Josu Landa La Idea de Universidad de Justo Sierra

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    LA IDEA DE UNIVERSIDADDE JUSTO SIERRA

    COLECCIN SEMINARIOS

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    JOSULANDA

    LA IDEA DE UNIVERSIDADDE JUSTO SIERRA

    FACULTAD DE FILOSOFA Y LETRASUNIVERSIDAD NACIONAL AUTNOMA DE MXICO

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    Cuidado de la edicin: Stella CullarDiseo de la cubierta: Gabriela CarrilloPrimera edicin: 1998DR Universidad Autnoma de CampecheCd. Universitaria, Campeche, Camp., MxicoDireccin de Servicios Educativos de Apoyo.Coordinacin de Publicaciones.Segunda edicin: 2005DR Facultad de Filosofa y Letras, UNAMCiudad Universitaria, 04510, Mxico, D. F.Impreso y hecho en MxicoISBN: 970-32-1854-7

    Como en la primera edicin de este libro, el autor deseaexpresar su agradecimiento aJorge Len Coln,

    lo mismo que a Maricarmen Muiz, Silvia Irabin, Jaime Monzny Lourdes Alvarado. Tambin recuerda con gratitudla colaboracin tcnica de Martina Estrada Escalona,

    Florencia Prez Ramrez, Alejandro Pealozay de la seccin de cmputo de la ANUlES,

    dirigida durante buena parte de los aos ochentasdel siglo pasado por el ingenieroJavier Hernndez.

    Lo que fue deuda una vez sigue sindolo por siempre.

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    No debera llamarse mtodo [ ..] sino aquel que consiste en infor-marse lo suficiente, en manejar correctamente la informacin y eninterpretarla de manera plausible, es decir, evitando la regin mentaldonde lo indemostrable y lo irrefutable son uno y lo mismo.

    Paul Bnichou

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    INTRODUCCINLo primero que cabe advertir, a la hora de abordar la figura de JustoSierra Mndez, es el lamentable olvido con que la sociedad mexica-na contempornea ha correspondido a su amplio y valioso legado,en el terreno de los estudios histricos y del desarrollo educativoy cultural del pas. Fuera de algunos crculos de historiadores bas-tante heroicos, el eminente escritor, historiador, poltico y pedagogocampechano es un gran desconocido, pese a que se trata de una de lasprincipales figuras de nuestro pasado cultural. As que no ser imper-tinente tratar de contrarrestar esa ingratitud, afirmando sin vaci-laciones la vala de los esfuerzos desplegados por Sierra, en aras de lacomprensin de la realidad social de Mxico, as como de su aggiorna-mento, sobre todo en el terreno educativo.

    Un juicio sobre la persona y las actuaciones de Justo Sierra-como sobre las de cualquier otra personalidad de su talla- exigetener presentes mltiples factores de contexto. No se puede reducirla multiplicidad y riqueza de sus facetas al simple hecho innegablede que fue uno de los principales integrantes del gobierno presididopor Porfirio Daz. Un mnimo esfuerzo por comprender al eminentecampechano permite descubrir que su adhesin al dictador obede-ca a razones ideolgicas que, en su tiempo - a l menos hasta queempiezan a hacerse ostensibles los signos de descomposicin y eloprobio en que descansa el rgimen porfirista-, se considerabanprogresistas. La fe en la ciencia, la educacin, el progreso materialY moral de la humanidad, etctera, era compartida, a su modo, porlas teoras sociales ms importantes del siglo XIX, entre ellas, los so-cialismos -incluso el marxista-, el positivismo y el evolucionismo

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    12 1 Introduccinsocial. De acuerdo con tales teoras, un personaje como el militarliberal oaxaqueo actuaba impulsado por determinaciones histricas ineludibles. En los tiempos de Sierra, los grupos ilustradosestaban convencidos de la existencia de leyes necesarias de la historia, de las que ciertas personalidades destacadas, como Daz, slopodan ser instrumentos. No era un crimen que un hombre de la sensibilidad, perspicacia, formacin intelectual y voluntad modernizadora de Sierra viera incluso en ciertas actitudes antidemocrticas deDaz un mal necesario y menor, de cara al propsito trascendentede elevar a Mxico a la categora de los pases modernos y poderosos de su tiempo. Adems, es un hecho comprobado que , cuandoel dogmatismo positivista se convirti en un obstculo para el verdadero desarrollo cultural y social del pas, Sierra fue uno de sus primeros y ms perseverantes impugnadores, desde el propio gabineteporfiriano. De modo, pues, que no es correcto identificar al campechano con los tristemente clebres "cientficos" porfiristas. Tambines bien conocida la vocacin democrtica de Sierra, quien . uvo laarriesgada honestidad de advertirle a tiempo al propio general Dazcun perjudicial sera reincidir en el poder, cuando todava la Revolucin mexicana era inimaginable.

    Desde luego, si se "eliminan" las distancias y se busca contemplarlas ltimas dcadas del siglo XIX y la primera del XX, desde una perspectiva anacrnica, se podr acusar en el proyecto cultural ideadoe impulsado por Sierra una serie de aspectos reidos con lo "pol-ticamente correcto". Por ejemplo, una concepcin con severo rasgo elitista del "sujeto" que habr de realizar las metas ineluctablesde la evolucin social de Mxico. A partir de esa idea del progreso y de la modernizacin del pas, los pobres y los indgenas estabancondenados -como clases o grupos sociales, no slo de manera individual- a desempear una funcin necesariamente marginal. S, esverdad, Justo Sierra no era un revolucionario, pero tampoco era unretrgrada indolente, reido con los ideales esenciales de la democracia. Tampoco poda ser un vocero de ninguna variante del indigenismo, pero esto no lo convierte automticamente en un ser abyecto,que conviene enterrar como perro muerto en el cementerio de lahistoria. Toda poca impone sus determinaciones hasta enceguecerincluso a sus hijos ms preclaros. Era poco menos que imposible que

    Introduccin 1 13un intelectual criollo, socialmente acomodado, liberal positivista quederiva en lo que -n o sin ligereza- se dio en llamar "espiritualismo",subyugado por las realizaciones de la civilizacin occidental en suetapa cientfica y tcnica, como lo fue Sierra, e n d e r e z a r ~ sus afanesde concebir y construir un Mxico moderno por el cammo de alguna utopa socialista o de un nativismo que refundara las , u l ~ u r a smesoamericanas prehispnicas. En esto ltimo, por lo demas, Sierrano estaba solo; le secundaban-a u modo y con notable br o - nadamenos que gente como Marx y Engels.Fiel a s mismo y a un ideario que fue moldeando a partir del examen crtico de las corrientes filosficas e ideolgicas de su tiempo,Sierra supo encarnar en su persona y promover en su e n t o r ~ oescala de valores en la que se combinan sin conflicto el naoonahsmo, el universalismo, el laicismo, el igualitarismo, la democracia, lalibertad y la excelencia intelectual y moral. Desde luego, comohumano que era, tambin cometi errores y cay en contradiCoones, entre las que tal vez sobresale la reivindicacin del Estado comofactor decisivo de la evolucin social de Mxico, al mismo tiempoque militaba en el liberalismo. Sin embargo, vista en conjunto y conun mnimo de ecuanimidad, la figura de Sierra se antoja bastanteavanzada para un pas demasiado afectado por las agresiones i.mp.e-rialistas y los desrdenes generados por el caudillismo y el caoqmsmo, adems de alejado de los renovados vientos revolucionarios queapenas empezaban a sentirse en la vieja Europa. De ese mod.o: elgran campechano se nos muestra como alguien que, en d e f i m t 1 v ~ ,contribuy de manera notable a cimentar el orden cultural y educativo mexicano, no slo de una parte del porfiriato, sino prcticamentede todo el siglo XX, en virtud del influjo que ejerci en el Ateneo delaJuventud. As, no es exagerado advertir que, entre las races de lastodava poderosas estructuras culturales de Mxico -entre las quedebe incluirse sin duda todo lo que de excelente conserva la UNAM- ,se cuenta la accin lcida y perseverante de alguien que, como Sierra, supo conjugar ejemplarmente el trabajo de pensar con c r i t e r ~ opropio con la praxis poltica y la labor burocrtica. No es necesanocoincidir con la ideologa de Justo Sierra ni aceptar su modo de serpara reconocer que sin sus actuaciones el erario cultural del Mxicocontemporneo habra sido mucho ms pobre y endeble.

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    14 1 IntroduccinEn lugar de mirar a Sierra a travs de las lentes de algn dogma

    tismo o prejuicio ideolgico, sera mucho ms provechoso intentarla comprensin crtica de su figura, teniendo en cuenta, desde luego, laobvia condicin multicultural del pas, al contrario de lo que estuvieron ?ispuestos a reconocer las lites sociales de la poca porfiriana. Esa es la nica manera de evitar a un tiempo las apologasde que gusta la historia de bronce y las aversiones del ideologismo desmesurado. Las pginas que dan cuerpo al presente tratadohan sido compuestas de acuerdo con esa conviccin y son el resultado de una investigacin sobre los orgenes de la UniversidadNacional Autnoma de Mxico, realizada durante los aos 1986 y1987. Se buscaba establecer cul era la idea que Justo Sierra se habaforjado de la universidad que fund en 1910 , a instancias de ciertasinquietudes que animaban al Seminario de Planeacin de la Educacin Superior, que por aquel entonces echamos a andar algunas personas interesadas en temas educativos, bajo la conduccin del maestroAlfredo Fernndez Domnguez, en el seno de la Secretara GeneralEjecutiva de la Asociacin Nacional de Universidades (ANUlES). Losacontecimientos registrados en la UNAM, durante parte de dichosaos, sumaron a este motivo inicial el de intentar la revisin de lasbases histrico-ideolgicas del principal centro de educacin superior del pas, de modo tal que una reforma universitaria como la quepodra darse, a partir de la aceptacin o el rechazo del llamado "PlanCarpizo", no se desentendiera acrticamente del sentido originario dela institucin. Este estudio comporta, entonces, una interpretacinde dicho sentido, hecha por alguien que todava se empea en pensarla realidad educativa y no el trabajo de un especialista en historia.No parece descabellado presumir que si ese escrutinio habra de teneralgn valor para aquellas circunstancias, podra seguir mantenindolo de cara a un momento como el actual, en el que nuestra universidad vuelve a mostrar, con mayor o menor fuerza, su vocacinreformadora, consustancial con su entidad humanista , cientfica,crtica, acadmica, comprometida con el destino del pas. Ms an,cuando el ideario pedaggico de Sierra es, sin duda, uno de los msricos y relevantes que se han forjado en Mxico y Amrica.

    Aos despus de la primera redaccin de este libro, surgieronobras de importantes estudiosos de la historia de la UNAM, as como

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    de historiadores de las ideas prevalecientes en Mxico a finales delsiglo XIX y comienzos del XX. Es el caso de libros como La transfor-macin del liberalismo en Mxico, de Charles A. Hale (1991); La polmicaen torno a la idea de universidad en el siglo XIX, de Lourdes Alvarado(1994); y Rudos contra cientficos. La Universidad Nacional durante la Re-volucin mexicana, de Javier Garciadiego (1996). Son textos indispensables, que se han tenido en cuenta a la hora de realizar la presenteedicin y que se citan en la medida en que confirman asercionescontenidas en la primera.

    El lector interesado encontrar en las pginas subsiguientesun conjunto de ocho captulos. El primero de ellos versa sobre losnexos entre la persona de Justo Sierra Mndez y las situaciones enque tuvo lugar su actuacin como historiador, pedagogo, escritor ypoltico. En el segundo se aborda la actitud del ilustre campechanoante la tradicin universitaria y el lugar que ocupa la fundacin dela Universidad Nacional de Mxico (UNM, el antecedente de la ac-tual UNAM) en la historia de la educacin superior nacional, desdelos tiempos de la Colonia hasta 1910. La ideologa de Justo Sierraes el tema del tercer captulo, mientras que su compleja relacin conel positivismo y sus implicaciones en la iniciativa dirigida a crear lamencionada institucin es el objeto del captulo cuarto. Las concepciones educativas de Sierra y su influjo en la concepcin y establecimiento de la UNM son estudiados en el quinto captulo, al tiempo quelas diferencias y afinidades entre la idea sierrista de universidad ylos modelos universitarios ms importantes del mundo, en su poca,son el asunto del sexto captulo. Por ltimo, en los captulos VII y VIIIse hace un repaso de los rasgos definidores de la situacin histricaen que tiene lugar la instauracin de la UNM y se expone la idea deuniversidad diseada en principio por Sierra.

    El autor desea dejar constancia de su gratitud para con la maestraMartha Diana Bosco, jefa del Sistema de Universidad Abierta de laFacultad de Filosofa y Letras de la UNAM, por su invitacin a reedi tareste estudio realizado hace ya ms de tres lustros. Tambin siente lanecesidad de reconocer las eficientes actuaciones de Martha Cant yLaura Talavera, a quienes se debe que este libro aparezca ahora sinlas deficiencias involuntarias que presenta en la edicin hecha por laUniversidad de Campeche, con sumo esfuerzo, en 1998.

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    SITUACIN E NDIVIDUO

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    Reconocer el hecho de que la idea de universidad de Justo Sierra res-ponde a un proceso -como sucede con todo sujeto que produzca"ideas" de similar tenor- comporta considerar dos trminos comple-mentarios, a saber: una situacin y un sujeto protagonista de tal pro-ceso; esto es, productor o creador de tal idea. Dicho de otro modo, sise acepta que la idea sierrista de universidad es el resultado de unaconcatenacin de actos epistemolgicos, ponderacin de razones, exa-men de condiciones, consideracin de intereses, anlisis de experien-cias, tanteos operativos, etctera, que apuntan intencionalmente a unfin determinado (en el caso que aqu se trata, una concepcin de laestructura, la misin -social ycultural- y los dispositivos funcionales,finalidades, entre otros, de la universidad deseable y posible, en unacircunstancia concreta de la historia de Mxico), tambin debe reco-nocerse que dicho proceso slo puede darse en una situacin y es laobra de un sujeto histrico.

    En tal contexto, el concepto de situacin refiere a un ordena-miento peculiar de la realidad social, a una disposicin especficade los elementos constitutivos del ser social, la cual acta como una de-terminacin de la accin del sujeto social; al mismo tiempo que,de manera recproca, dicha accin configura la estructura dinmi-ca de la situacin. La situacin no es ni puede ser esttica, porque esel escenario de la accin creadora del sujeto.

    Esa peculiar dynamis de la realidad social que implica la situacines lo que permite comprender el sentido de la praxis del sujeto. Al mis-mo tiempo, sta incluye, entre uno de los momentos fundamentalesde su desenvolvimiento epistemolgico, la "organizacin" de las de-terminaciones del ser social, en trminos de estructuras de hechos yrelaciones sociales dirigidos hacia una direccin histrica concreta,hacia una finalidad en el horizonte del devenir; y no en trminos

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    22 1 La idea de universidad de Justo Sierrae) Elaboracin de una "utopa" nacional, ms o menos explcita,

    en la que les asigna a la educacin en general, y a la educacinsuperior en particular, un papel preponderante en los afaneshistricos y polticos por concretarla.

    d) Estudio prolongado y profundo de los modelos de educacin superior existentes en otros pases (con especial hincapi en lasconcepciones prevalecientes a tal respecto en Francia, Alemania,Inglaterra y Estados Unidos).

    e) Configuracin de una idea genuina de la universidad y de la educacin superior,3 en trminos de posibilidad real de concrecinms que de pura deseabilidad .

    Si fuera necesario simplificar tan complejo y rico proceso, podradecirse que el mismo supone la imbricacin permanente, dentro delos lmites de la dinmica que implica toda vida social, de dos grandes momentos, uno negativo de cara al pasado, y el otro afirmativo,frente al porvenir.

    En realidad, no se trata de momentos que se suceden. Ms propiamente remiten a un desenvolvimiento procesal uniforme, en el quelos actos positivos y negativos, pari passu, se entrecruzan, se entrelazan y se exigen recprocamente. Es en funcin de dicho proceso quetiene sentido considerar las situaciones que le toca vivir a Justo Sie-

    3 Aunque Justo Sierra acude reiteradamente a los trminos "educacin superior" y "enseanza superior", resulta fcil detectar que no los entiende comose hace en nuestro tiempo. De hecho, tal concepto toma cuerpo en pocasms cercanas, cuando empiezan a consolidarse opciones educativas de rangosuperior, diferentes a la universidad tradicional. En esta nueva significacinde tales trminos parece desempear un papel clave la idea de higher educationestadounidense. Sin embargo, no resulta aventurado afirmar que el modeloo idea de universidad que crea y promueve Sierra presenta rasgos ta les , en supeculiar forma de ser, que permi ten poner de relieve su afinidad con la maneraactual de hablar de educacin superior, ms que de "universidad" a secas. Enverdad, bajo la denominacin de "universidad naciona l", Sierra conceptu ypuso en marcha, en 1910, un "aparato" de educacin superior, una corporacinde mltiples escuelas, encabezadas por la Escuela Nacional de Altos Estudios,cercana - estructuralmente hablando- a las opciones actuales de una educacin diversificada de tercero y cuarto niveles .

    Situacin e individuo 1 23rra (reducibles, en el plano temporal, al porfiriato, en las diferentesetapas en que puede ser segmentado segn la historiografa actual),as como los principios ideolgicos con los que l se identifica, y susgrupos de referencia, vistos en los planos poltico y social.

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    UNM: ENCUENTROYDESENCUENTRO

    CON LA TRADICINUNIVERSITARIAMEXICANA

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    Uno de los elementos que integran la situacin histrica en que sedesenvuelve Justo Sierra ser el de las concepciones prevalecientessobre la universidad, vista en abstracto, en los crculos que confor-man su "grupo de referencia": los liberales influidos por el singularpositivismo mexicano.

    A lo largo de su obra relativa a la educacin, as como en susejecutorias como poltico, como maestro y como adalid de la educa-cin oficial, en la ltima etapa del gobierno del general Daz, JustoSierra siempre se muestra como un gran conocedor de la trayecto-ria palingentica de la universidad mexicana de que habla Edmun-do O'Gorman.l Tambin demuestra estar al tanto del papel que endicha trayectoria le ha tocado desempear al liberalismo histricomexicano, a lo largo de casi todo el siglo XIX. Y ms all de la referidaconciencia, Justo Sierra se siente obligado a generar una respuestaparticular frente a la experiencia histrica, toda vez que le parececompletamente inconveniente y absurda.

    Dicha respuesta slo poda surgir, en el criterio de Sierra, de undoble cuestionamiento. Por una parte, se impona someter a juiciola naturaleza, constitucin y funcin social de la Real y PontificiaUniversidad de Mxico, institucin fundada en 1551, a escasos tre-ce aos de la primera universidad erigida en Amrica (en SantoDomingo), pero, por otra, a Sierra no le pareca menos importanteponer radicalmente en cuestin el papel y la actitud de los liberalesfrente a la universidad, en el transcurso de buena parte del siglopasado.

    1 Edmundo O'Gorman, 'justo Sierra y los orgenes de la Universidad deMxico (1910)", en Seis estudios histricos de tema mexicano, p. 147.

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    28 1 La idea de universidad de Justo SierraEn cuanto al primero de esos afanes crticos,Justo Sierra se ajusta

    r bsicamente a los presupuestos en los que milita abiertamente; esdecir, los principios propios de lo que l mismo llam "escuela liberal positivista"2 (aunque ya se vern en su momento las peculiaridades de dicha militancia). Esto es, Justo Sierra idear su proyecto deuniversidad, en trminos generales, en expresa oposicin al modelode universidad colonial. Ello convierte al campechano, como advierteJavier Garciadiego, en el primero en proponer "la creacin de un a universidad laica y desde una posicin no catlica".3 En esto, Sierra es fielal rechazo histrico que los liberales de toda laya manifestaron contra la forma retrgrada, conservadora, de entender la universidad.

    Esto puede deducirse ya de la lectura del proyecto de universidadque propone Sierra en 1881 y de los escritos que publica con motivode las crticas hechas contra l mismo por el doctor Luis E. Ruiz y elestudiante Enrique M. de los Ros.4 Tambin adquiere relieve enel discurso de inauguracin de las actividades del Consejo Superior de Educacin Pblica (creado por ley el 30 de agosto de 1902),toda vez que Sierra negar vnculos eventuales entre la universidad-cu ya creacin viene proyectando- y la universidad de antao.Pero donde se evidencia totalmente es en el discurso que pronunciacon motivo de la inauguracin de la Universidad Nacional, en 1910.All, Justo Sierra proclama sin ambages que "la universidad mexicanaque nace hoy no tiene rbol genealgico", que "no tiene antecesores ..no ti ene abuelos", y que a lo sumo tiene precursores; pues, "e l gremioy claustro de la Real y Pontificia Universidad de Mxico no es paranosotros el antepasado, es el pasado".5Es legtimo reparar, a partir de expresiones como la que se acaba

    de citar, en el nfasis que Sierra pone en la ruptura, a la hora de co-

    2Justo Sierra, "La Universidad Nacional (proyecto de creacin)", en Obrascompletas, t. VIII, p. 65.

    3Javier Garciadiego Dan an, Rudos contra cientficos. La Universidad Nacionalde Mxico durante la Revolucin mexicana, p. 23.

    4J. Sierra, "La Universidad Nacional (proyecto de creacin)" , en Obras com-pletas, t. VIII, pp. 65 , 69 y 77.

    5J. Sierra, "Discurso pronunciado en la inauguracin de la Universidad Nacional de Mxico", en Boletn de Instruccin Pblica, t. XIV, pp. 118-119.

    Encuentroy desencuentro con la tradicin universitaria mexicana 1 29locar la fundacin de la UNM en la historia de la educacin superioren el pas. Es lo que hace, entre otros, Lourdes Alvarado, cuandoadvierte que la universidad sierrista "no tendra tradiciones, sino quemirara slo al porvenir".6

    Cierto es que el Justo Sierra que protagoniza un corte tan decididoen la plataforma de la "evolucin" de un a entidad asumida en abstracto (la universidad mexicana) concuerda con los liberales que, en superpetuo enfrentamiento con los sectores conservadores, haban llegado a asociar errneamente universidad con atraso, retorno al pasado colonial; en una palabra, con conservadurismo. En un momentodado del desenvolvimiento de las conflictivas relaciones entre conservadores y liberales, stos, a decir de O'Gorma n, "dan el paso decisivopara convertir la supresin de la universidad, quiz inconscientemente, en bandera de progreso"?

    Debe quedar asentado, sin embargo, que dicha concordancia nopasa de ser una consecuencia de su aceptacin de los principios deeducacin laica, progresista, socialmente comprometida, cientificista (antidogmtica) , ilustrada .. Pues, si en algo demuestra Sierra sugrandeza de miras y su especial sentido histrico es en haber descubierto el absurdo de la falsa contradiccin que sus conmilitones yallegados, en el plano ideolgico, hallaban entre universidad y liberalismo, entre universidad, progreso y ciencia.

    En el ejercicio de su sentido crtico irreductible, Justo Sierra ataca de modo parecido a todo lo que supone una tradicin educativaindeseable (la que se vincula con el pasado colonial) y a un principismo ideolgico de los liberales (esencialmente igual al dogmatismo religioso), que acta como obstculo, como energa obturadoray paralizadora de las verdaderas tendencias hacia el progreso cultural. Y debe destacarse esto ms all de lo que podra parecer unasimple curiosidad en la trayectoria vital de Justo Sierra; pues lo quetermin frustrando, en 1881, el proyecto de universidad de Sierra y

    6 Lourdes Alvarado, La polmica en torno a la idea de universidad en el sigloXIX, p. 113.7 E. O'Gorman, 'justo Sierra y los orgenes de la Universidad de Mxico(1910)", en Seis estudios histricos de tema mexicano, p. 151.

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    32 1 La idea de universidad de Justo Sierrapresente que la oposicin que Justo Sierra se ocupa en subrayar entre ambos modos de entender la educacin universitaria no suponecontradecir el hecho de que, con todo, en el modelo de universidadque l impulsa sigue habiendo un residuo, que sera incomprensiblesin una referencia (ms negativa que positiva, es cierto) a la educacin superior del pasado; ni tampoco se puede negar el hecho deque la UNM de Justo Sierra representara una innovacin, un saltomodernizador de dicho nivel de la educacin.

    En consecuencia, puede afirmarse que, en un momento de su desarrollo, el proceso de elaboracin de la imagen de una nueva universidad por parte de Sierra implica la negacin-superacin, la anulacin-conservacin (lo que en la dialctica hegeliana se tipifica comoaufheben) de la tradicin universitaria mexicana.

    Por lo dems, sobran elementos para sospechar la magnitud de losintereses polticos e ideolgicos que indujeron a Sierra a enfatizar enlos aspectos diferenciadores (que siempre habrn de ser ms graves ycuantiosos, eso no se discute aqu) entre la universidad estigmatizadapor los liberales y los positivistas y la institucin que logra configurary erigir Sierra.

    En abono de lo dicho, se puede recurrir aqu a un a importante declaracin hecha por Ezequiel A. Chvez en relacin con este asunto,luego de la fundacin de la Universidad Nacional de Mxico. Comose sabe, Chvez era un hombre de la absoluta confianza de Sierra ya ambos una una fuerte simpata ideolgica. Esto confiere una granimportancia a la declaracin en referencia, la cua l se reproduce acontinuacin:

    [ .. ] en su primera forma [la universidad] fue uno de los donessupremos de la civilizacin espaola ofrecida a la Amrica, y[ .. cuando aparentemente se extingui, en la primera mitaddel siglo XIX, y cuando, aparentemente qued tambin en suspenso, hasta el ao 1910, subsisti, no obstante, aun cuandoestuviese disgregada en las diversas facultades que hoy la continan, de suerte que cuantos nos damos cuenta de su vida,vemos bien que ella es, transfigurada, la realizacin, imperfec taan, pero la realizacin de aquel anhelo de sus primeros fundadores de que hubiera en este pas, para beneficio de todos,una casa universal de estudios.

    Encuentro y desencuentro con la tradicin universitaria mexicana 1 33Cuando esta casa resucit en el ao de 1910, tan ansiosa se senta de hacer obra eficaz de progreso, que sus primeras palabrasfueron pronunciadas para declarar que la nueva nada tena quever con la antigua; pero esto slo es verdad en el sentido mismoen que lo es que el espritu que anima hoy a la universidad dePars, o la Oxford, es diverso [ .. ]u

    Estamos, pues, ante un artilugio poltico-terico consistente ensubrayar las diferencias del nuevo proyecto sierrista respecto de launiversidad colonial, sin menospreciar el papel cultural que sta hubiera podido desempear en determinado momento histrico. Sinesta operacin, Sierra no habra podido remontar las dificultadespolticas que los liberales positivistas oponan a su plan de crear laUNM. Dicha maniobra de negacin-conservacin no afecta, en el casode Sierra, slo a la Real y Pontificia Universidad de Mxico, ta mbinalcanza a todas las experiencias importantes, en el ramo de la educacin superior, dadas en Mxico durante el siglo XIX. Este hecho concuerda con el doble cuestionamiento protagonizado por Sierra deque se habla al comienzo del presente captulo. As, Sierra reprochaa Gmez Faras y a Mora justamente no haber ejecutado el mismoproceso que aqu se refiere, cuando debi ser su poltica, en 1833. Eneste sentido, el campechano advierte que en dicho momento hubiera sido preferible crear "una universidad nacional y eminentementelaica", recurriendo al procedimiento de "transformar mejorando",l2en lugar de suprimir dicha institucin y crear un a Direccin Generalde Instruccin Pblica, en la que se prescindiera de un a instancia decarcter superior o universitario.

    De igual modo, la actitud crtica de Sierra se har patente cuandoconsidera las polticas educativas oficiales instrumentadas en 18341842, 1843, 1854, 1856, 1857, 1861, 1863, 1867, 1869, 1880 y t o d ~la p ~ r f i r i a n a . Frente a tales polticas, se alza siempre el reproche s1ernsta de un a visin errada acerca de la naturaleza y sentidode la educacin universitaria. En tal contexto, el brillante alegato de

    11 Ezequiel A. Chvez, La situacin actual de la UNM, pp. 4 y 5., 12 Citado por O'Gorman, en 'Justo Sierra y los orgenes de la Universidad de

    Mexco (1910) ", en Seis estudios histricos de tema mexicano, p. 152.

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    34 1 La idea de universidad de justo SierraSierra contra el plan de estudios de cariz conservador propugnado porel ministro Ezequiel Montes constituye una comprobacin fehacientede su afn de reconsiderar de manera crtica las mencionadas direc-trices de poltica educativa.

    Sin embargo, tal vez la mejor prueba de que la orientacin queguiaba a Sierra, a la hora de considerar la tradicin educativa, era lade "transformar mejorando", "negar superando" o "suprimir conser-vando" sean las medidas concretas que puso en marcha par a erigir laUniversidad Nacional. Como se sabe, esta institucin fue el resultadodel ensamble de estructuras ya existentes (las diversas escuelas profe-sionales y la preparatoria) con la Escuela Nacional de Altos Estudios.De hecho, la creacin de esta ltima escuela implic una "negacin"de las estructuras tradicionales a las que se anexa, pero tambin unasuperacin de las mismas, en la medida en que la Escuela Nacionalde Altos Estudios extendi sobre ellas su accin renovadora. De esaforma, Sierra construye una totalidad institucional indiscutiblemen-te nueva, aunque en su seno permanecen vestigios de concrecionesinstitucionales de antao.

    En virtud de las consideraciones hasta ahora analizadas, resultaesencialmente correcta la conclusin a que arriba La Garca, en elsentido de que "la Universidad Nacional de Mxico puede conside-rarse inspirada en la real y pontificia institucin colonial en cuantosmbolo de la educacin superior; sin embargo, no puede aceptarsecomo sucesora directa de sta, puesto que su creacin obedece a finesdistintos, dentro de contextos diferentes".13

    13 La Garca Verstegui , Del proyecto nacional para una universidad en Mxico,(1867-1910), p. 79.

    IDEOLOGADE JUSTO SIERRA

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    El proceso tratado en el captulo anterior no habra podido darse siJusto Sierra careciera de un slido basamento ideolgico, asumiendotal vocablo ep un sentido lato; vale decir, entendiendo por "ideolo-ga" un sistema dinmico y en permanente regeneracin de valores,creencias, concepciones, lenguajes ... relativos a la sociedad y al mun-do, en sus ms diversas dimensiones. Dicho sistema confiere sentidoa la participacin del sujeto en el medio cultural en que se inscribesu praxis cotidiana, su vivir, su existencia.

    Como puede notarse, en la definicin precedente, la nocin deideologa no comporta necesariamente una referencia de clase so-cial, en la acepcin marxista del trmino. Tampoco supone el atri-buto mistificador ni la ausencia de justificacin lgicamente fundadade creencias e ideas, que desde Marx le asignan algunos autores a talconcepto.l Por consiguiente, en el seno del "sistema ideolgico" refe-rido en el prrafo anterior se hallara tambin el conjunto de supues-tos, postulados, tesis, etctera, propios del muy cientfico (mejor seradecir "ciencista" o "cientifista") positivismo con que se identific, asu manera, Justo Sierra, as como los que asimil de otras corrientesfilosficas y sociolgicas.

    Interesa, en consecuencia, considerar los componentes del men-cionado corpus ideolgico, que da sentido a las iniciativas educativasimpulsadas por Justo Sierra. As, lo que se aviene a los propsitosdel presente trabajo no es hacer la "historia ideolgica" de este perso-

    n ~ e , sino ms bien, una caracterizacin de su ideologa, en funcindel tratamiento somero de sus "componentes", en tanto que unidadms o menos rganica; esto es , en tanto que sistema en perpetua

    1 Luis Villoro, El concepto de ideologa y otros ensayos, pp. 39 y 40.

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    38 1 La idea de universidad de Justo Sierrareconstitucin. Este procedimiento no supone que dichos componentes sean algo esttico. Tampoco implica - en lo que encierra de delimitacin convencional- que la trayectoria de Justo Sierra pueda serdisgregada en partes diferentes u opuestas. Lejos de tal pretensin,se asume aqu alJusto Sierra "total", bsicamente idntico a s mismoen todos los rdenes de su quehacer en la vida, en concordancia conuna estructura ideolgica que, a la pa r que evoluciona, mantiene loesencial de sus rasgos a lo largo del tiempo. Por tanto, son razones dendole analtica las que imponen hacer sobresal ir las facetas de estatotalidad que incumben preferentemente al mbito educativo.Hechas las salvedades antecedentes, se podra condensar la ideologa de Justo Sierra en la siguiente relacin, ms que sumaria, de suscomponentes primordiales:Progresismo. Todos los esfuerzos de Justo Sierra en el terreno educativo apuntan expresamente al logro del progreso material y culturalde Mxico. En plena consonancia con el espritu de su poca y conun a de las ideas-fuerza aceptadas por los principales sistemas de teora social del siglo XIX (la idea de progreso), Justo Sierra entiendeque la ruta por la que debe transitar el pas es la de un a progresinhacia los logros sociales y culturales, que ya por entonces estabanalcanzando los pases ms poderosos del orbe. Fiel al espritu de sutiempo, Justo Sierra se empea en concebir el destino de Mxico yde la Amrica hispana, dentro de la suerte general de la civilizacinoccidental o, como preferira decir Abelardo Villegas, de la cultura heleno-cristiana. En esto, Justo Sierra no se apartar, en lo fundamental, del liberalismo y de la tradicin iluminista de la que essubsidiario. No debe olvidarse que el liberalismo mexicano lleg aposibilitar el surgimiento de un Partido del Progreso, cuyo "cerebro", en expresin de Eusebio Castro, sera el doctor Jos Mara LuisMora.2 Pero de donde se nutrir ms el progresismo de Justo Sierraser del positivismo, cuyo lema universal - como es de todos conocido- incluye el anhelo de progreso. Ello resulta lgico, ya que, comoadvierte Samuel Ramos, la teora que permitir la incrustacin de

    2 Eusebio Castro, Ensayos histrico-filosficos, pp. 183-184.

    Ideologa de justo Sierra 1 39una actitud optimista, en un medio cultural como el de Mxico, cuyahistoria ha sido tan azarienta, ser el positivismo. 3

    De hecho , el desidertum del progreso indetenible , del avancehacia mejor, en los planos social, cultu ral y moral, adquiere en Sierrael carcter de una profesin de fe . Sin embargo, esto no debe suscitarla idea de que Sierra tuviera una creencia ciega en el progreso. Muya tono con su activsimo espritu de librepensador, con el carcterproblemtico que adquiran sus relaciones con todos los asuntos detipo ideolgico y terico, Sierra logra descubrir lo que ningn dogmtico del progresismo puede siquiera vislumbrar: el hecho de que elsentido ascendente a que rinde culto el progresismo acrtico tambintiene su lado sombro, su faceta maligna. Desde luego, la concienciade tal hecho no obsta para que prefiera los desafos y problemasque constantemente genera tal dimensin nefasta del progreso a lascalamidades que depara el atraso, el estancamiento social y cultural. Como muestra de tal visin, por dems lcida, puede traerse acolacin un fragmento de la respuesta que Sierra da al humoristaJunius -quien se opona, con sus stiras, a la educacin musicalrigurosa que l favoreca- donde afirma:

    Qu remedio, querido Junius ; el progreso es una inmensa tragedia; cada transformacin necesita vctima [sic]. Es la ley delas cosas. El argumento de las aspiraciones no satisfechas, a seradmitido, refutara toda civilizacin. Y como el hecho se nosimpone y nos agobia, a l hay que someterse.4

    Como puede apreciarse, a partir de citas como esta, el progreso noslo es entendido por Sierra como un a tendencia rectilne a de ascencin cultural en la historia -acorde, por otra parte, con una concepcin lineal del tiempo- , sino como n fatum, como una fuerzahistrica determinista, como una potencia que c obra su precio en vctimas de toda clase; ante el cual, sin embargo, vale ms resignarse.

    3 Samuel Ramos, 'justo Sierra y la evolucin poltica de Mxico", en Obrascompletas, t. 1, p. 183.4Justo Sierra, "Escuelas normales y superiores (contestacin al doctor Luis F..Ruiz)", en Obras completas, t. VIII , p. 127.

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    40 1 La idea de universidad deJusto SierraEn el contexto de tal nocin de progreso (que, conviene resaltar

    lo, implica una teora de la historia en conjuncin con otras ideas quese irn considerando pronto) , la educacin desempear un papel deprimer orden. Pero no slo eso, tambin la propia educacin, comozona importante del orden cultural, estar sometida a las inexorablesleyes del progreso evolutivo. As pues, la educacin potencia el progreso, al mismo tiempo que progresa o debe progresar. De esa forma, los avances con que las concreciones educativas impulsadas porGabino Barreda coronan una historia de zigzags, avances, retrocesos,vaivenes... durante buena parte del siglo XIX conforman, a juicio deSierra, las condiciones de posibilidad de una escalada ascendente, enel mbito de la educacin. Dicha escalada tendr como corolario fundamental y necesario justamente a la Universidad Nacional. De ahtambin que la Escuela Nacional de Altos Estudios -piedra angulardel nuevo aparato educativo de rango superior que viene tratandode concretar casi desde los inicios de su vida pblica- tenga paraSierra la misin de "hacer entrar a Mxico entre los pueblos que trabajan constantemente por la elaboracin del progreso intelectual".5La singular utopa progresista que motiv a todas las almas sensatasdel siglo XIX no poda dar cabida a otra idea de la universidad, que nola asumiera como palanca del progreso, a la vez que como territorioprivilegiado de su despliegue en la historia.Evolucionismo. Si se restringe el positivismo al coto de las tesis propugnadas por Comte, lo que en Mxico se conoci bajo tal denominacin no era propiamente positivismo. En los hechos, el positivismosufri un proceso de aclimatacin cuando fue adoptado de modomuy peculiar por el aparato poltico oficial (en algunas de sus instancias, en particular en las educativas) y por algunos de los pensadoresmexicanos ms a tono con las novedades tericas de finales del sigloXIX y principios del XX.

    Al respecto, Edmundo O'Gorman destaca cmo ni siquiera elmximo representante del comtismo en Mxico, Gabino Barreda,

    5J. Sierra, "Escuela de Altos Estudios (resea de la sesin del Consejo Superiorde Educacin Pblica del 8 de octubre de 1906)", en ibid ., t. VIII, p. 312.

    Ideologa deJusto Sierra 1 41pudo poner en marcha un plan de estudios enteramente positivista,en la Escuela Nacional Preparatoria que l cre.6 William Raat, porotra parte, destaca cmo el positivismo apareci a los ojos del pueblomexicano "como una ideologa extranjerizante ajena a las tradiciones del liberalismo, del patriotismo y el catolicismo mexicano? locual, junto con otros factores, permite comprender las razones de lanecesaria adaptacin del comtismo a las particularidades culturalesy polticas de Mxico.

    A ms de ser un hecho harto conocido, lo que interesa poner de bulto es cmo el referido proceso de adaptacin del positivismo implic,en el caso de Mxico, la configuracin de cierta amalgama tericams o menos eclctica. De hecho, los cimientos sobre los que descansar una suerte de "teora dominante", desde Gabino Barreda hastael Ateneo de la juventud, constan cuando menos de estos tres puntosde soporte: un liberalismo redimensionado, un positivismo "impuro"que, sin descartar las tesis de Comte, admite tambin sus derivaciones ulteriores (verbigracia, Littr) y la teora social de Spencer.

    Esta indicacin tiene notable importancia, en el mbito a que seajusta el presente estudio; puesto que, como advierte Raat, contraviniendo una creencia muy difundida, el positivismo (este "positivismo " peculiar a que se ha aludido en lneas anteriores) "no alcanzel rango de filosofa poltica oficial del rgimen [porfiriano] ; fueante todo una filosofa de la educacin".8 Por su parte, Abelardo Vi-llegas concuerda con la segunda parte de la ltima asercin de Raat,cuando afirma que las doctrinas de Comte y Spencer "seorearonla educacin durante la larga dictadura" porfirista.9 Y en todo esteproceso de asimilacin, adaptacin, oficializacin (y posterior refutacin parcial) de este cctel terico, convencionalmente conocido conel trmino genrico de "positivismo mexicano", tuvo un papel destacado Justo Sierra, sobre todo en lo que toca al medio educativo.

    6 Edmundo O'Gorman, 'Justo Sierra y los orgenes de la Universidad de M -xico (1910)", en Seis estudios histricos de tema mexicano, p. 173.7 William Raat, El positivismo durante el porfiriato, p. 7.8 !bid., p. 7. .

    9 Abelardo Vil!e gas, La filosofa en la historia poltica de Mxico, p. 135.

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    42 1 La idea de universidad de Justo SierraNo se trata, sin embargo, de poner en claro aqu la trayectoria

    histrica de la formacin ideolgica a que se refieren los prrafos anteriores. Lo que interesa en este discurso es recordar que en Sierrase da una aceptacin (siempre crtica) de la teora comtiana de lostres estados, junto con el evolucionismo social del primero de todoslos evolucionistas modernos (anterior a Darwin): Herbert Spencer.En otras palabras, el evolucionismo biologista de Spence r y el progresismo comtiano (adems de otros principios tericos) se dan la manoen Sierra, sin que medie en ello ningn conflicto de consideracin.Ahora bien, esto no debe ser bice para tener en cuenta que JustoSierra -siempre aplicado a su actualizacin en cuestiones de teorasocial y educativa- demuestra estar al tanto y sentir admiracin porlo que l llama "teora de la transformacin" y "ley grandiosa deltransformismo" de Darwin y Wallace.l0

    Ambas tesis, y especialmente la que propugna Spencer, a partir dela teora de la conservacin de la materia y la energa, se mostraronespecialmente aptas para legitimar no slo la dictadura porfirista, sinovarias parangonables a ella en Amrica Latina. Justo Sierra las aceptatanto para explicar histricamente el porfirismo como para justificarsu ideario educativo, su imagen de la universidad y las ejecutorias quedefendi en la educacin oficial porfiriana y que l mismo impulscuando lleg a ser el mximo funcionario del ramo durante el rgimen en referencia.

    En cuanto a la primera de las preocupaciones que se acaban desealar, basta advertir que, como apunta Dumas, un a obra tan importante dentro del conjunto de las que escribi Sierra, como Mxico,su evolucin social (el ttulo no puede ser ms significativo) estuvodestinada "a exaltar el rgimen porfirista", con apego a presupuestosspencerianos y positivistas en generai.ll Segn Samuel Ramos, "creeJusto Sierra, por ejemplo, que durante la poca porfiriana se estrealizando el trnsito de la poca militar a la poca industrial, segn ensea Spencer en su sociologa". Y es Samuel Ramos quien afirma que Justo Sierra "considera la evolucin histrica como un gran

    10 J. Sierra, "El espiritismo y el Liceo Hidalgo" y "La enseanza de la historia",en Obras completas, t. VIII, pp. 29 y 49.

    11 Claude Dumas, Justo Sierra y el Mxico de su tiempo (1848-1912) , t. II, pp. 90-91.

    Ideologa deJusto Sierra 1 43movimiento progresivo que conduce a la conquista de la libertad".l2De modo, pues, que en el lecho de Procusto que es lo que O'Gormanllama "positivismo mexicano", Justo Sierra da perfecto acomodo alporfirismo y, con ello, a su actuacin en su seno.

    En lo que concierne a la educacin, y ms propiamente a la decategora superior, Justo Sierra -por slo refer ir algunas muestrasjustifica de manera explcita su proyecto de Universidad Nacional de1881, cuando alega que "creemos que en algunas materias nuestropas puede entrar en esa fase de la evolucin casi simultnea con loque llama Spencer la integracin y que el mismo sabio apellida diferenciacin" (subrayados del autor) 13 As, el campechano considera queen 1881 el aparato educativo mexicano se encuentra bastante maduro como para equipararse al de los pases occidentales, los cualeshan alcanzado un grado sobresaliente de cohesin como formaciones sociales, en virtud de un proceso progresivo de "integracin". Dicho proceso, a su vez, posibilita la diferenciacin de tales formacionessociales, en tanto que realldades sociales-culturales especficas. ParaJusto Sierra, el pas acceder al pedestal de dichas naciones modlicas, a partir de ciertos medios institucionales y polticas sociales yculturales determinadas. Este es el contexto en el que este hombreubicar, en 1881 , la misin fundamental de la universidad que propone; pues,

    [ .. para facilitar por medio de la ley la formacin de un nuevogrupo social dentro de la sociedad, con vida propia, es precisoque la nueva creacin [la Universidad Nacional] asuma dos caracteres: que coadyuve mejor en su nueva forma a la evolucintotal ; que la continuacin de la absoluta sumisin del gruposocial al Estado no sea un obstculo al progreso.I4Se hace patente, por lo tanto, que los dos puntos complementarios,

    evolucin y progreso, constituyen en Sierra las potencias histricas

    12 S. Ramos, "El fantasma de la educacin socialista", en Obras completas, t. II,pp. 90-91.

    13 J. Sierra, "La Universidad Nacional (proyecto de creacin)", en Obras com-pletas, t. VIII, p. 65.

    14 1dem.

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    44 1 La idea de universidad deJusto Sierraque posibilitan el surgimiento de la nueva institucin educativa quesugiere, y al mismo tiempo son sus desiderata, su norte en el horizontedel devenir. Yesta postura tiene plena congruencia con las argumentaciones, de franco tinte spenceriano, con que - por citar un soloejemplo precoz- justifica la "necesidad de instruccin primaria" generalizada en el Mxico de 1875. De hecho, como deja asentado contino Agustn Yez, Sierra consiente en postergar la concrecin desu proyecto universitario de 1881, cuando reconoce su equivocacina la hora de caracterizar el estado de la educacin nacional para talao; esto es, cuando comprueba que los alcances de la evolucineducativa de Mxico no eran los que haba calculado y se haca evidente la ausencia de una estructura escolar - e n el nivel primario ysecundario y de preparatoria-, que garantizara la conformacin deuna universidad mexicana moderna. 15

    Por su parte, aun cuando historiadores como O'Gorman han encontrado una diferencia abismal entre el proyecto de universidad de1881 y el de 1910 -justamente la incompatibilidad paralela que, enla visin o'gormaniana del asunto, habra de mediar entre un Sierra"positivista de hueso colorado" y otro que, en 1910 (y desde antes),"abandona el positivismo"-,16 lo cierto es que las huellas del progresismo comtiano estn presentes en el quehacer que, a la postre,permitir concretar su proyecto universitario, incluso en el ltimode los aos citados.Al respecto, en un pasaje de su intervencin en la reunin delConsejo Superior de Instruccin Pblica, ocurrida el17 de enero de1910, Sierra argumenta que la universidad mexicana

    [ ..] naci en la poca colonial; vivi con una organizacin muypeculiar en que se dejaba cierta libertad al cuerpo docente;pero ste se guiaba por principios rgidos que hacan imposibletodo lo que pudiera interpretarse como libertad de pensamiento o como verdadero progreso en adquisiciones cientficas.

    15 Agustn Yez, "E l ideario educativo de Justo Sierra", en Cuadernos Ameri-canos, nm. 4, p. 200.

    16 E. O'Gorman, 'justo Sierra y los orgenes de la Universidad de Mxico(1910}", en Seis estudios histricos de tema mexicano, pp. 197 y ss.

    Ideologa de justo Sierra 1 45Dominaba en nuestra antigua universidad el espritu teolgico. Cuando la Repblica se inaugur, cuando necesit unsistema nacional de educacin, entonces puede decirse que launiversidad entr en su periodo metafsico, relegando al teolgico al pasado. Mas , por circunstancias especiales, lo quehizo la Revolucin con las antiguas universidades lo hicieronnuestros revolucionarios con lo que se llamaba la universidadmexicana, yel gobierno nacional, en cuanto fue progresista, la

    suprimi. La Universidad era, segn se la llamaba, un "baluartedel oscurantismo", un refugio de las ideas ms aejas, y paraacabar hasta con los restos de esa fortaleza del oscurantismo,se la destruy. Ahora tratamos de reconstruirla para que seaun centro de alta cultura cientfica, en consonancia con losprogresos modernos [ .. 17

    La reproduccin de esta cita tan extensa se justifica porque ascomo se la halla en el ocano discursivo de Sierra es como mejorpermite constatar, sin mayores esfuerzos exegticas, que este hombreno haba renunciado tan drsticamente al positivismo, en 1910, comoafirma O'Gorman y quienes comparten su tesis al respecto. Adems,el fragmento demuestra que, aunque existen diferencias entre losproyectos de universidad de 1881 y 1910 (como en efecto las hay),stas no alcanzan a sus nexos tcitos o expresos con los supuestosesenciales del positivismo.Es indudable que la cita anterior evidencia que Justo Sierra ex-plica la necesidad de crear la nueva Universidad Nacional yjustificalo que debe ser su signo caracterstico (su progresismo y ciencismo)a partir, nada menos, que de la ley comtiana de "los tres estados".Ahora bien, como destaca Aran, dicha ley se refiere en Comte aldesarrollo del "espritu humano" en general y al de las ciencias enparticular.18 De ese modo, para Sierra, toda vez que la historia dela universidad mexicana ha cubierto las etapas teolgica y metafsica, necesariamente debe alcanzar la etapa "positiva", propiamente

    17 J. Sierra, "Idea de la nueva universidad (resea de la sesin del CSE P del da17 de enero de 1910)", en Obras completas , t. VIII, p. 318.

    18 Raymond Aron, Etapas del pensamien to sociolgico, t. I, p. 92 .

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    46 1 La idea de universidad deJusto Sierracientfica. Esto justifica no slo la necesidad histrica de crear lanueva universidad, en contraposicin con los positivistas cerriles yhasta cierto punto miopes, como Agustn Aragn, sino que tambinimpone un sello especial a dicha institucin novedosa: la obliga aser una universidad moderna, progresista, acoplada a las perceptivasdel quehacer estrictamente cientfico. Puede apreciarse, pues, queel rechazo ya expresado por Lourdes Alvarado a la tesis o'gormaniana aqu examinada tiene pleno fundamento, as como tambin lotiene su consiguiente afirmacin de que "existe a nuestro juicio unacierta unidad de pensamiento entre ambas concepciones ["el proyecto de 1881 y el definitivo"] que, desde luego, no invalida la existencia de algunos cambios y afinaciones lgicas y necesarias [ ..]"19

    A la luz de esta evidencia, salta a la vista que O'Gorman se excedecuando afirma, al referirse a Justo Sierra, que "la nueva universidadsignifica una decisiva correccin del viraje en la ruta trazada por elpositivismo".20Ciencismo. En estrecha conexin con los dos principios ideolgicosanteriores, el peso de un fervoroso culto a la ciencia y sus potencialidades sociales y culturales es, indudablemente, grande en la totalidad dinmica que conforma la estructura ideolgica de Justo Sierra.En el discurso sierrista es palmaria la idea de la ciencia como unade las palancas fundamentales del progreso cultural, social y moral,junto con la educacin. Por otra parte, Sierra entiende a sta comouna educacin cientfica en su desenvolvimiento general y en loscontenidos que reproduce, con la mira puesta en la finalidad suprema de la enseanza moderna: crear las condiciones de posibilidadde un avance cientfico, dirigido a la independencia mexicana, en unrubro que hoy pocos vacilan en calificar de estratgico.

    En verdad, la admiracin cuasi-religiosa que Sierra siente por laciencia (en unos momentos de su vida, ms intensa que en otros)

    19 Lourdes Alvarado, "Reconsideracin sobre los orgenes de la UniversidadNacional de Mxico", en Memoria del II Encuentro sobre la Historia de la Universidad,p. 99.

    20 E. O'Gorman, 'Justo Sierra y los orgenes de la Universidad de Mxico(1910)", en Seis estudios histricos de tema mexicano, p. 200.

    Ideologa deJusto Sierra 1 4 7tiene su referencia inmediata en el prestigio social que gozaba en sutiempo. Etiquetar a algo de cientfico lleg a significar, en su poca, laadquisicin de una legitimidad inexpugnable. As pues, como advierte Raat, a Sierra le toc vivir un periodo en el que "el 'ciencismo', latesis de que todos los objetos pueden comprenderse cientficamente[ ..] fue una corriente dominante, dentro y fuera de la comunidadacadmica". 21 No por nada uno de los soportes del rgimen porfiristafue el grupo de los llamados "cientficos", con quienes Justo Sierralleg a concordar en algunos momentos de su trayectoria poltica.

    En ste, como en muchos otros aspectos del corpus ideolgico sierrista, se hace patente una vez ms la sombra del liberalismo y delpositivismo peculiar con que comulga. Pocas banderas ms notablemente inherentes al credo liberal que la reivindicacin de la ciencia,el arma con la que el oscurantismo clerical sera barrido de la fazdel orbe. El positivismo, por su parte, en todas sus concreciones doctrinales, coincide con la adoracin de los ilustrados y sus congneresliberales hacia la ciencia, y la asume como paradigma de las relaciones del hombre moderno con el mundo; es decir, como una formade entender la vida misma. La ciencia representa, en el seno del positivismo, el colmo del proceso civilizatorio siempre ascendente, progresivo; llegando, por lo dems, a sentar los cimientos de la curiosa"religin de la humanidad", propugnada por el postrero Comte.

    Decir ciencismo, adems, en el caso que aqu se trata, comportadecir racionalismo (sin que ello implique negacin del realismo y elempirismo) . El patrn referencial de la ciencia moderna, base delciencismo iluminista-positivista, ser siempre el de una razn asumida primordialmente como facultad epistemolgica y criterio devalidacin de saberes y actuaciones, en el mbito de la produccinde stos y en el de las relaciones humanas (en el terreno de la moral, de la poltica y de la economa). Justo Sierra y los liberales detoda clase (incluyendo los imbuidos en el positivismo) vivieron enuna poca de intenso respeto e idolatra a la diosa Razn, en sushipstasis concretas de la "razn cientfica" y la "razn tcnica". Apropsito, Abelardo Villegas refiere que "como buenos racionalistas

    21 W. Raat, El positivismo durante el porfiriato , p. 7.

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    48 1 La idea de universidad deJusto Sierralos liberales crean en la eficacia prctica del pensamiento, en queuna vez concebida la idea de una buena sociedad, la nacin se en-caminara sin ms a su realizacin". 22 Pero, debe destacarse que talactitud ante la ciencia era un "signo de los tiempos"; puesto que lamisma actitud es atribuible a los socialismos llamados "utpicos", almarxismo y al anarquismo, aunque este ltimo mostrara plena con-ciencia de las virtualidades que implicaba en el mbito del poder yrechazaba de tajo todo lo que potenciara estructuras de dominacincon base en la autoridad conferida por todo saber cientfico.

    No debe extraar, entonces, el hecho de que en las justificacio-nes explcitas o soterraas de las iniciativas educativas protagoni-zadas por Sierra aparezca, ommipresente, la ciencia. sta aparececomo el principal soporte teleolgico del proyecto de universidadde 1881, en plena conjuncin con la estirpe germana que el propioSierra le adjudicaba a dicho proyecto, especialmente en lo relativoa las relaciones entre el Estado y la institucin que propone. Nodebe olvidarse que el sentido humboldtiano de la autonoma uni-versitaria interesa a la libertad en la generacin y reproduccin dela ciencia; lo que extiende el alcance de la reivindicacin sierristade la ciencia a territorios que rebasan la simple figura de la autono-ma universitaria.Por su parte, el proyecto de Universidad Nacional de 1910 no slocontina con el sentido ciencista que Sierra elabor en 1881, sinoque le confiere una preeminencia an ms clara, en el orden de lasfinalidades que le asigna a la institucin que modela dicho proyecto.La ley constitutiva de la Escuela Nacional de Altos Estudios, en suartculo 2, inciso 2, asienta claramente el impulso de "investigacionescientficas que sirvan para enriquecer los conocimientos humanos",23como uno de los fines propios de dicha escuela que, escasos mesesdespus, crear el rgimen porfirista, a instancias de Justo Sierra.Ms tarde, en la exposicin de motivos del proyecto de ley constitu-tiva de la Universidad Nacional de Mxico hecha ante el Congreso

    22 A. Villegas, La filosofa en la historia poltica de Mxico , p. 95.23 ] . Sierra, "Ley constitutiva de la Escuela Nacional de Altos Estudios", en

    Obras completas, t. VIII, p. 411 .

    Ideologa de justo Sierra 1 49de la Unin, Justo Sierra explica cmo una de las funciones de larecin creada Escuela Nacional de Altos Estudios ser la de "llenarun vaco", en trminos de cohesionar a "institutos destinados al estu-dio de la ciencia por la ciencia misma, a fin de hacer nuevas investi-gaciones y ensanchar los dominios del conocimiento humano". 24 As,se entiende que en el artculo 1 de la mencionada ley se atribuya ala universidad en ciernes "el objetivo primordial " de "realizar en suselementos superiores la obra de la educacin nacional".25Entre ambos extremos temporales (1881 y 1910),Justo Sierr a darnumerosas muestras de su fe en la ciencia, entendida sta, bsica-mente, como "la gran palanca de los adelantos modernos". 26 Una deellas es la tipificacin del espritu del aparato de educacin superiorque viene impulsando como "eminentemente cientfico", que haceen una carta a Unamuno, fechada el16 de noviembre de 1908.27 Sinembargo, no vale la pena saturar estas pginas con referencias deta-lladas sobre este asunto. Lo que ahora cobra inters es resaltar tresaspectos que matizan el ciencismo/racionalismo de Sierra y otorganpeculiaridad a su visin acerca de los nexos de esta doctrina con suidea de la educacin superior, a saber:l. El reconocimiento de un papel considerable de lo espiritual enla vida educativa.2. La reivindicacin explcita de un vnculo entre la ciencia y laformacin moral del hombre.3. El carcter nacional de la produccin cientfica (sin menoscabode su ndole universal).

    En efecto, por slo referir un ejemplo en el sentido sealado, pue-de considerarse la impactan e confesin hecha por Sierra, con motivo24 ]. Sierra, "Iniciativa de ley de la UNM presentada por la Secretara de Ins-truccin Pblica y Bellas Artes a la Cmara de Diputados y al Congreso de laUnin", en ibid., t. VIII, p. 414.25 ]. Sierra, "Ley constitutiva de la UNM", en Obras completas, t. VIII, p. 417.26 ]. Sierra, "Escuelas normales y superiores (contestacin al doctor Luis E.Ruiz) ", en ibid., t. VIII , p. 121.27 ] . Sierra, "Carta a Miguel de Unamuno, rector de la Universidad de Sala-

    manca (Mxico, 7 de julio de 1910)", en ibid ., t. XN , p. 500.

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    50 1 La idea de universidad de jus to Sierrade un debate pblico sostenido con el d o ~ t o r Luis E. Ruiz, desdelas pginas de La Libertad, en octubre de 1883. All el campechanodeja claro que "renunciara para siempre a dar la mano al impulsode doctrinas" como el positivismo, si esta filosofa "hubiera de tenerpor nico resultado ese utilitarismo feroz y prosaico".28 Esta postura de Sierra se corresponde con el nfasis que -como se ver msadelante- pone en la misin de "formar hombres", en oposicin alsimple acto de "instruir" alumnos, que le asigna a todo el quehacereducativo.

    En concordancia con ello,Justo Sierra ver terminar su vida siendo consecuente con la idea de que el avance cientfico que anhelapara Mxico, la produccin concienzuda de ciencia, no slo no debecontraponerse con el avance moral del hombre, sino que debe posibilitado y fomentarlo. En los ya mencionados "Apuntes diversos" delas postrimeras de su vida, Justo Sierra advierte que "la adquisicinde la ciencia contribuye en primer trmino a la realizacin" de laobra de formar integralmente al "hombre nacional". 29 En este punto, como en muchos otros, parece haber plena continuidad entre el"primer" Sierra y el de sus ltimos das; pues ya en 1875 abogaba porla idea de las ciencias como "potencias moralizadoras". 0Por ltimo, pa ra el Sierra postrero est claro que "la investigacincientfica ser absolutamente desinteresada, pero hacindose constantemente sobre elementos nacionales"; lo que equivale a afirmarque "la ciencia que las universidades elaboran, sin poder dejar deser mundiales, tienen que ser nacionales".31 Frases ambas, que por suclaridad y precisin pueden prescindir de todo comentario.A la luz de lo que se acaba de exponer, causa perplejidad queO'Gorman llegue a la conclusin de que Sierra "llegar a creeren la ciencia, sin fe en la ciencia", a partir de una observacin,

    28 J. Sierra, "Escuelas normales y superiores (contestacin al doctor Luis E.Ruiz)" , en ibid. , t VIII, p. 125.29 J. Sierra, "Apuntes diversos (ciencia y universidad)", en ibid ., t. VIII, pp. 496

    y 497.30 J. Sierra, "El nuevo plan de estudios", en ibid. , t. VIII, p. 42.3! J. Sierra, "Apuntes diversos (ciencia y universidad)",en ibid ., t. VIII, pp. 496

    y 497.

    Ideologa de justo Sierra 1 51bastante desconcertante, en el sentido de que "creer sin fe en laverdad de algo, no es creer de veras".32 Este sealamiento resultaharto importante, porque las aseveraciones indicadas apuntan a unintento de demost rar que el "ltimo Sierra", el que promueve la universidad fundada en 1910, "ya no podr creer en la ciencia",33 cosaque O'Gorman tendra que haber demostrado con argumentos demayor peso que la simple coexistencia de ciencismo y espiritualismorelativos, en el crisol de la mente crtica de Sierra. Tal espritu crtico nunca abandon a Sierra (esa "personalidad polidrica", comole llam Francisco Larroyo34); y la ciencia, entendida al modo burgu s, moderno, desempe siempre en su desempeo como hombre pblico un papel de primer orden.Nacionalismo. Ya se ha visto que para Sierra no tena sentido exigir la generacin de una ciencia unilateralmente cosmopolita, sinraces en una cultura de referencia, en concreto la mexicana. sta noes una postura aislada. Ms bien, engarza con una slida concepcinnacionalista.

    Si se entiende por "nacionalismo" un ideal sustentado en lareivindicacin de los intereses propios de una nacin determinada , hablando en trminos sociales, culturales y polticos, no cabeduda que Justo Sierra era un nacionalista convencido. Ahora bien,esto no significa que pensara y actuara con apego a un extremoso patriotismo, a un chovinismo. Consecuente con sus conviccionesliberales, Sierra vea en la idea de nacin, al mismo tiempo un desidertum social-cultural (la nacin no es un hecho histrico-cultural definitivamente consumado, sino algo en constante realizacin,recreacin), y la expresin de una comunidad cultural encauzadaen un sentido teleolgico claro, que le permitiera participar en elconcierto de.Ias naciones del mundo, con una personalidad culturalbien definida.

    32 E. O'Gorman, 'Justo Sierra y los orgenes de la Universidad de Mxico(1910) ", en Seis estudios histricos de tema mexicano, p. 182.33 !bid., p. 196.34 Francisco Larroyo, Historia comparada de la educacin en Mxico, p. 298.

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    52 1 La idea de universidad deJusto SierraPor otra parte, la tesis spenceriana de la integracin-diferencia

    cin vena como anillo al dedo en un pas que, como el Mxico de lapoca de Sierra (al igual que el de hoy) no poda blasonar de unidady homogeneidad totales, cuando la presencia indgena - situada almargen del proyecto cultural criollo, hispano-americano- ostentaba tan grandes dimensiones. La base de la "diferenciacin", de laadquisicin de un perfil cultural propio, por parte de Mxico, exigauna "integracin", una unificacin gradual, un desleimiento progresivo de las diferencias culturales internas, lo menos traumticamen teposible. El Estado, columna vertebral de todo proyecto de nacin,sera el instrumento fundamental en tal proceso y, como garante delmismo, acudira a un medio principalsimo: la educacin. Todo locual, por otra parte, es lo que en el entender de Sierra confiere unajustificacin histrica a la larga dictadura porfiriana.

    Pero el compromiso honesto y fervoroso con lo propio que implica el nacionalismo sierrista no alcanzaba a opacar o a anular elreconocimiento de formaciones nacionales modlicas en el mundo.Una mezcla de temor y admiracin estn presentes en la exaltacinsierrista de pases como Inglaterra, Francia y Estados Unidos. Ad-miracin por la cohesin cultural que han alcanzado, por lo quehan sido capaces de aportar al erario cultural de la humanidad yporque constituyen la imagen viva de un deber histrico. Temor- especialmente hacia Estados Unidos- por el poder que es capazde concentrar, en detrimento de la coexistencia repetuosa con otrasformaciones nacionales. As pues, la educacin en Sierra llegar aadquirir el carcter de cruzada nacionalista, en la medida en queconstituye el nico medio de darle unidad orgnica a la nacin mexicana y crear las defensas culturales que impidan la dependenciacon respecto a potencias extranjeras, en particular Estados Unidos.Esto es lo que explica, tambin, que la educacin sea siempre concebida por el campechano, sobre todo en el nivel bsico, como unaempresa estratgica, propiamente de Estado.

    As es como Justo Sierra lleg a encomiar y justificar histricamente la introduccin de capitales extranjeros en el pas, 35 a la par

    35 C. Dumas, justo Sierra y el Mxico de su tiempo (1848-1912), t. 11 , p. 93.

    Ideologa de usto Sierra 1 53de que se dispona a publicar artculos como "Americanismo", aparecido en diciembre de 1883, donde impugna las errneas tendencias a asimilar acrticamente las modalidades estadounidenses deorganizacin poltica, las nefastas actitudes tipificadas por Sierracomo "americanismo legal" y "americanismo econmico". Una vezms, el campechano hace gala de su agudo sentido crtico, al destacar el hecho de que una poltica estrictamente economicista, depuertas abiertas al capital estadounidense, ajeno a un proyectode nacin, resulta del todo suicida para Mxico, aparte de que, a lalarga, termina siendo perjudicial para ambos trminos de la relacinMxico-Estados Unidos , pues,

    [ ..] el esfuerzo del capital americano para hacer productivosnuestros territorios de la frontera[ . . y obtener nuestros frutostropicales en condiciones ventajosas, con el objeto de hacer pagar al dinero aqu invertido el mayor rdito posible[ .. tendera subalternar a los intereses americanos cuanto elemento poltico, social y mercantil se oponga a su cmodo desenvolvimiento,y esto es un protectorado, que todo mexicano se ver obligadoa resistir con el derecho y con el rifle.36

    A Sierra no le basta hacer la luminosa caracterizacin que encierraesta aguerrida declaracin -bastante tpica del "primer" Sierra-,sino que enseguida propugna una tctica tan astuta como inusitada:"no fomentar nuestra antipata de raza, sino sustituirla con una benevolencia llena de recelo e impregnada de desconfianza". En el mismoescrito que aqu se glosa, en el contexto de una severa admonicincontra lo que Sierra denomina "escuelas anexionistas", que admitipor esa poca el gobierno de Coahuila, el campechano insiste en laestratagema contra esa "hija de dos grandes aves de rapia, Inglaterra y Alemania", que se distingue por tener su garra all donde estla pre sa, acudiendo a la siguiente imagen:

    [ .. procuremos que la presa pueda resistir a la garra, llenmosla de espinas para que pueda lastimar y herir y matar cuanto latoque. Pero si en vez de eso nos educamos para presa, si nos36 J. Sierra, "Americanismo", en Obras completas, t. VIII, p. 135.

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    54 1 La idea de universidad de justo Sierraarreglamos para ser de fcil digestin, si nos hacemos protestantes y educados americanos, llegar el da en que el paso por lastragaderas del guila nos parecer natural ycmodo quiz.37

    Sierra enmarca esta tctica no ya nacionalista, sino francamente anti-imperialista, en el mencionado proceso de integracin-diferenciacin, en trminos de "apuntalar nuestro derecho con cuantoelemento distinto del [norte] americano sea capaz de aclimatarseaqu, y unificarse socialmente, por medio de la educacin regida ysistemada a nuestro arbitrio". 38Este nacionalismo, que en Sierra llega a alcanzar cotas de fervory compromiso difcilmente representables con unas cuantas citasextradas de sus escritos, est en la raz de la visin sierrista de laeducacin y la universidad. Al respecto, ya se ha visto lo relativo alpapel de la ciencia en el proyecto nacional por el que Sierra es capazde romper lanzas contra quien sea necesario. Y as se podr recurrira mltiples declaraciones hechas po r este hombre sobre el carcternacional y nacionalista de la educacin, en todas sus concreciones.Baste con insistir, al socaire de las conclusiones a que ha llegadoLo urdes Alvarado, que la imagen d e la universidad que concibe JustoSierra se vincula con una conciencia angustiosa del peligro de un"sometimiento cientfico y tecnolgico y la subsecuente dependenciaeconmica del pas", con respecto a las grandes potencias capitalistasde la poca.39

    Interesa resaltar un ltimo rasgo del ideal nacionalista de JustoSierra: su referencia a la hispanidad, al mbito cultural hispanoamericano.40 Postura que convive, tambin conviene asentarlo, con unaadmiracin franca por Europa y Estados Unidos, por no hablar deun eurocentrismo relativo.

    37 /bid., t. VIII, p. 139.38 /bid., t. VIII, p. 136.39 L. Alvarado, De la Real yPontificia Universidad de Mxico a la Universidad Nacio

    nal de Mxico, p. 29, y de la misma autora, "Reconsideracin sobre los orgenes dela Universidad Nacional de Mxico", en Memoria delll Encuentro sobre la Historia dela Universidad, pp. 101 y ss.4C. Dumas, justo Sierra y el Mxico de su tiempo (1848-1912), t. II, pp. 102, 154,228 y SS.

    Ideologa de just o Sierra 1 55Educacionismo. Con este vocablo se designa aqu otra de las creenciasyvalores fundamentales de la ideologa que identifica a Justo Sierra.Se trata de la fe, poco menos que total, en los poderes y bondades dela educacin. Lo que Claude Dumas llama "entusiasmo sagrado porlas virtudes de la educacin".41 Una fe, en definitiva, por completoacoplada a los presupuestos del liberalismo y del positivismo y que haimpregnado a las sociedades decimonnicas contemporneas, con talfuerza que hoy mantiene un a vigencia casi plena.

    Agustn Yez relativiza la fuerza de este "ismo" de la i?eo.logasierrista, aduciendo que este hombre "no sucumbe al educaoomsmo;es decir, no cree que la educacin, menos an la influencia educativade la escuela, ofrezcan la panacea para los males de la patr ia y el individuo".42 Desde luego, el propio Sierra se encargar de negar todolo que permita pensar que l cree en la educacin como panacea, sipor tal se entiende -hablando con propiedad- que curar todoslos males culturales, a escala general e individual. As lo asienta en1881, cuando declara que "no soy de los que creen candorosamenteen la eficacia ilimitada de la instruccin para remediar los malessociales".43 No obstante, puede afirmarse que en su aceptacin frecuentemente problemtica de la funcin social de la educacin, Ya veces empaada por ciertas dosis de escepticismo, lo que definefundamentalmente a Sierra en el plano del pensamiento y la accines una actitud profundamente optimista frente a las virtualidades delos procesos educativos. .La educacin aparece en Sierra en la doble forma de medio y de fin.Es decir, en trminos tales que anula la dicotoma entre instrumentosy logros teleolgicos. Esto debe entenderse en el sentido de laeducacin, vista como proceso dplice de difusin de saberes (mstruccin) y de formacin de tipos determinados de hombres (lo quepropiamente asume Sierra como "educacin"), debe acceder a gradosde efectividad y de pertinencia social apropiados para hacer progresar a la sociedad, al progresar ella misma. De modo, pues , que es un

    41 /bid ., p. 99. .42 A. Yez, "El ideario educativo de Justo Sierra", en Cuadern os Amencanos,

    nm. 4, p. 193. .43 J. Sierra, "La instruccin obligatoria", en Obras completas, t. VIII , P 101.

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    58 1 La idea de universidad de Justo SierraSpencer ve entre individuo y Estado son asumidos porJusto Sierra. Alcontrario, la idea del Estado como promotor de todos los anhelos enfuncin de los cuales se arma el tinglado terico-ideolgico del liberalismo, el positivismo, el evolucionismo social, es la que predominar ostensiblemente en Sierra. Pa ra decirlo con palabras de Charles A.Hale, "Sierra argumentaba insistentemente que el Estado modernoera una fuerza de progreso".47

    Con variantes de nfasis, con altibajos, con diferencias de matiza lo largo de su vida, el Sierra que piensa siempre con cabeza propia ver en el Estado moderno un gestor y un garante del progreso; un celador de la paz y el orden; la clave de la formacin de losgrupos sociales que requiere Mxico para adentrarse en los prediosde la modernidad; el motor fundamental de la integracin nacional y de la identidad; el soporte fundamental de la educacin. Endefinitiva, todos los caminos del complejo e inmenso quehacer cultural y social conducen, en Sierra, al Estado.

    Esto explica -junto con otros factores- el eterno reconocimiento que Justo Sierra depara a Porfirio Daz y al papel que su figuradesempea en la historia nacional. Explica, en efecto, sus esfuerzospor ustificar el desempeo poltico de Daz, en primera instancia, porser el artfice de un sistema de poderes sobre las bases de una paz,un orden y un progreso relativos y, en segundo lugar, por impulsarla estructuracin de una nueva nacin, cuyos rasgos ms rutilantesalimentaro n la ilusin de un pas moderno. Explica, tambin, que lascrticas espordicas (no por ello menos importantes, valiosas y valientes) de Sie rra contra algunas actuaciones del rgimen porfiriano nohayan puesto en tela de juicio la pert inencia del Estado, entendidosiempre en los trminos que se acaban de sealar. Explica, por fin,que consecuentemente con sus ideas al respecto, Sierra fuera un hombre de accin dedicado en cuerpo y alma a la educacin, dentro delaparato de Estado. Justo Sierra pudo haber sido, exclusivamente, ungran pensador de la educacin y un promotor de empresas educativasal margen de la institucionalidad poltica. Su estatismo, emparentado

    47 Charles A. Hale, La transformacin del liberalismo en Mxico a fines del siglo XIX,p. 317.

    Ideologa dejusto Sierra 1 59profundamente con la idea del "Estado educador" con que congruentemente comulga, lo lleva a ser un ministro de Educacin, el principalfuncionario educativo de un gobierno, sin que ello implique una merma en su quehacer como humanista y pensador de la educacin.

    Sin embargo, el entusiasmo de Sierra no se contrapone a un adelimitacin del campo de competencia propio del Estado. En concordancia con una idea organicista de la sociedad, cada zona institucional (cada "rgano") tiene lmites claramente establecidos y, enlo esencial , infranqueables entre s. As, del mismo modo en queen 1910 sostiene que "en un pas nuevo es preciso que las cosas notengan un empleo doble; mantengamos a cada cual en su funcin,que cada rgano desempee su funcin48 ya en 1881 aclara a LuisE. Ruiz que "a mi modo no me repugna la idea del Estado educador, cuando no signifique esto una usurpacin sobre las facultadesnaturales de la familia".49 Se advierte, pues, que Sierra no admiteuna omnipresencia social del Estado, siendo en esto coherente conuna concepcin "neutralista" del Estado; esto es, del Estado asumidocomo un organismo situado por encima de la sociedad y, po r lo mismo, guardin y regulador de su dinmica. Esta forma de entenderla relacin del Estado con la educacin tendr -como se ver ensu momento- implicaciones importantes en la concepcin sierristade la autonoma universitaria.

    Las repercusiones que habr de tener el estatismo y la imagen del Es-tado de Sierra, en el mbito de sus doctrinas educativas, son enormes.Las tesis sierristas sobre la instruccin pblica obligatoria, sobre losniveles educativos que conciernen al Estado y los que le competen indirectamente, sobre los nexos entre el Estado y la educacin superior,etctera, reciben el influjo determinante de la aceptacin de las doctrinas acerca del Estado que someramente se acaban de esbozar. Deah que, por ejemplo, en 1907, ante "la objecin que se haca antaode que el Estado slo deba tener a su cargo la instruccin primaria,

    48 J. Sierra, "Las escuelas normales y la universidad (resea de la sesin delCSEP d

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    60 1 La idea de universidad deju sto Sierray que la profesional quedara a cargo de los particulares", un JustoSierra maduro, con un ideario slido e investido con el poder de unmiembro del gobierno de Daz, afirme tajante que "esto [ .. ] ha pasado completamente a la historia" y agregue con toda claridad:

    El plan del Estado, la conviccin del gobierno, es que la educacin nacional es un servicio pblico de primera importancia, yde que debe atender a l en todas sus manifestaciones , en todossus rdenes, en todos sus grados, a travs de toda la vida del quese prepara a luchar para abrirse un porvenir, a fin de contribuira mejorar el porvenir de su patria. De modo que el nio, eladolescente, el adulto y el hombre entren bajo el radio de ac cin del Estado en ejercicio de sus facultades educativas [ ..]5

    No le falta, pues, razn a Dumas, cuando advierte que el procesamiento crtico del individualismo spenceriano y la consiguienteconformacin de sus ideas acerca del Estado presentan a Sierra, "enel terreno de la educacin , como un porfirista estatista y ortodoxo". 51Y en este punto Sierra ha sido consecuente toda su vida, a juzgarpor la manera en que empieza la exposicin de motivos de su proyecto de universidad de 1881: "Somos partidarios de todo lo que tiendaa ampliar la accin del Estado en nuestro pas, en todas aquellasmanifestaciones de la vida social que an no responden sino trabajosamente a nuestras necesidades de organizacin rpida y segura".52Laicismo. Los que se han venido tratando, en este captulo, son considerados aqu como los componentes preponderantes del cuerpoideolgico que da sentido al quehacer de Sierra en el terreno educativo. Sin embargo, si se tiene presente que dichos componentesslo pueden ser aislados en virtud de un artificio analtico y queno pueden tener una vida independiente (toda vez que se articulancomo elementos constitutivos de un todo) , se captar la importancia no perder de vista este principio ideolgico que, si bien no

    50 ]. Sierra, "Reformas legales a la educacin superior", en ibid. , t. V, p. 374.51 C. Dumas, Justo Sierra y el Mxico de su tiempo (1848-1912 ), t. II , p. 311.52 ]. Sierra, "La Universidad Nacional (proyecto de creacin)", en Obras com

    pletas, t. VIII, p. 65.

    Ideologa de usto Sierra 1 61siempre alcanza el relieve de los examinados hasta ahora, tampocoes pre scindible en el desenvolvimiento de stos. De ese modo, es taincursin por los territorios de la ideologa que define a Sierra sera incompleta si no tomara en cuenta, aunq ue fuera slo de soslayo,el laicismo del "maestro de Amrica".

    En consonancia con su peculiar militancia liberal y positivista ,Sierra fue un laicista declarado y, en algunos momentos, profundamente anticlerical. Tambin er a - ya se ha dicho- un antidogmticoen todos los sentidos del trmino, en virtud de su independenciaespiritual plenamente coherente, por lo dems, con todo verdaderolaicismo.

    En lo que se refiere al tema de las relaciones en tre la religin yla vida pblica, Sierra muestra su postura al suscribir las siguientesconcepciones:l. La religin debe inscribirse en el coto excluyente de la vida pri

    vada. En esto Sierra piensa como liberal. No es cuestin de abo lircultos. No es cosa de atentar contra religin alguna. Se aceptaque hay "zonas" espirituales del hombre, parajes de la "interioridad" de los hombres, que no pueden ser penetrados por laciencia positiva ni por la lgica. Se acepta que la inefabilidadde tal substrato espiritual es la base de toda conceptuacin delo absoluto. Todo es admisible, mientras no rebase los linderosde lo individual y pretenda diseminarse en la sociedad civil enforma de bandera religiosa. As, se comprende que Sierra mismo haya confesado profesar el catolicismo in pectore; en fin, quehaya declarado ser parte de la mayora catlica mexicana y noavergonzarse de ello.53

    2. Pero Sierra se presenta como un gran impugnador de las religiones institucionalizadas, a la par que detractor feroz contrael poder embrutecedor de los dogmas religiosos . En un arrebatoque parece emparentarlo con el marximo, Sierra halla en dichos dogmas a los "verdaderos enervan es de las generaciones".54Y no escatimar denuestos contra el papado, al que tildar de

    53 ]. Sierra, "El plan de estudios del seor Montes", en ibid., t. VIII, p. 85.54 ]. Sierra, "E l nuevo plan de estudios", en ibid., t. VIII, p. 41.

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    62 1 La idea de universidad de just o Sierra"necrosis de la historia". 55 Esta actitud alcanzar tanto a la confesin catlica como a las protestantes, en tanto formadoras de"fanticos". 56

    3. En correspondencia con lo anterior y con lo que aqu se ha denominado "concepcin organicista del Estado", Sierra no transige en lo que se refiere a la clebre separacin de los poderestemporal y espiritual. As, Sierra remite lo religioso al mbito deltemplo y del convento, vedndole toda actuacin proselitista enla educacin nacional de gran envergadura, al mismo tiempoque niega al Estado la pretensin de obligar a los educandosa no creer en Dios. 57 La educacin, a juicio de Sierra, debe serrigurosamente laica en todos sus grados, lo cual significa que enella no tiene cabida nada que rebase los lmites de la "verdad discutida"; es decir, de la ciencia. Toda la obra educativa de Sierrarezuma esta forma de entender la relacin educacin-religin; loque torna ocioso detenerse a insertar aqu, con ms profusin,las expresiones concretas con las que formula tal idea.

    Espiritualismo. Este concepto, como el de "espritu", es de difcil definicin. Si aqu se pretende presentar uno, es con la idea de facilitar lacomunicacin sobre uno de los componentes de la ideologa de Sierra,que se refiere a la reivindicacin de un orden relativo a la conciencia individual o social inaccesible, en sus cifras fundamentales, a lospoderes de la ciencia positiva. En el caso concreto de Sierra, el espiritualismo parece ser asumido ms bien como un componentenegativo, esto es, como algo que no pertenece a lo lgico, racional,cientfico; sin que ese algo niegue este otro mbito y, al contrario,busque en l su complemento. De hecho, como observa Hale, VctorCousin echaba mano de la palabra "espiritualismo" para "designar susistema filosfico llamado a menudo 'eclecticismo"'.58

    55 J. Sierra, "Libertad de instruccin", en ibid., t. VIII, pp. 34-35.56 J. Sierra, "Americanismo", en ibid., t. VIII, p. 137.57 C. Dumas, Justo Sierra y el Mxico de su tiempo (1848 -1912), t. II, p. 157.58 Ch. A. Hale, La transformacin del liberalismo en Mxico a finales del siglo XIX,p. 293.

    Ideologa de justo Sierra 1 63En Sierra, el espiritualismo implica reconocer un a realidad ge

    nuinamente humana, imposible de reducir a la visin del hombreque puede proporcionar la razn cientfica. Histricamente, esteespiritualismo ha pretendido ser el contrapeso humanizante deldesbocado progresismo suscitado po r la modernidad, y ser esa lafun cin principal y la razn de ser del espiritualismo de Sierra,como lo fue, a su modo, en el caso de Bergson -a quien Sierra citaen el discurso pronunciado en el acto fundacional de la Universidad Nacional, en 1910-59 y con quien Francisco Larroyo se sientetentado de emparentarlo filosficamente. 5 Lo mismo puede decirse de dos personalidades importantes en el entorno de referenciade Sierra: Ezequiel Chvez y Antonio Caso, ambos positivistas en unprimer momento, y espiritualistas declarados, despus.

    Puede afirmarse que, en general, Sierra no abraz esta concepcinespiritualista con la intensidad con que lo hicieron Chvez y Caso; sinembargo, tambin es cierto que, al final de su vida, parece que llegaen el camino de tal concepcin a un estado que raya en el misticismo.En efecto, como seala Dumas, "el librepensador positivista, una vezviejo, se convierte en cartujo",51 profundamente impresionado por lasmanifestaciones de fe espontnea y ciega que observa entre los fielesde la Virgen de Lourdes.

    En lo que respecta a la vida intelectual y a su desenvolvimientoideolgico, Sierra halla en el espiritualismo un universo de valores,tradiciones, virtualidades estticas y morales, sabiduras eudemolgicas, creencias, etctera, que acta como contrapeso y complementode su culto a la razn y a su ciencismo. De ese modo, tal como se vercon ms detalle en el captulo siguiente, puede decirse que la trayectoria ideolgica de Sierra se expresa en el sentido de una dialcticaracionalismo-espiritualismo que, dependiendo del momento y de lasituacin de referencia, puede privilegiar un trmino u otro de dicharelacin. Si no puede hablarse, a cabalidad, en el caso de Sierra, de

    59 J. Sierra, "Discurso pronunciado en la inaguracin de la UNM", en Obrascompletas, t. XIV, p. 130.

    6 . Larroyo, Historia comparada de la educacin en Mxico, p. 298.61 C. Dumas, Justo Sierra y el Mxico de su tiempo (1848 -1912), t. JI, p. 176.

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    64 1 La idea de universidad deJusto Sierraun positivismo a secas es porque a su ciencismo-racionalismo siempre le acompaa una sombra espiritualista. De ah la imposibilidadde encasillarlo en un compartimiento terico-ideolgico. De ah ,tambin, que resulte acertado hacer sobresalir en Sierra a un precursor del fenmeno cultural con el que tuvo que vrselas frontalmenteel positivismo ortodoxo: el Ateneo de lajuventud.62

    62 Beatriz Ruiz Gaitn, 'Justo Sierra y la Escuela de Altos Estudios", en Revistade Historia Mexicana, vol. XVI, nm. 4, p. 558.

    EL POSITIVISMOYLA CREACINDELAUNM

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    Un examen de la compleja ideologa de Sierra no puede prescindirde una consideracin ms a fondo acerca de su relacin con el positi-vismo. Como es sabido, los nexos entre esta doctrina y Sierra fuerondeterminantes en la suerte de los proyectos de universidad que lconcibi. Es del mximo inters, entonces, replantear dichos vncu-los, en el entendido de que tal replanteamiento puede no conducira una elucidacin definitiva de su sentido.

    En tal direccin, conviene tomar como punto de referencia negativoel tratamiento seero que del asunto hace Edmundo O'Gorman. Paraeste historiador, que ha sentado ctedra y opinin en los medios aca-dm icos ms descollantes, la relacin de Sierra con el positivismo, enpunto al proceso concreto de conceptuar e implantar una idea de launiversidad, comporta aspectos que pueden ser resumidos como sigue:l. Justo Sierra, en 1881, promueve la creacin de una nueva uni-

    versidad en el pas, con el propsito de "salvar al positivismo",sumido como se hallaba en una "crisis", sobre todo, a raz de lac lebre polmica en torno al texto de lgica de la Escuela Prepa-ratoria y al proyecto de ley denominado "Plan Montes". El Sierraq