INTRODUCCION - Instituto Superior de Formación...

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Estancias patagonicas; una mixtura angloargentina. Continuidad y cambios en la organización. INTRODUCCION A través del presente trabajo se intentara corroborar el cambio dado en el circuito económico de Esquel y la región; sobre todo en la relación laboral de sus pobladores y las estancias patagonicas de Leleque y Tecka. Además se abordaran sintéticamente las modificaciones producidas con respecto a la hacienda y el manejo del campo. Desde época temprana, cuando estas tierras fueron incorporadas a la nación y al proceso productivo generado a partir del modelo agroexportador; las familias terratenientes criollas vieron la posibilidad de extender sus dominios pampeanos y junto a ellas las puertas se abrieron para los ingleses. Comenzaron a formarse grandes explotaciones económicas dedicadas a la cría de ganado ovino, desde fines del siglo XIX hasta bien entrado el siglo XX. Justamente este espacio temporal es el que encuadrara la investigación, fundamentalmente desde la década del ’50 hasta la actualidad en el caso Bennetton. Me he centrado en estas dos grandes estancias patagonicas; en primer termino por su proximidad a la ciudad de Esquel, - la estancia Leleque se encuentra a 90 kilómetros y la estancia Tecka a 130 kilómetros aproximadamente -, y en segundo lugar por la importancia que ambos establecimientos han tenido en la condición económica de los pobladores de la ciudad, sobre todo durante la etapa inglesa. Para comprender mejor su organización empresarial realizaremos un somero recorrido sobre el modo de constitución económica en ambas estancias. Los testimonios orales para abordar esta temática han sido los principales protagonistas además de la documentación escrita. Desembarco del capital ingles; organización politico-administrativa. Los ingleses incorporaron la modalidad de tratar a la estancia como una empresa y no como una simple adquisición de tierras. Ya desde épocas tempranas se destacaron por su organización y administración. Evolucionaban rápidamente, representando una imagen de suntuosidad y comodidad que se veía reflejada en sus propietarios y en el personal jerárquico, - generalmente ingles, y lo seguirá siendo hasta la venta de las tierras a los estancieros argentinos -, acompañados de innovadoras técnicas productivas. No podemos dejar de lado el contexto internacional de la época.

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Estancias patagonicas; una mixtura angloargentina.

Continuidad y cambios en la organización.

INTRODUCCION

A través del presente trabajo se intentara corroborar el cambio dado en el circuito

económico de Esquel y la región; sobre todo en la relación laboral de sus pobladores y

las estancias patagonicas de Leleque y Tecka. Además se abordaran sintéticamente las

modificaciones producidas con respecto a la hacienda y el manejo del campo.

Desde época temprana, cuando estas tierras fueron incorporadas a la nación y al proceso

productivo generado a partir del modelo agroexportador; las familias terratenientes

criollas vieron la posibilidad de extender sus dominios pampeanos y junto a ellas las

puertas se abrieron para los ingleses.

Comenzaron a formarse grandes explotaciones económicas dedicadas a la cría de

ganado ovino, desde fines del siglo XIX hasta bien entrado el siglo XX. Justamente este

espacio temporal es el que encuadrara la investigación, fundamentalmente desde la

década del ’50 hasta la actualidad en el caso Bennetton.

Me he centrado en estas dos grandes estancias patagonicas; en primer termino por su

proximidad a la ciudad de Esquel, - la estancia Leleque se encuentra a 90 kilómetros y

la estancia Tecka a 130 kilómetros aproximadamente -, y en segundo lugar por la

importancia que ambos establecimientos han tenido en la condición económica de los

pobladores de la ciudad, sobre todo durante la etapa inglesa.

Para comprender mejor su organización empresarial realizaremos un somero recorrido

sobre el modo de constitución económica en ambas estancias.

Los testimonios orales para abordar esta temática han sido los principales protagonistas

además de la documentación escrita.

Desembarco del capital ingles; organización politico-administrativa.

Los ingleses incorporaron la modalidad de tratar a la estancia como una empresa y no

como una simple adquisición de tierras. Ya desde épocas tempranas se destacaron por

su organización y administración. Evolucionaban rápidamente, representando una

imagen de suntuosidad y comodidad que se veía reflejada en sus propietarios y en el

personal jerárquico, - generalmente ingles, y lo seguirá siendo hasta la venta de las

tierras a los estancieros argentinos -, acompañados de innovadoras técnicas productivas.

No podemos dejar de lado el contexto internacional de la época.

El Reino Unido se encontraba en su mejor momento económico y el desarrollo de la

Revolución Industrial había permitido la acumulación del capital necesario para

conquistar el mundo bajo sus ordenes, situación de la que gozaran hasta la Primera

Guerra Mundial. La división internacional del trabajo ubico a nuestro país como

productor de materias primas, pero para su explotación ubico a los ingleses como los

principales inversores de capital. En palabras de Marx podríamos decir que los ingleses

tenían, - o intentaban -, mantener bajo control la contradicción dada entre las fuerzas

productivas y los modos de producción, en algunos casos bajo la represión o tratándose

de estados extranjeros; la coerción económica.

Esta situación fue la que los convirtió en el símbolo del progreso a nivel mundial, y a

establecerse y conducirse como verdaderos feudos cuando adquirían territorios en otras

partes del mundo, es decir, que la combinación de su feudalismo permitió el desarrollo

y crecimiento de su capitalismo.

No obstante, este sistema fue muy bienvenido por las naciones donde invirtieron, y mas

tarde por el personal que emplearon en sus estancias.

Puntualicemos con respecto a la formación de las estancias que nos ocupan.

Con la ampliación de la frontera indígena y luego con la posterior Conquista del

Desierto, - acompañado de las bondades del gobierno argentino -, se formo una de las

principales compañías de tierras inglesas; la South American Land Company (SALCo.)

ubicada en La Pampa. Pero la verdadera inversión en tierras patagonicas se produjo con

la formación de la Argentine Southern Land Company (ASLCo.). Esta será mas

conocida en adelante como Estancia Leleque, donde tuvimos oportunidad de constatar

en la copia del registro ingles que se encuentra en la estancia, la fecha de inscripción la

cual fue el 1° de Mayo de 1889.

Esta compañía que abarcaba una gran extensión de tierras, luego dio origen a la

formación de otras compañías, como la Tecka (Argentina) Land Company, cuyos

valores comenzaron a cotizarse en Londres en 1910. Luego esta será conocida como

Estancia Tecka. Esta subdivisión solo respondía a la búsqueda del incremento de sus

capitales.

Si nos preguntamos el criterio que tuvieron los ingleses en cuanto a la selección de las

tierras patagonicas para la explotación, debemos remitirnos a la tarea realizada unos

años antes por Musters.

Hacia 1928, la Argentine Southern Land Co. (Leleque) poseía 650.000 hectáreas y la

Tecka Co. poseía 400.000 hectáreas. 1

Veamos un momento como era la organización administrativa dentro de la compañía,

siendo este uno de los aspectos fundamentales que nos ocupa en la investigación.

El relato de Hovich explica; “ la producción durante la época de los ingleses era muy

organizada, había un director en Londres con sus directores y presidente de directorio

que tenia continua correspondencia con el gerente que se encontraba acá, por supuesto

ingles, y los que iban llegando eran adiestrados en la estancia hasta escalar a ser

gerentes. Tal es el caso de mi suegro Luis Peine quien había ingresado en 1928 como

peón y llego a gerente. En Buenos Aires tenían una oficina sobre Avenida de Mayo

donde se encontraba el gerente general, un director y la agencia de compradores, los que

también se encargaban de las gestiones políticas con el gobierno de turno. Desde la

estancia se hacían los pedidos al finalizar el balance anual, se debía preguntar si se

podían comprar los faltantes. El gerente que se encontraba en la estancia tenia cartas

oficiales con Buenos Aires y hasta 1976, - fecha en la que fue vendida la estancia

Leleque a los terratenientes argentinos -, habían dos gerentes, uno ubicado en Leleque

que se encargaba del trabajo y coordinación del campo y otro en Pilcañeu que

administraba la parte contable. Esta división la hicieron cuando se retiro mi suegro en

1968 porque la burocracia de los papeles había aumentado y se necesitaba un contador

mas eficiente, por ello separaron las tareas administrativas de las agrícolas. El centro

administrativo se encontraba en Pilcañeu. Esta división permaneció hasta 1984.” 2

Como notamos el cargo principal en la administración era ejercido por un gerente general, quien funcionaba como el principal contacto entre las ordenes desde Londres- Buenos Aires y la estancia. De esta manera se iniciaba la cúspide de la organización verticalista inglesa. Continuando el relato de Hovich, aclara que debajo del gerente continuaban el

mayordomo principal que tenia cada estancia; por lo tanto, se encontraba uno en

Leleque, otro en El Maiten, Pilcañeu, Alicura, Adolfina (Pcia. Bs. As.) y otro en San

José hasta que inundaran las tierras para construir la presa El Chocon.

También aclara que no había mayordomos secundarios (a veces se los denominaba así o

también se los llamaba cadetes), debajo de aquellos estaban los capataces, peones,

1 Dumrauf, C., Historia del Chubut, p. 319. 2 Jorge Hovich, se desempeño como ayudante de campo y luego mayordomo en Pilcañeu (1963-1966) en la Estancia Leleque (1966-1970), mas tarde fue mayordomo en El Maiten (1970-1978). Hacia 1979 paso a convertirse en administrador general en la Estancia Tecka hasta su retiro en el 2001.

ayudantes. La cúpula siempre estaba integrada por ingleses o hijos de ingleses, desde

los capataces en adelante ya eran paisanos o lugareños.

Los informes de los mayordomos siempre se realizaban en ingles y por triplicado, se

enviaba una copia al gerente y otra a Buenos Aires. Entre ellos se comunicaban en

ingles, a veces en castellano, pero con los capataces y peones siempre en castellano.

Recuerda: “yo me arreglaba con el gerente de la compañía, a veces venia un director a

visitar la estancia y pedía explicaciones y había que dárselas, por eso toda la papelería

de los informes; la alambrada, señalada, venta de hacienda, importes de las ventas,

muertes de animales, todos los informes eran mensuales y siempre por triplicado.”

Luego agrega; “había mucha gente trabajando, desde el ’62 hasta el ’75, existían

muchos empleados porque no incidía en los costos. Había un herrero con su ayudante,

chofer (que también hacia otros trabajos), el personal domestico, cocineras,

planchadoras, jardinero. En la época de invierno se hacían muchos jardines de invierno

porque la gente estaba aburrida y no salía. También había una huerta y un quintero que

la cuidaba, en los años ’50 o ’60 todavía no llegaban frutas y verduras, y aquí se

necesitaban.” Cabe aclarar que todo el personal nombrado, vivía en la estancia y se les

entregaban en algunos casos víveres además del sueldo que percibían. Muy pocas veces

salían de la propiedad de la compañía, ya sea por las distancias o porque se abastecían

en la proveeduria o boliche de la estancia.

Hovich también recuerda que los sueldos siempre eran abonados en fecha dentro de los

primeros tres o cuatro días del mes con los aportes correspondientes. Cada empleado

recibía su sueldo, la vivienda y los alimentos. Los puesteros recibían absolutamente

todo lo necesario para vivir dado que se encontraban diseminados en las grandes

extensiones para el cuidado del ganado, entre otros.

La ración de alimentos se entregaba una vez por mes en el invierno, en el caso que el

puesto estuviese en un lugar sin caminos o muy lejos se les entregaba para dos meses.

Estos alimentos eran los vicios, es decir, los alimentos básicos como papa, harina, arroz,

fideos, hasta un capón por semana .Si deseaba otros alimentos los debía comprar en el

boliche”.

Para la tarea de alambrar se recurría a una cuadrilla de alambradores y el material debía

traerse por barco hasta Puerto Madryn y luego en carretas de mulas, es decir, de la

misma manera que luego salía la lana aunque también era enviada hacia Pilcañeu que

era punta de rieles.

Con respecto al tema agrega Mc.Donald, “antes todo era abierto, con respecto al

pastoreo, se robaban las vacas y las ovejas o desaparecían, hubo un administrador que le

faltaron 10.000 cabezas de vacunos. Todo estaba mal administrado, faltaba engorde, se

estaban quedando sin pasto, por ello empezaron a alambrar. Los alambrados acá en

Leleque empezaron desde afuera hacia adentro, por eso que los puestos de la compañía

están de esta manera ubicados, y en la periferias. Mucho después empezaron a alambrar.

Todo estaba mal administrado, faltaba engorde, se estaban quedando sin pasto, por ello

empezaron a alambrar. Los alambrados acá en Leleque empezaron desde afuera hacia

adentro, por eso que los puestos de la compañía están de esta manera ubicados, y en la

periferias. Mucho después empezaron a alambrar”.3

El objeto del alambrado, como nuevamente vemos aquí, consistía en aumentar la

capacidad productiva de los campos, evitar el robo del ganado y reducir el personal

dedicado a su cuidado.

Tal vez como una de las formas de retención de la peonada y atracción de habitantes a

la región, los ingleses comenzaron a instalarlos en su territorio, ayudados de los

mecanismos de sujeción a la tierra donde el almacén cumplía un rol protagonico.

Fuera de la actividad propia de la compañía, obtenía un ingreso reducido pero regular de

los almacenes de ramos generales que tenia en Leleque, Pilcañeu y Maquinchao. Si bien

en una primera etapa la presencia de las proveedurias era imperiosa dado las

extensiones con los pueblos mas cercanos a las estancias, luego se convirtieron en

verdaderos centros de retención de la peonada. Así lo argumenta un administrador para

la época; “los almacenes proveían a la administración local de un fuerte efectivo por la

clientela externa, mantenían una porción considerable de los salarios de los peones en

las arcas de la empresa, el control de los almacenes por la compañía evitaba que se

expendiesen en ellos bebidas alcohólicas, y, lo que era mas importante, vital para

proveer a los peones y mantenerlos en el lugar.”4

Para abordar la función del boliche, sobre todo el de la estancia Leleque, recurriré al

relato de Olga Breide quien manejo durante varios años junto a su esposo el boliche que

se encontraba en el ingreso a la estancia.

Recuerda; “era un almacén de ramos generales y muchas veces realizábamos las

compras junto a los ingleses que ya se abastecían con el tren descargando en la estación

3 Ronald Mc. Donald se desempeña actualmente como administrador general en la Estancia Leleque desde 1991 momento en que se efectúa la compra por parte de Bennetton. 4 ASLCo. , Cord. a Londres, 01/02/1906, en Miguez E., op.cit. p. 281.

que estaba dentro de la estancia. A veces se compraban los vagones de harina a medias,

luego le pagábamos a los ingleses y estos, lo remitían a Buenos Aires. Para nosotros era

muy conveniente ya que de esta manera se evitaban gastos en cheques y otros medios de

pago. No competíamos con la proveeduria que se encontraba dentro de la estancia, pero

muchos peones venían a comprarnos porque teníamos mas productos. Además venían a

jugar al pin-pong y al fútbol. Asistían no solo peones, también de la contaduría,

capataces, etc.

Los ingleses generalmente no compraban los víveres en Esquel, en su gran mayoría los

pedidos se hacían con las grandes firmas en Buenos Aires; como Nestle, Terrabussi, etc.

Mas tarde comenzó a llegar el vino del valle del Río Negro y la nafta de Jacobacci en

camiones, lo único que se compraba en la región.”

En cuanto al trato, comenta Olga Breide; “eran muy exigentes pero los hacían cumplir y

cumplían mucho con ellos. Era la única manera de trabajar. Desde el mayordomo en

adelante eran todos paisanos, el resto eran todos ingleses y los hijos de los gerentes

hablaban siempre en ingles, pero los hijos de los mayordomos no tanto. Vivían como si

fueran una familia.”5

El denominado boliche de Sarquis significaba para los ingleses un punto de

abastecimiento mas como el caso de la proveeduria dentro de la estancia. En este caso,

todos aquellos elementos que los peones tenían que adquirir y no lo deseaban en la

estancia, tampoco se veían obligados al tener que esperar para acercarse al pueblo a

comprarlo, cuando tenían mucho mas cerca este boliche.

Desde el punto de vista de los empleados, trabajar en la estancia constituía una buena

posibilidad de ahorro, - siempre y cuando se administraran adecuadamente -, dado que

recibían la vivienda y los alimentos necesarios para vivir, su salario se destinaba a

ahorros que luego eran invertidos en otro emprendimiento o en la construcción de su

hogar en Esquel.

Esta situación la recuerda Elvey Rowlands; “a todos los empleados les hacían los

aportes jubilatorios como marcaba la ley. En el año ’57 el sueldo de un peón era de

5 Olga Breide de Sarquis junto a su esposo que era comerciante compraron seis hectáreas en Leleque donde instalaron el boliche que ya tenían en Vuelta del Río. Estas hectáreas pertenecían a De la Vega quien quedo con sus tierras encerrado cuando los ingleses comenzaron a alambrar, se negó a irse y la compañía al quitarle tierras que eran fiscales tanto para el como para ellos, le impidió poseer hacienda. Solo le dejaron una salida por delante y otra por detrás, luego se construyeron las edificaciones para poner un negocio de ramos generales y un restaurante. Sarquis le compra el terreno a De la Vega en 1945 y se mudaron en 1948 donde vivieron hasta que su esposo Habibi enfermo y se trasladaron a Esquel. En los años ’90 el boliche fue vendido a la firma Bennetton con la petición expresa de construir un museo en el lugar.

$ 500, el mismo recibía por día $ 14 mas los alimentos y la vivienda. Esto para la época

significaba una fortuna, nunca nadie se quejaba porque estaban bien. Nadie era obligado

a comprar en la proveeduria de la estancia, podían pedir permiso para ir a Tecka, Esquel

o donde quisiesen ellos.

Esto sucedía en Pampa Chica el casco principal de la estancia de Tecka. Mi madre era

cocinera del contador, del mayordomo general y los cadetes. Mi papa era el mucamo de

la misma gente. El gerente vivía en otra casa y lo atendían otros sirvientes. Llegamos a

la estancia a través de la recomendación de otro matrimonio del lugar. En la

administración eran todos ingleses. El gerente se encontraba en el edificio principal y

cada uno tenia su oficina, los mayordomos y el contador respectivamente. Allí estaba la

caja fuerte y un pequeño compartimento donde la gente ingresaba en el momento del

cobro por una ventanilla le pagaban y todo lo hacia el mismo contador. Los que se

encontraban en Pampa Chica eran el gerente, el mayordomo, el contador, el ayudante de

mayordomo y dos o tres cadetes que rotaban. En la sección de Jaramillo había otro

mayordomo que tenia a su capataz a cargo y los peones.

El almacén surtía a gente de otros lados no solo de la estancia, se encontraba cerrado

con una gran reja de hierro con un candado. Se vendían todo tipo de enseres,

comestibles, ropa, peleras, mandiles, escaronas, bastos (todos aperos para montar). Todo

era comprado en Argentina, no venia nada de Inglaterra; el aceite Gallo, Bagley, la ropa

era de Maragato que vendía Fernández Criado y Cía. Había una casa de telas en Buenos

Aires que tenia su viajante, venia en marzo y en octubre con la ropa de verano y de

invierno, traía el muestrario con sus valijas, levantaba el pedido y después lo mandaban

en cajas grandes de un metro y medio de largo. Los alimentos venían en bolsas que

podían ser de harina, azúcar, fideos, trigo pisado, arroz todo era comprado a los

viajantes que venían de Buenos Aires. Algunas cosas se compraban en Esquel, como

podía llegar a ser a Molinos Río de la Plata. Llegaban en tren hasta Esquel y luego en

camiones hasta la estancia, el transporte primero estaba a cargo de Tomas Larriñaga y

luego de Pedro Aguado.”6

Hasta aquí podemos notar que el abastecimiento del boliche del casco principal de

Tecka era distinto del sistema empleado en la estancia Leleque, siendo la finalidad y uso

6 Elvey Rowlands, vivió y trabajo con sus padres en la estancia Tecka, en el casco principal. Fueron empleados allí cuando llegaron de Gaiman en 1949. Su madre era cocinera y su padre mucamo en la casa del mayordomo principal, en 1951 fueron ascendidos a proveedores del almacén de ramos generales. Su padre falleció en 1957 y el quedo a cargo de la atención de la proveeduria hasta el año siguiente que dejaron la estancia.

exactamente el mismo en ambas. La estancia Leleque se encontraba beneficiada gracias

al trazado del ferrocarril que intencionalmente paso por allí y esto contribuía a facilitar y

abaratar los costos de flete, en cambio la estancia Tecka al estar mas alejada del trazado

férreo, no solo que era abastecida a través de los viajantes desde Buenos Aires sino que

en mayores oportunidades se veían obligados a comprar en Esquel, como observamos

en las firmas mencionadas. Por otra parte notamos a diferencia de los primeros años de

la compañía, donde los costos eran menores en Inglaterra provocando la llegada masiva

de sus manufacturas pero luego en forma paulatina y el encarecimiento de la mano de

obra en Europa fue mas fructífero comprar a empresas argentinas; sobre todo

alimenticias y textiles. No olvidemos que nuestro país hacia los años ’30 y ’40 se

encontraba poniendo en marcha el modelo de sustitución de importaciones.

De todos modos el boliche tenia una función primordial en el abastecimiento del

personal y era sumamente valorado por estos. Contrariamente a las investigaciones que

se han realizado al respecto, donde notamos a los peones y demás personal

prácticamente esclavizado a la compañía.

La estancia estaba dividida en varias secciones, - además de las mencionadas,- como

Barrancas, Dos Arroyos, Caridad y Tres Lagunas, en esta ultima había un capataz y tres

o cuatro peones que carneaban ellos mismos para el abastecimiento, pero los vicios y la

ropa la debían ir a buscar al casco principal.

Rosa Austin quien también trabajo en la estancia Tecka junto a sus padres,- justo antes

de jubilarse y ser reemplazados por la familia Rowlands en la proveeduria -, también

recuerda con gratitud su paso por la compañía; “ trabajaba de planchadora en la casa del

gerente junto a mi hermana y mi padre había sido contratado para trabajar allí también.

mi madre no trabajaba y vivíamos en una casa cerca de la proveeduria.

Allí no se gastaba en nada, porque nos daban la comida y la vivienda, cuando estabamos

aburridas con mi hermana nos íbamos a Esquel a pasear para gastar el dinero que

ganábamos planchando. Trabajaba mucha gente y se pagaba en termino, a fin de mes se

hacían los pagos, cobrábamos el sueldo y no gastábamos nada. Era un lindo lugar para

trabajar. Tanto el gerente como el mayordomo vivían con muchisimos lujos pero eran

muy rígidos para el trabajo.”7

7 Rosa Austin, hija de Williams Williams quien junto a su otra hija y esposa trabajo en la estancia Tecka en el casco principal desde 1931 hasta 1935 en la proveeduria. Luego se retiro y regreso a la estancia en 1939 donde su padre se jubilo en 1951. Rosa se caso y se fue a vivir a Esquel visito a sus padres en la estancia hasta que se jubilaron. Su padre llego a tener una relación tan estrecha con los ingleses que le ofrecieron viajar a Gales pero este se negó.

También menciona Hammond la utilidad del boliche, y dice; “íbamos a buscar de todo,

la gente también iba al almacén de Sarquis que estaba bien provisto. Era una gran

ventaja porque uno lo tenia allí muy cerca y no tenia que trasladarse hasta Esquel. Sino

podía pagar la mercadería ese mes, los ingleses nos daban crédito y lo descontaban al

mes siguiente. Todo era muy organizado, ellos el día 20 de cada mes hacían la

liquidación de sueldos y el día 28 ya se podía pasar a cobrar. Siempre pagaban en regla,

eso si muy poco pero al día. Con los proveedores del pueblo también se manejaban de la

misma forma, del 1 al 5 de cada mes se les pagaba. Todo era en copias por triplicado,

muy ordenado.” 8 También agrega Rossi; “me pagaban el sueldo, tenia la vivienda y la

leña. Siempre pagaban todos los aportes a la nación. Había un herrero polaco que

trabajo con ellos y vivía en Esquel; se retiro con una linda jubilación.”9

Es notable como en los relatos se repite la gran utilidad del boliche-proveeduria y se

remarca enfáticamente la organización tanto administrativa como la referida a los

sueldos. Es difícil comprender como el personal veía con agrado el crédito que los

ingleses les otorgaban sin notar que ello implicaba un mecanismo de sujeción a la

estancia. Verdaderamente podemos concluir que las necesidades eran mutuas dado que

los ingleses no podían prescindir del personal que poseían, y este encontraba buenos

beneficios al emplearse para los sajones.

Notamos que son otros de los empleados de la compañía que mencionan los buenos

sueldos que recibían y las bondades que significaba trabajar en la estancia.

Analicemos a la compañía desde el punto de vista de sus ingresos, durante sus primeros

años mencionamos que las ganancias se hicieron esperar pero luego de una

reorganización administrativa las enormes propiedades comenzaron a dar sus frutos. En

estos primeros años, - comienzos del siglo XIX-, los gastos mencionados solo eran los

correspondientes al mantenimiento de los edificios y maquinarias y los ingleses se

encontraban mas preocupados en cuanto a la capitalización ganadera (stock) y no a las

ganancias reales. Los enormes gastos que ocasionaban, por ejemplo los salarios no

quedaban registrados y eran deducidos antes del balance anual. Fue por ello que

necesitaron una reorganización. 8 Adolfo Hammond trabajo en la compañía como aprendiz desde 1970, tanto en el casco como en la sección de El Maiten hasta 1975. En este año fue trasladado a estancia Tecka hasta 1977 como cadete, luego paso a estancia El Cóndor en la provincia de Santa Cruz hasta 1979 para regresar a Leleque hasta 1983. Regreso a trabajar en la estancia Tecka junto a la administración de Hovich desde 1992 hasta 1995 como segundo administrador.

Ampliemos un poco mas la información que aquí nos ocupa con respecto al personal

contratado por la compañía.

Rowlands menciona; “en el casco de Pampa Chica se encontraba el capataz general, el

carnicero o carneador, el galponero, el jardinero, el que cortaba la leña, el cabañero, el

lechero, el caballerizo que traía a los caballos todas las mañanas para los peones. El

galponero cuidaba el galpón de esquila y además recibía los cueros todos los días que

faenaba el carnicero. Los días miércoles le traían los cueros de los distintos animales

que habían muerto en los puestos. Si era posible se los estaqueaba y los curaba en la

estancia, los enfardaban en arpillera (igual que la lana) y le colocaban un membrete que

decía CUERO MORTECINO indicando que había muerto a campo abierto o fue

atacado por los zorros. Así se iba a Buenos Aires.

También estaban los chateros, que tenían a su capataz llamado el marucho. Este era una

persona joven que trabajaban con los vagones, las mulas y los burros, los traía para atar

a las chatas que tenia su conductor con seis animales; uno iba a las varas, otro iba

montado y cuatro mas. De esta forma se acarreaba la lana, la leña, y todo lo necesario en

el casco” Luego agrega al respecto Austin; “también estaba la chacra con una huerta

para consumo, pero se encontraba bastante retirada del casco. El chacarero vivía allí con

su familia. Además había una huerta en el casco al lado de la casa del gerente. Había

una persona para cada cosa, en la casa del gerente, por ejemplo estaba el cocinero, el

mozo, el que le traía los caballos por la mañana, el chofer, todos tenían una casa para

ellos y algunos la compartían.”

Realmente si tomamos en cuenta las dimensiones de las tierras de la compañía y las

cabezas de ganado para cuidar, podríamos inferir que el personal era necesario. Pero

cada uno de ellos además vivía con su familia y se les brindaba la vivienda. Los ingleses

no dejaban de vivir cómodamente solo por encontrarse en la Patagonia, las costumbres

sajonas no eran dejadas de lado y su inmenso imperio les permitió durante largo tiempo

mantener esta estructura mas allá de las perdidas de los primeros años. Observamos que

intentaron reducir el personal con el establecimiento del alambrado, solo contribuyeron

a una mejora momentánea en este aspecto, dado que la organización no podía manejarse

evidentemente con poco personal. Si debemos admitir, que en los primeros tiempos

9 Gelindo Rossi, italiano constructor contratado por la compañía para realizar diversos trabajos de infraestructura. Se instalo en primera instancia solo con sus peones en 1954 y luego traslado a su familia. Trabajo sobre todo en el casco durante cinco años.

donde no existía la presencia de maquinaria de alta tecnología como así también de

transportes terrestres (excepto el ferrocarril), los chateros y sus mulas eran muy útiles.

El personal que se ampliaba notamos que no era precisamente ingles, es decir, de la

dirigencia. Sino mas bien el vinculado a las tareas ganaderas, de mantenimiento o

ampliación de la infraestructura.

Para realizar algunos de los primeros trabajos en la estancia de Leleque contrataron al

padre de Carlos D’arold, y dice; “llego en 1936 junto a Mc.Kinon que había sido

nombrado como cadete de la compañía y después llego a ser gerente. Coloco las prensas

para la lana y construyo varios de los puestos. Además era picapedrero y carpintero.

Realizaba mejoras en el casco principal donde vivía. Para las construcciones en las

secciones se instalaba allí durante dos o tres meses y después volvía al casco.”10

Para las construcciones, los ingleses apreciaban mucho el trabajo de los italianos y este

no será el único contratado. También tenemos el ejemplo de Gelindo Rossi, quien

trabajo como constructor en la estancia Tecka, mas precisamente en el casco principal.

Y agrega; “cuando llegamos había muy pocas construcciones y mal hechas, tuvimos que

dormir en una primera época en la caballeriza que después fue un chalecito. Yo tenia a

mis propios obreros y carpinteros que estaban a mi cargo, les tenia que cocinar a todos.

El contacto para trabajar en la estancia fue a través del ingeniero Zabaleta a quien ya

conocía por otras construcciones que hicimos en Esquel con sus planos. Los ingleses

venían a buscar presupuestos de los constructores que estaban aquí y el ingeniero me

recomendó. Los presupuestos eran todos enviados a Buenos Aires para ser aprobados,

en una oportunidad cuando llegaron algunos accionistas trajeron un traductor de italiano

para poder comunicarse mejor.

El primer trabajo fue el baño para las ovejas en Pampa Chica que quedaba camino a Las

Horquetas, estaba a unas tres leguas del casco principal. Cuando realizamos este trabajo

yo vivía solo en la estancia y mi familia en Esquel. Después se construyo el chalet de

dos pisos que iba a ser para el mayordomo fue la única casa que se hizo, otro baño de

ovejas en el casco y otro en Jaramillo. Siguieron refacciones en la casa del gerente; se

agregaron dos fogones, cambio de pisos. También mejoras en la casa del chofer, en las

oficinas. El chofer tenia su propia casa y manejaba una camioneta con la que hacían las

compras en Esquel y se transportaba al personal, además el gerente tenia su propio auto.

10 Carlos D’arold nació y vivió con sus padres en la estancia Leleque desde 1936 hasta 1958, fecha en la que se jubilo su padre. Este era italiano recién arribado al país luego de la Primera Guerra Mundial y fue contratado como albañil. Trabajo en las distintas secciones de la compañía; Pilcañeu, Alicura, Leleque, Montoso, Tecka y San José antes de la construcción de la Presa El Chocon.

Las casas de los puesteros no tenían cocina y ellos se las colocaron, no las sabían usar

porque estaban acostumbrados al fogón y a los paisanos no les gustaban mucho los

adelantos. Se mejoro la cabaña de los reproductores confeccionando el enrejado de

ventilación en los pisos. Fue una técnica que dio muy buen resultado hasta quisieron

que fuese a trabajar en otras estancias que tenían en Australia.”

Agrega Hovich; “en Leleque se hicieron canales y uno enorme que venia del Río

Chubut para regar lo que se denominaba “el valle de la bombilla”.

Los avances y mejoras en infraestructura, notamos que en los ingleses eran

significativos para el mayor aprovechamiento de las tierras y el aumento de sus

comodidades Para lo cual también contrataban personal que indefectiblemente debía

instalarse en la estancia.

Los avances y mejoras en infraestructura, notamos que en los ingleses eran

significativos para el mayor aprovechamiento de las tierras y el aumento de sus

comodidades Para lo cual también contrataban personal que indefectiblemente debía

instalarse en la estancia.

Otro gran momento en la contratación de empleados era cuando se efectuaba la esquila,

al comienzo la realizaban los peones de la estancia pero luego se recurrió a la

contratación de comparsas de esquila. Cuando lo realizaba la administración de la

propia estancia, de todos modos se debían buscar a los esquiladores de la zona de

Gualjaina, Corcovado, etc. Hovich recuerda; “que tenia a un peón en la reserva indígena

de Languiñeo, quien se encargaba de buscar los esquiladores con tiempo. Antes del

surgimiento de las comparsas se lo denominaba esquila por administración, se debía

contratar no solo el esquilador, sino también el mesero, al mecánico y ayudante de

mecánico. Todas las contrataciones las realizaba el mayordomo de cada estancia, los

esquiladores solo recibían los alimentos mientras duraba la esquila, además de sus

sueldos”.

Recordemos que este era el único personal contratado que no residía en las estancias al

igual que las cuadrillas de alambradores; pero de todos modos estaban a cargo de la

compañía los víveres para alimentarlos y el hospedaje transitorio.

En cuanto al manejo de la contratación de los esquiladores en la estancia Tecka,

también mencionan Austin y Rowlands; “la esquila la hacían los mismos de la estancia,

tenían maquinas en un galpón grande y allí mismo lo enfardaban. La esquila la hicieron

solos hasta el ’53, tenían galpones con 24 manijas, la sección de Jaramillo tenia algunas

menos, contrataban en forma individual a algunas personas.

A partir de 1953 se empezaron a contratar las primeras comparsas con gente del sur de

Buenos Aires, Río Negro, ninguno era de esta región. Eran contratistas que venían y

traían a su gente, ya tenían el edificio destinado donde vivirían los dos meses que

duraba la esquila. Los que se contrataban en forma aislada con anterioridad a las

comparsas si eran de la región, pero después no.”

Quien también recuerda la esquila por comparsa en la estancia Tecka es Adolfo

Hammond, que trabajo primero en Leleque en la época de contratación de esquiladores.

Agrega: “en Tecka se hacia siempre por comparsa y en Leleque antes la hacían los

esquiladores contratados que venían de Cushamen, llegando en noviembre y se juntaban

treinta o cuarenta personas que hacían la señalada y la esquila. Trabajaban en la

estancia donde estaban los galpones con las tijeras. Los galpones estaban el Leleque, El

Maiten y Fitriuin”.

Coincide aquí con el relato de Hovich quien para los años ’60 se encargaba de buscar

baquianos del lugar para la esquila hasta que llegaran las comparsas a la estancia

Leleque. La contratación de las comparsas fue el primer signo de desplazamiento para

los trabajadores locales. La mano de obra se iba complejizando.

Luego Hammond menciona; “los ingleses tenían un sistema de trabajo muy bueno,

había que saber de todo, lo traían de chico como aprendiz para que vaya sabiendo todo

lo relacionado al manejo del campo. Esto en cuanto a los ingleses que deseaban que

luego gerenciaran la estancia. No tenían preferencia solo por los ingleses en estos

cargos, si de todos modos lo eran desde el gerente hasta los capataces. Muchas veces lo

importante es que supiera la tarea, por ejemplo Mc. Kinon era australiano y fue el

gerente de Leleque durante mucho tiempo.” En este punto agrega Hovich; “ los ingleses

eran muy organizados y estrictos. A la gente que tenían la iban formando, entraban de

ayudante de campo después lo ponían de segundo mayordomo (cadete), pasaba a una

sección y lo probaban, si iba bien quedaba o lo trasladaban a un campo menos

importante. Fíjese Mc.Kinon ingreso en 1936 de cadete y se retiro como gerente en

1980!”.

Vemos como se destaca la labor inglesa en cuanto al aprendizaje del trabajo y la

organización estricta del mismo, si bien la gerencia podía ocuparla otra persona no

inglesa de todos modos vemos que debía ser sajón, y no precisamente por la comodidad

del idioma. El personal nos deja entrever que el orden era suficiente para ellos como

símbolo de buena administración y ganancias.

Muy hábilmente la estructura se mantuvo durante años bajo la mascara de la

prosperidad que traía a la región y a sus pobladores. Las mejoras edilicias en las tierras

de la compañía avanzaban y para ello necesitaban mano de obra que se encargara de

esta tarea. Mencionamos con anterioridad que la principal preocupación fue alambrar el

perímetro para el cuidado de la hacienda; ahora había que reacondicionar las

instalaciones para la explotación de la misma.

Transición y continuidad sajona

Los deseos del personal para que su paraíso no terminara, no fueron tan fuertes como

los cambios acontecidos a nivel mundial hacia mediados del siglo XX.

Los ingleses habían dejado de ser la potencia mundial y debían reconstruir su país y su

economía luego de la Segunda Guerra Mundial. Los Estados Unidos ofrecieron a

Europa el Plan Marshall, pero en el caso especifico de los británicos sirvió para

otorgarles la ultima estocada que los desplazaría del control de la economía mundial;

debían despojarse de sus inversiones en los distintos países donde estuviesen estas

instaladas. En el caso nuestro desemboco en la nacionalización de varias empresas entre

ellas el ferrocarril. Sumado a esta situación coyuntural internacional, los ingleses

debieron agregar las medidas políticas peronistas que al plantear la independencia

económica cerceno el resto de las ganancias británicas, como lo intento con las

norteamericanas.

Al respecto recuerda Gelindo Rossi; “a los ingleses no les interesaba el desarrollo de la

zona, eran muy ambiciosos, querían explotar todo, del resto que se encargue el gobierno

nacional. Hablaban mucho de política y en esa época todavía era Territorio Nacional,

cuando el peronismo provincializo ellos dijeron que a partir de allí se terminaba la

cucaña (palo enjabonado), es decir, se terminaba la farra. Mientras el territorio era

nacional, no pagaban impuestos, solo había un gobernador que lo pagaba la nación,

ahora se ampliaba la burocracia política y la iban a pagar los pobladores.”

Tal vez en este fragmento podamos dilucidar las verdaderas intenciones de la compañía,

mas allá de las bondades que le personal veía en ella. No obstante, reconociendo las

medidas las avalan igual!.

Quienes compran las tierras de la ASLCo. son terratenientes argentinos que ya poseían

otras estancias no solo en la Patagonia sino también en la provincia de Buenos Aires.

Hacia 1960, Paz, Menéndez y Ochoa compran la estancia Tecka. Mas tarde en 1976,

compran Leleque hasta la estancia El Cóndor que ahora era subsidiaria de esta

compañía.

Menciona Hovich con respecto a la venta de la estancia Tecka; “los ingleses la

vendieron contra su voluntad porque no todos los accionistas querían vender. Al paso de

los años y para evitar peleas de los accionistas nuevamente, la compañía decidió

unificar todas las otras estancias con Alicura (Pcia. de Bs.As.) y El Cóndor (Pcia. de

Santa Cruz) para concentrar capital. Existían muchos problemas entre los directores y

los accionistas.”

Notemos la forma de proceder de la compañía, cuando a comienzos del siglo XX

realizaron lo contrario al ver que las tierras no producían las ganancias suficientes y

ahora como medida alternativa, nuevamente concentran el capital, no lo subdividen.

Otro factor que agudizo la problemática fue el gobierno del laborista Wilson que

comenzó a gravar el dinero que las compañías ingresaban a Gran Bretaña. Por lo tanto,

pagaban impuestos al salir y al entrar, indefectiblemente las ganancias ya no serian las

mismas.

Luego agrega Hovich; “ vinieron a avisarme cuando compraron los argentinos, fue un

cambio importante porque los ingleses me daban una participación del 5% sobre las

ganancias. Esta concesión fue para que yo controlara bien el robo de ganado que había

para la época. Cuando llegaron los argentinos se termino todo, fue el mismo Menéndez

quien me dijo que seguía como mayordomo pero con sueldo fijo. El gerente de campo

de ese momento en Leleque era Mc.Kinon y el administrativo era Mc.Williams. Desde

el momento de la compra las estancias empezaron a funcionar muy mal.

Acá en la Patagonia hay una idea equivocada porque se creen que tienen dinero y

compran campos y ya se convierten en estancieros. Después dejan a un administrador y

cuando este se va no saben que hacer, porque no saben nada del manejo del campo y la

hacienda. Cuando siguieron administrando los hijos a la empresa de los padres, fue

mucho peor todavía. Tenían mas dinero y sabían menos. Hacia 1980 los Menéndez se

van fundiendo y no pueden mantener la estancia, se contactan con el grupo económico

de Carlo Bennetton y le venden Leleque. Paz y Ochoa tenían menos porcentaje en la

sociedad, venden y se quedan con la estancia Tecka. Menéndez se quedo con la estancia

El Cóndor que también se la vendió a Bennetton y el dinero fue para pagar deudas con

los bancos.”

Menéndez junto a Brown eran unos de los estancieros pioneros en la Patagonia, en el

caso de Tierra del Fuego prácticamente eran los dueños. Fueron ellos quienes

introdujeron el ganado ovino en la Patagonia sur desde Malvinas. Es decir, que no eran

nuevos en la materia pero evidentemente sus negocios se manejaban en forma indirecta,

totalmente al revés de la costumbre inglesa.

Al respecto menciona Mc. Donald; “cuando las tierras pasan a manos argentinas, lo

único que estos tienen es el dinero, pero nada sabían del campo y de la cultura ovejera.

Fue por esto que las estructuras las dejaron igual que en la época inglesa. Era toda gente

educada en colegios ingleses y totalmente anglófilos, ya sea por comodidad o por una

cuestión de elite dejaron todo igual; pero sin ninguna idea de administración. Paz y

Ochoa se dedicaban al ganado principalmente en la pampa húmeda que era muy distinto

al manejo del de acá; si bien Paz tenia una estancia en Tierra del Fuego.”

Continuamos con el relato de Hovich dado que fue un empleado clave dentro del

periodo de transición de las tierras y ocupaba un puesto directivo. Consideramos que es

uno de los que mejor puede expresar los cambios que en nuestra investigación nos

ocupa.

Agrega; “cuando me quitaron la participación en las ganancias quise renunciar, entonces

me hicieron una buena oferta y me trasladaron como administrador a la estancia Tecka.

Cuando llegue allí era un desastre en todo sentido. Paz era lanero pero no se metía en

ningún trabajo y Ochoa era productor en Buenos Aires así que conocía menos que Paz.

Por esta situación me delegaron todo a mi y me dijeron que me manejara como quisiera,

lo primero que tuve que hacer fue vender hacienda vieja. Como no conocían nada

dejaron intacta la organización y se impusieron con el sistema ingles que contablemente

era perfecto. Algunos ingleses que habían quedado, como Mc.Kinon, continuaron pero

cuando le empezaron a decir como tenia que trabajar, este se canso y se fue, ya no era

como hablar con el director en Inglaterra y siempre estaba a la defensiva. En la estancia

Tecka cuando vendieron estaba en la administración Benjamin Cook, quien tampoco

continuo porque lo fueron a condicionar, entonces se fue.”

Para corroborar el relato de Hovich, recurrimos a Hammond quien para la época se

encontraba trabajando en la estancia Tecka. “cuando compraron los argentinos siguió

casi la misma gente, algunos mayordomos se fueron. La estancia fue desmejorando

hasta que llego Hovich en el año ’70 y la recompuso volviendo a las modalidades

inglesas. Antes el administrador (gerente en época inglesa) era Landon que continuaba

de la etapa anterior pero era un desastre porque no tenia apoyo de parte de Paz,

Menéndez y Ochoa. En la estancia Leleque sucedió los mismo, cuando se fue Mc.Kinon

y quedo Mc.Williams que era administrador contable empezó a andar todo mal.

Después llego un tal Morelli y fue peor. En cambio en Tecka mientras estuvo Landon el

ganado estaba afectado por muchisima sarna que había en toda la zona y al llegar

Hovich esto se pudo controlar; hizo un muy buen manejo de la hacienda. El orden

había vuelto y se notaba con lo bien que se llevaba el ganado.”

Agrega con respecto al trato y el pago de los sueldos; “con los argentinos el trato con

los peones siguió siendo bueno, durante el primer tiempo en Tecka había mucho

desorden administrativo con los pagos, ya no eran tan organizados con el dinero. A

veces se demoraban dos o tres meses en pagar los sueldos, no giraban el dinero desde

Buenos Aires. En Leleque no se noto tanto. En Tecka se compuso con Hovich. Mientras

estuvieron los ingleses todo funcionaba bien, con Paz, Menéndez y Ochoa durante un

tiempo también, pero se desajusto todo con los hijos de estos.” Hovich aclara; “cuando

fui a Pampa Chica faltaban pagar tres meses de sueldo porque no había un centavo, era

un caos total, los recibos de los meses que se pagaban no se mandaban. El cambio para

que ingrese dinero rápido lo tuve que hacer a través de la venta de hacienda en forma

directa ya que antes lo hacían los dueños. Se empezó a vender tanto ovino como vacuno

a los frigoríficos de Comodoro Rivadavia. En esos momentos Landon que administraba

no se dio cuenta de esto, además dependía mucho de los capataces y por esto se le

complico todo.”

Según Hammond que trabajo en ambas estancias desde la década del ’70, al igual que

Hovich: la administración inglesa era la que daba resultados lo mismo con respecto al

control de la hacienda. Ante el caos del traspaso a manos argentinas parecía que los

únicos capaces de sostener la rentabilidad de los campos eran aquellos que habían

trabajado y se habían instruido con los sajones. Ahora bien, ¿porque fracasaron de todos

modos y se vieron obligados a vender las tierras?.

Hovich aclara; “la terna de Paz, Menéndez y Ochoa destruyeron las tierras de la

estancia, los Bennetton no tanto e intentaron mejorarla, pero el cambio desde los

ingleses fue total, en las tierras, en le manejo de la hacienda y en la producción: hoy

ya no valen nada en comparación a aquellas épocas.”

Creo que en estas palabras queda sintetizada la pregunta anterior, pero también debemos

analizar las variables con respecto al personal que mucho tuvieron que ver en los

acontecimientos desencadenante para la venta de las tierras.

Si bien Hovich adopto las modalidades inglesas para reorganizar la estancia, en lo

referido al manejo del personal la decisión fue en parte errónea. Veamos porque.

Siguiendo a Hovich; “ la estructura del personal siguió siendo la misma que en la época

de los ingleses, se quitaron a los jefes o se fueron porque no coincidían con los nuevos

dueños. En algunos casos hubieron ascensos o traslados ya para la época se incorporaba

personal de la zona. La organización de los informes por triplicado continuo pero la deje

cuando me di cuenta que los dueños no sabían leerla, de todos modos mandaba las

planillas de la hacienda con las ventas en un informe mensual. El diario de registro de la

estancia donde constaba el estado del tiempo y el movimiento de los animales se

continuo. Cuando ingrese a Tecka había cien personas trabajando pero después se puso

costoso tener tanto personal.” En este punto agrega Hammond; “cuando llego Hovich,

aumento el personal, en época de Landon había una o dos personas en la parte contable,

pasaron a haber cuatro mas el contador. Cuando recién habían comprado los argentinos

una de las medidas que aplicaron fue la reducción de personal, sobre todo en la

administración pero se les hizo un lío bárbaro. Al aumentar la gente de trabajo todo

funcionaba mejor. La gente que disminuía era la que no se necesitaba por el avance de

la tecnología, como el herrero, el carpintero, etc. En cambio ahora se tomaba a un

veterinario y un ingeniero agrónomo. Los otros puestos se conservaron igual cada uno

con sus viviendas y sus familias.”

Esta descripción nos permite analizar que; ante el avance de una reestructuración

económica de las tierras que estaban otorgando poco y nada de ganancias se les sumaba

el aumento del personal como la alternativa posible. Esta situación implicaba mas

gastos y no necesariamente mas organización. En la costumbre de continuar con la

tradición sajona se profundizo en la ruina argentina.

Recurriremos a un empleado que trabajo en la administración contable de la estancia

Tecka para poder ampliar un poco mas el tema. Se necesitaba personal, pero tal vez

debían variar las condiciones de contratación.

Blanca Saunders de Arrechea explica; “trabajábamos en el escritorio (oficina contable)

y cuando ingresamos había mas de cien empleados. El gerente de Buenos Aires venia

varias veces a inspeccionar, los dueños venían muy de vez en cuando pero eran muy

agradables, Menéndez estaba muy ocupado con la dirigencia de los supermercados La

Anónima pero quería conocer lo que pasaba en el campo, sucede que no sabia nada. No

notamos cambios desde la época inglesa porque cuando llegamos todo eso estaba

archivado y solo buscábamos en los libros cuando algún empleado necesitaba un

certificado laboral.

La administración estaba compuesta por mi esposo que era el contador y por mi.

Después estaba el administrador y el mayordomo que se encargaban de la hacienda. En

la administración se encargaban de la proveeduria, las compras, los pagos a los

empleados, pasar las facturas de la venta de la hacienda. Se llevaba una contabilidad

bien hecha, teníamos los libros rubricados pero además pasábamos las planillas para

enviar a Buenos Aires una vez por mes. Se mandaban todas las entradas y los gastos. En

la oficina de Buenos Aires había muchisimo personal, Benigni era el encargado de

nuestra estancia. Se compraba mucho ganado ovino y vacuno que se vendía bastante a

los carniceros de la zona de Sarmiento y Comodoro Rivadavia; venían los camiones a

buscarlo.”11

Aquí tenemos otro factor que explica la nula capacidad de los nuevos dueños para

administrar sus tierras. Se les solicita enfáticamente al contador Arrechea que regrese,

tanto es así que el mismo gerente general de Buenos Aires los busca. Ya sea Hovich, el

contador, los mayordomos notamos como los terratenientes argentinos siempre estaban

deseosos de delegar las responsabilidades en la conducción, tal vez tratando de rodearse

de gente experimentada en las labores que ellos no conocían y siempre habían manejado

de lejos. Ahora bien, todo este movimiento continuaba aumentando gastos.

El manejo de la hacienda como así también su comercialización fue variando desde la

época inglesa, ahora se vendía mas en la región y no se destinaba tanto a la exportación.

Por supuesto que esta situación dependía del aumento de la población local y las

variables del mercado.

Por un lado es claro el cambio, los ingleses lo necesitaban para mantener su

imperialismo, la producción aquí era solo un eslabón en su cadena comercial. Los

argentinos miraban el mercado exterior pero los australianos tenían la vanguardia.

Otro elemento que continuo de la etapa inglesa fue el boliche, que también era atendido

por el matrimonio Arrechea.

Veamos como se manejaba ahora, agrega Saunders; “los pedidos los elevábamos a

Buenos Aires, nos arreglábamos con los viajantes y algunas cosas se compraban en

Esquel. Dependía de lo que se compraba, la ropa a Fernández Criado, la botas a otro, la

talabartería se compraba en Buenos Aires. Todo lo que consumíamos era nacional. A la

proveeduria iba a comprar el personal, se consumía muy barato porque solo se

recargaba el flete y se evitaba que se fueran al pueblo. Las mercaderías ya llegaban

todas en camiones nada mas en tren. El transporte no era de la estancia se contrataba en

11 Blanca Saunders de Arrechea, vivió junto a su esposo quien se desempeño como contador en la estancia Tecka desde 1963 hasta 1975. Luego tuvieron un comercio en Esquel y se trasladaron a vivir aquí. Fueron solicitados nuevamente por el gerente general Mario Benigni que vino desde Buenos Aires expresamente para contratarlos; regresaron a la estancia donde vivieron hasta 1980. Ella se desempeñaba como ayudante administrativa de su esposo.

Buenos Aires, para la época de esquila venían con todo lo necesario y regresaban con la

lana. Solo en una temporada se envío en el tren pero fue muy incomodo y se siguió con

los camiones.

Los empleados no podían tomar, no se vendían bebidas alcohólicas, los mercanchinfles

tenían la entrada prohibida para evitar que les vendieran bebidas al personal. Había

mucha gente chilena trabajando como peones y como puesteros. Estos últimos recibían

el sueldo y la ración de comida que venían a buscarla todos los miércoles, a los de la

comparsa se les daba la posibilidad de comprar en la proveeduria. Las entregas eran por

semana, pero también podían comprar. Se entregaba carne de capón y los vicios, se

dejaba asentado en listas por duplicado que se enviaban a Buenos Aires.

Semanalmente al peón se le daba un kilo de yerba y otro de azúcar a todos los del casco

se los entregábamos nosotros y a los de las secciones se lo entregaban allá los

mayordomos. En las secciones había un solo capataz, puesteros (iban a la estancia a

buscar su ración) y peones.”

Analicemos hasta aquí la función que continuaba cumpliendo el boliche-proveeduria.

Seguía siendo utilizado como mecanismo de sujeción a la estancia, hasta por la

descripción parecería que el sistema era mas duro que la época sajona.

¿Qué pasaba en la estancia Leleque al respecto?

Explica Hammond; “la jornada de trabajo siguió igual que en la época de los ingleses.

Al personal se les entregaba una cierta cantidad de carne, víveres, todo de la

proveeduria hasta que la cerraron en 1978, el contador era Mc.Williams en ese

momento y le compraban a los viajantes que pasaban por la estancia.”

Vemos que en la estancia Leleque dejo de existir mucho antes dado que continuo fuera

el boliche de Sarquis. Podría ser esta una táctica para reducir gastos en la estancia ya

que de todos modos los empleados no se irían muy lejos teniendo la otra proveeduria

cerca.

Comenta Hovich al respecto; “hasta 1980 siguió el boliche de Sarquis, después yo

mismo con un ingeniero propusimos el cambio en el trazado de la ruta y de esta manera

quedo apartado con lo cual mermo el movimiento. Los peones iban mucho al boliche,

todo se compraba allí. Los Sarquis después pusieron la gasolinera al costado de la ruta

nueva pero sin boliche. La proveeduria de la estancia la habían cerrado pero en Tecka

yo no los deje porque quería que la gente tuviese donde ir a comprar cigarrillos, zapatos,

etc. y funcionaba muy bien. cuando los productos empezaron a estar grabados con el

IVA la proveeduria se constituyo como un negocio aparte del manejo de la estancia y la

parte contable fue llevada por un contador de Esquel. Los dueños lo querían cerrar

porque no les redituaba, pero es un buen lugar donde estar y comprar, así se evita

que los peones se vayan al pueblo y se queden tres o cuatro días. Todo lo que

compraban se les descontaba del sueldo y antes solo se recargaba el flete.”

¿Cómo vivieron los Sarquis el cambio? Explica Olga Breide; “era el único negocio que

había allí y no teníamos horarios. Cuando compraron los argentinos despidieron a

mucho personal y otros se fueron por cuenta de ellos, se redujo a la mitad y el

encargado que habíamos dejado en el boliche ya no trabajaba bien. Se dejaron de hacer

las compras en forma conjunta, trabajábamos muy bien con la gente de la estancia y la

de transito pero cuando corrieron la ruta se sintió mucho, por eso compramos el terreno

al borde del nuevo camino para poner la gasolinera.”

La venta de las tierras provoco cambios significativos tanto para el personal como para

los que dependían de el, como el caso del boliche Sarquis que además fue sumamente

perjudicado con el nuevo trazado de la ruta.

Otro elemento que continuaba era la escuela dentro de la estancia. Recuerda Saunders;

“la escuela funcionaba donde antes había un club. Nosotros atendíamos a las maestras

que vivían en una casita anexa. Cuando nosotros llegamos en 1963 no estaba el espacio

de la escuela pero si había una maestra que les enseñaba a leer y escribir a los chicos.

Les pagábamos nosotros el sueldo a las maestras, las planillas las confeccionábamos en

base a los datos que se pedían al Consejo de Educación, después se enviaban esas

planillas de sueldos. Primero llego una maestra de El Bolsón y luego las hermanas

Atencio. Atendían a todos los chicos juntos pero después comenzaron a irse al internado

que estaba en Tecka. Los dueños argentinos consideraron que era conveniente la

habilitación de la escuela por la cantidad de chicos que había en la estancia pera evitar

que se fueran al pueblo.” Agrega Hovich; “cuando llegue a la estancia la escuela no

funcionaba mas, la señora de un mayordomo les enseñaba a leer y escribir pero casi

todos iban al internado del pueblo”.

Al igual que el boliche, la escuela continuo siendo un mecanismo de sujeción de la

peonada, aun mucho después del traspaso a los argentinos.

En el caso de la escuela de Leleque también dejo de funcionar cuando los chicos se

trasladaron a la escuela de El Maiten, pero a diferencia de la que se encontraba en la

estancia Tecka esta siempre había sido provincial. Hasta la actualidad no se desafecto el

terreno que ocupa el cual había cedido la compañía inglesa para su construcción.

La jornada laboral no se vio alterada, sobre todo con la administración de Hovich en la

estancia Tecka donde se intento regresar absolutamente a todas las costumbres inglesas.

Siguiendo el relato de Saunders quien trabajo durante su gestión, menciona al respecto;

“los horarios para los peones, puesteros y encargados de secciones los armaba el

administrador. Todos ellos cumplían el horario de oficina ingresando a las siete y media

de la mañana hasta las doce y se regresaba a las dos de la tarde. Luego no había un

horario fijo para terminar la jornada, podía ser hasta las nueve de la noche. Empezaban

con el toque de la campana, después tuvimos una sirena y al final no se usaba nada

porque la gente estaba acostumbrada. El uso horario que teníamos era el mismo de la

ciudad, sobre todo por los bancos y para hacer las compras.

Los horarios de trabajo siempre estaban a la vista, los confeccionaban los mayordomos.

Para Navidad, que coincide con la época de esquila, no se podía parar el trabajo porque

se debían contar los camiones que estaban continuamente saliendo. Mi marido se

levantaba a las cinco de la mañana para ello. Toda esta tarea la hacia el contador no el

mayordomo, que también entregaba la guía del Juzgado de Paz para que pudiese

circular con la carga. Las listas de embarque se enviaban después a Buenos Aires.”

Notamos que el grupo de la cúpula administrativa podía ampliar su horario si las tareas

lo requerían, única variable en la jornada, pero sobre todo en época de esquila. Ya

vemos que el uso horario fue modificado adoptándose el de Argentina. Sobre el tema

agrega Hovich; “a la gente no le gustaba que le cambien el horario y durante un tiempo

para aprovechar la luz del día se continuo con el mismo horario de la época inglesa,

pero después para venir al pueblo era un lío porque estabamos siempre de contramano

entonces definitivamente se cambio.”

Regresemos un momento a la composición del plantel laboral: ¿que puestos

continuaban en la estancia desde aquella época que participaran en la tarea?

Las costumbres sajonas en algunos aspectos hasta podríamos calificarlas de benévolas si

nos apoyamos en el trato que se les daba al personal luego del traspaso. Los empleados

eran claramente segregados como lo demuestra la instancia del cobro. Si bien ya

analizamos en el relato de Rowlands, que en la época inglesa la metodología para cobrar

el sueldo era similar, aquí la ayudante del contador parece mostrarnos una faceta mas

dura. También podemos inferir que dado los apuros económicos que llevaba la estancia,

es lógico que desearan mantener al personal lejos de la información para evitar que

difundan la situación y, tal vez generen una huida masiva.

Paz, Menéndez y Ochoa, a pesar de las nulas o escasas ganancias que recibían de las

tierras adquiridas, continuaban realizando erogaciones.

Bennetton y la americanización laboral.

Veamos que modificaciones se realizaron en la estancia Leleque cuando el grupo

económico de Carlo Bennetton decidió adquirir nuestras tierras en octubre de 1991.

Comenta Mc.Donald con respecto al personal; “todas estas estancias tienen una

estructura de origen conservador con una organización piramidal verticalista. Sucede

que antes no se pagaban asignaciones familiares, y la mano de obra era barata pero hoy

todo cambio ya no se tiene a una persona para cada cosa, cuando aparecen las cargas

sociales se tuvo que cambiar esta estructura porque ya no se necesitaba tanta gente y

dejo de ser negocio. Hoy es todo mucho mas competitivo y un error son millones de

dólares, no se puede perder uno solo. Lo que queda son las costumbres de los ingleses

pero con sus variantes. Desde la administración hasta el campo todo cambio. Ahora hay

un gerenciamiento verticalista desde el administrador que controla toda la sociedad se

encarga de la parte financiera y ejecutiva, de las cuatro secciones y su redistribución.

Hoy en la oficina solo hay dos personas, antes había dos por cada estancia porque el

ingles hacia todo por triplicado y necesitaba muchisima gente; hoy solo una hace todo,

es mucho mas americanizado. Todo el mantenimiento de la estancia esta tercerizado,

las cuadrillas de esquila, los viveros, la administración legal, veterinaria, están al

margen del plantel estable. Hoy la estancia tiene 108 personas del plantel fijo, además el

matrimonio del museo, el matrimonio cuidador de la casa del dueño y la mía, la mujer

que cuida la casa de huéspedes de El Maiten, donde se queda el veterinario y el

ingeniero forestal cuando va para allá. Después, de las 108, hay 102 personas en la parte

productiva, una es el administrador, las dos personas de la oficina y los mayordomos

junto a los que trabajan en el campo. La organización comprende al administrador

general, mayordomos, capataces, encargados de sección, capataces de sección,

puesteros y peones.

Durante ocho meses al año se contratan cuadrillas de alambradores para renovar y

hacerlos nuevos, son unas treinta o cuarenta personas mas, también se contratan

albañiles para hacer mejoras, todo tercerizado.

En cambio lo arquitectónico se conserva igual, las paredes de la casa que funciona como

oficina es de tipo francés de 1908, además que funciona es bonito. No queremos

cambiar nada de esto.”

Los puntos para analizar aquí en cuanto a los cambios con Bennetton son radicales. Por

un lado notamos la falta de veracidad en cuanto al pago de las asignaciones familiares

en la época de los ingleses, - dimos varios ejemplos que no había sido así -, además de

la impronta norteamericana en cuanto a la organización administrativa que avasallo las

modalidades sajonas. Si bien es cierto que las estructuras inglesas ya no son posibles de

mantener en cuanto a su costo, si vemos como todavía se puede explotar turísticamente

sus instalaciones, por ello no se desea modificar nada de esto. También es cierto que el

surgimiento de la computación brindo las posibilidades para deshacerse del personal de

la época inglesa y solo mantener aquel destinado a la producción y mantenimiento

ganadero. La estancia Leleque ya no cuenta con una persona para cada cosa, como lo

menciono Mc.Donald, y toda esta gente tampoco posee ni la vivienda ni los víveres que

se le proveían en la misma y que en muchos casos brindaron la alternativa para poder

obtener un emprendimiento propio en la ciudad o adquirir su propia vivienda en la

misma. Todo el plantel que posee la estancia en estos momentos en la época de los

ingleses solo estaban en el casco principal y otros tanto en las secciones, pero hoy se

encuentra solucionado con la tercerizacion de los servicios. Debemos aclarar que este

personal nombrado mantiene las enormes extensiones que antes eran de la compañía, a

excepción de Alicura que comprendía 70.000 hectáreas y fueron vendidas en 1998 a un

inversionista norteamericano.

El grupo Bennetton posee 355.760 hectáreas en total, manejadas desde Leleque

donde esta el casco principal, se denominan Compañía de Tierras Sudargentino S.A.

Incluyen las secciones de Pilcañeu en Río Negro, Leleque y El Maiten. La estancia de

Leleque esta subdividida entre Montoso y Leleque. Además posee las estancias Coronel

y Cóndor en la provincia de Santa Cruz. Esta ultima fue comprada a Menéndez cuando

ya se había separado de la sociedad con Paz y Ochoa. El grupo compro 16.000 hectáreas

en Balcarce (Pcia. de Buenos Aires) y amplio sus campos en Cholila y Coronel en Santa

Cruz.

La organización esta presidida por Carlo Bennetton y un vicepresidente que se

encuentra en Buenos Aires, - señor Peraso -, todos tienen trato directo con el dueño que

visita hasta dos veces al año las tierras patagonicas.

El boliche pierde totalmente su función y ahora mas bien pasa a ser un deposito

temporario de víveres hasta que son inmediatamente repartidos al personal, pero por

computadora! Con esto no solo eliminaron la figura del almacenero, su familia y su

vivienda sino también el mecanismo de sujeción a la estancia. Ya no es necesario

mantener al peón a la misma dado el avance de la tecnología, se puede tranquilamente

prescindir de el.

La practica de los remates en la misma estancia modificaron las costumbres de venta de

los animales, pero con la compra de Bennetton estos se intensificaron.

¡Que lejos quedaron los tiempos en que los ingleses debían arrear los animales hasta el

norte para ser vendidos o transportar la lana en carros de mulas hasta el tren!

Continuamos enumerando factores que ayudan a prescindir de los empleados.

La lana en cambio continua teniendo un tratamiento especial, tanto en la esquila como

en la comercialización. “Ahora ellos esquilan, lavan en Trelew y parte de la lana se

vende localmente y parte se exporta para Bennetton Internacional que para producir

sus prendas usa el 10% de lana argentina”.

CONCLUSION

El recorrido del trabajo nos ha permitido establecer en primer termino: que los

pobladores de la región se encontraron siempre satisfechos con el trato y el empleo de la

compañía durante la época inglesa, y segundo; que el traspaso de capitales a manos de

los terratenientes argentinos fue desastroso perjudicando no solo al manejo de las tierras

y la hacienda sino también al circuito socioeconómico establecido entre los pobladores.

En reiterados relatos, el boliche ocupo un rol destacado y muy apreciado por los

empleados de la compañía, contradictoriamente a las investigaciones hechas al respecto.

Si bien el cambio producido con la compra del grupo económico Bennetton afecto en

forma considerada al personal, fue también gracias al avance tecnológico que pudieron

permitirse estos cambios. No obstante, se encuentran continuamente difundiendo sus

actividades como forma de demostrar que generan empleo por un lado, y previenen la

desertificacion por otro.

Si podemos afirmar que la estructura inglesa de la compañía ya era insostenible. Pero

también notamos que fue la única forma que encontró Hovich para sanear los desmanes

producidos por gente que nada sabia de las tierras que habían adquirido. El traspaso al

grupo Bennetton, en el caso de la estancia Leleque, profundizo la crisis que existía con

anterioridad en relación al personal contratado al tercerizar los servicios aplicando el

modo norteamericano. Hoy en día se esta realizando el mismo cambio en la estancia

Tecka. Los rieles ingleses y las copias manuales por triplicado fueron indefectiblemente

reemplazados por las carreteras, los satélites y la computación norteamericana.

BIBLIOGRAFIA Y FUENTES

• Dumrauf, Clemente, Historia de Chubut, Editorial Plus Ultra, 1992, Buenos Aires.

• Miguez, José E., Las tierras de los ingleses en la Argentina, Editorial de Belgrano,

1985, Buenos Aires.

• Entrevistas realizadas en Junio-Septiembre de 2002.