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INESER Universidad de Guadalajara Agricultura y migraci6n en Jatlsco: VfCTOR MANUEL CASTILLO GIRON GUY PONTIE * Las palabras agricultura y rnigracion estân frecuentemente ligadas coma si la actividad agricola, atrasada 0 muy modernizada, tuviera por vocaciôn, 0 al menos coma destine, expulsar gente. De hecho, en el marco de una agricultura poco pro- ductiva -de subsistencia 0 de campe: sin os- muchas veces es necesario que aIgu nos miembros de la familia ten- gan que buscar en otras actividades o en otros lugares una vida mejor para ellos y una ayuda indispensable para los familiares que, obstina- damente.ipermanecen en el campo. De la misma manera una agricultura muy mecanizada, generalmente considerada empresarial, no necesita mucha mano de obra;' de tal manera que el grado de éxito que alcanza una politica de modernizacion deI cam- po se retleja, a mediane 0 largo pla- zo, en la tasa de decrecirniento de la poblaciôn activa empleada en este secror.' El presente trabajo intenta rnos- trar que el 'estado de Jalisco se encue ntra en el primer escenario, e! de una migraciôn impulsada, esen- cial mente por falta de productividad, a pesar de -0 tal vez en razôn de- la estrategia de desarrollo agrîcola recienternente adoptada en México. Se hablarâ de las condiciones de empleo y de los niveles de ingreso, descapitalizaciôn y diversificaciôn irnperantes en algunas localidades de las diferentes regiones de Jalisco, tomando en corisideraciôn que los impactes de las p oliticas agrope- cuarias instrurnentadas, no obstante que son generalizadas, se manifiestan de manera diferencial en las regio- nes, los productos y los tip os de productores. Lo anterior significa reconocer que entre los pr incipios de po lit ica agraria establecidos por el gobierno y su cumplimiento a nive! de una localidad existe n reinterpretaciories, adaptaciones e incluso transforma- ciones irnportan tes introducidas tan- to por los diferentes interrnediarios coma por los agricultores 0 gana- deros. Para reconocer esta diferencia- ciôn se parte de informaciôn obte- nida por medio de las entrevistas efectuadas en los ùltimos tres aDOS a productores y funcionarios de la :r..;:yor parte de los rnunicipios del estado, pero particularrnente en tre- ce localidades" que presentan carac- teristicas disimiles entre sî y, en gran medida, son los polos extremos de la dicotornia empresarial y tradicio- nal que caracteriza desde hace afios a la agricultura mexicana. Con relaciôn al lado estadouni- dense, se aprovecharâ la informa- ciôn obtenida médiante 98 cuestio- narios contesrados en abril de 1995 por mexicanos que residen en Cali- fornia, as! coma de la obtenida en entrevistas a lideres cornunitarios y eclesiâsticos de aquella eritidad;' claro que los dos elementos -situa- ciôn en Estados Unidos y situaciôn de la agricultura mexicana-, distin- tos por necesidad de anâlisis, estân intimamente ligados en la toma de decisiones de los migrantes. . .. !; L;e: .>; '.: cu '; ' .. El que se mantenga la tendencia a la disrninucion de la poblacién rural es un proceso que a estas alturas no se nota por el interés que el Estado ha: puesto durante las ùltirnas déca- das en las actividades urbanas e in- dustriales. Lo que resulta asombroso es el desgano con que el proyecro neoliberal ve al mundo carnpesino en 10 particular, y al desarrollo rural en general, no ob st a nre la insu- ficiente oferta de empleos en los centros urbanos ya pesar de las cons- tantes manifestaciones de crisis en la producci6n agropecuaria y forestal." * Investigador dcl Instiruto Francés de Investigaci6n Cientifica y Tècnica para el Desarrollo en Cooperaci6n (OR5TOM) de paris.

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INESER • Universidad de Guadalajara

Agricultura y migraci6n enJatlsco:

VfCTOR MANUEL CASTILLO GIRON

GUY PONTIE *

Las palabras agricultura y rnigracionestân frecuentemente ligadas comasi la actividad agricola, atrasada 0

muy modernizada, tuviera porvocaciôn, 0 al menos coma destine,expulsar gente. De hecho, en elmarco de una agricultura poco pro­ductiva -de subsistencia 0 de campe:sin os- muchas veces es necesario queaIgu nos miembros de la familia ten­gan que buscar en otras actividadeso en otros lugares una vida mejorpara ellos y una ayuda indispensablepara los familiares que, obstina­damente.ipermanecen en el campo.De la misma manera una agriculturamuy mecanizada, generalmenteconsiderada empresarial, no necesitamucha mano de obra;' de tal maneraque el grado de éxito que alcanza unapolitica de modernizacion deI cam­po se retleja, a mediane 0 largo pla­zo, en la tasa de decrecirniento de lapoblaciôn activa empleada en este

secror.'El presente trabajo intenta rnos­

trar que el 'estado de Jalisco seencue ntra en el primer escenario, e!de una migraciôn impulsada, esen­cialmente por falta de productividad,a pesar de -0 tal vez en razôn de- laestrategia de desarrollo agrîcolarecienternente adoptada en México.Se hablarâ de las condiciones de

empleo y de los niveles de ingreso,descapitalizaciôn y diversificaciônirnperantes en algunas localidades delas diferentes regiones de Jalisco,tomando en corisideraciôn que losimpactes de las p oliticas agrope­cuarias instrurnentadas, no obstanteque son generalizadas, se manifiestande manera diferencial en las regio­nes, los productos y los tip os deproductores.

Lo anterior significa reconocerque entre los pr incipios de po lit icaagraria establecidos por el gobiernoy su cumplimiento a nive! de unalocalidad existe n reinterpretaciories,adaptaciones e incluso transforma­ciones irnportan tes introducidas tan­to por los diferentes interrnediarioscoma por los agricultores 0 gana­deros.

Para reconocer esta diferencia­ciôn se parte de informaciôn obte­

nida por medio de las entrevistasefectuadas en los ùltimos tres aDOS aproductores y funcionarios de la:r..;:yor parte de los rnunicipios delestado, pero particularrnente en tre­ce localidades" que presentan carac­teristicas disimiles entre sî y, en granmedida, son los polos extremos dela dicotornia empresarial y tradicio­nal que caracteriza desde hace afiosa la agricultura mexicana.

Con relaciôn al lado estadouni­dense, se aprovecharâ la informa­ciôn obtenida médiante 98 cuestio­narios contesrados en abril de 1995por mexicanos que residen en Cali­fornia, as! coma de la obtenida enentrevistas a lideres cornunitarios yeclesiâsticos de aquella eritidad;'claro que los dos elementos -situa­ciôn en Estados Unidos y situaciônde la agricultura mexicana-, distin­tos por necesidad de anâlisis, estânintimamente ligados en la toma dedecisiones de los migrantes.

. ..!; ::C,<~ L;e: .>; ~.;~ '.: ,~~":-.: cu ~ '; '..

El que se mantenga la tendencia a ladisrninucion de la poblacién rurales un proceso que a estas alturas nose nota por el interés que el Estadoha: puesto durante las ùltirnas déca­das en las actividades urbanas e in­dustriales. Lo que resulta asombrosoes el desgano con que el proyecroneoliberal ve al mundo carnpesinoen 10 particular, y al desarrollo ruralen general, no ob st a nre la insu­ficiente oferta de empleos en loscentros urbanos y a pesar de las cons­tantes manifestaciones de crisis en la

producci6n agropecuaria y forestal."

* Investigador dcl Instiruto Francés de Investigaci6n Cientifica y Tècnica para el Desarrollo en Cooperaci6n (OR5TOM) de paris.

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carla economica regional • ana 8, num. 46

Estado de JaliscoLocalidades encuestadas

Ecol1omia Regional

./ El Refugiox La CanteraT Copalita• Amatitan+Tequila•:. La Vega• Acaticft San José de las Moras+ Atemajac de Brizuela* Colotit\ano Campo Acosta*Usmajac'*' Tecomates

• ..... • ~

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*•

La adopcion de métodos neo­liberales de modernizacion -con­cemracion de tierra,' mecanizacion,tecnologia de puma, privatizacionde los servicios, liberalizacion de losprecios- sin considerar el comextosocioeconomico local -y con sub­venciones muy reducidas en compa­racion con las que otorgan a susproductores los campeones dellibe­ralismo-, constituye una fuene rup­tura con el proteccionism08 y undano a la agricultura, que afectanosolo a los campesinos minifundistas,SillCi lambién a pequenos y medianosproductore,s, quienes enfrentandeudas cuyo' monto muchas vecessobrepasa el valor de la misma fincade su propiedad.

Las estrategias adoptadas por loscampesinos y agricultores menosfavorecidos, y la manera en queutilizan sus excedentes los mas pro-

ductivos, permiten observar que losproductores actuan en funcion de lacapacidad de sus recursos naturales,pero valoran la rentabilidad de suactividad, ligando intrinsecamente eldestino de la produccion con la capa­cidad 0 con las posibilidades de quela familia desarrolle multiples activi­dades, inc1uyendo la migraci6n.

Rentabilidad .

Aunque la polarizaci6n emre pro­ductores empresariales -agriculturacomercial- y campe::,inus -agricul­tura de subsistencia- es un esquemamuy rigido para entender la diver­sidad existente en el campo, se puedeagrupar a los productores en dosgrandes grupos: productores de cul­tivos uadicionalmente aceptadoscoma basicos y, por tamo, que danbeneficios exiguos a quienes pro-

ducen, y productores de cultivoscomerciales: honofrutlcolas y agro­industriales.

Productores de basicos

En la muestra existen productoresde maiz, sorgo, frijol, trigo y avena.No obstante, puesto que el 97 porciento de los productores cultivanmaiz, el analisis se centrara en éstos.

El maiz esta presente en todas laslocalidades. El 70 por ciemo de losemrevistadosse dedica a este cultivo.Aunque este porcentaje no corres­ponde a la distribuci6n de los pro­ductores en el estado, permite haceralgunas inferencias sobre las condi­ciones en que se desenvuelven losmaiceros, y de ahi, porqué no, losproductores de basicos en genera1.

Sin olvidar las diferencias porlocalidades en 10 que a rendimiemos

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Economfa Regional

y costos de produccion se refiere,mas dei 60 por ciento de los pro­ductores de malz no alcanzan a recu­perar con los beneficios su inversion.Esta situacion se presenta con mayorseveridad en localidades que tienencondiciones naturales de potencia!restringido, en las cuales mas deI 90por ciento de los campesinos tienenpérdidas, que en mas deI 10 porciento son totales.

Algunos logran obtener utilida­des, pero éstas son exiguas por lasuperficie en explotacion y el costode produccion. En 1994 las utilida­des mensuales promedio por unidadde produccion de alrededor de cincohecrareas cosechadas apenas repre­sentan el equivalente a un salario ml­nimo mensual. 9 Destaca que aun re-'giones -como Acatic- consideradaspor el gobiemo deI estado comazonas con buen potencial naturalpara obtener mas de cinco toneladasde malz por hectarea, los beneficioseconomicos de esta actividad dejanmucho que desear en términos delmonta anual pues cada producrorobtiene el equivalente a tres salariosmlnimos mensuales.

Ciertamente estos datos de 1994no pueden transferirse directamentea las condiciones de 1995, peroseguramente la situacion de losmaiceros no àista mucha de la situa­cion deI ano previo. Si bien el preciode la tonelada de malz se ha incre­mentado en aproximadameme 115por cienta, el costo de los insumosse incremento êntre 70 y 90 por cien­to. Ademas, a finales deI cielo pro­ductivo primavera-verano 1995, losapoyos de Procampo aun no hablanllegado a muchas producrores, yquie­nes ya los hablan recibido fue en épo­ca de cosecha 0 posteriar a ésta, yenrodas los casos con un monto nota-

blemente menor pues a éste huboque descontar el pago de intereses aquienes les entregaron fertilizante almomento de la siembra. J:

Tales datos seguramente forta­lecerlan el debate entre quienes abo­g~"" :,"r la descampesinizacion deIagro mexicano, puesto que "consti­tuyen un reducto social destinado adesaparecer" y que intenta sobre­vivir l1)ediante el cultivo de malz youos ba~icas a pesar de su irracio­nalidad en términos economicos. Sia ello se agrega que aun con losapoyos recibidos en 1994 a través deProcampo, PACE 0 Solidaridad ape­nas 50 por ciento de ellos son capacesde recuperar los costos, la visionradical se agiganta.

No obstante, considerar este gru­po solamente sobre bases mone­tarias da como resultado un panora­ma ajeno a su desarrollo y devenir.Ciertamente los campesinos danprioridad a la satisfaccion de susnecesidades de consumo familiarpero ello, ademas de ser razonable,no es 10 unico que los induce a prac­ticar la agricultura. Valoran ademaslos requerimientos de su actividadagrkola 0 pecuaria, es decir de con­sumo productivo; la posibilidad dellegar a ser personas respetables yrespetadas al interior de la comu­nidad mas por el valor "social" desu trabajo que por 10 que cueste sucosecha, y, por supuesto, la opor­tunidad de obtener un beneficio porla existencia 0 ausencia de un com­prador 0 consumidor potencial.

Los "maiceros" deI Méxicoprofundo: la 16gica economicadeI "tradicionalismo"

Si a la escasez de recursos naturalesse agrega el relativo aislamiento res-

w

!NESER • Universidad de Guadalajara

pecto de centros comerciales, aun­que sea pequenos, estaremos hab lan­do de comunidades de un "Méxicoprofundo", en los que se dan lasrelaciones mas Intimas entre la siem­bra, el consumo familiar y la siembraproductiva. 11 El mal'? ,p vuelve lamejor opcion para satisfacer lasnecesidades anuales de tortilla, atole,tamales, gorditas de homo 0 pinole.En estos lugares, aun con buenastierras y agua para irrigarlas, 10 quelas hace propici~spara cultivos comoel jitomate, la sandla 0 el chile, ladiversidad de cultivos no es notable;el malz se cultiva en temporal y entierras de riego.

Cieno que para explicar estasituacion se puede invocar a la tra­dicion sociocultural que da un papelimportante al malz en la alimen­tacion y una alta valoracion social asus productores, pero tampoco estaauseme la racionalidad economica.El malz se adapta a las irregulari­dades deI elima y a la falta de ferti­lizantes, herbicidas e insumos qUlmi­cos que hay que comprar en centrosurbanos distantes. Y puede ser culti­vado por las personas mayores queno se suman a la migracion 0, en elpeor de los casos, es una actividadque disfraza la presencia de quienescultivan estupefacientes. Por 10 de­mas, es facil obtener la cominuidaddeI cultivo de malz con semilla obte­nid a en el mismo predio, y es ungrano excelente para alimentar lasaves de corral y los cerdos de launidad familiar.

Por supuesto que en esas co­munidades aisladas, coma en otrasmejor comunicadas pero con recur­sos naturales limitados, las decisionesen tomo a la agricultura de temporalo de cultivos basicos son asociadas ala ganaderia extensiva de bovinos.

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carla econ6mica regional • ana 8, num. 46 Economia Regic'r:.'3'

Los campesinos tradicionalesdeI traspatio deI México moderno

Es de hacer notar que 39 por cientode los productores entrevistadoscultivan principalmente malz y notienen ganaderia, mientras que losque tienen ganado y no cultivanmalz coma producro principal sonapenas un 23 por ciento. De esrosultimos, 38 por ciento siembranavena 0 cebada, 0 han establecidopasros en sus terre nos. El resro sonproductores de Campo Acosta,Tecomates, Amatitan y Usmajac,lugares donde cada ganaderodispone de mas de 15 hectareas deterre nos de agostadero con abun­dantes pasros naturales 0 inducidos,principal mente en los dos primeroslugares 0 donde los ganaderos tienencultivos tales coma la alfalfa -es elcasa de Usmajac- y la punta de canade azucar -en T ecomates- para com­plementar la dieta de sus animales.Por supuesto, tanto esros ganaderoscoma aquellos que tien en al malzcomo actividad agricola principaldisponen de sus terrenos de siembrapara complementar la alimentacionde su haro, sobre todo en la épocade estiaje.

En Copalita, por ejemplo, auncuando aIgu nos producrores de malzsiembran 20 kilogramos por hec­tarea, la gran mayorla, a fin de "tenermas pastura", utilizan 30 kilogramospor hecrarea. En Colotitlan, por sulado, ;-;13.:; dâ 90 por ciento de losproducrores no pizcan para obtenerel grano de malz,J2 sino que cortany muelen toda la planta a fin deobtener forraje para el estlo.

Se puede considerar que la re­duccion deI area cultivada con malzno ha sido mas drastica porque sedepende de éste coma forraje y por-

que los ejidatarios no esran segurosde que funcionen los pastizales eSta­blecidos recientemente en lugaresvecinos. 1J ASI, los rastrojos deI malzconstituyen un elemenro funda­mental para la integracion de la agri­cultura con la ganaderia bovina encomunidades coma éstas, pues sehan convertido en el mas importante-y casi unico- suplemento alimen­ticio para los animales en la épocade secas.

De esta manera, el malz y elganado bovino constituyen una aso­ciacion que permite obtener granoy leche, 0 bien recursos economicostras la venta deI malz en grano 0 enrastrojo cuando el temporal es bue­no, y por ende también la cosecha,o a través de la venta de roretes 0 va­cas de desecho si surge un impre­visto. 14

Yale destacar que esta relacion deinterdependencia entre ganaderia ybasicos, principalmente malz, tam­bién se presenta en Los Alros. Enesta region, no obstante que los gana­deros utilizan alimentos concentra­dos, la superficie de tierra cultivadacon malz, y por tanto el volumende rastrojo que se obtiene, influyeen el numero de cabezas de ganadoque posee la unidad familiar. Ladiferencia respecro de otras regiones'estriba en la combinacion dél ras­trojo con alimento "lechero" que ha­cen la mayoria 0 casi todos los gana­deros, pues éste incrementa el valornutritivo de la die ta deI ganado encomparacion con aquella que soloemplea el rastrojo de malz. Pero estesolo hecho no significa que susproducrores son mas eficientes quelos de otras zonas, y mucho menoses valido aceptar que es una regionmas dinamica por ser mas los peque­nos p ropietarios que los ejidatarios

y comuneros. Se entiende que uti­lizar solamente el alimento "leche­ro" que venden las forrajeras incre­mentaria notablemente los cosros deproduccion y dificilmente se recu­peraria 10 que se invierte en el ani­ma!.\;

Los productores de Los Alros, aligual que los de otras partes de Ja­lisco, responden antes que nada auna logica dèA valorizacion deI en­romo de la unidad de produccion,En la medida en que el precio de laleche les es ajeno, ajustan los cosrosde produccion a sus posibilidades decosecha de rastrojo de malz. La pre­sencia de empresas de lacteos en laregion que funcionan coma canalesde comercializacion pesa demasiadoen la especializacion y en el corn·portamiento de los productores co­mo ganaderos.

No es aventurado apuntar queaun los campesinos, para actuar rdefinir el uso de sus recursos, pien­san en la presencia 0 ausencia decompradores potenciales. Su analisisdeI contexto es, entonces, igual 0

quiza mas complejo que el que hacenlos productores de zonas con buenpotencial que se especializan en laproduccion de cultivos comercialesy para exportacion.

Los produclores hortofrulicolasy de cultivos industriales:sumision a la comercializacion

Puesro que algunos agricultores "em­prendedores" entrevistados conside­ran que ellos -yen general quienesactualmente se dedican al campo­trabajan mas por vocacion que pornegocio, es de suponer que en cir­cunstancias desfavorables los pro­ductores de zonas caneras, agaveras,sandilleras 0 de ganaderia lechera

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Econom(a Regional

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INESER • Universidad de Guadalajara.-~---_ ......._-'---~----~----------

-coma Los Altos- son tan inepto"­coma los de zonas temporak ras Ymarginales. Par ejemplo, los dato,,­indican queapenas 40 por ciento delos productores de sandla reeuper~r,

. ., b . , an"nCla,,-su mverslOô y 0 tlenen g. '"mensuales de entre tres y dlez sala·

rios m!nimos mensuales.Si se considera que este cultivr/

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uno de los sectores agrkoJas ffia~,

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El de la sandîa es un cu tlVO q ,• . ' ,1/, Y est;!

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• ., N /sandia enque la aSOClaCion canah 1 bondadc'>Tecomates aprovec a as

bre todonaturales dei suelo, pero 50 ,. d " y de serv'-la segunda economlea J

cios de salud permanentes que da 1:.cultiva de la cana, en tanto se ,espç

1 nJl1len10cula y juega con e compor ,y los precios de la sandia.

. l 'onteXl 0Si las expectatlvas en eL, ,

. 1 .. 1 eoleen ",'"internaClona -pnnclpa 111

f bl's h SIl'tados Unidos- son avara c., ~ , ,

perficie donde no se cllltiv~ caDJ s~, d d' S' son buell,\S,

Plantara e san la. 1 no .'. " '\ melo r

solo aquellos con mas caplt,) , ., bique uelH'ntecnologla, y so re toc a . '.

d "f"" la cultlvar;IJl,compra ores I)OS, 1, , )f') e 0 te 0

el resto sembrara malZ p;. l'1 . prol ilL-fri)' 01. Es de destacar que os ,

. 1 . :1eterl1ll'tores de cultivos comerCla :~ L .

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d. . )eroSO 1re

capacidades pro UCtlvas, 1 .. d . do eXlste l11 e.todo par el tlpO e merc:t·

De hecho, las expectativas deImercado es una variable que ataiieno solo a los productores de cultivoscomerciales, sino también a losmarginales. La presencia a ausenciade éstas se valora junto con las nece­sidades de autoconsumo famijiar,productivo, estatutario, etcétera, yse convierte en un elemento de dife­renciacion a de uniformidad inclusomasÎmponante que el de la tenenciade la tÎerra.

As!, los pequeiios propietarios deTequililla apenas producen para lasubsistencia familiar, y los ejidatariosde La Cantera no se diferencian deiresto de productores parvifundistasde la regi6n de Los Altos. Par 10demas, los eampesinos de El Refu­gio, quienes desde la época colonialdisponen de derechos privados sobresus terre nos y el agua de un manan­tial que irriga las tierras de la mayorparte de los productores, tienen ren­dimientos marginales de ma!z. Susterrenos no son excelentes y las par­celas son pequeiias, pero aceptan quela ausencia de canales de comer­cializaci6n para los productos agro­pecuarios y su reciente e incipienteinfraestructura de comunicacionhan sido determinantes para aban­donar una serie de cultivos hor­tofrutlcolas, que produdan desdeantaiio.

En Tecomates, La Vega y Tala,por ejemplo, dadas sus condicionescliminicas, la calidad de sus suelos yla disponibilidad de agua de riego,es factible desarrollar un sinnûmerode cultivos. Sin embargo, puesto queel cultivo de honalizas implica hacerinversiones cuantiosas y la existenciade buenos mercados, as! coma ladificultad que representa la conser­vacion de los productos cuandollegan a su fase de maduraci6n, un

buen nûmero de productores temenperder su inversion y prefierencultivos mas seguros, coma la canade azûcar.

Este cultivo, si bien genera menosganancias que la honofruticultura,no requiere un gran esfuerzo hu­mana y financiero pues el ingenioazucarero hace todo y financia elproceso de producci6n incluyendola asignacion de "cuadrillas" de ua­bajadores pa*a las labores agricolas.Ademas, aunque los productores nosiembren mas de una hectarea, ob­tienen seguro médico y una pensi6nmensual cuando llegan a la edad delos sesenta aiios 0 quedan fisica­mente incapacitados para el trabajo.

èlnmovilismo 0

m~nlrTHzaci6n del :':'=-'~~(:?

A pesar de la variedad de respuestasde los diferemes grupos de produc­tores frente a los numerosos apre­mios, se puede identificar una cons­tante: el cuidado, sobre todo en tiem­pos de crisis, de minimizar el riesgo,ligada al clima, a la comercializa­cion a al p-recio de las insumas. Estaactitud no debe ser consideradacoma inmovilismo, que seria unacaracterÎstica de los agricultores, sinocoma parte de :ma logica economicainnegable.

Desde la perspectiva de esa logicapueden apreciarse, por ejemplo, lasdiferencias entre la especializaci6ncaiiera de la region de Tala y ladiversidad de cultivos que se siem­bran junta con la cana en la zona deTecomates.

En la primera se insiste en laproducci6n de cana, ante la posibi­lidad de efectuar una sustituci6n decultivos, porque prevalece la 16gicade minimizacion deI riesgo y se evita

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carla economica regional • ana 8, num. 46

la responsabilizacion necesaria enzonas de monocultivo de maiz. Ladiversidad de cultivos en Tecomatesparece responder a la misma logica.

Por el contrario, el cambio deIcultivo de granos basicos por lasplantaciones de agave en las zonastradicionalmente productoras de laregion de Tequila y de Los Altosparece corresponder al mismo esque­ma de expectativas de cono plazo.Dependiendo dei componamientoactual dei mercado, la superficiesem brada puede incrementarse bajoun sistema "domino", donde todosquieren hacer 10 mismo pero correnel riesgo de que siete ailos mas tardese presente una producci6n porencima de la demanda que haga caerlos precios y desestimule este culti­vo. En este contexte debe entendersela crisis actual de los agaveros deJalisco.

En tales condiciones, quiza sea. .meJor reconocer que antes que lrra-cionalidad en el campo, ha existidoperseverancia en los campesinos. Elque la modernizacion que elneoliberalismo ha querido imponer

al campo haya tenido notables efec­toS negativos en los productores agrf­colas mas dinamicos no significa quequienes se dedican a cultivos de sub­sistencia 0 tradicionales no tenganproblemas. Todos enfrentan la mis­ma situacion. AI igual que los agri­cul tores empresariales, los campesi­nos tratan de optimizar sus recursosdesde una logica que yisualiza y com­bina condiciones técnicas, economi­cas, agronomicas, culturales y finan-. ..,Cleras; su mera eXJStenCla y perSlS-tencia es prueba fehaciente de ello.

Los caminos scguidos:la pluriactividad y la migraci6n

Hasta aqui el analisis ha tenido unsentido pesimista. No obstante,saber que los productores de san diason cada vez menos; olr que en 1995la superficie cultivada de maiz enzonas de potencial natural marginaldisminuy6 notablemente,17 al igualque en las zonas de buen potencial,don de "apenas se sembro un 70 porciento" respecto de 1994, yescucharla problematica de los agaveros de

la zona de Tequila por el bajo precioque los tequileros pagan por su pro­ducto aprovechando la sobrepro­duccion, 18 permiten confiar en la va­lidez del escenario resultante de lasencuestas y entrevistas realizadas du­rante los ultimos tres ailos: los pro­ductores agropecuarios de Jaliscohan padecido un deterioro sistema­tico en su economia y una dis mi­nucion en su tasa de rentabilidad.

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Pluriactividad:;,la soluci6n en el futuro?

El ingreso de la familia proviene dela agricultura, de la ganaderia, deitrabajo asalariado dei productor yde la aportacion de varios de susmiembros. No obstante, los ingresosajenos a la agricultura cada vez seincrementan mas, subsidian a la uni­dad de produccion y han sido la basede continuidad de esta actividad yde que la descapitalizacion de lasunidades productivas no sea masviolenta.

Apenas el JO por ciento de lasunidades de produccion encuestadasdesarrollan solo actividades agr ape­cuarias. 19 Destaca que a1rededor de70 por ciento de los jefes de exp10­taci6n de estas unidades son mayoresde cuarenta ailos, y los mas rebasanlos sesenta. Esto supone un apego ala actividad agropecuaria y a la inca­pacidad ffsica y manua1 para desa­rrollar trabajos alternativos.

De los que (loerrl3.s de las agro­pecuarias rea1izan otras actividadescomo emp1eo, un 10 por ciento con­sideran a la agricultura como unaactividad relativamente insignifican­te. El resto, si bien desarrollan aeti­vidades ajenas a la agricultura, nopuede presumirse que éstas seansuficientemente decorosas y perma-

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nentes. Los empleos van desde laalbanilerÎa, las labores en gran jasavîcolas, cosecha y molienda deIrastrojo de maiz, hasta actividadesartesanales coma la elaboraciôn decajeta, queso y cintos. Estas podrianrepresentar para ellos considerablesingresos, pero estân reguladas poragentes externos, por 10 que las ga­nancias disminuyen y no mantienenrelaciôn con el esfuerzo, e inclusolos riesgos para la salud, de quieneslas efectuan, y que en gran propor­ciôn son mujeres, e incluso nifios. 2C

Migraci6n a Estados Unidos:una vieja historia siempre actual

Particular relevancia reviste el hechode que 43 por ciento de las familias.encuestadas tienen miembros enEstados Unidos. En la mitad de estasfamilias los miembros que se quedanen ellugar de origen no desarrollanninguna actividad ajena a las agro­pecuarias. Emigrar ha sido un fenô­mena presente en la poblaciôn ruraldesde hace varias décadas pero, siconsideramos el numero de personas. .que se Jncorporaron por pnmera vezal flujo migratariQ, se puede concluirque éste creciô en los ultimos anos.

Incluso si se considera que entre1987 y 19881a ley Simpson - Rodinofue un factor que permitiô el incre­mento de dicho flujo porque abriôla posibilidad de obtener docu­mentas migratorios a muchos mi­grantes que p~rmaneeian ilegalmen­te en Estados Unidos, se puede afir­mar que después de 1989 el volumende migrantes se elevô constante­mente ano tras ano, excepta en 1992.

En este ultimo ano el numero depersonas que fueron a trabajar aEstados Unidos disminuyô en alre­dedor dei 40 por ciento respecta de

los demas afios deI periodo 1988­1994. Sin descartar la influencia queen dicha disminuciôn tuvieron laalta tasa de desempleo de ese ano enCalifornia (Papail y Arroyo, 1995:314), y la campana por la p residenciade aque; pais, con su correspon­diente carga de xenofobia, otro fac­tar causal fueron las reformas al ar­ticulo 27 de la Constituciôn, pro­mulgadas en enero de 1992.

La inéertidumbre creada en tar-. no a la elaboraciôn de los regla­mentas internos de los ejidos, a lamediciôn y deslinde de parcelas eincluso a la pérdida de derechosejidales no sôlo hizo regresar al paîsa un buen numero de personas quese encontraban en el vecino, sinoque también forzô a los jôvenes quetenîan previsto migrar a posponersu viaje ante la necesidad de estaratentas al proceso, en ausencia de losfamiliares propietarios de tierras yderechos ejidales.

Otro elemento destacable es queel volumen de mujeres que se incor­poraron a la migraciôn a EstadosUnidos -53 por cienta deI total­superô al de varones que hicieron10 mismo entre 1989 y 1994. Uno yotro sexos han incrementado sunivel educativo, pero no deja de sersugerente que entre las mujeres

. .migrantes emplezan a aparecer conestudios de nivellicenciatura. Quizala contracciôn dei mercado detrabajo para egresados de carrerastradicionalmente femeninas y lamayor incorporaciôn de mujeres alas actividades econômicas para so­brellevar la crisis sean los factoresque, junto con la feminizaciôn de lared migratoria en los ultimos afios,explican este hecho.

Por 10 demas, no es ninguna no­vedad que en Estados Unidos los

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migrantes mexicanos, en general,desempenan actividades poco remu­neradas respecta a las que realizanlos ciudadanos norteamericanos.Buscando mâs las tendencias que larepresentatividad, los datos de lasentrevistas aplicadas en _,ql~e! paîsarrojan que arriba deI 80 por cientoapenas ganan el salario mînimo,mientras que el resta obtiene 83dôlares diarios en promedio.

A pesar de ~e el costo de la vidaen aquel pais se ha incrementado yde que las oportunidades de empleose han reducido al extremo de quela gente llegada al paîs vecino, sobretodo a las ciudades de California,tiene problemas para encontrar em­pleo permanente y toma trabajosperiôdicos y eventuales, casi un 50por ciento de los migrantes con resi­dencia envian anualmente mil dôla­res en promedio, con un rango de500 a 3 mil dôlares por persona.

Asî,considerando que las familiascon migrantes en Estados Unidostienen en promedio tres miembrosen aquel paîs, cada una recibe anual­mente remesas promedio de 1 500dôlares, que a precios de 1994 repre­sentan alrededor de 14 salarios mÎni­mos mensuales, cantidad similar al40 por ciento de las gananciasanuales de los productares maicerosde zonas con excelente potencialnatural. Por supuesto, esos montasrepresentan tamb ién una cantidadsuperior 0 muy cercana al promedioanual que las familias de El Refugioy de La Cantera manifestaron habergastado en 1994.

Las relaciones entre el nivel de renta­bilidad de la agricultura y la impor­tancia de las migraciones son inne-

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gables; sin embargo, éstas son menasrigidas de 10 que pueden aparecer eneste breve analisis.

Propiciadas al principio por lascondiciones economicas diflciles quehan vivido las sociedades campesi­nas, las migraciones pueden, con eltiempo, desconectarse de las con di­ciones que las han originado yadqui­rir una dinamica propia determinadapor la historia local, la intensidad delas redes sociales entre Estados Uni­dos y México y los cambios cultu­rales. De hecho, los resultados de lasentrevistas muestran que en referen­cia a la sola logica de maximizaci6nde la produccion agrkola, algunasunidades de produccion exp ulsandemasiados migrantes y deben adap­tarse a la escasez de mano de obra,. .mlentras que otras sostlenen nume-rosos adultos -mujeres sobre todo­inactivos 0 subempleados. Asi, unamisma situacion puede ser evaluadade manera diferente seglin las socie­dades, los grupos sociales, su culturay su nivel economico. Por ejemplo,el salario minimo, considerado insu­ficiente por asalariados agrkolasjaliscienses, que prefieren migrar aEstados Unidos, puede ser conside­rado suficiente por trabajadoresagrkolas originarios de estados maspobres -como Guerrero- quienes setrasladan a trabajar a Jalisco en cul­tivos de jitomate, cana y melon.

Por 10 anterior, aun se puedehablar de estrategias migratorias di­vcrsificadas, de aIgunos espacios delibertad y, con el tiempo, de forta­lecimiento de redes sociales en loslugares de destino que permitenamortiguar los traumas de la migra-. /

ClOn.

Hay que esperar que la pollticaagrkola actual no acelere demasiado

el proceso de descampesinizaci6n,multiplicando el numero de errantesforzados a buscar un hipotético tra­bajo que las empresas mexicanas 0

estadounidenses serian incapaces deofrecer. En este caso, desafortuna­damente, se podria hablar solo de

. . . . .mOVlmlentos mlgratonos estncta-mente sometidos al determinismoeconomico.

1 Este trabajo forma parte de un pro­yecto mas amplio que se desarrollaen el Instituto de Estudios Econo­micos y Regionales ~neser) de la Uni­versidad de Guadalajara en colabo­racion con el Instituto Francés deInvestigacion Ciendfica y Técnicapara el Desarrollo en Cooperacion(ORSTOM) y con apoyo financierode Conacyt. Los autores agradecenla eficaz colaboraci6n de MariaGuadalupe Cueva de Anda en suelaboraci6n.

2 Se debe recordar, por ejemplo, queun productor estadounidense pro­dUcla en promedio, en 1985,95 tone­ladas de cereales; el productor euro­peo, 12 toneladas, y el de la URSS,7.2 toneladas (Gavaldon y Esquivel,1990: 1205).

3 La fuerte disminucion que ha tenidola CEE después de su creaci6n en losafios sesenta fue considerada coma untriunfo. Ahora, la sobreproduccion,tan diflcil de manejar economica­mente coma la carencia, y los ~cesosde urbanizaci6n, permiten pensarque mantener en el campo una po­blacion mas importante dedicandosea una agricul tura 0 ganaderia masextensiva, seria sin dùda un progreso.

4 Acatic, Amatiran, Atemajac de Bri­zuela, Campo Acosta, municipio deTomatlan; Colotitlan, municipio deTenamaxtLln; Copalita, municipiode Zapopan; El Refugio, municipiode Colotlan; La Cantera, municipiode Lagos de Moreno; La Vega, mu­nicipio de Teuchitl:ln; San José de lasMoras, municipio de La Barca; Te-

comates, mllnicipio de Casimiro Cas­tillo; Tequililla, municipio de Acatic,y Usmajac, municipio de Sayula. Seaplicaron 389 cuestionarios cuyainformacion se utilizo para el analisis.

5 Estos cuestionarios, recuperados pormedio de algunas personas que tieneninfluencia sobre otros paisanos y co­nocidos, tenian preguntas sobre elproceso de integracion de los mexi­canos a la economia estadounidense)' sobre sus aportaciones a sus loca­lidades de origen mediante el enviode remesas ~ en la alimentacion delas redes sociales y comunitarias paraapoyo de nuevos migrantes.

6 La poHtica agrkola parecio empefia­da en ir mas lejos de 10 que algunasdenuncias sefialaban en tomo a quenegociaciones secretas previas a lafirma deI tratado de libre comerciobuscarlan "la desaparicion de 60 porciento de los agricultores". Al contra­rio de 10 que ha pasado en Europa,por ejemplo, en donde la modemiza­cion de la agricultura y el éxodo ruralconsecuente coincidio con fuertesnecesidades de mano de obra porquesu industria esta ba en pleno desarro­!lo, la capacidad de las empresasmexicanas seria demasiado limi tadapara emplear un éxodo rural tanfuerte.

7 Lo cual no siempre significa grandesunidades de produccion. En este mar­co, se debe recordar que las superfi­cies agrlcolas promedio en Europason de 13 hectareas; y que Bélgica yHolanda, por ejemplo, con losmejores ingresos par productor en laCEE, tienen en promedio 17 hec­tareas (Descheemaekere, 1994: 32).Ver también de Carton de Gram­mont (1992: 129), que habla dei "éxitode la agricultura de exportaciontailandesa, basada en la integracionvertical de la pequefia producci6nagricola familiar con las agroin­dustrias".

8 Para informacion mas detallada, véa­se Castillo y Pontié (1994).

9 Una evaluacion precisa de la renta­bilidad necesitaria tomar en cuentael tiempo de trabajo y el papel de estecultivo en el sistema de produccionen las diferentes categorlas de uni-

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dades de producci6n. Sin embargo,es una indicaci6n que permite darsecuenta de la situaci6n.

10 El apoyo de Procampo para e! cieloprimavera-verano 1995 fue de 440nuevos pesos por hectarea. En losmeses de junio y julio de 1995 hubooportunidad de asistir a algunasreuniones convocadas por la SARHy la SEDER para explicar a losproductores de basicos las condicio­nes en que se otargada este subsidio,y fue posible percatarse de que aIgu­nas organizaciones productivas ydistribuidores particulares ofredanesta posibilidad de distribuci6n defertilizante, e incluso de semilla y

otros insumos, "a cuenta" de apoyO'sde Pr?campo, qui~a porque suponÎanque estas no senan entregados tantardiamente y porque ello lesgarantizaba poder colocar susproductos ante las reticencias de losproductores por cultivar dada laincertidumbre de los precios,principalmente dei malz, y en tadocasa ante la escasez de dinero por lacrisis nacional de este ano.

Il No es fkil decir el numero de 10­calidades con tales caractedsticas.Seguramente no son muchas, perohemos estado en mas de una de ellas.

12 El 10 por ciento que pizca el grano yno "tumba de abajo" se relacionafuertemente con los "coamileros",que no tienen ganado ni necesidad deforraje, y cuyos' terrenos dificultanel acceso del mo1ino.

13 En esta se encontrb una exp1icaci6nal porqué muy pacos han establecidopastos en sus terrenos de cultivo yde agostadero no obstante haber unnumero considerable de ganaderosque manifiestan cierta inclinaci6n. Aello debe sumarse también la fuerteinversion inicial y que en tado casatendrian qùe vender una parte deiganado 0 comprar grandes cantidadesde forraje para cubrir los déficit quese presentarian en tanta se pudieranutilizar los terrenos donde seinduzcan pastos.

J4 Sabiendo que el diagnbstico dei Fi­deicomiso de Riesgo Corn partido(Firco) senalaba que en Jalisco existen600 mil hecrareas de buen y muy

buen potencial para la producci6n demaiz, de las cuales la mitad estanocupadas por otros cultivos y deiresta apenas se cubrieron 226 615hecLîreas con el Programa de AltaProductividad de Malz entre 1989 y1994, es de considerarse que de las700 mil hecr~ re;lS oue anualmente sesiembran en el estado con este cultivoel 70 por ciento no se encuentranmuy lejos de tal condici6n.

15 Dado que no se tienen muchos te­rreROS para agostadero y tada vez queel ganado para leche no resiste pastarlibremente en terrenos un tante acci­dentados, la alimentacion en corralesa base de una dieta diaria por animalde tres kilogramos de rastrojo demalz sin grano, cinco kilogramos delechera y dos kilogramos de granomolido constituye una combinaci6n"econ6mica" pero no suficientemen­te equilibrada.

16 En 1994, los costos por hecrarea hastael momento de la cosecha oscilabanentre 3 600 Y 12 000 nuevos pesos.

17 Esta disminucion es grave por laescasez de grano; no obstante, algoque riende a olvidarse y que puederesultar sumamente crltico en esascondiciones es la disminuci6n deforraje a base de rastrojos de malz quepuede presentarse en la época deestiaje de 1996, dada que se combinala disminuci6n de la siembra de esta

gramlnea en 1995 con la abundanciade este forraje al iniciar la siembraen el cielo primavera-verano 1995,precisamente por la sobreproduccionde 1994 generada a ralz de los estÎmu­los ofrecidos por Procampo en aquelano y que, por la forma en que sedieron los apoyos, influy6 para quemuchos productares sembraran unamayor superficie pensando mas en laobtenci6n de rastrojo que de grano.

18 A esta lista de datos pueden sumarselas deelaraciones que apuntan que en1995 la cose..ha maxima de malz enMéxico fue de 10 millones 600 miltoneladas y que, por tanta, en enerode 1996 se tendran que importar seismillones de taneladas para cubrir lademanda interna minima (El Infor­mador, diciembre 20 de 1995); asimis­010, es relevante conocer que Méxicoocupa el primer lugar y adquiere el46 por ciento deI total de las impor­taciones mundiales de leche (Siglo 21,diciembre 27 de 1995). Por 10 dem;îs,"la Secretarla de Agricultura, Ganade­rIa y Desarrollo Rural, junto con elConsejo Nacional Agropecuario yalgunas instituciones universitarias",informan que en 19951a produccionagrlcola nacional se desplom6 mas de34 por ci enta, la produccion pecuaria81 por ciento y la producci6n forestal67 po r c iento (El l nformador,diciembre 29 de 1995).

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19 Como comparaciôn, en Europa sôlo27 por ciento de los trabajadoreslaboran tiempo completo y 57 porciento trabajan menos de mediotiempo (lnsee, 1993: 132).

:: En Colotitllân, por ejemplo, hay per­sonas que lIegan a trabajar durantediez horas continuas por dIa, no obs­tante reconocer que eso afecta su vis­ta, su espalda y su salud en general.

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Castillo Giron V.M., Pontié Guy

Agricultura y migracion en Jalisco

Carta Economica Regional, 1996, 8 (46), 16-25

ISSN 0187-7674