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83 Invitación al análisis sociológico de la contabilidad nacional MY Ángeles Durán Introducción O i decir una vez a un estadístico ma- rroquí que las estadísticas son co- mo la luz: dejan en la oscuridad lo que no iluminan. Ni antes ni después de aquella ocasión he encontrado otro símil tan eficaz para sintetizar en lenguaje cotidiano las relaciones entre los conceptos reproducidos en series y las otras di- mensiones de la realidad social que no se incor- poran a conceptos de gran circulación. De entre todas las series a las que el símil de la luz y de la sombra podría aplicarse con jus- teza, a ninguna le va tan acertadamente como a las Cuentas Nacionales o Contabilidad Na- cional. Y, de todos los conceptos y series es- tadísticas ligadas a la Contabilidad Nacional, ninguno tan brillante (—tan iluminar y cegador al mismo tiempo—) como el de Renta Nacio- nal. Es este un concepto que se ha incorporado plenamente al vocabulario de los no-economis- tas, como parte del patrimonio intelectual co- mún de la época, y se utiliza de modo intuitivo, como un referente cuya legitimidad no entra en discusión aunque sus fundamentos y detalles permanezcan relativamente difusos. Entre los sociólogos, la Contabilidad Nacio- nal y el concepto y cuantificación de la Renta Nacional tienen un atractivo evidente: basta con medir la cantidad de estudios en que esta mag- nitud es utilizada para comprender el alcance de la atracción. Pero resulta, por seguir con el símil, que el foco de luz y el esfuerzo colectivo depo- sitado en la elaboración de las cuentas naciona- les, y específicamente en las de renta, ha hecho más densas las sombras que cubren otros aspec- tos de la vida social y económica, que resultan opacas o invisibles por comparación con la no- toriedad y la solidez de la construcción lógica/ estadística de las cuentas nacionales. Se echa en falta, por consiguiente, una refle- xión sobre el proceso de estimación de las mag- nitudes de las cuentas nacionales desde una perspectiva sociológica, y eso tratará de hacer este ensayo. Para quienes trabajan con sus da- tos como punto de partida, el giro del haz de luz hacia los cimientos y entresijos de las Cuen- tas, así como a las actividades económicas ha- bitualmente oscurecidas, es una necesidad viva- mente sentida. M. A. Durán. Dpto. de Economía, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid. Poltilca y Sociedad, 19 (1995), Madrid (pp. 83-99)

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Invitación al análisissociológicode la contabilidadnacional

MY ÁngelesDurán

Introducción

O i decirunaveza un estadísticoma-rroquí que las estadísticasson co-mo la luz: dejanen la oscuridadlo

que no iluminan.Ni antes ni despuésde aquella ocasión he

encontradootro símil tan eficaz parasintetizaren lenguaje cotidiano las relacionesentre losconceptosreproducidosen seriesy las otrasdi-mensionesde la realidadsocialqueno se incor-poran a conceptosde grancirculación.

De entretodaslas seriesa las queel símil dela luz y de la sombrapodría aplicarseconjus-teza, a ningunale va tan acertadamentecomoa las CuentasNacionaleso Contabilidad Na-cional. Y, de todos los conceptosy series es-tadísticasligadas a la ContabilidadNacional,ningunotan brillante (—tan iluminar y cegadoral mismo tiempo—) como el de RentaNacio-nal. Es este un conceptoquese ha incorporadoplenamenteal vocabulariode los no-economis-tas, como parte del patrimonio intelectualco-múndela época,y seutiliza de modo intuitivo,como un referentecuya legitimidadno entraendiscusión aunquesus fundamentosy detallespermanezcanrelativamentedifusos.

Entre los sociólogos,la ContabilidadNacio-nal y el conceptoy cuantificaciónde la RentaNacional tienenun atractivoevidente:bastaconmedir la cantidadde estudiosen que estamag-nitud es utilizadaparacomprenderel alcancedela atracción.Peroresulta,porseguirconel símil,que el foco de luz y el esfuerzocolectivo depo-sitado en la elaboraciónde las cuentasnaciona-les, y específicamenteen las de renta,ha hechomásdensaslas sombrasquecubrenotrosaspec-tos de la vida social y económica,que resultanopacaso invisibles por comparacióncon la no-toriedady la solidezde la construcciónlógica/estadísticade las cuentasnacionales.

Se echa en falta, por consiguiente,una refle-xión sobreel procesode estimaciónde las mag-nitudes de las cuentasnacionalesdesde unaperspectivasociológica,y eso trataráde haceresteensayo.Paraquienestrabajancon sus da-tos como punto de partida,el giro del haz deluz hacialos cimientosy entresijosde las Cuen-tas, así como a las actividadeseconómicasha-bitualmenteoscurecidas,es unanecesidadviva-mentesentida.

M. A. Durán.Dpto. de Economía,ConsejoSuperiorde InvestigacionesCientíficas,Madrid.Poltilca y Sociedad, 19 (1995), Madrid (pp. 83-99)

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Deseamosque la «invitación» conquese ini-cia el titulo encuentreeco y le sigan otrosacer-camientosa la Contabilidad Nacional y a susprincipalesaportacionesdesdeperspectivasdi-ferentesa la estrictatécnicacontable.

1. Un procesoabiertode conocimiento:la evolución

históricade la ContabilidadNacional

L a ContabilidadNacional surgió co-mo respuestaa una necesidadde co-nocer.Vistos retrospectivamente,los

conceptosque hoy parecencerradosmuestranlas muchasevolucionesque antessufrieron,y esfácil reconocerque también en la actualidadsiguenabiertosy en condicionesde recibir cam-bios. ParaEspaña,el primer intento de medirla RentaNacional lo realizó un estadísticobri-tánico, M. MuIhalí, entre1880 y 1899.(Bustelo,¡992; Carreras,1989). En el primer tercio delsiglo xx hubo una decenade evaluacionesdelProducto Nacional,pero sólo a partir de 1944se intentó de modo sistemático.Entre los histo-riadoreseconómicossonfrecuenteslas disensio-nesa la horade interpretarlos nivelesde Rentao Productonacional alcanzadosen épocasan-tenores,debido no sólo a la escasezde fuentesstno al rigor o capacidaddescriptivaatribuidoa las mismas.

Los indicadoresactuales,cuyarelación direc-ta desustituciónrespectoa los fenómenosa quese refierencuestaesfuerzoponeren duda,resul-tan másfácilmenteobservablesdesdeunapers-pectiva crítica si se recuerdalo muy «indirec-tos» que handemostradoser otros indicadoresque les precedieron.A titulo de ejemplo, algu-nos de los indicadoresutilizados en otrasépo-cas para estimarla rentade varios paiseshanstdo el número de cartasenviadas,el carbónconsumidopor habitante,los ingresosfiscalesoel indice de matrimonios.

La Contabilidad Nacional de Españaseajus-ta a un tipo de modelo que tiene su origen enel clima pre-bélico de los añosprevios a la se-gundaguerramundial,cuandose hizo másacu-ciantela necesidadde conocerlos recursospro-ductivos disponibles, especialmenteen GranBretaña y EstadosUnidos. Hubo una clara

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concatenaciónentreel primer precedenteinme-diato de las actualescuentasnacionales, unWhite Paperpublicado en 1941 en Gran Bre-taña por el Presupuesto,y la publicación delprimer libro de Meadey StoneNational Incomeaná Expenditure,en 1944. El originario ~<whitepaper» se transformó despuésen un «Bluebook>~ oficial sobreRenta y Gasto Nacional,periódicamentepublicadocadamesde septiem-bre, que «proporcionaba la base para lamayoría de los informes acercade la situaciónde la economía»en Gran Bretaña,en el «Eco-nomic Reports».En 1960, se publicó la obra«RentaNacional,ContabilidadSocial y Mode-los Económicos»,de R. y 6. Stone,que intro-ducía ya los perfeccionamientosestadísticosylas novedadesrelativas a la ContabilidadNa-cional, casi inexistentequince añosantes. (Sto-ne, 1969). Con ello se dabaunaproyecciónaca-démica mundial a los trabajos oficiales de laContabilidadbritánica, muy similaresa los desu casi homólogo «United States IncomeandOutput».Susmúltiplestraduccionesy edicioneslograron normalizar internacionalmente lainterpretaciónde las economíasnacionalesco-mo modelossocialesy económicos.

El cálculo directo de la producción de lasramasy sectoresmásimportanteshabíacomen-zadoa hacerseen Españaa partir de 1957,porpartedel Ministerio de Hacienda,en colabora-ción con un equipode profesoresuniversitarios(entre otros, José Luis Sampedro, EnriqueFuentesy Julio Alcaide). En 1965, se encargóde la ContabilidadNacionalde Españaal Ins-tituto Nacional de Estadística,que mantieneestacompetenciadesdeentonces.Ya en 1971,Prados Arrarte señalabael carácterrelativa-mente modesto de la Contabilidad Nacional;«La riquezao el patrimonionacionales de muydifícil cálculo y es poco probableque llegue aconstituirseun objeto anualde estudio.Parecepor tanto convenienteencontrar«sucedáneos»mássencillosde estimarqueofrezcanun ordende magnitudsobrelas variacionesdel patrimo-nio nacional.El mejor sistemaes la confecciónperiódicade un balancede todaslas sociedadesanónimasdel país,o sectorempresas—al quese sumaríael sectorpúblico—,y el balancedepagoscon el exterior,paraconseguirun balan-ce continuado sobre la Riqueza Nacional».(PradosArrarte, 1971).

Desde 1972 se aplicó el sistema NacionesUnidas-CEE. Las razonesaducidasen aquel

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momentoparacambiarla anteriorseriebasadaen 1964 por una nuevaseriecon baseen 1970eraqueno se adaptabaya a la nuevaestructurainstitucional del país,ni a sus disponibilidadesestadísticas,ni a las necesidadesde la políticaeconómica.No podíanresolverseestos proble-masconretoquesparcialesporque«dehacerlo,se hubieraperturbadola evoluciónde los agre-gadosy distorsionadola coherenciainternadela misma. El empleode nuevasfuentesestadísti-cassólo es posiblecuandose realizaunarevisióncompleta, una estimaciónex novo de un añobasedistinto. (Alvarez Blanco, 1977). El cambiodel añobasesignificaque se estableceun cuadrocompleto de conceptos,definiciones y clasifica-ciones, es decir,un sistemacontable;y que,ade-más, se determinanlos valores absolutosde lasmagnitudesdel sistema,cuantificadosa travésdeindicadores.Desde 1985 se aplica una versiónmejoraday más compleja, el llamado SEC oSistemaEuropeode Cuentas.A lo largo de estesiglo de sucesivosperfeccionamientos,los con-ceptos se han solidificado, en el sentidode quehanganadorigor y eficienciapero, sobre todo,se hanconvertidoen «conceptospactados»,en«modos internacionamente convenidos» deaproximarsea los hechoseconómicos.

La introducción de esta primera perspectivahistórica tiene por objeto mostrar el carácterprocesual,abierto, del conocimientode la rea-lidad económica.O lo que es lo mismo,desper-tar en el lector la curiosidad por conocereldesarrollofuturo de éstasy otras formasposi-bles de aproximacióna la realidad; porque, stla historiademuestrala variedadde espejosenque cada épocaanterior se ha reflejado, tam-bién induce a pensarque los espejosdel futuroseránmúltiples, y muy probablementediferen-tes de este espejo casi único en que ahorami-ramoso nos miran.

2. Ideologíay poderen la producciónde datos:

el latenteconflictode intereses

recientearticulo ~<IdeologyandEof Scientific Knowled-

ge» W. Lynch analizalas conexionesentreel conceptode ideologíay de ciencia,tan

intrincadoy variablesegúnla acepciónde ideo-logia que distintas corrientes teóricas (Marx,Mannheim, Barns, Barthe, Luke, Habermas,Collins) hanmanejado.

SegúnLynch «el conceptode ideologíasiguesiendofructífero como baseparainvestigarlosmediospor los quelas formasde conocimientoverdaderaso falsas,exitosaso no exitosas,racio-naleso irracionales,jueganun papelen mante-ner las relacionesde poder. La sociología delconocimientocientífico puedecontribuir ahacerdisminuir las disparidadesde poder...peropuederequerir que se comprometaa persuadira losque disientende este propósito»(Lynch, 1994).

Lo que tiene de interesanteesteestudioessupropuestade una sociologíadel conocimientoactiva, intervinienteen los procesosde produc-ción de ideas,cifras y reproduccionesde unasyotras.No es unapropuestameramenteintelec-tual, sino organizativa,puestoque requiereunaaplicaciónpara«hacerdisminuir las disparida-des de poder» que empujan la produccióndeconocimientocientífico en una dirección a ex-pensasde otras.Quela propuestano essencilla,ya se hacenotar,y quepuedelevantarresisten-cías, también. Y no serviría de gran cosa elenunciadodel sesgoen la direccióno contenidode las investigacionessi no fueseacompañadopor el compromisode evitarlo, aúncuandoim-plique el innegablecoste de comprometerseaintentar «persuadira los que disienten de estepropósito».

La contabilidaden generaly las CuentasNa-cionales en particular, son formas de conoci-miento, pocos podrían poner en duda que setrata de conocimientosracionales¿quiénno haadmiradosu elegantelógica interna?,y de co-nocimientosexitosos¿quéotro tipo de conoci-miento logra tanta dedicaciónde tiempo, tra-bajo y dinero,y es capazde perpetuardurantedécadasel esfuerzode homologacióninterna-cional?. Donde el problemase planteaes en laconsideraciónde susconocimientoscomo«ver-daderos»,o incluso de paradigmáticos(Arkhi-poff, 1986). ¿Qué clasede «verdad»hay, porponer algunosejemplos,en la contabilizacióndel productointerior bruto, de la rentaper cá-pita, o de los impuestoscorrientessobrela ren-ta y el patrimonio?¿Quéimplicacionestiene ladecisiónde definir y clasificarde unamanerayno de otra?

5. Jónssonha puestoel dedoen la hagasobrelos problemasde poder quesurgenen torno a

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las operacionescontables.En Accountingregu-lation and elite structures planteamuy vívida-mentelos conflictos soterradosquesubyacenenunaactividad aparentementetécnica y neutral(Jónsson,1988): a fin de cuentas,dice, unacon-tabilización es un relato, un modo de mostraralgunasde las relacionesentre los sujetosim-plicados,y no todoslos sujetosquierenexhibirla informaciónqueotros les solicitano se resig-nan a que no se exhiba la información queestáninteresadosen mostrar.Y si no hayuna-nimidad:¿Quiénactúacomo árbitro paradeci-dir lo que vale la penacontar?¿Quiénfija lasreglasdel juego, y pagalos costesde su mon-taje?

Aunquela contabilidadseaunaciencia,tam-bién actúacomo fuente de normas.Los proce-sosde contabilizaciónson procesossocialesal-tamenteregulados,tanto más cuanto mayorespuedanser las diferenciasde interesesentreto-das las partes implicadas: sin embargo, losinteresesde las partesno tienenposibilidad dehacersepatentesa menos que dispongandelpodersuficienteparaello. No ya paradominarel sentido del proceso contable sino, comomínimo,parahacernotarsuspropios intereses.De ahí que el silencio que traslucela absolutafalta de poder de los disidentes,puedainterpre-tarseerróneamentecomo unaseñalde aquies-cencía.

El procesocontablees un procesoconsensua-do, pactado.A mayor capacidadde las partesimplicadasparahacerseoir, mayor crecimientode las instruccionesmetodológicas,de los con-venios y acuerdos.Como ilustración,bastase-ñalarqueya el estudiode V. MontesinossobreLas Normas de Contabilidad en la ComunidadEconómicaEuropea,(Montesinos,1980) dedica-ba unaextensiónde másde setecientaspáginasa reproducir estos acuerdos,referidos básica-mentea las empresas.Y cuandolos conveniosson necesarioses porque se ha reconocidoexplícitamentela necesidadde pactary deesta-blecer una jerarquíaentre los posiblesmodosde interpretary contarun mismo hecho.

Los técnicos que diseñan las grandes lineasdel instrumentocontableestán con frecuenciapróximosa los mediosacadémicosy a los me-dios políticos.Una teoríacontableesuna formade situar las actuacionesde los sujetoscontabi-lizados dentro de un marcogeneral, y en unosesquemasde interpretaciónde sus relaciones.Estos sujetos pueden presentar sus propios

marcosgeneralesde interpretación,su propiadelimitación de las actuacionesque hay quecontabilizar y las que río. Pero, como señalaJónsson,«dondeno hay perspectivasarticula-dascompitiendo,una teoría contablenormati-va seconvierteen una fuerza conductoradomi-nante>~.

Las consideracionessobrela baseideológicade la contabilidad ganan —para bien y paramal— sumáxima fuerza al aplicarlasa la Con-tabilidad Nacional. Si de la contabilidadapli-cadaa las empresaspuede decirse como argu-mento a favor de su regulación, que «lacontabilidadabiertay completacontribuyealaeficienciadel mercado»,más aún podría apli-carsea los recursosglobales—del mercadoyajenosal mercado—que unanación ha de ad-ministrar.

Loscomponentesideológicosaparecentantoen los procesosde definición (la fronterade laproduccióno el consumo),como en los de va-loración (el mercado).Si el temor a que la ine-xístencia de contabilidad lleve a crear «des-igualdaden la distribuciónde la información»es relevantepara las empresas,tantomás paralos restantesagenteseconómico-sociales.Y, fi-nalmente,si en la contabilidadempresarialpue-de esperarseque «los gestores son reacios asuministrarla información quepuedaresultar-les desfavorables»,este temor es igualmentefundado respectoa la gestión de los recursosglobales,sobretodo respectoa los recursosglo-balesqueactualmenteno contabiliza la Conta-bilidad Nacional.Existe, igual queuna democra-cia en el accesoal voto, una posibledemocraciaen el accesoa la producción de información,que raramentese lleva a término.

3. Las demandasde innovaciónen la ContabilidadNacional

L a ContabilidadNacionales un rela-to renovado periódicamente, conunospersonajesrepetidosy unasac-

tuacionesprevisibles,aunqueno garantizadas.Pero este relato puedeaspiraro renunciararepresentarla realidad.

La decisión sobrequé vale la penamedir esun acto político, y también lo es la asignaciónde recursosa la medición.La ContabilidadNa-

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cionalpuedepublicarseporquemillonesdeper-sonas produceninformación sobresi mismos,sobresus hogares,sobresusempresas,y sobreotras instituciones,y porqueotros muchosmi-les de personasse dedicana la elaboraciónysíntesisde los datos.

Una primera distinción entre las partes im-plicadasen el procesode mediciónseria la queseparasea los medidoresy a los medidos,y aestosde los usuariosde la medición.En el casode la Contabilidad Nacional, todos los ciuda-danos resultan de un modo u otro medidos,como también las institucionesintermediasenque participan,y el propio Estadoy sus insti-tuciones.El medidores, por delegación,el Ins-tituto de Estadística;y los usuariosson múlti-píes, aunque predominen entre ellos losinvestigadoresacadémicosy los políticoso ad-ministradoresde serviciospúblicos. El puntodevistadel observadores decisivoen elsuministrode información en las ciencias sociales, y laContabilidadNacionaldescansaen informacio-nes proporcionadaspor individuos y entidadessociales.Entre los observadoresy los observa-dos las relacionesnuncason de total transpa-rencia,aunqueal aplicarel mismo instrumentose obtenganlos mismosresultados.Así que elproblemano es sólo qué se mide sino cuánto,una vez aceptadoel objeto de medición.(Du-rán, 1994, a).

No hay muchas resistenciasexplicitas porparte de estossujetosaparticipar en las cuan-tificacionespreviasa la ContabilidadNacional,aunque1994y 1995 han sido añospródigosenreferencias,en los mediosde comunicación,a laprácticade las cajasB, cuentas5, artificios con-tables, fondos de contabilización excusadaydesvíosmillonarios hacia opacosparaísoscon-tables. Sin embargo, como señalaJónsen,«espoco probableque los managersproporcioneninformaciónqueles perjudiqueo.Másgravepa-rece el problemade quienesno resultanconta-bilizados porque no tienen posibilidad de ha-cersevisibles: los sujetosde actividadesilegales,sumergidaso domésticas.Si la finalidad de lasCuentasNacionaleses, como señalabaStone,«proporcionarla basepara la mayoríade losinformes acerca de la situación en la eco-nomía». ¿Cómo podrán tenerseen cuentalasnecesidadeso las aportacionesde los invisibles,de los no contabilizados?

El objetivo de la ContabilidadNacional fueproducir un sucedáneode las variacionesdel

patrimonio nacional, más fácil de estimaranualmente.No obstante,el patrimonio comoacumulaciónha ido perdiendosu carácterini-cial de objetivo prioritario, cediéndoloa la pro-ducciónanual y a los flujos de dinero o mer-candas.No es ajeno a este desplazamientoelproblemade la dificultad relativa de medir losflujos y los stockso acumulaciones.

La mediciónde los primeros,cuandose rea-lizan atravésdel mercado,es relativamentesen-cilla, puestoque básicamenteconsisteen aplicarel precio o valor de mercadoa las cantidadesproducidaso que circulan; sin embargo,la me-dición del patrimonio es técnicamentemáscomplicada,ya queningunaoperacióncontablerecienteayudaa estimarsu valor.

La conversióncontablede un bien en su va-br entrañauna operaciónconceptualcompli-cada, que necesita—para ser aceptableporotros— la coincidenciaen múltiples supuestostácitos que no llegan a hacerse explícitos.Meyer señala que lo que diferencia la es-tadística de la contabilidad es, precisamente,quela segundasólo trabajaconestimacionesdevalor, con evaluacioneso promediosde utilida-desobjetivas.«Contabilidady valor estánligadosde manera indisoluble. La contabilidad no com-prendemásque la evaluaciónde la actividadeco-nómica,que es sólo el aspectomás aparente delvalor». (Meyer, 1971).

El problemadel valor es central.Si la conta-bilidad se limita a dar razón de los flujos a losque asigna valores,¿cómo resuelvela integra-ción conceptualde los cambiosen el patrimo-nio o de los flujos que no tienenasignadaunacontrapartidamonetaria?Algunosespecialistasasumenque los intentosde realizarcontabili-dadessobreproduccióne intercambiode bienesno evaluados—como se intentó hacer en lacontabilidadsoviética,o como haríanlas socie-dades comunistas ideales— no pueden teneréxito. Pero si la propia ContabilidadNacionales un sucedáneoreconocido,¿porquénegarsea reconocerla necesidadde otros métodossen-cilIos quepermitan,al menos,aproximacionesalorden de magnitudsobre las variacionesdel pa-trimonio nacional global, y no solamentede laselecciónde recursosque actualmenterecogenlas cuentasnacionales?

Desdelos añossesenta,numerosasvoces hanpedido que la contabilidad, y más concreta-mentelas CuentasNacionales,introduzcanensu marco algunoselementosque no se incluyen

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en los informes convencionales.Entre ellos, loque generalmentese ha llamado contabilidadsocial1. Esta contabilidadsocial respondea lapreocupaciónpor lo que Roslenderllama «elcrecientecatálogode prácticasde negociosquesocialmentese están empezandoa considerarinaceptables»,y que si no preocupandirecta-mentea propietarioso accionistasde las em-presas,si son preocupaciónparala sociedadengeneral.Entreestasnuevaspreocupacionesdes-tacanla contaminación,el desperdiciode recur-sos, la infrautilización de capacidades,el precioexcesivo,la producciónde malacalidado peli-grosa, el trato inadecuadode los asalariados,etc. La presiónpara producir contabilidadso-cial ha venido, sobretodo, de los sectorespro-fesionales,académicose intelectuales.Dentrode las profesionescontables,los más interesa-dosen estasnuevasformasde contabilidadhansidolos contablesacadémicos,comoconsecuen-cía de su dedicacióna la investigaciónmásquea la ejecución de la práctica contable. En losaños setentase produjo un considerablecreci-miento en la literatura sobreestos temas, quedecrecióen la década—másconservadoray su-mergidaen la crisis económica—de los ochenta.

Estaspeticionesdeinnovaciónse hanprodu-cido desdee! sector de las empresasy, poste-riormente,desdelas organizacionessin fines delucro. Aunquemás que unaauténticacontabi-lidad social, lo que pretendenesdotarde mayororientación social a los informes o cuentasfi-nancierastradicionales.

Desdefinales de los ochenta,y en los noven-ta, las peticionesde cambiosimportantesen laContabilidadNacionalcuentanconel apoyodeorganizacionesquenadatienenquever con lasempresaso el Estado.Forman parte del con-junto de reivindicacionesde algunosmovimien-tos sociales, fundamentalmentede los movi-mientosde mujeresy de los ecologistas,perotambién los radicales(Mathews,1994), los mo-vimientos cooperativosy las institucionessinánimo de lucro.

Para los ecologistases inadmisible que noexista un sistemade medición del patrimonioecológico y —lo que sueleser másllamativo—de los daños causadosal mismo. Los movi-mientosde mujeresreclamanunavisibilizaciónde la aportaciónal bienestarcolectivorealizadadesdelos hogares.Si la ContabilidadNacional,tal como ahorase produce,sólo puedeintegrarlos bienesy serviciosfácilmentevaluablesa tra-

vésdel mercado,hayque resolverde algún mo-do —seaen la ContabilidadNacionalo trasla-dándoloa otro lugar— el problemade los re-cursos que no tienen cotización en mercadopero son escasosy susceptiblesde usoalterna-tivo, como el medio ambienteo el trabajo noremunerado.Negarles un lugar en las cuentasnacionales no resuelve el problema, simple-mentelo relegao retrasael avancehaciasolu-cionesmássatisfactorias.

Los intentos, los fracasosy los éxitos de losinvestigadoresde la economíapretéritason unbuen referentepara quienesdeseanintroducircambiosen el modo de interpretarla economíapresentey futura. Lo quediferenciala tareadelhistoriadoreconómico de la del sociólogo opolítico es el distinto ritmo, la diferenteurgen-cia que dimana de referirse al mundo de losvivos o de los muertos.A éstos,ha de guardár-selesunajusta y ajustadamemoria.Pero a losvivos, a los que necesitanunainterpretacióndesi mismoscomo parte de su modo de estaryseren el mundo,no puedeexigírselespacienciasí cuandose miran en el espejode las cifrassóloencuentranuna imagendistorsionadao imper-ceptiblede su propia presencia.

4. Tiempo,espacioy ciudadaníacomo límites

de la ContabilidadNacional

ContabilidadNacionales un mo-1~ eo descriptivoque integraun nú-meroelevado de magnitudes.Como

todo modelo complejo, la ContabilidadNacio-nal tiene que adoptardecisionesmetodológicasqueno son —al principio—las únicas posibles,pero que van conformandola realidad a medi-da que se consolidanpor el uso.

Algunasde estasdecisionestienenclarasim-plicacionessocialesy políticas, tanto«ante»co-mo «post». O sea, recogencondicionantesso-ciopolíticos previos a la realización de laContabilidad Nacional y ocasionanposterior-menteefectos sociopoliticos mediantesu uso.Entre estoscondicionantesdestacan:

1.” La delimitación de los períodosde refe-rencia.

2/’ La delimitacióndel territorio de referen-cía.

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3~o La delimitación de la ciudadaníade lossujetosde referencia.

1.0 El Tiempo es un elemento constante-mentepresenteen la ContabilidadNacional: lainformación ha de referirsea unamismafechao período(anual, trimestral), lo queobliga a lasíntesisentrelos distintosmomentoscompren-didos en el periodo. La necesidadde «cierre»del ejerciciocontabledotade unasustantividadañadida,y hastacierto punto artificial, a acti-vidadescontinuaso con intervalosrealesdife-rentes.Además,hayunapresiónconstanteparahomogeneizarla información,por lo quealgu-nos añosse tomancomo referenciasprivilegia-das o «años base»: pero la elecciónno se debea acontecimientoseconómicosdecisivossino ala adopcióndeinnovacionesmetodológicas.Lapublicación de series implica la adopción dedecisionesrespectoa los períodosqueconsti-tuyen el referentetemporaldel medio-plazo.Y,finalmente,la complejidadde la preparacióndelos datosimplica que hayaun desfasede dosotresañosentre la fecha de publicacióny la delos avanceso datos provisionales,con lo queéstossirven mejor parala interpretacióna pos-teriori que parala interpretacióndel presenteoel inmediatofuturo: destinoéstequecompartencon todaslas obrasde ciertaenvergaduradelasCienciasSociales.

En la investigaciónsocial no hayningúntipode contabilización,ni de conceptos,que puedaasímilarseen formalización o regularidad deproduccióncon la ContabilidadNacional. Losdiversosensayosde síntesissocial o sociológica(Caritas,Foessa,Complutense,etc.) no han lo-grado nadaparecido,y la búsquedadel sistemade indicadoressocialespromovido por Unescochocaconobstáculosdifícil de superar.Peronoes esto,conserimportante,lo másnotorio parael sociólogo. Lo que destacaes el trasuntodela voluntadcolectiva,del «aparato»que la pro-duce y haceposible, reflejado sobretodo en ladistinción entrecifras «provisionales»y «defini-tivas»: son esasanotaciones,cada añocorregi-das,las quepermitenpercibir el avenceincesan-te de la maquinariade observaciones/recuen-tos/procesosque finalmente lleva a la elabora-ción y puestaal día de las cuentas.Peroque, almismo tiempo, recuerdanal usuariosu condi-ción «procesual»,inacabada,máspropia de una«presentación»o «imagenante otros» que deunapretensiónde ser «sustantivo».

2.~’ La ContabilidadNacionalespañolatie-ne actualmentedos referentesterritoriales prin-cipales: los del Estado Español (operacionesdentro del territorio españoly operacionesconel Restodel Mundo) y los regionales.El terri-torio económiconacionalesmayorquela sumadel de sus ComunidadesAutónomas,porqueincluye el de las Embajadas,explotacionesmarítimas, etc.: este territorio «no regional»constituyeunaunidadregional a efectosconta-bies, identificadacomo «Extra-Regio».Respec-to a las regiones,el SEC distinguetres tipos deunidadesestadísticasterritoriales: el nivel 1 (re-gionescomunitariaseuropeas,RCE), el II (uni-dadesadministrativasde base,que en Españase correspondecon las ComunidadesAutóno-mas) y el III (unidadesmás pequeñas,que enEspañase correspondenconlas provincias). Lacontabilidadregional o SEC-Régsólose refierea los sectorescuya actividadpuedeseradscritasin ambiguedada un territorio económicore-gional: los Hogareso familias y las Administra-cionesPúblicas locales(INE, ContabilidadRe-gional de España,Base 1985, Madrid, 1991).Esta«adscripcióncontable»de los hogaresa unterritorio, que no encaja en la crecientedeste-rritorialización real de las familias españolas,contribuirá sin duda a reforzarunaciertapers-pectiva del análisis económicode las familias,que es la compatibleconestaspremisasconta-bies. La territorializaciónde la actividadeconó-mica será cada vez más difícil de precisar amedidaquela innovacióntecnológicay rapidezen las comunicacionespermita separarlos lu-gares de radicación y producción(telemática,subcontratación),de montaje,de consumo,y depropiedady control.

30 También la nacionalidado residenciale-gal de lossujetoseconómicoses motivo de deci-sionesmetodológicasen la ContabilidadNacio-nal. El uso del término «nacional» no es elmismo en el lenguaje común, el político y eleconómico.En el lenguajecomún«nacional»seaplica a los derivadosde nación, entendiendopor naciónen algunasocasionesel Estadoy enotras las nacionalidadeshistóricaso incluso lasComunidadesAutónomas.En lenguajepolítico,la «nacionalidad»se asociapreferentementeala soberanía,a la condición de ciudadano,alreconocimientode la relación de pertenenciaaun paíscon su propio Estado.

En el lenguaje económico de la ContabilidadNacional, hay que diferenciar las magnitudes

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«interiores»de las «nacionales».La economíanacionalse definecomo «el conjuntode unida-desresidentesen España:estoes,el conjuntodeunidadesque tienen un centro de interés en elterritorio económicoespañol»(INE, Contabili-dad Nacional de España,Base 1985. Madrid,1990, págs.20-21). Se dice que unaunidadtiene«un centro de interés» si realiza operacionesduranteun añoo más en dicho territorio, porlo que las empresasradicadasen el territorio,los inmigrantes,los exiliadoso los pensionistasque residenduranteeste periodo son conside-rados«nacionales»en sentidoeconómico.A lainversa, no forman parte de la economía«na-cional» los emigrantesde largaduración,aun-queenvien remesasparamantenera sus fami-lias en sus lugaresde origen.

El ProductoInterior Bruto, se definecomoelresultadoFinal de la actividadde produccióndelas unidadesproductorasresidentes.Equivaleala oferta final de bienes y serviciosproducidaen el interior del país, y puedeser mayor omenorqueel ProductoNacionalBruto, porqueéstese estimaañadiéndoleel saldo entreingre-sos recibidosy enviadosdel resto del mundo.

Es bastanteevidentela superposiciónléxicaentrelos distintostipos de «nacionalidad»,y lanecesidadde un nuevo vocabulario o nomen-claturaquepermitaidentificarcon precisiónca-da uno de estosaspectosde la realidadsocioe-conómica.Tareaéstaen la queresultaríaútil lainvestigacióninterdisciplinaro la colaboraciónentre expertos en estadísticay en sociologíapolítica.

Los viajeros de paso o turistas, definen suconsumocomo «consumofinal en el territorioeconómico de hogares no residentes». Másdifícil resultalaestimaciónde las actividadesdelos residentesde hechoy no de derecho,espe-cíalmenteinmigrantes,por ser sujetosestadísti-camenteopacosque contribuyeninadvertida-mentea mejorar la imagen queEspañaofrecea travésde sus cifras «per cápita».

5. Objetode la Contabilidad

y sujetosNacional

5.1. El objeto de la Contabilidad Nacional

La delimitaciónde los flujos observadoses ladecisión másimportantepara los investigado-

res que trabajancon los datosde la Contabili-dadNacional. No sólo por lo que seleccionan,sino por lo que dejan de seleccionar.

De entre los posibles objetivos de observa-ción en las cuentasnacionales,sólo se hanasu-mido los bienesy serviciosque pasanpor mer-cadoo se destinanal mercado.La consecuenciamásimportantede estalimitación ha sido (—enla práctica—)la opacidadde los cambiosen losrecursoshumanos,tanto los disponiblescomolos efectivamenteutilizados,y asimismola opa-cídadde los cambios,positivosy negativos,sonlos recursosnaturalesy medio ambiente.

Subyacenteen la delimitación del objeto dela ContabilidadNacional está la definición dequése entiendepor producción.Es ya un lugarcomúnentreestadísticosy economistasespaño-les (Tamames, 1964; Sampedro,1975; MuñozCidad, 1988)que no todoslos bienesy serviciosefectivamentedisfrutadospor la comunidadserecogendentrode la fronterade la producción,y que la opción final o línea fronteriza siempretendráalgo de excluyente. Sin embargo,cadavez son más fuertesy fundadaslas quejas res-pectoa las consecuenciasdel modo habitual detrazar esta frontera (Durán, 1988; MartínezAher, 1987). Lo que no puedesostenerse,en pu-ridad, es el argumentode que«sólo se incluyenaquellosbienesy servicioscuya existenciapue-de conocersecomo razonablenivel de aproxi-mación y cuya medición puedeefectuarseconniveles de error no superioresa cierto limite»(Muñoz Cidad, op. cit., pág. 22), porqueésteesun argumentocircular, que origina los resulta-dos que propon~ como causa.Obviamente amenosque se in0estiguenlos fenómenosde la«zonade sombra»nuncapodránserconocidos.El problema no radica en la dificultad intrínse-cade la medición,sinoen el interésmanifestadopor los distintos grupossocialesen conocerlo.Tampocoson aceptableslas supuestasventajasde dejar fuerade observaciónla partepeor co-nocida, estoes, «aunquelo que incluye no seatodo lo que se “produce” su medición es másprecisaque si se hubieraincluido todo» y que«permite comparacionesinternacionalessobrebasesmássólidas,por sermásobjetivas»(idem).Al contrario: la comparacióninterregional ointernacionalse hace sobreestructurassuma-mentediferentes,aparentementehomogeneiza-daspor los mismosdatos.

La comparaciónentre pequeñasdiferenciasen el ¡MB entrelos paisesde la UE —por poner

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un ejemplo—puedeser másengañosaque rea-lista si se desconocenlas grandesdiferenciasenla estructuraproductivano monetariaentrees-tos países(Durán,1995).

El instrumentalismode los profesionales—comoen cualquierdisciplina— inclina el usode las operacionesmatemáticasque encajancon los datosproporcionadospor los métodosde la ContabilidadNacional. Pocosdatossontan atractivosparasu procesoposteriorcomolas de las cuentasnacionales;y frecuentemente,en consecuencia,los Departamentosacadémi-cos, los jurados de premios o los comités deselecciónen las editoriales,priman los aparata-jes matemáticosfrentea la relativapobrezafor-malizadorade las investigacionesrealizadasporlos disidentes,los que se ocupande actividadeso aspectoseconómicosno incluidosen el marcosobresalientede la ContabilidadNacional.

5.2. Los sujetos de la Contabilidad Nacional

Arkhipoff señalaquela economíasólopuedeprogresarsi aúnael progresodel discurso«teó-nco» (los argumentos)con el progresodel dis-curso «experimental»(las mediciones).El dis-cursoexperimentalcaracterizaa la metrología,o disciplina encaminadaa apreciarla precisión,credibilidad y fiabilidad de las estimacioneseconómicas,y la medidaen queéstasseapartande la teoría: en definitiva, la producciónde lasestadísticasadecuadas(Arkhipoff, op. cit., pág.12). Pero hoy ya no es posible creer en la posi-bilidad de «experimentar»,de construir mode-los partiendode las masasde datos(términos,cifras) que se ofrecen al estudioso,si no es apartirde las previasteoríaseconómicasquehanposibilitadosu producción,sunacimiento.Tex-tualmente,ArkhipotT dice que «... la economíanos enseñaque la objetividadde las cifras noes másque un epifenómeno»(op. cit., pág. 13)y que economíay estadísticase unen cadavezmásen una«comunidadde bienes».

El problema de los sujetoseconómicosseplanteaal pasardel análisis de unos pocos ounosmuchosa un todo que a su vez se repre-sentecomosujeto; sujeto desagregabley recom-ponible, elásticamente,en otros macrosujetos.¿Puedesuponerseque las ecuacionescontablesson identidadesreales,o sóloaproximadas?Pa-ra Arkhipoff, «cuandose preconizael emplodela contabilidad para la descripciónde la eco-

nomia nacionalen su totalidad, lo que se pro-ponees ya un paradigma,en el sentidokuhnea-no, y deja de ser una técnica especial o unadisciplinade trabajo»(op. cit., pág. 15). La Con-tabilidad Nacional tiene que resolversi preten-de ser una teoría formal o una teoría modélica:la teoría formal «sólo se basaen suéxito», estoes, en su aceptacióncomo convenciónentreprofesionalesy usuarios:en tanto que la teoríadel modelo,que otros autoresprefierenllamar«estructural»,pretendeque lo quedescribeesreal, unaestructuraobjetiva.

Arkhipoff no cree quepuedaesperarseotracosaqueunacoherenciarelativa,y unaintegra-ción flexible de distintos sistemascontablesquedan lugar a un sistemainevitablemente«com-puesto»,dondecoexistendiversidadde fuentesy de aproximaciones.

Uno de los aspectosque más incomodidadintelectualproduceal sociólogoo político quese acercaal estudiode la ContabilidadNacio-nal es la escasavisibilidad de los sujetoso ac-tores de la acción económica contabilizada:¿Quiénesson los sujetosque danentidada lascorrienteso flujos que la contabilidadestudia?¿Quiénesotorgansentido a la acción posibili-tandoel análisisde «bienes»o «utilidades»?

El problemade la opacidadde los actores¿quiénesson?¿los individuos, los hogares,lasempresas,el Estado?,está ligado al de la difi-cultadde establecer,por agregación,una «vo-luntad general»integradora,radicadaen todoso cadauno de estossujetossusceptiblesde ac-ción.

El «bienestar nacional» difícilmente puedees-timarsecomo unasimplesumade los bienesta-resindividuales,peromenosaún como unasu-ma del «bienestar»delas entidadesintermedias(empresas,institucionespúblicas,etc.). Proble-ma que ya preocupabaen el siglo XVIII a Con-dorcet y que sigue preocupandohoy día a losseguidoresdel «paradigmade la imposibilidad»o teoremade Arrow, que preconizala imposi-bilidad de medir la utilidad colectiva.

No es casualidadque los manualesde conta-bilidad pasenmuy ligeramentesobreel proble-ma de la agregaciónde voluntades,o de utili-dades, y que frecuentementerecurran a unadeliberadasimplificación, proponiendoque lossectoresagregados(por ejemplo,las familias, olas empresas),se analicen como si fuesen unsujeto único; la Gran Familia o la Gran Em-presa,en el Pequeñopaís. Y, paraextremar el

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proceso,que el argumentoo actuacióneconó-mica de estossujetosrecaigademodo recurren-te en un «cabezade familia» o «empresario»queexpresasin mayoresdificultadesni resisten-cíasla voluntadcolectivadel grupoal que—se-gún el modelocontable—le toca representar.

En el texto de la ContabilidadNacional deEspañano hay ningún reconocimientoexpresode sujetoso actores:al fin y al cabo,de lo quese trataes de medir flujos o circuitos. Pero lossujetosse puedenrastrearen el texto,al menossemánticamente,paradiferenciarlosde las mag-nitudesqueseríansupredicado.Y así,podemosreconoceral menostres grandescategoríasdesujetos: la Nación, el Mundo (o, más bien, elresto del Mundo unavez excluidala Nación) ylos sectores institucionales.De estos últimos,los que recibentratamientodiferenciado,comost fuesen verdaderossujetos económicos,soncinco: las sociedadesy cuasi-sociedadesno fi-nancieras;los hogares;las institucionesde cré-dito; las empresasde seguros;y las Administra-ciones Públicas.

En estadelimitación de los sujetos/sectoresse superponencriterios sustantivosy criteriosformales; así, las empresasde segurostienenun volumenminúsculode movimiento en com-paración con los restantessectores,pero lo-gran una presentacióndiferenciada graciasa su especificidadcontable, y en cambio, loshogaressonsubsumidosen el sector«socieda-des y cuasisociedadesno financieras»en lacuentade producción,debido precisamenteasu especificidadrespectoa las definicionescon-tables.

Es una convencióncontableque toda la ri-quezade las sociedadeses riquezade las fami-lias que la integran:«Lasempresasse limitan aadministrarpartede esa riqueza,haciendousode bienestemporalmentecedidospor las prime-ras» (Viaña, op. cit., pág. 35). Pero, sin duda,esta convenciónchoca con la experienciaper-sonal de muchosciudadanos,tanto en lo quese refiere a su relacióncon las familias (en rea-lidad, la ContabilidadNacional no empleaeltérmino familias, sino hogares),como con eltratamientono-productivode los trabajosdo-mésticos y con la relación con las empresas(nacionalesy ajenas) y las restantesentidadeseconómicas(Administración Pública,organiza-ctones intermedias,etc.). Y choca tambiénestadelimitación de sectoreso actores,que traslucela presunciónde que todo lo queexiste es pro-

piedad de alguien (el patrimonio, que en losactoresno-familiaresse denomina«pasivonetono exigible»), con la experienciavivida de queexisteun patrimonio común, o infraestructurafísico-ambiental,cuyasimportantesalteracionesparecencontablementeirrelevantesamenosquese «apropien»o conviertanen mercancías.

53. Cambioy equilibrio en la ContabilidadNacional

Los modeloscontablestienenqueenfrentarsea dos fenómenoscontrapuestos:el equilibrio yel cambio. La necesidadde «cuadrar»o igualaracero las diferenciasentrepartidasobliga a unejercicio minucioso, estricto, muy imaginativoen algunas ocasiones,en especial semántica-mente.Por referirsela ContabilidadNacionalaflujos de dinero o circuitos, el «cierre» de lasunidadesde referencia, tanto espacialescomotemporalese institucionales,cobraespecial re-lieve. El final del ejercicio o del balance(anual,trimestral, nacional, regional, internacional)equivalea una reafirmación de la identidaddelo estudiado.

La ContabilidadNacionales un instrumentomás orientadoa analizarel equilibrio que loscambios,salvo cuandoéstosson meras modifi-cacionesde volumenen las magnitudesya re-cogidasen el modeloinicial. El precio quepagapor sucomplejidades, precisamente,unafuerteinercia y dificultad parareflejar rápidamenteloscambiosestructuraleso paradar cabidaa nue-vos componentesen el modelo «compuesto»alqueantesnos referíamos.

6. La huella del trabajoen las macromagnitudes

económicas:ProductoInteriorBruto, consumofinal, excedente

de explotación

a ContabilidadNacionales un do-cumentoextenso,en el que se utili-zan varios centenaresde términos

parareferirsea los agregadosmacroeconómicosy otros tantospara las tablasinput-output. Eltrabajo no figura literalmente en ninguno de

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estostérminos,sea o no remunerado;de modoquehay que rastrearleentre los términos conlos quele une unaconexiónlógica. A partir desus datos, la aportacióndel trabajo a la pro-ducción de bienes y servicios, o al bienestargeneral, sólo puede hacersepor estimacionesindirectasposteriores.

La última edición de la Contabilidad Nacio-¡ial en España (Serie Contable 1986-1991,Insti-tuto Nacionalde Estadística,1993,531 páginas>está dividida en ocho secciones.La primeraconsisteen unabreve nota metodológicareferi-da a las novedadesrespectoa publicacionesanteriores;esto significa que las instruccionesmás generaleshay quebuscarlasen la ediciónde 1986.

Los conceptosse presentandesglosadosensus componentes.En las seccionescentralesseestimasu magnitud.

La última secciónes un índice de las «clasi-ficaciones,correspondenciasy fuentesestadísti-cas utilizadas»,pero se refiere exclusivamentea las fuentesreferidasa las ramasde produc-clon.

El agregadomacroeconómicomásimportan-te, parala ContabilidadNacional,es el Produc-to Interior Bruto; podríamosconsiderarlocomoel «sucedáneo»másexitosode la riquezaanual-mentegeneradaen España,y revela la consoli-dación del hábito de «contar»,de «comparar»y de «interpretar»esta riqueza. Tanto el PIRcomo sus componentesson conceptosde usofrecuentepor los no-economistas,y vale la penadedicarlesalgunaatención.

La composicióndel PIB segúnla oferta,mues-tra su composiciónsegún las ramasde la pro-ducción.Los conceptoso agregacionesqueuti-liza (agrariay pesquera,industria,construcción,servicios destinadosa la venta, impuestos eIVA) son unareferenciaobligadaparala socio-logía, porque se aceptagrosso modo que co-rrespondentambiéna sistemassocialessujetosa investigaciónsocial. O lo que es lo mismo,para muchos investigadores,estas ramas res-pondena modelosestructuralesy no sólo for-males.

El sectorserviciosplanteamuchosproblemasmetodológicosy teóricos, similares a los deltrabajo no remunerado.Entre ellos, la supera-ción del dualismoentreactividad productivay noproductiva (Cuadro y del Río, 1990) y el reco-nocimiento de la productividad indirecta, en elsentidode que los servicios son inversionesno

materialesqueconstituyenapoyosa la produc-ción, sustitutivos de los prestados anterior-mentecasi en exclusivapor las inversionesma-teriales(Brand, 1990).

Estasafinidadessonespecialmentevisibles enla rama de producción denominada«serviciosno destinadosa la venta»,queincluye el trabajono remuneradorealizadopor loscolaboradoresde las institucionessin fines de lucro; estees untipo de organizacionesde crecienteimportan-cia, hastaahorainsuficientementecontabiliza-do, cuyas relacionesde complementariedadysustituciónrespectoa los servicios públicosy alos serviciosparala ventamerecenmayoraten-ción de economistas,sociólogosy administra-dorespúblicos (Hay y Wilson, 1992).

Si la ContabilidadNacional introdujesealgúntipo de registro del trabajo no remunerado, laclasificación y magnitudesde las ramas sufriríanmodificacionesimportantes,porque el trabajo noremuneradono se distribuyehomogéneamenteen-tre ellas.

La composicióndel PIB según la demandarefleja la estructura social del consumo. Lamagnitud del consumointermedio respectoalconsumofinal es un indicador del grado deelaboraciónde los productos ofrecidospor laeconomía.Es posibleque los contablesrecibansin problemasla actual distinción entreconsumointermedio y consumofinal, y aceptenque éste,a su vez, es realizado por los hogaresy lasAdministracionesPúblicas. Sin embargo,paralos interesadosen RecursosHumanos,Hogareso Medio Ambiente la recepciónde esteconcep-to presentamuchasdudasrazonables.¿Porquéha de considerarseconsumofinal lo que loshogarespercibencomo inversiónen educacióno en innovacióntecnológica?La propiaConta-bilidad Nacionalha tenido que hacerunaex-cepciónentrela adquisiciónde la viviendaparausopropio, y ha aceptadola convencióndequese trata de inversionesreales.

La perspectivade la demandaaportalas es-timacionesy distribución porcentualdel con-sumoprivado nacional,consumopúblico, for-mación bruta del capital fijo, variación deexistencias,exportacióne importación.La pro-porción del consumopúblico, respectoal con-sumoprivadonacional,es un indicadordel gra-do de estatalizaciónde la economíaespañola.El alto crecimientodel consumode las Admi-nistracionesPúblicas,y sudistribuciónentrelosdistintostipos de administracionesy (Gobierno

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Central, ComunidadesAutónomas, Adminis-tracioneslocales,Organismospúblicos, etc.) esun datopolítico y sociológicode primera mag-nitud. Además,desdeel punto de vistametodo-lógico el consumopúblico es similar al trabajono remuneradoen cuanto a la dificultad deasignarvalor a sus actividades,porquecarecedel referentedel preciode mercado.La conven-ción contable,en el casodel consumopúblico,es que el valor de lo producidose iguala a sucoste.

Aunquela formación brutade capital fijo noes, por sí misma, un indicador de potencial decambio social, es útil para la investigaciónenestecampo:tanto la acumulacióncomo la des-acumulación de capital revelan actitudes yorientacioneshaciael futuro que trasciendenelámbito puramentemonetarioy son un comple-mentomuy importantea las declaracionesver-bales expresadasa través de las encuestasdeopinión.

Las dos últimas magnitudesde la demanda(exportación e importación) son indicadoresdel grado de internacionalizaciónde la eco-nomíaespañola,y de la capacidadrelativa devenderfuera lo propio o de comprarlo ajeno:no hay correspondenciadirecta e inmediatacon ningún indicador de internacionalizaciónde la sociedadespañola,pero puedecontribuira formar este indicador o a complementarlo.En los servicios (turismo, empleadosde hogar,hosteleria,cultura, ocio, atenciónreligiosa,sa-lud) tanto exportadoscomo importados,hayun elevado componentede trabajo, y estasmagnitudesson, por ello, dignasde recordar-se en los estudios sobre desplazamientosdepoblación(por ocio o trabajo) y sobremigra-ciones.

En la subseccióndedicadaa la composicióndel PIB desdela perspectivade las rentas,éstese divideentreremuneraciónde asalariadosex-cedentenetode explotación,consumode capi-tal fijo, impuestosy subvenciones.Cuando setratade dar un tratamientocomúno integradora todaslas formasdel trabajo,sea o no remu-nerado,los datossobretrabajoasalariadocons-tituyen una fuente de informaciónimprescindi-ble, posible referentepara la «traducción» oevaluacióneconómicadel trabajo no remune-rado. Sin embargo,tambiénse incluye trabajo,en proporcionesno especificadas,en elexceden-te netode explotación;es el trabajode losautó-nomos o profesionalesindependientes,trabaja-

doresa comisión y pequeñosempresariosy susfamilias. A efectosde comparacióncon el tra-bajo no remunerado,ambasmagnitudesson re-levantes,aunquela segundano se presentade-sagregadaentre remuneracióndel trabajo ybeneficios;podría,incluso, inducir aerroren suinterpretación,puestoque suincremento—o sudisminución— puededeberseal crecimientoodisminución del número de trabajadoresauto-empleadosen malascondicionesde trabajo, yno a la mejorade su eficiencia.

Además de estos conceptos,hay otros mu-chosen la ContabilidadNacionalque se vincu-lan lógicamenteal trabajo, tanto remuneradocomo no remunerado,entreellos, las indemni-zacionesde segurode accidentes,las cotizacio-nes sociales,las prestacionessociales,las trans-ferencias(ingresossin contrapartidas)recibidaspor los hogares,el ahorro neto de los hogaresy la capacidado necesidadde financiacióndelos hogares.Las dos últimasse vinculan clara-mentecon el trabajo no remuneradoy las res-tantes,con el trabajo remunerado.La capaci-dad de ahorrar de las familias se vinculaestrechamentea su capacidadde añadirtrabajoa los bienesy servicios compradosen un bajonivel de acabamiento,parasu transformaciónen verdaderosproductosfinales. Este rasgoessorprendente—referido a la economíaespaño-la— cuandose analiza el comportamientodelsectorhogaresen paisesde la OCDEcon desi-gualesnivelesderenta,y resultaquelas familiasespañolastienenunastasasde ahorromásaltasque otros paísesmásricos: pero no es sorpren-dentedesdeunaperspectivaeconómicaintegra-da de los recursosmonetariosy no monetarios(Durán, 1995).

7. La rentanacionalcomometáforadel bienestar

(o uso y abusode los indicadoresde rentanacional)

L a renta es el conceptoeconómicomásutilizado en la investigaciónso-ciopolítica. Tan común es su uso

quesegúnStone,«si tratamosde profundizaren

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su definición y medición,someteremosa inves-tigación casi todo el campo de la estadísticaeconómica» y «acabaremoshaciendo la ana-tomía del sistemaeconómico,obteniendounaimagenclara del flujo circular de la actividadeconómica, y un instrumento esencial paracomprendermuchosde los problemascentralesque la misma encierra»(Stone, 1969). Un estu-dio de tan gran impactoentrelos universitariosespañolescomo la «EstructuraEconómica deEspaña»(Tamames,1964) decíaque «La rentanacional, magnitudmacroeconómicabásica,esla síntesisde los resultadosanualesde todo elsistemaeconómicodel país,de todasu comple-ja estructura,y el desarrollo de la renta es elindice que mejor expresasu progresoo estan-camiento. Sobre la base de la renta nacionalpuedeafirmarseque el bienestarde la comuni-dad serátanto mayor cuantomayor seaaqué-lla, cuanto más equitativamenteesté distribui-da, cuanto más rápidamentese incremente,ycuantocon mayor productividad(es decir,conmenos esfuerzo)se obtenga»(Tamames,1964,págs.599 y 600).

A diferenciade otros conceptoseconómicos,el de la renta tiene un componenteintuitivo,familiar; podríamosdecir que es un conceptocon cargaafectiva que no sólo se estudia ocomprende,sino que,además,se siente.

El distanciamientorespectoal conceptoderentas no la produceel conceptoen sí, sinosu utilización, implícita o explícita, comosi fuese lo que no es: error que no tiene porqué atribuirse a sus «padresfundadores»,oa los técnicos que alimentan posteriormen-te con datos este concepto,sino a quienesloaplican en sustituciónde otros conceptosmásadecuados,y no tienen perspicaciasuficien-te para darse cuenta de la sustitución, o elvalor parapediralgodistintoy la imaginacióny el esfuerzonecesariopara intentarlo por simismos.

Por eso, la crítica del conceptode renta esmás profunda, tiene más consecuenciasy detipos más diversosque las de otros conceptoscomo elexcedentede explotacióno elconsumode capital fijo. ¿Qué sucede cuando algunosmovimientossocialesdemuestranincomodidado inquietud intelectualo política, ante el con-ceptode renta?

De seguirel hilo del razonamientoantesci-tado,pero llevándoloen sentidoinverso,se des-haría la anterior interpretacióndel funciona-

miento de todo el sistemaeconómico,y se de-rrumbaría la confianzaen casi todo el campode la estadísticaeconómica.

La desconfianzarespectoal conceptode ren-ta viene de dos frentesprincipales: uno, de ladelimitación de su objeto; otro, de su distribu-ción.

La desconfianzarespectoa la renta comoindicador social viene dada,en primer lugar,de su objeto. La Renta Bruta no es un buenindicador,porque incluye todavíael consumode capital fijo. La RentaNacionalNeta Dis-ponible a Preciosde mercado,que lo excluye,se utiliza con frecuencia,de modo inadecuado,como si fueseun indicador de las rentasquellegan a los ciudadanosde un país, especial-mente cuandose expresaen forma de rentapor habitante.La proporciónde rentaque lle-ga a los hogareses sólo, con variacionesdeunosañosa otros,del orden de dos tercios dela total; el resto permaneceen el sectorde lassociedades(empresas)y de las AdministracionesPúblicas.

Estasproporcionesvaríanentrepaíses,añosy unidadesterritoriales.Aunqueno seaproba-ble, puedenproducírsetncrementoso descensosde la renta nacionalneta disponiblepor habi-tantessin que la renta distribuida por los ho-gares se modifique,o a la inversa.

En segundolugar,la distribucióndela rentano es homogénea;ni por funciones,ni por sec-tores de producción, ni por regiones,ni porposición socioeconómica,ni por edades,ni porgénero.Pero tampocoes homogéneala distri-bución de los recursosno monetarizados.Silos estudiossobrela distribución de la rentaincluyesentambiénla consideracióndel traba-jo no remunerado,tantosu volumencomo sudistribución variarían considerablemente.Laconsideración de «pobreza» y «riqueza» essiemprerelativa y la llamada «escalade Ox-ford» (ponderaciónde las necesidadesmoneta-riasen el hogaren función de sucomposición),queactualmentese utiliza en Españaparalasestimacionesde desigualdad,tendríaquecom-plementarsecon unautilización equivalentedela llamada«escalade Madrid» (ponderaciónde la detranmeo demandade trabajo no mo-netarizadosegún la composición del hogar)(Durán, 1994). No hay pobrezatan rigurosacomo la queaúnala pobrezade recursosmo-netarioscon la ineludible necesidadde tiempoajeno.

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8. Invitación al análisissociológicode la Contabilidad

NacionalS. ~ ?... a,jatv.«. a.~%5 -

adaépocaproducesuspropiosob-~ jetos culturales,y la estadísticaes

un producto cultural tan carac-terístico del siglo xx (—y del xxi, muy proba-blemente—)como los coliseoso las catedralesgóticashan sido en siglos anteriores.La com-paraciónno es casual.También las estadísticasse producengracias a enormesesfuerzoscolec-tivos, y la ContabilidadNacional(Social)es unespejo en que todosy cadauno de los compo-nentesde la sociedadse reflejan, o al menosesointenta;y nadieestácondenado,en principio, ala invisibilidad o la ausencia.

Nada impide que las peticionesya expresa-daspor los movimientossocialesde unamayor«democraciainformativa» o participaciónen elaccesoy en el destinode las grandesestadísti-cas,se vincule a la producción de las cuentasnacionales.

Comoprofesionales,la relación de los soció-logos con la ContabilidadNacional(Social) esde tres tipos:

a) La utilización de la ContabilidadNacio-nal como dato, esto es, como punto departida o indicadores ya consolidadosparasus propiasinvestigaciones.

b) El análisis de la ContabilidadNacionalcomoprocesosocial, contribuyendoa suinterpretacióndesdeunasociologíaacti-va del conocimiento(organización,ideo-logía, expansión,relacióncon los movi-mientossociales,etc.).

c) La consideraciónde la participaciónenel diseñode unafutura ContabilidadNa-cional que integre los indicadoresde de-sarrollo monetarizadosy no monetaríza-dos, superando la actual dicotomizaciónentre el mundo de las mercancíasy el delos restantesrecursos escasos.

La «invitación» que da nombre a esteensayose refiere a los tres tipos de trabajosreferidos.Del primero hay ya resultadosabundantes,aunqueescasospor comparacióna su volumenposible.En los dos últimos, y especialmenteenel tercero,cabeesperaren lospróximosañosunestallido intelectual,unagranexpansión.Hará

falta, para ello, conciliar imaginación, rigor ytrabajo. Perocreemosque todas estascualida-despuedenesperarsede las generacionesjóve-nes de sociólogos,estadísticos,economistasyotros profesionalesde las cienciassociales.

NOTA

El término~<contabilidadsocial»seempleapor algunosautoresenun sentidocompletamentedistinto. De hecho,laobra pionera de Stone utilizó el término «social» para re-lerirse a la contabilidaddel paíso nacional.Recientemente,los expertosen contabilidad destacanlas diferenciasentrela contabilizaciónpor sumade contabilidadesde unidadesmenores,o agregación,y la «contabilidadsocial»que pro-cedepor estimaciónde la actividad de conjuntosde unida-des(Viaña, 1993).

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