Killer inside Me. José Manuel Vara

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VARA INTERZONE

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Un libro sobre el concepto : "El asesino dentro de mí", creado por Vara con fotos y manipulaciones fotográficas tejidos sobre la base de unos textos básicos sobre dolor y muerte. Una especie de "librotrauma".

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VARA INTERZONE

ÚTERO

Cordón umbilical saturado de odio, cuartos oscuros de voces infectados,

y miedo, mucho miedo. El cerebro es diferente,

las conexiones neuronales no siguen el orden habitual.

Alguien escupió en su cara, un niño

mayor que él, envilecido, violento, borracho,

un ataque contra una pared, cinco sombras a su espalda

y el conocimiento descarnado del sexo por la puerta de atrás.

Luego, de mayor... frecuenta

los lugares solitarios, los ambientes marginales, los garitos de homosexuales,

las relaciones turbias, las yugulares cortadas, los miembros cercenados

que cuelgan inermes del techo,

como úteros mudos. Úteros.

Muerte habla con él todas las noches, Le susurra al oído obscenidades voraces

Y glotonas, Juega con su sexo abierto al deseo de-

mente Producido por el abuso de estupefacien-

tes… Intentando en vano adormecer O, al menos, aturdir a muerte.

Pero, es inútil, Ella ha vuelto como cada noche

Y le ha ordenado que entre en otra casa,

Que mate a otra familia, La que él nunca tuuo…

Qué fácil habría sido todo Si su padre no le hubiese violado, Si su madre no hubiese estado loca, Si su hermana no hubiese inventado

Juegos infantiles, Juegos crueles,

Juegos de muerte.

(de pronto se produce el zapping)

Ella mira a su amante que manipula distraídamente

el mando a distancia... ...en el fondo sabe que el Amor

acaba de morir.

La mirada ocre agonizando cuando cae una tarde desafortunada y el sonido de las hojas trituradas por botas embarradas agoniza en algún inhóspito lugar del desierto de árboles que sirve de refugio a una bestia humana con ojos azules.

Hay ramas manchadas de sangre seca y cortezas de árbol viola-

das por orines rancios

de decenas de víctimas enfrentadas al miedo... ... a una afilada hoja de cuchillo de carnicero que roza el cue-

llo y juguetea con el sabor de la muerte próxima

que resbala entre unos dedos enormes, siniestros, torpemente diseñados... Movimiento violento para que cuchillo arrancavidas reviente en una explosión triunfal contra la frágil muralla de un co-

razón pletórico de sangre, que estalla hacia dentro como explosión

nuclear creando un crepúsculo artificial que sólo disfruta el atormentado cerebro de una mente enferma,

que obliga a su cuerpo a pasear penosamente por un bosque ex-traño, muerto...

por un bosque próximo a su casa, a la de sus padres, a la de su niñez...,

ellos han muerto; padre tardó algo más: era una mala bestia, pero el alambre de espino trenzado alrededor de la garganta

obra milagros en el pescuezo más resistente...

(crack, crack, crak)

y, de nuevo, el sonido de las ramas y las hojas al ser pisadas... ...y el sonido de las risas inocentes acercándose

a través de la espesura maliciosa del bosque asesino

Una multitud estalla delante de mis ojos, una multitud curiosa que parece evitar el paso del tiempo,

que se mece cual funambulista suicida en lo alto de un reloj giratorio con vistas a una plaza... hay rostros imprecisos, graves, austeros, descafeinados

que se funden allí donde el ojo pierde su definición visual, allí donde la sombra parece atrincherarse

para escupirte su mal aliento.

Una multitud recelosa de sí misma, que gravita en torno a pulmones artificiales de consumismo,

una perra leprosa que amamanta cachorrillos enfermos mientras una ligera brisa entumece los huesos

al escaparse distraída de miles de máquinas de aire acondicionado.

El insidioso susurro de los pies arrastrándose sobre asfalto

es como una oración blasfema, como el crepuscular tañído de una campana fúnebre

que parece marcar una monótona cadencia, un paso marcial para una multitud hueca

de extremidades amputadas, de vidriosas miradas lechosas, artificiales...

...como el calor que parece manar de cientos de cuerpos que se aplastan uno contra otro, otro contra uno...

formando las desesperantes entrañas de esa jauría ciega,

de esa multitud que fue parida muerta.

Neurótika books 2011