Jesucristo Contado a Los Niños c

8/18/2019 Jesucristo Contado a Los Niños c

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Claude y Jacqueline Lagarde

JESUCRISTOCONTADO A LOS

NIÑOS

Dibujos de. Pierre-Hen ri Bous sa rà

Edicion es General Tabanera, 39. Madrid-25


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E l sembrador torpe

Jesús llegó a la región de Galilea. Se fue a orillas del lago y hablabaallí a la gente. Le escuchaba una gran muchedumbre. Les hablaba enparábolas:

«Escuchad. El sembrador salió al campo a sembrar. Parte de la semillacayó en el camino. No agarró: los pájaros se la comieron. Otra parte cayóentre piedras. No pudo agarrar bien porque no había bastante tierra. Estasí nació, pero el sol la sofocó. Parte de la semilla cayó entre espinas.Tampoco ésta pudo agarrar bien; las espinas se apoderaron de ella y laahogaron. Finalmente, otra parte de la semilla cayó en tierra buena. Agarró muy bien y, cuando creció, dio un fruto muy granado. Escuchadbien y entenderéis.»

Jesús manifestaba a los hombres la palabra de Dios. Sólo les hablabaen parábolas.


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o

En

u j Multiplicación de los panes

Cierto día, Jesús subió solo a una barca y se fue a un lugar tranquilo y apartado. Estaba lejos. Entonces, la gente salió de la ciudad y fue a piea buscar a Jesús. El Señor vio una gran muchedumbre cuando llegó alotro lado del lago. Se compadeció de aquella pobre gente y curó a susenfermos. Al atardecer se le acercaron los discípulos. Le dijeron: «Ya es


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s tarde. Manda a la gente que regrese a casa. No tienen nada para comer.» Jesús les dijo: «Dadles vosotros de comer.» Los discípulos replicaron: «No

tenemos más que cinco panes y dos peces.» Jesús dijo entonces: «Traedmeo esos cinco panes y esos dos peces.» Mandó que-la gente se sentara en ele suelo. Tomó los panes y los peces y recitó la bendición al Padre. Partiól los panes y se los dio. Sus discípulos los repartieron entre la gente, que comió todo lo que quiso. Después llenaron doce cestos con los trozos que

s sobraron.


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Jesús camina sobre las aguas

Luego, Jesús obligó a sus discípulos a que subieran a la barca sin él.Estaba anocheciendo y el Señor se quedó solo en un monte alto. Estaba

lejos de los hombres y de las ciudades. Y se puso a rezar.Los discípulos, por su parte, también estaban solos en medio del mar

durante la noche. Las olas sacudían la barca. Soplaba un viento detormenta que echaba hacia atrás la barca.

De madrugada, Jesús se acercó a los discípulos caminando sobre lasaguas. Al verlo dijeron: «Es la aparición de un muerto.» Les entró muchomiedo y comenzaron a gritar. Pero Jesús les dijo: «No tengáis miedo. Soy yo.» Pedro le replicó: «Señor, si de verdad eres tú, mándame que meacerque a ti andando sobre el agua.» «Ven», le dijo Jesús. Pedro bajó dela barca y empezó a andar sobre el agua. De repente, vio las olas y percibióel fuerte viento. Tuvo mucho miedo. Entonces comenzó a hundirse ygritó: «Sálvame, Señor, que me hundo.» Jesús le tendió la mano y le dijo:«Hombre de poca fe, no crees bastante.»

Cuando el Señor subió a la barca y se reunió con los discípulos, separó el viento. Entonces los discípulos se arrodillaron delante de Jesús.Oraban con estas palabras: «Señor, realmente tú eres el Hijo de Dios.»


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La barca llegó al otro lado del mar. La gente del lugar reconoció a Jesús. Le llevaban todos los enfermos y Jesús los curaba.

n él.taba Curación de una chiquilla

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ó deibióe y

dijo:

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sús.os.»

Todo el mundo buscaba a Jesús para que los curara. Eso no les

gustaba nada a los fariseos de Jerusalén. Decían a los discípulos: «Nosotros somos quienes tenemos la palabra verdadera que cura, no vosotros.Marchaos de aquí.» Entonces Jesús se alejó de aquella región y fue al paísde los paganos.

Una mujer pagana salió de su casa gritando: «Señor, Hijo de David,ten compasión de mí. Mi hija está muy enferma. Cúrala.» Jesús no dijonada. Se calló. Entonces se le acercaron los discípulos rogándole:«Señor, cúrale la hija.» Jesús replicó: «No, yo he venido a salvar solamentea los hijos de Israel enfermos.» La mujer oyó aquellas palabras. Se acercóa Jesús y se arrodilló a sus pies. Le dijo llorando: «Señor, ten compasiónde mí.» Jesús le dijo: «Los perrillos no deben comerse el pan de los hijos.»La mujer replicó: «Señor, los perrillos comen las migajas que caen de la

mesa.» Entonces Jesús dijo: «Mujer, ¡qué grande es tu fe!» Al momentoquedó curada la hija.


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Los fariseos de Jerusalén se enteraron de aquello y dijeron a Jesús: «Si vienes del cielo, muéstranos una señal que venga del cielo.» Jesús lesrespondió: «¡Hombres malvados! Si el cielo tiene color rojo al caer latarde, sabéis que va a hacer mal tiempo. Si es por la mañana cuando elcielo está rojo, sabéis que hará bueno. Conocéis bien las señales del cielo

y me pedís que os muestre una. Bueno, pues no os daré otra señal que lade Jonás.» Ellos no entendieron nada. Jesús dio media vuelta y se marchódejándolos plantados.

L a oveja perdida

Jesús decía: «Un hombre tiene cien ovejas. Cierto día se le pierde unaen el monte. Entonces deja las otras noventa y nueve y se va en busca dela oveja perdida. Recorre durante mucho tiempo el monte hasta que al finla encuentra. Y la lleva a casa. Le da más alegría esta oveja recuperada quelas otras noventa y nueve. Lo mismo le pasa a vuestro Padre que está enlos cielos. No quiere perder ni uno solo de sus hijitos.»

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E l buen trigo amenazado

Jesús decía: «El reinado de los cielos se parece a un hombre quesembró buena semilla en su finca. Una noche, mientras dormían loscriados, llegó su enemigo a la finca y sembró hierbas malas. Luego semarchó. Cuando creció el trigo, crecieron también las malas hierbas. Loscriados dijeron al amo: “ ¿No sembraste buena semilla en la finca? ¿Cómo

es que han nacido hierbas malas?” “ Porque las sembró mi enemigo.”“ ¿Quieres que vayamos a arrancarlas?” “ No — les dijo el amo— , no seaque arranquéis el trigo junto con ellas. Dejad que crezcan hierbas y trigohasta la siega. Este verano diré a los segadores: Recoged primerolas hierbas malas y quemadlas. Coged después el trigo y llevadlo al granero.”»

Se acercaron a Jesús los discípulos y le preguntaron: «¿Qué quieredecir esta parábola? ¿Por qué la has contado?» Jesús les respondió: «Tenedatentos los oídos y lo entenderéis.»

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E l sacerdote mudo

CQ

Zacarías era un sacerdote muy anciano. Su mujer se llamaba Isabel.Era también muy anciana. El sacerdote y su mujer no habían tenido hijos

y estaban tristes. Pero durante toda su vida habían rezado a Dios paratenerlos.

Cierto día, el sacerdote Zacarías estaba en el gran tabernáculo de Diosque se encuentra en el templo de Jerusalén. Estaba quemando incienso enhonor de Dios. El pueblo estaba fuera.

E l ángel del Señor se apareció a Zacarías, a la derecha del altar. A l |

verlo, Zacarías tuvo miedo. Pero el ángel le dijo: «No temas, Zacarías. ¡Dios ha escuchado tu oración. Tu mujer va a tener un hijo. Le pondrásde nombre Juan. Será un gran profeta. Se llenará del Espíritu Santo.»

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El sacerdote Zacarías dijo al ángel: «Y o ya soy viejo y mi mujertambién. Dame una prueba de que vamos a tener un hijo.» El ángel lecontestó: «Yo soy Gabriel y siempre estoy en la presencia de Dios. Por nocreerme, vas a perder el habla.»

La gente estaba aguardando a la puerta del tabernáculo. El sacerdotedebía dirigir al pueblo la palabra de Dios, pero no salía del santuario. Depronto se abrió la puerta y salió. Hacía muchos gestos, pero no pronunciaba ninguna palabra. Estaba mudo.

El sacerdote Zacarías vo lvió a su casa. Su mujer, Isabel, estaba muy contenta por el hijo que esperaba. Le daba gracias a Dios.

L a palabra de M arían

La joven María vivía en Nazaret, en la región de Galilea. Estabaprometida a José. Se le apareció el ángel Gabriel y le dijo: «Dios te salve,María, llena de gracia, el Señor es contigo.» María se asustó mucho. El

s ángel continuó diciendo: «Yo soy Gabriel. Mi nombre quieredecir “ Dios

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hace nacer” . Vas a tener un hijo. Le pondrás de nombre Jesús. Será reycomo David, su padre. Será rey para siempre.» María dijo al ángel: «Noes posible. No estoy casada.» El ángel le replicó: «No te inquietes; elEspíritu Santo vendrá sobre ti. Dios será su padre y se llamará al niñoHijo de Dios.» Entonces la joven se puso a cantar: «Yo soy la esclava del

Señor. Que se haga en mí lo que él quiere.»María se fue deprisa a casa del anciano sacerdote Zacarías. Almomento Isabel quedó llena del Espíritu Santo. Lanzó un grito y dijo aMaría: «Bendita tú eres entre todas las mujeres, y Jesús, tu hijo, tambiénes bendito.»

María dijo entonces:

«Yo canto al Señor.Mi corazón estalla de alegría.

Soy pobre y él se ha fijado en mí.Ha derribado a los poderosos

y levantado a los pequeños.Ha dado pana los que no tienen.Se ha acordado de la promesaque hizo a Abrahán hace mucho.»

A ]acimiento de Juan Bautista

Isabel, la anciana, dio a luz un hijo. Los vecinos acudieron a ver alniño. Decían: «¡El Señor es grande!» Había que poner al niño el mismonombre del padre: Zacarías. Pero Isabel dijo con firmeza: «Mi hijo se vaa llamar Juan .» Y todos comentaban: «Ese no es el nombre de su padre.»Entonces Zacarías escribió en una tablilla: «Su nombre es Juan.» Alinstante recobró el habla y daba gracias a Dios. Lleno del Espíritu Santo,Zacarías se puso a cantar:

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Alo a

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«Bendito sea el Señor, Dios de Israel.El ha visitado a su pueblo,como lo había prometido.

Y tú, pequeño...,te llamarán “ profeta del Señor” .Caminarás delante de la luz,el Sol de la mañanaque ilumina las sombras de la muerte.»

ver almismo

se vaadre.»

n.» AlSanto,

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E l primogénito

César dio esta orden: «Contad todos los habitantes de la tierra.» Todostenían que ir a inscribir su nombre a la ciudad de donde procedían. Josésalió entonces de Nazaret. Se fue a su ciudad, Belén, con María. María¿staba a punto de tener el hijo. Apenas llegó a Belén, la ciudad del reyDavid, dio a luz a su hijo primogénito. La casa estaba llena. No quedaba

'itio en ella. María envolvió al niño en pañales. Lo acostó en el pesebre,en medio de los animales.

Había allí, en la región, unos pastores pobres. Vivían donde estabanlos pastos. Durante la noche guardaban por turno los rebaños. De repentese les apareció el ángel del Señor. La luz de Dios los envolvió. Lospastores se asustaron mucho. Pero el ángel les dijo: «No tengáis miedo. Vengo a anunciaros una gran alegría para todo el pueblo. Ha nacido unsalvador. Es el Mesías, el Señor. Id a Belén, la ciudad del rey David. Veréis un milagro muy grande: un niño recién nacido, como todos losrecién nacidos. Está envuelto en pañales y acostado en un pesebre.»

Al momento, se llenó el cielo de ángeles. Cantaban así: «Glor ia a Dios

en las alturas. Paz en la tierra a los hombres que él ama.»

Los pastores se dijeron unos a otros: «Corramos a Belén. Vamos a vereso que ha pasado.» Encontraron a María, a José, y al niño acostado enel pesebre.

Por todas partes iban diciendo lo que habían visto y oído. Contaban.o que Dios había prometido. Quienes los oían, se llenaban de alegría.María, por su parte, guardaba todos aquellos recuerdos en su corazón.Intentaba comprender lo que Dios hacía.

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.La lu£ del mundo

Jo sé y María subieron al templo de Jerusalén. Tenían que ofrecer unsacrificio a Dios por el hijo primogénito, según estaba escrito en la ley delSeñor.

Vivía en Jerusalén un hombre muy anciano. Se llamaba Simeón.Estaba constantemente en el templo, rezando. Dios le había dicho: «Antesde morir, verás al Salvador.»

Vio a Jo sé y a María llegar con el niño. Impulsado por el EspírituSanto, se levantó. Cogió al niño en sus brazos y pronunció estas palabras:«Ahora, Señor, ya puedo morir en paz. Mis ojos han visto la luz queilumina el mundo entero.»

Luego, Simeón dijo a María: «Este niño hará que caigan muchos enIsrael. A ti te traspasará el corazón una espada.»

José y María regresaron a Nazaret de Galilea. El niño iba creciendo yllenándose de la sabiduría de Dios.

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L a sabiduría de Dios

Jo sé y María iban todos los años a Jerusalén por la fiesta de Pascua.Pero el niño se quedaba en casa porque era muy pequeño. Cuandocumplió los doce años se lo llevaron consigo a la fiesta.

Después de la fiesta, emprendieron el camino de vuelta a Nazaret. Peroel niño Jesús se quedó en Jerusalén sin que lo supieran sus padres. Ellos

rcr.saban que iba un poco detrás con unos conocidos. Al terminar larr.mera jornada de viaje, se pusieron a buscarlo, pero no lo encontraron.N estaba allí. Entonces se volvieron a Jerusalén.

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Al tercer día lo hallaron en el templo. El niño Jesús estaba sentado enmedio de los maestros del templo. Los escuchaba y les hacía preguntas.Los maestros del templo estaban desconcertados ante su inteligencia y susaber. Al verlo, sus padres se quedaron extrañados. María le dijo: «Hijo,¿por qué has hecho esto? Tu padre y yo hemos estado buscándote portodas partes.» Jesús les dijo: «¿Por qué me buscabais? Yo tengo que estaren casa de mi Padre.» Pero ellos no entendieron aquella frase.

Ea roca

Jesús decía: «Venid a mí. Escuchad mis palabras. Ponedlas por obra.Entonces os pareceréis a ese hombre que construye su casa, cava, ahondaen la tierra hasta que encuentra roca. Encima de ella pone los cimientos yhace la casa. Viene una crecida de aguas. El torrente arrasa todo, pero lacasa resiste bien. Estaba construida sobre roca. Venid a mí. Escuchad mispalabras. Si no las ponéis por obra, seréis como ese otro hombre que nocava, y construye la casa sobre arena. Las aguas crecen. El torrente arrasatodo y ocurre una desgracia: la casa se viene abajo.»

E l padre y los dos hijos

Jesús decía: «Un hombre tenía dos hijos. El más joven dijo a su padre:“ Dame la parte de dinero que me toca.” El padre se la dio. E l hijo se fue

entonces a un país lejano. Y derrochó allí todo el dinero; no le quedó nada.Se produjo un hambre muy grande en aquel país. También el hijo pasó

hambre. Guardaba una piara de cerdos del país y le daban muy poco decomer. De buena gana se hubiera comido las bellotas que comían loscerdos, pero nadie se preocupaba de él.

El hijo entonces dijo para sus adentros: “ Los criados de mi padrecomen todos los días buen pan. Y yo me muero de hambre. Voy a volvera casa de mi padre. Le diré: He pecado contra el cielo y contra ti. Cógemeahora como obrero tuyo.”

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El hijo emprendió el camino de regreso a casa de su padre. Cuandoaún estaba lejos, ío divisó el padre. Echó a correr a su encuentro y loabrazó. E l hijo repitió lo que había pensado decir: “ Padre, he pecadocontra el cielo y contra ti. No merezco llamarme hijo tuyo. Cógeme comoobrero.”

El padre dijo a los criados: “ Traedle el mejor vestido, un anillo de oro y calzado. Matad el ternero gordo. Vamos a celebrarlo. Mi hijo, que estabamuerto para mí, está ahora vivo. Estaba perdido y lo he encontrado.” Ycomenzó la fiesta.

El hijo mayor regresó del campo. Oyó la música y el baile. Preguntó:“ ¿Por qué se celebra esa fiesta?” Le contestaron: “ Es que ha vuelto tuhermano.” Entonces el hijo mayor se enfadó muchísimo. No quiso entrar.Salió su padre y le dijo: “ Entra, hijo .” Pero él no quería. Replicaba: “ Yohe sido siempre un buen hijo y nunca has hecho una fiesta para mí.” Supadre le dijo: “ Hijo mío, tú estás siempre conmigo. Todo lo mío es tuyo.” »

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E l buen samaritano

Cierto hombre se sabía muy bien la ley antigua y preguntó a Jesús:«¿Quién es mi prójimo?»

Jesús le respondió: «Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó . Loasaltaron unos bandidos. Lo golpearon y le robaron todo lo que llevaba.Después huyeron dejándolo medio muerto.

Pasó por allí un sacerdote. Vio al hombre, pero no se detuvo porquehabía sangre. Luego pasó un sacristán del templo. Vio al hombre ytampoco se detuvo porque había sangre.

Un samaritano que estaba de viaje llegó junto al hombre herido. Lo vio y se compadeció de él. Se acercó, le limpió la sangre, le vendó lasheridas y lo montó en su borrico. Lo llevó a la posada y se ocupó de él. Al día siguiente dio dinero al posadero. Le dijo: “ Cuídalo bien. Cuando vo pase por aquí de vuelta, te pagaré el dinero que hayas gastado ademásde este que te doy.” »

Jesús miró al hombre que sabía bien la ley antigua y le preguntó:¿Quién te parece que es el prójimo del hombre que cayó en manos de los

bandidos?»

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Pescadores de hombres

Jesús estaba en la región de Galilea . Llegó a la orilla del mar. Vio aunos pescadores que estaban echando las redes. Eran Pedro y su hermano

Andrés. Jesús los llamó. «Seguidme», les dijo. Dejaron al momento lasredes y se fueron con Jesús.

Un poco más adelante, estaban Juan y Santiago con su padre en labarca. Repasaban las redes. Jesús los llamó. «Seguidme», les dijo. Dejaronal momento a su padre y se fueron con Jesús.

E l poder de Jesús

Jesús fue con ellos a la ciudad de Cafarnaún. Era sábado, séptimo díade la semana. Entró en la sinagoga y predicó en ella la palabra de Dios.Todo el mundo estaba asombrado porque nadie había hablado nuncacomo él.

Había en la sinagoga un hombre muy desgraciado. Había entrado enél un espíritu malo y lo tenía prisionero. El espíritu malo se puso a gritar:«¿Qué mal quieres hacernos, Jesús Nazareno? Sal de aquí. Sabemos queeres el Santo de Dios.»

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Jesús le amenazó. Le dijo: «¡Cállate, espíritu malo! Sal de estehombre.» Al momento, el espíritu sacudió con mucha fuerza al hombre. Y salió de él dando un alarido. Todos se llenaron de miedo y decían: «Lapalabra de Dios es poderosa. Hasta a los espíritus malos da órdenes y ellosle obedecen.»

Después Jesús entró en casa de Pedro y de su hermano Andrés. Lasuegra de Pedro estaba en cama. Tenía mucha fiebre. Jesús se acercó a lacama de la enferma. La cogió de la mano y le dijo: «Levántate.» La fiebre

desapareció al instante y la mujer les servía. La palabra de Dios espoderosa. Cura.

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L ¿2 tarde y la mañana

El día estaba tocando a su fin, se había puesto el sol y la luz ibadesapareciendo. Era el anochecer. Llevaban a Jesús cantidad de enfermos

y de gente desgraciada, a la que tenían prisionera espíritus malos. Toda lapoblación aguardaba delante de la puerta. Jesús curó a muchos enfermos.Echaba fuera a los espíritus malos. Les decía: «¡Callaos! Y , sobre todo, nodigáis quién soy yo.»

De madrugada, mucho antes de salir el sol, Jesús se levantó. Salió deaquel lugar y se fue solo a un lugar desierto. Allí se puso a rezar. Pedro y sus compañeros salieron tras él. Lo buscaban por todas partes y no loencontraban.

Cuando lo encontraron, le dijeron: «Todo el mundo te busca.» ElSeñor les dijo: «Vámonos a otros lugares. Tengo que predicarles la palabra

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de Dios. También esos otros lugares tienen derecho a oírla. Para eso hemadrugado esta mañana.» Jesús recorría la región de Galilea. Entraba enlas sinagogas de las poblaciones y expulsaba a los malos espíritus queencontraba.

E l leproso charlatán

Un hombre, cubierto totalmente de lepra, se acercó corriendo a Jesús.Cayó de rodillas delante de él y le dijo: «Si quieres, puedes curarme.» Al

erlo, Jesús se compadeció. Puso su mano sobre la lepra y dijo al hombre:«Quiero. Quedas curado.» En seguida desapareció la lepra. El hombrer>taba curado.

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Jesús le dijo: «Ahora ya puedes vo lver a la ciudad, pero no digas anadie lo que te ha ocurrido.» Pero el hombre estaba tan contento que nopodía callarse. Contaba a todo el mundo lo que le había pasado. La genteoía hablar de Jesús por todas partes, y ni siquiera podía volver a la ciudad.La palabra de Dios es poderosa.


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2oe.

. para lític o puede andar

i

lesús volvió a Cafarnaún, a orillas del mar. Se quedó en casa. Cuando-í enteraron de que estaba allí, venían todos a verlo. Ni siquiera ante lar .erra quedaba sitio. Jesús predicaba la palabra de Dios a todos los que

escuchaban.

Venían hacia la casa cuatro hombres para ver a Jesús. Traían un-_r¿i:tico. Pero no podían pasar, por la cantidad de gente que había.rlr.:onces se subieron al tejado e hicieron un agujero justo encima de: 'd e estaba Jesús. Bajaron por él al paralítico. Jesús vio la fe de aquellos- rr.bres y dijo al paralítico: «Hijo, quedan perdonados tus pecados.»

allí hombres que conocían muy bien el Libro de Dios. Y decían:es un mentiroso, porque Dios es quien perdona. Sólo Dios puede

r_rar el alma.»iesús veía la maldad de aquellos hombres. Y les dijo: «¿Por qué

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concedía. Comentaban: «Nunca hemos visto cosa padecida.» La palabra deDios es poderosa.

L a lu£

Jesús decía: «¿Se trae una luz para ponerla debajo de la mesa? ¿Se traeuna luz para ponerla debajo de la cama?

¿No se la pone en lo alto? ¿No se la pone en el candelero? Todo loque está oculto saldrá a la luz. Se sabrán todos los secretos. Tened atentoslos oídos y comprenderéis.»

Todo crece

Jesús decía: «El reinado de Dios es como cuando un hombre haechado el trigo en la tierra. Por la noche, cuando él está durmiendo, y por

el día, cuando está despierto, el trigo crece solo; pero el hombre no sabecómo crece. La planta sale de la tierra. Se convierte en tallo. Y el tallo dauna espiga que se llena de grano. La tierra hace todo. El hombre no tienemás que cosechar cuando el grano está maduro. Tened atentos los oídos y comprenderéis.»


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X a lid a d

Jesucristo vino a la tierra de este modo: María, su madre, era la novia¿e losé. El Espíritu Santo le puso en el vientre un hijo poco antes delmatrimonio.

José, su marido, era un hombre recto y bueno. Al darse cuenta de queMaría iba a tener un hijo, no dijo nada a nadie. Sólo quería que ella se—archase a escondidas. Una noche se le apareció el ángel del Señor. Elir.¿el le dijo durante un sueño: «José, hijo de David, llévate a tu casa a

'iría. Hazla tu mujer. Dios le ha dado el hijo que va a nacer. Le pondrásie nombre Jesús. Ese nombre quiere decir “ Dios salva” .»

Dios quiso que las cosas fueran así. Se leía en las antiguas Escrituras:La virgen va a tener un hijo. Le llamarán Emanuel.» Ese nombre quiere

ret ir Dios habita con nosotros».

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Jesús y el mal

Reinaba en el país un rey malo. Se llamaba Herodes. Cuando se enteróde que había nacido Jesús, decidió mandarlo matar. Pero el ángel delSeñor dijo a José en un sueño: «Levántate en seguida. Coge al niño y a

su madre y huye a Egipto. Quédate allí. Yo te avisaré cuándo tienes queregresar.»

Era de noche. José se levantó. Cogió al niño y a su madre y se marchóa Egipto. Dios lo había querido así. Se leía en las antiguas Escrituras: «DeEgipto llamé a mi hijo.»

El malvado rey Herodes seguía intentando matar a Jesús. Mandóasesinar a todos los niños de dos años para abajo. Se leía en las antiguasEscrituras: «Una madre llora a sus hijos. No quiere que la consuelenporque están muertos.»

Cuando murió Herodes, el ángel del Señor dijo a José en un sueño:«Levántate. Coge al niño y a su madre y regresa a Israel.» José se levantó.

Cogió al niño y a su madre y salió de Egipto. Se fue a vivir a Nazaret deGalilea. Estaba escrito: «Le llamarán Nazareno.»

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Juan bautiza

Juan Bautista llegó al desierto. Iba vestido con piel de camello. Comíasaltamontes y miel silvestre. Gritaba en el desierto: «Enmendaos porque

viene el Señor.» Estaba escrito en las antiguas Escrituras: «Una voz gritaen el desierto: Preparad el camino del Señor.»

Acudía mucha gente a ver a Juan Bautista. Confesaban sus pecados.

Juan Bautista los sumergía en las aguas del Jordán , ese río que corre a laentrada misma del país.

Cuando los fariseos y los jefes de la ciudad iban a que los bautizara, juan les decía: «Sois unas víboras. Arrepentios. Pedid perdón en seguidaporque Jesús está llegando. Está muy cerca de aquí. El no bautiza conagua, sino que bautiza con fuego y con Espíritu Santo.»

Jesús llegó a la orilla del río. Quería que Juan lo bautizara, pero éstese resistía. Le dijo: «Soy yo quien necesita ser bautizado, no tú.» Jesús le

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contestó: «Es preciso que lo hagas.Bautízame.»

Después del bautismo, Jesús saliódel agua. De pronto se abrió el cielo.

Jesús vio al Espíritu de Dios bajar

sobre él como una paloma. Una vozdel cielo dijo: «Este es mi Hijo aquien yo quiero.»

Jesús en el desierto

El Espíritu de Dios condujo a Jesús al desierto para que el diablo lotentara allí. Jesús no comió ni bebiónada durante cuarenta días y cuarenta noches. Al fin tuvo hambre.

El diablo le dijo: «Si eres el Hijode Dios, di que estas piedras se con viertan en panes.» Jesús le contestó:«No. El hombre no se alimenta sólo

de pan, sino también de toda palabraque sale de la boca de Dios.»

Entonces el diablo se llevó a Jesúsal alero del templo de Jerusalén y ledijo: «Si eres el Hijo de Dios, tírateabajo. No corres ningún peligro porque está escrito: “ Los ángeles tecogerán en sus brazos para que no tehagas daño” .» Jesús replicó: «No,porque está escrito en las antiguasEscrituras: “ No tentarás al Señor tuDios” .»


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Después el diablo llevó a Jesús a un monte muy alto. Le mostró todoslos países del mundo. Le dijo: «Si te pones de rodillas delante de mí, tedaré todos esos países. Serás rey de toda la tierra.»

Entonces Jesús ordenó al diablo: «Vete, Satanás. En las antiguasEscrituras está escrito: “ Al Señor tu Dios adorarás. A él sólo le rezarás” .»

El diablo huyó de la montaña. Jesús se quedó solo arriba. Entoncesse acercaron los ángeles y se pusieron a servirle.

E l empleado necio

Jesús decía: «El reino de los cielos es como cuando un amo va aemprender un largo viaje. Llama a sus empleados y les dice: “ Encargaosde mi dinero.” Y da cinco lingotes de oro al primero. Dos, al segundo. Y al tercero, que es un poco necio, le da solamente un lingote.

El primer empleado, el que había recibido los cinco lingotes de oro,¿anó otros cinco. El segundo empleado, aquel que había recibido dos.mgotes, ganó otros dos. Pero el tercero hizo un agujero en la tierra y-scondió allí el dinero de su amo.

Mucho tiempo después regresó el amo, llamó a sus empleados y les~;dió cuentas. El primero, el de los cinco lingotes de oro, le trajo los otroscinco que había ganado. El amo le dijo: “ Está bien. Eres un buenempleado. Te daré riquezas y serás feliz conmigo.” El segundo empleado,

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el que había recibido dos lingotes de oro, le trajo los otros dos que habíaganado. E l amo le dijo: “ Está bien. Eres un buen empleado. Te darériquezas y serás feliz conmigo.”

El empleado que había recibido sólo un lingote estaba muy asustado.Dijo al amo: “ Señor, te conozco bien. Eres duro, despiadado y sincorazón. Te tuve miedo y escondí tu lingote en la tierra. Aquí lo tienes.Te lo devuelvo.”

Entonces, el amo replicó: “ ¡Empleado malo y perezoso! Sabías que yoera duro, despiadado y sin corazón. Deberías haber tenido miedo y haberpuesto mi dinero en el banco. Al menos hubiera producido intereses.”Después el amo ordenó: “ Quitadle el lingote de oro. Dádselo al buenempleado que tiene ya diez lingotes. Echad fuera a este mal empleado,arrojadlo a la noche oscura.” » La palabra de Dios es buena.

E l banquete de boda

Jesús decía: «E l reino de los cielos se parece al banquete que organizaun rey cuando su hijo se casa. Convida a sus amigos, pero sus amigos seexcusan. Dicen: “ No iremos.” El rey envía a sus criados a que les digan:“ Venid pronto, que la fiesta va a comenzar.” Pero los invitados se burlan.Uno se va a su finca, otro a sus negocios. Otros golpean a los criadoshasta matarlos. El rey monta en cólera y envía a los soldados a matar alos asesinos.

El banquete de boda está preparado, pero el comedor está vacío. El

rev dice a sus criados: “ Salid a los caminos e invitad a los que encontréis.”Los criados se marchan. Traen a todo el que encuentran. La sala delbanquete -se llena de gente.

El rey entra. Mira a $us invitados. Todos se habían puesto un bonitotraje de boda. Un hombre, en el fondo de la sala, no lleva traje de fiesta.Se esconde. E l rey lo ve y le dice: “ Am igo, ¿cómo has entrado aquí sintraje de fiesta?” El hombre no despega los labios. El rey dice entonces:“ Echadlo fuera, a la noche oscura, donde hay llantos y desdichas. Puedecomenzar la fiesta.” »

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I m pequeña semilla de mostaza

Era al atardecer. Jesús exponía su última parábola antes de queanocheciera. Decía: «¿Con qué se podrá comparar el reinado de Dios?

¿Cómo hacer para que lo comprendáis? El reinado de Dios es como unasemilla de mostaza. Es la más pequeña de las semillas. Casi no se ve de lopequeña que es. Cuando se siembra en tierra, brota. Crece tanto que sehace la más alta de las plantas del huerto. Echa ramas grandes y los pájarosdel cielo van y hacen allí sus nidos. ¡Tened atentos los oídos y compren*deréis!» Los discípulos intentaban comprender lo que Jesús les explicaba.

1 m tempestad calmada

Después les dijo Jesús: «Es tarde. Vamos a cruzar a la otra orilla.» Losdiscípulos llevaron en su barca a Jesús. La gente se quedó a la orilla delagua viéndolos marchar. De repente se levantó una gran tempestad en elmar. Las aguas se abalanzaban sobre la barca. Las olas rompían contra labarca, que amenazaba hundirse. Jesús dormía a popa sobre un cabezalcomo si no se diera cuenta de nada.

Los discípulos empezaron a llamar a gritos a Jesús. Lo despertaron yle dijeron: «Date prisa, Maestro. Ocúpate de nosotros. Haz algo. Vamosa morir.» Jesús se despertó, se puso en pie y dijo al mar: «Silencio», y alagua: «Cállate.» Al momento se paró el viento y sobrevino una gran calma.


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Luego, Jesús se volvió a sus discípulos y les dijo: «¿Por qué tantomiedo? ¿Es que no creéis en mí?» Entonces les entró aún más miedo a losdiscípulos. Se decían unos a otros: «¿Quién es éste que hasta el viento ylas aguas le obedecen?» Los discípulos intentaban entenderlo.

E l demonio expulsado

La barca llegó a la otra orilla del lago. Aquel era un país pagano, elpaís de los gerasenos. Jesús desembarcó. Al momento fue corriendo haciaél un pobre hombre. Salía de entre las tumbas, donde vivía. Nadie del paíspodía sujetarlo. Rompía las cuerdas con que lo ataban y destrozaba lascadenas. Aquel hombre tenía una fuerza terrible. Pasaba noche y día en elcementerio y gritando por los montes. Se cortaba con las piedras y se hacíamucho daño. ¿Quién podría calmarlo?


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El hombre vio de lejos a Jesús. Echó a correr y se postró de rodillasdelante de él. Jesús le dijo: «Espíritu malo, sal de este hombre. Yo te lomando.» Pero el hombre suplicaba: «Jesús, Hijo del Dios altísimo, no mehagas daño.»

Jesús preguntó: «¿Cómo te llamas?» El hombre respondió: «Me llamo

Legión, porque somos muchos. Por favor, no me expulses de este paíspagano.»

Había una piara de cerdos paciendo en el monte. Los espíritus malosdijeron a Jesús: «Mándanos que vayamos a los cerdos.» Jesús se lopermitió. Al momento todos los espíritus malos salieron del hombre yentraron en los cerdos. Luego, toda la piara se arrojó al mar desde elacantilado. Eran millares y se ahogaron.

Los porquerizos no comprendían nada de todo aquello. Se fueroncorriendo al pueblo y contaron lo que habían presenciado. Acudió la gentedel lugar. Vieron al pobre hombre tranquilo y sentado junto a Jesús. Lesentró mucho miedo y dijeron a Jesús: «Márchate pronto de nuestro país.No te queremos aquí.»

Jesús vo lvió a subir a la barca. El hombre curado le preguntó: «¿Puedoir contigo?» Pero el Señor le dijo: «No. Quédate en tu país. Cuenta a todoslo que ha hecho Dios contigo, lo que te quiere.» El hombre se fue a contara los paganos lo que le había sucedido. Todos oyeron la buena noticia.


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L a niña se despierta

Jesús pasó de nuevo a la otra orilla del mar, al país de los judíos. Sereunió mucha gente alrededor de él. Llegó también un jefe de sinagoga.Se llamaba Jairo. Se echó a los pies de Jesús y le dijo: «Mi hija se estámuriendo. Ven pronto para que la cures.» Jesús se fue con Jairo, jefe de

la sinagoga. La muchedumbre lo seguía.Por el camino venía gente a su encuentro. Eran los criados de Jairo.

Dijeron a su amo: «No molestes más al Señor. Tu hija ha muerto.» Perolesús dijo: «No temas, Jairo. Basta con que tengas fe.» Jesús prosiguió sucamino. La gente lo seguía sin comprender.

Jesús llegó ante la casa del jefe de la sinagoga. Había allí un granalboroto. Algunas personas lloraban y gritaban. Jesús entró en la casa.Preguntó: «¿Por qué lloran? La niña no está muerta, está dormida.» Todosse burlaban de Jesús. Entonces él los echó fuera. Jesús se quedó con el

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padre y la madre de la niña. También estaban con él Pedro, Santiago y Juan , el hermano de Santiago. Jesús entró a donde estaba la niña. La cogióde la mano y le dijo: «Chiquilla, levántate. Te lo mando yo.» La niña selevantó al momento. Echó a andar, pues tenía doce años. Todos lospresentes se asustaron. Jesús les dijo: «No se lo digáis a nadie. Dad de

comer a la niña.» La palabra de Dios es poderosa.

Los que creen saberlo todo

Después se marchó Jesús a su aldea. Los discípulos lo acompañaban.Era sábado, el séptimo día de la semana. Jesús entró en la sinagoga.Enseñaba en voz alta la palabra de Dios. La gente estaba asombrada. Sedecían unos a otros: «Lo conocemos muy bien. Se llama Jesús. Es un

carpintero. El hijo de María.» No comprendían nada de la sabiduría deDios ni de los milagros. Creían saberlo todo y no comprendían nada.

Jesús les decía: «Un profeta no es querido en su país ni en su familia.»No pudo hacer en su aldea ningún milagro porque nadie creía en él. Lapalabra de Dios está escondida.

~La medida

Jesús decía: «E l que tenga oídos, que los mantenga atentos. Cuantomás intentéis comprender, mejor comprenderéis. Seréis medidos con elmismo rasero con que midáis. Al que tiene la luz se le dará más luz. Elque no tiene la luz lo perderá todo.»

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Jesús tomó consigo a sus doce apóstoles y subió ¿ Jerusalén. Por el camino les dijo: «El Hijo del hombre va a ser entregado a los paganos. Morirá y, al tercer ¿ :i resucitará. Recordad lo que dijeron los antiguos pro:=tas.» Pero los apóstoles no comprendían nada.

E l ciego y la lu%

Jericó era la primera ciudad que se encontraba al entrar en la tierraprometida. Jesús se acercaba a Jericó con sus doce apóstoles. Lo seguíauna gran multitud.

Había un ciego sentado a la vera del camino. Pedía limosna. Oyó pasarmucha gente y preguntó: «¿Qué es eso?» Le explicaron: «Es jesús de

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Nazaret, que está entrando en nuestra tierra.» El ciego se puso entonces agritar: «¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí, estoy ciego!» La gentepasaba junto a él y no lo oía. Los que iban delante le decían: «¡Cállate,ciego!» Pero el ciego gritaba aún más fuerte: «¡Jesús, hijo de David, tencompasión de mí!» De pronto, Jesús se detuvo. Dijo: «Escuchad, me estánllamando.» El Señor oyó: «Hijo de David, ten compasión de mí.»

Entonces Jesús mandó que fueran a buscar al ciego. Jesús le preguntó:«¿Qué quieres que haga por ti?» El ciego respondió: «Señor, quiero ver.»

Jesús le dijo: «Recobra la vista. Tu fe te ha salvado.» Al momento recobróla vista. Y bendecía a Dios. La multitud estaba llena de alegría y élcaminaba detrás de Jesús.

Zaqueo y la multitu d

Jesús entró en Jericó y la multitud lo seguía. Había en la ciudad unhombre que se llamaba Zaqueo. Era muy rico y nadie lo quería.

Vio a la multitud, pero no alcanzaba a ver a Jesús porque era bajo deestatura. Entonces se le ocurrió una idea. Se adelantó corriendo y se subióa un árbol, cuyas ramas quedaban encima del camino.

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Jesús se acercaba y el gentío lo seguía. Cuando llegó debajo del ¿rr> L Jesús se detuvo. Levantó la vista y vio a Zaqueo. Le dijo: «Baiaseguida. Quiero ir a tu casa.» Zaqueo bajó al momento y hospedó al Sc~ -en su casa. Estaba muy contento.

La gente aguantaba fuera, delante de la casa. Murmuraban de Je>_fDecían: «Zaqueo es ladrón y pecador. Quien come con un pecador ;también pecador. Jesús no puede ser tan bueno como se dice.»

Mientras tanto, en la casa, Zaqueo decía a Jesús: «Sí, Señor, voy a c¿rla mitad de mi dinero a los pobres. Y si he robado algo a alguien sin dar—:cuenta, le devolveré cuatro veces lo que le he cogido.» Jesús le a:«Zaqueo, hoy has entrado en la tierra prometida por Dios a Abrahán.>

E l rey de p a ^

Jesús iba camino de Jerusalén. Al llegar al monte de los Olivos, queestá frente a la ciudad, dijo a dos de sus discípulos: «Id a esa aldea de ahíabajo y traedme un borrico.» Fueron los discípulos y encontraron elborrico. Lo desataron. Los dueños les preguntaron: «¿Por qué desatáis elborrico?» Los discípulos contestaron lo que Jesús les había dicho: «ElSeñor lo necesita.»

Jesús montó en el borrico y se dirigió a Jerusalén. Los discípulosponían sus mantos como alfombra en el camino. Estaban llenos de alegría y cantaban:

«Bendito el rey que viene.Bendito el que viene en nombre del Señor.¡Gloria a Dios en las alturas

y paz en el cielo!

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Los jefes de la ciudad habían dado órdenes: que si alguien se enterabade dónde estaba Jesús, lo dijera para ir a detenerlo. Judas, el traidor, guióa los soldados hasta el huerto de los Olivos. Jesús les preguntó: «¿A quiénbuscáis?» Le contestaron: «A Jesús de Nazaret.» Jesús dijo: «Yo soy.» Lossoldados dieron un paso atrás y cayeron a tierra. Jesús les preguntó otra

vez: «¿A quién buscáis?» Contestaron: «A Jesús de Nazaret.» El Señordijo: «Yo soy.» Entonces los soldados prendieron a Jesús. Lo ataron concuerdas y lo llevaron a casa de los sumos sacerdotes y de los jefes de la ciudad.


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Purificación de l templo

Jesús entró en el templo, la casa de Dios. Había allí vendedores deanimales para el sacrificio. Jesús les dijo: «Acordaos de lo que estámandado en las antiguas Escrituras: “ Mi casa será casa de oración y

vosotros la habéis convertido en una cueva de bandidos.” » Y Jesús echófuera del templo a los vendedores junto con sus animales.

Los sumos sacerdotes y los jefes de la ciudad dijeron a jesús: «¿Porqué has hecho eso?» Jesús les replicó: «Y vosotros, ¿por qué no creisteisen Juan Bautista?» Los sumos sacerdotes y los jefes de la ciudad estabanfuriosos. Se marcharon y decidieron matar a Jesús.

Judas era uno de los doce apóstoles. Satanás entró en él. Judas fue adecir a los sumos sacerdotes y a los jefes de la ciudad dónde estaba Jesús.Se pusieron muy contentos. Dieron dinero a Judas.

L a comida de la f ie sta

Se acercaba el día de la fiesta. Había que matar el cordero pascual,lesús dijo a Pedro y a Juan: «Id a la entrada de la ciudad. Veréis a unhombre con un cántaro de agua. Seguidlo. Entrará en una casa. Preguntadle: “ ¿En qué habitación va a comer el maestro con sus apóstoles laPascua?” El hombre os hará subir. En el piso de arriba os enseñará unahabitación con divanes para sentarse.»

Pedro y Juan se fueron y encontraron todo tal como Jesús les habíadicho.

Jesús se puso a la mesa con sus apóstoles. Les dijo: «Voy a dejaros,pero volveré un día para comer con vosotros.» A continuación, Jesústomó el pan. Dio gracias. Partió el pan y lo dio a sus apóstoles. Jesús dijoentonces: «Esto es mi cuerpo, que será entregado por vosotros. Haced estomismo en memoria mía.»

Al final de la cena, Jesús tomó el cáliz e hizo lo mismo. Dijo : «Estecáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre, que se derrama por vosotros.»

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E l monte de los Olivos

Después salió Jesús en dirección al monte de los Olivos. Sus discípulosle siguieron. Jesús se retiró solo a un rincón. Y oraba así: «Padre, siquieres, aparta de mí este cáliz. Pero hágase tu voluntad.»

Entonces un ángel del cielo se apareció a Jesús. Lo animaba. Jesúsoraba y por su cara corrían gotas de sangre.

Después de orar, Jesús se sintió más fuerte. Se acercó a sus discípulos y los encontró dormidos. Les dijo: «Levantaos y orad.»

Llegaban unos soldados. Venían para detener a Jesús. Judas iba encabeza guiándolos. Se acercó a Jesús y le dio un beso. En seguida lossoldados prendieron a Jesús. Pero un amigo de Jesús sacó la espada y lecortó la oreja a un soldado. Jesús dijo: «Dejadlos hacer. Basta ya.» Y,tocándole la oreja, curó al soldado. Llevaron a Jesús ante los sumossacerdotes y los jefes de la ciudad, quienes lo condenaron a muerte.

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Los soldados crucificaron a Jesús: dos bandidos. Uno estaba a suaertcha y otro a su izquierda. Jesús~ Padre, perdónalos. No sabeni ^_e hacen.»

El pueblo estaba allí mirando sin: —-render. Los jefes de la ciudad se: _- iban. Decían: «Ha salvado a otrosi ' es capaz de salvarse a sí mismo.»

1 s moldados se reían y gritaban: «Siel rev de los judíos, sálvate a tirj


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L a Resurrección

Momentos antes de comenzar el sábado, pusieron a Jesús en unsepulcro nuevo que había sido cavado en una roca. Y , al tercer día,sucedió esto:

Aquel día, dos discípulos salieron de Jerusalén hacia un pueblo que sellamaba Emaús. Iban hablando de todo lo que había pasado. Jesús se lesacercó y se puso a caminar con ellos. Los discípulos no lo habían

reconocido. Jesús les dijo: «¿Por qué estáis tan tristes?» Los discípulos ledijeron: «¿Cómo? ¿Es que no estás enterado? Han crucificado a Jesús.»Entonces el Señor les explicó las antiguas Escrituras, Moisés y los profetasde antaño. A través de ellos podía comprenderse lo que acababa de suceder.

Llegaron al pueblo. Era al anochecer. Los discípulos dijeron a Jesús:«Está cayendo la noche. Quédate con nosotros.» Se sentaron a la mesa. Jesús tomó el pan y lo bendijo. Partió el pan y se lo dio. Al instante seles abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero el Señor ya había desaparecido.

Volvieron a Jerusalén y encontraron a los demás discípulos reunidosen una habitación. Jesús se presentó en medio de ellos. Les dijo: «La pazsea con vosotros.» Pero ellos creían que estaban viendo el espíritu de unmuerto. Jesús les dijo: «Mirad mis rrianos y mis pies. Tocadme: un espíritu

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no tiene carne ni hueso.» Jesús añadió: «Dadme de comer.» Los discípulosle dieron un trozo de pez asado. Jesús se lo comió. Entonces los discípuloscreyeron en Jesús resucitado.

El Señor los llevó después a la falda del monte de los Olivos. Allí eradonde habían encontrado el borrico. Jesús levantó las manos y bendijo asus discípulos. Después fue elevado al cielo. Los discípulos volvieron alerusalén llenos de alegría. Y se estaban en el templo rezando a Dios.

Los malos viñadores

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Jesús decía: «Un hombre plantó una viña. La arrendó a unos viñadores. Después se marchó al extranjero para una temporada larga.

Cierto día, aquel hombre envió un criado a los viñadores para que ledieran las rentas de la viña. Pero los viñadores lo apalearon y lo echaronsin pagarle las rentas.

Un poco después, envió otro criado. Los viñadores lo apalearon aúnmás que al primero v lo echaron de allí sin pagarle la renta. El amo mandótodavía otro criado. Lo hirieron los viñadores, lo mismo que a los dosprimeros, y lo echaron fuera.

¿Qué va a hacer el amo de la viña? Vendrá él en persona. Matará a losmalos viñadores y dará la viña a otros.» Los jefes de la ciudad no loentendían.

L a higuera sin higos

Jesús decía: «Un hombre tenía una higuera plantada en su viña. Fue acoger higos, pero no encontró. D ijo al viñador: “ Hace tres años ya queacudo a coger fruto de esta higuera y no lo encuentro. Córtala para queno esquilme el terreno.” Pero el viñador le dijo: “ Señor, déjala todavía unaño más. Voy a cavar bien alrededor de ella y echaré estiércol. Tal vez elaño que viene dé frutos. Si no los da, la cortas.” »

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E l vino de Caná

El día tercero hubo una boda en Caná. La madre de Jesús estaba allí.Invitaron también a Jesús y a sus discípulos. Durante la comida faltó el vino. Se bebieron todo. La madre de Jesús se dio cuenta de ello y le dijoa su hijo: «No tienen vino.» Jesús le contestó: «Mujer, ¿qué quieres quehaga? Aún no ha llegado mi hora.» La madre de Jesús dijo a los sirvientes:«Haced todo lo que él os diga.» Había allí seis tinajas llenas de agua paralavarse. Jesús dijo a los sirvientes: «Coged agua de las tinajas y llevádselaal que preside el banquete.» Le llevaron el agua. El presidente delbanquete gustó el agua; se había convertido en vino. Llamó al novio y le

dijo: «Todo el mundo sirve primero el vino bueno y después el de menorcalidad. Tú en cambio has guardado hasta este momento el vino bueno.»Este fue el primer signo que hizo Jesús. Manifestó su luz y sus discípuloscreyeron en él.

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E l agua viva

Jesús atravesaba Samaría. Cansado de caminar, se sentó junto a xinpozo que aún hoy se llama el pozo de Jacob. Una mujer del lugar, una

samaritana, llegó para sacar agua. Jesús le dijo: «Dame de beber.» Lasamaritana le contestó: «¿Cómo? ¿Tú que eres judío me pides de beber amí, que soy samaritana? No lo comprendo.» Jesús le replicó: «Si supierasquién soy yo, tú me pedirías a mí.» La samaritana dijo a Jesús: «¿Cómopuedes darme tú a mí agua? El pozo es hondo y no tienes cubo. ¿Vas aser tú más grande que nuestro padre Jacob, que hizo brotar el agua comode una fuente?» Jesús le contestó: «El que bebe de mi agua no tendránunca más sed. El agua viva que yo le doy se transforma en vida eterna.»La mujer le dijo: «Señor, dame de tu agua viva.»

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E l inválido a la or illa de l agua

Los judíos celebraron una fiesta. Jesús subió a Jerusalén. H.- i _ -ciudad una piscina llena de agua, «la piscina de las ovejasinválidos y cojos estaban tumbados alrededor de ella. Aguardaban l . .ángel del Señor bajara a agitar el agua de la piscina. Cuando se ae::_r - -agua, el primero que entraba en ella quedaba curado. Había allí un h rr.rr:que llevaba inválido treinta y ocho años. Estaba echado a la orilla de. -Z — Jesús le vio y le dijo: «¿Quieres curarte?» El inválido le respondió: -;C *sí, Señor! Ya lo creo que quiero, pero nadie me lleva hasta el agua. íe¿-_le dijo: «Tú no tienes necesidad de esta agua. Levántate y echa a ►El hombre se puso en pie. Estaba curado. Pero era sábado, el séptirr _ -de la semana. Los jefes de la ciudad estaban furiosos contra Jesú> p ..no tenía derecho a curar en ese día, que era el día de Dios.


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: r hombre que se llamaba Lázaro estaba muy enfermo. Vivía con■ . • "trmanas, Marta y María. Su casa estaba en Betania, un pueblecillor r : - erusalén. Las dos hermanas le mandaron a Jesús recado: «Ven■R - ■ Tu amigo Lázaro está gravemente enfermo.»

aerarse Jesús de la enfermedad de su amigo, no se dio prisa. Sek x : iris días más donde estaba. Luego, dijo a sus discípulos: «Vamos a

Voy a curar a mi amigo Lázaro. Esta enfermedad pondrá dex ." :~e;:o la luz de Dios.» Los discípulos le dijeron: «No vayas allí. Los)efes de la ciudad te matarán.» Jesús les dijo: «Lázaro se ha dormido, voya despertarlo.» Los discípulos no comprendían. Se fueron acompañando a Jesús y tenían mucho miedo.

Cuando llegaron a Betania, Lázaro estaba ya muerto. Llevaba cuatrodías enterrado. Marta dijo a Jesús: «Si hubieras estado aquí, mi hermanono habría muerto.» Jesús le dijo: «Lázaro resucitará. Yo soy la Resurrección.» Ella no comprendió las palabras del Señor. María estaba en casallorando. En cuanto se enteró de que había llegado Jesús corrió a echarsede rodillas a los pies del Señor. Ella le dijo: «Si hubieras estado aquí, no

hubiera muerto mi hermano.» Entonces Jesús se echó a llorar. Decíantodos: «Era amigo suyo. ¡Cómo le quería!»

El sepulcro de Lázaro era una cueva cerrada con una losa grande. Alllegar a ella, Jesús dijo: «Retirad la losa». Retiraron la losa. En seguida, Jesús levantó la vista al cielo y dijo esta oración: «Padre, te doy gracias.Siempre me escuchas». Después dio un grito fuerte: «¡Lázaro, Lázaro, salde la muerte!» Lázaro salió fuera. Aún llevaba los pies atados con las vendas. Su cara seguía envuelta en una tela. Jesús dijo: «Desatadlo ydejadlo que ande.»

Los jefes de la ciudad contemplaron aquello. Entonces decidieron darmuerte a Jesús.

E l arresto

Se acercaba la fiesta de Pascua. Jesús pasó con sus discípulos al otrolado del torrente. Era al atardecer, después de la cena. Había allí un bonitohuerto. Jesús entró en él con los discípulos. Pero el traidor Judas conocíasiu - u:en el lugar.


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María se quedó sola junto al sepulcro. Estaba llorando. Se asomó alsepulcro y, luego, volvió la vista: Jesús estaba allí a su lado, pero ella nosabía que era éí. Pensaba que era el hortelano. Jesús le dijo: «Mujer, ¿porqué lloras? ¿A quién buscas?» Ella dijo: «Hortelano, ¡lo has robado tú!

Dime dónde lo has puesto.» Jesús le dijo: «María.» Entonces ella loreconoció y le dijo: «Kabuni» (Maestro). Y Jesús la mandó con los discípulos.

Tomás

Aquella misma tarde estaban los discípulos reunidos en la casa. Habíancerrado con llave todas las puertas por miedo a los sumos sacerdotes y a¡os jefes de la ciudad. Jesús vino a colocarse en medio de ellos. Les dijo:«La paz con vosotros.» Les mostró sus manos y su costado. Al verlo, los

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i.'CÍpulos se dieron cuenta de que era él. Jesús dijo otra vez: «La paz con vosotros.» Sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo.. Como- Padre me ha enviado, así también os envío yo. Id por todas partes airc:r que he resucitado.»

Tomás, uno de los doce apóstoles de Jesús, no estaba en aquel- 'mentó. Cuando llegó, los demás le dijeron: «Hemos visto al Señor.»

. - >él no lo creía. Dijo: «No, eso no es posible. Si no toco con mi dedoi >eñal de los clavos, no lo creo.»

Ocho días después se encontraban los discípulos reunidos otra vez eni casa. Esta vez estaba Tomás, jesús vino a ponerse en medio de ellos,les dijo: «La paz con vosotros.» Después dijo a Tomás: «Mete tu dedoiquí. Toca mis manos. Toca mi costado. ¿Crees ahora?» Entonces Tomás'c echó de rodillas' a los pies de Jesús, exclamando: «¡Señor mío y Dios-rúo!» Jesús le dijo: «Has creído porque me has visto. Dichosos los que;rcen sin haber visto.»


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L a pesca ex traord inaria

Algún tiempo después se apareció Jesús otra vez a los discípulos aorillas del mar de Tiberíades. Sucedió así. Pedro dijo: «Voy a pescar.» Sus

amigos ie dijeron: «Vamos contigo también.» Subieron los siete juntos ala barca. Pero aquella noche no pescaron nada.

Al amanecer se presentó Jesús en la orilla del mar. Los discípulos nose dieron cuenta de que era él. Jesús les gritó: «Echad la red a la derechade la barca.» La echaron y cogieron tal cantidad de peces que no podíansacar la red del agua. El discípulo preferido de Jesús dijo: «Es el Señor.» Al oírlo, Pedro se tiró al agua para reunirse con Jesús.

En la orilla se veían las brasas de una lumbre. Sobre ellas se estabaasando un pescado. Había también pan. Jesús dijo: «Traed algunos pecesde esos que acabáis de coger.» Habían cogido ciento cincuenta y tres y lared no se rompió.

Jesús les dijo: «Venid a almorzar.» Ningún discípulo se atrevía apreguntarle: «¿Quién eres?» Porque sabían muy bien que era el Señor.Entonces Jesús se acercó. Cogió el pan y se lo dio. Esta fue la tercera vezque Jesús se apareció a los discípulos después de su resurrección.

Después de terminar el almuerzo, Jesús dijo a Pedro: «Ahora vas a sertú el pastor de las ovejas.»

E l buen pastor

Jesús decía: «En verdad os digo, os aseguro que el pastor entra por lapuerta del redil. El ladrón entra por otro lado. El que entra por la puertaes el pastor de las ovejas. Ellas conocen su voz: son sus ovejas. Las llamauna a una por su nombre y las saca fuera. Cuando ya están fuera losanimales, él va delante y las ovejas le siguen porque conocen su voz. Lasovejas no conocen la voz de los ladrones.» Jesús expuso esta parábola,pero los jefes de la ciudad no comprendieron.

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Jesús decía: «Si uno camina de día, no tropieza ni cae, porque hay luz.Si uno camina de noche, tropieza y cae, porque no hay luz. Hay dos luces:la del mundo y la de Dios. Tened atentos los oídos y oiréis.»

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E l ciego de la aldea

Al otro lado del mar había una aldea llamada Betsaida. Jesús atravesóel lago con sus discípulos. Llegaron a Betsaida.

La gente del pueblo trajo un ciego a Jesús. Le dijeron: «Tócalo.» Jesúscogió al ciego de la mano y lo sacó de la aldea. Cuando estuvieron fuera, Jesús escupió en el suelo e hizo lodo. A continuación puso el lodo en losojos del ciego. Extendió las manos por encima de la cabeza de éste y lepreguntó: «¿Ves algo?»

El ciego estaba empezando a distinguir. Contestó: «Veo la gente comosi fueran árboles que andan.» Jesús puso otra vez las manos sobre los ojosdel ciego. Entonces el hombre vio del todo y quedó curado. Veía todoperfectamente. Jesús le dijo: «Vuelve a tu casa y no se te ocurra entrar enla aldea.»

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Al momento, Jesús vo lvió a ponerse en camino. Mientras ibanandando, Jesús explicaba todo a sus discípulos. Les decía: «El Hijo del

Jesús salió con sus discípulos para Cesarea de Filipo. La aldea estabaen la frontera del país.

lesús iba delante. Preguntó a los discípulos que le seguían: «¿Quiéndice la gente que soy yo?» Le contestaron: «Unos dicen que eres JuanBautista, otros dicen que Elias, y otros, que eres uno de los profetas.»

Entonces Jesús se detuvo. Se quedó mirando a sus discípulos y lespreguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy?» Pedro' fue el primero entomar la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías.» Jesús le dijo: «Te prohíboque se lo digas a nadie.»

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hombre va a sufrir mucho. Los sumos sacerdotes y los jefes de la ciudadlo van a matar. Pero el Hijo del hombre resucitará tres días después.»

Al oír eso, Pedro se enfadó muchísimo. Corrió hasta alcanzar a Jesús y le gritó: «¡N o, no es posible. No quiero!» Pero el Señor se volvió ymirando a sus discípulos dijo a Pedro: «Apártate de mí, Satanás. Lo quedices no es la idea de Dios, sino la idea de los hombres.»

Jesús decía a la muchedumbre y a sus discípulos: «Si alguno quiereseguirme, que lleve su cruz. Quien quiera salvar su vida, la perderá. Quienpierda la vida por mí, la salvará.»

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-sus transfigurado

Seis días después era domingo. Jesús subió con Pedro, Santiago y Juani una montaña alta. No había nadie más allí. Estaban solos lejos de loshombres.

Jesús se transfiguró entonces delante de ellos. Sus vestidos se vo lvieron tan brillantes como la luz y tan blancos como la nieve. Se les¿parecieron Elias y Moisés. Los dos antiguos profetas conversaban conlesús.

Pedro tomó la palabra y dijo: «Maestro, aquí estamos muy bien.Hagamos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elias.»

Pero Pedro no sabía lo que decía. Al instante los cubrió una gran nubecomo una tienda. De la nube salía una voz y decía: «Este es mi Hijo muyquerido. Escuchadle.»

De pronto no vieron a nadie. Jesús estaba solo con ellos. Todo habíacuedado igual que antes. Entonces empezaron a bajar de la montaña. Jesúsles dijo: «Os prohíbo que contéis a nadie lo que habéis visto. Esperad miResurrección.» La palabra de Dios está escondida.

h a grandeva es un impedimento

Jesús y sus discípulos subían a Jerusalén. Jesús iba delante y losdiscípulos le seguían.

Jesús les dijo: «Van a matar al Hijo del hombre, pero éste resucitaráil tercer día.» Los discípulos no comprendían aquellas palabras porquetenían miedo de comprenderlas.

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Llegaron a Cafarnaún, ciudad que estaba a orillas del mar. Entraronen casa y Jesús les preguntó: «¿De qué ibais hablando por el camino?» Losdiscípulos no se atrevían a contestarle. Habían estado discutiendo entre sísobre quién era el más grande.

Jesús se sentó y llamó a los doce apóstoles. Les dijo: «Quien quieraser el más grande, que se haga el más pequeño de todos. Mi Padreentonces lo querrá.»

Después jesús cogió a un niño pequeño. Lo puso delante de sí y lobesó. Luego dijo: «Quien acoge a un niñito por mí, a mí es a quien acoge.El que hace mal a un niñito, a mí es a quien hace daño.»

Acercaban a Jesús niños pequeños, pero los discípulos los apartaban. Jesús se enfadó. Dijo a los discípulos: «Dejad que los niños se acerquen amí. El Reino de los cielos es para quienes se parecen a esos niños.» Lapalabra de Dios está oculta.

I m riqueza es un impedimento

Jesús vo lv ió a ponerse en camino y sus discípulos lo seguían. Llegócorriendo un hombre y se echó de rodillas a los pies de Jesús. Le dijo:«Maestro bueno, ¿qué debo hacer para ganar la vida eterna?» Jesús lepreguntó: «¿Por qué me llamas bueno? Sólo Dios es bueno. Para ganar la

vida eterna, haz lo que está escrito en la Ley.» El hombre replicó:«Maestro bueno, eso lo he hecho siempre.» Entonces Jesús lo miró conamor. Le dijo: «Una sola cosa te falta: vete, vende todo lo que tienes,dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo. Luego, ven y sígueme.»Pero aquel hombre se puso muy triste porque tenía mucho dinero.

Jesús miró en torno suyo y dijo a los discípulos: «Le es más fácil a uncamello pasar por el ojo de una aguja que a un rico entrar en el Reino deDios.» Los discípulos dijeron a Jesús: «Eso es imposible. ¿Quien entoncespuede salvarse?» Jesús los miró y dijo: «Lo que es imposible para elhombre, es posible para Dios.» La palabra de Dios está escondida.

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h a senda estrecha

Jesús y sus discípulos seguían subiendo hacia Jerusalén. Jesús iba encabeza y los discípulos lo seguían, pero éstos tenían miedo. Jesús llamó alos doce apóstoles y les dijo: «El Hijo del hombre va a ser entregado a lossumos sacerdotes. Estos a su vez lo entregarán a los paganos, quienes lomatarán. Pero el Hijo del hombre resucitará al tercer día.»

Santiago y Juan, su hermano, se acercaron a Jesús y le dijeron:«Maestro, tú vas a ser rey y nosotros queremos sentarnos uno a la derecha

y otro a la izquierda de tu trono. Nosotros queremos mandar en todos losdemás.» Jesús les dijo: «No comprendéis nada. ¿Podéis beber vosotros elcáliz que voy a beber yo?» Le contestaron: «Sí, Maestro.» Jesús lespreguntó también: «¿Podéis vosotros recibir el bautismo que voy a recibir yo?» Le contestaron: «Sí, Maestro, podemos.» Entonces Jesús les dijo:«Beberéis ese cáliz y recibiréis e! bautismo.»

Jesús añadió: «Los jefes de las naciones gobiernan como amos. Entre

vosotros, por el contrario, el mayor ha de ser el más pequeño. El amo seráel criado y el esclavo de los demás. Haréis esto en memoria mía: el Hijodel hombre ha venido a dar la vida por sus amigos.» La palabra de Dioses difícil.

Dios oculto

Jesús llegó a Jerusalén para la gran fiesta de Pascua. Fue arrestado porlos soldados de los sumos sacerdotes en el huerto de los Olivos. Era denoche. Los sumos sacerdotes y el Consejo estaban reunidos para juzgar a

Jesús. Andaban buscando un motivo para matarlo, pero no lo encontraban. Unos testigos falsos decían: «Jesús ha dicho: “ Yo voy a destruir estetemplo y en tres días volveré a construir otro.” »

Entonces se levantó el sumo sacerdote. Dijo a Jesús: «Explícanos eso.»Pero Jesús no decía ni una palabra. Se callaba. El sumo sacerdote lepreguntó: «¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito?» «Yo soy — respondió Jesús— , y bien pronto me veréis sentado a la derecha de Dios en el cielo.»Entonces el sumo sacerdote montó en gran cólera y Jesús fue condenadoa muerte.

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H Comenzaron a escupir al Señor y a golpearlo. Le taparon la cara con

un velo como para no verlo.Clavaron a Jesús en la cruz y tres horas después murió. Al morir, el

velo del templo que ocultaba la sombra de Dios se rasgó de arriba abajo.

Jesús resucitado

Tres días después, el domingo de Pascua, María Magdalena y la otraMaría fueron al sepulcro. Querían perfumar con mirra el cuerpo de Jesús.

a J Era por la mañana a primera hora. Estaba saliendo el sol.Las dos mujeres se decían una a otra: «¿Quién nos correrá la losa quecierra la sepultura?» Pero se fijaron y vieron que habían corrido la piedraa un lado. Era grandísima. Entraron en el sepulcro. Entonces vieron a un

■ joven vestido con la ropa blanca del bautismo. El ¡oven les dijo: «Notengáis miedo. ¿Buscáis a Jesús, el crucificado? Ha resucitado. No está

. ac*uí->>o * Las dos mujeres salieron del sepulcro y huyeron. No dijeron nada a

nadie porque tenían mucho miedo.

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L a lengua de Dios

Llegó el día de Pentecostés. Los doce apóstoles estaban reunidos paraorar. De repente el ruido de un viento fuerte llenó la casa. Los apóstoles vieron que bajaba fuego sobre los que estaban allí. El fuego tenía formade lengua. Todos se llenaron del Espíritu Santo. Hablaban todos losidiomas de la tierra.

Residían en Jerusalén habitantes de todos los países del mundo.

Oyeron el ruido y acudieron. Estaban asombrados porque cada uno oíahablar a los apóstoles en su lengua propia. Se preguntaban cómo eraposible aquello. Algunos hasta se burlaban de los apóstoles y decían: «Hanbebido demasiado.»

Pedro, de pie con los once apóstoles, tomó la palabra y dijo: «Hombresde Jerusalén, escuchadme. No hemos bebido demasiado, todavía no esmás que media mañana. Es aún muy pronto para beber. Voy a explicaroslo que pasa. Recordad lo que dijeron los antiguos profetas. En los últimosdías, Dios derramará su Espíritu sobre todos los hombres. Dios harámaravillas por todas partes. En seguida vendrá el Señor y será aquel ungran día, el gran día de la Salvación. Todos los que invoquen el nombre

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reses matasteis en una cruz, pero Dios lo ha resucitado. Hoy Jesús nos envía su

Espíritu. Dios lo había prometido.»mos

. „ _ I Al oír aquellas palabras, muchos se hicieron bautizar y recibieron elEspíritu Santo. Pero los sumos sacerdotes y los jefes de la ciudad estabanunfuriosos y querían matar a los apóstoles.

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Sanio ve la lu%

Saulo de Tarso perseguía a muerte a los discípulos del Señor. El sumosacerdote del templo le dijo: «Ve a Damasco. Busca a los cristianos. Ataloscon cadenas y tráelos aquí a Jerusalén.»

Saulo iba por el camino de Damasco. De repente bajó una luz del cielo y lo envolvió con su claridad. Saulo no veía nada. Cayó a tierra y luegooyó una voz que decía: «Saulo, Saulo, ¿por qué me haces tanto mal?» Saulopreguntó: «¿Quién eres, Señor?» La voz respondió: «Yo soy Jesús, a quien

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tú persigues. Levántate y ve a la dudad. Allí se te dirá lo que tienes quehacer.»

Sus compañeros, los soldados, se habían detenido y estaban asombrados. No comprendían nada. Oían perfectamente la voz, pero no veían anadie.

Saulo se levantó. No podía abrir los ojos. Estaba ciego. Lo cogieronde la mano y lo llevaron a Damasco. Durante tres días no comió ni bebiónada y seguía sin ver.

El tercer día, al otro lado de la ciudad, un discípulo de Jesús llamado Ananías tuvo una visión. El Señor lo llamó: «Ananías.» El respondió:«Aquí estoy, Señor.» Jesús le dijo: «Ve a casa de Judas, que está en la callerecta. Pregunta por Saulo de Tarso. Imponle las manos para que recobrela vista.» Ananías contestó: «No, no, Señor. Me matará.» El Señor replicó:«Te digo que vayas. Ese hombre será mi apóstol entre los paganos.»

Ananías se fue a ver a Saulo. En tró en la casa. Impuso las manos aSaulo y le dijo: «Saulo, hermano, el Señor me envía para que recobres la

vista. Queda lleno del Espíritu Santo.» Al instante cayeron unas escamas

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de los ojos de Saulo, que recobró la vista. Lo bautizaron, comió yrecuperó sus fuerzas.

Saulo salió de la casa. Iba diciendo a toda la gente de la ciudad que Jesús era el Hijo de Dios. Muchos no comprendían y se decían unos aotros: «¿No es éste Saulo de Tarso, el que perseguía a los cristianos?» PeroSaulo explicaba a todo el mundo que Jesús era ciertamente el Mesías delas antiguas Escrituras.

Entonces los sumos sacerdotes y los jefes de la ciudad decidieron

matar a Saulo.

E l fin de la esclavitud

Saulo es llamado Pablo, que quiere decir «pequeño». Iba hasta muylejos por países paganos y anunciaba por todas partes la Buena Nueva dela Salvación. Se había convertido en el apóstol de los paganos.

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Pablo llegó a la ciudad de Filipos con su amigo Silas. Una pobre mujerestaba dominada por un espíritu malo. Los seguía por todas partesgritando: «Escuchad a estos hombres. Dicen la verdad. Son hombres deDios.» Al cabo de un rato, aquello fastidió a Pablo. Se volvió y dijo alespíritu malo: «En nombre de Jesucristo , sal de esta mujer.» Y en seguida

salió el espíritu.Los amos de la mujer ganaban mucho dinero con ella porque sabía

echar la buenaventura. Dijeron a la policía: «Estos hombres traen eldesorden a la ciudad. Metedlos en la cárcel.» A Pablo y a Silas les dieronuna gran paliza y los metieron en la cárcel.

A medianoche, Pablo y Silas estaban rezando. Daban gracias a Dios.Los demás presos los escuchaban. De pronto tembló la tierra y sedesplomaron las paredes. Se abrieron las puertas y cayeron al suelo lascadenas de los presos.

El carcelero estaba dormido. Se despertó sobresaltado. Vio las puertasabiertas y pensó que se habían evadido los presos. Entonces desenvainó

la espada para matarse. Pero Pablo le gritó: «No hagas eso. Estamos aquítodos.»

El carcelero pidió una lámpara. Corrió a echarse de rodillas a los piesde Pablo y de Silas. Estaba temblando. Luego se levantó y sacó fuera alos presos. Preguntó a Pablo: «¿Qué hay que hacer para salvarse?» Pablo\e respondió: «Cree en el Señor Jesús y te salvarás junto con tu familia.»

Era de noche. E l carcelero lavó las heridas de los presos. Y , al instante,recibió el bautismo él y también los de su casa. El carcelero dijo: «Ahora,subid a mi casa.» Comieron y estaban llenos de alegría por creer en Dios.

Por la mañana los jefes de la ciudad pidieron a Pablo y a Silas quesalieran inmediatamente del país. Pero ellos no se dieron ninguna prisa.Se fueron a orar junto con los cristianos de la ciudad.

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Jesús nació en Belén, pequeño pueblo de Judea. Fue en tiempos delrey Herodes. Y he aquí que unos magos paganos llegaron desde muy lejosal país de Dios. Se detuvieron en Jerusalén y preguntaron: «¿Dónde estáel rey de los judíos que acaba de nacer? Hemos visto salir su estrella.Brillaba en lo alto del cielo. Hemos venido a adorarlo.»

El rey Herodes se sobresaltó. Y toda la gente de Jerusalén se

sobresaltó también. Herodes reunió a los sumos sacerdotes y al Consejo.Les preguntó dónde tenía que nacer Cristo.

Ellos le contestaron: «En Belén, pequeño pueblo de Judea; así loescribió un antiguo profetar

Y tú, Belén,eres mucho más que un pequeño pueblo.Pues de ti saldrá un gran rey,una estrella para Israel, mi pueblo.»

Entonces Herodes dijo a los magos: «El niño ha nacido en Belén. Idallí y adoradlo. Luego, volved para decirme dónde habita exactamente. Yo

también iré a adorarlo.»Los magos se pusieron en camino hacia Belén. Se les apareció denuevo la estrella que habían visto salir. Iba delante guiándolos hasta quese detuvo encima de donde estaba el niño. Los magos vieron la estrella.Se llenaron de alegría: Jesucristo estaba allí, delante de ellos, con Maríasu madre. Abrieron sus cofres. Le ofrecieron oro como a rey, inciensocomo a Dios y mirra como a Resucitado. Luego, regresaron a su país porotro camino.

«Tened los oídos atentos v oiréis.»

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Las páginas siguientes van destinadas a los padres y a los educadores:

Cómo presentar la Biblia a los niños

Más allá de la anécdota


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Cómo presentar la biblia a los niños

Los niños, ya desde muy pequeños, nos hacen continuamente preguntas sobre lamuerte, sobre Dios, sobre Jesús, sobre el cielo..., preguntas que a veces nos resultanembarazosas.

Los niños son curiosos: indagan. Cuando van teniendo más edad, esa fuente depreguntas parece agotarse: cuando son adolescentes, «se bastan, saben». Su búsqueda delo religioso termina muchas veces en una extraña indiferencia: ¿no querer saber?Sorprendente cambio que es un reto a padres y educadores.

El pecado, según Génesis 3,5-7, entró en el mundo por el conocimiento. Jesús lorecuerda (Jn 9,40). Quien cree saberlo todo, no indaga; se basta y se encierra en sí mismo.La fe es una acogida, es apertura a un Dios que irrumpe en !a meditación, en la plegaria

y en las cosas cotidianas de la vida: es una «antiindiferencia».

Jesucristo contando a los niños presenta los evangelios como parábolas que hay quedescifrar, significado que es preciso buscar, algo en lo que hay que meditar y orar. Elcentro del «jeroglifico evangélico» es un hombre como los demás, «uno entre millones»(Juan Pablo II), o, según Le 4,2, Jesús de Nazaret, el hijo de José. Ante él, uno sepregunta: «¿Quién es éste?» (Me 4,41). Unos proclaman: «Este es el Hijo de Dios, el Hijodel hombre, el Cordero o el Pastor, el Justo, el Siervo sufriente, el Mesías...» o,sencillamente, «es el Señor».

¿Por qué tantos títulos? ¿No podría llamársele simplemente «hombre grande»? Todosesos apelativos son confesiones de fe, fruto de la meditación cristiana hecha a la luz delas Escrituras.

Toda confesión de fe es reconocimiento, esa especie de saber que brota del interior:madurez de una búsqueda, camino oscuro sobre el que salta el grito: «Señor mío y Diosmío» (Jn 20,28). El conocimiento de los evangelios es Vida, y no lo es el saber una vida

de Jesús que ahorrase el desciframiento y la oración.

E l Antiguo Testamento

«A Dios nadie lo contempló nunca» (1 Jn 4,12), jamás lo vio nadie. Y, sin embargo,se afirma que Jesús es Dios. ¿No es eso una pretensión asombrosa que entraña unaimposibilidad radical? Porque, ¿cómo se puede afirmar que un hombre es algo más quehombre? ¿Cómo es posible reconocerlo como Dios, si no se sabe nada de él? Es cierto

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que la Resurrección es un hecho sorprendente, pero, con los pies pisando tierra, es cosade fantasía creer ese acontecimiento. ¿No serian los apóstoles víctima de una alucinación?De todos modos, para poder reconocerle es preciso conocerle antes, y ese no es nuestrocaso.

Pero decir eso es un error. El acto de reconocimiento es posible hoy gracias al

An tig uo Testamento. Ya lo hicieron así los apóstoles, quienes, partiendo de lasEscrituras, proclamaron que Jesús es Dios. Sin el Antiguo Testamento no hubiera habidoevangelios. Porque, en tiempos de jesús, los judíos escrutan los textos antiguos de >_tradición y los confrontan con el momento en que viven. Esperan al Mesías promeie indagan cuándo y cómo se debe cumplir la promesa de Dios. Son conscientes deno va a tardar en llegar el cumplimiento: «¿Es el Mesías ese hombre que se pone al fren::de una rebelión armada para librar al pueblo de la opresión romana? ¿Es Juan Baut.-'^o “ hay que esperar a otro” ?» (Le 7 ,19). Todos buscan. Todo s descifran. Todo s rezanla referencia última y única en que se apoya tal reconocimiento es el Antiguo Testamento.Hoy como ayer, no hay más referencias. No se ha confesado a Jesucristo al margen delas Escrituras. Sin ellas, se le llamaría «hombre grande», sin más.

A través de los eva ngelio s, el An tig uo Testamento ha pasado a ser el lengua efundamental de la oración cristiana, el lenguaje de la Iglesia. Sus imágenes, sus relato;,

sus símbolos, son la «materia» de la liturgia y de los sacramentos. Son los que n«permiten proclamar y contemplar a Jesús con todos los títulos que conocemos. Nue¿:rCredo hace lo mismo: «Resucitará al tercer día, según las Escrituras.»

To dos los textos evangélicos, sin excepción, tienen un peso escri turístico, bien porreferencia expresa a los profetas, bien por simple alusión. Los recuerdos que se tienen de

Jes ús han quedado lastrados de An tiguo Testam ento; a veces, hasta han tomado la forrr.;de una historia de Moisés, de Elias, de Salomón, de Samuel o de Sansón... Los mismr -relatos de la Pasión están salteados con versículos de Salmos.

Ese curioso trabajo de la fe está ahí, diciéndonos que todo el Antiguo Testamenteestá gritando «Jesús» como el cumplimiento de la Promesa de Dios, como el Mesíasanunciado. De ese modo, podemos confesarle y, a la vez, rezarle.

Todo cristiano debería iniciarse en la meditación de las Escrituras, en esa búsqueda

y contemplación, en el aprendizaje del reconocimiento. Eso es tarea de la catequesis, ob ride la comunidad cristiana. Pero el niño está a veces muy lejos de ese acercamiento a losevangelios y del conocimiento de las imágenes bíblicas.

E l dilema

El niño, que es inocente y a la vez está muy marcado por el ambiente culturadentiende los evangelios como una vida de Jesús, lo mismo que una historia de Españ;En esto, com o en todo lo demás, registra en su mente lo que oye y «sabe». Y ya tenerr¡' ~experiencia de lo que pasa después: a veces el rechazo y, frecuentemente, la indiferencia

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A eso está abocada toda cultora relig iosa. Pero los tiempos cambian y es pos ible queel adolescente ignore hoy lo que sabían nuestras abuelas: la historia sagrada, ese saberlleno de imágenes. Porque, para que no rechace la Escritura, se le han callado las«historietas» bíblicas: se ha hecho una censura nefasta que, al confiscar las imágenes debase, mata la búsqueda, búsqueda que no puede hacerse en el vacío y que empobrecepeligrosamente el lenguaje de la oración y de los sacramentos.

Las imágenes mentales más activas se adquieren antes de los seis años. Pero darrelatos bíblicos a niños tan pequeños corre el riesgo de anclarlos para siempre en la

anécdota y en «la vida de Jesús». Por el contrario, la ausencia de imágenes lleva a un vacío de lenguaje y a la muerte de la com prensión de la fe: no es posible ningunaconfesión de fe sin el soporte de las «representaciones». Todo está en aprender a superarlas.

El dilema se resuelve fácilmente si se tiene en cuenta el desarrollo del niño, ya quecada adquisición requiere su edad: aquella en la que sé almacenan imágenes activas,aquella en la que se las compata y asocia, aquella en la que se les confiere un relieveespiritual, aquella finalmente en la que se las relaciona con uno mismo para vivir en ellas.Por tanto, la anécdota se va superando por etapas. Jesucristo contado a los niños se ha escritopara conseguir esa superación.

E l libro

Jesucristo contado a los niños es lo contrario de una vida de Jesús, si bien pone en escenael máximo de imágenes evangélicas. Está dividido en nueve catequesis, dos de Mateo,tres de Marcos, tres de Lucas y una de Juan. Cada una de ellas manifiesta un aspecto delmisterio pascual, pero es menester descifrarlo.

La disposición de los textos incita a la búsqueda. El libro comienza con la paráboladel sembrador y termina con el relato de los Magos, de Mateo. Esta presentación originalqueda reforzada por el hecho de que la última de las siete catequesis es una parábola. El joven lector queda inv itado a reflexionar y a descubrir que el Evangelio , en su conjunto,es patábola y es oración.

Como sucede en nuestro otro libro E l Antiguo Testamento contado a los niños losdibujos son mucho más que ilustraciones destinadas a reforzar la parte anecdótica de losrelatos, lo mismo al evocar las Escrituras que al sugerir la muerte y resurrección delSeñor. Por tanto, hay que procurar que los niños se fijen bien en ellos e incluso los mediten.

La segunda parte de este libro no está dirigida a los niños, por lo menos hasta quesean adolescentes. Se ha escrito para ayudar a los adultos a que consigan descubrir ycontemplar a Jesucristo a través de los relatos evangélicos, Pero esas explicaciones nodeben darse al niño: debe buscar él mismo. Hay que acompañarle en ese esfuerzo dereflexión sin pretender quemar etapas.

1 E t Antiguo Testamento contado a los ninas, Ctaude y Jacqueiine Lagarde. Ediciones S. M. Madrid, 1981.

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Modo de empleo

1) En primer lugar, leed el texto. Comparadlo con el de vuestra Biblia. Acontinuación, pasad a las notas. Estableced las relaciones que se indican con el Antiguo

y Nue vo Testamento; primero, a nivel concreto de imágenes; después, a nivel abstracto desentido. Así lograréis entrar en el lenguaje de la confesión de fe v comprenderéis mejorla reflexión de los niños, que parten siempre de las imágenes para reflexionar.

2) Seleccionad luego dos o tres relatos bíblicos que tengan semejanzas concretas conel relato evangélico que queréis proponer a los niños. En todo caso, si no os sentís confuerzas para hacerlo de memoria, acudid a E l Antiguo Testamento contado a los niños.

3) Contad el pasaje evang élico. A continuación, que los niños dibujen, pinten,representen, inventen imágenes a su manera. Así las hacen suyas. Ocho dias después —-y ese pla%o es necesario— , que cuenten libremente la historia, corrigién dose unos a otros. Noexijáis en seguida una cronología correcta.

4) Cuando los niños han conseguido ordenar otra vez el conjunto del pasaje,contadles uno de los relatos bíblicos que habéis escogido. Que lo hagan suvo, lo mismoque el anterior. La vez siguiente, que señalen semejanzas y desemejanzas. Incluso llegarána citar todos los demás relatos que tengan relación con éste. Estas operaciones son yauna primera superación de la anécdota.

As í avanzaréis en la Bib lia, de relato en relato, habiendo pre servado la capacidadcreativa del niño y el sentido que adquirirán después los relatos.

5) A partir de los nueve años, veréis aparecer los primeros «despegues», cuandohagáis hablar a los niños. Os dirán, cada vez con más frecuencia: «esto es para

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