Isaías
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Isaías
I.- TÍTULO
En Hebreo Isaías ( , yeshayahu), que significa
“Jehová es Salvación”
Isaías II.- AUTOR
Posición Tradicional: Isías
Posición Dos Isaías
Posición Trito Isaías
IsaíasCONCLUSIÓN:
Isaías es obra del Espíritu Santo a través de su inspirado portavoz o portavoces humanos, y como libro se incluye en la generalización del apóstol Pablo cuando dijo: «Toda la Escritura es inspirada por Dios» (2 Ti 3.16).
IsaíasIII.- FORMA LITERARIA
POESÍA, DISCURSO PROFÉTICO
Isaías IV.- CONTEXTO HISTÓRICO
740 a. C. , despierta Asiria Las Naciones de Medio
Oriente buscan el apoyo de Egipto
736 a. C. Israel y Aram son derrotados por Asiria y Judá es Saqueada.
720 a. C. Samaria es tomada y desaparece Israel
701-691 a. C, Senaquerib, rey de Asiria, viene a someter a Judá. El Rey Ezequías, animado por Isaías, le resiste, y Judá es librada de la destrucción.
Isaías nos muestra:•Los ecos de un período de angustia•Una lucha perseverante para despertar la fe de hombres sin horizonte. Hay mucha religión exterior, pero muy poca responsabilidad, muy poco cariño a Dios, poca inquietud por hacer su voluntad.•Las promesas de Dios a los reyes descendientes de David
Isaías V.- PROPÓSITO
Dar esperanza, Anunciar la Salvación Venidera de Dios.
Isaías VI.- BOSQUEJO
Ruina y restauración, 1–5, 34 y 35
Material biográfico, 6–8, 36–39
Bendición y juicio, 9–12, 40–45
Profecías contra poderes extranjeros, 13–23, 46–48
Juicio universal y la salvación de Israel, 24–27, 49–55
Sermones éticos, 28–31, 56–59
Restauración de la nación, 32 y 33, 60–66
Isías VII.- ENSEÑANZA Presenta a Dios como el “Santo de Israel”.
Título que aparece unas veinticinco veces en todo el libro, pero solo cinco veces en los demás libros del Antiguo Testamento.
La preocupación por la realidad de un Dios santo condujo a una conciencia del pecado, tanto en el culto (1.10–17) como en la vida social y política de la nación (3; 5; 7).
Desarrolla las tradiciones de: La elección de Jerusalén (10.27–34; 14.28–32; 17.12–14; 29.1–8; 30.27–
33; 31.1–8) La elección de David (9.1–7; 11.1–8; 32.2; 33.17).
Profetizó el nacimiento milagroso del Mesías (7.14), Quien sería verdaderamente humano (9.6; 11.1), y a la vez «Dios
fuerte» (9.6), cuyo reinado universal de perfecta justicia y paz (9.7; 11.2–9) se
cumpliría solamente en Cristo.
Isaías
Isaías insistió repetidamente en la necesidad absoluta de una fe en Dios, tanto en la vida personal como en la vida pública y política de la nación (7.9; 28.16; 30.15). Por eso se le llama «el evangelista del Antiguo Testamento».
Anuncia la venida del Siervo de Jehová (42.1–4; 49.1–6; 50.4–11a; 52.13–53.12), cuyo sufrimiento propiciatorio, resurrección y exaltación harían posible la justificación de muchos (52.13–53.12) y solo en Cristo se cumplirían plenamente (Jn 12.41).
Una teología de misión domina Isaías 40–55 como fin supremo de la salvación (40.9; 41.8, 9, 27; 42.1–4, 6, 7, 10, 11; 43.10–12, 21; 44.8; 45.5, 6, 14, 22, 23; 48.6, 20; 49.6–8, 22, 23; 51.2, 5; 52.10, 15; 55.1–13). Solamente en el contexto de esta teología de misión podemos entender otros temas predilectos de Is 40.55.
IsaíasEncontramos en Isaías 40–55 Un desarrollo asombroso de la doctrina de la creación como base de su
teología de misión (40.12–26; 42.5ss; 45.11, 12, 18; 48.12, 13),
Un marcado monoteísmo evangelístico (45.14, 20–22, etc.)
Una filosofía de la historia jamás superada en el pensamiento humano (41.1–4, 25, 26; 43.14; 44.24–28; 45.1–7, 8–13; 46.8–11; 48.14, 15; 53.10; 54.15–17). El profeta proclama que la historia del mundo tiene significado solamente a la luz de la misión del pueblo y del siervo de Jehová.
La vívida esperanza de una intervención inminente de Dios, para la redención de su pueblo, no domina en 40–55. Se procura explicar el atraso del cumplimiento de las profecías (59.1s), pero persiste una firme confianza en el triunfo final del Santo de Israel y la glorificación de Sion (57.15ss; 60.10, etc.).
En los caps. 65 y 66, una sección de carácter apocalíptico, encontramos la esperanza de un nuevo cielo y una nueva tierra. Después de la salvación y el juicio, Dios promete renovar el universo que el pecado ha corrompido.