jung carl gustav - respuesta a job

download jung carl gustav - respuesta a job

of 64

Transcript of jung carl gustav - respuesta a job

  • 8/6/2019 jung carl gustav - respuesta a job

    1/64

    Primera edicin en alemn, 1952Primeo edicin en espaol, 1964

    La versin original de esta obra fue publicadapor Rascher Verlag de Ztirich con el ttulo

    de Antwort auf Hiob.

    Derechos reservados conforme a la ley 1964 Fondo de Cultura Econmica

    Av, de la Universidad 975-Mxico 12, D. F.

    Impreso y hecho en MxicoPrinted and made in Mxico

    "LECTORI BENVOLO"

    Doleo super te jrater mi...2 SAMUEL I, 26

    POR RAZN de su contenido, que se sale un poco de los temasusuales, esta obra ma necesita un breve prlogo, que ruego

    . al lector no pase por alto. En las pginas siguientes se va ahablar de objetos venerables de la fe religiosa, y todo el quehabla de estos temas corre el peligro de caer en uno de losdos bandos en pugna en torno de estos objetos. Esta disputatiene su fundamento en el peculiar presupuesto de que algoes "verdadero" nicamente cuando se presenta o ha presentadocomo hecho fsico. As, por ejemplo, los unos creen, comofsicamente verdadero, y los otros niegan, como fsicamenteimposible, el hecho de que Cristo naciese de una virgen. Cualquiera puede ver que este dilema no tiene solucin lgica; lomejor sera, en consecuencia, dejar tales intiles discusiones.Ambas partes tienen y no tienen razn, y podran fcilmentellegar a un acuerdo si renunciasen simplemente a la palabra"fsico". El que algo sea una realidad "fsica" no es el nicocriterio de verdad. Tambin existen verdades anmicas, lascuales no pueden ni explicarse ni probarse, pero tampoco negarse, fsicamente. Si, por ejemplo, todo el mundo creyeseque en otro tiempo el Rin corra hacia arriba, partiendo desu actual desembocadura y desembocaba en sus fuentes, estacreencia no deja de ser un hecho, aunque lo afirmado por ellahaya de ser tenido, fsicamente considerado, por extraordina

    riamente increble, Pero esta creencia constituira un hechoque ni puede negarse ni necesita tampoco ser demostrado. Aeste mismo tipo de verdades pertenecen las afirmaciones religiosas. Las afirmaciones religiosas se refieren en cuanto talesa hechos que no son comprobables fsicamente. Si lo fuesen,caeran inevitablemente en el dominio de las ciencias naturales, y stas las negaran por no ser hechos susceptibles de experiencia. Las afirmaciones religiosas no tendran sentido si serefiriesen a hechos fsicos. stos seran, en tal caso, simplesmilagros, que ya por ello estaran expuestos a la duda, y queadems no podran probar la realidad de un "espritu", es de-

    7

  • 8/6/2019 jung carl gustav - respuesta a job

    2/64

    cir, de un sentido, pues el "espritu" se manifiesta por s mismo. El "sentido" y el espritu de Cristo son algo presente yperceptible a nosotros aun sin milagros. Los milagros son nicamente una apelacin al entendimiento de aquellos hombresque no son capaces de entender el "sentido"; los milagros sonen realidad un simple sustituto de la realidad no comprendidadel "espritu". Con esto no negamos que la presencia viva delespritu pueda ir acompaada ocasionalmente de acontecimientos fsicos milagrosos; lo que queremos acentuar es que stosno pueden sustituir ni elaborar el nico conocimiento esencialdel espritu.

    El hecho de que las afirmaciones religiosas estn a menudo en contradiccin con fenmenos fsicamente comprobablesprueba la independencia del espritu respecto de la percepcinfsica; y manifiesta que la experiencia anmica posee una ciertaautonoma frente a las realidades fsicas. El alma es un factorautnomo; las afirmaciones religiosas son conocimientos anmicos, que, en ltimo trmino, tienen como base procesosinconscientes, es decir, trascendentales. Estos procesos son inaccesibles a la percepcin fsica, pero demuestran su presenciamediante las correspondientes confesiones del alma. La conciencia humana trasmite estas afirmaciones y las reduce a formas concretas; stas, por su parte, pueden estar expuestas amtiples influencias de naturaleza externa e interna. Ello haceque, cuando hablamos de contenidos religiosos, nos movamosen un mundo de imgenes, las cuales sealan hacia algo quees inefable. No sabemos hasta qu punto son claros u oscurosestos conceptos, imgenes y metforas con respecto a su objeto

    trascendental. Si, por ejemplo, decimos la palabra "Dios",damos expresin a una imagen o concepto que ha sufrido alo largo del tiempo muchas transformaciones; pero no podemos indicar con cierta seguridad a no ser por la fe si estastransformaciones se refieren nicamente a los conceptos e imgenes, o si se refieren tambin a la realidad inexpresable. Lomismo puede imaginarse uno a Dios como una accin eternamente fluente, llena de vida, que se encarna en figuras sinfin, que como un ser eternamente inmvil e inmutable. Nuestro entendimiento est seguro slo de que posee imgenes,representaciones, las cuales dependen de la fantasa y de sucondicionamiento especial y temporal; y por ello, en su larga

    8

    historia, estas imgenes se han transformado innumerables veces. Pero no puede dudarse de que en la base de estas imgenes se encuentra algo trascendente a la conciencia, y esto haceque las afirmaciones no varen caticamente y sin limitacinalguna; as podemos reconocer que estas imgenes se refieren

    a unos pocos "principios" o arquetipos. Estos arquetipos sonincognoscibles por s mismos, lo mismo que lo son el alma ola materia; lo nico que cabe hacer es disear modelos, de losque sabemos de antemano que son insuficientes; esta insuficiencia se halla confirmada tambin por las afirmaciones religiosas.

    Quede, pues, bien claro, que cuando en las pginas siguientes hablo de estos objetos "metafsicos", me doy perfecta cuenta de que me muevo en un mundo de imgenes, y que ninguna de mis reflexiones llega a tocar lo incognoscible. Conozcomuy bien la limitacin de nuestra imaginacin para no ha

    blar de la estrechez y pobreza de nuestro lenguaje comopara poder imaginarme que mis afirmaciones signifiquen msque lo que significan las afirmaciones de un hombre primitivocuando dice que su Dios salvador es un conejo o una serpiente.Aunque todo nuestro mundo de ideas religiosas est formadode imgenes antropomrficas, las cuales, en cuanto tales, nopodran resistir una crtica racional, no podemos olvidar queestas imgenes se apoyan en arquetipos numinosos, es decir,en una base emocional, la cual es inexpugnable a la razncrtica Estos hechos anmicos pueden ser no vistos, pero suno existencia no puede ser demostrada. En este sentido, yaTertuliano invoc con razn el testimonio del alma. En su

    obra De testimonio animae, cap. V, dice: "Hdec testimoniaanimae quanto vera, tanto Simplicia: quanto Simplicia, tantovulgaria: quanto vulgaria, tanto communia: quanto communia,tanto naturalia: quanto naturalia, tanto divina, non putemcuiquam frivolum et frigidum videri posse, si recogitet natu-rae majestatem, ex qua censetur auctoritas animae. Quantumdederis magistrae, tantum adiudicabis discipulae. Magistranatura, anima discipula. Quidquid aut illa edocuit, aut istaperdidicit, a Deo traditum est, magistro scilicet ipsius magistrae. Quid anima possit de principa institutore praesumere,in te est aestimare de ea quae in te est. Senti illam, quae utsentios efficit: recogita in praesags vatem, in ominibus au

    9

  • 8/6/2019 jung carl gustav - respuesta a job

    3/64

  • 8/6/2019 jung carl gustav - respuesta a job

    4/64

    a mi subjetividad emocional. En este libro no escribo comoversado en la Escritura (cosa que no soy), sino como laico ycomo mdico al que le ha sido dado ver profundamente enla vida anmica de muchos hombres. Lo que yo diga es natu-ialmente en primer lugar mi opinin personal; pero s que almismo tiempo hablo tambin en nombre de muchos que han

    tenido los mismos sentimientos que yo.

    12

    INTRODUCCIN

    EL LIBRO DE JOB marca un hito en el largo camino del desarrollo de un drama divino. Cuando este libro fue escrito,

    preexistan ya muchos testimonios que haban trazado unaimagen contradictoria de Yav: la imagen de un Dios sinmesura en sus emociones, y que sufra precisamente a causade esta desmesura. Este Dios se confesaba a s mismo que laclea y los celos le desgarraban, y que el darse cuenta de estoera para l algo doloroso. La inteligencia coexista junto a lafalta de ella; la bondad estaba al lado de la crueldad, y la fuerzacreadora al lado de la voluntad de destruccin. Todas estascosas existan juntas, y ninguna era obstculo para las dems.Para nosotros, este estado slo es imaginable cuando no existeconciencia reflexiva, o cuando la reflexin representa simplemente una realidad dada y configurada, impotente, sin sen

    tido. Una situacin tal slo puede calificarse de amoral.Los testimonios de la Sagrada Escritura nos dicen cmo

    sentan a Dios los hombres del Antiguo Testamento. Mas novamos a tratar de esto, sino del modo y manera como un hombre de nuestros das, culto y educado cristianamente, se enfrenta a las tinieblas divinas que aparecen en el Libro de Job;es decir, vamos a estudiar cmo estas tinieblas obran sobre elhombre de hoy. No tratamos de hacer una exgesis fra y ponderada, que tenga en cuenta cada uno de los detalles, sino depresentar una reaccin subjetiva. Con ello damos expresina una voz que habla por muchos que sienten de la misma

    manera; lo que intentamos es dejar que hable el estremecimiento provocado por la visin nada encubierta de la ferocidad y desconsideracin divinas. Aunque conozcamos la antinomia y el sufrimiento existentes en la divinidad, stos sontan irreflexivos, y por ello tan ineficaces moralmente, que noprovocan una simpara comprensiva, sino un efecto igualmente irreflexivo y persistente; este afecto se parece a una heridaque slo cicatriza lentamente. De la misma manera que corresponde una herida al arma que hiere, corresponde un efectoal acto de violencia.

    El Libro de Job nos servir nicamente como paradigma de

    13

  • 8/6/2019 jung carl gustav - respuesta a job

    5/64

    un modo de experimentar a Dios que tiene significacin especial para nuestro tiempo. Las experiencias de este tipo irrumpen en el hombre lo mismo desde dentro que desde fuera; notiene sentido interpretarlas de manera racional y querer minimizarlas para defendernos as de ellas. Lo mejor es entregarsea la pasin, ceder a su violencia, y no pretender librarse de ellapor medio de toda suerte de operaciones intelectuales o de fugas sentimentales. Aun cuando al entregarnos a la pasin noshacemos culpables de las mismas faltas propias del acto deviolencia que la provoca, ocurre, sin embargo, que lo que sepretende es precisamente que la pasin irrumpa en el hombrey que ste sucumba a su accin. El hombre debe ser afectadopara que la accin de la pasin llegue a l. Pero el hombre debesaber, o mejor, aprender, qu es lo que le afecta, pues tantola ceguera de acto de violencia como la de la pasin se transformarn as en conocimiento.

    Por esta razn, en las pginas que siguen no tendr reparoalguno en dejar que hable la pasin, en responder a la injusti

    cia con la injusticia, para aprender as a comprender por quo para qu fue herido Job, y cules fueron las consecuenciasque de este hecho se siguieron tanto para Yav como para elhombre.

    14

    I. EL HOMBRE Y YAV

    A LAS palabras, de Yav, Job responde {Job XXXIX, 37-8);

    ]He aqu que yo soy vil! Qu te responder?

    Mi mano pongo sobre mi boca.Una vez habl, y no responder:Aun dos veces, mas no tornar a hablar.*

    En efecto, ante la vista inmediata de la potencia infinitadel Creador sta es la nica respuesta posible para un testigoque todava lleva dentro de s el terror de ser aniquilado casitotalmente. Qu otra respuesta podra dar en estas circunstancias un gusano humano, que est casi triturado y se arrastra por el polvo? A pesar de su lastimosa pequenez y de sudebilidad, este hombre sabe que se enfrenta a un ser sobrehumano, y que ste es extraordinariamente susceptible en

    cuanto a su persona. Por ello en cualquier caso lo mejor esprescindir de toda consideracin crtica y no mencionar ciertosderechos morales que uno esperara tener tambin frente aDios.

    La justicia de Yav es ensalzada. Job quisiera presentarante l, el juez justo, su queja y la protesta de su inocencia.Pero Job duda de esta posibilidad: "Y cmo se justificar elhombre con Dios? Si quisiere contender con l, no le podrresponder a una cosa de mil .. ." "Aunque fuera yo justo . . . "Yav le "ha aumentado [sus] heridas sin causa". "Al perfectoy al impo l los consume. Si azote mata de presto, rese de laprueba de los inocentes." "S dice Job a Yav que nome dars por libre; yo soy impo." Aun cuando Job se purificase, Yav lo "hundir en el hoyo". "Porque no es hombrecomo yo, para que yo le responda, y vengamos juntamente a juicio" (IX,2-32). Pero Job quiere aclarar a Yav su puntode vista, quiere levantar su queja, y le dice que sabe que l,Job, no es impo y que "no hay quien de tu mano libre" (X,7). Job "quera razonar con Dios" {XIII, 3). Job dice "defender delante de l mis caminos" (XIII, 15). Job sabe

    * Utilizamos la versin espaola de Casiodoro de Reina y Cipriano deValera, Sociedad Bblica Americana [E.].

    15

  • 8/6/2019 jung carl gustav - respuesta a job

    6/64

    que "ser justificado"; Yav debera citarle y darle una respuesta, o al menos permitirle presentar su queja. Valorandoexactamente la desproporcin entre Dios y el hombre, Job lehace esta pregunta: "A la hoja arrebatada has de quebrantar?Y a una arista seca has de perseguir?" (XIII, 25) Dios "haviolado su derecho", le "ha quitado su derecho"; Dios "no sepreocupa de la injusticia". "Hasta morir no quitar de m miintegridad. Mi justicia tengo asida, y no la ceder" (XXVII,5-6). Su amigo Eli no cree en la injusticia de Yav: "Diosno har injusticia, y el Omnipotente no pervertir el derecho"(XXXIV, 12), y fundamenta esta opinin, de manera ilgica,naciendo referencia al "poder". No se le debe llamar "perverso" al rey ni "impos" a los prncipes. Hay que "haceracepcin de personas de prncipes", y "respetar ms al rico queal pobre". Pero Job no se deja amedrentar, y dice estas significativas palabras: "Mas he aqu que en los cielos est mitestigo, y mi testimonio en las alturas... Mas a Dios destilarn mis ojos. Ojal pudiese disputar el hombre con Dios,

    como con su prjimo' (XVI, 19-21) y en otro pasaje dice:"Yo s que mi Redentor vive, y al fin se levantar sobre elpolvo" (XIX, 25).

    Las palabras de Job dejan ver claramente que, aunqueduda que el hombre pueda tener razn contra Dios, le cuestaabandonar el pensamiento de enfrentarse a Dios en el planode la justicia y, con ello, en el de la moral. A Job le cuestatrabajo entender que el capricho divino viole la justicia, pues,a pesar de todo, no puede abandonar su fe en la justicia divina. Pero de otra parte tiene que concederse a s mismo queno es otro, sino Yav mismo quien le hace injusticia y violen

    cia. Job no puede negar que se encuentra frente a un Dios alque no le importa el juicio moral, y que no reconoce ningunatica que le obligue a l. En esto reside sin duda la grandezade Job: en no dudar, ante esta dificultad, de la unidad deDios, sino ver claramente que Dios se encuentra en contradiccin consigo mismo, y esto, adems, de manera tan total, queJob est seguro de encontrar en Dios un protector y un abogado contra Dios mismo. La bondad de Yav se le presentaa Job con la misma certeza que su maldad. De un hombre quenos hace mal no podemos esperar que nos ayude al mismotiempo. Pero Yav no es un hombre; Yav persigue y ayuda a16

    la vez; tan real es en un aspecto como en el otro. Yav noest dividido, sino que es una antinomia, una total contradiccin interna; ste es el presupuesto necesario de su tremendodinamismo, de su omnipotencia y de su omnisciencia. A esteconocimiento*'Se aferra Job para "defender sus caminos" anteYav, es decir, para aclararle su punto de vista; pues, a despecho de su clera, Yav es tambin, frente a s mismo, el abogado del hombre que tiene algo de qu quejarse.

    El conocimiento que de Dios tiene Job nos asombraratodava ms si fuese sta la primera vez que oysemos hablarde la amoralidad de Yav. Pero los imprevisibles caprichos ylos desvastadores ataques de ira de Yav eran ya conocidosdesde antiguo. Yav se manifestaba como un celoso guardinde la moral, y era especialmente puntilloso en lo relativo a la

    justicia. Por ello haba que ensalzarle siempre como "justo",pues, al parecer, esto le importaba mucho a Yav. Debidoa esta circunstancia, es decir, a esta peculiaridad, Yav poseauna personalidad distinta, la cual se diferenciaba de la perso

    nalidad de un rey ms o menos arcaico nicamente en eltamao. Los celos y la susceptibilidad de Yav, que investigaban desconfiadamente los infieles corazones de los hombresy sus pensamientos ocultos, obligaron a entablar una relacinpersonal entre l y el hombre; ste no poda hacer otra cosaque sentirse llamado personalmente por Yav. En esto sediferenciaba esencialmente Yav del todopoderoso Padre Zeus;ste permita, desde cierta distancia, que la economa del mundo caminase por las vas consagradas, y slo castigaba lo quese sala del orden. Zeus no moralizaba, sino que gobernabade un modo instintivo. Del hombre, Zeus no quera otra cosaque los sacrificios que se le deban; y, con el hombre, no que

    ra tener nada que ver, pues careca de planes para l. El PadreZeus es una figura, pero no una personalidad. Por el contrario,a Yav le importaban mucho los hombres; ms an, eran paral un asunto de primer orden. Yav necesitaba de los hombresde la misma manera que stos necesitaban de l: perentoriay personalmente. Es verdad que tambin Zeus arrojaba devez en cuando sus rayos, pero nicamente l haca contraciertos grandes criminales, pues nada tena que oponer a lahumanidad en cuanto tal, que, por lo dems, tampoco le interesaba demasiado. Yav, por el contraro, poda irritarse des-

    17

  • 8/6/2019 jung carl gustav - respuesta a job

    7/64

    mesuradamente contra los hombres como genus y comoindividuum, si no se portaban como l quera y esperaba.Al irritarse de esta manera, Yav no se daba cuenta jams deque, en su omnipotencia, poda haber creado algo mejor que"estos malos vasos de barro".

    Esta intensa relacin personal de Yav con su pueblo te-'

    na que traer, como consecuencia necesaria, alianzas autnticas, las cuales se referan a personas particulares, por ejemplo,a David. El salmo 89 nos cuenta que Yav dijo a David (Sal.89. 33-35):

    Mas no quitar de l mi misericordia,Ni falsear mi verdad.No olvidar mi pacto,

    ~" Ni mudar lo que ha salido de mis labios.Una vez he jurado por mi santidad,que no mentir a David.

    Sin embargo, despus ocurri que este Dios, que vigilabatan celosamente el cumplimiento de la ley y de la alianza, quebrant su juramento. Ante esto, al hombre moderno, tan sensible, el mundo se le habra derrumbado, el suelo se le habrahundido bajo los pies, pues lo menos que poda esperar de suDios era que ste fuese superior a los mortales en todos losaspectos, es decir, en el aspecto de ser mejor, superior, ms noble; pero no en el aspecto de la movilidad e informalidad morales, ya que la misma informalidad moral tiene en cuentala violacin de un juramento.

    Naturalmente, no es lcito enfrentar un Dios arcaico conlas exigencias de la tica moderna. Para el hombre de los pri

    meros tiempos las cosas eran un poco diferentes; sus diosesposean todos los vicios y todas las virtudes. A los dioses seles poda castigar, obligar, engaar, hostigar entre s, sin quepor todo ello perdiesen su prestigio, al menos por el momento.El hombre de aquellos eones estaba tan acostumbrado a lasinconsecuencias divinas que, cuando stas tenan lugar, no seasustaba en demasa. Pero con Yav las cosas eran diferentes,pues en la relacin religiosa con l el factor de la unin moral-personal tuvo ya muy pronto una funcin preponderante. Enestas circunstancias el quebrantamiento de la alianza tena quetener un efecto traumtico, no slo personal sino tambin

    18

    moralmente. Lo primero se patentiza en la manera como David responde a Yav. Dice David {Sal 89, 4647, 49):

    Hasta cundo, oh Yav?, te esconders para siempre?Arder tu ira como el fuego?Acurdate de cuan corto sea mi tiempo.

    Por qu habrs criado en vano a todos los hijos del hombre?Seor, dnde estn tus antiguas misericordias,que juraste a David por tu verdad?

    Si esto mismo se hubiese tenido que decir a un hombre,en lugar de a Yav, las palabras habran sido aproximadamentestas: "Presta atencin por fin a lo que haces, y deja de encolerizarte absurdamente. Es realmente grotesco que te irritestanto contra las pobrecillas plantas, que, si no crecen, estambin por culpa tuya. Podras haber sido antes ms inteligente y haber cuidado bien el jardincillo que t mismo plan

    taste, en lugar de pisotearle."Mas el interlocutor de Yav no puede atreverse a exigir alDios todopoderoso cuentas del quebrantamiento de la alianza.El hombre sabe lo que se le dira, si hubiese sido l el deplorable violador de la justicia; pero el hombre tiene que retirarseal nivel ms alto de su razn, si no quiere que su vida corrapeligro; con ello, sin saberlo ni quererlo, se muestra como un

    -^*ser ocultamente superior a Dios tanto en el aspecto intelectual~~"como en el moral. Yav no se da cuenta de que el hombre

    "juega" con l, ni entiende tampoco por qu el hombre ha deensalzarle constantemente como "justo" . Pero Dios exigeineludiblemente de su pueblo que le "ensalce" 1 y le propiciede todas las formas posibles, con el fin palmario de tenerlecontento a cualquier precio.

    ""* El carcter que se patentiza en todo esto es el carcter propio de una personalidad que slo mediante un objeto puedesentir su propia existencia. La dependencia del objeto es ahso-luta cuando el sujetp no posee autorreflexi^n. y, en consecuencia, no posee tampoco visin alguna de s mismo; parece comosi el sujeto slo existiese al tener un objeto que le asegure que

    ^existe. Si Yav poseyese realmente conciencia de s mismoque es lo menos que podra esperarse de un hombre inteli-

    1 Y aun que le "bendiga", lo cuares ciertamente mucho ms contradictorio.

    19

  • 8/6/2019 jung carl gustav - respuesta a job

    8/64

    gente se habra opuesto, a la vista de las verdaderas circunstancias, a que se alabase su justicia. Pero Yav es demasiadoinconsciente para ser "moral". La moralidad presupone la conciencia. Con esto no queremos decir, naturalmente, que Yavsea imperfecto o malo, como un demiurgo gnstico, Yav es ?toda propiedad en su totalidad; es decir, es, por ejemplo, lajusticia absoluta, pero tambin lo contrario, y esto igualmentede manera total. As tenemos que pensar al menos, si queremos hacernos una idea unitaria de la esencia de Yav. Perono debemos olvidar que, con todo esto, no hemos hecho msque disear una imagen antropomrfica, que no es tampocoespecialmente clara. La manera de exteriorizarse la esenciadivina nos hace conocer que sus propiedades individuales noestn referidas unas a otras de modo suficiente, y que, porello, se disgregan en actos que se contradicen mutuamente.As, por ejemplo, Yav se arrepiente de haber creado al hombre,, y, sin embargo, su omnisciencia saba perfectamente desde el principio lo que iba a pasar con el hombre.

    20

    II. YAV Y EL PENSAMIENTO DE DUDA

    COMO el Omnisciente examina todos los corazones, y los ojosde Yav "recorren toda la tierra",1 lo mejor que puede hacerel interlocutor del salmo 89 es no tener conciencia de su se

    creta superioridad moral sobre el Dios inconsciente, u ocultrsela a s mismo, pues a Yav no le agradan los pensamientos crticos, que podran mermar en cierta manera la corrientede reconocimiento exigida por l. A pesar de que el poder deYav resuena en los espacios csmicos, la base de su ser es muyestrecha, pues necesita un reflejo consciente para existir real-

    t mente. Naturalmente el ser slo es autntico cuando alguien

    4es consciente de l; sta es la razn de que el Creador necesitedel hombre consciente, aunque Dios, por su inconsciencia,preferira impedir que el hombre se volviese consciente. Porello Yav necesita que le aclame un pequeo grupo de hom

    bres. Es fcilmente imaginable lo que sucedera si a este pequeo grupo se le ocurriese alguna vez cesar de aclamar alCreador: se originara un estado de excitacin, acompaadode un ciego deseo de destruccin, y despus un hundimientoen una soledad infernal, en un no-ser torturante, seguido deuna nostalgia inexpresable, que se despertara poco a poco,de aquello que le haca sentirse a s mismo. Por ello todas lascosas originarias y tambin el hombre antes de convertirseen canaille poseen una belleza conmovedora, encantadora,pues in statu nascendi, "cada cosa en su especie" representalo ms precioso, lo ms deseado, lo ms germinalmente delicado: representa una imagen del infinito amor y de la infinita

    bondad del Creador.A la vista de la indudable terribilidad de la clera divina, yen un tiempo en el que todava se saba lo que significaba"temor de Dios", era natural que la humanidad, superior aDios en ciertos aspectos, permaneciese inconsciente. La poderosa personalidad de Yav, que adems careca de todo antecedente biogrfico pues su antiqusima relacin con loselohim se haba hundido haca mucho tiempo en el olvidohaba elevado a Yav por encima de los numina de los gentiles,

    1 "Su celoso odo lo oye todo y el rumor de las murmuraciones no quedaroculto" (Sabidura 1, 10).

    21

  • 8/6/2019 jung carl gustav - respuesta a job

    9/64

    y con ello le haba inmunizado contra el influjo de la destruccin, iniciada ya algunos siglos antes, de la autoridad de losdioses paganos. A los dioses paganos los detalles de su biografa mitolgica cuya incomprensibilidad y escndalos se conocan cada vez ms claramente y con mayor fuerza les fueron funestos. Pero Yav no tena origen ni pasado, a excepcin

    de su creacin del mundo, con la cual empez la historia, y desu relacin con aquella parte de la humanidad a cuyo primerpadre, Adn, le haba creado Dios a su imagen en un actoespecial de creacin, como el anthropos, como el primerhombre en verdad. Los otros hombres que ya entonces exis-"tan, y entre los cuales eligieron sus mujeres Can y Abel, hayque suponer que haban sido formados antes en el torno delalfarero divino, junto con las "diversas especies de animales yganados". Si no se acepta esta conjetura, no quedara otra posibilidad que la mucho ms escandalosa de aceptar que Cany Abel se casaron con sus hermanas aunque la Sagrada Escritura no dice que lo fuesen, tal como crea todava, a finales

    del siglo xix, el filsofo de la historia Karl Lamprecht.La providentia specialis, que daba a los judos, pertene

    cientes a los hombres hechos a imagen de Dios, un carcterde elegidos, les impona de antemano una obligacin, a laque, comprensiblemente, ellos procuraban escapar siempre quepodan, como se suele hacer siempre con tales hipotecas. Comoel pueblo aprovechaba todas las ocasiones que se le presentaban para eludir su obligacin, y como para Yav era de importancia vital unir definitivamente consigo aquel objeto indispensable para l, al que para este fin haba creado "a suimagen", ya en los primeros tiempos propuso al patriarca Nohacer una "alianza" entre l, de una parte, y No, sus hijos ysus animales mansos y feroces, de otra. Esta alianza prometaser ventajosa para ambas partes. Para confirmarla, y para mantenerla fresca en la memoria, Yav mand al arcoris comosigno de alianza. Cuando Yav congrega las nubes, que llevanen su seno el rayo y la lluvia, aparece tambin el arcoris, quele recuerda a l y a su pueblo la alianza que existe entre ellos.La tentacin de aprovechar la aglomeracin de las nubes parahacer un experimento del diluvio no era pequea; por ello erabueno unirle una seal que previniese a tiempo de una posiblecatstrofe.

    22

    A pesar de estas medidas de previsin, la alianza con David fue rota. Para congoja de algunas personas pas, que seimaginaban otra cosa, este acontecimiento dej su huella literaria en las Sagradas Escrituras. Y no pudo menos de sucederque algunos hombres reflexivos al leer frecuentemente el salterio tropezasen con el salmo 89. Sea de ello lo que fuere, lo

    cierto es que la impresin fatal de la violacin de la alianzano se borrar ya de la memoria.2 Cronolgicamente es posibleque el autor del Libro de Job fuese influido por este motivo.

    El Libro de Job presenta al varn piadoso y fiel, pero castigado por Yav, en un amplio escenario, desde el que puedeexponer su problema ante los ojos y los odos del mundo. Yavse haba dejado influir sin motivo alguno, y con una facilidad extraordinaria, por uno de sus hijos, por el pensamientode la duda,3 y haba perdido su seguridad con respecto a lafidelidad de Job. Como era tan susceptible y tan desconfiado, la simple posibilidad de la duda le excit y le llev aadoptar aquella conducta tan peculiar suya, de la que ya habadado muestras en el paraso; le llev a adoptar una maneraequvoca de obrar, compuesta de un s y un no. Yav llamla atencin de los primeros padres sobre el rbol de la vida, ya la vez les prohibi comer de l. Con ello provoc el pecadooriginal, en el que Adn y Eva no haban pensado. Ahora elfiel siervo Job ha de ser sometido, sin motivo ni provechoalguno, a una prueba moral, aunque Yav est convencido desu fidelidad y perseverancia. Adems Yav, por razn de suomnisciencia, habra podido tener una seguridad exenta detoda duda a este respecto, si hubiese consultado a aqulla.Por qu, pues, hacer esta prueba, y concertar una apuesta sin

    garanta, a costa de la impotente criatura, con un calumniadordesvergonzado? Es, en efecto, deprimente contemplar la rapidez con que Yav entrega su fiel siervo al espritu malo, y laindiferencia y la falta de misericordia con que permite queJob se hunda en el abismo de los padecimientos fsicos y morales. Considerada desde el punto de vista humano, la con-

    2 El salmo 89 es considerado como un canto comunitario, compuesto enel exilio; se le atribuye a David.

    3 Satn es sin duda uno de los hijos de Dios que "rodea la tierra y andapor ella" (Job I, 7) . En la tradicin persa Arimn brot de un pensamientode duda de Ahura-Mazda.

    23

  • 8/6/2019 jung carl gustav - respuesta a job

    10/64

    ducta de Yav es tan indignante, que uno se ve obligado apreguntarse si acaso detrs de todo esto no se oculta un motivo ms importante. Acaso abrigaba Yav una secreta hostilidad contra Job? Esto podra explicar su condescendenciapara con Satn. Pero qu puede tener el hombre que notenga Dios? Por su pequenez, debilidad e imposibilidad dedefenderse contra el Poderoso, el hombre posee, como ya hemos indicado, una conciencia un poco ms viva, basada en laautorreflexin. Para poder subsistir, el hombre no puede olvidar jams su impotencia frente al Dios Todopoderoso. Diosno necesita hacer uso de esta medida, porque en ninguna parte tropieza con el obstculo invencible que le incite ala duday, con ello, a la autorreflexin. Acaso Yav haba concebidola sospecha de que el hombre era una luz infinitamentepequea, desde luego, pero ms concentrada que la que l,Dios, posea? Un recelo de este tipo podra explicar acasola conducta de Yav. Es comprensible que esta desviacinsolamente sospechada, pero no entendida, de la definicin de la simple criatura excitase la desconfianza divina. Haba ocurrido ya con bastante frecuencia que los hombres nose hubieran comportado de acuerdo con lo previsto. A fin decuentas, tambin el fiel Job podra maquinar algo dentro de smismo...; de aqu la sorprendente disposicin de Yav a acceder, en contra de su propia conviccin, a las insinuaciones deSatn.

    Job es despojado inmediatamente de sus rebaos; sus siervos, sus hijos e hijas son muertos, y l mismo es atacado poruna enfermedad que le pone al borde de la tumba. Para quitarle hasta el ltimo sosiego, son incitados contra l su mujer

    y sus amigos, que dicen solamente impertinencias. Su justificada queja no es escuchada por el juez, que es alabado precisamente a causa de su justica. Se le niega su derecho, para queSatn no sea perturbado en su juego.

    Hay que darse cuenta de que, en un plazo brevsimo, se-amontona una gran cantidad de hechos funestos: robo, asesinato, intencionada vulneracin del cuerpo, denegacin de derecho. .. A esto se aade, para agravarlo, que Yav no da seales de duda, arrepentimiento o compasin, sino slo de crueldad y desconsideracin. Yav no puede acudir aqu a la excusa*le la inconsciencia, pues viola de manera flagrante al menos

    -24

    tres de los mandamientos que l mismo haba promulgado enel Sina.

    Para su tormento, los amigos de Job hacen todo lo posiblepor procurarle toda clase de penas morales; en vez de consolar a Job, infielmente abandonado por Dios, al menos conun poco de cario, moralizan sobre l de una manera demasiado humana, es decir, estpida, y le quitan hasta el ltimoconsuelo de la compasin y la comprensin humanas. Esto noshace sospechar que acaso exista en ellos una connivencia conDios.

    Tampoco es fcil comprender la razn por la que, de repente, llegan a su fin los tormentos de Job y la apuesta divina.En tanto Job no muriera, su absurdo sufrimiento podra serprolongado. Pero no podemos perder de vista el trasfondo detoda esta historia: no sera imposible que en este trasfondoalgo se haya ido haciendo cada vez ms claro. Esto sera unacompensacin al inmerecido sufrimiento de Job, y no poda

    dejar indiferente a Yav, aun cuando slo lo hubiese presentido de lejos. Sin saberlo, el hombre, inocentemente atormen-todo, haba alcanzado con toda tranquilidad un grado tal deconocimiento de Dios, que no posea ni Dios mismo. Si Yavhubiese preguntado a su omnisciencia, Job no habra sido ennada superior a Yav. Pero en este caso nada de lo ocurridohabra tenido lugar.

    Jobjejdajyenta de la. interna antinqnria^de. Dips; con ello~}ii?la luz de su conocimiento alcanza una numinosidad divina.Hay que suponer que la posibilidad de este desarrollo de Jobse basa en su semejanza con Dios, semejanza que difcilmentepuede buscarse en la morfologa del hombre. Yav conjur

    este posible error mediante la prohibicin de sus imgenes.Pero Job, al no renunciar a presentar su caso ante Dios, aunsin esperanzas de ser odo, se ha enfrentado a Dios y ha constituido as el obstculo al choque con el cual haba de revelarse la esencia de Yav. En este supremo momento dramtico se interrumpe el cruel juego. Quien esperara que la clerade Dios se dirigiera ahora contra el calumniador, se encontrargravemente defraudado. Yav no piensa en exigir responsabilidades a su hijo, por el que se dej engaar, ni piensa tampoco en dar a Job al menos una cierta compensacin moral,aclarndole su comportamiento para con l. Dios dirige su

    2?

  • 8/6/2019 jung carl gustav - respuesta a job

    11/64

    palabra a Job en medio de un torbellino, y amedrenta al pobregusano humano con recriminaciones (Job XXXVIII, 2):

    Quin es se que oscurece el consejocon palabras sin sabidura?

    Si se atiende a lo que Yav dice a continuacin, es necesario preguntarse: Quin es el que oscurece el consejo, y de quconsejo se trata? Lo oscuro es precisamente que Dios concierte una apuesta con Satn. Job no ha oscurecido ciertamente esta apuesta, ni tampoco ha oscurecido consejo ninguno, pues de l no se haba hablado antes ni se hablar tampoco ms tarde. En cuanto puede verse, en la apuesta de Yavno hay "consejo" alguno; tuvo, pues, que ocurrir que Diosmismo provocase a Satn, para enaltecer finalmente a Job.Naturalmente en la omnisciencia estaba previsto este proceso,y acaso la palabra "consejo" se refiera a este saber eterno yabsoluto. Si as fuese, el comportamiento de Yav aparecera

    tanto ms inconsciente e incomprensible, pues podra haberaclarado a Job estas cosas, lo cual, atendiendo a la injusticiaque se haba hecho con l, era justo y equitativo. Por ello esnecesario considerar esta posibilidad como inverosmil.

    Cules son las palabras sin sabidura? Yav no se refieresin duda a las palabras de los amigos de Job, sino que es aJob a quien recrimina. Pero en qu consiste la culpa de Job?Lo nico de que podra reprendrsele sera de su optimismo,que le hace creer que puede apelar a la justicia divina. Al pensar as, Job no tiene, en efecto, razn, como lo muestran clarament e las palabras siguientes de Yav. Dios no quiere ser

    justo; Dios hace alarde de su poder, y se burla de la justicia.Mas Job no quera comprender esto, porque consideraba queDios era un ser moral. Job no ha dudado jams de la omnipotencia de Dios; mas, por encima de ella, ha esperado en su justicia. Pero Job se ha retractado ya de este error, al darsecuenta de la naturaleza antinmica de Dios, y al poder asignaras su lugar propio a la justicia y a la bondad de Dios. Ciertamente en todo esto no puede hablarse de una falta de sabidura por parte de Job.

    La respuesta a la pregunta de Yav es, pues, la siguiente:Yav mismo es el que ha oscurecido su consejo y el que no26

    tiene sabidura. Yav pone las cosas al revs, por as decirlo,y culpa a Job de aquello que l mismo hace: al hombre nose le ha de permitir tener ninguna opinin sobre Dios, y sobretodo ninguna idea que no posea Dios mismo. A lo largo deveintin versos* el creador del mundo proclama su poder antesu vctima, la cual est sentada en las cenizas rascndose sus

    lceras, y hace mucho tiempo que est profundamente convencida de estar entregada a una violencia sobrehumana. Nohay necesidad ninguna de volver a convencer a Job, hasta lasaturacin, de este poder. Por su omnisciencia Yav poda naturalmente saber que su intento de amedrentar a Job en estascircunstancias era inadecuado. Yav habra podido ver fcilmente que Job cree, ahora lo mismo que antes, en su omnipotencia, que jams ha dudado de ella, y que nunca le ha sidoinfiel Pero YayiL pres ta tan poca atencin a la persona deJob, que puede justificadamente sospecharse que tiene otrosmotivos, ms importantes para l, y que Job no es otra cosa,que la ocasin externa de un dilogo interno de Dios consigo

    mismo. Cuando haba, Yav presta tan poca atencin a Job,que no es difcil ver que est totalmente ocupado consigomismo. La enftica insistencia sobre su omnipotencia y sugrandeza no tiene sentido alguno frente a Job, al que no esposible convencer an ms de ellas, y slo es inteligible conrespecto a alguien que duda de ellas. Este pensamiento de laduda es Satn, el cual, despus de haber realizado su malaaccin, volvi al seno de su padre para proseguir all sus intrigas. Yav ha tenido que ver que no es posible quebrantar lafidelidad de Job, y que Satn ha perdido la apuesta; tambintuvo que comprender que, al acceder a la apuesta, hizo todolo posible por provocar a su siervo fiel a la infidelidad, y aun

    lleg a permitir toda una serie de crmenes. No es arrepentimiento, ni mucho menos consternacin moral, sino ms bienun oscuro presentimiento de que su omnipotencia se encuentra puesta en duda, lo que hace a Yav tomar conciencia des mismo. (En este aspecto se da en Yav una susceptibilidadespecial, pues el "poder" es su gran argumento. Pero la omnisciencia sabe que el poder no puede disculpar nada.) Estepresentimiento se refiere naturalmente al hecho, altamentesignificativo, de que Yav se ha dejado engaar por Satn. Peroesta debilidad suya no aparece en su conciencia de manera

    27

  • 8/6/2019 jung carl gustav - respuesta a job

    12/64

    clara, pues Satn es tratado con asombrosa condescendencia yconsideracin. Sin duda las intrigas de Satn han de ser disimuladas a costa de Job.

    Para su suerte Job se ha dado cuenta, durante la alocucin de Yav, de que en ella se trata de todo menos de suderecho. Job ha visto que ahora no es posible discutir la cues

    tin del derecho, pues es suficientemente claro que Yav notiene inters alguno por los asuntos de Job, sino que est ocupado con sus propios problemas. Satn tiene que desaparecerde alguna manera; para ello lo mejor es hacer sospechoso aJob de sentimientos rebeldes. Con ello el problema es desviado hacia un plano distinto, y el incidente con Satn no esaludido y queda en el inconsciente . Ciertamente el espectador no ve claramente la razn por la que Yav le muestra aJob su omnipotencia con tantos rayos y truenos; esta exhibicin es lo suficientemente grandiosa e impresionante por smisma como para convencer del intocable poder de Yav noslo a un pblico ms amplio que Job, sino tambin, en pri

    mer plano, a Yav mismo. No sabemos si Job se da cuentade la violencia que con ello hace Yav a su omnisciencia; susilencio y su sometimiento pueden interpretarse de diversasmaneras. Job no puede hacer cosa mejor que revocar de planosus exigencias de justicia; por ello responde con estas palabras,ya citadas al principio:

    Mi mano pongo sobre ra boca.

    Job no deja sospechar ni el ms mnimo rastro de unaposible reservatio mentalis. Su respuesta no deja lugar a dudas de que ha sucumbido totalmente, como era natural, ala poderosa impresin producida por la exhibicin divina. Elms exigente tirano se habra dado por satisfecho con estexito, y estara seguro de que su siervo no se atrevera durantemucho tiempo a abrigar un solo pensamiento torcido, aunque slo fuese por miedo (aun prescindiendo totalmente desu indudable lealtad).

    Pero, sorprendentemente, Yav no se da cuenta de nadade esto. Yav no ve en absoluto la situacin de Job ni a stemismo. Parece ms bien como si, en lugar de Job, Yav tuviese delante de s un ser poderoso, un ser al que mereciera

    28

    la pena provocar. Esto se muestra en la repetida imprecacin a Job:

    Ahora cie como varn tus lomos;Yo te preguntar, y hazme saber t (XXXVIII, 3).

    Habra que elegir ejemplos grotescos para explicar la desproporcin que existe entre ambos contendientes. Yav ve enJob algo que nosotros no atribuiramos a ste, sino ms biena Yav mismo. Dios ve en Job una fuerza igual a la suya, quele obliga a desplegar ante su interlocutor todo el aparato desu poder en un desfile impresionante. Yav proyecta sobreJob el rostro propio de un ser que duda, rostro que a Yavno le gusta porque es el suyo propio, y porque este rostro lecontempla con una mirada tremendamente crtica. Yav temeeste rostro, pues slo frente a algo que provoca nuestro miedohacemos alarde de nuestro poder, de nuestra fuerza, de nuestro valor, de nuestra inflexibilidad, etc Mas qu tiene quever todo esto con Job? Es digno de un ser fuerte asustar a

    un ratn?Yav no se contenta con este primer asalto victorioso.Hace ya mucho tiempo que Job yace en el suelo; pero su granadversario, que proyecta sus fantasmas sobre el pobre y sufridoJob. se encuent ra todava en pie ante l. Yav vuelve a lacarga:

    Invalidars t tambin mi juicio?Me condenars a m, para justificarte a ti?Tienes t brazo como Dios,Y tronars t con voz como l? (XL, 3 s.)..

    El hombre, desamparado, privado de su derecho, a quien

    su pequenez se le hace notar en toda ocasin propicia, se lepresenta a Yav como algo tan peligroso que es necesario atacarle con la artillera pesada. En su imprecacin al supuestoJob aparece qu es lo que irrita a Yav:

    Mira a todo soberbio y abtelo,Y quebranta a los impos en su asiento.Encbrelos a todos en el polvo,Venda sus rostros en la oscuridad;Y yo tambin te confesarQue podr salvarte tu diestra (XL, 7-9).

    29

  • 8/6/2019 jung carl gustav - respuesta a job

    13/64

    Job es increpado como si l fuese el mismo Dios. Pero enla metafsica de aquella poca no exista un SSTEOOS deg, noexista ningn Otro, a excepcin de Satn, el cual era dueodel odo de Yav y poda influir sobre l. Satn es el nicoque puede hacerle perder pie a Yav, el nico que puede cegarle a quebr antar en masa su propio cdigo penal. Satn es,

    ciertamente, un adversario formidable; adems, por razn desu parentesco cercano, es tan comprometedor que hay queocultarle con la mxima discrecin, Yav ha de encubrir antesu propia conciencia a Satn, el cual se encuentra dentro desu propio pecho; para ello tiene que convertir al pobre siervode Dios en un espantajo al que fuese necesario combatir, conla esperanza de poder de esta manera "desterrar la terrible mirada a un lugar oculto", y mantenerse a s mismo en estadode inconsciencia.

    ~"~ La organizacin de este duelo imaginario , los discursostenidos en esta ocasin y la impresionante exhibicin del po

    der de Yav no se explicaran suficientemente si quisiramosatribuirlos al factor puramente negativo del temor de Yava hacerse consciente, y a las consecuencias relativistas que estatoma de conciencia traera consigo. Para Yav la gravedad

    Idel conflicto brota de un hecho nuevo, el cual, de todos modos, no estaba oculto a su omnisciencia. Pero en este caso suconocimiento no sac consecuencia alguna de s mismo. Estenuevo hecho es la circunstancia, inaudita hasta ahora en lahistoria del mundo, de que un mortal, sin quererlo ni saberlo,sea elevado hasta las estrellas a causa de su conducta moral, ydesde all pueda contemplar la espalda de Dios, pueda ver el

    abismo de las "'envolturas".4 - fSabe Job lo que"v-eT~En cualquier caso es suficientemente

    sabio o astuto para no traicionarse. Pero por sus palabras puede sospecharse que lo sabe (Job XLII, 2ss.):

    Yo conozco que todo lo puedes.y que no hay pensamiento que se esconda de ti.

    En efecto, Yav lo puede todo, y se permite a s mismotodo sin el ms mnimo reparo. Yav puede proyectar, sin

    4 Aqu se alude a una idea propia de la filosofa cabalstica posterior.

    30

    fruncir siquiera las cejas, su faz de sombras sobre el hombre,y permanecer inconsciente a costa de ste. Yav puede haceralarde de su poder supremo, y dar leyes que para l tienenmenos importancia que el aire. El asesinato y la muerte nole preocupan; y si se le antoja, puede, lo mismo que un granseor feudal, recompensar generosamente a sus siervos por los

    daos causados en las mieses por una cacera. "Has perdidotus hijos y tus hijas y tus siervos? No te preocupes; yo te darotros, y mejores."

    Job prosigue diciendo (sin duda con ojos bajos y dbilvoz):

    Quin es el que oscurece el consejo sin ciencia?Por tanto yo denunciaba lo que no entenda;Cosas que me eran ocultas, y que no las saba.Oye, te ruego, y hablar:Te preguntar; y t me ensears.De odas te haba odo;Mas ahora mis ojos te ven.Por todo me aborrezco y me arrepiento.

    En el polvo y en la ceniza (XLII, 3-6).

    Inteligentemente, Job recoge las agresivas palabras deYav, y se arroja a sus pies, como si l fuese en verdad eladversario vencido. Por claras que parezcan sus palabras, susentido puede ser doble. Es cierto que Job ha aprendido laleccin, y ha vivido "cosas ocultas", que no es fcil entender.Job conoca, en efecto, a Yav slo "de odas"; pero ahora haexperimentado la realidad de Yav ms an que el mismoDavid. sta es una leccin importa nte, que no se debe olvidar. Job era antes un ingenuo; haba llegado a soar con unDios "bueno", y con un soberano complaciente y justo, juez;se haba imaginado que una "alianza" era una cuestin dederecho, y que uno de los aliados puede aferrarse al derechoque se le ha concedido. Job crea que Dios era veraz y fiel,o al menos justo, y que reconoca como poda sospecharsepor el declogo ciertos valores ticos, o cuando menos sesenta obligado a mantener su propio punto de vista jurdico.Pero, para espanto suyo, Job ha visto que Yav no es un hombre, sino que, en cierta manera, es menos que un hombre, yque es aquello mismo que Yav dice del leviatn:

    31

  • 8/6/2019 jung carl gustav - respuesta a job

    14/64

    De su grandeza tienen temor los fuertes...Menosprecia toda cosa alta,Es rey sobre todos los soberbios (XLI, 25, 34).

    La inconsciencia es algo natural-animal. Lo mismo quetodos los antiguos dioses, tambin Yav tena sus smbolosanimales, que haba tomado, sin duda alguna, de las figuras

    de los dioses teriomorfos de Egipto, mucho ms antiguos, yespecialmente de la figura de Horus y de sus cuatro hijos. Delos cuatro animales de Yav slo uno tiene rostro humano.Este rostro humano es sin duda Satn, padrino del hombreespiritual. La visin de Ezequiel atribuye al Dios animal trescuartos de animalidad y slo un cuarto de humanidad, mientras que el Dios "superior", el Dios que se encuentra sobre lapiedra de zafiro, se parece slo a un hombre. Desde un punto de vista humano estos smbolos explican el insoportablecomportamiento de Yav: es el comportamiento propio de unser preponderantemente inconsciente, que no puede ser juzgado de manera moral. Yav es un fenmeno, "no es un

    hombre".5

    Se podra suponer sin dificultad que las palabras de Jobtienen este sentido. Pero sea de ello lo que fuere, en todocaso Yav se ha apaciguado definitivamente. La medida teraputica de aceptar sin protesta alguna todo lo que venga, haprobado una vez ms su eficacia. Pero Yav no se ha tranquilizado todava con respecto a los amigos de Job; stos "no haban hablado por l lo recto". Yav proyecta tambin cmicamente, habra que decir al ser que duda (Satn) sobre estosvarones honrados y un poco petulantes, como si pudiese tenerimportancia lo que ellos pensasen. Pero a Dios le irrita pro

    fundamente que los hombres piensen, y ms an que puedanpensar sobre l; esto hay que impedirlo de alguna manera. Elpensamiento del hombre se parece mucho a las cosas que sumvil hijo Satn produce a menudo de repente, y que le hie-

    0 La ingenua suposicin de que el creator muni es un ser consciente hade ser considerada como un prejuicio de funestas consecuencias, pues da ocasin ms tarde a las ms increbles dislocaciones lgicas. As, por ejemplo, elabsurdo concepto de la pvatio boni no hubiese sido jams necesario, sino nohubiese sido preciso presuponer que la conciencia de un Dios bueno no puedeproducir en absoluto hechos malos. La inconsciencia e irreflexin divinas, porel contrario, posibilitan una concepcin que exime del juicio moral al obrarde Dios, y no provoca conflicto alguno entre su bondad y su terribilidad.

    32

    ren tan desagradablemente en su punto dbil. (Cuntas vecesha tenido Yav que arrepentirse de sus irreflexivos arrebatos!

    Es difcil sustraerse a la impresin de que la omniscienciase va aproximando poco a poco a la realizacin de s misma,y que es inminente un conocimiento que parece estar rodeadode angustias de autodestruccin. Pero las palabras ltimas de

    Job estn afortunadamente formuladas de tal manera quepuede suponerse, con bastante seguridad, que el conflicto haacabado definitivamente para ambas partes.

    Pero nosotros, el coro que comenta esta gran tragedia, queno ha perdido su valor en ninguna poca, no sentimos de lamisma manera. A nuestra sensibilidad moderna le parece quela profunda sumisin de Job a la omnipotencia de la presencia divina, y su prudente silencio, no han dado una respuestaa la cuestin planteada por la jugada satnica de la apuestacon Dios. Job no ha dado una respuesta ni ha reaccionadode manera adecuada; con ello ha demostrado poseer un maravilloso dominio sobre s mismo; pero nos falta todava una

    respuesta inequvoca.Para empezar por lo ms inmediato, qu significa la in

    justicia inmoral sufrida por Job? Acaso el hombre es tanmiserable a la vista de Yav, que no tiene ni siquiera capacidad de sufrir un tort moral? Esto estara en contradiccincon el hecho de que Yav tiene necesidad del hombre, y deque tiene para l mucha importancia que los hombres hablen"bien" de l. Yav est pendiente de la lealtad de Job; estalealtad tiene para l tanta importancia, que no retrocede antemedio alguno para someterla a una prueba. La actitud deYav da al hombre una importancia casi divina; pues, quotra cosa existe en el mundo que pueda tener importanciapara aqul que todo lo tiene? La doble actitud de Yav, quede una parte destroza sin consideracin alguna la felicidad yla vida del hombre, y de otra se ve obligado a tener como interlocutor al hombre, coloca a ste en una situacin casi imposible: de un lado, Yav se porta de un modo irracional, a lamanera de las catstrofes naturales y de cosas semejantes; deotro, Yav quiere ser amado, honrado, reverenciado y ensalzado como justo por el hombre. Yav reacciona puntillosamente a cualquier palabra que pueda significar an la msleve crtica, y de otra parte no se preocupa de su propio cdigo

    33

  • 8/6/2019 jung carl gustav - respuesta a job

    15/64

    moral cuando su manera de obrar choca contra los prrafosde ste.

    A un Dios tal, que es un soberano absoluto, el hombreslo puede someterse con temor y temblor, e intentar propiciarle indirectamente con grandes alabanzas y con una obediencia ostentosa. Pero a la sensibilidad moderna le pareceimposible en estas circunstancias una relacin de confianza.De un ser natural inconsciente de este tipo no cabe esperaruna satisfaccin moral. Sin embargo, Job obtuvo esta satisfaccin, aun sin que Yav tuviera intencin de ello, y acasosin saberlo el mismo Job, como quisiera hacernos ver el poeta.Las palabras de Yav tienden de manera irreflexiva, pero nopor ello menos clara, a mostrar al hombre el poder brutal deldemiurgo: "Yo soy el creador de todas las atroces e indomablesfuerzas naturales, que no estn sujetas a preceptos ticos; yomismo soy un poder natural amoral, una fuerza puramentefenomnica, que no ve sus propias espaldas."

    Esta aclaracin es, o podra ser al menos, una grandiosa

    satisfaccin para Job, pues mediante ella el hombre es constituido, a pesar de su impotencia, en juez de la divinidad. Nosabemos si Job vio esto. Pero sabemos de manera positiva,por los muchsimos comentarios al libro de Job, que ningunode los siglos siguientes ha visto que sobre Yav impera unaMopa o AUt], que le fuerza a juzgarse tal como lo hace. Todoel que tenga valor para ello puede ver que Yav, al revolcar aJob por el polvo, le ha enaltecido sin saberlo. Con ello Diosse juzga a s mismo y da al hombre la satisfaccin que tandolorosamente echbamos de menos en el libro de Job.

    El poeta de este drama nos ha dado una prueba de discrecin magistral al hacer caer el teln en el preciso momento

    en que su hroe reconoca incondicionalmente, mediante supostracin ante la majestad divina, la xyaais ^,Eyh\del demiurgo. No debe quedar ninguna otra impresin ms questa. Lo que est en juego es demasiado importante; existe elpeligro de provocar en la metafsica un escndalo inaudito, deconsecuencias probablemente desastrosas, y nadie disponede un remedio capaz de salvar de una catstrofe al conceptomonotesta de Dios. Ya en aquel tiempo el entendimientocrtico de un griego habra podido usar y aprovechar este nuevoconocimiento biogrfico para atacar a Yav lo que, de todos

    34

    modos, sucedi bastante ms tarde y dispensarle la mismasuerte que ya entonces dispens a los dioses griegos. Pero enaquel tiempo, al igual que en los dos milenios siguientes, eratotalmente impensable un relativismo de Dios.

    El espritu inconsciente del hombre tiene una vista segura,aun cuando el entendimiento consciente est cegado e impotente. El drama se ha consumado para toda la eternidad;la doble naturaleza de Yav se ha puesto de manifiesto, y alguien o algo la ha visto y la ha registrado. Esta revelacin,llegase o no entonces a la conciencia de los hombres, no podadejar de tener consecuencias.

    35

  • 8/6/2019 jung carl gustav - respuesta a job

    16/64

    III . LA SABIDURA

    ANTES de estudiar la cuestin de cmo se desarroll el germen

    de la inquietud, vamos a echar un vistazo a la poca en quefue escrito el Libro de Job. Desgraciad amente no conocemosla fecha con seguridad . Se supon e qu e fue escrito entr e losaos 600 a 300 a. c, es decir, en una poca no muy distantecronolgicamente de aquella en que fueron escritos los llamados Proverbios de Salomn (escritos del siglo w al m a. a ) .En estos proverbios encontramos sntomas de influencias griegas que, de ser anteriores, habran llegado al reino judo atravs de Asia Menor, y de ser posteriores, lo habran hechoa travs de Alejandra . Est e libro se refiere a la idea de laSocpta o Sapienta Dei, un pneuma de naturaleza femenina,coeterno con Dios, preexistente a la creacin y casi hiposta-

    siado en Dios:

    Yav me posea en el principio de su camino,Ya de antiguo, antes de sus obras.Eternamente tuve el principado, desde el principio,Antes de la tierra.Antes de los abismos fui engendrada;Antes que fuesen las fuentes de las muchas aguas.

    Cuando formaba los cielos, all estaba yo.

    Cuando estableca los fundamentos de la tierra;Con l estaba yo ordenndolo todo;Y fui su delicia todos los das,Teniendo solaz delante de l en todo tiempo.Hulgome en la parte habitable de su tierra;Y mis delicias son con los hijos de los hombres (Prov. VIII, 22 ss.).

    Esta Sabidura, que pose ya algunas propiedades del Logos de San Juan, tiene relacin, de una parte con la jojmahebrea, y, de otra, se remonta tanto por encima de sta, queno podemos dejar de pensar en la sakti india; en aquellapoca (la de los Tolomeos), existan, en efecto, relacionescon la India. Otr a fuente para conocer la Sabidura es la Coleccin de proverbios de Jess, hijo de Sirac (Eclesistico,36

    compuesto apro ximada mente hacia el ao 200 a. a ) . LaSabidura dice acerca de s misma lo siguiente (EclesisticoXXIV, 3ss.) :

    Yo sal de la boca del Altsimo.Y como nube cubr toda la tierra.

    Yo habit en las alturasy mi trono fue una columna de nube.Sola recorr el crculo de los celosy me pase por las profundidades del abismo.Por las ondas del mar y por toda la tierra.En todo pueblo y nacin imper.

    Desde el principio y antes de todos los siglos me crey hasta el fin no dejar de ser.En el tabernculo santo, delante de l ministr.Y as tuve en Sin morada fija y estable,repos en la ciudad de El amada,

    y en Jerusaln tuve la sede de mi imperio.

    Como cedro del Lbano crec,como ciprs de los montes del Hermn.Crec como planta de Engad,como rosal de Jeric.Como hermoso olivo en la llanura,como pltano junto a las aguas.Como la canela y el blsamo aromtico exhal mi aroma,y como la mirra escogida di suave olor.

    Como el terebinto extend mis ramas,ramas magnficas y graciosas.Como vid ech hermosos sarmientos,y mis flores dieron sabrosos y ricos frutos.

    Yo soy la madre del amor,del temor, de la ciencia y de la santa esperanza.[Yo soy regalada a todos mis hijoscomo un don eterno;pero soy regalada a aquellosque han sido escogidos por Dios.]*

    Merece la pena examinar un poco detenidamente estostextos. La Sabidura se designa a s misma como Logos, como

    * Ni la Sabidura de Salomn ni el Eclesistico aparecen en la versin dela Sociedad Bblica Americana; por ello, citamos estos textos segn la versinde Ncar-Colunga, B. A. C, Madrid, 1952 [E.].

    37

  • 8/6/2019 jung carl gustav - respuesta a job

    17/64

    Palabra de Dios. Lo mismo que la ra}, que era el Espritude Dios, tambin ella se incub en el principio sobre los abismos. Tiene un trono en el cielo, lo mismo que Dios. Comopneuma cosmognico, atraviesa el cielo y la tierra y todas lascriaturas. Podra decirse que cada uno de los rasgos del Logosde San Juan se corresponde con los rasgos de la Sabidura. Ms

    tarde veremos hasta qu punto esta relacin tiene importancia tambin en cuanto al contenido.La Sabidura es el numen femenino de la "metrpolis"

    por excelencia, de la ciudad-madre Jerusaln. La Sabidura esla amada-madre; es un trasunto de Ishtar, la diosa pagana de lasciudades. Esto es confirmado por la extensa comparacin dela Sabidura con rboles como el cedro, la palma, el terebin to, el olivo, el ciprs, etc. Ya desde antiguo estos rboleseran smbolos de la diosa semtica del amor, de la diosa-madre.Junto a su altar, construido en un lugar elevado, se encontrabaun rbol sagrado. En el Antiguo Testamento las encinas y losterebintos son los rboles de los orculos. Dios y los ngelesse aparecen en los rboles o junto a ellos. David consult enuna ocasin el orculo de una morera. Tambin en Babiloniael rbol representa a Tammuz, el amado-hijo, y a Osiris, Adonis, Atis y Dionisios, que son los hroes, tempranamentemuertos, del Asia anterior. Todos estos atributos simblicosaparecen tambin en el Cantar de los Cantares, donde caracterizan lo mismo al esposo que a la esposa. La vid, el racimo,la flor de la vid y la via tienen una funcin importante. Elamado es como un manzano. La amada baja de las montaas(lugares de culto de la diosa-madre), de las guaridas de losleones y de las panteras; su seno es "paraso de granados, con

    frutos suaves, de cmphoras y nar do s. .. , nardo y azafrn, caaaromtica y canela, con todos los rboles de incienso; mirra yloes, con todas las principales especias". Sus manos "goteanmirra" (tambin Adonis naci de un rbol de la mirra). Deigual manera que el Espritu Santo, tambin la Sabidura esregalada a todos los elegidos de Dios; esto hace ms antiguatodava la doctrina del Parclito.

    En el libro apcrifo, muy posterior, titulado La Sabidura de Salomn (escrito del ao 100 al 50 a. a ) , la naturalezapneumtica de la Sabidura y su carcter de modeladora delmundo, de maya, aparecen de maner a ms clara todava (I,

    38

    6): "Porque la Sabidura es un espritu amador del hombre"(LXX: (pXv&Qojjcov nvevua aocpta; igualmente en VII, 23). LaSabidura es "el artfice de todo" (LXX y VII, 21, 22: itvtcovTexvLTtg). "Pues en ella hay un espritu inteligente, santo"(jtveua VOEQV yiov), "un hlito (TLII?) del poder divino",una "emanacin (ajtpgoia) pura de la gloria de Dios omni

    potente", un "resplandor de la luz eterna, el espejo sin mancha del actuar de Dios" (VII, 22-26), un ser formado deuna manera muy sutil y que traspasa todas las cosas. La Sabidura tiene un trato ntimo (ovufleooiv E'xouoa) con Dios; elSeor de todas las cosas (itvrcov oeajtnis) la ama. "Quinms activo que ella, artfice de cuanto existe?" (VIII, 6). LaSabidura es enviada desde el trono de la gloria como un"espritu santo" (IX, 10 y 17). Como si fuese un psicopompo,la Sabidura lleva hacia Dios y asegura la inmortalidad (VI,18y VIII, 13).

    El Libro de la Sabidura recalca con nfasis la justicia deDios, y se atreve a decir, sin duda con un fin pragmtico,estas palabras (I, 15): "La justicia no est sometida a lamuerte, pero los impos la llaman con sus obras y palabras."Los infieles y los injustos dicen (II, 10ss.):

    .. .oprimamos al justo desvalido...Sea nuestra fuerza norma de la justicia,pues la debilidad bien se ve que no sirve pera nada.Pongamos garlitos al justo.

    El justo nos echa en cara las infracciones de la ley,y nos reprocha nuestros extravos.Pretende tener la ciencia de Dios,

    y llamarse hijo del Seor.Es censor de nuestra conducta.

    Probmosle con ultrajes y tormentos,veamos su resignacin,y probemos su paciencia.

    Mas, dnde hemos ledo hace poco: "Y Yav dijo a Satn: No has considerado a mi siervo Job, que no hay otrocomo l en la tierra, varn perfecto y recto, temeroso de Dios,y apartado de mal, y que an retiene su perfeccin, habindome t incitado contra l, para que lo arruinara sin causa?"

    39

  • 8/6/2019 jung carl gustav - respuesta a job

    18/64

    El Eclesiasts dice (IX, 16): "Mejor es la Sabidura que lafortaleza."

    No es, sin duda, por inconsciencia o por falta de advertencia, sino por un motivo ms profundo, por lo que el Librode la Sabidura toca aqu este punto tan delicado; pero estoslo nos resultara totalmente inteligible si consiguisemos

    averiguar la relacin en que el Libro de Job se encuentra conla transformacin, cronolgicamente prxima, del status deYav, que tuvo lugar precisamente con la aparicin de laSabidura. No se trata aqu de hacer reflexiones bistrico-1 iteraras; de lo que se trata es del destino de Yav que es presente en cada momento al hombre. Los antiguos libros nosdicen que el drama divino tiene lugar entre Dios y su pueblo;el pueblo est entregado a Yav, la fuerza masculina, comouna mujer, y Yav vela celosamente sobre su fidelidad. Job,cuya fidelidad es sometida a una prueba cruel, es un caso particular de esta relacin. Ya indicamos antes que Yav accedecon una facilidad asombrosa a las insinuaciones de Satn. Sies verdad que Yav se fa totalmente de Job, nada sera mslgico que tomarle bajo su proteccin, desenmascarar al maligno difamador y hacerle pagar con creces su difamacin delfiel siervo de Dios. Pero Yav no piensa en esto, ni aun despus de haber quedado demostrada la inocencia de Job. Nose nos dice nada de que Yav reprenda o desapruebe a Satans. Por ello no podemos dudar de la connivencia de Yavcon l. Su presteza para entregar a Job al ataque criminal deSatn demuestra que Yav duda de Job porque proyecta sobrel, usndole de "chivo expiatorio", su propia tendencia a lainfidelidad. Podemos sospechar que Yav concibe su alianzacon Israel como algo no demasiado rgido y que le obligue,pero se oculta a s mismo esta intencin. Por ello la infidelidad, barruntada de un modo indeterminado en algn lugar,le incita a buscar al infiel por medio de Satn, y lo va aencontrar justamente en el ms fiel de todos los fieles, al quesomete a una prueba penossima. Yav ha perdido la seguridad en su propia fidelidad.

    Pero simultneamente, o un poco ms tarde, se hace publico lo ocurrido: Yav se ha acordado de un ser femenino,en el que se complace tanto como en el hombre; se ha acordado de una amiga y compaera suya desde los primeros40

    tiempos, de una primicia de todas las criaturas de Dios, deun reflejo inmaculado de su gloria desde toda la eternidad,de un artfice de la creacin, ms cercano y ligado a sucorazn que. los descendientes del protoplasto creado en segundo lugar y sellado con la imago de Dios. Es sin dudauna dir necessitas la que obliga a esta anamnesis de la Sabi

    dura. Las cosas no podan seguir marchando de la mismamanera que hasta ahora. El Dios "justo" no poda seguircometiendo iniquidades, y el Omnisciente no poda seguir comportndose como un hombre que no previene ni piensa nada.La autorreflexin pasa a ser una necesidad perentoria; ypara ella es necesaria la Sabidura. Yav tiene, pues, queacordarse de su saber absoluto. Si Job conoce a Dios, stetiene tambin que conocerse a s mismo. Sera imposible quetodo el mundo conociese la doble naturaleza de Yav, yque slo a ste le siguiese permaneciendo oculta. El que conoce a Dios influye sobre l. El fracaso del intento de pervertir a Job ha transformado a Yav.

    Vamos a intentar reconstruir ahora, a base de las indicaciones de la Sagrada Escritura y de la historia, las consecuencias de esta transformacin de Dios. Para este fin tenemosque remontarnos a los primeros tiempos del Gnesis, al primer hombre (protoplasto) ante lapsum. Con el concurso delCreador, este hombre, Adn, sac de su costado a Eva comocorrespondencia femenina suya, de la misma manera que Dioshaba creado, de su materia primitiva, al Adn hermafrodita,y con l a la parte de la humanidad sellada con la imagen deDios. Por una analoga misteriosa, a Adn tena que suce-derle que su primer hijo fuese, igual que Satn, un malhechor

    y un criminal a los ojos del Seor. De esta manera se repn>dujo en la tierra el prlogo ocurrido en el cielo. No es difcilsuponer que una de las razones profundas por las que Yavtom bajo su especial proteccin al malogrado Can fue porque Can era un fiel retrato, en miniatura, de Satn. Peronada se nos dice de que existiese un modelo para Abel, el hermano que muri joven, y a quien Yav amaba ms que aCan, el labrador progresista (y que, por ello, probablementehaba sido instruido por un ngel de Satn). Acaso existiotro hijo de Dios, dotado de un carcter ms conservador queSatn, y que no era un vagabundo, seguidor de pensamientos

    41

  • 8/6/2019 jung carl gustav - respuesta a job

    19/64

    nuevos y pecaminosos, como ste, sino un hijo unido a supadre con un amor filial, sin otros pensamientos que los desu padre, y que permaneci en el crculo interno de la economa divina. sta puede ser tambin la razn de que su imagenterrenal, Abel, "escapase tan pronto de en medio de la maldad", para hablar con el Libro de la Sabidura, y volviese a supadre, mientras que Can tuvo que padecer en su existenciaterrena, de una paite la maldicin e su carcter progresistay, de otra, la de su inferioridad moral.

    As como el primer padre, Adn, lleva la imagen del creador, su hijo Can porta sin duda la imagen del hijo de Dios,Satn; por esto podra fundadamente sospecharse que tambin existi ev keeoupava Tncp una imagen correspondientedel favorito de Dios, Abel. Los primeros incidentes problemticos, que acontecieron ya al principio en una creacin queaparentemente haba resultado bien y a satisfaccin del Creador, hacen que nos pongamos en guardia. Sin quererlo , unose ve obligado a pensar que la situacin primigenia, es decir,

    la situacin existente cuando el Espritu de Dios se incubabatodava sobre el desierto abismo, haca difcil esperar un resultado absolutamente perfecto. Tampoco el Creador, que porlo dems encontr bien cada uno de los das de su obra, diouna buena calificacin a lo sucedido el lunes. El creador nodijo nada acerca de ello, y esta circunstancia apoya un argu-mentum ex silentio. Lo que en este da ocurri fue la separacin definitiva de las aguas superiores de las inferiores pormedio de la tierra firme que se encuentra entre ellas. Es claroque este dualismo inevitable no poda encajar bien, ni entonces ni ms tarde, en una concepcin monotesta, pues hacerelacin a una divisin metafsica. Como sabemos por la his

    toria, a lo largo de los siglos este desgarrn ser recosido unay otra vez, o ser disimulado y aun negado. Pero, a pesar detodo, este dualismo se puso de relieve ya al comienzo, en elmismo Paraso, con la introduccin en desacuerdo con elprograma del Creador, que quera hacer aparecer al hombreen el ltimo da de la creacin como el ser ms inteligente ycomo seor de las dems criaturas de una extraa circunstancia: la creacin de la serpiente, la cual mostr ser msinteligente y sabia que Adn, y adems haba sido creada antes que l. Difcilmente podemos suponer que Yav se hiciese

    42

    a s mismo esta jugada; mucho ms probable es suponer queaqu intervino su hijo Satn. Satn es, en efecto, un embaucador y un aguafiestas, que se complace en organizar incidentes desagradables. Es cierto que Yav cre los reptilesantes que a Acfn; pero se trataba de serpientes ordinarias sininteligencia alguna. Ent re ellas Satn eligi una serpiente tre

    padora para introducirse en su figura. Desde este momentose esparce el rumor de que la serpiente es T jtveuiaTtttn:axov'Cwov (el animal ms espiritual).1 La serpiente se conviertedespus en el smbolo ms popular del nous (el espritu, elentendimiento), alcanza de esta manera grandes honores, yhasta sirve de smbolo al segundo hijo de Dios, ya que estehijo es concebido como el Logos redentor del mundo (Logosque en diversas ocasiones aparece como idntico al nous).Una leyenda surgida ms tarde nos dice que la serpiente delparaso fue Lilit, la primera mujer de Adn, con la cual steengendr la legin de los demonios. Esta leyenda suponeigualmente la existencia de una treta, que es difcil suponer

    estuviese en la intencin del creador del mun do. Tambinpara la Sagrada Escritura, Eva es la nica mujer legtima deAdn. Pero lo curioso es que, en la tradicin, el primer hombre, que es imagen de Dios, tiene igualmente dos mujeres, lomismo que su prototipo celestial. De la misma manera queste estaba legtimamente unido con su mujer Israel, perodesde la eternidad tuvo como ntima compaera un pneumafemenino, tambin Adn tuvo como primera mujer a Lilit(hija o emanacin de Satn), que es la correspondencia (satnica) de la Sabidura. Eva sera, en cambio, la correspondencia del pueblo de Israel. Natu ralmente no conocemos larazn por la que el mundo tard tanto en enterarse de que

    la "ruaj Elohim", el "Espritu de Dios", no slo es femenina,sino que tiene una independencia relativa con respecto a Dios,y de que mucho antes de su matrimonio con Israel Yav tuvorelaciones con la Sabidura. Tampoco conocemos la razn porla que en las ms antiguas tradiciones se perdi el conocimiento de esta primera alianza. Igualmente tard muchotiempo en conocerse la escabrosa relacin de Adn con Lilit.Tampoco sabemos si Eva fue para Adn una esposa tan inc-

    1 Esta opinin se encuentra en Filn, el Judo.

    43

  • 8/6/2019 jung carl gustav - respuesta a job

    20/64

    moda como lo fue para Yav el pueblo de Israel, que, por asdecirlo, coqueteaba constantemente con la infidelidad. Entodo caso la vida familiar de los primeros padres no fue purafelicidad: sus dos primeros hijos son el tipo de los hermanos-enemigos, pues en aquel tiempo exista todava, al parecer, lacostumbre de convertir en realidades los motivos mitolgicos.

    (Hoy da esto es considerado como algo indecente, y por esose niega cuando acontece realmente.) Los factores que pesansobre la herencia de sus hijos pueden repartirse entre ambospadres. Adn no puede olvidar a su princesa demoniaca, yEva no puede olvidar que ella fue la primera que cedi ala insinuacin de la serpiente. Lo mismo que el pecado original, tambin el episodio de Can y Abel puede ser colocadoen la lista de los casos no previstos en la creacin. Podemossacar esta conclusin, ya que el mismo Yav pareci no estarenterado de antemano de estos dos incidentes. Tambin yaahora, como ms tarde, existe la sospecha de que Yav nosaca conclusiones de su omnisciencia, es decir, que no refle

    xiona sobre ella, y en consecuencia se encuentra ms tardesorprendido por los resultados. Este fenmeno puede "ser observado tambin en el hombre, cuando no puede resistir a latentacin de entregarse al goce de sus propias emociones. Hayque conceder que todo ataque de ira o de tristeza tiene susmotivaciones secretas. Si as no fuese, la mayora de los hombres habran alcanzado ya cierta sabidura.

    Tal vez desde esta perspectiva podamos comprender me jor lo sucedido con Job. En el estado pleromtico, o estadode bardo (como dicen los riberanos), reina en el mundoun juego perfecto; pero con la creacin, es decir, con la entra

    da del mundo en el acontecer distanciado en el espacio y enel tiempo, los acontecimientos empiezan a rozar y a chocarunos con otros. Satn, oculto y protegido por la orla del manto de su padre, introduce aqu y all insinuaciones unas vecesfalsas y otras verdaderas, con lo cual se originan confusionesque, al parecer, no estaban prefiguradas en el plan del creador, y que, por ello, ocasionan sorpresas. Mientras que, porcuanto sabemos, las criaturas inconscientes, como los animales, las plantas y los minerales, funcionan de manera satisfactoria, en el hombre hay siempre algo que marcha mal. Escierto que al principio su conciencia se eleva apenas sobre la44

    de los animales, y por ello la libertad de su voluntad es extraordinariamente limitada. Pero Satn se interesa por el hombre y, a su manera, hace experimentos con l; le seduce paraque haga inconveniencias; sus ngeles le ensean ciencias yartes que estaBan hasta entonces reservadas a la perfeccin delpleroma. (Ya entonces mereci Satn el nombre de "Lucifer".) Las sorprendentes e imprevistas extravagancias de loshombres excitan las pasiones de Yav y le hacen complicarseen su propia creacin. Las intervenciones de Yav se convierten en algo ineludiblemente necesario. Pero estas intervenciones no logran, para fastidio de Yav, sino xitos provisionales, pues el mismo castigo draconiano de ahogar a todos losseres vivos (con excepcin de los elegidos), castigo al que, segn la opinin de Johann Jakob Scheuchzer, no escaparon nilos mismos peces (como prueban los restos fosilizados), notuvo efectos duraderos. Tanto antes como despus la humanidad muestra estar infectada por algo. Pero, de manera extraa, Yav busca siempre la causa de ello en los hombres,

    que al parecer no quieren obedecer, pero no la busca en suhijo Satn, que es el padre de todos los embaucadores. Estadesorientacin de Yav no puede menos de exacerbar todavams su inestable naturaleza, de tal manera que el temor deDios es considerado por el hombre como origen y como principio de toda sabidura. Mientras que los hombres, bajo estadura disciplina, se aplican a ensanchar su conciencia mediante la adquisicn de cierta sabidura, es decir, mediante la adquisicin, en primer lugar, de prudencia y circunspeccin,2

    este mismo proceso histrico hace patente que Yav ha perdido de vista, desde los das de la creacin, su coexistenciapleromtica con la Sabidura. En su lugar aparece la alianza

    con el pueblo escogido, que, de esta manera, pasa a desempear una funcin femenina. El "pueblo" de aquellos tiempos se basaba en una sociedad patriarcal de varones, en la cualla mujer tena tan slo una importancia secundaria. El matrimonio de Dios con Israel era, por tanto, un asunto esencialmente masculino, algo as como la fundacin de la "polis"griega (que tuvo lugar casi por el mismo tiempo). La inferioridad de la mujer era cosa convenida. La mujer era consi-

    2 Cf. la palabra q>Qov\usn; en la parbola del mayordomo infiel.

    45

  • 8/6/2019 jung carl gustav - respuesta a job

    21/64

    derada como ms imperfecta que el hombre, como ya se haba visto por la debilidad de Eva ante las insinuaciones de laserpiente en el paraso. La perfeccin es un desidertum masculino, mientras que la mujer, por su misma naturaleza, seinclina hacia la plenitud o totalidad. En efecto, todava hoyel varn puede soportar mejor y por ms largo tiempo unarelativa perfeccin, mientras que, generalmente, a la mujer la

    perfeccin no le viene bien, y aun puede resultarle peligrosa.Cuando la mujer aspira hacia la perfeccin, olvida su funcincomplementadora, su funcin de totalidad, la cual es en simperfecta, pero por ello mismo constituye el necesario contrapolo de la perfeccin. De la misma manera que la totalidad es siempre imperfecta, la perfeccin es siempre incompleta, y por ello representa un estadio final, que es estril y nopuede dejar de serlo. Ex perfecto nihil fit, decan los antiguosmaestros; por el contrario, lo imperfectum lleva dentro de slos grmenes del perfeccionamiento futuro. El perfeccionismo acaba siempre en un callejn sin salida; la plenitud, por elcontrario, est slo falta de los valores selectivos.

    La alianza con Israel se funda en un propsito perfeccionista por parte de Yav. Esta circunstancia excluye la relacinllamada "eros". La falta de "eros", es decir, de una relacinde valor, aparece claramente en Job: el paradigma esplndidode la creacin es un monstruo, no un hombre. No olvidemosesto. Yav no tiene "eros", no tiene relacin con el hombre,sino relacin con un fin, y el hombre le ha de ayudar a conseguir este fin. Todo esto no impide que Dios sea celoso ydesconfiado como un marido; pero estos celos y esta desconfianza se refieren a su propsito y no al hombre.

    La fidelidad del pueblo resulta tanto ms importante

    cuanto ms se olvida Yav de la Sabidura. Pero, a pesar delas numerosas muestras de bondad por parte de Yav, el pueblo sigue cayendo en la infidelidad. Naturalmente este modode obrar del pueblo no puede calmar los celos y la desconfianza de Yav; por ello la insinuacin de Satn, cuando destila en el odo de su Padre la duda en la fidelidad de Job,encuentra un terreno abonado. A pesar de estar convencidode la fidelidad de Job, Yav no duda en acceder a los peorestormentos contra l. Aqu se echa de menos, ms que enninguna otra parte el amor de la Sabidura por el hombre.

    46

    El mismo Job anhela poseer la Sabidura, que es imposibleencontrar.

    8

    Job es la culminacin de un incierto proceso: es el paradigma de un pensamiento que ya haba madurado en la humanidad de dc^uel tiempo, un pensamiento muy peligroso,que era muy exigente con la sabidura de los dioses y de loshombres. Job es consciente de esta exigencia, pero sin dudano est suficientemente informado acerca de la Sabiduracoeterna con Dios. Como los hombres se sienten entregadosal capricho de Yav, necesitan de la Sabidura, pero no deYav, al que hasta ahora no hay nada que se le oponga msque la pequenez del hombre. Pero el drama de Job hacecambiar esta situacin desde sus races. Yav tropieza aqucon un hombre que se le enfrenta, con un hombre que seaferra a su derecho hasta que se ve obligado a doblegarse anteun poder brutal. Job ha visto el rostro y la inconsciente duplicidad de Dios. Dios ha sido conocido, y este conocimientoinfluy en adelante no slo en Yav, sino tambin en los hom

    bres. Por ello son los hombres de los ltimos siglos precristianos los que, al leve roce de la Sabidura preexistente, quesirve de compensacin a Yav y a su actitud, realizan simultneamente la anamnesis de la Sabidura. La Sabidura, queaparece altamente personificada, y demuestra as su autonoma, se revela a los hombres como amiga suya, como ayudadora y abogado ante Yav, y les muestra el aspecto luminoso,bondadoso, justo y amable de Dios.

    Cuando la jugada de Satn comprometi el xito del Paraso, para el que se haban trazado unos planes perfectos,Yav expuls a Adn y a Eva a los que haba creado comoimagen de su esencia masculina y de su emanacin femenina al mundo extraparadisiaco, al mundo intermedio o delas envolturas. No se ve claro hasta qu punto representaEva a la Sabidura y hasta qu punto representa a Lilit. PeroAdn posee la prioridad en cualquier aspecto. Eva sali secundariamente del costado de Adn, y por ello viene en segundolugar. Mencionamos estas particularidades del Gnesis, porque la reaparicin de la Sabidura en el mbito divino tienerelacin con los posteriores acontecimientos de la creacin.

    8 No tiene aqu importancia ninguna el problema de si este pasaje es ono es una interpolacin posterior.

    47

  • 8/6/2019 jung carl gustav - respuesta a job

    22/64

    La Sabidura es el "artfice"; ella realiza los pensamientosde Dios, dndoles forma material, lo cual es una prerrogativaabsoluta del ser femenino. Su coexistencia con Yav significala eterna hierogamia, en la que los mundos son engendradosy procreados. Nos encontramos ahora ante una gran transformacin: Dios quiere renovarse en el misterio de ks bodas

    celestiales (como lo haban venido haciendo los principalesdioses egipcios), y quiere hacerse hombre. Al parecer, Yavse vale aqu del modelo egipcio de la encarnacin de Diosen el faran, modelo que, por su parte, es una simple imagende la eterna hierogamia pleromtica. Pero no sera correctosuponer que este arquetipo se repite de una manera mecnica.La verdadera razn de la encarnacin hay que buscarla en eldilogo de Yav con Job. Ms tarde hablaremos con todo detenimiento de este problema.

    48

    IV. LA ENCARNACIN

    COMO en la decisin de encarnarse Yav se sirve, al parecer,

    del antiguo modelo egipcio, podemos esperar tambin que elcurso de la encarnacin se ajuste en sus detalles a ciertas prefiguraciones. El acercamiento de la Sabidura significa unanueva creacin. Pero esta vez no es el mundo el que debe sercambiado; es Dios el que quiere transformar su propia esencia.Ahora la humanidad no ha ser aniquilada, como antes, sinosalvada. En aquella decisin de encarnarse se percibe el influjo, favorable a los hombres, de la Sabidura. Ahora no hande ser creados nuevos hombres, sino slo Uno: el hombre-

    Dios. Para conseguir este fin se ha de aplicar un procedimiento opuesto al anterior. El masculino Adam secundus noha de brotar inmediatamente de las manos del Creador, comoel primer Adn, sino que ha de nacer de una mujer humana.Esta vez es la Eva secunda la que tiene la prioridad, y noslo en un sentido temporal, sino tambin en un sentido sustancial. Segn el Protoevangelio, especialmente (Gen. III r 15),la segunda Eva corresponde a "la mujer y su simiente", la cual"herir en la cabeza" a la serpiente. De igual manera queAdn era originariamente hermafrodita, tambin "la mujer ysu simiente" son considerados como una pareja humana, esdecir, como la regina coelestis y madre de Dios, por una parte,y el hijo de Dios, que no tiene padre humano, por otra. Mara,la virgen, es escogida para vaso inmaculada del Dios futuro

    que tiene que nacer. La autonoma e independencia de Marafrente al varn son acentuadas por su virginidad sustancial.Mara es una "hija de Dios", que, como se har constar mstarde dogmticamente, fue distinguida desde el principio conel privilegio de la concepcin inmaculada, y liberada as de lamancha del pecado original. Es evidente, pues, su pertenenciaal status ante lapsum. Esto significa que se introduce un nuevoprincipio. El divino carcter inmaculado de su estado evidencia que no slo porta la imago Dei con una pureza no menguada, sino que, adems, como esposa de Dios, es encarnacinde su prototipo, la Sabidura. Su amor por el hombre, puesto

    expresamente de relieve en los documentos antiguos, hace sos-49

  • 8/6/2019 jung carl gustav - respuesta a job

    23/64

    pechar que Yav se dej determinar por la Sabidura en aspectos esenciales de esta su novsima creacin. Mara, la "bendita entre las mujeres", es protectora e intercesora en favor detodos los hombres, que son pecadores. Como la Sabidura,Mara es una mediatrix, que conduce hacia Dios, y asegurade esta manera a los hombres la inmortalidad. Su assumptioes el modelo de la resurreccin corporal del hombre. Comoesposa de Dios y reina del cielo, Mara ocupa el lugar de laSabidura del Antiguo Testamento.

    Son dignas de notarse las desacostumbradas medidas deprudencia con que se rodea la creacin de Mara: conceptioinmaculata, exclusin de la macula peccati, virginidad perpetua. . Esto demuestra que se quiere proteger a la madre deDios contra las jugadas de Satn, lo que nos permite suponerque Yav haba consultado a su omnisciencia, pues sta conoce claramente las perversas inclinaciones que abriga el oscuro hijo de Dios. Mara ha de ser protegida incondicional-

    mente contra los corruptores influjos de Satn. La consecuencia inevitable de estas radicales medidas de prudencia es algoque no se ha tenido suficientemente en cuenta en la valoracin dogmtica de la encarnacin: su liberacin del pecadopriva a la virgen del ordinario carcter humano, cuyo signocomn es el pecado original y, en consecuencia, de la necesidad de la redencin. El status ante lapsum es lo mismo quela existencia paradisiaca, es decir, pleromtica y divina. Mediante la aplicacin de especiales medidas de proteccin, Mara es elevada, por as decirlo, al status de una diosa, y conello pierde su pleno carcter humano. Mara no concebira su hijo como lo conciben todas las dems madres; por ello

    su hijo no ser nunca un hombre, sino un Dios. No se havisto nunca al menos que yo sepa que esto pone en dudala encarnacin real de Dios, es decir, evidencia que stase realiz slo de manera parcial. Ni la madre ni el hijo sonhombres reales, sino dioses.

    Todo esto significa ciertamente una elevacin de la personalidad de Mara en el sentido masculino, puesto que es aproximada a la perfeccin de Cristo. Pero a la vez tiene lugaruna debilitacin del principio femenino de la imperfeccino principio de la plenitud, pues ste queda reducido, acausa del perfeccionamiento de Mara, a aquel pequeo resto

    50

    que todava separa a Mara de Cristo. Phoebo propior lumindperdit. Cuanto ms se incline el ideal femenino en la direccin del ideal masculino, tanto ms pierde la mujer la posibilidad de compensar la aspiracin masculina hacia la perfeccin; as surge un estado ideal de masculinidad, que, como

    vemos, est amenazado de enantiodroma. Ms all de la perfeccin no hay ningn camino que lleve al futuro (a no serun retroceso, es decir,^ una catstrofe del ideal, lo cual habrapodido evitarse con el ideal femenino de la plenitud). Elperfeccionismo veterotestamentario de Yav se ha continuadoen el Nuevo Testamento, y, a pesar de todo el reconocimientoy exaltacin del principio femenino, ste no ha podido hacersevaler contra el dominio patriarcal. Ms adelante Jiwicmostodava acerca de esto.

    51

  • 8/6/2019 jung carl gustav - respuesta a job

    24/64

    V. LOS HIJOS DE DIOS

    A LOS primeros padres, pervertidos por Satn, les haba salidomalo su primer hijo. Can fue un "dolo" de Satn, y nicamente el hijo menor, Abel, fue agradable a Dios. La imagende Dios estaba deformada en Can, mientras que en Abel sehallaba mucho menos empaada. De igual manera que elAdn originario haba sido concebido como imagen de Dios,,el hijo bueno de Dios (sobre el que, como hemos visto, n~existe documento alguno), es decir, el modelo de Abel, es prei&*r*rin del Hombre-Dios. De este ltimo sabemos positivamente que, ^mr Logos, es preexistente y coeterno, co~Dios y aun o oooioc (de igual esencia). Por ello se puedconsiderar a Abel como un prototipo imperfecto del hijo dDios, que ha de ser engendrado en Mara. As como origina

    riamente Yav intent crearse su equivalente ctnico en eprimer hombre, Adn, ahora proyecta hacer algo parecidopero esencialmente mejor. A este fin sirven las extraordinaras medidas de prudencia de que hemos hablado. El nuevhijo, Cristo, debe ser, de una parte, como Adn, un hombrctnico, es decir, capaz de sufrir y morir; pero, de otra parte,no es, como Adn, una simple imagen de Dios, sino Dio -

    mismo: un Dios que, en su calidad de Padre, es engendradpor s mismo, y que, en su calidad de Hijo, rejuvenece al Padre. En cuanto Dios, Cristo ha sido ya siempre Dios; encuanto hijo de Mara la cual, como se ve, es una imagen

    de la Sabidura, es el Logos (sinnimo de nous)> que, aligual que la Sabidura, es artfice de la creacin, como diceel Evangelio de San Juan. Esta identidad de madre e hijo sehalla atestiguada innumerables veces en la mitologa.

    Aunque el nacimiento de Cristo es un acontecimiento histrico y nico, existi ya desde siempre en la eternidad. Alprofano en estas cosas la idea de la identidad de un acontecimiento intemporal y eterno