Interpretacion Del Juego

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El juego del niño es totalmente factible de interpretación analítica. Si un niño no puede jugar, sucede la posibilidad de que la noción de jugar esté alterada y que esa alteración pueda ser causa de graves conflictos. La antítesis del juego es la realidad. El niño distingue muy bien la realidad del mundo y su juego. Esto es lo que lo ayuda a diferenciar entre el juego infantil y el fantasear. Melanie Klein dijo que el juego era el camino principal para el acceso al inconsciente infantil. Es a través del juego como el niño proyecta sus ansiedades más primarias. El juego obedece al impulso de elaborar psíquicamente algo impresionante en el intento de conseguir total dominio, dado esto, los niños insisten en representar cosas que les da miedo o que los exita. El niño trata de hacer por sí mismo lo que acaban de hacer con él, de completar una vivencia pasiva mediante una acción activa. Dos aspectos a distinguir en el juego de los niños, el primero es que es la puerta de entrada a la realidad psíquica del niño y por otro lado la obsesión por la repetición es debido a que es una ganancia de placer pero en un sentido más primario, más directo. A esto Freud lo llama elaboración psíquica en la que se encuentra la instauración psíquica del sistema inconciente. Winnicott dijo que para ampliar aún más la comprensión del juego y del jugar se remonta a los orígenes del juego, ¿cómo y cuándo comienza a jugar un niño? El mundo que el niño crea ya está ahí, esperando a ser creado.

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Resumen de la interpretacion del juego según Winnicot y Melanie Klein

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El juego del niño es totalmente factible de interpretación analítica. Si un niño no puede jugar, sucede la posibilidad de que la noción de jugar esté alterada y que esa alteración pueda ser causa de graves conflictos.

La antítesis del juego es la realidad. El niño distingue muy bien la realidad del mundo y su juego. Esto es lo que lo ayuda a diferenciar entre el juego infantil y el fantasear.

Melanie Klein dijo que el juego era el camino principal para el acceso al inconsciente infantil. Es a través del juego como el niño proyecta sus ansiedades más primarias.

El juego obedece al impulso de elaborar psíquicamente algo impresionante en el intento de conseguir total dominio, dado esto, los niños insisten en representar cosas que les da miedo o que los exita.

El niño trata de hacer por sí mismo lo que acaban de hacer con él, de completar una vivencia pasiva mediante una acción activa.

Dos aspectos a distinguir en el juego de los niños, el primero es que es la puerta de entrada a la realidad psíquica del niño y por otro lado la obsesión por la repetición es debido a que es una ganancia de placer pero en un sentido más primario, más directo. A esto Freud lo llama elaboración psíquica en la que se encuentra la instauración psíquica del sistema inconciente.

Winnicott dijo que para ampliar aún más la comprensión del juego y del jugar se remonta a los orígenes del juego, ¿cómo y cuándo comienza a jugar un niño?

El mundo que el niño crea ya está ahí, esperando a ser creado.

El proceso de estructuración de un sujeto no se puede escribir en términos de él solamente, hay que pensarla en términos del ofrecimiento del ambiente que satisface sus necesidades de dependencia o de aquello que no logra satisfacer.

De este juego de ausencia y presencia el bebé crea su espacio, donde gracias a los límites y a las posibilidades que éste tiene crea su espacio transicional, el cual no es el mundo interno del niño, pero tampoco es el mundo externo.

Gracias al juego transicional el niño forma un aparato psíquico capaz de poder albergar pensamientos y de ser creativo.

Winnicott dijo que el espacio transicional es algo que le pertenece al individuo y que por tanto puede ser el espacio de “descanso” del sujeto.

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Winnicott dijo que hay una zona intermedia de experiencia donde en cierta forma el niño crea el objeto que encuentra, lo que el niño toma del mundo externo de alguna manera lo re-crea y lo hace suyo.

Al niño que no tiene un área intermedia de experiencia, esta escindido, no tiene un espacio entre las cosas de afuera y las de adentro con el cual operar.

Winnicott define la relación del bebé con el objeto transicional de manera que el bebé tenga derechos sobre el objeto, que éste pueda ser acariciado y mutilado, no puede cambiar, debe de sobrevivir al paso del tiempo y a los sometimientos del niño, debe de proporcional calor o constar de realidad propia desde la percepción del niño, debe ser oriundo al exterior aunque tampoco proviene de dentro y cuando crezca debe perder significado.

El uso del objeto transicional le permite al niño la adquisición de redes estructurantes y fundamentes del aparato psíquico. La creación del objeto transicional es importante porque implica a su vez la existencia de un espacio, un espacio para que el jugar pueda advenir.

La capacidad para estar a solas constituye uno de los signos más importantes de madurez dentro del desarrollo emocional. Lo interesante de la capacidad para estar a solas es cómo se adquiere. El estar solo, en presencia de otra persona, le va permitiendo al niño realizar sus propias acciones.

Con el tiempo el individuo adquiere la capacidad de renunciar a la presencia real de la madre o de aquel que ejerza las funciones de cuidado ya que se crea un establecimiento de un medio ambiente interiorizado donde se forma la confianza en uno mismo y la capacidad para estar a solas.

Cuando un niño es cuidado y observado por una pantalla, la capacidad para estar a solas se ve alterada y la vida del niño comienza a construirse sobre la base de estímulos externos, donde una de las consecuencias es el aburrimiento, que se define como el síntoma que disminuye la capacidad creativa de las personas.

La palabra, dicha o escrita, permite siempre que se pongan en juego en la mente infantil, sin embargo, no todas las imágenes permiten que se ponga en juego lo simbólico.

En los niños con TDAH las áreas de percepción de imágenes y sonidos sueles estar sobrecargadas, por lo que no tiene la posibilidad de “metabolizar” la información y el bebé puede encerrarse en su propio yo.

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Hacia el final del primer año el juego del niño simboliza al vientre materno, en el sentido de que el niño utiliza cosas para representar el querer tener hijos. Para los dos años aparecen juegos relacionados con el control de esfínteres, así como también los juegos de encuentro y separación. A los tres años son juegos de identificación materna, como el alimentar o alimentarse, también aparece el dibujo recreando de este mundo aspectos de su propio cuerpo. Entre los cuatro y los cinco años el juego empieza a representar las fantasías de la vida sexual de los padres, como es el tener hijos y cuidarlos, aparece la monotonía de repetir historias y cuentos.

Entre los seis y los siete años empiezan los juegos de competencia, de conquista y de acción, de manera que los niños se identifican con “el más fuerte” o “el más rápido” y en las niñas la manifestación de la femineidad. Durante la latencia se acentúan los juegos identificatorios, así como también aquellos que requieran de reglas.

F. Dolto va a relacionar las fases del desarrollo de la líbido con momento cruciales en la estructuración del psiquismo del niño y de una estructuración corporal que acompañe a esta estructuración.

Según la autora, dependiendo si hubo castraciones en la etapa umbilical, oral, anal, castración primaria o castración genital no edípica o castración genital edípica, será el tipo de juego que el niño determinará.

El niño y sus juegos son inseparables, cambian y se modifican el uno al otro. Saber sobre el desarrollo evolutivo del niño es saber sobre el desarrollo evolutivo del juego y viceversa. El saber observar el jugar del niño tiene un importantísimo valor diagnóstico para poder determinar en qué evolución lúdica y por lo tanto evolución psicosexual se encuentra el niño y partir de ahí para tratar de entender por qué esta así, allí.

Sea lo que sea a lo que se pueda jugar en el espacio transicional que se genera entre analista y paciente, siempre hay que tomar en cuenta que lo que allí está ocurriendo debe poder ser traducido, interpretado e historizado, para que las posibilidades de crear su propia historia y ser dueños de su propio deseo, los niños con sus juegos se liberen de las ataduras de sus propios fantasmas.

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