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Sin duda, un reto considerable te- niendo en cuenta la carestía de experien- cias previas en nuestro país, por lo que empezamos observando los modelos de trabajo ya plenamente desarrollados en otros países. Centrándonos en los incendios estruc- turales, desarrollamos un procedimiento y documentación propia, incluyendo un formulario basándonos en los modelos FDR y NFIRS (sistemas británico y esta- dounidense) adaptándolos a la realidad y a la legislación vigente en nuestro país, concretándose en varias plantillas cuyos campos se rellenan marcando con una “x” diversas casillas, evitando los engo- rrosos sistemas de códigos, por lo que se completan en la mayoría de los casos en menos de 5 minutos. Tanto el proceso de elaboración de estos módulos, así como la determinación de cada uno de los parámetros que los componen para que los incendios fueran comparables entre sí sería demasiado ex- tenso, pero de forma resumida se pueden esbozar algunas características: En total se recogen unas 110 variables en 6 módulos, entre los que además de los datos identificativos del siniestro, se recogían datos descriptivos del inmue- ble, datos relativos a las condiciones del siniestro y otros generales en cuanto al comportamiento de los implicados (no bomberos). La información obtenida es introducida en una base de datos informática creada ex profeso para su tratamiento y explotación, denominada RE.D.IN. (REcogida de Datos de INcen- dios) que posibilita el cruzar las distintas variables, la creación de tablas y gráficos, etc. Para valorar la validez estadística de los datos que se presentan a continuación, es conveniente conocer algunas caracte- rísticas de la muestra y de su obtención. Se acudió a todos los incendios en edi- ficios ocupados habitualmente 2 a los que fue requerido el Servicio de Bomberos de Málaga, interviniese o no 3 , tomando me- didas para evitar sesgos en las variables temporales inevitables por el volumen de trabajo. Para la elaboración de las siguientes tablas y gráficos se han incluido las si- guientes topologías durante los nueve meses que abarcan la muestra: • Incendios considerados accidentales. • Los iniciados por imprudencias gra- ves derivadas de la conexión fraudulenta de suministro eléctrico sin las preceptivas medidas de seguridad. • Los iniciados por menores. • Los clasificados como indeterminados 4 . Esta clasificación corresponde a los dis- tintos enfoques preventivos que presenta cada etiología, tal y como se expondrá más adelante (Tabla A). A continuación expondré algunas de las hipótesis de trabajo y conclusiones A lo largo del 2007 desarrollamos en Málaga el Proyecto para la Investigación de Incendios en el Real Cuerpo de Bomberos de Málaga 1 con el objetivo de sentar las bases de una futura unidad de investigación que fuera capaz de indagar las circunstancias en las que se desarrollan los incendios más allá de las actuaciones llevadas a cabo para su extinción, concretamente los factores que favorecen incen- dios, el comportamiento de las personas implicadas o afectadas en estos sucesos, y el desarrollo del fuego en cada entorno concreto, con el objetivo de proporcionar información útil que pudiera ser utilizada en las tareas de prevención. Autor: PAblo GArcíA boj Cabo Real Cuerpo Bomberos de Málaga Experto Universitario en Criminalidad y Seguridad Pública INVESTIGACIÓN DE INCENDIOS, ESTADÍSTICAS Y PREVENCIÓN Hay que destacar que los medios de extinción más empleados son los medios de fortuna 70 Prevención de INCENDIOS Número 42 – 2º Trimestre de 2009

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Sin duda, un reto considerable te-niendo en cuenta la carestía de experien-cias previas en nuestro país, por lo que empezamos observando los modelos de trabajo ya plenamente desarrollados en otros países.

Centrándonos en los incendios estruc-turales, desarrollamos un procedimiento y documentación propia, incluyendo un formulario basándonos en los modelos FDR y NFIRS (sistemas británico y esta-dounidense) adaptándolos a la realidad y a la legislación vigente en nuestro país, concretándose en varias plantillas cuyos campos se rellenan marcando con una “x” diversas casillas, evitando los engo-rrosos sistemas de códigos, por lo que se completan en la mayoría de los casos en menos de 5 minutos.

Tanto el proceso de elaboración de estos módulos, así como la determinación de cada uno de los parámetros que los componen para que los incendios fueran comparables entre sí sería demasiado ex-tenso, pero de forma resumida se pueden esbozar algunas características:

En total se recogen unas 110 variables en 6 módulos, entre los que además de los datos identificativos del siniestro, se recogían datos descriptivos del inmue-ble, datos relativos a las condiciones del siniestro y otros generales en cuanto al comportamiento de los implicados (no bomberos). La información obtenida es introducida en una base de datos informática creada ex profeso para su tratamiento y explotación, denominada RE.D.IN. (REcogida de Datos de INcen-dios) que posibilita el cruzar las distintas variables, la creación de tablas y gráficos, etc.

Para valorar la validez estadística de los datos que se presentan a continuación,

es conveniente conocer algunas caracte-rísticas de la muestra y de su obtención.

Se acudió a todos los incendios en edi-ficios ocupados habitualmente2 a los que fue requerido el Servicio de Bomberos de Málaga, interviniese o no3, tomando me-didas para evitar sesgos en las variables temporales inevitables por el volumen de trabajo.

Para la elaboración de las siguientes tablas y gráficos se han incluido las si-guientes topologías durante los nueve meses que abarcan la muestra:

• Incendios considerados accidentales.• Los iniciados por imprudencias gra-

ves derivadas de la conexión fraudulenta de suministro eléctrico sin las preceptivas medidas de seguridad.

• Los iniciados por menores. • Los clasificados como indeterminados4.Esta clasificación corresponde a los dis-

tintos enfoques preventivos que presenta cada etiología, tal y como se expondrá más adelante (Tabla A).

A continuación expondré algunas de las hipótesis de trabajo y conclusiones

A lo largo del 2007 desarrollamos en Málaga el Proyecto para la Investigación de Incendios en el Real Cuerpo de Bomberos de Málaga1 con el objetivo de sentar las bases de una futura unidad de investigación que fuera capaz de indagar las circunstancias en las que se desarrollan los incendios más allá de las actuaciones llevadas a cabo para su extinción, concretamente los factores que favorecen incen-dios, el comportamiento de las personas implicadas o afectadas en estos sucesos, y el desarrollo del fuego en cada entorno concreto, con el objetivo de proporcionar información útil que pudiera ser utilizada en las tareas de prevención.

Autor: PAblo GArcíA bojCaboReal Cuerpo Bomberos de MálagaExperto Universitario en Criminalidad y Seguridad Pública

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Hay que destacar que los medios de extinción más empleados son los

medios de fortuna

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que se obtuvieron del “Proyecto para la Investigación de Incendios en el Real Cuerpo de Bomberos de Málaga”.

El origen de los incendios es un tema que siempre es discutido por las dotacio-nes de bomberos y que se suele achacar a causas como colillas o cortocircuitos en función de la experiencia, percepciones o ideas predeterminadas del que las enuncia, más que evidencias o pruebas recogidas en la escena del siniestro. En este sentido, obsérvese cómo sólo tres de los ochenta y cinco incendios han sido causados por colillas, y aunque alguno de los clasificados como indeterminados podrían tener este origen, en ningún caso llegarían al 8,3% de los incendios estructurales.

EL FUEGOLa mayoría de los incendios los pode-

mos clasificar como accidentales, si bien la línea entre estos y la imprudencia es difusa y sólo quedará determinada por un juez, por lo que se han englobado todos en el mismo grupo (salvo imprudencias graves que se comentarán más adelante) ya que su tratamiento desde el punto de vista de la prevención es similar salvo la diferencia-ción entre las imprudencias de particulares y las de profesionales (Tabla B).

VIVIENDASLa mayoría de los incendios atendi-

dos se han producido en viviendas, el 73% del total, y el lugar de origen más común dentro de estos es la cocina con el 59%, ya que es en este lugar donde más fuentes de calor evidentes podemos encontrar, entre ellas los fuegos para la preparación de comidas que supone la

fuente de ignición en el 80% de los in-cendios ocurridos en estas estancias.

La mayoría de estos siniestros se pro-ducen por descuidos a la hora de atender los fuegos, teniendo como primer com-bustible el aceite de una sartén, que bien por contacto directo con la llama o por alcanzar la temperatura de autoignición, inicia su combustión.

Aunque son los incendios más comu-nes, afortunadamente son los que menos consecuencias materiales tienen, ya que sólo el 8,57% llega a desarrollarse y de ellos sólo uno de cada tres llega a propa-garse fuera de la cocina.

En cuanto a las franjas horarias de ma-yor incidencia de estos siniestros, como resulta previsible, estas son las de mayor actividad: un 60% en la franja desde las 13:00 hasta las 16:00 y un 17,14% desde las 20:00 hasta las 23:00.

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Tabla B. Fuentes de ignición

Uso principalBraseador/Radiador

Cigarrillos CocinaFallo en aparato

Fallo en instalación

Herramientas Indeterminado MenoresOtras

fuentes de calor

Otro eléctrico

VelasTotal

general

Administrativo 1 1 1 3

Aparcamiento 1 1 2

Comercial 1 3 1 1 1 7

Hospitalario 1 1

Industrial 1 1 1 2 1 6

Pública concurrencia

2 1 1 4

Residencial Público

1 1

Residencial vivienda

2 2 27 9 9 1 1 3 4 1 2 61

Total general 3 3 29 15 13 4 4 3 8 1 2 85

Tabla A. Etiología

Uso principal BIP* Imprudencia grave Accidental Menores Indeterminado Total general

Administrativo 3 3 3,19%

Aparcamiento 1 1 2 2,13%

Comercial 6 1 7 7,45%

Hospitalario 1 1 1,06%

Industrial 2 5 1 8 8,51%

Pública concurrencia 4 4 4,26%

Residencial público 1 1 1,06%

Residencial vivienda 7 2 55 3 1 68 72,34%

Total general9 2 76 3 4 94 100%

9,57% 2,13% 80,55% 3,19% 4,26% 100%

*Bajo Investigación Policial

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En el resto de estancias, las fuentes de ignición están en función de la actividad que se desarrolla en ellas, señalando que las causas eléctricas están presentes en todas.

MENORESEl caso de incendios originados por

menores merece una especial atención. Aunque a todos los efectos deben de considerarse incendios accidentales, aquí se ha incluido como una categoría dife-renciada entre fuentes de ignición ya que desde la perspectiva de la prevención tiene un enfoque propio y distinto del resto5. Del mismo modo, se podría consi-derar que estos incendios son provocados y no accidentales desde el punto de vista de que en alguno de estos incendios ha-bía intención de causar el incendio, pero incluso desde la óptica penal, este hecho carece de relevancia.

El medio empleado suele ser meche-ros y su conducta suele ser reincidente, habiendo tenido experiencias con fuego anteriormente. La franja de edad llegaría hasta los 14 años, habiéndose documen-tado incendios provocados por menores de dos años y medio.

EL DESARROLLO DEL INCENDIO EN VIVIENDAS

Comparando el grado de desarrollo de los incendios en función del lugar donde se producen, observamos cómo los in-

cendios que se declaran en estancias dis-tintas a la cocina han llegado a desarro-llarse en un 54,17% de los casos frente al 8,57% de las cocinas. Esto es debido a dos factores: que la actividad en la cocina suele tener una presencia humana más constante, por lo que la reacción ante el fuego es inmediata y con ello más eficaz; y por otro lado los combustibles presen-tes no presentan la misma facilidad de propagación que en otras estancias como dormitorios o salones con gran cantidad de textiles de fácil ignición y mayor velo-cidad de combustión. En el 77% de los incendios en cocina alguien llevó a cabo alguna acción para tratar de extinguir el fuego y en el 57% logró evitar que el fuego adquiriera mayores dimensiones o logró sofocarlo, mientras que en el caso de los incendios en otras estancias de la vivienda, sólo contribuyeron a la extinción del incendio en el 46%, consi-guiendo resultados positivos en el 25% de los casos. Si observamos las cifras de incendios extinguidos por los ocupantes antes de la llegada de las dotaciones de bomberos, son casi cuatro veces más al-tas en cocinas que en otras estancias.

En los casos en los que el fuego ha llegado a desarrollarse plenamente, en el 30% de los casos el fuego ha llegado a propagarse a una o varias viviendas, y todos los casos presentan algunas carac-terísticas comunes como que se inician en un salón con cerramiento acristalado que

ocupa casi todo el paño que se abre hacia la fachada (Tablas C y D).

MEDIDAS DE AUTOPROTECCIÓN EN VIVIENDAS

En relación con las medidas de au-toprotección en las viviendas, hay que destacar que los medios de extinción más empleados son los medios de for-tuna (73,68%), recipientes con agua, toallas mojadas, mantas, etc. Aunque la presencia de extintores en los edificios de viviendas no está generalizada, en los casos en los que estos aparatos estaban disponibles la mayoría de los vecinos no repararon en esta posibilidad por dos motivos fundamentales:

• El extintor ha pasado a ser parte del mobiliario del edificio, estando situado en los rellanos de las escaleras por lo que los vecinos apenas lo ven, o al verlo continuamente se convierte en objeto que pasa a formar parte de la decoración, estático y sin utilidad, en el que no se repara.

• En situaciones de estrés, el cerebro utiliza la información más accesible en ese momento que le viene dada por el campo visual (lo que ve en ese mo-mento), por lo que actuamos con lo que tenemos “a mano”. Para poder recurrir al extintor debemos acceder a través de la memoria a esta posibilidad, lo que siempre hará que esta sea de las últimas opciones a considerar por alguien no preparado para afrontar situaciones de estrés a menos que se haya planteado esa situación con anterioridad.

Otros elementos de prevención como iluminación de emergencia y puertas corta fuegos están presentes en las edifi-caciones más recientes, aunque su estado no siempre es el adecuado, quedando es-tas instalaciones postergadas en el man-tenimiento del edificio. Otro problema que se encuentra es el desconocimiento de los vecinos de la función de las puer-tas cortafuegos, por lo que les colocan cuñas, maceteros, etc., para mantenerlas abiertas. Mientras, otras medidas como los detectores simplemente no se con-templan en la norma ni se promueven como en otros países, lo que da muestra del nivel de concienciación en compara-ción con estos países.

OTROS USOSAunque en este apartado la muestra no

es suficientemente amplia, podemos ob-tener algunas conclusiones. Las fuentes de ignición que encontramos son las que

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Tabla C. Desarrollo en viviendas/cocinas

Auto extinguido 1 2,86%

91,43%Conato 7 20,00%

Extinguido 6 17,14%

Inicial 18 51,43%

Pleno desarrollo confinado 2 5,71%8,57%

Pleno desarrollo libre 1 2,86%

Total general 35 100%

Tabla D. Desarrollo en viviendas/otras estancias

Auto extinguido 2 8,33%

45,83%Conato 2 8,33%

Extinguido 1 4,17%

Inicial 6 25%

Pleno desarrollo confinado 4 16,67%54,17%

Pleno desarrollo libre 9 37,50%

Total general 24 100%

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caben esperar en función a la actividad que se desarrolla, y aparte de las de origen eléctrico, en su mayoría son consecuencia de descuidos humanos como dejar apa-ratos generadores de calor encendidos (como resistencias u hornos).

También se han detectado característi-cas comunes en varios incendios dándose dos confluencias de circunstancias:

• Locales en construcción o reformas, en las zonas de almacenaje cuando están apartadas o en estancias que se utilizan también para el descanso del personal. La gran cantidad de combustibles ligeros procedentes del desempaquetado de ma-terial en estancias donde se descuidan las medidas de prevención y los trabajadores disfrutan de momentos de descanso, au-mentan las posibilidades de incendio origi-nados por colillas mal apagadas arrojadas sin cuidado o por cualquier otra fuente de ignición.

• Bancos o zonas de trabajo donde se realizan actividades que ya de por sí re-presentan un riesgo, pero realizadas en el mismo lugar lo dispara. El caso más repre-sentativo son bancos de trabajo donde se simultanean trabajos en caliente (empleo de radiales, sopletes, soldadores, etc.) y otros que requieran productos fácilmente inflamables como disolventes, aceites, etc.

Otros aparatos que han estado involu-crados en el origen de incendios en varias ocasiones, además de las contempladas en la muestra, han sido:

• Neveras o congeladores industriales, aparatos de gran consumo que funcionan ininterrumpidamente.

• Freidoras industriales, que por fallo en el termostato, transmiten más calor al aceite del que este soporta sin entrar en ignición.

DESARROLLO DEL INCENDIO EN LOCA-LES DE USO DISTINTO A VIVIENDA

En lo referente al pleno desarrollo del incendio, la tasa alcanza el 41,7% en estos locales, aunque este dato es general para el conjunto y dadas las diferentes caracte-rísticas de los locales para cada uso, no es

suficiente para obtener conclusiones.Un dato que sí es significativo es que

mientras que en viviendas en el 86,4% había alguna persona presente que pu-diera dar la alarma o emprender alguna acción para sofocar el fuego, este porcen-taje se reduce al 50% cuando se trata de otros usos.

Por contra, el empleo de extintores aumenta hasta el 75%, aunque no obtie-nen mejores resultados que en viviendas, logrando sólo en un 21% resultados posi-tivos en el control del fuego.

Afortunadamente sólo se ha contabili-zado un caso en el que se ha producido una propagación del incendio a otro local, tratándose de naves industriales contiguas que carecían de sectorización por haber sido originariamente un solo local.

MEDIDAS DE AUTOPROTECCIÓN EN LO-CALES DE USO DISTINTO A VIVIENDA

Los medios de protección como extin-tores están regulados en estos usos y en la práctica totalidad de los casos estaban presentes, si bien las personas que los emplearon carecían en su mayoría de la mínima formación en su empleo, por lo que su uso ha sido poco eficaz.

En los cuatro casos en los que el local contaba con planes de emergencia, estos

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Las labores de investigación de Bomberos evitarían que incendios intencionados pasaran desapercibidos

Las acciones de las primeras personas que detectan el incendio o que estaban en el

momento de iniciarse, inciden directamente en el desarrollo del fuego

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han funcionado correctamente y los equi-pos de primera intervención han cumplido con su tarea dentro de lo exigible a perso-nas normales en estas circunstancias.

En cuanto a otras medidas de protección como exutorios, sectorización mediante retenedores magnéticos en las puertas, detectores, etc. han funcionado correc-tamente, aunque cabe señalar que los locales que contaban con estas medidas eran de reciente construcción.

Mención aparte merecen los locales en reformas o en construcción, que a pesar de tener instalados sistemas de detección se encontraban desconectados.

INCENDIOS DE ORIGEN ELÉCTRICODentro de los originados en la insta-

lación eléctrica destacan los puntos de conexión: cajas de enchufes y regletas o multiplicadores, la principal causa es el sobrecalentamiento, debido a un mal contacto, fatiga de materiales, sobrein-tensidad sobrevenida por un cortocircuito que puede estar localizado en otro punto de la instalación.

Encuadrados en esta clasificación en-contramos los que tienen su origen en tendidos realizados directamente a la red de distribución sin pasar por elementos de medición y protección, realizados con el fin de defraudar a la compañía suminis-tradora. Los incendios iniciados por estas circunstancias se han clasificado como imprudencias graves.

Si atendemos a la antigüedad de la instalación, encontramos que las instala-ciones en las que se originan incendios, o bien son relativamente nuevas o bien tienen más de quince años. Esta circuns-tancia tiene lógica si pensamos que una instalación que presenta defectos desde su instalación no tardará en fallar, mien-tras que en las que están correctamente instaladas, el paso del tiempo empieza a notarse en los materiales a partir de los quince años.

COMPONENTE HUMANO EN CASO DE INCENDIO

Los primeros momentos de un incendio son decisivos, y en la mayoría de los casos, las acciones de las primeras personas que detectan el incendio o que estaban en el momento de iniciarse, inciden direc-tamente en el desarrollo del fuego. Sin embargo, más del 40% de estas personas tenían poca o ninguna noción sobre lo que debían hacer en caso de incendio, algo menos del 16% tenía alguna noción, y cerca del 44% tenía una idea más o menos clara de lo que debía hacer. Sólo

aquellos que en su ámbito laboral habían recibido alguna formación, emplearon de forma adecuada los extintores portátiles. El resto (el 95%) no estaba familiarizado con el aparato, dándose casos de des-conocer su ubicación o simplemente su existencia, desconocer que existían varios tipos de agentes extintores en sus lugares de trabajo y sus distintas aplicaciones. Na-die había leído las instrucciones de uso.

En el uso de extintores portátiles se ha detectado un riesgo importante cuando estos están colocados en armarios metá-licos o similares, con una pantalla protec-tora transparente, ya que no está señalado el riesgo que supone el romper esta pan-talla con la mano descubierta y tampoco disponen de otros medios para romperla. Al fracturarse quedan bordes afilados que producen cortes con mucha facilidad, y de hecho, se han documentado tres casos en los que se ha concretado el riesgo, de los que en uno de ellos fue necesaria la inter-vención quirúrgica de la víctima al haber afectado a un tendón del antebrazo.

Esta pantalla se ha demostrado muy pe-ligrosa, ya que es muy fácil resultar herido al acceder al extintor en las condiciones en las que están.

DETECCIÓN DE RIESGOS POR REITERA-CIÓN

El estudio y análisis estadístico (no la mera recolección de datos), muestra otro aspecto de gran utilidad, como la posibi-lidad de identificar situaciones de riesgo potenciales que no se revelarían de otra forma más que de la observación de la repetición de siniestros con características similares. Expondré como ejemplo el caso de varios incendios en cocinas acaecidos en un periodo de unos dieciocho meses en un edificio de reciente construcción, en distintos pisos del mismo portal. Al comprobar la reiteración de siniestros si-milares en el mismo edificio (incendios en la campana extractora de cocina), se inició una investigación más detallada, en la que se descubrió que las campanas extrac-toras evacuaban los gases al falso techo en vez de al exterior (o paso por filtro) con los consiguientes problemas de acu-

mulación de grasas y suciedad, dificultad para extraer los humos, deficiente funcio-namiento del motor de la campana, etc. Este hecho y la repetición del mismo tipo de siniestro en el mismo portal pasaron desapercibidos ya que las dotaciones que intervinieron eran distintas y los siniestros estaban espaciados en el tiempo.

El empleo de bases de datos informati-zadas permite la búsqueda de este y cual-quier otro tipo de coincidencia o similitud, es más, incluso permite la concreción de los riesgos por áreas geográficas y/o demográficas, lo que permitiría localizar objetivos concretos y focalizar las cam-pañas de prevención a esos factores que suponen una mayor vulnerabilidad. Por ejemplo, en el caso de los incendios con origen en las instalaciones eléctricas, como se indicó anteriormente, se puede abordar una campaña focalizada en la revisión de instalaciones con más de quince años, o en la peligrosidad de las conexiones ilega-les a la red de suministro, teniendo incluso identificados los barrios donde más se producen estos tipos de siniestros.

CONCLUSIÓNAunque la muestra es limitada y tanto

los procesos, las plantillas y la base de datos tienen un enorme margen de me-jora, creo que es un buen ejemplo de lo que los Servicios de Bomberos pueden desarrollar en el ámbito de la generación de información para la prevención dedi-cando muy pocos recursos tal y como el “Proyecto para la Investigación de Incen-dios en el R.C. Málaga” ha puesto de manifiesto, a pesar de que no se concretó en una unidad de investigación. Cada nuevo año que pasa sin abordar iniciativas en este campo, por tímidas que sean, es otro año de retraso en el desarrollo de este apasionante campo que los Servicios de Bomberos estamos abocados a asumir, aunque hasta hoy, sigamos mirando para otro lado.

1 Más información sobre el “Proyecto para la

Investigación de incendios en el R.C. Málaga”

en el número 3 de la revista ANINCE.2 Se descartaron los incendios en casas o

edificios abandonados.3 Se investigaron también los incendios con-

trolados por personal ajeno a bomberos.4 Se clasificaron como indeterminados los in-

cendios en los que no se encontraron evidencias

concluyentes, a pesar de haber determinado en

mayor o menor medida las circunstancias del

siniestro.5 Como ejemplo los programas “Firesetters”

que se desarrollan en el Reino Unido.

Sólo aquellos que en su ámbito laboral

habían recibido alguna formación, emplearon

de forma adecuada los extintores

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