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    Ryszard Kapuciski: visin integradora de unreportero. Clasificacin, construccin y

    recepcin de su obra

    Aleksandra Wiktorowska

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    Ryszard Kapu!ci"ski: visin integradora de un reporteroClasificacin, construccin y recepcin de su obra

    Aleksandra Wiktorowska

    TESIS DOCTORALUNIVERSITAT DE BARCELONA

    2013-2014

    Directores: Dr. Francesco ArdolinoDr. Pawe!RodakTutora: Dra. Marisa Siguan BoehmerPrograma de Doctorat EEES:Construci i Representaci d"Identitats Culturals

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    ndice

    INTRODUCCIN 10

    PRIMERA PARTE 18

    CLASIFICACIN DE LAS OBRAS DE RYSZARD KAPU"CI#SKI 18

    I Los libros monogrficos de Ryszard Kapu$ci%ski 22

    1. Lajungla polaca (1962, 2008) 22

    1.1. Introduccin. En el semanario Polityka. 22

    1.2. La primera edicin de La jungla polaca 27

    1.3. Distintas ediciones y distintos contenidos 29

    1.4. Rasgos caractersticos de La jungla polaca 31

    1.4.1. Los protagonistas 31

    1.4.2. El lenguaje y la mmesis 37

    1.5. Ejercicios de la memoria. Ensayo para empezar. 40

    1.6. La jungla polaca. Reportaje africano para terminar. 41

    2. Czarne gwiazdy [Estrellas negras] (1963, reeditado en 2013) 42

    2.1. Historia del libro 42

    2.2. La primera edicin de Estrellas negras 43

    2.3. Estructura del libro 44

    2.4. Rasgos caractersticos de Estrellas negras 45

    2.4.1. Los protagonistas 45

    2.4.2. Orgenes de la epistemologa del Otro 46

    2.4.3. El lenguaje y el estilo 48

    2.4.4. El lector modelo de Estellas negras 50

    2.4.5. El seor Kapuchkinchi, comunista 51

    2.5. La recepcin de Estrellas negras en Polonia 53

    2.6. La ausencia de reedicin antes del 2013 54

    3. Kirgiz schodzi z konia [El kirguizo se apea del caballo] (1968) 54

    2

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    3.1Historia de la publicacin 54

    3.2. Historia de los reportajes 55

    3.3. El estilo 59

    3.4. El lector modelo

    603.5. La temtica de los reportajes 61

    3.6. La invitacin a Georgia y la entrada al desierto 62

    4. Gdyby ca!a Afryka... [Si toda frica...] (1969, reeditado en 2011) 64

    4.1. Introduccin 64

    4.2. La construccin de Si toda frica... 66

    4.3. Los protagonistas 69

    4.4. La ideologa 71

    4.5. Otra frica 72

    4.6. El periplo de algunos reportajes 73

    4.7. Si toda frica... 75

    5. Por qu mataron a Karl von Spreti (1970, 2010) 76

    5.1. La introduccin 76

    5.2. La recepcin del reportaje 77

    5.3. La construccin de Por qu mataron a Karl von Spreti 78

    5.4. Los protagonistas 78

    5.5. Sobre la visin del mundo 80

    5.6. La reedicin del libro y de sus fragmentos 81

    6. Un da ms con vida (1976, 2003) 82

    6.1. La historia del libro y sus ediciones 82

    6.2. La construccin del libro 84

    6.2.1. Cerramos la ciudad 84

    6.2.2. Escenas del frente 86

    6.2.3. Cablegramas 886.2.4. ABC 90

    3

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    6.3. La posdata del libro 91

    6.4. Los rasgos caractersticos 92

    7. El Emperador (1978, 1989) 94

    7.1. El poder absoluto en tres cuadros

    947.2. Era un perrito muy pequeo, de raza japonesa. Se llamaba Lul. 95

    7.2.1. Los inicios 95

    7.2.2. No volver a escribir as nunca 97

    7.3. En un lugar fronterizo 98

    7.3.1. La construccin del libro 99

    7.3.2. Los protagonistas 100

    7.3.3. El lenguaje 102

    7.3.4. La antropologa del poder 103

    7.4. En la corte alegrica 104

    7.5. La historia de una inspiracin literaria 105

    8. El Sha (1982, 1989) 106

    8.1. Prolegmenos y sinopsis del libro 106

    8.2. El Sha. Construccin del libro. 107

    8.2.1. Introduccin 107

    8.2.2. Cartas, caras, campos de flores 108

    8.2.3. Daguerrotipos 110

    8.2.4. La llama muerta 114

    8.3. Analoga polaca 115

    8.4. El seor Ferdousi 116

    9. El Imperio (1993, 1994) 117

    9.1. La historia del libro 117

    9.2. Los rasgos especficos de El Imperio 118

    9.2.1. La construccin del libro 118

    9.2.2. Las lneas temticas 119

    4

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    9.2.3. Las fuentes y el estilo 119

    9.3. Los viajes por el Imperio 120

    9.3.1. El viaje sentimental 120

    9.3.2. Grandes viajes por el Imperio 121

    9.3.3. Viaje al futuro 126

    9.3.4. Puente entre culturas 126

    9.4. La gran metfora 128

    10. bano (1998, 2000) 128

    10.1. Introduccin 128

    10.2. La nueva perspectiva 13010.3. Los temas principales y los Leitmotiven de bano 132

    10.4. Los protagonistas del libro 137

    10.5. El reportero como antroplogo 138

    10.6. La gran metfora 139

    II Loslibros recopilatorios de Ryszard Kapu$ci%ski 140

    1. Cristo con un fusil al hombro (1975, 2010) 140

    1.1. La historia de la publicacin 140

    1.2. La construccin del libro 141

    1.3. Los protagonistas de Cristo con un fusil al hombro 142

    1.4. El espritu revolucionario 143

    1.5. Las botas como Leitmotiv caracterstico 143

    1.6. Los rasgos particulares de Cristo con un fusil al hombro 145

    2. Laguerra del ftbol (1978, 1992) 147

    2.1. Historia del libro 147

    2.2. Plan del libro que podra empezar en este lugar (o mis peripecias nuncaescritas) 150

    2.3. El Leitmotiv caracterizador: el escritorio 152

    2.4. Amrica Latina 153

    5

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    2.5 La guerra del ftbol 154

    2.6. El final del libro 156

    2.7. El nuevo mtodo 156

    3. Viajes con Herdoto (2004, 2006) 1573.1. La historia del libro 157

    3.2. Construccin de Viajes con Herdoto 159

    3.3. Los temas principales 161

    3.3.1. La memoria y la historia 161

    3.3.2. Los mtodos del trabajo de Herdoto y los del corresponsal 162

    3.3.3. Los Otros 163

    3.3.4. Los Leitmotiven caractersticos 164

    3.3.5. Las grandes metforas 166

    3.4. Es posible describir el mundo? 167

    4. Lapidarium, la potica del fragmento 168

    4.1. Introduccin 168

    4.2. Construccin del libro 170

    SEGUNDA PARTE 176

    CONSTRUCCIN DE LAS OBRAS DE RYSZARD KAPU"CI#SKI 176

    I. Ryszard Kapu$ci%ski reportero 177

    0. Introduccin 177

    1. El reportero 180

    2. El reportaje en Polonia y su gnesis 182

    3. El reportaje en la tradicin occidental 186

    4. Conclusiones 187

    II. Ryszard Kapu$ci%ski autor 189

    1. El autor y su vida 189

    1.1. Kapu$ci%ski poeta 190

    1.2. Kapu$ci%ski periodista 191

    6

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    1.3. Kapu$ci%ski filsofo 192

    1.4. Kapu$ci%ski historiador 193

    1.5. Kapu$ci%ski corresponsal 194

    1.6. Ryszard Kapu$ci%

    ski fotgrafo

    1951.7. Kapu$ci%ski escritor 196

    1.8. Kapu$ci%ski antroplogo 197

    1.9. Conclusiones 199

    2. El mtodo de trabajo 199

    3. Reportajes migratorios 201

    4. El autor como artista y la creacin artstica 203

    III. Elgnero de las obras de Ryszard Kapu$ci%ski 205

    1. Crtica de la obra 205

    2. Los gneros literarios 206

    3. El reportaje integrador 210

    3.1. Introduccin 210

    3.2. Cuestiones terminolgicas 211

    3.3. Innovacin y originalidad 214

    3.4. El lugar del reportaje integrador dentro la teora de gneros 215

    TERCERA PARTE 218

    RECEPCIN DE LA OBRA DE RYSZARD KAPU"CI#SKI 218

    I La recepcin en Espaa, Amrica Latina e Italia 219

    0. Introduccin 219

    1. La recepcin de la obra de Ryszard Kapu$ci%ski en Espaa 219

    1.1. Las obras de Kapu$ci%ski llegan a Espaa 219

    1.2. Sobre la recepcin de bano 221

    1.3. Fenomenologa de mritos 223

    2. El reconocimiento de su obra en Catalua 229

    2.1. El editor 2307

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    2.1.1. Entrevista a Jorge Herralde 230

    2.2. Los traductores 238

    2.2.1.Entrevista a Agata Orzeszek 239

    2.2.2. Entrevista a Jerzy S$awomirski 244

    2.3. Profesores de periodismo 246

    2.3.1. Entrevista a Roberto Herrscher 246

    2.3.2. Entrevista a Albert Chilln 251

    2.4. Los reporteros 254

    2.4.1. Entrevista a Lltzer Moix 254

    2.4.2. Entrevista a Bru Rovira 2623. Larecepcin de Ryszard Kapu$ci%ski en Amrica Latina 268

    3.1. La llegada de Kapu$ci%ski a Amrica Latina 268

    3.2. Maestro Kapu 269

    3.3. Causas de la popularidad de Kapu en Amrica Latina 273

    3.4. Amrica Latina para Kapu$ci%ski 274

    3.5. Las obras de Kapu$ci%ski en Amrica Latina 276

    3.5.1. Introduccin 276

    3.5.2. Entrevista a Juan Villoro 276

    3.5.3. Entrevista a Maria Dembowska 283

    4. Larecepcin de Ryszard Kapu$ci%ski en Italia 285

    4.1. La llegada de las obras de Kapu$ci%ski a Italia 285

    4.2. Fenomenologa de mritos 287

    4.3. Encuentro con Andrea Semplici 290

    4.4. Encuentro con Vera Verdiani 293

    5. El ABC de la popularidad de Ryszard Kapu$ci%ski 295

    5.1. Introduccin 295

    5.2. La tradicin viajera, los descubrimientos geogrficos, el colonialismo 298

    5.3. La ideologa 298

    8

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    5.4. El catolicismo 300

    5.5. La recepcin de las obras de Kapu$ci%ski desde una perspectiva terica 301

    II Ryszard Kapu$ci%ski y el postcolonialismo 303

    1. El postcolonialismo 3031.1. Definicin del trmino 303

    1.2. El postcolonialismo como ideologa poltica 305

    1.3. Siguiendo los pasos de Ernesto Che Guevara 307

    2. La perspectiva de Ryszard Kapu$ci%ski y la perspectiva postcolonial 311

    3. El Otro de Ryszard Kapu$ci%ski y el subalterno 315

    4. Ryszard Kapu$ci%ski. Un escritor postcolonial? 320

    CONCLUSIONES:VIAJE CON RYSZARD KAPU"CI#SKI 322

    BIBLIOGRAFA 325

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    INTRODUCCIN

    La ruta me llevaba, a veces, a aldeas cercanas a alguna frontera. Pero no muy amenudo, pues a medida que uno se aproximaba a la frontera, la tierra se volva cada vez msdesierta y menguaban las posibilidades de toparse con personas. Aquel vaco acentuaba elmisterio de aquellos lugares. Tambin me llam la atencin el silencio que reinaba en las zonasfronterizas. Aquel misterio unido al silencio me atraa y me intrigaba. Me senta tentado aasomarme al otro lado, a ver qu haba all. Me preguntaba qu sensacin se experimentaba alcruzar la frontera. Qu senta uno? En qu pensaba? Deba de tratarse de un momento degran emocin, de turbacin, de tensin. Cmo era ese otro lado? Seguro que diferente. Peroqu significaba diferente? Qu aspecto tena? A qu se pareca? Y si no se pareca anada de lo que yo conoca y, por lo tanto, era algo incomprensible e inimaginable? Pero en el

    fondo, mi ms ardiente deseo, mi anhelo tentador y torturador que no me dejaba tranquilo, erade lo ms modesto, pues lo nico que me intrigaba era ese instante concreto, ese paso, eseacto bsico que encierra la expresin de cruzar la frontera.1

    1. Perspectivas y planteamiento

    La idea inicial de nuestro trabajo se basa en la voluntad de responder a una serie de

    preguntas en apariencia muy sencillas: quin fue Ryszard Kapu$ci%ski?, cmo

    podramos denominar su obra?, a qu gnero literario pertenecen sus textos?

    Sin embargo, a Ryszard Kapu$ci%ski no le hace falta presentacin. Escritor,

    reportero, periodista, viajero incansable, historiador, autor de muchos libros y

    publicaciones, goza de una vasta popularidad tanto en su pas natal como en el

    extranjero. Sus obras, traducidas a treinta y siete idiomas, han sido y siguen siendo

    comentadas en el mundo entero; an ms, su trabajo ha sido comparado con el de otros

    grandes escritores-reporteros como Truman Capote o Ernest Hemingway, por citar solo un

    par de nombres ilustres.

    Sin embargo, hasta ahora su obra no ha sido analizada en Espaa por la crtica

    literaria, porque aqu sigue siendo clasificada y catalogada como literatura periodstica y,

    por lo tanto, circunscrita a este enfoque.

    En Lapidarium IV encontramos esta declaracin de Kapu$ci%ski:

    Desde hace siglos, desde siempre, la mayora de nosotros aparece y desaparece de

    este mundo sin dejar rastro. Las historias contadas y descritas se limitan a las huellas de pocas

    10

    1Ryszard Kapu!ci"ski, Viajes con Herdoto, trad. de Agata Orzeszek, Barcelona, Anagrama, 2009, pp.16-17.

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    personas y de otras tantas naciones, esparcidas por el ancho e inmenso camino trillado porincontables millones de caminantes annimos.2

    El rastro que ha dejado el autor; es decir, su herencia literaria, no solo deviene de un

    valor incalculable para los lectores no especializados, sino tambin para los estudiosos y

    especialistas en literatura y relaciones interculturales, ya que Kapu$ci%ski, en sus escritossobre el Tercer Mundo, encerr experiencias e historias que narran esa realidad tantas

    veces silenciada y omitida por los medios de comunicacin. As, pues, uno de los

    principales propsitos de este trabajo consiste en situar en el territorio que les

    corresponda tanto sus textos que se encuentran recluidos en la penumbra en las

    facultades de filologa espaolas, como su faceta de escritor, que en Espaa y hasta el

    momento no ha sido reconocida como tal.

    La cita que a modo de lema abre esta introduccin no es casual, ya que, aparte dehaber cruzado las numerosas fronteras que separan los territorios de sus viajes por el

    mundo, Kapu$ci%ski haba logrado traspasar aquellas entre varios gneros literarios

    reportaje, literatura de ficcin y de no ficcin, relatos de viajes, etc. De este modo

    consigue crear un gnero propio y proporcionar, a la vez, una tarea interminable para

    lectores y estudiosos de sus obras, quienes an hoy intentan catalogar y clasificar sus

    obras.

    2. Acerca del ttulo

    En el ttulo de nuestro trabajo, sirvindonos del nombre del oficio que l mismo

    consideraba ms adecuado, describimos al autor como un reportero, porque l mismo

    deca que nunca dejara de serlo y porque pensaba que para un reportero no exista la

    idea de la jubilacin: este oficio no es solo un trabajo, sino un modo de vida, una manerade pensar y de ver el mundo a la que l no habra renunciado jams.3

    Es por ello por lo que aqu hemos optado por un anlisis desde una ptica alejada

    de la meramente periodstica, en realidad ms propio de los Cultural Studies, desde una

    perspectiva amplia que, por otra parte, se asemeja muchsimo ms al mbito de la

    antropologa cultural que al del campo especfico de los estudios literarios. Esta

    11

    2Id., Lapidarium IV, trad. de Agata Orzeszek, Barcelona, Anagrama, 2003, p. 92.

    3Id., Autoportret reportera, ed. e intr. de Krystyna Str%czek, Krakw, Znak, 2003, p. 139.

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    perspectiva hemos concluido denominarla visin integradora, por incorporar diferentes

    perspectivas procedentes de varias disciplinas humansticas.

    El subttulo Clasificacin, construccin y recepcin de su obra refleja, por otro lado,

    tres modos diferentes de acercarnos al legado de Kapu$ci%ski. Estos nos servirn para

    investigar y presentar tanto sus libros como su taller y nos valdremos de tres lneas paraformar un nico nudo conceptual; ms concretamente, las tres partes mencionadas no

    solo hacen referencia a perspectivas diferentes, sino que tambin ilustran el proceso de

    nuestra investigacin en la bsqueda de una unidad epistemolgica. Esta triparticin

    refleja asimismo el modelo semitico de la comunicacin, en cuyo eje de atencin se

    encuentran emisor, mensaje y receptor. De igual modo, aqu nos interesar el autor de la

    obra, la obra en s y cmo esta se transfiere finalmente a los lectores.

    La primera parte est dedicada a las obras de Kapu$ci%ski. Hablamos primero desus libros monogrficos (respetando el orden cronolgico original), luego de los

    recopilatorios (siguiendo el mismo orden) y cerramos la descripcin con Lapidariumcomo

    un caso aparte.

    Exponiendo uno por uno todos los ttulos de su obra, estudiaremos la historia de

    cada volumen, sus rasgos caractersticos, la recepcin que tuvo y la crtica que suscit.

    Para ello, partimos de la perspectiva propuesta por uno de los principales representantes

    de la sociologa del texto, D. F. McKenzie, segn el cual un libro nunca es simplemente unobjetoextraordinario, sino el producto de la actuacin humana en contextos complejos

    y altamente voltiles que una investigacin cabal tiene que intentar recuperar si desea

    entender mejor la creacin y la comunicacin de significados como caracterstica

    definitoria de las sociedades humanas.4

    Partiendo de esta premisa, nos acercamos al texto en tanto que objeto material, una

    forma registrada, y nos ocupamos de comparar sus respectivas ediciones. Al analizar

    cada obra, examinamos cmo fue escrita, bajo qu circunstancias, qu cambios sufrieronsus reediciones y por qu. Asimismo, prestamos especial atencin a cmo algunos de los

    textos migran de un libro a otro.

    Discutiremos tambin acerca de cmo cambiaban la perspectiva del autor y su

    escritura, incidiendo en responder a cuestiones como: a qu prestaba ms atencin,

    cules eran sus intereses, cules los rasgos ms caractersticos de cada uno de sus

    volmenes, qu tienen en comn y qu los diferencia, etc.

    12

    4D. F. McKenzie, Bibliografa y sociologa de los textos, trad. de Fernando Bouza, Madrid, Ediciones Akal,2005, p. 22.

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    La segunda parte del trabajo abarca la cuestin de la construccin creativa. Aqu nos

    ocupamos principalmente de la faceta de reportero de Kapu$ci%ski, para ms adelante

    ahondar en una especie de gnesis del reportaje polaco y compararla con su equivalente

    en la tradicin occidental. Segn una mxima china, el artista es como un rbol, porque

    con sus races brota de la tierra madre y con sus ramas abraza al mundo entero. A partirde esta imagen hemos iniciado el recorrido de la evolucin del reportaje en Polonia (y sus

    peculiaridades), para mostrar a la vez que Ryszard Kapu$ci%ski &que en su tierra natal

    sigue siendo valorado como uno de los grandes representantes de la llamada escuela

    polaca del reportaje!, bebe de esa tradicin e integra en su escritura los rasgos

    imprescindibles que hanfundamentado el itinerario histrico de este gnero.

    Al hablar del Kapu$ci%ski-autor, resaltamos la influencia de todas aquellas disciplinas

    que practic a lo largo de su trayectoria, porque tanto su vida como su creacin leproporcionaron diferentes vas de desarrollo que nutrieron su escritura. Ms adelante nos

    centramos en su mtodo de trabajo que asemeja al reportero a un escritor o a un

    antroplogo, ms que a un periodista, evidenciando en ltima instancia su faceta de

    creador.

    Acto seguido, nos detenemos en una visin global de sus textos a partir de una

    perspectiva concreta: hasta ahora ninguno de los trminos propuestos por sus crticos y

    estudiosos ha podido acotar satisfactoriamente la totalidad de su produccin. Por ello,otro de los cometidos de esta tesis es intentar hallar un trmino que, a travs de un

    denominador comn, sirva para definir su obra.

    En la segunda parte del presente trabajo pretendemos demostrar que Kapu$ci%ski

    era un escritor de la prctica y no un terico; en trminos de Gayatri Spivak: Theory

    always norms practice. When you practice, as it were, you construct a theory and

    irreductibly the practice will norm the theory, rather than be an example of indirect

    theoretical application.5

    Consideramos que, con la prctica en este caso la composicinde sus textos, Kapu$ci%ski invent un mtodo de escritura propio; esto es, el gnero que

    nos ocupa. Por lo tanto, hemos querido seguir sus huellas empezando por su obra,

    centrndonos posteriormente en sus aportaciones tericas con la intencin de recrear su

    modo de trabajar bien como reportero, bien como escritor que haba construido su propia

    teora inductivamente.

    La tercera parte de esta tesis est dedicada a la recepcin de su obra en los

    diversos territorios donde Kapu$ci%ski adquiri un mayor reconocimiento. Sera imposible

    13

    5Gayatri Chakravorty Spivak, Post-Colonial Critic: Inteviews, Strategies, Dialogues, Sarah Harasym (ed.),New York&London, Routledge, 1990, p. 44.

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    hablar de la fortuna de su obra por todo el mundo, si recordamos que algunos de sus

    libros fueron traducidos a ms de treinta idiomas y publicados en numerosos pases. Por

    ello, decidimos destacar en un mapa aquellos puntos que sobresalen del resto por la

    densidad de obras. Ello se ha medido teniendo en cuenta: el nmero de ttulos

    traducidos y publicados, el de ejemplares impresos vendidos, el de premios otorgados, lapresencia de crticas de su obra en la prensa nacional, la participacin en acontecimientos

    culturales (inauguraciones, festivales literarios, talleres, conferencias, etc.).

    En el estudio de la recepcin de la obra por parte de lectores y crticos, nos hemos

    basado tanto en la documentacin existente (archivos de prensa, artculos, reseas,

    crticas, actas de jurados de premios, libros publicados al respecto et similia) como en la

    informacin obtenida de primera mano de expertos capaces de explicar el fenmeno de

    su popularidad; concretamente, personas que conocen su obra y/o que tuvieron un tratodirecto con el autor.

    Finalmente, hemos examinado los rasgos que comparten Espaa, Amrica Latina e

    Italia para responder a la pregunta de por qu all y no en otra parte Kapu$ci%ski ha

    cosechado los mayores xitos?. Y aqu la clave para ofrecer una argumentacin

    satisfactoria al interrogante la hemos hallado en la teora postcolonial.

    3. Acerca de la metodologa

    3.1. La investigacin anterior y la presente

    El origen de esta investigacin se remonta al ao 2007, concretamente a la

    elaboracin de un trabajo sobre ftbol e identidad para la asignatura Antropologa de la

    etnicidad del grado Antropologa social y cultural, de la Universidad de Granada, estudio

    para el cual partimos de La guerra del ftbol y otros reportajes.Ms tarde, se imbricaron dos factores fundamentales que derivaran en este inters

    por la biografa del reportero, su inters por el periodismo y sus inicios en el oficio: por un

    lado, los diversos contactos con jvenes periodistas espaoles e iberoamericanos

    interesados en la figura del reportero polaco cuya muerte se produjo el 23 de enero de

    2007; y, por otro, el encargo de la revista digital Correo extranjero de realizar una

    pequea investigacin sobre Kapu$ci%ski, que dio como resultado el texto Nace el

    maestro del reportaje, publicado en enero de 2008.

    Inmersos en la investigacin en la Universidad de Varsovia, concretamente en la

    Facultad de Culturologa carrera, por cierto, bastante parecida a la de Humanidades en14

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    Espaa, fuimos ampliando cada vez ms el mbito de inters. As, empezamos a

    analizar las obras de Kapu$ci%ski desde un punto de vista antropolgico, cayendo en la

    cuenta de que sus libros y reportajes constituan una fuente de informacin de primera

    mano sobre distintos pases y sus sociedades, en definitiva, sobre distintas culturas. Fruto

    de este trabajo fue la tesina final de carrera titulada Ryszard Kapu"ci#ski comoantroplogo y su frica. All, basndonos en la bibliografa africana (desde Estrellas

    negras y Si toda frica... hasta Un da ms con vida, La guerra del ftbol y bano),

    quisimos mostrar la faceta de antroplogo de Kapu$ci%ski, comparando,

    simultneamente, sus reflexiones con las de Bronis!aw Malinowski y Claude Lvi-Strauss.

    Tres aos ms tarde, en el mster Construcci i Representaci d"Identitats

    Culturals de la Universitat de Barcelona, continuamos nuestra investigacin, pero

    centrndonos esta vez en la recepcin de la obra kapu$ci%skiana en los paseshispanohablantes. Ah insistimos en su trabajo de reportero a partir de sus textos

    centrados en Latinoamrica (Por qu mataron a Karl von Spreti, Cristo con un fusil al

    hombro, La guerra del ftbol y otros reportajes) y en su actividad como traductor (en dos

    sentidos de la palabra: literal y metafrico), estableciendo paralelismos biogrficos entre

    Kapu$ci%ski y Garca Mrquez, en tanto que dos grandes maestros del reportaje y de la

    literatura.Todo esto nos condujo a elaborar el trabajo final de mster tituladoKapu"ci#ski

    entre Espaa y Amrica Latina.Al ao siguiente, 2012, gracias a la Borsa d$Estudi Generalitat de Catalunya,

    concedida por el Institut d$Estudis Catalans, llevamos a cabo el estudio Ryszard

    Kapu"ci#ski als Pasos Catalans.

    Finalmente, al iniciar el proyecto de tesis en el marco del programa de doctorado

    Construcci i Representaci d"Identitats Culturals de la Universitat de Barcelona, y a

    partir de las conclusiones extradas en esas investigaciones previas, tomamos la

    ambiciosa decisin de examinar todo el corpus de nuestro autor; esto es, abrazar cualrbol todas las obras de Kapu$ci%ski publicadas.

    3.2. El trabajo de campo

    Con esta idea en mente, nos sumergimos en el trabajo de campo, uno de los

    mtodos empleados para confeccionar esta tesis doctoral, que consisti en visitar

    diversas editoriales (Anagrama, Feltrinelli y Czytelnik, entre otras); consultar los archivos

    del Centre de Cultura Contempornia de Barcelona (CCCB); y zambullirnos en diversas

    15

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    hemerotecas de prensa espaola, iberoamericana e italiana, tanto en soporte papel como

    en el digital.

    El trabajo de campo prosigue con numerosos viajes que nos han permitido recorrer

    parte del itinerario de Kapu$ci%ski y de su legado. As, debemos sealar estancias en la

    Ciudad Condal y en Varsovia, desplazamientos a Italia (tanto a Roma como a Florencia) ytambin una visita a Ciudad de Mxico; todas ellas con el fin de investigar la huella que

    nuestro autor ha dejado en estas ciudades y recabar la mayor cantidad de informacin

    posible.

    Por otro lado, la otra gran parte de este trabajo recae en el anlisis de los textos de

    Kapu$ci%ski, descosindolos y comparndolos entre s. Cedamos la palabra a Fredric

    Jameson:

    "Analysis" I take to be that peculiar and rigorous conjuncture of formal and historicalanalysis that constitutes the specific task of literary and cultural study; to describe this further asthe investigation of the historical conditions of possibility of specific forms may perhaps conveythe way in which these twin perspectives (often thought to be irreconcilable or incommensurablein the past) can be said to constitute their object and thereby to be inseparable.6

    Siguiendo esta definicin, para averiguar el mtodo de escritura de nuestro autor,

    hemos estudiado sus obras tanto desde el punto de vista formal como desde el histrico,

    mostrando cmo estas dos visiones devienen inseparables, complementndose

    mutuamente. A la vez, ha sido preciso examinar crticas, reseas y artculos de opinin

    &todos ellos publicados en castellano, cataln, ingls, italiano y polaco&, para llegar a

    entender cmo se ha ido desarrollando y a qu se debe el fenmeno Kapu$ci%ski.

    Asimismo, habra que aadir varias conversaciones y entrevistas, fuente de mucha

    informacin nueva, indita, que nos han servido de fruto de inspiracin constante para

    revisar, corregir o reforzar las posiciones iniciales adoptadas.

    Dijo Kapu$ci%ski:

    Como soy un gran partidario de las citas, creo muy digna de atencin laobservacin de Walter Benjamin de que el libro de las citas sera el ms perfecto de loslibros. [...] Al citar importantes y fascinantes reflexiones de otros no slo enriquecemosnuestro texto sino que tambin lo dotamos de plasticidad. Gracias a las citas nuestrolibro se convierte en una especie de obra colectiva.7

    16

    6Fredric Jameson, Postmodernism, or The Cultural Logic of Late Capitalism, Durham, NC, Duke University

    Press, 1991, p. 298.

    7Wojciech Grecki, El reportaje y la permanencia, Res Publica Nova, n. 7-8, 1993, enRyszardKapu!ci"ski, El mundo de hoy, ed., intr. y trad. Agata Orzeszek, Barcelona, Anagrama, 2004, p. 82.

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    A lo largo de nuestro trabajo, hemos seguido este consejo y hemos intentado dar voz

    no solo al protagonista, sino tambin a escritores, estudiosos, crticos, periodistas y

    traductores que escribieron sobre l y sobre sus textos. En definitiva, hemos pretendido

    dar espacio a aquellos que lo conocieron y se convirtieron en especialistas en su obra y

    contribuyeron a su xito. Y por ello somos conscientes de que esta tesis, cual reportaje,es una obra colectiva en la que han participado todas aquellas personas que nos

    brindaron la oportunidad de compartir informacin y opiniones que nos han ayudado a

    desvelar parte de lo que se oculta entre el ramaje de ese frondoso rbol que es Ryszard

    Kapu$ci%ski.

    17

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    PRIMERA PARTE

    CLASIFICACIN DE LAS OBRAS DE RYSZARD KAPU'CI(SKI

    18

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    0. Para empezar

    Ryszard Kapu$ci%ski es autor de centenares de reportajes publicados en diferentes

    diarios y revistas a lo largo de su vida (1932-2007). Asimismo, escribi cientos de

    boletines como parte de su trabajo como corresponsal de la Agencia de Prensa Polaca

    (PAP), primero desde frica y, ms tarde, desde Amrica Latina. En vida, public varios

    libros de autora propia, pero sus amigos, colegas, crticos e investigadores recopilaron y

    editaron otros muchos textos, discursos y entrevistas concedidas en numerosasocasiones y en diferentes lugares (tanto en su Polonia natal como en otros pases que

    con frecuencia visitaba como periodista, corresponsal, maestro del reportaje y traductor

    de culturas). Hoy en da contamos tambin con charlas y discursos inaugurales o de

    clausura que pronunci en diversas universidades del mundo sobre el periodismo: la vida

    del reportero, el reportaje, el papel de los medios de comunicacin. Tambin sobre temas

    que giran en torno a: el Otro y el Tercer Mundo (de este ltimo fue considerado un

    verdadero especialista).Ahora bien, debido al volumen de su produccin, analizar todos sus textos deviene

    una ardua tarea, casi imposible. Pero este trabajo pretende algo distinto: es un intento de

    hablar del conjunto de la obra del gran reportero. Por eso, cada vez que aqu utilicemos

    genricamente el trmino obras, se entender que se trata del corpus de todos sus

    libros publicados en Polonia, gran parte de los cuales fue traducida al castellano.8 Para

    ello, debido a la diversidad de temas tratados por el periodista polaco en sus reportajes,

    se ha dividido el corpus en tres partes (aunque solo las dos primeras sern objeto deanlisis, debido a que la tercera se compone del Kapu$ci%ski hablado), para abarcar de

    una forma ms prctica su totalidad.

    La primera est constituida por los libros monogrficos, es decir, los que estn

    relacionados solamente con una regin geogrfica. Entre ellos destacaremos La jungla

    polaca (1962), el primero y, a la vez, el nico libro que trata sobre Polonia, y Estrellas

    negras (1963), el primer libro dedicado al continente africano, publicado despus de un

    par de viajes a frica: uno tuvo lugar entre finales de 1959 y principios de 1960, cuando

    19

    8Citaremos siempre a partir de las ediciones en castellano. En caso de que no existan, y siempre que nohaya otra indicacin, la traduccin se considerar nuestra.

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    Kapu$ci%ski visit Ghana, el Reino de Dahomey y Nger, en calidad de corresponsal del

    semanario Polityka. El segundo, que empez a finales de 1960 en el Cairo, lo llev, a

    travs de Sudn, hasta el Congo. Otra monografa que se incluye en este apartado es El

    kirguizo se apea del caballo (1968), fruto del trabajo de campo en las repblicas asiticas

    de la Unin Sovitica, durante tres meses. Si toda frica... (1969) es un volumen querecoge las noticias sobre la actualidad de la poca que Kapu$ci%ski escribi y mand

    como corresponsal desde diversos pases de ese continente. Por qu mataron a Karl von

    Spreti (1970) esun reportaje sobre el secuestro y ulterior asesinato del embajador alemn

    en Guatemala, en abril de 1970. Un da ms con vida (1976),un libro sobre la guerra de

    Angola, es considerado el texto ms ntimo del escritor. El Emperador (1978), dedicado al

    tema del poder absoluto, representa, a su vez, una falsa biografa del emperador etope

    Haile Selassie. El Sha o la desmesura del poder (1982) es unvolumen sobre la cada delsha Mohammad Reza Pahlevi, la subida al poder del ayatol Jomeini y la revolucin iran.

    En El Imperio (1993) Kapu$ci%ski escribe sobre los mecanismos que desembocaron en la

    disolucin de la Unin Sovitica, analizando la vida de los habitantes de sus repblicas y

    el imperialismo sovitico. Finalmente, bano (1998)es sultimo librodedicado a frica,

    donde rene sus andanzas por el continente hechas a lo largo de su vida.

    La segunda parte la forman los libros recopilatorios; es decir, aquellos volmenes

    cuyo hilo conductor no es geogrfico sino el tema del que tratan. Entre ellos puedenenumerarse: Cristo con un fusil al hombro (1975), La guerra del ftbol (1978) y Viajes con

    Herdoto (2004).

    El ciclo de Lapidarium no se inscribe en ninguna de las dos partes, no obstante,

    debido a su inters, ser estudiado como un caso aparte.

    La tercera parte la constituyen, como queda mencionado, los libros hablados, que,

    aunque no sern examinados en detalle en este trabajo, se resumen brevemente. En este

    grupo destacan los publicados en lengua castellana, entre ellos Los cnicos no sirven paraeste oficio, aunque originalmente fue publicado en italiano. Este es un libro donde se

    recopilan una conversacin con John Berger y dos entrevistas a Kapu$ci%ski: la primera

    realizada por Maria Nadotti y la segunda, por Andrea Semplici. Las tres se centran en el

    oficio de periodista, sobre cmo ser un buen reportero, etc., y aparece alguna pincelada

    sobre la historia profesional del maestro. Luego, debe citarse El mundo de hoy, editado

    por Agata Orzeszek, donde constan citas y largos fragmentos de los reportajes del

    periodista y partes de entrevistas concedidas tanto a periodistas polacos como a

    espaoles (sin traduccin al castellano hasta la fecha). Se incluye tambin Los cinco

    sentidos del periodista (estar, ver, or, compartir, pensar), fruto de los talleres que20

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    Kapu$ci%ski imparti en Buenos Aires en 2002, invitado por la Fundacin para un Nuevo

    Periodismo Iberoamericano (FNPI). A esos se le aadieron las intervenciones en otro

    taller realizado en la sede de FNPI en Cartagena de Indias en 2000, as como una

    conferencia que imparti en 2001 en la Universidad Iberoamericana de Mxico. En El

    encuentro con el otro, se renen cuatro conferencias (en realidad seis, pues son tres lasvienesas): El encuentro con el Otro como reto del siglo XXI pronunciada en

    Barcelona en 2005, al recibir el doctorado honoris causa por la Universitat Ramon Llull;

    Conferencias vienesas (I, II y III), ledas en 2004; El Otro en la aldea global, dictada

    durante la inauguracin del curso acadmico en la Escuela Superior de Europa Jzef

    Tischner en Cracovia, en 2003; y Mi Otro, en ocasin del Simposio Internacional de

    Escritores celebrado en Graz en 1990.

    En resumen, de la ingente produccin de Kapu$ci%ski, este trabajo se centra en lasdos primeras partes y se excluye la tercera por una razn: la oralidad. El hecho de nacer

    de numerosas conversaciones, entrevistas y discursos (gran parte de ellos pronunciados

    en un idioma distinto a su polaco materno) no fueron pensados como libros por nuestro

    autor, ni tampoco escritos como tales. Adems, su edicin, en muchos casos, se la

    debemos a terceras personas. Con todo, estas obras se encuentran en la bibliografa del

    presente trabajo y sern citadas y mencionadas cuando corresponda, porque son una

    ingente fuente de informacin acerca de la vida, la obra, el pensamiento y el taller denuestro escritor y reportero.

    21

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    I Los libros monogrficos de Ryszard Kapu!ci"ski

    1.La jungla polaca

    (1962, 2008)

    La Duna tiene dos hermanas: la primera se llama Shara y lasegunda, Gobi. No hay ser humano que atravesase a pie la distancia entreel Shara y la Duna.

    RYSZARD KAPU'CI(SKI: La jungla polaca

    1.1. Introduccin. En el semanario Polityka.

    Kapu$ci%ski lleg a la redaccin del recin creado semanario Polityka en 1958.

    Beata Nowacka y Zygmunt Zi)tekafirman que fue uno de sus colegas de la redaccin del

    Sztandar M&odych,9 Dariusz Fikus,quien lo convenci para que aceptase el nuevo puesto

    en la seccin de reportajes y se librase as de su execrable trabajo de escritorio en la

    PAP.10

    Otra explicacin la propone Artur Domos!awski, el autor de Kapu"ci#ski non-fiction,quienapunta a Marian Turski, apartado del puesto de redactor jefe del Sztandar M&odych,

    como la persona que se llev a un grupo de periodistas al recin creado semanario entre

    los cuales estaba Kapu$ci%skique se haban solidarizado con l presentando su dimisin

    en protesta por su fulminante destitucin.11

    Por su parte, Magdalena Horodecka menciona la sonada renuncia del periodista a

    su puesto en el Sztandar M&odych en apoyo a sus colegas Andrzej Berkowicz (a quien

    dedic el reportaje Danka de La jungla polaca)y Krzysztof K)kolewski. Ambos fueron

    despedidos por el secretario general del Partido Obrero Unificado de Polonia (POUP) a

    raz de la publicacin de un artculo en el cual acusaban directamente al gobierno de

    cerrar uno de los ms importantes semanarios de estudiantes y de la joven intelligentsia,

    22

    9Sztandar M!odych [Estandarte de la Juventud] fue un peridico publicado entre 1950 y 1997. En un primerperiodo, hasta 1957, fue el rgano de la Unin de Juventudes de Polonia (UJP).

    10Beata Nowacka y Zygmunt Zi%tek, Kapu"ci#ski. Una biografa literaria, trad. de Francisco Javier

    Villaverde, Madrid, Coleccin Malabares, Biblipolis, 2010, p. 84.

    11Artur Domoslawski, Kapu"ci#ski non-fiction, trad. de Francisco Javier Villaverde Gonzlez y AgataOrzeszek, Barcelona, Crculo de Lectores, 2010,p. 150.

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    el Po Prostu [Simplemente]. Pero l no qued impune: por mostrar su inconformidad con

    los despidos, Kapu$ci%ski fue sancionado por las autoridades y tuvo prohibida la

    publicacin de textos durante un ao. Fue precisamente entonces, terminada esa breve

    fase, cuando entr en Polityka.12

    Independientemente de quin lo convenci para que trabajase en el semanario o decmo lleg a la redaccin y bajo qu circunstancias, cabe sealar que Kapu$ci%ski

    empez en Polityka a los veintisis aos: ya no era un aprendiz, sino un joven reportero

    con una dilatada trayectoria profesional.

    Su carrera profesional haba empezado alrededor de 1950, en el mismo Sztandar

    M&odych, si bien interrumpi sus colaboraciones durante casi cuatro aos, concretamente,

    entre octubre de 1951 y mayo de 1955. En ese nterin, curs estudios de filologa polaca

    en la Universidad de Varsovia, carrera que abandon para pasarse a Historia, en la quese licenci en 1955. Volviendo a Sztandar M&odych, en dicho peridico public varios

    reportajes, entre ellos el clebre La otra verdad sobre Nowa Huta, por el cual el

    gobierno le acab otorgando la Cruz de Oro al Mrito (1956). Ese mismo rotativo le

    mand al extranjero en varias ocasiones, empezando por Kiev, en agosto de 1956, al

    congreso de la Federacin Mundial de la Juventud Democrtica; y a la India, en

    septiembre del mismo ao, su primer viaje largo. A su regreso, debido a un bloqueo en el

    canal de Suez, no pudo volver por va martima, sino que se vio obligado a hacer escalaen Kabul. Desafortunadamente, la falta de visado supuso su encarcelamiento y, en

    consecuencia, se vio forzado a quedarse unos das en Afganistn. Tras este episodio, en

    julio de 1957, visit Mosc para cubrir el VI Festival Mundial de la Juventud y los

    Estudiantes. En agosto del mismo ao, inici un viaje de medio ao a China, pasando por

    Tokio y Hong Kong, aunque regres a Polonia en el ferrocarril transiberiano antes de lo

    previsto a causa de la complicada situacin, anteriormente reseada, que se estaba

    viviendo en el Sztandar M&odych.Al llegar a la redaccin de Polityka, fue enviado a trabajar sobre el terreno. Podemos

    suponer que sus viajes por la Polonia rural o por numerosas fbricas en zonas ms

    urbanas en una bsqueda constante de temas interesantes podan parecerse a sus

    primeros pasos periodsticos en el Sztandar M&odych. Sobre ellos escribi en Viajes con

    Herdoto:

    Era un reportero principiante: mi cometido consista en viajar por el pas siguiendo rutas

    marcadas por las cartas que llegaban a la redaccin. Sus autores se quejaban de la injusticia y

    23

    12Magdalena Horodecka, Zbieranie g!osw. Sztuka opowiadania Ryszarda Kapu"ci#skiego, [Recogiendovoces: El arte de narrar de Ryszard Kapu!ci"ski], Gda"sk, s$owo/obraz terytoria, 2010, p. 25.

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    la pobreza, de que el Estado les haba quitado su ltima vaca o de que en su aldea an nohaba luz elctrica. Como la censura haba aflojado, la gente poda escribir cosas como, porejemplo, sta: En el pueblo de Chodw, cierto que hay una tienda, pero siempre est vaca, nohay manera de comprar nada. El progreso consista en que, mientras Stalin estaba vivo, no sepoda escribir que una tienda estaba vaca: todas tenan que estar perfectamente abastecidas,llenas de productos. As que recorra yo el pas con ms pena que gloria, de aldea en aldea, devillorrio en villorrio, en un carro de adrales o en un autobs desvencijado, pues los turismos

    eran una rareza. Ni siquiera era fcil hacerse con una bicicleta.13

    Teniendo en cuenta su experiencia, a finales de 1959, el redactor jefe del semanario,

    Mieczys!aw Rakowski, decidi mandarlo a frica. Pero por qu enviar a Ghana a un

    periodista recin contratado y sin conocimientos especficos sobre el continente africano?

    Segn Rakowski:

    Probablemente el mismo Rysiek [diminutivo de Ryszard] segua las noticias de la prensa

    internacional y los comunicados de las agencias mientras trabajaba en la PAP, y se dio cuentade que en frica se vivan momentos histricos. Vino a verme y me convenci de que el asuntomereca la pena.14

    El propio Kapu$ci%ski rematar el clavo mucho ms tarde:

    Me empec a inclinar por frica tambin porque Asia me haba intimidado desde elprimer momento. Impona, y mucho. Las civilizaciones de la India, de China y de la GranEstepa para m eran gigantes que exigan toda una vida para acercarse a cualquiera de ellos,ya sin pretender conocerlo aunque slo fuese por encima. frica, en cambio, se me antojabams desmenuzada, diversificada y, en su multiplicidad, miniaturizada, y por lo tanto ms fcil decaptar, ms asequible. Durante siglos, todo el mundo se haba visto atrado por el aura de misterio que envolvaal continente: en frica deba de haber algo nico, oculto, algn punto flgido que brillaba en laoscuridad y al que era muy difcil llegar, siempre y cuando fuera posible tal cosa. Y muchos, porsupuesto, intentaron poner a prueba sus fuerzas en su aspiracin a encontrar y desvelar estemisterioso y enigmtico algo.15

    Durante el viaje a Ghana, recin independizada de Gran Bretaa, es testigo del

    proceso de descolonizacin. Visita tambin el Reino de Dahomey (la actual Repblica de

    Benn) y Nger. Y entre febrero y mayo de 1960 el semanario Polityka publica el ciclo de

    reportajes Ghana de cerca, fraguados durante esos viajes.

    Al volver a casa, no soporta permanecer quieto y despus de escribir el ciclo de

    reportajes acerca de Ghana busca algn pretexto para volver a frica. Rakowski, en

    24

    13R. Kapu!ci"ski, Viajes con Herdoto, trad. de Agata Orzeszek, Barcelona, Anagrama, 2006, p. 16.

    14A. Domoslawski, Kapu"ci#ski non-fiction, op. cit, p. 156.

    15R. Kapu!ci"ski, Viajes con Herdoto, op. cit., pp. 117-118.

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    cambio, le encarga que recorra el pas y escriba reportajes sobre la Polonia rural.16Fruto

    de este recorrer sern los textos que se publicarn principalmente en Polityka a lo largo

    de 1960: estos, junto con otros, escritos antes y despus del viaje, formarn su primer

    libro.

    En el Plan del libro que podra empezar en este lugar (o mis peripecias nuncaescritas, recopilado dentro de La guerra del ftbol, Kapu$ci%ski dejar escrito:

    1. Vuelvo a Polonia, dejando atrs frica: un salto del horno tropical a un paisaje nevado.Qu moreno ests, has estado en Zakopane? Ser posible que nuestra imaginacin no seacapaz de ir ms all de P!ock, Siemiatycze, Rzeszw, Zakopane? Trabajo en Polityka. Miredactor jefe entonces Mieczys!aw F. Rakowski me enva al interior del pas, a trabajar sobreel terreno; s, debo seguir viviendo en la selva, pero esta vez en la nuestra, la verncula, lajungla polaca. En algn lugar, tal vez en Olecko o quiz en Orneta, leo que en el Congo haestallado un gran conflicto que puede alcanzar escala mundial. Son los primeros das de julio

    de 1960. El Congo, el ms hermtico, desconocido e inaccesible pas de frica, ha obtenido suindependencia, pero justo despus de su proclamacin se ha rebelado el ejrcito, y se producela huida de los colonos y la intervencin de los paracaidistas belgas; reinan el caos y la histeria,y las matanzas se suceden. Los peridicos dedican sus primeras planas a las descripciones deaquel mar de confusiones. Compro un billete de tren y vuelvo a Varsovia.

    2. Solicito a Rakowski que me enve al Congo. Ya me ha entrado la fiebre de escrutar entodo aquello.

    3. El viaje resulta imposible, pues entretanto han sido expulsadas del Congo todas laspersonas procedentes de los pases socialistas. Portador de un pasaporte polaco, no tendra nila ms mnima posibilidad de entrar en el pas. Para consolarme, el consejo de redaccin meproporciona el billete y las divisas necesarias para viajar a Nigeria. Pero a m qu demoniosme importa Nigeria? All no pasa nada (por el momento).17

    Cuando es enviado a frica, primero se detiene en Egipto, ya que alguien le ha

    comentado que en El Cairo se encuentra un periodista checo, Jarda Bou*ek, que quiere

    llegar hasta el Congo atravesando la selva. Al llegar a la ciudad logra localizarlo y, junto

    con otro periodista checo, Du+an Provaznk que se convertir en gran amigo y traductor

    de sus obras, los tres viajarn en avin hasta Yuba, en Sudn del Sur. Desde all

    recorrern ms de mil kilmetros en un destartalado Ford hasta penetrar el interior del

    Congo. Las peripecias de este viaje (a lo largo del cual fue encarcelado, condenado a

    muerte y rescatado casi milagrosamente por los soldados de la ONU), Kapu$ci%ski las

    describir en un texto que no ver la luz hasta 1978. Tras este periplo, el reportero vuelve

    a Polonia en febrero de 1961 y, en primavera, aparece en las pginas de Polityka el ciclo

    El Congo de cerca,que, despus de algunas modificaciones, se publicar en el libro

    Czarne gwiazdy [Estrellas negras].

    A tenor de lo dicho, en La guerra del ftbol,Kapu$ci%ski apunta:

    25

    16A. Domos$awski, op. cit.,p. 161.

    17R. Kapu!ci"ski, La guerra del ftbol y otros reportajes, trad. de Agata Orzeszek, Barcelona, Anagrama,1992, p. 36.

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    Volv a Varsovia. Deba preparar una nota relatando lo que haba visto en el Congo.Describ la lucha, el desmoronamiento, la derrota. Al hacerse pblica, recib una convocatoriapara comparecer ante un camarada del Ministerio de Asuntos Exteriores. Qu demonios haescrito?, me espet, indignado. Llamar anarqua a la revolucin! Cree que Gizenga dejar elcampo libre y Mobutu se har con el poder, eh? Las suyas son unas teoras perniciosas!

    Vaya all y valo con sus propios ojos, le contest con un hilo de voz, agotado como estaba,sintiendo en mis huesos todava Stanleyvillle y Usumbura, y le deseo que vuelva vivo. Lolamento, me dijo el camarada dando por terminada nuestra conversacin, pero usted nosirve para hacer de corresponsal en el extranjero, porque no entiende los procesos marxista-leninistas que se desarrollan en aquellas partes del mundo. De acuerdo, me mostrconforme, aqu tambin tendr de qu escribir.18

    Finalmente, vuelve a la redaccin de Polityka, recorre otra vez Polonia, escribe

    varios artculos, hasta que le llega la propuesta de la editorial Czytelnikde publicar todos

    sus reportajes en un nico volumen:La jungla polaca, el nico libro dedicado a su pas

    natal y el primero en su carrera como periodista y escritor.Barbara Chlabicz, que por entonces trabajaba en Czytelnikcomo editora y correctora

    de estilo, recuerda el momento en que Kapu$ci%ski lleg a la redaccin en 1962; por

    entonces era un joven periodista ya conocido por sus numerosos viajes por pases

    exticos. Entr vestido con unos vaqueros y una camisa informal de color gris azulado;

    sonrea a todo el mundo como si les conociera de siempre, y se puso a hablar con el jefe

    de la seccin de libros de memorias y periodismo, Kazimierz Bidakowski, acerca de la

    posibilidad de publicar sus reportajes sobre Polonia. La editorial tom esa decisinteniendo en cuenta no solo su actualidad, los valores documentales en la descripcin de

    la realidad polaca de entonces, sino, y sobre todo, su indiscutible valor literario. No

    obstante, los problemas surgieron ms tarde, cuando la censura empez a interesarse por

    el volumen.Debido a ello, el jefe de la seccin tuvo que visitar varias veces la calle Mysia

    en Varsovia, sede de la Oficina Central de Control de Prensa, Publicaciones y

    Espectculos: las dudas las haba suscitado ya el propio ttulo, La jungla polaca, una

    evidente falta de optimismo respecto de la realidad socialista del momento, difcil deaceptar por parte de los guardianes de la ideologa. Pese a todo, gracias a la

    determinacin de Bidakowski, el libro lleg a las libreras en 1962 ganndose muchos

    lectores.19

    26

    18Ibid., p. 75.

    19Barbara Chlabicz, W Polsce, czyli w Buszu [En Polonia, o sea, en la Jungla], en R. Kapu !ci"ski, Buszpo polsku, Warszawa, Agora, Biblioteka Gazety Wyborczej, 2008, pp. 5-6.

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    El propio Kapu$ci%ski confes que haba escrito esos textos cuando an era un

    joven y principiante reportero;20 recin licenciado, se senta seducido por el gnero del

    reportaje: le interesaban especialmente las expediciones en el curso de las cuales pudiera

    ver con sus propios ojos la transformacin del campo polaco producida a raz del cambio

    de sistema poltico. Escriba sobre la Polonia que entonces ms le fascinaba: lospequeos pueblos, las aldeas... En esa poca tena que trabajar sobre el terreno y dormir,

    la mayor parte de las veces, en hacinas de heno, ya que en las zonas rurales no haba

    hoteles. Cabe sealar que la remuneracin era modesta y apenas daba para sobrevivir,

    pero el trabajo le gustaba y le produca una enorme satisfaccin.

    Seala Domos!awski que, durante el trabajo en Polityka, tendr lugar uno de los

    hechos ms significativos en la carrera de Kapu$ci%ski: l y unos cuantos reporteros ms

    van a conformar una corriente periodstica de posguerra que alcanzar el calificativo de"escuela polaca del reportaje".21 Esta es explicada por Kapu$ci%ski al describir la

    situacin del momento, haciendo hincapi en el papel de la censura y en la libertad de

    expresin. El autor, valindose de algunas historias particulares adentrndose en una

    dimensin ms individual, puede criticar y desesperanzarse; es decir, articula una crtica

    que en otro caso sera polticamente incorrecta (usando la expresin al uso) y, por ello,

    posiblemente censurada. Esta nueva forma de narrar fue bien acogida por el pblico

    lector, que saba muy bien sobre qu se estaba escribiendo en realidad y qu se queradecir con ello. De esta forma, fue posible que el gnero proliferase y floreciera, hasta tal

    punto que los aos cincuenta, en Polonia, estn considerados la poca dorada del

    reportaje.

    1.2. La primera edicin de La jungla polaca

    En la primera edicin del libro, publicado cuando el autor estaba en frica trabajandocomo corresponsal de la PAP, encontramos los veinte reportajes escritos entre 1959 y

    1961, a saber:

    ! El ltimo desfile de la quinta columna,

    ! Lejos,

    ! La balsa de salvacin,

    27

    20La declaracin de Ryszard Kapu!ci"ski acerca de La jungla polaca puede consultarse en la pgina web

    dedicada a su obra: http://wyborcza.pl/Kapu!ci"ski/1,104867,7500751,Busz_po_polsku.html [consultada el15.04.2012].

    21A. Domos$awski, Kapu"ci#ski non-fiction, op. cit.,p. 155.

    http://wyborcza.pl/kapuscinski/1,104867,7500751,Busz_po_polsku.htmlhttp://wyborcza.pl/kapuscinski/1,104867,7500751,Busz_po_polsku.html
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    ! Pi)tek en Grunwald,

    ! Anuncio de la pasta de dientes,22

    ! Mide tus fuerzas por tus intenciones. Aunque no fue publicado previamente, en

    Politykaconsta un reportaje algo parecido en cuanto a la temtica, pues trata sobre

    esa generacin de estudiantes universitarios que se comprometen en la vidapoltica del pas. Concretamente, fue publicado bajo el ttulo Malowanie

    portretu [Pintando un retrato] el 14.11.1959, en el n 46.

    ! La Duna,

    ! Inquilinos de los bajos,

    ! Sin direccin,

    ! El gran lanzamiento,

    ! La soleada orilla del lago,! El carcamal,

    ! La impasible cabeza de un rezagado,

    ! Danka,

    ! Nadie se ir de all,

    ! El rapto de El,bieta,

    ! La casa,

    !

    El Tieso.23

    ! Con los rboles en contra. Es una fusin de dos reportajes publicados

    anteriormente en Polityka bajo los ttulos Zbirka w$rd drzew [Asamblea en

    medio de los rboles] y -o!nierze [Soldados].24

    ! Y, finalmente, La jungla polaca, que haba formado parte del ciclo Ghana de

    cerca.25

    Todos estos textos, escritos a lo largo de tres aos y entre los dos viajes alcontinente africano que tanto enriquecieron al reportero, tienen en comn el hilo

    conductor y sus protagonistas.

    28

    22Todos publicados en Polityka, respectivamente en: n 39, del 30.09.1961; n 29 del 22.07.1961; n 16 del18.06.1960; n 30 del 23.07.1960; n 41 del 14.10.1961.

    23Respectivamente: n 50 del 16.12.1961; n 21 del 23.05.1959; n 46 del 12.11.1960; n 48 del 28.11.1959;n 32 del 8.08.1959; n 28 del 9.07.1960; n 23 del 6.06.1959; n 34 del 20.08.1960; n 32 del 12.08.1961; n9 del 3.03.1962; n 52 del 24.12.1960; n 31 del 1.08.1959.

    24En el n 15 del 11.04.1959 y en el n 16 del 18 .04.1959.

    25En el n 12 del 19.03.1960.

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    Ahora bien, durante su trabajo en Polityka, Kapu$ci%ski escribi muchos otros

    artculos que fueron excluidos a la hora de confeccionar el volumen.26 Quizs la razn

    quepa hallarla en el hecho de que el autor buscase un referente comn dentro de sus

    escritos y lo encontrara precisamente en su tema: no le interesan las fbricas ni los

    astilleros, sino los obreros y los trabajadores; deja de ocuparse de los aspectosrelacionados estrictamente con el periodismo .los grandes eventos, los ms importantes

    acontecimientos polticos. para hablar de los habitantes de la Polonia profunda (de sus

    problemas, de su mentalidad) y describir cmo est cambiando su realidad gracias a los

    nuevos inventos tecnolgicos. Es ms, los episodios fundamentales de la historia de

    Polonia se convierten de vez en cuando en el fondo de los hitos contemporneos sobre

    los que escribir (como la Segunda Guerra Mundial, presente en El ltimo desfile de la

    quinta columna; o la clebre batalla de 1410, en Pi)tek en Grunwald), pero losreportajes dan primaca a las historias ms cotidianas. Por eso, en La jungla polaca no

    hallaremos grandes historias: ni de sublevaciones, ni de guerras, ni noticias de distintos

    frentes.

    Y es ah, en La jungla polaca, dondetropezamos con los rasgos caractersticos de la

    prosa de Kapu$ci%ski: su inters por el Otro, esa empata con la que describe a la gente

    con la que muchas veces se topa por pura casualidad a lo largo de sus viajes por la

    Polonia profunda; su esfuerzo por tratar de entender a los protagonistas de sus textos,ponindose en su piel y describiendo los hechos desde la perspectiva de ellos, a travs

    sus ojos. Para ello, el reportero se servir de un particular modelo de narracin: se

    apropiar del lenguaje cotidiano y de las palabras que utilizan sus protagonistas, para

    acercar esta realidad distinta a sus lectores.

    1.3. Distintas ediciones y distintos contenidos

    Curiosamente, aunque son varias las ediciones que existen de estos reportajes, no

    fue hasta 2008 cuando la edicin completa de los veinte reportajes vio la luz por segunda

    vez. Debido a los cambios hechos por el propio autor, la segunda edicin publicada por la

    misma editorial en 1975, dentro de la coleccin Biblioteka Literatury Faktu XXX-

    lecia [Biblioteca de la Literatura de los Hechos de las Tres Dcadas de la Polonia

    Popular], contiene nicamente diecisiete de los veinte reportajes de la edicin original.

    29

    26 Entre ellos cabe destacar: &ory i spory [&ory y controversias] del n 20 del 16.05.1959, Inna nazwaziemi [Otro nombre de la tierra] del n 39 del 26.09.1959 y Malowanie portretu [Pintando un retrato], yamencionado anteriormente, del n 46 del 14.11.1959.

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    Faltan los tres textos que Kapu$ci%ski probablemente consider de menor fuerza, o como

    mnimo as lo sugiere Ma!gorzata Szejnert.27 Otra teora acerca de estas supresiones la

    expone Magdalena Horodecka, quien destaca que la omisin de Mide tus fuerzas por tus

    intenciones, La soleada orilla del lago y La casa quiz se deba al tono poltico

    imperante en la Polonia de W!adys!aw Gomu!ka (1956-1970). Era una realidad que en losaos setenta .cuando se preparaba la segunda edicin de La jungla polaca. resultaba

    anacrnica, pues el tono optimista y de excesiva fe en el mundo construido por el

    socialismo, ya no estaba en boga.28

    An ms: la tercera edicin del libro, publicada por Czytelnik en 1979, contena

    solamente diecisis reportajes, pues el autor decidi extraer tambin El rapto de

    El,bieta, un reportaje bastante controvertido en cuanto al papel de la Iglesia en Polonia.

    Ma!gorzata Szejnert subraya el dramatismo del reportaje y seala que su supresinestaba relacionada con la situacin poltica. Crtico con la Iglesia catlica, el texto y el

    autor, segn Szejnert, debi de darse cuenta de ello podra haberse utilizado para

    abundar en el odio oficial a la Iglesia.29 Agata Orzeszek, en cambio, opina que el autor

    decidi retirar el texto despus de enterarse de que algunas campesinas metidas a

    monjas se haban sentido dolorosamente retratadas al reconocerse en la El,bieta del

    reportaje.30 Segn Domos!awski, en la citada biografa de Kapu$ci%ski, sobre dos

    reportajes del volumen, La Duna y El rapto de El,bieta, se ciernen sombras desospecha de que fueron encargos polticos.31

    A su vez, la cuarta edicin apareci publicada en la coleccin Wrzenie $wiata [El

    mundo en ebullicin]32 por la misma editorial en 1988. La jungla polaca se public junto

    con Bloc de notas (un libro de poemas editado por primera vez en 1986). Esta vez se

    compilaron diecisiete reportajes, pues le fue aadido el texto Ejercicios de la memoria,

    escrito en 1985.

    30

    27Ma$gorzata Szejnert, Busz po 15 latach [La jungla despus de quince aos], Literatura, n 3,15.01.1976.

    28M. Horodecka, Zbieranie g!osw. Sztuka opowiadania Ryszarda Kapu"ci#skiego, op. cit., p. 30.

    29M. Szejnert, Postscriptum. Busz po 46 latach [Postscriptum. La jungla 46 aos ms tarde], en R.Kapu!ci"ski, Busz po polsku, Warszawa, Agora, Biblioteka Gazety Wyborczej, 2008, p. 123.

    30A. Orzeszek, Introduccin a R. Kapu!ci"ski, La jungla polaca, op. cit., pp. 9-10.

    31A. Domos$awski, Kapu"ci#ski non-fiction, op. cit.,p. 178.

    32La coleccin Wrzenie !wiata [El mundo en ebullicin] se compone de cuatro volmenes; cada unocontiene dos libros: El kirguizo se apea del caballo yCristo con un fusil al hombro el primero,La guerra delftbol y Un da ms con vidael segundo, El Emperador y El Shael tercero y La jungla polaca y Bloc denotasel cuarto. La serie vio la luz en el 1988 y fue publicada por la editorial Czytelnik.

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    Por ltimo, todas las ediciones siguientes tanto la quinta, de 1990 (que fue a la vez

    la segunda edicin dentro de la coleccin Wrzenie $wiata), como la sexta (2007), la

    sptima (2008) y la octava (2009) mantendrn el mismo contenido que la cuarta.

    En 2008, en la Biblioteka Gazety Wyborczej, en la coleccin Obras selectas de

    Ryszard Kapu$ci%ski, se publicaron diecisis obras, entre ellas La jungla polaca,ampliadaahora con los reportajes suprimidos de las ediciones anteriores: Mide tus fuerzas por tus

    intenciones, La soleada orilla del lago,El rapto de El,bieta y La casa.

    En la edicin espaola, se incluyen todos los textos de la primera edicin polaca

    junto con dos ms, Ejercicios de la memoria y Paseo matutino. Este ltimo texto fue

    publicado en la Gazeta Wyborcza del 25 de enero de 2007, dos das despus de la

    muerte de Kapu$ci%ski, y en El Pas, el 18 de febrero del mismo ao.

    1.4. Rasgos caractersticos de La jungla polaca

    1.4.1. Los protagonistas

    El reportero no es tan slo un tubo receptor que se llena con docenas de cifras, nombresy opiniones. A veces, tambin a l le gustara decir algo. Pero qu les iba a decir yo?Pertenecemos a dos mundos que nunca se tocan. Ellos viven en los bajos. Hay que vivir allpara, despus, hacerse el sabihondo hablando de ellos.33

    El 11 de septiembre de 1961, dos mujeres, Augusta y Margot, deciden huir del asilo

    de ancianos en el que viven, en Szczytno, y emprender el viaje hacia Olecko para

    recuperar las dos casas que les pertenecan antes de la guerra. Consideradas por los

    dems como dos chaladas, las ancianas alemanas viven en otra poca, en otro tiempo,

    ancladas en el pasado. Su realidad es la de la guerra y, dado que oyen la msica de los

    tambores constantemente, no se dan cuenta de que el conflicto blico ha terminado.

    Sienten que el momento anhelado finalmente ha llegado y, por eso, deciden emprender

    ese viaje.

    El ltimo desfile de la quinta columna

    Micha! Janiel es labrador y obrero de ferrocarril, al que Hegel [...] lo llamara un

    chapuza. Pero Marx s [lo] comprendera. Hay ms protagonistas de esa tierra de viejos,

    un sitio sin salida, donde la tierra huele a arena y a cinaga, para ellos, a Soir de Paris;

    donde hace tan solo tres aos que lleg la corriente elctrica y una muchacha suea con

    31

    33R. Kapu!ci"ski, La jungla polaca, op. cit., pp. 91-92.

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    comprarse unos zapatos italianos de tacn de aguja que valen 1 400 zlotys y con tener

    una habitacin donde quepa una enorme alfombra mullida.

    Lejos

    Jzef Jagielski, un balsero, y dos jvenes profesores auxiliares de la universidad quele consideran el mayor de los filsofos, casi un dios: el primero transporta troncos de pino

    por lagos y canales y, a veces, no toca fondo navegando, lo cual le impide manejar la

    balsa; paralela y metafricamente, los jvenes, quetanto le admiran, hace tiempo que

    han perdido pie, debido a la crisis moral y de valores, el fracaso de las instituciones

    tradicionales y las verdades inapelables que, de repente, se cuestionan, hasta tal punto

    que ni siquiera confan ya en lo que ensean.

    La balsa de salvacin

    Pi)tek, un campesino cojo a causa de una herida recibida durante la Segunda

    Guerra Mundial, ajeno completamente a los hechos histricos de su pas, est

    sumamente preocupado por la llegada a Grunwald el lugar de la clebre batalla de 1410

    en la que el Reino de Polonia y el Gran Ducado de Lituania derrotaron al Estado Monacal

    de los Caballeros Teutnicos de un nutrido grupo de estudiantes, temiendo que le pisen

    los sembrados.Pi)tek en Grunwald

    Los jvenes habitantes de la aldea de Pratki se divierten en una fiesta. No se lavan

    los dientes, porque nadie les ha explicado nada al respecto. Por la noche, mientras bailan

    al ritmo de los ltimos hits de moda, una anciana es expulsada de casa por su nieto y

    emprende un viaje hacia un destino desconocido. Pratki, donde se han importado

    mquinas de coser y corbatas de nailon, blusas de chifln y anchos canaps abatibles,pero nadie se ha tomado la molestia de inculcar all cuatro ideas elementales de la cultura

    ms elemental. Que si la abuela, que si los dientes.34

    Anuncio de pasta de dientes

    Zenon Kmiecik, oriundo de la aldea /adzice, cerca de Radomsko, lleva nueve aos

    viviendo en Varsovia. Corran los aos 50 cuando se matricul en la facultad de historia,

    tiempos en que la universidad estaba inundada de jvenes que, como l, venan de

    32

    34Ibid., p. 69.

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    pueblos y aldeas trayendo el olor a campo. Hace poco lleg a doctorarse en historia y

    dice, repitindose inconscientemente el pensamiento de Hemingway: Siempre apuesto

    por el trabajo. El trabajo no me fallar.35

    Mide tus fuerzas por tus intenciones

    Otros cinco hombres, Trofim, Rysiek, Sienkiewicz, Edek y Lipko, han salvado un

    pedazo de tierra, una duna, y al hacerlo, se han salvado a ellos mismos.

    La Duna

    Es el turno de los obreros que han elegido el margen como lugar permanente y van

    de una fbrica a una mina en una constante bsqueda de empleo. Despus de muchas

    decepciones ya no esperan grandes cosas; se burlan de ese mundo que solo persigue elbienestar, porque a ellos lo que les interesa es currar-cobrar, librar-mamar.

    Inquilinos de los bajos

    Los estudiantes que fueron expulsados de la universidad se han quedado en la

    capital gracias al cobijo de sus compaeros de residencia que les dan de comer e incluso,

    a veces, les dejan dormir en sus habitaciones.

    Sin direccin

    Otra mirada es para el aficionado que acude a un estadio para ver al campen

    olmpico de lanzamiento de disco, Edmund Pi)tkowski. Con su jersey gris, el aficionado es

    el primero en llegar y aguarda a que Pi)tkowski repita el gran lanzamiento de sesenta

    metros; pero realmente lo que le lleva al estadio no es su admiracin por el atleta, sino

    verse a s mismo reflejado en el campen, contemplar al deportista que no pudo ser

    porque, como tantos otros, en un momento determinado perdi su oportunidad.El gran lanzamiento

    Ryszard Milejski, tras cursar tres aos de medicina, se present en 1957 en Ma!dyty,

    un pueblucho obrero situado cerca del mazuriano Mor)g, para trabajar como mdico

    auxiliar en el ambulatorio. Sin embargo, una vez all, decidi embarcarse en la tarea de

    ocupar el tiempo libre de los jvenes del pueblo ms all de beber cerveza en los bares o

    colocar petardos en las vas frreas. Fue as como logr formar la primera patrulla scout

    33

    35Ibid., p. 76.

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    del lugar y, gracias a ello, ahora est construyendo en la orilla del lago, junto con otros, un

    camping ideado para atraer a turistas en el futuro.

    La soleada orilla del lago

    Grzegorz St0pik, un colega del reportero en la Facultad de Historia de la Universidadde Varsovia, estudi la carrera con l y ahora ejerce de profesor de instituto en Augustw.

    Llamado carcamal por sus estudiantes, a sus veintisiete aos St0pik no tiene vida

    personal y no consigue salir de su permanente Waterloo pedaggico: a los estudiantes

    de hoy no les interesan las cosas que ocurrieron hace tiempo; les interesa la rentabilidad,

    los nmeros..., mientras que l sigue siendo un idealista enamorado de la historia y la

    literatura clsica.

    El carcamal

    Misiek, un rezagado que se siente perdido; otro profesor de instituto que confa en

    los libros, en la lectura; un ratn de biblioteca que no pertenece al mundo terrenal de sus

    amigos, quienes estn sumergidos en los sagrados libros de la tcnica, porque lo nico

    que cuenta para ellos son los resultados. Por eso leen las diferentes entregas de El

    hechizo de las cuatro ruedas. En cambio l, aunque es tachado de dmod,se mantiene

    fiel a la poesa y a Dostoievski.La impasible cabeza de un rezagado

    Danka es una modelo bellsima que llega a un pueblo pequeo junto con su novio,

    un escultor, a quien el cura encarga una figura de la Virgen. Se quedan a vivir en la

    vicara, ignorando que la belleza de Danka y su comportamiento moderno, como andar en

    bikini a orillas del lago, no es aprobado por las conservadoras mujeres del pueblo. stas,

    al descubrir los rasgos de la joven en la figura de la Virgen, van a buscar a la muchacha yle propinan una paliza.

    Danka

    En una casa pende un hacha sobre la cabeza de cada uno de los miembros de una

    familia: la del padre, la de la madre y la del hijo, al cual la tuberculosis le impide trabajar.

    Los tres viven juntos pero nicamente se dedican a hacerse dao. Al padre le gustara

    meter entre rejas al hijo, porque segn l no hace nada; a la madre le gustara encarcelar

    al padre, y al hijo le encantara que ocurriese algo que cambiase la situacin. Es el

    34

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    infierno de los matrimonios de los pueblos pequeos que no saben convivir, pero a la vez

    no imaginan otra vida.

    Nadie se ir de all

    Una mujer alta, muy flaca y con tuberculosis, y su marido, con una hipertensin de25 y un segundo infarto a cuestas, van acompaados por la hija de ambos, El,bieta, en

    quien pusieron todas sus esperanzas: la chica se convirti en maestra e iba a estudiar en

    la universidad. Cuando todava estaba en el instituto, las monjas de un convento cercano

    la atrajeron y presionaron hasta que al final lograron raptarla: en 1961 ingres en el

    convento. Nunca se interesaron por la salud de los padres de la muchacha. Muerto el

    padre, la madre sufra la enfermedad sola y sin ninguna ayuda por parte de nadie,

    mientras que El,bieta estaba en el monasterio, calentita y alimentada.El rapto de El,bieta

    Los inquilinos de una casa recin construida en un suburbio del barrio de Mokotw

    viven bajo el mismo techo por pura casualidad, pero son unos completos desconocidos.

    Hay un matrimonio joven que trabaja en Radio Polonia y que tiene una hija pequea;

    tambin una pensionista de setenta aos, antigua vigilante de obra; Jzefa Zyzek, que

    trabaj en el elegante Hotel Europejski, y la tataranieta de Jan Kili%ski, lder de lainsurreccin popular de Varsovia de 1794 contra la guarnicin rusa que ocupaba la ciudad

    desde la derrota polaca en la guerra ruso-polaca de 1792. Casi la mitad de los vecinos

    fueron desalojados de sus hogares, catalogados como edificios destinados al derribo.

    Pero entre ellos hay gente muy bien considerada en sus respectivos puestos de trabajo y

    a quienes otorgaron esa casa como recompensa: la intelligentsia y los obreros ms

    cualificados. En definitiva, todo un panorama de los ciudadanos de Varsovia de los aos

    sesenta.La casa

    Cinco mineros, junto con el reportero, emprenden un viaje desde la mina Alexandra

    Mara de Silesia hasta Jeziorany, en Mazuria. Deben trasladar a su tierra natal los restos

    del cadver de un joven de dieciocho aos, muerto durante una explosin controlada en

    la mina, para que as el padre pueda enterrarlo en la tierra que lo vio nacer.

    El Tieso

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    Hry%cia y Grzywacz son dos personajes antitticos, dos polos opuestos. Gracias al

    ejrcito, Grzywacz ha podido desprenderse de la sensacin de inseguridad que le

    carcoma: ah se siente bien, le proporcionan una ocupacin, alimentan su estmago. En

    cambio, Hry%cia es ms listo que el hambre y sus esfuerzos estn encaminados

    nicamente a escabullirse del ejrcito para poder regresar a su tierra. Por ltimo, hay unhroe colectivo: soldados que nunca han visto la guerra y ni siquiera se la pueden

    imaginar camuflados entre los rboles del bosque.

    Con los rboles en contra

    Todos estos personajes no encajan en la realidad que los rodea. Son gentes del

    margen, los marginados por la sociedad; los que hoy denominaramos outsiders. No estn

    en el punto de mira de los medios, ya que viven su vida de forma annima, sin grandesexpectativas, pasando desapercibidos. Todos ellos de alguna forma son dbiles, no tienen

    fuerza para luchar por sus derechos; pertenecen a un segundo plano y ceden el

    protagonismo a los dems. Probablemente a eso se refiera el ttulo del volumen, porque

    en la verdadera jungla impera la ley del ms fuerte, la del ms poderoso.

    El reportero muchas veces recupera el tema de la oportunidad que aguardan sus

    personajes, pero que desaprovechan cuando llega. El mejor ejemplo de ello se halla en

    El gran lanzamiento. Kapu$ci%ski escribe fijndose no en el campen olmpico, sino enel hombre que da tras da acude al estadio, deseoso de ver la repeticin del antiguo

    xito.

    En el primer reportaje, El ltimo desfile de la quinta columna, al describir la actitud

    de la gente ante las dos ancianas alemanas, Kapu$ci%ski apunta:

    A veces, un vecino le guiaba un ojo a otro en seal de que estaban ante unas chaladas.Esto se produce a menudo entre las personas: no saben escuchar al otro hasta el final.

    Aprehenden sus diez primeras palabras, sin esperar a que llegue al punto. Y la fraseinterrumpida a medias se antoja sin sentido. As que enseguida sentencian: un chalado.36

    De hecho, con esta frase podramos describir la mayora de los protagonistas de La

    jungla polaca, pues muchos de ellos son vistos por otros como chiflados. Sin embargo,

    el reportero va ms all al intentar demostrarnos que esos personajes son gente

    totalmente normal. Lo que ocurre es que la vida los ha quebrado. Asimismo, muchas

    veces estn presentados como personajes antitticos: el reportero contrapone un

    individuo, o un grupo, a otro que no piensa igual, que disiente, que tiene otras creencias.

    36

    36R. Kapu!ci"ski, La jungla polaca, op. cit., p. 32.

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    De este modo, aparecen protagonistas y antagonistas que, en su conjunto, describen

    ntegramente la realidad de la poca; como el carcamal y sus colegas, o como Hry%cia y

    Grzywacz de Con los rboles en contra.

    1.4.2. El lenguaje y la mmesis

    Concedo muchsima importancia a la lengua. La bsqueda de llaves lingsticas, depalabras no gastadas (diccionarios y ms diccionarios), se lleva la parte del len del tiempo quededico al trabajo en cada libro. Si alguien lee algn captulo y se limita tan slo a los problemasque en l expongo y no presta atencin a la lengua en que lo hago, lo vivo como un fracasopersonal.37

    El lenguaje utilizado por el autor en La jungla polaca demuestra que narracin

    equivale a creacin y que, aunque no llega a ser tan sofisticado como el que veremos enEl Emperador o El imperio .por citar algn ejemplo., su tcnica reside en describir

    personajes empleando sus voces, su forma de hablar y expresarse; en definitiva,

    mediante la polifona. En una entrevista, hablando de su oficio, Kapu$ci%ski explica:

    Recoger material para m significa, sobre todo, llegar a la gente. Para lograrlo, siempreintento crear situaciones en las que mi presencia no se note y mis interlocutores se muestren loms naturales posible. Por eso me resulta tan importante el odo. No slo la vista, sino tambintal vez incluso en primer lugar el odo. No slo lo que dice la gente sino cmo lo dice.38

    El modo de hablar de la gente, las palabras que emplea, cmo formula sus

    pensamientos..., parece ser un elemento crucial para l. Tanto es as, que algunas veces

    ni siquiera marca las citas para sealar la respuesta de su interlocutor, sino que

    simplemente apunta en primera persona del singular lo que haba escuchado. Esto suele

    provocar una confusin en el lector, puesto que no es capaz de distinguir si el que est

    hablando es el narrador o uno de los protagonistas. Pero, gracias a ello, el autor comparte

    voz con sus personajes, se identifica con ellos, se funde en ellos. En definitiva, deja deser un tubo receptor para convertirse simultneamente, y de forma bien visible a lo largo

    de los textos, en narrador y protagonista de los mismos.

    Este tipo de intervenciones literarias puede observarse ya en el reportaje

    introductorio del volumen, El ltimo desfile de la quinta columna. En primer lugar, la

    37

    37R. Kapu!ci"ski (en conversacin con W$odzimierz Kalicki), En el vientre del monstruo, GazetaWyborcza, 23-24/01/1993, en Id., El mundo de hoy, trad. de Agata Orzeszek, Barcelona, Anagrama, 2004,

    p.75.

    38R. Kapu!ci"ski (en conversacin con Stanis$aw Bere!), Lapidarium: un texto nuevo, Odra, nm.6,1996, en Id., El mundo de hoy, op. cit., p. 30.

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    constante repeticin del pronombre personal ellas, para referirse a las dos ancianas

    alemanas, convirtindolo en apelativo, recoge perfectamente la actitud burlona de la

    gente hacia ellas. Si al principio las hubiera presentado dando sus respectivos nombres,

    probablemente apareceran ms cercanas, pero al no revelarlos hasta bastante ms

    tarde, el autor consigue marcar una distancia, tratarlas como a unas extraas. Y as laspercibe el lector.

    En segundo lugar, desde el principio, las protagonistas escuchan una msica. Tal y

    como se apuntaba, oyen el redoble de tambores que les hace pensar que an no ha

    terminado la guerra o que ha empezado de nuevo. Curiosamente, el propio lector, al leer

    el reportaje, puede llegar a or algo muy parecido. Ello se consigue gracias al ritmo de las

    frases: mediante la eleccin de unidades fraseolgicas cortas, Kapu$ci%ski explota la

    musicalidad del texto, consigue que la palabra escrita tenga un ritmo, un comps que seasemeja a lacadencia de las percusiones.

    En tercer lugar, se sirve de todo un abanico de recursos que le proporciona el

    lenguaje, propio y ajeno, para elaborar sus descripciones de imgenes de tal modo que

    permitan una recreacin de diversas situaciones: sirva de muestra el siguiente fragmento:

    Las clulas bullen con el rumor de los tambores. El aullido de los tanques y la barrena desus motores taladran dolorosamente el cerebro. El agua canta en el cubo. Ellos estarn

    sedientos, tendrn que beber. Dos viejas van a Olecko para palpar gargantas polacas. Dosviejas en un tren. Necesitan ayuda, necesitan proteccin. Dos mujeres de pelo blanco ycargadas de espaldas.39

    Quin pronuncia estas frases?, las ancianas?, o quizs los otros, los que

    observan su comportamiento? Es la conclusin a la que llega el reportero? O acaso

    son las imgenes que recrean las mujeres en su mente? Este breve fragmento parece

    estar citando a los pasajeros del tren que viajan con las ancianas. A la vez, intenta

    descubrir lo que pasa por la mente de ellas y transmitir lo que Kapu$ci%ski est viendo

    con sus propios ojos. En realidad, es un recurso poco comn entre los reporteros, pero

    muy utilizado en la literatura. Tal enfoque del trabajo creativo recuerda muchas de las

    teorizaciones del OULIPO (con sus respectivas puestas en prctica).40

    En ltimo lugar, la creacin narrativa de Ryszard Kapu$ci%ski consiste tambin en ir

    adoptando diferentes personalidades e identidades. En Ejercicios de la memoria, se

    muestra como un nio adulto; concretamente, un nio de siete aos con la conciencia de

    38

    39R. Kapu!ci"ski, La jungla polaca, op. cit., p. 31.

    40Ms concretamente, remitimos a Italo Calvino, Molteplicit, en Id., Lezioni americane. Sei proposte peril prossimo millennio, Miln, Garzanti, 1988, pp. 101-120.

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    un hombre maduro capaz de sacar conclusiones e interpretar los acontecimientos de

    forma adulta. En Danka, en cambio, percibimos a un reportero detective que intenta

    hallar respuestas a sus preguntas encaminadas a encontrar la fuente del mal (la paliza

    que recibe la protagonista), entrevistando a los habitantes del pueblo escenario de los

    hechos narrados. En El Tieso, en cambio, se pone en la piel de uno de los participantesen una especie de cortejo fnebre. Como ltimo ejemplo, en Con los rboles en contra,

    el autor se identifica con un recluta, o mejor dicho, con un grupo de reclutas.

    1.4.3. Entre citacionismo e intertextualidad41

    La jungla polaca es sumamente rica en referencias literarias, tanto polacas como

    extranjeras, que se expondrn ms adelante. Por ejemplo, el lema que precede aEjercicios de la memoria est sacado de una poesa de Janusz A. Ichnatowicz; el

    mismo reportaje terminar con unas frases del Fausto de Goethe. Pi)tek en Grunwald

    se abre con un fragmento de Los cruzados de Henryk Sienkiewicz (1846-1916), clebre

    novelista polaco galardonado con el premio Nobel de literatura en 1905. En Anuncio de

    pasta de dientes es posible establecer pequeas similitudes con la obra teatral La boda,

    de Stanis!aw Wyspia%ski (1869-1907), dramaturgo, pintor y compositor perteneciente a la

    vanguardista Joven Polonia. En La Duna, el autor, refirindose a los cinco residentesde una tierra de nadie, dir: Eran tipos as los que buscaba Dostoievski.42 En El

    carcamal, la diferencia de actitud hacia la historia y la vida en general entre el profesor

    de instituto y sus estudiantes, se plasma a travs de la oposicin en cuanto a gustos

    literarios: l ama a Miko!aj Rej (1505-1569), poeta y pensador polaco renacentista, ellos,

    en cambio, prefieren a Joe Alex, seudnimo de Maciej S!omczy%ski (1920-1998), clebre

    traductor (del Ulisses de Joyce, por ejemplo) y autor de novelas policacas, que

    precisamente firmaba con ese seudnimo. En La impasible cabeza de un rezagado,Kapu$ci%ski cita unas frases de Los hermanos Karamzov,de Dostoievski. El ttulo Mide

    por tus fuerzas por tus intenciones es, en s, la cita exacta de un verso de El canto de los

    filaretes, del mximo representante del romanticismo polaco, Adam Mickiewicz

    39

    41Se da por descontado que este ttulo vale por su valor metafrico: no entraremos aqu ni en los estudiosfundacionales de Kristeva ni en los distingos propuestos, entre muchos otros, por Genette. Ms bien setrata de perfilar, en la obra de Kapu!ci"ski, la intuicin de una red de significados que este libro abre a

    comparaciones, implicndolo as en un juego metaliterario. De todas maneras, vase Julia Kristeva,Semitica 1 y 2,Madrid, Fundamentos, 1978 y Grard Genette, Palimpsestos, Madrid, Taurus, 1989.

    42R. Kapu!ci"ski, La jungla polaca, op. cit., p. 82.

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    (1798-1855), y el protagonista de este reportaje, Zenon Kmiecik, repite sin saberlo una

    mxima de Ernest Hemingway: Siempre apuesto por el trabajo. El trabajo no me fallar.

    Ninguna de estas referencias literarias es arbitraria. Por un lado, el inters de

    Kapu$ci%ski por la tierra y la naturaleza hace que cite a uno de los padres fundadores del

    romanticismo alemn y al introductor de esta corriente en las letras polacas, el arribamencionado Adam Mickiewicz, lo cual lepermite dejar constancia de su adscripcin a la

    tradicin romntica europea. Por otro lado, tambin hay ecos de Dostoievski, conocido por

    su inters por la psicologa humana y por que en sus obras, especialmente las primeras,

    la pobreza y las injusticias sociales eran temas recurrentes. Asimismo, se halla un rastro

    de Hemingway, con su conductismo literario y su fe en el trabajo.

    1.5. Ejercicios de la memoria. Ensayo para empezar.

    Ejercicios de la memoria es un texto diferente en cuanto al gnero, no solo porque

    no pertenece al reportaje, sino porque tampoco puede considerarse un diario propiamente

    dicho; quizs una memoria, pero de estructura fragmentaria, similar a la que elaborar

    ms tarde en Lapidarium.

    Es un ensayo repleto de digresiones, donde el autor emplea la retrospectiva

    autobiogrfica para describir algunas escenas impactantes que presenci de nio. En untono ms bien ntimo y basndose en sus propias experiencias, Kapu$ci%ski habla de la

    guerra en general, pero de la Segunda Guerra Mundial en partic