Investigación antropologia

download Investigación antropologia

of 62

Transcript of Investigación antropologia

Amazona Colombiana

La regin amaznica de Colombia, comprende las cuencas de los ros que tributan al Amazonas y de algunos que lo hacen al Alto Orinoco. Limita al norte con el ro Guaviare y hacia el occidente no sobrepasa la cota de los 500 m. en la vertiente de la Cordillera Oriental *.

* Para este captulo de introduccin geogrfica nos hemos basado en Guhl (1976), Corts e Ibarra (1981), Botero(1984) y Domnguez (1985).

La Amazona colombiana comparte con la cuenca hidrogrfica del ro Amazonas ciertos rasgos de clima y morfologa. El 70% de esta inmensa regin, est cubierta de bosques tropicales hmedos tipo hylea, para cuyo desarrollo se requiere de una temperatura media superior a los 22" y una precipitacin anual superior a los 2.000 mm., con lluvias constantes, repartidas a lo largo del ao y un perodo seco, corto y marcado.

Se encuentran en Colombia algunas de las reas con mayor precipitacin de la cuenca amaznica: en los altos ros Putumayo, Caquet, Napo, en la regin fronteriza con Venezuela y Brasil, en el Guaina y Vaups este alcanza los 3.500 - 4.500 mm anuales. Estas reas habran conservado la vegetacin selvtica durante varios perodos largos en el pleistoceno y holoceno cuando, al bajar la temperatura y disminuir la pluviosidad por efectos de episodios glaciales, grandes extensiones de bosque fueron transformados en sabanas. En estas reas con mayor pluviosidad se habran refugiado especies de animales y de flora de adaptacin selvtica. El aislamiento prolongado de estos refugios, habra permitido que sus habitantes evolucionaran en formas distintas. Se explicara as la amplia variacin de especies de la Amazona, donde no hay barreras geogrficas que la justifiquen. Esta hiptesis se podra aplicar, durante los ltimos episodios secos, a poblaciones humanas, para explicar la gran variacin lingstica y la distribucin de algunas caractersticas culturales dentro del rea; sin embargo no ha sido puesta a prueba todava por los arquelogos (Meggers 1983, Domnguez 1983).

Morfolgicamente la planicie amaznica es una inmensa regin sedimentaria. Los sedimentos ms antiguos , depositados durante el terciario, en un mar o lago salobre, sufrieron posteriormente procesos erosivos, de manera que el relieve es de lomeros. Intercaladas en este paisaje hay elevaciones mayores, superficies an ms antiguas, reductos de formaciones montaosas del precmbrico, que forman mesetas y colinas rocosas y son parte del Escudo de las Guayanas. Tambin sobresale en el relieve la regin de pie de monte andino, formada por terrazas, serranas y terrenos levemente ondulados que se alnean en un cinturn al pie de la Cordillera Oriental. Los materiales que la constituyen provienen en su mayor parte de erosin y lavado de la cordillera, por lo tanto, all pueden encontrarse los mejores suelos.

Las superficies ms recientes estn formadas por los sedimentos fluviales, que forman autnticas planicies a lo largo de los ros ms caudalosos. Se pueden distinguir en ellas tres niveles: terrazas antiguas del plioceno-pleistoceno , que hoy se encuentran sobre el nivel actual de los ros, y las llanuras aluviales de inundacin (vrzea), con dos niveles, el ms alto de los cuales se inunda cada 5 10 aos cuando vienen las grandes crecientes ("conejeras") y el ms bajo, lo hace en un lapso corto de tiempo todos los aos, y recibe peridicamente sedimentos rejuvenecedores, ptimos para la agricultura.

Los ros que forman llanuras de inundacin extensas, son frecuentemente, aquellos que nacen en las vertientes orientales de los Andes. Desde all, arrastran sedimentos en suspensin que les dan una apariencia barrosa; de ah su apelativo de "ros de aguas blancas". Los sedimentos que cargan, propician el desarrollo de vida orgnica numerosa y variada. Otros ros nacen dentro del Escudo de las Guayanas o en las superficies de denudacin, atraviesan suelos empobrecidos y sus aguas cristalinas o ambarinas adquieren en gran volumen, una coloracin oscura, debida a la presencia de minsculas porciones de cidos hmicos; de ah su apelativo de "ros de aguas negras"

Estos se caracterizan por su extrema acidez, pobreza de nutrientes y escasez de la fauna acutica.

Considerados en general los suelos de la Amazona son pobres, tanto en materia orgnica como en minerales. An los del pie de monte y las vegas inundables son inferiores a los suelos andinos frtiles. Los nutrientes para la frondosa vegetacin, no se encuentran en el delgado suelo, sino en la capa de hojarasca y detritus que lo cubre, de donde las plantas los obtienen directamente a travs de races "alimentadoras" y hongos micorriza.

Al ser eliminado el bosque, los nutrientes se incorporan al suelo y son rpidamente lavados, o se descomponen debido a la alta temperatura y humedad. Por esta razn las tierras sometidas a prcticas agrcolas se deterioran progresivamente y es necesario que el usuario las abandone y adece otras por el mtodo de tala y quema. Investigaciones arqueolgicas recientes indican la presencia de suelos antrpicos profundos y ricos en materia orgnica, cuya gnesis e importancia en trminos de extensin y dispersin, son problemas sobre los cuales a la larga, el arquelogo tiene la ltima palabra.

A continuacin se resume la forma como los autores consultados establecen grandes divisiones dentro de esta extensa regin, aparentemente homognea. Domnguez, lo hace en trminos de formaciones vegetales; Guhl, establece subregiones geogrficas; Botero, unidades fisiogrficas y Corts e Ibarra, se basan en los suelos.

Investigaciones Arqueolgicas

Las investigaciones arqueolgicas en la Amazona colombiana han sido contadas; los resultados de algunas no se describieron adecuadamente y otras estn en manuscritos de difcil acceso, todo lo cual contribuye al desconocimiento y la escasa importancia que se ha dado en Colombia, a esta regin (Herrera 1985).

El primer arquelogo colombiano en ocuparse de ella fue Elicer Silva Clis (1963a, 1963b) quien rese dos grandes rocas con petroglifos en los alrededores de la poblacin de Florencia y resalt la importancia del ro Caquet, como va de comunicacin entre los Andes Colombianos y el ro Amazonas.

Las primeras investigaciones arqueolgicas sistemticas las realiz en 1968 y 1970 Charles Bolian , en el Trapecio Amaznico, en las cuales localiz sitios, la mayora al borde de la terraza aluvial del ro Amazonas y de uno de sus afluentes, el ro Loreto-Yac. Excav en varios de ellos y defini para cada rea una secuencia de complejos.

En este ltimo ro la secuencia se caracteriza por la sencillez en formas y decoracin (la tcnica ms frecuente es el bao), pero se presentan variaciones en el desgrasante usado. Componen la secuencia cuatro complejos, el ms antiguo de ellos con una fecha de C14 de 160 d.C. y el ltimo con dos fechas, la ms reciente de 1.190 d.C.

Hay adems sitios que representan estadios de desarrollo en la cermica del actual grupo Tikuna, que antiguamente habitaba los afluentes del Amazonas. Correspondera esta secuencia a una lenta pero estable evolucin estilstica de grupos ancestrales de los actuales Tikuna, con una variante de la cultura de selva tropical propia de los habitantes de los afluentes (Backwater), diferente de la que se desarrolla en las riberas de los grandes ros.

En las orillas del Amazonas los sitios son alargados y miden hasta 1.250 mts. de largo. En algunos se encontr cermica con algunos rasgos de la Tradicin Barrancoide; y aunque no hay fechas para este material, por comparaciones estilsticas se postula su presencia hacia el 300 a.C.

En otro se encontr tambin cermica relacionada con la Tradicin Barrancoide amaznica, pero con una manifestacin diferente a la ya mencionada, que incluye rasgos similares a material del sitio Chimay en el ro Beni (Bolivia). Hay una fecha de 1040 para este material. En el sitio 14 se llevaron a cabo las excavaciones ms extensas, en las cuales haba material de la Tradicin Policroma amaznica que se denomin complejo Zebu, con fechas de C14 entre 1030 y 1515 d.C.

Este material tiene rasgos, tanto de la subtradicin Gurita, que corresponde a un policromo influido o con rasgos barrancoides y de la subtradicin Miracanguera, de la cual estn ausentes stos. Se concluye que la transicin del estilo barrancoide al policromo se realiz en el Trapecio Amaznico en el siglo XI d.C. (Bolian 1972, 1975, s.f.).

En 1973, Gary L. Brouillard, llev a cabo prospecciones y excavaciones de sondeo en el Alto ro Caquet y en el ro Orteguaza. Encontr evidencias de tres complejos cermicos. El primero, que posiblemente se relaciona con los Andak histricos, se encuentra en sitios pequeos (de hasta 70 m. de dimetro) en el pie de monte, en barrancos cercanos a afluentes del ro Orteguaza y en las inmediaciones de las poblaciones de Florencia, Beln y San Jos de la Fragua. El segundo complejo corresponde a sitios de la llanura selvtica, localizados en lugares de las inmediaciones de los ros Orteguaza y Peneya. Estos son de forma alargada y miden hasta 1.000 m. de ancho. Los yacimientos del tercer complejo, estn cercanos a cerros bajos aledaos al ro Caquet y miden hasta 1.300 m. de largo. Tomadas en conjunto, las diferencias entre el material de los tres complejos no son muy grandes, y parece tratarse de un conjunto sin caractersticas llamativas de forma o decoracin ( Brouillard s.f, Myers et al. 1.974).

Entre 1974 y 1980 Elizabeth Reichel y Martn von Hildebrand efectuaron prospecciones y excavaciones en el Bajo ro Caquet, el Bajo ro Apaporis y el rea entre estos dos. Por los alrededores de La Pedrera, (Bajo Caquet) hallaron varios sitios cuyo material cermico, incluye budares y adornos biomorfos, con marcados rasgos barrancoides, cuya filiacin mas cercana es con la fase Yapur definida en el Bajo Caquet brasileo. El material ltico asociado incluye instrumentos tallados y hachas de piedra pulida. Hay tres fechas de C 14 para esta ocupacin, que la colocan entre los siglos VI y XII d.C. El material que hallaron en el ro Apaporis es aparentemente una variedad ms sencilla de la cermica de los sitios en el ro Caquet. Aqu tambin los lticos son importantes.

En el ro Mirit y algunos afluentes localizaron sitios arqueolgicos de habitacin, con cermica burda y de escasa decoracin, en reas de vivienda indgena actuales (von Hildebrand 1976, FIAN 1.985: 39-41, Reichel y von Hildebrand 1.982-3).

En 1977 Warwick Bray, Leonor Herrera y Colin Mc Ewan llevaron a cabo un programa de prospeccin y excavaciones en la regin de Araracuara. De los sitios localizados algunos son extensos, hasta de 2 kms. de largo y entre los que se excavaron, los hay de vivienda basureros y antrosoles. Los investigadores definieron dos ocupaciones sucesivas partiendo de excavaciones en yacimientos estratificados: Camani, la ms antigua, con fechas entre 135 DC y 830 DC, se caracteriza por una cermica fina, pero, sin otra decoracin que bao generalmente rojo; Nofrei, la segunda con fechas entre 805 DC y 1610 DC se asimila a la tradicin policroma. El material de ambas ocupaciones incluye fragmentos de budare y se asocia con artefactos de piedra tallada y piedra pulida.

Los autores iniciaron el estudio de suelos antrpicos conocidos como terra preta de color negro y profundidades por encima de 1 m., cuya gnesis no estaba clara (basureros ? sitios de habitacin? de cultivo?), pero que se poda afirmar evidenciaban ocupaciones relativamente densas y prolongadas (Herrera, Bray, Mc Ewan 1980-81, Herrera 1981, Eden et al. 1984).

Posteriormente Angela Andrade, con la colaboracin del edaflogo Pedro Botero, profundiz en el estudio de las terras pretas de Araracuara, defini reas de coloracin parda conocidas como terra mulatta y obtuvo informacin que le permiti proponer que por lo menos algunos de estos antrosoles podran ser reas de cultivo, con acumulaciones intencionales de desechos para reponer mutiladas y mejorar las condiciones fsicas del suelo. Obtuvo, adems una fecha de C 14 ms temprana para la ocupacin Camani, de 899 a.C. (Andrade 1986, FIAN 1985: 44-45, Botero comunicacin personal) .

A partir de 1986 Ins Cavelier, Luisa Fernanda Herrera de Turbay y Santiago Mora llevan a cabo un proyecto de investigacin en sitios entre Araracuara y La Pedrera. Su inters es tambin las terras pretas. La informacin que apenas empieza a ser de pblico conocimiento indica que la aplicacin del anlisis de polen y macrorestos aporta datos muy relevantes especialmente a partir del siglo VIII d.C., sobre condiciones ambientales, cultgenos (dos variedades de yuca, dos variedades de maz, frjol, maran, etc.) formas de manejo de la tierra (agricultura itinerante con adicin de desechos orgnicos y en cierto momento de materiales de zonas hmedas) y cambios a travs del tiempo en stas (intensificacin de la produccin agrcola por la regularizacin de las prcticas de adicin de materiales hacia el 800 d. C). Estos cambios estaran relacionados con modificaciones socio-polticas. Sugieren que la secuencia cultural Camani-Nofure necesita ser replanteada (Herrera de Turbay, Mora y Cavelier 1988).

En la cuenca del ro Putumayo, slo se ha llevado a cabo un estudio. En 1977, Mara Victoria Uribe realiz una prospeccin en el piedemonte, y en el ro Guamus, afluente del Putumayo, hall en las tenazas del ro, evidencias de asentamientos con material cermico que presenta con frecuencia la superficie corrugada. Esta cermica parece relacionarse con las fases Sombrerillos de San Agustn y Pastaza del oriente ecuatoriano (Uribe 1980-1).

Se han llevado a cabo estudios sobre petroglifos. En 1976 Elizabeth Reichel, hizo el levantamiento de 14 de ellos en la cuenca del medio ro Caquet entre Araracuara y La Pedrera, as como en algunos afluentes (von Hildebrand 1975). Fernando Urbina, rese en 1977 los petroglifos situados en la orilla del ro Caquet, de Araracuara hacia el Oeste, hasta la desembocadura de la quebrada Amefa (Urbina 1981, 1985).

Balance General de la Regin

El conjunto de datos que se conocen sobre la regin es extremadamente pobre. La porcin colombiana de la Amazona es la menos conocida arqueolgicamente. Es prioritario desarrollar all, proyectos de investigacin a largo plazo que cubran las cuencas de los ros ms grandes y sus afluentes para enlazar la informacin de investigaciones aisladas. Hoy da, stas apenas se pueden relacionar dentro de marcos tericos, originales, y muy convincentes si se toman por separado, coma por ejemplo los de Meggers, Lathrap y Roosevelt para citar slo algunos. Si bien, stos son muy estimulantes pues plantean problemas de investigacin, no pueden reemplazar el trabajo de terreno, menos espectacular pero necesario (Herrera 1985).

La ocupacin de la Amazona puede tener una considerable antigedad y aparentemente existan all poblaciones mas densas y estables de lo que se pensaba, cualitativamente diferentes a las poblaciones indgenas actuales. Se sabe muy poco sobre las formas de adaptacin, subsistencia y organizacin sociopoltica prevalentes en diversas pocas y reas, que trasciendan la sucesin de estilos cermicos.

Como el mbito del estudio traspasa las fronteras polticas, es indispensable establecer vnculos con instituciones de pases vecinos que desarrollen proyectos de arqueologa en la Amazona y colaborar para el desarrollo de programas conjuntos.

CUENCA MONTAOSA DEL RO CAUCA

Esta regin comprende la cuenca del ro Cauca, desde cerca a su nacimiento, hasta su entrada en las Llanuras del Atlntico. Incluye, las vertientes cordilleranas desde el divorcio de aguas, en las subregiones Alto Cauca, Valle del Cauca y Medio Cauca; pero para el Can del Cauca, el lmite baja hasta la cota de los 1.500 m., quedando las elevaciones sobre esta altura englobadas en las regiones Macizo Central Antioqueo Costa Pacfica y Vertientes de la Cordillera Occidental.

En el extremo Sur est el pepinazo de Popayn, una altiplanicie arrugada, formada por depsitos fluviales y volcnicos, a una elevacin de 1,700 m. En su borde meridional se halla la cuchilla del Tambo, que forma el divorcio de aguas entre los ros Pata y Cauca. Con un clima templado y no muy hmedo y una vegetacin de pastos y bosques, es un hbitat agradable.

El lmite septentrional de los suelos volcnicos est en el dintel del Surez, a partir del cual se abre el valle del Cauca, a 1.000 m.s.n.m., en una extensa planicie de 225 km. de largo y de ancho variable entre 8 y 35 km. formada por sedimentos lacustres, que, con el material depositado por los ros tributarios han formado suelos frtiles. El ro corre al pie de la Cordillera Occidental, por una superficie de escasa pendiente, formando meandros, madre viejas y zonas cenadoras. La vegetacin nativa era de praderas y bosque seco tropical, restos del cual se conservan todava. Grandes plantaciones de caa de azcar ocupan hoy la mayor parte del rea. Si bien qued descartada la nocin de que por ser pantanosa no fue habitada hasta bien entrada la conquista, lo cierto es que del siglo X hacia atrs no se conocen evidencias ciertas de poblamiento. Segn datos de investigaciones de suelos, parece que en pocas relativamente recientes (el milenio anterior a la era cristiana y primer milenio de sta), hubo grandes avalanchas fluvio-volcnicas desde la Cordillera Central (Pedro Botero comunicacin personal), que pudieron haber destruido o disturbado evidencias de asentamientos ms antiguos.

A partir de La Virginia (Risaralda), el valle del ro se estrecha considerablemente; a ambos lados las cordilleras se alzan, formando un paisaje de ondulaciones con suelos enriquecidos por cenizas volcnicas y un rgimen hmedo ideal para el cultivo del caf. Buena parte de la regin pertenece a este paisaje, pero entre los sectores profundos de la cuenca del ro, con alturas entre 600 y 1.000 metros y vegetacin de bosques secos, hasta la altura de los pramos, se encuentra gran variedad de vegetacin, temperatura, precipitacin y relieve, que configura microambientes distintos.

Ms hacia el norte, el ro se encaona definitivamente, y las vertientes cordilleranas se levantan abruptamente a lado y lado del ro, en un ambiente clido y hmedo.

Se subdivide esta regin as: Alto Cauca, Valle del Cauca (corresponde a la suela plana en el departamento del mismo nombre), Cauca Medio y Caon del Cauca.

Alto Cauca

El primer investigador, que realiz trabajo de campo sistemtico, fue Henry Lerman (1953), quien entre 1941 y 1945 excav tumbas en los alrededores de Popayn, Coconuco y Gambia. Document un conjunto de estatuas denominado "esculturas de la Cordillera Occidental", y objetos encontrados en dos tumbas en la Hacienda La Marquesa (Municipio de Timbo). Una dcada ms tarde, Julio Csar Cubillos hizo excavaciones en los sitios de Pubenza y Morro de Tucn, ambos en el valle de Popayn (Cubillos 1958, 1959). Cuatro investigaciones realizadas entre 1978 y 1982 corresponden a sitios con abundantes lticos de obsidiana, posiblemente talleres de elaboracin de artefactos en ste y otros materiales: las de Miguel Mndez (1980, 1983, 1984) en La Balsa (Municipio de Cajibo), las de Cristbal Genio (1982, FIAN 1985) en Los Arboles, Valle de Popayn, las de Marta Lahite (FIAN 1985) en Colina de las Piedras en el municipio de Cajibo y las de Liga Vivas en Publico y Yanaconas (FIAN 1985). Recientemente, Rodrign Lpez emprendi investigaciones en el sitio La Mara en las cercanas de Popayn (citado por Patino y Genio 1985). El trabajo etnohistrico de Hctor Llanos (1981) establece algunas aproximaciones entre grupos del siglo XVI y algunos materiales arqueolgicos.

En aos recientes se han reportado en el altiplano de Popayn hallazgos, generalmente superficiales, de un buen nmero de puntas de proyectil, cuya asignacin al paleoindio es problemtica. En los alrededores del sitio La Balsa se encontraron cinco ejemplares bifocales de forma triangular o lanceada, con pednculo, fabricados en basalto, obsidiana y chert. Otras dos posibles puntas que seran unifaciales, con pednculo, elaboradas en arenisca y lava andestica, fueron encontradas en las excavaciones arqueolgicas adelantadas en el sitio. Una de ellas en un relleno artificial de cenizas volcnicas sin asociacin; otra en una capa hmica a 88 cm. de profundidad, que contena cermica y otros instrumentos lticos. Un estrato similar en una unidad de excavacin adyacente fue fechado por C-14 en 600 a.C. (Mndez, 1980).

Otro grupo de seis puntas proviene de los sitios La Elvira y Alto Cauca. Fueron fabricadas en obsidiana, basalto o chert; son bifocales de forma triangular o lanceada. Todas tienen pednculo (definido o insinuado) y en algunas se presenta escotadura basal y/o acanaladura (Illera y Gnecco s.f.).

Los ejemplares anteriores se suman a un conjunto de puntas provenientes de hallazgos fortuitos, o que se han encontrado asociadas a conjuntos cermicos, a veces, de poca tarda (Bray s.f.). Podra tratarse de evidencias de grupos cazadores-recolectores tempranos, o por el contrario de grupos agrcolas sedentarios; tambin sera factible que fueran instrumentos muy antiguos encontrados y atesorados por ocupantes posteriores.

Un conjunto notable, encontrado en La Balsa, es el de instrumentos pequeos para cortar raspar y perforar, elaborados en su mayora en obsidiana, (Mndez 1983). Conjuntos similares se han encontrado en Los Arboles, Colina de Las Piedras, Pueblillo y Yanaconas. Se ha propuesto una tradicin microltica de obsidiana integrada por los materiales del altiplano de Popayn y relacionada con los de la Sierra y la costa ecuatorianas (Gnecco 1982). Correspondera esta tradicin a los finales del paleoindio, a una etapa pre-agrcola temprana, entre los aos 5.000 y 2.000 a.C. (FIAN 1985: 127). Con excepcin de La Balsa, donde aparece fechado en 1.120 a.C. este material no tiene una asignacin cronolgica, se presenta superficial o en depsitos poco profundos sin estratigrafa discernible, asociado con cermica y la clase de instrumentos que se describe a continuacin.

La tercera categora de hallazgos lticos est compuesta por instrumentos pesados elaborados en otras rocas locales: hachas, tajadores, martillos, as como metates y manos de moler toscos que son tentativamente interpretados como correspondientes a prcticas agrcolas iniciales, ms que a agricultura ya establecida (Gnecco, 1982).

El sitio de La Balsa presenta otros rasgos intrigantes: en primer lugar, est un rea de arcillas endurecidas dentro de la capa hmica, que tiene una forma serpenteante y se ha interpretado como rea ceremonial. En segundo lugar se construyeron en el sitio, promontorios, bajo uno de los cuales se encontraron huellas de bocas de tumbas de pozo con cmara lateral. Hay evidencias de dos ocupaciones, que consisten en instrumentos de obsidiana y otras materias primas, en cantidades considerables; tambin aparece cermica, en menor proporcin. La ocupacin ms antigua tiene una fecha del siglo XII a.C. y se caracteriza por una cermica fina y delgada. Para la segunda ocupacin hay una fecha del siglo VII a.C., que corresponde a una cermica alisada, simple y tosca, tumbas de pozo con cmara, fogones con abundante carbn y seales de adecuacin de terrenos para vivienda (Mndez, 1980, 1983, 1984).

Al parecer existe un hiato temporal considerable entre los sitios arriba nombrados, que van desde el paleoindio al formativo, y otros sitios con rasgos tardos. El norte del altiplano de Popayn (Jambal, Guamba) corresponde a la extensin mxima del Complejo Quebrada Seca (siglos XV y XVI) de la subregin Valle del Cauca.

Otro conjunto estara formado por el material cermico de Pubenza, El Morro de Tulcn, La Mara y Pueblillo, que es sencillo, decorado con incisin, punteado, apliques y pintura roja sobre crema. El material de La Marquesa y Timbo, en el cual sobresalen las figuras de "guerreros" con banquitos, formara una categora aparte. La cermica de todos estos asentamientos considerados tardos, est asociada a tiles de obsidiana (Patio 1986, Cubillos 1958, 1959, Lehman 1953).

Hallazgos de orfebrera consistentes en colgantes y pectorales en forma de ave con rasgos humanos, no tienen asociaciones cermicas claras.

La estatuaria tampoco tiene todava un asidero temporal. Proveniente del ro Cauca (La Laguna cerca de El Tambo, Inguito cerca a Morales, Chisqua, Surez), consiste en esculturas alargadas como columnas, con los brazos doblados en el vientre y rasgos angulosos, diferentes estilsticamente de las agustinianas (Lehman 1953, Patio 1986).

Rasgos distintivos del paisaje en las reas de Popayn, Coconuco, Purac, Timbo, Totor y Guamba son las plataformas artificiales para vivienda (tambos), colinas terraplenadas, caminos antiguos, campos de cultivo formados por conjuntos de zanjas, etc. (Patio, 1986).

El Morro de Tulcn es dentro de la categora de obras de ingeniera una de gran envergadura: un cerro natural modificado por recortes, rellenos y bloques cortados en arcilla. La base de ste abarca cinco hectreas y tena, originalmente, una altura superior a los 50 m. (Cubillos, 1959).

Valle del Cauca Las primeras investigaciones estuvieron a cargo de James A. Ford (1944), quien a principios de la dcada del cuarenta realiz reconocimientos y excavaciones en las estribaciones de las Cordilleras Occidental y Central, en las cuencas de los ros Cali, Bolo y Palo. Henry Lehman (1953), hacia mediados de sta, hizo algunas excavaciones en Corinto. En los aos sesenta se llevaron a cabo varias investigaciones: las de Warwick Bray y Michael Edward Moseley (1976) en los alrededores de Buga; las de Julio Csar Cubillos (1967, 1984) Palmaseca (Municipio de Palmira) y en el Municipio de Vijes; las de Julio Csar Cubillos e Ins Sanmiguel en la Hacienda La Esmeralda del Municipio de Bolvar (Sanmiguel 1969). En la siguiente dcada solo hubo dos investigaciones: la de unas tumbas en La Buitrera, cerca de Cali por parte de Luca Rojas de Perdomo (1979: 270-272) y las de Julio Csar Cubillos (1984) en Jamund, Puerto Tejada y Corinto. Recientemente varios arquelogos han trabajado en la regin: Carlos Humberto Illera y Carlos Armando Rodrguez, excavaron en un cementerio en Guacar (Illera 1983, Rodrguez, 1984) y Carlos Armando Rodrguez (1985) en otro al borde del rea urbana de Buga; Hctor Salgado (1984) investig en La Llanada y varias zonas de los municipios de Bolivar y Trujillo; Olga Osorio (1986) en la cuenca del ro Pance.

Para redactar este captulo fueron de utilidad tres escritos sobre la arqueologa del departamento del Valle del Cauca: un resumen publicado en Cespedesia, de una mesa redonda sobre este tema realizada en Cali en 1983 (Herrera 1984); un artculo sin publicar (Patio Y Gnecco 1985) y, otro conmemorativo de los cincuenta aos de investigacin de este departamento (Rodrguez 1986).

Aunque Gonzalo Correal incluy esta zona en sus reconocimientos, los datos sobre hombre temprano son escasos. Se conocen restos de megafauna en La Victoria, Zarzal, Toro, pero sin asociacin cultural. Hacia el Norte, en la desembocadura del ro La Vieja, en la Hacienda La Tigrera, se localiz un sitio precermico sobre una terraza aluvial, con material que incluye raspadores elaborados en rocas gneas (Correal 1981: 14-15).

Se conocen dos puntas de proyectil, que no son fcilmente asignables al paleoindio: una de Higuern y otra de La Virginia (Yumbo), hallada en el relleno de una tumba de pozo con cmara cuya fecha de radiocarbono es 610 d.C. (Bray s.f.).

Las investigaciones en un yacimiento estratificado en los alrededores de Buga, permitieron definir dos fases: Yotoco y Sonso, a las cuales se har referencia ms adelante (Cf. subregin cordillerana de la regin Costa Pacifica y vertiente de la Cordillera Occidental). En Buga la fase Yotoco tiene dos series de fechas (de radiocarbono y termoluminicencia) aparentemente contradictorias: una entre los siglos VIII y XII d.C., plenamente aprobada; otra, de fechas del siglo IX y X a.C. que no se aceptan.

Las fechas ms antiguas aceptadas para la subregin Valle del Cauca, corresponden a hallazgos en el municipio de Bolvar en las vertientes de la Cordillera Occidental, la primera, de 430 + o - 60 d.C., se obtuvo del ncleo de madera carbonizada de una pieza de orfebrera, que forma parte de un ajuar funerario encontrado en La Primavera, compuesto por figuras humanas de estilo Yotoco, pero con rasgos agustinianos (Plazas 1983, Herrera, Schrimpff y Bray 1982 - 3: cuadro cronolgico Figura 3). Muy cerca de all, pero en predios de La Llanada, debajo de un camino prehispnico, se encontr un paleosuelo, tentativamente asignado a la fase Yotoco y que era el piso original desde el cual se cav la tumba citada. En el relleno depositado sobre el paleosuelo, se encontr material cermico en el cual se combinan en una misma vasija, rasgos Yotoco y Sonso, hay una fecha 740 + o - 80 d.C. para este sistema alfarero. En otras excavaciones en plataformas artificiales de la misma rea, aparece un segundo sistema alfarero, fechado en 950 + o - 60 d.C., que muestra ciertos elementos de continuidad con el anterior, pero en el cual priman rasgos del horizonte Sonso y de los complejos Medio Cauca y Caldas, definidos para la subregin Cauca Medio. El paisaje, abunda en plataformas artificiales, sistemas de campos de cultivo formados por eras y drenajes, cementerios y tramos de caminos que conectaban el Valle del Cauca con la vertiente pacfica de la Cordillera Occidental (Salgado, 1984). Se trata de un paisaje muy similar al de la regin de Calima y al encontrado hacia el occidente en el rea vecina de Garrapatas al otro lado de la divisoria de aguas, en la Subregin cordillerana.

Para la poca que comienza en el siglo X, se han definido una serie de complejos cermicos que tienen un aire de familia: comparten elementos de forma y decoracin que se combinan, en maneras diferentes para darle a cada complejo un perfil caracterstico. Hay otros rasgos comunes como formas y tcnicas orfebres, tumbas de pozo profundo con cmara, ajuares funerarios abundantes, figurinas antropomorfas similares, etc. Se podra hablar aqu de un horizonte, en el sentido de un estilo cermico que logra una dispersin geogrfica amplia en un tiempo relativamente corto. Se propone aqu, el apelativo horizonte Sonso, horizonte sonsoide, para fcil referencia a los desarrollos tardos de las subregiones cordillerana y Valle del Cauca.

Este horizonte tardo estara conformado por las siguientes manifestaciones en el Valle del Cauca:

Fase quebrada Seca.- Originalmente conocida como Complejo Quebrada Seca, localizada en el piedemonte de la Cordillera Central, Cuenca del ro Palo (municipios de Corinto y Jambal). Sobre un paisaje montaoso el poblamiento fue disperso y sobre aterrazamientos artificiales. Hay cementerios extensos de tumbas de pozo con cmara lateral cerrada por lajas, que contienen numerosas vasijas, (platos, cuencos y vasijas pedestal) cuya decoracin ms comn es por bao, as como caras y manos en aplique. Temporalmente ocupa la poca inmediatamente pre-conquista y conquista. Tiene relaciones estrechas con las Fases Tinajas y Sachamate (Ford 1944, Cubillos 1984).

Complejo Ro Pichind.- Sitios de habitacin en pequeas plataformas artificiales localizadas a lo largo del ro Cali, en la Cordillera Occidental. Cerca de estas se encuentran las tumbas, de pozo bajo (frecuentemente tacado con grandes piedras) y cmara lateral, con entierros primarios y secundarios. La cermica es gruesa y burda; las formas comunes son grandes ollas y cuencos (Ford, 1944).

Complejo Ro Bolo.- Sitios en la Cuenca del ro Bolo que baja de la Cordillera Central en zona limtrofe entre los departamentos del Valle del Cauca y Cauca. Hay plataformas habitacionales dispersas y concentradas; las tumbas son de pozo y cmara lateral y estn cerca a las viviendas o en cementerios. La cermica es de forma globular con borde reforzado y pequeas manijas, bao rojo y decoracin incisa simple (Ford, 1944).

Fase Sonso.- En los alrededores de Buga se identificaron varios sitios, como dispersiones superficiales de cermica o estratos en barrancos del ro Cauca; algunos representan verdaderos poblados (regueros de cermica de hasta 300 m. de largo). En uno de ellos se registr el uso de tapia pisada. La cermica incluye copas, botellones con tres asas, grandes vasijas para almacenamiento, vasijas antropomorfas y en forma de calabazo. En la decoracin se us el aplicado y modelado, incisin e impresin. Hay fechas entre 1200 + o - 75 y 1580 + o - 70. Tiene estrechas relaciones estilsticas con el conjunto de Palmaseca y se extiende a la parte cordillerana: Vijes, Restrepo, Ro Bravo, Dagua, Atuncela, etc. (Bray y Moseley 1976).

Fase Moralba.- Pequea muestra en el sitio de Moralba colocada estratigrficamente por encima de Sonso. En este material se presenta la pintura roja. Posiblemente corresponde al perodo colonial (Bray y Moseley, 1976).

Cermica Buga.- Proviene de fincas diseminadas por el valle, con cermica que se caracteriza por: escasa decoracin (excepcionalmente bao rojo), mala calidad de manufactura, formas cilndricas o globulares que con frecuencia tienen hombro angular y aledaas al borde, asas como ojales para cuerdas. En tiestos, es difcil distinguirla de la cermica burda de la fase Sonso; podra ser el componente funerario de sta. (Bray y Moseley, 1976).

Palmaseca. - Material encontrado en sitios de habitacin y montculos artificiales bajos aledaos al aeropuerto internacional de la ciudad de Cali. En la cermica, son frecuentes las bases aribaloides, platos, vasijas con asas de tres cintas, asas falsas en el cuello de la vasija, copas sonajeras, figuras macizas de animales y flautas. En la decoracin predominan las incisiones, aplicado, presionado y pintura roja en zonas; fecha de 1140 + o - 80. (Cubillos 1984 y resumido en Herrera 1984).

Fase Sachamate.- Basada en el material de un asentamiento nucleado cercano al ro Jamund, en suela plana. El bao rojo, la presin digital ungulada, son algunas de las tcnicas decorativas presentes en el material cermico para el cual hay dos fechas de C14: 1170 + o - 60, 1210 + o - 50. Se relaciona estrechamente con las fases Quebrada Seca y Tinajas (Cubillos 1984).

Fase Tinajas.- Los sitios localizados en ambas mrgenes del ro Cauca, en los municipios de Jamund, Puerto Tejada, Miranda y Corinto, corresponden a poblamientos lineales a lo largo de cursos de agua y tambin a poblamiento nucleado en aldeas relativamente pequeas. Entre las tcnicas decorativas de la cermica estn el bao rojo, impresiones, incisiones, corrugado, etc. Podra ser contempornea con la Fase Sachamate (Cubillos 1984).

Guabas. - Cementerio en Guacar cuyas tumbas de pozo con cmara contienen entierros primarios y secundarios, individuales y colectivos. En los restos seos se evidencia deformacin craneana. El ajuar funerario es variado, compuesto por objetos de cermica, piedra, hueso y metal. Entre las vasijas hay figuras antropomorfas, ollas, cntaros, copas y cuencos, decorados por incisin, impresin, aplicacin y pintura. Tiene una fecha a.C. descartada y otra de 1120 + o - 100 d.C. Corresponde al Perodo Sonso (Rodrguez 1984, 1985).

Buga.- Cementerio en predios de Almacaf, con tumbas de pozo y cmara lateral que contienen entierros primarios ya sean individuales, duales o mltiples. El ajuar funerario consiste en objetos de cermica y piedra. Hay vasijas, volantes de huso, instrumentos musicales, pintaderas y figuras antropomorfas. La incisin, impresin y pintura figuran entre las tcnicas decorativas. Tiene una fecha de 1360 + o - 70 d.C. (Rodrguez 1985, 1988).

Pance. Excavaciones en la cuenca del ro que lleva el mismo nombre, en donde hay asentamientos en cimas de lomas y en plataformas artificiales. Hay fragmentos de vasijas decoradas por impresin, corrugado digitado. Relaciones con la Fase Quebrada Seca (Osorio 1986). Sistema alfarero siglo X (La Llanada).- Es posible que este conjunto, al cual se hizo referencia atrs, tambin pueda incluirse aqu.

En asociacin con la generalidad de estas unidades, se encuentran materiales lticos: metates y manos de moler, hachas, barretones, cinceles en piedra pulida; raspadores y otros elementos en piedra tallada.

La metalurgia correspondiente, es la tradicin tarda del Suroccidente colombiano que se distingue por el predominio de la tumbaga, las tcnicas de fundicin y el dorado por oxidacin. Las formas, son relativamente simples: narigueras en torsal con o sin remate, orejeras en espiral y circulares huecas, colgantes zoomorfos, pectorales acorazados fundidos, etc. (Salgado 1984; Plazas y Falchetti 1983).

Cauca Medio Esta regin que corresponde ms o menos con el Viejo Caldas tiene una de las tradiciones de guaquera ms antiguas y vigorosas del pas, pero es muy dbil en datos arqueolgicos.

La obra de Luis Arango Cano (1974-5) publicada en el ao de 1924, puede considerarse como una de las primeras fuentes para la arqueologa de la regin, teniendo en cuenta que incluye cantidad de informacin de primera mano, sobre hallazgos de guaquera. En 1941, Luis Duque Gmez, hizo un recorrido por la regin reseando sitios y documentando colecciones; llev a cabo excavaciones en Supa, Montenegro y La Tebaida, y public un compendio etnohistrico y arqueolgico (Duque Gmez 1942, 1943, 1970). Wendell C. Bennet (1944) hace una descripcin y anlisis de vasijas del viejo Caldas en la coleccin del Museo Nacional y otras. Entre 1966 y 1970 Karen Bruhns (1967, 1976a), y otros investigadores researon colecciones, e hicieron prospecciones y excavaciones de sondeo y de tumbas.

Gonzalo Correal (1980) excav una tumba en Armenia. En 1980 Jean Francois Bouchard y Leonor Herrera realizan excavaciones en la hacienda Pinares (entre Cartago y Alcal). Recientemente han llevado a cabo trabajo de documentacin de colecciones, reconocimientos y excavaciones Mara Cristina Moreno (FIAN 1985, 1986), Luis Gonzalo Jaramillo (1988), Leonor Herrera y Mara Cristina Moreno(1988), en el departamento de Caldas y en el Departamento del Quindo Oscar Osorio (1986), Oscar Osorio, Sory Morales y Nohora Aydee Ramrez, as como Camilo Rodrguez (1987) y Joel Garca.

En 1970 se encontr en el aeropuerto El Edn (municipio de La Tebaida) una punta de proyectil en chert de forma triangular y con pednculo (Bruhns et al. 1976). Como yaca en una superficie erosionada, sin ninguna otra asociacin se incluye en la categora ya descrita antes, de puntas de proyectil precariamente asignadas al paleoindio. Viene luego un gran vaco de conocimiento.

Las crnicas han permitido elaborar mapas de localizacin de grupos indgenas a la Llegada de los espaoles (Duque Gmez 1970: 32- 33); entre los cuales figura el Quimbaya que ocupaba en el siglo XVI la vertiente occidental de la Cordillera Central hasta el ro Cauca, en una franja que tiene a Cartago y Armenia en un extremo y en el otro Llega hasta Manizales. Todava es difcil determinar qu materiales culturales, entre el heterogneo conjunto procedente de esta regin, corresponde a este grupo histrico.

Se han elaborado dos esquemas para clasificar el material cermico del viejo Caldas. Duque Gmez (1970) propone una divisin de acuerdo con las procedencias de este en cuatro zonas: Norte, Noroccidental, Occidental y, del Quindo. Karen Bruhns lo divide en cuatro complejos: Cauca Medio, Caldas, Marrn Inciso y Tricolor. Ninguno de los dos es adecuado para incorporar los escasos datos nuevos; desafortunadamente, no se puede proponer una alternativa. A continuacin se combinan estas dos clasificaciones, para describir los materiales caractersticos de la regin.

1. Zona Norte.- Comprende el municipio de Supa. Es una cermica incisa y pintada que sera antigua, por tener similitudes con material agustiniano fechado a principios de la era cristiana.

2. Zona Noroccidental. - Municipios de Anserma, Santuario, Risaralda, Belalczar, Quincha, Riosucio, Pereira y Chinchin. Cermica monocroma negra, con decoracin modelada, en motivos antropomorfos y/o crculos incisos. En las formas es frecuente la silueta compuesta en vasijas que muestran un ngulo en la mitad del cuerpo, tambin se presenta la forma mocasn. Corresponde a grandes rasgos al Complejo Inciso Aplicado que inicialmente Bruhns (1967) consider como un conjunto independiente, pero ms tarde (1976a) incluy como tipo dentro del Complejo Caldas (que se caracteriza por el uso de pintura negra sobre rojo).

En el Municipio de Manizales (vereda La Cabaa y ro Guacaica) aparece el Aplicado Inciso en forma independiente (FIAN 1985; Moreno 1985, 1986), as como en Nuevo Ro Claro (Municipio de Villamara) (Herrera y Moreno 1988). La cermica documentada recientemente en Chinchin, Palestina y Santa Rosa de Cabal tiene rasgos comunes con la de los sitios anteriores (Jaramillo 1988).

El complejo Tricolor de Bruhns corresponde a vasijas procedentes de una zona restringida en los alrededores de Pereira y Manizales. Se trata de un material distinto, en cuanto a formas y motivos decorativos al del complejo Cauca Medio, para el cual es caracterstica tambin la pintura en tres colores.

3. Zona Occidental.- En la cordillera Occidental, rea limtrofe de Risaralda con el Choc. Se encuentran cntaros semiovoidales con asas en la mitad del cuerpo, cuello reducido, una o dos bocas, que pueden tener representaciones antropomorfas. Hay tambin platos y recipientes de boca ancha decorados con pintura roja en motivos de lneas paralelas y cruzadas.

4. Zona del Quindo.- Cermica de gran variedad de formas y estilos decorativos, dividida por Karen Bruhns en los siguientes complejos o unidades.

a. Complejo Medio Cauca. Su rea de dispersin es desde Buga en el Sur hasta ms o menos el Norte de Medelln. Tiene fechas de C14 de 1100 + o - 80 d.C. y 1400 + o - 70 d.C. Se compone de los siguientes tipos ("wares"), definidos con base en tratamiento de la superficie:

i. Tres colores negativo. Diseos geomtricos negros sobre bao rojo y blanco. Formas: copas, vasos cnicos, nforas, cntaros con cara antropomorfa modelada en el cuello, botellas con asa de estribo y modelado antropomorfo en la boca. Los cuencos, alcarrazas y vasos silbantes que se han incluido en esta categora son los caractersticos de la tradicin Yotoco, cronolgicamente anterior al complejo Cauca Medio. Hay vasos antropomorfos (tambin llamados gazofilceos) relacionados estilsticamente con ejemplares que ocasionalmente se encuentran, en ajuares Sonso en las subregiones Cordillerana y Valle del Cauca.

ii. Negativo sobre rojo con decoracin punteada. Impresiones circulares empastadas, sobre diseos negros, en algunas de las formas que se dan en la divisin anterior.

iii. Bao blanco grueso y negativo sobre naranja. Diseos lineales en blanco y negro aplicados sobre bao naranja en copas anchas y en soportes de silueta reloj de arena.

iv. Incensarios. Cuencos carenados naranja, con decoracin principalmente excisa.

b. Complejo Caldas. Se deriva del Complejo Cauca Medio y tiene la misma dispersin de ste, con sitios intercalados en reas donde el primero predomina.

Le corresponden dos fechas de 1050 + o - 120 d.C. y 1120 + o - 90 d.C. Las cermicas utilitarias de los dos complejos son indistinguibles. Es un estilo cuya decoracin se caracteriza por el uso de dos colores: rojo y negro (negativo). Formas: copas, cuencos (estilsticamente similares a los del Complejo Sonso), nforas, cntaros, soportes, alcarrazas, vasos antropomorfos similares a los del Complejo Medio Cauca, cntaros con cara humana modelada en el cuello, figurinas antropomorfas cuadradas y aplanadas (retablos). De esta ltima categora se encuentran ejemplares relacionados, generalmente ms burdos y primitivamente estilizados en la subregin Cordillerana.

Tambin estn incluidos en este complejo los "incensarios", que son cuencos aquillados generalmente de color naranja con decoracin sea de la combinacin excisin con incisin o de incisiones e impresiones. Por ltimo incluye este complejo la cermica Aplicada Incisa ya mencionada arriba, en la cual son caractersticas las formas irregulares y las bases angostas y pesadas.

c. Complejo Marrn Inciso. Esta categora fue separada de las dems vasijas de la regin del viejo Caldas por Bennet (1944), quin le di su apelativo. Precede de un rea relativamente restringida en las vertientes de la Cordillera Central entre Armenia y Aguadas (en el Norte de Caldas). La forma ms frecuente es la de urnas funerarias de forma semicilndrica, antropomorfas o con un saliente moldeado que las rodea a poca distancia del borde. Las superficies, baadas y pulidas, se decoraron con bandas verticales de motivos lineales incisos, a veces con empastado. Edad propuesta: anterior a 800 d.C.(Bruhns 1969-70).

Las inconsistencias del esquema de Bruhns se sealan en ms detalle a continuacin. En primer lugar como hay semejanzas muy estrechas entre los complejos Medio Cauca y Caldas, tomados en conjunto y adems ocupan la misma rea, se puede pensar que esta divisin no se justifica plenamente. Por otro lado, cada uno de estos complejos incluye tipos que podran formar unidades separadas, como en el caso de la cermica Aplicada Incisa del Complejo Caldas. El tipo blanco grueso y negativo sobre naranja se distancia, por la decoracin lineal cruzada, del resto del material policromo del Complejo Medio Cauca y ocasionalmente se encuentra en sitios donde predomina la cermica Aplicada Incisa (Moreno, comunicacin personal; Jaramillo, comunicacin personal). Las vasijas diagnsticas de la tradicin Yotoco deben quedar fuera del complejo Medio Cauca, que es tardo y tiene ms afinidades con el horizonte Sonso. Finalmente, tanto las excavaciones de Bouchard y Herrera, como las de Rodrguez (1987) en el Brea limtrofe entre los Departamentos del Valle del Cauca y Quindo no produjeron el material policromo caracterstico de los complejos Caldas y Cauca Medio, sino con nfasis en otras tcnicas decorativas .

El problema de la colocacin temporal de la tradicin Yotoco en la subregin Cauca Medio est indirectamente relacionado con otro gran interrogante, como es el de la asociacin cermica y la antigedad del conjunto orfebre conocido desde el siglo pasado como Estilo Quimbaya (Prez de Barradas 1966: 10).

De acuerdo con sus atributos estilsticos y de forma se incluye en la tradicin metalrgica temprana (500 a.C. 1.000 d.C.) del Suroccidente (Plazas y Falchetti 1983). Bray (comunicacin personal) hizo fechar recientemente ncleos cermicos de algunas piezas; los resultados no se pueden citar en detalle todava, pero corresponden al primer milenio d.C.

Estas fechas pondran en cuestin la hiptesis de Lathrap et al. (1984), segn la cual este estilo orfebre se colocara entre los aos 1500 a 600 a.C.. Incidentalmente, este razonamiento se sustenta en parte en una comprensin defectuosa de los episodios volcnicos de la Cordillera Central, que afectaron el Departamento del Valle del Cauca y en la hiptesis de Bruhns (1969- 70) segn la cual por rasgos iconogrficos se asocia esta orfebrera con el complejo Marrn Inciso, que no seria contemporneo con los complejos Medio Cauca y Caldas sino anterior a stos (Bruhns 1969-70).

Sin embargo en la subregin cordillerana la orfebrera de esa misma tradicin metalrgica temprana est firmemente asociada con la cermica Yotoco (Herrera, Cardale de Schrimpff y Bray 1982-3), si bien hay que recordar, que la orfebrera ya desarrollada, aparece en llama, que es el complejo anterior. Podra sealarse con mucha cautela que los complejos cermicos llama y Marrn Inciso comparten una propensin por vasijas antropomorfas modeladas, realistas. En estas cermicas, as como en la orfebrera de la subregin Cauca Medio, la figura humana tiene contornos suaves, redondeados, miembros proporcionados Y dotados de soltura; tambin hay nfasis en la decoracin incisa linear, mientras que la policroma es menos importante. Como ya se anot atrs en la subregin cordillerana, los complejos cermicos llama y Yotoco presentan rasgos que evidencian cierta continuidad del uno al otro. Y aqu es interesante llamar la atencin sobre una curiosa vasija ilustrada por Bray (1978: 83), que pertenece a la coleccin del Banco Popular y est identificada con el nmero Q.8766. Se trata de un cuenco pando antropomorfo en el cual se combinan el estilo de representacin de la figura humana, tpico del complejo Marrn Inciso, con pintura curvilinear en los colores caractersticos (rojo, naranja y blanco) de la cermica Yotoco.

Los datos sobre rasgos arqueolgicos visibles en el paisaje aparecen con Duque Gmez (1942), quien resea la presencia de surcos, aterrazamientos para vivienda, caminos a manera de trinchera "amontonaderos" (sitios donde se depositaban fragmentos cermicos). Posteriormente se hace nfasis sobre sistemas de eras de cultivo que corren paralelas a las pendientes, y su funcin (West 1959, Bruhns 1981). Concentraciones de plataformas son visibles, en lugares pendientes con vegetacin de pasto, por ejemplo en el paisaje que se domina desde la carretera troncal que atraviesa la Cordillera Central, entre Calarc y La Lnea y al otro lado de la cordillera, bajando hacia Cajamarca en la Regin del Valle del Magdalena. Tambin se observan en la carretera, que une a Armenia con el Valle del Cauca por Zarzal.

Bruhns (1976) sostiene que los sitios de los complejos Cauca Medio y Caldas son amplias reas con distribucin uniforme de tiestos, lticos y piedras rajadas por el fuego, pero no se ven estructuras ni alteraciones de piso para colocarlas ("patios de indios"). Estas se encuentran por los lados de Pijao y Caicedonia, es decir en lmites departamentales Valle del Cauca - Quindo, asociadas con material que muestra ms similitudes con el tardo encontrado por Bray y Moseley en los alrededores de Buga, que con el de los Complejos Cauca Medio y Caldas . Por lo tanto propone que existira all un lmite cultural.

Otro hecho importante relacionado con esta zona es la existencia de un yacimiento, Los Quingos, localizado a orillas de un "ro de agua salada", donde se llevaron a cabo excavaciones preliminares. Hay all material cermico abundante, con una predominancia de jarras grandes de borde acampanado, con la superficie exterior frecuentemente carbonizada y una gran cantidad de lticos (cuchillos de basalto gris, as como implementos en forma de astilla). Se interpreta este yacimiento como una salina (Bruhns 1976b).

Los datos de las investigaciones de Rodrguez (1987), confirman la informacin de Bruhns sobre tipo de asentamientos: hacia el lmite con el Valle hay aterrazamientos mientras que en la hoya del Quindo no. En esta ltima regin los sitios tienen mayor densidad de material cultural y ste no corresponde a ningn tipo descrito por Bruhns: hay decoracin impresa y bordes evertidos con acanaladuras en el interior.

Can del Cauca

Se conocen hasta el momento dos investigaciones en esta regin. En 1983, Neyla Castillo inici investigaciones en un complejo funerario en el municipio de Sopetrn. All depresiones circulares sealan la localizacin de tumbas complejas de pozo y varias cmaras. Se obtuvo una fecha de 840 50 d.C. para una de ellas.

En la parte baja del mismo cerro donde est el cementerio, se localiz un rea de vivienda con un material variado, entre el cual figura una cermica distinta a la encontrada en las tumbas. Otros implementos encontrados en este yacimiento son machacadores, raspadores, metates, manos de moler y chopper. La autora propone la existencia de dos ocupaciones, que corresponderan a dos sistemas agrcolas, uno ms antiguo basado en races, y uno tardo en semillas (Castillo 1985 y FIAN 1985).

En 1983 y 1984, Jess M. Girn efectu prospeccin y excavaciones en el municipio de Buritic, importante distrito minero en pocas prehispnica y colonial, donde se encontraba oro de veta y aluvin. Localiz sitios de vivienda en lugares natural y artificialmente planos, as como reas de hundimientos, similares a las encontradas en Sopetrn; tambin hay tmulos que sealan estructuras funerarias. Se diferenciaron dos complejos cermicos. Uno caracterizado por un material duro con pintura roja, decoracin incisa y bordes reforzados, que muestra nexos estilsticos con el material de Sopetrn fechado para el siglo IX, y tambin asocia con los hundimientos. El otro complejo, constituido por una cermica friable de bao rojo y bordes evertidos, posiblemente posterior, que se relacionara con los cementerios de tmulo. Tambin se encontr una tercera clase de cermica, del perodo de la conquista (Girn 1985, FIAN 1985).

Balance General de la Regin

Esta regin comprende cuatro subdivisiones: Valle del Cauca, Alto Cauca, Cauca Medio y Can del Cauca, que se diferencian por un disparejo conocimiento arqueolgico. Teniendo en cuenta esta desigualdad se pueden sealar dos rumbos para la investigacin. Hay necesidad de investigacin de base, es decir localizar sitios, excavar yacimientos estratificados, y recoger informacin de material en museos y colecciones particulares, para definir o redefinir sobre bases apropiadas, complejos cermicos locales y cuadros cronolgicos subregionales.

Otra clase de investigacin es la que combina estrategias como la anterior, orientada a "llenar lagunas", con un procesamiento de los datos existentes para lograr definir regularidades que trasciendan la subregin, y an la regin. El siguiente paso es proponer investigaciones ya especializadas, enfocadas en un problema o una categora de datos que resolveran ese problema. Hay varias posibilidades, que se exponen a continuacin.

Es necesario seguir el estudio de la tradicin microltica de obsidiana y de las otras tradiciones lticas paralelas en el Alto Cauca, para determinar su antigedad y su duracin. Si esta es tan considerable, como parece sugerirlo la presencia en sitios Pre-conquista, como se integra con las pautas de subsistencia y de que forma la afectan los cambios en stas. En general, el empalme entre las ocupaciones precermicas y el formativo, con el trasfondo de una tradicin ltica constante, est todava oscuro.

La utilidad de la ceniza volcnica como un medio para determinar la antigedad de yacimientos arqueolgicos es aceptable, cuando se conoce bien la geomorfologa de una regin especfica 1 . Recientemente, se ha exagerado su utilizacin como en la propuesta de Lathrap para resolver el problema de la colocacin cronolgica de la orfebrera del Cauca Medio, a travs de cataclismos volcnicos en Calima, donde no los ha habido (Lathrap et. al. 1984, Bray 1985 verbalmente).

En cuanto a las relaciones entre los complejos cermicos tardos a lo largo de la regin, ya se hizo nfasis sobre las similitudes que en esta poca se aprecian entre los del departamento del Valle del Cauca; pero podra considerarse un horizonte ms amplio que se extendera por el sur, hasta el Altiplano de Popayn, y por el norte incluira el medio Cauca y al occidente llegara hasta la Costa Pacfica. Algo similar, a grandes rasgos, se ha sugerido en el caso de la orfebrera tarda del suroccidente colombiano (Plazas y Falchetti 1983). No se trata aqu de buscar difusin de rasgos por s misma, pues el hecho de reconocer una cierta tendencia homogeneizante que se difunde rpidamente entre reas vecinas debe poder explicarse en trminos culturales, tnicos o polticos *. En el Ecuador a un proceso paralelo cronolgicamente se le ha llamado Integracin. Ms all, por lo menos para la zona costera norte, hay una continuidad con la poca anterior; pero en la regin del ro Cauca, en su curso por entre las cordilleras, hay por el contrario un cambio, si no total, si cualitativo y drstico. Por mucho tiempo se ha hablado de las invasiones caribes. Lathrap ha tocado el tema de la distribucin de sistemas de eras (ridged fields) y sugiere que tienen un origen comn; con su ptica particular centrada en la Amazonia, sita en esa regin su origen aunque no sean muy comunes all (Lathrap 1980). Burcher (1985) le da otro cariz al tema de las invasiones caribes, con ingredientes de la hiptesis de Lathrap sobre movimientos de expansin cclicos desde la Amazonia, para proponer un patrn de desplazamientos de grupos de selva tropical hacia afuera de su hbitat y ocupacin de otras reas por conquista y violencia.

Un tema que puede tener relaciones con el de parentescos entre cermicas de subregiones vecinas, es el de la dispersin, distribucin y cronologa de modificaciones del suelo para agricultura y vivienda. Las primeras son generalmente de conjuntos de canales paralelos a la pendiente que reciben diversos apelativos: eras, camellones, zanjas, "ridged fields", campos de cultivo.

Para viviendas se prepararon plataformas por corte y relleno. La presencia de estos rasgos es ubicua por las Cordilleras Occidental y Central. Aparecen en tres de las subregiones de la cuenca del Cauca, y en dos subregiones vecinas, se conocen en el Macizo Colombiano (Llanos, comunicacin personal), y en la regin de La Plata (Drennan, 1985).

Notas

1. El estudio geolgico del Altiplano de Nario hecho por Tello (FIAN 1985) indica p.e. la existencia de una capa de humus sepultada por ms de 1 m. de materiales volcnicos.

* Las conclusiones de Ann Osborn (1986) sobre diferencias y semejanzas culturales entre los subgrupos Tunebo y la forma como stas se reflejaran en los restos materiales, podran muy bien aplicarse a la situacin prehispnica en el suroccidente colombiano.

Guajira-Corredor Cesar

Esta subregin comprende el valle del ro Cesar y sus dilatadas praderas, que se extienden entre la Sierra Nevada de Santa Marta y la Cordillera Oriental, la Sierra de Perij y la Guajira. En esta unidad espacial se encuentran varios conjuntos climticos que van desde el semirido de la alta Guajira al seco de la media Guajira, que se prolonga en forma de Golfo de sequa en la depresin del Cesar, desde Carraipia hasta el sur de Valledupar; el semi-hmedo que incluye la faja del valle del Cesar entre la regin seca y las faldas hmedas de los macizos montaosos (Sierra Nevada y Serrana de Perij).

Investigaciones Arqueolgicas

Correal (1977) puso en evidencia la presencia de grupos lticos en la Guajira, mediante el hallazgo de estaciones lticas al aire libre en Carrizal, Camuchisain y Serrana de Cocinas. En inmediaciones del Departamento del Cesar, en predios de la hacienda "El Espejo", sobre la margen izquierda del ro Minas, en el corregimiento de Media Luna, localiz dos sectores de abrigos de rocas areniscas duras del cretsico superior, muy propias para la habitacin humana. En un corte de observacin en uno de ellos determin un horizonte cermico en los estratos iniciales, y en los estratos ms profundos, otro de elementos lticos que aparentemente se relaciona con la poca paleoindgena. Sin embargo, como l mismo lo anota, "solamente una excavacin amplia permitir definir las caractersticas de los posibles complejos lticos de esta rea" (Correal, 1977: 47).

El mismo Correal informa sobre la existencia de petroglifos en Barrancas y en la Inspeccin de Polica de San Pedro, y Gerardo Ardila detect tres cuevas con pictografas en el curso bajo del arroyo Tres Calabazos (Ardila, 1983: 42).

Para una etapa formativa tarda, son de especial relevancia los trabajos de G. y A. Reichel-Dolmatoff (1951) en el valle del ro Ranchera, a lo largo del cual encontraron numerosos sitios que forman parte de una secuencia de complejos agrcolas sedentarios, caracterizados por la presencia de cermica pintada cuya posicin cronolgica estimaron coetnea con Momil (Reichel-Dolmatoff, 1982). Los autores dividen la ocupacin del rea en dos mareas culturales, que denominaron primer horizonte pintado y segundo horizonte pintado de acuerdo con una secuencia comprobada por la estratificacin de los vestigios y corroborada por comparaciones en un sentido horizontal. El primero y ms antiguo est constituido por los perodos Loma, Homo y Cocos y el segundo, por las fases I y II del Perodo Portacelli.

En sntesis, tal como lo expresan los esposos Reichel-Dolmatoff : "Los vestigios observados en la Cuenca del ro Ranchera, corresponden a las manifestaciones de dos culturas aborgenes que sucesivamente ocuparon esta zona en tiempos pasados, desapareciendo finalmente en una poca muy anterior a la Conquista. El estrato cultural ms antiguo lo forma la cultura que hemos designado como perodos Loma y Hornos, mientras que el estrato siguiente est formado por la cultura del Perodo Portacelli, la secuencia de estas dos culturas representa un desarrollo de un complejo cermico policromado hacia un complejo bicromado, a travs de una fase de experimentacin pictrica y plstica como lo es el Perodo Horno. No sabemos como se efectu la sucesin de estas dos olas, y si fue en forma de conquista o en forma de lenta penetracin. Lo brusco del cambio parece indicar la primera forma; la cultura Portacelli se superpuso, ocupando casi todos los sitios anteriormente habitados por la cultura antigua, pero tal vez no los ocup todos al mismo tiempo, sino en pocas distintas" (1951: 208). Con sus excavaciones en la vertiente Suroriental de la Sierra Nevada, lograron constatar la asociacin cronolgica del perodo ms antiguo del rea de la Sierra Nevada con la fase superior y ms reciente del Perodo Portacelli.

La cantidad y calidad de los vestigios culturales encontrados, indican largos perodos de ocupacin y una poblacin indgena numerosa, distribuida en aldeas extensas. Al parecer durante las dos ocupaciones, la base de la economa fue la agricultura; sin embargo, en los perodos Loma y Horno, es notable la ausencia de piedras y manes de moler, as como la de manes de triturar o de amasar granos. Estos elementos aparecen en la fase reciente del Perodo Portacelli y podran sealar la introduccin o por lo menos la intensificacin del cultivo del maz en esta poca (Reichel-Dolmatoff, 1951).

Las dos culturas agrcoias-aldeanas del Ranchera tienen nexos inmediatos que se extienden a travs de la Guajira y la Serrana de Perij hacia el Occidente de Venezuela, y tambin en direccin Sur, por la Hoya del ro Cesar. Hacia el Magdalena medio, sigue observndose la influencia de estas culturas, aunque con algunas modificaciones (Reichel-Dolmatoff, 1982).

De acuerdo con sus investigaciones en el valle del ro Cesar en donde efectuaron excavaciones en los sitios de Villanueva, El Htico y el Porvenir, se puso en evidencia que la secuencia Loma, Horno, Portacelli, es tambin vlida para el Cesar, y encontraron adems manifestaciones de un nuevo complejo local que designaron como Perodo Htico, que tiene una posicin cronolgica entre el Perodo Horno y el Perodo Portacelli, siendo probablemente contemporneo a este ltimo, por lo menos en sus primeros comienzos. Se trata de un complejo de cermica incisa que, al parecer, guarda estrechas relaciones tipolgicas y cronolgicas con las culturas del rea del bajo Magdalena (Laguna de Zapatosa) (Reichel-Dolmatoff, 1951).

En el sitio El Porvenir, adems de la influencia procedente del Bajo Magdalena, se determin que en la ltima fase del complejo local hay contacto tambin con el perodo Mesa del rea de la Sierra Nevada (Reichel-Dolmatoff, 1951).

Aunque a grandes rasgos las culturas del ro Ranchera y del ro Cesar, no se diferencian de un modo notable, existen variaciones pequeas pero significativas. Los antiguos habitantes del ro Cesar dejaron restos abundantes de piedras y manos de moler, as como de grandes platos discoidales para tostar, que indican un sistema agrcola basado principalmente en el cultivo del maz. Sin duda el hbitat de la cuenca del ro Cesar ofreca mayores posibilidades econmicas, por la fertilidad de las tierras y la relativa abundancia de aguas permanentes. Sin embargo, el tamao de las aldeas parece haber sido de menor extensin, que las del Ranchera (Reichel-Dolmatoff, 1951).

La cuenca del ro Cesar es de gran relevancia, por el hallazgo de varios sitios de contacto que ponen en relacin cuatro reas vecinas: Ranchera, Cesar, Sierra Nevada y Bajo Magdalena. Estas evidencias muestran que el alto ro Cesar fue una zona de traslado, en donde se encuentran mltiples influencias en una y otra direccin. La zona fue en poca prehispnica un verdadero cruce de caminos, tal como lo sigue siendo hoy (Reichel-Dolmatoff, 1951: 288-289).

Se destaca adems, en esta zona, otro complejo cultural, dado a conocer igualmente por G. y A. Reichel-Dolmatoff (1949-1951) y que tentativamente denominaron Perodo La Paz, cuya definicin se dio a partir de las excavaciones en una cueva funeraria cerca de la poblacin de La Paz, en la vertiente meridional del valle del Riecito, en las estribaciones de la Sierra de Perij. En el estrecho y profundo zanjn de la cueva, encontraron 120 esqueletos incinerados, acompaados de 33 vasijas enteras de cermica. Son caractersticos de este perodo la pintura negativa y recipientes de base circular convexa, hombro angular y curve, pared inclinada hacia el interior, abrindose luego hacia la boca donde forma un reborde exterior. La posicin cronolgica del Perodo La Paz, aunque con pruebas muy dbiles por comparaciones tipolgicas, parece ser anterior al Perodo Loma (Reichel-Dolmatoff, 1951). La definicin de este perodo en un contexto regional ms amplio sera de gran importancia para la arqueologa de la zona.

Recientemente, dentro del marco del estudio de impacto ambiental del proyecto carbonfero de El Cerrejn, se han aportado nuevos datos para el conocimiento arqueolgico de la zona. A. Botiva (1980-1982) llev a cabo una evaluacin de los sitios que iban a ser afectados por la minera y excav un conchero post-hispnico en Punta Media Luna y un montculo Guajiro actual en baha Portete.

Posteriormente, G. Ardila excav algunos de los yacimientos existentes en la Zona Central y en la Zona Norte del Proyecto de El Cerrejn. En la zona Norte estudi el sitio El Palmar, y en la zona Central los sitios Sun, Patilla y Paredn (1983 1984). Como resultado de estos estudios se ampli la informacin sobre las culturas agrcolas-aldeanas de la zona y se obtuvieron fechas absolutas que situaron cronolgicamente algunas de las fases de los complejos cermicos del Ranchera, anteriormente descritos por Reichel-Dolmatoff.

Con estas nuevas evidencias se sabe que en el valle medio del ro Ranchera, los entierros sin ajuar funerario cubiertos con piedras, estn situados temporalmente entre el siglo V a.C. y el siglo I a.C. Por la asociacin de un entierro de stos, una fecha de radiocarbono y cermica del perodo Loma en el corte Patilla III, se presume que "la ocupacin por la gente de Loma del valle del Ranchera se haba iniciado desde el siglo V a.C. y habra durado hasta cerca de la iniciacin de la era cristiana, tiempo durante el cual la experimentacin plstica de diseos cristaliza en el dominio de estas tcnicas durante el Perodo Horno. Parece que la densidad de la poblacin es relativamente baja comparada con la del perodo siguiente" (Ardila, 1984:66).

A partir del siglo I d.C. y hasta el siglo VII d.C., aproximadamente, el Perodo Horno florece y declina, el valle medio del ro Ranchera alcanza la mayor densidad de poblacin que halla tenido en el pasado, y se extiende su influjo mucho ms all de estos lmites. (Ardila, 1984).

Al finalizar el siglo VII o en los comienzos del siglo IX d.C., se incia el Perodo Portacelli, cuyas gentes eran culturalmente diferentes a las del Primer Horizonte Pintado. Hacia el final del siglo X d.C., se vislumbran en la Fase II de Portacelli, contactos con reas diversas como la Sierra Nevada, la Costa y el valle del Magdalena. Como lo anota Ardila, esta "influencia cultural de mltiples regiones pesa sobre la gente del Ranchera, que aparentemente se encuentra atravesando una etapa de inestabilidad cultural que hace que adopte y se desprenda rpidamente de elementos culturales variados", lo cual conllev a la disolucin de la cultura hacia principios del siglo XIV d.C. (1984:73).

Recientemente, el mismo investigador adelant una prospeccin arqueolgica del rea comprendida entre el curso bajo del ro Jerez y el curso bajo del ro Ranchera, y desde la costa hasta el pi de monte de la Sierra nevada de Santa Marta, con el fin de determinar el tipo de yacimientos en el rea. La zona la considera relevante, dada su ubicacin entre reas arqueolgicas diferentes (Cuenca de Maracaibo, Valle del ro Ranchera, Vertiente Norte y Este de la Sierra Nevada y tierras bajas del Caribe), lo cual la convierte en un punto de contacto de varias corrientes culturales en pocas diferentes.

En el sitio de San Ramn, en el curso bajo del ro Ranchera cerca de su desembocadura, realiz la excavacin de un basurero. Del anlisis inicial de la cermica obtenida en esta excavacin y en las colecciones de superficie, llama la atencin la ausencia de materiales pertenecientes a la secuencia Loma Horno y la presencia en todos los casos de tipos cermicos asignados a la fase II del Perodo Portacelli (Ardilla, 1985).

Sierra Nevada de Santa Marta

Es notorio el contraste que ofrece la Sierra Nevada de Santa Marta en la configuracin superficial de las llanuras del Caribe, ya que es la montaa de litoral ms elevada del mundo. Sus cumbres se alzan bruscamente por todos lados y sus picos Simn Bolivar y Cristobal Coln presentan una altura de 5.775 mts. y 5.770 mts. sobre el nivel del mar, respectivamente. Desde su base a nivel del mar, hasta sus cumbres de nieves perpetuas se encuentra gran diversidad de climas, abundancia de agua y una flora y fauna muy variada.

Investigaciones Arqueolgicas

La mayora de los estudios arqueolgicos se han concentrado en las vertientes Norte y Occidental, por ser la zona en la cual se ha encontrado profusin de vestigios culturales pertenecientes a la cultura Tairona, de aldeas extensas con arquitectura ltica.

Alden J. Mason, en 1922 y 1923, efectu una exploracin de la zona costera y el pie de monte entre Santa Marta y el Cabo de San Juan de Guia, de la zona de la Cuchilla de San Lorenzo, del alto ro Fro y de algunos sitios aislados, tales como el alto ro Don Diego, el ro Macotama y la regin de Dibulla; encontr ruinas de antiguas poblaciones Taironas; defini los rasgos caractersticos de las mismas y realiz excavaciones en algunas de ellas. De Pueblito, Gairaca y Nahuange precede la mayor parte de su material cultural. Destaca la importancia de Gairaca, Nahuange, Guachaquita y Palmarito, ya que a pesar de que algunas de estas bahas no poseen agua dulce en el verano, abundan las evidencias de ocupacin y los restos de arquitectura, algunos de ellos adecuados para suplir la falta de agua tales como aljibes, canales y acequias. (Mason, 1931).

Del estudio de estos vestigios y de los elementos de cultura material asociados, lleg a la consideracin de que existen algunas diferenciaciones de acuerdo con la situacin geogrfica, pero los rasgos generales son muy similares, conformando un mismo contexto cultural (Mason, 1939).

Entre los aos 1946 y 1950 G. y A. Reichel-Dolmatoff, llevaron a cabo excavaciones arqueolgicas en Pueblito y exploraron las hoyas de los ros Manzanares, Crdoba y Sevilla, lo cual les permiti elaborar una hiptesis de trabajo, en la cual sealaron tres fases de desarrollo que tentativamente denominaron Tairona II, Tairona I y Subtairona. La Fase Tairona II, comprende culturas protohistricas a histricas cuya posicin cronolgica ms tarda fue dada por la presencia de objetos indgenas, encontrados en asociacin con objetos introducidos por los espaoles. La Fase Tairona I, se asocia a manifestaciones culturales que se distinguen tipolgicamente de la Fase II pero que aparentemente la anteceden. No es descrita, slo se le menciona y se advierte que ambas fases estn estrechamente relacionadas. Como Subtairona, se designa una fase muy extendida en las faldas meridionales y orientales de la Sierra, que parece representar formas ancestrales de Tairona I y II y se caracteriza por la formacin incipiente de poblados y comienzos de agricultura sistemtica. Esta fase tiene un carcter provisional ya que su posicin cronolgica es problemtica; bien puede tratarse de un desarrollo temprano o bien de un desarrollo contemporneo a Tairona I y II y limitado a dicha zona (Reichel-Dolmatoff, 1954). Se trata del complejo de "La Mesa", sobre el cual se tratar ms adelante.

En el ao 1961, H. Bischof excav una planta de habitacin y su terraza correspondiente en el sitio arqueolgico de Pueblito. Dado que an no era claro el desarrollo de la cultura Tairona ni su cronologa interna, l de acuerdo con los resultados de la excavacin propone una nueva hiptesis de trabajo, con dos perodos cronolgicos de desarrollo de la cultura; el ms antiguo, denominado "Nahuange" se remonta a los siglos VI y VII de nuestra era y el ms reciente "Pueblito Tardo" es contemporneo de la conquista. (Bischof, 1968).

El Perodo Nahuange, est definido por los hallazgos de Mason en una tumba del sitio 1 de Nahuange (1931: 32-36) y los de Bischof en el relleno de una terraza en Pueblito (1968: 266-267). La cermica de dichos sitios es diferente a la que comnmente se conoce como Tairona.

Es una cermica monocroma gris y con incisiones y cermica pintada rojo sobre crema, esta ltima relacionada con la decoracin tpica del Perodo El Horno del ro Ranchera. Bischof determin la posicin cronolgica del Perodo Nahuange, por medio de la cermica monocroma, la cual pudo relacionar con material procedente de la excavacin de un corte estratigrfico en el conchal "Mina de Oro" en la Cinaga Grande de Santa Marta, fechado entre 500 y 750 aos despus de Cristo. A su vez la fecha la relaciona con el material asociado al entierro de Nahuange (sitio 1): cermica de tipo Horno rojo sobre crema (atribuida hasta ese momento a tiempo antes de Jesucristo); objetos ornamentales y ceremoniales de piedra fina, metalurgia desarrollada de oro y tumbaga y arquitectura ltica. Los elementos mencionados constitutivos de este Perodo, exceptuando la cermica, se encuentran hasta la poca que antecede al contacto espaol, lo que indicara una persistencia de la cultura Tairona por ms de 1.000 aos. El complejo Pueblito Tardo se caracteriza por la cermica tpica Tairona tal como esta representada en la mayor parte de las colecciones y esta definida su posicin cronolgica por los numerosos objetos de hierro de origen espaol encontrados en asociacin con materiales de los aborgenes (Bischof, 1968:264-267).

Entre 1973 y 1974, Jack Wynn, efectu un reconocimiento de la zona costera en el rea de la desembocadura del ro Buritaca y en las estribaciones bajas de la Sierra entre los ros Buritaca y Don Diego, hasta la cota de los 250 metros sobre el nivel del mar. En la costa llev a cabo excavaciones en un cementerio y en el pie de monte, cerca a construcciones lticas en el valle de la quebrada El Estadio, afluente del ro Don Diego. En ambos sitios encontr estratificacin cultural y de acuerdo con ella y a la seriacin de los materiales culturales, presenta dos fases de ocupacin, la ms antigua de ellas denominada Buritaca con un contenido cultural similar al del Perodo Nahuange de Bischof. La fase reciente, Tairona Tarda est representada por los materiales tpicos Tairona. Hay un perodo intermedio, al cual le asigna un espacio temporal de 200 a 300 aos no bien definido, pero que parece relacionarse con la fase tarda (Wynn, 1975).

Afirma que posean un sistema econmico basado principalmente en la recoleccin de los recursos del mar y el intercambio. La densidad de la poblacin fue baja y en algunas bahas posiblemente La ocupacin no fue permanente sino estacional. No obstante, la presencia de aljibes y de piedras de moler en reas sin habitacin permanente, sugiere que la zona tuvo un uso intensivo en determinadas pocas del ao. Los habitantes de la costa intercambiaban sal, pescado y productos del mar por productos agrcolas, telas de algodn y otros elementos de la gente de la Sierra a travs de mecanismos de redistribucin que influa en las relaciones econmicas, polticas y sociales entre estas dos zonas (Murdy, 1975: 139- 140).

Entre los aos 1973 y 1976 los arquelogos G. Cadavid y L.F. Herrera de Turbay, investigadores del Instituto Colombiano de Antropologa, exploraron las vertientes Norte y Occidental de la Sierra con el fin de localizar las antiguas poblaciones Tairona que citan los cronistas.

En la prospeccin researon 211 sitios arqueolgicos o aldeas con obras de infraestructura en piedra y definidas caractersticas urbanas, en cuya disposicin espacial se observaron pautas de poblamiento que guardan una relacin directa con los rasgos de los diferentes pisos ecolgicos-geogrficos en que se hallan. Las ligeras diferencias que revisten algunos conjuntos de poblaciones en materia constructiva, corresponden aparentemente a su adaptacin a las condiciones del terreno. Sin embargo, hay que considerar posibles determinantes de las mismas, como son, la antigedad, por un lado y, por otro, la funcin que desempearon en la sociedad Tairona. Los remanentes cermicos hallados en los varios ncleos urbanos explorados en los distintos niveles altitudinales son tipolgicamente muy similares, aunque se notan variaciones, tanto en la frecuencia de aparicin de algunos tipos Y formas de cermica como de ciertos objetos lticos. Esto podra estar indicando desarrollos locales, que hasta el momento no se han definido (Cadavid y Herrera de Turbay, 1985).

A partir del ao 1976, el Instituto Colombiano de Antropologa continu la investigacin arqueolgica de la Sierra, dirigiendo su atencin hacia una de las zonas ms densamente pobladas, correspondiente al valle alto y medio del ro Buritaca, con el estudio del asentamiento Buritaca 200. Entre 1979 y 1982, el proyecto de investigacin estuvo a cargo de la Fundacin Cultura Tairona y en los aos subsiguientes, nuevamente a cargo del Instituto Colombiano de Antropologa.

Los estudios efectuados por el Instituto Colombiano de Antropologa entre 1976-1979, se centraron en labores de excavacin, consolidacin y restauracin de Buritaca 200. Paralelamente se explor la zona adyacente al sitio, registrndose otros varios yacimientos en la vecindad.

Por el trabajo conjunto realizado en este sitio, se tiene hoy una visin completa del plano urbano de una poblacin Tairona, se ha reunido un significativo cuerpo de material cultural asociado a diferentes tipos de estructuras y basureros, y, se han obtenido varias fechas absolutas de radiocarbono que refieren la ocupacin del poblado, a una poca que va del siglo XI despus de Cristo hasta la conquista espaola en el siglo XVI (Groot, 1985; Cadavid, 1986; Oyuela, 1986).

Entre 1979-1982, los investigadores de la Fundacin cultura Tairona, tuvieron como base inicial de sus trabajos a Buritaca 200 y realizaron una prospeccin de las zonas aledaas, con la cual, delimitaron un rea de reserva cultural y natural, localizaron 25 poblaciones y rastrearon algunos de los caminos que las comunican entre s. Tambin, abrieron nuevos frentes de trabajo en los sitios de Frontera, Tigres y Alto de Mira. En Buritaca 200 realizaron estudios sobre la utilizacin del recurso agua en trminos de la distribucin espacial de estructuras y vas de acceso; clasificaron las estructuras y analizaron su distribucin espacial, elaboraron clculos demogrficos, estudiaron cmo manejar el bosque dentro del permetro del asentamiento y excavaron algunas estructuras. En los sitios de Frontera, Tigres y Alto de Mira excavaron y restauraron algunos caminos y sectores, excavaron zonas muy alteradas por guaquera, e iniciaron estudios botnicos con la participacin, por temporadas, de estudiantes (Informes varios citados en: Soto, 1982).

En el ao, 1980, L. F. Herrera de Turbay realiz un estudio comparativo de las prcticas agrcolas prehispnicas y modernas de los habitantes de la Sierra, con el fin de precisar la incidencia de cada una de ellas en la transformacin ecolgica del medio. Obtuvo muestras para anlisis de polen en tres sitios arqueolgicos -Buritaca 200, La Estrella y Las Animas- en la vertiente Norte entre los 350 y los 1.200 metros sobre el nivel del mar. En la Estrella estableci dos fechas de carbono 14; una de ellas para un entierro de pozo en el siglo XVI y la otra para una terraza de cultivo, sin asociacin de elementos culturales, en el siglo VIII despus de Cristo. En las Animas obtuvo dos fechas en la excavacin de un corte en lo que pareca ser una antigua plataforma de vivienda, una se refiere al siglo V despus de Cristo, asociada a dos fragmentos de cermica y la otra al siglo XIV antes de Cristo. Esta ltima datacin se toma con precaucin, ya que no est asociada con elementos culturales (Herrera de Turbay, 1985).

Su estudio concluye con la apreciacin de que la agricultura prehispnica en la Sierra no produjo una degradacin del medio ambiente, por lo menos en los microambientes seleccionados como muestra para el anlisis.

En las ensenadas de Nahuange y Cinto, fue realizada una investigacin por A. Oyuela, como opcin para la tesis de grado. En estas localidades, referenciadas por otros autores con anterioridad, se presentaban indicios culturales de una ocupacin temprana del rea, lo cual motiv su inters. Efectu cinco excavaciones estratigrficas con base en las cuales defini para la franja costera tres perodos: Tairona temprano costero, Tairona medio costero y Tairona tardo costero. (Oyuela, 1985).

Para el perodo temprano, obtuvo una fecha de C14 de 430 60 despus de Cristo, que siendo la primera para el literal confirma la hiptesis de un perodo temprano, previamente planteado por H. Bischof (1968) y J. Wynn (1975). El perodo medio corresponde a una etapa que probablemente se desarroll entre el siglo IX despus de Cristo y la conquista espaola en el siglo XVI. Por ltimo, el perodo tardo se relaciona con la etapa de Conquista, fundacin de capillas y encomiendas (Oyuela, 1985: 18-19).

Recientemente, dentro del marco del Proyecto de preservacin y consolidacin del sitio de Pueblito, se han hecho nuevos aportes a la cronologa Tairona al referenciar G. Cadavid, en el corredor adyacente al basamento de una vivienda un entierro secundario en una vasija semiglobular de cermica roja, fechado en 1350 90 aos d.C. (Cadavid, 1988, comunicacin personal).

De la vertiente Suroriental de la Sierra se cuenta con la investigacin de los esposos Reichel-Dolmatoff (1959) en el yacimiento arqueolgico de La Mesa, situado a 20 kilmetros al Noreste de la ciudad de Valledupar, en las orillas del ro Azcar Buena. El complejo arqueolgico se caracteriza por la presencia de terrazas de cultivo delimitadas por muros de piedra, sitios de habitacin demarcados por hileras de piedra y lugares de enterramiento constituidos por acumulaciones de piedras redondas, formando leves montculos ovalados. Los entierros fueron realizados en urnas (Reichel-Dolmatoff, 1959).

Al comparar este complejo con lo que se ha denominado cultura Tairona, G. y A. Reichel-Dolmatoff encuentran relacin con la alineacin de piedras, algunas semejanzas de formas en las vasijas, las cuentas de collar de cuarcita y las pequeas ranas de cobre, y destacan preferencialmente, posibles relaciones con el conjunto estilstico de las urnas, con sus representaciones antropomorfas y su decoracin aplicada (1959: 198).

Elementos culturales relacionados con este complejo tienen una amplia distribucin en la vertiente Meridional y Oriental de la sierra, y han sido divulgados con anterioridad por varias personas en los lugares que a continuacin se citan de acuerdo con la informacin sintetizada por Reichel-Dolmatoff: Riohacha (Joseph de Brettes); ro Enea (Jorge Isaacs, 1984) Pueblo Bello (Gustaf Bolinder); Rancho Valeria en la hoya del ro Guatapur (Yves Pret, 1950); ro Seco (Joaqun Parra, 1952); Hato Nuevo, al pie de las ltimas estribaciones Nororientales de la sierra, sobre las orillas del ro Ranchera (Daro Suescn, 1953) y en el ro Tapias (Aquileo Parra, 1955). (Reichel-Dolmatoff, 1959:181-190).

La posicin cronolgica de este complejo es problemtica y probablemente est conformada por varias fases de desarrollo, como lo sealan la asociacin tarda tanto de elementos Tairona como del Perodo Portacelli.

Catatumbo

Esta subregin comprende la hoya del Catatumbo tambin llamada Central en el departamento del Norte de Santander, que se forma a partir del nudo de San Turbn en donde la cordillera Oriental se bifurca en dos ramales; uno que se dirige hacia el Norte y el Oeste (serrana de los Motilones) y el otro hacia el Nordeste (Serrana de Mrida). Esta gran hoya se encuentra recorrida por las digitaciones de Pamplona y Gramalote (seccin Este) Mesallana (seccin Oeste). Las cuales se desprenden irregularmente de los mencionados ramales.

Se destaca adems la zona de Ocaa que ocupa la mesa del mismo nombre en las vertientes de la cordillera al Magdalena.

El territorio de Norte de Santander es muy quebrado, y en l, si bien predominan las altitudes medias (clima templado) no faltan al Sur y al Oeste las grandes alturas con vegetacin paramuna. Este relieve irregular contrasta al Nordeste con una franja en llanada, dividida desigualmente por una lnea de lomas que se extiende ms all de la frontera internacional hasta el lago de Maracaibo.

Investigaciones Arqueolgicas

La prehistoria de esta subregin es prcticamente desconocida. Se sabe que la regin Sur fue asiento en el siglo XVI del grupo llamado Chitarero, posiblemente emparentado con sus vecinos de habla chibcha (Guanes y Laches). En la serrana de los Motilones, subsiste un grupo indgena conocido como Motiln o Yuko, cuyo asentamiento en el rea bien puede ser anterior a la conquista espaola y en el Catatumbo subsisten los Bar.

En los valles de Ccuta y el Zulia los espaoles encontraron otros grupos no muy bien identificados.

En 1942, Gregorio Hernndez de Alba refirindose a las novedades arqueolgicas de una exposicin realizada en Ocaa, seala la presencia de urnas ovoidales provenientes de la localidad de Mosquito, que se caracterizan por una tapa arqueada y circular sobre la cual reposa un cuerpo humano, sentado, con brazos y piernas en diferentes actitudes, predominando las manos sobre las rodillas. La superficie de las urnas revela pintura blanca sobre la cual dibujaron en negro figuras geomtricas.

En 1946, G. Reichel-Dolmatoff, refiere algunos sitios arqueolgicos que observ durante su recorrido en la zona Sur del territorio motiln. La zona entre Ccuta y Sardinata parece ser ms bien pobre en sitios arqueolgicos, pero la zona Ocaa Convencin- el Carmen parece tener gran inters; menciona en ella sitios con urnas funerarias, momias en cuevas, cuevas con osamenta y petroglifos. Ninguno de los sitios, que segn los datos pertenecen a culturas distintas, ha sido explorado cientficamente.

Al hacer un balance se observa que esta subregin carece de investigaciones arqueolgicas sistemticas.

Subregin Insular

Esta subregin abarca el conjunto de islas y cayos del Archipilago de San Andrs, en el mar Caribe, a unos 700 km. de la costa norte del pas. El Archipilago est constituido por las islas de San Andrs, Providencia y Santa Catalina; los bancos Alicia, Quitasueo, Serrana y Serranilla, el bajo Nuevo y una serie de cayos entre los que sobresalen Roncador y Albunquerque. En ella no se han realizado investigaciones arqueolgicas sistemticas.

Balance General de la Regin

La Costa Atlntica colombiana es una de las regiones del pas sobre la cual se tiene mayor informacin arqueolgica, debido a sus condiciones propias que favorecieron el asiento de diversos grupos humanos desde poca muy temprana, y al tesn y dinamismo que los esposos Reichel-Dolmatoff expresaron por la investigacin de estos temas en la regin. Estos investigadores, a travs del Instituto Etnolgico del Magdalena, emprendieron en el ao de 1946, un amplio proyecto de estudios sistemticos sobre la arqueologa regional, cuyos frutos han sido el eje para trazar la prehistoria de la Costa Atlntica .

Es de sealar tambin la labor desarrollada por el Arquelogo Carlos Angulo V., quien ha puesto especial empeo por el estudio arqueolgico sistemtico del departamento del Atlntico. En aos recientes nuevos investigadores se han interesado por los problemas arqueolgicos de la regin, contribuyendo as a enriquecer el conocimiento prehistrico de esta parte Norte del pas.

Como balance general sobre la arqueologa de esta regin se pretende sealar algunos de los requerimientos de investigacin que, de una u otra manera, han sido planteados por algunos investigadores de la regin, y fueron destacados por los participantes al Taller de Arqueologa.

En lo que atae a la etapa precermica el esfuerzo se ha centrado en seguir la huella de campamentos y estaciones ms prolongadas de habitacin, dejadas por grupos tempranos de cazadores y recolectores. De estas seales de migracin y paulatino asentamiento se han identificado varios sitios superficiales, en algunos de los cuales valdra la pena realizar estudios estratigrficos, con el fin de ubicarlos temporalmente. A ello va ligada la necesidad de definir horizontes de industrias lticas, tales como de puntas de proyectil, que hasta el momento han sido hallazgos casuales, desconocindose su asociacin estratigrfica y cultural. Uno de los lugares que se ha recomendado explorar y estudiar con intensidad es la baha Gloria en el Golfo de Urab.

Tambin se ha enfatizado en la necesidad de efectuar estudios palinolgicos en varias zonas, como por ejemplo a lo largo del ro Magdalena y en general del holoceno temprano en el corredor costero y en la Guajira.

De la poca comprendida entre los 5.000 y 1.000 aos antes de Cristo, se han estudiado rigurosamente varios yacimientos tales como Mons, Puerto Hormiga, Canapote, Barlovento, Malambo y Momil. De ello se desprende el papel relevante que en poca remota desempe la regin en los desarrollos tecnolgicos, artsticos y econmicos. Dado que como bie