Integrando al Futuro 2008

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Esta publicación reúne las experiencias llevadas a cabo a partir del programa Integrando al Futuro, basado en el diseño sustentable. Organizado por el Centro Metropolitano de Diseño del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

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2008

GOBIERNO DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES

JEFE DE GOBIERNOMauricio Macri

VICEJEFA DE GOBIERNOGabriela Michetti

JEFE DE GABINETEHoracio Rodríguez Larreta

MINISTRO DE DESARROLLO ECONÓMICOFrancisco Cabrera

DIRECTOR GENERAL DE INDUSTRIAS CREATIVASDIRECTOR GENERAL DE COMERCIO EXTERIOREnrique Avogadro

EXPERIENCIAS 2008

ÍNDICE

Valor agregado sostenible para una ciudad que proyecta a largo plazo. Por Enrique Avogadro 6

Finito o infinito, esa es la cuestión. Por Anabella Rondina 7

Integrando al Futuro 8

Actividades 10

Workshop 12

Circuito de Vidrieras 16

Jornadas de Reflexión 22

Del ecodiseño al diseño sustentable (Marco Capellini) 25

Hacia un diseño sustentable: integrando tres vías (Alex Blanch) 27

Mesa de casos locales 29

Comercio justo (Dolores Bulit) 33

Programa Compromiso Social Compartido (Javier Armesto y Andrea Martins / INTI) 37

Responsabilidad Social Empresaria (Daniel Berenblum) 39

Muestra de casos 40

VALOR AGREGADO SOSTENIBLE PARA UNA CIUDAD QUE PROYECTA A LARGO PLAZO

Enrique AvogadroDirector General de Industrias CreativasDirector General de Comercio Exterior

Para la Ciudad de Buenos Aires, declarada en 2005 por UNESCO Ciudad de Diseño en el marco de su red de ciudades creativas, es clave que lo producido por sus empresas, en su mayoría PyMEs, posea cada día mayor valor agregado y para ello el diseño es un elemento clave. Esta agregación de valor, además de buscar la sustentabilidad económica de las empresas y su crecimiento, permite la genera-ción de puestos de trabajo y la apertura de nuevos mercados a nivel internacional. Pero el diseño no puede estar enfocado sólo en el eje económico si se busca trabajar en el marco del desarrollo sustenta-ble. Muy por el contrario, para que a largo plazo resulte viable es indispensable que se mueva también en los ejes ambiental y social.

Es por eso que el Ministerio de Desarrollo Económico de la Ciudad de Buenos Aires, más precisamente el Centro Metropolitano de Diseño, dependiente de la Dirección de Industrias Creativas y Comercio Exterior de la Ciudad, inició estratégicamente en 2008 el programa Integrando al Futuro, que aborda las temáticas del diseño sustentable, la responsabilidad social empresaria y el comercio justo. De esta forma, busca promover desde el sector público el diseño, la producción y la comercialización de pro-ductos con alto valor agregado que contemplen todo el ciclo de vida de los productos, desde la materia prima hasta su disposición final, convirtiendo de a poco a Buenos Aires, en una ciudad capaz de mirar y proyectar a largo plazo.

Buscamos que Integrando al Futuro se instale con el tiempo en la agenda de actividades que la Ciudad ofrece cada año.

FINITO O INFINITO, ESA ES LA CUESTIÓN

Anabella RondinaCoordinadora de Gestión de Diseño (CMD)

El programa Integrando al Futuro está conformado por una serie de acciones cuya misión es la de sensibili-zar a la comunidad profesional y empresaria respecto al conocimiento y puesta en práctica de patrones de producción, comercialización y consumo que estimulen conductas de responsabilidad social empresaria, sostenibilidad social, empresaria y ambiental y criterios del comercio justo.

Creado con el fin de asistir a empresas, diseñadores y emprendedores de la Ciudad en la mejora de su competitividad a partir del diseño y la innovación como herramientas estratégicas para el desarrollo de los negocios, el Centro Metropolitano de Diseño (CMD) no podía dejar de tomar estos temas en forma priori-taria. Nuevos negocios serán más competitivos si, además del diseño y la innovación, abordan el tema de la sustentabilidad (económica, social y ambiental) desde el inicio mismo de la gestación de cada proyecto particular.

En los últimos años, y en particular en 2008, distintas conferencias, exposiciones y workshops fueron desarrollados en torno a la sustentabilidad por diversos actores en la Ciudad de Buenos Aires. Desde el CMD trabajamos desde hace varios años en temas relacionados, comenzando en 2002 con el desarrollo de la muestra Contenido Neto (proyecto desarrollado por Miki Friedenbach y Alejandro Sarmiento), pos-teriormente a través de la realización de workshops de reuso y en 2006 con el desarrollo de un Seminario Iberoamericano sobre Ecodiseño junto a la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación.

Como política pública abordamos la sustentabilidad en forma prioritaria con el objetivo de promoverlo y no dejarlo caer en los ciclos de la moda que hacen desaparecer temas bajo la sombra de uno nuevo que se impone. Por el contrario, es fundamental que el tema de la sustentabilidad tenga continuidad, profundidad y se instale definitivamente en nuestro contexto productivo.

Si a la hora de pensar un nuevo producto consideramos tanto su materialidad como los aspectos refe-rentes a su comercialización y consumo, la responsabilidad social empresaria y el comercio justo también deben estar involucrados en este programa.

Así fue como en 2008 se dio el puntapié inicial para un programa formal que continuará cada año abordan-do estos temas con mayor profundidad, con el objetivo de instalarlos entre todos los actores que tienen que ver con el diseño, la producción y comercialización de nuestro finito mundo material.

INTEGRANDO AL FUTURO

El Centro Metropolitano de Diseño es la institución pública de la Ciudad de Buenos Aires dedicada a di-namizar y mejorar el entramado productivo y la cali-dad de vida de sus habitantes a través de un manejo efectivo del diseño.

Por ello, no sólo orienta sus acciones hacia la pro-moción del diseño como herramienta de innovación y crecimiento de la empresa, sino también hacia la sensibilización de los sectores productivos locales para el conocimiento y puesta en marcha de patro-nes de producción, comercialización y consumo que tengan en cuenta valores de sustentabilidad econó-mica, ambiental y social.

Con el programa Integrando al Futuro, además de promover entre el público el consumo conciente y responsable, el CMD da nuevo impulso a su com-promiso de fomentar la discusión sobre diversos as-pectos y problemáticas concernientes a la respon-sabilidad social empresaria, el diseño sustentable y el comercio justo, entre la comunidad profesional y en los sectores productivos que incorporan diseño como estrategia de crecimiento.

Con esta publicación, el CMD presenta el registro de actividades realizadas durante 2008 en el marco de este programa.

ACTIVIDADES

Workshop de reusoCircuito de vidrierasJornadas de reflexión

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De cara a un escenario productivo que conlleva el agotamiento de recursos naturales, la destrucción de ecosistemas y la pérdida de diversidad biológica en nuestro planeta, lo mismo que el empeoramiento de las condiciones laborales y la calidad de vida de sus habitantes, el lanzamiento del programa Integrando al Futuro en agosto de 2008 fue el comienzo de otra nueva serie de iniciativas del Centro Metropolitano de Diseño tendiente a problematizar la relación exis-tente entre diseño y sustentabilidad.

Con la convicción de que atender las necesidades y crear valor para las generaciones presentes pue-de y debe ser realizado sin comprometer el devenir de las siguientes, las actividades desarrolladas por el programa pretenden construir una visión estraté-gica del futuro, mediante la sensibilización y trans-ferencia de nuevos temas alrededor del diseño y la sustentabilidad.

Orientado a los distintos actores que intervienen en el sistema productivo, el programa, que continúa sumando actividades en 2009, realizó acciones de capacitación, difusión de experiencias, transferencia de conocimiento e integración al mercado.

WORKSHOP

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WORKSHOP DE REUSO

Del 17 al 28 de noviembre de 2008 se realizó en el CMD el “Worskshop de reuso” a partir de desperdi-cios textiles de nylon producidos en la fabricación de medias de mujer. Los talleres tuvieron como objetivo que los participantes incorporaran conceptos de dise-ño responsable al proceso proyectual.

Con una organización teórico-práctica, los mismos se centraron tanto en el desarrollo de temas de diseño sustentable (análisis del ciclo de vida de los productos, introducción al ecodiseño y desafíos de la comunica-ción de la producción sustentable) como en la explo-ración del material y de sus posibilidades de reutiliza-ción. La coordinación de los talleres estuvo a cargo de las diseñadoras industriales Natalia Hojman y Ángeles Estrada, responsables de Mhu! Mínimahuella, estudio de diseño industrial incubado en el CMD que presta servicios de diseño y desarrolla también sus propios productos con estrategias de ecodiseño, sustentabili-dad y comercio justo.

En el desarrollo de los distintos ejes temáticos los talle-res también contaron con la participación de la artista Mónica Van Asperen; los diseñadores industriales Ale-jo Estebecorena (de la empresa de ropa masculina HE, Hermanos Estebecorena) y Agustina Lagomarsino; y los responsables del estudio de comunicación Ma-teos-Davenport. También participaron la diseñadora textil Laura Martínez y la ingeniera textil Patricia Bares, ambas del Centro de Investigación y Desarrollo Textil del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI).

Luego de dos semanas de trabajo, los profesionales de diseño industrial, de indumentaria y gráfico, artistas y arquitectos participantes proyectaron separadores de ambientes, piezas modulares, iluminación, super-ficies de descanso y accesorios para el cuerpo. Los

siete trabajos grupales fueron evaluados por un panel de expertos que resaltó el buen nivel alcanzado en los talleres. Dicho panel estuvo integrado por la periodis-ta especializada en diseño Carolina Muzi; la arquitecta Mónica Cohen (organizadora de las ferias Design Con-nection y Remade in Argentina); el arquitecto Arturo Grimaldi y la diseñadora industrial Alejandra Dasso (ambos de Malba Diseño); y Rosa Arena y Leandro Pérez, de la empresa Apogeo, que donó los desper-dicios de nylon.

Para la realización del workshop, se contó con la cola-boración del Instituto Nacional de Tecnología Industrial, organismo que acompañó al CMD en el relevamiento previo del proceso de producción de medias de nylon.

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MHU! MINIMAHUELLA:LA EXPERIENCIA DEL WORKSHOP

D.I. Natalia Hojman y D.I. Ángeles Estrada

Para nuestro estudio el “Workshop de reuso” fue un ex-celente espacio para poner en práctica y al alcance de otros profesionales y estudiantes de distintas áreas vin-culadas al diseño (arquitectos, diseñadores industriales, de indumentaria y textil y artistas) las herramientas con las que nuestra empresa trabaja desde hace ya algu-nos años. Nuestro estudio trabaja constantemente la relación entre el diseño y el impacto ambiental de los productos y subproductos, así como la generación de conciencia responsable por parte de los diseñadores, que son, en definitiva, los generadores de nuevos obje-tos en esta sociedad.

En un espacio de exploración guiada bajo los con-ceptos del diseño sostenible se realizaron esquicios y trabajos en los que el objetivo fue diseñar funciones y experiencias tomando el reuso de material como primer condicionante.

Fue muy gratificante que, a medida que se desarrollaba el taller, entre los participantes creciera una preocupa-ción ambiental y una inquietud por generar un cambio de paradigma. Ya no sólo se diseñaba una solución a una problemática existente sino que también se dise-ñaba teniendo en cuenta el impacto ambiental de esa solución a lo largo de su ciclo de vida.

El material de descarte utilizado, la poliamida (nylon), fue una excusa para que los treinta participantes y las coordinadoras encontráramos un espacio de intercam-bio proyectual, reflexión y crecimiento en busca de los primeros esbozos de aquello que hoy intentamos llamar diseño responsable.

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CIRCUITO DE VIDRIERAS

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CIRCUITO EN PALERMO

Entre el 7 y el 23 de noviembre de 2008 en el co-rredor comercial del barrio de Palermo se presentó el “Circuito de vidrieras”, iniciativa del programa In-tegrando al Futuro que hace foco tanto en el diseño como en el consumo responsables.

Conformado por locales ubicados entre las avenidas Dorrego, Santa Fe, Scalabrini Ortiz y Córdoba de la Ciudad de Buenos Aires, el circuito estuvo dirigido a todas las marcas de diseño de los rubros indumen-taria, calzado, accesorios, joyería, objetos y diseño gráfico con puntos de venta en ese corredor. Acom-pañados por el CMD (que realizó el seguimiento y las correcciones de los productos), los quince locales y dieciocho diseñadores participantes trabajaron en la materialización de nuevos productos o prototipos, a partir de desperdicios de la producción propia o de terceros. El proceso de diseño tuvo en cuenta la maximización del uso de desechos, el bajo impacto ambiental de los procesos de transformación, la inte-gración del producto o prototipo a la línea de marca y su aptitud para uso cotidiano.

Los trabajos se expusieron en las vidrieras motivan-do también un consumo responsable. Para ello, el circuito contó con apoyatura de comunicación ins-titucional y logró también una amplia cobertura en medios gráficos.

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CIRCUITO DE VIDRIERAS

MAPA BARRIO PALERMODel 7 al 23 de noviembre de 2008

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JORNADAS DE REFLEXIÓN

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JORNADAS DE REFLEXIÓN

Durante los días 14 y 15 de noviembre de 2008 se lle-varon a cabo las “Jornadas de reflexión”, una platafor-ma de transferencia, interacción, debate y elaboración de pensamiento prospectivo en la que participaron re-conocidos especialistas del diseño nacional e interna-cional, representantes del sector estatal y de empren-dimientos sociales e instituciones del tercer sector.

Las jornadas contaron con dos conferencias magistra-les: la del italiano Marco Capellini, centrada en el proce-so histórico que llevó del eco-diseño al diseño respon-sable; y la del español Alex Blanch, que giró en torno a la conjunción en el diseño sustentable de las variables económica, ambiental y de integración social.

Hubo disertaciones dedicadas al comercio justo, la economía solidaria y la responsabilidad social em-presaria y se dieron a conocer casos locales de di-seño sustentable aplicado al producto, la moda y la arquitectura. Las jornadas fueron también oportunidad para que se presentaran los programas “Compromi-so social compartido”, del Centro de Investigaciones Textiles del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), y “Educación ConSuma Dignidad”, de la organi-zación sin fines de lucro AMARTYA, que trabaja tanto en Argentina como en Suecia y Noruega. Además, se expuso un video de Paula Alvarado, corresponsal en Buenos Aires del sitio líder en diseño y estilo de vida sustentable TreeHugger.com, en el que se aborda la relación de los argentinos con la ecología.

Diseño Sustentable

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DEL ECODISEÑO AL DISEÑOSUSTENTABLE

En base a la presentación de Marco Capellini

Marco Capellini es licenciado en Arquitectura de la Universidad Politécnica de Milán, especializado en Diseño Industrial. Trabaja en ecodiseño y consultoría ambiental en su propio estudio: Capellini Design & Consulting (Milán y Roma). Es profesor de Diseño Industrial en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Camerino. Coopera en empresas internacionales como Indesit Company, Fiat, Tetrapak y ABB. Desde 2006 coordina MATREC - Material Recycling (centro de investigación de la Escuela Politécnica de Diseño de Milán), primera base de datos nacional gratuita sobre materiales reciclados (www.matrec.it). En 2005 puso en marcha REMADE IN ITALY, el primer proyecto nacional para el desarrollo de productos procedentes de materiales reciclados.

Introducción

A partir de la segunda mitad de los años 80, la proble-mática ambiental (relacionada con la “insostenibilidad” los actuales estilos de vida, producción y consumo y marcada por una excesiva explotación de los recur-sos ambientales y energéticos) está en el centro del debate económico y político de la comunidad interna-cional. Se ha puesto en marcha un proceso de fuerte sensibilización en torno a los temas medioambientales que involucra tanto a instituciones y empresas como a consumidores. En este marco cobra sentido hablar de ecodesign o design for environment (DfE), metodolo-gía dirigida a la integración de aspectos ambientales al proyecto y el desarrollo de un producto.

En lo que sigue se presentan perspectivas del eco-diseño ligadas al escenario europeo y norteamericano, que constituyen un enfoque no del todo congruente con el que se plantea en Latinoamérica.

Ecodesign y productos de menor impacto ambiental

El ecodisign es posible, en parte, por un cambio en las legislaciones de ciertos países que ha llevado a que se utilicen materiales más óptimos en térmi-nos medioambientales. Obviamente, las respuestas al problema medioambiental varían de continente a continente y de país en país. Excepto los países africanos y la India, donde el problema acuciante es más social que ambiental, se están tomando medi-das medioambientales.

En efecto, en Europa se está discutiendo el “objetivo 20, 20 y 20”. La Unión Europea estableció como objetivos para 2020 reducciones del 20% de emisiones de CO2 y del 20% del consumo energético y planeó, además, utilizar el 20% de energías renovables. Estos objetivos se vinculan al Protocolo de Kioto, siempre criticado por Estados Unidos y China. El escenario se modifica con la victoria de Obama, que ya anunció la intención de alcanzar los objetivos medioambientales para 2015. Esto es importante porque las empresas que quieran comercializar sus productos en Europa y Estados Uni-dos tendrán que cumplir con una serie de disposiciones legales. La política también ha entrado en este juego del eco-diseño.

Durante los 60 y 70 el tema medioambiental fue tomado como una problemática global. Y en los 80 y 90 el tema entró en las empresas con la introducción de leyes para reducir las emisiones tóxicas. Hoy también hay leyes que reglamentan el uso de los materiales.

Desde 1996 hay leyes que establecen la responsabi-lidad extendida del productor, por la que la empresa debe asumir los costos de desmantelamiento y reci-claje. El consecuente incremento de los costos totales lleva a que debe asumir el productor, lo que lleva a que en la estrategia del productor se consideren el análisis

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del ciclo de vida del producto y el diseño para logar reducción del CO2, eficiencia energética, fácil desen-samblaje de materiales y, sobretodo, optimización del transporte.

Cada vez más compañías persiguen estrategias medioambientales. Para este pasaje ha sido de vital importancia el aumento de los precios del petróleo. El constante aumento del precio de las materias primas, de los relativos derivados y, en consecuencia, de los materiales vírgenes ha estimulado a las empresas a utilizar parcial o totalmente materiales obtenidos por procesos de reciclaje, que son más económicos. Exis-ten tipologías de materiales reciclados con colores, formas y características que no tienen nada que en-vidiar a los vírgenes. Existen tipologías de productos que por originalidad y aspecto no parecen para nada realizados con material reciclado.

Producto y ambiente:¿ecodesign o ecodesigner?

Respetar las nuevas reglas requiere una estrategia de diseño. Para ello es importante definir el objetivo final: reducción del consumo de recursos ambientales, em-pleo de materiales derivados de recursos renovables, reutilización y reciclaje de productos y reducción de la producción de residuos, de los consumos energéticos y de las emisiones contaminantes. A fin de minimizar costes económicos y el impacto ambiental, la empresa y el diseñador se vuelven actores principales en el de-sarrollo del nuevo diseño del ciclo productivo y el pro-ducto. Además de la calidad, la ergonomía, la seguri-dad, la estética, la funcionalidad, la variable ambiental resulta un criterio novedoso para modificar el diseño del producto, ahora de modo “sostenible”.

Muchas veces son necesarias nuevas herramientas: www.ecotul.it permite a los proyectistas evaluar su

optimización de productos en términos de capacidad de ser reciclados y desensamblados.

La comunicación del valor ambientalde producto

Hoy por hoy muchos productos se venden haciendo gala de un presunto valor ambiental, lo que genera cier-ta incertidumbre y confusión en el consumidor, que no acierta a conocer en qué productos existen realmente un valor ambiental incorporado.

Es necesario ser responsables frente al usuario y el mer-cado. También es muy importante que la empresa que vende producto con performances ambientales comu-nique bien este hecho. Estos nuevos productos tienen que hablarnos, contarnos su historia. Estos productos deben asumir una nueva identidad.

El consumidor tiene que poder elegir y valorar no sólo la forma y funcionalidad de un producto sino también otros aspectos de carácter socio-ambiental.

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HACIA UN DISEÑO SUSTENTABLE:INTEGRANDO TRES VÍAS

En base a la presentación de Alex Blanch

Alex Blanch es profesor adjunto de la Escuela de Diseño de la Pontificia Universidad Católica de Chile, codirector de Blinkdesing y cofundador de Raíz Diseño. Realizó estudios en diseño gráfico y diseño industrial en la Escola de Disseny Elisava y el BA (Hons) Design en la Universidad de Southampton. Elaboró el plan de comunicación de FONCICYT/CONACYT (México). Fue asesor de CORFO/SERCOTEC en el desarrollo del Plan Nacional de Diseño (Chile, 2007); director del Comité Asesor del Circuito de Identidades Latinas (2003-2007); y miembro del jurado internacional de INDEX (Copenhague, 2005-2007).

Introducción

Al abordar la relación entre sustentabilidad y diseño se contemplan, por lo general, dos variables: la económica y la ambiental. Hay que considerar una tercera: la inte-gración social. Al respecto, es importante comprender los vínculos íntimos entre medio ambiente, integración social y generación de riqueza y promover cambios en los hábitos de consumo. Porque, finalmente, el acto de diseño, el acto de difusión y el acto de compra pue-den servir para decantar la dicotomía entre “democra-cia y empresa”, “sociedad y mercado” y “ejercicio de la ciudadanía y mercado” a favor de la democracia, la sociedad y el ejercicio de la ciudadanía.

Sustentabilidad y medio ambiente

Por cuestiones de impacto, el crecimiento demográ-fico y la pobreza son también asuntos medioambien-tales. En promedio, una persona rica gasta ocho ve-ces más energía que otra pobre pero su gasto sólo impacta tres veces más que éste. Reducir el impacto requiere dinero. Los economías pobres (sean nacio-

nales o locales, ya que muchas veces son las segun-das las que tiene a cargo la infraestructura) no pueden destinar dinero a la reducción del impacto y, de hecho, no lo hacen. Por ello, el problema medioambiental de hoy es cómo disminuir la pobreza y también cómo ha-cerlo sin disparar el consumo energético ni el consu-mo de materias asociado.

No queda más remedio que reducir nuestro impacto promedio a un sexto del actual. Hay que conseguir un impacto mínimo, que no es lo mismo que un impacto cero; porque salvo que inventemos un sistema eco-nómico completamente nuevo, necesitamos crecer e innovar.

Sustentabilidad y economía real

A partir de la primera crisis del petróleo de 1973 y, especialmente, desde la segunda crisis en los 80, los países desarrollados hacen aquello que prohíben a los países a los que dan créditos: imprimir dinero sin res-paldo. Oficialmente un tercio del dinero que circula en el mundo no tiene respaldo. Esto responde al fenó-meno de la globalización, que es “una” globalización, una de las muchas posibles: esta globalización está orientada a convertir lo público en privado y a alimen-tar la economía financiera, lo que nos ha llevado a una concentración económica y de poder sin parangón hasta la fecha.

Por ello, es importante no sólo hablar de medioambien-te sino también de mercado, de pautas de consumo y, fundamentalmente, de “economía real” y de cómo desde el diseño se puede contribuir a alimentarla. Se trata de incluir el tema de las pequeñas empresas que trabajan localizadamente, que son pocas, pero que cada vez son más y dan mucho de qué hablar.

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La importancia del público

El público es el que tiene el dinero para consumir. Puede escoger comprar un zapato producido en un buque fac-toría en aguas internacionales (para evitar las leyes labo-rales) con el trabajo de personas que viven –literalmen-te– en la esclavitud. En ese caso, el dinero va a parar a la economía financiera. O puede escoger comprar otro zapato, producido de manera localizada por parte de una empresa que paga correctamente a sus empleados (gente del lugar) y a los proveedores, que también traba-jan honestamente. En este caso, el grueso del dinero va a parar a la economía real. Se trata de un negocio sus-tentable que genera una sociedad sustentable. Porque la economía real es la única que genera la riqueza y la riqueza es el único mecanismo que permite contener el crecimiento demográfico y el impacto ambiental.

Premio INDEX

Es una iniciativa del gobierno de Dinamarca, realizada a través del Ministerio de Industria y la ciudad de Copen-hague y orientada a reposicionar al diseño danés. Se tra-ta del concurso de diseño más grande del mundo, con premios de cien mil euros para cada una de las cinco categorías: juego, trabajo, casa, cuerpo y comunidad.

Dado que INDEX no premia el producto, sino el im-pacto, fue necesario establecer criterios que permitan su medición. El equipo internacional conformado a tal efecto, y que tuvo a Alex Blanch como miembro, ela-boró tres factores: 1) Forma: entendida como estética, material y color, pero también como coherencia y otros aspectos vinculados a lo que normalmente se entiende como campo de la interfase. 2) Impacto: la ética y la visión con la que se de-sarrolla el proyecto, pero también la lectura del proyecto en la comunicad concreta. Cómo es esa cultura y qué

significado tiene en ella el producto. El diseño es sobre-todo significado, sentido para las personas. Las personas compran cuando las cosas hacen sentido en su vida. 3) Contexto: la urgencia de la solución, es de-cir, lo incidente del problema y la cantidad de afectados. Pero también la sustentabilidad en términos de modelo de negocio y en el sentido de aquello que se promueve. También elaboró un concepto: el factor fit (calce). To-dos los factores deben calzar en un impacto óptimo.

Raíz Diseño

Raíz Diseño es una organización que busca poner en discusión algunos temas alrededor del diseño: aquellos de los que no se habla en los medios, pero sí en el medio del diseño. Se interesa por el público en general, razón por la que además de acciones de prensa, orga-niza eventos, como ferias y talleres.

Creada por Alex Blanch y Laura Novik, Raíz Diseño reco-noce como antecedente inmediato el Circuito de Identida-des Latinas, una red latinoamericana enfocada al tema de la identidad local como factor competitivo, como medio por el cual los pequeños productores podían encontrar espacio en el mercado internacional. A partir de sugeren-cias de integrantes de la red y de experiencias propias se lanzó Raíz Diseño, un proyecto que reconoce que no se puede hablar del factor local y de la localización de la pro-ducción sin tener en cuenta los factores medioambiental y económico. Raíz Diseño se orienta hacia la localización pero focaliza en temas de sustentabilidad.

En Raíz Diseño, el diseño se concibe en relación a la po-lítica y los modelos de negocios y no tanto en relación al producto, que es más un “medio para” que un fetiche. Se trata de hacer uso de lo que Blanch define como “voca-ción política”. Por tratarse de una disciplina íntimamente relacionada con las pautas de consumo, el ejercicio del diseño implica un cierto ejercicio de la política.

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MESA DE CASOS LOCALES

A continuación se presentan tres casos locales en los que el diseño incorpora criterios de sustentabilidad.

DISEÑO INDUSTRIAL: BCK SOLAR

En base a la exposición de Javier Bertani y Vera Kade

Javier Bertani y Vera Kade son diseñadores industriales (UBA). Junto a Ezequiel Castro, en 2007 conformaron la empresa BCK – Innovación y Diseño.

BCK Solar es un proyecto surgido en 2004 en la Facul-tad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Univer-sidad de Buenos Aires, de la mano de los diseñadores Javier Bertani, Ezequiel Castro y Vera Kade.

Se trata de un producto para camping, pensado para calentar comidas y bebidas con el uso de energía solar. Está compuesto por un contendor y una pan-talla cónica reflectante. El calentador funciona por reflexión de los rayos solares sobre la pantalla, que calienta el contenedor elevando la temperatura del agua a alrededor de 85° en cerca de 50 minutos. El BCK Solar es compacto, fácilmente transportable y de uso amigable.

En 2006, BCK Solar obtuvo el premio Innovar, otorga-do por el Ministerio de Ciencia y Técnica de la Nación. En 2007 fue uno de los proyectos “Top Nominated” en el Index Award de Dinamarca, que distingue el mejora-miento de la calidad de vida de las personas a través del diseño. A fines de 2007 obtuvo en Singapur un Red Dot en la categoría “Design Concept”.

Los integrantes del estudio BCK consideran que la atención de la que fue objeto la cocina solar no tiene tanto que ver con el aprovechamiento de energía sino con la misma propuesta de un nuevo estilo de vida.

MODA: PRENDAS SUSTENTABLES CON TECNOLOGÍA Y DISEÑO APLICADO

En base a la exposición de Julieta Gayoso

Julieta Gayoso es licenciada en Administración de Empresas (UCA) y titular de la empresa Indarra DTX.

Indarra DTX es una empresa dedicada al desarrollo de prendas sustentables con tecnología y diseño aplicado. La idea surgió en 2006 cuando Julieta Gayoso inició un relevamiento de materiales y tecnología en prendas. En abril de 2008 se lanzó al mercado la colección, que presenta prestaciones especiales para el usuario y utili-za energías limpias.

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Entre sus artículos cuenta con una campera con panel solar semi-flexible, ultraliviano y desmontable, aplicado en la espalda. La energía solar convertida en energía eléctrica llega, a través de una cinta textil, a un cargador llamado Power Box. En otro bolsillo interno, ocho conectores de salida permiten cargar celulares y otros dispositivos electrónicos. El mate-rial exterior es algodón con tratamiento impermeabi-lizante y el interior, seda vegetal, material que tiene propiedades antiestáticas, hipoalergénicas y de re-pelencia de olores. En la manga, un teclado textil sir-ve para manejar el Ipod. La campera cuenta con un chaleco desmontable en el que microfibras huecas generan colchones de aire, que permiten mantener el calor del cuerpo. Con sólo dos milímetros de es-pesor alcanza una capacidad calórica equivalente a 400 gramos de pluma de alta calidad.

En otros productos se utilizan membranas micropo-rosas que impiden el ingreso de agua y favorecen la eliminación de vapor; telas con tratamiento antiman-chas; telas naturales antimicrobianas, antihongos y antibacterianas; telas bloqueadoras de rayos UV; y pigmentos fotocromáticos.

Las telas son enviadas a analizar al INTI, que otorga avales a los distintos baños que se les realizan.

ARQUITECTURA: DISEÑO ARQUITECTÓNICO BIOCLIMÁTICO Y SUSTENTABLE

En base a la exposición de Javier Sartorio

Javier Sartorio es arquitecto (UBA). Se ha especializado en diseño bioambiental y arquitectura solar. Es investigador y docente de grado y posgrado de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UBA.

Los edificios y las ciudades generan gran impacto negativo sobre el medio ambiente. Desde la arqui-tectura se están articulando respuestas que toman en cuenta el emplazamiento, los materiales, el uso de energía y de agua y la calidad ambiental.

El proyecto “Nuevo Dorrego”, concebido como uno de tipo “demostrativo”, busca disminuir el consumo energético y el costo de operación del edificio sin afectar el confort del usuario. El proyecto, aplicado a un edificio existente y obsoleto, recupera algunas superficies para vegetación. Reutiliza las estructuras existentes y los materiales de demolición y usa tam-bién otros no contaminantes. Diseña correctamente la envolvente del edificio e introduce sistemas sola-res pasivos, mecanismos de iluminación natural, sis-temas alternativos de calefacción y refrescamiento y de recolección de agua pluvial para su reutilización. El proyecto contempla estrategias para invierno y verano.

El edificio proyectado para el aeropuerto de las Islas Galápagos (Ecuador) –en desarrollo al momento de la conferencia–, que se emplaza en una isla que no mide más de 3 km de largo y carece de redes de agua y energía, contempla baja dependencia ener-gética y bajo impacto ambiental. Entre los objetivos a alcanzar en la construcción del edificio se cuen-tan: alta calidad ambiental (con iluminación natural y confort visual), confort técnico natural (diseño bioam-biental, protección solar, brisa controlada), utilización de materiales de bajo impacto (alta calidad del aire interior). La superficie exterior del techo es de alta reflexión para reducir el impacto del sol. Hay ingreso controlado de luz reflejada en el interior y aislamiento térmico del techo para reducir el ingreso de calor. Un sistema de ventilación cruzada permite el refres-camiento natural. Aleros ubicados al Norte y al Sur protegen de la radiación solar.

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Comercio Justo

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COMERCIO JUSTO

En base a la exposición de Dolores Bulit

Dolores Bulit es licenciada en Comunicación Social, con orientación en periodismo (UBA). Trabaja desde 2003 como voluntaria en comunicación de organizaciones sociales de Argentina para el fortalecimiento y la discusión del comercio justo en el país.

Estándares del comercio justo

Los estándares de comercio justo son: precio justo, dia-logado con el productor; relaciones comerciales trans-parentes; productores independientes, que manejan su propia producción; compromiso en la difusión del con-cepto y la educación del consumidor; equidad de gé-nero; condiciones de trabajo saludables y seguras; sin trabajo infantil ni esclavo; sin daño al medio ambiente; estabilidad de la demanda (compras no esporádicas).

Certificaciones

El principal sello es FLO, que certifica alimentos. Pero la certificación en sí misma está en discusión. Des-pués de 30 o 40 años de comercio justo en el mundo, algunos productores del Sur han empezado a dudar de la necesidad de la etiqueta, especialmente si los productos se venden en tiendas especializadas y pe-queños comercios.

El comercio justo en Argentina

El comercio justo fue pensado como un sistema de comercio internacional para importar bienes desde los países pobres a los países del Norte. Sin embargo, en nuestro país tomó otro camino. Desde la crisis del

2001, en Argentina cobró impulso la economía social, la economía solidaria. En 2004, se creó la Red Argentina de Comercio Justo, integrada por unas veinte organi-zaciones. La red no tiene personería jurídica, pero se reúne e intercambia productos para vender en sus loca-les. Lo que se propone –también en México y Brasil– es generar un movimiento de intercambio Sur-Sur.

También hay diferencias respecto del producto. En Ar-gentina, donde no tenemos productos tropicales, casi todas las organizaciones trabajan con artesanías de origen indígena. También hay experiencias con la ca-dena de valor de la yerba mate (caso de la yerba mate Titrayju y otras dos cooperativas misioneras) y se está haciendo mucho en la cadena textil. Algunos casos son Mundo Alameda, Cooperativa 20 de Diciembre (que también fundó la Unión de Trabajadores Costu-reros) y Cooperativa La Juanita (que trabaja con Otro Mercado al Sur).

Los tres o cuatro productos argentinos certificados FLO son vinos. Interrupción quería certificar manzanas de Río Negro para exportar, pero las condiciones que impone FLO y la exportación de productos alimenticios son muy duras.

En las tiendas de comercio justo de Europa, Estados Unidos o Japón pueden encontrarse productos de Perú, Ecuador, Colombia; de Asia; de África pero no argentinos. Los productos de comercio justo argenti-nos, en general, no se exportan y si lo hacen, no se trata de exportaciones de envergadura. Hay temas de costos del importador pero también una visión de Ar-gentina como un país que no es pobre y, por lo tanto, no necesita hacer comercio justo. Tampoco han habido esfuerzos en promocionar los productos argentinos de comercio justo. Por otro lado, el costo de las expor-taciones (impuestos) es alto para las organizaciones argentinas, que trabajan con pequeños volúmenes y producción artesanal.

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La Fundación Silataj exporta productos de acuer-do al gusto del país o de la tienda que los compra. Son productos que acá no tienen mucha salida a la venta. Por otra parte, en Argentina se ha estado un poco de espaldas a los objetos o al diseño textil tradicional o aborigen.

Las organizaciones del comercio justo

En general, las organizaciones de comercio justo son entidades sin fines de lucro, fundaciones, asociacio-nes, cooperativas porque se necesita un pensamiento particular y un gran apoyo detrás. Existen sociedades anónimas importadoras en Europa o en los Estados Unidos, algo que está en debate porque en ocasiones las importadoras imponen condiciones. Por ejemplo, se moldean los productos de acuerdo a los gustos eu-ropeos, lo que no está mal en una empresa tradicional. Sin embargo, cuando se trabaja con grupos margina-dos o que tienen pensamientos ancestrales este tema es muy complejo. Podría haber una gran injerencia del diseño, que es una materia pendiente, pero tendría que incorporarse respetando la forma de trabajo de esos grupos de productores, entre otras cuestiones.

PROYECTO “CADENA TEXTIL JUSTAY SOLIDARIA”

En base a la exposición de Harold Pichi Trabaja en comercio justo desde diciembre de 2002, cuando ingresa a la Cooperativa Chico Mendes de Milán, Italia. A partir de allí, ha trabajado en proyectos relacionados al desarrollo sustentable y el comercio justo tanto en Italia como en Argentina. En noviembre de 2004 fundó la Asociación Otro Mercado al Sur (www.otromercadoalsur.org).

Introducción

Orientado a la producción de indumentaria justa para mercados de Argentina y el mundo, el proyecto Ca-dena Textil Solidaria consiste en conectar, organizar y apoyar –bajo una óptica de proceso– eslabones pro-ductivos y proveedores de insumos y servicios que operan según la lógica de la economía solidaria, e in-tegrar su producción a circuitos comerciales locales e internacionales.

Contexto socioeconómico

Desde la década del 70, las recurrentes crisis econó-mico-sociales en la sociedad argentina provocaron la aparición de millones de desocupados estructurales, que significaron la emergencia de una realidad cua-litativamente diferente al bolsón de marginalidad que históricamente existiera en el país. Frente a la expul-sión del mercado laboral formal, en diferentes puntos del país pequeños productores rurales y urbanos y organizaciones de mercadeo sintieron la necesidad de agruparse y tejer redes económicas solidarias. El desafío de hoy es hacerlas sustentables.

Luego de la caída del acuerdo multifibra de la OMC, existe una tendencia mundial a la baja de precios, que

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es cada vez mayor. En consecuencia, resulta funda-mental consolidar propuestas alternativas de produc-ción diferenciada de alta calidad.

Objetivos

Cadena Textil Solidaria tiene como objetivos gene-rales aumentar el valor de la producción solidaria a través de la creación de cadenas productivas auto-sustentables y generar una conciencia de consumo responsable a nivel ético y ambiental, respetando los principios del comercio justo. Sus objetivos especí-ficos son organizar una cadena de producción tex-til, destinada al mercado local y mundial fair trade y mejorar sustentablemente la condiciones socioeco-nómicas de 325 trabajadores, a través del apoyo y la organización del proceso productivo textil solidario en diferentes zonas del país.

Pilares estratégicos

Los pilares estratégicos del proyecto son: producción de algodón natural con pequeños productores (pro-ductores asociados en Chaco); transformación (tejido, tintura, corte y confección) con cooperativas urbanas comprometidas a nivel ético y ambiental en la pro-ducción y generación de trabajo digno (Cooperativa Textiles Pigüé y cooperativas asociadas); y marketing basado en la generación de una conciencia de consu-mo responsable (Otro Mercado al Sur, Altromercato Argentina y asociados).

Estándares de producción y mercadeo

No está permitida la exportación de recursos naturales y materias primas en vía de agotamiento, ni tampoco la producción que utilice dichos recursos. Los produc-

tos deben ser cultivados o producidos según las con-diciones laborales existentes en la zona de producción. La producción debe realizarse utilizando tecnologías apropiadas. Se privilegian los productos típicos de la cultura local. Se favorece el mercado local y se busca no establecer dependencia económica con el mercado de exportación. Se promueve que el valor agregado de la transformación permanezca lo más posible en el país de producción. El producto debe ser de buena calidad y su precio, competitivo. El incremento de la demanda del mercado tiene que favorecer el crecimiento de otros grupos en lugar del incremento de los volúmenes de producción de un solo grupo productor (misma oportu-nidad para todos).

Participantes directos

Participan en el proyecto 150 familias dedicadas a la producción de algodón agroecológico en las provin-cias de Chaco y Corrientes; 150 trabajadores-socios de la Cooperativa Textiles Pigüé (fábrica recuperada en la provincia de Buenos Aires); y 25 integrantes de red de talleres textiles de pequeñas cooperativas del Gran Buenos Aires, La Plata y otras zonas.

Contrapartes

En Argentina: Fundación Pro Tejer, Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI); PSA, Programa Social Agropecuario. En Bélgica: Belgian Technical Coope-ration - Fair Trade Centre (BTC-FTC). En Estados Unidos: Levi Strauss & Co, Levi Strauss Foundation. En Italia: Consorzio CTM Altromercato; Associazione Chico Mendes Onlus, Fondazione San Zeno, Regione Lombardia, Coop. Mandacarú, Fondazione Cariplo. De Naciones Unidas: FAO.

Responsabilidad Social Empresaria

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PROGRAMA COMPROMISO SOCIAL COMPARTIDO (INTI)

En base a la exposición de Javier Armesto y Andrea Martins

Javier Armesto es ingeniero industrial (UBA). Desde 1998 coordina la Unidad Técnica “Calidad y Medio Ambiente” del Centro de Investigación y Desarrollo Textil – INTI Textiles.

Andea Martins es ingeniera industrial (UBA). Se desempeña como profesional de la Unidad Técnica de Calidad y Medio Ambiente de INTI – Textiles.

El INTI

El Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) es un organismo descentralizado de la Secretaría de In-dustria y Comercio y de la Pequeña y Mediana Em-presa. Como interlocutor de quienes se relacionan con la tecnología, tanto del sector público como del privado, el INTI asumió tres roles de apoyo a la acti-vidad industrial: referente técnico en la aplicación de las regulaciones de calidad o identidad de productos en la industria o el comercio, responsable tecnológico en integrar toda la comunidad al sistema productivo y asistente público para la mejora de la competitividad industrial.

Los principales servicios ofrecidos son: innovación y desarrollo; asistencia y transferencia de tecnología; extensión y capacitación; análisis, ensayos, interla-boratorios y calibraciones; y certificaciones volunta-rias y obligatorias. Las áreas con las que se trabaja son: recursos naturales y medio ambiente; alimentos; construcciones; metrología; calidad, extensión y de-sarrollo; química; materiales (donde figura el plástico, el cuero, el caucho y los textiles); y electrónica.

El Centro INTI Textiles y el programa Com-promiso Social Compartido

En particular, el Centro INTI Textiles, que se inició –como la mayoría de los centros– con ensayos y análi-sis de proceso de evolución, dejó de ser solamente un laboratorio para empezar a involucrarse con la asisten-cia técnica de empresas, recayendo en que la necesi-dad del Centro es no solamente brindar control de la calidad, sino también trabajar con las formas de orga-nizar la empresa.

Hace veinte años anunciábamos que el concepto de calidad era mucho más amplio que el respectivo a cali-dad de un producto y que había que atender a la ges-tión de la organización. Por entonces se implementaban sistemas de gestión como la ISO 9000. Hoy estamos discutiendo la norma ISO 26000, que ya considera la sustentabilidad de las organizaciones. A partir de 2001, cuando el sector de indumentaria y textil pudo comenzar a ser sustentable en el país, se evidenció una necesidad muy grande de capacitación y asistencia técnica. Lamentablemente, el año 2006 fue bastante crítico para el sector textil, habida cuenta del accidente del 30 de marzo de ese año en el barrio de Caballito, que dejó víctimas fatales. Aquel no fue el úni-co accidente que hubo, pero alcanzó gran repercusión porque tuvo víctimas fatales y puso en evidencia la pro-blemática de los inmigrantes bolivianos. Los accidentes de 2007 realmente insertaron la discusión de esta te-mática dentro del sector de indumentaria.

El Centro INTI Textiles decidió desarrollar una herra-mienta que pudiera diferenciar a aquellas empresas que están trabajando bien de aquellas que están trabajando en situaciones totalmente descontroladas. Ese mismo año, entonces, se lanzó el programa de Compromiso Social Compartido. El nombre mismo del programa in-dica un mea culpa, porque el Centro y el Instituto forman

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parte del Estado. Una de las preguntas que surgían en ese momento era por qué no hubo allí inspecciones del Estado. El nombre del proyecto apuntaba, enton-ces, a un control que debiera surgir de todos los ac-tores involucrados. El programa fue pulido a partir del intercambio con los actores que quisieron participar (hubo muchos que eligieron no participar).

Se estableció que el objetivo del programa sería ins-talar una cultura de competitividad sustentable en las empresas. Esto es promover relaciones de tra-bajo justas y decentes, con condiciones seguras y saludables; mejorar la calidad de vida de los traba-jadores del sector; fomentar una conducta de cuida-do y respeto por el medio ambiente; desarrollar una concientización gradual y continua de todos los ac-tores involucrados en la responsabilidad social em-presaria (empresa, Estado, sindicato, consumido-res); fomentar valores como la lealtad y el respeto; y destacar aquellas organizaciones que demostraran esfuerzo y mejora en el desarrollo de los principios del programa.

Los requisitos de la certificación, que es voluntaria, son condiciones laborales dignas, cuidado de la sa-lud y seguridad ocupacional, respeto por el medio ambiente, impulso del desarrollo humano, lealtad comercial, evaluación del compromiso social de los talleres y proveedores y sistema de gestión para sos-tener el compromiso y promover la mejora.

Respecto a la metodología, el punto de partida es la verificación del cumplimiento de estos siete requisitos mínimos en una empresa y se le pide a la empresa que declare cuáles son sus talleres tercerizados, a los que también se audita. La verificación de requisitos mínimos en talleres se realiza a través de la obtención de información y datos (documentos y registros), de visitas a las instalaciones y entrevistas con personal clave de la organización y con supervisores y traba-

jadores. A posteriori de la certificación, se realizan au-ditorías de control.

Una interesante aplicación del sistema voluntario fue el del Estado como consumidor. Por ejemplo, con el Ministerio de Defensa se firmó un convenio para que únicamente compre a productores que aseguren en su cadena los cuatro requisitos mínimos.

El Centro también trabaja en dos proyectos de mi-croemprendimientos, uno vinculado a guardapolvos y otro vinculado al desarrollo de centro modelo de confección textil. La Planta Demostrativa Barracas, que es un proyecto del INTI, el (ex) Ministerio de la Producción de la Ciudad de Buenos Aires y la Corpo-ración Buenos Aires Sur. Este conjunto integral per-mitirá a las cooperativas producir prendas de calidad y diseño para ser comercializadas directamente al público o a marcas de indumentaria que se sumen a la certificación que el INTI otorga desde el programa de Compromiso Social Compartido.

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RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIA

En base a la exposición de Daniel Berenblum

Daniel Berenblum es coordinador del área de investigación de la Red Iberoamericana de las Universidades por la Responsabilidad Social Empresarial. Subcoordinador técnico del Centro Nacional de Responsabilidad Social Empresarial y Capital Social (CENARECS). Coordinador general del Comité Evaluador de las empresas postuladas al Premio Latinoamericano de Responsabilidad de Empresas y ONGs (segunda edición), que impulsa el Foro Ecuménico Social.

Introducción

Las marcadas desigualdades en la distribución de ri-quezas y la falta de oportunidades que se presentan en nuestro país imposibilitan a amplios sectores de la población vivir de manera saludable, alimentarse co-rrectamente, educarse y trabajar. A raíz de esto, se ha puesto en discusión el rol de las empresas en el siglo XXI y cómo éstas pueden contribuir a la resolución de esta situación.

Dada la creciente demanda de diferentes actores de la sociedad para que las empresas incorporen a su gestión los conceptos de la responsabilidad social empresarial, en los últimos años éstas han comen-zado a involucrarse activamente en los problemas de la sociedad.

El compromiso de las empresas en la sociedad se ma-terializa mediante una serie de intervenciones, en las que destinan recursos humanos, financieros y tecno-lógicos, entre otros, a mejorar las condiciones de vida de ciertos grupos de la población, mayormente en si-tuación de vulnerabilidad.

Dimensiones de la responsabilidad social empresaria (RSE)

Siguiendo el esquema de B. Kliksberg.- Buen trato con el personal: igualdad de oportunidades,

capacitación, desarrollo humano, voluntariado corpo-rativo-concursos internos, equilibrio trabajo-familia. Se debe tener en cuenta el rol de los sindicatos.

- Juego limpio con los consumidores: precios justos, productos de calidad y no dañinos. Accesibilidad. Marketing social. La discusión sobre las industrias controversiales, la importancia del consumo respon-sable, el rol de los medios de comunicación y las aso-ciaciones de consumidores.

- Preservación del medio ambiente: atención a problemas de deforestación, agricultura en base de productos químicos, contaminación, calentamiento global. Mesu-ra en el uso de los recursos escasos. Optimización de los procesos productivos. Tratamiento de desechos.

- Compromiso con las grandes causas de interés público: donaciones, know-how, gerencia social, formación de alianzas estratégicas, sustentabilidad de los proyectos.

- La empresa no debe tener doble código de ética: co-herencia, integridad.

Desafíos de la RSE - Abandono del reduccionismo economicista.- Coordinación de las acciones aisladas.- Fortalecimiento de los vínculos entre Estado, empresa

y sociedad civil.- Formación en RSE.

Señala Ezequiel Ander-Egg que “la abstención frente a los problemas de la sociedad revela irresponsabilidad cívica, es decir, una falta de voluntad por velar, desarrollar y mejorar la situación de su comunidad. (...) Siempre la neutralidad es toma de posición a favor del statu quo (...) es una fachada que encubre y disfraza la cobardía y la complicidad”.

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MUESTRA DE CASOS

Durante la edición 2008 de Integrando al Futuro dis-tintos diseñadores presentaron sus productos den-tro del marco de diseño sustentable.

AccesoriosTota Reciclados / Gruba Re-Hechos / Neumática.

Indumentaria12-NA / Indarra DTX / Juana de Arco.

ProductoMHU! Minimahuella / BCK / Huija.

Exposición audiovisualProyección de material audiovisual en el que figuras comprometidas con el ambiente abordan la relación de los argentinos con la ecología.Presentación de una línea de tiempo con la evolución del diseño responsable en Argentina y en el mundo.Autora: Paula Alvarado (TreeHuggercom).

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DIRECCIÓN GENERAL DE INDUSTRIAS CREATIVASDIRECCIÓN GENERAL DE COMERCIO EXTERIOR

DIRECTOR GENERALEnrique Avogadro

COORDINADOR GENERALMarcos Amadeo

GESTIÓN DE DISEÑOCOORDINADORAAnabella RondinaEQUIPOMariana MassigogeJavier Gonzáles KingHugo LardonePablo Martín Fernández

OFICINA DE MODACOORDINADORAVicky SalíasEQUIPOFernanda BurgueñoMiri Locatelli HoopsValeria Coronel Andrada

OFICINA DE PRODUCCIÓN DE EVENTOSCOORDINADORFernando AldaoEQUIPOGisel González VianaRoberto López VigoArnaldo Scagliusi

IMAGEN + COMUNICACIÓNCOORDINADORAIleana G. ManginiGESTIÓN DE CONTENIDOSNadia HortaREDACCIÓNKarina LuchettiDISEÑOGuadalupe VeronaOmar GrandosoPRENSAMaría Molteno

Integrando al Futuro es un proyecto transversal a las áreas Gestión de Diseño y Oficina de Moda del CMD.

El CMD agradece a los expositores de las “Jornadas de reflexión”, a las coordinadoras y los colaboradores del “Workshop de reuso” y a la empresa Apogeo, que donó los desperdicios de nylon.

Villarino 2498, (C1273AEB)Ciudad de Buenos AiresArgentina(+5411) [email protected]