Interpretación médica y mediación intercultural ... · PDF...

6
Tribuna <http://tremedica.org/panacea.html> 258 Panace@. Vol. XV, n. o 40. Segundo semestre, 2014 * Intérprete médico en Ginefiv, Madrid (España). Dirección para correspondencia: c.lleo@ginefiv.com. ** Intérprete médico en Ginefiv, Madrid (España). Dirección para correspondencia: b.torroba@ginefiv.com. Interpretación médica y mediación intercultural: dificultades y recursos en el campo de la fecundación in vitro Carolina Lleó Guerrero* y Beatriz Torroba Hernán** Resumen: En la actualidad, España es un país que atrae a gran número de pacientes internacionales con problemas de fertilidad en busca de tratamientos de reproducción asistida más asequibles, gestionados por profesionales altamente especializados y amparados por una legislación menos restrictiva. Este fenómeno ha tenido como consecuencia la aparición de la figura del intérprete médico como mediador lingüístico. En este artículo se pretende mostrar cómo su llegada ha supuesto una nueva organización del sistema sanitario en el campo de la reproducción asistida. Se describirán sus funciones, problemas encontrados y recursos empleados, así como las mejoras que faltarían por llevar a cabo. La especialización, la biculturalidad, la formación del personal sanitario y la gestión de las emociones son algunos de los puntos tratados. Palabras clave: interpretación médica, mediación intercultural, intérprete, paciente, personal sanitario. Medical interpretation and intercultural mediation: problems and resources in the field of in vitro fertilization Abstract: Spain currently attracts a large number of international patients with fertility problems. These patients seek affordable assisted reproduction treatments from highly specialized providers in an environment with less restrictive legislation. One consequence of this phenomenon is the advent of the medical interpreter as linguistic mediator. This article shows how this occurrence has led to a reorganization of the healthcare system in the field of assisted reproduction. It describes the interpreter’s role, problems that are encountered and resources that are used, as well as improvements that have not yet been implemented. The issues addressed here include specialization, biculturalism, training of healthcare providers, and emotional management. Key words: healthcare interpreting, intercultural mediation, interpreter, patient, healthcare professionals. Panace@ 2014; 15 (40): 258-263 Recibido: 10.IX.2014. Aceptado: 26.X.2014 1. Introducción 1.1. Presentación del panorama actual España encabeza la lista de los países que realizan un ma- yor número de tratamientos de reproducción asistida. Los da- tos indican que se trata del tercer país donde más tratamientos se realizan al año, con 54 000 ciclos anuales (Iriberri, 2012). Si analizamos en detalle las claves de este éxito reproductivo nos encontramos con dos puntos fundamentales: la legisla- ción y la calidad de los profesionales. España fue el primer país en tener una Ley de Reproduc- ción Asistida, que entró en vigor en 1988. Esta ley es mucho menos restrictiva con respecto a otros países europeos y ofre- ce la posibilidad de realizar tratamientos no permitidos en dichos países o de llevarlos a cabo con unas mejores garantías y condiciones. Por ejemplo, la actual legislación española, la Ley 14/2006, de 26 de mayo, refleja el anonimato total de los donantes de gametos, de manera que su identidad nunca será revelada. Los pacientes que toman la iniciativa de recurrir a la medi- cina reproductiva en España para tener un hijo se ven atraídos no solo por esta regulación más permisiva, sino también por otras ventajas. Cabe mencionar la calidad y formación de los profesionales de este campo de la medicina, la disposición de técnicas más avanzadas de reproducción asistida, precios más competitivos y unas listas de espera más cortas, sobre todo en tratamientos con donación de gametos. La reproducción asistida es un campo relativamente recien- te en medicina pero cada vez más necesario debido al creciente número de personas que sufren problemas de fertilidad a día de hoy. En el año 2007 este panorama social tuvo como conse- cuencia la creación de un servicio de atención al paciente internacional en Ginefiv, la clínica de reproducción asistida donde trabajamos como intérpretes. El objetivo inicial residía en cubrir las carencias lingüísticas a raíz del creciente número de pacientes no hispanohablantes que acudían a la clínica. Los pacientes habituales con los que tratamos son principalmente francófonos, aunque también acuden al centro italianos, in- gleses, alemanes y pacientes de otras nacionalidades. Llevan años persiguiendo el sueño de ser padres y haciendo frente a la insuficiencia ovárica, la azoospermia, la endometriosis, la menopausia precoz, las anomalías espermáticas, etc. Las

Transcript of Interpretación médica y mediación intercultural ... · PDF...

Tribuna <http://tremedica.org/panacea.html>

258 Panace@. Vol. XV, n.o 40. Segundo semestre, 2014

* Intérprete médico en Ginefiv, Madrid (España). Dirección para correspondencia: [email protected]. ** Intérprete médico en Ginefiv, Madrid (España). Dirección para correspondencia: [email protected].

Interpretación médica y mediación intercultural: dificultades y recursos en el campo de la fecundación in vitro Carolina Lleó guerrero* y beatriz Torroba Hernán**

Resumen: En la actualidad, España es un país que atrae a gran número de pacientes internacionales con problemas de fertilidad en busca de tratamientos de reproducción asistida más asequibles, gestionados por profesionales altamente especializados y amparados por una legislación menos restrictiva. Este fenómeno ha tenido como consecuencia la aparición de la figura del intérprete médico como mediador lingüístico. En este artículo se pretende mostrar cómo su llegada ha supuesto una nueva organización del sistema sanitario en el campo de la reproducción asistida. Se describirán sus funciones, problemas encontrados y recursos empleados, así como las mejoras que faltarían por llevar a cabo. La especialización, la biculturalidad, la formación del personal sanitario y la gestión de las emociones son algunos de los puntos tratados.Palabras clave: interpretación médica, mediación intercultural, intérprete, paciente, personal sanitario.

Medical interpretation and intercultural mediation: problems and resources in the field of in vitro fertilization Abstract: Spain currently attracts a large number of international patients with fertility problems. These patients seek affordable assisted reproduction treatments from highly specialized providers in an environment with less restrictive legislation. One consequence of this phenomenon is the advent of the medical interpreter as linguistic mediator. This article shows how this occurrence has led to a reorganization of the healthcare system in the field of assisted reproduction. It describes the interpreter’s role, problems that are encountered and resources that are used, as well as improvements that have not yet been implemented. The issues addressed here include specialization, biculturalism, training of healthcare providers, and emotional management.Key words: healthcare interpreting, intercultural mediation, interpreter, patient, healthcare professionals.

Panace@ 2014; 15 (40): 258-263 Recibido: 10.IX.2014. Aceptado: 26.X.2014

1. Introducción 1.1. Presentación del panorama actual

España encabeza la lista de los países que realizan un ma-yor número de tratamientos de reproducción asistida. Los da-tos indican que se trata del tercer país donde más tratamientos se realizan al año, con 54 000 ciclos anuales (Iriberri, 2012). Si analizamos en detalle las claves de este éxito reproductivo nos encontramos con dos puntos fundamentales: la legisla-ción y la calidad de los profesionales.

España fue el primer país en tener una Ley de Reproduc-ción Asistida, que entró en vigor en 1988. Esta ley es mucho menos restrictiva con respecto a otros países europeos y ofre-ce la posibilidad de realizar tratamientos no permitidos en dichos países o de llevarlos a cabo con unas mejores garantías y condiciones. Por ejemplo, la actual legislación española, la Ley 14/2006, de 26 de mayo, refleja el anonimato total de los donantes de gametos, de manera que su identidad nunca será revelada.

Los pacientes que toman la iniciativa de recurrir a la medi-cina reproductiva en España para tener un hijo se ven atraídos no solo por esta regulación más permisiva, sino también por

otras ventajas. Cabe mencionar la calidad y formación de los profesionales de este campo de la medicina, la disposición de técnicas más avanzadas de reproducción asistida, precios más competitivos y unas listas de espera más cortas, sobre todo en tratamientos con donación de gametos.

La reproducción asistida es un campo relativamente recien-te en medicina pero cada vez más necesario debido al creciente número de personas que sufren problemas de fertilidad a día de hoy.

En el año 2007 este panorama social tuvo como conse-cuencia la creación de un servicio de atención al paciente internacional en Ginefiv, la clínica de reproducción asistida donde trabajamos como intérpretes. El objetivo inicial residía en cubrir las carencias lingüísticas a raíz del creciente número de pacientes no hispanohablantes que acudían a la clínica. Los pacientes habituales con los que tratamos son principalmente francófonos, aunque también acuden al centro italianos, in-gleses, alemanes y pacientes de otras nacionalidades. Llevan años persiguiendo el sueño de ser padres y haciendo frente a la insuficiencia ovárica, la azoospermia, la endometriosis, la menopausia precoz, las anomalías espermáticas, etc. Las

<http://tremedica.org/panacea.html> Tribuna

Panace@. Vol. XV, n.o 40. Segundo semestre, 2014 259

intérpretes de la clínica desempeñamos nuestro trabajo en distintas situaciones comunicativas —consulta, quirófano, atención telefónica, laboratorio de fecundación in vitro, an-drología, etc.—.

En un principio la tarea prevista para este departamento residía en resolver las barreras únicamente lingüísticas entre los pacientes y el personal de los distintos departamentos de la clínica. Sin embargo, la experiencia diaria durante años nos ha demostrado que el trabajo del intérprete está directamente ligado, al menos en este campo, al de la mediación intercul-tural. Y es aquí donde empieza nuestra aventura profesional.

1.2. El triángulo comunicativoEste nuevo contexto social ha generado un triángulo co-

municativo que merece que le dediquemos unas líneas. Ha-blamos de un triángulo compuesto por el paciente o usuario, el personal sanitario y el intérprete (Bischoff et al., 2009).

En primer lugar, hablemos del intérprete. Sin duda, se trata de un profesional de las lenguas con una formación es-pecífica en materia interpretativa. Sin embargo, no podemos olvidar la necesidad de que sea a su vez especialista en el campo determinado en el que se produce la situación comuni-cativa, ya que la falta de especialización en las especificidades de la situación o terminología puede perjudicar el éxito de la comunicación en la consulta médica o en quirófano. En oca-siones, el lenguaje es tan específico y técnico que es de por sí una barrera aun cuando médico y paciente hablan la misma lengua. El intérprete en consulta debe identificarse y diferen-ciarse del personal sanitario, marcar los límites de su papel, interpretar todo lo que se diga y actuar con imparcialidad. El intérprete realiza las tareas de regulación de la comunicación como, por ejemplo, la regulación de los turnos de palabra, ya que, como profesional de la comunicación que es, tiene las aptitudes necesarias para gestionar las dinámicas comunica-tivas de manera eficaz.

Englobaremos a continuación al usuario (paciente) y al personal sanitario. Para ambos este contexto en el que se produce la comunicación es nuevo y desconocido y en la ma-yor parte de casos no han recibido formación para poder tra-bajar con un intérprete o un mediador lingüístico. A menudo desconocen el papel y obligaciones del intérprete, lo cual oca-siona otros problemas que mencionaremos a continuación. El intérprete sí tiene una formación lingüística para hacer frente a dicho contexto, pero la escasa formación de las otras dos partes dificulta el buen desarrollo de sus funciones.

2. Problemas y soluciones2.1. Introducción: la llegada del intérprete a la reproducción asistida

Cuando nos incorporamos al mundo laboral teníamos claro el código ético y los principios sobre una interpreta-ción fiel, objetiva y neutra bien fijados. Con el entusiasmo de empezar algo nuevo y de aprovechar la oportunidad de poner en práctica todos los conocimientos adquiridos, nos topamos con una situación profesional mucho más comple-ja y enriquecedora de lo que esperábamos. Como en todas las profesiones, la experiencia sirve para encontrar la fle-

xibilidad adaptada a las situaciones reales de la profesión. Descubrimos que no todo lo aprendido podía aplicarse ínte-gramente y que esto no era incorrecto, que la interpretación en este ámbito tiene una dosis de humanidad, intimidad y cercanía necesarias para una comunicación adecuada. Los sentimientos requieren de algo más que de palabras y en ocasiones las emociones personales no atienden a la impar-cialidad esperada de un intérprete. La interpretación no es un acto mecánico sino creativo.

2.2. Desarrollo Podríamos estructurar los principales problemas en cuatro

bloques: lingüísticos, organizativos, culturales y profesiona-les/personales.

2.2.1. Problemas lingüísticos; herramientas y recursos para su resolución

Como principal problema lingüístico destacaríamos el uso de una terminología médica específica que resulta inaccesible para el paciente en la mayor parte de los casos. Por ello el intérprete debe desmontar la complejidad terminológica para hacer comprensible el discurso del experto. Esta herramien-ta se denomina desterminologización y ayuda a garantizar la comprensión del término médico especializado dirigido a un destinatario no experto. Existen varios procedimientos de desterminologización (Campos, 2012).

Entre los más utilizados se encuentra la sinonimia, que ocurre cuando se emplean sinónimos propios de un registro menos técnico para sustituir al cultismo —por ejemplo sor-dera en lugar de hipoacusia—. Por lo general hemos podido comprobar que la presencia de formantes grecolatinos dificul-ta la comprensión del término —por ejemplo, histeroscopia, laparotomía o quistectomía son términos que resultan más complejos que visualización del útero, apertura del abdomen o extirpación de un quiste—. Además, siempre es preferible emplear las formas cortas antes que las largas —VIH en lugar de Virus de Inmunodeficiencia Humana—. Otro de los pro-cedimientos de desterminologización es la definición, con la que se define el término con un lenguaje más accesible. De esta forma, y volviendo a uno de los ejemplos anteriores, la definición adaptada al paciente de lo que es una histerosco-pia sería una ‘prueba diagnóstica que consiste en introducir una cámara para ver el útero por dentro’. Por último podría-mos destacar también la analogía y la ejemplificación, entre otras, como técnicas para hacer llegar el mensaje de la manera más comprensible posible.

Sin embargo, no todos los problemas lingüísticos residen en la complejidad de la terminología médica, sino que tam-bién encontramos trabas en la estructuración del discurso. Se producen a menudo interrupciones que debemos gestionar, como profesionales de la comunicación que somos, estable-ciendo turnos de palabra o incluso cortando el discurso mé-dico si se excede de lo que podríamos llegar a memorizar sin olvidar ningún dato clave en la interpretación. Al comienzo de nuestro trabajo todas las partes tuvimos que aprender la cantidad de información que se puede interpretar de una sola vez ya que se trata principalmente de una interpretación con-

Tribuna <http://tremedica.org/panacea.html>

260 Panace@. Vol. XV, n.o 40. Segundo semestre, 2014

secutiva y traducción a la vista, así como el tiempo que se debe dejar al intérprete para trasladar la información.

Aun siendo lo esperado, nos topamos con la imposibili-dad de hablar en primera persona pues el paciente no acos-tumbrado a trabajar con un intérprete tiende a malinterpre-tar las indicaciones e incluso a creer que estas vienen dadas por su mediador lingüístico y no por el especialista. Sucede también el encontrarnos con discursos médicos escasos que tendemos a completar gracias a la experiencia que ya tene-mos en el campo. En ocasiones los especialistas resumen su intervención sabiendo que el intérprete la va a completar para hacerla llegar mejor al paciente. Aquí sobrepasamos, como se puede comprobar, las competencias de un mero intérprete. A pesar de esto, cuando se da esta situación es primordial que el profesional de la salud se mantenga a cargo de la consulta, lleve las riendas y controle el proceso comunicativo. Hay que intentar evitar que el paciente se dirija al intérprete y no al médico, lo que constituye un error mucho más frecuente de lo que podríamos imaginar.

2.2.2. Problemas organizativosPodemos señalar como principales obstáculos el juicio

nuevo y externo —recomendaciones comunicativas— y la demarcación del rol profesional.

Dentro del contexto de la reproducción asistida cabe nom-brar de nuevo el triángulo comunicativo del que hablamos anteriormente —intérprete, personal sanitario y el paciente/usuario—. El intérprete es un elemento externo y nuevo a este ámbito, por lo que la jerarquía sanitaria ha tenido que hacer-nos hueco en su estructura, un proceso largo pero enriquece-dor para todos, según nuestra opinión.

Como emisor de un mensaje, es normal sentir cierta extra-ñeza cuando se experimenta por primera vez que un intérprete pone tus palabras y tu intención en otra lengua. Te sientes espectador de tu propio discurso y te centras en la lengua misma, en que llegue el mensaje oral, olvidando en ocasiones el lenguaje no verbal. Costó al principio hacer ver que el len-guaje corporal era igual o más informativo y que los pacien-tes, quienes vienen muy receptivos y con un grado importante de expectación, percibían y tomaban nota de cada detalle, es la única información que sabían interpretar por ellos mismos. Pedimos al personal sanitario que se dirigiera directamente al usuario aunque no entendiera la lengua —en este caso, ba-jábamos la mirada para forzarlo— para que la comunicación fuera más directa. Curiosamente, con este simple detalle el lenguaje corporal del personal cambiaba y, en consecuencia, lo hacía también la fluidez de la comunicación.

Una labor importante ha sido definir nuestro rol de cara a nosotras mismas, al personal sanitario y al usuario, y es-tablecer el límite de nuestras competencias, ya que nuestra labor se confunde a veces con la de acompañante del pacien-te. Y fue difícil por dos razones: porque trabajamos para una de las partes —la que nos ha contratado y por ello es más fácil caer en el posicionamiento por posible conflicto de in-tereses— y porque tenemos labores tanto informativas como interpretativas. En el caso del usuario hay que tener en cuenta que interpretamos cualquier comunicación del mismo con el

resto de la clínica. Cuando un médico y un biólogo tienen diferentes criterios profesionales sobre lo mismo el usuario duda a veces si es una diferencia de opiniones entre ellos o una mala interpretación por nuestra parte. Los cuestionarios de satisfacción que rellenan los pacientes al final del trata-miento sirven para detectar los puntos fuertes y las carencias sobre las que debemos trabajar, así como su visión global so-bre la clínica, nuestro departamento y trabajo.

Otra de las labores que surgieron naturalmente ha sido la del asesoramiento al equipo médico sobre cómo comunicar-se durante la consulta con pacientes no hispanohablantes. No hubo una formación específica para el personal, sino que esta surgió en el día a día y fue algo delicado porque consistió en aconsejar a los médicos cómo optimizar la comunicación en esta situación específica nueva, algo que se podía malinterpre-tar y confundir con indicar cómo pasar consulta, es decir, un juicio sobre su trabajo, nada más lejos de nuestra intención.

Sin embargo, hemos podido comprobar que el impacto psicológico que tiene la forma de un discurso hacia el pacien-te es fundamental y va, en gran parte, a determinar cuál va a ser su actitud durante el tratamiento.

A día de hoy la situación de recurrir a un intérprete está muy normalizada para nosotras y para el personal sanitario, que ya no intenta «salvar la situación» con sus conocimien-tos medios en la lengua ni dejan que un voluntario con los mismos conocimientos —normalmente familiares, amigos o conocidos de los pacientes— acompañe al usuario en calidad de intérprete profesional sin serlo. Existe un departamento específicamente creado para ello y se recurre a él con total normalidad. Otro caso diferente son los usuarios.

2.2.3. Problemas culturales2.2.3.1. IntroduccIón. El pacIEntE dE rEproduccIón asIstIda y sus conflIctos

Como mencionamos anteriormente, la mayor parte de pa-cientes no ha trabajado anteriormente con intérpretes y desco-noce sus funciones y los límites de sus competencias.

Nuestros pacientes vienen de otros países persiguiendo el sueño de ser padres. La mayor parte de ellos recurren a técni-cas de reproducción asistida en las que se necesitan gametos donados —espermatozoides, ovocitos o incluso embriones—. Esta situación personal ya es de por sí bastante particular y en ocasiones difícil de afrontar, pero, si a ello se le añade que tie-nen que hablar sobre sus relaciones sexuales, sus problemas médicos y hasta de las situaciones personales que les han lle-vado a esta situación, hay un suplemento evidente de estrés.

La reproducción asistida es un tema cada vez menos tabú pero aún no normalizado del todo. Muchos de nuestros pa-cientes no cuentan su experiencia a nadie y a veces somos las únicas personas al corriente y su único vínculo con el resto de la clínica. Se nos percibe no solo como fuente de información sino de desahogo o incluso como herramienta para convencer al equipo médico o a sus propios cónyuges sobre temas rela-cionados con el tratamiento. Algún paciente nos ha llegado incluso a pedir cosas realmente curiosas, como por ejemplo ocultar al cónyuge que padece una enfermedad infecciosa o indicar que se van a usar los óvulos de la paciente en lugar de

<http://tremedica.org/panacea.html> Tribuna

Panace@. Vol. XV, n.o 40. Segundo semestre, 2014 261

los de una donante para que él lo acepte más fácilmente; nos han pedido que escribamos una carta de nuestro propio puño y letra haciéndonos pasar por su donante de óvulos o semen explicando nuestra motivación para hacer tal donación y así poder leerla a su hijo en un futuro.

Pero este tipo de peticiones no solo concierne a la comuni-cación de la pareja. Nos piden en ocasiones que convenzamos al médico de que le prescriba un fármaco concreto, de que el tratamiento se lleve a cabo en una fecha determinada o de que se salten ciertos protocolos porque su caso es muy especial —idea muy frecuente—.

Se trata de una experiencia muy intensa para ellos: es des-plazarse a otro país donde no se habla su lengua y dejar en manos de desconocidos una decisión tan vital.

El tratamiento se hace a distancia, tienen que trasladar-se a Madrid en únicamente una o dos ocasiones. El resto del tiempo su contacto es solo con las intérpretes porque somos el enlace entre ellos y la clínica. Y, a pesar de nuestros esfuer-zos por encontrar el equilibrio entre la cercanía y la distancia profesional, no siempre se consigue, pues la intensidad en la comunicación con este tipo de usuarios está muy presente. En un mismo día pueden decirnos que nunca nos van a olvidar, que casi somos parte de su familia y llegar a poner nuestros nombres a sus hijos porque todo ha ido bien o acusarnos de poca profesionalidad por no ser nativas si ha ido mal. En una ocasión una paciente interpretó sarcasmo por haber añadido una exclamación a la frase: «Que pases buena tarde». Y dijo exactamente eso, que la exclamación dejaba entrever una iro-nía y que tanto ella como su marido se habían percatado de nuestra mala intención. Estas situaciones no son anecdóticas, son relativamente frecuentes.

Nuestra formación como intérpretes, así como la ofrecida por la propia empresa, la experiencia y la especialización de postgrado nos han ayudado mucho a aprender cada día cómo mejorar nuestro trabajo y optimizar este triángulo comunica-tivo. Los modelos ya implantados en otros países fueron un punto de referencia importante, aunque había que adaptarlos a nuestro contexto cultural, el de los pacientes y a los medios con los que contábamos.

2.2.3.2. problEmas culturalEs y la mEdIacIón IntErcultural

La experiencia nos ha mostrado que para ejercer esta pro-fesión hay que ser no solo bilingües sino también bicultura-les. Parte de nuestra labor informativa consiste en explicar la ley bioética, donde se mezcla lo puramente científico con los valores éticos sobre cómo emplear dichos conocimientos. Y en este punto nos hemos encontrado con ciertos contrastes culturales.

Los usuarios parten de perspectivas culturales muy di-ferentes sobre conceptos como la vida, la reproducción, la muerte, la estructura familiar, la intimidad, etc. Vienen con la idea de tener un hijo pero las motivaciones de unos y otros pueden ser muy distintas. El objetivo de tener un hijo puede tener como objetivo secundario formar una familia, pero tam-bién puede ser para que la pareja no le abandone por otra u otro, para cumplir con lo que Dios o el guía espiritual —en todas sus formas culturales— espera de ellos, para satisfacer

las expectativas de lo que el colectivo en el que viven espera de ellos, etc.

Podría decirse que la motivación del equipo que se en-carga de intentar conseguir el embarazo es luchar contra las limitaciones físicas, ofreciendo la posibilidad de tener hijos a quien no puede de forma espontánea. Para ello, hace falta sal-tarse el proceso natural de reproducción y adaptar la biología a nuestras necesidades actuales.

Es una única perspectiva médica —con sus variaciones en detalles— ante multitud de perspectivas culturales del usua-rio sobre lo mismo. Es aquí donde el intérprete necesita de más recursos comunicativos si quiere ejercer de puente de comunicación eficaz entre ambos puntos de vista y buscar el entendimiento de ambas partes. Aquí aparece la mediación (Valero-Garcés, 2001).

El equipo médico parte de una base científica: informa-ción médica, diagnóstico, remedio y cruzar los dedos para que la naturaleza continúe el trabajo. Pero esta base no siempre le sirve al usuario y lo positivo científicamente puede ser lo negativo culturalmente. Indicamos a continuación un ejem-plo ilustrativo. En reproducción, el tiempo casi siempre es un factor negativo. Cuanto más tiempo se deje para buscar un embarazo, y más si ha habido problemas previos, más difícil será conseguirlo. Pero hay otros factores vitales para los pa-cientes, como el caso de una paciente china que decidió dejar pasar más de un año para retomar el tratamiento cuando no era lo más aconsejable. Sin embargo, ella tomó esta decisión porque nos encontrábamos en el año de la Oveja, que era el de la mala suerte.

El punto de vista del usuario sobre cómo conseguir el em-barazo es muy variado. Podríamos citar algunos de los ejem-plos representativos, desde el más controlador al más dele-gador. En el primer caso, la persona no es capaz de confiar y quiere supervisar hasta el más mínimo detalle, como, por ejemplo, entrar en el laboratorio y vigilar cómo se está llevan-do a cabo la fecundación de sus gametos con los de su pareja. Esto es, evidentemente, imposible, ya que esta labor se lleva a cabo en un laboratorio con unas condiciones específicas de luz, oxígeno, temperatura, etc., y donde los profesionales de-ben ir vestidos y aseados de una forma específica. Además, es una labor sumamente delicada que requiere de conocimientos específicos y complejos que es probable que el usuario no en-tienda aunque los esté viendo. Y también nos encontramos con el paciente que deja todo en manos de la clínica, hasta el punto de no entender por qué un médico le ofrece varias posi-bilidades de tratamiento permitiéndole elegir y, por tanto, de-jándole, a sus ojos, una responsabilidad que no le correspon-de. El paciente no lo interpreta como una libertad de elección sino como una incompetencia del médico, que no es capaz de saber qué es mejor para su caso. Podría parecer que hablamos de perfiles personales más que culturales pero estos dos casos muestran ejemplos de dos formas de funcionar que correspon-den frecuentemente a naciones y/o regiones culturales.

Puesto que el hecho de encontrarse esta variedad de si-tuaciones es más frecuente para el equipo médico que para los usuarios, hemos centrado nuestros esfuerzos en buscar las estrategias de comunicación del médico hacia el paciente y de

Tribuna <http://tremedica.org/panacea.html>

262 Panace@. Vol. XV, n.o 40. Segundo semestre, 2014

ejercer por tanto no solo como intérpretes sino como media-dores y asesores interculturales.

Nosotras conocemos al paciente antes que ellos, lo que nos da la ventaja de saber desde qué precepto cultural parte el usuario. Y nos permite informar al médico antes de pasar a consulta, si lo viéramos necesario, con el fin de evitar reacciones de sorpresa, incomodidad o incluso desagrado sobre temas sensibles para los usuarios. Por ejemplo, algu-nos de ellos no quieren que hablemos sobre lo que pasaría en caso de fallecimiento de uno de los cónyuges. Firman un consentimiento donde tienen que tomar una decisión al respecto, la toman y están informados por escrito, pero no quieren verbalizarlo porque en su cultura no se hace, da mala suerte.

2.2.4. Problemas personales/profesionalesOtro de los factores que querríamos destacar es la gestión

de las propias emociones del intérprete y el impacto que esto tiene en nuestro trabajo. Es algo para lo que no estábamos ni informadas ni formadas. La experiencia nos ha llevado a in-tentar buscar el término medio entre la implicación y la obje-tividad. Uno de los costes de dicho proceso de adaptación ha sido la carga emocional y psicológica que hemos tenido que aprender a gestionar durante y después del trabajo (Valero-Garcés, 2006).

Durante, porque se dan situaciones de fuerte tensión emo-cional, como llorar, gritar, acusar, reprochar, incluso insultar, etc., en las que hay que mantener el control de la situación comunicativa.

Después, porque la cercanía con la intimidad del paciente, así como la gestión de su caso por parte del personal sanita-rio, pueden generar fácilmente un posicionamiento por parte del intérprete según sus valores, ética, etc. Se puede experi-mentar compasión, rechazo, alegría, implicación, tristeza, etc. Son sentimientos que «se llevan a casa» y que se asocian al paciente o a la situación y dificultan trabajar desde la objeti-vidad y neutralidad.

Hemos desarrollado a lo largo de estos años varias estra-tegias que nos han ayudado a deshacernos de esta carga, que puede nublar el juicio para hacer una interpretación correcta. Las técnicas son cosas tan básicas como: ejercicios de respira-ción y estiramientos; hablar entre nosotras cuando nos hemos encontrado situaciones que nos generan conflictos emociona-les, éticos, etc., porque todas las hemos pasado y no pode-mos compartir con nadie externo debido a la confidenciali-dad —un paciente puede tener varias intérpretes a lo largo del tratamiento, por lo que podemos intercambiar información si es necesario—; sustituirnos en caso de vernos desbordadas ante una situación que nos vemos incapaces de resolver efi-cazmente. La clínica dispone incluso de un servicio de psicó-logos para el paciente pero al que podemos recurrir en caso de necesitar ayuda profesional.

Parece algo anodino pero no lo es en absoluto. Cuando se aprende a gestionar estas emociones se tiene un mayor control de la situación comunicativa y se separa la vida laboral de la personal, lo que nos lleva a ser mejores profesionales y a ofre-cer un servicio de mayor calidad a todas las partes.

3. Mejoras de cara al futuro Creemos haber recorrido ya un gran camino en estos seis

años en los que hemos creado un nuevo departamento, con todo lo que ello conlleva a nivel organizativo y funcional. Sin embargo, nos seguimos encontrando con trabas en la forma-ción de dos de los formantes del triángulo comunicativo, en concreto en la del personal sanitario en materia de comunica-ción. Creemos necesaria o deseable la organización de talle-res, charlas formativas o cursos para que el personal sanitario comprenda lo que conlleva trabajar con un intérprete, aprenda a gestionar el lenguaje no verbal, asuma los turnos de palabra y, sobre todo, con el fin de hacerles comprender que el intér-prete es un complemento a su consulta, no un obstáculo. No es alguien que le indicará cómo pasar consulta; no es la per-sona que cuestionará sus conocimientos médicos. Es quien le guiará en las diferencias culturales y lingüísticas y le ayudará a que su discurso fluya y llegue a un paciente que, gracias a la presencia del intérprete, ha podido cruzar fronteras para tener un hijo.

También sería deseable informar al paciente antes de su llegada o preparar algún tipo de decálogo o folleto informa-tivo sobre las funciones y competencias de su intérprete para hacerle comprender que las indicaciones médicas nunca ven-drán dadas por él/ella, que somos meros transmisores de un discurso especializado y que no tenemos ninguna intención más allá de la gestión lingüística de su tratamiento. Importan-te sería también hacerles ver que estamos para ayudarles, que somos su principal acompañamiento durante este proceso tan delicado y que nuestra intención será siempre hacerles sentir como en casa. Es decir, delimitar nuestro rol y definir nuestra actitud para evitar situaciones incómodas.

Como podemos ver, las principales mejoras de cara al futu-ro están encaminadas a la formación de un triángulo comuni-cativo perfectamente formado y competente en sus funciones.

4. Conclusiones La llegada de la figura del intérprete al campo de la repro-

ducción asistida ha conllevado una serie de cambios y adapta-ciones del equipo, tanto organizativas como funcionales. Ha supuesto una mejora en el trato al paciente y ha situado a la clínica en un buen lugar a nivel europeo. Desde la creación del departamento internacional, Ginefiv acoge anualmente un 30 % de pacientes internacionales, puesto que nuestra infraes-tructura lingüística permite hacer un seguimiento integral de sus tratamientos. El simple hecho de contar con un equipo de profesionales de las lenguas disponible para el paciente no hispanohablante ha abierto las puertas de la clínica a miles de parejas que buscan mejores resultados, mejores técnicas y mejores profesionales.

A día de hoy, no abogamos por el intérprete mecánico ni por el que se acaba posicionando en una de las partes, puesto que, a nuestros ojos, dejaría de ser intérprete. Creemos en un punto intermedio no como utopía ideal sino basándonos en la realidad de nuestra experiencia profesional. Se puede en-contrar el punto de equilibrio en el que el intérprete tenga en cuenta todos los factores culturales del paciente, actúe como mediador y respete los principios básicos de la interpretación.

<http://tremedica.org/panacea.html> Tribuna

Panace@. Vol. XV, n.o 40. Segundo semestre, 2014 263

Desde nuestro punto de vista, la realidad de una interpre-tación médica de calidad es aquella en la que se amalgama la formación lingüística y las habilidades propias del intérprete con el entendimiento intercultural, los factores contextuales y el conocimiento de hábitos y conductas. Para que la infor-mación médica fluya y la información se transmita correcta-mente el intérprete debe salir a menudo de su papel imparcial, neutro e invisible, y hacer de la interpretación y la mediación intercultural una única disciplina que asegure una correcta comunicación. Como dijimos anteriormente, los sentimientos requieren de algo más que palabras.

Referencias bibliográficas Bischoff, Alexander; Louis Loutan y Sofía García Beyaert (2009): En

otras palabras. Guía para la consulta médica intercultural. Comu-nicación a través de un intérprete en los servicios de salud. Ginebra: Hôpitaux Universitaires de Genève.

Campos, Olga (2012): «Procedimientos de desterminologización. Tra-ducción y redacción de guías para pacientes», ponencia presentada

en las ix Jornadas Científicas y Profesionales de Tremédica, celebra-das en Barcelona del 22 al 22 de septiembre de 2012. <http://www.tremedica.org/jornadas-conferencias/ponencias/Barna2012_OCam-pos.pdf> [consulta: 15.VII.2014].

Iriberri, Ainhoa (2012): «España encabeza el grupo de países con más tratamientos de reproducción asistida», El Mundo (17.12.2012). <http://www.elmundo.es/elmundosalud/2012/12/17/noti-cias/1355735340.html> [consulta: 15.VII.2014].

Valero-Garcés, Carmen (2001): «El mediador interlingüístico en los servicios públicos: ¿nuevos principios éticos para nuevas rea-lidades?», en Anne Barr, M. Rosario Martín Ruano y Jesús To-rres del Rey (eds.): Últimas corrientes teóricas en los estudios de traducción y sus aplicaciones. Salamanca: Ediciones Univer-sidad de Salamanca, pp. 819-828. <http://gredos.usal.es/jspui/bits-tream/10366/82875/1/DTI_ActasUltimasCorrientes_Aquilafuen-te21.pdf> [consulta 15.VII.2014].

Valero-Garcés, Carmen (2006): «El impacto psicológico y emocional en los intérpretes y traductores de los servicios públicos», Quaderns. Revista de traducció, (13) 2006: 141-154. <http://ddd.uab.cat/pub/quaderns/11385790n13p141.pdf> [consulta: 15.VII.2014].