Jorge A Leon - Tres Caminos Para Conocerse A Sí Mismo

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Tres Caminos Para Conocerse A S Mismo Y Alcanzar La Salud IntegralJorge A. Len

2002 Jorge A. Len y Rivero ISBN 9874343605Ninguna parte de esta publicacin, includo el diseo de la cubierta puede ser reproducida, almacenada o transmitida en manera alguna ni por ningn medio, ya sea elctrico, qumico, mecnico, ptico, de grabacin o de fotocopia, sin permiso previo del autor.

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TemarioIntroduccin Disertacin de la Dra. Nancy Bedford en la presentacin del libro. Captulo 1: El fundamento indispensable: La Biblia. El problema hermenutico. El concepto de sanidad en el Nuevo Testamento. El concepto de sanidad de lo interior del ser humano en el Nuevo Testamento. Cultura y evangelio. Captulo 2: Cmo conocerse a s mismo, y alcanzar la salud integral por el camino de la fe. La oligopista: Una enfermedad del alma. El primer autoanlisis cristiano: Las Confesiones de San Agustn. El autoanlisis de San Agustn. Un monumento a la introspeccin. Agustn reconoce la influencia de sus padres. La conciencia de pecado. Su primer acercamiento fallido a la Palabra de Dios. Su verdadero acercamiento a la Palabra de Dios. El autoanlisis lo conduce a encontrarse con Dios, a su conversin. Es posible hacerse un autoanlisis hoy, semejante al que se hizo Agustn, ayer? Preguntas para reflexionar en grupos. Preguntas para meditar a solas con Dios. Captulo 3: Cmo conocerse a s mismo, y alcanzar la salud integral por el camino de la razn. El significado de la razn en el Nuevo Testamento. Nos: El concepto de razn ms comn en el Nuevo Testamento. Otros significantes bblicos para referirse a la razn. La duda lgica en el Nuevo Testamento. La duda lgica en el racionalismo cartesiano. Descartes: El conocimiento de s mismo, y de Dios. El discurso del mtodo. Meditaciones metafsicas. Descartes: Pudo conocerse a s mismo, y sanar su vida integral? [pgina 5] Captulo 4: Cmo conocerse a s mismo, y alcanzar la salud integral por el camino de la introspeccin? Limitaciones de la introspeccin. El significante conciencia (sunidesis) en el Nuevo Testamento. Lo inconsciente. La introspeccin de Freud: Su autoanlisis. Es posible realizar hoy, una introspeccin semejante a la que se hizo Freud, ayer? Captulo 5: Conclusin: Desafo en una encrucijada. El desafo.

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PrefacioEs posible que en un futuro no muy lejano todos los libros tengan slo una existencia virtual, es decir, que no transiten por las imprentas y libreras, sino por Internet. Esta obra fue escrita para la imprenta, y para ser distribuida en libreras, pero www.CristiaNet.com/psicopastoral me ha hecho cambiar de opinin. As como estoy colocando en la Web todos mis libros que ya no estn disponibles para el pblico, ahora presento uno indito, que seguramente nunca estar a la venta. Todos mis libros anteriores han tenido una dedicatoria. En esta ocasin no deseo reconocer a una persona en particular; sino a todas aquellas que se interesen, ahora y en el futuro, por este nuevo ministerio que estamos realizando a travs de Psicopastoral. Comienzo este libro proponiendo varios caminos para conocerse a s mismo, alcanzar la salud integral. Creo que nadie duda hoy, que en el mundo en cual vivimos, todos estamos sometidos a tensiones tan grandes que, ni siquiera pudieron imaginarse los que vivieron durante la primera mitad del siglo XX. Las tensiones crecen aceleradamente, y, por eso, debemos esforzarnos por alcanzar una calidad de vida que haga la existencia humana ms agradable y placentera. Ante la confusin reinante, algunos procuran encontrar la plenitud de la vida, slo por el camino de la fe religiosa. Hay quienes la encuentran por este camino, y se sienten satisfechos. Otros, sencillamente se refugian en el fanatismo religioso, que les impide vivir coherentemente en un mundo diferente. Por eso, sus vidas no son un buen testimonio cristiano. Alguien me dijo una vez: Si ser cristiano es vivir como fulano, prefiero ser musulmn, o de cualquier otra religi.. Hay otros que siguieron el camino de la fe, durante cierto tiempo, hasta que se dieron cuenta que en la Iglesia tambin haba tensiones, luchas por el poder, amiguismos, malos ejemplos, etc. stos, por lo general, se apartan de la institucin eclesistica, aunque siguen creyendo en Dios. A stos les falta la riqueza de la comunidad de fe. Un segundo camino, por el cual suele transitar mucha gente de nuestro tiempo, en los comienzos del nuevo milenio, es el que pretende lograr la plena realizacin humana, slo mediante el cultivo del intelecto, de la razn. Algunas personas procuran un marco ideolgico o filosfico que les sirva de fundamento para su concepcin de la vida, su tica y su moral. Hay quienes caen en el fanatismo, y estn dispuestos a ofrendar sus vidas en defensa de una ideologa, que han transformado en religin laica. Algunos pareceran quedar satisfechos con esta solucin. Pero muchos son conscientes de la chatura de sus vidas, aun cuando tengan una buena posicin econmica y social. Por lo general todos tienen la sensacin de que les falta algo. Veamos un ejemplo: Yo tena un ejemplar del Libro Rojo de Mao, lo quem durante la dictadura militar en Argentina, lo hice por temor, pues si la polica registraba mi casa, y lo encontraba, me poda costar la vida. Antes de [pgina 7] destruirlo me entretuve en copiar el prlogo, escrito por Lin Piao, e hice dos sustituciones. Donde deca Mao, puse Jess; y donde deca enseanzas de Mao, puse evangelio. Das mas tarde mostr el texto a varios amigos y les ped su opinin. Varios me dijeron que pareca una epstola de San Pablo. El lenguaje era eminentemente religioso, era la expresin de devocin a un dios humano. El tercer camino por el cual se procura la liberacin de las ataduras de la vida interior es la psicoterapia. Se dice que la ciudad donde vivo, Buenos Aires, es la que tiene ms psicoanalistas en todo el mundo. Tambin se afirma que la mitad de la poblacin, estimada en trece millones de habitantes, necesita ayuda psicoteraputica. No me refiero slo a la Capital Federal, sino a todo el Gran Buenos Aires. Algunos buscan ayuda por ese camino, y nada ms. Es cierto que algunas personas necesitan de la ayuda de profesionales de la salud mental, sea un psiclogo, un psicoanalista, un psiquiatra, un neurlogo, etc. Pero hay personas que hacen del tratamiento psicoteraputico una cuestin de status social. Hay otros que en cierta manera se convierten en idlatras cientificistas, pues se convierten en lectores reverentes del apstol de turno. Por ejemplo, alguien me dijo: Si lo afirma Lacan, es as, no hay que dudarlo. Algunos creadores de escuelas psicoteraputicas se han convertido en nuevos dioses, para sus seguidores, y sus enseanzas en un nuevo evangelio. Como ocurri con el Libro Rojo de Mao. Creo que ninguno de los tres caminos sealados, por s slo, puede satisfacer todas las necesidades del ser humano. Por eso, voy a integrar los tres en un slo camino, en la conclusin. Mi objetivo es ayudar al lector a conocerse a s mismo lo ms ntimamente posible, para as alcanzar la salud integral. Buenos Aires, 31 de Enero de 2002

IntroduccinEl propsito de esta obra es ayudar al lector a profundizar en su vida interior, a los efectos de conocerse a s mismo, y mejorar su condicin de vida. Muchos libros se han escrito con este loable propsito. Este pretende hacerlo en forma diferente, porque no apunta a aspectos en que el ser humano puede alcanzar un relativo conocimiento de s mismo. Por el contrario, pretende utilizar, al mismo tiempo, diferentes caminos con la intencin de alcanzar un acabado conocimiento del ser humano. Pero, como cada ser humano es diferente, es mi deseo ayudar al lector a descubrirse a s mismo en su singularidad. Esto quiere decir que no hay plural para ningn [pgina 8] ser humano. Cada lector podr encontrar personas con su mismo nombre y apellido, pero stas personas le sern totalmente extraas. Lo sern, porque cada sujeto humano tiene su propia historia, que es nica e irrepetible. Adems, cada sujeto humano est sujetado por su propio inconsciente, que tambin es nico e irrepetible. Esto es tan simple como la diferencia de contenido de computadoras exactamente iguales. Pensemos en diez computadoras, producidas en la misma fbrica, son iguales mientras no se comiencen a utilizar. Al cabo de cierto tiempo, la que fue adquirida por los monjes de un convento, tendr diferente contenido que la comprada por un traficante de drogas. Con seguridad, las otras ocho, sern tambin diferentes entre si, en cuanto a su contenido. Esta obra no tiene un enfoque que apunte exclusivamente al intelecto, a nuestra racionalidad. El reinado del racionalismo, ha terminado. Recuerdo que mi padre me deca que l era un libre pensado., hoy me doy cuenta que no lo era, aunque l crea serlo. Hasta principios del siglo pasado muchas personas asuman esa actitud, crean que eran independientes y no se daban cuenta de que eran arrastrados por las corrientes culturales de su poca. Hoy, la mayora de las personas reconocemos que nadie piensa libremente, aunque se lo proponga con toda las fuerzas de su voluntad. Hoy tenemos que reconocer que todos nos encontramos bajo una catarata de informacin que nos ofrece la radio, la televisin, los diarios, etc. Debemos reconocer, adems, que somos presionados por ideologas polticas, econmicas, sociales, etc., que afectan toda nuestra vida. Como consecuencia de estos factores, se limitan las posibilidades de tener un pensamiento personal, libre de todas las influencias del entorno, que no slo nos rodea, sino que a veces nos ahoga. No, el camino racional no alcanza para entender nuestra realidad, y mucho menos para alcanzar un acabado conocimiento de nosotros mismos. No obstante, no debemos renunciar a nuestra racionalidad que nos hace diferentes de los animales. Lo que s debemos reconocer es que ella sola no nos hace plenamente humanos. Por lo tanto, no renunciamos a la razn, pero s a su reinado. Este libro, tampoco es un tratado de divulgacin psicolgica que pretende que el lector sea su propio psiclogo. Esto sera tan absurdo como pensar que un mdico debera escribir un libro, donde se refiera a todas las enfermedades que se conocen, a los medicamentos que existen en el mercado para curarlas, y que sugiera que cada paciente se medique a s mismo. Si bien la poca, o la moda, del racionalismo ha terminado, vemos nacer hoy una nueva ideologa que pretende ser absoluta y excluyente, el espiritualismo. Este libro no tiene el propsito de ayudar al lector a que solucione sus problemas, tampoco por ese nico camino. Debemos diferenciar espiritualismo de espiritualidad. Lo primero es una ideologa, lo segundo es parte de la realidad del ser humano. La cada del imperio sovitico, con su atesmo militante, le dej libres las manos al otro materialismo, el de la economa de mercado, que a veces utiliza caretas religiosas; que se interesa por la economa global, sin importarle el hambre [pgina 9] de millones de personas que quedan sin trabajo. Por otro lado, el resurgimiento del fundamentalismo islmico, que lleg a la barbarie del gobierno talibn afgano, y del grupo terrorista de Osama Bin Laden; que desafi a la mayor potencia mundial, destruyendo las torres gemelas, en Nueva York, y atacando al Pentgono, produciendo la muerte de miles de personas inocentes, en el nombre de Al. Los que vivimos en Occidente debemos estar muy alertas frente a los extremismos espiritualistas, supuestamente cristianos, de algunos grupos. Hemos visto tres ideologas errneas, cuando pretenden la exclusividad: El racionalismo, el psicologismo y el espiritualismo. Las tres son inaceptables como ideologas absolutas, y excluyentes. Sin embargo, las tres son aceptables como elementos contribuyentes a la humanizacin del hombre. Porque el ser humano no es slo razn, emociones y sentimientos, o espiritualidad pura. Ha pasado casi medio siglo desde que le unas reflexiones acerca de la necesidad de equilibrio entre la fe y lo racional, dichas reflexiones causaron en mi un gran impacto por causa de la formacin espiritualista que yo haba recibido en mi adolescencia. Hoy, al volver sobre ese libro, titulado: L. Sant., aparecido en espaol en el ao 1925, me vuelvo a sentir identificado con el pensamiento del autor. Dice as Rudolph Otto: Cuando en una religin se mantienen vivos y despier-

tos los elementos irracionales, stos la preservan de convertirse en racionalismo. La saturacin y enriquecimiento con los elementos racionales la preserva de descender al fanatismo La existencia de ambas especies de elementos, formando una sana y bella armona, constituye el criterio propiamente religioso que sirve para

medir la superioridad de una religin.1 En otro momento de mi historia personal, me di cuenta de que,adems, era necesario incluir los recursos psicolgicos en todo esfuerzo sincero por ayudar al ser humano a encontrar la plenitud de su humanidad. En mi ministerio he tratado de lograr el equilibrio entre la fe, lo racional y lo psicolgico, porque todas las dimensiones del equilibrio humano son complementarias entre s. No es posible lograr el equilibrio mental viviendo en desequilibrio fsico. Es decir, sin una buena salud. Algunas enfermedades mentales son el producto del desequilibrio fsico. De igual manera no existe equilibrio fsico si existe predominio del desequilibrio mental. La medicina psicosomtica lo pone en evidencia. Igualmente el predominio del equilibrio, sobre el desequilibrio, en la vida espiritual, es un elemento indispensable para la salud fsica y mental. El hombre es una unidad psicosomticaespiritual, y el equilibrio se logra slo en forma integral. Esta es la nica forma de alcanzar la salud plena. Pero no debemos perder de vista que el equilibrio y su resultante: la salud, sea en el orden biolgico, moral, espiritual, o psicolgico, no es algo definido que se puede atrapar en un momento dado, y conservar como un pjaro en una jaula. El equilibrio es un juego constante de fuerzas antagnicas, que se van modificando constantemente, mientras avanzamos hacia el objetivo del completamiento de nuestra condicin humana. [pgina 10] Debemos tambin recordar que el equilibrio, aunque es individual, no debe procurarse en un espritu individualista, sino a nivel comunitario. Sabemos que algunas personas, a su deseo de mantener el equilibrio interior, causan desequilibrios en su prjimo. La fe cristiana procura el equilibrio individual en funcin social. Nuestra cultura en urbanizacin acelerada, pone en peligro, una vez ms, el equilibrio y la salud. La vida extrauterina comienza con una aspiracin y termina con una espiracin. Uno puede pasar varios das sin comer y sin beber, pero apenas podemos aguantar unos pocos minutos sin respirar. Y qu estamos respirando en las grandes ciudades? Y cmo respiramos? Vivimos encerrados en ciudades acumulando toxinas. Para desarrollar la mente, el cuerpo, y la parte espiritual de nuestro ser, es necesario tener en cuenta las condiciones especiales del hombre de nuestros das. Los problemas del ser humano son determinados en gran parte por su circunstancia. En la poca en que nos ha tocado vivir, que suele ser llamada posmodernidad, hay quienes pretenden echar por tierra todos los fundamentos. Algunos, en su lucha contra los fundamentalismos, suelen confundir el fundamentalismo, como ideologa, con los fundamentos sobre los cuales se debe edificar una vida plena. Nos encontramos hoy con personas que pretenden cuestionar todos los valores, aun aquellos que constituyen la familia, Si nos quedramos sin fundamentos nos encontraramos en la situacin de alguien que pretende atravesar una cinaga sin contar con algunas piedras firmes donde colocar sus pies. Muchos hoy ya han sido tragados por la cinaga. La humanidad todava est a tiempo de encontrar valores donde apoyar sus pies, para no hundirse. La Biblia es el fundamento de la fe y de la tica cristiana. Pero hay un problema muy importante a encarar, el de su interpretacin. Es decir, el problema hermenutico. Justamente la hermenutica, ha sido utilizada como excusa, consciente o inconsciente, para expresar las ambiciones de poder de personas que en los ltimos tiempos, han creado miles de grupos religiosos, tanto dentro como fuera del cristianismo. En Amrica Latina, especialmente en la ltima dcada, se ha incrementado, peligrosamente, la atomizacin del mundo llamado evanglico, que a veces no es tan evanglico. Pero, a pesar de la diversidad de grupos, todos utilizan la Biblia como base. Como suelen pensar diferente, ciertamente algunos se estn equivocando. Pero no voy a entrar a considerar cuestiones eclesiolgicas, me voy a limitar al tema de la utilizacin de la Biblia como fundamento para lograr una mejor calidad de vida.

Los caminos para conocerse a s mismo y alcanzar la salud integra., ttulo de esta obra, tienen un fundamento, y un objetivo comn. Por tener un enfoque cristiano, el fundamento es, necesariamente, la Biblia. Por eso, en el primer captulo me ocupo de los conceptos bblicos sobre la salud interior. Me esfuerzo por profundizar en el estudio del concepto de sanida. en el Nuevo Testamento, utilizando en la investigacin el texto griego original. La riqueza de la lengua griega hace difcil traducir algunos textos. Es con mucho esmero que he estudiado el concepto de sanidad en el Nuevo [pgina 11] Testamento. Con el mismo cuidado he trabajado lo referente al concepto de sanidad de lo interior del hombre. La antropologa bblica es muy compleja, por eso he hecho un profundo anlisis de distintos significantes para hacer ms fcil la interpretacin. Sobre todo, porque tenemos en cuenta que la Biblia es el fundamento sobre el cual se edifica la vida, la tica y la moral del cristiano. Termino el captulo reflexionando sobre la diferencia que existe entre el evangelio, y la envoltura cultural en la que ha llegado a nosotros.

1 Otto,

R., Lo Santo (lo racional y lo irracional en la idea de Dios), Revista de Occidente, Madrid, 1925., p. 179180. Vase tambin en Alianza Editorial, Madrid, 1 edicin 1980, 5 reimpresin 1998, p. 189.

Los tres captulos siguientes se ocupan de tres caminos que nos conducen al pleno conocimiento de nosotros mismos para lograr nuestra salud integra. En el segundo captulo me ocupo de la fe, como expresin del alma. Me refiero bsicamente a la experiencia de San Agustn. Al proceso mediante el cual este hombre llega a realizarse plenamente como persona, por medio de la fe. Me refiero al autoanlisis, o la introspeccin que hace Agustn que le permite llegar a tener un adecuado conocimiento de s mismo, y a alcanzar su salud integral. Es un largo proceso que encontramos en su libro titulado: Confesiones. Su autoanlisis tuvo dos momentos, el personal y el realizado con un pequeo grupo de familiares y amigos. Hay en este captulo algunas sugerencias para utilizar el mismo mtodo dentro del mbito de una comunidad de fe. Sin olvidar que existen otros dos caminos complementarios. El tercer captulo se refiere a la posibilidad de conocerse a s mismo, y alcanzar la salud integra., a travs de la razn. Analizo el significado de la razn en el Nuevo Testamento, utilizando varios trminos griegos que expresan de diferentes maneras el sentido de lo racional, lo intelectual, y lo mental en el ser humano. Tambin me ocupo del otro lado de la moneda de la razn, la duda. Trabajo sobre cuatro verbos que expresan de diversas maneras la accin de dudar, y hago una defensa de Santo Toms, el apstol que tena que ver para creer. Despus entro en el campo de la filosofa y me ocupo de la duda cartesiana, como medio de alcanzar la certeza, de la existencia del hombre, y de Dios. Comienzo esta parte del captulo reflexionando sobre el lugar que ocupa la duda metdica en el racionalismo cartesiano. Ms tarde llego a las obras metafsicas del filsofo francs, que lo conducen al conocimiento de s mismo, y de Dios. Finalmente planteo dos cuestiones: 1) Si Descartes realmente lleg a conocerse a s mismo en forma adecuada, y 2) Si alcanz la salud de su vida

interior.Comienzo el cuarto captulo con tres definiciones que representan, respectivamente, el enfoque psicolgico, el filosfico y el psiquitrico del concepto de introspeccin. Sealo que este mtodo no es aconsejable para todas las personas. Para aquellas que padecen trastornos psicolgicos serios, puede resultar contraproducente. Por cuanto la conciencia es la instancia psquica ms propicia para la introspeccin, presento algunas reflexiones acerca de lo que, sobre ella, nos ensea la Biblia. As como en el captulo segundo present a San Agustn como expresin de un modelo de introspeccin, apoyado en la fe; y en el tercer captulo present a Descartes como modelo de introspeccin a partir de la razn; en este captulo me ocupo de la introspeccin como experiencia personal de Sigmund Freud. [pgina 12] El ltimo captulo es un intento de conclusin de la obra. En l procuro la integracin del fundamento expresado en el primer captulo, la Biblia, con los tres caminos, que representan la fe, la razn y la vida emocional, respectivamente. Los tres caminos se encuentran en una encrucijada, los tres estn marcados por la introspeccin. Una encrucijada es un punto de llegada, y tambin, un punto de partida. Esta encrucijada tiene la particularidad de presentarnos un desafo, que es el siguiente: La llegada a la concepcin del enfoque holstico, como mtodo de trabajo para lograr la salud integra., por medio de la introspeccin.

Disertacin de la Dra. Nancy Bedford en la presentacin del libro el 4 de mayo de 2002Nancy Bedford obtuvo su ttulo de Doctora en Teologa en Alemania. Es profesora de Teologa Sistemtica y Directora del postgrado del Instituto Universitario ISEDET, profesora de dogmtica y Teologa Contempornea del Seminario Internacional Teolgico Bautista de Buenos Aires. Es miembro de la Iglesia Evanglica Bautista de Floresta. Est casada con el Dr. Daniel Stutz y es madre de tres hermosas nias.Cuando Jorge me pidi que presentara su libro, acced un poco por fe, sin saber del todo en qu consiste exactamente una presentacin de estas. Cuando le pregunt pero qu hago? me dijo: Seguramente se te va a ocurrir alguna cosa bonita que decir, que es una de esas respuestas de psicoterapeuta que ayudan a la autoestima pero no dejan de ser ambiguas. As fue que me puse a escuchar unos boleros cubanos para inspirarme y a hacer memoria de presentaciones de libros a las que he asistido; y se me ocurri una especie de taxonoma de las presentaciones de libros: a veces se hace un discurso acerca del autor; a veces se resume el contenido del libro; a veces se aprovecha para hacer una ponencia sobre un tema que le interesa al orador; a veces tratndose de un libro de autor evanglico, como ste se predica un sermn. [pgina 13] Sin incursionar enteramente en ninguno de estos cuatro gneros, decid organizar lo que les voy a decir en torno a estos ejes, tratando de que sea lo ms bonito posible y tambin no se asusten breve. 1. El autor Qu se puede decir del autor? Digamos que es una especie de personaje sui generi. nico en su gnero. Lo escuch decir hace poco que sus dos grandes pasiones eran Dios y el ser humano, y esto se nota en su trayectoria: en sus estudios superiores tanto en teologa como en psicologa, en su prctica tanto pastoral como en su consultorio, y en los permanentes y frtiles cruces imaginativos que logra entre ambos. A quin ms se le puede ocurrir el anlisis del tipo de pasajes que alguien subraya en su Biblia como instrumento para verificar el cuadro clnico (por ejemplo depresivo) de un paciente? Tiene un conocimiento del mundo evanglico y de sus lderes que pocos tienen: de hecho, muchos de sus pacientes son pastores evanglicos, estudiantes de teologa y personas altamente comprometidas con la fe evanglica. Esto quiere decir que conoce de primera mano todas las psicopatologas endmicas en nuestras iglesias incluida la que un autor llam una vez la neurosis cristiana. y sabe muy bien que una comunidad de fe puede enfermar y no curar. Sin embargo, Jorge sigue siendo un hombre de fe y un hombre de iglesia. Y eso ya de por s es un gran testimonio acerca de su conviccin de que lo que el Dios trino quiere para nosotros y nos puede dar es una salud integra., a pesar de todos nuestros intentos conscientes e inconscientes de boicotear ese propsito liberador. Les cito una frase tpica de l, y si lo conocen la van a reconocer: El inconsciente existe e insiste tiene voz y hay que escucharla. Pero esto no queda ah, pues su inters por la incidencia de la fe a todos los niveles de la vida lo ha llevado a pensar inclusive en la posibilidad de la conversi. del inconsciente, idea altamente original y supongo que provocativa para el mismsimo Freud. Otra frase que le he escuchado muchas veces y que me ha encantado, es una cita de Lacan que suena ms o menos as: Si quieres saber acerca del goce, pregntale a un mstico. En toda la obra de Jorge algo que uno descubre es la posibilidad de que la fe cristiana pueda tener mucho que ver con el goce, y esto es supongo que sugerente tanto para algunos miembros de la comunidad psicolgica como para algunos miembros de la comunidad evanglica. Hay que decir que corre con una especie de gran ventaja intrnseca, que es su capacidad de decirle cosas dursimas a la gente con esa gracia que le da su acento cubano, sin que la gente se le ofenda. Pero tambin en sus libros, en los que su cubanidad porte. est ms disimulada por el medio escrito, tiene mucho que decirnos. Y por eso quisiera pasar como segundo punto al libro que nos convoca hoy. 2. El libro [pgina 14] Quizs muchos de ustedes ya hayan tenido oportunidad de leer u hojear este librito, que tiene ya estructuralmente dos caractersticas inusuales: en primer lugar, representa un gran acto de generosidad, ya que cualquiera que tenga acceso a una computadora vinculada a la red, puede bajarlo gratis de internet y luego imprimirlo o leerlo en pantalla. Digo que es un acto generoso, porque generalmente este tipo de iniciativa le regala al lector uno o dos captulos para engancharlo, pero luego exige que se pague cierto cnon para bajar el resto del material. En este caso no es as: cualquier visitante de la pgina Psicopastoral puede acceder a todos los captulos.

La segunda caracterstica inusual es que tiene un final abierto y una invitacin a que los lectores hagan aportes y sugerencias de todo tipo. Esta permeabilidad al dilogo que permite el formato es algo muy valioso, y que espero tenga eco en muchos de ustedes. El libro trata acerca de tres caminos que conducen al pleno conocimiento de nosotros para lograr nuestra salud integral. Estos tres caminos se vinculan con la fe, con la razn y con la psiquis. Len propone como ejemplares paradigmticos de estos tres caminos a Agustn, Descartes y Freud respectivamente. El fundamento desde el cual el autor lee cada uno de estos paradigmas, la lente hermenutica que usa, proviene de su trabajo bblico y especficamente el concepto de sanida. en el Nuevo Testamento, as como las distintas acepciones del campo semntico ligado a la fe, la razn y la psiquis en el Nuevo Testamento. No me parece el momento para brindar un resumen acabado de todo el libro, pero s quisiera destacar algunos aportes valiosos que en l descubro. En el primer captulo, que versa sobre la sanidad tal como la representa la Biblia, por ser sta fundamento de la fe y la tica cristianas, encontramos casi al comienzo una clave metodolgica del trabajo de Jorge, no solamente en este libro, sino en general. El autor dice: Quiero compartir lo que creo y lo que siento. Y eso que creo y que siento, lo coloco como material de trabajo para la reflexin, en el amor de Cristo, sobre lo que la revelacin bblica nos dice (en este caso, acerca de la sanida.). Me parece muy importante que un autor diga explcitamente que piensa hablar desde lo que cre. y sient., desde su experienci., pero que a la vez d lineamientos ticos y teolgicos para la utilizacin de ese bagaje de creencias y sentimientos: por un lado, que sean ofrecidos y tambin recibidos en el amor de Crist. y que, por el otro, se fundamenten en la Escritura entendida como revelacin de la Palabra hecha carne que es Cristo. Antes, en la primera parte del mismo prrafo, el autor ya ha subrayado dos limitaciones inherentes al intrprete de esa Palabra: (a) que no existe una exgesis o una hermenutica qumicamente pura; (b) que por eso, es imposible que uno pretenda expresar toda la verdad en lo que escriba o proponga. Tenemos, pues, condensado aqu en unas pocas lneas una gran sabidura hermenutica y teolgica, por la que un autor por un lado se atreve a exponerse usando la primera persona y por el otro subraya cules son sus propias limitaciones y las de cualquier intrprete de la Palabra. Muchos de [pgina 15] los problemas inherentes a la fe evanglica latinoamericana en sus manifestaciones no ideales, sino reales, tienen que ver con olvidarse de este sano equilibrio, y por lo tanto irse o al extremo de creer que las propias experiencias son normativas para todos, o al extremo de creer que la propia hermenutica bblica es normativa para todos. Ahora, para no irse a ninguno de estos extremos ni caer en sus respectivas patologas, ni como persona individual ni como comunidad, es necesaria una gran dosis de salu. del tipo que Len aqu denomina sanidad integra., sanidad que va ms all de la sanidad interior de la que tanto se escucha hablar ltimamente. Se me ocurre que para lograr este tipo de salud holstica o sanidad integral es necesaria la humildad. No me refiero a esa irritante falsa humildad de la cual uno descree instantneamente, ni tampoco de la auto flagelacin o falta de autoestima que algunos creen parte del camino de fe, sino de la sencillez de corazn que viene no solamente de que Cristo est en mi corazn a la manera de los viejos coritos, sino de que uno est viviendo en Crist., como lo expresa el Apstol Pablo. El propsito de Dios es que la vida misma del creyente est integrada a la dinmica trinitaria del Dios de amor, y este propsito es en parte una realidad presente, en parte una realidad en proceso y en parte una realidad que ser consumada en el Nuevo Cielo y la Nueva Tierra prometidos. La sanidad integra., que toca a cada aspecto de nuestra vida personal y estructural, incluye estas dimensiones y por eso mismo constituye un proceso. Por eso, el autor puede decir que Si bien somos salvos por la fe en Jesucristo y el arrepentimiento de nuestros pecados, mientras haya algn problema espiritual, moral, econmico, familiar, de salud, etc., que nos mantenga atados, la redencin cristiana no se ha consumado en nosotros todava. Una vez ms, lo que se intenta aqu es evitar las falsas polarizaciones, como aquella entre la experiencia de conversin como hecho puntual y la experiencia de conversin constante y lineal. En realidad, no se trata de mbitos excluyentes, sino complementarios. Este mismo tipo de razonamiento integrador se ve en otra parte del captulo cuando se destaca que si bien actualmente hay muchos que se dicen testigos de Jehov y otros que se dicen testigos del Espritu, lo que Dios desea es que todos seamos testigos de la Santsima Trinidad. Esta misma perspectiva de integralidad es til cuando queremos pensar acerca del ser humano en cuanto espritu, alma y cuerpo. El ser humano es uno solo, y cuando es sano, es un ser integral, ntegro e integrado. Cuando la Biblia habla desde la perspectiva de su materialidad o corporalidad, o desde la perspectiva de su interioridad, es como si mirara al mismo objeto de estudio a travs de distintas ventanas. La corporalidad humana no es menos que la interioridad humana, ni estn separadas una de la otra, como se torna evidente si queremos pensar cuando tenemos dolor de muelas o cuando el estrs resulta en trastornos fsicos. La esperanza cristiana en lo que el Credo Apostlico llama la resurreccin de la carn. y el Apstol Pablo llama soma pneumatikn o cuerpo espiritual, sirven como testimonio de esa integralidad. Cuando en el libro se

habla, pues de introspeccin por distintos caminos, no se trata de algo que est negando la dimensin corporal del ser humano. De hecho, lo que en el texto se [pgina 16] denomina de modo muy original con el neologismo oligopista, es decir falta de fe o retraso espiritual puede redundar en todas las dimensiones de la vida humana. En este contexto se nos presenta a Agustn como modelo de autoanlisis desde la fe. Aqu es importante resaltar lo difcil que es realizar un verdadero autoanlisis o por decirlo de otro modo, lo difcil que es conocerse a s mismo y ser sincero acerca de lo que uno descubre cuando mira con atencin. Aun los que somos ms bien callados o supuestamente introvertidos o introspectivos segn la acepcin menos tcnica del trmino, muchas veces nos escapamos del encuentro con nosotros mismos a travs de la lectura, de la msica o de otras sutiles maneras de escape. Por eso es valioso el ejemplo de personas histricas que intentaron saber quines eran realmente de un modo penetrante, y nos legaron alguna evidencia escrita de ese proceso. Agustn cuya antropologa en general no lo hace santo de mi devocin, por motivos que detallar en unos instantes aparece retratado de modo cautivante aqu como persona que forma parte de una familia y de una comunidad de buenos amigos, y que desde all descubre quin es y cmo debe cambiar. Un aspecto muy lindo del captulo sobre Agustn es asimismo el agregado de las preguntas para reflexionar en grupos y de manera individual. Algunas de las preguntas son muy importantes para nuestra vida eclesial y personal. Me encant la siguiente, por ejemplo: He orado pidindole al Seor que me obligue a buscarlo e invocarle en oracin, como hizo Agustn? Qu coraje se necesita para orar semejante cosa, y qu importante sera hacerlo. El tercer captulo se dedica al camino hacia la salud integral por medio de la razn, tomando a Ren Descartes como modelo, luego de un anlisis del concepto de la razn en el Nuevo Testamento. Un aspecto muy iluminador de esta parte del libro me result su clasificacin de la duda, desde tres puntos de vista: (a) como duda lgica que pertenece al campo de la razn; (b) como duda psicopatolgica, como por ejemplo la que se expresa en ciertas neurosis obsesivas; (c) como duda espiritual, que es parte del proceso de fe. Si nos toca alguna vez aconsejar a una persona que manifiesta muchas dudas, es til tratar de analizar el caso con estos tres tipos de duda en mente. Si tratamos de entender como duda racional algo que en realidad es una caracterstica psicopatolgica, poco podremos ayudar. Pero si vemos la duda siempre como algo patolgico, tampoco habremos entendido cabalmente aquello de creo, ayuda mi incredulidad ni la importancia de la duda en los procesos de discernimiento espiritual. En este sentido es una perlita una frase de Jorge que vale la pena consignar a la memoria: En mi experiencia pastoral nunca me he preocupado cuando un joven me ha dicho que tiene dudas; s me he preocupado cuando un adulto me ha dicho que nunca las ha tenido. Ahora bien, como explica nuestro texto, la duda metdica de Descartes tiene como objetivo llegar a la certeza por el camino de la razn. Pero se trata de una razn pura y desencarnada? En realidad, es una razn encarnada en una persona y en una tradicin, a tal punto que Len muestra las relaciones [pgina 17] orgnicas entre el pensamiento agustiniano y el cartesiano. El camino de la razn de Descartes tal como lo presenta Jorge es valioso porque refleja a su vez otras dimensiones de la vida y es el intento de poner a la razn a trabajar en los mbitos que le competen, como contribucin a una salud integral que la supera. El cuarto captulo, como no es realmente de extraar en un psicoanalista, nos presenta a Freud como modelo de introspeccin y de autoanlisis. Desde la experiencia clnica y desde la teora psicoanaltica, Len recalca dos aspectos importantes a tener en cuenta cuando se quiere embarcar en alguno de estos tres caminos (a) que no es sencillo para nadie; (b) que para ciertas personas es imposible. En la segunda categora menciona a los psicticos (a los piantos por decirlo tangueramente) y a los neurticos obsesivos, que precisan ayuda a sali. de su constante introspeccin intil. Estas indicaciones una vez ms nos ayudan en la tarea del acompaamiento pastoral: no hay frmulas nicas que funcionen para todas las personas. Por eso, Jess no trat a todas las personas de la misma manera, como podemos ver si comparamos sus dilogos con Pedro, Mara Magdalena o la mujer samaritana en el Evangelio de Juan. Tambin en este captulo, Len incursiona en el significado de conciencia en el Nuevo Testamento, en el marco de lo cual explica qu significa para l el hecho de estar creados en imagen de Dios los seres humanos. Puntualiza: Dios es un ser moral, y por eso, la imagen de Dios en el hombre, es una imagen moral. Por eso, la imagen de Dios se expresa, en el ser humano, mediante la conciencia mora. Tener conciencia moral dice no es lo mismo que ser moralista. Significa ser semejante a Dios, que por definicin es amo. Por eso, vivir en el amor es vivir en Dios y con Dios. Uno de los aspectos del pensamiento de Len que me parecen ms enriquecedores es cmo es capaz de hacer una sntesis de la teologa juanina o jonica y paulina del Nuevo Testamento, para luego darle una aplicacin psicoteraputica, como en este caso: el amor (juanino) y el estar en Dios y con Dios (paulino) como marco para su posterior discusin sobre el inconsciente (freudiano). All llega a decir que el motivo por el cual muchas veces nos sobresaltamos y nos llegamos al final de ciertos sueos es que acta nuestra imago Dei como esencia moral innata.

Con respecto a Freud, por ltimo, quiero resaltar la vuelta de tuerca que hace Len para apuntar las armas del mismo Freud en su contra, al aplicar el mecanismo de defensa de la negacin al atesmo confeso de Freud. Cito a Len: La negacin de la existencia de Dios que hace Freud en una veintena de obras, representa una

afirmacin inconsciente de su existencia. La posicin de Freud es ms religiosa que la de Jung quien, a pesar de ser hijo de un pastor protestante, diluy el concepto de Dios en el inconsciente colectivo. Una de las caractersticas de los libros de Len es justamente que aparece por ah este tipo de afirmaciones que nos sorprenden y desafan a pensar las cosas desde otro lugar, aunque no necesariamente aterricemos finalmente en el mismo lugar que l. [pgina 18] 3. Breve excurso desde el gnero Les deca al comienzo que muchas veces estas presentaciones de libros se transformaban en una ponencia sobre cualquier otro tema. No es mi intencin aqu, pero s quisiera aportar mi reaccin desde la invitacin que nos hace Jorge al final de este libro cuando afirma que es un libro inconcluso que espera ser concluido con la colaboracin de sus lectores. En un pasaje del captulo 4, el captulo sobre Freud, Jorge hace mencin a una discpula de Freud, Karen Horney. Me llam la atencin por un lado porque si mal no recuerdo es la nica mujer citada en el libro. Pero tambin por lo que Jorge cita de ella; me refiero a la frase segn la cual ella se apart de su maestro Freud para ponerse a sus espaldas, para ver lo que l no poda. Le agradezco al inconsciente de Jorge que existe, insiste y se hace escuchar, y lo llev a poner esa frase no estrictamente necesaria para la argumentacin de ese prrafo, pero que abre horizontes necesarios. De hecho, los tres paradigmas propuestos, Agustn, Descartes y Freud, adolecen de una antropologa y por qu no decirlo de una espiritualidad androcntric., es decir, que toman al varn y no al ser humano ntegro, varn y mujer como la medida de la humanidad. Esto a Agustn lo lleva a nombrar a su hijo Adeodato en sus Confesione., pero no a dar a conocer el nombre de la concubina con la que vivi monogmicamente muchos aos o a evitar el contacto significativo con las mujeres (salvo con su mamma Mnica) despus de su conversin. A Descartes lo lleva a acentuar en su pensamiento la tendencia dualista de Occidente, radicalizando la separacin entre la res cogitans o cosa pensante de la res extensa u objeto pensado. La tradicin filosfica que lo sigui, y con la cual verdaderamente hay continuidad con Agustn en muchos puntos, tuvo entonces en quien basarse para solidificar como parte de su sentido comn la falacia de que el varn era el ms pensante y espiritual y que la mujer se vinculaba ms con la naturaleza, precisamente con las res extensa a ser explorada y dominada. Y finalmente Freud, heredero tambin de esta tradicin, arm un sistema de pensamiento extremadamente androcntrico, en el cual por ejemplo las experiencias del nio varn (el que aparece en sus propios sueos) son normativas y las de las nias mujeres derivativas. No es necesario descartar a estos hombres como modelos de introspeccin solamente porque no hayan visto todo lo que haba para ver. Pero s hay que mirar, como Karen Horney, a sus espaldas, arriba, abajo, a los costados y ms adelante, para ver lo que ellos no pudieron, y lo que sus inconscientes androcntricos tampoco pudieron superar. En esto, como cristianos, nos ayuda el modelo de Jess, que s fue capaz de una mirada que superaba la del sentido comn patriarcal, si bien pocas veces esto ha sido captado en profundidad en la prctica cristiana. La pregunta pendiente es, entonces, en qu es necesario cambiar y completar estos modelos de introspeccin para que no perpeten el pecado personal y estructural del androcentrismo, que traducido es, machismo? [pgina 19] Esto es un paso necesario en el camino hacia la espiritualidad integral y la sanidad integral a la cual Jorge tanto ha contribuido. Solamente cuando veamos al ser humano verdaderamente como varn y mujer, dejaremos de ser herejes en el sentido definido por Jorge en su libro: gente que asume una actitud reduccionista y contempla slo una parte de la realidad. Por eso habra que agregar a la lista de Jorge en la que habla de las tres maneras de ser hereje en el anlisis de la naturaleza humana (la espiritualista, la materialista y la psicologista) una cuarta, que aparece a menudo como eje transversal de las otras: el reduccionismo androcentrista. Tambin quisiera aprovechar aqu para hacer un pedido puntual: que agregue un cuestionario para grupos y para personas individuales al final de los captulos sobre Descartes y Freud, anlogo al que aparece al final del captulo sobre Agustn, y que me result tan rico y sugerente. 4. Mensaje de esperanza Finalmente, mi cuarto punto no es un sermn, pero s una conclusin si se quiere homiltica. Si hay algo que me queda de todo lo que Jorge dice y escribe, de su vida en general y de su testimonio, es su alegr. y su esperanza. Recordarn aquel pasaje de 1 Tesalonicenses (4:13), cuando en el contexto de la esperanza en la Segunda Venida de Jess, el apstol dice no os entristezcis como los otros que no tienen esperanza. No se

trata de una esperanza buenoide, tonta, ciega, espiritualista ni exclusivamente ultramundana, sino de una esperanza forjada en el ahora, en medio de los problemas de la gente. Jorge suele decir que su consultorio es una boca de urna, pues los problemas de sus pacientes reflejan los problemas de un buen recorte de la sociedad, por lo menos de los sectores socioculturales medios. Y sin embargo, escuchar las plidas de generaciones de pacientes, muchos de ellos evanglicos practicantes, no ha hecho menguar su esperanza en la posibilidad de la redencin del ser humano ni su compromiso con la institucin eclesial. Al contrario, lo veo fresco como una lechuguita, joven, buscando maneras creativas de alentar, educar y edificar a los dems. No podemos ser ingenuos: hoy ms que nunca, los problemas en nuestro querido pas, en nuestra Amrica (en el decir de Mart) y en el mundo entero, son verdaderamente angustiantes. Y sin embargo, estamos desafiados a vivir como quienes tienen esperanz. en medio de una desesperanza colectiva. En este marco, vale la pena celebrar la vida de Jorge y los escritos en los cuales l se da a conocer, pues son un modelo que nos alienta y nos apunta hacia la esperanza y la liberacin que nos brinda el Dios trino por medio del nico verdadero gran Terapeuta y Pastor, Jesucristo. Muchas gracias.

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Captulo 1 El fundamento indispensable: La BibliaYa hemos visto que en nuestra cultura, llamada posmoderna, algunos pretenden hacer desaparecer ciertos fundamentos, que han servido como roca sobre la cual edificaron sus vidas nuestros antepasados. La Biblia es el fundamento de la fe y la tica cristiana. Desconocer su autoridad significa dejar de ser cristianos. Es necesario, sin embargo, distinguir entre lo que la Palabra de Dios dice, de lo que algunos dicen que ella dice. Aqu nos encontramos con la dificultad ms seria que tiene que encarar la Iglesia de nuestro tiempo, el problema hermenutico.

El problema hermenuticoQu queremos decir cuando nos referimos a la sanidad? Estamos en presencia de un significante, trmino que tomo prestado a la lingstica, y por debajo de dicho significante encontramos muchos significados. Es evidente que no todos queremos decir lo mismo cuando nos referimos a la sanidad, porque muchos le damos significados diferentes. La diversidad de significados puede conducirnos a una gran confusin que puede afectar al pueblo de Dios, y a las personas que deseamos ganar para Cristo. Necesitamos una autoridad, un fundamento aceptable para todos, que nos esclarezca lo que queremos decir cuando nos referimos a la sanidad. Para el cristiano, que pretende ser fiel al evangelio, la mxima autoridad para aclarar los contenidos de nuestra fe, de nuestra moral, y de nuestra pastoral evanglica, es la Biblia. Aqu surge el problema de la hermenutica, Tenemos diversas maneras de interpretar algunos textos bblicos. Cada uno se siente enmarcado en el contexto de las diferentes herencias religiosas en las que nacimos al evangelio. Nadie tiene derecho a dudar de la sinceridad, la fidelidad, y la honestidad de un creyente al interpretar. Pero es necesario sealar que cualquier interpretacin que est en pugna con las enseanzas de nuestro Seor, la mxima revelacin divina, est errada. Creo que no existe una exgesis o una hermenutica qumicamente pura. Es por eso, que no pretendo expresar toda la verdad en lo que escribo. Pero quiero compartir lo que creo y lo que siento. Y eso que creo y que siento, lo coloco como material de trabajo para la reflexin, en el amor de Cristo, sobre lo que la revelacin bblica nos dice acerca de la sanidad. Tambin espero que las personas que lean estas reflexiones puedan tomar como propias algunas de mis ideas. Sobre todo en lo referido a lo que dice la Biblia, sobre la manera de aplicar, coherentemente, lo que ella nos dice en la situacin compleja que vivimos, y cules herramientas de nuestra cultura pueden ayudarnos a mejorar nuestras vidas. [pgina 21] El concepto de sanidad en el Nuevo Testamento La palabra sanidad, segn la Concordancia Bblica, de la Editorial Caribe, aparece seis veces en el Nuevo Testamento. (Hechos 3:16; 4:22; 4:30, I Corintios 12:9; 12:30 y Apocalipsis 22:12). Pero existen varios verbos, con sus respectivos sustantivos que nos ayudan a descubrir lo que el Nuevo Testamento ensea sobre la sanidad. Les propongo que reflexionemos sobre tres enfoques referidos a este tema. Veamos: 1) Segn la Concordancia del Nuevo Testamento, la palabra asis, sanidad, aparece slo tres veces: Lucas 13:32; Hechos 4:22 y 4:30. En Hechos 3:16, texto que relata la curacin de un cojo, aparece la palabra holokleran, que significa sanidad perfecta, o plenitud de la salud. Esta palabra no vuelve a aparecer en el Nuevo Testamento. Por eso, en este primer punto vamos a referirnos slo al verbo iomai y al substantivo asis. El verbo iomai, aparece en los siguientes textos: Mateo 8:8, 13; 13:15. Marcos 5:29. Lucas 5:17; 6:18, 19; 7:7; 8:47; 9:2, 11, 42; 14:4; 17:15; 22:51. Juan 4:47; 5:13; 12:40. Hechos 9:34; 10:38; 28:8, 27. Hebreos 12:13; Santiago 5:16 y 1 Pedro 2:24. Del mismo verbo procede iatrs, palabra que significa mdico. Es fcil recordarla porque al mdico de la mente se le llama psiquiatra. La palabra iatr. se utiliza slo siete veces en el Nuevo Testamento. En todos los textos se pone de manifiesto la existencia, hace dos mil aos, de la profesin de mdico. En tres de ellos Jess dice: Los sanos no tienen necesidad de mdico, sino los enfermos. (Mateo 9:12; Marcos 2:17 y Lucas 5:31. Adems, Jess menciona un refrn popular, referido a esos profesionales: Mdico crate a ti mismo. Tambin hay dos referencias a una mujer que sufri de flujo de sangre, durante doce aos, quien haba gastado todo su dinero con mdicos, sin lograr resultado alguno (Marcos 5:26 y Lucas 8:43), hasta que se encontr con el Mdico Divino. Finalmente, en Colosenses 4:14 San Pablo da testimonio de que San Lucas era mdico.

2) El verbo therapeo, que significa cuidar y sanar, aparece 36 veces en los cuatro evangelios, y 7 en otros libros del Nuevo Testamento. En San Mateo aparece 16 veces, en Lucas 14, en Marcos 5 y en Juan una sola vez. Lo encontramos cinco veces en Hechos y dos en Apocalipsis. (Mateo 4:23, 24; 8:7, 16; 9:35; 10:1, 8; 12:10, 15, 22; 14:14; 15:30; 17:16, 18; 19:2; 21:14. Marcos 1:34; 3:2, 10; 6:5, 13. Lucas 4:23, 40; 5:15; 6:7, 18; 7:21; 8:2, 43; 9:1, 6; 10:9; 13:14 (dos veces); 14:3. Juan 5:10. Hechos 4:14; 5:16; 8:7; 17:25; 28:9. Apocalipsis 13:3, 12). En muchos casos, el contexto indica que la traduccin debe ser servir o ministrar, en otros, el contexto indica que la traduccin correcta es sanar o curar. Por ejemplo en Mateo 4:23, 24; 8:16, etc. Therapea, de donde viene la palabra terapia, aparece en Lucas 9:11, 12:42 y Apocalipsis 22:2. Therpon, de donde viene nuestra palabra [pgina 22] terapeuta aparece una sola vez en el Nuevo Testamento y se aplica a Moiss como el sirviente, el que cuida, el que ministra al pueblo. (Hebreos 3:5). 3) Salvacin, salud, libertad y liberacin. La palabra sotera, no siempre se utiliza para referirse a la salvacin del alma. A veces se la utiliza para sealar la salvacin de la maldad de los enemigos, como en Lucas 1:71. Es en ese sentido que la utiliza Esteban en su discurso de defensa en Hechos 7:25. Reina Valera aqu traduce soter. por libertad. En Hechos 27:34 traduce por salud. Por tanto, os ruego que comis por vuestra salud. La misma palabra griega la traduce por liberacin en Filipenses 1:19. San Pablo utiliza el concepto de soter. como un proceso de liberacin de todo lo que ata al creyente. En Romanos 13:11, nos dice: porque ahora est ms cerca de nosotros nuestra salvacin que cuando cremos. Debe tenerse en cuenta que el Apstol est escribiendo a creyentes. Este texto se aclara en la epstola a los Efesios donde aparece la liberacin como un proceso. El concepto de liberacin lo expresa Pablo por medio de la palabra griega apoltrosis, que Reina Valera traduce por redencin. Justamente, redimir a un esclavo era otorgarle la libertad. La raz de esta palabra es el verbo lo, que significa desatar. Es decir, ap es una preposicin que da mayor fuerza al verbo lo, a la accin de desatar o liberar. El proceso est marcado por dos extremos, que son: 1) Lo que ya tenemos en Cristo, y 2) Lo que todava nos falta alcanzar, la vida plena en Cristo. En Efesios 1:7 leemos: en quien tenemos liberacin (redencin segn Reina Valera) por su sangre, el perdn de pecados segn la riqueza de su gracia. En este versculo la liberacin es algo logrado en cuanto al destino eterno. Pero en la misma epstola, (4:30), se nos dice que la redencin o liberacin todava no se ha consumado: No contristis al Espritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el dia de la liberacin (redencin). Aqu se trata de la apoltrosis como algo por alcanzar. Si bien somos salvos por la fe en Jesucristo y el arrepentimiento de nuestros pecados, mientras haya algn problema espiritual, moral, econmico, familiar, de salud, etc., que nos mantenga atados, la redencin cristiana no se ha consumada en nosotros, todava. La experiencia de San Pablo significa que este proceso de sanidad. puede ser largo. En la mayora de los casos no es puntual e instantneo, sino lineal. Si somos honestos con Dios, y con nosotros mismos, reconoceremos que a cada uno le falta, todava.

El concepto de sanidad de lo interior del hombre en el Nuevo TestamentoQu queremos decir cuando nos referimos a la sanidad interior? Significa que lo interior est siempre enfermo? Quin soy yo, cuando estoy dormido, y sueo? Por qu un buen cristiano puede tener sueos pecaminosos? Por qu es posible decir palabras, o hacer cosas, en sueos, que despiertos ni siquiera pensaramos? [pgina 23] En la Biblia se hace referencia a revelaciones divinas producidas a travs de sueos. Pero, no siempre los sueos tienen esa caracterstica. Nuestro Seor dice: de la abundancia del corazn habla la boca. (Mateo 13:24 ). De esa enseanza podemos deducir que: de la abundancia del corazn soamos lo que soamos. En otras palabras, los sueos son la realizacin alucinada de nuestros propios deseos inconscientes. Tenemos almacenadas, en nuestro hombre interior, cosas buenas y cosas malas. Desde el punto de vista teolgico, tenemos la imago Dei y nuestra condicin de pecadores. Nos dice la Palabra de Dios que el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios (Gnesis 1:27). Pero la Biblia tambin se refiere a la cada del ser humano, en Gnesis 3. Luego, en cada uno de nosotros coexisten la Imagen de Dios y el pecado original. Pecado original que es una especie de inconsciente colectivo de la humanidad. De esta tensin interna suelen surgir los sentimientos de insatisfaccin, y la sensacin de que nos falta algo. La Parbola del Sembrador se refiere a cuatro tipos de estructuras psquicas. Desde el punto de vista psicolgico tenemos que reconocer la existencia de temperamentos diferentes, algo que traemos al mundo, al nacer, como una especie de equipaje inconsciente. Adems es necesario reconocer la incidencia, en nuestras mentes, de los traumas infantiles, y la influencia de la enfermedad, o la salud mental, de los padres y otros adultos sobre los nios.

Algunos creyentes tienen dificultades para distinguir lo anmico de lo emocional o psicolgico. Hay personas que afirman que no existen los problemas psicolgicos. Para ellos, toda dificultad interior es reducida a una problemtica espiritual. Sera muy til lograr un consenso sobre el significado del significante sanidad. En lingstica, significante es todo aquello que significa algo para alguien. La estructura del lenguaje determina el significado de los significantes. Por ejemplo: El significante blanca puede significar el nombre de una persona o el color de un objeto, en las siguientes oraciones: 1) La casa es blanca, y 2) Blanca se casa. El adjetivo anmico viene de la palabra latina anima. que significa alma. Sanidad interior, tiene sentido si nos referimos a la salud del alma. En griego, el significante psiqu. puede significar tanto alma, como mente. Si alguien interpreta que los problemas internos del sujeto humano, son exclusivamente espirituales; otra persona, con el mismo derecho, podra asumir la actitud reduccionista inversa. Es decir, tendra el derecho de afirmar que todos los trastornos internos del ser humano son exclusivamente materiales, tales como: Cncer en los rganos internos, tuberculosis, trastornos cardacos, lceras, sida, etc. Tambin se podra argumentar que todos los trastornos de la insanidad interio. tienen una causa psquica. Es decir, que tienen un origen psicosomtico. Cuando alguien asume una actitud reduccionista, contempla slo una parte de la realidad, y se le podra llamar hereje, en el sentido de haresis, de parcial, por tomar la parte por el todo. En el anlisis de la naturaleza humana hay [pgina 24] tres maneras de ser hereje: Como espiritualista, como materialista y como psicologista. Anmico, podra tambin proceder del trmino griego nemos, que significa viento. Tambin el significante pnema puede traducirse por viento, de l proceden nuestras palabras: neumtico, neumona, etc., tambin puede significar espritu. El Seor hace un juego con dos significados de un significante, en San Juan 3:8, cuando dice: El viento (pnema) sopla de donde quiere, y oyes su sonido; ms ni sabes de donde viene, ni a donde va; as es todo aquel que es nacido del Espritu (pnema). En el Nuevo Testamento, en griego, pnema est escrita con letra minscula, Reina Valera pone la e, de espritu, con mayscula, porque se refiere al Espritu Santo. Presupone la sanidad interior la sanidad exterior? Claro que no, un buen cristiano puede tener enfermedades del cuerpo tanto en su parte externa como en la interna. Tambin puede tener problemas espirituales, y anmicos o psicolgicos. Es necesario aclarar que la sanidad interio. s presupone la sanidad exterior cuando sta se refiere a las relaciones con el prjimo. En toda comunidad de fe hay creyentes que, con mucha facilidad, crean tensiones con sus hermanos. Hay algunos cuya sola presencia, y su actitud de vida, nos traen tranquilidad y paz. Son los buenos discpulos del Gran Maestro, quien dijo: Aprended de m que soy manso y humilde de corazn (Mateo 11:29). Tambin hay otros, cuya sola presencia crea un ambiente de molestia o tensin. De la abundancia de la vida interior se expresa exteriormente lo que realmente somos. Deseo ahora ratificar la definicin de la Iglesia que desarroll hace treinta aos, en una de mis publicaciones:

Una iglesia es un conjunto de personas que confiesan a Jesucristo como su Seor y Salvador personal, conservan sus caractersticas individuales distintivas, adoran juntos a Dios, interactan entre s a la luz del evangelio para el mutuo enriquecimiento, y colaboran con Dios para el logro de la redencin de todo el hombre y de todos los hombres. Cuando digo: La redencin, o liberacin, de todo el hombre, estoy incluyendo el adentro y el afuera. No existe la sanidad interio. si sta no se expresa, en sanidad exterior, como fruto del Espritu Santo, segn Glatas 5:2223. Por sus frutos los conoceris, dice el Seor. Ciertamente, quien no es capaz de interactuar con otros, a la luz del evangelio, para el mutuo enriquecimiento, carece de sanidad interiorporque su fruto exterior lo delata. Hay varios significantes en el Nuevo Testamento que se refieren a la vida interior del ser humano. Creo que es necesario que los tengamos en cuenta en toda reflexin seria sobre la sanidad interior. Nos vamos a referir a algunos de ellos. 1) Comenzamos por el concepto de hombre interio. (so nthropos), que San Pablo presenta en Romanos 7:22 y Efesios 3:16. En oposicin al hombre exterior, (dso nthropos) que aparece en 2 Corintios 4:16. [pgina 25] En todo el captulo 7 de la Epstola a los Romanos, el Apstol se refiere a su lucha interna. Nos ocupara mucho espacio hacer la exgesis de ese captulo, por lo tanto, renuncio a esa tarea. Slo voy a sealar que en su vida interior Pablo encuentra cosas buenas y malas, como cualquiera de nosotros. Siente una tensin interna muy grande, seguramente agravada por estmulos o tentaciones externas, que le llevan a exclamar talaporos go nthropos, que me gusta traducir: Pobre de mi, que soy un ser humano. (Romanos 7:24). El proceso de sanidad integral sigue progresando en la vida de San Pablo. Varios aos despus de haber escrito la Epstola a los Romanos escribe: No que la haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto (teleis);

sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui tambin asido por Cristo Jess. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrs, y extendindome a lo que est delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo

Jess (Filipenses 3:1314). Si consideramos las epstolas pastorales como paulinas, aunque hayan sido retocadas posteriormente por un discpulo; encontramos la certeza del Apstol de que al final de su vida, haba alcanzado la culminacin de su proceso de sanidad interior. Este es su testimonio: Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida esta cercano. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo dems, me est guardada la corona de justicia, la cual me dar el Seor, juez justo.(2 Timoteo 4:68). Llama la atencin el hecho de que se refiere a una corona para ser colocada sobre alguien que va a ser decapitado, porque l saba que, como ciudadano romano, no poda ser crucificado. Podra alguien cortar la cabeza del alma de San Pablo? Veamos ahora el segundo texto donde San Pablo se refiere al hombre interior. Esta porcin de las Escrituras es muy clara, pero al mismo tiempo es muy profunda. Est cargada de significados espirituales y teolgicos. Es un texto que se refiere a la plenitud del ser humano, como meta deseable, y a la plenitud de Dios, es un texto trinitario. Por lo tanto, me voy a limitar a citarlo en su contexto: para que os de, conforme a las ri-

quezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espritu; para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seis plenamente capaces de comprender con todos los santos cual sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer al amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seis llenos de toda la plenitud de Dios. (Efesios 3:1619). Este texto me recuerda el misticismo del autor del Evangelio segn San Juan cuando dice: Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia. (Juan 1:16). Es la imagen del creyente ante la plenitudde Dios, comparable con la del sol, que est lleno de luz y de calor; en forma semejante participa el creyente de la gracia de Dios para siempre. (Chris ant chritos). En el ltimo texto donde San Pablo se refiere al hombre interior. lo hace por oposicin al hombre exterior. y dice: aunque este nuestro hombre [pgina 26] exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de dia en dia.. (2 Corintios 4:16). Aqu se pone de manifiesto el proceso de sanidad interio. en la vida de San Pablo, a la cual me he referido antes. Todos necesitamos esa renovacin interior de dia en dia. Todo creyente conoce cules son los medios de los que dispone para lograr la renovacin interior cotidiana. Es necesario robustecer el alma, nutrindola con alimento sano. El orgullo, la vanidad, el egosmo, la frivolidad, han sido siempre los corruptores de las almas. Debemos tener una buena calidad de vida interior, tan buena como la que logr Pablo. Tambin se necesita mucha humildad para reconocer que todava no somos todo lo que debemos ser. La espiritualidad no es slo un esfuerzo humano, aunque debemos ser compaeros de trabajo, sunergo, de Dios, como nos sugiere San Pablo en 1 Corintios 3:9. No debemos perder de vista que slo Cristo nos puede dar el crecimiento interior, que slo el Espritu Santo puede darnos conciencia de pecado, segn Juan 16:8, para lograr dicho crecimiento. Tampoco debemos olvidar que, por el amor del Padre, recibimos al Hijo y al Espritu Santo, para bendecir nuestras vidas. En el dia de hoy existen muchos Testigos de Jehov y algunos testigos del Espritu Santo. Sin embargo, Dios desea que todos seamos testigos de la Santsima Trinidad. Quien se sienta ajeno al concepto trinitario no es fiel al Dios, que nos ha sido revelado por Jesucristo. En el contexto del mensaje de San Pablo a los Corintios, en el tercer captulo de su primera epstola, versculos 1 al 9, me gusta traducir sunergo, en el versculo nueve, no como compaeros de trabajo de Dios, ni como colaboradores de Dios, como traduce Reina Valera, yo preferira traducir: jardineros al servicio de Dios. Porque es Dios quien otorga el crecimiento y la sanidad, Nosotros colaboramos con la obra divina como simples jardineros de nuestras almas. Para San Pablo, el proceso de sanidad integra. tambin implica una transformacin de la mente, dicho proceso es para San Pablo una metamorfosis, utiliza el verbo metamorfo, (Romanos 12:12) de donde viene nuestra palabra metamorfosis. Se refiere a la transformacin de la mente. Proceso largo y difcil, pero no imposible de lograr. La ciencia se ocupa de este tema desde distintos enfoques: Neurologa, psiquiatra, psicologa, psicoanlisis, y otras tcnicas psicoteraputicas. 2) El segundo significante que deseo considerar es karda, corazn. Dnde est el alma? En el corazn? No sabemos. Lo que s sabemos es que en los tiempos bblicos no se conocan las funciones del corazn. El mdico y telogo espaol Miguel Servet (15111553), quien muri en la hoguera, como hereje, bajo el gobierno calvinista de Ginebra, fue el primero en informarnos sobre el asunto. Su libro: La restauracin del cristianismo, publicado poco antes de su muerte, contiene la primera descripcin rigurosa del sistema circulatorio pulmonar. Es decir, que mediante la colaboracin de los pulmones, el corazn, y el resto del aparato circulatorio, el organismo se alimenta con el oxgeno, que la sangre lleva en sus glbulos rojos, y que necesitan nuestros msculos para funcionar. En tiempos de Jess era comn [pgina 27] referirse al corazn para significar el hombre interior. Hay una gran cantidad de textos: Los limpios de corazn vern a Dios (Mateo 5:8). Jess mismo se define como un hombre manso y humilde de corazn. Y afirma que de la abundancia del corazn habla la boca (Mateo 12:34). En ocasiones se utiliza, este significante, para expresar la comunicacin de la vida interior con la exterior, por ejemplo, en los binomios: Coraznboca y Coraznrostro

3) El tercer significante que deseo presentar es splgchon, entraas, intestino, vscera. Este significante tiene slo un significado negativo, el que aparece en Hechos 1:18, donde se dice de Judas, que: se revent por la mitad y todas sus entraas se derramaron. En todos los restante textos del Nuevo Testamento tiene un significado positivo. Este significante, y el verbo de donde procede splagchndsomai son de difcil traduccin. Por lo general se traduce por: Ser movido a la piedad o la compasin. dando por sentado que los sentimientos residen en el vientre, y no en el corazn, como solemos pensar hoy. En Mateo 9:36; Mateo 14:14; etc., es a Jess mismo, a quien se le mueven las entraas, para sentir compasin. En Lucas 10:33 al buen samaritano, y en Lucas 15:20 al padre del hijo prdigo, quien simboliza a Dios, se le mueven las entraas. En todos los casos Reina Valera traduce: Tuvo misericordia, compasin o algo similar. La Biblia de las Amricas acompaa a Reina Valera en la traduccin del verbo, pero cuando aparece el sustantivo, en todos los casos, tiene una nota que dice: Literalmente: entraas. Esta Versin traduce Filipenses 1:8: con el entraable amor de Cristo Jess. pero tiene una nota que dice: Literalmente: en las entraas. La misma nota aparece en la traduccin de Filipenses 2:1. Es utilizado tres veces en la epstola a Filemn; primero en el versculo 7, despus en el 12, donde dice: recbelo como si fueran mis propias entraas, sin embargo, en el versculo 20, en esta versin, se traduce corazn, donde el texto original dice entraas, aunque no falta la nota explicativa. Finalmente, en 1 Juan 3:17 se hace referencia a las personas que cierran sus entraas a los pobres. Aunque en el texto aparece corazn, una nota explica que en la lengua original dice entraas. 4) Del verbo noo, (percibir, observar, comprender), proceden tres significantes que se refieren a la mente, al entendimiento, en fin, a la razn. Estos significantes son: Nos, dinoia y nema. En cuanto a nos, veamos un par de textos Uno puede tener la mente depravada, como afirma San Pablo, en Romanos 1:28 de la sociedad romana; o puede tener una mente semejante a la de Jesucristo. El afirma de s mismo: Mas nosotros tenemos la mente de Cristo. 1 Corintios 2:16. Nos, mente, aparece 23 veces en el Nuevo Testamento segn la Concordancia Griega.1 Cuando el Seor Resucitado aparece a sus discpulos, dice el evangelio segn San Lucas 24:45: Les abri la mente para que comprendieran las Escrituras. En Romanos 7:23 San Pablo dice: pero veo otra ley en los miembros de mi cuerpo que hace guerra contra la ley de mi mente. Y en 7:25: As

que yo mismo, por un lado, con la mente sirvo a la ley de Dios, pero por el otro, con la carne, a la ley del pecado. Muy conocido es el texto [pgina 28] de Romanos 12:2 Y no os adaptis a este mundo, sino transformaos mediante la renovacin de vuestra mente. Nos, mente, aparece cuatro veces en 1 Corintios 14:14, 15, 19. El texto dice as: Porque si yo oro en lenguas, mi espritu ora, pero mi ment. queda sin fruto. Entonces qu? Orar con el espritu, pero tambin orar con la mente; cantar con el espritu, pero tambin cantar con la mente.en la iglesia prefiero hablar cinco palabras con mi mente, para instruir tambin a otros, antes que diez mil palabras en lenguas. Nos aparece 24 veces en el Nuevo Testamento.Dnoia, es el fortalecimiento de nos con el prefijo di. O sea, di + nos, o nos. Este es el trmino que se utiliza para expresar una de las maneras en que el ser humano debe amar a Dios. El texto es una traduccin al griego de Deuteronomio 6:5, que dice as: Amars al Seor tu Dios de todo tu corazn (karda), y con toda tu alma (psiqu), y con toda tu mente (dnoia). Las tres palabras griegas, aparecen en Mateo 22:37, Marcos 12:30 y Lucas 10:27. Adems de estos tres textos, dinoia aparece en Efesios 2:3 y 4:18; Colosenses 1:21; Hechos 8:10 y 10:16; 1 Pedro 1:13; 2 Pedro 3:1 y 1 Juan 5:20.

Nema, aparece solo seis veces en el Nuevo Testamento. Cinco en 2 Corintios y la sexta en Filipenses 4:7. Volver sobre estos tres significantes en el captulo 3.En el captulo 3 veremos otro significante que se refiere a la mente humana que tiene poca incidencia en la Biblia, pero mucha en el mundo cientfico, me refiero a fren. En el campo de la psicologa encontramos trminos tales como: oligofrenia Esquizofrenia, frenologia, etc. En el Nuevo Testamento encontraremos este significante, slo dos veces, en un slo versculo: 1 Corintios 14:20. 5) Por ltimo, hay un significante que se refiere a la vida interior del ser humano que me parece fundamental. Me refiere a psiqu, el cual ya hemos visto en el mandamiento que nos ensea la forma en que debemos amar a Dios. Tambin significa mente, de l procede psiquismo, psicologa, psicoanlisis, psicopedagoga, etc. Pero, en el texto bblico, no se utiliza en ese sentido. En casi todos los textos del Nuevo Testamento se refiere, especficamente, al alma. Por ejemplo, Romanos 2:9: Habr tribulacin y angustia para toda alma humana que hace lo malo. El propio Jess afirma: mi alma est muy afligida. (Mateo 26:38).

1 Moulton,

W. F, y Geden A. S. A Concordance to the New Testament, Edimburgo, 4. Edicin 1963.

He revisado cuidadosamente la versin Reina Valera comparndola con el texto en su lengua original, y he descubierto que hay 45 versculos donde psiqu se traduce por alma. Hay unos pocos textos donde es necesario traducir por vida. Vase como ejemplo: Mateo 6:25, 10:39 y 16:25. Tendramos serias complicaciones teolgicas si tradujramos psiqu por alma en Mateo 16:25, pues la enseanza de Jess quedara as: Porque el que quiera salvar su alma, la perder; pero el que pierda su alma por causa de mi, la hallar. En unos pocos pasajes bblicos psiqu es traducido por persona. [pgina 29] Considero al espritu humano, pnema con minscula, como sinnimo de alma. San Pablo dice.

El Espritu (Santo) mismo da testimonio a nuestro espritu (humano) de que somos hijos de Dios. (Romanos816). En general alma y espritu se utilizan indistintamente en el Nuevo Testamento. Pero nos encontramos con dos textos oscuros. El primero es 1 Tesalonicenses 5:23 donde se dice: y que todo vuestro ser, espritu, alma y cuerpo, sea preservado irreprensible. El otro texto es ms complicado todava, me refiero a Hebreos 4:12 que dice: Porque la palabra de Dios penetrahasta la divisin del alma y del espritu. Y las palabras griegas son psiqu y pnema. Yo no entiendo cmo se puede separar el alma del espritu. No se trata de sinnimos? Dejo el interrogante para preocupacin del lector. Cul es la residencia del alma? Ren Descartes afirm que sta reside en la glndula pineal. Dice as el filsofo francs: El hombre es un compuesto de alma y cuerpo , en nexo recproco, cuyo centro de accin es la

glndula pineal, en el cerebro; pero hay una diferencia de esencia entre espritu y cuerpo. El cuerpo es divisible, el espritu es indivisible.2 La glndula citada se encuentra en la parte superior del cerebro medio. Sesabe que tiene el tamao de un garbanzo, que la descubri el fisilogo francs Philippe Pinel, de ah viene el nombre. Tambin sabemos que, en los seres humanos, la glndula alcanza su madurez hacia los siete aos. sta segrega la hormona denominada melatonina, que fue descubierta en 1958. Se sabe que segrega la hormona durante la noche, para regular el sueo, e interrumpe la secrecin durante el dia. En un congreso de musicoterapia escuch a un orador afirmar que la glndula pineal se dilata, en el ser humano, cuando escucha determinado tipo de msica. Yo no s si esto es cierto. Pero todava hay mucho que investigar sobre esta glndula de secrecin interna o endocrina. La Biblia nos dice que el cuerpo es el templo del Espritu Santo, pero dnde est el alma? dnde el Espritu Santo? Esta es una cuestin que, todava, pertenece al mundo de la fe; aun no pertenece al mundo de la ciencia o de la razn. Debemos recordar las palabras de nuestro Seor a Tomas: Porque me has visto, Toms, creste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron. (San Juan 20:29). Con diferentes significantes, tomados de la cultura de su tiempo, la Biblia nos muestra la realidad que constatamos cotidianamente; que en cada uno de nosotros existe una vida interior. Es el deber de cada ser humano, y especialmente de los cristianos, cuidar y desarrollar esa vida interior conducindola a la salud, que es tambin el camino de la salvacin.

Evangelio y CulturaLa concepcin bblica de la vida interior del ser humano se inscribe dentro del marco de la cultura de su poca. La vida interior del ser humano sigue siendo objeto del estudio cientfico, sin que se haya logrado, todava, descifrar todos sus misterios. Segn el Dr. J. B. Rhine: Es paradojal pero verdadero, que hoy conocemos al tomo mejor que a la mente que conoce [pgina 30] al tomo. Si pudiramos llegar a obtener con respecto a

la mente tan slo la mitad de la comprensin que la fsica ha logrado sobre los elementos de la materia, estaramos probablemente en condiciones de revelar y utilizar principios directivos de tremenda significacin para la vida humana y la sociedad.3 Ciertamente, an hoy, no se sabe plenamente como la mente se relaciona con el cerebro. Aunque se est avanzando mucho ltimamente. Fue en la segunda mitad del siglo 20 que los cientficos descubrieron la existencia de las endorfinas en el cerebro. Su existencia puede explicar por qu los antiguos estoicos podan soportar el dolor. Quizs porque, de alguna manera, inconscientemente, producan este anestsico natural. El Manual de Psiquiatra, editado por Silvano Arieti, dice: La lista de neuro-

transmisores o neuromoduladores ha crecido enormemente en los ltimos aos. An, pocos de estos mensajeros cerebrales, descubiertos recientemente, han afectado tan rpidamente las ciencias de la conducta y la psiquiatra biolgica, como lo han hecho las endorfinas.4La Biblia no es un libro cientfico. Es la expresin de fe del pueblo de Dios. La Biblia contiene, adems, la revelacin divina. Por eso, el evangelio nos viene envuelto en la cultura de su poca, y es lgico que as sea. En el mundo antiguo se procuraba lograr el equilibrio, la moderacin en la conducta humana. Ese sera el equi2 Descartes,

R. El discurso del mtodo, Meditaciones metafsicas, Reglas para la direccin del espritu, Principios de la Filosofa, Editorial Porra, Mxico, 1997. La cita aparece en la pgina XVIII del estudio introductivo, escrito por Francisco Larroyo. 3 Rhine, J. B. El alcance de la mente, Editorial Paids, Buenos Aires, 1956, p. 231. 4 Arieti, S.. editor, American Handbook of Psychiatry, Volumen 7, Artculo: The Endorphins and Psychosis . Basic Books. Inc., Publishers, Nueva York, Segunda Edicin, 1981, p. 3.

valente a lo que hoy llamamos sanidad integral. Al faltar las herramientas cientficas, el hombre de la antigedad intentaba expresar con claridad lo incomprensible, por medio de mitos. Platn trat de explicar la tensin interna que existe en todo ser humano mediante el Mito de la Carroza. Un mito no significa que lo que se afirme, a travs de l, sea falso, todo lo contrario. El mito es una aprehensin intuitiva de la realidad, cuando sta no se puede alcanzar de otra manera. El mito siempre da cuenta de un origen. Veamos un par de ejemplos; no es necesario sostener que dos personajes del mundo griego, precristiano, Narciso y Edipo, hayan sido personas que realmente existieron. Sin embargo, dos mitos los presentan como tales, para explicar dos fenmenos de la conducta humana que son universalmente reconocidos: El narcisismo y el complejo de Edipo. stos fenmenos han existido desde siempre. Segn el Mito de la Carroza, el ser humano es semejante a una carroza tirada por dos caballos; uno es feo y malo y pretende arrastrar la carroza hacia el camino de su eleccin. El otro es bello y bueno, y pretende llevar la carroza por otro camino. El auriga, que tiene las riendas en sus manos, trata de conducir la carroza por el centro del camino. El mensaje del mito tambin se expresa de otra manera. Afirma Platn que el alma humana se expresa de tres maneras diferentes, como logistikn, que reside en la cabeza, como thums, que se encuentra en el trax, y como epithima, que reside en el bajo vientre, donde estn las funciones alimenticias y de la reproduccin. El thum. tiene la misma misin que el auriga del mito, deber mantener el equilibrio entre dos fuerzas contradictorias entre s. Es en este contexto cultural que se escribe el Nuevo Testamento, justo en idioma griego. Sin embargo, el esquema bblico no coincide con la divisin tripartita del alma segn Platn, aunque es comparable. Me parece que el [pgina 31] concepto paulino de hombre interio. resume todos los otros conceptos que he examinado en este captulo. Los conceptos de corazn y entraa. se refieren a los afectos, los sentimientos. En fin, lo psicolgico. Las entraas. en la revelacin bblica, no coinciden con la epithima griega, que suele ser traducida por concupiscencia. Por el contrario, excepto en el caso del suicidio de Judas, las entraas son expresin de un llamado a la misericordia y la solidaridad, como ya hemos visto. La mente, expresada en el Nuevo Testamento por no. y dnoia, podra coincidir con el logistikn, la lgica, lo racional, el entendimiento, en fin, la razn. El alm. no coincide con el thum. griego, que ms bien se refiere a la fuerza de la voluntad. El alma, psiqu, y el espritu humano pnema, se refieren al soplo de vida dado por Dios, que, segn el testimonio del Nuevo Testamento no puede ser destruido por la muerte. Como dice Jess: Y no temis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma (Mateo 10:28). Los significantes bblicos que hemos examinado en este captulo van a servirnos de base para los tres siguientes captulos, y el ltimo captulo ser un intento de integracin de los conceptos del alma que se expresa por medio de la fe, la razn y lo psicolgico, para lograr el autoconocimiento y la sanidad integral.

[pgina 32]

Captulo 2 Cmo conocerse a s mismo, y alcanzar la salud integral por el camino de la feEn casi todas las iglesias cristianas se suele orar por los enfermos en los cultos dominicales. En la ma se hace, en una parte de la liturgia que llamamos vida comunitaria, la cual se divide en dos partes. En la primera, se da gracias a Dios por las bendiciones recibidas, y muchas veces se agradece a Dios por la restauracin de la salud de algn hermano. En la segunda, los hermanos congregados mencionan los nombres de las personas enfermas tanto del cuerpo, como de la mente, o del alma, por los cuales desean interceder. Eso sucede todos los domingos. Es lgico que cualquier cristiano considere a la fe como un medio capaz de sanar tanto la vida interior, en sus dos manifestaciones: La espiritual y la emocional, como la vida exterior, el cuerpo. Tal valoracin de la fe podra ser considerada como una expresin de la subjetividad del creyente. Es ms convincente el hecho de que la misma afirmacin sea hecha por profesionales, a partir del anlisis objetivo de casos particulares. Recib un despacho de la Agencia Latinoamericana y Caribea de Comunicacin (ALC), de fecha 4 de Junio de 1998, con el siguiente ttulo: Brasil: Fe y curacin. No voy a reproducir los cuatro casos de curaciones que aparecen. Me limitar a reproducir algunos prrafos con reflexiones generales.

Brasil: Confirmacin de que la fe sana. Joinville Jun 4 (alc). La publicacin de diversos casos producidos en Brasil e investigaciones realizadas en Estados Unidos, Canad y Japn, confirmaron la antigua conviccin, resaltada por Jess, de que la fe en capaz de curar. Bajo el ttulo en primera plana de La fe que Cura la revista de circulacin nacional IstoE publica varios casos de personas muy conocidas en Brasil que recobraron la salud gracias a la fe. El que tiene fe, religiosa o no, busca una elevacin espiritual que acaba por encontrar caminos que pueden conducirlo a la curacin, explic la psicooncloga Ivonette Garca, de So Paulo, al semanario. Date Matthews, del Instituto Nacional de Investigaciones para la Salud de Rockeville, Estados Unidos, estudi 325 casos sobre la relacin entre fe y curacin. En el 75 por ciento de esos casos encontr una relacin positiva y por esa razn acostumbra a orar con sus pacientes en el consultorio. [pgina 33] El psiquiatra Thomas Oxman, de la Facultad de Medicina de Darmouth, Estados Unidos, investig a un grupo de 232 pacientes que se iban a someter a ciruga de corazn y comprob que la tasa de mortalidad fue tres veces mayor entre los incrdulos. Otra investigacin demostr que los que creen en la vida despus de la muerte sufren menos ansiedad. La fe es un ansioltico natural, afirma Franklin Antonio Ribeiro, director de la seccin paulista de la Asociacin Brasilea de Medicina Psicosomtica. Convencidos de que hay una relacin entre la fe y la curacin, los cientficos tratan ahora de descubrir cmo es que el creer acta sobre el organismo o afecta al tratamiento mdico. En un mundo en que todo se racionaliza, tratan de encontrar una explicacin. Incluso para las curaciones que realiz Jess.

La oligopista: Una enfermedad del almaEn esta obra no me ocupo de la sanidad del cuerpo, sino de la salud del alma y de la mente. Sin embargo, lo escrito precedentemente, acerca de la sanidad del cuerpo por medio de la fe, fortalece nuestra fe y nuestra esperanza de alcanzar nuestra sanidad integra. por el mismo camino. La oligofrenia es el trastorno del psiquismo que padecen las personas con deficiencia mental. Etimolgicamente significa: poca mente, (olgos + fren). La oligopista, que significa poca fe (olgos + pstis), no aparece en ningn diccionario psicolgico, psicoanaltico o psiquitrico. Tampoco en diccionarios de teologa. Sin embargo, aparece en la Biblia, aunque slo una vez, en San Mateo 17:20. As como la persona oligofrnica es retrasada mental; la oligopstica es retrasada espiritual. Si bien oligopista aparece una sola vez, oligopists, el adjetivo que califica a la persona cuya fe es pequea o dbil, aparece cinco veces en el Nuevo Testamento. Algo para destacar es que este significante aparece slo en labios de Jess. l us ese trmino en el sermn de la montaa, Mateo 6:30, y en el pasaje paralelo de Lucas 12:28. Lo repite cuando Pedro es incapaz de andar sobre las aguas, habindoselo ordenado El; (Mateo 14:31) cuando los discpulos estn aterrados por la fuerza de las olas (Mateo 8:26); y cuando estn preocupados porque les faltaba el pan (Mateo 16:8).

La fe es una expresin del alma, no depende de la razn, por eso se la suele llamar irracional. De ella depende, en gran manera la sanidad o la insanida. de un ser humano, en sus dos manifestaciones: Lo espiritual y lo emocional. Si deseamos evaluar a una persona sobre su vida interior. ser imposible hacerlo si sta no habla; o escribe lo que piensa y siente. Por eso, vamos a trabajar sobre el testimonio escrito hace muchos siglos, y por estar escrito, lo podemos evaluar hoy. [pgina 34] El primer autoanlisis cristiano:

Las confesiones de San AgustnRepito, la fe es la expresin del alma. Slo que a veces, sta no se deposita en Dios, sino en sustitutos. Los hombres no se dividen en creyentes y ateos; sino en creyentes e idlatras; porque quien no cree en Dios cree en sus propias ideologas. Agustn de Hipona fue un hombre que busc la verdad y el sentido de la vida. Se esforz mucho recorriendo diferentes caminos. Su alma no tuvo descanso, hasta que encontr su descanso en Dios. En sus Confesiones, una obra escrita hace ms de mil quinientos aos, podemos encontrar una adecuada inspiracin para nuestra reflexin sobre nuestras propias vidas, y la posibilidad de autoanalizarnos para lograr la sanidad que necesitamos. Durante varios milenios la oracin a sido el medio eficaz que han utilizado los creyentes, no slo para acercarse a Dios, sino tambin para enriquecer su vida espiritual, y sanarla de toda dificultad. Ese es el caso de San Agustn. Voy a reproducir una oracin que aparece al final de sus Confesiones, que si cada uno de los que lean este captulo, lo hace identificndose con los sentimientos que expresa, seguramente encontrarn ayuda para su crecimiento personal en Cristo.

Oh Verdad, luz de mi corazn! Que no me hablen ya ms esas tinieblas mas a las cuales resbal y en las cuales me oscurec, pero amndote aun entonces desde la oscuridad. Anduve errado, pero conserv tu recuerdo. O tu voz que a mi espalda me llamaba para que regresara a ti, mas apenas me dej orla el tumulto de mis pecados. Y mira cmo ahora vuelvo a ti enardecido y anheloso de beber en tu fuente. Porque mi vida no soy yo mismo. Si viv mal y fui mi propia muerte, ahora revivo en ti. Hblame t, amonstame t. En tus sagrados libros con sus arcanos profundos deposito mi fe.1 Las Confesiones de San Agustn es el primer libro en el cual un cristiano intenta hacerse un autoanlisis. Laobra est dividida en trece libros y consta de 676 pginas. Los trece libros estn presentados como oraciones dirigidas a Dios. Los primeros nueve son realmente confesiones. En ellos el autor narra su vida desde su tierna infancia hasta la muerte de su madre. Es en estos nueve libros donde mejor podemos ver el alma de San Agustn, a travs de su autoanlisis. Habla de si mismo con una sinceridad asombrosa. No puede hacerlo de otra manera, porque se est dirigiendo a Dios. Generalmente eso es lo que hacemos cuando oramos, pero no es fcil ponerlo, por escrito, para que lo lean los dems. En los libros diez y once reflexiona sobre la posibilidad de acercarse a Dios a travs de la memoria, y reflexionando acerca del tiempo. Los dos libros finales estn dedicados a reflexiones sobre el libro del Gnesis. [pgina 35] Ahora voy a tratar de ayudar al lector a colocar al autor en el momento histrico en que San Agustn escribe y expresa su fe. Naci el 13 de noviembre del ao 354, en Tagaste, que hoy se llama Souk Ahras, ciudad de la antigua Numidia, la actual Argelia, en el norte de Africa. Su madre, Mnica, era cristiana y su padre pagano. Form pareja con una mujer cartaginesa cuyo nombre se desconoce. De esta unin, en el ao 372 naci Adeodatus, nombre que en latn significa regalo de Dios. Este fue su nico hijo, San Agustn fue un padre soltero. En el ao 373, Agustn se uni a la secta de los maniqueos, filosofa dualista muy extendida, fundada por Mani, quien naci al sur de Babilonia (actual Irak). Mani fue hasta la India, donde recibi la influencia del budismo. Bajo la proteccin del rey persa Shapur, quien rein entre los aos 241 y 272, predic en todo el imperio y hasta envi misioneros al imperio romano. Agustn permaneci en esta secta hasta el ao 382. En el ao 383 se traslad de Cartago a Roma, pero un ao ms tarde fue enviado a Miln, como catedrtico de retrica, lo que hoy llamaramos Letras. All se movi dentro de la rbita del neoplatonismo, y tambin cultiv la amistad de Ambrosio, el obispo de la ciudad. Este era el eclesistico ms distinguido de Italia en aquel momento. Agustn sola asistir a la iglesia para escuchar sus sermones. Bajo la influencia de Ambrosio, volvi a interesarse por el cristianismo. Un dia, segn su propio relato, crey escuchar la voz de un nio que repeta: Toma y lee. El interpret esta voz como una exhortacin divina a leer las Sagradas Escrituras. Entonces ley el primer pasaje que le apareci al azar, que dice lo siguiente: Andemos como de dia, honesta-

mente; no en glotoneras y borracheras, no es lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, sino vestos del Seor Jesucristo, y no proveis para los deseos de la carne. (Romanos 13:1314, en la Versin Reina Valera).En ese momento decidi seguir a Cristo, se convirti.1 San

Agustn, Las Confesiones. Santa Fe de Bogot, San Pablo, 1995, p. 5578, Libro XII, Captulo X.

Otro factor importante, para que Agustn abrazara la fe cristiana, fue la conversin al cristianismo de Victorino, un famoso retrico, y filsofo neoplatnico. Como consecuencia de su conversin, en septiembre de 386 renunci a su ctedra, y se retir a Casasiaco, con su madre, su hijo, y algunos amigos para reflexionar sobre la filosofa y la religin. El dia de Pascua del ao siguiente recibi el bautismo de manos de Ambrosio, obispo de Miln, junto con su hijo, y Alipio, su mejor amigo. En el otoo del mismo ao falleci su madre. En sus confesiones encontramos el relato de los ltimos das que estuvo con ella. Es uno de los pasajes ms bellos y conmovedores de esta obra. En agosto de 388 regres definitivamente a su Africa natal. En Tagaste vivi una vida de pobreza, oracin y estudio, en su propia casa. Fue aceptado como candidato al ministerio cristiano, y ordenado en el ao 391. Cinco aos despus, en el ao 396 fue consagrado obispo de Hipona, all ejerci su ministerio episcopal hasta que le sorprendi la muerte. Muri a los 76 aos [pgina 36] de edad, el 28 de agosto de 430, cuando los vndalos asediaban a Hipona.2 De San Agust