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Kenia: la meca de los safaris Los safaris fotográficos están experimentando en estos primeros años del siglo XXI un crecimiento espectacular. Cada vez son más las personas que desean experimentar las sensaciones que produce el estar en contacto directo con la vida salvaje y procuran inmortalizar dichos momentos a través de sus cámaras fotográficas. Kenia ofrece además la posibilidad de conocer algunas de las etnias más peculiares de la tierra como los samburus, los kikuyus y los masais. A mitad de camino entre la costa del Índico y la frontera de Uganda se levanta Nairobi, la capital de Kenia. Empezó siendo un almacén de material ferroviario en el tendido de las vías que unían la actual Uganda con el Índico. Y se levantó allí por tres motivos. Primero por la existencia de agua, de donde proviene el nombre en lengua masai. Nyarobe significa aguas frías. Segundo porque se encon- traba en un sector intermedio entre los dominios masai y kikuyu, en un lugar no dominado claramente por ninguna de las dos tribus. Y tercero por situarse en las tierras al- tas, a medio camino del recorrido del ferrocarril y antes de cruzar el Rift Valley. Texto y fotografías: Román Hereter El reportaje

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Kenia: la mecade los safaris

Los safaris fotográficos están experimentando en estos primeros añosdel siglo XXI un crecimiento espectacular. Cada vez son más las

personas que desean experimentar las sensaciones que produce elestar en contacto directo con la vida salvaje y procuran inmortalizar

dichos momentos a través de sus cámaras fotográficas. Kenia ofreceademás la posibilidad de conocer algunas de las etnias más peculiares

de la tierra como los samburus, los kikuyus y los masais.

A mitad de camino entre la costa del Índico y la fronterade Uganda se levanta Nairobi, la capital de Kenia. Empezósiendo un almacén de material ferroviario en el tendidode las vías que unían la actual Uganda con el Índico. Yse levantó allí por tres motivos. Primero por la existenciade agua, de donde proviene el nombre en lengua masai.

Nyarobe significa aguas frías. Segundo porque se encon-traba en un sector intermedio entre los dominios masaiy kikuyu, en un lugar no dominado claramente por ningunade las dos tribus. Y tercero por situarse en las tierras al-tas, a medio camino del recorrido del ferrocarril y antesde cruzar el Rift Valley.

Texto y fotografías:Román Hereter

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Junto al almacén se situaron frágiles tiendas de cam-paña que fueron sustituidas por barracones de madera.Ciudad de pioneros, atrajo rápidamente a los indios libe-rados del ferrocarril que se dedicaron pronto a comerciar.Los ingleses colocaron allí su cuartel general, allí se reu-nían los representantes de los colonos y allí afluía la po-blación africana expulsada de sus regiones por el asenta-miento de los blancos. En 1931 ya tenía 50.000 habitantes,hoy supera el millón. Con una población cosmopolita seha erigido en la capital económica de toda el África Oriental.Sus rascacielos pueden servir de telón de fondo a rino-cerontes, leones o guepardos que campan por sus fuerosen el Parque Nacional de Nairobi, el primero del país.

Primero vinieron los cazadores, después los fotógrafos.Siempre ha existido turismo. El hotel Norfolk ha sido el pio-nero. Fundado en 1904 ha alojado siempre a personajesilustres. Construido en estilo Tudor, con vigas vistas y entra-mados, sufrió un atentado durante una fiesta de fin de año,aunque su reconstrucción ha preservado su estilo original.

Territorio Samburu

A pocos kilómetros al norte de Isiolo se encuentran untrío de reservas nacionales, Shaba, Buffalo Springs y Sam-buru, cuyo denominador común es el desierto de matorralessólo roto por la verde vegetación que proporciona el cursodel río Ewaso Nyiro o río Marrón.

Son tierras donde habitan los samburus, tribu básica-mente pastoril con 75.000 miembros que viven general-mente en poblados formados por 10 propietarios de gana-do. Se alimentan básicamente de leche enriquecida consangre de vaca o cabra y sólo en contadas ocasiones in-gieren carne. Son bastante parecidos a los masai, con losque comparten idioma, aunque no han adoptado una ac-titud de dominación frente a otras tribus.

Habitan en cabañas bajas que construyen formandoun círculo que servirá para proteger el ganado situado enel interior. Polígamos por naturaleza, el poder esta deten-tado por los ancianos.

La reserva Natural de Samburu ocupa una extensiónde 102 kilómetros cuadrados y destaca por albergar varie-dades como la jirafa reticulada y la cebra de Grevy asícomo oryx, gran variedad de gacelas y antílopes, elefantes,leopardos, leones, cocodrilos, etc.

Palmeras y tamarindos acompañan a las acacias enel curso fluvial. Los impalas, el antílope más numeroso entodos los parques, pastan cerca del campamento, segurosde la ausencia de predadores.

Existe un teoría que argumenta que las rayas de lacebra le sirven de defensa, ya que al ver una manada, elpredador de turno no puede aislar a un individuo, por loque no dispone de un objetivo claro para su cacería. Espor ello que las cebras siempre pastan agrupadas. Asípues el équido rallado no posee una piel para su camuflaje,sino que su llamativo dibujo produce un efecto visual quedesorienta al posible atacante. En Samburu se puedeencontrar la variedad de cebra de Grevy o cebra real conrayas estrechas que se curvan ligeramente en los cuartostraseros, vientre blanco y grandes orejas.

Otra de las especies visibles en el parque es la jirafareticulada, caracterizada por sus grandes manchas rectan-gulares de color castaño, separadas por un entramado deestrechas líneas blancas. El gigante africano puedealimentarse del follaje superior de las acacias, inalcanzablepara cualquier otro animal. Se pasa unas 13 horas diariascomiendo y curiosamente se pueden distinguir machos yhembras según esta actividad. Los primeros comen laparte alta de los árboles mientras que las segundas sealimentan de la parte baja doblando el cuello. Entre sussentidos más desarrollados para la defensa se destaca lavista, seguido de oído y olfato. Puede alcanzar al galopelos 60 kilómetros por hora y es uno de los pocos rumiantesque nace con cuernos.

Los árboles son los mejores compañeros de los leo-pardos, le sirven para descansar, para cazar dejándosecaer en ocasiones sobre la presa que pasa por debajo, ypara proteger su presa muerta de los carroñeros. Sus

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manchas negras sobre fondo pardo claro, más pequeñasen la cabeza, son un excelente camuflaje. Acostumbra acazar por la noche, aunque su paso señorial, despeja lazona de cualquier otro animal.

Las Cataratas Thomson y el lagoNakuru

Al sur de Samburu, viajando en dirección al lago Naku-ru se encuentran las cataratas Thomson, bautizadas enmemoria del joven explorador británico que descubrióestas tierras. Es una caída de agua de 70 metros de altu-ra, situada a 2.500 metros sobre el nivel del mar, y sesitúan en territorio kikuyu, cuyos habitantes se refieren alas cataratas como Nyahururu, que significa «el lugar delas aguas profundas».

Los kikuyus, con 3.200.000 miembros representan elgrupo étnico más numeroso de Kenia y aunque en un prin-cipio eran fundamentalmente ganaderos, han sido los quemás se han adaptado a la forma de vida occidental. 400.000de ellos viven en Nairobi y los demás se dedican en su ma-yoría a la agricultura. Mantienen una fuerte actividad política,participando además en el comercio y los negocios del país.

Junto a las cataratas, cuya mejor panorámica se obtie-ne desde el Thomson’s Falls Lodge, se encuentra un mer-cado de artesanía kikuyu, con diversos objetos relacio-nados con sus tradicional forma de vida.

En África Oriental entre Egipto y el valle del Zambezi,en Mozambique, se extiende el gran valle del Rift, una fallatectónica de 8.700 km. de longitud. Una ruptura de la pla-ca africana cuya distancia supera el cuarto de la circunfe-rencia de la Tierra. Y es precisamente en las tierras altasde Kenia donde el gran valle es más abrupto e inaccesi-ble, tomando el nombre de Valle Gregoriano del Rift enhonor a Gregory, el geólogo que lo descubrió. Entre lasfronteras etíope y tanzana se extienden una serie de vol-canes de distinto tamaño y edad y una cadena de sietelagos cuyas aguas provienen exclusivamente de las lluvias,aunque disponen de diferentes niveles de salinidad. Sólolas aguas de los lagos Naivasha y Baringo son dulces. ElElmenetia y el Nakuru se pasan la mayor parte del año,secos. El Magadi, que soporta temperaturas superiores alos 40 grados a la sombra, es rico en potasas, sales y otrosminerales. El lago Bogoria dispone del atractivo complemen-tario de sus géiseres, mientras el Turkana, el mayor de to-dos, se extiende como un auténtico mar en medio del de-sierto, de 290 km. de longitud por 48 en su parte más ancha.

De entre todos ellos, es el Nakuru, el más visitado yadmirado debido a su colonia de pelícanos que le han

proporcionado el apelativo de “el lago rosa”. Junto a él, elParque Nacional del mismo nombre permite la visión deleones y rinocerontes amén de otras especies de animales.

Masai Mara, el orgullo de Kenia

Las llanuras del Serengueti se extienden a lo largo yancho de 3.200 kilómetros cuadrados a uno y otro ladode la frontera, conformando el Serengueti National Parken Tanzania y la Masai Mara National Reserve en Kenia.Tres millones de animales campan a sus anchas y durantedos veces al año se produce la célebre migración, cuyopunto álgido es el cruce del río Mara. 1.500.000 ñús,400.000 cebras buscan en abril los pastos del norte yregresan en octubre, durante las lluvias, ya que las llanurasherbáceas del Serengueti, dificultan el escondrijo a lospredadores.

La hierba dorada, moteada de verde, de donde vieneel nombre Mara, es el paisaje habitual de las llanuras. Devez en cuando, un grupo de arbustos acogen a algunamanada de búfalos o algún león, que se refugian en susombra. Sólo en ocasiones el paisaje se interrumpe porun árbol solitario. A primera hora de la mañana, un globoaerostático inicia su vuelo, franqueando la visión de grandesmanadas de cebras y ñus, que pastan tranquilamente encomunidad y buena armonía. Su visión desde tierra tambiénes impresionante. Grupos numerosos se suceden en primery segundo término y en el horizonte. Algunas veces, impalasy gacelas se mezclan entre ellos. De repente, todos miranhacia la misma dirección, permanecen inmóviles peroextremadamente atentos. Notan la presencia de una cheetao guepardo, el animal más rápido sobre la tierra. Puedealcanzar en persecución una velocidad de 96 kilómetrospor hora. Más pequeño, más flexible que el leopardo, ycon pequeñas manchas negras en su piel. El acecho a la

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presa puede prolongarse desde pocos segundos hastavarias horas. Cuando se encuentra a unos 30 metrosemprende la persecución. En la mitad de los intentos

consigue su fin y el promedio de persecuciones ronda los170 metros con una duración de 30 segundos. La presaes asfixiada por un mordisco en la parte inferior de lagarganta.

Danzas masais

La contemplación de danzas tradicionales de un grupode masais durante la puesta del sol representa una de lasexperiencias más gratificantes que se pueden vivir en Kenia.

Esta tribu pastoril que alcanza actualmente los 250.000miembros, es fruto de una unión, hace un milenio, en lasinmediaciones del lago Turkana. Se extendieron por lastierras fértiles del valle del Rift exigiendo tributos a las ca-ravanas que transitaban por la región, alcanzando famade pueblo poderoso y feroz. Los guerreros masai fueronsiempre temidos hasta que a finales del siglo pasadosufrieron la peste y la sequía, entrando en sangrientosconflictos internos, lo que fue aprovechado por el gobiernopara expulsarlos hacia las tierras secas del sur.

Hoy habitan en poblados circulares, construyendo suschozas en torno a la zona central donde guardan su gana-do protegiéndolo de cualquier peligro externo. Mantienensu ancestral estilo de vida y su orgullo, prescindiendocompletamente de vincularse con la civilización. Su idaestá condicionada por la búsqueda de agua y pastos parael ganado. Mezclan la leche con la sangre de sus animalesdomésticos y tienen prohibido comer carne de animalessalvajes con excepción del búfalo y el antílope. En elpoblado conviven con el estiércol y las moscas, pero man-tienen una imagen orgullosa incrementada por los adornosque lucen y por los cuidados que se aplican.

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Opinió ACPETUR

Golf a 19 gradosbajo ceroValentí Martí

Confieso que era escéptico y que pensabaque esto de jugar a golf sobre la nieve eraun esnobismo impropio de los amantesde este deporte. Me enfundé un traje es-pecial para aguantar los 19 grados centí-grados bajo cero que marcaba el termó-metro y me puso el casco para conducirla moto sobre nieve que me llevó al ArticGolf, un campo de 9 hoyos en Rovaniemi,la capital de Laponia. Finlandia ofrece laposibilidad de disputar todo un campeonatode golf sobre la nieve. La experiencia esúnica y, a la vez, muy similar a disputarunos hoyos sobre el mediterráneo.

El grueso del traje dificulta los movimientos,pero una vez realizado el calentamientode rigor uno ya se acostumbra a este han-dicap. El campo helado ofrece unas presta-ciones similares al tradicional césped verdey una máquina se encarga de amortiguarlos aquí llamados whites, que son los greensde otros campos. Ríos y lagos heladosconforman el paisaje de este campo, quees el más cercano al Círculo Polar Ártico.

Además de practicar este deporte en estascuriosas condiciones, Rovamiemi ofrecemúltiples actividades de ocio. Desde rutascon motos de nieve hasta trineos tiradospor renos o huskys. Un trineo tirado porseis perros te permite disfrutar de parajesexcepcionales y gozar de un estrecho con-tacto con la naturaleza en estado virgen.El jadeo de los perros y el rozar de los es-quís sobre el hielo crean una atmósferagenuina e inigualable.

Estos medios de transporte son idealespara llegar hasta lo más recóndito de La-ponia: el hogar de Papa Noel. Todo un pe-queño parque temático montado en tornoa esta figura mágica es otra de las grandesatracciones que podemos encontrar enesta ciudad finlandesa. El complejo ofrecemúltiples servicios, como una carta perso-nalizada de Papa Noel que llegará a sudestinatario unos días antes de navidad,tiendas de souvenirs con las famosas pie-les de reno, restaurantes o la posibilidadde fotografiarse con el entrañable abuelode rojo y blanco.

Laponia ha potenciado estas atraccionespara atraer a los turistas en invierno, la es-tación del año en que puede ofrecer unaoferta singular y distinta a ningún otro punto.

A la vuelta de un viaje a Zambia y Malawiun niño barcelonés me preguntó si loshabitantes de estos países vivían en losárboles. No sé de donde habría sacadoel pequeño esta idea. Tal vez de algunapelícula de Tarzán o de un álbum de aven-turas de cómics. Le expliqué que no, queen los árboles de África sólo viven los mo-nos, los pájaros y otros muchos animales.

Pero que en estos países la mayoría delas personas del campo viven en cabañasconstruidas a base de ramas, cañas, pajay barro. Y que, poco a poco, se está intro-duciendo la edificación de pequeñas vi-viendas de ladrillo. En las ciudades, leconté también, cada día proliferan máslos bloques de viviendas y los grandesedificios. Le dije que, a pesar de todo,son muy pocas las viviendas, incluso enlas ciudades, que tienen agua corrientey los servicios que a nosotros nos resultanabsolutamente imprescindibles para vivir.

El desconocimiento del tercer mundo yde sus formas de vida es cada día mayoren el mundo occidental, volcado sobre símismo y con una percepción de los paísessubdesarrollados creada básicamente apartir de informaciones puntuales en mo-mentos de conflicto o en referencias pro-mocionales de estas zonas del planetacomo reserva de ocio y esparcimiento delmundo desarrollado.

Y a la inversa. El bajo nivel de formaciónen el Tercer Mundo no alcanza a dar aconocer la realidad de los países ricos.O, tal vez, no se quiere mostrar para evitarque la abismal diferencia aumente el ma-lestar. En una calle de Sana’a, capital del

Yemen, una chica muy joven empezabauna conversación con un grupo de turistasoccidentales preguntándoles si conocíana J.R. No si habían visto la teleserie delpersonaje, sino si eran amigos, conocidoso vecinos del magnate tejano del culebróntelevisivo.

El periodismo de viajes se mueve en esteagudo filo entre los dos mundos. Por unaparte sirve a los própósitos de los gobier-nos de estos países de encontrar en elturismo una importante ayuda a su desarro-llo en aportación de divisas, al mismo tiem-po que puede crear puestos de trabajopara poblaciones con altísimos porcentajesde paro. Salvando las distancias y la situa-ción geopolítica, de alguna forma el fo-mento del turismo en estos países puedecumplir una función como la que ejercióen la España de los años 60 cuando elpaís, poco desarrollado y políticamenteaislado del resto del mundo, empezó abeneficiarse del turismo como motor dedesarrollo, al mismo tiempo que iniciabaun sistema de construcción de infraestruc-turas turísticas degradador para las zonasque desarrollaba.

Los viajeros que atraviesan los mundoscon su cámara y su bloc de notas en ristretienen la oportunidad de explicar las belle-zas explícitas o recónditas que se encuen-tran en sus desplazamientos, pero tambiéndeben contar la gente que viven allá y suforma de vivir. Aunque no van a solucionarnada, vale la pena que aporten su granitode arena a facilitar que el desconocimientoy la desinformación entre los mundos pue-da, al menos, suavizarse.

Los habitantes de Zambia no vivenen los árbolesJosep Maria Ràfols