Juan Pablo II, en Kazajstan: «La religión no puede ser ... · 24 Un aviso de la Historia. 25...

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EDIC. NACIONAL SEMANARIO DE INFORMACIÓN RELIGIOSA Nº 274/27-IX-2001 Juan Pablo II, en Kazajstan: «La religión no puede ser pretexto para la guerra» Juan Pablo II, en Kazajstan: «La religión no puede ser pretexto para la guerra»

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EDIC. NACIONALSEMANARIO DE INFORMACIÓN RELIGIOSANº 274/27-IX-2001

Juan Pablo II, en Kazajstan:

«La religiónno puede

ser pretexto para

la guerra»

Juan Pablo II, en Kazajstan:

«La religiónno puede

ser pretexto para

la guerra»

Sumario

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Etapa II - Número 274Edición Madrid

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Arzobispado deMadrid

3/7

Kazajstán:El Papaapuesta

por el diálogocomo

condiciónindispensable

para la paz

18-19

Permanente del Episcopado: terrorismo,clase de Religión y Gescartera.

Confirmada la validez de los AcuerdosIglesia-Estado

20-21

En Roma, del 30de septiembre al 27 de octubre: Sínodo de y sobre los obispos

8 La foto

9 Criterios

10 Cartas

Aquí y ahora

11 Ver, oír y contarlo

12 En busca de la felicidad

13 Una responsabilidad

solidaridad

Iglesia en Madrid

12 MMT: Mar adentro,

también en la televisión

13 La voz del cardenal arzobispo

14 Testimonio

15 El Día del Señor

16-17 Raíces

La catedral de Toledo custodia

la Biblia de Alfonso X el Sabio

22-23 La vida

30 de septiembre:

Día de las Migraciones

Desde la fe

24 Un aviso de la Historia.

25 Libro-entrevista a Ratzinger:

Católicos, ¿futuro de minoría?

26 Los mitos del divorcio.

27 Cine y teatro.

28-29 Libros.

30 Con ojos de mujer.

31 No es verdad

32 Contraportada

Juan Pablo II saluda a los fie-les,

tras la Misa celebrada en laplaza de la Madre Patria, deAstana. Detrás, monumento a

la victoriaen la segunda guerra mundial.

Jesús Colina. Roma

Mientras aviones y cuerpos es-peciales de Estados Unidosllegaban esta semana a Uz-

bekistán y a otras Repúblicas de Asiacentral para lanzar la gran respuestaa los salvajes atentados del martes ne-gro, una voz se elevaba desde la in-mensa estepa del vecino Kazajstán pa-ra pedir la paz: «No podemos permitirque lo que ha sucedido haga más pro-fundas las divisiones». Y, a continua-ción, añadió: «La religión no puedeser nunca fuente de conflicto».

Cuando Juan Pablo II anunció, ha-ce unos meses, que viajaría a Kazajs-tán, país de mayoría islámica, con másde cien etnias diferentes, nadie podíaimaginar un escenario así. Al hablardesde la ex-República soviética, de-clarada por Osama Bin Laden, hace

unos años, como objetivo prioritariode expansión del movimiento funda-mentalista islámico, las palabras delPontífice han alcanzado un impactomundial inesperado. Él mismo confe-só el domingo pasado, al encontrarsecon el Presidente Nursultan Nazarba-yev, en el palacio presidencial de As-tana, que, antes de emprender el viaje,algunas personas le habían desacon-sejado visitar ese país, tras los atenta-dos contra Nueva York y Washington.Ahora bien, el Pontífice, según aclaró,desatendió estos consejos por consi-derar que se trataba de una oportuni-dad única para anunciar la necesidaddel diálogo entre culturas y religio-nes. «Y ahora vemos que ha sido po-sible», dijo el Pontífice con una sonrisadirigida al ex-líder del partido comu-nista soviético en Kazajstán.

Éste fue el mensaje que dejó el Pa-

pa en el acto público más importantede los tres días que vivió en Kazajs-tán. En la plaza de la Madre Patria dela capital, ante unas 50 mil personas,en su gran mayoría de religión mu-sulmana, que por primera vez asistí-an a un rito religioso cristiano, excla-mó: «Deseo dirigir un sincero llama-miento a todos, cristianos y pertene-cientes a otras religiones, a trabajarjuntos para construir un mundo sinviolencia, un mundo que ama la viday que avanza en la justicia y en la so-lidaridad».

Diálogocon el auténtico Islam

Entre los presentes, escuchaba laspalabras el gran mufti Absattat Der-bassalie, la máxima autoridad del Is-lam en Kazajstán, quien había invita-

do a todos sus fieles a dar una caluro-sa acogida a su huésped y a asistir ala misa, pues consideraba que consti-tuía una oración presidida por un hom-bre de paz, que sin duda serviría deprovecho espiritual para cualquier serhumano religioso.

«Desde este lugar –concluyó el Pa-pa–, invito tanto a los cristianos co-mo a los musulmanes a elevar una in-mensa oración al único y omnipoten-te Dios, del que todos nosotros somoshijos, para que pueda reinar en el mun-do el gran don de la paz».

Al día siguiente, lunes, en el últimoacto público, ante la flor y nata de losintelectuales kazajos, Juan Pablo IIdejó muy claro cuál era su mensaje dediálogo: «El odio, el fanatismo y elterrorismo profanan el nombre de Diosy desfiguran la auténtica imagen delhombre». Al mismo tiempo, confir-

En portada Alfa y Omega 27-IX-2001 3

Kazajstán:El Papa apuesta por el diálogo como condición indispensable para la paz

«El odio profana el nombrede Dios y degrada al hombre»

El Pontífice promueve el diálogo con el auténtico Islam y presenta a Cristo como respuesta al vacíoque ha dejado en la estepa el derrumbe de la ideología soviética.

El Presidente de Kazajstán regaló a Juan Pablo II este icono de María, en mosaico

mó «el respeto de la Iglesia católicapor el Islam, por el auténtico Islam;el Islam –aclaró– que reza, que sabeser solidario con quien se encuentraen la necesidad».

«Recordando los errores del pasa-do, incluso reciente –dijo en el Audi-torio del Palacio de los Congresos deAstana–, los creyentes deben unir susesfuerzos para que Dios nunca se con-vierta en rehén de las ambiciones delos hombres».

Hacia la unidadcon la ortodoxia

La visita a Kazajstán ha servidotambién para mostrar cómo es posi-ble superar uno de los grandes obstá-culos que, en estos momentos, detieneel camino hacia la unidad de los cris-tianos separados en diferentes Iglesiasy confesiones, la oposición del Pa-triarcado ortodoxo de Moscú a todocontacto con Roma.

En Kazajstán, los seis millones depersonas que hunden sus raíces religio-sas en la obediencia a la Ortodoxia rusahan recibido al Papa con cariño, a pe-sar de que obedecen precisamente al Pa-triarca ruso, Alejo II. En la misa con elPapa, después de los musulmanes, losortodoxos eran los más numerosos. Enel encuentro con los intelectuales kaza-jos, destacó la presencia de los más altosrepresentantes ortodoxos (el arzobispode Astana no pudo participar, pues es-taba hospitalizado).

Durante el régimen soviético, loscatólicos contaban con poquísimos sa-cerdotes, y se encontraban internadosen campos de trabajos forzados o ba-jo vigilancia policial. Por este moti-vo, en ocasiones, sólo podían confe-sarse con un sacerdote ortodoxo o par-ticipar en la Eucaristía ortodoxa. Poreste motivo, los miedos expresadospor el Patriarca Alejo II aquí no hancausado ningún efecto. «Renuevo aquíla invitación a unir los esfuerzos paraque el tercer milenio pueda ver a losdiscípulos de Cristo proclamar conuna sola voz y con un solo corazón elEvangelio, mensaje de esperanza paratoda la Humanidad», dijo el Pontífi-ce nada más llegar a Kazajstán.

En portadaAlfa y Omega4 27-IX-2001

Juan Pablo II reza frente al monumento por las víctimas del totalitarismo estalinista en Astana

Carta-testimonio de monseñor Joseph Weth, kazajo y obispo de Siberia

«Cien veces escogería este camino»

Nací en Karaganda, en Kazajstán, en 1952.Mi familia es de origen alemán, del Vol-

ga. Mis antepasados llegaron a la Rusia euro-pea, en el siglo XVIII, en tiempos de Catalina II.En los años 30, mis padres –Johannes y Ma-ría– fueron deportados por el régimen de Stalina Kazajstán, junto a muchos cristianos. Las con-diciones eran muy duras; diría que eran real-mente dramáticas.

Le debo mi fe y mi vocación al amor cristia-no de mi madre. Doy gracias a Dios por el donde mi familia. Éramos once hermanos. Mi madrefue nuestra primera catequista.

En 1984, fui ordenado sacerdote jesuita.Estuve primero en Marx, cerca de Saratow, y en

1991 fui ordenado obispo, Administrador Apos-tólico de Siberia.

Mi madre sintió una gran alegría. Y el 17de abril pasado, en Roma, estaba presente enla ordenación diaconal de otro de sus hijos, mihermano Klemens. Yo mismo le conferí la or-denación, en la iglesia de Jesús.

Comprendo bien lo que ahora siente en sucorazón mi hermano Klemens. Viví mi sacerdo-cio en tiempos de la Unión Soviética. Nací enKazajstán, pero hice el noviciado jesuita en Li-tuania. Imaginaba cómo podía ser la vida reli-giosa en un país libre. A la luz de los aconte-cimientos históricos de estos últimos años, po-demos decir que el Señor no se deja superar en

magnanimidad. Nos da más de lo que le pe-dimos.

El obispo clandestino Aleksandr Chira, quienpasó largos años en campos de concentración,fue mi primer amigo sacerdote y maestro en Ka-raganda. Al festejar sus sesenta años de sa-cerdocio, con juvenil entusiasmo, pudo afirmaral hablar de su vocación: «Si el Señor me dierala vida cien veces, cien veces escogería estecamino del sacerdocio».

Mi deseo para los sacerdotes y católicos dehoy es precisamente éste: que podáis decir, co-mo el padre Alksandr: «Si el Señor me diera lavida cien veces, cien veces escogería este ca-mino».

Ahora bien, la apuesta tan fuerte quehizo el Papa por el diálogo en este via-je no implica la pérdida de la identi-dad; al contrario. La visita pontificiaha ofrecido un espaldarazo único paralos 200 mil o 400 mil católicos kazajos(no se sabe muy bien cuántos son en

un país más grande que la Unión Eu-ropea y con una población como la delos Países Bajos). La inmensa mayo-ría son hijos de familias alemanas, po-lacas, ucranianas, deportadas en tiem-pos de Stalin a los once campos de con-centración de Kazajstán que formaban

parte del Archipiélago Gulag que in-mortalizó Alexander Solzjenitsin.

Cristo en la estepa

La tentación fundamentalista is-lámica que comienzan a traer predi-

cadores de Pakistán y Afganistán enel sur del país, y sobre todo la terribleatracción por un modelo de vida oc-cidental vacío de contenidos e idea-les, según denunció el Papa a los in-telectuales kazajos, constituye un pe-ligro tan grande como la ideologíacomunista, pues supone la nada...

Como hiciera ante los jóvenes ka-zajos, Juan Pablo II reiteró su profe-sión de fe, en el Auditorio del Palaciode los Congresos de Astana, el lugarpúblico más simbólico del país, enJesús de Nazaret, Hijo de Dios he-cho hombre. Nunca en Kazajstán, an-te todos los políticos e intelectualesdel país, en directo ante las pantallasde televisión, se había escuchado unanuncio tan claro y, además, con ladulzura del diálogo.

De hecho, aclaró el Papa, «la Igle-sia no quiere imponer la propia fe alos demás. Está claro, sin embargo,que esto no exime a los discípulosdel Señor de comunicar a los demásel gran don del que han sido partíci-pes: la vida en Cristo».

En portada Alfa y Omega 27-IX-2001 5

A falta de otra solución,la fuerza, legítima defensa

El portavoz de la Santa Sede, Joaquín Navarro-Valls, mientras acompañaba a Juan Pablo II en

Kazajstán, explicó, en declaraciones a la agenciaReuters, que la Santa Sede preferiría una soluciónno violenta a la crisis que provocaron los ataques te-rroristas contra objetivos estadounidenses. Ahorabien, en caso de que no hubiera otra solución, com-prendería que Washington tuviera que adoptar eluso de la fuerza para defender a sus ciudadanos an-te amenazas futuras.

El director de la Sala de Prensa de la Santa Sede afir-mó: «Es verdad que, si alguno ha causado un gran

daño a la sociedad, existe el peligro de que, si per-manece en libertad, pueda volver a hacerlo; se tieneentonces derecho a actuar en autodefensa, aunqueesto implique el uso de medios que pueden ser agre-sivos».

«A veces la autodefensa implica una acción quepuede comportar la muerte de una persona», aclaró. Yañadió: «Hay que crear una situación por la que, me-diante la detención y la custodia, o aplicando el prin-cipio de autodefensa con todas sus consecuencias,las personas que han llevado a cabo un crimen ho-rrendo no vuelvan a hacer más daño».

Armenia: 1.700 años

de cristianismo

Al aterrizar en la noche de este jueves en Ro-ma, Juan Pablo II concluirá su visita interna-

cional número 95 que ha culminado en Armenia,donde ha celebrado los 1.700 años de la pro-clamación del cristianismo como religión oficialdel país, primera nación cristiana de la Histo-ria.

Ha sido un viaje histórico para la superacióndel escándalo más grande de la historia del cris-tianismo: la división de los discípulos de Cristoen Iglesias y comunidades. Por primera vez en laHistoria, un Pontífice, en sus viajes, se ha hos-pedado en la residencia de un Patriarca no ca-tólico, la sede apostólica de Etchmiadzin, sím-bolo de la fe de este pueblo perseguido duran-te siglos.

La visita del Pontífice se ha convertido, de es-te modo, en un paso decisivo hacia la unidadplena entre la Iglesia de Roma y el Patriarcadoapostólico de Armenia, que se separó de la co-munión eclesial mucho antes que las Iglesias or-todoxas, al concluir el Concilio de Calcedonia,(año 451). Una declaración conjunta entre JuanPablo II y el recientemente fallecido PatriarcaKarekin I constató, en 1996, que la herejía demonofisismo que se atribuyó entonces al cristia-nismo apostólico armenio no era más que unaconfusión provocada por el lenguaje de la épo-ca.

Con su viaje, el Papa también ha celebradolos diez años de la independencia de Armenia,ex-República soviética. El mensaje que en estesentido ha dejado el Papa constituye un desafíopara el choque de civilizaciones tan coreado. «Lapaz sólo se puede construir sobre los sólidosfundamentos del respeto recíproco, de la justiciaen las relaciones entre comunidades diferentes,y en la magnanimidad por parte de los fuertes»,dijo nada más llegar en el aeropuerto de Erevan.Un mensaje que hubiera evitado el así llamadogenocidio armenio de inicios del siglo XX.

El Papa Juan Pablo II preside la Santa Misa en la catedral católica de la capital de Kazajstán

Benjamín R. Manzanares

Por la mañana celebró la misa enla Plaza de la Madre Patria, es-tuvo reunido con los obispos del

Asia central y visitó al Presidente de laRepública. Pero todo esto no le impi-dió dedicarse por completo a los jó-venes congregados en el campus de laUniversidad de Eurasia, en su mayoríamusulmanes o ateos, de Kazajstán.Aunque eran decenas de millares losjóvenes que querían ver al Papa, sólo700 pudieron asistir al encuentro enel Aula Magna de la Universidad, pormotivos de seguridad. En su mensa-je, en el que improvisó varias bromas,un joven Papa ofreció las respuestasa las preguntas fundamentales que losjóvenes de todo el mundo se suelenplantear. El Pontífice –que hablandoen ruso dejó a un lado en varias oca-siones el papel, para improvisar o bro-mear–, comenzó con una confesión:«Al preparar este viaje, me preguntéqué querrían escuchar los jóvenes deKazajstán del Papa, qué le pregunta-rían. Probablemente la primera pre-gunta que me quisiérais hacer es és-ta: ¿Quién soy yo, desde tu punto devista, Papa Juan Pablo II, según elEvangelio que tú anuncias? ¿Cuál esel sentido de mi vida? ¿Cuál es midestino?»

«Mi respuesta es sencilla, queridosjóvenes, pero de un alcance enorme»,contestó. «Tú eres un pensamiento deDios, tu eres un latido del corazón deDios. Afirmar esto es como decir quetienes un valor en cierto sentido infi-nito, que tú cuentas para Dios en tuindividualidad irrepetible».

Los universitarios que escuchabanal Pontífice eran estudiantes de la Uni-versidad Eurasia, creada en 1996 porel Presidente, Nursultan Nazarbayev,con el objetivo de permitir el inter-cambio de estudiantes kazajos conotros europeos. Algunos expertos con-sideran que esta iniciativa busca, entreotras cosas, detener el avance del in-tegrismo islámico procedente de Pa-kistán y Afganistán.

Al ver los rostros orientales y eu-ropeos de los chicos y chicas que leescuchaban, Juan Pablo II reconociólos sufrimientos que han tenido quesoportar a causa del comunismo y sutrágica herencia. Tras la ideología, sinembargo –les advirtió–, el peligro es

que sus corazones se conviertan en bo-tín de la nada. «¡Qué vacío asfixiantese siente si en la vida no hay nada quecuente, si ya no se cree en nada!», ex-clamó. «La nada es la negación del in-finito, evocado con fuerza por vues-tra inmensa estepa, ese Infinito al queaspira de manera irresistible el corazóndel hombre».

La propuesta del Pontífice es elamor de Dios por la Humanidad y porla creación, que «nos permite ver todolo positivo de las cosas y nos permiteponderarlas más allá de la belleza yriqueza superficial de cada ser huma-no que conocemos».

La belleza y grandeza de la perso-na humana, indicó el Papa, «es la hue-lla de Dios que cada uno transmite».

Por eso –agregó–, el corazón huma-no nunca se satisface: quiere más ymejor, lo quiere todo.

La vocación

Juan Pablo II explicó a los kazajosque, «al dar la vida al hombre, Dios leconfía una tarea y espera una respues-ta. El propósito de la vida humana, contodas sus experiencias, gozos y dolores,es darla al Dios Altísimo en una for-ma tal que no disminuye ni niega nues-tra vida. En cambio, es la certeza dela suprema dignidad de la persona hu-mana, hecha a imagen y semejanza deDios, hombre y mujer, llamados a co-operar en la transmisión de la vida yen el gobierno de la creación».

De buen humor, continuó: «El Pa-pa de Roma ha venido para decirosprecisamente esto: hay un Dios queha pensado en vosotros y que ha dadopor vosotros la vida. Él os ama perso-nalmente y os confía el mundo. Es Élquien suscita en vosotros la sed de li-bertad y el deseo de conocer».

De este modo, el Pontífice revelóel objetivo último de su visita a Ka-zajstán: «Permitidme profesar ante vo-sotros, con humildad y orgullo, la fe delos cristianos: Jesús de Nazaret, Hijode Dios, hecho hombre hace dos milaños, vino a revelarnos esta verdadcon su persona y enseñanza. Sólo en elencuentro con Él, el Verbo encarna-do, el hombre encuentra la plenaautorrealización y la felicidad».

«La misma religión –concluyó–,sin una experiencia de descubrimien-to sorprendido y de comunión con elHijo de Dios, que se hizo nuestro her-mano, se reduce a un conjunto de prin-cipios, cada vez más difíciles de en-tender, y de reglas cada vez más difí-ciles de soportar».

El Papa añadió que los jóvenes«sienten que ninguna realidad terre-nal puede satisfacerlos completamen-te. Son capaces de entender que abrir-se al mundo no es suficiente para sa-tisfacer su sed de vida y de esa libertady paz que sólo puede provenir de Al-guien que es infinitamente superior avosotros, aun cuando esté muy cercade vosotros».

«Sed concientes de que no soisvuestros propios maestros y abríos aAquel que os creó del amor y quierehaceros valiosos, libres y buenos…Aprended a escuchar en silencio lavoz de Dios, que habla en las profun-didades de todo corazón; construidvuestras vidas sobre fundamentos só-lidos y seguros; no temáis al compro-miso y al sacrificio; lo que hoy exigemuchas energías es la garantía de éxi-to para mañana. Descubrid la verdadsobre vosotros mismos y los nuevoshorizontes no dejarán de abrirse».

Y concluyó: «Mis palabras podríanparecer inusuales para vosotros. Paramí, resultan relevantes y necesariaspara la gente de hoy, que muchas vecescree que es todopoderosa porque halogrado un gran progreso científico ycierto control del complejo mundo dela tecnología. Pero cada individuo tie-ne un corazón: la inteligencia puedeconducir máquinas, ¡pero es el cora-zón el que late con la vida! Dad avuestro corazón los recursos vitalesque necesita; permitid a Dios entraren vuestras vidas: así brillarán con suluz divina».

En portadaAlfa y Omega6 27-IX-2001

Un joven Papa explica el cristianismo a jóvenes ateos y musulmanes en la Universidad Eurasia

«Cada uno sois un latido del corazón de Dios»

Al final de una jornada agotadora, cinco horas de diferencia con Roma, jetlag y un programarepleto, Juan Pablo II se entregó el primer día por la tarde a los jóvenes kazajos con una fuerzay un entusiasmo inaudito, para ofrecerles con toda su fuerza el mensaje central del Evangelio.Dicen que este Papa se engrandece con los jóvenes

En la residencia del Patriarca de la Iglesia enArmenia se daban los últimos retoques paraacoger la visita de Juan Pablo II, quien ha re-

sidido aquí durante su visita a Armenia, del 25 al27 de septiembre. Es la primera vez que el Papa sealoja en la sede de una Iglesia oriental, lo que dicemucho de la cordialidad de este país hacia el catoli-cismo. La Iglesia armena es una Iglesia oriental, pe-ro no es ortodoxa. Se separó de Roma mucho an-tes, a raíz del Concilio de Calcedonia (año 451), cu-yas conclusiones no acepta, lo que suscitó históricosequívocos sobre su presunto monofisismo, la herejíaque atribuye a Cristo una sola naturaleza. La decla-ración común, firmada en 1996, entre Juan Pablo IIy el anterior Patrariarca apostólico armenio, KarekinI, ha puesto fin al malentendido.

Etchmiadzin, a unos diez kilómetros de la capitalarmena, Erevan, es como el Vaticano armenio, cuyocentro es la antigua catedral. Karekin II es hoy elCatholicos, elegido en 1999 por la asamblea generalde los armenios, con el apoyo decisivo de la diás-pora de América. De 50 años, cara juvenil y barbagris, tiene fama de gran organizador. Acaba de vol-ver de la capital, donde se construye la nueva cate-dral, para las celebraciones en las que su país con-memora los diecisiete siglos de la adopción oficialdel cristianismo. «Estamos recuperando los retra-sos; para ese día estará todo listo», dice seguro.

¿Con qué sentimiento se prepara para acogera Juan Pablo II en Armenia?

Con inmensa alegría, tanto más grande cuantomás sabemos que el Papa de Roma habría queridohacer esta visita hace ya dos años, a mi predecesorKarekin I, llamado a la Casa del Padre en aquellosdías. Con él las relaciones entre la Iglesia apostóli-ca armena y la Iglesia católica romana entraron enuna fase nueva, marcada por una gran cordialidady amistad. Con este espíritu fui al Vaticano el año pa-sado, y considero providencial que la visita de JuanPablo II, tan esperada, coincida con las celebracio-nes jubilares del cristianismo en Armenia.

Sus compatriotas están orgullosos de ser laprimera nación cristiana de la Historia. ¿Quésignificado tiene esto en la sociedad de hoy?

Es una cosa hermosa, pero es, sobre todo, unatarea: debemos vivir la fe en la fatiga de cada día ytransformarla en acción. Setenta años de ateísmohan impuesto una separación entre la fe, reducida aritualidad encerrada en los edificios de culto, y lavida. Por esto la Iglesia tiene un gran trabajo querealizar.

¿Quiere decir que para un armenio ha dejadode ser algo natural el cristianismo, como sucedíaen el pasado?

No, ningún hijo de la nación armena se conside-ra tal si no ha sido introducido en la fuente bautismalde nuestra Iglesia. Incluso bajo el régimen soviético,

este sentimiento nunca disminuyó. Lagente se tocaba el pecho diciendo:aquí, a la derecha, tengo el carnetdel Partido, pero, a la izquierda,el corazón late con la Iglesia. Loque ha faltado ha sido la posi-bilidad de educación religio-sa. Tras la caída del comu-nismo, nuestro principal es-fuerzo fue formar a unnuevo clero, nuevos ca-tequistas y profesores.Nuestros seminariosestán a rebosar, lasvocaciones sacer-dotales no fal-

tan.

Entre la Iglesia católica y la ortodoxa de Mos-cú, las relaciones son muy difíciles. En su opi-nión, ¿cómo se puede reanudar el diálogo?

Estoy convencido de que el deseo de unidad, se-gún el mandato de Cristo, no ha disminuido en nues-tras Iglesias hermanas. Tenemos que construir eldiálogo sobre el respeto recíproco y el amor frater-no. Pedimos por ello, y trabajamos para que aca-ben los malentendidos y se llegue a la unidad detodos los cristianos. Antes de la visita de Juan PabloII, festejaremos el Jubileo, junto con los represen-tantes de 25 Iglesias y confesiones religiosas, entreellas el Patriarca Alejo, de Moscú, y el cardenalWalter Kasper, Presidente del Consejo Pontificiopara la Unidad de los Cristianos, que presidirá ladelegación de la Iglesia católica. El encuentro serála ocasión para soldar nuestras relaciones frater-nas.

Su Iglesia siempre ha sido de frontera, ba-luarte del cristianismo en el Asia musulmana.Los últimos trágicos acontecimientos en EstadosUnidos hacen resurgir la confrontación entre Oc-cidente y el islamismo. ¿Cuál es su juicio?

Desde el punto de vista geográfico, Armenia seencuentra en el confín con los países musulmanes.Pero, desde el punto de vista espiritual, han cambiadomuchas cosas y sería un grave error, dejándose llevarpor la emotividad, pensar en una guerra religiosa de ca-rácter planetario entre el Occidente cristiano y el mun-do islámico. Muchas comunidades cristianas arme-nias viven en los países árabes sin problemas. Tenemosencuentros regulares con los dirigentes religiosos mu-sulmanes de Irán y de Azerbaiyán. Les hemos invita-do también a los festejos de nuestro Jubileo.

Avvenire-Alfa y Omega

En portada Alfa y Omega 27-IX-2001 7

Habla el Patriarca de la Iglesia en Armenia, Karekin II

Armenia, prueba del avanceen la unidad

de los cristianos

La fotoAlfa y Omega8 27-IX-2001

Lo menos que podía imaginar, el 13 de abril de 1998 el padre Joh-nathan Fields, de la catedral de Saint James en Brooklyn, cuandoaquel Viernes Santo presidía con la Cruz el rezo del Via Crucis porel puente, era que, dos años y unos meses después, las Torres gemelasque se ven en la foto ya no iban a estar, porque un via crucis de te-rror y de desprecio al ser humano iba a reducirlas a escombros y asembrar muerte y dolor en Nueva York. Dos semanas después del mar-tes negro 11 de septiembre, hay regiones del mundo como Afganistánen las que, como se ve en las fotos, la imprevisible pero siempreodiosa maquinaria de la guerra se ha puesto en marcha: trincheras,refugios subterráneos, fanatismo por las calles, odio, deseos de ven-ganza, las eternas caravanas de los refugiados que intentan huir atiempo de la quema... Y también esa niña afgana que se esconde trasun muro del campo de refugiados de Jalozay, en Pakistán, y que, des-de luego, no tiene culpa de nada. Medio mundo –y también el otro

medio– se levanta ca-da mañana angustia-do ante un futuro trá-gico e incierto. Lo úni-co cierto es que la gue-rra y la violencia sólotraen más violencia ymás guerra

Ni impunidad, ni venganza

Calificar de justicia infinita laoperación con la que EstadosUnidos quiere reaccionar ante

el horror perpetrado el pasado 11 deseptiembre ha sido considerado paté-tico por algunos, y en todo caso pocoacertado incluso por los más benévo-los. La prensa italiana lo ha ilustradocon una viñeta que denota más hon-dura: ante el asombro de la Dama Jus-ticia, con su balanza y su espada, lapalabra Giustizia ha sido tachada ycambiada por Paura (Miedo) infinita.Será también excesivo eso del miedoinfinito, pero ciertamente respondemás a la realidad que el patetismo dellamar patéticos a quienes compartenla misma ceguera de vivir como siDios no existiese, o como si pudierareducirse su existencia al ámbito delos templos o a la vida puramente es-piritual.

La palabra de Cristo es la que debeguiar una reflexión cristiana de todoslos acontecimientos. Él dijo: «Si osmantenéis en mi Palabra, seréis ver-daderamente mis discípulos, y cono-ceréis la verdad y la verdad os hará li-bres... Si alguno guarda mi Palabra,no verá la muerte jamás». No simple-mente se califica «poseedor de la ver-dad», sino ¡la Verdad misma!, y ade-más ¡Dueño de la vida! Entonces, ta-chándolo de loco –seguimos leyendoen el evangelio de Juan–, «tomaronpiedras para tirárselas; pero Jesús seocultó y salió del Templo».

En su viaje apostólico a Kazajstány Armenia, como testigo de Jesucris-to, Juan Pablo II acaba de recordar que«la religión nunca puede ser una ex-cusa para la guerra». No cabe duda deque los que buscan tal excusa preten-den suplantar a Dios, que es lo que su-

cede cuando no se reconoce que sóloDios es Dios, y se le recorta a caprichode esa peligrosísima cordura de unOccidente con raíces cristianas que,renunciando a ellas, pretende manteneren el mundo sus frutos de justicia yde paz. No era protocolaria, cierta-mente, la advertencia del Papa, el pa-sado día 13, cuando, al serle presen-tadas las cartas credenciales por elnuevo embajador de Estados Unidosante la Santa Sede, se refirió a «las ra-íces espirituales de la crisis que las de-mocracias occidentales atraviesan, una

crisis caracterizada por el avance deuna visión materialista, utilitaria y, enúltimo término, deshumanizada, quese separa trágicamente de los funda-mentos morales de la civilización oc-cidental». Estos fundamentos no sonotros que Jesucristo mismo. El resul-tado, para Él, fueron las piedras de lasque habla el evangelio. Curioso. Porser fieles al Dios que no veían, aque-llos fariseos querían apedrear, y cru-cificaron, al que tenían delante de susojos. La historia se repite. Por ser fie-

les al Dios que no se ve, puede aca-barse fácilmente poniendo en la cruz asu Cuerpo visible que es la Iglesia…,y a tantos inocentes que son tambiénsignos visibles de su Presencia.

No menos sorprendente –siendo almismo tiempo lo más razonable quepuede darse en el mundo, porque eslo que más y mejor corresponde a losdeseos de todo corazón humano– esesa sapientísima y maravillosa para-doja cristiana de establecer la auténti-ca justicia infinita precisamente en lasBienaventuranzas: «Dichosos los quelloran, los que tienen hambre y sed dejusticia…» La locura de Cristo tiene elnombre de Misericordia. Es su fuer-za –ésta sí calificada con verdad– infinita la que cada día pone tan cla-ramente de manifiesto Juan Pablo II.Lo ha hecho estos días de modo ad-mirable en su visita a Kazajstán y Ar-menia. La única fuerza que ha venci-do al miedo. ¿Acaso ha dejado de re-petir un solo día, desde el primero enque salió al balcón en la Plaza de SanPedro, «¡No tengáis miedo!»? Hoy selo dice a los niños y jóvenes de Ka-zajstán, que con los pies bien la tierrason esperanza para el mundo.

Por mucho que se le quiera anes-tesiar con engaños mil, el miedo ne-cesariamente abruma al hombre solo,y acaba conduciéndolo a ese despreciopor la persona humana que tocó elabismo de la abyección en el indeciblehorror del pasado día 11. Un hombreque niega la infinitud del deseo de sucorazón, y considera locura su co-rrespondiente respuesta cristiana, tie-ne que vivir en las nubes. Sólo Cristonos permite vivir realmente, con todoel dolor del mundo, pero sin miedo al-guno, con los pies en la tierra.

Criterios Alfa y Omega 27-IX-2001 9

Lo esencial

El aspecto más radical que mar-ca la crisis de la cristiandad de

antigua evangelización es una es-pecie de atrofia, una ceguera queimpide ver la sacramentalidad yla naturaleza sacramental de laIglesia. En la pastoral ordinaria,debido también a la escasez desacerdotes, los sacramentos co-rren el riesgo de dejar de ser elcentro de gravedad de la pasto-ral católica. Inexorablemente sonalejados hacia la periferia del apa-rato eclesial. Predomina la tenta-ción de replegarse en el ministe-rio de la Palabra y en el de la dia-conía. De este modo gran partede la liturgia corre el riesgo dequedar absorbida en una verbo-rrea, o de servir para recargar laspilas en vista de la actividad so-cial.

No se trata de la pérdida delsentido simbólico o del gusto porlos ritos, como dicen algunos. Alcontrario, nunca como en nuestrostiempos la religiosidad natural pro-duce ritos profanos casi con un rit-mo comercial, que marcan todoslos momentos cruciales de la vidahumana: el nacimiento, la ado-lescencia, el matrimonio, la muer-te. Son ritos que expresan las pre-guntas y angustias del hombre fren-te a la finitud, a la muerte y al pe-cado. Y garantizan un consueloterapéutico, una salvación self ser-vice, en la que el hombre ahorra laconversión de corazón.

En esta selva de simbologíasreligiosas se termina por no ad-vertir lo específico histórico y cris-tológico de los ritos sacramenta-les cristianos, lo que distingue alos sacramentos de la Iglesia delos ritos inventados por el hombre.Y se quebranta también la per-cepción de la verdadera natura-leza de la Iglesia, del ministerioordenado y de los sacramentos.Se desvirtúa una justa compren-sión católica de la predicación,que no es por supuesto una retóri-ca de mercadotecnia, y de la dia-conía, es decir, del servicio a loshermanos.

La liturgia no agota toda la ac-ción de la Iglesia, pero es la fuen-te de donde todo mana, y la metaa la cual tiende todo lo que ellahace para la salvación de los hom-bres.

Sacramentos. La caridad. ElEvangelio. La comunión con elobispo de Roma: es lo esencial.

CCaarrddeennaall GGooddffrriieedd DDaannnneeeellss,arzobispo de Malinos-Bruselas,

en 30 Días

ΑΩ Con los pies en la tierra

CartasAlfa y Omega10 27-IX-2001

Fe cristiana y problema vasco

Don Juan Aranzadi, filósofo y antropólogo,afirmaba en El Diario Vasco: «Así como fue

la Iglesia española la principal responsable mo-ral de la Cruzada fascista del 36, fue también laIglesia vasca de los años 60-90 la principal res-ponsable moral del recurso de ETA al asesinatopolítico transustanciado en sacrificio patriótico.Y esa responsabilidad no es sólo institucional si-no también ideológica: hasta ahora no se ha in-ventado mejor incitación al martirio que la fecristiana en el valor redentor de la muerte delHijo de Dios y de la muerte de los hijos de loshombres».

Esa fe a la que se refiere no es la fe cristiana,precisamente porque ésta no es una ideología.Es la convicción de que el Hijo de Dios se hahecho Hombre, ha muerto y ha resucitado parasalvar a todos los hombres de cualquier raza,tiempo, religión e ideología. Es ese abajamien-to de Dios-Hijo el que crea el espacio para darcabida a todas las culpas del mundo; tal espaciosólo puede tenerlo uno que, en una distancia di-vina, esté cara a cara con el Padre eterno, osea, el Hijo que, también como hombre, es Dios.

¿Qué tiene que ver esta fe con la mejor inci-tación al martirio? Un solo martirio –el de Jesús–fue necesario para la salvación de todos loshombres. Los seguidores de Jesús pueden llegara sufrir martirio, pero nunca jamás podrán ser ver-dugos, nunca jamás podrán engendrar violenciani responder con violencia a la violencia en-gendrada por otros.

Los errores y pecados de algunos cristianos (yasean jerarquía o seglares) no pueden atribuirsea la Iglesia universal. Porque la Iglesia, fundadapor Jesucristo, continúa en el tiempo su obra desalvación universal, basada en una fe incom-patible con cualquier tipo de violencia, salvo laque cada cual tiene que hacerse a sí mismo pa-ra procurar ser siempre fiel seguidor de Jesús.

EEmmiilliioo PPéérreezz PPéérreezz. Madrid

La Virgen en la ciudad

Ayer estuve en Serrano 97. Llegué como a lassiete y media de la tarde. Sabía que desde

hace muy poco tiempo se oficia Misa todos los dí-as a las 20:30 h.

En un jardín frondoso y recoleto, y en un san-tuario dedicado a la Virgen, pequeño, acoge-dor y entrañable, los madrileños tenemos la in-mensa gracia de poder participar en la Euca-ristía a última hora de la tarde. Pero, además, eselugar de gracia va a tener un horario de 8 a14, y de 17 a 22 h., para poder aislarse delmundanal ruido un ratito, media hora, o el tiem-po que uno pueda, para sentirse acogido porla mirada de una Madre, toda ternura, que pa-rece que lee en nuestra alma e invita a que de-jemos a su cuidado nuestras cuitas.

Sentir la presencia del Señor tan cerquita enel sagrario, pues en el santuario no caben másde 30 personas, invita al coloquio, a la oración,a la contemplación, al abandono. Nuestra Se-ñora de Schoensttat, infinitas gracias por que-rer instalarte en el corazón de Madrid, al al-

cance de los que te amamos e invitando a to-dos a que te conozcan.

MMaarrííaa JJoosséé AArrrrúúeeMadrid

El futuro por hacer

Pensar en los muertos que el terror ha dejado enEE.UU. y que el hambre, la miseria y las en-

fermedades se curan en el norte y matan en elsur, generalmente, es fundamental para trazar laslíneas sobre las cuales ha de caminar el mañana.

Es de lamentar la forma en que se nos ha ocul-tado que estamos en la necesidad de reflexio-nar a fondo sobre cuáles son las enmiendas quela sociedad, en el más amplio sentido, y cadauno en singular, hemos de hacer para lograrque la dignidad del hombre quede de manifies-to en todo el mundo y se acabe de una vez el ac-tuar sin límites de ese capitalismo internacionalcarente de moral y ética, que hasta ahora vieneinfectando las decisiones políticas.

JJuuaann MMuuññoozz CCaammppooss.. Madrid

Ante la destrucción:el bien

Buen Padre nuestro, bendice a las familiasnorteamericanas, consuela su dolor y siembra

la paz y la esperanza de la resurección en suscorazones. Padre nuestro, envía tu Espíritu San-to y consolador sobre la tierra, para sembrar lapaz y el amor en los corazones de aquellosque se empeñan en destruir, matar y amena-zar, escudados en una idea política o una reli-gión…

Ayúdanos a saber perdonar…, a olvidar, yseguir trabajando por la reconciliación de laspersonas, pueblos y culturas, luchando pacífi-camente contra cualquier forma de violencia.Dando lugar así a eso que todos llamamos paz.

Nos encomendamos a María, la mujer nue-va, Reina de la Paz para que obtengamos lasgracias que necesitamos para ser santos…Amén.

CCaarrllooss JJeessúúss Madrid

JJoosséé LLuuiiss DDoorree llllee Santiago de Compostela

Profesores de Religión

Se está hablando mucho últimamente del te-ma de las profesoras de Religión y Moral

católica destituidas por su inmoralidad e inco-herencia entre lo que deben enseñar y su vidaprivada. Si bien cada cual es libre de vivir co-mo quiera, ¿qué ejemplo iban a dar a sus alum-nos? Libertad no es libertinaje. Y se han le-vantado muchas ampollas, por parte de quienesse creen con derecho a juzgar (una vez más) ala Iglesia católica. ¿Cuántas de esas voces (quedicen clamar Justicia) se levantaron cuando losprofesores de Religión y Moral católica no te-níamos ni Contrato ni Seguridad Social, ni unsueldo fijo, porque el Gobierno socialista in-cumplía reiteradamente los Acuerdos Iglesia-Estado?Ser católico no significa serlo a medias, y sóloen lo que nos apetece. Y quien no lo sea, o sededique a criticar, mejor sería que lavase suspropios trapos sucios.

EEmmiilliiaa MMeenneesseess EEssccrriibbaannooAranjuez (Madrid)

Las cartas dirigidas a esta sección deberán ir firmadas y con DNI, y tener una extensión máxima de 20 líneas. Alfa y Omega se reserva el derecho de resumir su contenido

Aquí y ahora Alfa y Omega 27-IX-2001 11

J. F. Serrano [email protected]

Textos de estos días que, con permiso de Ga-damer, «dan que pensar». Dice AndréGluscksman, en una muy intersante entre-

vista hecha por Josep Ramoneda, en un muy inte-resante suplemento cultural del diario El País, el pa-sado sábado, bajo el título La violencia es cada vezmás nihilista, que «la fuerza del partisano, teoriza-da por Karl Schmitt y por Mao, es el paradigma dela violencia desde abajo, y ésta ha sido la gran pro-gresión de la guerra en el siglo XX. Sólo podemos re-sistirla si sabemos en qué estado de la guerra nosencontramos: continuidad de la guerra, cada vezmás nihilista».

En el diario La Vanguardia, del pasado miércolesdía 19 del presente mes, Tahar Ben Jelloun, bajo eltítulo La razón ha muerto, afirma: «La razón hamuerto. La locura asesina es una locura a escala in-dustrial, y con ello quiero decir que arrastra con ellael máximo número de víctimas inocentes. Esta locuraacaba de enviarnos a otra época, a otro mundo, pro-bablemente al mundo donde el odio será ciego y ca-da vez más activo, donde la muerte es generosa,donde el adversario está oculto y se autodestruyeen la misma operación. Sin dejar huellas. Cuántosefluvios de odio confundiéndose con las nubes depolvo y humo que llenan el cielo».

Había escrito el miércoles día 19, en el diario ElMundo, el historiador e intelectual británico PaulJohnson, autor de una recientemente traducida alespañol Historia de los Estados Unidos, que, «aligual que en el siglo XX las nociones liberales aca-baron apoderándose de todos los ámbitos de nuestrasociedad –desde el sexo y los medios de comunica-ción, hasta el crimen y su castigo; desde el matri-monio, a la vida familiar; y desde las relaciones en-tre padres e hijos, a la sustitución de la tradicional no-ción del deber por los derechos universales–, lareacción ahora frente a esos desacreditados valoresse extenderá gradualmente, aunque con rapidez ca-da vez mayor, hasta alcanzar los últimos rinconesde nuestras permisivas sociedades. Esta reaccióndebe afectar, también, a asuntos tales como el di-vorcio, el aborto y la ilegitimidad, a la naturalezade la educación, a la formación de la juventud, a lagestión de las becas, y, no como tema menor, al fu-turo de la religión y de los dictados fundamentales dela moralidad. De esta manera, nos encontraremosen un mundo nuevo y más severo, pero también másseguro y estable (...) El asalto terrorista contra Es-tados Unidos –y la respuesta que a continuación seproducirá– puede suponer un acontecimiento de ca-racterísticas muy similares y capaz, por tanto, deponer en marcha un retorno a la noción tradicionaldel Bien y del Mal».

En el anteriormente citado diario, el pasado do-mingo, monseñor Félix Machado señalaba, bajo eltitular de Con el diálogo se evitan los desastres: «Laprimera causa puede ser una falta de fundamentos en

la propia fe. Un conocimiento insuficiente de la reli-gión, en el que profesa su fe, provoca confusiones e in-terpretaciones equivocadas que pueden desembocaren el fundamentalismo. Un conocimiento insuficien-te de la otra religión puede conducir seguramente auna falta de valoración y a amplias generalizaciones ydesembocar así en juicios equivocados».

Si suenan tambores de guerra, ¿de qué guerra?No está de más recordar lo que el Catecismo de laIglesia católica nos dice, al respecto:

«2308. Todo ciudadano y todo gobernante estánobligados a empeñarse en evitar las guerras.

Sin embargo, mientras exista el riesgo de gue-rra y falte una autoridad internacional competentey provista de la fuerza correspondiente, una vez ago-tados todos los medios de acuerdo pacífico, no sepodrá negar a los Gobiernos el derecho a la legíti-ma defensa.

2309. Se han de considerar con rigor las condi-

ciones estrictas de una legítima defensa mediantela fuerza militar. La gravedad de semejante deci-sión somete a ésta a condiciones rigurosas de legi-timidad moral. Es preciso a la vez:

que el daño causado por el agresor a la nacióno a la comunidad de las naciones sea duradero, gra-ve y cierto;

que todos los demás medios para poner fin a laagresión hayan resultado impracticables o ineficaces;

que se reúnan las condiciones serias de éxito; que el empleo de las armas no entrañe males y

desórdenes más graves que el mal que se pretendeeliminar. El poder de los medios modernos de des-trucción obliga a una prudencia extrema en la apre-ciación de esta condición.

Éstos son los elementos tradicionales enumera-dos en la doctrina llamada de la guerra justa. Laapreciación de estas condiciones de legitimidad mo-ral pertenece al juicio prudente de quienes están acargo del bien común.

2310. Los poderes públicos tienen en este caso elderecho y el deber de imponer a los ciudadanos lasobligaciones necesarias para la defensa nacional.

Los que se dedican al servicio de la patria en la vi-da militar son servidores de la seguridad y de la li-bertad de los pueblos. Si realizan correctamente sutarea, colaboran verdaderamente al bien común de lanación y al mantenimiento de la paz.

2311. Los poderes públicos atenderán equitati-vamente al caso de quienes, por motivos de con-ciencia, rehusan el empleo de las armas; éstos siguenobligados a servir de otra forma a la comunidad hu-mana».

y contarlooír...Ver

Paul Johnson:

«Un mundo más severo,pero más seguro y estable»

Dobritz, en Le Figaro

A. Llamas Palacios

Yla bendición de Dios Todo-poderoso, Padre, Hijo y Es-píritu Santo se extienda so-

bre vosotros. Puede comenzar laemisión». Éstas fueron las últimaspalabras que el cardenal AntonioMaría Rouco Varela, arzobispo deMadrid, pronunciaba en la inaugu-ración y bendición de los locales delnuevo canal de televisión del Arzo-bispado de Madrid, TMT, que tuvolugar el pasado lunes 24 de sep-tiembre. Minutos después, TMT co-menzaba a emitir para todo Madrid.

Para muchos, implicados en cuerpoy alma en este proyecto, aquel mo-mento suponía el culmen de dos añosde trabajo intensivo, proyectos, sue-ños que parecían inalcanzables. Laidea se gestó en el corazón del Arzo-bispado de Madrid: crear una televi-sión distinta, humana, cristiana; unaalternativa, finalmente, a la oferta te-levisiva actual.

En los estudios de este recién na-cido canal, situados en la calle Dono-

so Cortés de la ciudad, se reunieronimportantes personalidades que, consu presencia, apoyaban y alentaban elproyecto: el cardenal Rouco Varela, ysus tres obispos auxiliares, el arzobis-po castrense, monseñor Estepa, el pre-sidente del Consejo Pontificio para lasComunicaciones Sociales, monseñorJohn Patrick Foley, los obispos de Al-calá y Getafe, el obispo portavoz dela Conferencia Episcopal, monseñorAsenjo, el presidente de la ComisiónEpiscopal de Medios, monseñor Sán-chez, y el alcalde de Madrid, don JoséMaría Álvarez del Manzano.

Duc in altum, recordaba don JuanPedro Ortuño, Consejero Delegado yasistente eclesiástico del canal de te-levisión, recordando a Juan Pablo II:«Mar adentro: eso es lo que vamos ahacer, adentrándonos en el mar delmundo, porque hemos de implicarnosen el mundo. Y ahí vamos a apostarmuy fuerte, y vamos a contar con lapresencia de laicos comprometidos,con un Consejo de Administración,con un importante grupo de empresa-rios, vamos a lanzarnos a la procla-

mación de la Buena Nueva a todos loshombres de buena voluntad».

También monseñor Foley quisocompartir con todos los presentes susensación de «estar asistiendo a unacontecimiento de gran importancia,por muchas razones: el Santo Padreno pierde oportunidad para pedir quela Iglesia utilice los grandes mediosde comunicación social al servicio delesfuerzo evangelizador. Con entregaapostólica, con cristiana valentía, conprofesionalidad. Todo hace pensar quela Iglesia en Madrid sabe a dónde vaen este sentido. El señor cardenal hasabido constituir un excelente equipoque conoce muy bien la comunicaciónmoderna y sabe utilizarla. Prensa, ra-dio, informática están siendo utilizadoscon eficacia. (…) Ustedes, con TMT,tienen aquí la palabra, junto al debermoral de demostrar que el mensajecristiano es un mensaje de alegría, pro-fundamente humanizante, capaz decongregar en torno a sí, reflejar la sen-sibilidad del pueblo de Dios, y esta-blecer un diálogo con la realidad socialdel país, dando la verdadera imagen

de la Iglesia. Éste es el punto de par-tida de algo que deseamos –y puedeser– muy grande».

El acto de inauguración y bendi-ción de la televisión, conducido porDomingo Malmierca, director ejecu-tivo de TMT, y Javier Alonso, fueaprovechado también para presentar amuchos profesionales que, desde aho-ra, intentarán dar lo mejor de sí mis-mos dentro de una programación en laque tienen cabida muchos temas: mú-sica joven; nuevas tecnologías; doc-trina de la Iglesia; arte inédito; pro-gramación infantil, con dibujos ani-mados, Alex el Sabelotodo, o Silvia yla merienda; concursos como El des-piste; reportajes semanales y un pro-grama estrella: el magazine Ésta noes la hora de la cena, presentado porJavier Alonso Sandoica y Patricia Ló-pez Schlichting, que contará con ac-tuaciones, entrevistas y hasta 13 in-vitados por programa, con lo que sepresenta como un programa competi-tivo, de calidad, y que supondrá unagran diferencia con respecto a el res-to de la oferta, lo que muchos espec-tadores acogerán agradecidos; o latertulia Argumentos, que coordinaráRamón Pi.

La televisión es un mundo muycomplejo en el que colaboran muchaspersonas. Muchísimas más de las queel telespectador común es conscien-te. El canal del Arzobispado de Ma-drid, TMT, no se diferencia en eso delos demás canales, aunque sí en losmotivos que les mueven a actuar. «Pro-clamar el Evangelio al mundo enteroes proclamarlo también en televisión–subrayó el cardenal Rouco a los asis-tentes–. El reto para los que van a ha-cer TMT es hacerlo para que respondatan bien al mandato del Señor, quecuando el mundo, la creación, el hom-bre, escuche, viva la proclamación yanuncio del Evangelio, sienta que loque tiene de creado y fruto de la crea-ción se convierte en realidad salvada,elevada, y camino de nuevo futuro pa-ra la Humanidad».

Iglesia en MadridAlfa y Omega12 27-IX-2001

Bendición e inauguración de los estudios del canal TMT

Mar adentro,también en la televisiónPor fin, tras dos años de trabajo intensivo, la televisión de la archidiócesis de Madrid, TMT, llega atodos los hogares madrileños. Se trata de un canal diferente, con una oferta alternativa y de calidad.TMT comenzó a emitir la noche del lunes 24 de septiembre, en un acto cargado de emoción, en susestudios de la calle Donoso Cortés. Hasta allí acudieron importantes personalidades que arroparon elnacimiento de un canal en pañales: «Joven, pero sobradamente preparado»

Patricia López Schlichting, Javier Alonso yDomingo Malmierca, durante el acto inaugural.A la izquierda, el cardenal arzobispo deMadrid durante la bendición de las distintas ins-talaciones de TMT

Los equipos de desescombro si-guen actuando en Nueva York ylas noticias oficiales del núme-

ro de los desaparecidos continúan cre-ciendo. Los ecos de la terrible tragediallegan hasta nosotros, con acentos ca-da vez más estremecedores, a travésde las voces y mensajes de las propiasvíctimas que pudieron comunicarsecon sus familiares en los trágicos mo-mentos de su muerte inminente. Nosha impresionado a todos cómo la re-acción más espontánea del pueblo nor-teamericano y de sus gobernantes fuevolver el rostro y el corazón al Diosvivo y misericordioso, en una coinci-dencia verdaderamente ecuménica deexpresión y testimonio de la fe.

La archidiócesis de Nueva York, ala que está unida la nuestra de Madridpor lazos de cooperación institucio-nal en el servicio pastoral a los hispa-nos de la gran metrópoli, ha respon-dido con el compromiso cristiano detodos sus fieles y sacerdotes que supastor diocesano les concretaba, jun-to con los demás obispos de Nortea-mérica, como un compromiso simul-táneamente con la justicia y la mise-ricordia, la que ha encarnado para

siempre en el mundo y en la HistoriaJesucristo crucificado: el Hijo de Diosque enseñó a los hombres la supre-ma lección del amor a Dios y del amoral prójimo como Ley Nueva que nosólo fija deberes, sino que va acom-pañada de la gracia para cumplirlos.Ésta es la Buena Noticia de Jesucristo,su Evangelio: que Dios ha amado almundo hasta entregarle a su Hijo Uni-génito, de modo que por Jesús el co-razón de los hombres recibiese la luz yla capacidad para amar como Él nos haamado, por el don del Espíritu Santo.

La tremenda paradoja, que hemosvivido estos días, es la de que el nom-bre de ese Dios del Amor y de la Vidahaya podido servir como infame pre-texto ideológico y psicológico de unaespantosa acción terrorista que ha sem-brado la muerte y la desolación indis-criminadamente entre prójimos y her-manos. Es imposible encontrar una for-ma de mayor vilipendio del nombrede Dios que convertirlo en instrumen-to del odio y del asesinato de millaresy millares de hermanos. Y, consi-guientemente, no es concebible un ma-yor desprecio y ofensa del hombre queel de considerarlo y tratarlo con fría y

satánica crueldad como un simple me-dio u objeto totalmente subordinado alos intereses, proyectos y reivindica-ciones, cualesquiera que sean, de unomismo, de su familia, de su grupo, na-ción, comunidad religiosa o política.Dios es el Dios Creador, Redentor yPadre de todos los hombres, sin dis-tinción alguna. Y el hombre es siempreun prójimo para el otro hombre; in-cluso, más: un hermano.

La indispensable conversión

A la hora de restablecer la justicia,tan brutalmente herida, no se debe decaer en la tentación de responder alodio criminal, que tantas lágrimas ydolor ha costado a los familiares delas víctimas y a todo el pueblo norte-americano, como a todos los que nossentimos cercanos, con la sed de ven-ganza o con cualquier tipo de actituddictada o influida por sentimientos se-mejantes. Importa mucho en estos mo-mentos no olvidar la Ley de Dios y sudoble y central mandamiento: ama aDios sobre todas las cosas y al prójimocomo a ti mismo o, lo que viene a serigual –visto a la luz de su Revelación–,

como Él te amó. Los que conocen elEvangelio saben como ocurrió y seexpresó ese amor de Dios al hombreen el momento culminante de la His-toria: por Jesucristo, con Él y en Él.Una justicia llevada a la práctica sinmiramientos, implicando a inocen-tes, y sin misericordia, al estilo de laley del talión, se transforma al finalen una condenable injusticia y en unainjuria a Dios. La execrable crueldadde lo que hemos presenciado estos dí-as, la legítima indignación y el doloratónito que nos han embargado, nodeben obnubilar el juicio moral de loshechos, ni menos, perturbar la mira-da cristiana de los mismos.

La experiencia larga ya del terro-rismo contemporáneo, tanto el que su-frimos en España, el de ETA, como elque se internacionaliza cada día más ymás, enseña que su superación y erra-dicación definitiva comporta un pro-ceso de pedagogía espiritual que lleguea sus jóvenes protagonistas y al en-torno social, cultural y político que losenvuelve, tocando su conciencia, mo-delando su personalidad con los idea-les de una verdadera humanidad, lle-vándolos al encuentro en verdad y deverdad con el Dios vivo y verdadero:el Dios del Amor y de la Vida. Natu-ralmente, el éxito de este empeño edu-cativo pasa por dos elementos im-prescindibles: que sus educadores, susdirigentes intelectuales y políticos ysus guías religiosos, el entorno socialen una palabra, se convenzan de quelos signos de esta hora histórica nosestán urgiendo a todos, sin excepción,a una pronta conversión, una renova-ción moral y religiosa auténtica, sindemoras; y, luego, que aprendamos apedirlo con humildad de corazón aquien puede hacerlo fructificar: al Diosde la Gracia, a Jesucristo, Salvador yHermano nuestro, al Espíritu Santo,Señor y Dador de Vida. ¡Es necesarioque aprendamos de nuevo a orar comoCristo nos enseñó: con la oración delPadre Nuestro!

Nosotros, los que, por gracia infi-nita del Señor, vivimos la fe en su Igle-sia, sabemos que en este camino con-tamos con una intercesora omnipo-tente, la Virgen María, Madre suya yMadre nuestra. A ella, a su Inmacu-lado Corazón, nos confiamos total-mente. A Ella confiamos con una es-pecial insistencia y amor el viaje apos-tólico del Santo Padre a Kazajistán yArmenia. Juan Pablo II acude a esoslugares de milenaria tradición cristia-na, muy cercanos al punto neurálgicode la actual tensión mundial, comoTestigo y Pregonero del Evangelio dela Paz, del que es su Autor para siem-pre Jesucristo, Nuestro Señor. ¡Qué eltestimonio del Papa sirva para la con-versión de los corazones!

+ Antonio Mª Rouco Varela

Iglesia en Madrid Alfa y Omega 27-IX-2001 13

Dios, como pretextoideológico

A propósito de los atentados en Estados Unidos, nuestro cardenal arzobispo escribesu exhortación pastoral de esta semana, y, bajo el título El Dios del amor y de la vida, dice:

La voz del cardenal arzobispo: a propósito de los atentados en Estados Unidos

Máxima infamia:

Escombros de armas, mejor que restos de vidas humanas

Aquí y ahoraAlfa y Omega12 27-IX-2001

En el hondón del corazón de cadapersona hay, en permanencia,una búsqueda de felicidad. O,

mejor dicho, un ansia de felicidad. Unanhelo. Porque, con frecuencia, se ol-vida el trabajo de búsqueda. Pero lased de felicidad es, por definición, elestado habitual de cada ser humano;independientemente de sexo, raza,edad, creencia, condición social, lugarque habita, tiempo en el que vive, his-toria en la que se inserta. Nada máseterno y contemporáneo que la bús-queda de la felicidad humana. Nadamás olvidado. Por ello es de agrade-cer al Consejo Pontificio para el diá-logo con los no creyentes, y muy enespecial al cardenal Paul Poupard, suacierto al proponer este tema como ba-se para la realización de una encuestainternacional de amplio alcance, conuna duración de tres años y que con-fluiría en una Asamblea plenaria. Aeste encuentro acudieron cincuenta per-sonalidades de 35 países, y surgió unafascinante riqueza, condensada en algofundamental y común a toda época ypueblo: la felicidad, en esencia, es de-seo de amar y ser amado siempre.

El resumen estructurado de toda esariqueza fue redactado por el cardenalPaul Pouppard y por un equipo delConsejo Pontificio (en especial por elsacerdote irlandés Michael Paul Ga-llagher y por Gianpietro Rampin, sa-cerdote de la diócesis de Novara), conel objetivo de ofrecer una publicación,que fue editada en España por la edi-torial Herder, con el título Felicidad yfe cristiana. Páginas imprescindibles.

Un libro luminoso

La parte primera es una aproxima-ción, desde perspectivas múltiples, altema. Se titula La felicidad como bús-queda personal, y está compuesta por:La felicidad más allá de las aparien-cias; Luces que convergen en la feli-cidad; La felicidad ante el sufrimiento.La parte segunda recoge los comenta-rios enviados al Consejo bajo el títu-lo: La felicidad en la cultura contem-poránea. En la parte tercera se afrontauna pregunta cristiana: ¿cómo podríauna predicación de la felicidad cristia-na satisfacer las necesidades pastoralesde hoy? El libro incluye una conclu-sión sobre La aspiración a la felicidady la fe en Cristo, y un apéndice quecontiene el discurso del cardenal Pou-pard y el de Juan Pablo II al finalizar laasamblea. Es un libro trabajado, lumi-noso, esclarecedor y denso en suge-rencias, que pone de relieve cómo lacrisis de fe del hombre actual es másuna crisis humana que una crisis teo-lógica. Falta hondura personal más quesentido de trascendencia.

El texto parte de distinguir entre fe-licidad y satisfacción, entre la respuestaprimera que formularía el transeúnteal que se le pregunta: ¿Es usted feliz?y la respuesta que ofrecería en una con-versación a fondo. Se trata de descartaraquellas primeras –supuestas– res-puestas que identificarían la felicidadcon la diversión, o con el bienestar, ocon la satisfacción, o con el actual es-

tado de ánimo, todo lo definido se que-daría en apariencia exterior. Pero novale. Nada de prisas.

Hay que tener tiempo para profun-dizar en la conversación e invitar al in-terlocutor a mirar su propio corazón.La conversación se hace mas difícilporque no estamos acostumbrados aexpresar nuestros deseos profundos,pero surgen esperanzas ocultas, y todasellas dirigidas hacia relaciones huma-nas, hacia el sentido de autoestima, ha-cia el descubrimiento del amor. Es otronivel, que está en el fondo de la vidacotidiana, un nivel al que pocas vecesse accede, olvidado; un nivel que notiene nada que ver con el de bienestaro el de instrucción. Es el nivel personal.Entre los factores que convergen en to-das las definiciones de felicidad apa-recen; que es más fácil conseguirla encentros no muy grandes; que es másfácil hallarla en aquellas personas queson buscadoras del bien; que es undon, y una disposición y una actitud.Requiere, por tanto, aprendizaje y tra-bajo. Es más un estilo de vida armó-

nico que un objeto en sí, y necesitagenerosidad para crecer. La búsquedade la felicidad no se rinde ante la de-sesperación ni ante el sufrimiento. Norehuye el dolor. La felicidad es un doncomún a toda la Humanidad. Resultaindispensable hoy ayudar a descubrirese deseo natural y profundo de feli-cidad que en todos anida.

El tono del libro quiere servir de es-tímulo a los no creyentes con una vi-sión filosófica de la felicidad (Aristó-teles, Tomás de Aquino y Julián Marías) y de alimento espiritual para el creyente, con el recuerdo de tres tra-yectorias de santidad (Francisco deAsís, Juan de la Cruz e Ignacio de Lo-yola).

Al estudiar la teoría sobre la felici-dad del filósofo español recuerda: «Ju-lián Marías, el filósofo español que pu-blicó La felicidad humana (Madrid1987), al cabo de seis meses, tuvo queredactar un nuevo prólogo para una se-gunda edición: el tema de la felicidadse reveló tan popular que la primeraedición se había agotado en poco tiem-

po». Para usar las palabras de Marías,«la felicidad afecta a la mismidad de lavida, es una cuestión estrictamente per-sonal que debe afrontarse desde la pro-pia experiencia; cuando nuestros con-temporáneos piensan en la felicidad,rara vez vuelven los ojos a sí mismospara preguntarse si son felices o no...»

Una forma de esperanza

El método adoptado por Marías pa-ra enfocar la cuestión es fascinante,quizá sobre todo porque insiste en elaspecto dramático de la experienciahumana de la felicidad. Un elementoclave para él es que la felicidad com-porta una proyección hacia el futuroy, en cuanto tal, es una forma de es-peranza, que preanuncia siempre eladvenimiento de una satisfacción ma-yor. De este modo el logro de la feli-cidad en esta vida resulta incierto,siempre parcial y siempre incomple-to». Al estudio de la filosofía de Marías sobre la felicidad el libro de-dica varias páginas, resaltando cómo, ajuicio de Marías, los dos grandes ene-migos de la felicidad son el miedo yla falta de imaginación, y cómo el fi-lósofo español pone de manifiesto tresaspectos complementarios de la feli-cidad: es una aventura en la que se co-rren riesgos y se es vulnerable; es unáncora de salvación que sostiene la vi-da de una persona.

Para Aristóteles los seres humanosestán destinados a alcanzar grados masaltos de felicidad, superando el simplenivel del placer de los sentidos. La for-ma más plena de felicidad se deriva deuna actividad contemplativa que dejaintuir lo que expone ya, como nudocentral de su concepto de felicidad, To-más de Aquino: una participación enla felicidad de Dios. Quiere este estu-dio invitar a la Humanidad a buscar lafelicidad con sentido pleno. Esta bús-queda ha sido una constante a lo lar-go de la Historia; ha pasado por mo-mentos de crisis, pero nunca como ennuestra época los objetivos y horizon-tes de una felicidad trascendente, pro-funda, han sido perdidos de vista o ri-diculizados; quiere ser una invitación aactualizar la predicación evangélicahaciendo hincapié en la buena noticia,en la bienaventuranza. Si ese vínculoreligioso con la felicidad no se alcanza,quiere decir que no se ha encontrado enla propia vida la fe en su plenitud li-beradora. Este estudio apasionante, queabre los ojos tanto al hombre aturdidodel mundo civilizado como al hombrecansado del mundo en desarrollo, ani-ma a buscar los deseos más profundos.Pero este estudio esperanzador fue pu-blicado hace diez años. Un silencio pa-voroso, por destructivo, acogió su im-presión. Sin embargo, quien quiera quehaya experimentado con fruición uninstante de felicidad, quiere más. Noes cuestión de tiempo, ni de intensi-dad. Es ansia de Absoluto. La búsque-da de la felicidad es un camino queconduce al encuentro con Dios. ¿Aca-so, por eso, el silencio?

Leticia Escardó

En busca de la felicidad

Apoyamos plenamente las decisiones toma-das últimamente por los obispos, del todoconformes con la legislación vigente y con la

naturaleza de la enseñanza de la Religión católica.Ambas cosas son de sobra conocidas por los quehemos elegido la docencia de esta materia.

Lamentamos muy sinceramente la situación enque quedan esos compañeros y compañeras nues-tros que no han sido propuestos –nunca despedi-dos– para ser contratados como profesores/as deReligión y Moral católica. Pero, como cualquier otramateria, la clase de Religión tiene sus propios con-tenidos. ¿Qué diríamos del profesor de Matemáticasque dijera que las ecuaciones de segundo grado es-tán superadas, o que el profesor de Historia dijera que

los Reyes Católicos consiguieron la unidad de Es-paña gracias a que los musulmanes se retiraron pa-cíficamente de nuestra península?

Nos parece que la jerarquía de la Iglesia de-muestra un fino respeto a las personas cuando: noquiere que un profesor/a enseñe lo que no cree o novive; no quiere que unos niños reciban como ense-ñanza de la Iglesia católica lo que es simple opiniónde un profesor o profesora; no quiere que los padresse vean engañados porque han elegido para sus hijosla Religión católica y lo que reciben es otra cosa;no quiere que la Administración pague a unos pro-fesores de Religión católica que enseñan lo que laIglesia católica no enseña. Nadie tiene obligaciónde creer lo que la Iglesia católica enseña, pero los que

elijan esta Religión tienen derecho a que se les en-señe. Si queremos una sociedad verdaderamente de-mocrática, el Gobierno tiene la obligación de velarpor ambas cosas.

Queremos que nuestros obispos sepan que reco-nocemos que, si hoy tenemos una digna retribucióneconómica, se debe exclusivamente al paciente tra-bajo que ¡durante veinte años! han realizado en in-numerables reuniones con las distintas Administra-ciones –UCD, PSOE y PP– para que se reconocierannuestros derechos. Por eso nos parece más injusto to-davía el trato que están recibiendo por parte de losmedios y de algunos políticos (406 profesores deReligión y Moral católica, de la Región de Murcia).

Los profesores/as de Religión de la diócesis deTenerife acordaron en asamblea, en el año 1994, y apropuesta de ellos mismos, colaborar al sosteni-miento de la Delegación diocesana de Enseñanzacon una cantidad equivalente al 0,6 % de su sueldo(1.500 pts. al mes los profesores de Secundaria, 936pts. los de Primaria). A iniciativa del profesoradode Secundaria, se apoyó así a sus compañeros dePrimaria que, en aquel momento, cobraban una can-tidad mísera por parte del Ministerio de Educación.Cuando estos profesores de Primaria pudieron ha-cerlo, porque su situación se iba regularizando, se lesinvitó a que colaboraran en la misma proporción (nocon la misma cantidad).

Esa aportación es voluntaria y quien tiene algu-na razón para no hacerla lo dice con entera liber-tad y, por supuesto, nadie le discriminará por esemotivo. De hecho, en julio de 2001, alrededor de120 profesores, del total de 400, no habían realiza-do ninguna aportación y se renovó su propuesta co-mo profesores para el siguiente curso exactamenteigual que todos los demás, sin que nadie les recla-mara nada y mucho menos les coaccionara por es-te motivo.

Éste es un dinero que gestiona la Delegación deEnseñanza para el servicio de los profesores y que nopasa por la Administración diocesana en absoluto.Exclusivamente, la Administración les certificaanualmente esta cantidad como donativo para quepuedan hacer la correspondiente desgravación fiscal.

Los profesores de Enseñanza de Religión Escolarde Almería sentimos una profunda indignación porla manipulación interesada y desproporcionada quehan hecho del tema de la asignatura de Religión y dela no propuesta de algunos compañeros para estecurso escolar. Estamos absolutamente de acuerdocon las decisiones y declaraciones, hechas por nues-tros obispos, en estos temas, tomadas con escrupu-loso respeto a la legalidad internacional (AcuerdosEstado español-Santa Sede), como con las leyes ysentencias promulgadas democráticamente en nues-tro país.

No pagamos ningún Impuesto revolucionario, nihemos sufrido ninguna directriz por parte de nuestrosobispos, ni de instancia eclesial alguna, en la línea desentirnos obligados a abonar ninguna cantidad eco-nómica. La coherencia de nuestra fe nos hace sersolidarios y expresar fraternalmente nuestro apoyoa las necesidades de nuestra Iglesia. Libre, volun-taria y públicamente, queremos ayudar al manteni-miento económico de la misma.

Ha habido comunicados parecidos de otros pro-fesores de la diócesis de Jerez o de asociaciones co-mo FERE-Madrid y CONCAPA.

Aquí y ahora Alfa y Omega 27-IX-2001 13

Nota de los profesores de Religión de Murcia, Tenerife y Almería

Una responsable solidaridad

LLaa CCoonnccaappaa,, aannttee eell ccuurrssoo 22000011--0022Ante la reanudación del curso escolar, la Confederación Católica Nacional de Padres deFamilia y padres de Alumnos (CONCAPA) presentó, en rueda de prensa, una serie depropuestas sobre los que trabajará este año:

En la etapa infantil se detecta todavía una gran dispersión de opciones y sensibilidades según lasdistintas autonomías, desde Conciertos singulares, pasando por subvenciones, becas, o ayudas.

CONCAPA demanda una efectiva modernización del sistema educativo español, tanto en conteni-dos como en avances hacia una real y efectiva igualdad entre la red pública y concertada. La Edu-cación Infantil debe ser contemplada por el Gobierno como una etapa obligatoria.

Los libros de texto han experimentado este año una nueva subida. Concapa apela a la gratuidadde la enseñanza como derecho constitucional, que alcanza tanto a la gratuidad de la docenciacomo a los medios necesarios.

Continuamente se vulnera la posibilidad que existe en distintas Autonomías de que los alumnosde obligatoria escolarización de colegios sostenidos con fondos públicos ocupen plazas de transportesde centros públicos. Reivindicamos transporte escolar gratuito para todas las familias que escolarizana sus hijos en centros sostenidos con fondos públicos.

En este año esperamos la Ley de calidad que debe revelarse como fundamental para la mo-dernización del sistema educativo español.

El calendario escolar debe de ampliarse lo suficiente como para poder impartir holgadamen-te y con fiabilidad la totalidad de los programas curriculares de cada ciclo.

Punto primordial es la formación de padres, tanto como dirigentes de asociaciones como en sulabor diaria de educación en la familia. Exigimos de la Administración una decidida legislación a fa-vor de la conciliación entre vida familiar y vida laboral, que permita y desarrolle esa participación im-prescindible del padre en la escuela a través de las asociaciones de padres y del Consejo escolardel centro. CONCAPA exige la creación de un Instituto de la Familia, puesto que ésta es la verda-dera escuela, y en colaboración con el centro debe buscar la formación integral.

Un grupo de universitarios de diferentes ca-rreras, algunos del Centro universitario Fran-cisco de Vitoria y otros colaboradores de la

asociación IUVE, nos lanzamos cargados de ilusióna compartir, junto a los que más lo necesitan, partede nuestro verano. Por eso partimos, destino a ElSalvador, con un espíritu abierto y con el corazónrebosante de energía y de amor para darlo a estasgentes que tan mal lo han pasado, tras los terremo-tos vividos en enero y febrero. Sus casas quedarondestruidas y ellos están en una miseria mayor quela que ya vivían antes. Nuestra labor se ha centradoen la reconstrucción de la Academia de San PedroNoualco, en el departamento de La Paz.

Al principio, nuestra inexperiencia con la pala yel pico nos costó algunas ampollas en las manos,pero no importó, porque esto nos ha hecho ver losacrificado del trabajo cuando no se dispone de mo-dernos medios, como máquinas excavadoras. He-mos dado hasta donde duele, y hemos visto la in-creíble respuesta del pueblo que se acercaba a ayu-darnos. Aquí cada cual ha puesto al servicio de losdemás aquello que mejor sabía hacer. Por eso tam-bién hemos colaborado en la escuela en tareas deeducación con los más pequeños. Entre juegos, can-ciones, risas y carreras, nos hemos contagiado de la

inocencia de estos chavales, que siempre te agrade-cen con una sonrisa, un beso o un abrazo cualquierpequeño detalle que tengas hacia ellos. Saben dis-frutar a lo grande de lo más pequeño, son capaces deasombrarse de lo cotidiano y todo les ilusiona.

Con los jóvenes también hemos intercambiadoideas, experiencias y emociones, realizando conellos talleres educativos y otras actividades lúdicas.

Yo, como fisioterapeuta, también he ayudado enel centro de salud a algunos niños con enfermedadesmentales. Sin medios, pero con muchas ganas, sehan visto progresos en ellos, y lo más importante esque los médicos se han comprometido a seguir conlos tratamientos fisioterápicos iniciados.

Lo más importante es que estas gentes vayansuperando el trauma emocional vivido por los te-rremotos. Nosotros hemos visitado y convividode cerca con estas familias que nos abrían sus co-razones y sus casas para contarnos sus alegrías,temores y sentimientos más profundos. El desi-gual reparto de las riquezas, las pésimas condi-ciones de higiene y salud en que viven, los niñosvendiendo fruta en los semáforos, las casas de cha-pa, la alta tasa de analfabetismo y los destrozosde los terremotos son hechos que nos han impre-sionado; pero lo que más marcado nos queda esla acogida tan afectuosa, sincera y humana quenos han ofrecido. Resulta que somos nosotros los

que vamos a ayudarles, y ellos se vuelcan en quenos sintamos a gusto y ofrecernos hasta de lo quea ellos les falta. Nos han dado una gran lección degenerosidad y de entrega a los demás. ¡Qué valio-so es dar de aquello poco que tienes y no de lomucho que te sobra!

Lo que no se da se pierde

Las adversidades y las casas provisionales dechapa en las que viven no les han hecho perder las es-peranzas, las ganas de seguir luchando ni su con-fianza y fe profunda en Dios. Saben que Él siempreestará a su lado. Su mirada sincera y su ejemplo deamor son el mejor testimonio y regalo que nos hanpodido dar. No viven apegados a las cosas materia-les, porque saben que un nuevo temblor se las pue-de arrebatar. Saben que lo material no trae la feli-cidad; la felicidad es un don y un regalo mucho másvalioso, algo que el dinero y las riquezas no puedencomprar.

El compartir desinteresadamente, el valorar laspequeñas y grandes cosas de nuestro día a día, elponer todo nuestro ser en hacer bien aquello a loque nos dedicamos, el escuchar al que tienes al la-do, el ofrecer tu ayuda al que te necesita, el saber vi-vir sin tantas necesidades superfluas que nuestrasociedad nos impone y, sobre todo, el saber dar gra-cias por lo afortunados que somos, y no quejarnospor pequeñas tonterías, son valiosas lecciones quehemos aprendido y que se han hecho un rinconcitoen nuestro interior. Ahora nos toca contárselo a losdemás, porque, como bien sabemos, lo que no seda se pierde.

Sin más, sólo nos queda decir gracias a El Sal-vador. Nos traemos de allí mucho más de lo queimaginamos.

María Herrero Rupérez

TestimonioAlfa y Omega14 27-IX-2001

El veraneo de unos universitarios en El Salvador

«Vamos a ayudar..., y somos ayudados»

Arriba, con los niños salvadoreños; abajo, el grupo de universitarios católicos voluntarios en El Salvador

El Día del Señor Alfa y Omega 27-IX-2001 15

Aludíamos la se-mana anterioral hecho de que

Lc 16 es todo un alega-to de Jesús contra lasinrazón de dar la pri-macía al dinero en elcorazón humano. Laspalabras de Jesús sonnítidas, sin dar ocasiónal matiz teológico. Asíaparece en esta narra-ción del rico Epulón yel pobre Lázaro. Mere-ce la pena considerarque así se nos diceaquí. Externamente es-ta parábola no parece irmás allá de lo afirma-do muchas veces porlos profetas o narracio-nes populares que po-demos encontrar, porejemplo, en el Talmud;pero Jesús, que definiómucho más concreta-mente el mandamientodel amor al prójimo,lleva el alcance del es-candaloso contraste en-tre pobre y rico muchomás lejos que la Anti-gua Alianza. Sobre to-do porque Jesús no es-coge para personaje decontraste la figura deun piadoso escriba, si-no un mendigo lisiadoy afectado por una en-fermedad de la piel; esdecir, un hombre cuyodestino, según el pen-samiento del judaísmo,le caracterizaría como

un pecador castigadopor Dios. Sólo por es-to, el desenlace de laparábola hubo de re-sultar desconcertantepara sus oyentes.

¿Forma parte de laenseñanza de la pará-bola el que a la simplepobreza y desgraciasterrenas le correspon-de sin más la salva-ción? Esa idea no co-rresponde en absolutoal pensamiento de Je-sús. Mas bien hay en elrelato índices suficien-tes para suponer locontrario; en primer lu-gar, el nombre de Lá-zaro –el único perso-naje al que Jesús ponenombre– significa Diosayuda, detalle más quesuficiente, dado el va-lor de los nombres en

el mundo oriental. Pe-ro, por otra parte, la pe-tición que el rico hacedesde el tormento aAbraham, con el fin delograr la conversión desus hermanos, muestratambién que no es la ri-queza lo que se casti-ga, sino la insensibili-dad, y la impenitenciay creer que la riquezabasta para la salvación.

La parábola, ¿no se-rá la concreción deotras palabras de Jesús,difíciles de entender:«Bienaventurados lospobres. ¡Ay de voso-tros, los ricos!»? La pa-rábola tiene así una se-gunda parte que faltaen relatos populares deeste tipo: por la res-puesta de Abraham alrico vemos que la in-

tención de Jesús era di-rigirse de este modo ahombres y mujeres sa-tisfechos, que piden,sin embargo, una señalaparatosa para conver-tirse. Es a ésos a quie-nes dice Jesús quecuando un hombre noha creído por la fuerzade la palabra de Dios,tampoco un muertoque viniese a aconse-jarles lograría su con-versión. Ésta llegará anuestros contemporá-neos, tan engolfados entantas riquezas, porotros caminos, tal vezpor Lázaros que hanexperimentado todo loque Dios ayuda.

+ Braulio RodríguezPlaza

Obispo de Salamanca

XXVI Domingo del tiempo ordinario

DesconcertanteEvangelio

En aquel tiempo dijo Jesús a los fariseos:«Había un hombre rico que vestía de púr-

pura y de lino y banqueteaba espléndidamen-te cada día. Y un mendigo llamado Lázaro es-taba echado en su portal, cubierto de llagas, ycon ganas de saciarse de lo que tiraban de lamesa del rico, pero nadie se lo daba. Y hasta losperros se le acercaban a lamerle las llagas. Su-cedió que murió el mendigo, y los ángeles se lollevaron al seno de Abrahán. Se murió tam-bién el rico y lo enterraron. Y estando en elinfierno, en medio de los tormentos, levantan-do los ojos, vio de lejos a Abrahán y a Lázaroen su seno, y gritó: Padre Abrahán, ten pie-dad de mí y manda a Lázaro que moje en aguala punta del dedo y me refresque la lengua,porque me torturan estas llamas. Pero Abrahánle contestó: Hijo, recuerda que recibiste tusbienes en vida, y Lázaro a su vez males; por esoencuentra aquí consuelo, mientras tú padeces.Además, entre nosotros y vosotros se abre unabismo inmenso, para que no puedan cruzar,aunque quieran, desde aquí a vosotros, ni pue-dan pasar de ahí hasta nosotros.

El rico insistió: Te ruego entonces, padre,que mandes a Lázaro a casa de mi padre, por-que tengo cinco hermanos, para que, con sutestimonio, evites que vengan también ellos aeste lugar de tormento. Abrahán le dice: Tie-nen a Moisés y a los profetas: que los escu-chen. El rico contestó: No, padre Abrahán.Pero si un muerto va a verlos, se arrepenti-rán. Abrahán le dijo: Si no escuchan a Moisésy a los profetas, no harán caso ni aunque re-sucite un muerto».

Lucas 16, 19-31

El amor de Dios para con nosotros se manifestó en que el Padre envió al mundo a su Hijo unigénito paraque, hecho hombre, regenerara a todo el género humano con la Redención y lo congregara en unidad. Para establecer ésta su Santa Iglesia en todo el mundo hasta el fin de los siglos, Cristo confió al Colegio

de los Doce el oficio de enseñar, gobernar y santificar. Entre ellos eligió a Pedro, sobre el cual, después dela confesión de fe, decretó edificar su Iglesia; a él le prometió las llaves del reino de los cielos y le encomendó,después de la profesión de su amor, el confirmar a todas las ovejas en la fe y el apacentarlas en la perfectaunidad, permaneciendo eternamente Jesucristo mismo como piedra angular definitiva y pastor de nuestrasalmas.

Jesucristo quiere que, por medio de los Apóstoles y de sus sucesores, esto es, los obispos, con su ca-beza, el sucesor de Pedro, por la fiel predicación del Evangelio y por la administración de los sacramentos,así como por el gobierno en el amor, operando el Espíritu Santo, crezca su pueblo; y perfecciona asíla comunión de éste en la unidad: en la confesión de una sola fe, en la celebración común del culto di-vino y en la concordia fraterna de la familia de Dios. Así, la Iglesia, único rebaño de Dios, como estandartelevantado ante las naciones, peregrina en esperanza hacia la meta de la patria celeste, comunicandoel Evangelio de la paz a todo el género humano. Éste es el misterio sagrado de la unidad de la Iglesiaen Cristo y por Cristo, obrando el Espíritu Santo la variedad de las funciones. El supremo modelo y su-premo principio de este misterio es, en la trinidad de personas, la unidad de un solo Dios Padre e Hi-jo en el Espíritu Santo.

DDeeccrree ttoo UUnniittaattiiss rreeddiinntteeggrraattiioo,, 22

Esto ha dicho el ConcilioEsto ha dicho el Concilio

A. Llamas Palacios

Entre las joyas que alberga la catedralprimada de Toledo se encuentra lafamosa Biblia de San Luis, una

Biblia tan poco común que podría ta-charse de obra inédita, llena de ri-queza, tanto artística como de con-tenido. Por ello, lleva también elnombre de Biblia rica de Toledo.

La historia de esta Biblia está su-jeta al condicionamiento del estudiohistórico documental, por lo que po-cas certezas hay sobre la suerte queha corrido el enorme manuscrito a lolargo de su vida. Sí se sabe, por ejemplo,que es un códice hecho para los reyes comomedio de formación e instrumento pedagógi-co. El rey Alfonso X el Sabio, en su testamento,describió una «Biblia en tres libros, historiada, que nos dio

el rey de Francia». Es la noticia más antigua que se tiene dela misma, y su descripción coincide casi exactamen-

te con la Biblia de San Luis, pero las dudas sedespejan cuando se puede saber que el usua-

rio inicial, que sería Luis IX, rey de Fran-cia, se desprende, por medio de una

donación que llaman inter vivos, deeste códice a favor de Alfonso X elSabio.

Luis IX de Francia nació en1214, y tomó posesión del tronoen 1226. En el año 1234 se casócon Margarita, hija del conde deProvenza. En la Biblia de San Luis

el rey aparece representado comoreinante, pero aún soltero, con lo que

se estima que este importante y bellocódice fue acabado entre 1226 y 1234.

Para su creación no se escatimó en medios,pues era una Biblia pensada para reyes. Se cree

que el lugar de su realización fue París, y que en ella par-

RaícesAlfa y Omega16 27-IX-2001

La catedral primada de Toledo custodia una Bibliaque perteneció a Alfonso X el Sabio

La «Biblia rica» de Toledo

Una Biblia pensada para la formación de un rey, en el siglo XIII, debía tenertodos los lujos que se pudieran acumular en un libro. Tantos, que cada hoja

significase una obra de arte sin igual, todo un tesoro para un castillo.La catedral de Toledo tiene el privilegio de custodiar la Biblia de San Luis,

creada en un principio para el rey francés Luis IX, y que posteriormente pasóa formar parte de las pertenencias de Alfonso X, que le tenía un aprecio

especial. El Cabildo de la catedral ha salvaguardado durante muchos añosesta joya bibliográfica, que Moleiro Editor S.A. ha sabido plasmar

en un espléndido facsímil, de cuyas páginas están tomadasestas elocuentes imágenes

Raíces Alfa y Omega 27-IX-2001 17

ticiparon un gran número de personas, entre clérigos, ilumi-nadores y copistas, entre otros. Las únicas pistas queproporciona la obra acerca de su origen y sus au-tores se encuentran en la gran miniatura, so-bre estas líneas, que corresponde al folio fi-nal del volumen tercero de la Biblia. Ensu parte superior, una figura femenina,que ha sido interpretada como doñaBlanca de Castilla, madre de Luis IX,está sentada en un trono y se dirige aljoven sentado enfrente de ella, consi-derado por los expertos como su hijoLuis IX. Las actitudes de ambos su-gieren la idea de que la reina le dedicaa su hijo la Biblia, que ha patrocinado ycosteado, una vez terminada.

Todo en la Biblia es extraordinario.Desde el punto de vista artístico, se puedeseñalar que el formato es más grande de lo ha-bitual en los talleres de copistas e iluminadores.Los pergaminos son de la mejor calidad y llevan tal car-

ga de pintura y decoración, que obligó a sus creadores autilizar sólo una cara del folio. El espacio del per-

gamino se divide en cuatro columnas verti-cales de anchura distinta. En dos de ellas

se ha colocado el texto, y en las otrasdos la decoración. Analizando a

fondo la obra se puede observarque no se trata de una Biblia en-tera, sino que es una selecciónde textos completados con co-mentarios elaborados por teó-logos. Es curioso observar quelos ilustradores han realizadouna inmejorable obra de crítica

social, retratando el mundo de laprimera mitad del siglo XIII: los

grupos sociales, sus vicios, sus vir-tudes, costumbres, creencias o atuen-

dos. Por eso, se dice que la Edad Mediapuede ser leída en imágenes a través de la

Biblia de Toledo.

Toledo custodia una Bibliaa Alfonso X el Sabio

blia rica» Toledo

ón de un rey, en el siglo XIII, debía tenermular en un libro. Tantos, que cada hojagual, todo un tesoro para un castillo.egio de custodiar la Biblia de San Luis,ancés Luis IX, y que posteriormente pasó de Alfonso X, que le tenía un aprecio

ha salvaguardado durante muchos añosleiro Editor S.A. ha sabido plasmare cuyas páginas están tomadasentes imágenes

Una semana después de los te-rribles atentados terroristas so-bre Nueva York y Washing-

ton, que han ocasionado miles de víc-timas inocentes, han originado cuan-tiosísimos daños materiales y hanconmocionado al mundo entero, losobispos miembros de la Comisión Per-manente reiteramos nuestra solidari-dad y cercanía con quienes más di-rectamente sufren las consecuenciasde estos sucesos deplorables, y pedi-mos a Dios el eterno descanso de losdifuntos, la recuperación de los heri-dos, el consuelo y la esperanza parael pueblo de los Estados Unidos deAmérica y la paz para todo el mundo.

Con la misma rotundidad con quehemos condenado siempre el terroris-mo de ETA, condenamos estos cruelesatentados, que constituyen tambiénuna gravísima ofensa a Dios, una vio-lación de los derechos fundamentalesa la vida, a la seguridad y la libertad delas personas y de los pueblos, y de-gradan a quienes los cometen, pro-yectan o encubren. El terrorismo, encualquiera de sus formas, lugares yexpresiones, no tiene jamás justifica-ción ni es camino para la consecuciónde fin alguno. Sólo la conversión delos corazones, el trabajo y el compro-miso por la justicia y por la paz y lasolidaridad entre los pueblos podránconducirnos a una nueva civilización,más justa y fraterna, la civilización delamor.

Los miembros de la Comisión Per-manente hacemos una llamada a laprudencia, a la responsabilidad y a lamesura en las medidas que obligada-mente habrán de tomar los responsa-bles de las naciones, en el ejercicio

del derecho a la legítima defensa, pa-ra restablecer la justicia violada, erra-dicar la lacra del terrorismo en todossus niveles y manifestaciones, neutra-lizar a los violentos, prevenir futurasacciones de esta naturaleza y atajar lascausas de la injusticia y de la violencia.

En comunión con el Papa Juan Pa-blo II, invitamos a todos a «no ceder ala tentación del odio y de la violen-cia», y con él pedimos al Señor paralos responsables de las naciones «queno se dejen dominar por el odio y porel espíritu de venganza, hagan todo loposible por evitar que las armas dedestrucción siembren nuevo odio ynueva muerte y se esfuercen por ilu-minar la oscuridad de las vicisitudeshumanas con obras de paz».

Ante la magnitud y transcen-dencia de esta tragedia y de sus posi-bles consecuencias, quedan en un se-gundo término otros acontecimientosy hechos de la vida de nuestra Iglesiay de la sociedad en España, que, sinembargo, no dejan de tener su impor-tancia y que nos han producido grandolor.

Nos referimos, en primer lugar, ala agria y continuada polémica surgi-da a raíz de la no propuesta de tresprofesoras de Religión y moral cató-lica para el presente curso académi-co. La Comisión episcopal de Ense-ñanza ha informado ampliamente so-bre estos hechos y ha dado a conocerla doctrina de la Iglesia al respecto ycuanto preceptúa la legalidad vigente.

Ante todo, agradecemos y valora-mos el trabajo y la dedicación de los18.500 profesores de Religión y moralcatólica en la Escuela pública y deotros tantos en la Escuela de iniciativa

social. Los últimos acontecimientosy las falsas imputaciones que se hanhecho no nos hacen olvidar su exce-lente contribución a la formación in-tegral de los niños y jóvenes y su ejem-plar espíritu cristiano, interés, profe-sionalidad y dedicación, vivida a vecesen circunstancias nada fáciles. La so-ciedad española y la Iglesia deben mu-cho a estos profesores.

Los obispos miembros de la Co-misión Permanente de la ConferenciaEpiscopal Española, al hacer nuestroslos pronuncia-mientos de laComisiónepiscopal deEnseñanza, es-timamos quela no propues-ta por parte delobispo de unprofesor deReligión ymoral católica,cuando éste,por razonesgraves, no esconsideradoidóneo, seajusta al dere-cho vigente, incluso el comunitario,responde a lo acordado por las más al-tas instancias de la Iglesia y del Esta-do, es concorde con la praxis que enesta materia rige en otros países de laUnión Europea y, sobre todo, es con-secuencia del derecho a la libertad re-ligiosa y del derecho de los padres a laeducación religiosa y moral de sus hi-jos, tal como lo reconoce y establece laConstitución española.

Ambos son derechos fundamenta-

les de la persona, y su ejercicio ha deser garantizado por el Estado. La Igle-sia cumple con la obligación de velarpor este ejercicio, asumiendo su res-ponsabilidad en la programación dela asignatura de Religión y moral ca-tólica y en la declaración de la ido-neidad de los profesores. Dada la es-pecial naturaleza de esta asignatura,se exige de quienes la imparten, ade-más de la profesionalidad, el testimo-nio de su vida cristiana.

Seguimos considerando como unafórmula válida, siempre susceptiblede mejora, la regulación del derecho ala enseñanza de la Religión y moralCatólica y de su profesorado por me-dio de esta asignatura en los centros

de titularidad públi-ca. Es obligado tam-bién referirnos al do-loroso asunto de laintervención de laagencia de valoresGescartera, en la quese han visto impli-cadas contadas ins-tituciones eclesiásti-cas, y al consiguien-te y amplísimo ecoen la opinión públi-ca, que, con fre-cuencia, ha conver-tido a las víctimasdel fraude en culpa-

bles.Los obispos miembros de la Co-

misión Permanente de la ConferenciaEpiscopal Española deploramos todaoperación especulativa que conduzcaa la estafa, al enriquecimiento injustoy al perjuicio económico de quienesdepositan su confianza en las institu-ciones financieras. Apelamos a quie-nes tienen la responsabilidad de velarpor el correcto y justo funcionamien-to de las entidades de inversión.

EspañaAlfa y Omega18 27-IX-2001

Durante los días 18 y 19 de septiembre, se ha celebrado en Madrid la CLXXXVI reunión de laComisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española. Al término de la misma, sus miembros,en nombre de todos los obispos españoles, hicieron público el siguiente comunicado:

Permanente del Episcopado: terrorismo, clase de Religión y Gescartera

Criterios esclarecedores de los obispos

Con la mismarotundidad que conETA, condenamosestos cruelesatentados, queconstituyen unagravísima ofensa aDios y una violaciónde los derechosfundamentales

Último pleno de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal

Los Acuerdos entre la Santa Se-de y el Estado español, de1979, mantienen toda su vali-

dez: a esta conclusión se llegó en lavisita del ministro de Asuntos Exte-riores español, señor Piqué, a JuanPablo II y a representantes de la Cu-ria romana, el pasado 20 de septiem-bre. El jefe de la diplomacia españo-la se entrevistó antes y después de laaudiencia con el Papa, de quince mi-nutos, con el cardenal Angelo Soda-no, Secretario de Estado, en un en-cuentro que el mismo ministro cali-ficaría después de «útil, satisfactorioy cordial». En esta segunda y largareunión también participaron el ar-zobispo argentino monseñor Leo-nardo Sandri y el Secretario para lasRelaciones con los Estados, el arzo-bispo francés monseñor Jean-LouisTauran.

El hecho de que la visita haya te-nido lugar tras una agresiva campañade algunas fuerzas políticas y mediosde comunicación contra la enseñan-za de la Religión en las escuelas pú-blicas y la financiación pública delas confesiones religiosas es algo ca-sual, pues de hecho había sido pro-gramada para el pasado mes de ju-nio. El viaje a Ucrania y otros com-promisos inaplazables del Pontíficehabían obligado a aplazarla hastaahora.

El Papa y el ministro españolafrontaron también la situación deinestabilidad mundial causada porlos ataques terroristas contra NuevaYork y Washington del pasado 11septiembre.

Comunicado vaticano

En un comunicado de prensa, pu-blicado poco después del encuentro,el director de la Oficina de Prensa dela Santa Sede informaba de que «losencuentros han ofrecido la oportuni-dad para realizar un amplio inter-cambio de puntos de vista sobre lasituación actual internacional, espe-cialmente por lo que se refiere al diá-logo interreligioso y a la lucha contrael terrorismo».

En este sentido, el Pontífice in-formó al ministro de que la visita pas-toral a Kazajstán y Armenia tiene porobjetivo precisamente promover el

diálogo entre las culturas y la conde-na de todo tipo de violencia terroris-ta.

«A continuación –sigue diciendoel comunicado–, se han tratado am-pliamente los aspectos más impor-tantes que afectan a las relacionesIglesia-Estado, en particular a la co-laboración necesaria sobre los gran-des temas de la familia, la escuela yla enseñanza de la Religión en lasescuelas públicas, constatando la va-lidez del marco de cooperación ase-gurado por los Acuerdos entre laSanta Sede y el Estado español de1979».

Tras el encuentro, el señor minis-tro ofreció una rueda de prensa enRoma en la que confirmó que consi-dera satisfactorio tanto el actual es-quema de financiación de la Iglesiacatólica en España como la enseñan-za de la Religión.

Respecto a la campaña contra laIglesia surgida en España en torno ala situación laboral de algunas pro-fesoras de Religión, el ministro in-dicó que esta enseñanza debe impar-tirse «procediendo según indica elsentido común», pero recordando quelas decisiones sobre los docentes «co-rresponden a la Iglesia católica. UnEstado laico como España (sic) nopuede determinar la idoneidad de losprofesores», apuntó el ministro.

Por lo que se refiere al esquemafinanciero, reiteró que, en este mo-mento, es satisfactorio y que «noconstituye un terreno recomendablepara plantear modificaciones».

Concluyó la rueda de prensa cons-tatando que su visita a Roma ha ser-vido para hacer un repaso de las re-laciones bilaterales entre España y laSanta Sede, y ambas partes se com-prometieron a realizar un esfuerzorenovado para mejorar los contactos.

España Alfa y Omega 27-IX-2001 19

Reiteramos que la ConferenciaEpiscopal Española no ha tenido nun-ca relación con Gescartera ni ha de-positado en ella dinero alguno; menosaún, fondos provenientes de la asig-nación tributaria y de la dotación pre-supuestaria.

Algunas instituciones de la Iglesia,en el uso legítimo de su derecho y res-ponsabilidad, han invertido parte de

sus recursos en la citada agencia, quehasta hace unas semanas era plena-mente legal. Debemos recordar quedichas instituciones eclesiásticas go-zan de autonomía en la administra-ción de sus bienes y han dado cum-plida información al respecto. A ellanos remitimos

En las más diversas circunstan-cias, las entidades de la Iglesia handado pruebas de una recta adminis-tración de los bienes que se les hanencomendado para que cumplan unadeterminada finalidad. Los criterioshan sido siempre la responsabilidady la prudencia. Una vez más quere-mos recordar que tales entidades tie-nen el deber y el derecho a invertirconvenientemente los bienes que re-ciben de los fieles y procurar que nose devalúen, para garantizar el cum-plimiento de los fines que los pro-pios fieles determinan en sus dona-ciones. Para ello, habrán de servirsede profesionales competentes y hon-rados.

Damos gracias a Dios porque unagran mayoría de los miembros denuestra Iglesia siguen confiando enella y continúan ayudándola con grangenerosidad para que pueda sostener asus ministros, el ejercicio del culto ydel apostolado y el servicio a los po-bres. Ésta es la base fundamental desu sostenimiento y un signo evidentede la Providencia de Dios para con suIglesia.

s obisposEl ministro de Asuntos Exteriores, recibido por el Papa

Confirmada la validezde los Acuerdos Iglesia-EstadoLas reuniones del ministro de Exteriores con Juan Pablo II y con los máximos exponentesde la Curia romana han servido, entre otras cosas, para constatar que al Estadono le competen cuestiones como la selección de profesores de Religión

Juan Pablo II con el ministro español de Asuntos Exteriores, señor Piqué

«Un Estado laico como Españano puede determinar la idoneidad

de los profesores»

Jesús Colina. Roma

El cardenal italiano, Prefecto entonces de laCongregación para las Causas de los Santos,ex Nuncio Apostólico en París, iba sometido

a los bruscos movimientos del autobús como cual-quier otro común de los mortales. La imagen valíamás que mil palabras: era la prueba más visual de lanovedad aportada por el Concilio Vaticano II. Loscardenales, que hasta inicios de los años sesentamantenían sus largas capas, heredadas de los tiem-pos en los que iban a caballo, ahora se pasean porRoma con un billete de autobús en la mano. El obis-po, que en siglos pasados fue en algunos países se-ñor feudal, ahora vive con el sueldo de un obrero.

Después de más de tres décadas de la clausurade aquel Concilio ecuménico, que imprimiría un rit-mo sorprendente a la barca bimilenaria de la Iglesia,obispos de todo el mundo se reúnen de nuevo enRoma para analizar, del 30 de septiembre al 27 de oc-tubre, el papel del obispo a inicios del tercer milenio.

El objetivo de esta X Asamblea sinodal, que lle-va por lema El obispo, servidor del Evangelio deJesucristo para la esperanza del mundo, lo dejó cla-

ro Juan Pablo II el pasado 9 de septiembre: a ini-cios del tercer milenio, el obispo debe ser auténticomisionero. «La frase evangélica Rema mar adentro–explicó–, que he propuesto como lema para el ini-cio del nuevo milenio, se dirige ante todo a los obis-pos, sucesores de los Apóstoles, y les llama a com-prometerse con confianza en esta nueva época mi-sionera de la Iglesia».

Los Sínodos mundiales de los años ochenta y no-venta analizaron las diferentes figuras en la Iglesiapara llevar a buen puerto la reforma suscitada porel Concilio: en 1987, se afrontó el papel de los laicos;en 1990, la formación sacerdotal; en 1994, la vidaconsagrada. Faltaba el papel del obispo, en quiendebe comenzar y concluir la vivencia de la novedadde vida traída por el Concilio.

¿Cómo será el obispo del nuevo milenio?

Como el cardenal belga Jean Pieter Schotte, Se-cretario General del Sínodo de los Obispos, reco-noció el 1 de junio pasado al presentar a la prensa elDocumento de trabajo (Instrumentum laboris) queguiará las sesiones sinodales, el texto plantea «te-

mas muy actuales, como la relación del obispos conel ministerio petrino (del Papa), el papel y la im-portancia de las Conferencias episcopales, la utili-zación del Sínodo en el gobierno de la Iglesia».

El propio cardenal Schotte consideró que, en elfondo, la Asamblea responderá a una pregunta:«¿Cómo es el obispo que necesitamos para la Igle-sia del tercer milenio?»

Para ofrecer pistas de respuesta, la Secretaría delSínodo de los Obispos distribuyó en 1998 a todaslas Conferencias episcopales, diócesis y congrega-ciones religiosas del mundo un documento base (Li-neamenta), acompañado por un cuestionario de pre-guntas. Ninguna sociedad de opinión del mundo hu-biera podido lanzar un sondeo mundial de este al-cance. Con las respuestas se ha elaborado elDocumento de trabajo.

Santidad y conversión del obispo

Los interrogantes eran directos. La segunda pre-gunta, por ejemplo, decía así: «¿Qué imagen pre-dominante de la misión del obispo tiene la gente?¿La imagen que tiene la gente de la misión del obis-po, coincide con la imagen que el mismo obispo tie-ne de ella?» La tercera inquiría: «¿Cómo reaccionale gente a las enseñanzas del obispo acerca de cues-tiones de fe o de moral? ¿Se hacen distinciones en-tre las enseñanzas del obispo y las del Papa?»

Las respuestas al cuestionario han deparado unasorpresa a la Secretaría del Sínodo: se han recibidotantas respuestas en las que se subrayaba que el ca-mino espiritual del obispo es el punto más importantepara esta Asamblea, que se ha tenido que añadir un

MundoAlfa y Omega20 27-IX-2001

En Roma, del 30 de septiembre al 27 de octubre:

Sínodo de y sobre los obispos

El ambiente era asfixiante. Iba cogido de la agarradera del autobús como un náufragoa su tabla ante los repetidos frenazos del conductor. El calor húmedo de junio en Romapuede desesperar al más estoico; ahora bien, quince minutos en un autobús urbano, sinaire acondicionado, valen por la mejor sesión de sauna. Volví la cabeza a la izquierda,buscando una distracción que me ayudara a olvidar el olor a sudor: a mi izquierda meencontré con un rostro conocido: el del cardenal Angelo Felici, que se disponía a bajaren la siguiente parada

nuevo capítulo dedicado al tema, quelleva por título: Misterio, ministerio ycamino espiritual del obispo. De he-cho –reconoció ante la prensa el car-denal Schotte–, «lo que la Iglesia ne-cesita hoy son obispos santos».

Otro de los capítulos de discusión,propuestos por el Documento de tra-bajo bajo el título El obispo al serviciode su Iglesia, presenta respuestas con-cretas a la pregunta sobre cómo debe-rá ser el obispo del tercer milenio. Esel capítulo más largo (40 páginas), y elmás complejo.

Incluso las personas que no se di-cen católicas, piden hoy que los obis-pos tengan don de gentes, don de go-bierno, capacidad de diálogo, que se-

an pastores que de verdad cuiden a sugrey, expertos en teología, y genios dela comunicación; y, ante todo, que se-an santos... En definitiva, pareceríaque se les pide ser Superman... El Sí-nodo, por tanto, irá a lo esencial, quees precisamente la santidad y la mi-sión.

«Sólo la santidad es anuncio pro-fético de la renovación que el obispoanticipa en la propia vida al acercarsea aquella meta hacia la cual conduce asus fieles –afirma el Documento detrabajo (n. 48)–. Sin embargo, en sucamino espiritual, como todo cristianoél también, siendo consciente de laspropias debilidades, de los propios de-salientos y del propio pecado, expe-

rimenta la necesidad de la conver-sión».

Conversión, de hecho es uno de lostérminos más repetidos en el texto queservirá de base para las discusionessinodales.

Participantes

Algo menos de 300 obispos deberí-an participar en el Sínodo, en represen-tación de las 112 Conferencias episco-pales del mundo, de los cristianos derito oriental, de la Unión de SuperioresGenerales de religiosos, y de los orga-nismos de la Curia Romana. Además,Juan Pablo II ha nombrado, por dere-cho propio, a 32 obispos participantes.

En representación de la Conferen-cia Episcopal Española, por elecciónde sus miembros, han sido elegidos elcardenal Antonio Mª Rouco Varela,arzobispo de Madrid y Presidente de lamisma, el arzobispo de Pamplona,monseñor Fernando Sebastián Aguilar,y el cardenal Ricardo Mª Carles Gor-dó, arzobispo de Barcelona.

Además, Juan Pablo II ha incluidoen la lista de sinodales a otros tresobispos españoles, a monseñor JesúsEsteban Catalá Ibáñez, obispo de Al-calá de Henares, y a monseñor JavierEchevarría Rodríguez, prelado de laPrelatura personal del Opus Dei, ymonseñor Justo Mullor García, Nun-cio Apostólico, presidente de la Pon-tificia Academia Eclesiástica de laSanta Sede.

Tanto los tres Presidentes como elRelator del Sínodo, nombrados porJuan Pablo II, forman parte de la últi-ma creación de cardenales, surgida delConsistorio de febrero pasado. Loscardenales Giovanni Battista Re (Pre-fecto de la Congregación vaticana pa-ra los Obispos), Ivan Dias (arzobispode Bombay), y Bernard Agrè (arzo-bispo de Abidjan, Costa de Marfil),serán los Presidentes. El Relator Ge-neral del Sínodo será el cardenal Ed-ward Michael Egan (arzobispo deNueva York).

Mundo Alfa y Omega 27-IX-2001 21

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EL

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Una fepara la vida

Existen en el corazón hu-mano inquietudes que no

se pueden suprimir; si se ig-noran, el hombre no es máslibre, sino más débil. A me-nudo, estas inquietudes sonde naturaleza religiosa, en elsentido de que se inspiranen aquellos valores supre-mos que tienen su funda-mento último en Dios. A suvez la religión no puede de-jar de enfrentarse con estosinterrogantes existenciales,bajo pena de perder con-tacto con la vida.

Por lo tanto –incluso en elcontexto de un sano laicis-mo del Estado, llamado porsu función a garantizar a ca-da ciudadano, sin diferen-cia de sexo, raza y nacio-nalidad, el derecho funda-mental a la libertad de con-ciencia–, es necesarioafirmar y defender el dere-cho de los creyentes de tes-timoniar públicamente su fe.Una religiosidad auténticano puede reducirse a la es-fera privada ni encerrarseen espacios angostos y mar-ginales de la sociedad.

En este contexto y justoaquí, en esta tierra abiertaal encuentro y al diálogo, yfrente a una asamblea tancualificada, deseo reafirmarel respeto de la Iglesia ca-tólica por el Islam, el Islamauténtico; el Islam que reza,que sabe ser solidario conquien se encuentra en nece-sidad. Recordando los erro-res del pasado, también delreciente, todos los creyentesdeben aunar sus esfuerzospara no transformar nuncaa Dios en rehén de las am-biciones de los seres huma-nos. El odio, el fanatismo yel terrorismo profanan elnombre de Dios y desfigu-ran la imagen auténtica delser humano.

(23-IX-2001)

Presencia española en el Sínodo

Sin que se haya hecho pública aún la lista definitiva de los participantes,la Iglesia católica en España estará representada por 15 personas:Tres obispos representarán a la Conferencia Episcopal Española. Fue-

ron elegidos para ello el Presidente y Vicepresidente de la misma, los car-denales Rouco y Carles, arzobispos de Madrid y Barcelona, respectiva-mente, como miembros, y monseñor Yanes, arzobispo de Zaragoza. El obis-po de Alcalá de Henares, monseñor Jesús E. Catalá Ibáñez ha sido nom-brado directamente por el Papa Juan Pablo II miembro de la AsambleaSinodal, al igual que otros dos obispos españoles: monseñor Justo MullorGarcía, Presidente de la Pontificia Academia Eclesiástica, y monseñor Ja-vier Echevarría Rodríguez, Prelado del Opus Dei.

Son miembros también, de pleno derecho, del Sínodo los Presidentesde los Dicasterios de la Curia Romana, entre los que se encuentran elcardenal Eduardo Martínez Somalo, Prefecto de la Congregación para losInstitutos de vida consagrada y las Sociedades de vida apostólica, y el ar-zobispo Julián Herranz Casado, Presidente del Consejo Pontificio para laInterpretación de los textos legislativos de la Iglesia.

Entre los religiosos elegidos padres sinodales por la Unión de SuperioresGenerales (USG) y ratificados por el Papa, se encuentra el vallisoletano Aqui-lino Bocos Merino, Superior General de los misioneros claretianos.

Otros tres españoles se encuentran entre los ayudantes del Secretario es-pecial o expertos de la próxima Asamblea Sinodal. Son los profesores deTeología Jesús Castellano, carmelita descalzo, Cándido Pozo, jesuita, yJosé Ramón Villar, sacerdote del Opus Dei. Entre los auditores, se hallanotros dos españoles: el Director General del Instituto del Prado, Antonio Bra-vo, y el escolapio Jesús María Lecea, Presidente de la Conferencia Es-pañola de Religiosos (CONFER) y Presidente de la Unión de Conferenciaseuropeas de Superiores Mayores. Como se sabe, es español el Directorde la Sala de Prensa de la Santa Sede

El cardenal Rouco fue Relator en el Sínodo de Obispos de Europa (a la derecha de la foto, junto con Su Santidad Juan Pablo II y el cardenalSchotte, Secretario General del Sínodo)

La vidaAlfa y Omega22 27-IX-2001

Benjamín R. Manzanares

En la 87 Jornada Pontificia de las Migracio-nes, «la Iglesia invita a todos los cristianos aorar por la solución de los graves problemas

que afectan a tantos hermanos nuestros que, por di-versas razones, han tenido que salir de sus paísesbuscando una solución para sus problemas, así comonos recuerda que es urgente tomar conciencia delfenómeno de las migraciones en este momento con-creto de nuestra historia», dicen los obispos de la Co-misión episcopal de Migraciones en su Carta pastoral.

Por una parte, los obispos señalan cómo «los in-migrantes vienen a nuestra tierra, no sólo porquebuscan una solución a su pobreza o a sus carencias,sino porque nuestro sistema económico los necesi-ta. Se convierten así en un importante medio gene-rador de riqueza y de bienestar material para nuestranación». Por eso, «no podemos perder de vista quedetrás de cada persona está su propia historia per-sonal, familiar y social. Para muchos emigrantes lasalida de sus países supone un auténtico drama hu-mano. Ellos no sólo sufren al tener que abandonar sutierra y su familia, sino al tener que afrontar unanueva realidad y una nueva cultura totalmente des-conocidas. A esto hay que añadir la sangría humanaque supone para sus países de origen el verse pri-vados de personas valiosas por su preparación y ju-ventud para organizar e impulsar el propio desarro-llo económico».

En su Carta, los obispos nos recuerdan cómo, enlos años 60, España y otros países europeos firmabanunos acuerdos para hacer posible la inmigración or-denada de los trabajadores españoles. España eraentonces un país débil en su economía y muchos es-pañoles decidieron emigrar, fundamentalmente apaíses europeos, buscando un puesto de trabajo pa-

ra hacer frente a la mermada economía personal o fa-miliar. Hoy, España es un país de economía fuerte ycon necesidad de mano de obra para determinadossectores laborales. Esto ha generado que muchaspersonas, procedentes de países sumidos en la po-breza o con graves desequilibrios económicos, hayanpuesto su mirada y su ilusión en venir a nuestro pa-ís con el fin de mejorar la economía de sus familias.«El derecho a emigrar –dicen los obispos– es preci-so reconocerlo a todo ser humano, aunque deba es-tar debidamente reglamentado por razones del biencomún». Esto mismo nos dice Juan Pablo II en sumensaje: «El bien común universal abarca a toda lafamilia de los pueblos, por encima de cualquier ego-ísmo nacionalista. En este contexto, se debe consi-derar el derecho a emigrar. El ejercicio de ese de-recho ha de estar debidamente reglamentado por-que una aplicación indiscriminada ocasionaría dañoy perjuicio al bien común de las comunidades queacogen al migrante».

Justicia y generosidad

«Si hasta hace poco pedíamos justicia y genero-sidad a los responsables de los países a los que emi-graban los españoles –señalan los obispos en su Car-ta–, ahora nos toca a nosotros comportarnos con es-tas mismas actitudes con quienes llegan a nuestropaís. El crecimiento rápido del número de inmi-grantes nos obliga a buscar soluciones que respetenla dignidad y los derechos que todos tenemos porel hecho de ser personas. No se puede consentir la de-gradación humana a la que muchos inmigrantes seven sometidos actualmente en nuestro país por no te-ner unos papeles. Tampoco se puede permitir la ex-plotación económica por parte de las mafias, que sededican al tráfico con seres humanos, ni el compor-

tamiento de algunos empresarios sin escrúpulos quebuscan el beneficio económico a cualquier precio.Con este tipo de comportamientos muchos emi-grantes se ven abocados a vivir en la clandestinidady en situación de semiesclavitud, a no encontrar untrabajo debidamente remunerado y a permanecer enel engaño permanente».

«Ciertamente –continúan– son muchos los inmi-grantes que viven en nuestro país con una situaciónregularizada desde el punto de vista legal y perfec-tamente integrados en su trabajo y en sus ambien-tes. Ellos, además de colaborar al desarrollo y al cre-cimiento económico de España, nos aportan la ri-queza de su cultura y de sus valores humanos. LaAdministración española está haciendo esfuerzospara que ésta sea la situación normal frente a la des-crita anteriormente. En estas circunstancias, queremosdirigirnos a los fieles hijos de la Iglesia en Españapara recordarles, en comunión con el Santo Padre,que en la Iglesia nadie es extranjero: por tanto, nues-tra generosidad en la acogida en el seno de la comu-nidad cristiana y nuestro compromiso en la defensade sus derechos debe dirigirse a todos, prescindien-do de cualquier condicionamiento legal, porque en laIglesia no sobra nadie. (...) La memoria históricanos exige acoger al extranjero no sólo porque tambiénnosotros lo fuimos, sino por el deber de hospitali-dad. Nos lo recuerda la carta a los Hebreos: Conser-vad el amor fraterno y no olvidéis la hospitalidad; porella algunos recibieron, sin saberlo, la visita de al-gunos ángeles. La hospitalidad obliga al reconoci-miento y acogida de todo ser humano por su grandezay dignidad como persona, superando toda relaciónpuramente utilitaria. La hospitalidad nos impulsa a sa-lir al encuentro del otro para acogerle, a ofrecerle loque somos y tenemos. La hospitalidad reclama denosotros la solidaridad y la generosidad compar-tiendo nuestros bienes con el necesitado, y nos im-pulsa a vivir la justicia y la fraternidad en el ámbitolaboral, social y familiar para que todo el que llega anuestra tierra se sienta uno más entre nosotros, deforma que, de verdad, aquí no sobre nadie».

Por último, la Carta pastoral de la Comisión epis-copal de Migraciones invita a los hermanos inmi-grantes «a acoger las manos tendidas y los corazonesabiertos que encuentran en su camino, aunque enocasiones descubran en nosotros actitudes y com-portamientos que no entienden. Ellos, por su parte,deben esforzarse también en abrir sus corazones ytender sus manos para colaborar en la construcciónde la sociedad que ahora les acoge. Por eso es funda-mental que todos, sin perder nunca nuestra identidady dignidad, recordemos que, juntamente con los de-rechos a reivindicar, tenemos deberes que cumplir».

En el mensaje del Santo Padre para la 87 Jorna-da Mundial de las Migraciones, Juan Pablo II re-cuerda cómo «la Iglesia, fiel a su tarea al serviciodel Evangelio, no deja de dirigirse a los hombres detodas las nacionalidades para anunciarles la BuenaNoticia de la salvación». El Papa nos invita a refle-xionar sobre la misión evangelizadora de la Iglesiarespecto a los fenómenos amplios y complejos dela emigración y de la movilidad. Las migracionesson un fenómeno en continua expansión que planteainterrogantes y desafíos para la acción pastoral de lacomunidad eclesial. La amplitud y la complejidad deeste fenómeno, en el que intervienen múltiples ele-mentos, invitan –dice el Papa– a un profundo análi-sis de los cambios estructurales que se han produci-do, como la globalización de la economía y de lavida social.

30 de septiembre: Día de las Migraciones

Todos somos necesarios

No os olvidéis de la hospitalidad es la cita bíblica que los obispos españoles han elegidopara el día Mundial de las Migraciones, que este año se celebra el próximo domingobajo el lema Aquí no sobra nadie. A su vez, Juan Pablo II recuerda en su mensaje cómo«la pastoral de los emigrantes» es el «camino para cumplir la misión de la Iglesia, hoy»

Emigrantes exhaustos llegados en patera a las costas españolas

La vida Alfa y Omega 27-IX-2001 23

Fertilidad:métodos naturales

El Instituto Valen-ciano de Fertili-

dad, Sexualidad yRelaciones Familia-res (IVAF) acaba depublicar, editadopor Ediciones Inter-nacionales Univer-sitarias (Tel. 91519 39 07, Fax 91413 68 08, E-mail:[email protected]), titulado Cur-so de reconoci-miento de la fertili-dad. Manual de métodos naturales. Se trata deun completísimo estudio, de la mayor garantía,sobre los métodos naturales de diagnóstico yregulación de la fertilidad humana.

Monseñor Juan Antonio Reig Pla, obispo deSegorbe-Castellón y Presidente de la Subcomi-sión episcopal de Familia y vida, de la Confe-rencia Episcopal Española, señala en el prólo-go que estos métodos naturales «constituyen uncamino responsable, en armonía con la digni-dad del hombre y con los principios moralesexpuestos por el magisterio de la Iglesia. Oja-lá –añade– que esta iniciativa, llevada a cabopor un equipo excelente a escala mundial, quecolabora y enseña en el Instituto Juan Pablo II deCiencias para el Matrimonio y la Familia, lleguea todos los rincones donde se forman educa-dores, médicos y enfermeras, novios y padres defamilia.

Una característica de la cultura occidental,en el inicio del tercer milenio, es la justificacióny facilidad del hombre de hoy para disociar a untiempo la sexualidad, del amor (pornografía,prostitución); la procreación, de la sexualidad (re-producción asistida, clonación); y la sexuali-dad, de la procreación (medios contraceptivos).Esta permisividad cultural constituye uno de losmecanismos de agregación de víctimas más dra-máticos que han existido. Nuestra sociedad la su-fre, en las víctimas de los derrumbes familiares,en el aumento de la violencia doméstica, en lageneración de conductas adictivas en la juven-tud, que causan enfermedades, y, sobre todo, enlas inocentes víctimas del aborto».

El Papa alienta a losperiodistas católicos

Su Santidad constata con satisfacción que el te-ma del Congreso es la respuesta de los me-

dios de comunicación a los desafíos urgentesdel proceso de globalización, y anima a loscongresistas a reflexionar sobre las cuestiones éti-cas que plantea la globalización a la luz de lavisión evangélica y la dignidad inalienable de ca-da ser humano»: éste es el texto de un telegramaenviado por el cardenal Sodano, Secretario deEstado de Juan Pablo II, al Congreso Mundial dela Unión Católica Internacional de la Prensa(UCIP), que se ha celebrado en Friburgo, Sui-za. En él, monseñor John Foley, Presidente delConsejo Pontificio para las Comunicaciones So-ciales, señaló que «ser periodistas significa ayu-dar a construir una sociedad mejor, sirviendoa la verdad y no al prejuicio, ni a la ideología,ni al conformismo, ni a lo políticamente correc-to». Animó a los periodistas a ser hombres ymujeres de esperanza y de caridad.

El chiste de lasemana

Ventura@Humor,en La Vanguardia

Italia: «El castellano, crisol de culturas»

Tras el éxito de acogida experimentado enEspaña e Hispanoamérica, acaba de pu-

blicarse en Italia El encuentro de lenguas enel «Nuevo Mundo», obra de la profesorauruguaya Lídice Gómez Mango de Carri-quiry (en la foto, de pie, durante el acto depresentación), que en España ya va por la ter-cera edición,en la colec-ción universi-taria de laeditorial CajaSur (Córdoba,2000). El li -bro concluyecon un capítu-lo que llevapor título Ha-cia una patriagrande. «Hehecho una fo-tocopia de es-te capítulo pa-ra enviarlo ami amigo Ga-briel García Márquez», confesó en la pre-sentación del volumen, en el Instituto Italo-Americano (IILA) de Roma, el embajador deColombia ante la Santa Sede, Guillermo Le-ón Escobar. «Nuestros clásicos son los clá-sicos de España --constataba el diplomáticoiberoamericano--, nuestros nombres y ape-llidos se originaron allí casi todos», así como«nuestros sueños de justicia, son una heren-cia española».

Como explica en la introducción a la pri-mera edición castellana Francisco Morales Pa-drón, el libro muestra muy bien el proceso por

el cual, en medio de «la Babel de los mundosamerindios» se fue imponiendo cada vez másla castellanización. El hecho de que el caste-llano sea hoy para los pueblos de América La-tina su signo más evidente de identidad co-mún, capaz de unir con más fuerza que el ce-mento a los casi 35 millones de hispanos resi-

dentes hoy enEstados Uni-dos (hasta elpunto de queel presidenteGeorge Bushha comenza-do a adoptaresta lenguapara pronun-ciar discursosen los quequiere dirigir-se a esta co-munidad),constituye lagran pruebade que el es-

pañol no llegó a aquellas tierras como frutode un enfrentamiento humillante, sino más bien,como un encuentro, que dio lugar a un crisol deculturas.

Hoy día el español se ha convertido en lacontribución más creativa y en el capital exte-rior más grande de España en la escena in-ternacional. Casi la mitad de los católicos rezana Dios en castellano. Lo más sorprendente esque, mientras en España esta constatación pa-rece en ocasiones olvidada, Italia se haya in-teresado por ella hasta el punto de sacar estelibro a sus librerías.

8 chicas fundan en Madriduna nueva Congregación

El cardenal Rouco Varela, arzobispo de Madrid, acaba de aprobar las Constituciones y Estatutosde la Congregación de las Misioneras Oblatas de María Inmaculada. Las primeras ocho religiosas,

de entre 21 y 33 años de edad, emitieron sus votos el pasado 9 de septiembre en una celebraciónque presidió el propio arzobispo, y en la que puso de relieve la magnífica noticia que supone, enuna época de crisis de vocaciones, el nacimiento de una nueva forma de vida religiosa. La nuevaCongregación se inició a mediados de los años 90 a raíz del compromiso de un grupo de chicasde una parroquia madrileña regida por los Oblatos de María Inmaculada. El 14 de septiembre de1997 iniciaron una nueva forma de vida consagrada, cuyos Estatutos fueron reconocidos en 1998como Asociación pública de fieles. Hoy, gracias a Dios, ya son una nueva Congregación.

Toda una generación de jóvenes había dejadode creer en los padres, en los políticos y enlos maestros. Se emancipó de golpe, brutal-

mente, de todo cuanto había estado en vigor hasta en-tonces y volvió la espalda a cualquier tradición, de-cidida a tomar en sus manos su propio destino, aalejarse de todos los pasados y marchar con ímpetuhacia el futuro. Con ella había empezado un mundocompletamente nuevo, un orden completamente di-ferente en todos los ámbitos de la vida. Todos y to-do lo que no era de la misma edad era consideradocomo caduco. En vez de viajar con los padres, comoantes, rapazuelos de once y doce años, en gruposorganizados y sexualmente instruidos, cruzaban elpaís como aves de paso.

En las escuelas, siguiendo el modelo ruso, se cre-aban sóviets escolares que controlaban a los maes-tros e invalidaban los planes de estudio porque los ni-ños debían y querían aprender sólo aquello que lesvenía en gana. Por el simple gusto de rebelarse se re-belaban contra toda norma vigente, incluso contra losdesignios de la naturaleza, como la eterna polari-dad de los sexos. Las muchachas se hacían cortarel pelo hasta el punto de que, con sus peinados a logarçon, no se distinguían de los chicos; y los chi-cos, a su vez, se afeitaban la barba para parecer más

femeninos; la homosexualidad y el lesbianismo seconvirtieron en una gran moda no por instinto natu-ral, sino como protesta contra las formas tradicio-nales de amor, legales y normales.

Todas las formas de expresión de la existenciapugnaban por falorear de radicales y revoluciona-rias y, desde luego, también el arte. La nueva pintu-ra dio por liquidada toda la obra de Rembrandt, Hol-bein y Velázquez, e inició los experimentos cubistasy surrealistas más extravagantes. En todo se pros-cribió el elemento inteligible: la melodía en la mú-sica, el parecido en el retrato, la comprensibilidad enla lengua. Se suprimieron los artículos determinados,se invirtió la sintaxis, se escribía en el estilo cortadoy desenvuelto de los telegramas. La música buscabacon tesón nuevas tonalidades y dividía los compases;en el baile, el vals desapareció en favor de figuras cu-banas y negroides; la moda no cesaba de inventarnuevos absurdos y acentuaba el desnudo con insis-tencia; en el teatro se interpretaba Hamlet con frac yse ensayaba una dramaturgia explosiva.

Intelectuales maquillados

En todos los campos se inició una época de ex-perimentos de lo más delirantes que quería dejar

atrás, de un solo y arrojado salto, todo lo que se ha-bía hecho y producido antes; cuanto más joven erauno y menos había aprendido, más bienvenido erapor su desvinculación de las tradiciones; por fin lagran venganza de la juventud se desahogaba triun-fante contra el mundo de nuestros padres. Pero, enmedio de ese caótico carnaval, ningún espectáculome pareció tan tragicómico como el de muchos in-telectuales de la generación anterior que, presas delpánico de quedar atrasados y ser considerados inac-tuales, con desesperada rapidez se maquillaron de fo-gosidad artificial e intentaron, también ellos, seguircon paso renqueante y torpe los extravíos más no-torios.

¡Qué época tan alocada, anárquica e inverosímilla de aquellos años, de delirante éxtasis y libertinofraude, una mezcla única de impaciencia y fanatis-mo! Todo lo extravagante e incontrolable vivió en-tonces una edad de oro: la teosofía, el ocultismo, elespiritismo, el sonambulismo, la antroposofía, laquiromancia, la grafología, las enseñanzas del yogaindio y el misticismo de Paracelso. Se vendía fácil-mente todo lo que prometía emociones extremasmás allá de las conocidas hasta entonces: toda formade estupefacientes, la morfina, la cocaína y la hero-ína; los únicos temas aceptados en las obras de tea-tro eran el incesto y el parricidio y, en política, elcomunismo y el fascismo.

El instinto les decía que la postguerra tenía que serdiferente de la preguerra y, en el fondo, tenían ra-zón. Todo eso de los nuevos tiempos, de un mundomejor, ¿no lo habíamos querido también nosotros, losmayores, antes y durante la guerra? Y también des-pués de la guerra, los mayores volvimos a demostrarnuestra ineptitud para oponer a tiempo una organi-zación supranacional a la nueva y peligrosa politi-zación del mundo.

Creo conocer bastante bien la Historia, pero, queyo sepa, nunca se había producido una época de lo-cura de proporciones tan enormes. Se habían alteradotodos los valores, y no sólo los materiales; la gentese mofaba de los decretos del Estado, no respetabala ética ni la moral, Berlín se convirtió en la Babel delmundo. Bares, locales de diversión y tabernas crecíancomo setas. A lo largo de la Kurfürstendamm se pa-seaban jóvenes maquillados y con cinturas artifi-ciales, y no todos eran profesionales; todos los ba-chilleres querían ganar algo y en bares penumbrososse veía Secretarios de Estado e importantes finan-cieros cortejando, sin ningún recato, a marinerosborrachos. Ni la Roma de Suetonio había conocidounas orgías tales como lo fueron los bailes de tra-vestíes de Berlín, donde centenares de hombres ves-tidos de mujeres y de mujeres vestidas de hombrebailaban ante la benévola mirada de la policía. Conla decadencia de todos los valores, una especie de lo-cura se apoderó precisamente de los círculos bur-gueses. Las muchachas se jactaban con orgullo de serperversas; en cualquier escuela de Berlín se habríaconsiderado un oprobio la sospecha de conservar lavirginidad a los dieciséis años: todas querían poderexplicar sus aventuras, y cuanto más exóticas mejor.

Quien vivió aquellos meses y años apocalípti-cos, hastiado y enfurecido, notaba que a la fuerza te-nía que producirse una reacción, una reacción te-rrible. Y los que habían empujado al pueblo a aquelcaos ahora esperaban sonrientes en segundo térmi-no, reloj en mano: «Cuanto peor le vaya al país,tanto mejor para nosotros». Sabían que llegaría suhora. La contrarrevolución empezaba ya a cristali-zarse.

Stefan Zweig

Desde la feAlfa y Omega24 27-IX-2001

Un aviso de la Historia...Si cierto es que el sexo ya lo inventaron Adán y Eva, no menos lo es que tantas y tantasproclamas de los modernos de hoy, que todo buen progre debe aceptar para nodesentonar con los nuevos tiempos, hace tiempo que vieron la luz del sol. Si alguien loduda, aquí están estas páginas escritas por Stefan Zweig antes de la segunda guerramundial. Probablemente él confiara entonces en la capacidad de aprendizaje de lafamilia humana, pero su libro, El mundo de ayer. Memorias de un europeo (que editaahora El Acantilado), es a la vez profético y una dramática advertencia sobre cuál puedeser el futuro inmediato: no se puede atentar contra la naturaleza del hombre y pretendersalir indemnes. Recogemos algunos de sus párrafos más significativos:

La vida. Frits van den Berghe (1924). Museo Real de Bellas Artes. Amberes

La faja publicitaria de la cubierta habla de unnuevo Informe sobre la fe. Como en el pre-cedente Informe-entrevista realizada al car-

denal por Vittorio Messori, también en el nuevo li-bro-entrevista el Prefecto de la Doctrina de la Fe nose sustrae a las provocaciones del periodista y es-critor alemán Peter Seewald. El cardenal Ratzingerafronta, con su habitual franqueza, las cuestionesespinosas de siempre: la crisis de la fe, losmilagros, Dios y la razón, existencia y na-turaleza de Cristo, la unidad de los cristia-nos… Para dar una idea, la primera pre-gunta de la entrevista –grabada en tan sólo4 días en la abadía de Montecasino– dice:«Eminencia, ¿usted también, a veces, tienemiedo de Dios?» Y Ratzinger responde:«No hablaría de miedo. Gracias a Cristosabemos cómo es Dios, sabemos que nosama… Sin embargo, advierto siempre elsentido fulminante de mi inadecuación ala idea que Dios tiene de mí». Éstas sonalgunas de sus respuestas:

Hace mucho años, usted hablaba entérminos proféticos sobre la Iglesia delfuturo: la Iglesia –decía entonces– «sereducirá en sus dimensiones, hará faltarecomenzar de nuevo. Pero de esta prue-ba saldrá una Iglesia que habrá sacadouna gran fuerza del proceso de simplifi-cación que habrá atravesado, de la re-novada capacidad para mirar dentro desí misma. ¿Cuál es la perspectiva quenos espera en Europa?

Para empezar, la Iglesia «se reduciránuméricamente». Cuando hice esta afir-mación, me llovieron de todas las partesreproches de pesimismo. Y hoy que todaslas prohibiciones parecen caídas en desuso,entre ellas las que se refieren a lo que seviene llamado pesimismo y que, a menudo,no es otra cosa que sano realismo, cada vezson más los que admiten la disminucióndel porcentaje de los cristianos bautizadosen la Europa actual: en una ciudad comoMagdeburgo el porcentaje de los cristia-nos es tan sólo del 8% de la población total,incluyendo todas las confesiones cristianas. Los da-tos estadísticos muestran tendencias irrefutables. Eneste sentido se reduce la posibilidad de identificaciónentre pueblo e Iglesia en determinadas áreas cultu-rales. Debemos tomar nota con sencillez y realis-mo.

La Iglesia de masa puede ser algo muy bonito,pero no es necesariamente la única modalidad deser de la Iglesia. La Iglesia de los primeros tres siglosera pequeña, sin por esto ser una comunidad secta-ria. Por el contrario, no estaba cerrada en sí misma,sino que sentía una gran responsabilidad respecto alos pobres, los enfermos, respecto a todos. En su se-

no encontraban sitio todos aquellos que se nutrían deuna fe monoteísta, en búsqueda de una promesa. Es-ta conciencia de no ser un club cerrado, sino de es-tar abiertos a la comunidad en su conjunto, siempreha sido un componente no eliminable en la Iglesia.Al proceso de reducción numérica que estamos vi-viendo hoy, tendremos que hacerle frente tambiénprecisamente explorando nuevas formas de apertu-

ra al exterior, nuevas modalidades de participaciónde aquellos que están fuera de la comunidad de loscreyentes. No tengo nada en contra de que perso-nas que durante el año no han pisado la iglesia vayana la misa la noche de Navidad, o con ocasión de otrafestividad, porque también ésta es una forma deacercarse a la luz. Debe, por tanto, haber formas di-versas de implicación y participación.

Pero la Iglesia ¿puede de verdad renunciar asu aspiración de ser una Iglesia de la mayoría?

Debemos tomar nota de la disminución de nues-tras filas, pero debemos seguir siendo igualmente

una Iglesia abierta. La Iglesia no puede ser un gru-po cerrado, autosuficiente. Debemos ser, sobre todo,misioneros, en el sentido de volver a proponer a la so-ciedad aquellos valores que son los fundamentos dela forma constitutiva que la sociedad misma se ha da-do, y que están en la base de la posibilidad de cons-truir una comunidad social verdaderamente humana.La Iglesia continuará proponiendo los grandes va-

lores humanos universales. Porque, si elDerecho ha dejado de tener cimientos mo-rales compartidos, se viene abajo tambiénen cuanto Derecho. Desde este punto devista la Iglesia tiene una responsabilidaduniversal. Responsabilidad misionera sig-nifica precisamente, como dice el Papa,intentar verdaderamente una nueva evan-gelización. No podemos aceptar tranqui-lamente que el resto de la Humanidad vuel-va a precipitarse en el paganismo, debe-mos encontrar el camino para llevar elEvangelio también a los no creyentes. LaIglesia debe recurrir a toda su creatividadpara hacer que no se apague la fuerza vivadel Evangelio.

¿Qué cambios sufrirá la Iglesia?Creo que tendremos que ser muy cautosa la hora de arriesgar previsiones, porqueel desarrollo histórico siempre ha dadomuchas sorpresas. La futurología se es-trella frecuentemente. Nadie, por ejem-plo, se arriesgó a prever la caída de losregímenes comunistas. La sociedad mun-dial cambiará profundamente, pero todavíano estamos en grado de prever qué impli-cará la disminución numérica del mundooccidental, que todavía es el dominante,cuál será la nueva cara de Europa trans-formada por los flujos migratorios, quécivilización y qué formas sociales se im-pondrán. Lo que de todos modos sí es cla-ro es la diversa composición del potencialsobre el cual se sostendrá la Iglesia occi-dental. Lo que más cuenta es en mi opi-nión es el esencializar, por usar una ex-presión de Romano Guardini. Es necesa-rio evitar elaborar preconstrucciones fan-

tásticas de algo que podrá revelarse muy diverso yque no podemos prefabricar en los meandros denuestro cerebro, para concentrarse, sin embargo,sobre lo esencial, que podrá después encontrar nue-vos modos de encarnarse. Es importante un proce-so de simplificación que nos consienta distinguirlo que constituye la viga maestra de nuestra doc-trina, de nuestra fe, lo que en ella tiene un valor pe-renne. Es importante volver a proponer en sus com-ponente fundamentales las grandes constantes defondo, los interrogantes sobre Dios, la salvación,la esperanza, la vida, sobre todo lo que éticamentetiene un valor básico.

Desde la fe Alfa y Omega 27-IX-2001 25

Libro-entrevista al cardenal Ratzinger sobre los retos de la fe en un Occidente secularizado

Católicos, ¿futuro de minoría?

Peter Seewald ha mantenido una entrevista con el cardenal Joseph Ratzinger,Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, plasmado en el libro Diosy el mundo, que acaba de editar en Italia Ediciones San Pablo. El diario católicoAvvenire lo ha presentado en una página, de la que ofrecemos lo esencial

Nadie ha estudiado las consecuencias del di-vorcio con tanta constancia como Judith S.Wallerstein. Desde 1971, ha seguido de cer-

ca a miles de niños y adolescentes, una vasta pro-genie de parejas divorciadas en California, y nin-gún prejuicio religioso se ha entrometido en su ob-servación científica de los efectos en la conducta y enel desarrollo de la personalidad. En sus primerosestudios, el divorcio aparecía como un azote emo-cional en la niñez que agrava la crisis de la adoles-cencia, pero Wallerstein nunca puso en duda su le-gitimidad. Pensaba que sus efectos, aunque doloro-sos, eran transitorios. Los desparejados pronto en-cuentran pareja, y los hijos, gracias al vapuleoemocional de sus padres, entienden que la vida no esfácil. Por otra parte, la mancha social del divorciopronto desapareció, pues cuanto más divorcios, másaceptado se hizo, hasta dejar de registrarlo comoconflicto social. En Estados Unidospronto se convirtió en uno de los pi-lares indispensables del estilo mo-vedizo de vida moderno. A princi-pios del siglo XX, Chesterton es-cribió que, «si los norteamericanospueden divorciarse por incompati-bilidad de temperamentos‚ no pue-do entender por qué no están todosdivorciados». Cien años después, notodas, pero, según las cuentas másrecientes, la mitad de las bodas aca-ban en divorcio. Y en otros paísesla situación no es mucho mejor.

Judith Wallerstein se había dadopor satisfecha con su investigaciónsobre los efectos del divorcio en loshijos. Pero, he aquí que pasan losaños y muchos de esos niños y ado-lescentes, ahora adultos entre los 25y 40 años, la reclaman para volver ahablar de lo que hablaron con elladurante el divorcio de los padres.En contra de su tesis inicial, com-prueba con asombro que, en lugarde esfumarse en una vaga memoria,las heridas del divorcio seguían encarne viva, sus efectos nocivos re-crudecidos con el paso del tiempo.Tan lejos estaba de sospechar esteresultado, que se vio obligada a es-cribir un libro sobre los efectos deldivorcio a largo plazo: El legadoinesperado del divorcio. En ese ines-perado hay toda una radiografía demiopía o cansancio mental, como sialguien que ha destruido en veranola calefacción central de su casa seasombrara del frío que pasa cuan-do llega el invierno.

Wallerstein ahora habla de los mitos sobre losque se fundó la práctica del divorcio y que ella mis-ma aceptó en su estudio original. Mitos como éste:«Nos divorciamos para que nuestros hijos no su-fran, porque somos muy infelices, nos estamos ma-tando y, si continuamos así juntos, vamos a matarlestambién». O este otro: «El divorcio es una crisis pa-sajera que inflige sus efectos más dañinos en el mo-mento de la separación y luego desaparece». Sé dejueces que han expresado su disgusto visceral ante elegoísmo exacerbado de parejas que piden el divor-cio, pero también hay autoengaño. Muchas parejas(y con ellas psicólogos, jueces, abogados, etc.) de-fienden el divorcio porque piensan que los niños se-rán más felices si sus padres son más felices, y como

los padres serán más felices divorciados, el divor-cio favorece a los hijos. Wallerstein dice ahora queun niño prefiere que sus padres estén bajo el mis-mo techo, aunque no hagan sino pelear entre ellos. Lamisma posibilidad de la separación llena al niño o aladolescente de confusión y miseria emocional. La ra-zón es que los hijos no se identifican sólo con sumadre o con su padre como individuos aparte, sinoque se identifican con la relación que tienen entresí como pareja los padres.

Las heridas del divorcio

Después de tres décadas de investigación, Wa-llerstein concluye diciendo que el divorcio no es untrauma emocional pasajero, sino que se convierteen el factor determinante de los sentimientos, acti-tudes y crecimiento de la persona. Lo describe en

este libro como una experiencia acumuladora, puessu impacto nocivo aumenta con el tiempo y llega almáximo en la edad adulta. Afecta a la personalidad,a la capacidad de confiar, a las expectativas en las re-laciones con otras personas, a la capacidad de adap-tarse a cambios. El amor, la intimidad, la confianza,el compromiso, quedan seriamente afectados. Porotra parte, Wallerstein dice que jamás ha oído a nin-guno de estos hijos del divorcio defender una filo-sofía cínica sobre el amor y el matrimonio. Todos de-sean uniones firmes, duraderas, hasta la muerte; lapráctica, como muestra el libro, es otra. Parece quehubiera caído sobre ellos una maldición, pues mu-chos sufren el divorcio de los padres como si estu-vieran ellos mismos divorciados y desgarrados pordentro.

Años de estudio empírico han venido a compro-bar la sabiduría de la Humanidad, que ha visto enla institución familiar no un capricho religioso opersonal, sino una necesidad de la persona y de la so-ciedad para bien de ambas. La institución del ma-trimonio y su indisolubilidad protegen tanto a la pa-reja como a los hijos de los mitos y modas de solu-ciones irracionales en momentos de crisis. Las tra-gedias del matrimonio son, como todas las tragedias,una limitación y debilidad humana, fomentadas amenudo por el egoísmo, el autoengaño y, a veces,la estupidez, como en el caso de un juez importan-te que Wallerstein menciona en su libro y que le pre-guntó si el divorcio era algo que «ya venía determi-nado en los genes». A mí me parece que tiene que vermás con el mal genio.

La famosa condena del divorcio en boca de Jesúsde Nazaret encuentra en este libro buena parte de

su justificación ofreciendo al cre-yente cristiano un apoyo empíricode primera categoría. Ahora quemuchas Iglesias protestantes yaaceptan el divorcio, la Iglesia ca-tólica sigue manteniendo una vi-sión del matrimonio indisoluble,un amor sellado para siempre, puesasí lo quiso Dios Creador desde elprincipio. La larga investigaciónde Wallerstein contribuye a acla-rar algo obvio: que ese dictumevangélico no es un capricho divi-no sino revelación de la realidad. Alos discípulos de Jesús no les gus-tó la idea de la indisolubilidad ma-trimonial ni la manera casi brutalen la que su Maestro condenó eldivorcio, pero una investigacióncientífica como la de Wallersteinmuestra con claridad el por qué desu predicación inequívoca sobre elamor humano estable e indisolu-ble. En la nueva cultura del divor-cio nadie se casaría si no pudieradivorciarse con la misma facilidad.En una retorcida paradoja, el di-vorcio mismo, o su posibilidad, hapasado a ser extraña fundación delmatrimonio, como si alguien pu-diera declarar su amor y su desa-mor al mismo tiempo, dando lavuelta al mismo anillo y usándolopor el otro lado.

Barbara Dafoe Whitehead, au-tora de La cultura del divorcio, mehablaba en una carta de su profun-da admiración por la manera en laque G. K. Chesterton supo escri-

bir sobre el matrimonio y el divorcio. Se podría re-sumir diciendo que el escritor inglés se refería al di-vorcio como una superstición, y al matrimonio co-mo la realidad espléndida de la condición humana.Una vez desmitologizado el divorcio como lo quees, aparece la verdadera esencia del matrimonio, co-mo algo difícil, heroico, profundamente humano yescuela de humanidad y de libertad. Hay lágrimas ytragedias en el matrimonio como las hay en todaslas cosas, pero las más dolorosas son las que noso-tros mismos creamos y a las que nos obligamos aaplaudir como si se tratara sólo de una comedia in-sulsa sin mayores consecuencias.

Alvaro de Silva Boston

Desde la feAlfa y Omega26 27-IX-2001

Los mitos del divorcio

Desde la fe Alfa y Omega 27-IX-2001 27

Afortunadamente Madrid está viviendo un ex-celente momento teatral: quizás hacía muchos

años que sobre las tablas de los numerosos esce-narios madrileños no había una oferta tan sugestivani de tanta calidad. No hablo solamente de autoresy obras –basta echar un vistazo a la cartelera pa-ra comprobarlo: de Ibsen, a Zola; y de Miller y Re-ginald Rose, a Jardiel, sin olvidar musicales comoMy fair Lady o Hello, Dolly, sin los cuales, evi-dentemente, no cabría afirmar lo dicho–, sino tam-bién de escenógrafos, de actrices y de actores.

Hace muy poco era obligado dejar constan-cia en esta página del magisterio, difícilmente su-perable, de una actriz consagrada como doñaJulia Gutiérrez Caba. Hoy resulta no menos agra-dable constatar, y aplaudir, el arte y el oficio, im-pecablemente bien hechos, en el Teatro Marquina,

de actores no tan famosos y acreditados, pero nomenos admirables: Helio Pedregal, que hace unaauténtica creación del protagonista de Panoramadesde el puente, de Arthur Miller, y sus compa-ñeros de reparto, la jovencísima Nerea Barrios,Alicia Sánchez, Chema Muñoz e Israel Frías.

Esta versión que Eduardo Mendoza presentade la justamente famosa y admirada obra de Mi-ller alcanza en esta representación, bajo la inte-ligente dirección de Miguel Narros, una altura yuna dignidad escénica que nada tiene que envidiarni a otras versiones de la obra, ni a otras opcionesteatrales del momento; y buena prueba de ello,por cierto, son las aclamaciones y bravos, espe-cialmente las muy esperanzadoras de muchos, ca-da vez más, espectadores jóvenes, con que son sa-ludados los actores, caído el telón.

En los muelles de Nueva York, recreados sin queel argumento de la emigración, al que sirven, hayaperdido, medio siglo después, un ápice de actua-lidad y de garra, sino todo lo contrario acaso, na-die podía imaginar hace cincuenta años la trági-ca barbarie del terror fanático que el mundo acabade vivir en directo. La profundísima carga de hu-manidad y de vida que esta obra de Miller llevadentro explota con fuerza renovada, y emociona yengancha al espectador europeo, hoy tan empa-pado en el problema de la emigración, y que tal vez,como uno de los personajes, sigue sin entender unpaís en el que «no hay más ley que la que está enlos libros», convencido como está, asimismo, deque «en este mundo, justicia..., sólo la de Dios».

MMiigguueell ÁÁnnggeell VVee llaassccoo

Moulin Rouge, de Baz Luhr-mann, es una película sor-prendente por encima de to-

do. Desde el momento en que empie-za la proyección el espectador está su-mido en una vertiginosa tempestad deimágenes y música, que le deja sin res-piro las dos horas que dura el film. ElMoulin Rouge parisino representa elreino de la bohemia, sin más ley que labúsqueda indisciplinada de la belle-za, la verdad y la libertad. Todo es pro-vocación irreverente y sensualidaddesmedida. A ese mundo llega Chris-tian (Ewnan McGregor), un joven es-critor que descubre el verdadero amoral quedar cautivado por Satine (Nico-le Kidman), la estrella y reina del es-pectáculo. El gran obstáculo para eseromance es precisamente que en Mou-lin Rouge no hay lugar para el amor.Allí las mujeres son cortesanas que sevenden al mejor postor. Pero el puro ysincero amor de Christian atravesaráese escepticismo como en las mejo-res películas románticas de otros tiem-pos. La historia sigue, paso a paso, elesquema del mito griego de Orfeo.

La película, ¡ojo!, es un musical,género que no despierta en mí simpa-tías, y que sin embargo, en ese aspec-to, me parece sencillamente genial. Elcontraste entre una imaginería deci-monónica y una coreografia modernaa lo Broadway, empastadas con mu-chas de las grandes canciones pop delsiglo XX, desde Rodgers y Ham-merstein a Lennon y McCartney, des-

de Sting a Elton John, de Dolly Partona David Bowie, es de una belleza sor-prendente. ¡Y las letras son crucialespara la historia! Algo de esto ya hizoAlain Resnais con On connaît la chan-son (1997). Por otra parte, las imáge-nes del film, imposibles, oníricas, su-rrealistas, te trasportan, como Can-tando bajo la lluvia, a un mundo in-creíble de luz y color. Y a pesar de suabrumadora sensualidad rupturista ysu dudosa corrección política, no hayplanos de dos rombos o de explícitasexualidad.

Nicole Kidman y Ewan McGregorestán sublimes, y dan voz a muchas

de sus canciones, apoyados por Plá-cido Domingo, Cristina Aguilera, Bo-no, José Feliciano, Valeria, y un lar-go etcétera. Sin duda, una inclasifica-ble película, que recupera, de una for-ma sui generis, el auténtico valor delcine tradicionalmente romántico. Yquizás es necsario regalarse la vistaun poco después de los horrores new-yorkinos que hemos taladrado ennuestras retinas estas semanas.

Un salto mortal nos lleva a Juana laLoca, de Vicente Aranda y protago-nizada por Pilar López de Ayala. Pro-ducida por Enrique Cerezo, Arandatrata de retomar la interpretación que

Tamayo y Baus hizo de la reina en suobra Locura de Amor: Juana no esta-ba loca, sólo terriblemente celosa de suligero marido don Felipe el Hermoso.Aranda le da esa carga sexual que ca-racteriza su filmografía reciente, yaunque el final eleva y mejora la pelí-cula, ésta se mueve dentro de los pa-radigmas laicistas de interpretaciónhistórica de moda. La dirección artís-tica es brillante, y a pesar de que elfilm tiene momentos y secuencias so-bresalientes, es, en general, poco in-teresante.

Por último, La ciénaga, primer lar-go de Lucrecia Martel, es interesantepor la coyuntura política que vivimos.Al contemplar el film, es inevitablepreguntarse: ¿es éste el mundo quequeremos defender a toda costa? Lapelícula describe la vida de dos fami-lias del noroeste argentino. Sin nadapor lo que vivir, todos se mueven porpura inercia, egoísmo y reacción pri-maria. Las relaciones son banales, ins-tintivas, sorda y sórdidamente violen-tas. Durante toda la película apareceuna televisión en la que se da la noti-cia de una aparición milagrosa de laVirgen, pero la protagonista, en los úl-timos minutos, confiesa haber ido alláy no haber visto nada. El milagro esimposible. Terrible radiografía de unasociedad traidora del hombre, y queya apenas puede proponer un ideal al-go valioso.

Juan Orellana

Teatro

Un esperanzador Panorama

Cine

Festival de San Sebastián

Está en pleno desarrollo el Festival de Cine de San Sebastián, que cumple ya 49 años. De toda suprofusa programación nos fijamos hoy en tres títulos de próximo estreno comercial

Fotograma de Juana la Loca

Desde la feAlfa y Omega28 27-IX-2001

Por qué existe el dolor?Porque sí. No hay que

entenderlo, sino vivirlo.Y, desde dentro, apren-der a amarlo». Este librode José Pedro Manglanosuma ya su tercera edi-ción en la casa Descéede Brouwer. Enseña a loslectores a entender el su-frimiento, el misterio deldolor que abre las puer-tas a una nueva vida.

Aprender a sufrir

La colección Bibliotecade Patrística, de la edi-

torial Ciudad Nueva, seenriquece con esta obrade San Juan Crisóstomosobre el matrimonio úni-co. En este libro se reco-gen tres pequeños rela-tos, escritos alrededor delsiglo IV, que son una sa-bia y práctica reflexiónsobre el matrimonio y laviudedad.

El matrimonio único

Las Bienaventuranzas.Alternativa para el hom-

bre es el título del librode Antonio Pavía, edita-do por San Pablo, queanaliza con esmero lasocho bienaventuranzas,distintivo de la vida cris-tiana y mensaje que elSeñor deja a su pueblo.Bienaventuranzas a lasque acudir «a beber, sialguno tiene sed».

El distintivo cristiano

Han aparecido ya losvólumenes corres-

pondientes a los mesesde septiembre y de octu-bre, del Nuevo año cris-tiano, con las vidas de lossantos que cada día ve-nera la Iglesia, que vienepublicando Edibesa, ba-jo la dirección de José An-tonio Martínez Puche, yque incluye los cientos denuevos beatos y santos.

El Nuevo año cristiano sigue

Ediciones Internaciona-les Universitarias edi-

ta este libro de CarlosDíaz, doctor en Filosofíay licenciado en Derecho,que hace un recorridopor la historia de los va-lores en Occidente, losantecedentes de la ac-tual crisis de los mismos,las dificultades para va-lorar bien, o las escalasde valores.

Las claves de los valores

Conocer lo que la to-lerancia tiene de

constructivo, así como lasconsecuencias negativasque se derivan de la ma-nipulación es fundamen-tal para la convivencia.En este ensayo, La tole-rancia y la manipulación,de Alfonso López Quin-tás, editado por Rialp, seclarifican ambos con-ceptos.

Tolerancia y manipulación

Carisma e Historia.Claves para inter-

pretar la historia de unacongregación religiosa,editado por Publicacio-nes Claretianas, está es-crito por el misionero cla-retiano Jesús Álvarez. Sumisión es ayudar a quecada congregación reli-giosa aprenda a mirarsu historia y sus raíces pa-ra su identificación.

Carisma e Historia

Esta obra, publicadapor la editorial Pala-

bra, ha sido finalista delpremio Felipe Trigo. Esla primera novela del pe-riodista Francisco Gal-ván, y narra, en un estiloclásico, aventuras y mis-terios en los tiempos deldescubrimiento de Amé-rica. Con el mismísimocapitán Cortés como pro-tagonista.

Las esmeraldas de Cortés

Si no se ama apasio-nadamente, no se

ama de verdad», afirmaJuan Ramón Medina eneste libro, El amor eter-no, publicado por Sci-re/Balmes. Un tratadosobre el amor verdade-ro, porque el hombre hasido hecho para Dios ysu alma tiende necesa-riamente hacia Él, hastaeternizar su amor.

Sobre el amor verdadero

Thomas Mann escribióen 1295 Desorden y

dolor precoz, inspiradoen la vida de su familia,de la que hace un cruelretrato. Más tarde, su hi-jo, Klaus Mann, escribiráNovela de niños, res-pondiendo y completan-do a su padre. EditorialAlba publica unidos am-bos relatos para deleitedel lector de clásicos.

Thomas y Klaus Mann

Juan Manuel de Villa-nueva, autor de este li-

bro publicado por LaBAC, comienza hacien-do un estudio sobre la teología española del si-glo XVII, antes de pre-sentar las comedias reli-giosas de Mira de Ames-cua, dramaturgo y ca-pellán de la Capilla Realde Granada en aquellaépoca.

Teatro teológico

El 27 de septiembre de1992 Juan Pablo II

declaró Beato al Her-mano Rafael. Con sus es-critos muchos le han to-mado como maestro es-piritual. En este libro sese hace un análisis ex-haustivo de su vida y supersona: La pasión delsolo Dios, escrito por Ma-nuel Sánchez (EditorialMonte Carmelo).

El Hermano Rafael

P A R A L E E R

Desde la fe Alfa y Omega 27-IX-2001 29

Laín, cristiano

Vuelvo al recuerdo de don Pedro Laín Entral-go, cuando ya se escribe poco de él. Hubo

excesiva verborrea con su muerte.Siendo universitario del Colegio Mayor Cer-

buna, de Zaragoza, por los años 40–50, pa-ra los universitarios de la generación de la pos-guerra, Laín nos era conocido por sus colabo-raciones y artículos en las revistas Escorial, deEstudios políticos, Discursos a los caballerosaspirantes de la milicia universitaria. Formé par-te de la institución Fernando el Católico, entidadque le propondría como miembro del Colegiode Aragón del que formaron parte, entre otrosaragoneses ilustres, Severino Aznar, monseñorEscrivá, Legaz, Castán, Alvar, Lázaro Carre-ter, Camón. Aparte de ese conocimiento inte-lectual, como maestro que orientaba mi pro-pia vida universitaria y académica, me en-contraba a Laín en los cursos de la Universi-dad Internacional Menéndez Pelayo, deSantander, por los años 50-60, cuando tenía-mos a mano un plantel de profesores, intelec-tuales y políticos, fuera en las aulas, o en laplaya, como Eugenio D’Ors, Aranguren, Or-tega, Paniker, F. Miranda, Induráin, etc. Es laépoca de su El problema de España.

Luego, fuimos relativamente vecinos. Vivía enlas casas de profesores de la calle MinistroIbáñez Martín, de Madrid. Nos encontrába-mos en algunas misas en la parroquia de San-ta Rita, de la calle Gaztambide. Se colocabadiscretamente a la izquierda, un poco atrás,como hacía Luis Buñuel, en su pueblo de Ca-landa. Salía de los primeros; bajaba por CeaBermúdez, siempre sereno, y ausente. Me ha-cía el encontradizo con él, o le hacía llegaralguna publicación o noticia. Era la etapa deLa espera y la esperanza, casi como prolegó-meno de su Descargo de conciencia, en undeseo de reencontrarse más a sí mismo.

Laín, ya mayor, tuvo contacto y noticia de unpadre agustino de la parroquia de Santa Rita.Le había dejado huella. Y en su fase del enve-jecimiento, sobre lo cual estaba trabajandocomo obra final, se acordó de aquel religio-so. Es verdad que algún obispo auxiliar o sa-cerdote intelectual le visitaban. Pero él quisoencontrarse con el agustino, que estaba, poraquellas fechas, acompañando en sus últimosdías a Jesús Suevos, bien conocido de Laín.Por distintas vías, se localizó al padre agustino.Ya enfermo grave, Laín le saludó, con alegría:«Padre, sigo creyendo en la divinidad de Je-sucristo». Recibió la Santa Unción, con plenaconciencia. Al día siguiente, se durmió en laeternidad. Serenamente, como complacido.Acaso –lo pienso porque he estudiado la obra,vida y muerte de Ortega y Gasset– Laín tambiénhubiera querido describir cómo sería su muer-te, por dentro. Se había ocupado de ella, mu-cho mejor que Ortega. Y su obsesión por loreligioso no lo era como preocupación, ni an-gustia o agonía –Unamuno–, sino como ocu-pación, queriendo tener en su mano todos loshilos de ese misterio, en el nacer y en el morir.

Con ocasión de su fallecimiento, vimos su-brayar muy poco la condición de creyente cris-tiano que Laín Entralgo, sin hacer gala de ello,fue siempre. Laín sigue siendo maestro deuna juventud que quiere partir de un sentidotrascendente y cristiano de la vida.

JJeessúúss LLóóppeezz MMeeddeell

PUNTO DE VISTAL I B R O SEn una reciente encuesta que se hizo en Italia entre

sacerdotes, religiosos y seglares, a la pregunta ¿Quésabemos de la religión hebrea? casi el 40% de los en-cuestados respondieron, única y exclusivamente, alu-diendo al Antiguo Testamento, «lo contenido en la Bi-blia, lo que está escrito en el Antiguo Testamento, lo quese aprende en la Escritura Sagrada...» Tenemos queagradecer a la nueva política editorial de la BAC, a lanovísima para ser más exactos, que nos introduzca,una vez más, en el mundo de las grandes religionescon esta nueva colección, en forma de serie monográ-fica, Semina Verbi. Y, como no podía ser menos, el pri-mer volumen está dedicado a la religión judía. Cuandose desgranan las páginas de este voluminoso tratadode historia y teología del judaísmo, el lector tiene lasensación de encontrarse con las raíces de una historiafamiliar, de una teología que ha configurado, y confi-gura, la estructura de nuestra comprensión del hechocristiano, en la medida en que, parafraseando al clási-co patrístico, lo viejo, en lo nuevo se encuentra; y lonuevo, en lo viejo se anticipa y lo supera.

El autor utiliza los suficientes criterios pedagógi-cos para que el lector no se pierda en el cúmulo de in-formaciones que se ofrecen en el texto. Un valor sig-nificativo es la capacidad de síntesis, que se completacon la mínima erudición justificable para poder pro-fundizar, posteriormente, en algunos apartados paralos que una atenta lectura lleve al lector a una infor-mación más especializada. Tampoco debemos olvidarque esta obra se centra en la religión judía tal como laconcibe el rabinismo. Como afirma Samuel Cohen,«sólo la visión histórica de su desarrrollo en totalidad,es decir, el reconocimiento de sus elementos básicos co-mo aparecieron en las condiciones cambiantes de laHistoria, hace justicia a su verdadero carácter». LaConferencia de los Rabinos Americanos definió el ju-daísmo como «la experiencia religiosa del pueblo ju-dío». Una experiencia abordada por un autor cristia-no, siempre ofrece una renovada perspectiva.

El siglo IV fue un período determinante no sólo pa-ra la historia del denominado Imperio romano, si-

no para el diálogo que el mundo de Roma establecía,en un período de decadencia, con la fe cristiana. ElImperio que hereda Diocleciano, el año 284, necesitabauna dirección, una conciencia de la necesaria supera-ción de una crisis. Su sucesor, Constantino, asumióla diversidad y la divergencia. En muchas de las re-visiones de la teología política del siglo XX, se ha uti-lizado una concepción de la asimilación del cristia-nismo por parte de Constantino, que ha dado pie a lageneralización del concepto del constantinismo. Sóloun análisis histórico en profundidad puede ofrecer-nos una imagen cierta de lo que supuso este trascen-dente paso en la historia de Occidente. En este senti-do, las figuras de Juliano el Apóstata y, sobre todo,de san Agustín se enmarcan en este proceso de relaciónentre un imperio que se agota y una nueva fe que se ex-pande, generando una nueva forma de relacionarseentre los hombres, una nueva cultura. El libro de LasConfesiones, y La ciudad de Dios son dos textos de re-ferencia ineludible a la hora de leer, en plena pers-pectiva, los capítulos finales de este interesante estu-dio de Averil Cameron , catedrática de Estudios An-tiguos y Bizantinos en el King´s College, y una de lasmáximas especialistas en el mundo mediterráneo de ladenominada Antigüedad tardía.

José Francisco Serrano

Una renovadaperspectiva

Título: La religión judía. Historia y teologíaAutor: Antonio RodríguezCarmonaEditorial: BAC

El imperio se agota,la fe se expande

Título: El Bajo Imperio romano (284-430 d. de C.)Autor: Averil CameronEditorial: Ediciones Encuentro

Desde la feAlfa y Omega30 27-IX-2001

GENTES

Carlo Maria Martini, cardenal arzobispo de Milán«El próximo Sínodo de los Obispos tendrá mucha importancia porque es la con-clusión de todos los precedentes Sínodos de Juan Pablo II: especialmente, lafamilia en el año 80, los laicos en el año 87, los presbíteros en el año 90 yla vida consagrada en el año 94. Este próximo Sínodo trata de un tema no-dal, que encierra todos los otros: todos los obispos estamos necesitados de re-flexionar sobre nuestra propia misión. Vamos a ver lo que el Espíritu Santova a decirnos sobre el futuro de la Iglesia. Será un mensaje de esperanza, ypor eso vamos a escuchar al Espíritu».

Javier Martínez, obispo de Córdoba«No se puede identificar Islam con terrorismo. No es la religión islámica la quees por sí misma causante de este tipo de terrorismo, no es la cercanía a Dios,no son los musulmanes. Hay una ideología que utiliza el Islam, como ha habidouna ideología que ha utilizado la religión católica en función de la violenciao de intereses políticos. La religión aproxima a Dios, y cuando uno se aproximaa Dios, se aproxima al Misterio y se aproxima al respeto. Es éste un momen-to para la súplica a Dios, para acercarnos a Dios, para afirmar nosotros, co-mo cristianos, la dignidad de toda persona humana, la esperanza en Jesucristo,porque sabemos que hay esa misericordia inmensa, ese amor infinito de Diospor el hombre».

Mary Ann Glendon, catedrática de Derecho Internacional«Ni la escritora católica norteamericana Flannery O´Connor se podía imagi-nar, en aquellos años preconciliares, que la misma Iglesia católica, se iba aconvertir en una de las instituciones mundiales más atentas y enérgicas en ladefensa de la libertad y de la dignidad de las mujeres. El Concilio afirmó eldeber para los ordenamientos políticos y económicos de extender los benefi-cios de la cultura a todos, ayudando tanto a hombres como a mujeres a cul-tivar sus talentos de acuerdo con su dignidad innata. Cuando se trata deigualdad entre los sexos, los cristianos no pueden tener complejos: son mejo-res que muchas instituciones laicas.»

El reto de ser cristiano

Sobre el dinerode la Iglesia

Llevo este verano leyendo y oyendo opi-niones, tendentes, cuando menos, a con-

fundir la opinión del que la recibe y cam-biarla por un juicio contra la Iglesia; a travésde lo hablado y escrito sobre las inversioneseclesiales. Sólo la absurda catástrofe vivi-da el martes 11 parece que ha relegado es-te asunto a otro plano.

Un altísimo porcentaje del patrimonio fi-nanciero imputable a la Iglesia está repre-sentado por donaciones condicionadas, quehacen a la Iglesia simple cuidadora de lascantidades recibidas. Desde cantidades do-nadas en propiedad con la reserva del usu-fructo vitalicio para el donante, hasta fun-daciones de cualquier orden que la Iglesia ad-ministra de acuerdo con la voluntad de susfundadores, la Iglesia tiene la obligación o car-ga de optimizar el producto de esas entregasen beneficio de lo claramente manifestado.Como un buen padre de familia deberá ob-tener el producto óptimo a las entregas yaplicarlo a las voluntades de los donantes:atender a la formación de sacerdotes, pa-liar el hambre en determinados lugares oayudar a los misioneros de cualquier país.

¿Qué se debe hacer ante esto? Si se man-tiene el capital en cuenta corriente no al-canzaría ni para un trimestre de un semina-rista, ni una mala sopa para el necesitado; lomás aceptado, la aplicación en Fondos Pú-blicos, quizás se llegue a medio curso de unseminarista y a mejorar la sopa del indigente.

Pero dentro de esa prudencia, equili-brando el riesgo, omitiendo inversiones en-contradas con la doctrina de la Iglesia, sinánimo de especular, se deberá intentar cubrirel curso completo y dar dos platos.

El problema no está en cómo invierte laIglesia las cantidades donadas, puesto quea ésta se le hace entrega de unas cantida-des con una intención clara, a sabiendas,de que sólo ella será capaz de cumplir lavoluntad del donante. ¿Qué institución, pú-blica o privada, aplicará con garantía, rigory continuidad el producto de una donación adecir misas vitalicias cumpliendo así la vo-luntad de una persona? Habría que ensal-zar a la Iglesia por su celo en llevar a caboestas gestiones, pero esa realidad ni vendeni engrandece.

El asunto no termina; se ha empezado a in-formar sobre el «dinero negro» de la Igle-sia. Pero vamos a ver: los ingresos de la Igle-sia provienen de la voluntad de los fieles decontribuir a su mantenimiento, bien directa-mente a través de colectas, suscripciones,donaciones o donativos, o indirectamente através del deseo manifestado en la declara-ción del IRPF de colaborar con la Iglesia ca-tólica. ¿De dónde surge el «dinero negro»de la Iglesia? Exclusivamente de la anota-ción en una agenda donde la deformaciónprofesional de su propietaria mete en la mis-ma definición lo que a ella le parece, blanco,negro o gris; y sólo es blanco, aunque algu-nos intenten definirlo como gris, porque venasí todo lo que les resulta difícil de querer en-tender.

JJoosséé AA.. CCaarrmmoonnaa UUttrreerraa

PUNTO DE VISTA

Creo que somos conscientes. Ser cristiano, seguir a Jesucristo, es un reto muy, muy difícil. Claroque también sabemos que lo que resulta imposible para el hombre es posible para Dios si le de-

jamos actuar en nuestros corazones.El Evangelio del pasado día13, dos días después de los terribles sucesos terroristas de Nueva York,

me produjo, dadas las circunstancias, un fuerte impacto:«Amad a vuestros enemigos, haced el bien a quienes os aborrecen, bendecid a los que os mal-

dicen y orad por los que os calumnian» (Lc 6,27 y ss.)Palabras archiconocidas, contenidas también en el Padrenuestro que nos exige perdonar, tantas

veces rezado; pero fuertes, duras en estos momentos en que aún no hemos salido del estado de es-tupefacción en que a todos nos han dejado los terribles sucesos terroristas de Nueva York quecontemplamos en directo y seguimos con ansiedad días después.

Entre tanto dolor humano, ante tanta maldad, en medio de la gran desolación, del corazón delos hombres y mujeres de buena voluntad brotaba una plegaria por las víctimas y sus familiares, asícomo por los gobernantes que han de tomar decisiones sobre la respuesta a dar a ese enemigo ca-paz de hacer tanto daño. Pero ¿hemos rezado por ese enemigo sin rostro o con rostro? ¿Nos da-mos cuenta de que, si no lo hacemos, no somos cristianos?

Pidamos para que abandonen su estrategia de terror y crimen. Pidamos para que los líderes delas naciones se apliquen en un diálogo sincero y generoso que permita la creación de un nuevo or-den mundial más solidario y justo que haga posible la paz.

MMeerrcceeddeess GGoorrddoonn

Desde la fe Alfa y Omega 27-IX-2001 31

Yo comprendo a mi director, pero bien a mipesar, porque me gustaría que él me compren-diera a mí, y en vez de darme este rincón mediera las páginas y páginas que yo necesitaríapara, como me dice un amable lector, poderresponder, mínimamente siquiera, a tantas men-tiras, hipocresías y provocaciones como, desdehace algún tiempo a esta parte, están cayendosobre la Iglesia. La verdad es que no da unoabasto.

No es fácil encontrar un artículo firmadoen el que en menos palabras se digan más in-coherencias que en el que Carlos RodríguezBraun firmó en el diario Expansión, el pasado3 de septiembre, bajo el título, pretendida-mente irónico Plenum gratia et veritatis.¡Hombre, para empezar, y ya que se pone a ci-tar, podía citar correctamente, y decir gratiaeen vez de gratia, porque es de 1º de Latín, pe-ro ya en el propio sumario del artículo se re-conoce –menos mal– que se chapotea en la ig-norancia y en la confusión. Nunca mejor di-cho. El artículo es un amasijo de tópicos so-bre el «falso humanitarismo religioso», la«equivocada y muy intervencionista doctrinasocial de la Iglesia», el «errado humanitarismointervencionista de Antonio Mª Rouco Varela»,el «bienestar en la tierra que han creado los ri-cos», aunque no se dice para quién lo han cre-ado, y, ¡ahí queda eso! «el apoyo de la jerarquíaeclesiástica a los enemigos de la libertad»;tampoco se dice, claro, a la libertad de quién nipara qué. En una palabra: se hace difícil entenderqué pueden buscar algunos articulistas y colum-nistas a quienes sería un insulto negarles la ele-mental inteligencia de saber que hacen el ridículo...

Otro que no se aclara –y lo menos que puedepedírsele a un Premio Nobel de Literatura es quese aclare– es José Saramago, que publica en ElPaís un artículo titulado El factor Dios, y en el

que primero dice que la culpa de todo lo que pa-sa es de Dios, para añadir cuatro líneas más aba-jo que, «con todo, Dios es inocente», pero, cla-ro, inocente como «algo que no existe, no ha exis-tido ni existirá nunca». Pues si fuera así, ya mecontará el señor Saramago cómo Dios podría serculpable de algo, ¿O para ser culpable existe ypara ser inocente no? Pide al lector que «descon-fíe del factor Dios». Está más claro que el agua

que de quien hay que desconfiar es del factorSaramago, por mucho Nobel que le hayan da-do.

Y si esto les pasa a los Nobel, ¿qué lesvoy a contar a ustedes de lo que les pasa a losCándidos, Umbrales, Galas, Del Pozo, Herreras,Bedoyas, Sánchez-Dragó o Nicolás María Ló-pez Calera, quien ha recogido en un artículo ti-tulado Desde Almería a Gescartera (pero, ¿enqué quedamos?: si la Iglesia está exenta de im-puestos, ¿qué es eso del dinero negro?) todos losresentimientos más rancios y los tópicos de másbulto, en algo indigno de ser firmado por uncatedrático de Filosofía del Derecho. Bedoya,obviamente en El País, echa en cara lo que Es-paña, el Estado, da a la Iglesia, como si los ciu-dadanos que formamos la Iglesia no fuéramosEspaña o el Estado, y no tuviéramos derechos,que no privilegios, porque nadie nos da nadaque no sea nuestro, sino que nos lo damos no-sotros mismos, y ya iría siendo hora de que seenterara. El Estado también da, como él dice, aldeporte, pero no dice cómo tienen que jugarlos futbolistas. Pero, claro, lo que Bedoya quie-re es marcar las reglas del juego, y mire usted,no: aquí o jugamos todos, o se rompe la baraja.Y como ha dicho el señor Piqué, al visitar elVaticano «ambas partes han constatado la vali-dez del cuadro de cooperación establecido en losAcuerdos de 1979». Eso vale para lo de la cla-se de Religión, y para todo lo demás; también

para lo de Gescartera, donde, efectivamente, fi-nanciación de la Iglesia y Gescartera, como dicenuestro ministro de Asuntos Exteriores, «son doscosas distintas que no tienen nada que ver, y mez-clarlas no corresponde a la verdad ni a la realidad».O sea, que no es verdad.

Gonzalo de Berceo

NO ES VERDADNO ES VERDAD

TELEVISIÓNTELEVISIÓN

Un profesor de la Facultad de Ciencias de la In-formación propuso a sus alumnos un sencillo ex-

perimento: dejar de ver la televisión durante unmes…, y a ver qué pasa. Pues bien: de los cercade 100 alumnos, sólo 10 resistieron la prueba.¿Quizá porque no podían prescindir de los do-cumentales de la 2 sobre las venturas y desventurasde los primates? ¿O quizá porque el cuerpo les pe-día adrenalina, sensaciones fuertes?

Ésta es de hecho una de las mayores adic-ciones de nuestro tiempo, que encuentra su má-ximo exponente en la dependencia de todo tipode drogas de diseño: anular la dependencia di-recta, física o psicológica, no es el principal pro-blema. A quienes han consumido estas sustan-cias, la realidad, simplemente, no les parece in-teresante. Son incapaces de disfrutar con un pai-saje, con una charla con un amigo, con unasobremesa en familia. Necesitan decibelios, ac-ción, desenfreno. Y habría quizá que preguntar-se si eso no nos está pasando de alguna mane-

ra a todos nosotros, si, como a estos pobres des-dichados, no nos vendría bien un poco de paseopor el parque como terapia.

«Sopló un viento fuerte e impetuoso que descuajabalos montes y quebraba las peñas delante de Yahvé–describe el profeta Elías el modo en que Dios se le ma-nifestó–, pero Yahvé no estaba en el viento. Despuésdel viento, un terremoto; pero Yahvé no estaba en elterremoto. Tras el terremoto, un fuego; pero Yavé noestaba en el fuego. Y al fuego siguió un ligero susurrode aire…» ¡Qué fácil parece, y, sin embargo, ¡qué di-fícil resulta hoy encontrar un momento de silencio, deintimidad! Todo lo que tiene auténtico valor para el hom-bre requiere tiempo. Cultivar una amistad no es cosade unas pocas horas; cuidar un matrimonio necesitadedicación y paciencia. Pero cuando la realidad pa-rece haberse convertido en un torbellino de aconte-cimientos, cuando todo lo que se nos proyecta son si-tuaciones límite, acción trepidante y drama lacrimó-geno, el resto, lo cotidiano, se nos antoja necesaria-mente demasiado vulgar. Por eso, cuando llega la

noche, muchos matrimonios no aprovechan la cenapara contarse qué tal les ha ido el día, sino que pre-fieren enchufar las aventuras de 007, o quizá un in-formativo, que además siempre tiene un aire de res-petabilidad.

Velocidad, ruido, más velocidad, que va im-pregnando todos los ámbitos de nuestra vida. Fi-jémonos, por ejemplo, en un debate sobre el abor-to: siempre habrá quien saque a relucir el casode una pobre niña de 15 años que ha sido viola-da por su propio padre o algo semejante. A un con-temporáneo de Elías, el argumento le hubiera pa-recido irrisorio y pueril, o cuando menos dema-siado artificial, pero hoy situaciones así formanparte de nuestro universo, aunque jamás las va-yamos a ver de cerca. No vamos a engañarnosa estas alturas. Si estamos tan sometidos al vérti-go de la imagen y de los decibelios es porque,en el fondo, nos gusta. O si no, ¿qué tal un pe-queño experimento? Una semana sin radio ni te-levisión… Pero un aviso: no es tan fácil.

RRiiccaarrddoo BBeennjjuummeeaa

Vértigo

Así ve la situación mundial el Corriere de la Sera

Halcones y palomas

a negra sotana del padre Fabián, ademásde ser la única sotana en aquel postconci-liar colegio, no era del todo negra. El colorblanco de la tiza y el brillo de la huella deltiempo en el fajín hacían del hábito de es-te buen religioso un signo de contradic-

ción del que, probablemente, se avergonzara la mo-derna pedagogía. Ésa pedagogía que ha abandona-do la conciencia del niño por los modernos diseñoscurriculares y por la gestión educativa.

El confesionario de madera tallada en el que elpadre Fabián pasaba sus horas y sus días era, enaquel postconciliar colegio de celebraciones comu-nitarias de la Penitencia, el único confesionario quehabía sobrevivido a la reforma del espacio sagradoen la capilla. A los pies de la imagen del santo fun-dador, se cincelaban, con la maestría del afecto, dela caridad y del sentido común, las conciencias de lasnuevas generaciones. Pero ni la sotana, ni el confe-sionario caracterizaban de forma definitiva al padreFabián.

Contaban de él los mayores del colegio que, an-tes de llegar a la cuesta de Canalejas había fundadouna escuela para niños pobres en un barrio marginalde su Granada querida. También se decía que el díade su partida para el nuevo destino apostólico, im-puesto en razón de obediencia por su Provincial, laestación de tren de la citada localidad se había lle-nado de una corriente de agradecimientos insospe-chados, de antiguos alumnos, amigos, bienhecho-res y beneficiarios, que despedían a su particular in-tercesor de las, aparentemente, imposibles causasde la vida. Tampoco la Historia era la característicadefinitoria del padre Fabián.

¿Y la ciencia? Pues hombre, recluido, según de-cían por la edad, a la docencia de la Religión, conaquel catecismo de preguntas y respuestas en ristrede empeños pedagógicos, no tenemos muchos ele-mentos de juicio al respecto. Entonces, ¿qué es loque hace que aún hoy, pasados los días y los años,cuando llevo por las mañanas a mi hijo pequeño asu recién estrenado colegio, recuerde al padre Fa-bián? Y no sólo recuerde, quizá desee que mi hijo, ytodos sus compañeros, tengan su propio padre Fa-bián. Lo definitorio del venerable religioso era sumirada: aquellos ojos que se iluminaban cuando noshablaban de Jesucristo; de su Madre, la Virgen Ma-ría, que es la nuestra; de la Iglesia; de los santos y delos mártires por la causa del Evangelio; de aquel ni-ño que se llamaba Tarsicio, o de aquel otro, JuanBosco... Pero, sobre todo, aquellos ojos que hacían vi-da la historia del fundador, de sus correrías por el ro-mano Trastevere o por el sufrimiento que, en sus úl-timos años, le hicieron pasar algunos de los que se de-cían de los suyos. Aún recuerdo algunas frases delsanto aragonés, de Peralta de la Sal, que se han gra-bado en mi memoria con el cincel de la inocencia,desde aquellas clases de Religión con el padre Fabián.Frases que había escrito san José de Calasanz, peroque tomaban cuerpo con la vida del padre Fabián.¿O no es acaso éste el eco auténtico de la Encarna-ción? «He encontrado la manera definitiva de servira Dios por medio de los niños, y no la dejaré por co-

sa alguna de este mundo. (...) Si desde la primera in-fancia los niños son educados en la Piedad y en lasLetras, es de esperar un feliz curso de toda su vida.(...) La educación es, en verdad, el ministerio másdigno; el más noble; el de mayor mérito; el más be-neficioso; el más útil; el más necesario; el más na-tural; el más razonable; el más grato; el más atracti-vo y el más glorioso».

Cuando el anciano religioso rezaba con estas pa-labras, siempre nos miraba como a personas, quizá an-ticipando nuestro futuro. No faltaban quienes decíanque si nuestro venerable religioso estaba un poco ma-yor; que si no se había renovado; o que si predicabauna religión anticuada, anclada en los estereotiposde un cielo azul y de un infierno negro. Ya se sabeque hay gente para todo. Sin embargo, nadie discutíala coherencia del padre Fabián, pobre entre los po-bres; sabio entre los sabios; místico entre los místicos;niño para los niños; adulto entre los adultos. Tengo pa-ra mí que algunas de las crisis de colegios de religio-sos son de coherencia, y la coherencia termina siem-

pre en los patios. Mientras no se vuelvan a abrir los pa-tios de los colegios, incluso en las noches de movidacallejera, no se esquivará el virus de la incoherencia.

No es el padre Fabián el único ejemplo. No haycomida familiar, de las de la familia extensa que di-rían los sociólogos, en la que, al cabo de dos horas,no salga a relucir nuestra peculiar alineación de san-tos y sabios religiosos. La razón es sencilla: en untiempo necesitado de testigos, más que de maestros,la mejor inversión educativa son los religiosos, qui-zá los únicos que pueden solventar la falsa aporíaentre testigos y maestros, maestros y testigos; lapresencia de una vida entregada a los demás sin máslímites que los que marca la realidad, para hacer po-sible aquello de que hay que buscar primero el reinode Dios y su justicia, y lo demás vendrá por añadi-dura. Pocas soluciones tan sabidas y, por sabidas,muchas veces, no creídas. Bendita memoria, la delpadre Fabián.

José Francisco Serrano

Alfa y Omega

Alfa y Omega agradece la especial colaboración de:

LLa coherencia del padre Fabián

La predicación de san Juan el Bautista, Bruegel