José Quiñones. CAMINO DE LA VERDAD.

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BÉMercaitil ne Fío,-Rico SÁBADO, DE MARZO DE 1884. CAMINO DE LA VERDAD. 111. Decía Don Alfonso*, X, entre >%all& levantis- co y rebelde: “Lo que facerles es contra fuero é contra derecho, é non podedes decir quel Rey vos desafuera, mas vos os desaforades. E debedes catar lo que vos puede venir deste fecho.’ El mismo Monarca, el inmortal jurista de las Partidas, e cribía al infante D. Fernando: “Cuando* orne recibe mal á fuerza, esto non maravilla; mas cuando se lo face él con su mano, este es el mayor quebranto que ser puede. Remontándonos al Rey sábio y poeta, pensando en sus desven- turas, en las enormes ingratitudes de que fué objeto y que acibara- ron los últimos preciosos dias de gu vida, recordamos al azar las sentenciosas y elocuentes palabras que acabamos de transcribir. ; Y, coincidencia singular ¡ Ellas nos trajeron á las mientes ciertos episodios del partido reformista, ciertos detalles que dan la. justa medida de sus extravíos é incon- secuencias, que dan á comprender hasta qué límites llevan esos hom- bres su desapoderada intransigen- cia y su descabellada intemperan- cia en el orden político y social; detalles, en fin, que talVez para el criterio ajeno á nuestras contien- das nada signifiquen en puridad, pero que á nuestro juicio son ras- gos fisiológicos y por todo extre- mo gráficos en el organismo de- fectuosísimo de esa agrupación; detalles que por solos la retra- tan, que no nos es posible pasar inadvertidos, y hoy menos que nunca. Las palabras del Rey legislador vienen ó ser el mejor proemio de este artículo ¿pero qué proemio? más que proemio; la síntesis, el tema capital de nues- tras consideraciones de hoy, la norma del camino que vamos re- corriendo en busca de la Verdad. Porque ese partido que, como todos ven y han visto, tan cruda fuerra, tan implacable guerra ace á la comunión política que ha escrito como dogma fundamen- tal de sus aspiraciones y de su* principios y de sus labores el santo lema de la integridad pátria en América, en este terrón her- moso de la tierra hispana; porque ese partido reformista que de ma- nera tal, que con encono tan ciego combate, sin pararse en los medios ¿ veces, y quizás observando un satánico aforismo de Maquiavelo, ála colectividad leal y honrada que ha conqui-tado con su persis- tencia y sus merecimientos todas las reformas útiles y convenientes que en Administración y política disfruta este país idolatrado; por- que el partido que guerra tan ingrata y sin cuartel hace al nues- tro; porque el partido que ha estado ayer y está hoy en pugna con los Gobiernos y las Autori- dades por sus exigencias insacia- bles, por fútiles caprichos casi siempre en la apariencia; ese par- tido, decimos, no cesa de gritar un dia y otro, arrojándonos su- quejas á la cara, y hollando el más puro sentimiento de justicia, que los Poderes no tienen con- lianza en él, siendo tan español como el que más; que los Poderes le tienen proscrito y desairado, siendo tan leal y tan sensato como el primero; que los Poderes, en fin, á cada una de sus solicitudes contestan con eterna negativa, con desdén eterno, siendo él tan digno, tan merecedor como el que en mayor giado lo sea, de la pre- dilección de los Gobiernos, de la señalada estimación y marcada preferencia de los Poderes y de las Autoridades. Y á favoritismos que no existen, y á monopolios imaginarios, y á prevenciones que son un sueño de su acalorada mente, culpa el tal partido eso que él llama su deshe- redamiento y que no es más que una quimera, quimera que, á cons- tituir una realidad, debía, mejor que poner en sus labios un clarín de difamación, sellárselos con candente sello. Porque, hay que decirlo, ellos, en tai caso, antes que reformistas vejados, antes que liberales deprimidos, tendrían que llamarse los Esaús, pero Lsaús contumaces de nuestras políticas contiendas. No se culpa á mismo esc partido, no; no culpa á sus erro- res, á sus volubilidades; no re- cuerda su historia; no recuerda Eor qué estuvo siempre y está oy en riña abierta con aquellos á quienes atribuve la cama de sus caídas. En la Madre Patria no hubo una situación gubérnamen r tal contra quien no rompiera lanza* con suicida desenfreno. Aquí no vino un Mandatario á quien no osara imponerse, con quien no se encarase para exigirle primero con bravatas, para pedirle cuentas después, para ofenderle por últi- mo como al más insignificante dt los ciudadanos. Y esto es el Evangelio puro; ved, sino, lo que acontece hoy. Una vez, en el lapso de diez años, quiso ese par- tido echar un pujo de legalidad \ de abnegación ofreciendo su ron- curso al Gobierno en unos Comí cios generales de Diputados á Cortes. laé ello en tiempo de D, Segundo de la Portilla, varón que ya descansa en la eternidad. ¿Y qué sucedió? Todos lo sabéis. ¿A qué relatar una vez más aque- lla jugarreta? Hay recuerdos que no son para evocados en mo- mentos como éste. Hay memo- rias que no debieran surgir jamás en el espíritu. Yva lo veis. F.se partido á cada instante, ese partido, ince- santemente, á la más pequeña decepción, al más mínimo contra- tiempo, se hace, se hizo, quiere hacerse incompatible con los Go- biernos que allá son el Supremo Poder, que aquí representan á las más altas instituciones. jTan delgado y "quebradizo es el hilo de sus vínculos con el orden, con la buena política, con la Autoridad que forma en estos paises el firmí- simo, el sólido y perdurable escabel del imprescriptible derecho es- pañol! Para onrar así, para blin- dar tan irrisorias alianzas que nadie le pide, para vivir tejiendo y destejiendo, como la mujer de ITlises, esa urdimbre deleznable de amistades y enemistades, de afecciones egoístas ó instables que so 1© un momento duran, valiérale más echar definitivamente á un lado las eventuales protestas á que de cuando en cuando recurre como á tabla salvadora en el mar alborotado de sus desaciertos. V 7 afiélale más que de una vez para siempre desplegase al aire la bandera de guerra, si es que á perseguir inexorable la razón y la lógica vino á esa arena donde no se sabe ya qué misiones desempe ña. Aquí urgen situaciones fran- cas y despejadas. ¡Alumbre á todos la luz solar que para todos reverbera, y mirémonos ála cara, fijo cada cual en su respectivo puesto; que así es como se lucha leal y buenamente por una causa y una idea! Pero ese partido que aquí, don- de todos debiéramos confundirnos en una sola aspiración, en un solo .pensamiento: el derecho incondi- cional y el prestigio indiscutible de España; pero ese partido que aquí con nadie vive en paz, debie- ra tomar ejemplo fecundo y pro- vechoso de nuestra abnegación, de la fortaleza de nuestras con- vicciones. ¡Pues qué! ¿Creerán que en el campo de nuestra leal- tad acrisolada no experimentamos nosotros profundos sinsabores, no hemos tropezado y tropezamos también con obstáculos, no hemos encontrado también contrarieda- des y desencantos? No hay senda en el mundo que no tenga espinas, y más si ella conduce al triunfo de una idea santa. Nosotros á veces las pisamos, y sin embargo nunca salió de nuestros labios una queja de desesperación, ni de nuestro espíritu una imprecación de duda y de despecho que signi- ficara enfriamiento ni en nuestros entusiasmos, ni en nuestras con- vicciones. Ni un momento siquie- ra detuvimos nuestro paso. Se- guimos impávidos el camino tra- zado de antemano por nuestro patriotismo, resumen de nuestros indeclinables deberes en la vi- da pública. Seguimos impávi- dos proclamando y practicando nuestro amor incondicional á Es- paña, á las instituciones, á la Au- toridad, á este pedazo querido de tierra española, al orden, á la justicia y a la moralidad en todas las esferas. Nadie nos vió vacilar jamás, porque tuvimos presente, en todas ocasiones, que virtud que no está sujeta á pruebas, que virtud que no las vence, no debe llamarse tal. Tomen, tomen ejemplo nues- tros adversarios, y cúlpense de -*us males á mismos. Nadie Ses despojó de deiechos ni de fueros. Ellos quisieron ser los expoliadores siempre. Vano es, pues, su eterno deprecar. Acuér- dense del Rey sábio de Casti- lla que dijo: Non podedes decir quel Rey vos desafuera, mas vos os desafo- rad es. “Cuando orne recibe mal á fuer- za, esto non maravilla; mas cuando se lo face él con su mano, este es el mayor quebranto que ser puede.’" YA PARECIÓ AQUELLO. Primero se anunció la buena nueva; celebráronse después las conferencias, suponemos que en las alturas de Cabo-rojo y Yau- co. Tocó luego el clarín nuestro señor Buscapié, y pronto se vió en los campos de la publicidad la señal de una incógnita que había de dar mucho juego, el objeto de arte, é saber, que algunos desinte resados electores se proponían regalar al gran leader del auto nomismo de las Antillas, señor Labra.. Pero; la gran incógnita no era propiamente lo del objeto de arte, sino más bien el origen y el mo- tivo del pues no habien- do hecho nada, que sepamos, por su distrito el obsequiado, no al- canzábamos á explicarnos cómo es que hombres que se Uan pro- clamado asitnilistas á los cuatro vientos podían dat aquella seña- lada muestra de adhesión y afec- to al más esforzado enemigo de dicha forma de administración, £1 velo se descorrió pronto, y brilló la verdad desnuda de todos los atavíos con que en política suele ofrecerse engañosamente á les sentidos. El Triunfo de la Habana, verdadero pontífice de la autonomía en la mayor Antilla, ha venido á explicarnos aquel fenómeno, que para nosotros era un misterio, pues dice lo siguien- te en uno de sus últimos núme- ros; Nuestro respetable amigo y corre- ligionario el señor Labra, acaba de ser objeto de una importante demostración de afecto y simpatía. Muchos libera- les autonomistas, tanto de esta Isla y de Puerto-Rico, como residentes en la Peuínsula y aúu en el extranjero, de- terminaron significar su gratitud y admiración á. los representantes en Cortes de nuestro partido, para lo cual se dirigieron al Sr. Millet, suplicándo- le que diese forma á este pensamiento, sin que obstara su propia representa- ción como miembro de la colectividad á que había de dirigirse el obsequio. Acogió nuestro distinguido amigo tan noble propósito con el patriótico ardor que le caracteriza; pero en uso de las libérrimas facultades que se le conce- dieron, determinó que dicho obseqn:o se hiciera al Sr. Labra, no solo por sus relevantes méritos y grande autoridad, sino por ser el leader del grupo auto- nomista en el Parlamento.” De modo, que por la respeta- ble confesión de El Triunfo te- nemos averiguada una gran ver- dad; que el origen, á saber, de aquel obsequio ha sido la razón de autonomía, y que la suscrip- ción con aquel fin se ba abierto entre los sectarios autonomistas, á cuyo número pertenecen, según El Triunfo , los que aquí contri- buyeron al célebre ojeto regalado para perpetua memoria deí gran tribuno. Llenos de sorpresa y admiración, no podemos dejar de exclamar: ¡Cómo! ¡No se lla- man estos liberales (sic) asimilis- tasl ¡No pertenecen áun parti- do que acaba de firmar su credo político, mojando la pluma en e tintero de \a asimilación \ ¿Quién entiende e*tas contradicciones y contrasentidos ? Desearíamos que el primer Jefe de ese dicho partido nos las explicase, ó cuan- do menos las arreglase, en obse- quio á las consideraciones debidas á la conciencia público-social, que no merece ser engañada. Por si esto no fuera bastante, prosigue El Triunfo , dejando a muchos en evidencia, del modo siguiente: Los liberales de las Antillas espa- ñolas, como demócratas, como abolicio- nistas de toda forma de servidumbre, como autonomistas y como amantes de la libertad en todas sus manifestaciones , ofrecen el testimonio de su profunda gratitud, de su admiración y simpatía, al elocuentísimo orador que ha consa- grado su palabra y sus tnas grandes esfuerzos á la defensa de los ideales de libertad y justicia (autonómicos, 3e en- tiende) por qué suspiran, y que cons- tituyen el anhelo más ferviente de sn alma. Esto mismo lo hemos dicho y repetido nosotros muchas veces; que ciertos liberales de por acá no son más que demócratas, que es muy distinto, y que una grau parte de esos que se llaman asi- milistas no son en realidad más que autonomistas. Ellos seguirán negándolo; pero El Triunfo y el objeto de arte lo evidencian. Acaba su perorata artística El Triunfo con el siguiente panegí- rico dirigido al Sr. Labra: (Jaba y Puerto-Rico no olvidan, ni olvidarán jamás, que las primeras pa- labras pronunciadas per Vd. en el Par- lamento español fueron para defender los derechos negados á sus hijos, para combatir el despotismo que allí impe- raba, para atacar los privilegios y de- sigualdades, y para proclamar la nece- sidad de asentar el régimen de sn go- bierno y administración sobre bases di* justicia y de moralidad, allí concul- cadas y hasta escarnecidas. El escritor de El Triunfo que redactó las anteriores frases, de- bía hallarse en estado de sonam- bulismo, cuando así ha. dictado cosas que no se vieron nunca ni se soñaron jamás. ¿Quién ba negado esos derechos? ¿Quién ha ejercido aquí ese despotismo? Sin duda que el trasnochado re- dactor. confundiendo tiempos y lugares, ha laido eso de la eman- cipación liispanc-americaua, don- de se consumó todo lo que dice, y ahora quiere colgar á nuestro régimen, como si no fuera suyo, el monstruoso sambenito. Pero, sea lo que fuere, se des- pejó la incógnita. Ya pareció aquello’, ya sabemos por testimo- nio autorizado que no hay en mucha parte tales liberales asími - listas en Puerto-Rico, sino que más bien éstos son y se ilaman demócratas autonomistas, que es lo que intentábamos demostrar. REFINERIA BARCELONESA. Con gran satisfacción estampa- mos otra vez este epígrafe en nuestras columnas, honrando ei nombre del fundador de tan im- portante factoría, D. Jaime Sala, antiguo comerciante y rico ha- cendado del pueblo de Gurabo, así como el de sus dignos conso- cios los señores Pou, Anglada y Baches, acaudalados propietarios tos dos primeros en esta Isla. Es ya notorio que el expresado señor Sala ha acometido la patrió- tica cuanto trascendental empre- sa de instalar en la Capital del principado catalán una gran Re- fineiía, dedicada exclusivamente á los productos sacarinos de las provincias es r aüolas de Ultramar, en cuya interesantísima obra le acompañan los capitalistas cu- yos nombres hemos citado ya. Con el fin de poder llevar al con- curso de la producción extran- jera una saludable competen- cia y romper al propio tiempo las trabas de ésta han procura- do con buen éxito montar di- cha fábrica á la altura de las mejores de su clase, con todo gé- nero de aparatos modernos y perfeccionados, puniendo ofrecer al público sus valiosos pioductos, que resisten el mas riguroso aná- iixis, sin mezclas ni sofisticaciones de platerías extrañas que suelen abundar en otras fábricas, y ade- más con el mayor grado de pola- rización posible dentro de la cien- cia. Merced á esto únicamente, ha podido una de las publicaciones más acreditadas y la más antigua del principado, El Diario de Bar- celona, insertar la siguiente co- tización que prueba el gran crédi- to que ha adquirido la indicada Refinería, cuyos productos se rea- lizan á más alto precio que los del extranjero. He aquí lo que con referencia al particular dice El Diario: Refinados del país. —Tenemos la sa- tisfacción de poder cotizar hoy, por vez primera, un producto de la industria uacional, introducida en esta capital, y en el que durante muchos años hemos sido tributarios del extranjero, tual es la refinación de los azúcares de nues- tras Antillas y Filipinas, cuyo dulc< es superior en calidad á cuantos se fabri- can en el extranjero. Así, pues cotiza- mos el florete superior *‘pilé” á 50 pe- setas quintal y á 48£ el blanquillo á imitación del peninsular. La refinación, no obstante de que trabaja con suma actividad, no produce lo suficiente para las necesidades del consumo local.” Sin embargo, á estas horas es- ya la factoría montada en tales condiciones, que muy bien puede producir diariamente 1,500 qq. y de 8 a 10 bocoyes de alcohol, que sustituirán con ventaja al produ- cido en diferentes fábricas, de ma- terias muy inferiores á la caña, tal como la patata, el maíz y otras. Mas á pesar de la decidida sim- patía que debiera despertar una tan valiosa industria nacional, na- cida al calor del patriótico es- fuerzo de la iniciativa individual, muy poca ó ninguna es la pro- tección que el Gobierno le dis- pensa, y pruébalo el hecho de no haber recibido aun sus dueños cumplida contestación al escrito que elevaron á las altas regiones del poder en demanda de muy justas franquicias en el mes de Abril del año próximo pasado, mientras que en cambio continúa esa especie deproteccioni morque, sin razón que lo justifique, parece que los poderes públicos se han empeñado en conceder á las pro- cedencias del extranjero en lo re- hitivo á la industria de refinería, con menoscabo de más alto 3 inte- reses propios y nacionales, y con perjuicio para nuestra no muy boyante agricultura y hasta para nuestra marina mercante- Podríamos ilustrar con abun- dante datos la necesidad de limi- tar en nuestros puertos y en nues- tras plazas las trabas que se opo- nen al desarrollo de la produc- ción nacional, aquende y allende el mar; ma-, como esta verdad 8 j halla eu ei ánimo de todos, no hay para qué insistir en ella. Solo repetiremos que, si desde hace treinta años se hubieran procura- do todas las ventajas de una pro- tección conveniente, sin temores al mismo tiempo que sin exclusi- vismos irritantes, la situación de la industria sacarina española se- ría muy diferente, y acaso no se hubiese desarrollado tanto en Eu- ropa la plantación de la remola- cha, qne es la única que en can- tidad, ya que no eu calidad, nos hace fuerte competencia. Fué en todo tiempo nuestra opi- nión que, dada la enorme producc- eióu de sus Antillas, España debió siempre monopolizar la industria de la refinería universal, así como Inglaterra ha monopolizado la in- dustria de los cables, sin que las fábricas inglesas, francesas, ru- sas, holandesas y norte-america- nas, pudiesen, en muy diferentes condiciones, oponerse á nuestra natural y reconocida supremacía pioductora. Por este camino las grandes poblaciones de Europa quedarían tributarias de nuestros puertos, y nuestro hu- biera adquirido un desarrollo por- tentoso, mientras que ahora suce- de lo contrario. La sábia Inglaterra, la Francia previsora, después de la paz de 1815, sin prometerse tan lisonje- ras ventajas, pudieron realizar lo que á España era dado en mucho mejores condiciones. ¿ Habremos de seguir en tan perjudicial ruti- naiismo, sin tomar en considera- ción lo mucho que aun se puede realizar en este sentido, pára el fomento de una tan importante industria? No podemos creerlo, y por eso esperamos y pedimos todas las facilidades posibles, toda la protección que es debida á la naciente instalación de nuestros distinguidos compatriotas señores Sala y Pou, que han venido á ser los porta-estandartes de nuestro progreso en tan importante ramo como es el de la refinería de nues- tros azúcares, mereciendo por ello el parabién de los verdaderos amantes de la pública prosperi- dad. La Civilización. Según deducimos por lo que expresa un periódico de esta Ca- pital, el siguiente incalificable pá- rrafo es cosecha de La Civiliza- ción: Los incondicionales, ese partido qne en sn ódio implacable á la liber- tad, en su encono sañudo contra los hi- jos de este mil veces desventurado país, hace más daño á España en América qne todas las propagandas filibusteras y qne todas las insurrecciones separa- tistas Publico y notorio es que noso- tros no canjeamos con esos pe- riódicos que semejantes indigni- dades estampan en sus colum- nas. Pero créasenos, Si en cual* Boletin Mercantil. quiera ocasión se nos ocurriera, que no se nos ocurrirá, porque nos lo prohíbe la educación; si se nos ocurriera escribir de nues- tros adversarios palabrotas análo- gas á las que emplea La Civi- lización refiriéndose á sus con- trarios, por el contado que á ella, lo mismo que á los demás perió- dicos de su bando les enviaríamos el número en que tales desahogos saliesen. Esto creemos nosotros que aconsejan las más rudimentarias nociones de caballerosidad. Entonces le diríamos á La Ci- vilización quienes son los que profesan odio sañudo á este des- venturado país y los que hacen más daño á España que todas las propagandas filibusteras; pero se lo diríamos de manera tal que no le quedasen ganas para oirlo por segunda vez. La única desventura de este país consiste en sostener perió- dicos del jaez de ese papel que por sarcasmo y por antítesis se llama Civilización. Después de todo, ese periódico, dadas sus especiales condiciones, tiene el privilegio de favorecer á iquél contra el cual desata su lengua y se revuelve. Barruntos . Con el epígrafe de Alarma , ha publicado nuestro apreciable co- lega El País, de Mayagüez, en su número del 26, las siguientes li- neas: “¿Qué sucede? Circulan rumores que mantienen en alarma á los habi- tantes de esta ciudad. Háblase de presuntos incendiarios que han sido corridos por la policía; de botellas de petróleo, y muchas, que han sido encon- tradas en difereutes partes. Vemos que los señores Jefes de Policía y de Bomberos y los individuos de estos cuerpos desplegan por las noches una vigilancia y actividad dignas de ala- banza. ¿Qué sucede? nos pregunta- mos. ¿Será cierto que haya malvados que pretendan cargar su conciencia cou la responsabilidad de dejar á las familias sin pan y sin hogar? ¡Alerta todos! Es preciso que des- pleguemos constante vigilancia y que en nombre del bien común persigamos á las personas delincuentes, á los mal- ditos incendiarios, para entregarlos á la acción vengadora de la Ley. Horas después de estampadas las precedentes líneas, en la noche del mismo dia, 26, ocurría el de- sastroso incendio de que dimos breve cuenta en nuestro núme- ro anterior. La pluma no se atreve á escri- bir la tremenda acusación que formula la conciencia sublevada. Es preciso, sí, más que preci- so, lo que recomienda el apre- ciable colega de Mayagüez. Es cuestión de vida ó muerte el per- seguir sin tregua ni cuartel á los infames y viles incendiarios si los hay. Es cuestión de vida ó muer- te que caiga sobre sus cabezas, pero con todo rigor, la inexora- ble espada de la ley. Y si esto no sucede, triste es consignarlo, ¡qué dias tan luc- tuosos nos aguardan! Nosotros lo decimos muy alto, muy alto, sí, para que todo el mundo lo oiga. ¡ BIEN POR ESPAÑA ! Poseidos de legítimo orgullo, copiamos lo siguiente de un cole- ga liberal-reformista, de El País de Mayagüez: Según leemos en nn periódico de Gnba, Tsah Chin, celebradísimo poeta chino, ha pedido permiso á Echegaray y á Sellés para traducir á su idioma los dramas de estos autores que llevan por título O locura ó santidad, y El Nudo gordiano. Es el primer caso de esta naturaleza que se recuerda en los anales de la li- teratura china. Y á España toca el honor de haber sido la privilegiada por el bardo del Celeste Imperio.” Es esta una noticia que honra sobre manera, lo mismo á los ge- niales autores dramáticos Echega- ray y Sellés, que á España ente- ra, patria precoz como ninguna en varones de colosal talento y des- medida inspiración. Nosotros, españoles, la hemos leido y releido con verdadera va- nidad nacional, y no hemos va- cilado en reproducirla para que nuestros lectores gocen como he- mos gozado nosotros. Y gracias damos á El País que tan placentero rato nos ha pro- porcionado. Tome de esto nota César de Bazán que no encuentra nada bueno en aquella tierra. ABSUELTO, Tiempo hubo, y no muy dis- tante del presente, en que no parecía sino que el patriotismo llegara á ser vileza, y sus mani- festaciones aetos justiciables y dignos de reprobación. Este pe- riódico sufrió bien amargas las consecuencias, siendo llevado uno y otro dia á la barra de los acusa- dos con pertinaz insistencia, cual si se tratase, como se trataba, aun- que en vano, de obligarle a cejar en sus nobles propósitos ó hacer- le desaparecer de la escena. Por aquel tiempo, en que se mandaba á cierto pueblo un alcalde para castigo de los que aman á España incondicionalmente, caían bajo el peso de maquiavélicas acusaciones ciudadanos como Don Fermín de Thomas, de Yabucoa, y D. Nico- lás Casas, de LLto-grande. Ocho años de prisión el primero y uno ó dos el segundo: he aquí el éxito que coronó los esfuerzos del odio y de la intriga de alguno de 10-? querellantes. Pero afortunada- mente, hay en el corazón de la Patria un Tribunal, que cual providencia suprema vela por el cumplimiento de la justicia, de- fendiendo invariablemente la ob- servancia de las leyes con los de- rechos del ciudadano, y la más completa reparación ha descendi do para aquéllos en sus altos é inapelables juicios. Tiempo que dimos cuenta de la honrosa absolución decreta- da por dicho Supremo Tribunal en favor del primero, D. Fermín de Thomas, y hoy, con la mayor satisfacción, podemos también anunciar la que acaba de recaer sobre 1a causa seguida al otro, no menos digno amigo nuestro, Don Nicolás Casas, á quien se absuel- ve plenamente, declarando casada y anulada la sentencia del inferior por infracción de ley. Buen golpe éste para los que persiguen y atacan por sistema. Fallo semejante sírvenos de con- suelo, al mismo tiempo que de es- peranza, haciéndonos descansar en la firme seguridad del triunfo definitivo de la justicia sóbrelas pasiones y errores humanos. Hacemos público este suceso, por el cual felicitamos cordial mente al señor Casas, como antes hemos felicitado al señor de Tho- mas. CON VARIOS, Con el El Clamor. Empleando los más vivos colores, pintónos hace pocos dias El Cla- mor un episodio que tuvo lugar en la calle de San Francisco entre la Autoridad local y un prominente personaje político, sobre la facul- tad de éste para ejercer en la ra- lle pública la industria que hace años ejercen sus criados sin queja de parte alguna. Ya sabíamos que El Clamor y sus cofrades habían de sacar de aquí algo en contra de aquel per- sonaje, aunque en vano. Todo lo que no perjudica y no está prohibido por ley alguna es lícito. Además, el art. 69 de la Municipal dice que es obliga- ción de los Ayuntamientos pro- curar la comodidad del vecinda- rio, y he aquí lo que resulta del ejercicio de aquella industria en la forma que se hace. Con El Derecho Popular. Viene este colega montado en ira porque el señor Gobernador tuvo por conveniente, por decre- to, derogar otro en que concedie- ra al señor Marín, propietario de El Pueblo, el derecho, bien iluso- rio por cierto, ála escuela supe- rior de Ponce. Síguenle sus ca- maradas. Cuando tuvieron razón para ha- blar, esto es, cuando se hizo la concesión, se callaron como aho- gados porque así les convenía. Ahora, que se ha hecho la justicia, gritan como energúmenos. ¿Qué es justicia, entonces? ¿EI utilitarismo de Bentham? Resígnense, pues, y aprendan á decir como Job: “El Señor me lo aió; el Señor me lo quitó. Cúmplase su vo- luntad.” Con El Asimilista. Este eco de todas las contra- dicciones dice que no hay funda- mento para cerrar á los reformis- tas su entrada en la gestión de los intereses locales y provinciales. Y á renglón seguido estampa que el único medio de acertar que tienen los gobernantes es no in- clinarse á la derecha ni á la iz- guierda. Esto último nos huele á pato ó cosa así; pero lo anterior re- vela que desconoce El Asimi- lista la historia contemporánea y eso que dice en el mismo artí- culo: Historiemos. Con el Sr. Skerrett. Este nuevo políglota que le ha salido al país nos habla en fran cés, alemán, inglés, latín, y por su puesto que en castellano chapu- rreado. Del latín no hay qué decir, pues en cuatro palabras comete dos garrafales. Del alemán tampoco, aunque en este idioma aspirará á ser maestro, pues nos suelta un umbefleckt que tenemos entendido constituye un nuevo gazapo. Y todo esto emplea para llamar al Boletín pobre viejo, á consecuen- cia de haber escrito un suelto en que le tratábamos mejor de’lo que él podía esperarse. Y luego dice que le hemos tildado de desleal, y eso porque, por lo visto, tam- poco lee bien, pero interpreta peor. Lo que escribimos fué este párrafo: “Forman, según el señor Skerrett, las condiciones necesa- rias para un buen patriota las si- guientes: experiencia, moralidad, entendimiento, honradez impar- cialidad, rectitud, conciencia, jus- ticia, desprendimiento y desinte- rés.” Y añadimos: Ya, aunque así debiera ser, nos parece temeridad exigir tanto. Nosotros nos con- formamos con menos. Nos con- formamos con que el patriota ten- ga la virtud de la lealtad, pnes á ella suelen acompañar las demás.” ¿Es esto tildar á nadie de des- leal ? Pues discurrir así es discurrir con los piés, y por ese medio no se inmortalizará el señor Skerrett en sus narcóticas lucubraciones, Feliz viaje. Se lo deseamos al distinguido caballero Barón de Selys b anson, Cónsul de Bélgica, quien por me- dio de atenta tarjeta se ha despe- dido de nosotros. Pero deseamos más. Desea- mos que al señor Barón acompa- ñe la buena suerte do quiera que se halle. COMPLACIDO. Hásenos acercado el Ledo. Sr. Alfau y Baralt para manifestar- nos, en vista de una alusión que se le hizo en el número anterior de este periódico, alusión fundada en carta cuya procedencia no re- cordamos y en rumores qüe he- mos oido, que él no ha ofrecido su nombre á ningún elector de la isla y que á nadie ha encargado le invoque como candidato por este ó aquel distrito, toda vez que es su ánimo vivir alejado comple- tamente de la política activa en esta isla. Tenemos mucho gusto en com- placer con lo expuesto al Sr. Alfau y Baralt. EMPRESA MARÍTIMA. Hemos recibido un estado de- mostrativo de los ingresos y gas- tos de la Empresa Marítima Puer- toriqueña en los tres cuatrimestres del año social que terminó en 31 de Diciembre de 1883, á cargo los dos primeros de los Sres. Silva, Ferrer & Cos. y el último al de los Sres. Chavarri y Mendizabal. El resultado de este último ha sido tan lisonjero que ofrece á los señores accionistas el considera- ble beneficio de sll,Bßo’Bl, mien- tras que en el cuatrimestre an- terior, lejos de haber ganancia alguna, aparece la enorme pérdi- da de $9,98170. Estos datos son por harto elocuentes, y otro dia haremos las consideraciones á que se prestan, justificando el prudente artículo que en otra ocasión análoga he- mos escrito respecto á la misma Empresa. Hoy nos limitamos á felici- tar á la actual Junta Directi- va de la Empresa y en espe- cial al señor Mendizabal, dig nísimo Agente general de la mis- ma, por el brillante éxito de su celosa y activa gestión, así como por lo bien qu* 1 supo correspon- der, haciéndolo así, á la confianza que en él se depositara. Mucho celebramos la reciente prosperidad de la Empresa Marí- tima Puertoriqueña. Felicitamos cordialmente á nues- tro distinguido amigo el Rdo. P. Laza por haber sido nombrado Cura Ecónomo Vicario de Gua- yama, según vemos en el Boletín Eclesiástico de la Diócesis. Adhesión. Garabo, Febrero 26 de 1884. Sr. Director del Boletín. Pnerto-Rico. Distinguido Sr. unestro, amigo y co- rreligionario: aún cuando el digno Sr. Vice-presidente de la Comisión Pro- vincial D. Pablo Übarri, nuestro muy querido Jefe, no necesita ya que noso- tros le defendamos de los conceptos falsos y calumniosos que le han sido lanzados por los órganos del Reformis- mo, puesto que la isla entera conoce perfectamente á aquel patricio y á sus detractores, y sabe la manera como ha labrado el primero su fortnua y con- quistado el puesto que tan justamente ocupa; asi como también conoce á los que, envidiosos, no han titubeado en tratar de manchar la acrisolada repu- tación del hombre á quien el país debe grandes servicios; sin embargo, para que sus detractores sepan que tan pro- caz como injustificada agresión, lejos de deprimir á quien va dirigida, no ha hecho más que elevarlo ante la consi- deración de las personas sensatas, pues son bien conocidos los móviles de ella, nos adherimos á la brillante defensa que V. ha hecho de nuestro citado Jefe, el Sr, Übarri, y protestamos enérgica- mente de las calumnias proferidas con- tra él, no estando lejano el dia en que se haga luz í los asuntos de la Dipu- tación Provincial y se demuestre una vez más que el Conde de Santurce es- muy por encima de sus difamadores, no solo por su lealtad y patriotismo, sino también por su probidad y honra- dez jamás desmentidas. La maldad, amigo Director, se encoge y tiembla, si se nos permite el uso de la frase, cuan- do la verdad triunfa y la justicia pre- mia: para los calumniadores de D. Pa blo Übarri no tenemos más que un con- sejo sano y una idea pura; esta es la venganza de los hombres de bien. Sírvase dar publicidad á las anterio- res líneas en su patriótica publicación, y por ello anticipamos á V. nuestro re- conocimiento y nos suscribimos de Y. muy atentos S. S. Nicolás Quiñones, Luís Sala, Igna- cio Rodríguez, Juan B. Martínez, Lu- ciano Alban, Rafael Sala, Pedro Sala, Narciso Costa, Arturo Palol, Benigno López, José González, Luis González, José B. Donis, Rufo González, Jacin- to Solís, Juan P. Díaz, Félix Díaz, Eladio Sánchez, Juan Rosa, José Ma- ría Donis, Rufino Colmenares, Isidoro Carrasqaillo, Cruz Carrasquilla, Pedro Juan Díaz, Eastaquio Collazo, Cándi- do Fabián, José Sanjurjo, Severo Can- delaria, Francisco Cares, Francisco Sánchez, Santiago Díaz, Olegario Díaz, Joaquín Pérez, Isidro Antón, Francis- co Agrinßonis, Rufo Rivera, Benito Se- vane, Juan R. Quiñones, Juan Gonzá- lez Prieto, á ruego de Juan José Aguayo yde José*Quiñones, José G. Cuevas, José Gabriel Cuevas. GACETA DE HOY. Admitida la renuncia que ha presentado D. Vicente Sambolín del cargo de Vocal de la Junta creada en Mayagüez para estudiar la enfermedad de la caña. Nómbralo en su lugai D. José Marcial Quiñones. Aprobado el nombramiento pro- visional de D. José Bregare para Vice-cónsul de Bélgica en Ponce. Acuerdo del Tribunal Pleno de esta Audiencia mandándose guar- dar, cumplir y ejecutar el Real Decreto que reorganiza los Juz- gados Municipales, y prescribien- do para ello varias reglas. Otro disponiéndose lo mismo acerca de los Aranceles vigentes para los Juzgados municipales. ELABORACIÓN BE AZÚCAR. El Sugar 80/vl de Nueva Orleans publica eu el número del 3 del que cur- sa lo siguiente: u Sabiendo que el capitán David Ker, del distrito de Iberia, y bien conocido como práctico en la elaboración de azúcar, bahía empleado algún tiempo en presenciar el modo de funcionar del aparato de Mr. H. B. Taryan para hacer azúcar, fuimos á visitarlo para tratar de obtener informes acerca de ese asunto. El capitán Ker se mani- festó reticente en cnanto á los detalles del modo de operar de ese aparato, así como respecto del principio en virtud del cual produce los resaltados tan no- tables que le atribuye el rumor públi- co. Sin embargo, el capitán dió á en- tender que se trataba de un serpentín de cobre, en el cual se forma el vacío por un medio tan simple como ingenio- so; ese serpentín está colocado dentro de otro de hierro, de mayor diámetro, y en el cual penetra el vapor perdido, y el guarapo se trasforma en azúcar en 10 minutos y 30 segundos desde que aquél entra en el serpentín, continuan- do después sin interrupción la salida de la masa sacarina por el tubo de des- carga, ó sea el otro extremo del ser- pentín. El capitán, que vió trabajar ese apa- rato durante dos dias, dice que la úni- ca dificultad que ha encontrado Mr. Taryan hasta ahora en el modo de fnn- cionar de dicho aparato, es que hace demasiado trabajo durante los treinta segundos en que la meladura está so- metida á la acción del vapor, produ- ciendo una masa cuyos granos son de- masiado peqneños para ser secados en la centrífugas sin desperdicio; pero Mr. Zaryan dice que esa dificnltad de- saparecerá completamente en el segun- do aparato que va á montar, y el cual producirá 20,000 libras de masa saca- rina por dia. El capitán Ker no dada de que Mr. Taryan consiga su objeto, y agrega que está seguro desque el aparato puede emplearse como alimentador del tacho al vacío desde las clarificadoras, sin necesidad de emplear evaporadores abiertos, y s : n los inconvenientes de la coloración é inversión de la meladura que resulten del grado de color que se emplea en la elaboración al aire libre. Dice que aún cuando no haga otra cosa, el aparato alimentará el tacho ai vacío con meladura en pnnto de granula- ción, ó sea de 38 á 40 grados de densi- dad, cortando así en una ó dos horas el tiempo que se emplea en melar en las calderas comunes. Mr. Taryan publicará en breve una descripción del aparato que se ensayó en el ingenio de Mr. Duperier, cerca de Nueva Iberia. Este aparato estaba destinado á hacer ensayos en la elabo- ración de azúcar de sorgo, y aunque es demasiado pequeño para obtener gran- des resultados trabajando con guarapo, se puede construir del tamaño que se quiera. Mr. Taryan instalará otro ma- cho mayor en la citada finca para la zafra de 1884.” (Del Avisador Comercial de la Habana.) CASTELAR Los siguientes fragmentos, que por su elocuencia reproduci- mos, pertenecen al último dis- curso parlamentario de nuestro eminente tribuno. Al ocuparse del viaje de S. M. á Alemania, decía así el Sr. Cas- telar ¡él republicano! acerca de la institución de nuestra Monar- quía: “¡La más autigna! y la mayor y más gloriosa debo yo añadir, por ha- ber sido la primera en civilizar y so- meter las gentes del Norte á la cultura por haber detenido las irrupcio- nes asiáticas y africanas, al mismo tiempo que llevaba la luz del saber oriental á la Europa toda, caida en ignorancia bajo el yugo de la gaerra y del feudalismo, por haber sembrado aquellos municipios cuyes ciudadanos y cuyos marinos ensancharon el pláce- te y rejuvenecieron la naturaleza; por haber salvado en Viena y Hungría, cuando Lutero lanzaba gritos de an- gustia y los electores del imperio tem- blaban como azogados bajo la cimita- rra de los sultanes, á toda la Alemania del fatalismo turco, cual más tarde ha- bía de salvar, presidiendo á la prime- ra de .as razas, á la raza latina, con naves de Valencia, de Génova, de Bar- celona, de Cádiz, de Vizcaya; cuando sus bastardos se llamaban D. Juau de Austria, y sus almirantes el marqués de Santa Cruz y Andrea Doria, todo el Mediterráneo; por haber precedido quinientos años en civilización á los que hoy, embriagados con pasajeras victorias, se imaginan los árbitros de Europa, y creen poder contarnos á no- sotros, que habremos perdido nuestra grandeza histórica, pero no hemos per- dido nuestra soberbia dignidad, entre los cortesanos de la fortuna y de la victoria, encadenadas de antiguo á nuestro carro en todos los puntos del mundo, y resplandeciente como nues- tro sol sin ocaso en las épicas páginas de nuestra inmortal historia. (Estre- pitosos aplausos.) Un republicano de toda la vida os lo dice con sinceridad complete La tradi- ción vale mucho, é importa mucho, pues el tiempo aparece como el segando creador en la creación, después de Dios. Podrán tantos enemigos como nos han suscitado en el mundo nuestras victo- rias, aborrecernos; despreciarnos, ja- más.” Referíase ai pasado, j decía Castelar; “¡Ah! Diriase que Dios, como ha- bía sembrado en los primeros días df 2

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BÉMercaitil ne Fío,-RicoSÁBADO, DE MARZO DE 1884.

CAMINO DE LA VERDAD.111.

Decía Don Alfonso*, X, entre

>%all& levantis-co y rebelde: “Lo que facerles es

contra fuero é contra derecho, énon podedes decir quel Rey vosdesafuera, mas vos os desaforades.E debedes catar lo que vos puedevenir deste fecho.’

El mismo Monarca, el inmortaljurista de las Partidas, e cribíaal infante D. Fernando: “Cuando*orne recibe mal á fuerza, esto nonhá maravilla; mas cuando se loface él con su mano, este es elmayor quebranto que ser puede.

Remontándonos al Rey sábioy poeta, pensando en sus desven-turas, en las enormes ingratitudesde que fué objeto y que acibara-ron los últimos preciosos dias degu vida, recordamos al azar lassentenciosasy elocuentes palabrasque acabamos de transcribir.

; Y, coincidencia singular ¡ Ellasnos trajeron á las mientes ciertosepisodios del partido reformista,ciertos detalles que dan la. justamedida de sus extravíos é incon-secuencias, que dan á comprenderhasta qué límites llevan esos hom-bres su desapoderada intransigen-cia y su descabellada intemperan-cia en el orden político y social;detalles, en fin, que talVez para elcriterio ajeno á nuestras contien-das nada signifiquen en puridad,pero que á nuestro juicio son ras-gos fisiológicos y por todo extre-mo gráficos en el organismo de-fectuosísimo de esa agrupación;detalles que por sí solos la retra-tan, que no nos es posible pasarinadvertidos, y hoy menos quenunca. Las palabras del Reylegislador vienen ó ser el mejorproemio de este artículo ¿peroqué proemio? más que proemio;la síntesis, el tema capital de nues-tras consideraciones de hoy, lanorma del camino que vamos re-corriendo en busca de la Verdad.

Porque ese partido que, comotodos ven y han visto, tan cruda

fuerra, tan implacable guerraace á la comunión política que

ha escrito como dogma fundamen-tal de sus aspiraciones y de su*principios y de sus labores elsanto lema de la integridad pátriaen América, en este terrón her-moso de la tierra hispana; porqueese partido reformista que de ma-nera tal, que con encono tan ciegocombate, sin pararse en los medios¿ veces, y quizás observando unsatánico aforismo de Maquiavelo,ála colectividad leal y honradaque ha conqui-tado con su persis-tencia y sus merecimientos todaslas reformas útilesy convenientesque en Administración y políticadisfruta este país idolatrado; por-que el partido que guerra taningrata y sin cuartel hace al nues-tro; porque el partido que haestado ayer y está hoy en pugnacon los Gobiernos y las Autori-dades por sus exigencias insacia-bles, por fútiles caprichos casisiempre en la apariencia; ese par-tido, decimos, no cesa de gritarun dia y otro, arrojándonos su-quejas á la cara, y hollando elmás puro sentimiento de justicia,que los Poderes no tienen con-

. lianza en él, siendo tan españolcomo el que más; que los Poderesle tienen proscrito y desairado,siendo tan lealy tan sensato comoel primero; que los Poderes, enfin, á cada una de sus solicitudescontestan con eterna negativa,con desdén eterno, siendo él tandigno, tan merecedor como el queen mayor giado lo sea, de la pre-dilección de los Gobiernos, de laseñalada estimación y marcadapreferencia de los Poderes y delas Autoridades.

Y á favoritismos que no existen,y á monopolios imaginarios, y áprevenciones que son un sueñode su acalorada mente, culpa el talpartido eso que él llama su deshe-redamiento y que no es más queuna quimera, quimera que, á cons-tituir una realidad, debía, mejorque poner en sus labios un clarínde difamación, sellárselos concandente sello. Porque, hay quedecirlo, ellos, en tai caso, antesque reformistas vejados, antesque liberales deprimidos, tendríanque llamarse los Esaús, peroLsaús contumaces de nuestraspolíticas contiendas.

No se culpa á sí mismo escpartido, no; no culpa á sus erro-res, á sus volubilidades; no re-cuerda su historia; no recuerdaEor qué estuvo siempre y está

oy en riña abierta con aquellosá quienes atribuve la cama de suscaídas. En la Madre Patria nohubo una situación gubérnamen r

tal contra quien norompiera lanza*con suicida desenfreno. Aquí novino un Mandatario á quien noosara imponerse, con quien nose encarase para exigirle primerocon bravatas, para pedirle cuentasdespués, para ofenderle por últi-mo como al más insignificante dtlos ciudadanos. Y esto es elEvangelio puro; ved, sino, lo queacontece hoy. Una vez, en ellapso de diez años, quiso ese par-tido echar un pujo de legalidad \

de abnegación ofreciendo su ron-curso al Gobierno en unos Comícios generales de Diputados áCortes. laé ello en tiempo deD, Segundo de la Portilla, varónque ya descansa en la eternidad.¿Y qué sucedió? Todos lo sabéis.

¿A qué relatar una vez más aque-lla jugarreta? Hay recuerdosque no son para evocados en mo-mentos como éste. Hay memo-rias que no debieran surgir jamásen el espíritu.

Yva lo veis. F.se partido ácada instante, ese partido, ince-santemente, á la más pequeñadecepción, al más mínimo contra-tiempo, se hace, se hizo, quierehacerse incompatible con los Go-biernos que allá son el SupremoPoder, que aquí representan á lasmás altas instituciones. jTandelgado y "quebradizo es el hilode sus vínculos con el orden, conla buena política, con la Autoridadqueforma en estos paises el firmí-simo, el sólidoy perdurable escabeldel imprescriptible derecho es-pañol! Para onrar así, para blin-dar tan irrisorias alianzas quenadie le pide, para vivir tejiendoy destejiendo, como la mujer deITlises, esa urdimbre deleznablede amistades y enemistades, deafecciones egoístas ó instables queso 1© un momento duran, valiéralemás echar definitivamente á unlado las eventuales protestas áque de cuando en cuando recurrecomo á tabla salvadora en el maralborotado de sus desaciertos.V 7afiélale más que de una vezpara siempre desplegase al airela bandera de guerra, si es que áperseguir inexorable la razón y lalógica vino á esa arena donde nose sabe ya qué misiones desempeña. Aquí urgen situaciones fran-cas y despejadas. ¡Alumbre átodos la luz solar que para todosreverbera, y mirémonos ála cara,fijo cada cual en su respectivopuesto; que así es como se luchaleal y buenamente por una causay una idea!

Pero ese partido que aquí, don-de todos debiéramos confundirnosen una sola aspiración,en un solo.pensamiento: el derecho incondi-cional y el prestigio indiscutiblede España; pero ese partido queaquí con nadie vive en paz, debie-ra tomar ejemplo fecundo y pro-vechoso de nuestra abnegación,de la fortaleza de nuestras con-vicciones. ¡Pues qué! ¿Creeránque en el campo de nuestra leal-tad acrisolada no experimentamosnosotros profundos sinsabores, nohemos tropezado y tropezamostambién con obstáculos,no hemosencontrado también contrarieda-des y desencantos? No hay sendaen el mundo que no tenga espinas,y más si ella conduce al triunfode una idea santa. Nosotros áveces las pisamos, y sin embargonunca salió de nuestros labios unaqueja de desesperación, ni denuestro espíritu una imprecaciónde duda y de despecho que signi-ficara enfriamiento ni en nuestrosentusiasmos, ni en nuestras con-vicciones. Ni un momento siquie-ra detuvimos nuestro paso. Se-guimos impávidos el camino tra-zado de antemano por nuestropatriotismo, resumen de nuestrosindeclinables deberes en la vi-da pública. Seguimos impávi-dos proclamando y practicandonuestro amor incondicional á Es-paña, á las instituciones, á la Au-toridad, á este pedazo querido detierra española, al orden, á lajusticia y a la moralidad en todaslas esferas. Nadie nos vió vacilarjamás, porque tuvimos presente,en todas ocasiones, que virtudque no está sujeta á pruebas, quevirtud que no las vence, no debellamarse tal.

Tomen, tomen ejemplo nues-tros adversarios, y cúlpense de-*us males á sí mismos. NadieSes despojó de deiechos ni defueros. Ellos quisieron ser losexpoliadores siempre. Vano es,pues, su eterno deprecar. Acuér-dense del Rey sábio de Casti-lla que dijo:

“ Non podedes decir quel Reyvos desafuera, mas vos os desafo-rades.

“Cuando orne recibe mal á fuer-za, esto non há maravilla; mascuando se lo face él con su mano,este es el mayor quebranto queser puede.’"

YA PARECIÓ AQUELLO.Primero se anunció la buena

nueva; celebráronse después lasconferencias, suponemos que enlas alturas de Cabo-rojo y Yau-co. Tocó luego el clarín nuestroseñor Buscapié, y pronto se vióen los campos de la publicidad laseñal de una incógnita que habíade dar mucho juego, el objeto dearte, é saber, que algunos desinteresados electores se proponíanregalar al gran leader del autonomismo de las Antillas, señorLabra..

Pero; la gran incógnita no erapropiamente lo del objeto de arte,sino más bien el origen y el mo-tivo del pues no habien-do hecho nada, que sepamos, porsu distrito el obsequiado, no al-canzábamos á explicarnos cómoes que hombres que se Uan pro-clamado asitnilistas á los cuatrovientos podían dat aquella seña-lada muestra de adhesión y afec-to al más esforzado enemigo dedicha forma de administración,

£1 velo se descorrió pronto, ybrilló la verdad desnuda de todoslos atavíos con que en políticasuele ofrecerse engañosamente áles sentidos. El Triunfo de laHabana, verdadero pontífice de laautonomía en la mayor Antilla,ha venido á explicarnos aquelfenómeno, que para nosotros eraun misterio, pues dice lo siguien-te en uno de sus últimos núme-ros;

“ Nuestro respetable amigo y corre-ligionario el señor Labra, acaba de serobjeto de una importante demostraciónde afecto y simpatía. Muchos libera-les autonomistas, tanto de esta Isla yde Puerto-Rico, como residentes en laPeuínsula y aúu en el extranjero, de-terminaron significar su gratitud yadmiración á. los representantes enCortes de nuestro partido, para lo cualse dirigieron al Sr. Millet, suplicándo-le que diese forma á este pensamiento,sin que obstara su propia representa-ción como miembro de la colectividadá que había de dirigirse el obsequio.Acogió nuestro distinguido amigo tannoble propósito con el patriótico ardorque le caracteriza; pero en uso de laslibérrimas facultades que se le conce-dieron, determinó que dicho obseqn:ose hiciera al Sr. Labra, no solo por susrelevantes méritos y grande autoridad,sino por ser el leader del grupo auto-nomista en el Parlamento.”

De modo, que por la respeta-ble confesión de El Triunfo te-nemos averiguada una gran ver-dad; que el origen, á saber, deaquel obsequio ha sido la razónde autonomía, y que la suscrip-ción con aquel fin se ba abiertoentre los sectarios autonomistas,á cuyo número pertenecen, segúnEl Triunfo , los que aquí contri-buyeron al célebre ojeto regaladopara perpetua memoria deí grantribuno. Llenos de sorpresa yadmiración, no podemos dejar deexclamar: ¡Cómo! ¡No se lla-man estos liberales (sic) asimilis-tasl ¡No pertenecen áun parti-do que acaba de firmar su credopolítico, mojando la pluma en etintero de \a asimilación \ ¿Quiénentiende e*tas contradiccionesy contrasentidos ? Desearíamosque el primer Jefe de ese dichopartido nos las explicase, ó cuan-do menos las arreglase, en obse-quio á las consideraciones debidasá la conciencia público-social, queno merece ser engañada.

Por si esto no fuera bastante,prosigue El Triunfo , dejando amuchos en evidencia, del modosiguiente:

“ Los liberales de las Antillas espa-ñolas, como demócratas, como abolicio-nistas de toda forma de servidumbre,como autonomistas y como amantes dela libertad en todas sus manifestaciones,

ofrecen el testimonio de su profundagratitud, de su admiración y simpatía,al elocuentísimo orador que ha consa-grado su palabra y sus tnas grandesesfuerzos á la defensa de los ideales delibertad y justicia (autonómicos, 3e en-tiende) por qué suspiran, y que cons-tituyen el anhelo más ferviente de snalma. ”

Esto mismo lo hemos dicho yrepetido nosotros muchas veces;que ciertos liberales de por acáno son más que demócratas, quees muy distinto, y que una grauparte de esos que se llaman asi-milistas no son en realidad másque autonomistas. Ellos seguiránnegándolo; pero El Triunfo y elobjeto de arte lo evidencian.

Acaba su perorata artística ElTriunfo con el siguiente panegí-rico dirigido al Sr. Labra:

“ (Jaba y Puerto-Rico no olvidan, niolvidarán jamás, que las primeras pa-labras pronunciadas per Vd. en el Par-lamento español fueron para defenderlos derechos negados á sus hijos, paracombatir el despotismo que allí impe-raba, para atacar los privilegios y de-sigualdades,y para proclamar la nece-sidad de asentar el régimen de sn go-bierno y administración sobre basesdi* justicia y de moralidad, allí concul-cadas y hasta escarnecidas. ”

El escritor de El Triunfo queredactó las anteriores frases, de-bía hallarse en estado de sonam-bulismo, cuando así ha. dictadocosas que no se vieron nunca nise soñaron jamás. ¿Quién banegado esos derechos? ¿Quiénha ejercido aquí ese despotismo?Sin duda que el trasnochado re-dactor. confundiendo tiempos ylugares, ha laido eso de la eman-cipación liispanc-americaua, don-de se consumó todo lo que dice,y ahora quiere colgar á nuestrorégimen, como si no fuera suyo,el monstruoso sambenito.

Pero, sea lo que fuere, se des-pejó la incógnita. Ya parecióaquello’, ya sabemos por testimo-nio autorizado que no hay enmucha parte tales liberales asími -listas en Puerto-Rico, sino quemás bien éstos son y se ilamandemócratas autonomistas, que eslo que intentábamos demostrar.

REFINERIA BARCELONESA.

Con gran satisfacción estampa-mos otra vez este epígrafe ennuestras columnas, honrando einombre del fundador de tan im-portante factoría, D. Jaime Sala,antiguo comerciante y rico ha-cendado del pueblo de Gurabo,así como el de sus dignos conso-cios los señores Pou, Anglada yBaches, acaudalados propietariostos dos primeros en esta Isla.

Es ya notorio que el expresadoseñor Sala ha acometido la patrió-tica cuanto trascendental empre-sa de instalar en la Capital delprincipado catalán una gran Re-fineiía, dedicada exclusivamenteá los productos sacarinos de lasprovincias esr aüolas de Ultramar,en cuya interesantísima obra leacompañan los capitalistas cu-yos nombres hemos citado ya.Con el fin de poder llevar al con-curso de la producción extran-jera una saludable competen-cia y romper al propio tiempolas trabas de ésta han procura-do con buen éxito montar di-cha fábrica á la altura de lasmejores de su clase, con todo gé-nero de aparatos modernos yperfeccionados, puniendo ofreceral público sus valiosos pioductos,que resisten el mas riguroso aná-iixis, sin mezclas ni sofisticacionesde platerías extrañas que suelen

abundar en otras fábricas, y ade-más con el mayor grado de pola-rización posible dentro de la cien-cia.

Merced á esto únicamente, hapodido una de las publicacionesmás acreditadas y la más antiguadel principado, El Diario de Bar-celona, insertar la siguiente co-tización que prueba el gran crédi-to que ha adquirido la indicadaRefinería, cuyos productos serea-lizan á más alto precio que losdel extranjero. He aquí lo quecon referencia al particular diceEl Diario:“Refinados del país. —Tenemos la sa-

tisfacción de poder cotizar hoy, por vezprimera, un producto de la industriauacional, introducida en esta capital, yen el que durante muchos años hemossido tributarios del extranjero, tual esla refinación de los azúcares de nues-tras Antillas y Filipinas, cuyo dulc< essuperior en calidad á cuantos se fabri-can en el extranjero. Así, pues cotiza-mos el florete superior *‘pilé” á 50 pe-setas quintal y á 48£ el blanquillo áimitación del peninsular. La refinación,no obstante de que trabaja con sumaactividad, no produce lo suficiente paralas necesidades del consumo local.”

Sin embargo, á estas horas es-tá ya la factoría montada en talescondiciones, que muy bien puedeproducir diariamente 1,500 qq. yde 8 a 10 bocoyes de alcohol, quesustituirán con ventaja al produ-cido en diferentes fábricas, de ma-terias muy inferiores á la caña,tal como la patata, el maíz yotras.

Mas á pesar de la decidida sim-patía que debiera despertar unatan valiosa industria nacional, na-cida al calor del patriótico es-fuerzo de la iniciativa individual,muy poca ó ninguna es la pro-tección que el Gobierno le dis-pensa, y pruébalo el hecho de nohaber recibido aun sus dueñoscumplida contestación al escritoque elevaron á las altas regionesdel poder en demanda de muyjustas franquicias en el mes deAbril del año próximo pasado,mientras que en cambio continúaesa especie deproteccioni morque,sin razón que lo justifique,pareceque los poderes públicos se hanempeñado en conceder á las pro-cedencias del extranjero en lo re-hitivo á la industria de refinería,con menoscabo de más alto 3 inte-reses propios y nacionales, y conperjuicio para nuestra no muyboyante agricultura y hasta paranuestra marina mercante-

Podríamos ilustrar con abun-dante datos la necesidad de limi-tar en nuestros puertos y en nues-tras plazas las trabas que se opo-nen al desarrollo de la produc-ción nacional, aquende y allende elmar; ma-, como esta verdad 8 j

halla eu ei ánimo de todos, no haypara qué insistir en ella. Solo sírepetiremos que, si desde hacetreinta años se hubieran procura-do todas las ventajas de una pro-tección conveniente, sin temoresal mismo tiempo que sin exclusi-vismos irritantes, la situación dela industria sacarina española se-ría muy diferente, y acaso no sehubiese desarrolladotanto en Eu-ropa la plantación de la remola-cha, qne es la única que en can-tidad, ya que no eu calidad, noshace fuerte competencia.

Fué en todo tiempo nuestra opi-nión que, dada la enorme producc-eióu de sus Antillas, España debiósiempre monopolizar la industriade la refinería universal, así comoInglaterra ha monopolizado la in-dustria de los cables, sin que lasfábricas inglesas, francesas, ru-sas, holandesas y norte-america-nas, pudiesen, en muy diferentescondiciones, oponerse á nuestranatural y reconocida supremacíapioductora. Por este camino lasgrandes poblaciones de Europaquedarían tributarias de nuestrospuertos, y nuestro hu-biera adquirido un desarrollo por-tentoso, mientras que ahora suce-de lo contrario.

La sábia Inglaterra, la Franciaprevisora, después de la paz de1815, sin prometerse tan lisonje-ras ventajas, pudieron realizar loque á España era dado en muchomejores condiciones. ¿ Habremosde seguir en tan perjudicial ruti-naiismo, sin tomar en considera-ción lo mucho que aun se puederealizar en este sentido, pára elfomento de una tan importanteindustria? No podemos creerlo,y por eso esperamos y pedimostodas las facilidades posibles, todala protección que es debida á lanaciente instalación de nuestrosdistinguidos compatriotas señoresSala y Pou, que han venido á serlos porta-estandartes de nuestroprogreso en tan importante ramocomo es el de la refinería de nues-tros azúcares, mereciendo por elloel parabién de los verdaderosamantes de la pública prosperi-dad.

La Civilización.

Según deducimos por lo queexpresa un periódico de esta Ca-pital, el siguiente incalificable pá-rrafo es cosecha de La Civiliza-ción:“Los incondicionales, ese partido

qne en sn ódio implacable á la liber-tad, en su encono sañudo contra los hi-jos de este mil veces desventurado país,hace más daño á España en Américaqne todas las propagandas filibusterasy qne todas las insurrecciones separa-tistas ”

Publico y notorio es que noso-tros no canjeamos con esos pe-riódicos que semejantes indigni-dades estampan en sus colum-nas.

Pero créasenos, Si en cual*

Boletin Mercantil.quiera ocasión se nos ocurriera,que no se nos ocurrirá, porquenos lo prohíbe la educación; sise nos ocurriera escribir de nues-tros adversarios palabrotas análo-gas á las que emplea La Civi-lización refiriéndose á sus con-trarios, por el contado que á ella,lo mismo que á los demás perió-dicos de su bando les enviaríamosel número en que tales desahogossaliesen.

Esto creemos nosotros queaconsejan las más rudimentariasnociones de caballerosidad.

Entonces le diríamos á La Ci-vilización quienes son los queprofesan odio sañudo á este des-venturado país y los que hacenmás daño á España que todas laspropagandas filibusteras; pero selo diríamos de manera tal que nole quedasen ganas para oirlo porsegunda vez.

La única desventura de estepaís consiste en sostener perió-dicos del jaez de ese papel que porsarcasmo y por antítesis se llamaCivilización.

Después de todo, ese periódico,dadas sus especiales condiciones,tiene el privilegio de favorecer áiquél contra el cual desata sulengua y se revuelve.

Barruntos .

Con el epígrafe de Alarma , hapublicado nuestro apreciable co-lega El País, de Mayagüez, en sunúmero del 26, las siguientes li-neas:

“¿Qué sucede? Circulan rumoresque mantienen en alarma á los habi-tantes de esta ciudad. Háblase depresuntos incendiarios que han sidocorridos por la policía; de botellas depetróleo, y muchas, que han sido encon-tradas en difereutes partes. Vemosque los señores Jefes de Policía y deBomberos y los individuos de estoscuerpos desplegan por las noches unavigilancia y actividad dignas de ala-banza. ¿Qué sucede? nos pregunta-mos. ¿Será cierto que haya malvadosque pretendan cargar su concienciacou la responsabilidad de dejar á lasfamilias sin pan y sin hogar?

¡Alerta todos! Es preciso que des-pleguemos constante vigilancia y queen nombre del bien común persigamosá las personas delincuentes, á los mal-ditos incendiarios, para entregarlos ála acción vengadora de la Ley. ”

Horas después de estampadaslas precedentes líneas, en la nochedel mismo dia, 26, ocurría el de-sastroso incendio de que dimosbreve cuenta en nuestro núme-ro anterior.

La pluma no se atreve á escri-bir la tremenda acusación queformula la conciencia sublevada.

Es preciso, sí, más que preci-so, lo que recomienda el apre-ciable colega de Mayagüez. Escuestión de vida ó muerte el per-seguir sin tregua ni cuartel á losinfames y viles incendiarios si loshay. Es cuestión de vida ó muer-te que caiga sobre sus cabezas,pero con todo rigor, la inexora-ble espada de la ley.

Y si esto no sucede, triste esconsignarlo, ¡qué dias tan luc-tuosos nos aguardan!

Nosotros lo decimos muy alto,muy alto, sí, para que todo elmundo lo oiga.

¡ BIEN POR ESPAÑA !

Poseidos de legítimo orgullo,copiamos lo siguiente de un cole-ga liberal-reformista, de El Paísde Mayagüez:

“ Según leemos en nn periódico deGnba, Tsah Chin, celebradísimo poetachino, ha pedido permiso á Echegarayy á Sellés para traducir á su idioma losdramas de estos autores que llevan portítulo O locura ó santidad, y El Nudogordiano.

Es el primer caso de esta naturalezaque se recuerda en los anales de la li-teratura china.

Y á España toca el honor de habersido la privilegiada por el bardo delCeleste Imperio.”

Es esta una noticia que honrasobre manera, lo mismo á los ge-niales autores dramáticos Echega-ray y Sellés, que á España ente-ra, patria precoz como ningunaenvarones de colosal talento y des-medida inspiración.

Nosotros, españoles, la hemosleido y releido con verdadera va-nidad nacional, y no hemos va-cilado en reproducirla para quenuestros lectores gocen como he-mos gozado nosotros.

Y gracias damos á El País quetan placentero rato nos ha pro-porcionado.

Tome de esto nota César deBazán que no encuentra nadabueno en aquella tierra.

ABSUELTO,

Tiempo hubo, y no muy dis-tante del presente, en que noparecía sino que el patriotismollegara á ser vileza, y sus mani-festaciones aetos justiciables ydignos de reprobación. Este pe-riódico sufrió bien amargas lasconsecuencias, siendo llevado unoy otro dia á la barra de los acusa-dos con pertinaz insistencia, cualsi se tratase, como se trataba, aun-que en vano, de obligarle a cejaren sus nobles propósitos ó hacer-le desaparecer de la escena. Poraquel tiempo, en que se mandabaá cierto pueblo un alcalde paracastigo de los que aman á Españaincondicionalmente, caían bajo elpeso de maquiavélicas acusacionesciudadanos como Don Fermín deThomas, de Yabucoa, y D. Nico-lás Casas, de LLto-grande. Ochoaños de prisión el primero y uno

ó dos el segundo: he aquíel éxitoque coronó los esfuerzos del odioy de la intriga de alguno de 10-?querellantes. Pero afortunada-mente, hay en el corazón de laPatria un Tribunal, que cualprovidencia suprema vela por elcumplimiento de la justicia, de-fendiendo invariablemente la ob-servancia de las leyes con los de-rechos del ciudadano, y la máscompleta reparación ha descendido para aquéllos en sus altos éinapelables juicios.

Tiempo há que dimos cuentade la honrosa absolución decreta-da por dicho Supremo Tribunalen favor del primero, D. Fermínde Thomas, y hoy, con la mayorsatisfacción, podemos tambiénanunciar la que acaba de recaersobre 1a causa seguida al otro, nomenos digno amigo nuestro, DonNicolás Casas, á quien se absuel-ve plenamente, declarando casaday anulada la sentencia del inferiorpor infracción de ley.

Buen golpe éste para los quepersiguen y atacan por sistema.Fallo semejante sírvenos de con-suelo, al mismo tiempo que de es-peranza, haciéndonos descansaren la firme seguridad del triunfodefinitivo de la justicia sóbrelaspasiones y errores humanos.

Hacemos público este suceso,por el cual felicitamos cordial -

mente al señor Casas, como anteshemos felicitado al señor de Tho-mas.

CON VARIOS,

Con el El Clamor.Empleando los más vivos colores,

pintónos hace pocos diasEl Cla-mor un episodio que tuvo lugar enla calle de San Francisco entre laAutoridad local y un prominentepersonaje político, sobre la facul-tad de éste para ejercer en la ra-lle pública la industria que haceaños ejercen sus criados sin quejade parte alguna.

Ya sabíamos que El Clamor ysus cofrades habían de sacar deaquí algo en contra de aquel per-sonaje, aunque en vano.

Todo lo que no perjudica y noestá prohibido por ley alguna eslícito. Además, el art. 69 de laMunicipal dice que es obliga-ción de los Ayuntamientos pro-curar la comodidad del vecinda-rio, y he aquí lo que resulta delejercicio de aquella industria enla forma que se hace.

Con El Derecho Popular.Viene este colega montado en

ira porque el señor Gobernadortuvo por conveniente, por decre-to, derogar otro en que concedie-ra al señor Marín, propietario deEl Pueblo, el derecho, bien iluso-rio por cierto, ála escuela supe-rior de Ponce. Síguenle sus ca-maradas.

Cuando tuvieron razón para ha-blar, esto es, cuando se hizo laconcesión, se callaron como aho-gados porque así les convenía.Ahora, que se ha hecho la justicia,gritan como energúmenos.

¿Qué es justicia, entonces?¿EI utilitarismo de Bentham?Resígnense, pues, y aprendan

á decir como Job:“El Señor me lo aió; el Señor

me lo quitó. Cúmplase su vo-luntad.”

Con El Asimilista.Este eco de todas las contra-

dicciones dice que no hay funda-mento para cerrar á los reformis-tas su entrada en la gestión de losintereses locales y provinciales.Y á renglón seguido estampaque el único medio de acertar quetienen los gobernantes es no in-clinarse á la derecha ni á la iz-guierda.

Esto último nos huele á patoó cosa así; pero lo anterior re-vela que desconoce El Asimi-lista la historia contemporáneay eso que dice en el mismo artí-culo: Historiemos.

Con el Sr. Skerrett.Este nuevo políglota que le ha

salido al país nos habla en francés, alemán, inglés, latín, y por supuesto que en castellano chapu-rreado.

Del latín no hay qué decir,pues en cuatro palabras cometedos garrafales.

Del alemán tampoco, aunque eneste idioma aspirará á ser maestro,pues nos suelta un umbeflecktque tenemos entendidoconstituyeun nuevo gazapo.

Y todo esto empleapara llamar alBoletínpobre viejo, á consecuen-cia de haber escrito un suelto enque le tratábamos mejor de’lo queél podía esperarse. Y luego diceque le hemos tildado de desleal,y eso porque, por lo visto, tam-poco lee bien, pero interpreta peor.

Lo que escribimos fué estepárrafo: “Forman, según el señorSkerrett, las condiciones necesa-rias para un buen patriota las si-guientes: experiencia, moralidad,entendimiento, honradez impar-cialidad, rectitud, conciencia, jus-ticia, desprendimiento y desinte-rés.”

Y añadimos: “ Ya, aunque asídebiera ser, nos parece temeridadexigir tanto. Nosotros nos con-formamos con menos. Nos con-formamos con que el patriota ten-ga la virtud de la lealtad, pnes áella suelen acompañar las demás.”

¿Es esto tildar á nadie de des-leal ?

Pues discurrir así es discurrircon los piés, y por ese medio nose inmortalizará el señor Skerretten sus narcóticas lucubraciones,

Feliz viaje.

Se lo deseamos al distinguidocaballero Barón de Selys b anson,Cónsul de Bélgica, quien por me-dio de atenta tarjeta se ha despe-dido de nosotros.

Pero deseamos más. Desea-mos que al señor Barón acompa-ñe la buena suerte do quiera quese halle.

COMPLACIDO.Hásenos acercado el Ledo. Sr.

Alfau y Baralt para manifestar-nos, en vista de una alusión quese le hizo en el número anteriorde este periódico, alusión fundadaen carta cuya procedencia no re-cordamos y en rumores qüe he-mos oido, que él no ha ofrecidosu nombre á ningún elector de laisla y que á nadie ha encargadole invoque como candidato poreste ó aquel distrito, toda vez quees su ánimo vivir alejado comple-tamente de la política activa enesta isla.

Tenemos mucho gusto en com-placer con lo expuesto al Sr. Alfauy Baralt.

EMPRESA MARÍTIMA.

Hemos recibido un estado de-mostrativo de los ingresos y gas-tos de la Empresa Marítima Puer-toriqueña en los tres cuatrimestresdel año social que terminó en 31de Diciembre de 1883, á cargolos dos primeros de los Sres. Silva,Ferrer & Cos. y el último al delos Sres. Chavarri y Mendizabal.

El resultado de este último hasido tan lisonjero que ofrece á losseñores accionistas el considera-ble beneficio de sll,Bßo’Bl, mien-tras que en el cuatrimestre an-terior, lejos de haber gananciaalguna, aparece la enorme pérdi-da de $9,98170.

Estos datos son por sí hartoelocuentes, y otro dia haremos lasconsideraciones á que se prestan,justificando el prudente artículoque en otra ocasión análoga he-mos escrito respecto á la mismaEmpresa.

Hoy nos limitamos á felici-tar á la actual Junta Directi-va de la Empresa y en espe-cial al señor Mendizabal, dignísimo Agente general de la mis-ma, por el brillante éxito de sucelosa y activa gestión, así comopor lo bien qu*1 supo correspon-der, haciéndolo así, á la confianzaque en él se depositara.

Mucho celebramos la recienteprosperidad de la Empresa Marí-tima Puertoriqueña.

Felicitamos cordialmente á nues-tro distinguido amigo el Rdo. P.Laza por haber sido nombradoCura Ecónomo Vicario de Gua-yama, según vemos en el BoletínEclesiástico de la Diócesis.

Adhesión.Garabo, Febrero 26 de 1884.

Sr. Director del Boletín.Pnerto-Rico.

Distinguido Sr. unestro, amigo y co-rreligionario: aún cuando el digno Sr.Vice-presidente de la Comisión Pro-vincial D. Pablo Übarri, nuestro muyquerido Jefe, no necesita ya que noso-tros le defendamos de los conceptosfalsos y calumniosos que le han sidolanzados por los órganos del Reformis-mo, puesto que la isla entera conoceperfectamente á aquel patricio y á susdetractores, y sabe la manera como halabrado el primero su fortnua y con-quistado el puesto que tan justamenteocupa; asi como también conoce á losque, envidiosos, no han titubeado entratar de manchar la acrisolada repu-tación del hombre á quien el país debegrandes servicios; sin embargo, paraque sus detractores sepan que tan pro-caz como injustificada agresión, lejosde deprimir á quien va dirigida, no hahecho más que elevarlo ante la consi-deración de las personas sensatas, puesson bien conocidos los móviles de ella,nos adherimos á la brillante defensaque V. ha hecho de nuestro citado Jefe,el Sr, Übarri, y protestamos enérgica-mente de las calumnias proferidas con-tra él, no estando lejano el dia en quese haga luz í los asuntos de la Dipu-tación Provincial y se demuestre unavez más que el Conde de Santurce es-tá muy por encima de sus difamadores,no solo por su lealtad y patriotismo,sino también por su probidad y honra-dez jamás desmentidas. La maldad,amigo Director, se encoge y tiembla, sise nos permite el uso de la frase, cuan-do la verdad triunfa y la justicia pre-mia: para los calumniadores de D. Pablo Übarri no tenemos más que un con-sejo sano y una idea pura; esta es lavenganza de los hombres de bien.

Sírvase dar publicidad á las anterio-res líneas en su patriótica publicación,y por ello anticipamos á V. nuestro re-conocimiento y nos suscribimos de Y.muy atentos S. S.

Nicolás Quiñones, Luís Sala, Igna-cio Rodríguez, Juan B. Martínez, Lu-ciano Alban, Rafael Sala, Pedro Sala,Narciso Costa, Arturo Palol, BenignoLópez, José González, Luis González,José B. Donis, Rufo González, Jacin-to Solís, Juan P. Díaz, Félix Díaz,Eladio Sánchez, Juan Rosa, José Ma-ría Donis, Rufino Colmenares, IsidoroCarrasqaillo, Cruz Carrasquilla, PedroJuan Díaz, Eastaquio Collazo, Cándi-do Fabián, José Sanjurjo, Severo Can-delaria, Francisco Cares, FranciscoSánchez, Santiago Díaz, Olegario Díaz,Joaquín Pérez, Isidro Antón, Francis-co Agrinßonis, Rufo Rivera, Benito Se-vane, Juan R. Quiñones, Juan Gonzá-lez Prieto, á ruego de Juan JoséAguayo yde José*Quiñones, José G.Cuevas, José Gabriel Cuevas.

GACETA DE HOY.

Admitida la renuncia que hapresentado D. Vicente Sambolín

del cargo de Vocal de la Juntacreada en Mayagüez para estudiarla enfermedad de la caña.

Nómbralo en su lugai D. JoséMarcial Quiñones.

Aprobado el nombramiento pro-visional de D. José Bregare paraVice-cónsul de Bélgica en Ponce.

Acuerdo del Tribunal Pleno deesta Audiencia mandándose guar-dar, cumplir y ejecutar el RealDecreto que reorganiza los Juz-gados Municipales, y prescribien-do para ello varias reglas.

Otro disponiéndose lo mismoacerca de los Aranceles vigentespara los Juzgados municipales.

ELABORACIÓN BE AZÚCAR.

El Sugar 80/vl de Nueva Orleanspublica eu el número del 3 del que cur-sa lo siguiente:

u Sabiendo que el capitán David Ker,del distrito de Iberia, y bien conocidocomo práctico en la elaboración deazúcar, bahía empleado algún tiempoen presenciar el modo de funcionar delaparato de Mr. H. B. Taryan parahacer azúcar, fuimos á visitarlo paratratar de obtener informes acerca deese asunto. El capitán Ker se mani-festó reticente en cnanto á los detallesdel modo de operar de ese aparato, asícomo respecto del principio en virtuddel cual produce los resaltados tan no-tables que le atribuye el rumor públi-co. Sin embargo, el capitán dió á en-tender que se trataba de un serpentínde cobre, en el cual se forma el vacíopor un medio tan simple como ingenio-so; ese serpentín está colocado dentrode otro de hierro, de mayor diámetro,y en el cual penetra el vapor perdido,y el guarapo se trasforma en azúcar en10 minutos y 30 segundos desde queaquél entra en el serpentín, continuan-do después sin interrupción la salidade la masa sacarina por el tubo de des-carga, ó sea el otro extremo del ser-pentín.

El capitán, que vió trabajar ese apa-rato durante dos dias, dice que la úni-ca dificultad que ha encontrado Mr.Taryan hasta ahora en el modo de fnn-cionar de dicho aparato, es que hacedemasiado trabajo durante los treintasegundos en que la meladura está so-metida á la acción del vapor, produ-ciendo una masa cuyos granos son de-masiado peqneños para ser secados enla centrífugas sin desperdicio; peroMr. Zaryan dice que esa dificnltad de-saparecerá completamente en el segun-do aparato que va á montar, y el cualproducirá 20,000 libras de masa saca-rina por dia.

El capitán Ker no dada de que Mr.Taryan consiga su objeto, y agrega queestá seguro desque el aparato puedeemplearse como alimentador del tachoal vacío desde las clarificadoras, sinnecesidad de emplear evaporadoresabiertos, y s : n los inconvenientes de lacoloración é inversión de la meladuraque resulten del grado de color que seemplea en la elaboración al aire libre.Dice que aún cuando no haga otra cosa,el aparato alimentará el tacho ai vacíocon meladura en pnnto de granula-ción, ó sea de 38 á 40 grados de densi-dad, cortando así en una ó dos horasel tiempo que se emplea en melar enlas calderas comunes.

Mr. Taryan publicará en breve unadescripción del aparato que se ensayóen el ingenio de Mr. Duperier, cerca deNueva Iberia. Este aparato estabadestinado á hacer ensayos en la elabo-ración de azúcar de sorgo, y aunque esdemasiado pequeño para obtener gran-des resultados trabajando con guarapo,se puede construir del tamaño que sequiera. Mr. Taryan instalará otro ma-cho mayor en la citada finca para lazafra de 1884.”

(Del Avisador Comercial de la Habana.)

CASTELAR

Los siguientes fragmentos, quepor su elocuencia reproduci-mos, pertenecen al último dis-curso parlamentario de nuestroeminente tribuno.

Al ocuparse del viaje de S. M.á Alemania, decía así el Sr. Cas-telar ¡él republicano! acerca dela institución de nuestra Monar-quía:

“¡La más autigna! y la mayor ymás gloriosa debo yo añadir, por ha-ber sido la primera en civilizar y so-meter las gentes del Norte á la cultura

por haber detenido las irrupcio-nes asiáticas y africanas, al mismotiempo que llevaba la luz del saberoriental á la Europa toda, caida enignorancia bajo el yugo de la gaerra ydel feudalismo, por haber sembradoaquellos municipios cuyes ciudadanosy cuyos marinos ensancharon el pláce-te y rejuvenecieron la naturaleza; porhaber salvado en Viena y Hungría,cuando Lutero lanzaba gritos de an-gustia y los electores del imperio tem-blaban como azogados bajo la cimita-rra de los sultanes, á toda la Alemaniadel fatalismo turco, cual más tarde ha-bía de salvar, presidiendo á la prime-ra de .as razas, á la raza latina, connaves de Valencia, de Génova, de Bar-celona, de Cádiz, de Vizcaya; cuandosus bastardos se llamaban D. Juau deAustria, y sus almirantes el marquésde Santa Cruz y Andrea Doria, todo elMediterráneo; por haber precedidoquinientos años en civilización á losque hoy, embriagados con pasajerasvictorias, se imaginan los árbitros deEuropa, y creen poder contarnos á no-sotros, que habremos perdido nuestragrandeza histórica, pero no hemos per-dido nuestra soberbia dignidad, entrelos cortesanos de la fortuna y de lavictoria, encadenadas de antiguo ánuestro carro en todos los puntos delmundo, y resplandeciente como nues-tro sol sin ocaso en las épicas páginasde nuestra inmortal historia. (Estre-pitosos aplausos.)

Un republicano de toda la vida os lodice con sinceridad complete La tradi-ción vale mucho, é importa mucho, puesel tiempo aparece como el segandocreador en la creación, después de Dios.Podrán tantos enemigos como nos hansuscitado enel mundo nuestras victo-rias, aborrecernos; despreciarnos, ja-más.”

Referíase ai pasado, j decíaCastelar;

“¡Ah! Diriase que Dios, como ha-bía sembrado en los primeros días df

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