José Luis Navarro y Akio Iino, Cantes de Las Minas

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    J os Luis Navarro Garca, Cartagena(1943).

    Doctor en Filosofa y Letras. Cate-drtico de la Escuela Universitaria deMagisterio de Sevilla. Director del Se-minario de Estudios Flamencos de di-

    cha Escuela. P residente de la TertuliaFlamenca de Enseantes CalixtoSnchez. Cofundador de la TertuliaFlamenca de Osuna. Ha dado diversasconferencias y publicado varios artcu-los sobre temas flamencos. Coautor deAproximacin a una Didctica delFlamenco, editado en 1987 por laConsejera de Educacin de la J untade Andaluca.

    Akio lino, Tatebayash, J apn (1947).

    Graduado en la Universidad de Len-guas Extranjeras de Tokio. Becario delGobierno espaol en la Facultad de Fi-

    losofa y Letras de Madrid (197374).Profesor Titular del Departamento deLengua Espaola de la Universidad de

    Takushoku (Tokio}. Miembro de laSociedad J aponesa de Hispanistas.Miembro colaborador del Seminariode Estudios Flamencos de la EscuelaUniversitaria de Magisterio de Sevilla.Ha publicado las siguientes obras so-bre temas flamencos:

    Flamenco no kenky, siguiriyas tosoleares wo chshin to shite (Un es-tudio sobre el cante flamenco, enfo-cando especialmente a las siguiriyas y

    las soleares), HISPANICA, 1972, To-kio. Flamenco no snshijidai (Esbozode la prehistoria del cante flamenco),HISPANICA, 1979, Tokio. Flamencoshisen (Coplas flamencas de tradi-cin oral, traducidas y anotadas), Ed.Daigakushorin, 1981, Tokio. AntonioMairena wo megutte (Homenaje aAntonio Mairena), (varios autores), Ed.

    J aj, 1984, Tokio. Flamenco e no izanai (Invitacin al flamenco), (variosautores), Ed. Shoubunsha, 1986, Tokio.

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    Jos Luis Navarro Garca y Akio lino

    CANTES DE LAS MINAS

    Publicaciones del Ayuntamiento de Crdoba1989

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    Jos Luis Navarro y Akio lino De la edicin: Ediciones de la Posada

    Ayuntamienlo de Crdoba / Area de Cultura

    IMPRENTA SAN PABLOSor Angela Je la Cruz, 12 - Telf. 28 33 06 - CORDO BA ISBN: 84-87158-07-02Depsiio Legal CO. 701/1989 Impreso en Espaa

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    Advertencia Preliminar

    El presente trabajo pretende describir de la forma mscompleta posible lo que ban sido y son los Cantes de lasMinas, Para ello consideramos imprescindible abordaraspectos histricos, temtico-literados y especialmentemusicales. Pensamos que cualquier acercamiento inves-ligador que ignorase alguno de estos campos ofrecerauna imagen no slo inevitablemente limitada, sino probablemente inex acta y tal vez e rrnea de e sto s cantes .

    Con el objeto de poder dar una explicacin lo ms fielposible de esos aspe ctos musica les, imp resc ind ible s ennuestro trabajo de investigacin, pero las ms de las veces inasequibles a la palabra escrita, nos liemos vistoobligados a recurrir al cdigo musical de mayor precisin elaborado hasta ahora: el pentagrama. Somos conscientes de la dificultad de meter entre sus cinco lneas latotalidad de un cante flamenco. Sabemos que no existe

    ningn cdigo que sea capaz de atrapar por completo entre sus signos ese mundo tan sutil que puede crear la vozhumana. Sabemos tambin que todo sistema de smbolosqueda siempre condicionado por el uso, que se tiende ainterpretarlo de acuerdo con las realidades que tradicionalmente ha descrito. Pero esto no es culpa del cdigo.Esto pertenece nicamente a los prejuicios de la personaque lo interpreta. Y la interpretacin de cualquier transcripcin que se haga de un cante flamenco lia de partirsiempre de la memoria y el conocimiento de lo que es ytodo aficionado y estudioso reconoce como una voz fla

    menca. Porque si un cantaor intentase ejecutar la partitura de una pera de Beethoven, el crtico musical diraque eso no es Beethoven. De la misma manera que si uncantante interpretase la partitura de un cante flamenco,aquello no sera flamenco, porque no sonara flamenco.

    Como es bien sabido, en el flamenco una misma meloda puede alcanzar distintas alturas tonales, dependiendode la tesitura de cada cantaor.Consiguientemente, no tendra ninguna utilidad reflejar la altura exacta de cadanota. Es ms, dificultara innecesariamente la comparacin entre diferentes interpretaciones de un mismo cante.Por esto, hemos optado por sealar slo la altura tonalrelativa, lomando como punto de referencia un modocomn, el de do mayor, sea cual sea la tonalidad real.

    Las transcripciones que incluimos en el presente traba

    jo desc riben fundam ent alm ente la altura rela tiva y du racin de los tonos que va dando un cantaor al desarrollarla meloda de un tercio; informan tambin de otros matices interpretativos para los que el cdigo musical occidental posee trminos convencionales: accellerando. atempo, tempo rubato, etc., etc. Ef flamenco utiliza adems otros recursos y modos interpretativos para los quela msica tradicional carece de smbolos o denominaciones. En estos casos nos hem os visto obligados en aras deuna mayor precisin a proponer nuevos signos y definiciones. Son los siguientes:

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    indica que se acorta la duracin de un tono.Cumple una funcin exactamente opuesta a la de uncaldern (?). c

    "7" indica que se baja un tono enarm nico (l); unafuncin quivalcnte a la de bemol (6) con respecto al semitono.

    En otras ocasiones nos hemos visto en la necesidad decalificar trminos ya existentes. Es el caso de:

    Vibratofla me nco:

    Un vibrato caracterizado por presencia de elementosornamentales voclicos especficamente flamencos, talescomo: melismas, sutiles modulaciones llenas de tonosenarmnicos, ondulaciones voclicas intermitentes producidas por la fuerte vibracin del diafragma o/y de lagarganta, etc.

    Cuando hemos visto aparecer repetidamente un mismorasgo o caracterstica musical, nos ha parecido pertinente

    reservar para l una denominacin especfica. Esa es lajus tif ica ci n de:

    6

    Escala de paso ascendente:

    Una frase musical caracterstica de muchas tarantas.Aparece con frecuencia al final det quinto tercio, y muyespecialmente cuando el siguiente se desarrolla ligado aste de ah la calificacin de de paso . Co nsiste generalmente en una secuencia de notas ascendentes mi -fa sol - la - si bemol y se realiza con abundantes adornosvoclicos de matiz flamenco.

    Utilizamos tambin a la hora de describir la melodade muchos cantes numerosas expresiones fu er te subida, cada,fina l reco rtan , etc. que, aunque bastanteimprecisas, han pasado a formar parte del repertorio demuchos aficionados y estudiosos del flamenco. Este tipode expresiones suelen acompaar adems a las transcripciones presentadas mediante el pentagrama. Creemosque ayudan a los no iniciados en el uso de este cdigomusical a comprender los comentarios y explicacionesque proponemos. Finalmente, nos ha parecido conveniente por este mismo motivo aadir un apndice en elque se ofrecen medios y sugerencias para transportar lalnea meldica de cada pentagrama a otro tipo de grfico

    que, aunque sin duda mucho menos preciso, s es, anuestro entender, ms asequible.

    (!) El tono enarmnico, una mullzacn introducida por la etnomu- sicologfa, equivale a tm cuano de tono, es decir, ti t:i mitad de un semitono. Implica, por (unto, una subida o cada delicadsimo con respecto al tono inmediatamente anterior o posierior. Un melisma tpicamente flamenco sucte estar elaborado a base de modulaciones de voz en las que abundan esle tipo de tonos.

    Cantes de las minas

    Los carne que hu:nmineras del sureste capano; > iAlmeria, de La UnionyCarnee.*de La Carolina se cmwcen hoy m r

    bajo la denominaci genrica de

    Sdii las ta ran tas , l i1-cartaHMms. iv;mtica. las mincras . >. i

    Todos estos cantes procedas tm-------mente de distintas m o d a l i d a d looir=4ciestructura musical, lgicamente -mada por seis fragmentoscada uno de los tere:o- -coplas de cada cante.

    A c x c e p c t n d d i a n w ^ ' ,d cantaor goza de total t o j U

    esta razn,librcst 1)

    I guitarra

    nicam ente ^ injk3Jio . .

    p ar a su p r P - *

    tarse a csU,

    de a p o y ^

    indo, ! ***

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    (I) Hiplito Rossy, TEORIA DEL CANTE JONDO, Barcelona,\96 6, pp, 10 0-101, 10.5 y 109-110, los clasifica entre los cuntes quellama Me lod as Ubres a com pa ada s a la g uit arr a sin suje cin a co m

    ps, aunque incluye a la Cartagenera entre los que denominaMe lod as mtricas deformadas acompaadas sin sujecin a comps, Rossy lesdenomina ambin bimodlsy los d escribe as:

    La p ar le ins tru me nta l co nfi ada a l a g uit arr a e st en mo do d rico, la copia se manifiesta en modo mayor y en su ltimo fra gmento (la cada del ltimo tercio, que dicen los flam enco s j modula al m odo drico.

    La ap ari ci n de la cop la en mod o ma yo r s e ma nif iest a de

    dos maneras; bruscamente, tras el acorde tnico del modo drico y sobre l. pasando sin otra preparacin al acorde tnico del modo mayor; y de numera indirecta, por medio de un giro meldico que parte de la tnica del drico considerada cornoacorde dominante del modo menor, discurre sobre esta tonali

    dad transitoria y pasa al relativo mayor con menos violencia (,,,) El regreso al modo drico se efecta en el ltimo fragm ento y casi siempre en su ltimo comps, por medio de un descenso de Ia meloda siguiendo la escala diatnica con ms o menos adornos melismticos.v trinos hasta llegar a la nota fundamental del modo drico, en la que termina la copla y enlaza con la msica instrumental acompaante de la voz.

    iiranias, minas v

    Un da cualquiera de L.alguien probablementede sentimiento j '.-itr.iic. lohia creado la primera icamenle lodo ei Cami* Je l *como c) fandan, com aun embrin musical *ivo>co. riqusimo en posto*:luar. desde efltwices,j -matices y peculiaridad

    Las Iiity de suma

    iws adornos: yemente adoraos. 5 :anticuo* taisduelo Je anis t^ e

    c i e n . e d e * ^ jo aten

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    eras; bruscamente, iras el acorde tnico del modo d- hre l, plisando sin otra preparacin al acorde tnico>mayor; y de manera indirecta, pur medio de un g iroi que parte de la tnica del drico considerada como 'ominante del modo menor, discurre sobre esta tonalisitara y pasa al relativo mayor con menos violencia reso ni modo d rico se efecta en el ltimo fragme n- siempre en su ltimo comps, por medio de un deseen- inri odia siguiendo la escala diatnica con ms o menos melismticos y trinos hasta llegar a la noto funda-1el modo d rico, e n la (ue termin a la copla y enl aza tsica Instrumental acompaante de la voz.

    Tarantas, minas y mineros

    Un da cualquiera de la primera mitad del siglo pasa doalguien probablemente un minero rompi a fuerzade sentimiento y coraje, los moldes de un fandango. Ha

    ba cr ead o la p rim era taranta, base y c imi ento de prc ticamente todo el Cante de las Minas. Porque la taranta,como el fandango, como !a sole, ms que un cante, esun embrin musical vivo y frtil, cuyo esquema meldico, riqusimo en posibilidades tic reelaboracin, ha dadolugar, desde entonces, a decenas de cantes, cada uno conmatices y peculiaridades propias, pero todos tarantas.Las hay de suma sencillez, con tercios cortos y sin apenas adornos; y las hay tambin de tercios largos y profusamente adornados. Unas estn impregnadas de ecos deantiguos fandangos locales; otras, las ms, son el producto de artsticas elaboraciones, fruto del trabajo consciente de muchos cantaores flamencos.

    No sab emos cm o era aquel primer can te, ni quin lohizo, ni dnde. Sabemos, sin embargo, que el Cante delas Minas ha evolucionado paralelo a la historia social yeconmica de la minera del sureste peninsular(l). Hacialos yacimientos de estas comarcas mineras tendremos,

    por tanto, que dir igi r p rim ero nuestra mirada.

    ARRAYANES

    Los yacimientos ms antiguos de todo el sureste andaluz -los legendarios criaderos de Arrayanes , situados

    en la comarca de Linares, venan siendo explotados regularmente por la Corona desde 1748. All acudan, adems, condenados a trabajos forzados, muchos andaluces

    de las provincias occidentales. Despus, ya entrado el siglo XIX, en 1829, al abrigo de la nueva legislacin mi-nera(2), se ensaya un rgimen de explotacin mixta, asocindose la Hacienda Pblica con un particular, AntonioPuidells. Sin embargo, debido tanto a la codicia y fallade capitalizacin con que son emprendidas las labores deextraccin, como a las dificultades tcnicas profundidad de las vetas y problemas de desage y ausencia deuna estructura viaria capaz de dar salida al mineral, estaexperiencia culmina con la ruina de los criaderos y laconsiguiente paralizacin de las labores, tenindose quevolver a hacer cargo e! Estado de la explotacin directade estos yacimientos(3).

    GADOR Y ALMAGRERA

    Almera comienza el siglo XIX con un panorama minero similar al de Linares. Sus criaderos, como los detoda Espaa, estaban reservados a la Hacienda Pblica,La extraccin de la galena se haca en pequeas cantidades y tambin aqu se beneficiaba en establecimientospen itencia rios los pre sidios de A nda raz y de La Alque ra.

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    A partir de 1820, sin cmlwrgo, todo empieza a cambiar. La exp lotaci n de los yac imien tos de la Sie rra deGdor, al amparo de la nueva legislacin de minas yaaludida, pasa a manos de Sociedades particulares y la

    prod ucc in de min era l crece ince san tem ente. Es a par tirde entonces cuando comienzan a surgir de los arenalesdel semidesierto aimeriense pueblos mineros cada vezms poblados y prsperos.

    Mano a mano de la minera caminan las labores defundicin que extienden esta ola de dinero y consumo

    pri mero al pie de la S ierra, al cam po de Da ifas, don de sefunde el mineral en rudimentarios hornos construidos a

    base de laja s, launas y adobes , y sin otro com bus tib leque el esparto que crece en sus alrededores los llamados bolichesy ms tarde, busc ando una sal ida al mar,hasta Adra, en donde se instalan ya hornos castellanos.Unos aos ms tarde, en 1838(4), se descubre en la Sierra de Almagrera, en el barranco Jaroso, mineral argentfero y se desata en toda la comarca una verdaderafi eb re de la plata de 1839 a 1844 se registran en Almagrera17.600 minas. Con el auge minero(5) la poblacin de loscaseros y aldeas de la zona -Herreras, Cuevas deVcra(6), Adra, Roquetas, Berja, Turre, Vera, Villaricos,etc. se multiplica da a da. Una avalancha de hombres

    jven es( 7) llega a las cuenca s min eras alm eriens es di spues tos a corr er la aven tura de la p lata. Pero no slo hayun aumento demogrfico importante, la forma de vida deestas poblaciones cambia radicalmente: en el campo seabandonan las labores peor remuneradas; en los pueblosel consumo, en algunos casos puramente suntuario, sedispara, el dinero se derrocha. Por primera vez la prosperidad parece inundar de recursos econmicos poblaciones enteras recin rescatadas a los arenales almerienses.

    Adra, nos cuenta P. Madoz(8), par ece con stantemente tiempo de feria.Y es que adems el dinero, y haba mucho en circulacin en 1844 slo las minas dei filn Jaroso producan 240.000 reales diarios , se reparte entreinfinidad de familias(9).

    No falta , sin embargo, en este pan ora ma gene ral debienes tar y der roch e econ m ico el s ufr imien to y la tra gedia de la mina. El minero de profesin, bajo contratosverdaderamente leoninos de las Sociedades propietariasde las minas, no tiene ms horizontes que la faena que

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    realiza cada da. Sus condiciones de trabajo no puedenser ms mseras ni ms esclavizantes: primero ha decomprar las herramientas que precise, incluidos el lomoy el malacate, despus tiene que abrir su propio tajo ydentro de l tiene por lmite en profundidad y direccinslo la labor que cada da practica, es decir, que si encualquier momento encuentra en su camino a otro minero, debe retroceder o cambiar de direccin. El beneficio

    de su trabajo viene impuesto por la Sociedad que le contrata, que fija unilateralmente el val or de lo que cada da

    produce: lo ju sto para que com a y d de come r a sumulo. Es ms, si un da la fortuna le acompaa y descu

    bre un criade ro, la Sociedad pone inm edia tam ente a o trominero de su confianza en las cercanas de su tajo paraque le corte el camino y poder quedarse con los beneficios que en justicia le corresponderan a l. Las minas,bajo este tipo de exp lota cin , se convier ten en autnlic oslaberintos en donde el acarreo del mineral extrado consume la mayor parte del trabajo del minero, Y lo que es

    peor: los hun dim ien tos de las gale ras son con stante s y

    las desgracias continuas.Las circunstancias que rodean los yacimientos minerosalmerienses no pueden ser, pues, ms propicias para eldesarrollo de esos cantes recin nacidos. All se cantarapor primera vez:

    /l ermo sa Virgen d e Gd orque ests al pie de la sierra,ruega por los mineritos que estn debajo de tierra(lO),

    All haba sufrimiento acumulado que transmitir la

    rabia de ser explotados, el dolor y el luto de tantos y tantos familiares y amigos que se iba tragando la mina yhaba mineros que cantaban, que necesitaban cantar paradesahogarse. Lo hacan de madrug, mientras esperabanla hora del primer relevo alguien llam por eso a suscantos cantes de madrug(l 1) y, sobre todo, por lasnoches, en las tabernas, en las ventas y posadas que seiban abriendo cada da a! calor del boom econmico quela minera haba desencadenado. All unos cantaban,otros apuraban, siempre acechados por los peligros mor-

    ak*q

    rotan*^m ,

    ero i)05arri-TOiy

    n Pblico $^ i ba a

    , .n;j k, .los wcnfcj.

    Pensar;qotDmipoiibit

    mal de (Urde, supofri-j abandono itan c rrjsa nup t j

    S Camr-3 j-y am ansa fe; i

    en posada y d* i s s *rincane cid wrsec;c! tfcsaniilo ^

    V set. maBsaare; siquis fdiorr.1 ) :U!* 'noche y at o * las cueoe*\rrcrva 1

    pK>

    iranie*ra perjuicio a la agricultura de la escasez deoperarios.

    La Sierra de Cartagena, gracias a su minera, vive unproceso de desarroll o muy sim ilar al que haban goza doy sufrido las de Gddor y Almagrera. Aqu tambin losyacimientos son abundantes y el arranque del mineralrequiere escasa capitalizacin; aqu tambin los hundimientos y las desgracias van a ser el pan nuestro de cadada; y aqu tambin se van a ir abriendo aguaduchos, ta

    bernas, posa das, ventas y m s tarde Cafs de Cante, po rque tambin aqu va a circular el dinero y va a haber ganas de gastarlo.

    Es en estas tabernas, ventas y posadas donde se encontrarn desde el inicio del boom minero los mineros murcianos con los de Almera. Aqu van a ver ms de unanoche las claras del da junto a los tartaneros, carreteros,arrieros y tratantes que de siempre haban mantenidocomunicadas las dos provincias hermanas{25), cantaores

    por afic in que con sus recuas de anim ales y po r cam inos de tierra haban trado y llevado los cantes de una aotra provincia.

    Este es el marco donde van a fundir los hombres y los

    cantes de la cuenca minera de La Unin con los minerosandaluces recin llegados. Los primeros aportaran canciones propias del folklore murciano: cantos tpicamentehuertanos, como la parranda, la trilla, lajot a murciana. y cantos de indudable influencia andaluza, fandangos y malagueas boleras del campo de Cartagena;cantes rtmicos y vibrantes, bailados al son de guitarras,

    bandurria s y castauelas . Can tes que, aunque pos ible mente teidos de nostalgia, an trasmitiran esa alegrade vivir bajo cielos intensamente azules. Muchos deellos todava perduran(26) en el repertorio de lascuadrillas de muchos pueblos y aldeas de la regin; suscoplas, serenas y sobrias, respiran un claro aroma de

    campo y de huerta. Valga, como muestra, la siguiente:

    Y no tengo palomar,sobrs que soy un palomo

    y no t engo pa lom ar; a las montaas me asomo

    y me me to en tu banca ly el mejor de ellos me com o.(27)

    Los mineros, transportistas y tratantes almericnses sealegraran con sus fandangos, verdiales, arrieras y esas

    tarantas mineras--deran ms de una v J

    En los aguaduchosage-na y dc loque a enriquecera la taranta, *aires distintos. Aqu/ que aos ms lardaras.

    LIN A RES-LA CAROLINA

    El distrito de Linares vive,de intensa actividad minenregistros de yacimientos, abandonados aosescasear y por priUna publicacin .tenciones publicitaria*,

    produce entre la patronal

    Si concurr*siendo victima* desencontraran srt;urtires en las minas }.na.

    Sin embargo, elnes mineras de ci!icada de tos se**

    propician esta m* de una lnea feo -chn. que p e l los carbones co'~

    cn de divert*'fracaso d**1

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    a de Cartagena, gracias a su minera, vive unidesarrollo muy similar al que haban gozadolas de Gdor y Almagrera, Aqu tambin los>s son abundantes y el arranque del mineralsoasa capitalizacin; aqu tambin tos hundi-las desgracias van a ser el pan nuestro de cada tambin se van a ir abriendo aguaduchos, tasadas, ventas y ms tarde Cafs de Cante, por-

    n aqu va a circular el dinero y va a haber ga-tari o.tas tabernas, ventas y posadas donde se encon-de el inicio del boomminero los mineros muri los de Almera. Aqu van a ver ms de unaclaras del da junto a los lartaneros, carreteros,

    tratantes que de siempre haban mantenidoas las dos provincias hermanas(25), cantaores

    que con sus recuas de animales y por cami-ra haban trado y llevado los cantes de una acia.l marco donde van a Tundir los hombres y los

    la cuenca minera de La Unin con los mineros

    recin llegados. Los primeros aportaran can-pias del folk lore murciano: can tos tp icamentecomo la parranda, la trilla, la jo la mur cia

    os de indudable influencia andaluza, fandan-lagucas boleras del campo de Cartagena;icos y vibrantes, bailados al son de guitarras,y castauelas. Cantes que, aunque posible-

    idos de nostalgia, an trasmitiran esa alegraajo cielos intensamente azules. Muchos deva perduran(26) en el repertorio de lasde muchos pueblos y aldeas de la regin; susrenas y sobrias, respiran un claro aroma dee huerta. Valga, como muestra, la siguiente:

    rengo palomar,as que soy un palomotengo palomar;

    montaas me asomo?meto en fu bancaJmejor de ellos me como.(27)

    eros, transportistas y tratantes almerienses secon sus fandangos, verdiales, arrieras y esas

    tarantas mineras recin nacidas. Unos y otros emprenderan ms de una vez batallas poticas a base de trovos.

    En los aguaduchos, tabernas, posadas, y ventas de Cartagena y de lo que a partir de 1868 seria La Unin(28) seenriquecera la taranta almeriense con nuevas melodas yaires distintos. Aqu se iran perfilando nuevos cantesque aos ms larde comenzaran a llamarse cartageneras.

    UNARES-LA CAROLINA

    El distrito de Linares vive, a partir de 1852, un periodode intensa actividad minera con continuas denuncias yregistros de yacimientos, unos recin descubiertos, orosabandonados aos atrs. La mano de obra comienza aescasear y por primera vez los jornales tienen que subir.Una publicacin minera{29) se hace eco, con claras intenciones publicitarias, del malestar que esta situacin

    produce entre la pa tronal;

    Si concurrieran tantos desgraciados como estnsiendo vctimas de la miseria en otras provincias, encontraran seguramente trabajo unos 1.500 hombres en las tuinas y fbrica s de Linares yLa Car olina.

    Sin embargo, el verdadero despegue de las explotaciones mineras de esta comarca se inicia a finales de la dcada tic los sesenta del siglo pasado(30). Dos hechosprop ician esta nueva etapa: la aper tura en abril de 1868de una lnea frrea desde Blmez al castillo de Almor-chn, que permita transportar sin necesidad de trasbordolos carbones cordobeses a las fundiciones de Linares, yla aplicacin de las Bases para la Nueva Legislacin Mi

    nera de 29 de diciembre de ese mismo ao, que ofreca alas Sociedades Mineras mayores facilidades a la hora dearrendar yacimientos y suficientes garantas para invertiren su explotacin. Precisamente un ao despus, tras elfracaso de diversas frmulas de explotacin mixta Coro

    na-particulares, son arrendados por 40 aos a Jos Ge naro de Villanova los mticos criaderos de Arrayanes. A

    par tir de esa fecha, 1869, com ienzan adem s a est ablecerse en Linares Sociedades Mineras(31) con capital ysedes en el extranjero. La primera. Linares Lead, lo ha

    ba hec ho en 1849. Esta s empresas llevan a cabo unasexplotaciones sobre bases tcnicas y prcticas financieras mucho ms modernas, y la produccin comienza acrecer ao tras ao. A partir de 1881, entrarn las minas

    jien nen ses en un per iodo de auge man ten ido , cobra ndolos yacimientos de La C arolina una importancia cada damayor.

    Linares y las comarcas mineras colindantes van a convertirse en un nuevo e importante foco de atraccin demano de obra m inera. A ellas llega una avalancha migratoria que produce un crecimiento demogrfico similar,slo a los alcanzados por las otras cuencas mineras delsureste peninsular. Linares, que en 1820 tena una poblacin de 5.500 habitantes, llega a 6.543 en 1849, a 28.895en 1875, y a 36.630 en 1877, sin contar con la poblacin

    flo tan te que generalmente no sola inscribirse en los cen

    sos que se elaboraban peridicamente(32). El grueso deeste aluvin migratoria estaba constituido por andaluces,prin cipalm ente de l resto de la prov incia d e Almera, aun que no faltasen murcianos procedentes de la comarca deLa Unin(33). Una copla les recuerda.

    De Car tage na a Linares,van cantando los mineros;unos, por los olivares,otros, por los limoneros.

    Este movimiento de mineros de una a otra provinciahara inevitable el encuentro de sus formas de expresar

    pena s y aleg ras . Las tabernas, los ven tarrucos y losaguaduchos frecuentados por mineros(34) serian c! crisoldonde se cruzaran cantes nacidos en Almera o LaUnin con cantes hijos de las minas de Linares. El mundo lrico y musical de la taranta segua enriquecindose.

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    No tas

    {1) Para un anlisis socio-econmico tic la minera del sureste espaol. ver J. Nadal, Ind ust ria liza ci n y desi ndu str aU zac in de l sur est eespaol, 1817-1913,MONEDA V CREDITO, n 120. Madrid, 1972 yEL FRACASO DE LA REVOLUCION INDUSTRIAL EN ESPAA.1814-1913, Barcelona. 1975. det mismo autor.

    (2) Orden de 25 de octubre de 1820, desarrollada por el Decreto de

    22 de junio de 1821 y pos tenorm enie por las Leyes de 12 de febrerode 1822 y 4 de junio de I825.(3) Ver M." Dolores Muoz Duea, Im por tan cia de l fa ct or tec no l

    gico en el nacimiento econmico del distrito minero de Linares, ACTAS DEL ICONGRESO DE HISTORIA DE ANDALUCIA. Dic iembre 1976, lomo I, Publicaciones del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Crdoba. Crdoba. 1979. pp. 401-430.

    (4) El filn del Barranco Jaroso fue descubierto en 1838 por un pobre labrador de Cuevas de Vera, un tal Andrs Lpez, conocido por el ifo Perdign, que cometi la torpeza de cambiar el cuarto de accinque recibi por su hallazgo por una burra y un mulo de lan escaso valor que no lograron sacarle de su tradicional miseria. Ver REVISTAMINERA, tomo IX, Madrid. 1858, pp. 622-623,

    5) En 1843 s lo el filn Jaroso produca ms de 8,0(X) arrobas diarias de mineral y daba trabajo a 1795 hombres.

    (6) Cuevas de Vera, hoy Cuevas tle Almanzora, pas de ser un simple despoblado a superar los 16,000 habitantes,

    (7) La lasa de natalidad 49, 74/1 ,(X)0 registrada en la provincia de Almera en 1864, muy superior a la media espaola 38,9/1.000 es bien significativa de la edad de la poblacin dedicada ahora al laboreo de las minas,

    (R) Madoz P. 1845, DICCIONARIO GEOGRAFICO-ESTADISTI- CO DE ESPAA Y SUS POSESIONES EN ULTRAMAR. T. II, p, 53.

    (9) P. J. Contrcras en su OPUSCULO DEL ESTADO ACTUAL DELA MINERIA DE LA SIERRA DE G ADOR, Granada, 1836. p. 6.diec que las utilidades lquidas que resultan de la explotacin estndistribuidas en un nmero considerable de personas interesadas enlas minas, pues stas se dividen generalmente en diez, quince o veinte acciones, y siendo muchas las productivas, es visto que se enriquecen una infinidad de familias.

    (10) Emilio aflente Alcntara: CANCIONERO POPULAR, Ma

    drid, 1865, tomo 2, p. 469.(I) El andujarefio Rafael Romero ha grabado en varias ocasiones como cante de la madrug algn cante conservado, segn l, en las cuencas mineras de Jan de las muchos que entonces se conoceran bajo esta denominacin. Ver LECCION DE CANTE JONDO. RCA. Madrid, 1973. y CANTA JAEN. X Congreso Nacional de ActividadesFlamencas, Discos Aljarafe. Jan, 1982. Sin embargo, el hecho de que uno de ellos:

    Ay, e l co raz n, el corazn se me parte cuando pienso en tupa rt as. ..

    14

    coincida con una minera registrada por Chacn ha hecho dudar a muchos estudiosos M. Yerga Landiarro,Al go sob re los ca nte s de lamad rug ", CANDIL, n. 14, 1981, p. 19 sobre lu pretendida antigedad y autenticidad de e stos cantes,

    (12) A. Alcal Vcnceslada, VOCABULARIO ANDALUZ QUEFALTA EN EL DICCIONARIO DE L,A ACADEMIA ESPAOLA,

    Andjar, 1933.(13) En mayo de 1840, se haban denunciado ya 1,200 minas en esle distrito minero, ms dos lerdos de ellas desde enero de ese ao.

    (14) EL MINERO, Murcia, 25 de mayo de 1841. Citado en Juan Bautista Vilar, Pedro M" Egen Bruno y Diego Victoria Moreno: EL MOVIMIENTO OBRERO EN EL DISTRITO MINERO DE CARTA GENA-LA UNION (1840-1930). Murcia. 1987, p, 47,

    (15) Ver Mara Teresa Eslevan Senfs: l explotacin minera de la Sierra de Cartagena (1840-1919), SAITABI, XVtl, Valencia. 1967,pp. 211-234, y La mi ne ra car tag ene ra, 1840 -19 19 , MISPANIA. n101, Madrid, 1966, pp. 61-95.

    (16) La fusin de la cerusita fue posible gracias a la invencin del llamado horno atmosfrico, obra del farmacutico cartagenero JuanMartn Delgado,

    (17) La minera det plomo viva a expensas de las cotizaciones de la Bolsa de Londres, Cada crisis importante solfa venir acompaadade oleadas migratorias hacia Orn,

    (18) l;n 1848 ci valor de la plata de Almagrera se redujo a 89,364 marcos, justo la mitad de la media alcanzada entre 1+142 y 1845,

    (19) Antonio Gil Olena: Evolucin demogrfica del ncleo minerode i-a Unin,SAITABI, XX. Valencia, 1970. p. 207.

    (20) G. Garca Martnez: EL HABLA DE CARTAGENA, Murcia 1960, pp, 357-8 y 435-6.

    {21) La aldea de Alumbres, que englobaba El Garbanzal, Herreras, Portillan y Roche, pasa de 1564 habitantes en 1843, a 491 6 en 1860, ya 22,122 en 1877. En dicho ao un 36.72 %de su poblacin procedade otras provincias.

    (22) Como es lgico, el mayor contingente de inmigrantes procedentes de local idades v ecinas un 28,1091? lo proporcio n Cartagena,

    (23) Solamente en 1849 partieron de Lorca a las minas cartageneras

    4.049 personas,(24) ANALES DE MINAS, tomo II, 1841. p. 48.(25) Desde 1842, en que comenz a funcionar en Santa Luca la f

    brica Franco-Espaola para el beneficio de la galena argentfera en1840 el gobierno haba prohibido la exportacin de mineral no beneficiado , hasta 1859 las fund icio nes de la zona de Cartagena y LaUnin se abastecieron en gran medida de m inerales alnicrieuscs.

    Otro vehculo de transmisin fueron los mineros almerienses enriquecidos cu Almagrera que, tras la desamortizacin del suelo, compraron tierras en Lorca. Posiblemente uno de ellos cantara !a siguiente copla:

    f 17' ya n t u u x I , ^ ; ' 1

    *S2

    calidad. Rurdaccn mayor iianr !

    pules tendran lu tu r i v a r i e d a d e s

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    in;i minera registrada por Chacn ha hccho dudar a unas m. Yerga Lancharro, Alg o sob re os ca nte s de laANDIL, n. 14, 1981, p. 19 sobre la pretendida ami-ndeidad de estos cantes.cal Venceslada, VOCABULARIO ANDALUZ QUE

    IL DICCIONARIO DE LA ACADEMIA ESPAOLA,

    tyo de 1840, se haban denunciado ya 1.200 minas enincro, ms dos tercios de ellas desde enero de ese ao.1NERO, Murcia, 25 de mayo de 1841. Citado en Juan

    Pedro M* Egea Bruno y Diego Victoria Moreno; EL O OBRERO EN EL DISTRITO MINERO DE CARTABON (1840-1930), Murcia, 1987, p. 47.ira Teresa Estcvan Sens: La exp lot aci n mi ne ra de latgena (1840-1919), SAITABI, XVII, Valencia, 1967. y La min era car tag ene ra, I8 40 -19 19, HISPAN IA, n966, pp. 61-95.in de la cerusita fue posible gracias a la invencin del> atmosfrico, obra del farmacutico cartagenero Juanlo.era del plomo viva a expensas de las cotizaciones de ondres. Cada crisis importante sola venir acompaada ;rutorias hacia Orn.18 el valor de la plata de Almagrera se redujo a 89,364 / a mitad de la med ia alcan zada entre 1+142 y 1845.0 Gil Olcina: Evolucin demogrfica del ncleo minero5AITABI, XX, Valencia, 1970, p. 207. ca Martnez.: EL HABLA DE C ARTAGE NA, Murcia,8 y 435-6.:a de Alumbres, que englobaba El Garbanzal, Herreras,:hc, pasado 1564 habitantes en 1843, a 4916 en 1860, y ?77. En dicho ao un 36,72 % de su poblacin proceda icias.es lgico, el mayor contingente de inmigrantes prooe- lidades vecinas un 28,10% lo proporcion Cartage-

    :nle en 1849 partieron de Lorca a las minas cartagenerass.ES DE MINAS, tomo II, 1841, p. 48.1842, en que comenz a funcionar en Santa Luca la f- spaola para el benef icio de la galena argentfera enno haba prohibido la exportacin de mineral no benefi-1 1859 las fundiciones de la zona de Cartagena y Latccieron en gran medida de minerales almerienses.

    Abr em e q ue tra igo cap ay s om bre ro a lo lor qui no, camisa de cuatro lapas,

    , pa o ln de sed a fin o y b ot on ad tira de plata.

    (26) Ver MAGNA ANTOLOGIA DEL FOLKLORE MUSICAL DE ESPAA realizada por el Profesor M. Garca Matos. Hispavox S 66.171 y ANTOLOGIA DE CANCIONES Y DANZAS DE ESPAA con texto de Jos Blas Vega, Hispavox (36) 136 001/2.

    (27) Malaguea de madrugada. MAGNA ANTOLOGIA DEL FOLKLORE MUSICAL DE ESPAA. Cara 34, Hispavox S 66.171.

    (28) La creacin de La Unin, que englobara a Herreras y El Garbanzal, fue la solucin dada por el General Prim a fin de resolver los problemas que vena ocasionando la rivalidad surgida entre ambas localidades, Recurdese que la poblacin de Herreras estaba formada en su mayor parte por emigrantes almerienses. La constitucin definitiva del nuevo Ayuntamiento y la inaguracin de las sesiones municipales tendran lugar el I de enero de 1869.

    (29) VARIEDADES. Revista Minera, 1853, tomo IV, p. 406.

    (30) De 1863 a 1872 la produccin aumenta un 24% y la superficie demarcada en 2 millones de m2.

    (31) La Cruz, The Fortuna, The Alamitas, Stolbcrg y Westfalia,Adolfo Hasselder, Toms Sopwith, etc.

    (32) Ver Juan Franco Quirs, Una nueva ciudad andaluza: Linares1875,ACTAS DEL I CONGRESO DE HISTORIA DE ANDALUCIA,lomo 1, Crdoba, 1979, pp. 509-528.

    (33) De los 28.895 habitantes que tena Linares en 1875 un 64,70% haban nacido en otras localidades. De ellos casi el 70% eran andaluces, principalmente del resto de la provincia de Jan un 35,3% yde Almera y Granada un 42,7% . Un 2,2% proceda de Murcia,Ver J. Franco, Op. cit p. 512.

    (34) Enrique Naranjo de la Garza en su Inf orm e al I.R .S. sob re laclase trabajadora de Linares,INSTITUTO DE REFORMAS SOCIALES, Madrid, 1886, se queja de la importancia que en Linares haban adquirido los lugares de evasin y el consumo de alcohol. La raznde estos hbitos resida, entre otras cosas, en el precio de los alimentos. En efecto, mientras que un kilo de tocino costaba 2 ptas, un litrode vino no llegaba a 0,50.

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    El Cabogatero

    Si en las cuencas mineras almerienses hemos situadoel nacimiento de las tarantas, de Almera es el primer tarantera cuyo nombre ha llegado hasta nosotros: El Ca

    b o r te r o .

    Juan Martn, que as se llamaba El Cabogatero, barrenero y cantaor, habra nacido, a juzga r por su nombre artstico, en Cabo de Gata, hacia 1810. Muri en Sern el24 de enero de 1880. Todava se recuerda esta fecha porverdiales:

    El veinticuatro de enerode mil ochocientos ochenta,el veinticuatro de enero,en el puebo de Sernmuri El Cabogaterobarrenero y cantaor.

    Pero eso es prcticamente lodo cuanto sabemos de l.Juan Martn tuvo que vivir lafie br e m inera que sigui aldescubrimiento de! filn Jaroso tendra entonces cercade treinta aos y es ms que probable que trabajase enalgunos de sus tajos. El hecho de que su nombre haya

    pasado a la his tor ia es prueba eviden te de la fama y popula rida d que en su da tuv o que alcanzar.

    Su cante, como su vida, es uno ms de esos misteriosque rodean el nacimiento de los Cantes de las Minas.

    Hoy se le atribuyen algunas tarantas. Manolo de la Ribe-ra( l) ha registrado una de ellas. Su letra dice:

    Se lo dedico a Almeraeste catite por tarantas,se lo dedico a Almera,

    por ser a tier ra ms pobr eque Itay en Andaluca,

    pob rec ica p ero noble.

    Es una taranta bastante elaborada, y aunque su ejecucin no entraa excesivas dificultades, sus tercios conforman frases de una bella musicalidad. Pero, cre elCabogatero esta taranta?, cantaba as aquel barreneroque muri el 24 de enero de 1880? Son interrogantesimposibles de despejar. Todos sabemos las inexactitudesque puede llega a propagar la llamada transmisin oral

    de los cantes.

    Ei Ciego

    Otro de losalmnense es :Frasquito nacidango verdialx timineros y tonos L,

    de esos aficionados,go. que sin salir deTdos por mineros .que l mismo haba .esa malaguea teidadespus al Canario.

    Viva Madridviva Mlaga la belizy para puenotBarcelona y

    Nota*

    l! I

    (I) Manolo de 1 Ribera: Tarantas etc! Caboga tero. NUEVA GRAN

    ANTOLOGA. RCA, Madrid, 1979. Vol. VII.

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    ribuyen algunas tarantas. Manolo de la Ribe-strado una de ellas. Su letra dice:

    'edico a Almera

    nte por tarantas,edico a Almera,*la tierra ms pobrey en Andaluca,ica pero noble.

    ranta bastante elaborada, y aunque su ejecu-raa excesivas dificultades, sus tercios cones de una bella musicalidad. Pero, cre elesta taranta?, cantaba as aquel barrenero

    el 24 de enero de 1880? Son interrogantesde despejar. Todos sabemos las inexactitudes.lega a propagar la llamada transmisin oral

    s.

    de la Rihcra: Tarantas del Cabogatero. NUEVA GRAN

    .. RCA. Madrid, 1979, Voi. VII.

    El Ciego de la Playa

    Otro de los nombres mticos de la primitiva tarantaalmcriense es Frasquito Segura, El Ciego de la Playa.Frasquito naci all por 1840(1). En su garganta el fandango verdial se ti de aires y tonalidades nuevas, airesmineros y tonos levantinos. El Ciego de la Playa fue uno

    de esos aficionados, mitad poeta popular y mitad mendigo, que sin salir de las tabernas y aguaduchos frecuentados por mineros supo conservar y transmitir esos cantesque l mismo haba contribuido a desarrollar. Suya esesa malaguea teida de ecos levantinos que, atribuidadespus al Canario, engrandec i y populariz Chacn:

    Viva Madrid, que es la corte; viva Mlaga la bella,y para puer tos bon itos ,Bar celo na y Cartagena(2)

    No tas

    (1) Ver J. Blas Vega; Alm era ; Luc es y So mb ras del Tara nto. PeaEl Taranto, Almera, 1986, p. 16.

    (2) Ver J. Blas Vega: Boc eto pa ra una hist oria de l c an te de las mi

    Frasquito Segura muri, ya bien entrado nuestro siglo,como haba vivido: mendicando con su guitarra por lascalles de Almera y malvendiendo sus cantes por unascuantas monedas.

    Otros de esta primera poca del cante almeriensefueron Luis el Bilbano(3), descendiente directo de JuanMartn, El Cabogatero, y El Garruchero. Probablemente habra muchos otros ms que, como tantas otras cosas,han desaparecido para siempre de la memoria de las gentes.

    as,TEMAS FL AMENCOS. Ed. Danle, Madrid. 1973, p. 70,(3) Ver Antonio Murciano: Libro que acompaa la NUEVA GRAN

    ANTOLOGIA, RCA. Madrid, 1979.

    17

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    El Morato y el Pajarito

    Dos de esos hombres que de poblado en poblado y deventa en venta difundieron, y posiblemente enriquecieron, los cantes recin nacidos por todo el sureste peninsular fueron el Morato y El Pajarito. Una copla los recuerda juntos:

    Fueron grandes cantaoresPajarito y el Morato,tambin trovaron un rato;

    pero s u vida , seores,fu e la tart ana y el trato.

    De Pedro el Morato, sin duda el ms popular, apenasconocemos unos pocos datos biogrficos que lian llegado hasta nosotros en coplas que el paso de los aos hahecho lan populares como al mismo cantaor de Vera, Sa

    bem os que era alm eriense, natural de Vera, de pro fes intratante, y que andaba por esos caminos de Dios, pasando Jas mil y una calorinas, con su guitarra en la mano,dispuesto siempre a echarse un cantecto y a desafiar atodo aquel que se las diese de trovero.

    Me llam an Pedro el M ora to y soy n atu ral de Vera,Con mi guitarra en la mano,venga telay vaya tela.Qu telica de ve rano!(l)

    Soy del reino de Almera,en donde nacen los tempranos,

    y a l am anece r de l dame encuentro a Pedro el Morato vendiendo verduler(a(2)

    Ano che fu l al teatr oy vide a la em peratr iz; plat iqu con ella un rato y se l e ocur ri a decir: pa cantar , P edr o el M ara to(3 )

    Del talante humano de El Morato apenas sabemosnada. Se ha dicho(4) que tena fama de ser borrachn y

    pende nci ero yque le gustaba alardear de buen trovero el mejor; pero, qu trovero no ha presumido siemprede lo mismo? Su arrogancia, mantenida viva en la memoria de las gentes, ha terminado por adquirir la aureolade dato histrico. As lo confirma una copla reciente:

    Me llam an Pedro el M ora to, el mejor de los troveros,

    y lo sabe el mundo entero que de trovos tengo un ratoy tambin de verdulero(5)

    No es fcil sab er cmo can taba El Morato. Hoy se lesuelen atribuir algunos cantes:

    T"' Z * C S C 3 *':nasi_T,

    h err rt i u c o f ^ l f r ' ^ '

    Ahnera ti

    ST'.'ttfcsqi,ca Co d recwA .

    lh rcttjo

    Ya sabe usted quinw>ru>tne mire a mide ri o doy a rrujno de

    si no quiere ta recojovtenga usted cuiik,.

    Notas

    (1) Pepe * I*3EL H-AMF-NC0 ASTIGL

    1970.(2) Amonio

    d b . fi-amenc .

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    reino de Almera,le nacen los tempranos, anecer del daeniro a Pedro el Morato

    ido verdulera(2)

    fu a ! teatro i la emperatriz;

    con ella un ratocurri a decir:

    'ar, Pedro el Morato(3)

    e humano de El Morato apenas sabemosdicho(4) que tena fama de ser borrachn yy que le gustaba alardear de buen trovero ero, qu trovero no lia presumido siempre? Su arrogancia, mantenida viva en la me-gentes, ha terminado por adquirir la aureola

    rico. As lo confirma una copla reciente:nan Pedro el Morato,

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    Gabriela

    Gabriela fue una mujer cuya vida, envuelta en el mis-lerio, es hoy ms leyenda que historia(l). Hoy se la recuerda principalmente por una copla:

    And a y di!e a m i Gabr iela

    que voy pa las Herreras,que duerma y no pase pena,que antes que amanezca el daestar yo en Cartagena,

    Ella fue una de las pioneras del autntico cante de losmineros, del que se haca en las ventas y en las tascas delos poblaos y del camino de los tajos.

    Dicen que la t al G abr iela ,la de la copla minera,siempre fue mujer cualquiera;

    en el cante era canela y p or leva nte, pun tera.

    Era, segn dicen, una mujer pequeita, morena y guapa, muy guapa . Lleg a Las He rrer as all po r 1870 yabri un ventorrillo en la calle de Los Morenos. Dicenque vesta de luto y que a su lado siempre estaba un mozalbete de unos diecisis aos. Gabriela era una mujerseria y distante, que no daba confianzas a sus parroquia

    nos. Gabriela no era una mujer cualquiera.Ms de un ricachn de la ciudad minera poda dar fe de ello.

    Dicen que algunos sbados Gabriela tomaba una diligencia y desapareca; que no se la volva a ver por su establecimiento hasta el lunes. Haba versiones para todoslos gustos que explicaban el destino de estas salidas.Unos decan que Gabriela tena un amante en Murcia,otros aadan que se trataba de una personalidad importante y que, por eso, no quera dejarse ver por Las Herreras. Alguno rumoreaba que Gabriela se vea en las cercanas de la sierra con un hombre que se esconda de la

    ju sti cia porq ue ten a en su haber una muerte. Y el rum orse extenda, y se daban ms detalles: que era tartanero yque el asesinato haba tenido lugar en pelea de taberna.Finalmente otro rumor empez a cobrar fuerza y fueaceptado por casi todos: Gabriela era la amante del diputado don Antonio Glvez Arce(2), aquel bronco e intransigente poltico federal, cabecilla de la revolucin canto

    nal. Fue realmente el popular Antonete Glvez quienuna tarde le mand aquel recado que terminara hacindose famoso?

    que duerma y no pase pena

    No lo sabemos . Lo cier to, sin embargo, es que mient rasque duraron estos rumores Gabriela fue respetada.

    20

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    la no era una mujer cualquiera.Ms de un ria ciudad minera poda dar fe de ello,e algunos sbados Gabriela tomaba una d e sapareca; que no se la volva a ver por su esito hasta el lunes. Haba versiones para todosque explicaban el destino de estas salidas,

    in que Gabriela tena un amante en Murcia,an que se trataba de una personalidad impor, por eso, no quera dejarse ver por Las Herre-o rumoreaba que Gabriela se vea en las cera sierra con un hombre que se esconda de laque tena en su haber una muerte. Y el rumort, y se daban ms detalles: que era artanero yinato haba tenido lugar en pelea de taberna.: otro rumor empez a cobrar fuerza y fueor casi todos: Gabriela era la ama nte del dipu-ntonio Glvez Arce(2), aquel bronco e intran-tico federal, cabecilla de la revolucin canto

    realmente el popular Antonete Glvez quiene mand aquel recado que terminara hacin-50?

    luerma y no pase pena

    :mos. Lo cieno, sin embargo, es que mientrasn estos rumores G abriela fue respetada.

    Pas el tiempo y aquella mujer de ojos negros y misteriosos dej de escaparse los fines de semana. Entoncesempezaron as habladuras. Entonces se dijo y se cantque Gabriela siempre fue una mujer cualquiera.Gabrielaya no era Gabriela, era una tal, era la Gabriela. Sus parroquianos no se conformaron con manchar su nombre;

    parece ser que alr ede dor de su vent a se hac a de todo.Todava se recuerda alguna copla que, entre mofas,cuenta alguna de estas fechoras:

    El que se mee en esta esquina,se le rebaja el jornal,se le echa de la m ina,

    y pa que no lo h aga ms, se le corta la minina.

    No tas

    (1) Ver Jos Blas Vega: Tarantas por a Gabriela, TEMASI;t.AMENCOS. Madrid, 1973, pp. 46-49.

    (2) Ver Baleriota. G. HISTORIA DE DON ANTONIO CALVEZ

    Luego Gabriela anduvo de boca en boca:

    Toda mi sangre se hielacuando estoy en el trabajo,el tiempo corre y no yuela,

    yo quiero dej ar el tajo por que me espe ra Gabriela .

    Pero Gabriela desapareci de Las Herreras una tarde ynunca se volvi a saber de ella. Corra el ao 1885. Hoyla recuerdan los aficionados porque

    En el cante era canela y por Levante, pun ter a ,

    ARCE, Murcia, 1889. Ver tambin: Garca Abelln, J. GENIO Y FIGURA DE ANTONETE GALVEZ, Murcia, 1976.

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    Cafs de Cante

    Hacia 1880 el Cante de las Minas es ya una realidad.Lo siguen cantando los mineros en los ventorrillos, tascas y aguaduchos; pero tambin se canta en los tablaosde los numerosos Cafs de Cante que cada da florecenen los poblaos de las cuencas mineras de Almera, C arta-gena-La Unin y Linares-La Carolina. De algunos seconservan sus nombres: el Caf Espaa, el Lyon de Oro,el Caf del Paseo, el del Frailillo(l), en Almera; La Aurora, El Triann, Las Bombas, el Caf Habanero, el de!Sr. Diego, el Falda Pantaln, el Caf Tranva, el de la calle Palas, el de la Glorieta, el Gato Negro, la Pual, laBombilla, en Cartagena; el Caf de los Merclos(2), elCaf La Perla, el Minero, el del Pasaje de las Camece-ras, el Caf Marn, el Saln Regio, en Linares; el CafColn, el Cortijo Real, el Caf de Manoln, en la Carolina^). La mayora, sin embargo, desaparecieron sin dejarel menor rastro. Unos ofrecan cante con regularidad;

    otros lo hacan de una forma espordica. En algunos elcante alternaba con las variets y con las coristas delllamado gnero nfimo; en otros el cante era el nico

    pro tago nis ta. Uno s per manecern abie rtos ao s y aos;otros no pasaran de ser flor de un da. Ellos tambin de

    pend an ele la coy unt ura eco nm ica que dic tab a desd eLondres el mercado burstil.

    A estos cafs acudan cada noche pa rt id ar io s^ ) enriquecidos de la noche a la maana, comerciantes, .seoritos de familia acomodada, todos hijos de la nueva bur

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    guesa surgida del producto de las minas, todos con dinero y ganas de juerga. All beban, oan cante y alternabancon las prostitutas que terminaran convirtindose en elemento omnipresente de toda fiesta flamenca. All acuda algn que otro minero que quera ser artista, o quebus cab a en el can te la nica salida ante una irre vers iblemiseria:

    Me dej m edio c ega to el polvo de la s terreras.y ahora gano el pan que como cantando cartageneras.

    Unas veces estos cafs han sido descritos poticamen-te(5):

    Caf cantante. Humo de tabaco , agua turbia de losespejos. En el tablao, el guitarrista y las bailacras, con el mantn de Manila a lo morrongo" ylas grandes colas abiertas sobre la madera, como un pavo real.

    Oirs ha sido la prosa fra y descam ada la que nos hacontado cmo era el ambiente que rodeaba aquellos cantes y bailes que en ellos se hacan. Al Ingeniero Jefe deMinas de Linares, don Enrique Naranjo de la Garza(6),

    ;l c^ m o s l a n o ii 2

    tas ' ' s i tas qu, .

    ra d* dichos

    Estos. . cafs, stncs.va a la evolucin v S"eras y levantinos. En 2 3calidad y el pnofesiond

    B ee= B?, r\o jl /A - o ! CL

    Un segund o t ercio d e m enor di ficul tad:

    DjCc d l

    T so ~ M Z t Y\P c k A L r l a

    El tercer terc io rematad o c on ese final recortao, tantpicamente almeriense:

    - l i

    . r ! 1

    ___1

    i- F J -----------J J -7*v y i0

    - M Hayi dv

    L_ * r -----

    L Mit. C.M _ -

    El cua rto tercio, a base de tonos muy bilados en su mayor parte sobre la tnica, y ligE

    s'rtaM. ~ - i

    La tara nia se resuelve mod ulan do hacialimo tercio hasta encontrar la tnica:

    36

    b 1913 l f

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    n graba en 1913 el famoso:

    ! Soy de! Reino de Almera,del Reino de Almera,onde nacen los tempranos,amanecer del dancuentro a Pedro el M orato

    1vendiendo verdulera.

    ranta minera que encierra, como lodo lo queaestro jerezano, enormes dificultades inlcrprc-

    us rasgos ms caractersticos son los siguientes:Ay! inicial y un primer tercio valiente, con una

    ida sol a do sobre la primera slaba de

    U *

    T i CL

    -b

    o

    p e

    o

    z xJ l

    j e u e:

    j c l

    d y 1) dvSL '''fl. Cfc** - - JU "^O n pr o- rioS

    El cua rto terc io, a base de tonos muy bajo s, mod u- cam ent e al q uin to, que rep ite el mis mo rem ate que el f eriados en su mayor parte sobre la tnica, y ligado melddi- cero:

    X I .

    2 E

    0 i * 0 --- # ---- -

    i ;a *

    o

    ---------a i a - ne. ce/ ( tu CK. - - -

    i f

    TY \ l . L

    i T r r i - . a

    ' 'T ' '-t r

    a f e ) ~ r- ^ r . .~ vWen CUfc - - Cm f>!J n, Pt - oLo rc^ "to .

    La tara nta se resuelve modulando haci a abajo eLl-tirno tercio hasta encontrar la tnica:

    Chacn consigue as bellsimos arcos meldicos de Antes ya haba registrado varias cartageneras: las Nue va sub ida en el segundo con alar

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    una gran duracin sobre los que recorre una increble variedad de tonos, semitonos y enarmnicos. Unas veces,las ms, eleva la voz buscando y sosteniendo agudos, yotras comienzo del cuarto tercio la recoge para conseguir graves de dificilsima ejecucin. Don Antoniohace de este cante un modelo de taranta almeriense res

    petando con absolu ta fide lida d esos ecos tan ca rac ter st icos de la provincia de la plata, el plomo y el mrmol,esos finales recortaos presentes en los finales del tercer yquinto tercio.

    El mismo ao, 1913, haba grabado tambin las quellam Mineras Nu 1, unos cantes de similares caractersticas al descrito, aunque con la particularidad de que su

    prim er verso que da reducido slo a la prim era par le delsegundo:

    Ay! El corazn....el corazn se me parle cuando pienso en tus partas

    y cua ndo te t engo de lan tetos los males se me olvidan;

    ay!, vengo de perdonarte.

    Ay! qu madrug,madrugar y trabajar,subir y bajar la cuesta,a m me dan poco jornal,

    y eso a m no m e t rae cuen ta,ay! yo a la m ina no voy ms.

    v ' . ' t w i o ,

    -Tvt ,

    atribuidas a la Pearanda, Acaba, pen ita , acaba y Cmoquieres que en las olas: la que se le suele atribuir alRojo, posiblemente una de las mejores cartageneras registradas por Chacn:

    Y es porque tiro la barrena me llaman el barrenero,ay! porque tiro la barrena,siendo yo el mejor mineroay! que sale de Cartagena,ay! me llaman el barrenero.

    y la cartagenera que posiblem ente ms se ha cantado:

    Picaros tartaneros...Un lunes por la maanaay! los picaros tartaneros les robaron las manzanas ay! a los pobres arrierosay! que venan de Totana.

    Con ellas deja definitivamente configurados los rasgosdistintivos de este cante:

    Fuerte sub ida d e sol a re, una quinta ju sta en laprimer a p arte del prime r te rcio , segu ida de una cada quetermina en un acorde perteneciente al modo menor, unacadencia caracterstica de este estilo de cartagenera queno se da en ningn otro cante minero:

    I X ] J T Los p ox, Y$ +L - - he n>s - _L.

    Nue va sub ida en el segundo con alarpenlt ima vocal y rem ate idn tico al de l p

    J L

    1

    d C c A .

    Td a

    Lu. pe'''' p- V'.Cl

    ay! al comienzo del tercer tercio y des:co parecido al del primer verso con este re

    Un cua rto terc io iniciado con una modde tonos medios preparatoria para ese vi{miento sostenido que lo concluye:

    = # = 3 =

    e s fO W X aS

    [>rp.

    m" V

    38

    ya Iiabi'a registrado varias cartageneras: las Nueva sub ida en el seg undo con ala rgamie nto de la

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    ya Iiabi a registrado varias cartageneras: lasi a la Pearanda, Acaba, pa tit a, aca ba y Cmolie cu las olas; la que se le suele atribuir a!.iblemente una de las mejores cartageneras repor Chacn:

    orque tiro la barrenalaman el barrenero,

    orque tiro la barrena,

    io yo el mejor minero que sale de Cartagena,me llaman el barrenero.

    enera que posiblemente ms se ha cantado:

    ros tarta eros...mes por la maanalos picaros tartan erosbarn las manzanasa los pobres arri erosijiie venan de Totana.

    is deja definiiivamentc configurados los rasgosde este cante:

    : subida de sol a re, una quinta justa en lairte del primer tercio, seguida de una cada queiun acorde perteneciente al modo menor, unaaracterstica de este estilo de cartagenera quei ningn otro cante minero:

    Nueva sub ida en el seg undo con ala rgamie nto de lapenlti ma vocal y re mat e idn tico al del prime r te rcio:

    a CLu Xa v*a . v i*

    ay!al comienzo del tercer tercio y desarrollo meldi- fa tan comn en la mayora de los cantes relacionadosco parecido al del primer verso con este remate la, sol, con el fandango:

    Un cua rto terc io inicia do con una mo dulacin a b asede tonos medios preparatoria para ese vigoroso alargamiento sostenido que lo concluye:

    f e s - f o b a . 1 Ai: 4 - - - -

    r

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    Un q uin to terc io con otro ay! inicial y sin excesivasdificultades interpretativas antes de acometer el alarde de

    virtuosismo a que obliga el tercio final:

    'T

    = ^ - J B - i r a- - . C-- V * "Z

    - - - -

    Ala rgamie nto sos teni do a base de bellas y difciles meneos, irrepro ducibles para cantante s de otro s gne rosmodulaciones melismticas vibr atos tpicamente fia- musicales hasta el desenlace final:

    ce Ca^ \ /\W . --------- - ______

    L. Xi- . i__ 4= f ------- i

    1

    . I 1 0 m 9 ~ i

    y v'e h z

    --- * V

    o!e T "U. n

    * + i \ * # r

    o. - -----

    > IJ

    La discografa de las Minas de don Antonio Chacn secompleta con la taranta cartagenera en las etiquet asde las placas figura slo taranta, conocida hoy sim

    ple me nte po r cartagenera. Registr las siguientes:

    Son desabrioscon el viento variablelos aires son desabrios

    y dice n los cotilr atab les que el que se vea aburrivaya a trabajar al cable.

    De noche y dauna pena impertinentereina en m de noche y da,

    porque a m n me div ierteni tengo ms alegraque el rato que vengo a verte.

    De l sob eranollora una cartageneraa los pies del soberano;

    por Dios y p or lo q ue tu m s quier as,que no se lleven a mi hermanoal Pen de la Gomera.

    Con San Antoniodime qu tienes con San Antonio ,que tanto te acuerdas de l;San Antonio est muy alto

    y no te pu ede valer.Qu tienes con San Antonio?

    Mi alm at eres la flor de l oloroso romeraque a m me arranca el alma;

    y yo , co mo tanto te quiero ,voy siguiendo tus pisadas hasta dar con tu paradero.

    sabrs que tengo derechopar a q uita rte la vida ,porque yo te he co gido en W y cura rte la heridaque mi cario te ha hecho.

    A a de rech a te inclinassi vas a San Antoln

    y a la derecha te inclinas,vers en el primer camern

    r ' . t y ^ O

    - 4 > ag r SiA - - L- 1a

    A Ligera subi da con apar icin de uniwsv'7comienzo del segundo tercio y desam m*

    de medios tonos:

    $ 1

    Un t ercer t ercio con las m ismas ca-tCierJ dicas que el primero, aunque ms desancla

    mente, e idntico remate:

    40

    La vidasabrs que tengo derecho

    a ta Pastora divina, que es vivo retrato a ti.

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    T>

    J ' i * r ( t -TW r j f f ,* i

    r l - ' - - T05

    - _

    irreproducibles para cantantes de oros gneros:s hasta el desenlace final:

    . - f U n . ------------ _ _ .

    o x a z x- U - i

    "U . n 4. - - -

    Del soberanollora una cartageneraa los pie s de! soberano;

    or Dios y por lo que tu ms quieras,que no se lleven a mi hermanoal Pen de la Gomera.

    Con San Antoniodime qu tienes con San Antonio,que tanto te acuerdas de l;San Anton io est muy altoy no te puede valer.

    IQ u tien es con San Antonio?Mi alma' eres la flor del oloroso romeroue a m me arranca el alma; yo , como tanto te quiero,>oy sigu iendo tus pisadas tasta dar con tu paradero.

    para qui tar te a vida,por que y o te he cogi do en el echo,

    y curarte la heridaque mi cario te ha hecho,

    A la de recha te inc lina ssi vas a San Antoln

    y a la derecha te inclinas,

    vers en el primer camern

    v - . t

    En ellas dej impreso el sello de su propio estilo decartagenera:

    Un prime r tercio que finaliza en un si bem ol, lo quenos da la sensacin de una cada de medio tono, un remate que caracteriza esta cartagenera. Normalmente estetercio suele desarrollar musicalmente slo la ltima parte

    del segundo verso de la copla:

    x c o r ~ t A * ^ e - ^" toy

    Q = \ j m - 4 n 1 1f g 3 zE

    Lig era sub ida con apa ricin de un nuev o si bemol al

    comienzo del segundo tercio ydesarrollo musical a basede medios tonos:

    E

    iCL Sa- A ^ t o Jh -

    Un tercer terc io con las mis mas cara cte rs ticas mel dicas que el primero, aunque ms desarrolladas musical

    mente, e idntico remate:

    E l cua rto , preparato rio para ese dif ici lsi mo arco un pau sad o reco rrido a base de esos med ios tonos quemeldico que configuran los tercios quinto y sexto tiene tanto se repiten en este cante:

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    meldico que configuran los tercios quinto y sexto, tiene tanto se repiten en este cante:

    Una larg usi ma frase meldic a en sub ida y bajadaescalonada de muy difcil ejecucin y un iii sostenido ypenetrante que int roduce un end iab lad o des enlace fina l,

    construido a base de un largusimo recorrido de tonosenarmnicos con ese vibrato flamenco que ya aparecaen la cartagenera clsica:

    Estas grabaciones han sido y son una (de enseanza para cuantos deseen acercadlos. Lstima que don Antonio tardase taidecidirse a subir las escaleras de los estudi'eos!

    Don Antonio Chacn sent ctedra y tu'Los que le oyeron cantar no pudieron sustflluencia Manuel Torre, Cayetano Muri^Mlaga, Escaccna, Cepero, Jacinto Alrn^Vallejo y Pepe Marchena, por citar tan sl^

    No tas

    (1) Ver la excelente biografa, VIDA Y CANTE MIO CHACON, Crdoba, 1986. de Jos Blas Vega,

    (2)Ibidem, pflg. 189.(3) Ver . Blas Vega, Op, di , , 1973, pg. 70. ,(4) MARTIN EL DE LA PAULA EN ALCALA DP

    f e

    fl=Qrj DJ 'v

    f ^ a s e de esos medios tonos quefi te : * ^ cicce

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    m- f * L -e 1

    largusimo recorrido de tonos

    wltf'*1*0fl am en co clue ya apareca

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    la":

    Emilia Benito, la satisfecha

    Emilia Benito, hija de Joaqun Benito, barbero de LaUnin, completa la nmina de cantaoras famosas que tuvieron los cafs de cante unionenses. Desde muy jovensinti pasin por el cante, pero su padre hizo todo cuanto

    pudo por intenta r disu adir la: sin dud a reco rda ra a aqu ella cantaora que haba perdido la vergenza, o tal vez a

    aquella otra que siempre fue mujer cualquiera. No pudoser. Emilia se hizo artista. Le gustaba cantar. Disfrutabacantando para su pblico, por eso le decan la Satisfecha.

    Asensio Sez(I) ha trazado una bella semblanza, aunque sin duda exagerada, de sus cualidades cantaoras y desus actuaciones en La Unin;

    Apar eca en el escen ario , taconea ndo fu er te , solemne y segura a la vez, alegre, sonriente , satisfecha en una palabra. Satisfecha como su mismo ''alias", bandera de su propio destino. "Satisfe

    cha". Satisfecha de haber nacido. Si no lo poda remediar! Era tal la fuerza del torrente de la sangre. (/ue no le bastaba con la copla ,y haba de moverse y bailar, zascandileando de uno a otro lado,abocndose hacia las candilejas, huyendo hasta el

    jar dn pin tad o del fo ro o acercn dose has ta los rompimientos de los laterales para cambiar rpidamente un mantn por otro. Actuacin hubo en queluci hasta quince soberbios mantones de Manila

    (...) Mantones que se ajustany cien a las caderasy al ian el bus to apre tnd olo, mod elndo lo exq uis itamente.

    A veces enta blab a conv ersacin abierta con elpbl ico. C mo le gus taba a Emi lia este pal ique!Sobre todo en La Unin. Se levantaba el teln y se

    vea, por unos segundos, el escenario vaco: enseguida vena ella, majestuosa y popular, como una reina campechana que gusta acercarse a sus sbditos. Se adelantaba al proscenio, bajo los aplausos unnimes, interminables. Esperarse, esperarse".Que era tanto como decir: Aqu estoy yo para cantaros todo lo que queris y ms, porque me da la gana, pero no me vayis a negar un rato de conversacin, con lo que a m me gusta". Se haca el silencio, aunque desde arriba an segua cayendo

    po r mucho rato el gran aguacer o de los pi rop os y ditirambos de sus am igos los mineros:

    Viva el arroz con leche!(...) Casi siempre empezaba Emilia sus actuacionescon "el pico marro":

    Dale, dale, compaero,al pico marro que suene,que la piedra est muy duray el molin ico no m uele.

    Anda y dile a la Gabrielasi vas a las Herreras,que duerma y no pase pena,que antes que aman ezca el daestar yo en Cartagena.

    Nadie ha canta do des pus "la Gabriela 'ternura y exquisitez, con tanta pasin y

    Emilia triunf en La Unin y fue popular fUnin. Cant en los cafs de cante y en los te:

    44

    y ero inevitable que alguien le pidiese "la Gabrie la primera cantaora unionense que grab una placa{2).T d t L U i l id d f t l

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    r 3 a caderasf n d c ^ i o eXqUsi.

    i h!^ , rta con el

    f * e s < t e palique!

    o a < ' v teln y se

    ^ Vr c o : cnse-como una

    rs e a-* jas sbdi'

    ^ r > \ r aplausos

    , r ^ ' ^ s p e r a r s e " .. ^ s t o - y y V(J .ara P m < q ue me a

    > f? ? (feCWhada el

    ' a cayendo

    vpiro;.? y

    la":

    Anda y dile a la Gabrielasi vas a las Herreras,que duerm a y no pase pena,que antes que am anezca el daestar yo en Cartagena.

    Nadie ha can tad o de spu s la G abrie la con tanta ternura y exquisitez, con tanta pasin y gallarda.

    Emilia triunf en La Unin y fue popular fuera de LaUnin. Cant en los cafs de cante y en los teatros. Y fue

    (1) Op, cil. pp. 79-81 . .(2) Emilia Benito: La Voz de su Ama, nu 535: Guajiras y Malagtic-

    Todava cuentan en La Unin que su popularidad fue talque cuando regresaba a su pueblo, tras una gira por losteatros flamencos de toda Espaa, la reciban con bandade msica, porque se deefa tambin de ella que habadado rango y finura a los Cantes de las Minas(3). Esaera la Satisfecha.

    Emilia Benito haba nacido a finales del siglo pasado;vivi en el Madrid de Los Gabrieles y Villa Rosa, y di

    cen que tuvo amores con Amoito Grau Daucet, el hijodel Rojo. La Satisfecha muri, sin embargo, en 1962 enMjico sumida en la mayor pobreza; cuentan que termin sus das vendiendo cigarrillos y cerillas a las puertasde los cafs y salas de espectculo.

    as levantinas.(3) Hiplito Rossy: Op. di., pg. 217.

    45

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    Fin de una poca

    Hacia 1910 comienzan a detectarse los primeros sntomas de la futura crisis de la minera del sureste peninsular. La cuenca minera de La Unin, que va a sufrir un

    proceso de deg rada cin econm ica sim ilar al q ue ya haba padecid o la de Alm era , es un buen ejem plo de lo

    que, aunque con tintes menos dantescos, empieza a ocurrir en todos estos yacimientos.En los criaderos unionenses cada vez cuesta ms traba

    jo la ext racc in del mine ral y ste es de menor ley. Conla guerra del 14 la situacin se agrava: los precios caenespectacularmente en los mercados extranjeros. Durante1917 y 1918 se producen huelg as en toda la cuenca m inera. Se cierran las primeras minas y comienza a sentirseel paro. Durante su poca de esplendor econmico LaUnin no haba sido capaz de crear las industrias derivadas y complementarias que hubieran paliado estos problemas .

    Y comienza la emigracin:

    Adis, Cartagen a h ermosa, pla ceta d e la Merced ,calle de los Cuatro Sanios,Cundo os volver a ver?

    Primero a las minas de Linares, luego a cualquier parte. En 1920 La Unin haba perdido la mitad de sus ha

    bitan tes. En 1921 el Ayuntam iento de Car tage na tiene

    46

    que intervenir: facilita el pasaje para Barcelona, Madrido Melilla a aquellos que lo soicitan(l). Y la emigracincontinu(2).

    La Unin se despuebla y se desmorona. Centenares decasas son demolidas para vender la madera y el hierro en

    Cartagena. Se ven calles y calles llenas de escombroscon alguna que otra pared maestra todava en pie.

    Asensio Sez pinta as el panorama desolador de lasierra minera:

    Terrible cuadro el de la sierra con las minas para-das en un silencio funera l. Bocas de sepulcro seme

    jaban aho ra los pozos de las mina s,ya sin el eco yel bullicio de la voz de los hombres. Donde hasta ayer se alzaba la victoria del trabajo, el ritmo vertiginoso de la faena minera, hoy slo creca, entreel polvo y la hierba, la estampa de la muerte y la soledad: vagonetas detenidas sobre los rales que

    comenzaban a oxidarse, lavaderos parados, con telaraas; castilletes cuyas cintas de acero enmoheca la lluvia, inmensas piladas de minerales abandonadas, centenares de chimeneas apagadas(3).

    Los mineros que ya no tienen ni edad ni fuerzas paraempezar otra vez slo tienen una salida: la mendicidad.Cada maana, al amanecer, aparecen por fas calles deCartagena los mineros parados de La Unin. El troveroMarn lo cuenta as:

    Vierte sangre el coraznviendo con vergenza y pena

    nados y los mineros que todava seguirn ejerciendo rutinariamente su antigua profesin. De algunos an se re

  • 8/10/2019 Jos Luis Navarro y Akio Iino, Cantes de Las Minas

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    enir: facilita el pasaje pan Barcelona, Madridi aquellos que lo soicitan(l). Y la emigracin)

    n se despuebla y se desmorona. Centenares delemolidas para vender la madera y el hierro en

    Se ven calles y calles llenas de escombros

    que otra pared maestra todava en pie.Sez pinta as el panorama desolador de la:ra:

    >le cuadro el de la sie rra con as minas pa rai un silencio funera l. Bocas de sepulcro seme- ahora los pozos de las minas, ya sin el eco y icio de la voz de los hombres. Donde hastae alzaba a victoria del trabajo, el ritmo verso de la faena minera, hoy slo creca, entre vo y la hierba, la estampa de la muerte y aid; vagonetas detenidas sobre los rales queizaban a oxidarse, lavaderos parados, con te-

    ts; castilletes cuyas cintas de acero enmohe- lluvia, inmensas piladas de minerales abanas, centenares de chimeneas apagadas(3).

    ros que ya no tienen ni edad ni fuerzas paraa vez slo tienen una salida: la mendicidad,na, al amanecer, aparecen por las calles deos mineros parados de La Unin. El trovero-na as:

    mendigar en Cartagenalos mineros de La Onin(4).

    Los palacios levantados en La Unin y Cartagena porlos empresarios mineros Casa del Pin(5), Palacio deAguirre(6), de Martnez Pida!(7), de Cervantes(8) y[os edificios pblicos hijos de la pasada prosperidad minera Mer cado Pb lico de La Unin, Ayu ntam iento,Banco de Espaa y casino de la ciudad departamental,son ahora testigos mudos de tanta m iseria.

    Los cafs de cante de La U nin haca ya tiempo que sehaban ido cerrando uno a uno. El ltimo, el de la Plazade Joaqun Costa, convertido en cabaret, terminara envuelto en llamas.

    En Cartagena an quedaban algunos en el Molinete ysus aledaos: el Caf de la Pual, en la calle de la Aurora, donde todava habran de escucharse la voces de NioMedina y Jos Cepero(9), El Gato Negro, La Bombilla yel clebre Triann, sobre cuyo escenario se exhiban lastonadilleras del llamado gnero nfimo. Ya no era como

    antes. Una poca haba terminado.Linares aguanta mejor el temporal, pero su minera

    tampoco volver a vivir el esplendor de antao. Aqutampoco se va a seguir derrochando el dinero en nochesde juerga y de cante. Ya slo de tarde en tarde habr es

    pec tcu los flam encos con arti sta s ven ido s de fuera.En estas circunstancias los cantaores locales empiezan

    tambin a emigrar. Madrid ser en adelante el centro deatraccin para lodo aquel que quiera vivir del cante. Allterminarn marchndose los linarenses Basilio y Andrsl leredia Pacheco el Bizco,j Ant on io Ru bio el Calato deJdar, el cartagenero Juan Baos El Fanegas, etc., etc, Yall llegarn con ellos las tarantas y las cartageneras.

    El cante de las minas, sin embargo, no llega a desaparecer de las cuencas mineras. Lo conservarn los aficio

    cuerdan los nombres: Pedro el Pescaero, el Grillo, elPoyo, Diego el Vagonero, El Sordo, El Tonto de Linares, Los Heredias, los Genaros, el Bacalao, AntonioJimnez Madrigal el Pelijas, Pepe Villanueva, Marn elArriero, todos de la zona minera de Linares; Toms elAntiguo, Juan el Apaao, Boscadas, Antonio el Porcelana, Manolo Peralta, Paco de la Fuente, etc., de lacuenca minera unionense; y los almerienses Luis el Bil

    bano, descendiente directo de Juan Martn el Cabogalc-ro, el (arruchero, Luis Vlez Masquesietc y Pepe elMarmolista. De otros incluso se recuerdan algunas tarantas. Juanito Valderrama( 10) recuerda a ese gran taran-tero aficionado de Linares, c! Frutos, conocido tambin

    por el T onto Car ica Dios, del que dice que hac a la t ara nta:

    La s l lam as llegan al cielo...Ya est el fuego encendi

    y las llamas l lega n a l cielo;

    el que se queme que sople, que yo por nadie me quemo ay! que yo por nadie me quemo.

    Uno, en especial, se recuerda hoy como maestro de muchos y creador de escuela propia: Luis Soriano Cabrera,el Cabrerillo, nacido en Linares en 1898, minero de

    prof esi n. El ense n ms de una taranta a su buen amigoPepe Marchena. Dicenfl 1) que el Cabrerillo lleg a im

    pre sionar un par de placas de las que, des afo rtu nad am ente, hoy no parece quedar el menor rastro. Luis Soriano

    muri en 1939, cuando slo contaba 41 aos.Iodos ellos ensearon las tarantas que conocan acuantos quisieron llegar a ser buenos taranteros.

    47

    Notas

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    48/145

    (1)Q, Guica: El cante minero, Aspectos histricos y musicolgicosde su desarrollo, 2" parte. X CONGRESO NACIONAL DE ACTIVIDADES FLAMENCAS, Jan, 1982. pp. 62-63.

    (2) Entre 1910 y 1920 emigran 6,014 personas, de 1920 a 192410,557 y de esc ao a 1930 11.176,

    (3) A, Scz: Op. cit., 1957. p. 173.(4) A. Roca: HISTORIA DEL TROVO, CARTAGENA-LA UNION

    (1865-1975), Cartagena, 1976. p. 52.(5) Propiedad del empresario don Joaqun Pcflalver Nieto, en LaUnin.

    (6) Situada en la Plaza de la Merced. Cartagena.

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    (7) Esquina de Jara y Aire, Cartagena.

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    D # \

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    Basilio y Manuel Tone

    Basilio, gitano de Linares, primo del genial RamnMonloya, fue uno de los cantaores que emigraron de suciudad natal cuando, el ambiente flamenco empez a de

    ja r de se r lo que hab a sido. Vivi en el Madr id de pr imeros de siglo y fue, segn cuentan, un gran tarantero.Antonio Mairena(l), en su obsesiva cruzada de dignifi

    cacin de ios cantaores gitanos, sola contar la siguienteancdota:

    Era una fiesta en la que estaban algunos seoritos con Chacn , as como Ramn Monloya, el Tripa y otras personas. Haba all un gitano de Linares llamado Basilio, que, por lo visto, era algo extraordinario en las tarantas y tarantos. Aquella noche el

    Basi lio can t tan bien que ecl ips al propio Ch acn, y ste, que era muy soberbio cuando a los presentes les gustaba otro cantaor ms que l, cosa que para l sera difcilmente soportable, teniendo en cuenta el alto pedestal en que se encontraba, no

    per mi ti que nadie pa gar a la fies ta , y fu e y pa go i.

    Evidentemente, slo otro cantaor gitano poda eclipsaraquella noche a Basilio, y ese no poda ser otro que Manuel Torre. Pero dejemos que sea Mairena quien nos termine de contar esta historia:

    Luego le dijo al Tripa que llamara a Manuel Torrea Sevilla y que le dijera que cogiese el primer tren

    y se p res en tar a en Madrid. ElTripa llam por telfo no a Sev illa , mient ras Chacn se que dab a conMontoya y los otros en Los Gabrieles,

    Cuando, muchas horas despus, lleg Manuel Torre a Madrid, lo estaba esperando en un coch e el

    Tripa, v se lo llev a Los Gabrieles, contndole porel camino todo lo que haba ocurrido. En Los Gabriel es se encontraron con que la fies ta segua, Chacn estaba en mangas de camisa, con la cabe

    za apo yad a en los brazos sobre una mesa . Cuandoentr Manuel, Chacn le dio una botella de un vino amantillado, que Manuel se bebi casi de seguidoen dos vasos muy grandes. Quiso Chacn que cantara Basilio, y ste lo hizo por tarantos:

    Desde mi casa yo veola fragua de To Laureano,a Femando y la Raqueta

    y los ojos negros de mi hermano(2 ).

    Luego, cua ndo iba a cantar Manue l Torre, Mo nto ya le fu e a t oca r po r se gui riyas, p ero Ma nue lle dijo:

    Sigue por ah.Se templ Manuel de jornia impresionante y se

    puso a can tar lo mismo que haba can tad o Basi lio.Y daba escalofros escucharlo;

    Des# \lu fr.'-\

    /V,aguan,u,la A

    en sutarbp(

    V, &1- 1"fi'Vpit1

    nrquf:

    'flli''i

    Mairena c, tc 20 , y n o s|jeque*y linarense como |i:""como seala Bl;i> Ide alguna ianJr;1,lio, como el prcSi# '

    ran tero de cncepci11! '/Manuel Soto I^Jl

    que sea necesariaMairena, un mae?,!\lanta, el taranta y 1sones desgarrado*^gilano ile Jerez.

    Se sabe quei ras di1 Jan. Dur111>'aprendera estos CL, ILinares, de Mart fr

    1

    T

    T

    un cante hecho a J j tercios ligadas yese final recO^aO

    50

    Desde mi casa yo veol f d T L

    Murciana(), aquel amor apasionado y turbulento de suj t d i t l t lid d d l

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    la fragua de To Laureano...

    Nada m s di jo eso y ya aquel lo no se po da aguantar, Basilio agarr una botella y se la rompien su propia cabeza, y a Chacn tuvieron que sujetarlo porque se quera tirar por el balcn.

    Mnirena sita este acontecimiento all por los aos 18 20, y nos dice que se io cont el propio Tripas, gitanoy linarense como Basilio. Es, desde luego, muy dudoso,como seala Blas Vega(3), que todo esto sea cierto; pero,de alguna manera, viene a reflejar tanto la fama de Basilio, como el prestigio que Manuel Torre tena como tarantera de excepcin.

    Manuel Soto Loreto (1878-1933), el Torre, fue, sinque sea necesario aducir las fabulaciones de AntonioMairena, un maestro de los Cantes de las Minas. La ta*ranta, el taranto y la cartagenera adquiran en su voz lossones desgarradores que transmita la voz del hoy mticogitano de Jerez.

    Se sabe que Manuel Torre haca frecuentes viajes a tierras de Jan. Durante ellos, en compaa de sus galgos,aprendera estos cantes de los cantaorcs aficionados deLinares, de Mai1os(5), de Jan. O fue quizs Pepita la

    juv entud , su pri me r ma est ro en las ton alidades de loscantes mineros?

    Hoy la palabra taranto no puede por menos que traernos a la memoria el recuerdo de aquel genial gitano jerezano. Manuel Torre, afortunadamente, dej registradosun par de ellos:

    Ay! que dnde andar mi muchacho...ay! hace tres das que yo no lo veo,dime dnde andar m i muchacho:si estar bebiendo vinoo andar por a h borracho.

    Ay! darme la espuela...Ay! corre y dile a mi primico hermano,

    po r D ios, que me den la espuela;me apareje el caballo tordoque me han robao a La Malena

    ay! que yo de penita me vuelvo loco.

    Un cante, especialmente este ltimo, en el que al templa rse ya apa rece ese Ay qu que se ha hecho caracterstico del taranto actual:

    un cante hecho a base de sentimiento y medios tonos contercios ligados segundo y terceroque se remata conese final recortaoalmeriense:

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    Ah estn aiPa, acaba y lu !;l^ |variables. A h ^ lgenera:

    lo mismo que el cuarto y quinto, que conforman un arcomeldico que inicia con una subida que alcanza el agudomximo de este cante seguido de una cada brusca una

    secuencia musical de difcil imitacin por ese matiz tansuyo que Manuel Torre Saba darle y que concluye conotro remate tpico de Almera sobre Materia:

    Kn todos losnosotros se Hp1

    Not as

    (1) A. MaircM' / 7Sevilla, 1976. pp. f i

    (2) AntonioORO DEL CAN't 7

    (3) J . Blns Vcg^/j(4) M. Urlxiiu* /

    JIENNENSE, 3a

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    4----------

    p n Vhi c o W

    tO. - I

    j t a c!in por ese mat iz tan| j e - y que concluye conM rcMalena:

    -0------0

    m m 'U n r 0

    F s M t i

    J 2 ,y y 4 p ni "fa, Vu 1 o co

    All estn adems la cartagenera clsica, Aca ba, p a ti

    ta, acaba y la taranta cartagenera. Como los tiempos sonvariables.Ah est tambin grabada su otra taranta cartagenera:

    Ay! un refajo...As que cobr e yo en la m ina yo te voy a com prar un refajoVunas naguas blancas muy finas que a ti se te vea por abajoay! media vara de percalina

    En todos los cantes de Manuel Torre que han llegado anosotros se aprecia todava, a pesar de las dificultades

    No tas

    (1) A. Maircna: LAS CONFESIONES DE ANTONIO MAIRENA, Sevilla. 1976, pp. 76-77.

    (2) Antonio Maircna ha registrado csic taranto. Ver LA LLAVE DEORO DEL CANTE FL AMENCO, Hispavo*. Madrid, 1964.

    (3) J, Blas Vega: Op cit. 1986, p. 76, nota 23.(4) M. Urbano: GRANDEZA Y SERVIDUMBRE DEL CANTE

    JtlNNENSE. Jado.. 1982. p. 29,

    tcnicas que las placas de aquellos das raramente logra

    ban supe rar, el eco est rem ece dor e inconf und ible de suvoz y esa manera lan suya de decir los cantes, una formaque puede generar tanta belleza flamenca como la queChacn cre con su exquisito sentido de la musicalidad.Una belleza que radica en la jondura de los sentimientosque el cantaor comunica y en la jondura con que los comunica. Algo que rebasa las fronteras del concepto occidental de la belleza y que permite que el flamenco puedaser sentido y apreciado por pueblos de culturas diferentes. Algo que, en definitiva, es lo que hace del flamencouna msica universal. Manuel Torre cre, como genialcantaor que era, su propia escuela: Pepe Torre, Toms

    Torre, Pastora Pavn y Antonio Mairena. Ellos han mantenido viva su forma de ca ntar por Levante.

    (5) En Marios, cuenta Miguel Calvo, otra de su .raficiones era la de irse a la taberna de Mantn el Tocaor" a escuch ar los cantes en bocade los aficionados locales, a Manuel le cant mi padre, Citado por M,Urbano: Op. cit,p. 36.

    (6 ) M. Barrios: LA SEVILLA DE MANUEL TORRE, Sevilla, 1982, p. 32.

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    liu 1909 Antonio Grau Daucet march a a Pars y la relacin Grau-Escacena acaba. El hijo del Rojo seguira

    Yo soy la vendedoraque en el Imperio

    d l

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    .jomo cantaor y all alcanz cierto renombre,i se traslada a Madr id, donde re sidi ra hasta su) J flamante capital del mu ndil lo flamenco

    ftde la Marina y en Fomos. Durante estosos Madrid tienen lugar dos encuen tros

    'cs Para su futura carrera como artista(3),b nncL';iBasilio, un primo de Ramn Montoya,Cl"lt) tarantera; de l ap rende E sca cen a los

    ui mires y( por l, se afic iona a ello s. M s larde una pensin con el joven An to ito Grau1 oniu Daucet haba na cido en M laga en laliia ]|ega(j 0 a Madrid con la intencin de

    Ietras- EI cantaor sevillano introduj e ' Alpargatero cu los ambientes flamencosk yjunios actan en juerg as y reun iones. Sonj, n|cs ambos. Escacen a tiene la oport uni-[ ry asimilar los cantes del Rojo y de todosI lJlas que Antoito Grau haba od o cantar

    ^su padre; cantes que el hijo de el Rojo tena-ces en a memoria. A ntonio Grau tiene oca-conirurse con el cante y dar los primeros pa-

    Wroiesional de este arte. Precisamente, eni m c

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    ,en el barco de tu anhelo, de tu anhelo en el barco que ya estn los peces en calma;

    yo vivo con el r ecelo ,

    - - fu 3_ h h e -

    Ccr>i \J V. fl

    |o c i e i u ^ n W - - lo c u - c ,|

    con los tercios alargados a liase de repetir palabras y palabras.

    Esta es su estructura musical:

    eso a m me [laman, xieflPwwe llamanque pescador de tu arroylo, de tu arroyuelo,

    de tu arroyuelo.a l ej an o

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    cios alargados a liase de repetir palabras y pa-

    ;u estructura musical:

    CcTH v ilb 1'- f l

    'T '3 /7 N

    y e i/ l/o

    - L ) e inpo

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    p pLa ltima que registr, aquella popular Taranta del ve

    rano, tal vez escasamente conocida, es otro buen ejemplo de su consum ada maest ra com o tara nte ra:

    Ay! que yo no me divierto, no me divierto ay! estoy pasando un verano

    y q q y g

    Una taranta que, aunque apenas tiene marcados altibajostonales, suena melodiosa dicha con la voz y en el estilode este cantaor:

    y una segunda parte tercios cuarto, quinto y sexto mnicos y que puede sealarse como forma caractersti-totalmente ligada, una nueva aceleracin sobre lina esca- ca de ligazn de los dos ltimos tercios en muchas taran-la de paso ascendente en la que abundan los tonos enar- las y tarantos:

    58

    con una endiablada y vivsima aceleracin de ritmo alrematar el tercio ligndolo con el tercero:

    u : c e H -

    Escacena tena ui'aha idnea para estos

    El 10 de juni o tte 1 ,.satisfaccin de su vId1*,canta ante Alfonso XII* l >'por Chacn , tiene luSa(vn du la vi sita a EsPai'u / / tambin Manolo Pvrt V

    puesto, d on A nton i0^ 1 1

    l'.l I de mayo ^

    Notas

    (11A. Murciano: O/" '1< - > Caiii .icho

    N.NCO, Madrid, ll7;na: Op 1" * ' l I- Blas Vck;

    pL ci a * ve ra.

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    Nio de Cabra

    Cayetano Muriel Reyes, Nio de Cabra, quizs el msfiel discpulo de don Antonio Chacn, fue otro de loscantaores que jugaron un papel destacado en la difusiny conservacin de los C antes de las Minas.

    El Nio de Cabra tena una voz muy parecida a la del

    maestro jerezano y, lo que es an ms importante, sentapor l verdad era devocin: esta ba con ven cido de que suscantes ya no podran ser mejorados jams. Por eso, losreprodujo con exactitud y respeto y los difundi tanto enlas giras que desde Benamejf realizaba por los pueblos yciudades de Crdoba, Sevilla y Mlaga, como en las celebradas actuaciones que tuvo en el Novedades de Madrid y El Dorado de Barcelona.

    Cayetano Muriel dej adems una extensa discografaen la que ocupan un lugar relevante las cartageneras yesa grabacin modlica del fandango de Cartagenacartagenera chica la llaman algunos, verdadera reliquia del cante levantino, posiblemente uno de los ms

    prim itiv os. Un cante que hoy se halla incomprensiblemente condenado al olvido. Estas son las letras que lcant y registr como fandangos de Cartagena:

    Ay! A la corriente d e agua...a mi me han dicho que se estaba criando

    la yerbabuenaa la corriente deI agita,

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    Para que vienes en busca ma si me has de olvidar maana?Se cra la yerbabuena.

    En el golfo de Len...

    aunque vayas y te baesen el golfo de Len,

    no te has de quitar la mancha que de m te se qued;aunque vayas y te baes.

    Y esa cuya letra deja entrever, por su sabor a campo ya huerta, la antigedad de estos cantes:

    Ay! En mi burro mando yo...yo soy el am o del burro ;en mi burro mando yo; cuando yo quiero le digo: arre!,cuando quiero digo: so!,que yo soy el am o del burro.

    Unos fandangos que Cayetano Muriel haca templndose primero, como se hace con los cantes grandes, conun ay! al comienzo del primer verso, estirando las vocales y alargando los tercios, para terminar ligando los dosltimos con un iiipenetrante, muy similar al que Chacndaba al rematar el quinto tercio de la taranta cartagenera:

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    Para que vienes en busca ma si me has de olvidar maana?Se cra la yerbabuena,

    En el golfo de Len,.,aunque vayas y te baes

    en el golfo de Len,no te has de quitar la mancha que de m te se qued;aunque vayas y te baes.

    uya letra deja entrever, por su sabor a campo yla antigedad de estos cantes:

    Ay! En m i burro m ando yo...yo soy el a mo de l burro; en mi burro mando