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1. Introducción La sexualidad andina se expresa aún hoy en rituales y en la permisividad de sus fiestas calendarias. En carnavales y asociado con la bebida, las conductas de sexualidad fuera del matrimonio son aceptadas socialmente y se encuentran ritualizadas. Sin embargo, la aventura no es aceptable con personas extrañas a la comunidad, ya que se asocian con infertilidad, tampoco se acepta el incesto. En la cosmovisión andina los términos de "runa" y "warmi", que definen a hombre y mujer, sólo se aplican a personas del mismo medio social, ya que los de fuera no tienen actividad sexual socialmente reconocida. Se llama "yana" a la pareja, hombre o mujer, que es lo oscuro que complementa al yo, lo claro, ambas partes sometidas una al otro inequitativamente, definiéndose una al otro en un tenso equilibrio. El enamoramiento se inicia en las fiestas de carnavales. Este hecho no es casual ni reciente, porque en el período del incario, en febrero y marzo, en cada ayllu (pueblo) por disposición del Inca, el Curaca del lugar, reunía a toda la población, seleccionando a los mozos (varones solteros) y las jipash (chicas solteras) que oscilaban entre 18 a 30 años de edad, para unirlos como pareja y formar una nueva familia. Por esa razón, estas fechas tiene un significado especial para la gente de esta Región. Esta disposición era trascendente para la organización familiar, ya que la población, no contaba con otra alternativa, sino, esperar las fechas determinadas, porque la gente no tenía libertad de decisión ni de elección de pareja. Representaba el matrimonio andino, porque una vez decidida la pareja, cumplían un rito de intercambio de la "ojota" (shucuy o sandalia), el mozo se ponía de la jipash y ella, la del mozo, quedando en consecuencia sellada el nacimiento de una nueva familia. La reunión en el ayllu, dio origen a la petición de mano que comúnmente se realiza, pero difiere en los ritos y procedimientos que cada comunidad ha venido introduciendo para darle formalidad. Porque según la versión histórica si algún padre de familia deseaba que su hijo se uniera con una determinada jipash, le comunicaba al Curaca y éste le accedía su petición. Esta reunión en el ayllu, también dio lugar al nacimiento de una particular forma de organización familiar denominada "wichganacuy" (unión por encierro) que en el idioma español se le conoce "el matrimonio por concierto", por acuerdo de los padres, que en su origen era la determinación del Curaca sin tener en cuenta la preferencia de la pareja. Lo que el Curaca decidía era determinante. 2. Desarrollo

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UN TANTO ESPECIAL

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1. Introducción

La sexualidad andina se expresa aún hoy en rituales y en la permisividad de sus fiestas calendarias.

En carnavales y asociado con la bebida, las conductas de sexualidad fuera del matrimonio son aceptadas socialmente y se encuentran ritualizadas. Sin embargo, la aventura no es aceptable con personas extrañas a la comunidad, ya que se asocian con infertilidad, tampoco se acepta el incesto.

En la cosmovisión andina los términos de "runa" y "warmi", que definen a hombre y mujer, sólo se aplican a personas del mismo medio social, ya que los de fuera no tienen actividad sexual socialmente reconocida. Se llama "yana" a la pareja, hombre o mujer, que es lo oscuro que complementa al yo, lo claro, ambas partes sometidas una al otro inequitativamente, definiéndose una al otro en un tenso equilibrio.

El enamoramiento se inicia en las fiestas de carnavales. Este hecho no es casual ni reciente, porque en el período del incario, en febrero y marzo, en cada ayllu (pueblo) por disposición del Inca, el Curaca del lugar, reunía a toda la población, seleccionando a los mozos (varones solteros) y las jipash (chicas solteras) que oscilaban entre 18 a 30 años de edad, para unirlos como pareja y formar una nueva familia. Por esa razón, estas fechas tiene un significado especial para la gente de esta Región.

Esta disposición era trascendente para la organización familiar, ya que la población, no contaba con otra alternativa, sino, esperar las fechas determinadas, porque la gente no tenía libertad de decisión ni de elección de pareja. Representaba el matrimonio andino, porque una vez decidida la pareja, cumplían un rito de intercambio de la "ojota" (shucuy o sandalia), el mozo se ponía de la jipash y ella, la del mozo, quedando en consecuencia sellada el nacimiento de una nueva familia.

La reunión en el ayllu, dio origen a la petición de mano que comúnmente se realiza, pero difiere en los ritos y procedimientos que cada comunidad ha venido introduciendo para darle formalidad. Porque según la versión histórica si algún padre de familia deseaba que su hijo se uniera con una determinada jipash, le comunicaba al Curaca y éste le accedía su petición.

Esta reunión en el ayllu, también dio lugar al nacimiento de una particular forma de organización familiar denominada "wichganacuy" (unión por encierro) que en el idioma español se le conoce "el matrimonio por concierto", por acuerdo de los padres, que en su origen era la determinación del Curaca sin tener en cuenta la preferencia de la pareja. Lo que el Curaca decidía era determinante.

2. Desarrollo

El comportamiento sexual andino, atraviesa por ocho etapas bien definidas, y cada una de ellas presenta determinadas significaciones, que pasamos a analizarla individualmente:

1ª El ARWI.- Representa la primera etapa del enamoramiento andino, toma la iniciativa la mujer. Esto es, en las cumbres de los cerros, donde concurren las pastoras para alimentar a sus animales con los mejores pastos, entonan en quechua, su idioma nativo, una canción con melodía picaresca, invitando a los mozos para jugar con ellas, con carácter desafiante de ser juzgado negativamente si es que no acceden a su llamado, lo cual enerva los ánimos de los jóvenes solteros, y prestos a asumir el reto, dejan lo que están haciendo y se van al lugar donde están cantando las jipash. El arwi, que también se conoce como harawi, tiene una connotación histórica, en tiempos pretéritos, era un cántico de dolor y melancolía que entonaban las mujeres de los pueblos vencidos que en condición de botín de guerra fueron entregadas como trofeo a los soldados del ejército inca.

2ª El KACHU.- Después de asistir solícitamente al lugar donde las jipash están cantando, los jóvenes se sientan a una prudencial distancia para mirarse, guiñarse, y de manera disimulada, seleccionarse, quien con quien será. En esta segunda etapa, denominada "kachu", en reconocimiento al significado del juego, ya que el kachu es una planta pequeña de hojas

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aserradas que crece al ras del suelo, debajo del pajonal. El líquido del kachu, es empleado por los jóvenes para jugar untándose la cara, la cabeza, los ojos, la nariz, las orejas, la ropa, etc., es un singular encuentro de persecución de unos a otros por los amplios pajonales de las cumbres de los cerros. Este juego representa el acercamiento del mozo y la jipash, una especie de iniciación de la amistad, el establecimiento de las primeras relaciones amorosas, que sin decir palabras románticas, proceden a jugar con el kachu, hasta cansarse.

3ª El SAGTASHI.-después de perseguirse y corretearse unos a otros, hacen el alto para participar de un juego corporal denominado "el sagtashi" que consiste en el juego de cuerpo a cuerpo, es decir a prueba de fuerza con el propósito de derribarse y burlarse del vencido, para lo cual a través de movimientos, desplazamientos y forcejeos, por regla general los varones resultan ganadores, porque le derribaron a la chica, tumbándole a prueba de fuerza en algunos casos, en otros, con trancas o artimañas de engaño; este es aceptable, porque en el ande, se acepta que el varón despliegue fuerza, habilidad, destreza imponiéndose sobre la mujer; de no ser así, le rechazan, se burlan de él y no le toman en cuenta como pareja por no demostrar fortaleza física, resistencia, habilidad e imposición. La pareja en el suelo, continúa forcejándose, rodándose por debajo del pajonal. Es un juego a simple vista, calificada como brutal, donde no existe delicadeza en el trato a la dama, sino como si fuera otro varón, es competencia de habilidad, destreza y fuerza física, pues así es aceptable y trato normal, muy similar lo que ocurre en el mundo animal.

4ª El CHUCHUNACUY.- sin levantarse del suelo y en el estado de forcejeo debajo del pajonal, los varones toman la iniciativa para provocar e incitar sexualmente a la chica, recurriendo al manoseo de sus zonas erógenas: senos, glúteos, piernas, cuello, etc., motivándole a una reacción favorable para la entrega corporal, que por cierto, sin palabras de amor ni trato delicado, sin insinuaciones ni galanteos. Tiene que ser tomada por la fuerza, sin protesta ni quejas; ni tampoco con aceptación y facilidades. Es un encuentro corporal donde la fuerza se impone a la voluntad.

5ª El SIPUNAKUY: en el forcejeo de la pareja dentro del pajonal, del manoseo de las zonas erógenas de la chica, se dirige la acción hacia la consumación de la relación coital. El mozo, aprovechando que la jipash no lleva puesta ropa interior, tiene la ventaja a su favor de tomar por asalto sus encantos, iniciándose la relación como si fuera una franca violación. El sipunakuy significa "hacer el amor", es la entrega que se consuma muchas veces a la fuerza; se entregan de cuerpo y alma confundiéndose las ilusiones, sueños y pasiones. En ese momento el varón no mide las consecuencias ni la mujer lo toma en cuenta, los resultados serán un embarazo en pocos casos, una relación formal, un escándalo familiar, etc. Unidos la pareja, poco a poco van descendiendo de su lucha y confrontación, a tranquilizarse y concluir este momento en un silencio. En los andes, esta etapa es de trascendencia, tiene un significado especial para la pareja, pues en la mayoría de las veces, no terminará ahí, sino es el inicio de una relación seria que concluirá en la organización de una nueva familia. Porque el varón es poco voluble y la mujer también. Se contentan con el primer hombre o la primera mujer. No se juega con el amor y los sentimientos ajenos. Los amores andinos tienen un nivel de expresión que responde a cada realidad social, cultural y moral. Es resaltante que no todas las comunidades tienen el mismo procedimiento, que difieren en su forma, pero en su esencia son inalterables. Se sigue practicando los juegos previos, imitando a la madre naturaleza, porque todos los actos que se realizan en los pueblos del ande, tienen relación con la tierra y en función a ella los actos sexuales son las mejores manifestaciones de identidad natural.

6ª El RIMANAKUY.- El rimanakuy representa la confrontación de la pareja que a veces se convierte en una amena conversación y otras veces, en una acalorada discusión, porque en ese momento se toma la decisión que en un futuro cercano llegarán a formalizar su unión con el consentimiento de sus padres y familiares. Cuando en esta etapa del rimanacuy, participa el mozo con la integridad de su corazón y su sentimiento puro para asumir en el futuro un compromiso que dignificará a la muchacha, uniéndose a ella como marido y mujer. El rimanacuy, por lo general se inicia con estas palabras "ahora que has aprovechado de mí, esto no puede quedarse así" le dice la jipash al mozo, seguidamente, concluye "tienes que hablar con mis padres". Estas palabras con significado profundo enrumba a la acción, conmueve el sentimiento y apela a la conciencia, hace que el muchacho tome una decisión de conversar con sus padres y acordar la fecha para la petición de mano, denominado "maquimañacuy", con el procedimiento y formalidades similares en los pueblos y con ciertos ritos distintivos en cada comunidad.

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7ª El SIRVINACUY, representa la convivencia informal de la pareja que se inicia desde la petición de mano; es un compromiso informal, pero válido en la organización de la nueva familia, porque nace de la concertación familiar de ambos contrayentes. Según información de los historiadores indigenistas, y por la constitución de la palabra "sirvi nacuy" es un término compuesto de dos vocablos: español y quechua; ello significa que este acto de la convivencia informal, no ha existido en la antigüedad inca, sino fue implantada con la llegada de los españoles, por conveniencia de su lascivia, crearon un espacio de prueba en los contratos matrimoniales para no asumir responsablemente su compromiso como marido, y que al término del plazo, aduciendo una serie de motivos inventados, le devolvían a sus padres a la mujer y su vástago, quien volvía al seno familiar como hija soltera. Esta costumbre ha sido adaptado a las comunidades del ande, porque ya no existe la autoridad protagónica del Curaca que ejercía liderazgo en su ayllu, y que sus decisiones eran definitivas. En estos tiempos, pese al avance de la cultura occidental, las costumbres e ideologías andinas, se mantiene en la sub conciencia colectiva, de ahí se deduce que muchos de los hogares constituidos férreamente, no han formalizado mediante matrimonio la unión del marido y la mujer, bastó en ellos la petición de mano. En los pueblos del ande, después de la petición de mano, se practica una prueba de los novios. El novio debe servir a sus suegros, ser atento y solícito con ellos; demostrar fuerza y destreza física, así como sus habilidades en el trabajo, para lo cual, según la costumbre de cada pueblo, le piden al "masha" (yerno) que raje leña del árbol de "quinual" con un hacha sin filo. El quinual es árbol de madera dura y difícil de rajar, requiere destreza, fuerza, habilidad y una buena hacha, de lo contrario, el masha, no podrá demostrar que sí sabe hacer las cosas

Por otro lado, la "llunsuy" (nuera) también debe demostrar su habilidad en la cocina, en el lavado, hilado y otros menesteres propios de las mujeres, con la vigilancia disimulada de la suegra y cuñadas, quienes darán su aprobación o rechazo; para lo cual, en algunas comunidades le piden a la nuera cocinar con "chulumanca", olla sin asa, que debe demostrar que sabe cocinar cuando es hábil en el manejo de la cocina. En otros pueblos, le piden que pele la papa "piñosa", una especie de papa parecida a la piña por tener muchos ojos hendidos de donde sale la guía para convertirse en planta, para lo cual le proveen un cuchillo viejo sin filo y sin mango. Ella tiene que demostrar su habilidad en el pelado de la papa, retirando con el cuchillo todas las guías hasta dejarla limpia; mientras tanto, la suegra y las cuñadas observan disimuladamente si sabe y puede pelar, de donde surgirá los comentarios posteriores. Después de esta demostración, será integrada a su nueva familia, llamando a sus suegros papá y mamá, de la misma manera, hará el marido con los padres de su mujer, a quienes les llamará papá y mamá y les tratará con mucho respeto durante toda su vida.

8ª El WATANAKUY, que en runashimi significa "el amarre" y por extensión está referido al matrimonio; al respecto, son poco las personas que deciden casarse, la mayoría quedan en el estado de convivencia informal, porque en la sub conciencia de la población no existe la vocación matrimonial, ya que éste fue impuesto con la llegada de los españoles, por tanto, no ha calado en la conciencia del hombre del ande que el matrimonio es superior y legaliza la unión de la pareja; para ellos, es suficiente el acto de petición de mano, porque es trascendente el acuerdo que toman ambas familias, del varón y de la mujer, y la garantía de las personas probas del pueblo, quienes cumplirán un rol importante de ser vigilantes para la consolidación de la familia que han organizado.

Conclusión

•El comportamiento sexual andino tiene sus características especiales en el enamoramiento y la organización familiar.

•En la relación de pareja, la mujer toma la iniciativa.

•No existe vocación matrimonial.

•Las parejas se mantienen unidas por amor y la vigilancia de la familia que ayudan a fortalecer la nueva familia que participaron en su organización.