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CENTRO DE INVESTIGACIONES PSIQUIÁTRICAS, PSICOLÓGICAS Y SEXOLÓGICAS DE VENEZUELARECONOCIDO POR EL CONICIT (1981)AUTORIZADO POR EL C. N. U (1991)GACETA OFICIAL NC 34678C. I. P. P. S. V.
EVALUACIÓN INSTITUCIONAL
(ANÁLISIS)
Facilitador: Participante: C.I:M.Sc. Orlando Boada. Barreto, Auristela.
. 8.652.003
Cohorte Cumaná 8
Cumaná, Noviembre de 2009INTRODUCCIÓN
La evaluación es considerada como un aspecto de la planificación
que permite diagnosticar el estado que una institución tiene en cuanto a
sus objetivos y el impacto que puede tener en el entorno, no se orienta
solamente al rol que el egresado pueda tener como evaluador, sino cómo
lo aplicará y que el participante tenga la habilidad para juzgar los
resultados.
La Evaluación Institucional se basa en la recolección de
información y datos que transforma y presenta, con sus respectivas
alternativas, ya que buscan comprender, analizar evaluar y prever
cambios, hechos, tendencias desde una perspectiva cualitativa, es decir,
basada en cualidades o cuantitativas basadas en números, sin embargo
ambas requieren de la eficiencia y la eficacia para que pueda ser de
calidad.
Se basa en principios fundamentados en el carácter científico para
fortalecer su confiabilidad. Además, es holística, integrada y sistemática
porque se da de manera continua mediante la aplicación de una
metodología científica. También es objetiva, flexible, adaptable a los
cambios que conducen al logro de resultados válidos y confiables.
En el ámbito del proceso educacional la evaluación institucional
permite emitir resultados, que faciliten construir nuevas actitudes en pro o
en contra de lo que se quiere evaluar. El para qué evaluar se inicia con
una acción que involucra costos humanos y económicos, por lo tanto, se
debe tener claro, para qué se realiza, cómo llevarla a cabo, quiénes
intervienen, y qué métodos, o modelos y recursos ponen a su disposición,
también es necesario saber que consecuencias traerá y por último
quienes están involucrados y cuáles son los resultados.
Evaluación institucional
La Evaluación Institucional puede ser definida de diferentes
maneras, para J.G Mora, es "la forma de medir el cumplimiento de los
objetivos preestablecidos, por cuanto exige la previa definición de las
metas de la institución". De igual manera para Meny y A. Villanueva es "el
proceso de identificar y medir los efectos propios de la acción. La
evaluación es un camino un método."
Ambas definiciones tiene en común medir cumplimiento que
permiten profundizar las limitaciones con potencial humano, capacidad de
proceso para tomar acciones que no impidan el avance de los objetivos
externos e internos de la evaluación.
La evaluación institucional supone un proceso complejo para
determinar el valor de algo, que implica una delicada tarea de
interpretación de un conjunto de elementos que interactúan configurando
una realidad particular y significativa. De hecho, evaluar no es,
rigurosamente la etapa posterior o final de un proceso, sino un momento
en el camino para apreciar lo caminado, y decidir como continuar. Si se
sigue profundizando, se puede decir, que la evaluación que se formula
debe aspirar a la credibilidad y al consenso.
La Evaluación Institucional, abarca tres (3) aspectos: es
considerada como sinónimo de medición, de juicio profesional, proceso de
comparar datos acerca de actuaciones con objetivos claramente
especificados e identificar y reunir información para asistir a quienes
deben tomar decisiones. Por lo tanto, su fin principal es mejorar la calidad
educativa que requiere de la interrelación de diferentes procesos e
indicadores relacionados que permitan medir el rendimiento del docente,
en vez de medir lo que es fácil de medir, lo que ha hecho que el interés se
desplace desde las cuestiones de eficiencia a ser efectivas.
Lo que indica que para una evaluación, no solamente los datos
son necesarios, sino la forma como se realiza el proceso, por lo tanto,
requiere de una comunicación fluida que puede ser aplicada a través del
diálogo como herramienta comunicacional y de reflexión entre los entes
involucrados en dicho proceso. De esta manera, se postula que la calidad
en la educación es el resultado de las interrelaciones existentes entre
todos los elementos del proceso educativo. Por ello, se le considera no
como un fin, sino como un instrumento que permite el conocimiento de
estas conexiones, de sus resultados y de sus productos.
Éste proceso se caracteriza por ser permanente, porque debe
llevarse a cabo en todo momento y no tener un fin; e integrador
porque no se agrega a los procesos educativos, sino que por su papel
orientador de planificadores, directivos; docentes y alumnos debe asumir
el carácter de una actividad sistémica, plenamente integrada con la
función educativa y que por tales razones debe ser continua y no darse
por partes.
El proceso se ve afectado por el FODA, las fortalezas y debilidades
que corresponden a los aspectos internos, tales como: potencial humano,
capacidad de proceso, productos y servicios, recursos financieros,
programas, metas y políticas del Estado que presenta la institución y las
limitaciones, y las oportunidades y amenazas que tienen relación con el
entono.
Las evaluaciones generales remiten a conclusiones generales y a
decisiones generales, referidas a la totalidad o mayoría de los centros que
integran el sistema educativo o bien respecto de cierta deficiencia
predominante en el mismo. Existen problemas generales o comunes a
todas las unidades del sistema; pero otros son específicos de cada
centro. Mientras que la evaluación general del sistema es
predominantemente cuantitativa; la evaluación singularizada de cada
centro escolar es predominantemente cualitativa, aunque no
exclusivamente.
Cada institución educativa forma parte de un contexto singular,
posee una configuración peculiar, unas necesidades particulares y unos
problemas específicos. La necesidad de la evaluación singularizada de
cada institución escolar, con el propósito de indagar y detectar sus
específicos problemas organizativos, psicosociales, curriculares,
didácticos, etc. Diagnosticar sus problemas o necesidades, factores
causantes de tales síntomas, al objeto de remover, atenuar o eliminar las
causas de las deficiencias, para mejorar la eficacia educativa del
respectivo centro, singularmente considerado, como función sustancial de
la Inspección de Educación.
Además, es necesario aclarar que existe una evaluación externa
que requiere de pautas o criterios generales que con el tiempo y la
experiencia se irán enriqueciendo y reformulando; está referida a la
organización, funcionamiento, desarrollo y se valoran los procesos y los
resultados de la institución, y es realizada por personas con suficiente
trayectoria académica, profesional, intelectual, que no pertenecen a la
institución. Como por ejemplo: Supervisores Zona Educativa, Jefe de
Distritos, entre otros.
La evaluación externa toma en cuenta tres (3) objetivos básicos:
analizar el informe de autoevaluación, construir un grupo de
corresponsabilidad para poner en práctica las recomendaciones y dar una
opinión objetiva, ya que la sociedad o la comunidad tiene derecho de
conocer como funcionan sus instituciones educativas y en la medida de lo
posible participar en la solución de problemas o necesidades que
presenten las mismas. En referencia a los contenidos curriculares parece
descartar la evaluación diagnóstica de las estructuras pedagógicas,
organización escolar y dinámica interna de las instituciones escolares.
Cabe pensar que se tratará de una evaluación sintomática, limitándose a
verificar que los alumnos han adquirido más o menos conocimientos en
las áreas o asignaturas.
Por otra parte, la evaluación interna es realizada por miembros de
la propia institución, generalmente es utilizada por el personal docente
para medir el rendimiento académico de los alumnos, y por el personal
directivo para medir el desempeño de los docentes.
Conceptual y operativamente resulta evidente la diferencia entre
evaluación de los procesos escolares y de los resultados educativos de
los mismos; así como que la detección de deficiencias en estos últimos
remite al análisis de los primeros, al diagnóstico de los factores causales y
su subsanación. Aún en la evaluación de procesos puede diferenciarse la
evaluación de las estructuras y procesos organizativos y de los procesos
específica mente didácticos.
Para conocer la situación real y mejorar la calidad, se consideran
varios modelos de evaluación, que van depender del enfoque u
orientación que se requiriera evaluar, entre ellos la evaluación descriptiva,
la cual no profundiza los aspectos a evaluar, se orienta a describir los
mismos. La llamada evaluación clínica explica el por qué un objetivo no se
cumple, el cual puede ser por muchas razones, aplicación inadecuadas
de la praxis pedagógica del docente y en consecuencia la falta de interés
de los estudiantes.
Otra forma de evaluación es la normativa, donde no se anuncian
los objetivos, lo que induce que el docente oriente su praxis sin tener
referencia de los logros u objetivos que se quieren alcanzar. Entre los
modelos de evaluación se destacan: Los modelos centrados en los
resultados y toman en cuenta los procesos internos de la educación como
sistema social. Los modelos culturales tienen las desventajas que se
elaboran en países desarrollados, por lo tanto, aplicarlos en Venezuela,
son realidades diferentes.
Por otra parte, la evaluación institucional presenta una
tipología relacionada con la evaluación sumativa, en la cual los resultados
se utilizan para una determinada promoción, acreditación y I o
calificación. Se aplica de manera frecuente para medir el rendimiento de
los alumnos. Es utilizada como una estrategia para promoción de un nivel
educativo a otro. Mientras que la formativa se evalúa a lo largo de
todo el ciclo de enseñanza aprendizaje.
El modelo seleccionado debe contar con estrategias para su
desarrollo y aplicación, y de allí dependerá la calidad de la educación,
pero las estrategias tienen dos orientaciones, unas van orientadas a la
calidad del docente y otras al modelo de calidad total.
Para la realización de un buen plan se toma como referencia
algunos elementos, tales como: realizar un análisis de la situación actual,
conocer la misión, la visión, los valores y la posición competitiva. Pero
esto requiere de tiempo y participación- del equipo gerencial, conocer las
fortalezas y debilidades e identificar los factores externos (oportunidades y
amenazas). Si la evaluación se refiere al factor humano, se debe tomar
en cuenta sus acciones.
Con respecto a los indicadores varían de acuerdo al tipo de
evaluación (externo e interna), sin embargo, lo que más se toman como
referencia son los relacionados con la calidad, rendimiento, contexto
institucional, grado, tipo de repercusiones en la satisfacción de las
demandas, aprovechamiento escolar: Nivel de consecuencia y
prioridades, praxis educativa, aplicación de los contenidos programáticos,
desarrollo de actitudes de los valores en los principios de la ciudadanía,
instalaciones, aulas talleres, laboratorios, funciones educativas y
normativas, interrelaciones que se establecen en el centro escolar,
aplicación e estrategias, los cuales deben ser orientados a la calidad de la
praxis educativa.
JUICIO DE VALOR
El análisis realizado permite emitir un juicio de valor sobre el
modelo de evaluación institucional, en cuanto análisis y descripción, con
arreglo a criterios, de la funcionalidad de las estructuras organizativas, los
procesos didácticos y los resultados escolares; que incide en la mejora de
la calidad de la educación y equidad de la misma. Es un modelo con una
creciente vigencia en los sistemas educativos más innovadores.
La forma de evaluación externa, se ha revelado como la estrategias
más eficaces, para la mejora de la organizaciones educativas, la misma,
es sistemática, revisa las operaciones de la organización, la mejora de su
eficacia (logro de objetivos) y eficiencia, pero no debe confundirse con el
término de auditoria. Igualmente, la interna se debe orientar
fundamentalmente a la praxis pedagógica, desempeño del docente, una
planificación que incluya evaluaciones adecuadas de los contenidos
programáticos.
Se trata de dos ámbitos de evaluación educativa, con una neta
distinta en cuanto a su objeto y función.
Ambas evaluaciones tienen sus respectivos indicadores, pero
guardan entre sí interacciones fundamentales, la externa es necesaria
porque está relacionada con las oportunidades y amenazas del entorno
de la institución educativa, la cual en algunos casos, ha sido difícil
propiciar mejoras debido a la acción por .parte del Estado y los principales
entes rectores, el diseño e instrumentación de un proyecto o programa
global o integral de evaluación institucional en la educación, sobre todo
debido a los cambios político administrativos que no permiten estabilidad
ni factibilidad a los proyectos o programas especiales .
La evaluación general del sistema educativo (externa) pretende
detectar en qué medida se alcanzan las previstas finalidades del sistema
en su conjunto, la calidad del producto y la satisfacción de los
beneficiarios o usuarios del sistema; así como sus suficiencias y
deficiencias generalizadas.
En cuanto a la evaluación interna que compete a la institución en
sí, se debe tomar más en cuenta la praxis del docente y las estrategias de
evaluación que aplique estén planificadas de acuerdo a los objetivos que
competen a los contenidos programáticos, ya que se presentan
deficiencias, tales como: elaborar planificaciones rutinarias y deficientes.
Es necesario que se ponga en práctica el aprovechamiento de una
plataforma tecnológica informática relacionadas con el campo de las
evaluaciones, ya que existe un predominio de una concepción tradicional,
lo cual se ha agudizado con la actual crisis político-económico entre los
entes reguladores y los regulados.
De acuerdo al análisis se puede determinar que las evaluaciones
externas e internas, se orientan a una gestión eficaz e eficiente de los
diferentes procesos educativos involucrados. Lo que indica que estas
formas de evaluaciones a pesar de darse de manera separada están
relacionadas entre si.
La evaluación institucional, abre un debate interesante. La
aplicación práctica de sus resultados es, en algunos casos, discutible. En
este sentido, existen diferentes enfoques respecto a la utilidad de la
evaluación que pueden concebirse de forma complementaria en tanto que
pretenden trascender la visión de la evaluación como un mero
instrumento al servicio de la toma (o legitimación) de decisiones políticas.
Esta perspectiva puede aplicarse transversalmente a todo proceso
evaluativo en sus tres niveles (individual, institucional y sistémico),
contribuyendo constructivamente a satisfacer las demandas respecto al
interés por la calidad educativa que se evidencia en el seno la sociedad.
En este sentido, la utilidad del proceso adquiere un matiz diferente
para la comunidad en cada caso, como por ejemplo la acreditación, la
valoración, la des mitificación, o incluso la clarificación de las actuaciones
políticas, aportando al funcionamiento democrático del sistema. Pero la
utilidad del proceso evaluador exige una adecuación inteligente a la
realidad que se evalúa y la lectura final deberá incluir tanto las
consecuencias conforme a los propósitos declarados, como aquellas que
aún no habiendo estado previstas, hayan tenido incidencia en la
comunidad educativa que fuera objeto de evaluación.
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