JUICIO PARTICULAR Al morir tendremos todos un juicio particular. aceptación rechazo La muerte pone...
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JUICIO PARTICULARAl morir
tendremos todos un
juicio particular.
La muerte pone fin a la
vida del hombre,
como tiempo de aceptaciónaceptación o rechazorechazo de
la Gracia Divina
manifestada, en Cristo.
CREO EN LA VIDA CREO EN LA VIDA ETERNAETERNA
Inmediatamente después de Inmediatamente después de morirmorir, cada hombre es , cada hombre es juzgadojuzgado
por Cristo (Juez de vivos y por Cristo (Juez de vivos y
muertos) en un muertos) en un juicio juicio particularparticular
“En la tarde de la vida te examinarán del amor”. S. Juan de la Cruz
JUICIO PARTICULARJUICIO PARTICULAR
y personal, para recibir en su y personal, para recibir en su alma inmortal la retribución alma inmortal la retribución inmediata conforme a su fe y a inmediata conforme a su fe y a sus obras, buenas o malas.sus obras, buenas o malas.
El Cielo (o PARAISO)
““Ni ojo vio, ni oído oyó, ni pensamiento alguno puede Ni ojo vio, ni oído oyó, ni pensamiento alguno puede imaginar lo que Dios tiene preparado para los que le imaginar lo que Dios tiene preparado para los que le
aman”. aman”. (1 Cor 2, 9)(1 Cor 2, 9)
Los que mueren en gracia de Dios
(y están perfectamente
purificados) viven para siempre con
Cristoy entran en el
estado glorioso de la
bienaventuranza del Cielo Eterno.
El Cielo: PRINCIPALES BIENES DEL CIELO:
a) La visión de Dios tal cual es Él.
b) Amar y sentirse amado por Dios, la Virgen María, los Ángeles y los Santos…
c) Tener todos los goces puros y santos, propios de todos los sentidos del hombre.
PROPIEDADES DE LOS BIENAVENTURADOS EN LA GLORIA
DEL CIELO:
Claridad: los justos brillarán como siete soles en la Gloria de Dios Padre.
Agilidad: los Santos del Cielo pueden recorrer los espacios celestes a mayor
velocidad que la del pensamiento.
Sutileza: los Santos del Cielo pueden traspasar los
cuerpos sólidos, al igual que la luz traspasa los cristales sin
romperlos ni mancharlos.
Impasibilidad: los Santos del Cielo ya no pueden ni sufrir ni
morir.
EL CIELO. La felicidad de los bienaventurados del Cielo es inimaginable, inaprensible, impensable y por ello, inexplicable e indecible.
El corazón humano no tiene no tiene capacidadcapacidad para imaginar la inmensa felicidad que Dios tiene preparada para premiar a los que le aman en la vida.
““El que cree en Mi, tiene vida eterna, y yo El que cree en Mi, tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día”. lo resucitaré en el último día”. Jn 6, 40Jn 6, 40
Vivo sin vivir en mí,Vivo sin vivir en mí,
Y Y tan altatan alta vidavida espero espero
que muero porque no que muero porque no muero.muero.
(Así pensaban Teresa y (Así pensaban Teresa y Juan de la Cruz)Juan de la Cruz)
El reloj de la
eternidad : deberíamos
vivir el tiempo de
nuestra vida (que es muy corta) con el
reloj de la eternidad.
EL PURGATORIO: La Iglesia llama Purgatorio a la purificación final de los elegidos, que es diametralmente
opuesto al castigo de los que mueren con pecados graves.
La Iglesia ora por los difuntos (misas…) para que sean La Iglesia ora por los difuntos (misas…) para que sean liberadas las almas, de las penas del Purgatorio. liberadas las almas, de las penas del Purgatorio.
Se ayuda a las almas del
Purgatorio:
• Con la oración,
• La Santa Misa,
• La limosna (la limosna cubre la muchedumbre de los pecados),
• Las indulgencias
EL INFIERNO: Aparece la existencia del Infierno en varios textos
de la Sagrada Escritura.
“Apartados de mí, malditos,
al fuego eterno…”.
Mt 25, 41
La pena principal del Infierno es la
separación de Dios, y no poder ver y
contemplar a Dios mismo.
EL JUICIO FINAL:
Resucitaremos con los mismos cuerpos y
almas que tuvimos en la vida (los justos
resucitarán con un cuerpo glorificado).
“… resucitarán los que hayan hecho el
bien, para una resurrección de vida;
y los que hayan hecho el mal, para
una resurrección de juicio. ” Jn 5, 29
El Juicio Final nos invita a la más radical conversión.
La figura de este mundo está deformada por el pecado; mas
vendrá un cielo nuevo y una tierra nueva…Ap 21, 1-7
Al fin de los tiempos, el
Reino de Dios llegará a su
plenitud.