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SEMINARIO TEOLÓGICO CENTROAMERICANO JON SOBRINO Y SU METODOLOGÍA Trabajo presentado en cumplimiento parcial de los requisitos de la materia metodología teológica Amir Alí Tejada García

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SEMINARIO TEOLÓGICO CENTROAMERICANO

JON SOBRINO Y SU METODOLOGÍA

Trabajo presentado en cumplimiento parcial de los requisitos de la materia

metodología teológica

Amir Alí Tejada García

24 de noviembre de 2014

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JON SOBRINO Y SU METODOLOGÍA

Contexto del autor

Jon Sobrino Pastor, nació 28 de diciembre de 1938 en Barcelona. Nace en plena

guerra civil que afectó a su país de origen.1 Sobrino entró a la Compañía de Jesús cuando

tenía 18 años, en 1957.2 El año siguiente, fue enviado como novicio a El Salvador. Su

formación académica fue primeramente norteamericana y luego europea, siendo esta

última de mayor influencia. En la universidad de San Luis, EE.UU. se licenció de

filosofía y obtuvo un grado de maestría en Ingeniería civil (1960-1960). Su preparación

continuó en Frankfurt, Alemania donde estudió teología y se doctoró en esta disciplina

(1966-1973) con la tesis Significado de la cruz y de la resurrección de Jesús en las

cristologías de Woltgang Pannenberg y Jürgen Moltmann.3 En 1969 fue ordenado y en

1974 luego de concluir su largo proceso formativo regresa a EL Salvador, donde inicia su

actividad docente en la Universidad Centroamericana (UCA) “José Simeón Cañas.4

A su regreso, entró en contacto con religiosos afines a la teología de la liberación,

entre los que figuraba el mismo rector de la UCA, el también jesuita Ignacio Ellacuría y

en palabras de Sobrino, fue una dicha ese encuentro.5 A esa dicha, se le sumó personajes

como monseñor Romero, los cuales para Sobrino representaron “grandes salvadoreños,

cristianos, y mártires, grandes hermanos y amigos”.6 En medio de esos años, la situación

social y política de El Salvador no eran las más ideales, el país se encontraba sumergido 1 Fco. Javier Vitoria, “Jon Sobrino: Una teología conmocionada por los pobres y los mártires”, Aula

de Teología, s. f., 1, https://web.unican.es/campuscultural/Documents/Aula%20de%20estudios%20sobre% 20religi%C3%B3n/2010-2011/CursoTeologiaJonSobrino2010-2011.pdf. (23 de noviembre de 2015).

2 Santa Clara University, “Jon Sobrino: The Challenge of the Salvadoran Martyrs” http://www.scu.edu/visitors/2010speakers/sobrino.cfm. (23 de noviembre de 2015).

3 Paulo Roberto Gomes, El Dios Im-potente: El sufrimiento y el mal en confrontación con la cruz (Bogotá: SanPablo, 2015), 154.

4 Vitoria, «Sobrino: Una teología conmocionada», 2.5 Jon Sobrino, Principio de Misericordia (Santander: Sal Terrae, 1992), 15.6 Ibíd.

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en grades conflictos caracterizados por incongruencia social entre ricos y pobres, Vitoria

expresa:

El Salvador vivía en aquel entonces una situación extremadamente complicada, caracterizada por unas inmensas desigualdades sociales. El contexto de tensión, protestas e inestabilidad permanente, pero sobre todo de injusticia estructural de la sociedad salvadoreña, condujo a aquella universidad jesuítica a una progresiva evolución, a través de la cual se fue identificando de forma creciente con los sectores más empobrecidos del país. Los años setenta supusieron así una sustancial transformación del posicionamiento tradicional de la educación jesuítica en aquel país.7

Como bien lo expresa Vitoria, la situación social de este pequeño país

centroamericano en la década de los 70 y 80 condujo a que la UCA se inclinara por la

justicia social, Ellacuría en su momento expresó: “soy rector de una universidad que tiene

muy claro lo que tiene que hacer y es que, más que formar estudiantes, más que

investigar (aunque hace esa dos cosas), lo que tiene que hacer es ponerse a resolver el

problema inaceptable de la injusticia en este país y en toda el área centroamericana”.8

Este contexto del pueblo salvadoreño y la influencia de Ellacuría ayudaron a despertar a

Sobrino del sueño de la inhumanidad. Es sobreviviente de la Masacre de 1989, ya que

para esas fecha se encontraba dictando una conferencia en Tailandia. Sobrino escapó de

ser asesinado en este ataque perpetuado por agentes del estado salvadoreño, en el cual

seis de sus compañeros jesuitas (Ignacio Ellacuría, Segundo Montes, Juan Ramón

Moreno, Ignacio Martín Baró, Amando López, y Joaquín López y López) y una mujer

(Elba Ramos) y su hija adolescente (Celina) murieron asesinados.

Sobrino ve su formación académica y su experiencia en El Salvador como el

despertar de dos sueños, uno más profundo que el anterior. En sus propias palabras dice:

7 Vitoria, «Sobrino: Una teología conmocionada», 2.8 En Portada, “Ellacuría crimen sin castigo”, https://www.youtube.com/watch?v=veW6Z8T2_uA.

(23 de noviembre de 2015).

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“En Europa aprendí el saber, lo que me enseñaron. En el fondo fue a ser crítico con la

realidad y tratar de poner juntamente a Dios con una realidad que le puede cuestionar...

Aprendí a despertar del sueño dogmático”.9 En Europa entiende el desafío del “problema

de no pensar” (movimiento secularizantes que no quieren aceptar la realidad de Dios,

ateos, agnósticos). En Europa tuvo sus problemas en ver si el evangelio era verdad.

Mientras que su experiencia en El Salvador enfrenta un problema más importante, en sus

palabras enfrenta un sueño más profundo y peligroso “el sueño de la inhumanidad”.10

Además, refiere:

Descubrí que hay pobreza en este mundo y que la realidad salvadoreña... pero que es la realidad de las 3/4 del mundo es más real que la realidad del primer mundo. Aprendí, también, que es un lugar mucho más connatural para hacer la experiencia del Dios de Jesús, para seguir a Jesús, para entender la Biblia... que Dios es el Dios de los pobres, y el que hace justica va a Dios, aprendí que -esto- es verdad. Aprendí a despertar de un sueño más profundo, que se vive en el planeta. Aprendí que es evangelio es verdad, y es verdad porque es buena noticia... aprendí es posible vivir sobre este mundo, es posible tener fe es posible tener esperanza, que la vida tiene sentido si uno siegue a Jesús, y puede morir con la esperanza que puede encontrarse con un misterio que tiene rostros, manos, brazos para coger a los que han vivido así.11

Método teológico

Influencia en su metodología

Como se ha mencionado antes, la influencia de la vida y pensamiento de Ellacuría

en Sobrino fue fundamental en su quehacer teológico. Para entender un poco más el

pensamiento de Sobrino es necesario revisar el marco de la soteriología histórica de

Ellacuría.12

9 La Tabla Redonda, “Teología de la Liberación”, https://www.youtube.com/watch?v=0RKVbIRt YFU. (23 de noviembre de 2015).

10 Sobrino, Principio de Misericordia, 14.11 La Tabla Redonda, “Teología de la Liberación”.12 Vitoria, «Sobrino: Una teología conmocionada», 4.

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El proyecto de soteriología histórica fue una expresión acuñada por Ellacuría. Por

soteriología histórica se entiende que es algo “referente a la salvación, tal como ésta es

propuesta en la revelación. Pero se acentúa su carácter histórico”.13 Este carácter histórico

gira en un doble sentido; (1) como realización de esa salvación en la historia única del

hombre y, (2) como participación activa en ella de la humanidad, en -nuestro caso- dice

Ellacuría, la humanidad oprimida.14 Esta soteriología debe tener como “punto esencial de

referencia la obra salvífica de Jesús”15 pero, -agrega Ellacuría- esta soteriología debe ser

una que historice esa obra salvífica. Esta historicidad debe ser como continuación y

seguimiento de Jesús y su obra.16 Vitoria afirma que una de las características de esta

soteriología es que es una salvación en la historia y no solamente más allá de la historia,

por consiguiente, la salvación nos acontece fuera del mundo, sino en el mundo -analiza

Vitoria-.

Presuposiciones

Benjamín Furcano, refiere que no se puede ser teólogo ni hacer teología de la

liberación si realmente -el teólogo- no se encara a la realidad, pero a la realidad

interpelante de los pobres.17 Ellacuría, refiere: “El punto de partida de la teología de la

liberación es la experiencia humana que, ante el atroz espectáculo de la maldad humana,

que pone a la mayoría de la humanidad a la orilla de la muerte y de la desesperación, se

rebela y busca corregirla”,18 además agrega “la experiencia cristiana que, basándose en la

misma realidad, ve, desde el Dios cristiano revelado en Jesús, que esa atroz situación de

13 Ignacio Ellacuría, «El pueblo crucificado, ensayo de soteriología histórica», RLT 18 (1989): 306.14 Ibíd.15 Ibíd.16 Ibíd.17 Ibíd.18 Ignacio Ellacuría, Ignacio Ellacuria: Teólogo mártir por la liberación del pueblo (España: Nueva

Utopía, 1990), 153.

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maldad e injusticia es la negación mismo de la salvación anunciada y prometida por

Jesús”.19 Estas dos autores, en especial Ellacuría por su cercanía con Sobrino, expresan el

punto de partida metodológico en el cual esboza su reflexión.

El Texto Jesucristo liberador, deja ver sus presupuestos metodológicos, (1) La

problemática del lugar de la cristología, (2) El lugar eclesial, y (3) El lugar socio-

teologal.

Con respecto a la problemática de lugar de la cristología el afirma “La cristología

latinoamericana... determina que su lugar, como realidad sustancial, son los pobres de

este mundo, y esta realidad es la que debe estar presente y transir cualquier lugar

categorial donde se lleva a cabo”.20 Continúa diciendo:

La determinación del lugar, es pues, esencial para la cristología. A lo largo de la historia ha habido varios lugares, pero hoy, en América Latina, ese lugar es determinado por el mundo de los pobres, porque “ellos constituyen la máxima y escandalosa presencia y apocalíptica del Dios cristiano”.21

Con esto, para Sobrino el lugar ideal de la reflexión cristológica es aquel donde

mejor se puedan comprender las fuentes del pasado (lo que el pasado nos ha entregado

sobre Cristo, los textos, donde está expresada la fe) y donde mejor se pueda captar la

presencia de Cristo y la realidad de la fe en él (la realidad de Cristo en el presente).22

Ahora, el lugar eclesial es la iglesia de los pobres. La base de ello, para Sobrino, es

que los pobrex son los destinatarios privilegiados de la misión de Jesús, por ello que ellos

“cuestionan dentro de la comunidad la fe cristológica y le ofrecen su dirección

fundamental”.23 Finalmente, el lugar social-teologal de la cristología es el mundo de los

19 Ibíd., 154.20 Jon Sobrino, Jesucristo Liberador. Lectura histórico-teológica de Jesús de Nazaret (México:

Universidad Iberoamericana, 1994), 39.21 Ibíd., 39-40.22 Ibíd., 33.23 Ibid., 42.

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pobres. Haciendo referencia a Leonado Boff, Sobrino expresa que el lugar eclesial está

dentro de un lugar más abarcador como lo es el mundo de los pobres.24 Continúa

refiriendo, que el teólogo no vive en el aire sino que la cristología se define en un

momento definido de la historia, siendo este momento el momento de los pobres ya que

estos son la realidad social de este tiempo. Además, esta realidad da que pensar, capacita

a pensar y enseña a pensar.

Hermenéutica

Bajo el principio que Jesucristo es el centro de la revelación y del proceso salvífica,

Sobrino construye su reflexión. El afirma que “la revelación de Dios ha acaecido a lo

largo de los tiempos y, de forma definitiva e irrevocable, en Jesucristo. Esa revelación

nos ha sido transmitida de forma viviente y escrita, y es interpretada autorizadamente por

el magisterio eclesial”.25 Esta declaración explica la centralidad de la teología y en la

pastoral que ha tenido el Nuevo Testamento. Al observar las presuposiciones

metodológicas se puede afirmar que la reflexión y elaboración cristológica de Sobrino es

“desde nuestra situación y concreción” -como lo refiere Parra.26

Para Parra esa situacionalidad y concreción de los intérpretes ha llevado a

introducir nuevas perspectivas al abordar el Nuevo Testamento. Estos cambios

fundaménteles de abordaje pueden están registrados en: (1) cambio de lugar

hermenéutico, (2) cambio del sujeto hermenéutico y, (3) cambio en el lugar de

comprensión.27

24 Ibid., 43.25 Jon Sobrino, «Hacer teología en América Latina», Theologica Xaveriana 39/91 (1989): 139.26 Alberto Parra Mora, «El método hermenéutico bajo sospecha –La notificación a Jon Sobrino–»,

Theologica Xaveriana 57/163 (2007): 465.27 A continuación se presentará un esbozo de los cambios fundaménteles que interpreta Parra, en la

forma de abordar el NT por parte Jon Sobrino.

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Cambio de lugar hermenéutico

A diferencia de la exégesis culta donde el lugar hermenéutico es el mismo Nuevo

Testamento y su finalidad-objetico es dar cuenta de sí mismos, el lugar hermenéutico del

NT en los terceros mundos es la praxis de seguimiento. En otras palabras, es la

experiencia de las comunidades cristianas. Parra refiere “el Nuevo Testamento no fue

puesto para dar razón de sí mismo, sino para alimentar la esperanza cristiana de los que

siguen a Jesús.

Cambio de sujeto hermenéutico

El sujeto que interpreta los escritos del NT no son los eruditos u estudiosos del

Texto, sino que es el pobre, la comunidad frágil, los marginados. Jorge Costadoat

comenta:

En el caso de las comunidades eclesiales de base latinoamericanas en que la “Iglesia de los pobres” toma cuerpo, los sujetos teológicos pueden ser personas que ni siquiera saben leer y escribir y que, por esto mismo, suelen tener una profunda captación de textos que, en el caso de los Evangelios, parecen haber sido escritos exactamente para ellos.28

Sobrino cree que esta perspectiva ayuda a leer los textos cristológicos y por ende,

conocer mejor a Jesucristo.29 Además, no pierde la esperanza que exista un “algo

análogo” a la Horizontverschmelzung (entrelazamiento de horizontes) entre la fe de las

víctimas, y la de los líderes religiosos, pastores y pesadores.30

Cambio en el lugar de comprensión

El tercer cambio tiene que ver con el lugar/horizonte de compresión, en otras

palabras ¿qué se interpreta? Parra refiere que la hermenéutica tradicional “propendió

primordialmente por la crítica de las tradiciones, de las formas, de la composición y del 28 Jorge Costadoat, «La hermenéutica en las teologías contextuales de la liberación», Teología y

Vida 46 (2005): 60.29 Jon Sobrino, La fe en Jesucristo: Enasayo desde las victimas (San Salvador: UCA, 2000), 21.30 Ibíd., 20.

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lenguaje, por el esclarecimiento paciente y cuidadoso de lo que el autor o autores

quisieron decir, por el establecimiento de la objetividad de los textos y de sus sentidos”.31

Mientras que la hermenéutica de los terceros mundos:

Leen el Evangelio y, entonces, a Jesús desde la concreción de la situación, vale decir, desde su mismidad de pobreza, de frustración y de lucha por su liberación, refiriendo el texto de tradición al contexto histórico de situación, para los pretextos éticos de liberación y de salvación.32

En resumen este cambio o ruptura con la hermenéutica tradicional pretende

interpretar una praxis determinada de liberación.33

Relación con otras fuentes de la teología

En su escrito Hacer teleología en América Latina, Sobrino expresa ciertas ideas, de

las cuales su puede suponer qué relación hay entre su acercamiento teológico y otras

fuentes de teología, específicamente Escritura y razón.

Sobrino basa este escrito bajo el principio que el hacer teología en El Salvador (por

consiguiente AL) “toma en serio tanto la revelación y la fe cristiana como la situación

histórica, de modo que ambas cosas se iluminan y potencian mutuamente”,34 más

adelante agrega “la teología se basa en la revelación de Dios, y su tradición e

interpretación autorizada por la Iglesia”.35

Con relación a la Escritura, Sobrino insiste que la teología debe dejarse verificar y

dejarse animar por el origen fundante de la fe en el pasado. En el argumentar teológico

con la realidad es primordial ya que la palabra de Dios debe entenderse con la mayor

seriedad posible para así entender el presente como lugar de manifestación de Dios.36 El

31 Parra Mora, «El método hermenéutico bajo sospecha –La notificación a Jon Sobrino–», 466-67.32 Ibíd., 467.33 Costadoat, «La hermenéutica en las teologías contextuales de la liberación», 63.34 Sobrino, «Hacer teología en América Latina», 139.35 Ibíd.36 Para Sobrino el presente debe ser entendido como el lugar de manifestación de Dios. Tomando

como partida los documento de Concilio Vaticano II refiere “Pero en el n. 11 de la GS aparece otra

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hacer que la teología se reduzca a explicar la revelación de Dios en el pasado y a

interpretar textos sin confrontarse nunca con la palabra actual de Dios, sería una carencia

de sentido.37

Con relación a la razón, se puede encontrar algunas ideas en lo que él llama La

teología como “intellectus amoris”. En esto, el tema de la misericordia38 en la revelación,

sirve “para mostrar lo último de la realidad de Dios, de Jesucristo y del ser humano”.39

Sobrino comenta que “la relación entre teoría (teológica) y praxis (de la misericordia) es

lo que recalca la teología en América Latina”.40 Sobrino cree que la teoría y la praxis se

relacionan en dos sentidos: (1) la teología latinoamericana cree que para la elaboración

teológica de sus contenidos es necesario una práctica y, (2) el conocimiento teológico

tiene como fin la realización de la misericordia.

Puntos fuertes y débiles

En esta parte del escrito se pretende hacer una breve evaluación sobre los puntos

fuertes y débiles del método hermenéutico de Sobrino. Es importante aclarar que el

presente autor no es especialista en el tema, y por lo tanto, pueden existir limitaciones en

la compresión de pensamiento de Sobrino.

acepción de signos de los tiempos que es la que más nos interesa ahora: ‘El pueblo de Dios ... procura discernir en los acontecimientos, exigencias y deseos, de los cuales participa juntamente con sus contemporáneos, los signos verdaderos de la presencia o de los planes de Dios’”. Ibíd.

37 Sobrino, «Hacer teología en América Latina», 144.38 Ibíd., 146.39 Ibíd., 145. “El término «misericordia» hay que entenderlo bien, porque puede connotar cosas

verdaderas y buenas, pero también cosas insuficientes y hasta peligrosas: sentimiento de compasión (con el peligro de que no vaya acompañado de una praxis), «obras de misericordia» (con el peligro de que no se analicen las causas del sufrimiento), alivio de necesidades individuales (con el peligro de abandonar la transformación de las estructuras), actitudes paternales (con el peligro del paternalismo)... Para evitar las limitaciones del concepto «misericordia» y los malentendidos a que se presta, no hablamos simplemente de «misericordia», sino del «principio-misericordia»” Sobrino, Principio de Misericordia, 32.

40 Sobrino, «Hacer teología en América Latina», 146.

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Considerando valioso el aporte de Vitoria al analizar la teología de Jon Sobrino, se

comparte las siguientes impresiones:41

En primer lugar, la metodología de Sobrino tiene relevancia ya que se ha dejado

mirar por los pueblos crucificados o por lo pobres. Él ha reflexionado en su caminar de

los pobres, de los marginados haciendo que el resultado de esta, sea profundamente

contextual. En segundo lugar piensa el tema pasa a la normativa del Jesús histórico. Se

presenta a un Jesús que es recordado por los evangelios, ya que en él hay un

discernimiento dela salvación en la historia.42 Finalmente, un aporte palpable en la

teología de Sobrino es el carácter práctico de su discurso sobre la salvación. En este

sentido el carácter o misión de seguidor de Jesús no es solo anunciar el reino de Dios sino

hacerlo realidad en la historia.

Entre los puntos débiles de su metodología, quizás, esté un sobre énfasis en el

punto de partida de la cristología, este es iglesia de los pobres y no la fe trasmitida. En

esto, aunque Sobrino deja claro que la teología (su quehacer teológico) tiene como punto

de partida la revelación trasmitida su metodología da preferencia al lugar donde se hace.

Otro, sería que se deja en duda las afirmaciones sobre la divinidad de Jesús y el valor

salvífico de su muerte, atribuyendo así quizás solo un ejemplo motivante para otros.43

En suma, el método teológico de Sobrino, la teología de la liberación, ha sido

criticado y atacado por sus presuposiciones y puntos de partida teologales. Pero, para Jon

Sobrino lo mejor es corregirla y ayudarla ya que esta ha traído a primer plano el

sufrimiento de los pueblos del tercer mundo. Sin duda, esta es una gran verdad, la

persona que reflexiona teológicamente desde Latinoamérica no puede olvidarse de los

41 Vitoria, «Sobrino: Una teología conmocionada», 13-14.42 Ver Jon Sobrino, Fuera de los pobres no hay salvación (San Salvador: UCA, 2009), 149-155.43 Sobrino, Jesucristo Liberador, 252-56.

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que sufren en su barrio, comunidad, ciudad y país. Una teología que está presente donde

hay sufrimientos, pobreza, lágrimas y marginación siempre será necesaria, especialmente

cuando es la tercera parte del mundo es la que sufre. La teología debe ir más allá de

predicar la liberación del alma, debe predicar la liberación de ser humano en todos sus

matices.