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    Para entrar en el tema

    Nuestras aportaciones se dirigen al profe-sorado que desarrolla su labor en las aulas deeducacin infantil y en los cursos inicialesde primaria, con la finalidad de reflexionar so-bre la actividad del aula. Esta reflexin deberacontribuir, a su vez, a una mejora de la tareadocente y a conseguir una mayor satisfaccinprofesional de las maestras.

    La enseanza inicial de la lectura y la es-critura es tan slo una parte de un proceso quedura toda la vida escolar y personal, siempre

    que se contine usando la letra impresa y losmateriales y soportes que hoy en da la incor-poran, bien sean las herramientas informti-cas, la prensa, la novela, los textos cientficos otodo ello.

    El perodo de enseanza inicial podramosdarlo por concluido, de forma extremada-mente cuidadosa y flexible, cuando los apren-dices han consolidado las relacionessonido-grafa, las principales caractersticasdel sistema grfico (forma de las letras, direc-

    cionalidad, segmentacin...), el concepto de or-tografa, las primeras nociones sobre lafuncionalidad y las caractersticas de los textosy, tambin, los procedimientos para leer y es-cribir en situaciones diversas proporcionadaspor la vida escolar y social. Dicho de otra ma-nera, el aprendizaje inicial busca que los niosy las nias desarrollen la capacidad de com-prender de forma autnoma discursos adecua-dos a situaciones diversas cercanas a lasprcticas escolares y sociales de su entorno. En

    este sentido, la cultura del medio condicionalos contenidos de enseanza y sostenemos quetambin debe condicionar los materialesque se usen para abordar aprendizajes cerca-

    Instrumentos para enseara leer y escribir

    Isabel RosAprender a escribir,escribir para aprender

    A

    AULA DE ...

    Esta contribucin plantea las funciones de los materiales cu-rriculares y las caractersticas ms relevantes de aquellos dis-

    ponibles en el mercado para la enseanza inicial de la lengua

    escrita. Asimismo pretende destacar la utilidad de otros mate-

    riales de la vida cotidiana que forman parte del paisaje del aula

    en muchos casos y tambin de la vida de las criaturas y el en-

    torno social en el que se inserta la escuela.

    nos a la vida social y escolar. La vida del aulaprovee a los nios de diferentes situacionespara aprender a leer y a escribir. Tambin poneal alcance de docentes y nios instrumentosque ayudan a aprender. As, nos ocupamos delos materiales que realizan funciones media-doras y de acceso al conocimiento.

    Los materiales didcticos comoayuda a la enseanza de la lengua

    escrita

    Ya hemos destacado que los materialesdidcticos son instrumentos de aula que debenayudar al docente a ensear; y a los nios, aaprender la lengua escrita. As pues, cuandonos referimos a ellos no lo hacemos pen-sando exclusivamente en los productos comer-cializados, diseados y creados para un usoescolar-acadmico: textos de lectura de diver-sos gneros (cuentos o historias creadas para el

    desarrollo lector, propuestas de gneros no li-terarios); cuadernos con ejercicios grafomotri-ces, de relacin sonido-grafa; pautas conejercicios o espacios para la composicin detextos, rellenado de huecos, etc. Por el contra-rio, queremos destacar aqu el valor didcticode otros materiales escritos ligados a la vidasocial y a la experiencia cotidiana (folletos,programas, diarios, carteles, textos publicita-rios, cartas, guas telefnicas, etc.) y de aque-llos que en un contexto ms acadmico

    aportan informacin para aprender y expe-riencias al aula (enciclopedias, cuentos, librosde conocimientos, textos periodsticos, carte-leras cinematogrficas...). Todos ellos puedenservir como modelo o crear situaciones paraleer y escribir, para aprender letras, palabras,gneros textuales y para realizar con ellos ope-raciones propias de la lectura (anticipaciones,inferencias, control de lo ledo, etc.) o de escri-tura (planificacin, textualizacin y revisin).Por lo tanto, se trata de rescatar del entorno

    aquellos materiales que sirvan para las activi-dades que se desee realizar en el aula. Leer yescribir a los nios y con ellos sobre temas di-versos les ensea a leer y a escribir... a travs

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    ben, siempre que el docente sepa y controlequ se ensea con ellos y bajo qu presupues-tos tericos estn diseados. Los materiales li-gados a las nuevas tecnologas de lainformacin y la comunicacin constituyen ungrupo de instrumentos que, usados en la do-cencia, seguramente Freinet o Montessori ha-bran incorporado gustosos a su aula parafacilitar la comunicacin pedaggica y el con-tacto con el mundo.

    Caractersticas de los materialespara ensear a leer y escribir

    Los materiales para ensear a leer y escri-bir tienen como finalidad alfabetizar, para locual deben poner al nio en relacin con lostextos propios de diferentes contextos y abor-dar estrategias y conocimientos que les permi-tan y ayuden a desenvolverse con soltura en elmundo de lo impreso (Lacasa y otros, 2000;

    Tolchinsky, 1990).As pues, los materiales para leer y escri-bir en el aula deberan propiciar el aprendizajede la comprensin y de la produccin de textoscon finalidad comunicativa, en los que hay unreceptor y un emisor reconocible y fcilmenteidentificable. En consecuencia, las tareas quepropongan deben perseguir esa finalidad y es-tar secuenciadas para ello de acuerdo con losdiferentes (y previsibles) niveles evolutivos, co-nocimientos y ritmos de aprendizaje, promo-

    viendo una actividad de toma de concienciasobre lo que se aprende y cmo se hace. Facili-tar la aplicacin reflexiva de soluciones ya usa-das en otros contextos contribuye a la relacinde los aprendizajes y a su consolidacin. Portodo ello, deben ser materiales asequibles yadaptables a la diversidad del alumnado, peroque faciliten un uso cada vez ms complejo,variado y til para el desarrollo lingstico ycognitivo, huyendo de los ejercicios repetitivosy sin sentido. Bajo este prisma, las actividades

    cotidianas que se resuelven leyendo y escri-biendo pueden ser fuente de aprendizaje.Igualmente, los materiales deben proponer ta-reas bien para un uso individual o bien para la

    del acceso a los conocimientos de los diferen-tes mbitos de la experiencia. Dicho con unejemplo: se puede ensear y aprender a leer le-yendo libros sobre dinosaurios, cuentos popu-

    lares o un tique de la compra, con la condicinde que los contenidos de la lectura sean acce-sibles y relevantes para los nios y de que al-guien la maestra generalmente, aunquepuede ser otro nio ms experto ayude tantoal desciframiento del texto como a la com-prensin de los significados contenidos en l.

    Gracias a las nuevas tecnologas y a losmedios de reproduccin de imagen y sonido,tambin disponemos de nuevas herramientasnada despreciables en el aula: podemos acce-

    der a textos diversos, a las diferentes y varia-das imgenes que los ilustran, al uso deprocesadores e impresoras..., sin contar los pro-gramas informticos que pueden ayudar a losnios a leer y escribir o a consolidar lo que sa-

    Los materiales para leer y escribir en el aula deberan propiciar elaprendizaje de la comprensin y de la produccin de textos confinalidad comunicativa, en los que hay un receptor y un emisor reco-nocible y fcilmente identificable. En consecuencia, las tareas que

    propongan deben perseguir esa finalidad y estar secuenciadas paraello de acuerdo con los diferentes (y previsibles) niveles evolutivos,conocimientos y ritmos de aprendizaje, promoviendo una actividadde toma de conciencia sobre lo que se aprende y cmo se hace

    NICOLAU

    BALCEL

    LS

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    interaccin y actividad conjunta (docente y/ogrupo de alumnos, parejas, etc.), la discusin,la participacin, la comparacin y la toma dedecisiones.

    Una mirada a los contenidos de ense-anza sobre la lengua escrita que se presentanen los materiales nos lleva a reclamar de ellostodos los aspectos que inciden en la alfabeti-zacin, entendida como la posibilidad de vivirde forma autnoma en un mundo complejo yletrado: el conocimiento de la cultura del

    texto escrito (clases de gneros sociales y aca-dmicos, usos y funciones de los textos); lasrelaciones sonido-grafa, la segmentacin, eldesarrollo de la conciencia fonolgica; el l-xico y el conocimiento del mundo a travs del; los mecanismos, operaciones y procedi-mientos para leer y escribir. Todo ello dentrode situaciones didcticas en las que se lee y seescribe, integrando la comprensin del mundopor parte de los nios y las nias con las acti-vidades alfabetizadoras que se realicen en el

    aula. En cuanto a las orientaciones didcticaspara los maestros, los materiales deben provo-car la relacin teora-prctica, de manera quelas tareas tengan sentido y estn en consonan-cia unas con otras, ayudando a ensear lo queverdaderamente se pretende.

    As pues, el anlisis de todos estos aspec-tos ayudar al docente a evaluar cmo seorienta el trabajo propuesto, con qu finali-dad y objetivos, qu se pretende ensear y el

    grado de funcionalidad de las situaciones delectura y escritura presentadas en las activida-des. La conjuncin de todos los factores quehemos ido nombrando dar como resultadoun material rico y de usos mltiples, que noencasille el aprendizaje ni las posibilidades deresolucin, autnoma o con ayuda, de los pro-blemas que plantea. Estos problemas de lec-tura y escritura, individual o en grupo,favorecen el aprendizaje y el avance de cono-cimientos sobre el sistema de escritura, los

    textos, los discursos y las situaciones sociales yescolares en que se producen.A continuacin, se resumen algunos as-

    pectos que orientan el anlisis de las pro-

    puestas didcticas en materiales comerciales oen los de uso cotidiano:. La variedad y oportunidad de gneros textua-

    les presentados a los nios.. La creacin de contextos significativos, fun-

    cionales y sociales para leer y escribir.. La longitud y la complejidad de los textos

    para leer y/o escribir.. Las actividades de lectura y las especficas de

    comprensin lectora guiada o individual.. Las actividades de escritura dentro de con-

    textos significativos y funcionales y la orienta-cin para llevarlas a cabo.. Las actividades autnomas y/o colectivas, li-

    bres o guiadas, de composicin de textos.. La reflexin metalingstica propiciada.. El tratamiento integrado de la grafa y la or-

    tografa con otros niveles de la lengua.. La enseanza explcita de los procesos y las

    operaciones implicadas en la lectura y la es-critura.

    . La clase de intervencin del docente que se

    propone y el tipo de mensajes dirigidos a l.

    stos ayudan a la reflexin sobre cmo se pre-sentan y la validez que el docente les otorgapara su uso real (Ros, 2006).

    La seleccin, utilizacin yaprovechamiento de los materiales

    La seleccin y el uso de los materiales

    curriculares dice mucho de la idea pedag-gica que posee quien los utiliza. Constituyenun buen elemento del llamado currculooculto de la escolaridad (Gimeno, 1991). Po-nen al descubierto los criterios seguidos encuanto a lo que ensean y a las relaciones so-ciales que establecen en el aula. Pueden fa-vorecer y facilitar el aprendizaje o pueden, porel contrario, actuar como meros instrumentospara la repeticin e incluso provocar la incom-prensin de los contenidos que se pretende en-

    sear. De aqu la importancia de una seleccinfundamentada, de acuerdo con las ideas que sedefienden sobre la naturaleza y las funcionesde la lengua escrita, sobre cmo se ensea y se

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    etc.; o la decisin de escribir una carta al ayun-tamiento para solicitar un contenedor para elpapel del edificio; o la interpretacin colectivade la crtica cinematogrfica de una pelculainfantil. Solamente si el material es seleccio-

    nado, modificado, adaptado y utilizado paralas finalidades que se pretende conseguir conl, puede ser un instrumento didctico al servi-cio del aula y de los nios. Slo as se puedeevitar la estandarizacin y homogeneizacinde los conocimientos y la falta de autono-ma de docentes y aprendices.

    De esta forma, los materiales realizan lafuncin de mediadores entre lo que se pre-tende ensear y el aprendiz. Son instrumentospara aproximar el mundo de lo escrito a quien

    aprende: colocan al aprendiz en situaciones decomunicacin y uso de la lengua. Si aceptamosque la enseanza de la lengua escrita no puederealizarse fuera de las situaciones en las que selee y se escribe en el mundo, los materiales sonmedios para conectar con realidades lejanas oprximas donde es necesario leer y escribir ydeben provocar una representacin de la reali-dad en lugar de ser un conjunto de ejerciciosvacos y desprovistos de sentido para el nio.Esa representacin, en muchas ocasiones, es

    propiciada por el material, pero en otras es eldocente quien debe saber provocarla en el con-texto del aula y de las tareas que se realizan.La reflexin sobre lo que se lee y se escribe,

    aprende, y sobre las caractersticas que de-ben tener las actividades docentes para quesean productivas, es decir, para que promuevanaprendizaje.

    Es posible que en muchos casos las maes-

    tras y los maestros no sean conscientes de todala carga pedaggica e ideolgica entendidacomo idea sobre la educacin que contienenlos materiales y las actividades que se propo-nen en ellos. Tanto es as que en ocasiones seobserva como son en realidad un instrumentode formacin para los profesores que, no te-niendo criterios propios, se dejan llevar porlas propuestas didcticas, a veces contradicto-rias con lo que en realidad piensan que debehacerse en el aula (Ferrer, 2001; Ros, 2006).

    No todos los materiales comerciales abor-dan de forma integrada los aspectos a los quenos hemos referido en el apartado anterior(Ros, 2006), pero es tarea del docente selec-cionarlos adecuadamente o compensar losdesequilibrios que contengan. Tambin los ma-teriales de la vida social deben ser manipu-lados y aprovechados para las diferentessituaciones y finalidades de enseanza. Por po-ner algunos ejemplos, pensemos para qupuede servir en el aula un folleto publicitario

    sobre juguetes en una clase de 4, 5 o 6 aos;qu se puede aprender con l sobre lectura yescritura y qu actividad puede provocar lamaestra, en qu situacin, con qu finalidad,

    AULA

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    cmo se hace, para qu, es una actividad im-prescindible para avanzar en los aprendizajes;y solamente dicha actividad metalingsticaprovocada por el maestro conduce a ella. Cons-truir ese mundo de lo escrito y propiciar que elnio se implique en l es la funcin docentepor excelencia. Si los instrumentos que ayudanen el aula contribuyen a ello, bienvenidos sean(Del Carmen y Gimnez, 1997). Pero nuncapueden ser un freno o una rmora para la en-seanza. Y, en cualquier caso, la responsabili-

    dad ltima es de quien debe ensear a leer y aescribir.

    HEMOS HABLADO DE:

    . Didctica de la lengua escrita.

    . Materiales curriculares y recursos didc-ticos.

    . Lectura.

    Referencias bibliogrficas

    CARMEN, L. DEL; GIMNEZ, M.P. (1997): Los librosde texto, un recurso flexible. Alambique. Didcticade las Ciencias Experimentales, n. 11, pp. 7-14.FERRER, M. (2001): Libros de texto y ciencias dellenguaje, en CAMPS, A. (coord.): El aula como es-pacio de investigacin y reflexin. Barcelona. Gra.GIMENO, J. (1991): Los materiales y la enseanza.Cuadernos de Pedagoga, n. 194, pp. 10-15.LACASA, P. y otros (2000): Alfabetizaciones en laescuela. Investigacin en la Escuela, n. 41, pp. 21-42. Sevilla. Dada.ROS, I. (2006): Materials didctics per ensenyar a

    llegir i escriure, Articles de Didctica de la Llenguai la Literatura, n. 40, pp. 76-88.TOLCHINSKY, L. (1990): Lo prctico, lo cientfico ylo literario: tres componentes del concepto de al-fabetismo, Comunicacin, Lenguaje y Educacin,n. 6, pp. 53-62.

    Isabel Ros

    Facultad de Ciencias de la Educacin.Universidad Jaume I

    [email protected]