INTRODUCCIÓN GENERAL: JUSTIFICACIÓN Y PLAN GENERAL … · 2009. 3. 3. · INTRODUCCIÓN GENERAL:...

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INTRODUCCIÓN GENERAL: JUSTIFICACIÓN Y PLAN GENERAL DE LA OBRA

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  • INTRODUCCIÓN GENERAL:JUSTIFICACIÓN Y PLANGENERAL DE LA OBRA

  • INTRODUCCIÓN GENERAL: JUSTIFICACIÓN Y PLANGENERAL DE LA OBRA.

    Este trabajo, indicadores de ruralidad, es el resultado de unproyecto de colaboración entre el Departamento de Sociología II(Ecología Humana y Población) de la Facultad de CC. Políticas ySociología de la Universidad Complutense de Madrid y elMinisterio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

    En repetidas ocasiones había hablado con el actual director dela revista "Agricultura y Sociedad", D. Juan Manuel GarcíaBartolomé, de la posibilidad de llevar a cabo una investigaciónsobre la especificidad de la sociedad rural y sus diferencias con lasociedad urbana, y la necesidad de demostrar empíricamente esteextremo. Ambos habíamos coincidido en la falta de trabajos sobreeste tema y en la utilidad de hacer estudios comparados sobre lamanera de responder al reto de la modernización en uno y en otroterritorio. La agricultura y lo agrario habían sido tratados de formareiterada y con información actualizada, pero no sucedía lo mismocon la sociedad rural, que no había recibido un trato semejante.Parecía obvio que lo rural no se circunscribía a lo agrario y queentre el espacio rural o sociedad rural y el espacio o sociedad norural había notables diferencias que se extendían a campos tan dis-tintos como la demografía, la actividad, los recursos económicos ylas rentas, los equipamientos, el consumo, los valores y las actitu-des, entre otros. Esto parece que era así, saltaba a la vista, peronadie había hecho un esfuerzo por demostrarlo empíricamente.Existía una base de datos en los Censos de Población, en laEncuesta Sociodemográfica, elaborada para contrastar y completarla información del Censo de 1991, o en la Encuesta de PresupuestosFamiliares y en otras informaciones, pero nadie había tenido inte-

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  • rés en hacer una investigación de esta naturaleza, ni los organismospúblicos habían previsto un trabajo de esta índole entre sus líneasde investigación.

    Los recursos económicos disponibles eran escasos por lo que laspretensiones del trabajo no podían ir más allá de la obtención, tra-tamiento y organización de la información, añadiendo unos brevescomentarios a la información obtenida. Parecía obvio que la infor-mación sobre lo rural había que elaborarla a partir del concepto deentidad singular de población de menos de 2.000 habitantes, por-que la entidad y no el municipio podían definir de forma más pre-cisa los umbrales de separación entre lo rural y lo no rural; perotambién se era consciente de la imposibilidad de llevar a cabo unainvestigación de estas características sobre la base de los datos ela-borados por el INE. Estos aparecían, generalmente, agrupados pormunicipios y, rara vez, por entidades singulares de población. Poreste motivo me ví obligado a redefinir el proyecto y se convino enidentificar lo rural, en sentido estricto, con la población de losmunicipios inferiores a 2.000 habitantes, y, en sentido más amplio,con los municipios inferiores a 10.000 habitantes. A partir de estedoble criterio, ruralidad en sentido estricto, y ruralidad en sentidoamplio, se ha organizado la información, y se han creado tres gran-des delimitaciones demográficas: la de los municipios de menos de2.000 habitantes; la de los municipios inferiores a 10.000 (incluyen,también, a los de menos de 2.000 habitantes), y la de los municipioscon poblaciones de más de 10.000 habitantes. Este criterio es gene-ral y se mantiene a lo largo de todo el texto, con las excepcionesobligadas por las propias fuentes de datos. Así, la información queprocede de la Encuesta Sociodemográfica sólo permite un trata-miento de la información de los municipios de menos de 5.000 habi-tantes, dado que la información recogida se estructura en estos tresintervalos: municipios de menos de 5.000 habitantes, de 5.000 a50.000 habitantes y de más de 50.000 habitantes. Obviamente, se hatomado como rural la población de menos de 5.000 habitantes por-que la población de menos de 50.000 habitantes no cumplía los cri-terios de ruralidad aquí establecidos e incluía a un buen número denuestras ciudades que, lógicamente, se salían del ámbito de lo rural.

    La organización y tratamiento de la información se llevó a cabopor un equipo, dirigido y ĉoordinado por el profesor Benjamín

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  • García Sanz e integrado por Jesús Martínez Paricio, Alberto SacoÁlvarez y Felipe Carrillo Espinosa. Se contó, también, con el ines-timable asesoramiento del Profesor Mazariegos, recientementefallecido. Hay que mencionar, también, la extraordinaria colabo-ración del Centro informático de Somosaguas de la UniversidadCumplutense y, en especial, de uno de sus técnicos, D. ZacariasMartín Maté, que realizó la engorrosa tarea de organizar y cruzarla información que nos proporcionó el INE. Dicho técnico elabo-ró las tablas que le solicitamos, despejó cuantos interrogantesmetodológicos le planteamos y nos ayudó a navegar con éxito poruna información tan amplia y tan compleja como la que aquí se hatratado.

    Teniendo como base este informe, que fué presentado en laSecretaría General Técnica del Ministerio de Agricultura Pescay Alimentación al concluir 1995, se han reelaborado y ampliadolos comentarios, pretendiendo dar una mayor unidad y profun-didad a alguno de los temas allí planteados, como los relativos arentas, equipamientos y cultura. Además, se han añadido algu-nos capítulos nuevos, que no constaban en el informe inicial,como el Capítulo I"En defensa de la sociedad rural" o el capí-tulo VIII "La renta del sector agrario y su evolución" o el capí-tulo XI "Estructura de la renta de la sociedad rural". Todosestos capítulos son de un extraordinario interés para contextua-lizar el tema de los ingresos y de los gastos que se analizaron enel informe inicial y dan pie para abrir un debate interesantesobre las posibilidades de las comunidades rurales ante el futuro.

    La redacción final de este libro es responsabilidad del profe-sor Benjamín García Sanz, con el que han colaborado en algu-nas partes del libro los profesores Saco Álvarez y MartínezParicio. E1 profesor Saco Álvarez ha elaborado algunas notassobre la parte demográfica, la actividad y los equipamientos. Elprofesor Jesús Martínez Paricio ha redactado una gran partedel capítulo octavo sobre "Evolución de la renta del sectoragrario y su revolución" y ha elaborado, bajo mi supervisión, elcapítulo XIII "E1 mundo de las opiniones, actitudes y creenciasen el mundo rural y en el urbano". Los comentarios que sehacen en estos dos capítulos y las tesis que se defiendenpertenecen al profesor Martínez Paricio, por lo que las

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  • afirmaciones que se hacen en estos capítulos son de su responsa-bilidad. Hechas estas matizaciones, las ideas que se exponen en eltexto son imputables al profesor Benjamín García Sanz, el cual sehace responsable de ellas, tanto en lo que tengan de criticablescomo en lo que contengan de visión acertada de la realidad.

    El objetivo del estudio no es dar evidencia empírica a una teo-ría elaborada previamente sobre la sociedad rural. Se pretendealgo más modesto como es seleccionar y organizar la informaciónexistente en torno a la variable rural o ruralidad, con el fin de dejarpatente las diferencias y los contrastes con la sociedad no rural. Apartir de los datos que se presentan, se entiende que se pone enmanos de los sociólogos rurales una fuente importante de infor-mación que permita avivar la polémica sobre la existencia o no deuna sociedad rural. Creo que va siendo hora de salir de las afirma-ciones genéricas, impregnadas, la mayoría de las veces, de volun-tarismo, o de posturas ideológicas previas, casi siempre nocontrastadas, y adentrarse en una línea de discusión más rica, lalínea de discusión que aporta la interpretación de los datosl.

    Si existe o no la sociedad rural como tal, y si los elementos quela diferencian son sustantivos o accesorios, son importantes o no,dependerá de los hechos y verificaciones que nos aporte la reali-dad, así como, también, ^por qué no?, de la interpretación y elbuen juicio que emita el sociólogo o el investigador social.

    Yo, por mi parte, creo que la información que se ha acumuladoen este informe refleja con suficiente claridad y, en ocasiones, conuna gran nitidez y rotundidad, los campos de diferenciación deambas sociedades, así como los espacios en los que los contrastesson más ambiguos o, incluso, inexistentes.

    El hecho de que el punto de partida sea la existencia de unasociedad rural como algo diferente a la sociedad urbana no impi-de que entre ambas sociedades existan pautas comunes de com-portamiento y que ambas estén inmersas en procesos de cambio yde transformación. Hay que huir de simplificar el problema de lorural y de lo urbano, identificando lo rural con lo estático o tradi-cional y lo urbano con lo dinámicb y moderno (García Sanz, B.

    ^ Es esta una línea de discusión y de trabaJ'o que ya hace unas décadas emprendió el profesorPérez Díaz. Remitimos a sus trabajos sobre la Terra de Campos y sobre la emigración. En la biblio-grafía se podrá encontrar una información más de[allada de estos trabajos.

  • 1994a). También la sociedad rural se está mostrando en los últimosaños con una extraordinaria vitalidad, lo que viene a romper laimagen de inmovilismo que nos habíamos formado de ellaz.

    Cambia la sociedad urbana y lo hace también, como no podíaser menos, la sociedad rural. En este punto hay que dejar claro quelos cambios en el mundo rural se hacen a partir de, y teniendo encuenta, las características propias de esta sociedad, tales como subagaje cultural, sus recuerdos políticos, sus estructuras socioeco-nómicas y sus formas sociales de organización, al igual que lasociedad urbana hace lo propio.

    Como se verá a lo largo de este trabajo hay campos en los quese han unificado los comportamientos entre lo urbano y lo rural,por ejemplo, en algunas pautas de consumo, o en ciertos hábitosde alimentación y vestido; equipamientos de los hogares, diver-sión, etc; pero en otros, se mantienen las diferencias, e incluso sehan acentuado, como es el caso de ciertas formas de organización,expresiones culturales, acceso a la cultura, forma de organizar eltrabajo, etc. Pero, incluso, las aproximaciones que se atisban, quepor supuesto se dan, también, en los espacios que tradicional-mente estaban más aislados, no permiten concluir que se haalcanzado una homogeneidad radical entre ambas sociedades. Lasociedad urbana y.la sociedad rural, a pesar de los elementos quetienen en común, ofrecen, como veremos, perfiles sociodemográ-ficos y económicos muy diferentes, que justifican que se analicenseparadamente.

    Señalamos el carácter limitado que tiene la información, sobretodo, en el apartado relativo a la cultura; los datos referidos a estecámpo son limitados, escasos, incompletos y no permitén ir másallá de los atisbos e intuiciones que se hacen en este trabajo. Estápor hacer una investigación sobre actitudes y valores de las per-sonas rurales, a partir de baterías de preguntas que ayuden aentender e interpretar la realidad de este colectivo; es un reto queestá pendiente y que habrá que abordar en el futuro.

    A lo largo de este libro se pretende superar dos grandes confu-siones, la de identificar lo rural con lo agrario, así como unificar los

    2 Comunicación de la Comisión al Consejo y al Parlamento. EI Documen[o 7.957/88, EL FU'rU-RO DEL MUNDO RURAL, reconoce este hecho al señalar que "desde hace décadas, el mundorural europeo está sometido a cambios profundos", pág 44.

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  • diferentes espacios agrarios. En el texto se encontrará un trata-miento extensivo de estos dos aspectos.

    EI libro está organizado en cuatro grandes partes, A)estructura y dinámica de la población rural; B) actividad y ocupa-ción rural; C) rentas y equipamientos de la sociedad rural; y D)cultura rural. Cada parte tiene un tratamiento similar; se contras-ta, en primer lugar, lo rural en sentido estricto (municipios demenos de 2.000 habitantes) y en sentido amplio (municipios demenos de 10.000 habitantes), con los municipios urbanos (más de10.000 habitantes); se especifica, seguidamente, las variantes otipologías que se dan entre los diferentes espacios rurales. Se man-tiene el criterio de Comunidad Autónoma para delimitar los con-trastes territoriales, pero en ocasiones se construyen unidadesespaciales más amplias, zona norte, interior, zona mediterránea,sur o Andalucía e islas. Mantenemos la delimitación de las islas,aunque, en ocasiones, la información no permite hacer un trata-miento puntual de este espacio.

    La variable demográfica (primera parte) analiza los aspectosestáticos y dinámicos de la población (C.2), acentuando el momen-to actual de la situación demográfica del mundo rural. Se repasa,seguidamente, toda la caracterización demográfica recogida en elCenso del año 1991 (C.3), haciendo comparaciones por hábitat ypor Comunidades Autónomas (C.4). Se alude, entre otras, a lasvariables edad, género, estado civil, movilidad, estudios realizados,etc. La dinámica demográfica pone de manifiesto la enorme dife-rencia entre el mundo rural, que expulsa mano de obra y se des-puebla de una manera intensa y progresiva, al menos hasta ladécada de los S0, y el urbano, que atrae y recicla laboralmente a lapoblación inmigrante. Parece que en la actualidad los hechos estáncambiando y hay ya un buen número de núcleos rurales que hancambiado su tendencia secular y no sólo neutralizan las entradasde población con las salidas, sino que incluso se constituyen encentros receptores de población.

    La estructura socioeconómica (segunda parte), delimita los per-files, rurales y urbanos, de la actividad y el paro. El envejecimientorural condiciona las tasas de actividad pero, en contrapartida, elparo, sobre todo, en algunas zonas, no es tan elevado (C.5). Lainformación sobre actividad sectorial y situación profesional marca

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  • los campos de inflexión entre la vieja y la nueva ruralidad, y deter-mina las perspectivas y posibilidades de futuro que aún tienen losnúcleos rurales (C.6). La "desagrarización" y la incorporación de lamujer y de los jóvenes a los trabajos no agrarios son dos hechos aretener, que se añaden a los tradicionales, como el predominio deltrabajo por cuenta propia o del autónomo, la importancia de las ayu-das familiares y la baja cualificación profesional. No obstante, sedan importantes contrastes autonómicos, que permiten señalar dife-rentes momentos en la tendencia del desarrollo del mundo rural.

    La información sobre rentas (tercera parte) viene a completarel trabajo realizado por el INE, en colaboración con laUniversidad de Alcalá (C.7), fijándose no sólo en los ingresos y enlos gastos de los trabajadores agrarios, sino extendiendo la com-paración a todo el mundo rural (C.8, C.9, C.10 y C.11). Este apar-tado añade una información, hasta ahora desconocida, y da cuen-ta, aunque de forma general, sobre la procedencia de las rentasrurales. Por fin conocemos la importancia de las pensiones o lasaportaciones de la agricultura. Queda claro que los pueblos, ade-más de las pensiones, tienen otras fuentes importantes de riqueza,que no proceden de la agricultura, ni de las subvenciones. Loshogares rurales han diversificado sus ingresos y junto a la agricul-tura, las rentas complementarias de este sector, y las pensionesobtienen una parte importante de sus ingresos de la industria y delos servicios. Estas fuentes de ingresos están adquiriendo una rele-vancia especial entre mujeres y jóvenes rurales.

    Los rurales ganan menos y gastan menos que los urbanos y lohacen de otra manera. Todavía en el mundo rural se gasta más enalimentación y menos en esparcimiento y cultura (C.12). Laestructura de los ingresos y de los gastos, dentro del propio mundorural, es muy variada y presenta muchos contrastes, no sólo enrelación a los diferentes grupos de activos, sino también, y princi-palmente, según los territorios y el tipo de ruralidad predominan-te. Han mejorado sensiblemente las condiciones de habitabilidadde las viviendas y los equipamientos, y crece el peso e importanciade las viviendas secundarias rehabilitadas con el fin de albergar auna población flotante.

    EI apartado más difícil de componer es el que alude a valores,actitudes y comportamientos (parte cuarta). Hemos pretendido

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  • hacer sólamente una aproximación, a partir de ciertas informacio-nes aparecidas en algunas investigaciones de carácter general. Unanálisis más preciso hubiera necesitado de otra metodología,imposible de afrontar en este momento. Se ha seguido la estructu-ra de los cuestionarios del Centro de Estudios de la RealidadSocial (CIRES), distinguiendo el mundo de las opiniones, elmundo de las actitudes y el mundo de las creencias. En todos estoscampos se han encontrado elementos que permiten mantener ladicotomía de una cultura rural de carácter tradicional, y que toda-vía reclama para sí un reconocimiento explícito, y otra urbana, conmenos ataduras al pasado, y más dispuesta a incorporar todo aque-llo que suponga innovación y cambio. Una y otra, no obstante,están sometidas a influencias comunes las cuales crean espacios enlos que resulta imposible establecer diferencias.

    La información se ha obtenido de las fuentes siguientes:a) La parte demográfica, de la información censal del INE

    (Censo de 1991), a partir del sistema de archivo electrónico detablas (SAETA). Con la base de datos sólo se ha podido agregarla información por estratos municipales; no ha sido posible hacerlos oportunos cruces entre variables porque en el momento dehacer este trabajo aún no estaba disponible la información. De laencuesta sociodemográfica se han extraído los datos sobre migra-ciones y no se ha utilizado la información de actividad y ocupaciónpor ser concordante con la del Censo de 1991.

    b) Los datos sobre economía, vivienda y otros proceden de untratamiento de la Encuesta sobre Presupuestos Familiares de 1991y la Encuesta Sociodemográfica, ambas elaboradas por el INE. Apartir de la base matricial se han realizado los cruces que se hanestimado procedentes, haciendo las desagregaciones que han sidoposibles en cada caso.

    c) La aproximación al tema de la cultura y de los valores ha sidoposible merced a una base de datos elaborada a partir de lasencuestas levantadas por CIRES. De dichas encuestas se ha ela-borado la información de los apartados A y E, aspectos que serepiten en cada tema de investigación 3.

    ^ En el capítulo correspondiente se especificará de forma más detallada la metodología utiliza-da y su validez.

  • El trabajo se completa con dos importantes anexos, uno esta-dístico y otro gráfico. El estadístico recoge la información analiza-da a lo largo del texto de forma desagregada y pormenorizada. Losdatos se dan en valores absolutos y relativos y referidos a los tresámbitos ya señalados: municipios inferiores a 2.000 habitantes,municipios inferiores a 10.000 habitantes (incluye, también, los demenos de 2.000 hab.) y municipios con más de 10.000 habitantes.

    La parte gráfica visualiza la información y perrnite ver en unsolo golpe de vista las diferencias y los contrastes entre los dife-rentes mundos rurales. Para facilitar la lectura se ha organizado lainformación, unas veces con el sistema de barras y otras por el sis-tema de mapas. Ambos métodos pueden facilitar la consulta y eluso de dicha información.

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