Intervención en la torre del homenaje del castillo de Torres Torres

17
B R A Ç A L Núm. 51-52 2 0 1 5 INTERVENCIÓN EN LA TORRE DEL HOMENAJE DEL CASTILLO DE TORRES TORRES JUAN CORBALÁN DE CELIS Y DURÁN* Antecedentes T erminada la intervención arqueológica y arquitectónica, llevada a cabo para su puesta en valor, sobre los restos de la primera iglesia con la que debió con- tar Torres Torres desde los inicios de la donación del rey Jaume I a la familia Bellpuig 1 , se completó la intervención con el acondicionamiento y recuperación del gran espacio existente bajo estos restos, en los que se rehabilitaron los esbeltos mu- ros de mampostería que lo circundan, ayudando con todo ello a poner en escena los restos recuperados de la antigua iglesia; a la vez se le incorpora un agradable mirador desde el que se domina parte del valle del Palancia que discurre a los pies de la loma sobre la que se asientan estas construcciones, dominadas todas ellas por la potente torre del homenaje y los muros del castillo que la circundan. Después de estos trabajos, el Ayuntamiento encamina sus próximos esfuerzos en recuperar la en otro tiempo importante fortaleza, punto de descanso, protegido y seguro bajo sus fuertes muros, en el camino hacia el reino de Aragón, origen del actual núcleo de población. * Arquitecto. Cronista oficial de Torres Torres. 1 CORBALAN DE CELIS DURÁN, Juan – SÁNCHEZ MARTIN, Teresa -- MORA, BALLESTEROS Tamara. “La iglesia Medieval de Torres Torres. Intervención arqueológica y puesta en valor”. Arse, nº 47, Boletín del Centro Arqueológico Saguntino. Sagunto, 2013.

description

 

Transcript of Intervención en la torre del homenaje del castillo de Torres Torres

Page 1: Intervención en la torre del homenaje del castillo de Torres Torres

B R A Ç A LNúm. 51-52 2 0 1 5

IntervencIón en la

torre del Homenaje del castIllo

de torres torres

juan corbalán de celIs y durán*

Antecedentes

Terminada la intervención arqueológica y arquitectónica, llevada a cabo para su puesta en valor, sobre los restos de la primera iglesia con la que debió con-tar Torres Torres desde los inicios de la donación del rey Jaume I a la familia

Bellpuig1, se completó la intervención con el acondicionamiento y recuperación del gran espacio existente bajo estos restos, en los que se rehabilitaron los esbeltos mu-ros de mampostería que lo circundan, ayudando con todo ello a poner en escena los restos recuperados de la antigua iglesia; a la vez se le incorpora un agradable mirador desde el que se domina parte del valle del Palancia que discurre a los pies de la loma sobre la que se asientan estas construcciones, dominadas todas ellas por la potente torre del homenaje y los muros del castillo que la circundan. Después de estos trabajos, el Ayuntamiento encamina sus próximos esfuerzos en recuperar la en otro tiempo importante fortaleza, punto de descanso, protegido y seguro bajo sus fuertes muros, en el camino hacia el reino de Aragón, origen del actual núcleo de población.

* Arquitecto. Cronista oficial de Torres Torres. 1 CORBALAN DE CELIS DURÁN, Juan – SÁNCHEZ MARTIN, Teresa -- MORA, BALLESTEROS Tamara. “La iglesia Medieval de Torres Torres. Intervención arqueológica y puesta en valor”. Arse, nº 47, Boletín del Centro Arqueológico Saguntino. Sagunto, 2013.

Page 2: Intervención en la torre del homenaje del castillo de Torres Torres

170 JUAN CORBALÁN DE CELIS Y DURÁN

Espacio geográfico e histórico

La otrora importante villa de Torres Torres, cabeza de la baronía de su nombre y punto casi obligado de parada y descanso en el camino hacia el reino de Aragón, a una jornada de la ciudad de Valencia, es hoy una pequeña población que conserva casi intacta su trama urbana, desarrollada en dos núcleos bien diferenciados: el pri-migenio formado en la parte alta, bajo la protección de su castillo –el Tosal–, y el desa-rrollado a partir de finales del siglo XV y principios del siguiente a lo largo del camino real –la actual calle Mayor– casi en paralelo a la acequia real de Sagunto. Esta estruc-tura urbana se ha conservado hasta hace relativamente pocos años, manteniéndose todavía intacta la zona correspondiente al Tosal, habiéndose expandido ligeramente el pueblo, de manera bastante ordenada, a lo largo de la calle Mayor, constreñido por un lado por las laderas de la montaña de la ermita y, por otro, por dicha acequia. El lugar, debido a la importancia de su fuerte castillo, una vez conquistada la ciudad de Valencia, fue poblado desde el primer momento por cristianos viejos, contando se-guramente desde entonces con su correspondiente iglesia, de la que sabemos que al menos hacia 1290 ya estaba edificada, años en los que su señor Garcerán de Bellpuig fundaba dos beneficios en su Altar Mayor2.

La población se encuentra situada en el valle del Palancia. Su castillo se levan-ta sobre la cima de una colina situada en las faldas de la hoy en día denominada mon-taña de la Ermita, últimas estribaciones de la línea montañosa que forma la sierra Cal-derona, alineación que separa dicho valle de la cuenca del Turia. Es un punto, como hemos indicado, situado en la vía de comunicación que enlaza la costa valenciana con las tierras de Aragón. Los restos ibéricos, romanos y medievales que esmaltan su re-corrido, muchos de ellos de carácter militar (las cercanas torres de Beselga y Segart) dan testimonio de la antigüedad e importancia de la ruta. Los dos asentamientos del Paleolítico Medio existentes en la zona, el del Barranco del Estepar y el del Rabosero, se localizan algo más abajo de este punto, cercanos a la ribera del Palancia, ambos dentro de los límites de Torres Torres.

Durante la época musulmana, la jurisdicción de las autoridades de Murbáiter –la Sagunto musulmana– se extendía a los pueblos asentados en el bajo Palancia, llegando hasta el lugar de Algar, después del cual empezaba la zona bajo la jurisdic-ción de Segorbe, el otro centro de poder, asentado en la parte alta del valle del río Palancia. La primera referencia escrita que tenemos sobre el castillo de Torres To-rres y su situación sobre el camino de Aragón es de época almorávide, hacia 1089, cuando “encontrándose el Cid a esta sazón cerca de Valencia, y quando supo lo que passava, vínose a Torres Torres con sus gentes y embió a rogar al conde de Barce-lona que por respecto al rey de Castilla, con quien era Yaye confederado, y por su

2 Hacia 1290, Garcerán de Bellpuig, señor de Torres Torres, fundaba los beneficios de San Bartolo-mé y Santa Ana en su Altar Mayor, al primero de los cuales tendrían acceso preferentemente los nacidos en la población. CORBALAN DE CELIS Y DURÁN, Juan. “La antigua iglesia parroquial de Torres Torres y un inventario de 1563”. Braçal núm. 1/32. Sagunt 2005. Actes 2n Congrés sobre Patrimoni Cultural Valen-cià. Centre d’Estudis del Camp de Morvedre.

[2]

Page 3: Intervención en la torre del homenaje del castillo de Torres Torres

171INTERVENCIÓN EN LA TORRE DEL HOMENAJE DEL CASTILLO DE TORRES TORRES

amor, tuviesse por bien de perder el enojo con el rey de Valencia y quitasse el cer-co”3. Esta referencia nos indica que el castillo es al menos anterior a la llegada de los almorávides, de época califal4.

Debemos esperar al siglo XIII, a la Conquista del Reino de Valencia, para vol-ver a encontrar referencias sobre Torres Torres, nuevamente sobre su castillo y su si-tuación en la ruta de Aragón. Hacia 1233, estando el rey don Jaime en Teruel, y antes de que se reuniesen todas sus huestes, partió de aquella frontera y se metió por este reino adentro, “llegó a Xerica y taló su vega y de allí pasó a Torrestorres, donde gastó tres días en talar sus panes”5. Esta misma noticia, algo más ampliada, nos la da Vicia-na en su Crónica: “de allí (Xerica y Viver) pasaron a Torres Torres que se tenían por Zaen, y llegaron tan temprano que antes de la noche huvieron talado toda de huerta de Torrestorres, Algimia y Alfara, y de allí avisó los maestros que, en esclareciendo el otro día, se yría a juntar con ellos, como lo hizo […] y destruyeron todas las alquerías del dicho Val de Sego y pusieron camino a Burriana”6.

De la importancia de su castillo como plaza fuerte, da referencia el propio rey durante los preparativos de la Conquista, cuando “el maestre del Hospital le dice a don Jaume que Torres Torres es buen lugar para conquistar y está en el camino de Teruel a Valencia, y el rey le contesta que buen lugar es Torres Torres, pero vale siete veces más el lugar de Montcada [...] y Torres Torres es un lugar más fuerte que esta torre, a pesar de que ésta vale más de honor y de ganancia”7 […] Noticia que Diago relata diciendo: “estando en el sitio de Silla, propone don Jaime tomar alguna de las torres de la huerta de Valencia, y en especial se mostró inclinado a que se tomase la de Moncada por ser la más señalada y fuerte. Luego hace la propuesta a los nobles

3 “[...] el Cid concluida la entrevista con Ben Ratsin, se vino a situar en Torres, que hoy se llama Torres-Torres, del partido de Murviedro y de allí se fue aproximando a Valencia. Berenguer, temiendo sin duda a los bravos castellanos, levantó el sitio sin esperarlos, y pasando a Requena se volvió a Barcelona […]” Manuel Malo de Molina. El Cid. Rodrigo el Campeador. Estudio Histórico. Madrid 1857, p. 63. Y aclara Malo: Risco (RISCO, Manuel. La Castilla, y el mas famoso castellano. Discurso sobre el sitio, nombre, extension, gobiern... His-toria del celebre castellano Rodrigo Diaz. Madrid: en la Officina de Don Blas Roman, 1792) ha traducido To-rrente, porque sin duda al leer en el original de la Historia leonesa Torrens, creyó que debía ser el nominati-vo latino que él tradujo; pero este error salta a la vista con solo considerar el camino que traía el Cid, desde Xérica a Segorbe, y de allí a Valencia. Torres está a cuatro leguas de Xérica en el camino real, y Torrente está a la parte de la Albufera, y para llegar a él desde Xérica hay necesidad de pasar por las inmediaciones de Liria, y cruzar dos sierras escarpadas, la de Náquera y las de Cabreras o Cabrillas en sus faldas. Ade-más, la Historia leonesa dice in valle que dicitur Torrens que est vicina Muro Vetulo. Si Torrente no está vecino a Murviedro, sino por el contrario los separan unas seis leguas, y Torres Torres dista solo una de aquella villa, no debe quedar duda de que es este el pueblo nombrado en la Crónica de León. Beuter en su Crónica del reino de Valencia, en la pág. 193 de la parte primera, dice Torres-Torres. (BEUTER, Pere Antoni. Primera parte de la Coronica general de toda España y especialmente del reyno de Valèmcia. Valencia, 1604). Años más tarde, en la transcripción que hace Bonilla de la Crónica Leonesa, en referencia a este pasaje se lee que Rodrigo viene a la zona de Valencia... Castra uero sua metatus est in ualle que dicitur To-rrens, que es uicina Muro Uetulo... por lo que dice asevera que estaba muy clara la corrección que había hecho Malo. Bonilla y San Martin, Adolfo. Gestas del Cid Campeador. Boletín de la Real Academia de la Historia, Madrid, 1911. 4 Sus torres circulares nos recuerdan las del castillo de Onda, de esa época (S. IX-X). 5 DIAGO, Francisco. Anales del Reyno de Valencia. Tomo Primero. Valencia 1613, p. 301v. 6 VICIANA, Martín de. Segunda parte de la Coronica general de España. Valencia 1604, fol. 142. 7 Llibre dels fets de Jaume I. fol. 150.

[3]

Page 4: Intervención en la torre del homenaje del castillo de Torres Torres

172 JUAN CORBALÁN DE CELIS Y DURÁN

y caballeros de su ejercito [...] y el maestre del Temple fue del parecer que no se emprendiese su conquista sino la de Torres Torres, a cinco leguas de la ciudad de Valencia, en el camino de Aragón,” y continua narrando que “después de tomar la torre de Museros, se fue (pasó) el rey a (por) Torres Torres […] a pasar el verano en Burriana” 8.

Conquistada Valencia, el 24 de julio de 1240 el rey don Jaime hacía donación a Gauterio Romá del castillo y lugar de Torres Torres y del castillo y lugar de Serra9, donación que pronto recuperaría la corona, pues en 1257 el rey prometía a los de Mur-viedro ayudarles en la compra de Torres Torres, venta que les hacía con derecho de re-troventa10. No se llevó a cabo tal compra, y en el verano de 1271, estando el rey en On-tinyent, hacía donación a Bertrán de Bellpuig de los castillos y lugares de Torres Torres y Serra11, manteniéndose en esta familia dichos lugares hasta mediados del siglo XIV, tiempo en el que, a través de alianzas matrimoniales, pasaran a los condes de Prades.

Unos años después, el 30 de diciembre de 1276, encontrándose Pedro III en el castillo de Torres Torres de paso hacia Murviedro, confirmaba la donación que el rey Jaime había hecho en 1237 a Guillen de Aguiló del lugar de Rascanya12. Sema-nas después, estando en Murviedro, perdonaba a los sarracenos de las alquerías de Torres Torres, que habían tomado parte en la reciente rebelión, y les daba carta de capitulación 13.

Siguiendo la condición especificada en el acta de donación referente a que Ber-trán tuviese que residir en el reino de Valencia durante toda su vida, y después de su muerte tuviese que hacerlo uno de sus hijos varones, vemos que en mayo de 1300 están habitando en Torres Torres Hugo de Bellpuig, sucesor de su padre, y su mujer, doña Francesca Llansol. En esta ocasión, doña Francesca firmaba la escritura de ven-ta de la mitad de su lugar de Alcàsser, al caballero Arnau Escrivá14.

En estos años, una vez asentado el reino y entrado en una etapa de cierta paz y tranquilidad, se produce un aumento general de su población que, en muchos casos, ante la falta de espacio y ausencia de conflictos, provoca un asentamiento de la mis-ma fuera de la protección de los muros de las ciudades y lugares fortificados, dando lugar a la formación de nuevos arrabales o al desarrollo de los ya existentes. En el caso de Torres Torres, estas casas que comienzan a edificarse fuera de sus muros no lo harán adosados a los mismos, aprovechando en algunos casos la propia muralla, sino que se agruparán algo alejadas de ellos, en el Tosal. El hecho de que las casas no se adosen a los muros parece indicar que el castillo no ha perdido su razón de ser, y que Torres Torres sigue siendo un lugar estratégico en la ruta de Aragón y, por tanto, sus alrededores inmediatos deben quedar expeditos y sin obstáculos.

8 DIAGO (1613), pp. 297, 298. 9 Llibre del Repartiment. 10 DIAGO (1613) p. 361v-362. Archivo Corona de Aragón (ACA). Cancillería Real, reg. 9, fol. 32v. 11 Archivo Reino Valencia (ARV). Real Audiencia, Procesos de Madrid, let. S, exp. 484 y exp. 490 y ACA. Cancillería Real, reg. 16, fol. 254v. 12 BALLESTER-OLMOS ANGUIS, José Francisco. Don Guillen de Aguiló. Ayuntamiento de Petrés. 13 ACA. Cancillería Real, reg. 39, fol. 151v. En GUINOT, Enric. Cartes de poblament medievals valencia-nes. Generalitat Valenciana, Valencia 1991. 14 FEBRER ROMAGUERA, Manuel. Alcàsser, la seua història. Ajuntament d’Alcàsser 2006, p. 42.

[4]

Page 5: Intervención en la torre del homenaje del castillo de Torres Torres

173INTERVENCIÓN EN LA TORRE DEL HOMENAJE DEL CASTILLO DE TORRES TORRES

En 1345, Garcerán de Bellpuig, señor de Torres Torres, consejero del rey don Pedro, obtenía ciertas franquicias para sus vecinos, y la concesión de la jurisdicción criminal, que le daría derecho a levantar rollo en su término15. Una centuria después, cuando las primeras casas que habían abandonado la protección de sus muros esta-ban ya agotando el terreno existente en la parte alta de la ladera sobre la que se ha-bían ido asentando –el Tosal– y se fueron edificando algo más abajo, en la zona llana, sobre el camino real, sabemos que se levantaba en una pequeña elevación junto a las últimas casas situadas a la salida de la población, junto al portal de Segorbe, lugar que todavía conserva el nombre de muntanyeta de la forca.

En tiempos del Ceremonioso, en mayo de 1348, estando el rey retenido en la ciudad de Valencia a causa del conflicto que mantenía con los nobles de la Unión, se produjo una grave epidemia de peste negra en la ciudad, y temiendo por su vida y la de su esposa sense esperar una petita hora, cavalcam en un palafrè e solament ab tres caval-cadors, e la reina, nostra muller, ab dues dones e ab quatre cavalcadors, anam-nos-en a Torres

15 ARV. Real, leg. 496, fol. 342v. En IBORRA LERMA, José Manuel. Realengo y señorío en el Camp de Morvedre, Confederación Española de Cajas de Ahorros, Valencia 1981.

[5]

Estado actual del castillo con la Torre y sus tres recintos.

Page 6: Intervención en la torre del homenaje del castillo de Torres Torres

174 JUAN CORBALÁN DE CELIS Y DURÁN

Torres, tenent lo camí de Terol, frase que pone una vez más de manifiesto la importancia de Torres Torres en el camino hacia Aragón16.

Del matrimonio de Galcerán de Bellpuig con Ramoneta de Riusec, viuda de don Pedro Boil, nacería Timborg de Bellpuig, la cual sucedería a su padre en 1355, siendo señora de Torres Torres, Alfara, Algimia, Serra, Náquera, Anell y Ría. De su matrimonio con Gonzalo Ximénez de Arenós, señor de Andilla, Gestalgar, Cortes, Azuébar, Soneja, Pellines y Mosquera, nacería Sancha, a la que su abuela Ramoneta y su madre, ya viuda, en noviembre de 1359, estando ambas en Torres Torres, con motivo de su matrimonio con don Juan, conde de Prades, le cederían todos estos señoríos 17.

En marzo de 1365, encontrándose nuevamente en Torres Torres Pere el Cere-monioso, concedía desde allí nuevas cartas de población a los musulmanes de Xóvar y Azuévar, los cuales habían participado en la guerra junto a Castilla18.

Sancha, después de años de matrimonio, hacia 1355, desde Falset, lugar en donde residía habitualmente, vino a Segorbe con motivo del casamiento de su hijo Pere de Prades con Juana Cabrera, aprovechando su venida para escapar de su ma-rido, con el cual no mantenía buenas relaciones, y se refugió en su castillo de Torres Torres, donde estuvo residiendo al menos durante once años seguidos, hasta que al morir su hijo Pere y ante el temor de que su marido pudiese ir a prenderla, se trasladó a Valencia19.

A Sancha le sucedería su hijo Pedro de Prades y Aragón, que moriría en Torres Torres el 20 de noviembre de 1395, dejando de su matrimonio con Joana de Cabrera a Gonzalva Ximenes de Arenós, alias Joana de Prades, a la que su abuela Sancha, en-contrándose en Morvedre en abril de 1412, le hacía donación de los señoríos de An-dilla y Torres Torres20. En el verano de 1414, Joana de Prades, estando en este último lugar, confirmaba ciertos establecimientos de tierras en Alfara que su abuela había concedido a Antonio de la Sarça, notario, vecino de Turribus Turris21.

A partir de principios de este siglo XV, las referencias a los pobladores de To-rres Torres ya son numerosas, y hablan de que el lugar ya contaba con un hostal y un hospital, ambos situados en la cuesta del castillo, contando con un pequeño cemen-terio frente a dicho hospital, distinto del que había junto a los muros de la iglesia. Los señores todavía habitan el castillo en las ocasiones en que vienen al lugar y así, en enero 1418, Joana, que había estado en Barcelona los años anteriores, se encuentra en esas fechas nuevamente en Torres Torres.

Con el matrimonio de Joana de Prades con Juan Ramón Folch de Cardona, viz-conde de Vilamur, descendiente del rey Jaume II, pasaría Torres Torres a la casa de

16 Ya hemos señalado, que Torres Torres se encontraba al final de la primera jornada en el viaje ha-cia Aragón. En una documentación del XVIII, el alguacil de la Audiencia, que había ido a Torres Torres a embargar sus rentas, relata que había salido de Valencia cerca de las seis de la mañana y que había llegado a la villa cerca de la una de la tarde. 17 Archivo Ducal de Medinaceli (ADM), leg. 114, nº 2775. (Reseñas dadas por Helios Borja Cortijo). 18 GUINOT (1991). 19 IZQUIERDO MOLINAS, Eva. “Un testimoni sobre la vida de Sanxa Ximenis d’Arenós i sobre l’origen del Libre de les dones” Caplletra 48, Revista Internacional de Filología, Valencia. 2010. 20 ADM leg. 115, nº 2782. 21 Archivo Protocolos Patriarca (APPV) Protocolo 22820, notario Ferrer.

[6]

Page 7: Intervención en la torre del homenaje del castillo de Torres Torres

175INTERVENCIÓN EN LA TORRE DEL HOMENAJE DEL CASTILLO DE TORRES TORRES

Cardona. En 1426 aparece ya como servidor de los condes el caballero Joan de Vall-terra, natural de Segorbe, hijo del arzobispo de Tarragona, Iñigo de Vallterra, obispo que había sido de la sede Segorbe-Albarracín.

En el primer tercio de este siglo, los condes, con el propósito de aligerarse en parte del pago de los numerosos censales que soportaban, y también para obtener dinero con el que proseguir su litigio por el condado de Gandía, empiezan a vender los señoríos que tenían en el reino de Valencia: Cheste, Andilla, Azuébar, Soneja, Mosquera, Pellines, Náquera, Serra y sus alquerías Ría y Anell, y otras. La última vez que tenemos documentado que Joana está alojada en el castillo de Torres Torres es en enero de 1435, encontrándola a partir de esta fecha residiendo alternativamente en la ciudad de Barcelona y en el castillo de Cardona. En enero de dicho año, doña Gonzalba y su hijo Joan de Cardona presentaban ante el justicia de Torres Torres una escritura de cierta donación que habían hecho a “su familiar y muy amado” Joan de Vallterra.22

De los últimos lugares en venderse sería el de Torres Torres, venta que se llevaba a cabo el 11 de marzo de 144523. El comprador sería el mencionado Joan de

22 APPV. Protocolo 726, not. Agostí. 23 Las capitulaciones en ADM leg. 116, nº 2814.

[7]

La fachada Sur vista desde la montaña de las ermitas.

Page 8: Intervención en la torre del homenaje del castillo de Torres Torres

176 JUAN CORBALÁN DE CELIS Y DURÁN

24 APPV. Protocolo 11713, not. Bataller.

Vallterra , señor de la baronía de Castellmontán, que por entonces era baile de Segor-be y procurador de dichos condes.

En estos años, los Vallterra han establecido su Casa en Valencia, en la plaza de Predicadores, donde residirán la mayor parte del año, acudiendo esporádicamente a Segorbe y sobre todo a Castellmontán, primera de las baronías que habían comprado, en 1377, en la zona de Segorbe. De su estancia en Torres Torres durante la segun-da mitad de este siglo apenas tenemos datos. Tan solo sabemos que en el verano de 1489, Yolant de Castellvi, viuda de Joan de Vallterra, se encuentra en Torres Torres, donde ha hecho reunir en la sala del castillo a ciertos moriscos de Algimia y a algu-nos vecinos de Torres Torres que habían tenido una disputa entre ellos, para que le prometan que permanecerán arrestados en los límites del castillo, “esto es, hasta la carnicería y el hostal de dicho lugar de Torres Torres que están en la cuesta de di-cho castillo”24. Por estos años, el castillo debe estar tan solo habitado por el baile y algunos servidores, pues en 1499 cierto mercader acreedor de don Joan solicitaba al gobernador poder ir a Torres Torres a coger bienes para llevarlos a Valencia y subas-tarlos, con el fin de poder cobrarse lo que se le debía. Más tarde decía que había ido al castillo y no había encontrado cosa alguna, por lo que solicitaba poder ir a cualquiera de los otros lugares de don Juan.

Joan de Vallterra, nieto de los anteriores, que había sucedido a su padre en 1506, con apenas once años, se criaría bajo la tutela de su tío Jaume de Santàngel, el cual sería el que emprendería obras de reformas en el castillo con el fin de hacerlo más cómodo y habitable. En 1514, los vasallos moriscos de Algimia y Alfara se negaban a contribuir en las obras del castillo, pues alegaban que su obligación era tan solo para aquellas obras que fuesen necesarias, y no para obras innecesarias, como era el caso de estos estudios; según decían, sin ellos se podía habitar el castillo como habían hecho los señores pasa-dos, y que si ellos estaban obligados, también deberían estarlo los cristianos de Torres Torres. Estos últimos alegaban que su obligación solo era respecto a las murallas y a las obras necesarias para la conservación del castillo. Jaume Santàngel les respondía que las obras eran necesarias para el presente y el futuro, y que con dichos estudios el casti-llo sería más cómodo de habitar y en tiempos de necesidad se podría acoger más gente dentro de él, así que ambos tendrían que contribuir a su construcción.

En 1521, durante la Guerra de las Germanías, el infante don Enrique escribía desde Segorbe a los jurados de Valencia avisándoles de que se dirigía hacia esta ciu-dad, y pidiéndoles que enviasen 200 hombres a dormir a Torres Torres, que él al día siguiente saldría de Segorbe sin más dilación. En esta época (1530) tenemos consta-tado que don Joan de Vallterra tiene cierto pleito con algunos vecinos de Murviedro, “sobre la fábrica y construcción de los muros de dicho lugar de Torres Torres.” No creemos que se tratase de amurallar el pueblo, sino más bien de dotarlo de un ligero cerco, aprovechando las casas y vallados de los corrales, con el fin de protegerlo de las incursiones de los piratas, al igual que se había hecho en Benifairó y Faura, aun-que estas poblaciones, al estar mucho más expuestas a estos asaltos al encontrarse cerca de la costa, sí se encontraban cercadas con gruesos muros. No obstante, hay que recordar que en una ocasión estos piratas llegaron a saquear el monasterio de Santo Espíritu.

[8]

Page 9: Intervención en la torre del homenaje del castillo de Torres Torres

177INTERVENCIÓN EN LA TORRE DEL HOMENAJE DEL CASTILLO DE TORRES TORRES

No sabemos si estos arreglos y mejoras en el castillo se llevaron a cabo, pero a partir de estas fechas los Vallterra y su familia residen normalmente en Torres Torres, teniendo documentados en el año 1557-1558 a más de veinticinco individuos de esta familia y su entorno. Por los datos que tenemos, ya no deben habitar en el castillo, sino que han comprado casas en el pueblo y viven en ellas. Don Joan de Vallterra ha-bía comprado en 1548 una casa con su huerto en la parte baja del pueblo, junto a un gran huerto que pertenecía a los señores desde antiguo, frente al portal de entrada de Valencia, lindante con la acequia mayor, donde actualmente todavía se encuentra dicha casa y huerto con los mismos linderos. A partir de estas fechas empieza el aban-dono del castillo, y ya su hijo Joan decía en 1569 “que no alquilaba el castillo porque estaba fuera de la población, en una montañeta alta, y no se encuentra hombre de dicha baronía que quiera dar cosa alguna por su alquiler”, el castillo lo usará el arren-dador de los derechos señoriales como almacén donde recoger los rentas en especies que percibía, utilizando los graneros y cubas de que disponía. Años después, en el arrendamiento de la baronía de 1613, no se le cedía al arrendador ni la casa del señor para su alojamiento, ni el castillo para que guardase los frutos dominicales, dándose-le 20 libras para que pudiese alquilar una casa para tal efecto, dato que parece indicar-nos que el castillo debía estar muy arruinado y ya no podía usarse ni como almacén25.

25 ARV. Real Audiencia, Procesos, parte 1, letra S, exp. 2241.

[9]

Refuerzo de sillería en la esquina del tercer recinto.

Page 10: Intervención en la torre del homenaje del castillo de Torres Torres

178 JUAN CORBALÁN DE CELIS Y DURÁN

Al morir Miquel Vallterra, señor de Torres Torres, le sucedía su hermano Joan, el cual tomaba posesión de la baronía el 22 de septiembre de 1617. Durante dicho acto, tomaba posesión efectiva de la iglesia, que estaba cerca del castillo, y después subieron al mismo, “el cual estaba vacío”.

En 1623, el entonces señor de Torres Torres Joan de Vallterra decía que el cas-tillo estaba inhabitable porque en tiempos en que fue señor su hermano don Miquel Vallterra (1592-1617) “se derrocó todo el castillo y además todo alrededor del mismo” y que como no se había obrado en tantos años necesitaba de muchas obras precisas y necesarias, y pedía que los acreedores, que tenían retenidas sus rentas, le diesen dinero para ello. Los peritos nombrados por ambas partes presentaban un presu-puesto en el que se describían las obras más urgentes que debían acometerse para dejarlo medianamente acondicionado, y dado que es el único documento que tene-mos en el que se describe parte del castillo y sus dependencias, nos parece interesan-te comentarlo 26.

Describe en primer lugar las obras que se necesitan en los muros exteriores, co-menzando por las que se han de hacer en la pared que hay junto a la torre, al principio de la escalera, donde había que levantar un muro de 6,90 m de ancho por 3,50 m de alto (cuyo coste se estimaba en 16L 10s)27. Había que reparar dos trozos del paño, “de tierra”, donde estaba la puerta principal del castillo, suponemos que cerca de la es-quina reforzada de sillería, que estaba muy derruido y en peligro de caerse, tapando todos los agujeros y grietas, de arriba abajo, así como hacer de nuevo las jambas de una de las ventanas. En el segundo paño, “hacia la muralla nueva”, había que reparar la zona que se encontraba deteriorada y reforzarla con cuatro machones, reparando igualmente todos los agujeros y grietas de arriba abajo (14L 8s). En el tercer paño, a espaldas de la puerta principal, además de tapar todas las grietas y agujeros, había que hacer a ambos lados de una ventana, la que estaba debajo “de la que tenía dos columnas de piedra” dos machones de 3,60 m de ancho por 3,45 m de alto y un grueso de 0,46 m (23L 7s). En el cuarto paño, “que viene frontera del hortal”, debía hacerse un machón de unos 1,84 m de ancho por 2,30 m de alto y un grosor de 0,46 m, reparar agujeros y grietas, arreglar el tiro de la chimenea y hacer un capitel.

Continúa el presupuesto describiendo las obras necesarias en distintas de-pendencias del castillo, empezando por “el aposento de la reja”, que estaba sobre la puerta del castillo, en el cual había que hacer una ventana apaisada, y dos puer-tas de paso, y colocarlas, teniendo además que asentar el suelo de madera (20L 7s). Al entrar en los estudios había que hacer una puerta de paso, y en dicho aposento una puerta ventana, de bastidor (22L 7s). En el segundo aposento había que asentar igualmente el suelo y colocar una ventana (12L 6s). En el tercer aposento de dichos estudios hacían falta dos puertas y asentar el suelo (13L 16s). En el cuarto aposento, se debía pavimentar el suelo con loseta cerámica, y hacer una puerta y una ventana (21L 15s)28.

26 ARV. Real Audiencia, Procesos, parte 1, letra S, exp. 2779. 27 Indicamos el valor de la partida de obra a ejecutar, dato importante para poder hacernos una idea, por comparación con las restantes, del volumen de obra. En este caso la partida se valora en 16 libras, 10 sueldos. 28 Valorada en 21 libras 15 sueldos.

[10]

Page 11: Intervención en la torre del homenaje del castillo de Torres Torres

179INTERVENCIÓN EN LA TORRE DEL HOMENAJE DEL CASTILLO DE TORRES TORRES

En la sala y aposentos del segundo piso se habían de colocar ocho ventanas iguales de madera. En el aposento “de más en medio” se tenían que hacer dos venta-nas, algo más pequeña que las anteriores. Así mismo, había que colocar cuatro puer-tas, y otras dos algo mayores para la sala29.

Había que hacer una escalera para subir al porche (12L). En la cubierta de la sala, y en las otras tres cubiertas consecutivas, se debían de cambiar numerosas vi-gas, dieciocho de 5,50 m y ocho de 6,90 m, del mismo grueso que tenían, para lo cual se levantaría todo el entarimado y se sustituirían las tablas en mal estado, asentando nuevamente todas las vigas (111L).

En la torre de en medio del castillo, había que rehacer una de las esquinas que se encontraba derruida, así como un trozo de la cubierta del terrado y tapar todos los agujeros y grietas del mismo. Había que colocar la canal que antes había, que recogía el agua del terrado y la llevaba a la cisterna. Había también que tapar los agujeros y grietas de los cuatro paños de la torre, y rebozarlo todo de mortero (120L).

En las bodegas del castillo, en el lugar donde estaba la cocina, había que levan-tar una pilastra, y colocar una puerta de entrada, de doble hoja, al igual que la que hacía falta para el seller (19L).

Los peritos Gaspar Merino y Guillen Blay, maestros albañiles, acababan su pre-supuesto diciendo que era preciso y necesario para habitar el castillo y conservarlo el hacer las tres cubiertas que estaban sobre la cubierta de la sala, como estaban en su

[11]

Planta y sección de la Torre.

29 Valorada en 120 libras 8 sueldos, excepto las dos puertas de la sala que valían 21 libras.

Page 12: Intervención en la torre del homenaje del castillo de Torres Torres

180 JUAN CORBALÁN DE CELIS Y DURÁN

día, desmontando muchos trozos de muro y barandas que estaban en gran peligro de caerse, y volver a levantarlo todo de muros de 46 cm de mortero, piedra y ladrillo, rehacer dos ángulos en las dos rinconadas, asentar todas las vigas, maderos y ladri-llos, pavimentar las tres cubiertas, una de tablero de ladrillo y las otras dos de tabla, pavimentar con mortero grueso y fino, deshacer las antepechos (apitradors) y almenas (murons) de las tres cubiertas, haciendo de nuevo los antepechos de muro de piedra y mortero, y sobre ellos unos pilares de ladrillo para sustentar unos arcos de ladrillo y yeso. El material, la mano de obra y los pertrechos necesarios hacían un total de casi 2.000 libras30.

Estas obras no debieron llevarse a efecto, o al menos no todas ellas, pues la baronía “una de las mas cargadas del reino” acumulaba numerosas deudas y los acreedores alegaban que por muchos miles de ducados que se gastase en el castillo, nunca sería un lugar cómodo para vivir, porque estaba muy derruido e inhabitable, y nunca podría arreglarse con las cortas rentas que tenían los señores. No obstante, se debieron hacer algunas obras, pues en la torre se puede observar esa reparación en una de las esquinas que se menciona en el presupuesto. Así mismo, sabemos que en 1624 se habían hecho ciertas obras con el dinero que don Joan había podido sacar del que había depositado en la taula de Valencia para pago a los acreedores, y que no había sido retirado por uno de ellos31. Debieron de tratarse de obras muy puntuales, pues el grueso del dinero no había podido sacarlo de esta cantidad destinada a los acreedo-res, ya que en 1633, diez años después, el nuevo señor Vicente Vallterra seguía recla-mando a la Audiencia que resolviese por fin el pleito. Una década más tarde vemos que don Vicente imponía una pena de tres libras a los jurados de la villa porque no le habían dado mano de obra y cabalgaduras para trabajar de bades en el castillo, “casa propia de dicho conde”.

En octubre de 1642, don Vicente, que “ha de ir a besar las manos de Su Majes-tad a la ciudad de Zaragoza e irlo a servir en la guerra, allá donde le mandara, y como en dicha jornada podría ser el caso de resultar algún siniestro”32 quiere que se le jure vasallaje a su hijo Joan Matías, que entonces apenas cuenta con ocho años de edad, y se le dé posesión de la baronía y su castillo. En la ceremonia de posesión suben al castillo, y Joan Matias entra en él y cierra sus puertas y ventanas en señal de verdade-ra posesión. En este caso, pensamos que se trata de una toma de posesión simbólica, pues el castillo hacía años que estaba inutilizable.

A la muerte de Vicente Vallterra, VIII barón de Torres Torres, en mayo de 1654, su hijo y heredero Joan Matías, cuenta con apenas diez años de edad, y será su tutor, Alejandro Vidal de Blanes, quien se hará cargo de la baronía. Casado con Francesca Monsoríu, señora de Estivella, morirá sin hijos, sucediéndole su hermano Francisco en 1664. A partir de estos años, los Vallterra ya no visitarán la baronía en ningún mo-mento, siendo la única relación con ella el cobro de las rentas que generaba. Fran-cisco morirá en Madrid en 1678. Su hijo José, ante el abandono que padecen las dis-tintas casas de las regalías, en 1684 ha de acometer obras de reparos en las mismas,

[12]

30 Se trataba por tanto de una rehabilitación importante, para la que se necesitaban, según especifica-ban, 12.000 ladrillos, 10.000 tejas, unos 20.000 kg de yeso (100 cahices) y casi 120.000 de cal. 31 ARV. Real Audiencia, Procesos, part. 1, let,S, exp. 2705. 32 ARV. Manament y Empares, 1702, libro, 3 mano 33, fol. 18.

Page 13: Intervención en la torre del homenaje del castillo de Torres Torres

181INTERVENCIÓN EN LA TORRE DEL HOMENAJE DEL CASTILLO DE TORRES TORRES

realizando diversos arreglos en el mesón, horno del pan, molino, carnicería etc. no figurando entre esos arreglos el castillo, que debe estar ya totalmente arruinado.

Los últimos datos sobre obras en el castillo son unas vagas referencias, sin que hayamos podido documentarlas, sobre su reutilización durante las guerras carlistas, sin especificar de cual de ellas se trata. Durante la primera de estas guerras, Torres Torres quedó dentro de la zona de dominio carlistas, cuyas partidas hicieron al me-nos dos incursiones sobre el pueblo buscando avituallamiento. Una en mayo de 1837 y otra al año siguiente, en la que los facciosos entraron en busca de rehenes por los que exigir rescate. Dominando los realistas los puntos de Sagunto y Segorbe, es poco creíble que los carlistas se asentasen en Torres Torres. Durante la segunda guerra, en 1873, el cabecilla Santés, a su paso por el pueblo, saqueó el ayuntamiento, que-mando sus archivos, por lo que deducimos que no deberían tener ningún puesto o destacamento en dicho lugar. Todo ello nos hace pensar que las distintas intervencio-nes relativamente recientes que se aprecian en la torre no se correspondan a su acon-dicionamiento como puesto militar, sino más bien se llevaron a cabo para darle algún uso de tipo civil. En algún momento, como queda visible, se abrieron nuevos huecos en sus muros y se cegaron otros ya abiertos anteriormente, como se aprecia en los huecos de la planta baja y en algunas ventanas de los pisos superiores.

Avance para un estudio de la estratigrafía mural

El castillo de Torres Torres, construido al menos en época califal, está formado por un recinto irregular, ligeramente cuadrangular, de altos muros, flanqueado por

[13]

Alzados exteriores y estudio de la tapia .

Page 14: Intervención en la torre del homenaje del castillo de Torres Torres

182 JUAN CORBALÁN DE CELIS Y DURÁN

cuatro gruesas torres circulares, una de las cuales defendía el acceso al mismo, ocu-pando todo ello una extensión de unos 2.000 m2. Un segundo recinto interior protegía el paso a la zona donde debían situarse las dependencias habitables, dejando fuera del mismo la pequeña explanada que formaba el albacar.

En su centro se levanta una sólida y gran torre, algo fuera de la proporción del conjunto, rodeada de una fuerte camisa perimetral que la protegía, y que podría ser posterior al resto de la fortificación, dado que los árabes no solían construir este tipo de torre central. Además, la técnica de su construcción es distinta a la del resto. El conjunto se levanta sobre una estribación de la montaña de la Ermita, de manera que deja tres de sus muros sobreelevados sobre el resto del terreno, dominando y divisan-do el valle que discurre a sus pies.

Las murallas, de las que parece ser se construyeron en dos etapas, o al menos partes de ella se reconstruyó posteriormente (en el presupuesto de 1623 se habla de “la muralla nueva”) están construidas con dos tapiales diferentes. Las que forman el recinto exterior, aparentemente más modernas, están realizadas empleando la técni-ca de muro a saco, colocando dos hiladas de mampuestos de cierta entidad formando las caras exteriores del muro, rellenando los espacios libres con un hormigón forma-do por abundante cal y árido grueso.

Esta muralla del primer recinto se levanta en parte directamente sobre la roca de asiento, y está formada en su primer tramo por un muro de mampostería de mayor grosor que el tramo superior, resultando un zócalo muy consistente y protegido de humedades directas y provenientes del intradós, que en este caso parece terreno na-tural, aunque en otras zonas del trazado se trate de un relleno de nivelación.

Las murallas que encierran el segundo recinto, al parecer más antiguas que las anteriores, están realizadas de manera diferente. En este caso se empleó un ta-pial calicostrado, formado por una argamasa muy compacta tipo hormigón, formada por cal, arena, ripios y demás áridos, con un paramento protector de cierto grosor de mortero de cal ejecutado en dos capas, la primera algo más basta, mezclada con árido fino, de regularización de la superficie del soporte, y la segunda a base de un mortero de cal. En este caso se reforzaron las esquinas con sillares, resultando con todo ello una sólida y consistente muralla

El castillo, encuadrado dentro del tipo llamada hisn o albacar, algo menor que una ciudadela, que en tiempo de conflicto servirá de refugio a la población rural del entorno, con su torre del homenaje, indica que cumplía también una función de centro político o militar del territorio, y sería residencia de algún funcionario, en este caso dependiente del emir de Valencia o quizá de la cercana Murviedro. Tras la con-quista, será residencia y apoyo del poder señorial, en este caso los Bellpuig.

La torre está levantada toda ella directamente sobre la roca, a excepción de algunos puntos en que se niveló con mampostería de tamaño regular asentada con mortero de cal. Fue construida, como indicábamos, utilizando la técnica de la tapia de calicanto, formada por encofrados rellenos de mampuestos de cierto tamaño (se aprecian muchos de estos mampuestos con dimensiones de 30-40 cm x 40-50 cm), de piedra de rodeno, colocados en hiladas horizontales, tomados con mortero de cal gra-sa, arena y gravilla fina, dando como resultado un muro muy sólido.

En el paño Este, el tapial se levanta sobre un zócalo, de ancho algo mayor que el resto, construido de manera algo diferente. En este caso se confeccionó un mortero

[14]

Page 15: Intervención en la torre del homenaje del castillo de Torres Torres

183INTERVENCIÓN EN LA TORRE DEL HOMENAJE DEL CASTILLO DE TORRES TORRES

mucho más rico en cal, como denota su mayor blancura, y árido más grueso, al que se le añadieron ripios colocados indiscriminadamente. Este tipo de mortero, más con-sistente, es el que parece se empleó en las esquinas, como se aprecia en la esquina E-S, en la que el lavado de la costra aparece a partir de la base de la primera hilada del tapial anteriormente descrito, y algo retirado de la esquina.

Análisis de patologías.

[15]

Page 16: Intervención en la torre del homenaje del castillo de Torres Torres

184 JUAN CORBALÁN DE CELIS Y DURÁN

La altura media de los paños, medida en el exterior, oscila entre 8,50 y 11 m, dependiendo del nivel sobre el que se asientan, estando su interior organizado en tres plantas, con diferentes grosores en los muros que las delimitan. El primer tramo de la torre, que conforma la planta baja, tiene unos espesores de muros de aproximada-mente 1,90 m, y se levantan hasta 2,30 m del piso de entrada. El segundo tramo, tiene un espesor algo inferior, aproximadamente 1,50 m, y tienen una altura de uso 3,70 m. El tercer tramo tiene unos espesores de 0,90 m y se levantan igualmente unos 3,70 m.

Por los restos que quedan parece, en principio, que la cubierta, que sabemos que estaba aterrazada (en el presupuesto de obras de 1623 habla del terrado y la ca-nal que lleva el agua a la cisterna), no debía usarse de una manera continuada como mirador ni zona de posible defensa, sino más bien esporádicamente, ya que la altura de los petos no sobrepasan el medio metro, ni hay señales de que pudiese estar alme-nada, aunque es posible que al ser la zona más afectada se hayan caído parte de dicho peto y los merlones, aunque en el caso de haber existido éstos, es difícil que se hubie-sen caído todos, o que al menos no queden vestigios de los mismos.

En su interior quedan las señales de los mechinales abiertos en los muros para apoyo de la viguería, así como restos de las molduras que contorneaban las salas del primer y segundo piso. En el centro, sobresaliendo de los escombros, se ven los restos de los dos pilares sobre los que apoyaban las vigas centrales que partían el vano. Es-tán ejecutados con mampostería, y tienen una dimensión aproximada de 1 x 0,70 m.

En los paños interiores, en sitios diferentes, aparecen formando parte de los muros, sucesivas hiladas de ladrillo macizo, que se colocaron posteriormente como refuerzo de determinadas zonas. Se aprecian sobretodo en diversos tramos de la es-quina N-S, lo que indica que se rehizo o reforzó posteriormente en algún momento. El hecho de la reparación de esta esquina se refuerza observando que por el exterior, es la única esquina que conserva parte de su enlucido. Seguramente se trata de la esqui-na que en el mencionado presupuesto de 1623 dice que está caída.

Estado actual de la torre

La torre del homenaje está compuesta por cuatro gruesos muros perimetrales formados a base de mampuestos encofrados, siguiendo el sistema indicado de tapia de piedra, llamado también de mampostería encajonada, apoyados directamente so-bre la roca, ocupando una planta cuadrada de unos 130 m2, que se eleva actualmente hasta una altura de unos 11 m.

Hoy en día solo quedan en pie los citados muros de cerramiento, y no existe ningún forjado de las plantas interiores. En sus muros se aprecian las señales de apo-yo de al menos tres de estos forjados, que debieron derrumbarse en época relativa-mente reciente. El enlucido de yeso de las distintas estancias interiores en que se di-vidían las plantas ha preservado durante mucho tiempo el interior de los muros de la acción de los agentes atmosféricos, impidiendo la caída de la costra externa del tapial y su posterior degradación interior, pero hace ya años que este revestimiento se ha perdido en gran parte de los paños, y el deterioro de la cara externa del tapial empieza a ser muy acusado.

[16]

Page 17: Intervención en la torre del homenaje del castillo de Torres Torres

185INTERVENCIÓN EN LA TORRE DEL HOMENAJE DEL CASTILLO DE TORRES TORRES

Estructuralmente la torre se encuentra en mal estado. Presenta algunas im-portantes fisuras en sus paños, que en principio, dada la cimentación existente y el estado de los muros, parece descartarse que sean debidas a asentamientos o despla-zamientos en los muros. Pensamos que son debidas al debilitamiento del paño donde se producen, a causa de la merma de consistencia del propio muro al haber perdido el mortero que ligaba los mampuestos, perdida acusada por las filtraciones de agua que se producen al no existir protección en los remates de estos muros, sin descartar pe-queños movimientos estructurales ocasionados tal vez por algún pequeño movimien-to sísmico, descartando fallos de asiento dada la consistencia del mismo.

Los paños exteriores se encuentran en peor estado, encontrándose algunas zonas muy deterioradas, habiendo perdido no solo la costra del tapial, sino todo el mortero interior de ligazón, de manera que los mampuestos se encuentran comple-tamente limpios y se van desprendiendo poco a poco debilitando amplias zonas del lienzo, lo que provocará en un tiempo relativamente corto la caída del mismo. Exis-ten numerosos huecos de ventanas y puertas, algunas de éstas últimas cegadas, que habrá de considerarse cuales de estos huecos resultan impropios y se pueden cegar, recuperando la torre el aspecto que debió tener en otro tiempo.

Intervención arqueológica y arquitectónica

El objeto de la intervención puntual es llevar a cabo los trabajos necesarios de consolidación en los cuatro paños de la torre, realizando una restitución casi general de la costra externa del tapial, aportando mortero y mampuestos en zonas puntuales, rellenando las grietas mediante inyecciones, realizando un apuntalamiento provisio-nal de los dinteles de huecos, y llevando a cabo una protección de la coronación de los muros, de manera que de momento se detenga el estado de degradación que viene sufriendo. Los huecos existentes, tanto los originales como algunos impropios, de los cuales ya hay cegados varios, se conservarán tal como están a la espera de un estu-dio más en profundidad que pueda definir cuales se han de respetar. No obstante, se actuará sobre todos ellos, en la manera indicada anteriormente, de manera que sean fácilmente reversible los cegamientos ejecutados.

Dentro de esta actuación están incluidos los trabajos de excavación arqueológi-ca en el espacio exterior entre la camisa y la Torre, hasta llegar a la cota de asiento de ésta sobre la peña, que en principio deberá coincidir con el nivel del pasillo entre am-bos muros. También se desescombrará el interior de la misma hasta alcanzar el firme inicial, realizando los trabajos necesarios para que provisionalmente pueda desaguar el interior de la torre, que de momento permanecerá sin cubrir.

[17]