de magos y la misma cama vieja de madera. Tiró su bolsa a un lado y cogió su libro de hechizos para leerlo. Estuvo toda la mañana encerrada, ni siquiera bajó a almorzar. Pasaron las horas y al poco rato de la hora de la comida vio por la ventana que todo estaba oscuro. Se levantó y miró por la ventana, había enormes masas gelatinosas púrpuras en el suelo y varias sombras correteaban alrededor de la casa. Cuando Xamo vio a las sombras moverse se asustó y fue corriendo para salir de su cuarto. - ¡Mamá! ¿Dónde estás?- preguntó Xamo saliendo de su cuarto y buscando a su madre, pero no había ni rastro de ella mientras que la puerta principal de la casa estaba abierta- ¡Mamá!

Volvió a su cuarto y guardó en su mochila unas cuantas monedas, el libro de magia y el libro del Planeta del Tesoro de su padre y salió de la casa. Cuando se vio rodeada de las sombras las cuales emergieron del suelo con forma humanoide pequeña. Comenzó a correr en dirección al pueblo por la costa, pudiendo ver el embravecido mar, creando olas enormes que rompían todo lo que había a su paso. Una de las olas logró entrar en tierra y se tragó su casa entera. Las criaturas no cesaron su empeño de perseguir a la chica, la cuál siguió corriendo hasta llegar asustada al puerto del pueblo. - ¿Habrá vuelto papá al puerto? ¡Están pasando cosas demasiado extrañas!- gritó cuando vio el mar retrocediendo- ¿¡Pero qué está pasando!? Llegó al puerto, donde todos los barcos habían desaparecido. En aquel lugar no había nadie y las sombras que la perseguían parecía que habían aumentado de número. Se asomó al mar y debajo de ella había un remolino oscuro en el mar de un tamaño enorme, ni siquiera se podía ver el fondo, el agua giraba tan rápido que no se podía distinguir si había algún barco o persona atrapada. - ¿Dónde se habrá metido mamá? ¡Papá aún no ha llegado! ¡Tenemos que escapar todos juntos!- gritó Xamo retrocediendo cada vez más por culpa de los seres oscuros. - ¡Mari Carmen!- gritó una voz femenina. - ¡Mamá! ¡Estás bien!- gritó Xamo contenta y aún rodeada por las bestias. - ¡Fui a buscar a tu padre!- volvió a gritar su madre comenzando a tirar piedras contra los seres oscuros- ¡Alejaos de mi hija! - ¡Para, mamá! ¡Irán a por ti!- le dijo Xamo asustada. - ¡Me da igual! ¡Eres mi hija y juro que no te pasará nada!- gritó su madre cuando todos los seres oscuros se reagruparon y fueron a por su madre. - ¡Dejadla a ella! – gritó sacando su varita y lanzando chorros rojos contra las criaturas. Tras lanzar tres hechizos cayó al suelo del cansancio y los monstruos cubrieron totalmente a su madre- ¡Mamá! - Sé que éste hechizo podría acabar conmigo… pero la situación lo requiere… ¡Expecto Patronum!- de su varita salió un chorro de luz blanca, formándose una especie de pájaro. El animal arremetió contra las criaturas oscuras y las hizo desaparecer a todas en un instante. Su madre estaba allí tumbada en el suelo, aún inconsciente. - ¡HIJA!- gritó su madre cuando vio a Xamo perdiendo el conocimiento y cayendo hacia atrás donde estaba el enorme remolino. Su cuerpo desapareció junto a su mochila en el enorme túnel oscuro. La lluvia disimuló las lágrimas de Xamo ante Fran. La chica cayó de rodillas al suelo, dejando caer de su mochila el libro del Planeta del Tesoro. El chico se agachó y acercó su mano para quitarle una de sus lágrimas. - Estarán bien… te lo prometo… restauraremos nuestros mundos sea como sea… y si las probabilidades de que vuelvan son bajas… ¡Yo las subiré! – Gritó Fran alzando los dos brazos- ¡No dejaré que nadie desaparezca! - Gracias Fran… - dijo Xamo llorando. - No hace falta que me las des... somos amigos, ¿no?- le dijo Fran con una amplia sonrisa mientras paraba de llover en aquel amanecer- ¡Volvamos a casa de Lilo!

En lo más profundo del bosque, estaban Sora, Donald y Goofy caminando. Al parecer aún no habían encontrado al chico con la capucha del día anterior y las esperanzas de encontrarle se habían vuelto negativas. - Hemos estado toda la noche caminando…- se quejó Donald sentándose en una roca. -¡Ajiá! ¿Aún no lo encuentras Sora?- le preguntó Goofy. - Desde que salimos he tenido activado los poderes de la luz y lo hemos estado persiguiendo por todo el bosque pero es increíblemente rápido… es como si supiera que aún le estábamos siguiendo, siempre que estamos cerca se vuelve a mover a otra posición a una gran velocidad…- explicó Sora. - Quizás deberíamos dejarlo… Fran y Xamo estarán preocupados- dijo Goofy- Por cierto Sora, ¿Cómo fue el entrenamiento de Fran? - Es algo que me tiene preocupado… -contestó Sora. - ¿Por qué?- preguntó Donald. - Durante el entrenamiento… hubo un rechazo…-dijo Sora. - ¿Un rechazo?- preguntó de nuevo Goofy. - Hubo un momento en el que la llave espada dejó de responderle… - explicó Sora. - ¿Y a qué se debe eso?- volvió a preguntar Goofy. - Su corazón tiene dudas… él mismo no se cree capaz de dominarla… -respondió Sora. - ¿Qué crees que le pasará? ¿Dejará de ser elegido de la llave espada?- preguntó Donald. - Dejemos eso en manos de Fran… él mismo tiene que encontrar la respuesta en su corazón… -concluyó Sora. La hermana de Lilo se fue temprano al trabajo dejando a su hermanita y a Stitch solos en casa ya que Jumba y Pleakley se fueron a la nave para construir la máquina para reparar al troglodita. Lilo bajó a por un tazón de cacao. Stitch se levantó con su pijama y gorro de dormir, al parecer estaba muy cansado. Observó que Fran y Xamo no estaban en la habitación y fue a asomarse a la ventana para ver aquel nuevo día. En el suelo había una máscara de madera Hula, con unas hojas decoradas en la parte superior. - Stitch bueno, bueno, bueno… - dijo Stitch poniéndose la máscara cuando de repente volvió a sentir otro de sus ataques nerviosos, poniéndose los ojos verdes y comenzando a destrozar todo lo que había en el cuarto. Cuando subió Lilo ya todas sus pertenencias habían sido destruidas y Stitch tumbado en el suelo intentando levantarse. - Ya estamos listo… ¡Stitch! ¡¿Cómo has podido?!- se sorprendió Lilo tras ver tal destrozo- está todo roto. - Yo, yo lo siento- intentó decir Stitch. - No sé por qué has hecho esto… - dijo Lilo cogiendo la máscara de Hula rota- teníamos el concurso esta misma tarde… - Le pasa algo… a Stitch- le dijo Stitch.

- ¡Yo ya sé lo que pasa contigo! ¡Que eres malo! ¡Y que siempre serás malo!- se enfadó Lilo largándose del cuarto corriendo. - ¿Qué ocurre Lilo?- preguntó Xamo cuando entró junto a Fran en la casa. - ¡Ese troglodita lo ha destrozado todo!- gritó Lilo dando un portazo. - ¿Se refiere a Stitch?- preguntó Fran. - Ve tú con Stitch… yo intentaré hablar con Lilo- le dijo Xamo mientras perseguía a Lilo. - ¡Luego dirígete a la gran nave roja que hay encima de la montaña de atrás!- le gritó Fran mientras veía irse su amiga. Fran subió al cuarto de Lilo y Stitch y allí estaba el troglodita sentado en su cama con cara de tristeza. Se sentó al lado suyo y comenzó a rascarle la cabeza. - Oye Stitch… ¿Qué ha ocurrido?- le preguntó Fran. - ¡Stitch bueno! pero… ¡Algo le pasa a Stitch! ¡Y Stitch malo!- comenzó a explicarse el extraterrestre. - Escucha… da igual que seas bueno o malo… lo que de verdad define lo que eres está ahí…- le dijo Fran señalando el pecho de Stitch- Mira en tu corazón y busca lo que eres… tú sabes lo que de verdad eres. - Stitch es… - dijo Stitch cerrando por unos momentos los ojos, recordando el mismo día en el que conoció a Lilo y se volvió bueno- Stitch es… ¡bueno! ¡Stitch querer ser bueno! ¡Entonces Stitch bueno! - Veo que lo has comprendido- le dijo Fran con una sonrisa cuando Stitch dio un salto y se dirigió a la ventana- ¿Dónde vas? - ¡Stitch ir a concurso de Lilo! ¡Lilo tiene que ganar!- asintió Stitch largándose del cuarto. - Para ser un extraterrestre es muy bueno… - dijo Fran Mientras tanto, Xamo encontró a Lilo en la casa de madera de lo alto del árbol que había detrás de la casa. Miraba la foto de su madre con tristeza. - ¿Lilo?, oye Lilo… - le dijo Xamo. - ¡No pienso bailar el Hula con él así que no intentes pedírmelo!- le dijo Lilo enfadada. - Vale no lo haré… - dijo Xamo. - ¡Se ha cargado mis posibilidades de ganar!- volvió a decir Lilo. - Lilo, tan sólo es un concurso…- le contestó Xamo. - No es sólo eso… tengo que ganar el concurso como mamá lo ganó… - dijo Lilo con tristeza- Si lo logro, sabrá que soy buena y estará orgullosa de mí… - No tienes que ganar nada para que tu madre esté orgullosa de ti… - le dijo Xamo. - ¿Cómo lo sabes?- preguntó Lilo. - Porque yo también tengo unos padres que aunque no tenga nada, se sentían orgullosos de mí… se sentían orgullosos de que era como era… por eso estoy segura… de que tu madre se sentirá orgullosa seas como seas…-le contestó Xamo con tranquilidad.

- …Gracias Xamo- le dijo Lilo abrazándola. Dentro de la nave espacial roja que había detrás de la casa, estaba Jumba acabando de terminar el aparato que ayudaría a Stitch a recargarse. Con una bandeja de dulces y café, llegó Pleakley esperando que por fin hubiera acabado Jumba de fabricarlo. - ¡Jumba lo acabaste!- se impresionó Pleakley cuando vio que algo estaba tapado con unas mantas. - ¡Por fin vienes, Pleakley! ¡Ahora mismo te lo enseño!- dijo Jumba desmantelando una especie de cúpula con un manillar de bicicleta y un pequeño panel al lado. El aparato era bastante grande y pesado- ¡Es cámara de fusión! ¡Única cosa que poder salvar a Stitch! - Es fascinante… - dijo Pleakley manoseando el cristal de la máquina. - Solamente ser obra de genio- comentó Jumba. -¡Buenas, chicos!- gritó Fran llegando a la nave- ¿Habéis acabado? - ¡Terminado en tiempo récord!- se dijo Jumba. - ¡Oye, oye! ¿Puedo encenderla? ¡Por favor! ¡Por favor!- pidió Pleakley con voz de gallo. - ¡No, no, no y no! ¡Ser extremadamente delicada máquina! ¡Exigir mente superior! – Dijo Jumba accionando la palanca y comenzando a hacer ruidos y apareciendo una luz verde parpadeante- ¡Jé! ¡Gracias a mí, crisis acabarse! - ¡Cuidado!- gritó Fran cuando la máquina explotó, creando una cortina de humo y aceite. La máquina quedó totalmente destrozada. - ¡Jumba! ¿Qué es lo que ha pasado?- preguntó Pleakley lleno de hollín. - Ya está Pleakley…- dijo Jumba cogiendo los restos de la máquina destrozada y tirándolas- ¡ser el fin! ¡No poder crear nueva cámara de fusión! - Seguro que sí, igual que montaste la primera… - le intentó animar Fran. - ¡Yo no montar la primera! ¡Yo encargarla por catálogo!- le dijo Jumba decaído. - ¿Por catálogo?- se impresionó Pleakley. - Y ahora no haber esperanza para mi pequeña creación… Jumba fallar a su familia- comenzó a llorar Jumba. - No construiste la primera cámara de fusión, vale… ¿Y qué? Creaste al pequeño Stitch, ¿no?- intentó convencer Pleakley. - Sí…- contestó Jumba. - Y sigues siendo un malvado genio, ¡venga admítelo!- le volvió a decir Pleakley. - No, yo… no gustarme presumir… - dijo Jumba sonrojándose. - Pues lo eres… por eso eres el único que puede solucionar este asunto, ¿no?- concluyó Pleakley, dejando a Jumba pensativo mirando la pantalla donde se veía la silueta de Stitch. - ¡Pleakley! ¡Llave inglesa!- le ordenó Jumba.

- ¡Esperad un momento!- gritó una voz femenina. - ¡Xamo! ¡Por fin viniste!- se sorprendió Fran. - ¿Se ha roto la máquina capaz de curar a Stitch?- preguntó Xamo. - ¡Sí! ¡Por eso necesitamos de tu magia para arreglarlo!- le pidió Fran cuando la chica sacó su varita de su bolsillo. - ¿Capaz de hacer magia?- preguntó Jumba sorprendido- ¡Eso ser imposible! - ¡No tenemos tiempo para tonterías! ¡El destino de Stitch está en nuestras manos!- gritó Pleakley cuando Fran le quitó la varita a Xamo con las manos llenas de hollín. - ¡Dime el conjuro para arreglar la máquina!- le pidió Fran. - ¡Lávate las manos!- le gritó Xamo furiosa. -¡”Lavátelasmanos”!- gritó Fran agitando la varita. - Pues no pasa nada de nada…- dijo Pleakley impresionado. - ¡Idiotas! ¡Ciencia ser mejor que conjuros de pacotilla!-regañó Jumba. - ¡Devuélveme la varita cacho guarro! ¡Y eso no era un conjuro!- gritó Xamo quitándole la varita- ¡Yo sí que puedo hacer magia así que apartaos, si no ha pasado cierto tiempo después de haberse roto, yo puedo arreglarlo!... ¡Reparo! - ¡Increíble!- gritó Pleakley de entusiasmo cuando vio las partes de la máquina esparcidas volviéndose a reunir y juntándose con la máquina. - ¡Eres la ostia Xamo!- gritó Fran entusiasmado tras ver el aparato arreglado. - ¡Sin duda ciencia ser mejor que magia!- dijo Jumba orgulloso. - ¡Pero si has visto que lo he arreglado antes que tú!- le gritó Xamo. - Sea como sea… ¡ahora tener que llevarlo donde está Stitch!- dijo Jumba. - ¡Se fue hace poco al lugar del concurso de Hula para arreglar la actuación de Lilo!- gritó Fran apresurándose. - ¡Tener que ir rápido a por Stitch! ¡Llevaremos máquina en plataforma gravimétrica! – dijo Jumba buscando en la nave la plataforma para transportar el aparato cuando de repente el panel de control comenzó a pitar y a tornarse de rojo- ¡Debemos darnos prisa! En un lugar cercano a la playa de la isla, entre una abundante vegetación varias personas preparaban el decorado de la “Fiesta de la Primavera”, pusieron un escenario cubierto de hojas verdes y un letrero que ponía “Aloha”. Frente al escenario comenzaba a entrar gente para sentarse en los asientos y allí estaba Nani, la hermana de Lilo, esperando ansiosa que su hermana saliera a bailar. Lilo estaba detrás del escenario junto a unas cuantas niñas y un hombre enorme vestido con bañador de flores y collar de flores. El hombre subió al escenario y cuando todos acabaron de sentarse, hizo sonar fuertemente una concha. - ¡Bienvenido a nuestro festival anual de la primavera! ¡En el que una de nuestras niñas será coronada “Alakai”, la primera será Lilo que nos viene con su Hula representando una amistad eterna!- presentó el enorme hombre a la niña.

- Llegó la hora…- se dijo Lilo mirando por última vez la foto de su madre. Ella iba idéntica a ella, con una flor rosa en el pelo, un vestido blanco, una falda de hojas y la máscara reconstruida que destruyó su amigo. - Lo harás muy bien… - dijo una voz detrás suya. - ¿Stitch?- preguntó Lilo viendo a su amigo con cara de preocupación. - Sólo quería decir… que… yo…- intentó explicarse Stitch. - No puedo hablar ahora- le indicó Lilo- tengo que actuar. - Lo sé… - dijo Stitch cuando notó que su cuerpo temblaba cada vez más fuerte- ¡No! ¡Vuelvo a ser malo! - ¿Qué?- preguntó Lilo acercándose a Stitch con cara de desesperación- ¿Te encuentras bien? -¡Yaaa!-gritó Stitch retorciéndose. - ¡Stitch! ¡Ah!- gritó Lilo cuando Stitch le arañó la cara y cayó al suelo. Cuando Stitch vio lo que le hizo a su amiga, se asustó y comenzó a correr hacia el bosque- ¡Stitch! - ¡No! ¡Lilo! ¡Yo peligroso!- gritó largándose. - Lilo, es tu turno… te esperan todos- le dijo el presentador mientras se llevaba a la niña al escenario, pero ella aún tenía en la cabeza lo que le había ocurrido a su amigo. Cuando subió al escenario allí estaba su hermana Nani. - Mi hula es sobre una eterna amistad que demuestra que el amor es más poderoso que la muerte… - dijo Lilo sin apartar la mirada del lugar de donde se fue Stitch, comenzando a sonar la música. Lilo comenzó a bailar aunque no apartó la mirada por donde se fue Stitch. La primera que se dio cuenta fue su hermana, algo la tenía muy preocupada. Tras unos pasos paró el ritmo de la danza y miró a sus pies con tristeza, se quitó la máscara y la puso en el suelo- Lo siento mamá… Lilo comenzó a correr en por donde se fue Stitch. Su hermana Nani enseguida la siguió. - ¡Vuelve, Stitch! – Gritó Lilo adentrándose en el bosque cuando por el camino se encuentra a Jumba, Pleakley, Fran y Xamo- ¿Habéis visto a Stitch? - ¿Pero no estar contigo?- le preguntó Jumba trayendo la máquina consigo. - ¡Lilo! ¿Qué pasa?- le pregunta su hermana cuando la alcanza. - Yo estoy bien, ¡le pasa algo a Stitch!- le dijo Lilo. - No es culpa suya, no funcionar bien circuitos y si no encontrarlo pronto…- concluyó Jumba. -¡Rápido! ¡Hay que buscarlo! ¡Separémonos!- ordenó Fran llevando consigo la plataforma con la máquina. Stitch se había adentrado mucho en el bosque, sus tembleques se volvieron más fuertes y rápidos y su cuerpo comenzaba a brillar a cada momento. Se chocó contra unos árboles hasta llegar a parar en los brazos de alguien. Stitch levantó la mirada y vio al chico que lo quiso secuestrar el día anterior. El troglodita dio un sobresalto cayendo al suelo, retrocedió hasta toparse con un árbol. - Tranquilo no te quiero hacer daño… - le dijo el chico intentando rascar la cabeza de Stitch. - ¡Hombre malo! ¡Querer convertir a Stitch en sincorazón!- le gritó Stitch enfadado.

- No he venido para eso… sé lo que te pasa y te puedo ayudar… - dijo el chico sin quitarse la capucha. - ¡No querer ir! ¡Stitch no irá con hombre malo!- gritó Stitch comenzando a retorcerse sobre sí mismo y gritando de dolor- Stitch no quiere hacer cosas malas… Stitch bueno… porque corazón de Stitch bueno… Fran me lo enseñó… ¡Stitch no quiere ser malo! - ¿Quieres proteger a la niña que tanto amas?- preguntó el chico tendiéndole la mano- Te prometo que no te haré ser malo… ven conmigo… ahora soy el único que te puede curar… - ¡No!- gritó de nuevo Stitch desplomándose en el suelo inconsciente. Todos buscaron a Stitch por todas partes sin encontrar ni rastro. Buscaron por toda la casa, parte del bosque, por la playa pero en no encontraron ninguna pista en todo ese tiempo. Lilo subió a la casa del árbol y allí estaba el dibujo de Stitch rellenado de azul y tachado de rojo, Lilo se esperaba lo peor. - Lo encontraremos- le intentó tranquilizar su hermana. - Llevamos un buen rato buscándole- dijo Fran con la carretilla reuniéndose con todos cerca de la casa. - Tener que quedarle pocos minutos- se asustó Jumba cuando de repente se escuchó los motores de la enorme nave roja encenderse. - ¡La nave!- gritó Xamo señalándola. - ¡Stitch!- gritó Lilo subiendo por la cuesta de tierra hacia la nave, pero despegó antes de que pudiera llegar. - ¡Tenemos que detenerle!- gritó Fran con la carretilla cuando un pitido de coche sonó cerca de ellos. - ¡Yujuu!- llamó Pleakley en un coche de escarabajo azul. Todos se subieron con él y se dispusieron a perseguir la nave que aún estaba sobrevolando las montañas de la isla. - ¡Vamos allá!- gritó Xamo apuntando con el dedo la nave. - ¡Debería conducir yo!- se quejó Pleakley en el asiento de atrás junto con Jumba y Fran. - ¡Dos ojos ven mejor y es mi coche!- le gritó Nani. - A velocidad en que ir Stitch encontrarse enseguida en estratosfera- pensó Jumba- si pudiera yo contactar… - Sí mamá, sé que es horrible. Stitch se ha llevado la nave y no tenemos modo de contactar con él… Pobre Jumba, ha trabajado tan duro…- decía Pleakley mientras hablaba con su madre con un teléfono. - ¡Tú dame eso!- le gritó Jumba quitándole el teléfono- ¿Sí?, sí madre Pleakley llamar luego. Dentro de la nave estaba el chico de la capucha al volante de la nave y el cuerpo de Stitch tumbado en el otro asiento. Accionó el botón rojo de la derecha y una voz pidió que se accionara la palanca de la tracción hiperdimensional. - ¡Stitch!- gritó Lilo por el teléfono- ¿Puedes oírme? ¡Te necesito! ¡Por favor vuelve! - Mira quién es… la pequeña amiga del extraterrestre- dijo el chico soltando una risa. - ¿Quién eres tú?- preguntó Lilo extrañada- ¡Devuélveme a Stitch!

- Lo siento niña… tu amigo se viene conmigo para… -dijo el chico cuando Stitch despertó en un aura verde, retorciéndose y gritando de dolor. Se abalanzó sobre el chico, desestabilizando la nave y haciendo que chocara contra una montaña. - ¡Él perder control de nave y estrellarse!- gritó Jumba cuando vio la nave estrellarse en una montaña cercana. - ¡Cuidado!- le gritó Fran a la conductora porque el camino acababa en un acantilado. Nani frenó enseguida y todos bajaron del coche. - ¿Y ahora qué hacemos?- preguntó Pleakley. - Tener que ir rápido para llevarle máquina- dijo Jumba cuando Nani se dirigió al maletero del coche y sacó la mini nave roja. -¡Era mi mejor escondite!- le dijo Nani a su hermana, la cual la abrazó agradecida. - ¡La cámara de fusión no poder ir en mini nave roja! ¡Ser demasiado pesada!- comunicó Jumba. - ¡Lilo! ¡Adelántate tú a recoger a Stitch! ¡Nosotros llevaremos la cámara lo más rápido posible!- le ordenó Fran largándose inmediatamente Lilo en su navecita. - ¡Pero si plataforma gravimétrica no funcionar en terrenos empinados! –le dijo Jumba. - ¡Yo la llevaré a cuestas! – dijo Fran poniéndose la máquina en la espalda y comenzando a correr montaña arriba. Lilo llegó enseguida al lugar del accidente. Aparentemente la nave no tenía tantos daños, aunque una de las alas estaba completamente en llamas. El terreno se había levantado por culpa de la caída de la nave, por lo que había una especie de camino. - ¡No Stitch!-gritó Lilo buscándole por todas partes hasta que lo encontró bajando por una pequeña pendiente de hierba. Allí estaba Stitch consciente y tumbado. Lilo bajó con rapidez hasta llegar a él. - No Lilo… soy peligroso… - le pidió Stitch sin poder moverse. - Tú no eres peligroso… ¡Tenemos que llegar arriba para que venga Fran con la máquina y podamos curarte!- dijo Lilo cogiendo a Stitch en brazos y subiendo por la pendiente hasta llegar. Aún estaban lejos del lugar del accidente y Fran comenzaba a notar el cansancio de llevar la máquina sobre la espalda. Jumba y Pleakley iban detrás intentando avanzar y Nani iba con Xamo ayudándola a subir. - ¡Fran! ¡Debería disminuir el peso de esa máquina con mi magia! ¡Así irás más rápido!- le gritó Xamo alcanzando al cansado Fran. - ¡No! ¡Ya escuchaste que ahí está el chico con la capucha! ¡Cuando subamos necesitarás la mayor cantidad posible de hechizos! ¡Tienes que reservarte así que no te preocupes por mí! ¡Yo me adelantaré! ¡Lilo puede estar en peligro!- dijo Fran pegando un grito de furia, comenzando a correr a toda velocidad por la cuesta, sacándole muchísima ventaja al grupo. Tras los restos de la nave comenzaron a salir sincorazones con cascos de soldados y garras afiladas y entre los matorrales salieron otros con forma de centauros con capas rojas y alabardas. Lilo se asustó al ver a los enemigos y fue retrocediendo poco a poco hacia atrás donde estaba el acantilado. De entre las llamas salió el chico de la capucha con la ropa bastante sucia y quemada.

- Ese bicho me ha dado demasiados problemas… creo que lo convertiré aquí mismo en sincorazón… -dijo el chico llegando con los sincorazones. - ¿Por qué haces esto? ¡No te hemos hecho nada!- le gritó Lilo con Stitch en sus brazos. - Son sólo órdenes… si por mí fuera, no le haría nada al extraterrestre… - le dijo el chico ordenando a los sincorazones con cascos a atacar- si no lo convierto en sincorazón… me matarán, ¿lo captas? - ¡Ni lo intentes!- gritó Fran llegando en el momento justo, despejando el camino de los sincorazones soldados con un golpe de su llave espada. - ¡Fran!- gritó Lilo contenta. - He traído la máquina, mete rápido a Stitch… Y tú, ¿Dónde está Sora?- le preguntó Fran. - Les perdí el rastro hace tiempo, seguro que aún están dando vueltas buscándome… ha sido fácil escapar de un Maestro, al fin y al cabo… - le contestó el chico. - ¡Para llevar algo tan pesado ha conseguido adelantarse mucho!- dijo Jumba llegando junto a los demás. - Más que se unen a la fiesta… más fácil para mí… ¡atacad centauros!- ordenó el chico. - ¿Pero qué son estos monstruos?- gritó Nani asustada. - Poner detrás de mí, nos acercaremos a Lilo poco a poco- les ordenó Jumba. - ¡Tengo mucho miedo!- se quejó Pleakley caminando junto a Nani. - ¿Quién eres?- le preguntó Fran mientras esquivaba uno de los ataques de los centauros y se protegía de su alabarda. - ¡Jumba! ¡Ya metí a Stitch en la máquina!- gritó Lilo- ¿Ahora qué hago? - ¡Sólo acciona la palanca!- contestó Jumba acercándose a ella. La luz verde del aparato se encendió y cubrió a Stitch de su luz. - ¡Desmaius!- gritó Xamo aturdiendo a uno de los centauros que se estaban acercando al grupo de Jumba tras salir de su varita un chorro rojo. - Chica entrometida… - se quejó el chico acercándose a Xamo. - ¡No te acerques! ¡Levicorpus!- gritó Xamo levitando una roca tan grande como ella y lanzándola contra el muchacho. - Magia no elemental… eso no hará mucho efecto y más con una novata… - dijo el chico esquivando la roca echándose a un lado. - ¡Buena distracción! – dijo Fran acercándose al chico con la llave espada preparada. Dio un giro de 360º que golpeó a su rival y lo hizo chocar contra la roca- ¡Cola de Dragón! - Hacemos buen equipo…-dijo Xamo con una sonrisa. - Maldita roca… es muy molesta… - dijo el chico cogiendo en peso la roca con una sola mano y lanzándola contra Xamo.

- ¡Cuidado!- gritó Fran cuando vio la roca colisionar con su amiga, cayendo al suelo inconsciente- ¡Bastardo! ¡Me las pagarás! - Elegido de la Llave Espada Fran… sólo eres el novato de los novatos… - dijo el chico esquivando el ataque de Fran agachándose y golpeando a Fran en el estómago con un puñetazo. Fran cayó al suelo y comenzó a soltar sangre por la boca- Soy muy diferente a ti… yo estoy mucho más cerca de convertirme en Maestro que tú. - Eso lo veremos… - dijo Fran soltando su llave espada y agarrando los dos brazos del chico- Te lo pregunté antes… ¡¿Quién eres?! - Sólo soy alguien que ha perdido demasiadas cosas… y para volver a recuperarlas necesito estar al mando del Señor Oscuro… - le contestó el chico levantando a Fran por los aires y lanzándolo contra las llamas del ala rota de la nave. - ¡Fran! – gritaron Lilo y los demás. Los sincorazones estaban cada vez más cerca y el efecto de la máquina parecía que no funcionaba. - Ahora a por el extraterrestre… - dijo el chico acercándose cada vez más al grupo de Lilo. -Oh no… - se asustó Pleakley. - Éste es el fin…-dijo Jumba. - ¡NO LE PONGAS NI UN DEDO A STITCH!- gritó un Fran en cólera saliendo de las llamas con la llave espada envueltas en ellas. Con una velocidad increíble golpeó en la cabeza al chico, lanzándolo bastante lejos y cayéndosele la capucha. - ¿Usó magia de fuego?- se preguntó Xamo cuando vio el ataque cuando se despertó con un chichón en la cabeza- Tengo que hacer algo con los sincorazones… sólo me queda un hechizo… ¡Expecto Patronum! - ¡Malditos seáis todos!- gritó el chico con el rostro descubierto, tras ver a los sincorazones que iban a por el grupo de Lilo ser aniquilados por un pájaro de luz. El chico tenía la piel muy morena, con unos ojos grandes y verdes esmeralda, dos colmillos le sobresalían de los labios y tenía el pelo plateado y de punta como el de Sora. - ¿Cuándo piensas responderme?- le preguntó Fran tras desaparecer las llamas de su cuerpo, aunque la llave espada seguía ardiendo. A su derecha tenía el cuerpo de Xamo inconsciente tras agotar toda su magia. - Ya te respondí antes, soy alguien…-le fue diciendo el chico. - Tu nombre… ¿Cuál es tu nombre?- le preguntó Fran con seriedad. - Me llamo Sazh y soy un Elegido de la Llave Espada como tú- dijo presentándose e invocando en su mano una llave espada negra y roja acabando la punta en un corazón y el cuerpo separándose por palos rojos y negros. -¿Otro elegido?- preguntó Fran sorprendido. - Pero a diferencia de ti… yo soy un Elegido de la Oscuridad… - le explicó Sazh- Dime Fran, ¿Cuál ha sido tu objetivo para venir a este mundo? ¿Qué planea Sora y sus amigos? - ¡Venimos buscando pistas sobre un encapuchado que está sumiendo los mundos en la oscuridad y para buscar a mi amigo Sebas!- le respondió Fran. - ¿Sebas? Me suena ese nombre… - dijo Sazh con voz seria.

- ¿Lo conoces? ¿Sabes dónde está?- le preguntó Fran sorprendido. - Creo que ya no es tu amigo… ya no forma parte del mundo de la luz… - respondió Sazh. - ¿Pero qué tonterías estás diciendo? ¡Sebas es mi amigo! ¡Dime donde está!- gritó Fran. - Ahora mismo se dirige a “Worm World” para hacer una prueba… - explicó Sazh- es un pequeño mundo no muy lejos de aquí… puede que si sales ya, os encontraréis… - ¡Lo encontraré sin duda!- dijo Fran decidido. - No creo que mi jefe quiera que salgas de este mundo y vayas a verle… - dijo Sazh envolviéndose en una aura oscura y sosteniendo en su mano una bola de llamas negras- ¡Bola de Fuego!

- ¡Mierda!- gritó Fran cuando ve la bola de fuego negra acercándosele a él. Intentó protegerse con su llave espada pero algo mucho mejor la hizo desviarse. Justo enfrente suya se colocó Sora golpeando el ataque con un puñetazo y desviándolo. - ¿Estáis bien?- preguntó Sora. - ¡Sora!- gritó Fran abrazándole. - ¡Yo también me alegro de verte pero no es momento de saludos!- le regañó Sora intentando quitárselo de encima. - Por fin me has encontrado…-le dijo Sazh con seriedad. - Al final tuvimos que coger la nave gumi para llegar antes- respondió Sora- Donald, Goofy, ¿están bien? - ¡Sí!- dijeron al unísono tras bajar de la nave gumi que estaba suspendida en el cielo. Bajaron los dos y derrotaron a los sincorazones que quedaban con hechizos mágicos y con golpes de escudo. - ¡No subestimes a los sincorazones!- gritó Sazh levantando el brazo y haciendo aparecer justo delante suya un enorme agujero oscuro y de él saliendo un camaleón gigante de color verde y el símbolo de los sincorazones en el pecho. - El que no debe subestimar al poder de la luz… ¡Eres tú!- gritó Sora haciendo un movimiento de espada que cortó por la mitad al sincorazón gigante. - ¡¿Pero qué?!- se sorprendió Sazh. - ¡Es muy fuerte!- gritó Fran muy sorprendido.

- ¡Nos volveremos a ver!- gritó Sazh desapareciendo en un túnel de oscuridad. - ¡Donald! ¡Restaura a Xamo! ¡Goofy! ¡Comprueba que no haya ningún sincorazón más por los alrededores!- ordenó Sora mientras corría hacia el grupo de Lilo. - ¡Sora, tenemos que hablar!- le dijo Fran. - Ahora no es tiempo de hablar, tenemos que curar a Stitch- contestó Sora. - ¡Es cierto!- se dijo Fran acercándose con él al grupo. - ¡Stitch! ¡Tienes que ponerte bueno!- dijo Lilo mientras veía a su amigo aún en la cámara. - Alegrarme mucho de volver a veros Sora, Donald y Goofy- les dijo Jumba. - ¡Gracias por encargarte de ese chico oscuro!- dijo Pleakley. - ¿Qué le pasa?- preguntó Sora. - Tuvo problema de recarga en el pasado y ahora comenzado recaer- le explicó Jumba. - Supongo que con magia no se puede hacer nada… - dijo Donald acercándose al grupo junto a Xamo recién curada. - Por favor ponte bien…- pidió Lilo viendo a Stitch abriendo los ojos poco a poco y colocando su mano en el cristal junto a la de Lilo. - Stitch lo siente… -acabó diciendo Stitch bajando la mano y apagándose poco a poco. - ¿Stitch?- preguntó Fran asustado. - ¡Oh no!- dijo Jumba triste. - ¡Jumba tienes que hacer algo! ¡No está funcionando!- le dijo Lilo agarrándole de la mano. - Llegado tarde- le respondió Jumba tras ver el cono verde vacío, levantó la palanca y se elevó la cúpula de cristal. Todos tristes comenzaron a llorar por la pérdida. Lilo cogió en brazos a su amigo ido. - Lilo, no hay nada que tú poder hacer… - Cariño…-intentó decirle su hermana. - No… Stitch, lo lamento mucho… siempre decía que te necesitaba… pero tú me necesitabas más… eres mi ohana Stitch… y yo siempre te querré- le dijo Lilo llorando mientras lo abrazaba. El viento soplaba levemente arrastrando las hojas. Y sin que nadie se percatara, la gráfica del panel de la máquina comenzó a ascender. Stitch comenzó a abrir los ojos poco a poco, viendo el rostro de su amiga dejando caer lágrimas sobre su cuerpo. - Stitch no está malo… ¡Stitch molido!- gritó Stitch despertándose. Todos quedaron impresionados por el milagro. Saltaron de alegría y fueron a abrazar a Stitch. - ¡STITCH!- gritó Lilo abrazándolo fuertemente. - ¿Pero cómo es posible?- dijo Pleakley impresionado. - ¡No serlo!- respondió Jumba igual de impresionado.

- ¿Stitch curado ya?- preguntó Stitch. - No habrá más pesadillas…- le dijo Lilo abrazándole. - Me alegro mucho de que estés bien- le dijo Sora con una sonrisa. - ¡Sora!- se sorprendió Stitch, saltando y abrazándole. - ¿De qué conoce Sora a Stitch?- le preguntó Xamo a Donald. - Hace muchos años fue su invocación y luego vinimos a su mundo- explicó Donald. - ¡Fran! ¡Stitch bueno! ¡Porque Stitch quiere ser bueno! ¡Stitch tiene a Ohana!- gritó Stitch saltando sobre Fran para abrazarle. - ¡Menos mal que estás bien!- dijo Fran levantándose con Stitch posado en su hombro. - ¡Gracias a todos!- gritó Stitch contento. - Oye Fran, ¿Cuándo piensas apagar la llave espada?- le preguntó Sora. - ¿Eh? ¡Ah! ¡Está ardiendo!- gritó Fran asustado mientras la agitaba. - ¡Es magia!- le dijo Donald. - ¿Cómo? ¿Magia? ¡Magia!- gritó Fran dándose cuenta- ¡Caí en las llamas! ¡Me quemé y cuando escuché que iban a por Stitch me enfurecí y las llamas dejaron de hacerme daño! - Eres un poco cortito, ¿lo sabes?- le dijo Xamo dándole un golpecito en la cabeza. - Fran, ¿has hablado con el chico ese?- preguntó Sora. - Su nombre es Sazh y es un Elegido de la Llave Espada de Oscuridad. Conoce a Sebas y me dijo que se dirigía a “Worm World” a hacer una prueba, ¿Conoces ese lugar?- le preguntó Fran tras explicarle. - Sí, está bastante cerca de aquí, no tardaremos ni medio día en llegar- indicó Sora- pero tendremos que irnos ya… - ¿Ya os vais? ¡Si acaba de recuperarse Stitch!- le dijo Lilo- Quedaos un poco más… la fiesta de la primavera aún no ha acabado… - Lo siento Lilo, tenemos mucha prisa y hemos perdido mucho tiempo buscando al tal “Sazh”- le dijo Sora viendo cómo Stitch jugueteaba con el pelo de Fran. - ¡Ajiá! ¡Ya tenemos nuevo destino!- dijo Goofy. - Oye Fran… ¿Quieres que Stitch sea tu invocación?- le preguntó Sora. - ¿Mi invocación?- preguntó Fran extrañado- ¿Es eso posible? - Ya que has experimentado la magia, tendrás que ir aprendiendo a manejarla- explicó Donald. - ¿Stitch estarías dispuesto?- le preguntó Fran a su amigo. - ¡Sí! ¡Invocación otra vez!- dijo Stitch con alegría

- El ritual es el siguiente: Stitch debe beber un poco de tu sangre y con eso hacéis un pacto de invocación. Muérdete el dedo o algo que haga salir sangre de tu cuerpo- explicó Sora- ya te enseñaré durante el viaje para ejecutar el conjuro… - Ten- le dijo a Stitch mordiéndose el dedo. Stitch lamió la herida y se tragón la sangre que le dio, con esa acción el pacto ya había sido cerrado. - ¡Stitch invocación!- gritó de alegría el troglodita, bajándose del hombro de Fran. - Bueno chicos, esto es un adiós- les dijo Sora a los demás. - Es una lástima que no os podáis quedar más…- dijo Pleakley. - ¡Espero volváis a venir pronto! ¡Genio malvado quiere enseñar nuevos artilugios! ¡Si necesitáis algún tipo de ayuda ya saber dónde acudir!- se despidió Jumba mientras veía que Donald hacía bajar la nave y todos se subían. - ¡Adiós a todo el mundo!- se despidió Goofy. - ¡Nos volveremos a ver!- les dijo Sora. - Adiós chicos…- les dijo Lilo con tristeza. - Tu madre estará orgullosa de ti…- le dijo Xamo en voz baja- ¡cuídate! - ¡Gracias por todo!- despidió Nani. - ¡Adiós!- gritó Lilo llorando en la despedida. - ¡Nos vemos!- gritó Fran despidiéndose mientras la nave despegaba. Y la nave desapareció en el oscuro firmamento hacia su próximo destino: “Worm World”. Mientras tanto, en una amplia habitación completamente blanca con una alfombra roja en el suelo que llegaba hasta un alto altar de mármol, estaba sentado el encapuchado que se encontraron Fran y Xamo en Ciudad de Paso. Sostenía en su mano una esfera de cristal y tras ella pudo ver todo lo que vio Sazh en su estancia en Islas Hawaianas. A los pies del alto altar se abrió un pasillo de oscuridad y de él salió el elegido oscuro. - Lo he visto todo…- le dijo el encapuchado. - Lo sé… el hechizo que pusiste sobre mí tiene que haber funcionado bien… Supongo que también se lo has puesto a él…- le preguntó Sazh. - Ante todo, no te preocupes por el castigo de no conseguir al experimento genético… sólo quería probar al nuevo elegido y al maestro…-dijo el encapuchado observando la esfera- Y sí… se lo he puesto y ahora mismo le voy a enviar información que nos beneficiará… En un mundo cercano formado totalmente de islas separadas unas de otras, estaba Sebas vestido con un chaleco y pantalones vaqueros oscuros y una camisa blanca. Su expresión era muy diferente, parecía mucho más oscuro. Tenía ojeras y el pelo caído y pringoso. Llevaba consigo la misma katana que robó en su planeta. Estaba caminando sobre una pradera cercana a unas frutas gigantescas, el lugar era una especie de huerto de proporciones inconmensurables. - Sebas, ¿me oyes?- sonó una voz en su cabeza. - ¿Eres Vixen?- preguntó Sebas sin extrañarse.

- Adivina con quién se ha encontrado Sazh…-le dijo Vixen. - Ahora mismo no estoy para adivinanzas…-contestó Sebas- Estoy en la misión que me encomendaste. - Fran…- dijo Vixen. - ¡¿Cómo?! ¿Dónde está?- preguntó Sebas algo preocupado. - Tranquilo… llegará pronto al mismo planeta en el que estás tú… - le dijo Vixen- Pero antes te quiero enseñar una serie de imágenes en tu cabeza… - ¿Con quién está?- preguntó Sebas cuando vio una serie de imágenes en su cabeza en las que veía a Fran feliz junto a otras personas y animales parlantes. - ¿Te has dado cuenta? Te ha reemplazado… no ha ido a buscarte, no se ha preocupado por ti… se ha buscado otros amigos- explicó Vixen mientras Sebas estaba en silencio- Te ha olvidado muy rápido… - Él mismo se ha vuelto una amenaza para ti… así que te pido que si lo ves, aléjate, guarda todo tu odio cuando estés preparado… si cumples tu misión te otorgaré un poder mucho mayor del que tienes ahora… y podrás hacer lo que tú quieras…- siguió explicando Vixen. - Sí señor… ¡cumpliré mi misión de matar al dragón!- dijo Sebas convencido. Mientras la nave se dirigía a “Worm World”, Donald comenzó a explicarle a Fran un poco del tema de la magia y le enseñó la forma en la que tenía que invocar a Stitch y cómo podría controlar su magia mediante la llave espada. Xamo parecía más animada y les enseñó a todos su libro de hechizos. Donald se mostró muy interesado en él. Fran estaba muy contento porque según la información que le dio Sazh, su mejor amigo Sebas estaba en aquel planeta. Pasaron casi toda la “noche” viajando y descansando ya que cuando salieron de las Islas Hawaianas empezaba a ser de noche. Cuando se despertaron Fran y Xamo ya estaban llegando al planeta. Era un mundo lleno de islas por todas partes y a la vez muy separadas entre sí. El lugar donde eligieron aterrizar tenía pinta de escenario de campo de batalla, con varios agujeros en el suelo como si hubieran explotado bombas y muchos alambres llenos de pinchos. Dejaron la nave en la costa y se dispusieron a investigar. - ¡Me encanta viajar por el espacio! ¡Pero he de decir que me cansa mucho estar en la nave!- se quejó Fran con energía. - Tengo la espalda molida…- también se quejó Xamo. - Ése era nuestro día a día chicos… así que no os quejéis…- les dijo Sora riéndose. - ¡Ajiá! ¡Una vez llegué a estar 3 días enteros sin dormir porque estaba conduciendo!-explicó Goofy. - Sí… en tus sueños…- le dijo Donald. - ¡Mirad! ¿Qué es eso?- dijo Fran señalando a lo que parecía una fortaleza metálica cubierta de pintura verde y amarillo oscuro, tenía varias ventanas rotas a los lados y alrededor cientos de sacos de arena cubrían el edificio. - Parece una fortaleza, oye Sora…- dijo Xamo cuando iban acercándose cuando de repente se escuchó un disparo. Cuando Xamo se dio la vuelta, vio a Fran caer de espaldas al suelo- ¡Aaah! ¡FRAN! - ¿¡Qué ha sido eso!?- gritó Donald asustado. - ¡Ha tenido que venir desde la fortaleza!- opinó Goofy igual de asustado- Tiene una bala en el hombro izquierdo…

- ¡PROTEGO!- gritó Sora creando con sus manos una barrera verde y circular alrededor de ellos. - ¿Qué vas a hacer?- preguntó Xamo preocupada pero Sora traspasó la cúpula protectora caminando hacia la fortaleza sin soltar una palabra. - ¡Hay que sacarle la bala del hombro!- gritó Donald ejecutando su magia para curarle- ¡Goofy trae las vendas de la mochila! - ¡Dicho y hecho!- dijo Goofy apresurándose. - ¿Sora?- preguntó Xamo viendo cómo andaba el Maestro hacia la fortaleza. - ¡Hemos herido a uno!- sonó una voz dentro de la fortaleza- ¡Eso le quita 75 puntos de vida! - ¡Enhorabuena compañero!- le felicitó otra voz- ¡Cuidado! ¡Viene uno de ellos! ¡Disparad con todo el arsenal! - ¡Cuidado!- gritó Xamo cuando escuchó el sonido de cientos de balas. Sora las fue esquivando con rapidez y sin parar el ritmo de la marcha, como si supiera a dónde le iban a disparar. Cuando llegó a la puerta del fuerte, levantó el brazo y partió la puerta entera de un puñetazo. El lugar estaba oscuro y Sora se adentró sin ninguna duda- Sora es increíble… desde que lo conozco ni ha sudado en un enfrentamiento… - Para ser Maestro se necesita ser muy fuerte… Sora siempre lo ha sido… desde que lo conocemos nunca ha dudado ni se ha echado atrás… por eso es el mejor Maestro que ha existido… -explicó Goofy. - ¿El mejor?... su fuerza es monstruosa…- preguntó Xamo dándose cuenta de la increíble fuerza de Sora. Tras escucharse varios gritos y disparos, el edificio salió volando en una enorme explosión. La barrera protectora hizo su trabajo de protegerles, pero el terreno se cubrió de llamas y escombros. - ¿Qué ha sido eso?- preguntó asustado Donald mientras acababa de vendar el hombro de Fran. - ¿Estará bien Sora?- preguntó Xamo cuando de entre la cortina de humo y el fuego salió una silueta de un hombre agarrando una especie de bolsa con la mano. -¡Sora!- gritó Goofy cuando vio a su amigo salir de entre las llamas y el humo. Estaba totalmente cubierto de hollín y suciedad y llevaba consigo una especie de gusano con brazos, enormes ojos, boca y cejas. - Ha sido el único superviviente… - dijo Sora dejando caer al gusano de estatura media. Era la mitad de alto que cualquiera de ellos, llevaba un sombrero de fieltro y unas gafas tecno verdes. - ¡Puaj! ¡Un gusano!- se repugnó Xamo. - Contesta gusano, ¿por qué nos has atacado?- le preguntó Sora con seriedad. - ¡Cof, cof! ¡Creíamos que erais el enemigo disfrazado! ¡Siento mucho haber disparado a vuestro amigo!-se disculpó el gusano. - ¡Encima fuiste tú el que lo hizo!- se enfadó Sora cogiendo del cuello al gusano. - ¡Para Sora! ¡Así no vas a solucionar nada!- le pidió Goofy. - Ya vinieron unos humanos hace unos días y como sospechosos los encerramos en los calabozos de la fortaleza… no sé si aún siguen vivos…-dijo el gusano.

- ¡Como me haya cargado a unos inocentes haré un estofado con tu carne!- le gritó Sora volviéndose hacia el lugar de la explosión. - Estofado de gusano…-pensó Xamo para sus adentros. De la fatiga que le dio se fue a uno de los agujeros del campo de batalla y se puso a vomitar. -¡Éste es un mundo donde viven gusanos en constantes conflictos! ¡Por lo que siempre están en guerras!- informó Goofy. - ¡Se está despertando!- avisó Donald cuando Fran pareció abrir los ojos y reincorporarse en el suelo. - ¿Qué ha pasado?-preguntó Fran agarrándose la cabeza. - ¿Estás mejor chico? Siento mucho haberte disparado…-se disculpó el gusano. - ¿Disparo?... ¡Ah! ¡Pedazo de herida!- gritó Fran dándose cuenta de su hombro vendado. - ¡Eres un poco corto!- le gritó Donald. - ¡UN GUSANO HABLANDO!-gritó Fran de nuevo tras verlo. - ¡LENTO!- gritaron Donald y Xamo. - ¡Sólo había dos chicos y una chica! – llegó Sora con un chico rubio, pelo corto y flequillo en punta, el color de los ojos marrones y bastante bajito, tanto como Fran. El otro chico era algo más alto que el primero, peinado en forma de cuenco, pelo castaño con mechas rubias, tenía unas leves ojeras y le sobresalía algo de grasa por el cuello. La chica era la más bajita y regordeta, de pelo moreno y con cara de muñeca y una delantera tal vez demasiado grande. - ¿Quiénes son esta gente?- preguntó Fran extrañado. - El gusano éste te disparó, Sora destruyó la fortaleza él solo y resulta que había tres rehenes humanos dentro- le explicó Xamo. - ¿¡Qué deberíamos hacer con este!?- preguntó Sora volviendo a agarrar al gusano. - ¡Piedad! ¡Ya no os puedo hacer nada! ¡Dejadme ir! Derrotaste a todos mis compañeros, ¿no es pago suficiente?- suplicó el gusano. - ¡Para, Sora!- pidió Fran. - Pero… - dijo Sora sin soltarlo. - Dejémoslo en el pasado… ¡ya no me duele!- dijo Fran levantándose como si nada. - Ya veo…-dijo Sora soltando al gusano- ¡Pero que sepas que le debes tu vida a Fran! - Muchas gracias chico Fran, ¿Cómo podría pagarle?- se arrodilló el gusano. - ¿Cuál es tu nombre?- le preguntó Fran. - Mi nombre es Willy, señor. Pertenezco al “Equipo Hinotama”, encargado de derrotar al “Equipo Scots”, conseguir la “bola” y atrapar al “dragón” – explicó Willy. - ¿DRAGÓN?- se impresionó Fran.

- Es una extraña criatura que apareció hace bastantes años… hay una lucha intensa por conseguir cierta “bola” que es capaz de controlar al dragón… ahora mismo el dragón anda libre por el mundo y nadie lo ha conseguido atrapar aún ya que es demasiado escurridizo… en éste mundo lleno de islas, cada vez que sale volando no podemos seguirle ya que nosotros no podemos nadar y nuestros barcos no son tan rápidos- explicó Willy. - ¡Quiero ver a ese dragón! ¿Sabes dónde está?- le preguntó Fran. - ¡Oye! ¡No te precipites!- le pidió Donald. - Me estoy temiendo lo peor…-temieron Xamo y Sora. - Sí… está en una isla bastante cercana de aquí… -dijo Willy por lo bajo. - ¡Quiero ir a capturarlo!- dijo Fran decidido. - ¡No podemos pararnos a atrapar a un dragón! ¡Además han dicho que ellos no han podido desde hace años!- le regañó Xamo. - Pero nosotros no somos gusanos… ¡Somos humanos! ¡Podremos atraparlo!- siguió diciendo Fran. - Eh… perdón por interrumpir… pero creo que yo puedo ayudaros a capturar a ese dragón… aunque esté cagado de miedo…-dijo el chico del flequillo rubio. - ¿Tú?- preguntó Sora. - A cambio de devolvernos el favor… ¡Te ayudaré a atraparlo! ¡Soy experto en atrapar cosas!- volvió a decir el chico del flequillo rubio. - ¿Quiénes sois vosotros?- preguntó Fran. - ¡Mi nombre es Álvaro y soy piloto!- se presentó el chico rubio. - Yo soy Jesús…-se presentó el otro chico. - ¡Y yo soy Peralta! – se presentó la chica. - ¡Bienvenidos a bordo! – Les dijo Fran- ¡Mi nombre es Fran! ¡Esta es Xamo la malhumorada…! - ¡Cállate!- le gritó Xamo. - ¡Y estos son Sora, Donald y Goofy!- siguió presentando Fran. - ¡Encantados!- repitieron los tres. - Oye Álvaro, ¿será buena idea?- le preguntó Jesús detrás del oído. - No expondremos lo que queremos a cambio hasta que aceptéis que os ayude y consigamos el objetivo de la misión- siguió exponiendo Álvaro. - ¡De acuerdo!- asintió Fran. - ¿Quién te ha dicho que puedes decidir nuestro rumbo?- le preguntó Sora. - ¡Sabemos que Sebas está en éste mundo! ¡Así que no pasará nada si nos torcemos un poco en el camino!- respondió Fran.

- ¿Y no has pensado en cómo vamos a caber todos en la nave gumi?- preguntó Xamo. - Eso no es problema… justo detrás de la fortaleza destruida tenemos nuestro pequeño barco… podemos ir en él- respondió Willy. - ¡Bien! ¡Willy, llévanos a donde está el dragón!- le pidió Fran emprendiendo la marcha. - Te llevaré al lugar donde está el dragón… pero he de decirte de que será imposible atraparlo…-informó Willy andando junto con los demás- Ya que el equipo contrario tiene la bola que controla al dragón… - Ya pensaremos qué hacer cuando consigamos atraparlo… -le dijo Sora. - ¡Wow! ¡Un barco! – gritó Fran entusiasmado al ver el pequeño barco de madera y de velas blancas. Tenía sólo el palo mayor y era lo suficientemente grande para que entraran todos. - ¡Todos a bordo! ¡Rumbo a “Aquí hay Dragón Encerrado”! – gritó Willy levando anclas y comenzando a avanzar. - ¿”Aquí hay Dragón Encerrado”?- preguntó Goofy. - ¡Es el nombre de la isla! ¡Tenemos estos tipos de nombre para cada isla!- explicó Willy. - Qué mundo tan interesante… -se fascinó Fran.

Estuvieron navegando por más de siete horas y el sol comenzaba a caer sobre el horizonte, en unas horas llegaría la noche. El viento soplaba en contra pero la marea parecía más bien calmada. Llegaron a una pequeña isla donde sólo había una torre alta protegida por cuatro murallas en los alrededores y en vez de torretas en cada esquina, había unas montañas de rocas escarchadas. En lo alto de la torre se podía divisar un aura de calor intenso, parecía que las tejas rojas estaban ardiendo y de la ventana salía un destello de luz que hacía parecer la torre un faro estático. - ¡Por fin llegamos!- gritó Fran nada más bajar del barco. - ¡Cállate! ¡Vas a despertar al dragón!- le regañaron Xamo y Willy. Por suerte, el dragón no pareció percatarse. - ¿El dragón está en lo más alto de la torre?- preguntó Jesús. - Sí… pero tenemos que tener cuidado… como escuche que nos acercamos a él, saldrá volando hacia otra isla… tenéis que hablar en voz baja… -explicó Willy- He traído de mi mochila todo el arsenal que pude… dinamitas, una escopeta, un bate de béisbol, un bazooka, una cuerda Ninja, seis jet packs y una granada divina… - Oye, oye… ¿No harás demasiado ruido con todas esas armas? ¡Tú mismo lo has dicho!- le dijo Sora. - ¿Granada Divina?- preguntó Álvaro con curiosidad. - ¿Dónde va Fran?- preguntó Goofy.

- ¡Voy a trepar por el muro!- dijo Fran comenzando a andar hacia el muro. - ¡Espera! ¡No deberíamos ir todos!- dijo Willy en voz baja. - Estoy de acuerdo contigo…-le dijo Xamo. - Igualmente…-contestó Peralta. - ¡Iré yo!- dijo Jesús. - No vamos a ir tantos, iremos Fran, Álvaro, Willy y yo - ordenó Sora- Álvaro dijo que nos ayudaría a atraparlo y Willy dijo que nos llevaría hasta allí… - ¡Haré mi mayor esfuerzo!- dijo Álvaro con las piernas temblorosas. - Venga, no tengas miedo- le dijo Fran dándole un empujoncito en la espalda. - Vosotros quedaos cerca del barco- ordenó Sora de nuevo. - ¡A sus órdenes Maestro!- dijeron Donald y Goofy. - ¡Tengo muchas ganas de ver al dragón!- decía Fran riéndose mientras caminaba con el equipo de captura. - ¿Cómo atravesaremos el muro sin hacer ruido?- preguntó Sora. - Sólo tengo una Cuerda Ninja… - dijo Willy en voz baja. - ¡Dejadme a mí! ¡Vuelta de Poste: Red de Asalto! – Dijo Álvaro en voz baja sacando cuatro cuerdas de sus mangas y consiguiendo atarlas en los bloques de piedras del muro- ¡Ale! ¡Ya podemos subir! - ¡Eres increíble, Álvaro!- se sorprendió Fran. - Al final fue bueno incluso encerraros en aquel calabozo- dijo Willy soltando una risotada. - ¡Muévete, maldito gusano!- le regañó Álvaro mientras subían los demás. Mientras tanto en la orilla de la isla, donde estaban Donald y Goofy vigilando los alrededores, estaban Xamo, Jesús y Peralta conversando seriamente. - Así que… ¿También vuestro mundo ha sido engullido por la oscuridad?- les preguntó Xamo. - Algo parecido…-contestó Jesús. - Técnicamente nos han echado de nuestro mundo pero aún existe… y Álvaro quiere volver a toda costa… -respondió Peralta. - ¿Sólo él? ¿Y vosotros?- les preguntó Xamo de nuevo. - Peralta no tiene ninguna facultad de lucha… pero en cambio yo sí… y mi deseo es volver a ese mundo… aunque no pertenezcamos realmente a él… -continuó Jesús seriamente- es una larga historia… El equipo de captura consiguió atravesar el muro tras bajar por el otro lado gracias a las cuerdas de Álvaro. Entre los muros y la enorme torre había un tranquilo césped verde y bien cuidado. Cuando llegaron a los pies de la torre se encontraron con una puerta de madera blindada con tiras metálicas y un hueco con forma de cerradura.

- Está cerrada…-dijo Fran intentando abrirla. - ¿Tendremos que trepar de nuevo hasta lo más alto?- se preguntó Álvaro. - Fran de verdad es que eres un poco cortito…-le dijo Sora en voz baja. - ¡Cierto! ¡Willy! ¿Tienes la llave?- le preguntó Fran con inocencia. - ¡Eso es a lo que me refería!- le regañó Sora- Tú también eres un Elegido de la Llave Espada… por lo que podrías abrir cualquier cerradura usando la llave… - ¿Puedo hacer eso?- se sorprendió Fran- en verdad soy sorprendente… - ¡Hazlo tú o lo haré yo mismo!- le regañó Sora de nuevo mientras Fran se ponía colorado- Yo podría hacerlo usando sólo un dedo… - ¿Un elegido de la llave espada?- se preguntó Álvaro para sí mismo con muchísima seriedad- Como aquel chico… - ¡Bien! ¡Ábrete Sésamo!- dijo Fran invocando su llave espada apuntando a la cerradura la cual se abrió en un instante tras escucharse el cierre de una cerradura abriéndose- ¡Wow! ¡Lo conseguí! ¡Soy una máquina! - Deja de alabarte a ti mismo y entra…- le dijo Sora. - Oye, he tenido una idea…- les dijo Álvaro parándoles la marcha - Treparé por la torre para prepararle al dragón una trampa, así cuando subáis hasta arriba e intente escapar, estará en nuestro poder… - Buena idea pero ten mucho cuidado- le pidió Sora. - ¡Lo tendré! ¡No tengo ningún miedo!- dijo Álvaro mientras le temblaban las piernas. Los demás se adentraron en la torre. Únicamente había una escalera de caracol que conducía hasta lo más alto. - Estoy comenzando a cansarme…-informó Fran con la lengua fuera. - Está empezando a hacer mucho calor…-comentó Willy. - Debemos estar ya mismo arriba del todo- dijo Sora costándole respirar. - ¿Qué tenéis pensado hacer para atraparlo sin la bola?- preguntó Willy. - Ya lo pensaremos cuando lo veamos- informó Fran llegando por fin a una puerta de madera. Intentó agarrar el pomo y se quemó enseguida- ¡Ah! ¡Quema! - Debe de ser el calor que emite el dragón…- dijo Sora agarrando el pomo fuertemente y abriendo la puerta muy poco a poco. - ¿¡Ése es el dragón!?- preguntó Fran sorprendido, era un dragón de casi dos metros. Era de color naranja con el lomo amarillo claro. Tenía un largo cuello, dos cuernos y una boca grande con cuatro colmillos. Tenía unas majestuosas alas con membranas verdes, dos brazos más o menos pequeños y unas enormes patas con uñas afiladas. Su cola era larga y acababa en una abrasadora llama. El lugar estaba ardiendo pero de forma constante y no parecía carbonizarse nada del lugar. El dragón se dio cuenta de su presencia rápidamente, los miró con ojos amenazantes y soltó un rugido estremecedor. - ¡Cuidado Fran!- le gritó Sora cerrando la puerta cuando el dragón soltó llamas por la boca. La puerta comenzó a derretirse y cuando el dragón paró de escupir fuego, Fran entró golpeando la puerta con una patada.

- ¡Hemos venido a atraparte!- gritó Fran entrando por la puerta. - ¡Idiota!- le gritó Willy cuando el dragón comenzó a agitar las alas y salir volando por la ventana rota. - ¡Álvaro! ¡Va para allá!- dijo Fran. - ¡Gaza en Ocho! – gritó Álvaro bloqueando el ala izquierda del dragón. Fran corrió hacia su presa y se agarró por el cuello. - ¿Pero qué haces loco?- le gritó Willy sorprendido cuando ve a Fran salir volando encima del dragón. La cuerda bloqueaba la movilidad del animal, que comenzó a dar vueltas sin parar por la isla, intentando quitarse aquella atadura. Fran aún seguía agarrado al cuello del dragón e intentaba llevarlo hacia alguna dirección. Perdieron altura y ambos se precipitaron sobre el barco, destruyendo el palo mayor y casi toda la cubierta. El barco volcó sobre el agua y el dragón se precipitó sobre ella, mojándose un poco la cola y parte del cuerpo. El animal comenzó a soltar gritos de dolor. Fran se asustó tras levantarse mal herido. - ¡Chicos! ¡Necesito ayuda!- gritó Fran tras ver al dragón sufrir y dándose cuenta de porque podría ser- ¡Le pasa algo al dragón! ¡Su cola! ¡Se ha mojado y la llama se está apagando! - ¿Qué ha ocurrido?- preguntó Xamo llegando junto a los demás que se quedaron esperando antes. - ¡Hay que sacar al dragón antes de que se hunda en el mar! ¡Xamo haz algo!- dijo Fran intentando levantar al dragón para que no se hundiera pero era demasiado pesado. - ¡Levicorpus!- dijo Xamo apuntando al dragón y con esfuerzo lo levitó y posó sobre el césped. - ¿Cómo está?- preguntaron Jesús y Peralta al llegar. - ¡No le hagáis daño!- gritó Fran llegando a la orilla y agachándose para ver el dragón- No se cómo pero si se moja sufre dolor… allí arriba todo estaba muy caliente… - ¡Fran!- se escuchó a Sora llegando junto a Willy y Álvaro. - ¿Qué le ocurre?- preguntó Álvaro. - ¡Por fin tenemos al dragón!- gritó Willy eufórico. - ¡Cállate!- le dijo Fran cuando el dragón empezó a ponerse nervioso e intentó apartar a los demás de alrededor- tranquilo, no te haremos daño… - ¿Pero qué estás diciendo?- preguntó Willy extrañado. - El dragón cayó al agua y se apagó un poco la cola… si está sufriendo quiere decir que si se apaga su cola… muere… creo que sé qué tipo de animal es éste… son muy sensibles a los cambios de temperatura…- explicó Sora. - ¡Necesita calor ahora mismo!- dijo Donald. - ¡Te pondrás bien pronto!- le dijo Fran al dragón cuando éste cayó al suelo casi inconsciente- no necesito que lo ates… - Como tú quieras…-dijo Álvaro cuando intentó acercarse con una de sus cuerdas en la mano. - Se está haciendo de noche…-comentó Xamo. - Haremos un campamento aquí… veremos qué hacer con el dragón cuando se recupere…-ordenó Sora.

- ¡Traed toallas! ¡Hay que subirle la temperatura como sea!- pidió Fran. El dragón se quedó dormido cuando cayó la noche. Entre todos montaron unas casetas de campaña alrededor de un fuego, todos los utensilios los tenía Willy en el barco destruido e inservible. Fran se dedicó a no separarse del dragón, calentaba las toallas con el fuego y empezaba a frotar su cuerpo con ella. La llama pareció que se iba avivando poco a poco pero aún no parecía que estuviera bien. - ¿Por qué haces esto?- preguntó Willy extrañado cuando se acercó a Fran. - Yo sólo quería ser su amigo… creí que sería divertido si se convierte en mi invocación…-le contestó Fran cuando el dragón pareció abrir los ojos y pudo ver a Fran. El dragón pareció no inmutarse y se dedicó únicamente a mirar al humano que estaba cuidándole- Pero ha sufrido por culpa mía… no voy a separarme hasta que se recupere… - Sin duda eres un humano extraño…- dijo alejándose hacia el campamento. - El dragón necesita más calor- informó Donald. - ¿Qué podría hacer yo?... ¡Tengo una idea!- dijo Fran invocando su llave espada- ¡Ahora tengo que hacer lo mismo que en las Islas Hawaianas! ¡Fuego! - Concéntrate en un punto en concreto de la llave espada…-aconsejó Donald. - ¡Ya!- dijo Fran tras calentarse la cabeza y comenzando a arder su arma- Tranquilo dragón, ¡yo haré que te pongas bien! Siento mucho haberte hecho caer al agua… fue todo culpa mía… pero ahora somos amigos, ¿verdad? Fran clavó la llave espada en el suelo cerca del dragón, utilizando el calor de la llave para calentarlo. Volvió a coger la toalla y volvió a frotar su cuerpo. Todos se fueron a dormir a las casetas de campaña, mientras Fran se quedó aún con el dragón. Tras frotar tanto tiempo, sus manos comenzaron a dañarse y salir cayos y sangre. Estuvo casi toda la noche despierto y el sueño se adueñó de él. Se quedó dormido encima del dragón, babeando y con la toalla en el suelo. El dragón levantó la cabeza mirando al muchacho, cogió la toalla con la boca y se la puso por encima. Volvió a dormirse mientras la llama pareció estabilizarse. A la mañana siguiente una serie de patadas en la cara despertaron a Fran, era su amiga Xamo intentando que se despertara inmediatamente. - ¡Fran! ¡Fran!- gritó Xamo escandalizada. - ¿Qué ocurre?- dijo Fran levantándose del suelo. - ¡El dragón!- gritó Donald. - ¡Está volando!- dijo Álvaro impresionado. - ¡Hey! ¡Dragón! ¡Por fin estás bien!- gritó Fran al dragón que volaba dando vueltas por la isla. Tras dar unas cuantas vueltas por la torre, descendió a tierra justo enfrente de Fran. - ¿Lo ha domado?- preguntó Jesús cuando el dragón comenzó a lamer a Fran. - ¡Para! ¡Me haces cosquillas!- rió Fran. - Se han hecho bastante amigos- comentó Sora. - Amigo de un dragón… sólo podría hacerlo él…-dijo Xamo suspirando.

- ¿Cómo vamos a llevarlo en la nave?- preguntó asustado Donald. - Tenía pensado convertirlo en mi invocación- les dijo Fran. - Espera Fran… en este caso no puedes hacerlo con el ritual que te enseñé…- informó Sora. - ¿Eh? ¿Por qué?- preguntó Fran. - Porque es un “Pokemon”- respondió Sora.

- ¿Qué es un Pokemon?- preguntaron Xamo y Peralta. - ¿Algún tipo de animal?- preguntó Jesús igual de extrañado. - Es decir, que hay más de estos…-concluyó Álvaro. - Hubo una vez un mundo que tenía cientos de criaturas diferentes llamadas “Pokemon”, cada uno tenía un tipo y poderes especiales y vivían en armonía con los humanos… cuando otros planetas consiguieron llegar a este mundo comenzaron a robar y usar a los Pokemon para sus únicos fines… para ellos sólo eran herramientas… - explicó Sora. - ¿Y este llegó a este mundo por uno de esos traficantes?- preguntó Jesús. - No… de hecho… hace mucho tiempo que el mundo de los Pokemon desapareció… -siguió explicando Sora. - ¿Desapareció como los nuestros?- preguntó Xamo. - No estoy seguro del todo… pero actualmente el mundo no existe en el Reino de la Luz…- concluyó Sora. - Cuando el mundo desapareció, se llevó consigo a los habitantes que tenía en su momento-siguió explicando Donald. - Por lo que aquellos Pokemon que salieron del mundo, no pudieron regresar…- respondió Sora. - Es una lástima…- dijo Fran por lo bajo. - Qué hambre tengo…-dijo Xamo rugiéndole el estómago. - ¡Ajiá! ¡Pues te vas a comer todos mis buñuelos…!- iba diciendo Goofy sacando una cesta de su mochila cuando Xamo le golpeó en toda la cabeza creándole un pedazo de chichón. - ¡Cállate guarro!- le dijo enfadada Xamo. - En parte es mejor para ellos… no vivirían en paz siendo explotados de aquella forma- dijo Sora en voz baja- Los Pokemon son guardados en esas esferas llamadas “Pokeball”, es la bola de la que habla Willy.

Deberías devolverle a su pokeball para poder llevártelo. Sería una tontería hacer el ritual de invocación porque estaría aquí en peligro de que le atrapen y tú gastarías magia tontamente… ¿No es mejor llevártelo? - ¡Tienes razón! ¡Tendremos que ir por esa bola! ¿Estás de acuerdo chico…?- se animó Fran cuando de repente cayó del cielo una persona gigante que chocó contra la torre y los muros y luego cayendo al mar. - ¡¿Qué ha sido eso?!- gritaron todos tras ver lo sucedido. - ¡Ataque enemigo!- gritó Goofy cuando vio pequeños aviones volando cerca de ellos. - ¡Es el Equipo Scots!- gritó Willy. Uno de los aviones abrió sus compuertas y de ellas cayeron tres vacas al vacío- ¡Es el Ataque Bovino! - ¡¿Por qué explotan las vacas?!- gritó Xamo asustada cuando las vacas explotaron cerca de ellos. Crearon agujeros llenos de agua a su alrededor. - ¡Sin duda sus armas son de lo más extraño!- gritó impresionado Álvaro. - Somos muy imaginativos… ¡Es el Burro de Cemento!- gritó Willy cuando del cielo cayó una estatua gigantesca de un burro. - ¡Todo esto es demasiado surrealista! – gritó Xamo asustada. - ¡Poneos detrás de mí!- dijo Sora sacando su llave espada y saltando. De un movimiento de espada cortó el burro por la mitad, cayendo las dos mitades cerca de ellos pero sin dañarles. - ¿He dicho que tu amigo es increíble?- preguntó Willy impresionado. - ¡Sin duda es mi Maestro!- gritó Fran entusiasmado cuando, entre la confusión, unas cadenas con forma de red atraparon al dragón junto a Fran, Álvaro y Willy. - ¡Chicos!- gritó Xamo cuando vio la red de cadenas salir volando en un avión- ¡Sora haz algo! - ¡Les haría daño!- le gritó Sora. - ¡Mirad en mi mochila!- gritó a todo pulmón Willy mientras los aviones se iban alejando de la isla. - No han tendido una trampa…-dijo Jesús. - Tenemos que perseguirlos- concluyó Sora. - ¿Cómo?- preguntó Peralta. - ¿Donald?- le preguntó Sora. - ¡Hechizo localizador ejecutado!- respondió Donald. - ¿Te creías que me quedaría parado mientras mi alumno es secuestrado?- le dijo Sora con una sonrisa- Él es fuerte aunque no lo parezca… no dejará que atrapen al dragón… El avión llevó todo el camino la red colgando y dentro estaban atrapados el dragón, Fran, Álvaro y Willy. El pequeño gusano parecía ser tan pequeño que podía escapar fácilmente de la red pero debajo estaba el mar. Estuvieron volando por mucho rato, tanto que se pasó la hora de comer. - Qué hambre tengo…-dijo Fran mientras le rugía el estómago.

- No hemos ni desayunado ni almorzado, ¿por qué no les dan de comer a los rehenes?- se preguntó Álvaro. - Creo que sé a dónde nos dirigimos- dijo Willy - Aunque me lo digas no sabré donde es…-respondió Álvaro. - Lo sé… pero muestra el nivel de peligrosidad en caso de que pueda huir de esta red y encontrar las llaves para sacaros…-explicó Willy - ¿Podrás hacer eso de verdad?-preguntó Fran ilusionado y mordiendo las cadenas- Aunque creo que podría comerme estas cadenas con el hambre que tengo… - ¿Cómo sabremos que no huirás con la bola?- le preguntó Álvaro sin fiarse del gusano- ¡Tú nos encerraste a mí y a mis amigos! ¡Y disparaste a Fran sin motivo alguno! - Tranquilo Álvaro- le dijo Fran. - ¿Pero qué dices? ¿Tú confías en él?- preguntó Álvaro enfadado. - Sí…-dijo Fran con tranquilidad. - ¿Qué te hace pensar que no te traicionará?- volvió a preguntar Álvaro. - No lo sé… ¿Nos vas a traicionar?- le preguntó Fran. - No- respondió Willy. - ¿Ves?- le dijo Fran. - ¡Eso no es motivo para confiar!- le gritó Álvaro. - Eres demasiado ruidoso… Yo sé en quién confiar…-respondió Fran algo molesto. - ¿Y cómo lo sabes?- volvió a preguntar Álvaro. - Intuición… no veo malas intenciones cuando le miro… ¿No es razón suficiente?- le dijo Fran. - ¿Al igual que conmigo y mis amigos?- preguntó Álvaro. - ¿A qué te refieres?- le preguntó Fran. - A nosotros tampoco nos conoces de nada… y te ofrecí mi ayuda a cambio de un favor que no diría hasta cumplir la misión… pero confiaste en mí…- explicó Álvaro con la cabeza agachada- ¿Por qué aceptaste sin más? - ¿Qué problema tienes con la “confianza”? ¡Confía en que yo confíe en ti!- respondió Fran con decisión. - ¿Confías en mí?... igual que ella… -dijo Álvaro en voz baja- Por favor Fran… cuando acabemos nuestra misión… ¡Llévanos contigo y con tus amigos a mi mundo! ¡Necesito recuperar algo que es mío! - ¿Qué quieres recuperar?- le preguntó Willy. - Un lugar sagrado… para mi madre… me lo confió a mí y me lo arrebató un encapuchado…-respondió Álvaro.

- ¿Un encapuchado? Podría ser… - comenzó a pensar Fran sobre el hombre encapuchado de Ciudad de Paso. La noche comenzó a caer y los presos se quedaron dormidos para olvidar el aburrimiento y el hambre. Todos se durmieron excepto Álvaro. Tenía cara de preocupación mientras miraba el sol desaparecer. Tras un ronquido del dragón, Fran dio un sobresalto y observó a su amigo con ojos llorosos. - Oye Álvaro, ¿Aún estás preocupado?- preguntó Fran- Te he dicho que te voy a ayudar a volver a tu mundo sea como sea… - No es eso… ¡Muchas gracias por ayudarme!... pero es que… necesito recuperar lo que me confió mi madre… - comenzó a recordar Álvaro con lágrimas sobre su mejilla. En cierto mundo hace diez años, en una pequeña isla donde sólo había una ciudad con un pequeño bosque y una tranquila playa, una isla donde el viento nunca soplaba y el clima tropical lo convertía en un lugar turístico, una vez, una pequeña nave roja se estrelló en las cercanías del pueblo, cerca de la playa. Entre los arbustos salió un pequeño niño lleno de heridas y con un casco rojo de piloto. El niño, sin posibilidad de ver por culpa del casco, andó chocándose con los árboles y cayendo por una pequeña pendiente de tierra. Cuando llegó al final de la cuesta, una mujer más bien anciana y pelirroja con gafas pequeñas le recogió entre sus brazos. Tenía el pelo rizado y una mirada serena y justa. Era bastante gordita y bajita. - ¿De dónde has salido tú?- le preguntó la mujer con tranquilidad. Pero el niño con el casco no pudo ver ni decir nada, sólo parecía cansado. La mujer echó la mirada arriba y vio la nave estrellada. Sentó al niño entre la hierba y comenzó a subir por la cuesta- Quédate ahí por favor… La mujer subió por la pendiente y fue al lugar del accidente. Allí no había absolutamente nadie, parecía que el niño había venido solo. Cuando descendió de la cuesta tras haber registrado el lugar, cogió al niño pequeño y le quitó el casco de encima. Era un niño rubio con los ojos marrones claros y una mirada infantil e inocente. - ¿Cómo te llamas, chico?- le preguntó la mujer. - No… no lo sé…-dijo el chiquillo por lo bajo. - El mío es Aiko... ¿Cuántos años tienes?-le volvió a preguntar la mujer. - 4 años… creo… -respondió Álvaro con inocencia- ¿Dónde estoy? - En tu nueva casa… y yo seré tu madre…- le dijo Aiko. - ¿Mi mamá? – volvió a preguntar Álvaro. - Sí…- contestó la mujer con tristeza- Mi hijo y mi marido ya no están conmigo… le pasó lo mismo que a aquella nave… mi marido era piloto… ¿Te vienes conmigo? - ¡Sí!- asintió Álvaro abrazando a la mujer. - A partir de ahora tu nombre será Álvaro…-le dijo Aiko abrazándole y pensando para sí misma- igual que mi hijo… Aiko llevó a Álvaro a un instituto. Ella era la directora de la escuela y amaba con todo su corazón aquellas instalaciones. Su mayor deseo era ser profesora y hacía lo imposible para que el instituto siguiera adelante. Álvaro vivió entre esos muros bastantes años, acompañando a su nueva madre. A sus diez años, construyó él mismo un coche aeroespacial con chatarra de ordenadores de la escuela y demás materiales.

- ¡Mira mamá! ¡He construido mi primera nave aeroespacial! ¡Con esto seré el mejor piloto del mundo!- gritó Álvaro eufórico. Había crecido mucho desde aquel día en el que le encontró su madre adoptiva. - ¡Serás malo! ¡Te he dicho que no me gusta que te montes en ningún tipo de nave! ¡No me gusta que seas piloto! ¡Y no lo serás mientras yo viva!- le gritó Aiko enfadada cuando intentaba Álvaro salir con la nave por la puerta del instituto. - Pero mamá…-intentó decirle Álvaro. - Mi marido y mi hijo murieron en un accidente de nave… ¿Cómo crees que me siento cuando veo la posibilidad de que te pase lo mismo?- le preguntó Aiko con lágrimas en la cara- ¡Tú y el instituto sois lo único que me queda! ¡Por favor, no vuelvas a montarte en una nave! - Sí mamá…-dijo Álvaro por lo bajo. Pero la palabra de Álvaro no duró mucho. A escondidas de su madre, hacía carreras con sus amigos con naves construidas por él. Las escondía en lo más recóndito del bosque y las usaba cada tarde para pilotar. Nunca le pasó nada y es que a decir verdad, se le daba muy bien pilotar. Su sueño era ser el mejor piloto del espacio y surcar las estrellas en su nave espacial. Dos años después, el instituto llegó a la quiebra. Los profesores se fueron poco a poco y los alumnos se mudaban de mundo para ir a una escuela mejor. Aiko no pudo aguantar tanto y decidió cerrar el instituto. Álvaro tenía doce años y su madre cayó en una enfermedad por culpa de la vejez. - Hijo mío… acércate por favor…-le dijo Aiko en una cama de hospital, allí solo estaba Álvaro y un doctor realizándole un diagnóstico. Álvaro se le acercó llorando, su madre no veía sin las gafas y acarició la cabeza de su hijo lentamente- Estoy ya muy vieja… a mis 86 años no estoy para dar más de mí… - Mamá por favor… ¡no te mueras!- lloró Álvaro. - No te preocupes por mí… estaré con mi hijo y mi marido en la otra vida… Álvaro… sé que has estado pilotando a escondidas de tu madre… pero quiero que sepas…-le intentó decir Aiko pero le interrumpió su hijo. - ¡LO SIENTO! ¡SÉ QUE ME LO DIJISTE! ¡PERO SER PILOTO ES MI SUEÑO! ¡QUIERO ALGÚN DÍA SER EL MEJOR PILOTO DEL UNIVERSO! ¡Y SURCAR LA GALAXIA EN MI NAVE ESPACIAL!- gritó Álvaro llorando- ¡Lo siento! ¡Lo siento! ¡Lo siento! ¡Lo siento! ¡Lo siento! ¡Lo siento! ¡Lo siento! ¡Lo siento! - Ya basta hijo… te quiero confiar dos cosas… no me queda mucho tiempo…-intentó decir Aiko. - Quítate chico, tenemos que…-dijo el doctor intentando apartar a Álvaro. - Doctor, déjame tener mis últimas palabras con mi hijo… -le dijo Aiko. - Lo siento…. –volvió a decir llorando Álvaro. - Te voy a confiar el instituto entero… será tu nueva casa… por favor cuídalo bien…-le dijo Aiko llorando- Ésos muros han sido mi sueño y hogar… y no me arrepiento de haber sido profesora… - Tranquila mamá… ¡Lo cuidaré con mi vida!- le dijo Álvaro. - Y lo segundo, Álvaro… quiero que seas el piloto que deseas ser tú… cumple tu sueño… conviértete en el mejor piloto del espacio… ¡demuestra de lo que eres capaz al mundo y al resto! – Le dijo Aiko agachando cada vez su mano y apagándose cada vez más- Haz que tu madre esté orgullosa de… ti… - ¿Mamá? ¿Mamá? ¡Mamá!- gritó Álvaro desconsolado sobre la cama de su madre. Un golpe en la cabeza hizo despertar a Álvaro de sus pensamientos. Tenía la cara llena de lágrimas y vio a Fran justo delante de él.

- Te prometo que volverás… ¡Y echaremos a cualquiera que ose acercarse!- gritó Fran decidido. - Creo que ya hemos llegado- dijo Willy tras despertarse de su siesta. - ¿Un castillo?- preguntó Fran cuando vio una fortaleza montada en bloques de piedra gigantescos. El castillo tenía un patio interior enorme, protegido por los muros y una enorme torre principal al final del patio. Abrieron el puente levadizo y dejaron entrar a los gusanos con gorros escoceses y bigotes rojos. Llevaron consigo un carro con el dragón y los chicos dentro de la red de cadenas. Pasaron a través del patio interior y fueron colgados en una pared sin sacarlos de la red. - ¡Vosotros quedaros aquí!- ordenaron los gusanos- ¡Avisar a jefe para dragón! ¡Y esperar órdenes de jefe! - Oye, ¿dónde está Willy?- le preguntó Álvaro por lo bajo. - Habrá escapado cuando no le estaba mirando nadie…-le dijo Fran cuando desde lejos vio a Willy escondido detrás de la rueda del carromato- ¡Ahí está! - Creo que nos intenta decir algo…-dijo Álvaro viendo a Willy hablando con gestos y comprendiendo claramente lo que decía. - Creo que quiere rodar un poco y luego comerse unas galletas de arroz con miel…-dijo Fran comprendiendo los gestos de Willy. - ¿Tú eres un inepto para entender el lenguaje de gestos, no?- le preguntó Álvaro- Ha dicho que va a ir a buscar la bola y volverá a por nosotros… - Bueno… estaba casi…-dijo Fran disimulando. - ¡Hay un humano en las afueras del castillo!- gritó uno de los gusanos de la torreta. - ¿Eh? ¿Sora?- se preguntó Fran alegrándose. El puente levadizo se partió en dos y todos los gusanos se dirigieron a la puerta con sus armas preparadas. Dando pasos con lentitud estaba Sebas desenvainando de nuevo su espada. Los gusanos le dispararon sin pararse a hablar y como una sombra pasó a través de ellos y los cortó en un instante. - ¿Quién eres tú?- preguntó uno de los gusanos supervivientes de aquel ataque. - Sólo he venido a por el dragón…-dijo Sebas cuando apareció detrás de él una horda de sincorazones Soldados. Sebas comenzó a rebuscar en los bolsillos de los gusanos y se guardó una especie de bola roja y blanca con el centro pintado de negro y un botón en el medio- Buscadlo… -¡Otro humano! ¡Debes de ser el amigo de Fran!- gritó Willy llegando al mismo lugar que Sebas en la entrada. - ¿Conoces a Fran?- le preguntó Sebas. - ¿Has venido a rescatarnos? ¡Él está allí atrapado en una red! – Le señaló Willy el lugar- ¡Yo voy a buscar la bola y las llaves! ¡Así que por favor protégeles mientras tanto! - Déjamelo a mí…-dijo Sebas con seriedad, comenzando a caminar a través del patio interior. - ¡Las llaves deben estar en una de las torres! ¡Debo darme prisa!- dijo Willy introduciéndose en una de las puertas que había en la entrada del castillo. Sebas llegó al lugar donde estaba Fran, matando a todos los gusanos que intentaban atacarle.

- Veo que estás bien…-dijo Sebas llegando hasta la red. - ¡SEBAS! ¡ERES TÚ!- gritó Fran eufórico cuando vio a su amigo- ¡TE HE ESTADO BUSCANDO POR TODAS PARTES! - ¿Ése es tu amigo?- preguntó Álvaro. - ¡Sebas! ¡No te puedes imaginar la de aventuras que he pasado mientras te buscaba! ¡Ya te lo dije! ¡Es genial salir fuera y conocer el espacio! – le fue diciendo Fran pero Sebas parecía no escucharle. Dio la vuelta a la red para verle la cara al dragón. - ¡Oye! ¿Me escuchas?- preguntó Fran cuando vio a Sebas desenvainando la espada e intentando cortar al dragón- ¡PARA! - ¡¿Qué demonios estás haciendo?!- le preguntó Álvaro cuando Fran paró el sablazo con sus propias manos. - ¡¿Qué te ocurre?!- le dijo Fran aguantando el dolor del ataque. La sangre corrió por sus brazos y con sus dedos consiguió agarrar la katana. - He venido a matar al dragón… no entraba en mis planes matarte…- le contestó al fin Sebas. - ¿Por qué haces esto?- le preguntó Fran enfadado. - Estoy a las órdenes de Vixen… un Sincorazón que tiene grandes planes para el universo…- le contestó Sebas. - No entiendo nada…- decía Fran sin soltar la espada. - No estoy de tu parte y no me sirves para nada…-respondió Sebas. - ¿Por qué no quieres hablar? ¡Somos amigos!- le dijo Fran. - Tú y yo ya no somos amigos… Me cambiaste por unos nuevos compañeros nada más llegar a Ciudad de Paso…- le dijo Sebas. - ¿Estuviste en Ciudad de Paso? ¡Me dijeron que no encontraron a nadie más!-le dijo Fran. - ¡Oye tú! ¡Dijiste Vixen! ¿Verdad?- le preguntó Álvaro. - ¿Qué ocurre con ese nombre?- preguntó Fran. - Es el encapuchado de blanco que robó mi instituto y me echó del planeta- contestó Álvaro. - Así que es Vixen… ¡Y tú trabajas para él! ¡¿Por qué?!- le preguntó Fran. - Quiero algo que tú tienes y no te corresponde: La Llave Espada- contestó Sebas. - ¿Cómo dices?- preguntó Fran extrañado. - Tú siempre has sido el débil… siempre te protegía de los matones, siempre cuidaba de ti… la llave espada debería haberme elegido sólo a mí… pero cayó en manos de mi inútil protegido que sustituyó a su mejor amigo cuando tuvo la oportunidad…- contestó Sebas con cara de enfadado- voy a convertirme en elegido de la llave espada de oscuridad con la ayuda de Vixen. Estoy en un examen para probar si puedo convertirme en uno… la misión era matar al dragón de Worm World

- ¡No dejaré que lo mates!- respondió Fran mucho más enfadado, apretando sus manos fuertemente y rompiendo la espada tras hacer un gran esfuerzo- ¡YO NUNCA OLVIDO A UN AMIGO! - ¿Rompió la espada con sus propias manos? ¡Si tiene que ser de acero puro!- se impresionó Álvaro. - Éste dragón también es mi amigo… ¡Y no dejaré que le pongas un dedo encima!- le gritó Fran muy enfadado. - Eso ya lo veremos- dijo Sebas cortando las cadenas de la red con lo que quedaba de la espada, dejando caer al dragón, Fran y Álvaro. - Tranquilo colega- le intentó tranquilizar Fran cuando el dragón comenzó a rugir y a soltar fuego por la boca. - Ya no tienes armas para matar al dragón… así que ríndete-le dijo Álvaro con los pies temblando. - Yo no tendría tan clara la victoria…- dijo Sebas sacando de su bolsillo la bola que recogió del gusano de la puerta. Apuntó al dragón y de la bola salió una luz roja que lo cubrió entero. La silueta del dragón comenzó a deformarse y a introducirse dentro de la bola- Conseguí atraparlo. - ¡¿Qué ha hecho?!- preguntó Fran desconcertado. - No lo tengo muy claro… ¡Pero ahora el dragón está dentro de la bola!- intentó comprenderlo Álvaro. - Me explicaron otro método más interesante… si atrapo al “Pokemon” en la “Pokeball” y la destruyo… el Pokemon morirá…- explicó Sebas alzando la bola y comenzando a aplastarla. - ¡¿Pero qué te crees que estás haciendo?! ¡Sebas! ¡No te reconozco!- le gritó Fran enloqueciendo. - Tras esto conseguiré convertirme en elegi…-decía Sebas cuando recibió un puñetazo en toda la cara, dejando caer la pokeball en el suelo. Sebas chocó contra la pared tras el impulso del puñetazo. Fran estaba muy enfadado, con las manos ensangrentadas y aun así utilizó sus puños para golpear a su amigo. - ¡Lo tengo!- dijo Álvaro obteniendo la pokeball. - Tus ojos han cambiado…- le dijo Fran. - Los tuyos también…-respondió Sebas levantándose y quitándose la sangre de la boca. - Te haré entrar en razón aunque lo tenga que hacer a base de puñetazos…- le dijo Fran enfurecido. - Ya te dije que tú eres el débil y yo el fuerte… aunque hayas conseguido golpearme no quiere decir que puedas ganarme- le dijo Sebas preparando sus puños. - No me hace falta ganar esta vez…- dijo Fran corriendo a por Sebas y propinándole otro puñetazo en la cara. Sebas le respondió con otro puñetazo en la mejilla y una patada en el estómago. Los gusanos comenzaron a agruparse y a acercarse a los presos, escapando de los sincorazones que les estaban atacando. Fran y Sebas comenzaron a pegarse puñetazos en el suelo, manchándose de sangre el uno del otro. - ¡Parad!- gritó Álvaro asustado e intentando separar a los dos amigos. - Tú no deberías ser el elegido… ¡Yo debería serlo!- le gritó Sebas con la cara llena de sangre al igual que su amigo.

- ¡Ataque enemigo!- se escuchó desde lejos a los gusanos dirigiéndose a las murallas del castillo y olvidándose del peligro de los sincorazones. - ¡Te he dicho que pares! ¡Medio nudo: Soga al cuello! –Gritó Álvaro atando a Sebas por el cuello y alejándolo de Fran lanzándolo por los aires- ¿Estás bien? - No te preocupes por mí… vienen los sincorazones… es una buena ocasión para utilizar aquello - dijo Fran con la cara morada y ensangrentada. Aprovechando la que tenía en las manos, colocó su derecha en el suelo- ¡Técnica del Hechicero: Stitch! Stitch salió en el lugar donde colocó Fran la mano tras desprender una nube de humo blanco. El experimento se extrañó del lugar donde estaba y cuando vio a Fran en el suelo fue a socorrerle inmediatamente. - ¡Fran! ¿Estás bien?- preguntó Stitch preocupado. - Sí… siento haberte invocado tan pronto… pero necesito que te encargues de los sincorazones que vengan hacia aquí…- le pidió Fran intentando incorporarse. - ¡De acuerdo! ¡Stitch proteger!- dijo Stitch encaminándose contra los Soldados, golpeándoles y lanzándolos los unos contra los otros. - ¿Has hecho una invocación?- preguntó Álvaro sorprendido. - No creo que pueda usar la llave espada con las manos así…-le dijo Fran mirando a Sebas levantándose del suelo con la cuerda aún en el cuello- Álvaro suéltalo… - ¡Pero…!-intentó advertirle Álvaro. - He dicho que lo sueltes…-ordenó Fran cuando uno de los muros explotó en mil pedazos. - ¿Qué ha sido eso?- preguntó Álvaro soltando a Sebas y viendo como las rocas salían volando envueltas en llamas. - Creo que ya han llegado…-suspiró Fran cuando vio salir de entre los escombros a Sora y los demás. - ¡Por fin llegaron!- se alegró Álvaro. Sora había destruido el muro entero con un solo ataque, los demás le siguieron volando en unos jetpacks. Xamo y Donald comenzaron a lanzar hechizos contra los sincorazones, Goofy y Jesús con una katana se encargaron de proteger a los gusanos indefensos ante aquel ataque y Peralta llegó con un botiquín de primeros auxilios acudiendo donde estaba Fran y Álvaro. - ¿Qué ha ocurrido?- preguntó Peralta al ver el estado de Fran. - Sólo ha sido una disputa entre amigos…-le dijo Fran mirando hacia Sebas. Peralta comenzó a llenar las manos con colirios que escocían y a vendarle las manos. - Donald sabrá qué hacer pero antes tenemos que escapar de aquí, ¿dónde está el dragón?- preguntó Peralta. - Lo tengo aquí- le indicó Álvaro enseñando la pokeball. - ¡Sebas!- gritó Fran cuando se abrió un portal oscuro en la pared y Sebas comenzó a dirigirse hacia él. - Luchar contra un Maestro sin katana es demasiado para mí… nos volveremos a ver “amigo”- dijo Sebas introduciéndose en el portal y desapareciendo en un instante.

- ¿Qué te ha ocurrido?- le preguntó Sora descendiendo con el jetpack tras derrotar a todos los sincorazones- ¡Donald! ¡Te necesitamos ya! - Sora he visto a Sebas y hemos discutido… es como si la oscuridad le cegara… se fue en un portal oscuro…- le explicó Fran. - Ya sabemos quién está detrás de todo esto, se llama Vixen y es el mismo que me expulsó de mi mundo…-siguió explicando Álvaro. - ¡Aquí llega la ayuda!- gritó Donald descendiendo con el jetpack. - ¡Cómo molan esas mochilas!- se sorprendió Fran. - Desde que hemos llegado sólo has recibido heridas… ¡te curaré enseguida!- dijo Donald comenzando a utilizar su magia para curar a Fran. - Nos explicarás los detalles cuando hayamos salido de aquí… ¿dónde está el dragón?- preguntó Sora. - En la pokeball- le dijo Álvaro enseñándosela. - Ya no hay más sincorazones- dijo Xamo descendiendo junto a los demás. -¡Hey! ¡Aquí, chicos! ¡Por fin encontré las llaves y derroté al jefe del equipo! – gritó Willy desde lo más alto de la torre, saltando y descendiendo en un paracaídas. - Gracias por tu dedicación… pero ya no hacen falta las llaves, ¡ajiá! - le indicó Goofy. - ¡No me digas! ¡Con lo que he pasado para encontrarlas! ¡¿Dónde está el dragón?!- gritó Willy desesperado- ¿Y esas heridas? ¡¿Qué ha ocurrido?! - No creo que los Scots nos hagan nada ahora…-dijo Sora observando a los gusanos con bigotes asustados en cada esquina del patio interior- Gracias por los jetpacks Willy, nos han sido de gran utilidad… - ¡Siempre es un honor ser de ayuda!- dijo algo decepcionado tirando las llaves. - Nos queda combustible para llegar a la primera isla pero no suficientes jetpacks para volar…-indicó Jesús comenzando a pensar. - ¡Stitch gracias por tu ayuda! ¡Puedes volver!- le indicó Fran cuando llegó el experimento tras una lucha contra los sincorazones. Stitch desapareció en una nube blanca al igual que cuando fue invocado. - Que rápido has aprendido a realizar la invocación…-le felicitó Donald cuando Fran se levantó del suelo. - Es una lástima no tener más jetpacks… pero tengo una idea que me hace mucha más ilusión- dijo Fran quitándole la pokeball de las manos a Álvaro- Por cierto, ¿tiene un nombre? - Es el Pokemon de tipo Fuego/Volador, uno de los más codiciados y poderosos. ¡Su nombre es Charizard!- dijo Sora con entusiasmo. - Sabes mucho sobre todo…-dijo Xamo. - Es porque he viajado muchísimo por el universo-respondió Sora. - ¡Muy bien! ¡Adelante Charizard!- gritó Fran cuando de la pokeball salió un destello blanco y apareció Charizard tras una silueta de luz. Cuando salió dio un rugido de entusiasmo y se alegró de volver a ver a Fran- ¡Me alegro de que estés bien, chico!

- ¿Vamos a volar en Charizard?- preguntó Álvaro entusiasmado. - ¡Wow! ¡Nunca he volado en un dragón!- gritó Willy sorprendido. - Charizard, te voy a pedir que nos lleves a los tres hasta la isla donde está nuestra nave, ¿aceptas?- le preguntó Fran acariciándole el cuello. Charizard asintió con un rugido y un lanzallamas por la boca. Fran, Álvaro y Willy ascendieron a los cielos montados en la espalda de Charizard. Los demás lo siguieron montado en los jetpacks. Llegaron a la primera isla bastante más rápido que con el barco. El sol salía desde el horizonte, comenzando un nuevo día. - Estoy muy cansada… hemos estado volando toda la noche…-dijo Xamo con ojeras y aterrizando junto a los demás. - Dormiréis en la nave gumi durante el viaje-señaló Sora llegando donde estaba la nave aterrizada. - Oye… ¿No somos demasiados?- preguntó Donald. - ¡Es cierto! ¡Sora por favor! ¡Deja que vengan Álvaro, Jesús y Peralta!- le pidió Fran juntando las manos. - Pues claro que pueden venir, si hacia donde vamos es su mundo- asintió Sora. - ¡¿Pero cómo vamos a caber 8 personas en la nave gumi?!- gritó Donald enfadándose. - No puede decirse que tú y yo seamos personas, ¡ajiá!-contestó Goofy recibiendo un bastonazo en la cabeza. - ¿En qué mundo está Vixen?- preguntó Sora. - Su nombre es “Vicent Alexis”- contestó Álvaro. - No me suena para nada…-comenzó a pensar Sora. - ¡Pensaba que lo conocías todo!- dijo Xamo decepcionada. - No me conozco todos los mundos…-contestó Sora por lo bajo. - Está muy cerca de aquí… en esta nave se podría tardar unas seis horas- comentó Álvaro. - ¿Cómo puedes saberlo mirando sólo la nave?- le preguntó Donald. - Soy piloto y conozco todo tipo de naves y sé perfectamente lo que son capaces de hacer… si conduzco yo os llevaré enseguida- respondió Álvaro. - Llegamos a este mundo en nuestra propia nave… pero nos estrellamos en un campo de batalla-comentó Jesús. -¡Bien! ¡Ya tenemos destino! ¡Irrumpamos en Vicent Alexis!- gritó Fran con seriedad cuando Sora se alejó un poco de ellos y comenzó a hablar por un teléfono. - Oye Fran…-le dijo Willy por lo bajo- Necesito pedirte un favor… - ¿El qué?- preguntó Fran. - ¡Déjame quedarme con Charizard un tiempo! ¡Aún tenemos batallas que hacer y nos haría mucha falta su ayuda! ¡Sé que es mucho pedir pero lo necesitamos para luchar contra los sincorazones que vengan!- gritó Willy arrodillándose.

- ¿Los sincorazones han venido más veces?- preguntó Xamo. - La lucha por el dragón comenzó con la llegada de esas bestias oscuras… aunque tengamos un gran arsenal de armas no somos capaces contra un número demasiado grande- explicó Willy- ¡Esta lucha es por proteger nuestros pueblos! ¡Aunque estemos en guerra siempre! ¡Esta amenaza nos concierne a todos! ¡Por eso hay equipos que codician al dragón para ellos solos! ¡Pero yo quiero usarlo para proteger a los míos y a todos! - ¿Tú que dices, Charizard?- le preguntó Fran. El dragón, tras poner muecas raras, aceptó a regañadientes. - ¡Déjamelo durante un tiempo! ¡Hasta que los sincorazones desaparezcan de este mundo!- suplicó Willy. - Mientras haya maldad en este mundo… los sincorazones siempre llegarán… ellos son la oscuridad personificada por el odio y la maldad de los habitantes… pero esta masificación de sincorazones…-comentó Jesús. - ¡Juro que te lo devolveré pronto!- suplicó Willy de nuevo. - Si derrotamos a Vixen, los sincorazones disminuirán de número y la paz llegará…-concluyó Peralta. - De acuerdo- respondió Fran devolviendo a Charizard a su pokeball- ¡Cuídalo bien! - ¡Muchas gracias Fran!-gritó Willy recogiendo la pokeball de las manos de Fran. - Supongo que esto es un hasta luego…-dijo Fran dirigiéndose a la nave- ¿Qué hace Sora? - ¿Eres tú?- preguntó Sora por el teléfono- ¿Me puedes hacer un favor? Dirígete a mi posición en seis horas tras recoger a ellos dos… sí… intenta convencerla para que no venga… no quiero que le pase nada… con nosotros cuatro nos bastamos…. venga gracias… - Creo que nos vamos ya…-dijo Donald saltando hacia la nave junto a Goofy. - Espero volver a vernos- le dijo Peralta al pequeño gusano e introduciéndose en la nave junto a Jesús. - ¡Nos volveremos a ver algún día!- se despidió Fran cuando la nave comenzó a calentar motores. - ¿Nos vamos?- le dijo Sora agarrándole del hombro. - ¡Sí!- respondió Fran. - ¡Adiós amigos! ¡Nunca os olvidaré!- gritó Willy eufórico con la pokeball en la mano. La nave despegó hacia su último destino, “Vicent Alexis”, lugar donde se libraría la batalla final para liberar los mundos engullidos por la oscuridad. Mientras tanto en la misma sala blanca del trono, estaba Vixen con la capucha puesta, sin poder vérsele la cara. Bajó del trono, dejó la bola de cristal en su asiento y comenzó a andar hacia una de las grandes ventanas de la sala. Desde la puerta principal irrumpió Sebas con cara de cabreado y con los restos de su katana en la mano. Tiró el mango al suelo y muy enfadado se dirigió hacia Vixen. - He fallado en la misión… - se disculpó Sebas con mala cara. - Si no hubiera mandado a Sazh recogerte en un pasadizo oscuro tal vez estarías muerto a manos del Maestro de la Llave Espada Sora…-dijo Vixen con tranquilidad- No te preocupes por el examen… estás aprobado.

- ¿Aprobado?- preguntó Sebas extrañado. - Con respecto a tu espada… te daré una mucho mejor… porque estará forjada con la oscuridad de tu corazón- respondió Vixen dándose la vuelta y quitándose la capucha. Era un hombre con una gran cantidad de pelo rizado y castaño. Tenía una piel pálida, ojos amarillos y una nariz larga. Las cejas se le juntaban en una y tenía unas ojeras oscuras con líneas verticales que surcaban sus mejillas. - ¿De mi corazón?- preguntó Sebas de nuevo extrañado. - Has aprendido a que la oscuridad viva dentro de ti… has aprendido a que es imposible negar tu propia oscuridad… ahora te daré una herramienta con la que podrás controlar la oscuridad de tu corazón…-dijo Vixen agachándose al suelo. Un agujero oscuro apareció, Vixen introdujo la mano y poco a poco sacó un enorme sable de hoja negra y plateada con dos agujeros en la punta y con forma de pico. - ¡¿De dónde demonios lo has sacado?!- gritó Sebas observando el sable oscuro que tenía Vixen en sus manos.

- Lo he estado guardando en el Reino de la Oscuridad… bonito sable, ¿no? … se llama “Eklipse” – dijo Vixen dándole el arma a Sebas- Ahora descansa en tus aposentos… - Gracias mi señor…-dijo Sebas agarrando el sable, probándolo un poco y comenzando a caminar hacia la salida. El arma era tan alto como él mismo. Cuando Sebas salió, Sazh hizo acto de presencia, tenía el rostro serio y no parecía traerle buenas noticias. - Supongo que lo sabes ya…-le dijo Sazh. - Por supuesto- respondió Vixen. - ¿Qué pensamientos tiene?- preguntó Sazh. - No son rivales para nosotros…-dijo Vixen volviendo a mirar por la ventana.

- Puede que para ti no pero está el Maestro con ellos y su poder es demasiado grande como para poder derrotarlo- dijo Sazh- ¿Qué ocurre si hallan la sala secreta? - En la vida la van a encontrar… yo me ocuparé del Maestro. Tú y Sebas os podéis divertir con los demás…-concluyó Vixen cuando Sazh le cogió del hombro para que le pudiera mirar a la cara. - ¡Un trato es un trato! ¡Recuérdalo! ¡Me haré cargo del novato y sus amigos!-le dijo Sazh mirándole a los ojos fijamente. - No… tú te encargarás de los demás mientras Sebas lucha con su amigo, ¿vale?- le preguntó Vixen soltándose de Sazh- Cuando Sebas mate al novato, entonces os quitaré el hechizo… - Tomo tu palabra…-dijo Sazh largándose por la puerta y guardándose las manos en los bolsillos con disimulo. - Llegarán dentro de poco…-dijo Vixen observando una vez más por la ventana el panorama oscuro de aquel mundo- estad ambos preparados para abrir la puerta hacia Kingdom Hearts…

La nave gumi estaba siendo pilotada por Álvaro. El piloto mostraba grandes dotes al volante, esquivando con suma rapidez los incontables asteroides y estrellas fugaces que aparecían en el camino. La nave no soportaba más gente dentro, estaban en la parte trasera Fran junto a Sora, Xamo, Peralta y Jesús mientras Donald y Goofy seguían en sus asientos. Estuvieron mucho tiempo navegando y el olor corporal comenzó a notarse en aquel diminuto espacio. Al cabo de cinco horas llegaron hasta un mundo oscuro, lleno de nubes púrpuras y un cinturón de asteroides negro. La nave descendió al planeta, atravesando el manto de nubes oscuras y llegando hasta una isla. En el islote había un pueblo en ruinas, el mar era púrpura y en lo más cercano a las ruinas había un enorme castillo un tanto extraño de color verde y blanco. La nave se escondió tras unos muros cercanos al castillo. - Ya hemos llegado…-dijo Álvaro saltando de la nave. - ¿Qué ha ocurrido en este lugar?- se preocupó Xamo. - El mundo ha sido consumido por los sincorazones… pero aún pertenece al Reino de la Luz…-explicó Sora con seriedad observando por detrás del muro. - ¡Debe ser porque Vixen necesita este lugar aquí por algún motivo!- concluyó Goofy. - Es lo mismo que “El Fin del Mundo”…-comentó Donald. - ¿Qué es “El Fin del Mundo”?- preguntó Jesús. - Fue el mundo de los sincorazones con el que nos enfrentamos en nuestra primera aventura…-explicó Sora- Es un mundo que está en el abismo entre los dos reinos y es usado de puente con la puerta… - ¿Puerta?- preguntó Fran dudoso. - Debemos movernos ya… no tenemos tiempo de explicaciones- dijo Sora comenzando a andar entre las ruinas. - Tenemos que sellar esa puerta para que los mundos vuelvan a su estado original- le explicó Donald. - Ya entiendo…-le dijo Peralta andando junto a los demás. Llegaron todos hasta el castillo. Era un enorme edificio con forma de cono ascendente pintado de verde, blanco y verde. Tenía ventanas por todos lados y dos altas torres que sobresalían por los lados del bloque. Las dos torres acababan en punta, las losas de la torre de la derecha estaban pintadas de verde mientras que las de la izquierda estaban pintadas de blanco. Justo detrás del primer bloque del castillo se podía observar una enorme estructura cilíndrica acabada en pico, con los mismos colores que el primer edificio repetido dos veces. Parecía que estaba suspendido en el aire y tenía una serie de ventanas de cristales en fila que representaba el número de pisos que tenía. Unas altas escaleras de mármol conducían hasta una enorme puerta metálica verde oscura. - Ése es mi instituto…-comentó Álvaro enfadado. - ¿Cómo es posible?- se sorprendió Xamo. - Vixen lo modificó a su manera con el poder de la oscuridad… esas tonalidades verdes y blancas son características de mi instituto…-dijo Álvaro. - Chicos a partir de ahora se pone la cosa muy seria. Supongo que os habéis dado cuenta de que no hemos visto aún ningún sincorazón. Eso es debido a que Vixen sabía desde el primer momento que llegaríamos aquí por lo que está guardando toda la artillería dentro del castillo. Quiero que os lo toméis todos muy en serio y hagáis todo lo posible para sobrevivir dentro...-comenzó a hablar Sora- Os explicaré mi plan en cuanto entremos…

- ¡Muy bien! ¡Asalto al castillo!- gritó Fran comenzando a correr junto a los demás por las escaleras y llegando a la puerta. Irrumpieron todos dentro del castillo llegando a una especie de enorme salón con una fuente de mármol en el centro con una estatua de cupido gordo y desnudo. Toda la habitación estaba ornamentada con símbolos de leones marrones y unas escaleras a los lados de la fuente subían a un segundo piso visible con pilares de mármol a los alrededores. Justo encima de las escaleras había un pasillo sin puerta al igual que a los extremos de la habitación. Alrededor de la fuente había pequeñas estatuas que acababan en pico y vasijas a los alrededores. El agua de la fuente salía a tanta presión que casi llegaba al techo. El suelo del salón estaba totalmente acolchado como si tuviera una enorme alfombra pintada de azul oscura- ¡¿Dónde estás, Vixen?! - Estad alerta… pueden aparecer en cualquier momento…- dijo Sora preparándose para la batalla. - Por fin llegaron nuestros invitados… os estábamos esperando…-dijo Sazh sentado en lo más alto de las escaleras- Bienvenidos al “Castillo de la Penumbra” - ¡Eres tú!- gritaron Fran y Xamo a la vez. - Si es mi gran amigo Fran… encantado de volver a verte…-le volvió a decir Sazh- Supongo que habéis venido a por Vixen… - Es un castillo enorme…-comentó Peralta por lo bajo escondida detrás de Jesús. - ¿Dónde está Vixen?- preguntó Sora con seriedad. - No vayáis tan rápido- dijo Sazh chasqueando los dedos, apareciendo una enorme cantidad de sincorazones monstruosos alrededor de Sora y los demás. - Lo sabía…-dijo Sora por lo bajo- ¡Dime donde está la máquina con la que creáis sincorazones! - ¿Cómo lo sabes?- preguntó Sazh extrañado. - Estos sincorazones son artificiales… existen los llamados “puros” que son aquellos que se manifiestan por la oscuridad de los corazones y están los “artificiales” que son los que son creados con una máquina que usa la oscuridad de un lugar para crearlos… se identifican con el símbolo de un corazón oscuro en sus cuerpos acabado en cruz y líneas rojas.

- Sin duda tu sabiduría es la de un Maestro… está bien, nos has pillado- comenzó a explicar Sazh- Éste castillo se divide en dos edificios, éste y el trasero el cual es donde está Vixen… En este edificio hay dos torres a las que se puede llegar desde esos pasillos a mi lado donde residimos yo y Sebas… - ¡Dime en cuál está Sebas!- le gritó Fran enfadado. - Aún no he acabado… aparte de las dos torres… hay una habitación “secreta” a la cual es imposible entrar a no ser que resolváis un acertijo-siguió contando Sazh. - ¿Cuál es el acertijo?- preguntó Donald inquieto. Sazh se puso a pensar, cruzó los brazos y echó la vista hacia arriba. Tras unos momentos de silencio, el elegido oscuro comenzó a recitar unas rimas…

Para hallar la luz, debéis pasar por la oscuridad, ahogar debéis vuestras penas con lágrimas de sufrimiento,

lágrimas perdidas de eternidad... - Vaya pista…-dijo Jesús en voz baja. - Sólo puedo decir hasta ahí…- dijo Sazh abriendo un pasadizo oscuro- Para resolverlo os tenéis que comer el coco un poquito… - ¡Hey! ¡Espera!- gritó Fran cuando Sazh se introdujo en el pasadizo. - Estamos rodeados de sincorazones de alto nivel, aquí hay “Bandidos Obesos”, “Arañas de Barril”, “Soldados Voladores”, “Grandullones”, “Nocturnos Rojos”, “Neosombras”, “Defensores”, “Bolas Oscuras”, “Brujos” e “Invisibles”- comenzó a contar Sora- Sin duda son demasiados… pero tenemos que actuar muy rápido. Los Bandidos Obesos eran unos enormes sincorazones con chalecos naranjas y sombreros de lana, tenían una enorme barrigota y una cara negra con una boca enorme y con dientes afilados. Los Grandullones eran iguales que los Obesos pero con vestimentas diferentes y enormes manos con cadenas. Los Nocturnos rojos eran pequeñas bolas vestidas con túnicas rojas y sombreros de mago. Los Neosombras eran parecidos a las sombras pero mucho más grandes y delgados. Los Defensores eran enormes sincorazones azules con un enorme brazo y un gran escudo que acababa en cabeza de perro con dientes afilados. Las Bolas oscuras revoloteaban por el lugar con sus ojos amarillos y dientes afilados. Los brujos eran parecidos a los Nocturnos pero con la diferencia de que eran de tonalidades púrpuras, no se les veía la cara y tenían brazos que sostenían bastones alargados. Y finalmente estaban los Invisibles, sincorazones con forma demoníaca, con cola y alas de diablo, una cabeza con cuernos puntiagudos y sosteniendo en sus fuertes brazos una espada con forma de sierra. - ¡Nos ocuparemos de todos!- gritó Fran invocando su llave espada y comenzando a atacar a los sincorazones de menor tamaño. - ¡A por ellos!- gritó Jesús lanzándose al ataque junto a Fran. - No hay otro remedio…-dijo Sora destruyendo a uno de los Defensores de un corte- ¡Tenemos que separarnos en grupos! - ¿Cómo dices?- preguntó Xamo corriendo de un lado a otro junto a Peralta. - ¡Vixen está en el otro edificio que está conectado por el pasillo de en medio! ¡Tengo que dirigirme yo primero hacia allí! ¡Necesito que vosotros os organicéis para resolver el acertijo, encontréis la habitación secreta y destruyáis la máquina!- ordenó Sora lanzando un corte que destruyó a los sincorazones que había en la escalera- ¡Os dejo a los demás sincorazones a vosotros! ¡Daos prisa y tened mucho cuidado! - ¡Dale duro Sora, ajiá! ¡Tú puedes contra Vixen!- animó Goofy derribando a otro defensor mientras Sora se introdujo por el pasillo al final de las escaleras. - Nos deja el trabajo sucio para nosotros…-dijo Jesús algo mosqueado defendiendo a Peralta de un brujo. - ¡Yo quiero ir a por Sebas! ¡Dijo Sazh que está en una de esas torres! ¡Necesito llegar hasta él!- gritó Fran mientras luchaba.

- ¡También está la posibilidad de que te encuentres a Sazh en la habitación y tú sólo no podrás contra él!- regañó Xamo. - Parece que tenemos que hacer dos cosas a la vez…-dijo Donald lanzando rayos contra los Nocturnos y destruyéndolos. - ¡Ante todo hay que pensar en lo que nos dijo Sazh!- gritó Peralta escondida detrás de Goofy- ¿Recordáis lo que dijo? - “Para hallar la luz, debéis pasar por la oscuridad, ahogar debéis vuestras penas con lágrimas de sufrimiento, lágrimas perdidas de eternidad”- comenzó a recitar Xamo pegando patadas a los Neosombras. - ¡Pero qué lista eres! ¡Te acuerdas de todo!- se sorprendió Fran. - Es la única pista que nos dejó… hay que pensar en cada palabra del poema…-pensó Peralta mirando hacia todos los lados. - Los dos primeros versos significan que hay que pasar por un camino…- comentó Xamo. - ¿Qué quiere decir con “ahogar debéis vuestras penas”?- preguntó Peralta. - ¡Fran! ¡Cuidado!- gritó Jesús cuando una Bola Oscura arremetió contra Fran y lo tiró a la fuente. El agua salpicó a todos y pareció que le dio una idea a Xamo. - ¡La fuente! ¡La clave está en la fuente!- gritó Xamo dándose cuenta mientras Jesús intentaba defender a Fran cuando estaba saliendo de la fuente. - ¡Me he empapado entero! ¡Te ha servido mi desgracia para resolver el misterio!- le gritó enfadado Fran volviendo a la lucha. - Más o menos…-contestó Xamo. - ¡Pero qué cara tienes!- gritó Fran defendiéndola de un Invisible, retrocediendo poco a poco por culpa de la espada-sierra. - ¡Aún estás sufriendo por tus heridas en “Worms World”! ¡No deberíamos haber venido tan pronto!- le gritó Álvaro atando la espada del Invisible desde el mango y arrebatándosela. - ¿Estás segura de que es la fuente?- le preguntó Donald. - Piénsalo bien… si éste castillo sólo tiene dos edificios y la habitación secreta sólo está en éste… el único sitio donde puede estar es debajo de la fuente…-comenzó a razonar Xamo- En la fuente es el sitio donde se pueden “ahogar” - ¿Pero cómo la abrimos?- le preguntó Álvaro atando a los Neosombras que quedaban. - Las pistas deben de estar en los dos últimos versos…-dijo Xamo comenzando a andar hasta la fuente y comenzando a analizarla a fondo. - ¡No te pongas a ver la fuente ahora!- le regañó Donald defendiéndola de una Bola Oscura. - ¡Tenéis que defenderme hasta que resuelva el acertijo! ¡Sólo puedo realizar tres hechizos en cierto periodo de tiempo!- les gritó Xamo observando la estatua de cupido que había encima de la fuente. Tenía una cara golosa con un largo pelo rizado y un rostro triste. Cuando Xamo vio la cara del cupido, pareció aclarársele todas las dudas- ¡No me jodas! ¡YA LO TENGO!

- ¡¿CÓMO?!- gritaron todos al unísono. - ¡La estatua de cupido tiene cara de tristeza! ¡Por lo tanto debería de tener “lagrimas” en su rostro!-comenzó a explicar Xamo. - Vale… ¿Y?- preguntó Jesús algo alterado. - ¡Que no tiene lágrimas! ¡Tiene dos agujeros al lado del ojo derecho y otro agujero al lado del ojo izquierdo! ¡”Con lágrimas de sufrimiento, lágrimas perdidas de eternidad”!- concluyó Xamo- ¡Tenemos que encontrar tres lágrimas que encajen en la estatua! - ¡Qué suerte que tenemos a Xamo! ¡Ahora lo más importante! ¿¡Dónde vamos a encontrar lágrimas sólidas!?- le preguntó Fran. - Esas piedras tienen que ser tan valiosas que deben tenerlas Vixen o uno de sus súbditos…-comenzó a pensar Xamo. - Así que tenemos que ir tras Sazh y Sebas para robarles unas “piedras”, ¿cierto?- preguntó Donald. - Si hay tres jefes y tres lágrimas… deben de tener una cada uno…-concluyó Peralta. - ¡Y Sora va tras Vixen!- gritó Donald. - ¡Ahora nos tenemos que preocupar por coger las otras dos lágrimas! ¡Hay que ir a por Sazh y Sebas!- gritó Fran decidido- ¡Bien chicos! ¡Nos separaremos en dos grupos! ¡Uno por cada torre! ¡Conseguiremos las lágrimas y volveremos a colocarlas en su sitio! - Estoy de acuerdo…-dijo Xamo comenzando a correr junto a los demás por las escaleras. Los sincorazones habían disminuido en número pero aún faltaban muchos por derrotar. - ¡Fran! ¡Esto será cuestión de suerte! ¡En uno de las dos torres estará Sebas! ¡Tienes una entre dos posibilidades de acertar! ¡Así que piensa bien en cuál elegir!- le comentó Jesús. - ¡Yo elijo la derecha!- gritó Fran comenzando a correr. - ¡Te hemos dicho que no debes ir solo!- gritó Jesús persiguiendo a Fran junto a Peralta. - ¿Escogemos nosotros la torre izquierda?- preguntó Goofy haciendo caer a los sincorazones por las escaleras. - ¡No me jodas! ¡Estuve tan ciega!- gritó Xamo mirando al techo. - ¿Qué ocurre?- le preguntó Donald. - ¡El poema estaba tallado en el techo!- gritó Xamo señalando el poema incrustado en el techo con letras doradas- ¡Ya sabía yo que ese idiota no podía aprendérselo! ¡Y yo calentándome el coco para que no se me olvidara! ¡Lo odio! ¡Odio a ese maldito con todas mis fuerzas! - ¡Tranquila Xamo! ¡Por lo menos has acertado de lleno!- la intentó consolar Goofy. - Oye chicos, prefiero correr por la torre antes que nos alcancen los sincorazones, ¿puede ser?- preguntó Álvaro en la puerta del pasillo de la torre izquierda. - ¡Bien! ¡Consigamos las lágrimas!- gritó Xamo entrando junto a los demás por la torre de la izquierda.

Los sincorazones entraron en las dos torres para perseguirlos. Los Grandullones y Bandidos Obesos se quedaron fuera porque no cabían, mientras que los Invisibles y los demás de menos tamaño se dividían para dirigirse contra los chicos. El grupo de Fran subía por unas escaleras de caracol. El camino estaba iluminado con antorchas y las paredes parecían alejarse poco a poco de forma extraña. - ¡Hemos estado subiendo bastante tiempo! ¿Quedará poco para llegar?- preguntó Peralta cansada de tanto correr por las escaleras. - ¡Cuidado Peralta!- gritó Jesús cuando un Invisible intentó atravesarla con su espada. Jesús con rapidez bloqueó la espada y lo lanzó escaleras abajo con una patada. - ¡Están viniendo!- gritó Peralta asustada alcanzado a Fran. - ¡Oye! ¡No me agarres! ¡Me ahogas!- le gritó Fran cuando Peralta se agarró a su cuello. - ¡Corred! ¡No paréis!- gritó Jesús viendo a los Brujos alcanzándolos junto a los Nocturnos. - ¿Qué está ocurriendo?- preguntó Peralta cuando comenzaron a caminar recto. - ¿Pero qué estáis haciendo en el techo?- gritó una voz desde arriba. - ¡Eh!- gritaron Fran, Peralta y Jesús cuando vieron corriendo a Xamo, Álvaro, Donald y Goofy en el techo- ¡Pero si sois vosotros los que estáis en el techo! - ¡El camino se ha enderezado! ¡Si estábamos subiendo por la torre! ¿Desde cuándo estábamos corriendo de frente?- gritó Álvaro asustado huyendo de sincorazones que le perseguían por el techo. - ¡Seguid corriendo!- gritaron Fran y Xamo corriendo a la par. - ¿Eh? ¿Puertas?- preguntó Jesús cuando del pasillo comenzaron a aparecer numerosas puertas a los lados al igual que le pasó al grupo de Xamo. - ¡Los sincorazones no paran de venir! ¡Tenemos que darle esquinazo!- gritó Álvaro entrando en una puerta de la derecha junto a los demás. - ¡Nosotros también!- gritó Jesús entrando en otra puerta a su izquierda junto a Peralta, dejando a Fran corriendo de frente. Ambos grupos llegaron a otro pasillo con numerosas puertas. Los sincorazones lo siguieron y se repitió la misma historia. - ¿¡Cómo!? ¡Ahora Fran está justo enfrente de nosotros!- gritó Xamo cuando siguió corriendo por el pasillo. Echó la vista hacia arriba y vio a Jesús y Peralta corriendo por el techo- ¿Pero qué está pasando aquí? - ¿Oh? ¡Hola chicos!- se alegró Fran echando la vista hacia atrás- ¿No estabais en el techo? - ¡Que vienen! ¡Que vienen!- gritó Álvaro cuando vio a los sincorazones persiguiéndolos. - ¡Crucemos otra puerta!- gritó Donald desesperado. - ¡Nosotros también!- dijo Jesús abriendo una de las puertas pero en ella no había nada, sólo una pared de cemento- ¿Pero qué tipo de broma es esta? - ¡Ah!- gritó Peralta tras abrir otra puerta y casi cae al vacío. La puerta conducía al exterior. - ¡Ve probando puertas hasta lograr encontrar la verdadera!- ordenó Jesús cortando a uno de los Brujos que se acercaron demasiado. Abrieron puertas vacías, habitaciones en blanco, otras totalmente oscuras y algunas con numerosos sincorazones al acecho.

- ¡Me estoy empezando a marear!- gritó Peralta volviendo a correr. Un estruendo hizo caer a algunos al suelo, una losa del suelo se hundió bajo el pie de Xamo. - ¡Pero qué has hecho!- le gritó Álvaro asustado levantando a Xamo. El pasillo comenzó a inclinarse hacia delante y empezó a escucharse un ruido de algo muy grande acercándose. Cuando los dos echaron la vista atrás vieron una enorme roca rodando hacia ellos. - ¡Avalancha!- gritaron los dos corriendo muy deprisa. - ¡Una bola va directa hacia ellos!- gritó Jesús impresionado- ¡Cruzad una puerta! - ¡Corred todo lo que podáis!- gritó Goofy acelerando el paso. - ¡Qué bien! ¡Ahora voy mucho más rápido!- dijo Fran cuando comenzó a correr mucho más deprisa por la inclinación. - ¡Fran mira hacia atrás!- le gritó Xamo asustada. - ¡Ah! ¡Una bola gigante viene hacia nosotros!- gritó Fran corriendo más rápido. - ¡Lento!- le gritaron todos. - ¡Crucemos esa puerta!- gritó Donald señalando una puerta lejana. - Tendremos suerte si salimos de aquí con vida…-comenzó a llorar Álvaro. - ¡A la de una! ¡A la de dos! ¡A la de…!-gritó Donald cruzando la puerta junto a los demás. - ¡Me han dejado solo!- se asustó Fran corriendo cada vez más rápido y siendo perseguido por la bola. Los sincorazones fueron destruidos a su paso. - ¡Nos libramos! ¿No?- preguntó Goofy corriendo al lado de Jesús y Peralta. - ¡Os habéis dado la vuelta otra vez!- gritó Jesús impresionado. - Me alegro de que estéis bien…-dijo Peralta aliviada. - Lo he pasado muy mal… pero que muy mal…-lloraron Xamo y Álvaro a la vez. - ¡Fran está en peligro!- gritó Donald señalando al techo donde Fran seguía huyendo de la bola. - ¡Creo… que veo la salida… por fin!- gritaba Fran cansándose de tanto correr y viendo una puerta de madera justo enfrente. Fran se adentró con rapidez por la puerta y se encontró una enorme habitación blanca. Sin tiempo para fijarse en los detalles, se tiró al suelo y la bola entró en la habitación haciendo un enorme agujero en la puerta. Dentro de la sala estaba Sazh y sorprendido por la enorme bola, la esquivó al igual que Fran. La roca atravesó la pared y cayó al vacío dejando un bonito pero grande agujero en aquella habitación blanca. - ¿Pero qué ha pasado?- gritó Sazh tras el susto. - ¡Yo no he sido! ¡De repente vino esa bola a por mí!- gritó Fran igual de asustado- ¡Eh! ¡Oye! ¡¿Dónde está Sebas?! - Sin duda este castillo tiene muchas trampas…-decía Sazh por lo bajo.

- ¿No lo sabías? ¡Si tú vives aquí!- le regañó Fran. - Es que soy nuevo…-dijo Sazh con disimulo- ¡Vayamos a lo importante! - ¡Sí! ¡Te derrotaré y después iré a por Sebas!- le gritó Fran invocando su llave espada. - ¡Espera! Creo que te puedo ayudar…-dijo Sazh acercándose a una mesilla y sacando algo de un pequeño baúl. Lo que hubiera cogido se lo guardó en el bolsillo y de un giro de muñeca hizo aparecer un portal oscuro- Te traeré aquí a tu amigo… -¿Dónde vas?- le preguntó cuando Sazh entró en el portal. - Veo que al final nos volvemos a ver… Fran…-dijo apareciendo del portal Sebas. - ¡Sebas! ¡Por fin te veo!- gritó Fran contento. - ¿Por qué querías verme? ¡Ya te lo dejé bien claro! ¡No estoy de tu lado! –contestó Sebas. - Lo sé… por eso he venido… para conseguir que entres en razón-dijo Fran con decisión. Mientras tanto en lo más alto de la torre de la izquierda, dentro había una habitación a oscuras con varias antorchas a los extremos de la habitación. Allí llegaron todos los demás a excepción de Fran y el portal oscuro hizo aparecer a Sazh ante ellos. - ¿Dónde ha ido Sebas?- preguntó Xamo enfadada. - Con su amigo… tienen mucho de que hablar…-dijo Sazh cruzando los brazos. En la parte trasera del primer bloque del castillo, pasaba Sora por un corto puente de hierro que conectaba con un bloque el doble de grande que el primero, pintado de verde, blanco, verde, blanco y verde, representando el número de pisos. Sora irrumpió destruyendo la puerta principal y se encontró dentro una amplia biblioteca con numerosas estanterías, libros y mesas. En las paredes había cuadros de personas mayores con pinta de profesores. Sora, sin vacilar, comenzó a buscar las escaleras para subir a los pisos superiores y encontrar a Vixen. - Esto me recuerda mucho cuando a “Bastión Hueco” la primera vez que fui…-dijo Sora encontrando una plataforma que le llevaba a una puerta con escaleras- ¡Tiene que ser por ahí! Un gigantesco sincorazón apareció bloqueando la salida, era la misma bestia que trajo Sazh a las Islas Hawaianas, un camaleón verde con cuernos y los ojos amarillos. - ¡Sabía que tarde o temprano me encontraría con jefes como tú! ¡Pero no sois rivales contra mí!- gritó Sora señalando al sincorazón con su llave espada. Del arma salió un destello, convirtiéndose en una enorme bola de fuego que chocó contra la bestia y lo hizo cenizas. Sora logró pasar entre los restos chamuscados del sincorazón y comenzó a subir por la salida- ¿Veis? ¡No sois rivales para un Maestro! Mientras tanto, Vixen descansaba en su trono observando la bola de cristal. Su rostro mostraba signos de enfado. Dejó la bola a un lado del trono y se llevó una mano a la ceja. - Maldito mocoso… la próxima vez que se pase de la raya… me encargaré personalmente de él…-dijo Vixen muy enfadado. En lo más alto de la torre derecha del castillo estaban Fran y Sebas observándose mutuamente, caminando en círculos sin apartar la mirada. Ambos sentían que de aquel lugar no se iban a ir sin antes haber peleado. - Te robaré la llave espada… -le dijo Sebas mirándole fijamente a los ojos.

- Si la llave espada me eligió a mí en vez de a ti será porque albergabas algo de oscuridad en tu corazón…-contestó Fran- Escúchame Sebas… no te hace falta la llave espada para mostrar que eres fuerte. - ¡No intentes convencerme!- gritó Sebas abalanzándose contra Fran intentando golpearle con un corte vertical. Fran se protegió con su llave espada y la fuerza le hizo arrodillarse en el suelo. - ¡¿Qué conseguirás matándome?!- aguantó Fran la presión que ejercía el sable. La enorme arma se deslizó hacia arriba, consiguiendo escapar del corte. Sebas aprovechó para girar sobre sí mismo y ejecutar un corte horizontal. Fran se protegió de nuevo aunque la fuerza era mucho mayor por el giro y lo hizo salir volando hasta caer de espaldas al suelo. - ¡No estoy intentando matarte!- gritó Sebas saltando y volviendo a atacar desde arriba con un corte vertical. De nuevo se protegió Fran tumbado con la llave espada y agarrando el sable también juntando las dos piernas. - ¡La oscuridad te está cegando!- dijo Fran dándole una patada a la hoja del sable haciéndola deslizar por la llave espada y desequilibrando a Sebas de nuevo. El espadachín volvió a hacer lo mismo, aprovechó el desliz para girar sobre sí mismo y golpear con su sable. Fran saltó y giró sobre sí mismo para que no le cortara el arma. Giró de nuevo y golpeó a Sebas en el hombro, estampándolo contra el suelo. - Aunque no eres un buen espadachín te las ingenias bien en la lucha…-dijo Sebas levantándose del suelo. - Tengo un buen maestro…-dijo Fran mirándole fijamente. - Veamos si te ha enseñado bien- volvió a decir Sebas chocando su arma con fuerza contra la de Fran. El pequeño elegido se defendió lo mejor que pudo y aunque los golpes eran demasiado fuertes, sus brazos comenzaron a flaquear y a perder fuerzas. La expresión de Fran cambió totalmente, estaba asustado ante el abrumador poder de su amigo. Sus piernas temblaron y cayó al suelo arrodillado. - Mierda, no puedo…- susurró Fran intentando levantarse. - Esta es la prueba de que la llave espada debería haberme elegido a mí… sólo eres un debilucho que no tiene claro lo que quiere… tienes dudas de tus propias capacidades, por eso no nunca has conseguido ninguno de tus objetivos… no te mereces proteger a nadie, sólo ser protegido por aquellos que dicen que te quieren, arriesgando sus vidas y muriendo porque vivas, por el mero hecho de un error en la llave espada…- le dijo Sebas con seriedad, envolviéndose a sí mismo en un aura de oscuridad. Su propia sombra comenzó a extenderse por el suelo la cual se pegó a la de Fran. El cuerpo del elegido comenzó a moverse en contra de su voluntad. - ¡¿Qué estás haciendo?!- gritó Fran asustado, moviéndose hacia atrás al igual que Sebas. - Mi poder sobre la oscuridad me ofrece la capacidad de controlar mi propia sombra… he atado mi sombra a la tuya pudiendo controlar tu cuerpo. Todo lo que haga yo, lo harás tú…-explicó Sebas alzando su sable. El propio movimiento obligó a Fran a hacer lo mismo con su llave espada- Veamos qué es más fuerte… o tu voluntad o tu miedo… - ¡Para!- gritó Fran asustado recibiendo un corte en el hombro izquierdo. Cayó al suelo cubierto de sangre y oscuridad. Sebas se acercó a él y observó la expresión de pánico de su amigo. - Tu miedo ha ganado…- susurró Sebas mientras la oscuridad del suelo comenzó a tragarse a Fran. Intentó liberarse de las ataduras de las sombras y desesperado comenzó a morderlas para liberarse. Desesperado, alzó su llave espada y desprendió un haz de luz que dispersó las sombras que intentaban llevárselo. Jadeó durante unos minutos y se volvió a levantar empapado de su propia sangre.

- Yo siempre te he considerado mi amigo… ¡mi mejor amigo!... nunca te hubiera sustituido… jamás. Sólo por eso… haré lo que esté en mi mano para que no te pierdas en la oscuridad…- jadeó Fran mirando a Sebas fijamente. - Tú mismo te has sentenciado… voy a hacer que te consumas en lo más profundo de la oscuridad y verás que no es tan mala…-le dijo Sebas alzando de nuevo su sable, tornándose de un aura oscura que lo hizo aumentar de tamaño- una vez que entres, no podrás salir jamás… - Incluso en lo más profundo de la oscuridad… ¡se puede encontrar un brillo de luz!…- gritó Fran defendiéndose del tremendo ataque. Aguantó con fuerza protegiéndose con su llave espada, tornándose de oscuridad y agrietándose poco a poco. Sebas dio un grito y el arma de Fran cedió partiéndose en dos. El ataque asestó de lleno en el pecho de Fran, cayendo al suelo de espaldas con la vista perdida. - Tu luz no ha sido suficiente para llegar a mí…-dijo Sebas haciendo desaparecer la oscuridad de su sable. La llave espada yacía rota en dos en el suelo, oscureciéndose y perdiendo su brillo. Fran estaba inconsciente en el suelo, con un corte en el pecho que sangraba en grandes cantidades. Sebas miró fijamente el cuerpo de su amigo inconsciente en el suelo. Se acercó a él con el sable en la mano. Fran volvió por fin en sí mismo, esputó sangre y observó el rostro oscuro de su amigo. Echó la mirada hacia su llave espada rota y las lágrimas comenzaron a escaparse de sus ojos. - Al final no pude… ¡otra vez no pude hacerlo!…-gritó Fran llorando- ¡No quiero estar más aquí! ¡Quiero sumergirme en la oscuridad y no aparecer más! ¡Sólo soy un estúpido! Alzó Sebas su sable envolviéndola de oscuridad de la misma forma que hizo anteriormente y sin apartar la mirada de su amigo, comenzó a bajar el arma para golpearle. Un destello de luz ardiente salió de la oscuridad. Una rueda envuelta de fuego voló girando y bloqueó el ataque de Sebas. Toda la habitación se llenó de llamas en un solo instante. Fran y Sebas se quedaron impresionados con aquel suceso. Justo entre ellos dos, un hombre alto y pelirrojo recogió una de las ruedas de fuego con su mano e hizo retroceder a Sebas. - ¡Por fin llegaron los refuerzos!- gritó el hombre pelirrojo. Tenía el pelo muy largo y puntiagudo, unos ojos verdes esmeralda e iba vestido con una gabardina negra con sombrero. En sus manos sostenía un par de chakram rojos con pinchos a los lados. - ¿Quién eres tú?- le preguntó Fran aún tumbado en el suelo. - ¡Mi nombre es Lea! ¡Y soy un Elegido de la Llave Espada! ¿Lo captas?- gritó el hombre presentándose con muchos ánimos- ¡Veo que no he llegado a tiempo para detener lo que se esperaba Sora! - Otro elegido…-dijo Sebas retrocediendo en la habitación en llamas. - ¿Ese es tu amigo?- le preguntó Lea. - Sí… no… no lo sé… -dijo Fran con tristeza. - Y dime… ¿Aún quieres seguir luchando?- volvió a preguntar Lea con optimismo. Fran agachó la cabeza sin responder ninguna palabra- No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes, pero no te preocupes, siempre hay una oportunidad de corregir los errores. ¡Si eres un hombre, debes levantarte! ¡Debes luchar! - Le has levantado un poco los ánimos- se sorprendió Sebas tras ver a Fran levantándose del suelo. - Pero ahora no tengo ningún arma con la que pelear…-dijo Fran sosteniendo los restos de su llave espada.

- Creo que esto te será de utilidad por ahora- lanzó Sebas una espada de madera a las manos de Fran y haciendo aparecer un portal oscuro- Por ahora no tengo más opción que irme… - ¿Tienes miedo?- le preguntó Lea envolviendo su chakram de fuego. - Nos vemos-se despidió Sebas tras soltar una pequeña risa, introduciéndose en el portal y desapareciendo. - ¿Estás bien, chico? Debo curar tus heridas de inmediato- puso Lea sus manos sobre la herida del pecho de Fran y cerrándola con fuego- Esto te dolerá un poco… - ¡Ah! ¡Quema!- gritó Fran de dolor. El fuego de la habitación desapareció en ese mismo instante, habiendo dejado todos los muebles carbonizados. No obstante, el fuego de Lea y la oscuridad de Sebas se batían en duelo sobre los restos de la llave espada, aún había una luz de esperanza y no venía solamente del fuego.

La pelea del otro grupo contra Sazh no iba del todo bien. El cuarto estaba lleno de llamas azules y los chicos parecían incapaces de tocar al elegido oscuro. Sazh estaba de brazos cruzados, entreteniéndose con una bola de fuego a la que le daba pataditas como si fuera un balón de futbol. - ¿No tenéis nada más que ofrecer? No me habéis hecho ningún rasguño- dijo Sazh tras soltar una breve risa. - El maldito fuego no nos deja pasar-se quejó Jesús jadeando lleno de rasguños y quemaduras. - ¡Cada vez que intento atacar mis cuerdas se carbonizan en un instante!-gritó Álvaro frustrado. - Ni siquiera tiene intención de pelear en serio- comentó Peralta escondiéndose detrás de Xamo. - ¿De qué me serviría mataros? ¡Sólo quiero jugar un poco! ¡Si peleara en serio no habríais durado nada!- exclamó Sazh. - Ni siquiera mi fuego puede contener las llamas azules- se quejó Donald. - ¿Estará bien Fran?- preguntó Goofy. - ¡Oye! ¡Sabemos que hacen falta tres lágrimas sólidas para poder entrar en la sala secreta! –le gritó Xamo.

- ¿Eh? ¿Resolvisteis el acertijo?- preguntó Sazh impresionado- Yo nunca lo hubiera conseguido… - ¡Pero si sois vosotros los que debéis tener las llaves!- se enfadó Xamo- Si había tres agujeros, debe de haber tres pequeñas piedras. - Exacto, yo tengo una, Sebas otra y finalmente Vixen tiene la última- respondió Sazh orgulloso- ¡Aquí tengo la primera! - ¡Esa es!- gritó Peralta cuando vio de la mano de Sazh una pequeña piedra azul marino con forma de lágrima. - Esta es la habitación de Sebas, por lo que debería también de estar aquí, ¿no?- preguntó Xamo. - ¿Os gustó mi acertijo? ¿Era difícil?- les preguntó Sazh sin hacer caso a lo que le decían. - ¡Si lo leíste del techo!- se enfadó Xamo. - Creo que me han pillado- se rió Sazh. - ¡Idiota!-volvió a gritar Xamo. - La otra piedra la tengo aquí- dijo Sazh enseñando en su otra mano una lágrima naranja- Es la que tenía asignada Sebas. - Y supongo que no nos las darás por las buenas- comentó Jesús. - Tan sólo divertidme un rato más y os las daré- dijo Sazh cuando la puerta de la habitación salió volando tras una explosión. - ¿Qué ha sido eso?- preguntaron todos echando la vista hacia atrás. - ¡Majestad!- gritaron Donald y Goofy. - ¿Tendrás suficiente diversión con nosotros dos?- dijo una voz en la puerta. - ¡Ha llegado los refuerzos!- dijo otra voz aguda. - ¿Amigos de Sora?- preguntó Sazh algo molesto. - ¡Hemos venido a ayudar a nuestros amigos!- dijo la voz aguda. Era un ratón bajito vestido con ropas rojas y amarillas. - ¡Otro animal que habla!- se sorprendieron Xamo y Álvaro. - Sora nos pidió que os ayudara, al parecer no puede estar en todos los sitios a la vez- dijo un hombre alto con el pelo blanco y largo. Tenía los ojos azules claros y una piel clara. - ¡También ha venido Riku!- se sorprendieron Donald y Goofy. - Dos Maestros más…-susurró Sazh retrocediendo poco a poco. - Y otro que fue a la otra torre- respondió Riku. - ¡Entonces Fran debe estar bien!- comentó Álvaro. - ¡Pero qué chico tan guapo!- gritaron Xamo y Peralta tras ver a Riku.

- Entréganos las llaves para entrar a la sala secreta…-ordenó el ratón. - ¡Pantalla de humo!-escupió Sazh una gran cantidad de humo por la boca, impidiendo la visión. - ¡Que se escapa!- gritó Xamo corriendo hacia Sazh pero cayó al suelo tras resbalarse. - ¡Xamo!- acudió Peralta hacia su amiga, cayéndose al suelo también. - Se ha ido… -dijo Donald tras despejarse el humo. - ¿Estáis bien?- le preguntó el ratón a las chicas. - Me he resbalado con algo, vaya caída- se quejó Xamo. - ¿Estas no son las lágrimas?- se preguntó Peralta cogiendo las dos lágrimas que tenía Sazh. - Seguramente se le habrán caído- comentó Álvaro. - No estoy del todo seguro…-susurró Riku. - Al menos el fuego ha desaparecido, será mejor que vayamos a por la terc….-dijo Xamo cuando volvió a resbalarse y chocándose la cabeza contra el suelo. - ¡Xamo!- se preocupó Peralta de nuevo. - ¡Otra vez! ¡Es que me lo cargo!- gritó Xamo muy enfadada. - Te has caído gracias a esto- le señaló Mickey recogiendo del suelo una piedra verdosa. - ¡Debe ser la última!- exclamó Álvaro. - ¡Claro que sí, idiota! ¡Y como que gracias a eso me podría haber matado maldito ratón!- gritó Xamo enfadada con un gran chichón en la cabeza. - Tenemos que irnos ya, ¿ya tenemos todas las llaves necesarias?- preguntó Riku. - Sí, el acertijo hablaba de tres lágrimas repartidas en el castillo- contestó Donald. - ¿La última lágrima no la tendría que tener Vixen?- preguntó Álvaro al grupo. - No es momento de pensar en quién nos ha ayudado, aunque no os puede costar mucho pensar en quien ha sido- contestó Riku- ¿Dónde está la puerta hacia la sala secreta? - Está en el salón principal, por donde llegamos todos pero debe estar repleto de sincorazones- respondió Jesús. - No os preocupéis por eso, ¡en marcha!- gritó Riku dirigiéndose junto a los demás hacia la salida de la torre. En la sala del trono de Vixen aparecieron Sazh y Sebas en sus portales oscuros. Su jefe estaba sentado en su asiento mirando fijamente a los dos. En la mano derecha sostenía su bola de cristal. Frunció el ceño y bajó del trono sin soltar la bola. - Al final resolvieron el acertijo…-comenzó a hablar Vixen. - Pero no tienen las lágrimas nuestras, rescaté de la habitación de Sebas la suya- le dijo Sazh enseñándole las dos piedras en sus manos.

- Me parece perfecto- contestó Vixen acercándose a Sazh- menos mal que las tienes tú… porque yo he perdido la mía… - ¡Ah!- gritó Sazh en el suelo con dolor de cabeza. - ¿Tu no sabrás nada Sazh?- preguntó Vixen. - Se le habrá caído por el agujero de su gabardina. De todas formas, sin estas dos piedras nunca podrán entrar en la sala secreta- respondió Sazh aún en el suelo. - Más te vale. Y tú Sebas, menos mal que estás bien. Ése elegido era muy fuerte pero al menos has conseguido que el chico fuera renunciado por la llave espada. Eso es un punto a nuestro favor-le felicitó Vixen- Cuantos menos elegidos haya, más fácil será para nosotros abrir la puerta hacia el Reino de la Oscuridad. - Señor, ¿cómo consiguió usted la puerta?- dijo Sazh señalando hacia el trono, donde justo encima tenía una enorme puerta suspendida en el aire. Estaba adornada con vidrieras en lo más alto con todas las tonalidades de colores. - Me la dio alguien… nada más nacer-respondió Vixen- Se supone que la puerta hacia Kingdom Hearts se consigue cuando reúnes los 7 corazones de pura luz. Pero esta vez me la dio alguien para cierto cometido. - ¿Quiere que destruyamos a los elegidos de la luz?- preguntó Sebas. - Tú te quedarás aquí… Sora llegará dentro de poco… aún está en el segundo piso perdido en el laberinto de espejos pero no tardará en subir los otros tres pisos que le quedan-le ordenó Vixen. - Creo que me iré a esperarle al piso de abajo… no vaya a ser que venga una sorpresa…-murmuró Sazh por lo bajo y atravesando la puerta. El grupo de Riku por fin llegó al salón tras bajar por la torre. Por el camino aparecieron múltiples sincorazones aunque no fueron rivales para ellos.

- ¿Ahora qué hay que hacer?- preguntó Riku tras destruir media docena de sincorazones con una estocada.

-¡Se supone que hay que colocar las tres piedras en los huecos de la cara de la estatua! ¡Ayudadme a subir! – pidió Xamo. Todos los chicos aceptaron ayudarla. Xamo se subió en los hombros de Álvaro y éste en los de Jesús. Por último, el escudo de Goofy ayudó a alcanzar la estatua. - ¡Cómo pesas! ¡Deberías hacer dieta!- se quejó Álvaro. - ¡Tú, que eres un enclenque! ¡Cállate que me desconcentras!- le regañó Xamo colocando todas las lágrimas en los huecos- ¡Creo que esto debería ser suficiente! - ¡Que me resbalo!- gritó Jesús cayendo al suelo junto a Álvaro y Xamo. - Mi espalda…-se quejó Álvaro tumbado en el suelo. - ¿Estáis bien?- preguntó Mickey. - ¿¡Cómo queréis que estemos bien!? ¡Menuda caída!- le regañó Xamo. - ¡Pero si tú eres la que menos ha sufrido!- le gritaron Álvaro y Jesús debajo de ella. - ¡Mirad!-señaló Donald a la estatua. El cupido gordo giró sobre sí mismo, cogió una de sus flechas y disparó a los pies de Jesús. - ¡Aparta…!-gritó Riku cuando el suelo que pisaba Jesús, Álvaro y Xamo desapareció, cayendo los tres de nuevo. - ¡Os voy a matar a todos!- gritó Xamo muy enfadada tras caerse de nuevo. El agujero llegaba hasta unas escaleras que seguían descendiendo. - ¡Encontramos el pasadizo a la sala secreta!- se alegró Donald. - Mickey, ¿Te puedo pedir un favor?- le preguntó Riku- Vete con los chicos y destruye la máquina. Yo me reuniré con Sora. - ¿Estarás bien?- le preguntó Mickey. - Por supuesto- dijo Riku largándose.

- ¡Eh espera! ¡Voy contigo!- gritó Álvaro saliendo del agujero al igual que Xamo. - ¡Estoy segura de que Fran iría a por Vixen si algo le pasase a Sebas!- dijo Xamo acercándose a Riku. - ¡Además yo puedo hacer un atajo para llegar justo a tiempo!- dijo Álvaro. - De acuerdo, veníos conmigo… ¡Al resto os dejo lo demás! ¡Tened cuidado!- gritó Riku mientras se largaba con los dos.

Desde una de las torres, una enorme bola de fuego cayó al vacío hasta llegar al siguiente edificio, abriendo un enorme agujero en la pared verde. En el interior cayó rodando Fran y Lea le seguía caminando con tranquilidad. El lugar donde cayeron era una enorme sala llena de mesas, sillas de escuela y al fondo un pasillo que llegaba a unas escaleras que subían al piso superior. - Por fin llegamos, tenemos que seguir subiendo- dijo Lea saliendo de las llamas. - Aún no te he dado las gracias por haberme salvado…- le dijo Fran agradecido mientras se levantaba del suelo. - No hay de qué, aunque no me lo hubieran pedido te habría ayudado, ¿lo captas?- le dijo Lea acercándose a él. - Dijiste que eras un elegido de la llave espada pero llevas esos chakram, ¿por qué no usas la llave espada en vez de esas armas?- le preguntó Fran. - Porque aunque sea un elegido no tengo por qué pelear con la llave espada. Yo lucho con mi propio estilo, con lo que estoy más cómodo- respondió Lea. - ¿Acaso la llave espada no es el arma más poderosa?- se preguntó Fran mientras se miraba las manos con tristeza ya que había dejado de ser un elegido. - Te equivocas, el arma más poderosa no es ninguna espada, ni un bastón de mago, ni un escudo de acero… El arma más poderosa es aquella que llevas dentro de ti. La llave espada es sólo una manifestación en forma física, el verdadero poder está aquí- explicó Lea señalando su pecho- Sólo tienes que darle forma. Fran contuvo las lágrimas apretando fuertemente los puños. Agarró la espada de madera que le dio Sebas y se dio la vuelta dirigiéndose hacia la puerta. - Tan sólo eres un pequeño león aún dormido…-murmuró Lea. Cuando se acercaron a la puerta, un enorme sincorazón con armadura plateada y un enorme martillo intentó detener el paso de los dos. - ¡Malditos sincorazones!- gritó Fran enojado, abalanzándose contra su enemigo. - ¡No te precipites! – dijo Lea haciendo volar uno de sus chakram, bloqueando el martillo del sincorazón- ¡Ahora mismo no puedes encargarte de estos! -Entonces, ¡¿qué puedo hacer yo?!- rompió Fran a llorar mientras luchaba con algunos de los sincorazones más pequeños. Lea derrotó por completo al sincorazón gigante con el otro chakram envuelto en llamas- ¡Ya no soy un elegido! ¡Ya no soy nadie! ¡Sebas tenía razón! ¡No puedo conseguir nada de lo que me propongo! - ¡TÚ ERES FRAN! ¡Da igual lo que digan los demás! ¡Da igual todo lo que no has conseguido! ¡Lo que te hace ser un elegido es no rendirse jamás!... Mientras tengas algo valioso para ti por lo que tengas que luchar, no habrá bala, espada o golpe que pueda pararte… Confía en mí… ya te lo dije… no todo está perdido… tan sólo sigue a tu corazón… ¿lo captas?- dijo Lea atravesando el pasillo junto con Fran.- ¿Ves lo que está pasando? Ellos quieren que pienses que estás solo… porque es cuando más vulnerable eres… pero eso no es así… me tienes a mí, a Sora, Riku, el Rey y los otros dos animales… y tus amigos… el poder no reside sólo en uno mismo… si quieres ser fuerte… tienes que tener una conexión con tus seres queridos. Subieron por las escaleras hasta llegar al siguiente piso. Era una enorme habitación oscura adornada por antorchas en las paredes. Lo único que se podía divisar era la luz que desprendía la puerta al siguiente piso. El lugar estaba lleno de sincorazones pequeños. Lea ayudó en la visión del lugar encendiendo sus chakram. Cuando por fin pudieron ver bien, se dieron cuenta de que no estaban solos allí.

- Sabía que llegarías el primero- dijo Sazh sentado en una silla de la habitación oscura. - ¿Otro enemigo?- preguntó Lea. - Es Sazh- respondió Fran. - ¿Enemigo? No me gusta ese término- dijo Sazh. - ¿No vas a dejarnos pasar?- le preguntó Fran. - Antes quería hablar contigo…-le fue diciendo Sazh cuando de repente un temblor sacudió el castillo entero. Varios minutos antes, el grupo de Mickey llegó al fin a la sala secreta. Atravesaron unas largas escaleras descendentes que le llevaron bajo tierra hasta una habitación oscura donde una enorme máquina que conectaba con el techo generaba con una bola de oscuridad sincorazones sin parar, los soldados salieron y atacaron al grupo. - ¡Esta debe ser la máquina!- gritó Jesús atacando a un soldado. - No sé dónde estaría más segura…-se quejó Peralta tras ver la enorme cantidad de sincorazones. - ¡Nosotros nos encargaremos!- gritaron Donald y Goofy comenzando a cargar contra los enemigos. - ¡Tenemos que destruir la máquina rápido!- dijo Jesús defendiendo a Peralta de más soldados. - ¡Déjamelo a mí! ¡Sanctus! – gritó Mickey alzando su llave espada dorada. La punta del arma se iluminó y lanzó una enorme bola luminosa que destruyó la máquina con una explosión. - ¡¿Estáis bien?!- gritó Donald tras hacer una barrera protectora. - ¿Cómo quieres que estemos?- preguntó Peralta asustada entre el humo. - ¡Goofy Tornado!- Goofy giró sobre sí mismo y despejó la habitación del humo, derrotando a su paso a los sincorazones. - ¡Creía que no sabías hacer nada!- gritó Jesús aliviado. - ¡Ajiá! ¡Todo perro tiene sus trucos!- le dijo Goofy cuando una enorme roca cayó sobre la salida. - ¡Esto se va a derrumbar! ¡Y la salida se ha bloqueado! ¡Quedaremos enterrados!- gritaba Peralta muy desesperada. -¡Paro!- lanzó Mickey un hechizo que hizo que los escombros del techo se parasen. - ¡Ha parado los bloques de roca! ¿Cómo lo habrá hecho?- se sorprendió Jesús. - ¡El Rey Mickey es un gran mago! ¡Aunque no tanto como yo!- se enfureció Donald. - ¡Tranquilizaos! ¡Recordad que estáis conmigo! ¡Agarraos todos a mí!- ordenó Mickey. - ¿Qué piensas hacer?- preguntó Jesús cogiendo una de las enormes orejas del ratón al igual que Peralta. - ¡Confiad en el Rey!- gritó Donald. - ¿Estáis listos? ¡Teletransporte!- gritó Mickey y al instante todos aparecieron en las afueras del castillo.

- ¡Hemos escapado!- se alegró Peralta. - ¡El castillo! ¡Se está derrumbando!- señaló Jesús el primer edificio derrumbándose poco a poco. - ¡No les tiene que quedar mucho tiempo! ¡Deben salir pronto o morirán entre los escombros!- gritó Donald preocupado por los demás. - A la velocidad a la que va no le tiene que quedar más de 10 minutos en pie… ¡tienen ese tiempo límite!- calculó Mickey. - ¿No podemos ir a ayudarles?- preguntó Jesús preocupado. - ¡Creo que deberíamos ocuparnos de otras cosas ahora, ajiá!- gritó Goofy cuando del suelo comenzó a emerger una exagerada cantidad de sincorazones del suelo. Las criaturas los rodearon rápidamente. - ¿Estáis listos?- preguntó Mickey. - ¡Siempre lo estamos!- gritaron todos a la vez y comenzando a atacar a los enemigos. El temblor había llegado a los dos edificios, aunque el puente aún se sostenía firmemente. En la pared del segundo edificio, a los pies del final del puente, subían Riku, Xamo y Álvaro por las cuerdas hasta el agujero que hizo Lea anteriormente. El temblor hizo que Xamo se resbalase. - ¡Cuidado! – gritó Riku agarrándola del brazo. - ¡¿Qué ha sido eso?! – gritó Xamo asustada. - ¡Deben haber destruido la máquina! ¡El castillo se está derrumbando a cachos! ¡No debe quedar mucho tiempo!- informó Álvaro mientras trepaba por la cuerda. - Tenemos que darnos prisa… agárrate muy fuerte a mí…-le dijo Riku, agarrándose Xamo de su cuello. - Estamos muy alto…- dijo Xamo aún con el susto. El Maestro de la Llave Espada Sora por fin había atravesado el segundo piso y había llegado al tercero sin ningún problema. Observó que no había nadie allí y se dirigió a las escaleras para la siguiente habitación. El techo del piso donde estaban Fran, Lea y Sazh comenzaba a caerse a paso lento. - ¡¿Qué ha sido eso?!- gritó Fran asustado. - La sala secreta debe haber sido destruida… - murmuró Sazh. - Hay que darse prisa en llegar hasta Vixen- informó Lea. - Escúchame atentamente Fran… tienes que ayudar a tu amigo a salir de la oscuridad… está ciego y si juega demasiado con ella… los sincorazones le devorarán… yo dejo definitivamente el poder de controlarlos… sólo necesito pedirte un fa… fav…favor…-decía Sazh comenzando a tener dolor de cabeza. Una potente voz sonó en su cabeza y un aura oscura envolvió sus extremidades, obligándole a avanzar con los puños alzados. Sus ojos se tornaron de amarillo y su expresión cambió totalmente. - ¿Qué te ocurre?- le preguntó Fran. - Nos vemos de nuevo pequeñajo…-dijo Sazh con un tono de voz y mirada más oscura. - ¡¿Vixen?!- se sorprendió Fran- ¿Tú eres Sazh? - No, te equivocas… controlo a Sazh desde el piso superior… sólo quería saludarte antes de que nos viéramos y a darle una lección a éste estúpido súbdito…-explicó Vixen en el cuerpo de Sazh.

- Hay que liberarle de la atadura de ese maldito- comentó Lea invocando sus chakram envueltos de fuego. -Éste cuerpo es simplemente increíble… lástima que sea de este estúpido- dijo Vixen comenzando a incendiar la sala de fuego azul. - ¡Apártate Fran, éste tío es mío!- gritó Lea defendiéndose con su fuego. - ¡Nadie te da derecho a controlar a los demás!- le gritó Fran comenzando a cargar contra Vixen. - ¡Te dije que te apartaras!- gritó Lea lanzando un chakram incendiado. - Ya no mereces mis respetos… ya no eres un elegido de la llave espada… ahora sólo eres un niñato… - dijo Vixen lanzando una bola de fuego hacia Fran. El chakram bloqueó el ataque de Vixen, aunque Fran siguió en su empeño de atacar a su enemigo con su espada de madera- ¿Qué crees que podrás hacer con una simple espada de madera? - No he dicho que vaya a utilizarla…-murmuró Fran. - ¡Agáchate!- ordenó Lea tras lanzar el segundo chakram. Fran logró echarse a un lado y Vixen se agachó justo a tiempo. - ¡Esto es por Sazh!- gritó Fran saltando con las dos piernas y golpeándolo con ellas. Vixen salió volando hasta chocar contra la pared. El pequeño chico se reincorporó del suelo y le golpeó con un gancho en la quijada. - ¡Eso es!- lo animó Lea cuando vio a Vixen salir volando. - ¿¡Cómo puede tener esa fuerza!? ¡Ya no es un elegido! ¡No debería tener semejante poder!- se sorprendió Vixen en el aire- Da igual… ¡Llamas…! - ¡Tornado de Fuego!- se acercó Lea girando sobre sí mismo y creando un remolino de fuego que mandó a volar de nuevo a Vixen. - Es muy difícil controlar este cuerpo desde aquí…-murmuró Vixen recuperándose tras caer al suelo envuelto en llamas. - Fran, tú puedes hacerlo… confía en ti mismo…-susurró Lea al lado de Fran. - Gracias Lea… ya sé que tengo que hacer… -dijo Fran dando unos pasos hacia delante. - ¿Qué puedes hacer tú? ¿Acaso no sabes que tu destino es el de perder? ¡Tú y todo el universo estáis en mi mano! ¡No puedes hacer nada para impedirlo! ¡No sin una llave espada!- comenzó a decir Vixen. - No te voy a dejar hacer lo que te dé la gana- le dijo Fran con una mirada desafiante. - Las cadenas del destino ya se han juntado… la oscuridad cubrirá el Reino de la Luz y lo convertirá en el Nuevo Reino de la Oscuridad donde yo seré el nuevo soberano junto a los sincorazones…-siguió hablando Vixen. - Tan sólo hablas de cosas que van a pasar… y si es verdad que ese es nuestro destino… ¡Entonces romperé esas cadenas con estos puños y las juntaré como yo quiera! ¡Yo crearé mi destino y no un estúpido como tú!- gritó Fran corriendo hacia el cuerpo de Sazh. - ¡Yo te cubro las espaldas!-dijo Lea mientras cogía sus chakram.

- Ya te lo dije la primera vez que nos vimos… ¡no entiendes nada! ¡La oscuridad te destruirá!- gritó Vixen lanzando numerosas bolas de fuego azules. Fran las fue esquivando y Lea le protegió de algunas. Cuando Fran llegó hasta Vixen, este le propinó una patada en la herida del estómago. Fran cayó al suelo, dejando caer la espada de madera. - ¡Fran!- gritó Lea lanzando los dos chakram cargados de fuego a la vez pero Vixen saltó para esquivarlos. Inhaló aire y expulsó una ráfaga de fuego azul por la boca, cubriendo por completo el cuerpo de Fran. -Uno menos…- dijo Vixen aún en el aire. Entre las llamas azules se veía la silueta de Fran levantándose poco a poco y cogiendo su espada de madera. - Te equivocas, Vixen. La oscuridad puede destruir mi cuerpo, pero mi corazón seguirá con mis amigos… ¡Nunca morirá!-decía Fran erguido entre las llamas. - ¿Es posible?- se preguntó Lea- el fuego no le está consumiendo. - ¿Cómo vas a luchar sin un arma?- le preguntó Vixen aterrizando en el suelo y observando la silueta de Fran en el fuego. - Ahora sé que no necesito la llave espada. Tengo un arma mejor, mi corazón.-respondió Fran. - ¿Tu corazón? ¿De qué te servirá algo tan débil?- preguntó Vixen burlándose. - Aunque mi corazón sea débil, no está solo. Ha crecido con cada experiencia… y cada nuevo amigo. Yo soy parte de sus corazones y ellos son parte del mío. Y si piensan en mí de vez en cuando… si no me olvidan… nuestros corazones serán uno. No necesito un arma… ¡Mis amigos son mi poder y el mío el de ellos!- gritó Fran despejando el fuego azul envolviéndose a sí mismo con su propio fuego rojo. Su mirada había cambiado por completo. Parecía mucho más seguro de sí mismo y en su mano derecha sostenía una llave espada plateada con la punta en forma de cabeza de león y un pico plateado que sobresalía por los dos extremos. Del mango cuadrado en forma de gatillo colgaba un colgante con forma de cabeza de león.

- Por fin ha despertado el pequeño león. Su corazón ha ganado esta batalla- dijo Lea haciendo volver sus chakram y desapareciéndolos. - ¡Im-Imposible!- gritó Vixen impresionado- ¡La llave espada ha vuelto a él! - ¡Modelo León Durmiente! ¡Ya estoy listo para luchar! ¡León de Fuego!- cargó Fran contra Vixen. - El cuerpo de este traidor ya no me sirve para nada…-dijo Vixen quedándose quieto y dejando que Fran le golpeara con la llave espada en llamas. - ¿Se ha dejado?- preguntó Lea tras ver la reacción del cuerpo de Sazh tras recibir el golpe. La voz de Sazh volvió a la normalidad. - Maldito Vixen- dijo Sazh retorciéndose de dolor en el suelo.

- ¡Lo siento! ¡No tenía intención de darte tan fuerte! ¡Pensé que se defendería!- se disculpó Fran. - No te preocupes… hiciste lo correcto… veo que vuelves a ser un elegido… me alegro mucho por ti…- le felicitó Sazh. - Oye te tenemos que curar-dijo Lea. - No hay tiempo y tampoco es una herida tan profunda… Fran te tengo que pedir un favor… destruye la bola de cristal de Vixen… liberarás del hechizo a tu amigo y a mí…-le pidió Sazh haciendo aparecer un portal oscuro- Esta es la última vez que uso de este modo la oscuridad… te desgasta mucho el corazón… - ¡Espera! ¡¿Nos volveremos a encontrar?!- gritó Fran cuando Sazh desapareció tras el portal tras soltar una sonrisa. - Tenemos que seguir subiendo…-comentó Lea. - Vixen me las va a pagar-dijo Fran enfadado comenzando a subir por las escaleras hasta el último piso. Los temblores del castillo no cesaban y ambos elegidos subieron por las largas escaleras hasta llegar a una enorme puerta blanca de madera. Los dos irrumpieron en la sala blanca destruyendo la puerta con una llamarada de fuego. Sentado en el trono estaba Vixen con la bola de cristal en su mano. Ambos alzaron las vistas hacia arriba y pudieron ver la puerta hacia el Reino de la Oscuridad del que hablaba Sora. - ¿Tú eres Vixen?- le preguntó Lea. - ¿Fran?- preguntó Sebas extrañado cerca del trono de Vixen. - El nuevo elegido de la llave espada… es lo que menos me esperaba… -contestó Vixen riéndose- Hay tanto que aprender y tú entiendes tan poco. Un esfuerzo inútil. El que nada sabe, nada entiende. - Hace muchos años que nadie intenta hacer algo parecido… el control de Kingdom Hearts te va a costar la vida, Vixen-dijo Lea- ¿Cuál es tu plan? No has adquirido las 7 princesas de corazón puro… ¿Cómo obtuviste la puerta? - ¿Mi plan? Sumir los mundos en la oscuridad y obtener Kingdom Hearts y no me ha hecho falta reunir a las princesas… alguien me dio el poder suficiente como para conseguirlo por mí mismo. Yo vengo del Reino de la Oscuridad- respondió Vixen. - Entonces eres un sincorazón- concluyó Lea. - ¿Puede una persona ser un sincorazón sin tener el aspecto de los demás que hemos ido derrotando todo este tiempo?- le preguntó Fran. - Son sincorazones con gran poder que han podido adquirir una forma humana que se asemeja a su “yo” real- contestó Lea. - Me da igual lo que seas. He venido a detenerte…-comenzó a correr Fran hacia Vixen pero Sebas le interceptó chocando sus espadas. - No te voy a dejar avanzar-le dijo Sebas. - Parece que voy a tener que ayudar…-dijo Lea sosteniendo uno de sus chakram con una mano. De un extremo apareció una llama roja que tomó forma de espada curvada- los refuerzos están por llegar… - ¡¿Una llave espada?!- se quedó impresionado Fran.

- ¡Es la “Llama Crepitante”! ¡Capaz de cortar incluso el fuego! ¡¿LO CAPTAS?!- gritó Lea flexionando y realizando un corte diagonal en el aire. -¿Qué ha hecho?- se preguntó Sebas. - Observa atentamente…-dijo Lea cuando parte del techo comenzó a caerse rebanado, dejando visible el paisaje que había detrás del trono. - Qué poder más abrumador-se quedó impresionado Vixen- ¡Sebas, no te distraigas! - ¡Técnica de la Sombra Imitadora!-gritó Sebas haciendo que su sombra se dirigiera hacia Fran. El pequeño elegido se deslizó hacia atrás para escapar de la sombra. - ¿Listo?- le preguntó Lea cuando Fran se paró hasta donde la sombra no llegaba. Se agachó y colocó las dos manos sobre el suelo- ¡Tierra Ardiente! - ¡El suelo! ¡Quema!- gritó Sebas cuando toda la superficie del suelo de la sala se llenó de llamas y dando una apariencia de roca volcánica. - ¡Tiro Mortífero!- gritó Fran lanzando su llave espada hacia Sebas, pero el ataque ni le rozó el pelo. - ¡Ha sido una distracción!- se sorprendió Sebas viendo el arma volar hacia Vixen. - ¡Anillo Ígneo!- creó Lea una muralla de fuego alrededor de él y de Fran. Ni Vixen ni Sebas podían ver a través de la pared de fuego. - ¡Están intentando distraernos!- le avisó Vixen cuando de la muralla salieron volando dos bolas de fuego. - ¡Interceptado!- gritó Sebas parando una de las bolas de fuego. Dentro de ella había uno de los chakram de Lea. La llave espada de Fran pasó volando cerca de Vixen, el cual ni se inmutó al verla. La otra bola de fuego pasó a la misma altura. - ¿Han fallado a propósito?- se preguntó Vixen cuando de repente notó algo detrás de él. - ¡Pues claro!- gritó Fran apareciendo en la bola de fuego. Se había escondido en ella apoyado en el chakram de Lea. Saltó y cogió al vuelo su llave espada que volvió como si fuera un boomerang. - ¡Nos engañó!- gritó Sebas cuando vio a Fran aparecer detrás de Vixen e intentando golpearle con su llave espada. - ¡Esto es por…!- dijo Fran siendo atrapado por un ser oscuro que sobresalió de la espalda de Vixen. Tenía los ojos blancos, una piel oscura, varias cadenas atadas a sus brazos y numerosas vendas que cubrían su torso. Era mucho más grande que su propietario y tenía unas largas antenas en la cabeza. El sincorazón cogió a Fran con tan sólo una mano- ¡¿Qué es esto?! - ¿Creías que lograrías cogerme y robarme mi bola de cristal?- le preguntó Vixen sin echar la mirada hacia atrás. Sostenía la esfera con su mano derecha, alzándola para que todos la pudieran ver- Es la maravilla de este universo y existen muy pocas. - El plan no ha salido del todo bien… aunque…-decía Lea echando una mirada hacia atrás y haciendo desaparecer el anillo y el suelo de fuego. - ¡Expelliarmus!- dijo una voz femenina desarmando a Vixen de la bola de cristal. - ¡¿Quién ha sido?!- gritó Vixen mientras veía caer su bola de cristal de su trono.

- ¡¿Xamo?!- se sorprendió Fran tras ver a su amiga atravesando la puerta junto a Álvaro y Riku. - Lo sabía…-dijo Lea en voz baja. - ¡Donde carajo está ese maldito de Sazh! ¡Me lo voy a cargar de un solo hechizo! ¡Reducto!- gritó Xamo lanzando su segundo hechizo contra el sincorazón y destruyó por completo su brazo donde sostenía a Fran. - Si supiera a quién ha salvado…-dijo Lea por lo bajo. - Veo que Sora aún no ha llegado-murmuró Riku. - ¡No te precipites tanto! -le aconsejó Álvaro cuando su amigo Fran aterrizó en el suelo sin ningún problema. La esfera de Vixen se precipitó contra el suelo, partiéndose en mil pedazos. - ¡No! ¡Mi bola de cristal! ¡Mis esbirros!- se enfadó Vixen tras ver su esfera caer. En el momento en el que se partió, Sebas recibió un fuerte dolor de cabeza que lo hizo arrodillarse. Con un gesto de su mano, Vixen hizo que su sincorazón se acercara a Sebas y comenzara a introducirse dentro de él- No dejaré que me robéis a mi discípulo… - ¡¿Qué está pasando?!- gritaba Sebas de pánico, su cuerpo se volvió oscuro y en su pecho apareció el símbolo de los sincorazones. Su pelo se tiñó de blanco y sus ojos se volvieron amarillos. Cuando la oscuridad dejó de atarle dio un grito de ira hacia el cielo. - ¿Qué le ha hecho?- se asustó Xamo cuando Sebas comenzó a dirigirse hacia ellos con malas intenciones. - ¡Atrás!- les ordenó Riku colocándose enfrente de ellos- ¡Lea, ven hacia aquí! - ¡Lo capto! ¡Lo capto!- gritaba Lea retrocediendo poco a poco. - Tu amigo abrió su corazón a la oscuridad…-susurró Vixen. - ¡Sebas!- exclamó Fran preocupado alzando el brazo. - Es inútil. Tu voz ya no le llega. Su corazón ha vuelto a la oscuridad. El mundo empieza y acaba en la oscuridad. El corazón también. La oscuridad brota en su interior, crece, lo consume. Esa es su naturaleza- comenzó a hablar Vixen con los brazos cruzados- Todo corazón vuelve a la oscuridad de la que proviene. La oscuridad es la verdadera esencia del corazón… - ¡Eso no es cierto!- dijo Fran- ¡El corazón puede ser débil y a veces ceder! ¡Pero ahora sé que en el fondo hay una luz que nunca se apaga! - ¡Así que has llegado hasta aquí y sigues sin entender nada! ¡Cada luz debe apagarse, cada corazón volver a la oscuridad!- gritó Vixen enfadado- ¡Mi discípulo ya cayó a la oscuridad y no puede volver a la luz! - ¡Él no es ni tu esbirro ni tu discípulo! ¡ES MI AMIGO!- gritó Fran corriendo hacia Sebas y propinándole una fuerte patada en la cara. Sebas salió volando en la dirección opuesta a donde se dirigía con ojos furiosos- ¡Y tampoco dejaré que dañes a los míos! - ¿Ése es el discípulo de Sora?- preguntó Riku. - ¡Exactamente!- le respondió Lea. - Fran, ¿cierto?- le preguntó Riku.

- ¿Quién eres?- respondió Fran. - Soy Riku, amigo de Sora y Lea y también elegido de la llave espada… tu amigo está siendo controlado por la oscuridad… tan sólo la luz puede liberarle-le explicó Riku colocándose al lado de Fran y Lea- ¿sabrás hacerlo? - Expulsaré la oscuridad de tu corazón, Sebas-le dijo Fran observándole. - ¡Y nosotros te ayudaremos!- dijeron Álvaro y Xamo poniéndose a su lado. - Gracias amigos… gracias de verdad…-dijo Fran en voz baja. - Nosotros dos distraeremos a Vixen… tú eres el único que puede liberar a Sebas… ¿lo captas?-le dijo Lea con una sonrisa. - ¡Lo capto!- gritó Fran con energía, sosteniendo su llave espada con las dos manos y apuntando hacia Sebas- ¡Esto será lo mismo que abrir puertas! - ¡No dejaré que destruyáis mis planes! ¡Ya habéis incordiado suficiente!- gritó Vixen haciendo aparecer un enorme sable de luz azul en su mano- Ese chico es mi recipiente con corazón que me hace falta. - Ataca si te atreves, sucio sincorazón- se burló Lea. Vixen saltó del trono e intentó atacar a los dos, pero ambos lo bloquearon con sus llaves espada. Del cuerpo de Vixen, erigió una copia de él mismo con el mismo sable de luz e intentó atacar a los dos por detrás. - ¡Yo me ocupo!- gritó Riku dándose la vuelta y bloqueando el ataque de la copia de Vixen, quedando Lea y Riku espalda contra espalda. - ¿Algún plan para liberarlo?- le preguntó Álvaro cuando Sebas se agachó en el suelo y comenzó a correr con las cuatro extremidades hacia ellos. - Sencillo… ¡QUE NO NOS TOQUE!- gritó Xamo desesperada, apuntando con su varita hacia Sebas- ¡Levicorpus! ¡Vuela maldita seas! - ¡Buen contraataque!- animó Álvaro cuando Xamo hizo levitar el cuerpo de Sebas, interrumpiendo su marcha. - ¡Date prisa! ¡Este hechizo gasta demasiada magia según el peso del rival!- regañó Xamo. - Ya estoy casi… necesito que lo dejéis quieto un instante…-informó Fran cuando la punta de su llave espada se iluminó. - ¡Si es atrapar cosas déjamelo a mí! ¡Medio Nudo!- gritó Álvaro lanzando sus cuerdas para atar a Sebas de las extremidades, dejándolo sin poder mover ningún dedo. - ¡Mi turno! ¡Vas a volver con nosotros, Sebas!- exclamó Fran lanzando un haz de luz hacia Sebas. Cuando la luz chocó contra él, de su cuerpo brotó el ser oscuro que se introdujo y la oscuridad salió de él como si de humo fuera. El sincorazón que brotó de él desapareció tras salir de Sebas. - ¿Lo conseguimos?- preguntaron Álvaro y Xamo. El cuerpo de Sebas cayó al suelo inconsciente. Fran corrió hacia su amigo con la esperanza de que estuviera bien. - ¡NO!- gritó Vixen haciendo una docena de copias de sí mismo que cargaron contra los chicos y Sebas. - ¡Que vienen! ¡Que vienen!- gritaba Álvaro muy asustado tras ver a la docena de Vixen con sables de luz en las manos.

- ¡Mierda! ¡Maldita multiplicación de cuerpos!- se quejó Riku sin poder dar media vuelta. - ¡DEVOLVEDME A MI RECIPIENTE!- gritaron todos los Vixen cargando contra los chicos. - ¡Xamo, haz algo con tu magia!- exclamó Álvaro asustado escondiéndose detrás de Fran. - ¡Idiota! ¡Ya no me queda magia! ¡He usado los tres hechizos de golpe!- le regañó escondiéndose también detrás de Fran. - Fran, ¡¿Qué piensas hacer?!-dijeron asustados los dos. - ¡Luchar!- dijo Fran decidido. - ¡Vamos a morir!- gritaron Álvaro y Xamo al unísono cuando tenían a la docena de Vixen justo en sus narices. - ¡REFLEJO!- una enorme barrera blanca cubrió a Fran y a los demás, protegiéndolos de los ataques de los Vixen. Cuando los enemigos golpearon la barrera, desaparecieron en una enorme explosión que sólo les afectó a ellos. Cuando se disipó el humo, unos pasos llegaron hasta los chicos. - Parece ser que llego tarde a la fiesta…-dijo una voz atravesando el humo. - ¡SORA!- gritaron todos impresionados. - Siento mucho la tardanza… es lo que tiene subirse cinco pisos sin poder parar ni para mear… -decía Sora cogiendo aire. - Menos mal que has llegado- le dijo Fran acercándose a él. - ¿Estás bien? Sentí por un momento que tu corazón se iba apagando…-se preocupó Sora acariciando a Fran en la cabeza. - Tuve una pelea contra Sebas y dejé de ser elegido por unos momentos… pero Lea me ha ayudado a seguir adelante-le dijo Fran. - ¿Lea? ¡Ah! ¡Axel!- gritó Sora con alegría. - ¡Te he dicho que mi verdadero nombre es Lea! ¡Axel era cuando yo fui un incorpóreo!- se enfadó Lea. Vixen hizo desaparecer su copia y ascendió hasta llegar a su trono. - ¿Qué es un incorpóreo?- preguntó Xamo. - Ahora mismo no es momento de esas explicaciones… el castillo va a caer de un momento a otro…-sugirió Riku. - Acabemos con esto ahora mismo… así que tú eres Vixen…-dijo Sora caminando despacio hacia él hasta pararse cerca del trono- ¿Qué pretendes hacer? - ¡Es demasiado tarde para vosotros! ¡La puerta hacia el Reino de la Oscuridad se abrirá y me dará el poder suficiente para consumir vuestros corazones! ¡Kingdom Hearts me dará el poder!- gritaba Vixen alzando los brazos hacia la puerta- ¡Kingdom Hearts! ¡Dame el poder de la oscuridad! La puerta comenzó a abrirse poco a poco y de ella brotes de oscuridad amenazaban con salir. Todos parecieron preocupados a excepción de Sora. Estaba inmóvil observando aquella escena y sin ninguna intención de atacar de momento.

- ¡Sora! ¡¿No vas a hacer nada?!-gritó Xamo desesperada- ¡Si abre la puerta… la oscuridad nos consumirá a todos nosotros y a los mundos! - Tranquilos… no deis ningún paso… no hace falta que haga nada…- decía Sora con seriedad. - ¡LA OSCURIDAD SUPREMA!- exclamó Vixen ascendiendo hasta colocarse justo enfrente de la puerta, esperando a que se abriera la puerta al completo. - Te equivocas, incluso en lo más profundo de la oscuridad siempre habrá un rayo de luz que te guíe… por eso… ¡Kingdom Hearts es luz!- gritó Sora. Un rayo de luz salió de la puerta, chocando contra Vixen y dejándolo confuso. La luz le cegó por completo. - ¡Luz!... Pero, ¿por qué?...-decía Vixen sin poder ver nada- yo soy… el dios de la oscuridad… no puedo ser derrotado de esta forma… - ¡Forma Valiente! –exclamó Sora mientras su cuerpo empezaba a brillar y su ropa cambiarse a un tono rojizo. En su otra mano poseía una segunda llave espada más corta que la Cadena de Reino. Era blanca con dos filos y al final acabando en una estrella azul y blanca. Sora dio un enorme salto y atacó a Vixen cruzando las dos llaves espadas- ¡Guillotina Final! Vixen cayó desapareciendo poco a poco en la oscuridad del suelo. El Maestro de la llave espada descendió y su ropa volvió a la normalidad. - ¡Tenemos que salir de aquí! ¡Todo se viene abajo!- gritaba Lea. - ¡Pero la puerta aún sigue abierta!- exclamó Álvaro. - ¡Luego nos ocupamos! ¡Primero tenemos que salir!- gritó Riku- Sora, ¿algún plan? - ¡Saltar! –señaló Sora una de las ventanas del castillo. Todos se dirigieron hacia la ventana mientras el suelo comenzaba a hundirse. - ¡Entrad en el túnel! –ordenó Lea abriendo un portal oscuro tras ver que no daba tiempo salir. - ¡Sebas no debe entrar! ¡Su corazón está demasiado débil!- gritó Riku mientras Xamo y Álvaro se iban a introducir en el túnel. - ¡No me iré sin Sebas! ¡Saltaré con él!- dijo Fran llevando a Sebas en su espalda y saltando desde la ventana. - ¡Fran!- gritaron Xamo y Álvaro preocupados. - ¡Entrad ya!- les ordenó Riku introduciéndose junto a los demás. Fran cayó al vacío sosteniendo a Sebas en su espalda. Detrás de él pudo ver el castillo derrumbarse por completo mientras que la puerta hacia el Reino de la Oscuridad seguía intacta y aún entreabierta en el cielo. Cerró los ojos fuertemente para aguantar el aterrizaje, pero algo lo sostuvo e impidió que siguiera cayendo. Echó la mirada hacia arriba y estaba Sora agarrándole del brazo. Estaba planeando en el cielo y su ropa se había vuelto plateada. Justo detrás de él tenía las dos llaves espada que tenía anteriormente. - ¡Sora!- exclamó Fran tras ver a Sora. - ¿Creías que dejaría caer a mi pupilo?- le dijo Sora con una sonrisa. - ¡Estamos volando!- gritó Fran sorprendido.

- ¡Yo la llamo Forma Final!- exclamó Sora mientras aterrizaban justo donde estaba el grupo de Mickey y los demás. Los sincorazones parecían no haberse ido de allí, aunque el número de ellos parecía más pequeño. -¡¿Estáis todos bien?!- preguntaron Mickey, Donald y Goofy preocupados cuando llegaron Sora, Fran y Sebas al igual que Riku, Lea, Xamo y Álvaro en el portal. - ¡Perfectamente! ¡Ahora debemos cerrar la puerta!- indicó Sora con energía y alzando su llave espada- ¡Todos juntos! - ¡Vamos allá!- alzó Mickey su llave espada al igual que Riku. - ¡Venga Fran! ¡Tú también!- le animó Lea invocando su llave espada y alzándola también. - ¡Sí!- gritó Fran entusiasmado mostrando su nueva llave espada. Las armas de los cinco elegidos se iluminaron, produciendo una cantidad de estrellas alrededor de ellos y lanzando un rayo de luz al cielo. Los cinco rayos se juntaron en uno solo con una sexta luz más que provenía de algún lugar cercano. Las luces se dirigieron a la puerta y poco a poco la cerraron. Tras un destello, la puerta desapareció y el cielo comenzó a aclararse. - ¿De dónde provenía esa última luz?- preguntó Riku. - Es Sazh… sé que es él…-dijo Fran en voz baja. En las afueras del pueblo, estaba Sazh con una venda en el pecho. Hizo desaparecer su propia llave espada y dio media vuelta mientras se ponía su chaqueta. - Muchas gracias Fran… estoy seguro que nuestros caminos se volverán a reunir…-acabó diciendo Sazh mientras caminaba. El cielo se volvió oscuro, pero no por el poder de la oscuridad sino por la noche despejada. En el firmamento apareció una increíble lluvia de estrellas brillantes, parándose cada una en ciertos puntos del cielo. El suelo comenzó a transformarse, la oscuridad desapareció del mundo y con ella los sincorazones. Las ruinas del castillo se fueron y surgieron en ese mismo lugar dos edificios y una muralla alrededor de ellos. Estaban pintados con tiras de colores verde, blanco y verde. Y el mar de la isla recuperó su color natural. El mundo de Vicent Alexis volvió a la normalidad. - ¡Mi instituto! ¡Por fin lo he recuperado!- se entusiasmó Álvaro. - El cielo se ha despejado…-comentó Jesús. - ¡Ha sido precioso!- exclamó Peralta tras ver la lluvia de estrellas. - Los mundos han vuelto a su estado original-concluyó Mickey. - Por fin podré volver a mi mundo…-murmuró Xamo. - ¡Sebas! ¡Por fin despiertas!- gritó Fran con felicidad. Sebas volvió en sí, intentó reincorporarse pero su cuerpo aún estaba débil para andar. - ¿Qué ha pasado? ¿Dónde estoy?- preguntó Sebas. - Estás con nosotros- le indicó Fran tendiéndole la mano. - Lo siento mucho… la oscuridad me estaba cegando… yo sólo quería poder proteger a mis amigos… pero olvidé lo verdaderamente importante… pero ahora que he tocado la oscuridad… dudo que pueda seguir siendo el mismo…-decía Sebas con la cabeza agachada comenzando a llorar grandes cantidades.

- No debes temer por la oscuridad en tu interior... mientras tengas amigos que te apoyen… mientras no estés solo, la oscuridad no podrá manipular tu corazón- intentó animar Riku. - ¡Venga Sebas! ¡Ya estás con nosotros!-le dijo Fran con ánimo. Sebas sonrió, se quitó las lágrimas y se levantó con la ayuda de Fran. - Creo que esto es tuyo-le dio Lea el sable Eklipse a Sebas. - El sable que me regaló Vixen… gracias… esta vez lo usaré para proteger a mis compañeros-dijo Sebas recogiendo su sable. - ¡Un ratón que habla!- se sorprendió Fran tras ver a Mickey. - ¡Mi nombre es Mickey! ¡Encantado de conocerte, Fran!- saludó Mickey. - ¡Es el Rey de nuestro mundo y también elegido de la llave espada!- le informó Donald. - Fran… chicos… muchas gracias por todo… por fin vuelvo a tener el instituto- dijo Álvaro agradecido. - Te lo dije… te ayudaría a recuperar éstos edificios que tanto quieres- sonrió Fran. - ¿Y ahora cómo vuelvo a mi mundo?- les preguntó Xamo. - Me temo que éste es el momento del adiós- alertó Sora. - Fran, Sebas… yo os llevaré a vuestro mundo… dame tu mano y desea el lugar al que quieres ir- le pidió Lea extendiendo su mano- No puedo adivinar el lugar donde está vuestro mundo. - ¡Ajiá! ¡Vuestros padres deben de estar preocupados por vosotros!-señaló Goofy. - ¡Pero yo quiero seguir viviendo aventuras!-se quejó Fran. - Aún no estás preparado para la inmensidad del universo… ya no hay peligro de momento… tan sólo entrena todo lo que puedas y algún día volverás a navegar por el espacio- le dijo Sora acariciando el pelo de su alumno- ¿O acaso tu sueño no era el de convertirte en Maestro de la Llave Espada? - ¡EXACTO! ¡Algún día llegaré a ser el mejor Maestro de todos los tiempos! ¡Entrenaré para hacerme mucho más fuerte! ¡Y navegaré por el espacio en busca de aventuras!- comenzó a gritar Fran con los brazos alzados. - Tiene fuertes convicciones… justo como tú, Sora-le susurró Riku. - Sé que lo conseguirás, pero para eso tendrás que sobrepasarme, ¿crees que lo conseguirás? –le dijo Sora levantando la mano. - ¡Por supuesto!- chocó Fran con su mano. - Toma un regalo- le dijo Sora cuando chocaron sus manos, era un llavero de un corazón rojo con una corona de tres puntas. - ¿Un llavero?- se preguntó Fran. - Es el “Arma Artema”. La llave espada más poderosa. Te será de gran ayuda en el futuro, úsala cuando de verdad la necesites- explicó Sora. - ¿Estás del todo seguro?- le preguntó Riku.

- ¡Es mi apuesta que conseguirás superar a todos los elegidos!-le animó Sora. - Chicos… ¡Muchas gracias por todo!- gritó Fran de alegría. - Oye, ¿Volverás a visitarnos?- le preguntó Álvaro. - ¡Por supuesto! ¡Nuestros caminos volverán a encontrarse e iremos en busca de aventuras!- le dijo Fran poniendo la mano. - ¡Sí! ¡Seré el mejor piloto del universo, capaz de manejar cualquier nave!- gritó Álvaro de alegría colocando la suya encima de la de Fran. - ¡Seré el mejor guardián de todos los tiempos! ¡No dejaré que ninguno sufra algún daño!-dijo Sebas también incluyéndose. - ¡Iré al Planeta del Tesoro y me convertiré en la mejor maga!-se animó también Xamo. - ¡Muy bien chicos! ¡Hasta la próxima!- se despidió Fran. - Adiós Fran… nos volveremos a ver- le dijeron Sora y Riku. - ¡Cuídate mucho, ajiá!- se despidió Goofy cuando Fran y Sebas iban a introducirse en el túnel oscuro. - ¡Nos vemos!-gritó Fran mientras atravesaba el túnel junto a Sebas y Lea. - Xamo, nosotros nos ocuparemos de llevarte a tu mundo en nuestra nave- le explicó Mickey. - Espero que haya vuelto a la normalidad…- dijo Xamo en voz baja. - Cuanta más fe tengas en que estén bien, más posibilidades habrá de que se cumpla- le animó Riku. - Gracias a todos…- agradeció Xamo. - Venga vámonos… tengo ganas de llegar a Islas del Destino y darme un chapuzón- les dijo Sora dirigiéndose hacia la nave. - No veremos algún día chicos…-se despidió Xamo de Jesús, Peralta y Álvaro. - Estoy seguro que nos volveremos a ver, cuídate mucho- dijo Peralta abrazando a su amiga. - Si finalmente no tienes a donde ir, puedes quedarte en este mundo- le indicó Jesús. - Gracias chicos, tendréis noticias de mí-dijo Xamo largándose con los demás. El túnel oscuro les llevó rápidamente hasta una tranquila playa donde el agua del mar era cristalina. Echaron la mirada hacia atrás y vieron su pequeño pueblo natal. La alegría llegó a sus rostros enseguida y tenían ganas de poder volver a sus casas. El sol estaba cayendo sobre el horizonte, aquel atardecer resultaba muy bello para su vuelta al pueblo. - Nuestro pueblo está tal como lo dejamos-comentó Sebas. - Tienes razón, está como nuevo. En verdad estoy muy contento de volver aquí-acabó diciendo Fran. - Si lo piensas bien, tampoco hemos estado tanto tiempo fuera… pero hemos recorrido mucho- le dijo Sebas- Aunque el suficiente para preocupar a nuestros padres.

- Me van a echar la bronca del siglo, ¿lo sabes?- comentó Fran- Yo salvando los mundos y sin avisar en mi casa. - Me gustaría ver la cara de tu madre cuando sepas lo que has estado haciendo- se rió Sebas. - Un verdadero poema… menos mal que soy muy resistente a los golpes-dijo Fran. - ¿Mañana vas a ir al instituto? La verdad es que ni sé en qué día estamos- comentó Sebas. - ¡¿Acabamos de venir de una lucha, me has hecho un corte en el pecho del que casi muero desangrado, un ser oscuro se mete dentro de ti y caes preso de la oscuridad y me vienes preguntando si mañana vamos a ir al instituto?!- le regañó Fran. - ¿Tus padres te dejarán no ir?- preguntó Sebas. - No… me obligarán a ir…-decía Fran exhausto. - Lo suponía… no tenemos descanso…-dijo Sebas por lo bajo- ¿Habrán mandado algún trabajo más? - ¡Cállate!- se enfadó Fran. - Bonito pueblo- dijo Lea cuando vio el pueblo- el atardecer es precioso. - Sí… este pueblo es fantástico… tenemos que protegerlo de la oscuridad de los sincorazones…-comenzó a decir Fran. - Ambos lo protegeremos-dijo Sebas. - Bueno chicos, será mejor que me vaya. Seguro que tenéis muchas cosas que hacer-les dijo Lea con una amplia sonrisa- ¡Cuídate mucho pequeño león! - ¡Tú también Lea! ¡Muchas gracias por todo! ¡Eres sin duda el mejor! ¿Lo captas?- le dijo Fran con una sonrisa. - ¡Lo capto!- dijo Lea riéndose e introduciéndose en el portal. - ¿A dónde irá?- preguntó Sebas. - Supongo que al mismo sitio al que queríamos regresar… a nuestro hogar-comenzó Fran a caminar por la playa. - ¿Una carrera?- le propuso Sebas. - ¿Estás diciendo que puedes ganarme?- dijo Fran comenzando a correr. - ¡Eh! ¡Eso es trampa!- le gritó Sebas siguiéndole el ritmo. - ¡Pero si tú eres más rápido! ¡Sólo te estoy cogiendo un poco de ventaja!- rió Fran. - ¡Lo sé pero sigue siendo injusto!- le regañó Sebas. Y los chicos acabaron su primera aventura volviendo a su hogar. Tras acabar con la amenaza de los sincorazones y de Vixen, todo pareció volver a la normalidad. Aunque la oscuridad siempre está latente en los corazones de las personas y siempre intenta aprovechar su debilidad, sí que consiguieron parar una extensión masiva de sincorazones. Fran y Sebas estuvieron atentos a los ataques de estos seres y de vez en cuando tuvieron que lidiar con algún incidente con ellos.

Pasó el tiempo, más o menos un año después sobre la misma época, Fran y Sebas se encontraron en el mismo lugar donde regresaron. Bajaron a la playa y se sentaron en la orilla, observando el movimiento del mar. Sus aspectos parecían un poco más adultos y maduros. El pelo de Fran había crecido considerablemente y Sebas parecía que se había recortado mucho las puntas. - Ha pasado mucho tiempo desde que estuvimos fuera, ¿Cómo crees que estarán todos?- le preguntó Fran. - Seguro que están todos bien…-dijo Sebas en voz baja. - Llevo mucho tiempo con ganas de salir otra vez al espacio… ya todo aquí está tranquilo-le dijo Fran. - Ten por seguro que algún día llegarán y nos recogerán- le intentó tranquilizar Sebas- Sólo tienes que esperar un poco más. Debes entrenar para ser lo suficientemente fuerte para enfrentarte a todos los peligros del universo. Seguro que los sincorazones no son la única amenaza. - ¿Recuerdas que dejé de ser un elegido por unos momentos?- le intentó recordar Fran. - Fue por culpa mía…-asintió Sebas. - No es eso… desde el momento en el que dejé de ser elegido todo comenzó desde cero… lo que quiero decir es que ya no puedo invocar a Stitch y ni siquiera tengo a Charizard aquí…-iba diciendo Fran. - El origen-concluyó Sebas. - ¿Cómo dices?- le preguntó Fran. - Nuestro viaje comenzó accidentadamente, tuvimos varios problemas y conseguiste arreglarlo todo. Dejaste de ser un elegido y renaciste como un hombre nuevo… con las ideas más claras y una fuerte convicción…-le explicó Sebas- eso lo hace el origen de lo que vaya a pasar de aquí en adelante. - Todo lo que he hecho lo he logrado gracias a los amigos que hice… Sora, Donald, Goofy, Xamo, Stitch y su pandilla, Willy, Charizard, Lea, Riku, Mickey e incluso tú y Sazh…-comenzó a contar Fran con los dedos- Quiero volver… nuestro mundo ya está bien y podríamos salir ya… - No tientes a la suerte… no me gustaría que pasara lo mismo que el año pasado… hay posibilidades de que el mundo no se restablezca. -Tengo que volverme más fuerte para superar a Sora… volverme un Maestro de la Llave Espada y ser el mejor de ellos- dijo Fran con convicción. - Tienes un largo camino por delante-le dijo Sebas- Sora y los demás son extremadamente fuertes y ni siquiera mostraron la mitad de su poder… ni siquiera salieron heridos de la batalla contra Vixen. - ¿Cómo piensas tú cumplir tu sueño?- le preguntó Fran. - He comprendido que no todo el mundo puede ser elegido de la llave espada… es una posición con grandes responsabilidades. Pero lo que compartimos ambos es querer proteger a los nuestros- explicó Sebas- si quiero ser el mejor “Guardián”, debo ser capaz de cuidar a mis protegidos. Ya me da igual ser un elegido, aunque sea con el poder de la oscuridad lograré protegeros. Te seguiré donde sea… lo prometo… porque eres mi amigo. - Yo también protegeré a mis amigos… mejoraré mi estilo de lucha y conseguiré convertirme en un verdadero Maestro- concluyó Fran. - Tengo ganas de salir de nuevo al espacio. Esto es para nosotros una prisión rodeada de mar y tierra- dijo Sebas mirando el horizonte.

- Son muchos los mundos- susurró Fran. - Pero todos conectados entre ellos- contestó Sebas- El contador de nuestra ida comienza a correr. - Tenemos mucho que hacer antes de irnos- respondió Fran- ¿Verdad? - Ahora que el Reino de la Luz está a salvo… es nuestro momento- contestó Sebas. -Sí…-dijo Fran mirando hacia el frente. Ambos miraron el sol escondiéndose en el horizonte. El viento soplaba con suavidad y las olas se movían majestuosamente. Aquel lugar era un paraíso para vivir. Miraron hacia el cielo, las estrellas comenzaban a salir en el firmamento y una de ellas comenzó a brillar fuertemente, como si les estuviera saludando. - ¿Qué es esto?- se preguntó Fran cuando una de las olas trajo consigo una botella de cristal con un papel dentro. - ¿Eh? ¿De quién será?- dijo Sebas mientras Fran sacaba el folio enrollado dentro de la botella- ¿Puedes leerlo en voz alta? Querido Fran. Gracias por todo lo que has hecho por mí, sin tu ayuda nunca habría podido regresar a mi mundo. Estaba donde lo dejé y allí mis padres parecieron algo confusos cuando me vieron llegar de una nave espacial. Estoy muy feliz de volver a verles y mi padre me prometió de nuevo que me llevaría a Hogwarts pero vivir todas esas aventuras con vosotros me ha dado que pensar. He decidido mudarme a Vicent Alexis. Allí seguiré con mis estudios de la magia por mi cuenta y deseo llegar algún día al Planeta del Tesoro. Sé que con ustedes podré cumplir mi sueño y mi padre estuvo muy de acuerdo con mi decisión. Sin duda quiere lo mejor para mí. Os estaré esperando a ti y a Sebas junto a Álvaro, Jesús y Peralta. Espero que vuelvas para reanudar nuestras aventuras. Son muchos los mundos, pero todos comparten el mismo cielo. Un cielo. Un destino. P.D1: Me estoy sacando el carnet de nave espacial, vayamos juntos a atropellar viejas. Ya tengo nave gracias a Álvaro. P.D2: Álvaro, Jesús y Peralta te mandan un saludo también. Un saludo, Xamo. ;) - ¿Fran?- le preguntó Sebas cuando vio que su amigo agachó la cabeza y dejó de leer. - ¡Vamos a entrenar! ¡Tenemos que hacernos mucho más fuertes!- gritó Fran decidido reincorporándose en un salto- ¡Algún día volveremos! - ¡Así se habla! – dijo Sebas levantándose también. - ¡Desde aquí comienza nuestra aventura!- volvió a gritar Fran. CONTINUARÁ… Autor: Fran López – Captain Soraking. Corrector: Joaquín Garci – Jojogape. Dedicado a mi Baby Noalovegood con mucho cariño.