Islas Cies

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42 inmersión inmersión 43 Nuestras Aguas TexTo: Nora Cámara FoTos: José Luis GoNzáLez el Tesoro del ATlánTico Islas Cíes siTuAdAs en lA pArTe más expuesTA de lA ríA de Vigo, lAs islAs cíes son un AuTénTico Vergel pArA lA VidA mArinA grAciAs Al AporTe de nuTrienTes proVenienTes de un sAlVAje y Frío ATlánTico. gorgoniAs, crusTáceos, esponjAs y diVersos peces son sus hAbiTAnTes, junTo A lA exuberAnTe VegeTAción y singulAr FAunA TerresTre.

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42 inmersión inmersión 43

Nuestras Aguas TexTo: Nora Cámara FoTos: José Luis GoNzáLez

el Tesoro del ATlánTicoIslas Cíes

siTuAdAs en lA pArTe más expuesTA de lA ríA de Vigo, lAs islAs cíes son un

AuTénTico Vergel pArA lA VidA mArinA grAciAs Al AporTe de nuTrienTes

proVenienTes de un sAlVAje y Frío ATlánTico. gorgoniAs, crusTáceos,

esponjAs y diVersos peces son sus hAbiTAnTes, junTo A lA exuberAnTe

VegeTAción y singulAr FAunA TerresTre.

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c on estos ingredientes es de suponer que Ga-licia atesora en este archipiélago constitui-

do como Parque Nacional, toda una esplendorosa biodiversidad y riqueza en individuos. Y así es en cierta manera en su parte terrestre, donde la avifauna, reptiles y espe-cies de insectos pululan a sus an-chas protegidos por la regulación del parque. Pero ¿qué pasa bajo las aguas? ¿Se mantiene realmen-te toda esta riqueza? Sólo los bu-ceadores pueden atestiguar lo que está sucediendo una vez se sumer-gen en lo que se supone, es ese tal paraíso “protegido”.

El archipiélagoLas islas Cíes están constituidas por dos grandes islas, San Martiño al sur y Monteagudo al norte. En realidad la isla de Monteagudo fi-naliza en su extremo sur por una estrecha barra de arena y otra de tierra ambas separadas por una

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fondo rocoso del bajo, podíamos discernir a los enormes erizos vio-láceos de gruesas y cortas púas, tan característicos en estas aguas. En aquella ocasión coincidimos con la época de reproducción de las lie-bres de mar del género Aplisia sp. y pudimos disfrutar de todo un es-pectáculo de congregación de de-

cenas de individuos realizando cortejos primitivos para su posterior cópula, entre comillas, claro está. Todo un mágico momento biológi-co. Una vez escrutado todo el bajo con tranquilidad debido a su cota muy apta para inmersiones prolon-gadas, mirando el arena, puede ver cómo una gran estrella de es-

laguna, lo que hace parecer que haya una tercera que se la denomi-na isla del Faro. En realidad es la prolongación de Monteagudo tras su estrechamiento, pero para poder localizar mejor las zonas, se suele hablar de esa tercera isla. Normal-mente cuando la mar lo permite el buceo se hace en la zona expuesta en inmersiones conocidas como el Ruso, el Príncipe o Monteagudo. Sin embargo, lo normal es bucear en la zona no expuesta, ya que los vientos reinantes y el furioso Atlán-tico, así lo mandan. Como ya se supondrá, echarse a la ría es fácil, pero otra cosa es salir de su protec-ción, donde el fuerte oleaje hará mella en las embarcaciones de es-casa envergadura. Por tanto, lo más aconsejable es bucear con un club que tenga una buena y segura em-barcación que nos asegure un feliz regreso. Y por supuesto, ir provistos de una boya de señalización y ser muy precavidos con las corrientes y la meteorología.

Bajo dE San MartínSin duda es una de las inmersiones más populares, sencillas y más ac-cesibles, cuando el mar lo permite, en la cara sureste de la isla del mis-mo nombre. Se trata de un peque-ño montículo sumergido en un fondo arenoso a unos 20 m de pro-fundidad. Recuerdo que cuando me sumergí en el mes de mayo, tuve la gran suerte de coincidir con uno de esos raros días donde había “clareo”, es decir, mucha visibili-dad y recuerdo que me decepcioné un poco al observar que me costaba bastante encontrar un pez en me-tros a la redonda. Sí es cierto que el agua estaba llena de larvas, ale-vines y juveniles, pero las tallas normales y no digamos ya las gran-des, brillaban por su ausencia. Y como más adelante veremos, todo tiene su porqué. Sí en cambio re-cuerdo -por mis concisas anotacio-nes en el diario de buceo- que me impactaron mucho la gran cantidad de gorgonias rojas Leptogorgia sar-

mentosa, que con la escasa profun-didad y la espléndida visibilidad reinantes, eran todo un regalo para la vista. Sus ramas lucían pólipos blancos y sus ramas en ocasiones se enredaban con los largos frondes de las laminarias, exuberantes en porte y plagadas de invertebrados incrustantes. Si nos fijábamos en el

las gorgonias aparecen exuberantes entre los bajos que quedan a resguardo de la flota de bajura.

Un paisaje estándar es el que crea la especie cliona celata, una llamativa esponja amarilla que recubre a parches la mayor parte de la roca.

grupo de percebes

pollicipes cornucopia, que

al contrario de lo que se piensa, es un crustáceo

cirrípedo.

la hermosa gorgonia roja, leptogorgia sarmentosa, es la gran protagonista en cíes.

Saccorhiza polychides es otra de las algas que abundan en cíes constituyendo pequeños bosques similares a los de laminarias.

necora puber, quién no conoce a la famosa nécora, que corretea por el fondo y se pone a cubierto del buceador entre las anémonas.

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pinas se abalanzaba sobre una viei-ra. Ésta, sin pensárselo dos veces, dio un salto impulsándose con sus valvas y salió como un proyectil na-dando a saltitos.

parEd dE San MartiñoSe trata de un lugar muy recomen-dable para los menos experimenta-dos ya que te das un paseo por la pared de la isla a una profundidad máxima de 10 m, por su cara nores-te. De nuevo he de decir que me costó bastante ver peces, aunque sí que había bastantes más que en el bajo del mismo nombre. Esto debe ser probablemente por las formacio-nes más densas de laminarias que llegan a hacer parches que simulan pequeños bosques sumergidos, con-firiendo buen cobijo a los peces más jóvenes. La visibilidad era envidiable, y así me lo hizo saber Alexis, guía submarino de Buceo Islas Cíes, quien no dejaba de repetir que esos días con tanto clareo sólo ocurren una vez al año, ¡y si ocurren! Hacia el final de

la inmersión pudimos ver bancos de bogas, maragotas y algún pulpo muy escondido y receloso de nuestra pre-sencia. Entre los talos de laminarias había algunos lábridos, y lógicamen-te especies sin interés comercial. Entre las rocas donde se fijaban las laminarias había esponjas incrustan-tes, algunos caracolillos, estrellas de mar y numerosos erizos reptando en busca de carroña. Hubo algo que me llamó la atención, y es que aquí la zonación de vegetación y algas es muy marcada. Las especies iban cambiando según íbamos de unas cotas más profundas de 10 m, hasta las más superficiales. Según la inci-dencia de luz las algas se posiciona-ban en función de sus pigmentos fotosintéticos, lo que nos indica más o menos la cota, en función de la presencia de una especie u otra.

loS ciEgoSCon una jornada algo menos permi-siva en cuanto a visibilidad, decidi-mos sumergirnos en otro de los

puntos más emblemáticos del par-que, Los Ciegos. Se trata de un pun-to que se encuentra justo enfrente del islote de Viños, al este de la isla del Faro. Es un bajo cuya máxima altura alcanza los 15 m de profun-didad y su fondo está a unos 20 m. Es un lugar propicio para ver San-martiños, Zeus faber, y congrios, aunque no de gran talla como se podría esperar, debido a las forma-ciones rocosas de la zona que pre-sentan muchas grietas ideales para dar cobijo a la fauna. Además de esto podremos ver fanecas en forma-ción con sus características bandas pardas, pintos de pequeña talla y algunas maragotas. En teoría es un lugar propicio para avistar gran va-riedad y cantidad de peces, pero lamentablemente la presión pes-quera a la que está sometido el bajo, al igual que el resto del parque, hace que la realidad sea muy distinta. No obstante el buceador podrá disfrutar de un maravilloso paisaje con una cobertura de algas variada y llena de

color, y si busca en la base rocosa donde se aferran con sus rizomas, descubriremos algunas nécoras, cangrejos y con suerte alguna cen-tolla. Aquí los erizos abundan me-nos, pues es zona de mayor activi-dad hidrodinámica. Y si tenemos suerte, durante el periodo estival éste es un lugar muy propicio para poder tener encuentros con cazones, ya que están en el periodo de corte-jo y búsqueda de pareja.

loS BEdUidoSEste punto de buceo está algo me-nos transitado por estar un poco más expuesto al paso de corrientes, y por tanto de pelágicos. Concretamente se ubica en la parte externa de la punta norte de las islas Cíes. Aquí la suerte en los avistamientos de pelá-gicos depende de Neptuno, unos días se ven, y otros no. Se trata de un gran bajo que alcanza su cota menos profunda hacia los 10 m y cae sobre un fondo de unos 30 a 40 m. En función del clareo del

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regeneración y reclutamiento de especies esté sobre explotado por el 80 % de la flota de bajura gallega.

la emblemática anémona joya, corynactis viridis, un capricho de la naturaleza submarina.

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día, podremos disfrutar más profun-do o menos, pues aquí en ocasiones a los 20 m se hace de noche de repente… Es un lugar muy propicio para ver bancos de bonitos, eso si llegamos antes de que los detecten la flota pesquera, pues así es este “parque”. Los beduidos es un lugar para dejarse cautivar por el azul, pasear a la deriva y esperar a que comience la acción. Si estamos bien atentos podemos tener la suerte de observar algún delfín que vaya en busca de alimento, si es que por la zona observamos pequeños bancos de peces filtradores. Sobre el bajo, una buena cobertura de gorgonias rojas, con alternancia de parches de esponja amarilla, y todo ello salpica-do con alguna que otra estrella o erizo que reptan entre los restos de carroña.

protEcción dEl parqUEEste parque Nacional de reciente creación (Ley 15 / 2002), posee un dominio marítimo terrestre, siendo el marítimo muchísimo más extenso que el terrestre y con una biodiver-

sidad muy superior por estar encla-vado en las rías bajas, uno de los 12 lugares del mundo que tienen la bendición de la naturaleza de estar bañados por los afloramientos oceá-nicos. Esto da como resultado una productividad muy por encima del resto de los lugares del mundo oceá-nico conocido, y como consecuen-cia se ha desarrollado con los años una flota de bajura que no quisiera equivocarme en definirla como una de las mayores del mundo, si no es la mayor. ¿Pero dónde pesca diaria-mente esta enorme flota de bajura? Según datos obtenidos de informes de la Consellería de Pesca, el 80% de la flota de bajura de Galicia pes-ca en el entorno del Parque Nacio-nal Islas Atlánticas. Al leer semejan-te afirmación, la respuesta es inmediata: ¡no, no es posible, si es un Parque Nacional! Pues bien, esa es la realidad. De hecho, en mi pri-mera visita como buceadora, me vi envuelta en un conflicto entre pes-cadores que nos cercaban con sus redes, la llegada de los guardas con un par de biólogos para “investigar”

1/2 Py nosotros, buceadores que no de-jamos nada más que burbujas, se nos trató como a delincuentes. Mientras miraban y remiraban, per-misos, documentación y certifica-dos, unos metros tras de mí una pescadora tiraba por la borda toda la “morralla” de su jornada de pes-ca ¡ante nuestros propios ojos! Para que os hagáis una idea, es como si en medio de la excursión terrestre uno de los turistas se liara a tiros con las gaviotas y allí no pasara nada. Y debo advertir, que los pes-cadores “odian” literalmente a los buceadores y harán lo que esté en su mano para evitar que nos intro-metamos en su territorio que es el mar, “porque el mar es suyo”.

Un halo dE lUzAnte tal surrealista situación, puede que todavía se nos permita practicar el buceo, ya que en Galicia, está actividad actualmente se encuentra en tela de juicio. Hace ya unos años que José Senra Lago, en su día pre-sidente del Club Subacuático Bahía de Vigo y en la actualidad Presiden-

te de la Federación Gallega de Acti-vidades Subacuáticas, junto con el Club Subacuático Bahía de Vigo, inició con un prestigioso gabinete de abogados un contencioso con la Ad-ministración para denunciar todas estas irregularidades ante la CEE. Para su decepción, pasaron de él. Acto seguido se puso en manos del defensor del pueblo tanto de la CEE como del Estado Español, el caso, continúa a día de hoy a la espera de una respuesta. Esto nos llevará mu-cho tiempo y mucho, mucho dine-ro…, pero es la única vía de arreglar esto. Pues se estima que el número de barcos que pesca actualmente en las islas Atlánticas ronda los 5.000, extrayendo cientos de toneladas de pescado y marisco, con lo que el Par-que Nacional de las Islas Atlánticas está totalmente esquilmado. Y enci-ma, para colmo, como los fines de semana la flota descansa, los cente-nares de turistas que acuden a estas islas ignoran el problema ya que no observan los barcos faenando. ¡O es un Parque Nacional de verdad para todos, o para ninguno!

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Cómo puede ser que un Parque Nacional se permita la libre pesca profesional y revise al dedillo los permisos de buceo

Y he aquí un bivalvo rey de la controversia entre los mariscadores, la vieira, pecten maximus.

octopus vulgaris sufre en cíes una sobre explotación pesquera desmesurada y prueba de ello son los escasos avistamientos.

himanthalia elongata es una curiosa alga que crece como largos tubos y que al ser arrancada por la corriente deja sobre ella el pedúnculo amarillo.