IRRADAICIÓN DE LOS ALIMENTOS
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NUEVAS TECNOLOGÍAS: IRRADIACIÓN DE LOS ALIMENTOS
La irradiación de los alimentos es una tecnología que no prospera y se encuentra en un dilema,
como sabemos las nuevas tecnologías alimentarias se consideran una herramienta eficaz para
ampliar la vida útil de los alimentos, para garantizar la seguridad alimentaria al eliminar los
microorganismos, para controlar escrupulosamente la trazabilidad, para identificar la calidad de los
alimentos, y así un largo etcétera. Sin embargo, algunas tecnologías, aunque parecen ser una gran
solución, su aceptación es muy lenta y en muchos casos provocan desconfianza entre los
consumidores, es el caso de la irradiación alimentaria.
La irradiación alimentaria es una tecnología que no prospera, pero las grandes empresas o las
instituciones que las avalan, como por ejemplo la EFSA, no ponen medios ni invierten en campañas
informativas para que los consumidores comprendan cómo funciona desmontando los tabús y la
falta de conocimiento, cómo actúa en los alimentos y qué beneficios ofrece, etc. Si no se ponen en
marcha campañas informativas, difícilmente la irradiación terminará siendo aceptada por los
consumidores. Algunos expertos solicitan una línea de trabajo en este sentido, de qué sirve disponer
de tecnologías eficientes para mejorar la seguridad de los alimentos si son vistas como un peligro a
causa del desconocimiento o la desconfianza.
Según la Comisión Europea (datos del 2010) tan sólo se han irradiado 9.263 toneladas de alimentos
en las 24 instalaciones autorizadas pertenecientes a 13 países comunitarios, de este volumen, la
mayoría se han irradiado en tres países. En Bégica se irradió un 63% (5.800 toneladas de
alimentos), en los Paises Bajos un 17% y en Francia un 11%. Los alimentos más significativos que
fueron sometidos a este proceso han sido las ancas de rana con un 48%, la carne de ave con un 22%
y las hierbas y especias con un 16%. Pero sin aportar más desgloses sobre el volumen y tipos de
alimentos irradiados, teniendo en cuenta el gasto de alimentos que se realiza en los países
comunitarios, la cantidad total resulta insignificante.
El problema, como decíamos, es la falta de información y mayor transparencia, es necesario que los
consumidores conozcan y comprendan el proceso para que los alimentos irradiados sean aceptados
y no se asocien energía nuclear o la radioactividad. Los diferentes expertos pertenecientes a varios
departamentos de la EFSA han examinado el proceso y lo han respaldado indicando que se puede
considerar como una herramienta de seguridad alimentaria que debe integrarse en un plan de
![Page 2: IRRADAICIÓN DE LOS ALIMENTOS](https://reader036.fdocuments.ec/reader036/viewer/2022081211/568bf3b31a28ab89339b4ca6/html5/thumbnails/2.jpg)
gestión de riesgos alimentarios, pero tanto la EFSA como los gobiernos (incluida la Unión Europea)
no hacen nada para que la población valore el proceso y lo acepte. La irradiación es una herramienta
complementaria que amplía la seguridad alimentaria, se utilizan radiaciones ionizantes con rayos X,
rayos ultravioleta o rayos gamma durante un determinado plazo de tiempo para eliminar todo tipo
de bacterias como la salmonella o la Escherichia coli O157: H7, claro, que hay que recordar que
esto no es motivo para abandonar las buenas prácticas agrícolas y la correcta manipulación e
higiene de los alimentos.
El caso es que los rayos X, rayos ultravioleta o rayos gamma son considerados por algunos
consumidores (posiblemente una gran mayoría) como radiaciones nocivas, algo que saben expertos,
organizaciones y gobiernos, pero no hacen nada al respecto. A esta falta de transparencia hay que
sumar la falta de etiquetado en los alimentos irradiados, el temor a la pérdida de ventas hace que
estos alimentos se comercialicen sin indicar el proceso al que se han sometido. Es el pez que se
muerde la cola, las empresas y los organismos de salud como la EFSA ven con muy buenos ojos
esta tecnología, ¿a qué esperan?, ¿a que los consumidores la acepten sin más?, no se puede
pretender que crean ciegamente en sus palabras y conclusiones, hace falta algo más, información y
transparencia.
Por otro lado, una empresa no se embarcará en una campaña informativa de gran magnitud por el
gasto económico que ello supone, además sabe que las empresas que no participen, no se gastarán
un euro y después se beneficiarán del trabajo realizado, por tanto, como dice el refrán, el uno por el
otro la casa sin barrer. Podríamos hacer una comparativa con lo que ocurrió con las flores
comestibles, recordemos que se consideraron ilegales y que estaban en el punto de mira de la Unión
Europea, a pesar de que es un ingrediente tradicional, de ello hablábamos en el post Flores
comestibles, alimento tradicional. El caso es que se debía llevar a cabo un estudio científico que
demostrara sus beneficios, una acción muy cara que no se pueden permitir los pequeños y medianos
horticultores y que las grandes multinacionales no querían llevar a cabo para que no se beneficiara
el resto del sector. Bastaría que un solo productor obtuviera la autorización para comercializar las
flores al haber realizado los estudios oportunos, y automáticamente cualquier otro horticultor podría
vender sus flores legalmente en la Unión Europea sin tener que haber desembolsado ni un euro, con
la irradiación de los alimentos pasa algo similar.
Nadie quiere poner en marcha una campaña de gran envergadura para que el resto del sector se
beneficie a su costa, entonces, ¿no es hora de que trabajen codo con codo empresas, gobiernos,
laboratorios y organismos, y repartan gastos?, estamos hablando de mejorar la seguridad alimentaria
a nivel general, no de jugar un partido a nivel individual. Técnicas como la irradiación de los
alimentos seguirán siendo tecnologías que no prosperarán hasta que no haya un cambio de
mentalidad, y no precisamente por parte de los consumidores.
En el artículo de Food Production Daily nos muestran esta reflexión, algunas personas, como la
consultora independiente Lindsey bagley, saben que hay que aceptar la irradiación en los alimentos
por sus ventajas y beneficios, pero se encuentan impotentes ante la situación. Esta información
contrasta con la conclusión de especialistas como Michael Osterholm, Director del Centro de
Política e Investigación de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Minnesota (CIDRAP,
Estados Unidos), aseguraba que los alimentos irradiados serán los preferidos en un corto plazo de
tiempo.
FUENTE: gastronomiaycia.com