Jaiá y Iejidáh

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La Dimensión Interior

CURSOS GAL EINAI EN VIVO

LA CABALÁ DEL ARIZAL

Nivel 1 clase 24

20 de Febrero del 20111

Basado las enseñanzas del Rabino Itzajk Ginsburgh shlita, sobre el libro Jasdei David Haneemanim, de

Rabí David Rashash, sobre los escritos del Arizal

Enlace para ver la grabación de la clase:

http://www.wiziq.com/online-class/477513-la-cabala-del-arizal-clase-24

Plegaria antes del estudio

(De los Secretos del Libro “Sod Hashem Leireav”)

Deseo estudiar para que el estudio me lleve a la acción, y a las cualidades rectas, y a

comprender la Torá, y a apegarme al Creador. Y a esparcir los manantiales de las grandes

profundidades, y se abran los portales del cielo, y se llene la tierra del conocimiento de Di-s

como las aguas cubren el mar.

A IMAGEN Y SEMEJANZA

El alma en general se representa con las tres letras de la palabra tzelem, צלם, tzadik-lamed-mem.

Está escrito en la Torá que Dios creó al hombre “a imagen de Dios”. La palabra tzelem tiene la misma

raíz de la palabra tzel, צל, tzadik – lamed, que significa “sombra”. Nosotros somos como la sombra en

este mundo de la Luz que se proyecta de los mundos superiores después de muchas contracciones y

ocultamientos, y esa sombra que se ve aquí es el reflejo del alma que viene desde lo Alto, esta es una de

las explicaciones de [Bereshit 1:27]: “betzelem Elokim… bara otam”, “a imagen de Dios… los creó”, y

la imagen es la sombra. La otra explicación, como siempre ocurre en jasidut, es justamente lo contrario,

es la paradoja que se eleva. Esa sombra que nosotros proyectamos es lo que se refleja en este mundo de

lo que es la presencia de Dios arriba, y justamente esa sombra que nosotros dejamos es el resultado de

nuestras acciones.

Por lo tanto, explican los jajamim [sabios] que ese tzelem tiene la letra “tzadik”, צ, de guematria 90, y

tiene que ver con los 3 niveles inferiores del alma: neshama, ruaj, nefesh, de arriba hacia abajo. Como

cada una está inter-incluida dentro de las otras se forma un partzuf de 9 y como cada uno tiene 10 sefirot

tenemos que 9 x 10 = 90 = צ

La ל, “lamed” representa el otro nivel del alma llamado “Jaia” חיה, “Viviente”.

La ם, “Mem” representa el otro nivel del alma llamado “Iejida” יחידה, “Único”.

1 Dictado por Jaim M. Frim

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Los 3 niveles inferiores son aspectos pnimim, “interiores” del alma y son más o menos conscientes.

Nosotros tenemos consciencia más o menos de estos niveles y lo expresamos desde nuestro lado

orgánico, desde nuestros niveles vegetal y animal. Estos dos niveles también son un paralelo, una

representación en la naturaleza de estos dos niveles del alma.

Los dos niveles superiores son Jaiá y Iejidá. Jaiá es un nivel cercano a la consciencia, y Iejidá es un

nivel superior. Sin embargo, ambos niveles son makifim, que “rodean”. Esto tiene que ver con el Keter,

“corona”, el inconsciente. Se llama Keter por estar por encima de la cabeza, del cerebro, de la

consciencia.

Cada uno de estos niveles tiene inter-incluido a los demás. Jaiá abarca a los 3 niveles inferiores (נר"נ,

NaRaN), y rodea a todos y a cada uno de ellos. Y son 3 niveles makifim, y cada uno tiene inter-incluido

a las 10 sefirot, tenemos que 10 x 3 = 30 = ל.

Iejidá, que es el nivel superior del alma tiene que ver con niveles makifim, que rodean tanto a Jaiá como

a los otros 3 inferiores. Así son 4 niveles makifim y cada uno de estos 4 tiene inter-incluidas a las 10

sefirot entonces tenemos que 4 x 10 = 40 = ם, el valor de la letra “Mem” de la palabra “tzelem”.

La “Tzadik” representa 3 niveles de luz interior, y la “Lamed” y la “Mem” representan 2 niveles de luz

exterior, que rodean. Esto está insinuado en un pazuk [verso] que dice: “ve tzadik be’emunató ijié” – “el

justo con su fe va a vivir”.

La palabra tzadik y la palabra be’emunató, באמונתו, significa bet = 2, emunató = su fe, dos niveles de fe.

Bet emuná, 2 veces fe, tiene la misma guematria que la palabra tzadik. Aquí estamos encontrando

secretos muy profundos. La palabra tzadik, צדיק, de guematria 204 (tzadik = 90, dalet 4, iud = 10, kuf

=100), tiene la misma guematría de bet =2, veces la palabra emuná, siendo que emuná, אמונה tiene

guematria 102. Por lo tanto, 2 x 102 = 204, 2 veces emuná es igual a tzadik. Significa que el tzadik tiene

revelado dentro de sí 2 niveles de fe. Una en el nivel iejidá del alma y el otro en el nivel de Jaiá del

alma.

Ijie significa “vivirá”, e involucra dentro de sí la palabra Iejidá, el nivel superior del alma, y también

tiene a Jaiá, por supuesto. Este pazuk es clave y encierra todos los secretos de los que hablamos.

LA FE A NIVEL DE JAIÁ

Hablemos ahora de lo que es la fe en el nivel de Jaiá, y lo que es la fe en el nivel de Iejidá.

Jaia es un nivel del alma que “entra y sale”. Al estar cerca de la consciencia, es la revelación. La

persona a veces siente que percibe algo que está en su inconsciente, en los mundos espirituales y sin

embargo, en seguida se le escapa. Es como el ejemplo del águila. Está escrito que “En el principio creó

Dios los cielos y la tierra, la tierra estaba caótica y desordenada, vacía, y el espíritu de Dios sobrevolaba

sobre la faz del abismo”. Ese sobrevolar está representado por el águila que sobrevuela sobre el nido

donde están sus pichones. El águila, por el peso que tiene, si deposita todo su peso sobre el nido lo

destruye, entonces tiene que posarse y no posarse. Ese es el ejemplo de Jaiá del alma. Son esos

momentos en que uno siente que puede captar la divinidad, que puede entender las cosas inconscientes

que la mente humana no puede comprender, y en seguida se le escapa. Ese es el efecto del nivel de Jaiá

en el alma: “vemati ve lo mati” “toca y no toca”.


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Por supuesto esto nos recuerda el concepto de sabiduría de Jojmá. Jojmá también es un destello de

iluminación, un destello que se revela en la sefirá de sabiduría y tiene que ver con el concepto de que

Dios está creando constantemente. Dios crea algo de la nada, y este concepto está relacionado con el

mundo de Briá. Atzilut es considerado como la nada porque es uno con Hashem, y Briá, que es creación,

es pasar de la nada a algo. Ietzirá es cuando ese algo creado en Briá cambia, toma forma, ese es el

mundo de la formación. Es una forma espiritual que va tomando materialidad y se presenta finalmente

en el mundo de Asiá.

Entonces, ese destello de captación y percepción de algo que es completamente alejado de la mente

racional, es ese rayo que de repente brilla en la mente y que enseguida se esfuma, se capta y no se capta.

Ese es el concepto de que Dios, en su infinita bondad, deseando hacer el bien, hace constantemente el

acto de la Creación (crear algo de la nada). Y esto es un nivel de fe que tiene que ver con la sefirá de

Daat. Es el Daat, esa Jojmá que desciende en Daat, es ese nivel superior del alma que se revela en la

sefirá de conocimiento. Es el nivel del libre albedrío, el de poder decidir, según se revele en la mente

consciente, en el nivel del juicio, eso que es posible vivir y pensar que es la fe absoluta que está en el

inconsciente.

Entonces, esto se refleja en la necesidad del hombre de probar constantemente y esforzase en toda su

capacidad, para tratar de percibir y captar este tipo de emuná. Algunas veces se esfuerza y llega a captar

algo, como que lo tiene frente a sus ojos, de modo tal que pudiera ver cómo todo se crea de la nada. Esto

sucede de tanto meditar, aprender y estudiar, lo que nos dicen nuestros sabios y lo que nos refleja la

naturaleza, de pronto mira a su alrededor y no es que las cosas desaparecen, pero en su ojo de la mente,

percibe algo que proviene del inconsciente y que es cómo Dios crea constantemente algo de la nada. Es

sentir cómo Dios me crea constantemente y en este momento a partir de la nada, del cero absoluto. Esto

es el nivel de Jaiá en la mente.

Cuando la mente consciente se va desarrollando va entendiendo lo que es el concepto de causa y

consecuencia. Experimenta y realiza experimentos científicos, pese a que la mayoría de nosotros no

somos científicos, cada uno experimenta y busca el límite tratando de entender y ver que cada cosa tiene

una causa, y cómo hay consecuencias de cada cosa que uno realiza. Así es como trabaja la mente,

nuestro intelecto. Y no es una forma de buscar algo nuevo, sino encontrar la causa permanente y estable

de las cosas que existen y que uno percibe. Significa que la mente consciente, la mente materialista, el

intelecto racional no puede comprender que algo exista a partir de la nada. Siempre necesita un punto

inicial de donde a partir, de lo cual a partir de causa y consecuencia se generan el resto de las cosas.

Pero Jojmá no es así, Jojmá es el relámpago que surge de la nada, es el nivel de Jaiá que se renueva

constantemente a partir de la vitalidad que hay en la luz infinita. Entonces, el alma como tal es capaz de

ver cómo todo surge algo de la nada. La mente racional no puede. Cuando se revela en ese segundo el

nivel de Jaiá del alma, en ese segundo uno percibe casi conscientemente lo que es la creación, algo de la

nada.

Una vez que la chispa se fue nos queda el recuerdo que cada vez se aleja más y uno trata de aferrarlo

con las manos de la mente, pero estas manos no pueden porque el agua se escurre de entre las manos, y

regresa a ser lo que era antes, una emuná, una fe y medio conocimiento. Y ese nivel del alma que es Jaiá

nos hace amar la verdad. Nosotros sabemos que existe una verdad y toda nuestra vida tratamos de

buscarla. Nos hace alejar de la mentira y nos hace entregar la vida por esa verdad. Esto está representado

por el Rambam, el Rambam tanto como rabino, como Rebe, como médico y filósofo iba tras la verdad


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de las cosas, e incluso no le importaba que la verdad proviniera de la Torá o de la sabiduría de las

naciones, si es verdad es verdad y él se rinde y entrega toda su vida por ese ideal que es la verdad.

Existe una causa, como dice el Rambam, que esa causa es “la base de todas las bases y la columna de

toda sabiduría”. Él busca la verdad y fundamento de todas las cosas y eso está por encima de la mente.

Así es como se define el nivel de Jaiá en la psiquis del hombre, eso es lo que mueve al intelecto, buscar

la verdad. Y de este nivel de Jaiá viene ese sentimiento de maravillarse por las cosas, saber que hay algo

Divino que está por encima y separado de lo que es la realidad que conocemos.

LA FE A NIVEL DE IEJIDÁ

Por otro lado está lo que se llama fe, la emuná a nivel de Iejidá del alma. Se puede decir que esta emuná

es la fe verdadera, la fe que surge del nivel superior del alma. Nos dice esta emuná que por encima de

todo intelecto y de toda creación algo de la nada, todo es Dios y Dios es todo. Ese es uno de los puntos

que, como explica el Tania, en que los cabalistas como el Marahal de Praga, diferían en su concepto del

Rambam con respecto a si se le puede dar atributos a Dios. Dios es, fue y será, como dice el Rambam. Y

explica el Rebe en el Tania: “¿acaso se le puede decir a Dios que fue, es y será? Dios es y no tiene

calificativos, ni tiempo, ni espacio. Entonces, ¿cómo se le puede decir que Él es, fue y será? ¡Él es todo!

Él es la nada infinita, la luz infinita. Y todo frente a Él desaparece”. Esa es la definición de los cabalistas

como el Marahal de Praga con respecto a estos niveles.

El Admur HaZaken, rabi Shneur Zalman de Lubavitch, el primer Rebe de Jabad, viene y nos explica en

el Tania que no es que uno esté equivocado y el otro tenga razón; sino que cada uno habla de distintos

niveles de percepción de la Divinidad de acuerdo a los niveles del alma. El Rambam buscaba causa y

consecuencia, buscaba las causas de la naturaleza, y nosotros estamos viviendo en la esencia infinita de

Dios, cómo Dios crea algo de la nada, que es el concepto básico del judaísmo. Pero los cabalistas dicen

NO, todo es Dios y Dios es todo. Es una presencia infinita, nada está vacío de Él y Él abarca todo. No

como dice el Rambam: que Él es el que sabe, Él es la sabiduría, Él es el Todo conocido. No hay

separación en Dios.

Por eso viene el Marahal de Praga y dice “Dios prohíba que podamos clasificar a Dios con calificativos,

incluso con decir que es la emet, “la verdad”. Esa verdad definida en nuestra mente. Los sabios vienen y

dicen él no es emet, ni ningún otro calificativo alguno, Él es Kadosh: sagrado, separado y ajeno y

completamente oculto a todo lo que podamos nosotros percibir. Y por eso le llamamos HaKadosh Baruj

Hu, El Sagrado Bendito Es. Sagrado de la palabra cerrado, sagur, oculto, bajo llave, como el tesoro; es

en esencia sagrado. Y dicen los cabalistas que está prohibido imaginar a Dios en nuestra mente.

Entonces, este amor que tienen estos cabalistas, estos sabios de la Torá, esta entrega del alma con que

ellos explican a HaKadosh Baruj Hu, esa es la esencia y el ser verdadero del nivel de Iejidá en el alma.

Dios es uno y todo es Dios y nada hay fuera de Él, un amor de Dios completo al grado de no tener nada

que decir sobre Él, incluso la palabra emet.

Entonces, cuando queremos decir que estamos tratando de percibir el nivel de fe de Iejidá del alma,

decimos que nos referimos a Él y no a Sus cualidades, por tanto no hay nombres, ni calificativos por que

Él está por encima de todo.

¿Cuáles son los resultados de estos dos niveles que hay en el alma con respecto al ser humano, qué es lo

que promueven? Cuando uno siente que es creado algo de la nada y que en realidad es nada absoluta,


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llega en cierto sentido a perder iniciativa, a perder incentivo para hacer cosas. Si yo soy cero y soy algo

absoluto y no existo, entonces qué hago aquí, no sirvo para nada, no tengo lo qué hacer, ni qué agregar. Si, HaKadosh Baruj Hu me está haciendo constantemente a mí, por lo tanto yo dejo que Él me haga.

Eso sería una consecuencia negativa de llevar al extremo el nivel de Jaiá del alma. Que Dios me crea a

mí constantemente algo de la nada. Yo estoy constantemente meditando y tratando percibir eso que es

imposible para mí de percibir. Entonces, al final decido que es imposible, que por más que me esfuerce

no logro llegar a tener una iluminación (aunque sea de una milésima de segundo), que en realidad no

está en mi capacidad eso…, entonces pierdo la esperanza y dejo de perseguir a Dios, de perseguir a la

Divinidad y Sus designios; y también dejo de preocuparme por las cosas de este mundo. Ese es un

efecto que posiblemente han visto. Hay que mantener ese nivel de jaiá del alma en cierta proporción.

Pero si lo vemos desde el segundo punto de vista, desde el nivel de Iejidá, y sabemos que Dios es todo y

todo es Dios entonces nos sentimos uno con Él y queremos ser participes de esa creación. Entonces, el

nivel de iejidá del alma, la fe que se revela desde ese nivel superior, por el contrario nos moviliza y nos

lleva a elevarnos por encima de nuestras limitaciones y llegar a conectarnos de verdad con Él y realizar

cosas que generalmente no seríamos capaces de hacer.

LOS INVITO A REALIZAR ESTA MEDITACIÓN.

Esta música los va a ayudar: (clickear aquí o copiar y pegar)

http://dimensiones.org/1cursos/1cabala/material/nigunelul.pdf

http://dimensiones.org/1cursos/1cabala/material/Rabbi%20Yitzchok%20Ginsburg%20-

%20Niggunei%20Chen%20-%2008.%20Elul%20-%20%27Hope%20To%20haShem%27.wma

CAPTO PERO NO CAPTO

El tema de jaiá del alma, de capto y no capto, es como cuando se le da un caramelo a un niño, y uno

juega a que se lo da y no se lo da, uno se lo aleja y está probando las cualidades del chico. Si uno lo hace

por maldad el chico abandonará y dejará de confiar en nosotros abandonando su interés por las cosas.

Pero será diferente si lo hacemos con el interés de reforzarlo, de ver cuál es su fuerza y fortalecerla, tal

como lo hacen los maestros poniendo tareas difíciles para ver si el chico se esfuerza y regresa a la lucha.

Si el chico se esfuerza y no se va, entonces es digno de que se le entregue la enseñanza. Si no, entonces

primero debemos reforzar su personalidad. Pero el maestro debe saber la fibra, de qué está hecha la

persona.

Cada uno de nosotros somos el 100% de uno mismo y no podemos darnos el lujo de hacer una prueba y,

si no la pasamos, quedarnos a la mitad del camino. NO, cada uno de nosotros tiene la obligación de

esforzarse y avanzar hasta el lugar en donde podamos pasar la prueba y superarnos para alcanzar el nivel

de Iejidá. Jaiá entonces es una prueba, es como degustar algo que está más allá de nuestro alcance, pero

que con esfuerzo entonces llegará. Así es como avanzamos y subimos. Sabemos que como seres

humanos nunca llegaremos en forma absoluta al nivel en que todo es UNO y saber que Hakadosh Baruj

Hu hace esta práctica con nosotros para que refinemos este mundo; y el premio de todo esto será la

revelación de ese nivel de Iejidá del alma, que es la revelación de la Divinidad y la Redención. Todo es

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una prueba y como está escrito, no hay cosa que Dios nos mande sabiendo que no la podremos superar,

y cada cosa tiene una enseñanza para ir elevándonos.

No todo es estudio, no todo es sejel (intelecto), es necesario equilibrar lo que viene del inconsciente y

pasa por la mente, llevarlo a los sentimientos y a la práctica y hacerlo un todo integral. Es decir, armar

ese tzelem del que hablamos, que todos los niveles del alma se unifiquen y poder ser completos, ser uno

con Dios.

Por ejemplo, el rav Ginsburgh habló hoy de Miriam, la hermana de Moshé, quien no era muy atractiva y

no había nadie que se quisiera casar con ella. Y si no había nadie no podrían entonces surgir todas las

generaciones que debían surgir. Entonces, vino Kalev, uno de los 12 que fueron a visitar la tierra junto

con Iehoshúa, uno de los que no incurrieron en el pecado de los espías. Entonces, Kalev se une a Miriam

por mitzvá, y gracias a eso Kalev recibió una especial revelación (que no explicaremos ahora). Pero

justamente, cuando Kalev se pone por encima de los afectos materiales, recibe una iluminación por

encima de la que recibiría en forma normal. Y por otro lado, hizo que Miriam se transformara en una

mujer hermosa trayendo con ello muchas más consecuencias. Entonces, el hecho de la idolatría como el

panteísmo u otras formas de idolatrar las criaturas, no sólo trae cosas negativas, sino que impide que se

produzcan cosas positivas en la persona. Toda la revelación de los secretos proviene de elevarse por

encima de las apreciaciones y de los intereses que nos trae nuestra alma animal, o incluso nuestro frío y

calculado razonamiento del cerebro.

CONSTRUIR UNA MORADA PARA DIOS

Ahora, no hay que confundir lo que es la revelación con la esencia. En esencia Dios es uno, pero se

revela a nosotros con distintos aspectos ¿por qué? Para que nosotros los unamos, para que hagamos lo

que le llaman los cabalistas. El cabalista es quien nos dice que todos los atributos y nombres los trae

Hakadosh Baruj Hu, toda la diversificación que vemos en la naturaleza y que nos muestran nuestros

sentidos, no es más que una creación de Dios, es una forma en que Él se manifiesta, y tiene que ver con

la Luz, la Luz que se manifiesta después de la contracción inicial.

Esto significa que el trabajo de construir el Tabernáculo en el desierto -y sobre todo de hacerlo dentro de

nuestro corazón, es que, como estudiamos que el pueblo de Israel trajo cada uno la mayor parte de las

cosas materiales para construir el Tabernáculo, y luego cuando el pueblo entró a la Tierra de Israel para

construir el Templo y todas las cosas- todo eso fue para traer la Presencia Divina de Dios a la tierra.

Esto es para unificar, como dicen los cabalistas, avodat haijudim, el trabajo de unificación. De unificar

todas las partes dispersas que hay en el mundo y mostrar que todo es Uno, que Dios es Uno.

Entonces, ponerle nombre o imaginarlo, en cierto sentido no está mal, porque de esa manera

demostrarnos que Él puede ser finito; ya que nosotros al hacer eso, traemos algo infinito a lo finito. Si Él

no pudiera ser finito entonces estamos haciendo una mella en Su infinitud, en Su perfección y poder;

porque Él puede llegar a ser todo. Si nosotros consideramos que Él es nada más que una estatua o algo

material, o que es un animal; entonces Lo hacemos finito y no infinito. Si nosotros pensamos que existe

una fuerza que puede luchar contra Él, entonces Lo estamos haciendo limitado. Eso es panteísmo,

idolatría.

Pero, si nosotros, tal como es Él en su esencia Infinita, logramos investirlo dentro de esta naturaleza

finita (que es toda la idea de construir un Santuario) y lograr que Dios se revele dentro de ella e incluso


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dentro de nuestros corazones (que Se revele dentro de nuestros corazones quiere decir tomar las

cualidades de nuestro corazón y hacer que se unan, que se transformen en un recipiente para revelar ese

punto, ese punto interior en el corazón que es el nivel de Iejidá del alma, donde todos los niveles del

alma están unidos; recordemos que en el nivel inferior, en el nivel de nefesh, todo está separado, sin

vida, y a medida que se elevan los niveles del alma cada vez se produce más unificación) entonces

cumplimos nuestro cometido, logramos rectificar el mundo, y la unificación verdadera.

Todo el trabajo del universo, de la Creación, está dividido en 3, tal como explica la Cabalá y el Jasidut.

Todo tiene un rosh, un toj y un sof, la cabeza o inicio, el intermedio o cuerpo y el final. Por tanto, Dios

creó el mundo, puso al hombre para que lo trabaje, para que haga un trabajo en él. Al principio era

cuidar el Jardín del Edén y traer la Redención. Pero vino aparentemente un cambio y ese trabajo se

prolongó y duró miles de años – que es lo que se llama “el trabajo de refinar y separar el bien del mal—

al final de los tiempos viene el trabajo de unificar. Es el trabajo de nuestra época, es hacer llegar al

Mashíaj y a la redención a través de la unificación de las partes dispersas, incluso lo infinito de Dios

unificarlo con algo finito que es este mundo que Él creó. Mundo que en hebreo es Olam, עולם, que

viene de la palabra Elem, העלם, que es “ocultamiento”. Y el mundo es un ocultamiento de que Dios es

todo y todo es Dios.

Con todo esto, deseo transmitir las enseñanzas del rav Ginsburgh y también trato de transmitirles una

sensación, un ambiente en el que podemos trabajar y realizar todo este trabajo. El trabajo de separar el

bien y el mal, la rectificación del pecado del Árbol del Conocimiento, Etz HaDaat, ya está hecho, por

eso el Rebe anterior de Jabad dijo que el mundo está listo para la llegada del mesías, que únicamente

faltaba lustrar los botones, es decir, terminar de reparar las pequeñas cosas que quedan; pero dijo que el

mundo ya estaba preparado para recibir al mashíaj. Y lo dijo incluso antes de la creación del Estado de

Israel. El Rebe dijo que incluso ese trabajo ya está terminado, y dijo que no entiende y no ve el motivo

de por qué el Mashíaj no llegó si el mundo ya estaba refinado, ya está listo para recibirlo.

El rav Gisnburgh, lo escuché decir en los últimos años, viene y nos dice que estamos ya en la etapa del

trabajo de la unificación. ¿Cómo se produce eso en la materialidad? En los últimos años incluso después

de la desaparición frente a nuestros ojos físicos del Rebe, se produjo una explosión en el mundo. Por un

lado de la cantidad de shlujim, enviados que comenzaron a multiplicarse, de la misma gente que era

traída por los enviados iniciales. Todo esto se produjo a finales de los años 70 – 80, después de 20, 30

años de que el Rebe ya era el Rebe y todas sus enseñanzas eran escuchadas por un grupo limitado de

estudiantes.

Toda esa explosión se produjo a principios y mediados del 80. De repente el mundo comienza a

despertar a una nueva realidad y se comenzaron a multiplicar los batei Jabad, [centros de difusión de

Jabad] y la cantidad de rabanim de jabad que se fueron por todo el mundo. Y cuando aparentemente el

mundo se había quedado sin su líder, de repente la cantidad de enviados de Jabad por todo el mundo – y

esto también se produjo en otros círculos fuera de Jabad, como un tema de rebote – todo el movimiento

que trajo el Rebe hizo que los demás movimientos religiosos dentro y fuera del judaísmo, incluso el

movimiento noájico, después de 1994, año de la desaparición del Rebe, se comenzaron a multiplicar

desproporcionadamente con respecto a lo que era antes, la difusión del Jasidut y la noticia de que ya

estaba preparado el mundo para el Mashíaj. Tanto los que están a favor como en contra de esa idea

hablan del Mashíaj y esa es una señal de que el mundo ya está preparado. Simplemente hace falta que se

revele y de que todos, cuando lo vean, lo reconozcan.


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Nuestra fe es que ahora y en este momento llegue el Mashíaj, y esa fe está por encima del nivel de Jaiá,

Porque el nivel de Jaiá trata de captar si lo que percibió es verdad, si aquello que toca y no toca la mente

es real. ¿Por qué está tan desesperada la Jaiá, por qué se desespera tanto cuando de repente recibe una

revelación de Divinidad y desea aferrarlo? Ese deseo de aferrar la captación es justamente la falta de

seguridad que tiene Jaiá de que eso que está por aferrar es verdadero. Y no es la Jaiá quien tiene esta

necesidad, es el producto de esa revelación en la consciencia; porque la consciencia no está segura de

nada, es limitada, y desea estar segura y aferrarlo. Pero, si estás por encima de ese nivel si te colocas al

nivel de Iejidá, estás también por encima del hecho de que llegue hoy o después el Mashíaj; porque eso

es un hecho, HaKadosh Baruj Hu es uno y es todo, Él tiene sus motivos, y el Mashíaj está, la redención

está, y el disfrute del momento junto con HaKadosh Baruj Hu es lo que se debe vivir. Sólo es necesario

ver que todo está hecho y que en realidad no tiene importancia el tiempo (el antes o el después) ni el

lugar (el aquí y ahora) porque el nivel de Iejidá está por encima de eso, porque ahí estás unificado con la

eternidad. Y ese es el secreto de la unidad.

Cuando uno se pone a ese nivel, uno quiere al Mashíaj porque Dios quiere al Mashíaj, porque ese es el

motivo de la revelación, estar en Su jardín. HaKadosh Baruj Hu quiere estar en Su jardín, quiere estar

disfrutando de toda esa familia que Él creó. HaKadosh Baruj Hu nos cuida y está con nosotros

constantemente, incluso en nuestros momentos de caídas, porque cada caída es en aras de una elevación

superior.

Cada vez que bajamos a un nivel que aparentemente es un pecado (cosa que por supuesto no lo haces a

propósito, sino que es por el hecho esencial de que somos seres humanos), cada vez que caes a un nivel

inferior, justamente esa necesidad de elevarte de ahí, de retirarnos de ese lugar tan bajo, hace que al

elevarnos lo hagamos con todo lo que encontramos abajo y lo unifiquemos con Dios. Y ese es el mayor

placer, ese es el trabajo de la Teshuvá. HaKadosh Baruj Hu ama a quien se quiere acercar.

Acercarse un poco más a Dios, esa necesidad de acercarse un poco más a Dios es lo que Dios ama de

verdad.

Y sí, uno se asusta cuando cae. Ese es el miedo a la altura, el vértigo. Si estás arriba y miras para abajo,

ese miedo de caer es justo lo que te hace caer. Pero si estás constantemente mirando hacia arriba,

agarrado del Moshé de la generación, entonces uno camina seguro. Y cuando uno baja es porque Moshé

quiere que bajes, y cuando uno sube es porque Moshé tira para arriba y nos está subiendo nuevamente.

__________________________________________________

Continuemos con el libro Jasdei David que dice:

SIMAN 3

El orden de los círculos y rectitud es de esta manera:

En el principio se expandió la línea y se hicieron 10 (iud) círculos de Adam Kadmón y dentro de ellos

la rectitud de Adam Kadmón.

Hay 2 principios que provienen uno de la contracción que produce un círculo, una esfera vacía, y luego

se introdujo el kav, [קו, línea] que es el Iosher [יושר, rectitud]. Dijimos que los igulim [יגולים, círculos]

tienen que ver con la naturaleza, con el ámbito que se crea para que algo pueda morar en él, y lo recto es

la luz que llena el lugar, que tiene que ver con el libre albedrío. Los círculos son algo tipo naturaleza


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intuitiva, automática. Y lo recto es aquello que viene por encima de esto, para modificar a la naturaleza,

que es el libre albedrío, y que lo percibimos en el mundo de Asiá como seres humanos, pero que esto

viene creándose desde la esencia de Dios, y luego después de la contracción a niveles que no se pueden

comprender, pero que son el origen y raíz de lo que llamamos aquí conocimiento, Daat, libre albedrío.

Y el circundante recto (lo que llamamos makif haiashar) de Adam Kadmón se alejó y se ubicó en los

círculos. Eso significa que dentro de lo recto (del Iashar) hay exterior e interior, hay makif (מקיף,

circundante) y pnimi [פנימי, interior]. Y eso exterior, circundante de lo recto de AK se alejó y se ubicó en

los círculos. Y quedó un vacío entre el interior de la rectitud y lo circundante de la rectitud. Quedó un

vacío porque lo recto se mantuvo en su lugar, la parte interior, Pnimiut haIosher, se mantuvo en su lugar

pero el makif se alejó y se unió a lo circular. Y dentro del Iosher quedó un espacio.

Todo esto tiene que ver con embriología, esta es la embriología del alma humana, de los mundos

inferiores y de cómo se van desarrollando. A medida que entendamos estas cosas veremos que estas son

la células madre de aquello que veremos como miembros desarrollados de algo que veremos como un

ser vivo.

Y quedó un vacío entre el interior de la rectitud y lo circundante de la rectitud.

Y allí fueron los círculos y la rectitud de todos los perfiles que están por debajo.

Y de igual manera entre el interior y lo circundante de Atik quedó un vacío. Y allí se hicieron los

perfiles que hay en él (en Atik) y abajo. Y también en Arij Anpin, y también en todos los perfiles.

Y no se juntan lo interior y lo circundante salvo en Asiá. Esto es el concepto de que en este mundo de

Asiá es donde se une la esencia infinita de Dios con lo más alejado que es la materia y el ocultamiento.

Y se ordenaron así la línea interior de todos y sobre ella se inviste AK

Y sobre él Atik de Atzilut se inviste a Neh”I de AK

Recién acabamos de ver un proceso de alejamiento y expansión. Y aquí se nos presenta lo contrario,

cómo desde lo más exterior te vas a la esencia infinita de Dios, lo más elevado.

Y sobre él Arij Anpin, El Arij Anpin de Atzilut

Y sobre él Aba veIma

Y sobre ellos Zu”N que es el Z”A (6 cualidades del corazón de Atzilut) y Nukva (Maljut de Atzilut)

Y sobre ellos los 5 perfiles de Bria, Ietzirá, Asiá. Es decir, va descendiendo desde la esencia de AK, y

los diferentes niveles de Atzilut se van invistiendo uno sobre el otro, de arriba para abajo, y de ahí

surgen los 5 perfiles de los mundos inferiores.

El rav Gisnburgh explicó que quien piensa que la evolución es un invento de Darwing, le dice que

recuerdes al AriZal, a la Cabalá al Sefer Ietzirá quienes explican la evolución espiritual desde mucho

antes.

Y sobre Asiá lo circundante de la rectitud dida (didá, de igual manera)

Y sobre ellos círculos dida

Y sobre ellos lo circundante y los círculos de Ietzirá

Y sobre ellos lo circundante y los círculos deBria


Bs”D

Instituto Gal Einai


Y sobre ellos lo circundante y los círculos de Nukvah y ZA

Y sobre ellos lo circundante y los círculos de ZA Recuerda que lo que llamamos makif y círculos son el

ambiente, creación y naturaleza sobre el cual luego se inviste la línea, lo interior de la rectitud que es el

hombre, Aquí por supuesto aun no es el hombre, sino los distintos niveles del desencadenamiento de los

mundos, que como siempre decimos que en cada mundo esto es diferente hasta que en el mundo de Asiá

y más abajo se materializa y se transforma en un alma investida en un cuerpo material.

Y sobre ellos lo circundante y los círculos de Ima

Y sobre ellos lo circundante y los círculos de Aba

Y sobre ellos lo circundante y los círculos de Arij Anpin

Y sobre ellos lo circundante y los círculos de Atik

Y sobre ellos lo circundante (y los círculos) AK

Y sobre ellos el Ein Sof Baruj Hu que rodea todo.

Todo esto es difícil de comprender en castellano, estudiaremos en hebreo los términos técnicos porque

el alma entiende el hebreo.

Jaiá y Iejidáh

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