Juancho, el zorro: aventuras bajo la luna de patay

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Juancho, el zorro: aventuras bajo la luna de patay Sánchez, Brenda. “Juancho el zorro, aventuras bajo la luna de patay”, Poslodocosmo, nro. 13, pp.8-9, 2013. Las aventuras de Juancho el zorro, de Fausto Burgos, editado por Raigal en su colección “Biblioteca de etnografía y folclore” (1953), toma la figura del zorro, que tiene una extensísima tradición literaria en la cultura occidental y la recrea en un ambiente rural del noroeste argentino de principios del siglo XX. El libro está a medio camino entre la novela y el “contario” (colección de cuentos relacionados y complementarios). Aunque los relatos son fragmentarios y tienen una conclusión en sí mismos, pueden hilvanarse en una historia más amplia, que comienza con un Juancho criado como un perrito faldero, que abandona la casa para internarse en el campo y vivir como un zorro montaraz. A partir de esta decisión tiene aventuras generadas por el contacto con otros animales, como el tigre y el quirquincho, y por el descubrimiento de las hembras de su misma especie. La historia que enlaza los relatos se ve reforzada por el epílogo, en el que se resume y clausura el resto de la vida de Juancho: Diz que vivió muchos años. Murió. San Roque tuvo que correr a chicote limpio a todos sus perros para recibir a Juancho en su dulce y misterioso reino… (p.83)

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Reseña de "Las aventuras de Juancho el zorro", de Fausto Burgos, por Brenda Sánchez.Sánchez, Brenda. “Juancho el zorro, aventuras bajo la luna de patay”. En: Poslodocosmo, nro.13, pp.8-9, 2013.

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Juancho, el zorro: aventuras bajo la luna de patay

Juancho, el zorro: aventuras bajo la luna de patay Snchez, Brenda. Juancho el zorro, aventuras bajo la luna de patay, Poslodocosmo, nro. 13, pp.8-9, 2013.

Las aventuras de Juancho el zorro, de Fausto Burgos, editado por Raigal en su coleccin Biblioteca de etnografa y folclore (1953), toma la figura del zorro, que tiene una extenssima tradicin literaria en la cultura occidental y la recrea en un ambiente rural del noroeste argentino de principios del siglo XX.

El libro est a medio camino entre la novela y el contario (coleccin de cuentos relacionados y complementarios). Aunque los relatos son fragmentarios y tienen una conclusin en s mismos, pueden hilvanarse en una historia ms amplia, que comienza con un Juancho criado como un perrito faldero, que abandona la casa para internarse en el campo y vivir como un zorro montaraz. A partir de esta decisin tiene aventuras generadas por el contacto con otros animales, como el tigre y el quirquincho, y por el descubrimiento de las hembras de su misma especie. La historia que enlaza los relatos se ve reforzada por el eplogo, en el que se resume y clausura el resto de la vida de Juancho:Diz que vivi muchos aos. Muri. San Roque tuvo que correr a chicote limpio a todos sus perros para recibir a Juancho en su dulce y misterioso reino (p.83)

Cosas de chicosEn Las aventuras de Juancho el zorro, Fausto Burgos no tiene la intencin de hacer una obra para nios. Su inters reside en reelaborar literariamente los cuentos folclricos que, en su infancia, oy alrededor de un fogn, escena que recrea en este libro:Algunas noches [Juancho, el zorro] iba al galpn techado de caizo, a cuya umbra marchitbanse hasta secarse, las aromosas hojas de tabaco. En uno de los extremos del galpn hacan fuego, con lea de tusca, los peones que trabajaban en los caaverales de caa de azcar y en los sembrados de arroz y en el melonar y en el sandial. A los jornaleros gustbales contar cuentos raros, de esos cuentos que las ancianas de antes repetan a sus nietos: cuentos de brujas, de duendes, de nimas en pena. [] Juancho es de no creer escuchaba como un nio, sin perder detalles (p. 9) Como afirma la estudiosa puntana Berta Vidal de Battini, que realiz una enorme labor de recopilacin de la tradicin oral, los nios han sido tradicionalmente los destinatarios del cuento folclrico, que Al rodar en el tiempo, a travs de los pueblos del mundo, ha logrado una hondura humana compleja y sabia que va desde la gracia que entretiene o hace rer, y el ejemplo que alecciona, hasta el dramatismo que conmueve profundamente, pero que termina siempre con el triunfo del dbil, del perseguido, del justo, del bueno. En Las aventuras de Juancho el zorro, el sabor de la oralidad aparece, sobre todo, en el eplogo, cuando irrumpe un narrador testigo, sobrino del tata Absaln, que conoci a Juancho en su infancia y, cuando se march a estudiar a La Plata (como un alter ego de Burgos) quiso llevrselo (y as, tambin, llevarse con l el campo, los cuentos, la infancia).Hay en Burgos un rescate de la lengua, el ambiente y las costumbres que se efecta a travs del uso de vocabulario y expresiones regionales y de la cadencia local en los dilogos. La luna-patay es casi un motivo que se repite a lo largo del libro y que genera los momentos ms lricos al asimilar los valores simblicos femeninos de la luna madre protectora a los valores afectivos del patay, alimento dulce y primordial para los pueblos aborgenes.Queremos tanto a JuanchoEn Las aventuras de Juancho el zorro, Burgos recrea algunos cuentos muy conocidos, como el zorro y el quirquincho o el zorro y el tigre, de los que podemos encontrar distintas versiones en la monumental recopilacin de Vidal de Battini.

Fausto BurgosEl hallazgo de Burgos es trascender el estereotipo (del tigre, del quirquincho) para delinear personajes muy simples, que le permiten establecer a lo largo de varias aventuras una tensin no resuelta y creciente entre Juancho y sus compadres.Algunas de las aventuras tienen un final reparador, en el que la astucia del dbil (Juancho) vence a la fuerza bruta, pero en otras predomina el tono burlesco relacionado con la picarda del zorro, que no est exenta de golpes, palos y de lo escatolgico y en donde muchas veces es el mismo Juancho el que se lleva la peor parte.El tono satrico est presente en el antiguo y siempre renovado tema de la crtica a la mujer mayor que busca un amante joven y que en Las aventuras de Juancho el zorro se actualiza en la relacin del joven Juancho con la zorra vieja, que est, como dice el tango, sola, fan y descangayada, y que provee alimento y cobijo a un Juancho perezoso, taimado y acomodaticio.Finalmente Juancho resigna la libertad por una vida acomodada con el tata Absaln, como antes haba resignado el placer del amor juvenil por los cuidados que le prodigaba la zorra vieja. En Las aventuras de Juancho el zorro, la pluma de Burgos, con soltura, desenfado y sin bajada de lnea, logra que el zorro, personaje central de nuestro folclore, sea un Juancho entraable, que conserva el sabor del pcaro que burla y humilla a los poderosos, pero que tambin es burlado y humillado por los pequeos.